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‘Traduecién de PHILIPPE BRAILLARD Danusio Torres Fiexno PIERRE DE SENARCLENS El imperialismo FONDO DE CULTURA ECONOMICA IAB ménco 164 pp Titulo original: Lilmpérialisme © 1980, Prestes Universitaires de France, Paris Publicado en Ia coleccién Que sxisje? D. R, © 1981, Fonvo ne Currura Economica ‘Av. de la Universidad, 975; México 12, D. F. ISBN 968-16-084-X Impreso en Mésico Intropucaréx NACIMIENTO Y DESARROLLO DE UN CONCEPTO Ex Larousse du xx‘ sidcle, publicado en 1931, de- fine asi el término imperialismo: “Opinién favora- ble al régimen imperial, // Doctrina politica diri- igida a estrechar los lazos que unen Inglaterra a sus colonias, y a la expansién del poder briténico. // dna acerca de la expansién territorial de un “Estado o de su supremacia sobre los demés” Como se ve, el concepto de imperialis distintos sentidos que expresan asuntos relativamente hheterogéneos. Ademas, esta definicién es incompleta ‘porque —como lo sefialaremos a continuacién— la palabra imperialismo tiene ya en los comienzos del siglo xx sentidos diferentes. Sin embargo, cualquiera ‘que sea la definicién que se adopte, debe recor- arse que este vocablo es de aparicién tardia. En efecto, si el término imperio tiene una larga historia, el de imperialismo es —parad6jicamente— de origen ‘muy reciente, Al parecer, surge por primera vez en Francia bajo Ia Monarquia de Julio para designar Jos partidarios del bonapartisimo, es decir, a un tipo de régimen politico imperial.” No obstante, su 2Ver Richard Korbner, Helmut, Dan Schmidt, Imps Yialism, The Study and Significance of @ Political World, 18401960. Cambridge, At The University Pres, 1964, Pp. 2 y 342. 7 en 8 NACIMIENTO DE UN CONCEPTO uso es poco frecuente. Se le reencuentra bajo el Segundo Imperio, con una comnotacién a menudo polémica. Tiende entonces a designar la politica de Napoledn III. El Litiré de 1873 introduce la palabra al referirse a los partidarios del régimen politico del emperador Napoleén I y de su dinastia, mencio- nando también bajo esa riibrica a la opinién de los partidarios del antiguo Imperio de Alemania. Sin embargo, es en Inglaterra donde el término imperialismo toma su verdadero desarrollo, En les afios de 1850 se designa como imperialismo —en Gran Bretaiia— al régimen autocratico y despético de Luis Napoleén, basado en el prestigio militar y la gloria nacional. No es sino a partir de 1870 cuando el vocablo es empleado para designar tos Iazos de la Gran Bretafia con su imperio* En efecto, en esa época es cuando se desarrolla un ver- adero sentido del Imperio briténico y de su inte- gridad, y el concepto imperialismo aparece en ade- ante asociado a estas preocupaciones. La expresién imperialismo se difunde mas entonees, y en un sen- tido ante todo polémico, ya que es utilizado por los liberals, guiados por Gladstone, como una con- signa contra Ia politica colonial de Disraeli. Glad- stone no se opone al principio mismo del Imperi briténico, pero combate lo que considera una co cepeién fastuosa, militarista y patriotera del Imperio, Asi, se reencuentra en esta critica de la politica tun residuo de Ia polémica contra el bonapartismo. * Bid, p. 29. ‘| _NACIMIENTO DE UN CONCEPTO 9 a yrvecretvamente-chovocstby impo: Ee coco pare feos com Beer Grjaniza-y cemocehca del Teperioysaie tarde, y después de los fracasos de la politica. impe- Beilin, pare eacaci ln exceia/aficie BE eercla. con respeco. atom, poicaen I itr ec, Hac, finals cl tig. 2x I reenter clcpe eo sere es peo rae merriom on Salary 9 ear BR ahke mann) cvalorecion. delaexpansionizmo. Bia cononcen terinn inner aa iia lashing. rlsciones exerhan I veck cine cop, ambien. a Me ecroloy. de eplendoe ners) "En Sree hala alenando, un a, avel Ee tepeabliad y de corinnno popular. Refisin Se potsich.y mara dic Gries e-le-er ctoriana y In esta polea de cm época”* La guerra de los Boers (1899-1902), sin embargo, Pe ee es valerie concen de inper lismo ya que conmueve, por su violencia y su dura- iba, lo fundamenton dela confiancaen la expan imperial. Después de este conflicto, al que asistio como periodista, John Hobson esribe Ia obra, que se Bizo famors, tinlada Imperialism: A Study, que Eoastnye In primera tntaiva de dar a in expres inp una fae ere ir Eb Haters la ayor pare de lar tentatvas poerons 4 definiciony ands dl imperialism, So finales de siglo xx xe extiende ampliamen- Ibid, p. 219. S ( iso ya (Pe — 10 NACIMIENTO DE UN CONCEPTO te por el continente europeo la nocién de imperia- Jismo. El imperialismo designa entonces, general. ‘mente, 1a politica de expansi6n briténica, a la que se considera como una forma arrogante de nacionalis- ‘mo. Pronto se le asociaré con cualquier politica de expansién colonial. En los medios socialistas, esta nocién es empleada ‘esencialmente para estigmatizar la politica agresiva de las grandes potencias, Més tarde, en los eomien- 0s del siglo xx, y sobre todo entre Ia extrema de- recha, se tiende progresivamente a relacionar el En el pensamiento no marxista, desde 1920 hasta nuestros dias, el concepto de imperialismo es em- ppleado con algunas reticencias, en vista de su fuerte ‘carga emocional © ideolégica, carga que proviene “de su uso por la propaganda soviétiea y por las igi fo reivindican eniOccidente. Emperoy algu- ‘nos historiadores apelan al concepto esencialmente para nombrar la expansién colonial de finales del si- ‘glo xix, Ia cual intentan explicar. Las causas del imperialismo actualizadas en esos distintos trabajos son de variada naturalesa, Aunque muchas de esas ‘explicaciones sean de tipo econémico, el imperialismo ‘io es considerado como una consecuencia inevitable del desarrollo del sistema capitalista. El concepto de imperialismo no aparece con fre- Soe el eadio des relaciones interacion ‘contempordneas, y en particular en el cam MUMMIES Gaeeeiticr, veteran pore calltene & Ia expansién colonial en el pasado. En cambio, considera que no permite comprender la evolu- teciente de las relaciones internacionales, con @xcepeién de algunos fenémenos parciales —y eso Porque a los ojos de nmumerosos investigadores, su NAGIMIENTO DE UN CONCEPTO 13, a bs. ch 14 NAGIMIENTO DE UN CONCERTO #5). ‘carga emotiva y su empleo muy ideolégico y po- Bemico lo hacen sospechoso. 55 jnvilady Sin embargo, la herencia de Lenin no deja de influir en ciertos medios académicos. En los afios xincuenta se desarrolla —gn efecto— una corriente ‘de pensamiento neomarxista que cuestiona ta rea dad de la descolonizacién, y que se esfuerza por poner en evidencia la supervivencia del imperialis- ‘mo en las relaciones internacionales contempori- nneas, Este acercamiento subraya, particularmente, la relacién de dependencia del Tereer Mundo res- pecto a los paises capitalistas industrializados, y demuestra Ia existencia de un lazo entre el impe- rialismo y el subdesarrollo. Surge claramente, de esta breve introduccién, que €l concepto de imperialism no es fcil de aprehen- der. Por un lado, desde sus origenes y hasta nuestros dias, su empleo en parte es polémico. En efecto, el término imperialismo fue utilizado con fines politi- cos desde su aparicién. Todavia hoy ¢s suficiente abrir un periédico para volver a encontrar en su naturaleza polémica, pues se apela muchisimo a este vocablo con fines propagandisticos, en especial para calificar la politica internacional del adversa- rio, Por otro lado, no es posible sino sorprenderse por el caricter polisémico del término, En efecto, fen las teorfas que tienen pretensién cientifica, y que aparecen desde los comienzos del siglo xx, 10 se encuentra acuerdo alguno sobre una definicién NACIMIENTO DE UN CONCEFTO 15, acerca del propio objeto que abarearia el ‘concepto y también sobre las causas, los mecanis- ‘mos y las consecuencias del fenémeno imperialista. Tgualmente, se advierte que toda definicién de im- perialismo comprende, ya en si, un concepto del mismo. Asi, por ejemplo, la concepcién marxista, segiin la cual cl imperialismo es la expresién de la fevolucién del sistema capitalista en una determi- nada etapa de su desarrollo, introduce ya —por pro- ‘pia definicién— un cierto modelo explicativo, Al ‘contrario, la definicién de imperialismo, que concibe esencialmente este fenémeno como la politica expan- Sionista de un Estado que busca someter politica- mente a otro, anuncia una explicaeién que no se ‘basa en el andlisis del modo de produceién capitalist. De ahi que sea imposible presentar al imperia- " Tismo como un fenémeno en si. Y por eso deberemos | Presentar, en esta obra, una escala de concepciones - ¥ de interpretaciones diferentes del imperialism, La historia del concepto de imperialismo nos mues- ‘ta, sin embargo, que cuando se apela a él se piensa ‘eencialmente en dos perfodos de Ia historia contem- Pordnea. En efecto, Ia mayor parte de las teorias sobre el imperialismo se centran en el periodo de Ja expansién colonial de finales del siglo xix y co- Amienzos del xx. Por otra parte, algunos anilisis se ‘centran en el periodo que sigue a la descolonizacién. 169 la razén por Ia cual esta oby rende dos a comp! artes que abarcan dicha | Primera Parte, LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS: 1 LA EXPANSION COLONIAL DE LOS SIGLOS XIX Y XX iialettime parte et siglo siz se arise, en Africa 4y en Asia, a un prodigioso movimiento de expansion Polonial europea, En algunos decenios, las tres quin- fas partes de las tierras emergidas del globo pasan a ser controladas directamente por Europa. Otros paises, en vias de industrializacién, como Estados MET Jahon, participen también en ete cree ete ¢npontonita I ae conn cist at grandes be BSS fete defines dt ilo posed, Desde Maid extigtedad, 9 todo oto largo da lo MRM eriinirables Ymperios vieron ta tus det la, La construccién de exo: imperios implicb, con frecuencia, la colonizacién de territorios préximos 0 lees. Hella era moderne, a principios del siglo xv, MURR Colonial europeo nace com la conguista Oey a cxtlecients do es primal SINE Atte én Africa. Exe moviraientel gue ‘4 prosigue de manera discontinua, con fases de Me gM iaiie, hate ciagio so MEET Pahari: curopeor os ceric importancia. Ast, por ejemplo, a comienzos del si- IPE Ne dominacbn brltncg bo extend « une Buena parte de la India, Africa del Sur Canadd. Wdemds también dispone de posesiones coloniales en ia, Nueva Zelandia, en el Caribe y en Amé- Tice Latina (Guyana). Asimismo, Holanda cventa on importantes colonies en Tndonesia, Por otra ar. Wy Francia, Espaiia y Portugal conseroan ain, de 1° ee Mara 1. Los imperios coloniales en el mundo extracuropeo en 1815. LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS 21 ‘sus antiguos imperios, algunos territorios dispersos mundo. a nueva fase de expansién colonial. Gran Bretaia wigue una politica de penetracién en Asia, sobre eg tMTadie misires que Frencia w etatl- ce en Arica del Norte 'y emprende en el Sudeste de ‘Asia expediciones que crearén las bases de su nue- v0 imperio. No obitante, es a partir de 1870, y sobre todo a ‘comienzos de los aiios 1880, cuando se (gran movimiento de expansién europea que dard tomo resultado el reparto de Africa y la construc~ ‘ibn definitiva de los imperios coloniales de la época contempordnea, El término imperialismo estuvo es trechamente vinculado a este movimiento expan- sionista, Si nor limitamos a lar principales etapas de esta colonizacién de finales del siglo xix, recordaremos que Gran Bretaka ocupa Egipto desde 1882 refor- zando asi su imperio en una regién que podia ase- gurarle el control de la ruta de las Indias. Por su farte, Francia trata de consolidar sus posesiones ‘en Africa del Norte estableciendo un protectorado en Timez (1881). Hacia la misma época, Gran Bretaia organiza wna serie de bastiones protectores en torno @ la India. Bsa ex la razén por la cual establece un rotectorado en Baluchistan (1879) y consolida tam- ign sw dominacién sobre Birmania (1885). Ademés, Francia continia su expansién en Indochina con Protectorados en Anaam y Tonkin (1883). Mara 2, Lor imperios coloniales en el mundo extracuropeo en 1870. LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS 23 No obstante, es en Africa donde el movimiento le expansiin colonial se desarrolla en todo su es- aden, Dicha colonizacién tiene generalmente Fomo punto de partida misiones exploratorias, em- fpresas misioneras y la actividad directa de las com- atlas prioades. Sin embargo, sobre todo a partir de 1880, los gobiernos europeos se ven progresiva- mente implicados en actividades coloniales, La Con- ferencia de Berlin constituye un giro importante en ‘ate sentido, Convocada por iniciativa de Bismarck, reunié desde noviembre de 1884 a febrero de 1885 a Tos representantes de las potencias europeas que te- nian intereses en Africa. Intenté solucionar los pro- Blemas provocados por las iniciativas privadas del rey Leopoldo 1 en el Congo, y canalizar las ambiciones econdmicas y politicas suscitadas por la actividad del trey de los belgas. También traté de definir las condi- Giones en que se ocuparia Africa, Retrospectivamen- te, se verd esta conferencia como el punto de partida de un vasto movimiento para repartrse el Africa ne- re. Desde este momento, se acclera “el reparto de Africa. Se modifica el cardcter de la expansién colo- tial. El imperialismo geogréfico 0 econdmico queda telegado ante el imperiaismo “militar”. Las adqui- siciones se multiplican febrilmente y todos los paises ei Sects por ex ne ionalismo nuevo”? A comienzos del siglo xix, Europa domina toda “2ean-Lovis Mitge, F: ‘ ity, Expansion europlenne et décoloni- ation de 1070 a nos jour, Par Pres Universitaires de 1973, p. 161, coleccién “Nowvelle Clio", mim. 28. Mara 3. Los imperios coloniales en el mundo extraeuropeo en 1914. LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS 25 ‘Africa con excepciin de Etiopia y Liberia. Francia ‘ontrola una parte importante del Magreb y del Africa occidental. También se establece en Mada- igascar y en el Africa ecuatorial. Gran Bretaia posee fsimismo un vasto imperio africano, que se articula fexencialmente en torno al eje que va del Cairo a Giudad de El Cabo; controla Egipto, Sudén, Ugan- da, Kenia, Somalia, Rodesia y todo et Africa det Sur. En Africa occidental, domina Nigeria, Costa de Oro, Sierra Leona y Gambia. Aparte de estos dos grandes imperios, francés ¢ inglés, Alemania posee Togo, Cameriin y las colonias del sudoeste africano y del Africa oriental. Bélgica ocupa también un vasto territorio en el centro de Africa con su colonia del Gongo. Portugal extiende su control sobre el conjunto de Angola y Mozambique; dispone tam- bién de wna colonia en Guinea. En cuanto a Italia, ‘posce Libia, Eritrea y una parte de Somalia. Este movimiento de expansién colonial es indi- sociable de las grandes rivalidades entre potencias, Tas cuales adquieren cada vez mayor amplitud entre 1870 y 1914. Los apetitos coloniales y la bisqueda de esferas de influencia avivan las rivalidades tra- ddicionales en Europa y en el mundo; provocan crisis 4@ veces agudas entre las grandes potencias imperia- listas. La crisis de Fachoda, en 1898, entre Francia @ Inglaterra, y sobre todo tas que estallan en 1905 Yen 1911 entre Alemania y Francia « propésito de Marruecos, son sélo algunos de los episodios impor- antes de estos enfrentamientos y amenazas de gue- "a, que tienen I i pes wen lugar entre las potencias europeas, 26 LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS y ewyo origen son las rivalidades coloniales. Por Tiadidura, la carrera armamentista, y en particular Gl derarrollo de una competencia cada vee mayor en- tre las marinas inglesa y alemana, son em parte la consecuencia de ese movimiento ‘En 1898, se desarrolla el imperialismo norteame- ricano en tas Antillas y en las Filipinas, gracias a funa guerra contra Bspatia. Este iltimo, también ha- tia finales del siglo xix, ataca directamente los in- tereses de Alemania y de Inglaterra en América ‘Latina, En Asia, donde Japén se afirma como un rival de peso de las naciones imperialistas occiden- tales, las ambiciones coloniales de las grandes o- tencias su bisqueda de esferas de influencia son Ta causa de rivalidades y conflictos de importer. cia. China se convierte en el objetivo privilegiado de exos enfrentamientos, La guerra ruso-japonesa de {1904-1905 es ta manifestacién més grave de las ten- sioner engendradas por estos imperialismos rivales. La expansiin colonial y los enfrentamientos de potencias tienen por tela de fondo el desarrollo pro- igioso de ta civilzacién industrial occidental, y ¢” particular la de Europa, Los progresos tdenicos so” Importantes provocen transformaciones, profuda’ den los campos industrial y militar. La utilizacion dé nuevas fuentes de energia y el perfeccionamiento “Te nuevas téenicas de fabricacién aseguran a la 0- dduccién industrial un desarrollo. importante. Lot tmedios de transporte evolucionan muy répidament®- ‘Se asite, en particular, al desarrollo de los ferroca- tiles y de los barcos de vapor yy de manera general LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS 27 Tecrecentamiento de la velocidad horaria. Estos bios favorecen una ampliacién de los mercados Md tne dominion de ls tanfas de trans Re Por tre part, conten pare tas grende Bepees industrials nucvos intrumenion de con Waite y de poder, Ademés, l progron de a medi ‘que permite luchar contra las enfermedades les, hace posible la penetracién en vastos te- Me ilirenar, pricsloments ox Arce Geporants ganancias debdas ol ge indus “asi como las transformaciones del sistema de Seon al desarllo dele socnddes or 0 Dts ranaesbancet de negocios 9 depo Be orm concent de capita. Se ada ver mis o incetiy cxositimos fuera a etado te cracterce también gor un jure emotrdice ye gue de 1050 « 190, la Peters ae ix poblacitn europea ede tor tet 80% Beste pects, is octaves econbmics, te: 7 denon tu spc ol mma Gate la cermacién de tas grendes deolog ar, on tras tents monietacones del ‘@xpansionismo occidental que caracteriza este pe- Bsr conienferdnce,cefiide pene tomo ta “ere de ls imperial” J. LOS ANALISIS MARXISTAS DEL IMPERIALISMO- ‘Los avrores marxistas no conciben el imperialismo ‘como un simple fenémeno de expansién y conquista, ‘como Ia consecuencia directa del funcionamien- 40 y de la evolucién cel capitalismo. Asi, en esta iva, el imperialismo no se reduce al movie ‘miento de expansién colonial de finales del siglo x1x, ‘ino que ¢s considerado como uno de los fenémenos ‘de Ia evolucién del capitalismo. De ahi, que los ‘anélisis marxistas del imperialismo tengan como pun- 4o central el estudio del desarrollo del sistema capi- ‘alista y de sus contradicciones. Hay en esos analisis de las causas del imperialis- ‘mo dos grandes marcos explicativos: el primero, ba- ado en la tendencia a la concentracién y a la crea- ‘cién de monopolios, y el segundo centrado en las ‘condiciones de realizacién de la plusvalia I. Las causas et merenatssMo 1. El capital financiero, En el pensamiento marxis- 4 el primer marco explicativo del fenémeno impe- falta se basa en el concepio de capital financier. concepto, puesto al descubierto por Rudolf Hllferding, estd en el centro de las explicaciones del adelantadas por Nicolés Bujarin y 29 re 30 LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS Lenin, Para estos autores, el capital financiero de. fine una etapa en Ia evolucién del capitalism, ca. racterizada por el paso de la competencia al mono. polio, y sobre todo por la fusién del capital bancario y del capital industrial, procesos que implican un ‘control creciegte de la industria por parte de la alta finanza. > Marx ya habia querido mostrar que la tendencia ‘a la concentracién era inherente a la dinémica de la competencia capitalista. En efecto, para él, la ley de la competencia implica que el capital se acumula de manera desigual en las diferentes fempresas, lo cual lleva a una eliminacién progre- Siva de las mas débiles engendrando necesaria- ‘mente una concentracién del capital y una desaparicién de la verdadera competencia. Ast pues, este proceso leva consigo una tendencia a Ia monopolizacién. En su obra Bl capital financiero," Hilferding tra- ta de mostrar que esta tendencia a la concen- ‘tracién est tan avanzada, desde finales del ‘glo xx, que nos encontramos ya en una nueva etapa del capitalismo: el estadio monopolista. Para teste autor, el papel creciente que los bancos se han visto obligados a desempefiar en la cconomfa ca- pitalista refuerca exe proceso de concentracién. En efecto, las industrias, en su movimiento de concen tracién, son cada vez més dependientes de os ybancos para su financiamiento, ya que el proces? 4 Le capital financier. Btude sur le développement réeent du capitalisme, traducido del alemén por Maree! Olivier Paris, Editions du Minuit, 1970. LOS ANALISIS MARXISTAS 31 n bancaria_y el deiarrollo de las de financiacién (acciones, obligacio- ¢ a los bancos un papel nuevo én de la produccién capitalista. Es- ‘ya no son simples intermediarios en los “que detentan una parte cada ver més | de los capitales nevesarios a las. in “una parte cada vez mayor ‘industrial mo pertenece a los indus- To ponen en circulacién. Estos no se capital més que por intermedi representa ante ellos a los propie- capital. Por otra parte, la banca ‘obligada a utilizar en la industria cada vez mayor de sus capitales. De 7 banca cada vez mas se convierte en industrial. Llamo capital capital bancario, es decir, ese capital ‘east transformado_ efectivamente al industrial” * (...) “El capital finan- fica de hecho la unificacion del capital, antes diferentes, del capital indus- ercial y bancario, quedan en adelante trol de la alta finanza, en la que los de la industria y de los bancos estin ‘asociados. Esa asociacién se basa de Ta libre competencia entre itas all formarse las_grandes uniones ‘monopélico, Io cual tiene naturalmente cl’ cambio en las relaciones ‘eapitalista ‘con el poder del Estado”.* p. 317-318, 32. LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS Para Hilferding, y después para Bujarin y Lenin, la organizacién del capital bajo la égida del capital financiero, que corresponde a una expansién extra. ordinariamente rapida de los monopolios capitals. tas (creacién de cérteles, de consorcios de bancos, de sindicatos industriales, ete.), Heva a un proceso de ‘“aglomeracién nacional”, de nacionalizacién, y a una jucha cada vez més dura en el mercado mundial. ‘En ese proceso de nacionalizacién, el capital fi rnanciero penetra todos los resortes del Estado, que ‘asi se hace cargo de Jos intereses de los grandes mo- ropolios. El paso de una politica de libre cambio a tuna de alto proteccionismo es la expresion mis con- creta de este proceso. En la fase competitiva del capitalismo, el libre cambio era una regla y las Darreras aduaneras tenfan una funcién esencialmen- te defensiva, ya que favorecian el desarrollo de las nuevas industrias incapaces de soportar la compe tencia internacional. En la fase monopolista del ct- pital, el proteccionismo tiende a generalizarse; ¥ ‘esté al servicio de las industrias més aptas Pa"® soportar la competencia internacional. “El ‘proteccionismo superior’ de nuestros dias 19 ces mis que la férmula estatal de Ia politica econ6: frica de lot cérteles, Los modernos derechos Je ‘duana son los derechos de los cartels, un medio para éstos de adquirir una ganancia suplementa/% Puesto que esti claro que si, en el mercado interion Ja competencia se suprime o se reduce al_ minis Tos ‘productores’ pueden aumentar los precios bast! a Timite otorgado por los derechos de aduana, ANALISIS MARXISTAS 33 suplementaria ofrece la posibi- der las mercancias en el mercado exte- ‘precios inferiores al precio de costo, ‘a vil se organiza Ta politica de exportacién es os edrteles (dumping). Asi se explica ese 0 extrafio, de que los derechos de sprotegen’ la industria de expor- ‘al servicio de los _monopo- jamente una tendencia expan- ‘expresa en una politica de conquistas imperialistas. En efecto, las ganan- ‘monopolios obtienen de ese proteccio- les permiten financiar su politica de n su lucha por las salidas en el mercado necesariamente limitadas por la ca- - absorcién del mercado interior. Cierta~ vimaginar un alza de Jos ingresos de jadoras que permitiria una. subida interior. Sin embargo, para Bujarin “una hipétesis semejante es absurda ya que ‘os principios mismos de funcionamiento capitalista. Asi, los monopolios no pueden ‘cosa sino extender las fronteras nacionales ar de esa forma su mercado protegido aduaneras, y asi sus “sobreganancias” nacional permite mejorar la. venta educcién en los mercados exteriores, Bria, Leonomie mondiale o Ti Ltconomie mondiale et Pimpbriao eonomigue Pr, Baton Sailer ere. Pe. 60, pe et al ess. 5 dando @ los monopolios los medios financieros para sncial de las tasas de beneficio originada proseguir en el extranjero su politica de dumping welevacion de Ia composicién orgnica del Este andlisis de la politica proteccionista del ca. por el aumento de la parte del ca- pital financiero, que ocupa un lugar importante en e (instrumentos de produccién, tales fa obra de Bujarin, tiende a mostrar que, en la pers 8 i i pectiva marxista, la causa de la expansién imperia. jas para la produccién). Ahora bien, ista es sobre todo la necesidad de asegurar las ventas Jos beneficios (la plusvalia) se exteriores, a fin de colocar Ia sobreprodiiccién y ele. mente mediante la explotacién de los var asi la tasa de beneficio. res. De ahi que cuanto mas avanzado esté ‘Sin embargo, la salida de la produccién no es, ‘desarrollo, més bajas son las tasas de ‘en esta perspectiva, la dimica determinante del im Asi, el imperialismo es también la conse- pperialismo en la etapa del capitalismo monopolista. contra la disminucién tendencial Ni siquiera es el elemento esencial. Para autores 5 beneficio, puesto que la politica de marxistas como Hilferding, Bujarin y Lenin, le cién vital no “del mantenimiento, exportacién de capitales adquiere una importancia Gnuy especial como causa del imperialismo. Segin Bujarin, el desarrollo del capitalismo a finales del ol politico de vastos territorios exte- siglo xix. engendré. una acumulacién considerable te en una necesidad para el capital de capitales. En efecto, todas los progresos téenions "ya que se trata de proteger las inversio- y el aumento de la escala de produccién en la e7 ‘con el fin de poder proseguir con de los monopolios contribuyeron a Ia creacién de a (grandes masas de capitales, cuya salida en lor met incesante de materias primas es, en ‘cados interiores es cada vez més dificil. E} impe memeisin, otra coma del imperialismo. ialismo centva entonces su interés en desarrolla a he Jas ibilid: de inversién capitales en 1a do: materias primas para la ee ne Sree mee iscsi iebeag dadsidelxmajores 52m Papel y para numerosos tipos de Seca oidereso a entre ellos, los ferrocarriles—, las pitales, En efecto, segin el anilisis marxste, © es y vegetales para la industria ali- Ur desarrollo del capitalismo y con el progreso de lt ae CGencia y de la tecnologia, se asiste a una dismint yet. 36 LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS smenticia, y las materias brutas indispensables parg Ta industria textil (tales como la seda, el lino, ¢f céfiamo, el algodén, etc.). El desarrollo industria, ten la era de los monopolios, es de una amplitud tal que la esfera de la produccién agricola no ak ceanza a seguitlo, De ello resulta una desproporcién centre el desarrollo de la industria y el de Ta agri- cultura, desproporcién que provoca un alza sum ‘mente importante de los precios de las materias pre mas agricolas. ste aumento repercute negativamente en Tas tas de beneficio de las industrias que emplean estas ‘materias primas en su produccién, Para luchar com tra este descenso de las tasas de beneficio, los gram des monopolios intentan ensanchar sus esferas de aprovisionamiento de materias primas. De ahi surge tun reforzamiento de Ia dinémica imperialists y wa tenfrentamiento de las grandes potencias, que a quiere Ia misma violencia que en Ia competence ppor la salida de la sobreproduccién. Segin Leni teste reforzamiento es mucho més marcado por ual to el capital financiero no se asegura tan slo WP dominio sobre las fuentes ya conocidas de materi pprimas, sino también sobre aquellas que podsian # fitles en las. fasesposteriores del desarrollo dustrial ‘Ast pues, el imperialismo es considerado SOOM tuna consecuencia del desarrollo de los mone! ys en particular, de la evolucién del capital ‘inate «Lingle ted oaptme vas -ceptions tions Sociales, 1971, p. 117. ANALISIS MARXISTAS 37 para el andlisis marxista, exe pro- ollo es Ja causa de una lucha cada fl escenario mundial por la salida ‘el control de nuevas esferas de 1 aprovisionamiento de materias inexorablemente a la expansion del coldi I. Bujarin caracteriza ta dinimica fen estos términos: “El desarrollo de vas del capitalismo mundial os iiltimos decenios, un salto gigan- partes, la gran produccién salié Ta lucha por la competencia al “magnates del capital’ en una or- hiierro, que domina toda la vida na oligarquia financiera se ha ins- poder y dirige la produccién que fen una sola red. Este proceso de Ta produccién partié desde lidarse en los dirigentes de los se han convertido en los in- intereses del. capital finan. lag. ‘economfas nacionale? % Die Nationalititenfrage und die So- ne Verlag dar Wiener Vollabuchhan- (primera edicién de 1907). ‘Mondiale et Vimpérialisme, op. et, p. 106. LA ERA DE LOS IMPERIALISMOs "La expansién del territorio econémico bea a los cirtelesmacionales regiones agrarias. fen consecuencia, mercados de materias prima? aumenta las salidas y Ia esfera de inversin dg capital; 1a politica aduanera permite aplastar ly ‘competencia extranjera, obtener plusvalia y poner fen movimiento el ariete del dumping. La’ tote Tidad del sistema contribuye a aumentar la tas de beneficio de los monopolis. Es, precisamene te, esta politica del capital financiero, el imperia. lismo”? Lenin resumié ese proceso en una definicién famosa, que engloba los cinco puntos siguientes: “1) Concentracién de la produccién y del cx pital hasta un grado de desarrollo tal que ha creado los monopolies, cuyo papel es decisivo en la vida econémica; 2) fusién del capital bance rio y del capital industrial, y creacién, sobre la base de ese ‘capital financiero’, de una oligar- quia financiera; 3) la exportacién de los capitals, a diferencia de la de mercancias, adquicre unt importancia muy especial; 4) formacién de wnio- nies internacionales. monopélicas de capitalist que se reparten el mundo; 5) fin del reparto te ritorial del. globo entre las mayores potenciat capitalistas.” 2. Realizacién de ta plusvalia. Igual que los ‘= icos marxistas presentados en la seccién anteriof Rosa Luxemburgo considera al imperialismo com? Ia consecuencia de la evolucién del sistema capit® lista en su iltimo estadio. Esta autora da n° *Tbid., pp. 104-105. ANALISIS MARXISTAS 39 ‘de explicacién econémica del fe- Segin su punto de vista, el ne de una contradiccién esen- : Ia contradiccién entre las fuer~ 'y & los proletarios, olvidando por no capitalistas de la economia, sistema capitalista como ariclado on oes fomacines para Rosa Luxemburgo, ese icar el proceso de acu- Sees o, en el marco de la reproduc. ‘coiniin en el capitalismo, y que “tanto la acumulacién del “capital, sr proceso que onsite en I reine ‘una parte de Ia plusvalia a fin de au | capital productivo, se da un aumento ceién. Esta iltima termina necrsa “Superar las capacidades de_absor~ cado capitalists, En otros témincs, 1a rno encuentra una deman= ® Luxemburgo, en e] conjunto de la pro- italista tres partes pucden distinguirse: la Para renovar los medios de pro- anto para sustituir el capital fijo; Ne sirve para mantener a los obreros y Jeet que en la perspectiva mar- 4a parte de Ia plusvalia usurp 40 LA ERA DE LOS IMPERIALISMos a da a los obreros, y que da lugar a la reproduccifn una serie de relaciones con el del capital, es decir, la acumulacién. {que fo rodea. Desde su gine- ‘Segin Luxemburgo, la salida de esta tercera pare jinacién del capital se ha ido ‘es problemitica. “gDe qué mercancias se trata y emente; esta expansién en la quién, en la sociedad, tiene necesidad de cllas o, siempre jug6 un papel determi- dicho de otra manera, quién las compra a los capi hacia finales del siglo xn« la forma talistas para permitirles realizar por iltimo en “debido a la competicién, cada vez ‘especies sonantes Ia parte més importante de sus capitalismos nacionales por el ganancias?”™ Para esta autora, esa es la pregunta regiones que eseapaban atin fundamental que plantea el problema de la acumue mo. En otras palabras, hacia lacién. “Para que pueda darse la acumulacin, los capitalistas deben encontrar en otros lugares los come SP Eee sopecialinin. Eatc pradores para la parte de mercancias que contiene e én es incluso la expresin el beneficio destinado a la acumulacién; y esos de acumulacién. No obstan- compradores deben conseguir medios de pago pro- ., esta expansién no puede edentes de una fuente auténoma y no faciitada oo Se ‘por los capitalistas, como en el caso de los obreres at int acye' a) incc © colaboradores del capital: érganos del Estado, no se aduefia, para finalmente ‘ejército, clero, profesiones liberales. Tienen que ‘economias “naturales” de las compradores que se procuren los medios de pag? ‘globo sustraidas hasta entonces gracias a un sistema de intercambio de mereat ‘cas, y por tanto basindose en una_produccién de éstas, y esta produccién tiene necesariamente que ‘tuarse fuera del sistema capitalista de producci6n. ‘Asi pues, en esta perspectiva, el capitalismo two siempre necesidad, para su desarrollo, es decir, pa Ja realizacién de Ia plusvalia, y también como fuem te de medios de produccién y como reserva de mane DEL IMPERIALISMO ar los anilisis marxistas del im- ‘debate que se instaura desde 3, en el seno de Ta II Interna- ‘Ia evolucién del sistema capita: Sabre sobre todo a partir de ‘Por Ia cortiente revisionista, M8 Laccumalation du capital, traduccion de Tene PHM Paris, Maspero, 1967, «TI, p. 147. 3 Ibid, pp. 149-150. 42 LA ERA DE LOS IMPERIALISMos aparecida con Bernstein, sobre el cardcter incluctg: ble de las previsiones de Mare relativas a la agonia. yy la desaparicién final det capitalismo. Ademés, lay amenazas de guerra, que se cieren sobre Europa y el mundo desde los comienzos del siglo 2%, son tuna prescupacién importante de la socialdemocra. cia europea, y naturalmente avivan los debates acer. ‘ca de la euestién colonial y de los antagonismos en. ‘te las grandes potencias industriles. sta es Ia razén por la cual los andlisis marxitas del imperialismo se centran sobre todo en las com secuencias de este fendmeno, entre las que se puede contar la supervivencia provisional del capitalisma, Jas luchas imperialistas y la demolicién de las ee ‘tructuras de los paises colonizados. * 1. La supervivencia provisional del capitaliomo. La prolongacién de la existencia del capitalismo a com secuencia del imperialismo ocupa un Iugar impor ‘tante en el anilisis de Rosa Luxemburgo. Como sefialé més arriba, la tesis principal de esta autor ‘quiere mostrar que Ia articulacién con otras form ciones sociales es indispensable al capitalismo pa" que pueda existir acumulacién. En la época de lof monopolies, ese proceso de articulacién adopts It forma del imperialismo, ya que el nivel de evolt cién al que han legado las economtas capitalist Jas obliga a asegurarse el control de formacion®® sociales no capitalistas situadas en la periferia, if ve En esta perspectiva, el imperialismo es. ura cesidad vital para el eapitalismo: prolongs «4 * inexorable 1 Ia violencia y Ia energia con las a la destruccién. de ‘capitalistas, mds se estrecha ion, El imperialismo es a @ histérico para prolongar los y el medio mas seguro y mas ‘objetivamente un término.” seritos de Hilferding, Bujarin 0 én explicita del lazo existente y la supervivencia del capi- | es cierto que la cuestion de ‘capitalismo era una de las pre- de estos autores. En efecto, ‘en Ia propia I6gica de los erios en sus andlisis: baja ten- “de beneficio, surplus de capi- -carencia de materias primas, itamente de la necesidad de la “La necesidad de expor- @ la ‘excesiva. madurez’ del ynos paises donde (al estar atra- sultora y ser miserables las masas) no pital las inversiones ventajosas.” el capitalismo, a me- a lo que constituye su motor, es eficio, y por lo tanto desaparecer en tiene necesidad de manera capital, op, cit, t. UL, pe 1 Made ine bs capi, op ey 44 LA ERA DE LOS IMPERIALISMOs "ANALISIS MARXISTAS 8 imperiosa de la expansién imperialista."" Lo. que! hhace decir a Hilferding que la répida expansién de) capitalismo, que permiten las exportaciones de ca. pitales, “es Ia condicién vital del_mantenimientg de la sociedad capitalista”#* Ast, el imperialismo ¢ para el capitalismo, en Ia era de los monopolios, una necesidad econdmica absoluta. Constituye el “esta: io supremo” de la evolucién del sistema capitalista, ‘AL prolongar la supervivencia del sistema, ampliica las contradicciones y engendra sobre todo una tens dencia a la putrefaccién y al parasitismo,"” amine ‘el reparto del mundo entre esas ciando asi el trénsito al socialismo. inexorablemente al enfrentamicn- ‘También Lenin trat6 de poner al descubierto ak ismos nacionales, Ese enfren- ‘gunas consecuencias politicas del imperialismo que contribuyen a Ia supervivencia del capitalismo, Ea efecto, para él, la adhesién de un gran niimero de dirigentes de la TI Internacional a las politicas mi- ristas de sus respectivos paises, en agosto de 1914 sobre todo, es consecuencia Iogica del aburguesamien to de una parte del proletariado, engendrado por as capas del proletariado se be- ente de la explotacién imperialista interimperialistas, Muchos autores eran que en la era de los mono- fentre Tas grandes potencias capita propia légica del imperialismo. En del territorio nacional, y progresivo de las esferas de mercancias, inherente 38 Sin embargo, este punto de vista no cs compartide: de las grandes la poli- por Kausky, para quien el liperainmo no ex 48 He oe careles y le dimmu Ba de las pollticas posibles del capitaimo ya que reados, debida a la politica colo- ‘constituye una necesidad econémica para la “sobrevivencia de las potencias capitalistas; la ‘atte Dy ew ar be Hs, fcr In india. ter jeue Zeit, 11 de septiembre de 1914, vol. IT, nim y la agricultura atrasada, ential aceapaeah a 2 ia caterticin ae captal ar4Bn la medida en que se establecen, sunaue Leconémica de paises enteros alos smomentincamene, Tor preci del monopole, =, MS eatios nacionsles llevan. hasta el Gonparcosr asta’ un cierto punto lor cimulot de el antagonismo entre los interests de igreo téenico y, por consiguiente, de cualquier otro Pr So" Lenin, Lilmpéraliome, stade supréme du copie ity, pe 159. fet Ia scission du socaliame”, en Sociales, 1959, vol. 28, pp. 116 SOWsriviwadixl $01 AG VES VT 48. LA BRA DE LOS IMPERIALISMOs 4, El colonialismo, Para los autores: many olonialismo también es la consecuencia del ‘ialismo, Ciertamente, reconocen que el colonial ve anterior al fenémeno imperialsta ¢ incluso stoma capitalista, No obstante, segtin estos aut MisGvas de capitales entrafign necesatiamente Gominacién politica directa de las esferas de ip Versién, debido a la importancia de las sumas in Pf das a las cuales se trata de asegurar. En efecto, Ta época de los monopolios, no se trata ya slo proteger a capitales en movimiento, «t de Prereancias, ino también a intereses econ6micns ‘cho mis importantes, tales como Jas vias de 108 Srocarriles, las. instalaciones portuarias, las mings aes eee Edel imperilismo en. los las grandes plantaciones. Tconsecuencias que. algunos ‘Ee vasto movimiento de expansion colon on como tragicas y humana- ne, naturalmente, profundas repercusiones Mociedades que estén bajo el yugo capitaliste antiguas relaciones sociales formadas, se rompe el faciones sin historia’ y dichas naciones £0” ae” Rosa Loxemburgo ha dedicado importa eal andl de Tas consecienia 1 Sina ol fe esn expansion colonial. P22 mipetiomo “sempre se exfora5 oO Rudolf Hilerding, Le cit fnenct pats a eapital, op. cit. t. 11, pp. 46 y IL. LOS ANALISIS NO MARXISTAs IMPERIALISMO Los anduisis no marxistas del imperialism mumerosos y_variados. Pueden caract todo por el hecho de que no establecen una cién de causalidad entre el desarrollo del capitalista y el imperialismo. En efecto, para cenfoques el motor del imperialismo no se ene cen el capitalismo como tal, sino que tiene su igen en algunos factores de caricter socio politico, que no son producidos necesariamente el sistema capitalista. Esta es la razén por Ia a diferencia de los enfoques marxistas, la de imperialismo abarca esencialmente, en estos bajos, la idea de expansién colonial F Por lo demés, frecuentemente, estos. anlisis marxistas del imperialismo, utilizan marcos catives que hacen intervenir una pluralidad factores. Es por ello que resulta dificil esta tuna fipologia muy estricta ce estas diversas que, a menudo, tienen numerosos elementos Conviene destacar ademas que Ia mayor B de esos enfoques intentan mas 0 menos exp mente refutar las teorias marxistas. En efectos del andlisis de Hobson —que fa las interpretaciones marxistas del impet aque incluso inspiré parcialmente a estas ‘tm 50 NO MARXISTAS 31 ‘en el gran debate hist6rico ScIORCONSMICAS de Ios réditos, Hobson es colonial no responde & global. En efecto, para 61, lio exceso de capitales en los les es el factor determinante ‘encontrar en el interior mer- ales y los banqueros bus- de inversién ventajesas. El entonces a intereses sector LA ERA DE LOS IMPERIALISMOs E mA o mis amplia de su capital en el exterior, en p : be ciara aL ib ed ctlouts\ cys aarp al del mercado interior, tos crecientes de esas inversiones (..) 4 ppersiguen la con- fexagerado afirmar que la actual politica ex Brpesies Para alcaniar de Gran Bretafiaconstituye esencialmente en los medios poli- de Jas estructuras guberna- Jucha por el control de las esferas ventajong aii os instintos mis conservadores Después de haber demostrado Hobson que el se beneficia directamen- reat teeters pela c ptbaabulatpereue queda y el control de esferas de inverién én de las masas trabajadoras exterior, y que este movimiento es consecuend Bereiciesleasn tun surplus de eapitales en los grandes paises Bick sieerresponnables trializados, se esfuerza por poner en evider ccausas de ese exceso de capital. Segiin 4, el de ese fenémeno es una mala reparticién de : réditos en el plano nacional, y en especial Ia n de los instintos patrioteros, tura plutocritica de Ia sociedad que priva @ bién se apela a la exal- rmasas trabajadoras de su parte del producto 6 En efecto, esa mala distribucién de los réditos como consecuencia el subconsumo de las {que tienen un poder de compra demasiado produciéndose asi una acumulacién exces tec | capitales en manos de los miembros de Tas sociales més favorecidas. Asi, los capitales em & rno pueden encontrar mereados en el interior a los limites impuestos a las inversones y al rrollo de la. produccién por el bajo nivel de sumo de las masas populares. John A. Hobson, Imperialism. A Study. George Allen and Unwin, tereera edicin, 1998) P a j (primera edicién en 1902.) a 2 bid, p. 38. i LA ERA DE LOS IMPERIALISMos tintos que han sobrevivido a lo largo de log hasta la era industrial, que es de caricter fico. La exacerbacién de esos instintos dispensable al proceso de agresién y de Sionismo imperialistas como al de explota las. razas inferiores.* ‘Asi, las. masas. populares apoyan una, de expansién costosa, contraria a los inte conjunto de la nacién, sin darse cuenta de hhacen el juego de un pequeiio. mimero de dustriales, financieros y aprovechadores de ras. En efecto, la politica de expansion eo ¥ de agresién implica gastos importantes d fraestructura, de administracién y de arm que son cargados al conjunto de la_comu ‘mientras que los beneficios de este imperi son acumulades por una pequefia Seqiin Hobson, el imperialismo no es, sin tun fenémeno irremediable. Puede hacerse recer atacando a la raiz del mal, es decir, « ‘tructura social responsable de la mala distrib de los réditos y por tanto del poder de co “La bisqueda incesante de nuevos mercadot Giferencia entre el poder de produccién de Te dustriales y el poder de compra de los co constituyen la prueba irrefutable de una mala tribucién de los réditos. El imperialismo « 4 ducto de ese sistema; sélo una reforma pondria fin.” * Para Hobson, esa reforma deberia clevat der de compra de las masas trabajadoras ¥ *1bid, p. 221. 4 +Tbid, p. 88. 56 LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS ‘un Estado hacia la expansi6n por la fuerza, més all ide todo limite definible”.* Los fundamentos de esta fexpansién se sitjan ante todo en la persistencia, de ‘Gortas estructuras sociales heredadas del pasado, es- fructuras que se_mantienen largo tiempo después Ge haber perdido su razén de ser y_ su funcién. También se trata de Ia supervivencia de mentalida- ‘des y de comportamientos politicos y econémicos ‘dquiridos en Ja época del absolutismo real. EI comercio y la industria de Jos comienzos de Ta Gpoca capitalista se hallaban (...) absoluts- mente’ impregnados de los métodos precapita- Tatas: sometidos al monarca de grado 0 de fuerza, estaban marcados por los intereses del po- Ger real. Asi, con hibitos, sentimientos, pensi- miento y accién moldeados por su situacién en Ta época monirquica, es que la, burguesia abor- dé In etapa de la revolucién industrial. En otras falabras, los habitos y los intereses propios de un Fredio no capitalista, o al menos precapitalista, Tholdearon el comportamiento de los burguests. Ese comportamiento, tal como se manifiesta cn a historia, no expresa en absoluto el cardcter profunde dela economia capitalista sino Ta co. Rfjstencia del capitalismo naciente con un mode Ge vida distinto y con otra organizacién cco: ‘pémica; incluso, podria decirse, al menos en 10s Retnionacs de’ ia” época capitalista, expres !2 ffreeminencia de la. organizacion no capitalista Frente a la organizacién capitalista.* SYmapéritiome et clases sociales, traducido por S¥ aanne te Segonaacy Pierre Bresson, Parts, Editions 4 Minvit, 1972, p. #4 © Tbid, pM. LOS ANALISIS NO MARXISTAS 37 j segin Schumpeter, el nacionalism, las ten- ‘autoritarias y el imperialismo son algunas Has supervivencias del feudalism. La burguesia a} desarrollase, debi6 adaptarse al. Estado sendnauico, acabé por retomar exos hébites de otra “epoca. ee Bl imnperiaismo moderna, como también el mix Tiapen > e!sacjnasmo, an una Bere de paca ‘Jominada por el Estado mondrquico: Pssirerivens ho Sin traspotcioes, elementos ructurales, formas de organizacion, una con Wen de interes: y de actitudes que silo omprensibes en referencia sl Estado mond ‘esta perspectiva, el imperialismo no es pues § consecuencia del capitalismo, Es un “atavis ‘social y politico. El sistema econémico capi- a 6s, por esencia, inditociable de la democracia del racionalismo, de la competencia y del ‘cambio; segin Schumpeter es por naturale- perialista, De acuerdo con Winslow, cuyo del imperialismo es muy cercano al de peter, “ese atavismo al que lamamos impe- © se opone irreductiblemente tanto al sistema co de la democracia como al sistema eco- 0 de la libre empresa”.* Para Schumpeter, no fen un sistema de competencia, es decir en i p. 151, M, Winsow, The Pattern of Imperialion. A Sindy Theories of Power, Nueva York, Columbia Uni- Pres, 1948, p. 237. sa LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS ‘un sistema que absorbe todas las ener ccompetencia econémica, una dindmica orientada hhacia las conquistas y las guerras, Toda aventura exterior es incluso considerada como un elemento perturbador. Schumpeter admite la apa- ricién en el sistema capitalista de tendencias protec- cionistas y monopolistas. Ademés, reconoce que estas tendencias favorecen al imperialismo y sefiala que responden a los intereses propios de un pequefio niimero de empresarios y de financieros. Sin em- argo, niega que sean inherentes a la dinamica ca- pitalista 3. Grisis econémicas y orden social amenazado. Al- gunos historiadores, como William Langer y Geoi- frey Barraclough,’ han sefialado el papel desem- peiiado por el proceso de industrializacién en el desarrollo del imperialismo, Este proceso, por las ‘mutaciones sociales que entrafié, amenazé el orden cexistente y, en particular, el poder de las clases «o- minantes, Estas ltimas habrian entonces utilizado el imperialismo para canalizar las amenazadoras presiones sociales. Partiendo de este tipo de explicacién, Han= Ulrich Webler ha tratado de poner en evidenci el papel particular desempefiado por las dificults- des coyunturales en esa dindmica imperialista. A "Ver, por ejemplo, Geoffrey Barraclough, Une intr duction 2 Phstoire contemporaine, Paris, Stock, 1964, pp. 49-69. Bismarck wnd der Imperiaismus, Colonia, Kiepe™ hhauer und Witech, 1969. LOS ANALISIS NO MARXISTAS 39 de 1873, la economia mundial entra en una de crisis. Las clases dominantes de los diversos industrializados toman entonces conciencia de los peligros que las dificultades coyunturales, y todo las flexiones e incluso los paros del cre- mto econémico, presentan para la estabilidad orden politico y social. Se desarrolla entonces fas élites un amplio consenso ideolégico sobre eesidad de una expansién econémica continua, es preciso en el imperialismo. La expan- ial, se cree que deberia permitir relanzar nto econémico y por tanto atenuar las pro- ss de Ia tensién social. Mas atin, seria una ‘= : ey fuado dolorommente por la industralizaciSa Pedeeante los periodos de dificultades coyunturales, Peligro mortal para el orden social existente, fmenaraba con evtallar poe cl choque de Eambion econémicos y sociales Ese pera: Pena eco remedies feritorial, remedio que’ ‘debe, permis cl-mereado, restblcer: In economia Be a esta ditina in nocvo. creciicats, Y fritar cl etallido. de las estructuras sorale iar de nuevo las relaciones de fuera “objetivo era la paz social, més atin que la a econémica y'la bisqueda del ‘mix ficio, pero era plenamente consciente de que 60 _ LA ERA DE LOS IMPERIALISMOS tal objetivo dependia de la prosperidad eco. Némica,y eel mantenimiento del orden social. TI. Las Tzonias pouiricas Poclemos sefialar que, de manera general, Tas ex: plicaciones politicas del imperialismo aparecen esen- Cialmente en los trabajos de historiadores, También fe podrfa afiadir que, en la mayor parte de esos trabajos, no se dan teorias globales del imperial. ‘mo, ya que lo més frecuentemente dichos trabajos te limitan a estudiar empresas coloniales especificas, tales como la expansién colonial francesa, britnica ‘0 alemana, o fenémenos imperialistas particulars, como el reparto de Africa.* ‘Conviene por fin destacar que si bien Tos factores politicos ocupan en esos anilisis del imperialismo tin lugar preponderante, estén a menudo yuxtapues- tos a otros elementos explicativos de naturaleza eco- némica y sociol6gica. 1. Rivalidades entre potencias y nacionatismos, En Ja perspectiva de estas explicaciones politicas del 34 Hans-Ulrich Webles, “Sosialimperialismus", en Hans Ulich Webler, editor, Der Imperialismus, Colonia, 1972, p. 85 8 Algunos trabajos histricos sobre el imperilismo te ‘nen un tema tan limitado que no se les puede inclit en un andlisis de las tentativas hechas para explicar =p ou & ‘,qeuadua,, ¥81 ‘sauoyne sow undag ‘oyespunur sex19n3 2p 10pes -08 sov9 un ua vale wuiasis [2 nb stpaduit a ayo Ola “eM, 9p eLION v| EndnsVe of Ssoso3s09 saio}ianxa sANeyIUr sostutorduiod 59998 -ps9 [Buo}eW.9IUL uapso OED un op oUa_LEA Ya ‘ouewos ouadiy |p woo oprsared un vfap ou anb yeuodu vjouaiod wes8 wun $9 sopeisg ‘eaxSojoap! ugstur ns ap auan anb op sormqome ‘soanyjod sosguosduo> sus 9p soe 9p epueyodist vy sod ‘owe ug “eH sau efouated e] ap ,feriadurt, UpIeI0A el PH ‘owas us.0U0291 soso “uty Ug 4y "UO 9 $6 STIVNOIOVNWSINI SANOTOVISH SVT 2p ugzer ns uainpsuos onb sazouorx9 soneyiut Seyuouduos so] o exon ap seams se oa duouysn goss, 969 op oauivas> & Ja UaBar0Ne} an soomgsD0INq yur ofoiduioo,, oosayueliS un oxptiodiza ‘oy exion ep aiuemp’ opezouesap 4 ‘Texpunyy euong epunss vy] aueNp opeztuesio TeyyrUr orrede atuous je onb uesprsuos sexoine sound, .{SeuUesHIUIeLION seanyod souo|MNsHT sel nisasSoid ugisianied wun ap vaitigy ¥| ood pod [pp ,eiouvsoue vj, 9p seiouansasu09 woo mepunuap anb see “uremat, A omar VIONIGNGaTa A OWSITVEETEWT -eoua 9 U9 op awe ussut soBojgiyod somG cy 92 IMPERIALISMO Y DEPENDENCIA mingo y Vietnam, a las que denuncian como consecuencias de “Ia arrogancia” del poder, 0 como la logica de una perversién progresiva’ de las instituciones politicas norteamericanas.* Al. ‘gunos autores consideran que el enorme aparato militar organizado durante la segunda Guerra Mundial, y desarrollado durante la guerra fria, tin gigantesco “complejo militar-indus. trial” que favorece Ja carrera armamentista, las aventuras exteriores y una diplomacia agresi= va, Recuerdan que cerca del 10% de la fuer- za de trabajo norteamericana est al_ servicio de In defemsa nacional, y también el papel pre- ponderante desempefiado por el Departamento de Defensa en la investigacién y el desarrollo industriales en Estados Unidos, fenémeno que ne- cesariamente crea enormes intereses politicos y urocraticos que favorecen el mantenimiento y crecimiento de ese Establishment militar, y por fanto las amenazas de guerra o los compromisos militares exteriores que constituyen su razén de Otros politélogos insisten ante todo en el enca- denamiento de errores politicos que condujo los Estados Unidos del “freno” a la unss a las inter~ venciones “imperiales”, incluso “imperialistas” de 28], William Fulbright, The Arrogance of Poser, Nueva ‘York, Vintage Books, 1965; Theodore Draper, Abuse of Power, Londres, Secker and Warburg, 1966; Arthur M- Schlesinger Jr, The Imperial Presidency, Nueva York, Popular Library, 1974. MAdam Yarmolinsky, The Military Establishment. Its Impact on American Society, Nueva York, Harper and Row, 1971; Ervin Knoll y Judith McFadden, Amerie Militariom 1970, Nueva York, The Viking Press, 1969. LAS RELACIONES INTERNACIONALES 93 sesenta."* En fin, otros reconocen como Ja vocacién “imperial” de la potencia nor~ a. En efecto, por la importancia de sus es, de sus compromises politicos, econémicos jtares a escala mundial, pero también por el do que tiene de su misién ideolégica, Estados fs una gran potencia imperial que no deja ‘un parecido con el Imperio romano, El tenimiento de un cierto orden internacional ex ‘veces compromisos militares exteriores costosos, 9 lo atestigua Ia guerra de Vietnam. Pero este J de conflicto es impuesto por la vocacién “impe- ‘que origina necesariamente el poder norteame- Estados Unidos debe asumir este papel de ppotencia para mantener cierto orden interna- f¢ impedir que el sistema caiga en un caos ge- de guerras mundiales, Segtin estos autores, Unidos tiene una politica “imperial”, y no sralista, ya que interviene en el mundo sin tratar wertirse en un verdadero imperio."* festa clase de anilisis, el imperialismo, 0 Ia vor symond Aron, République impériale: Les Etats-Unis le monde (1945-1972), Paris, Calmann-Lévy, 1973; ley Hoffmann, Gulliver empltré, Essai sur la politique ere des Etats-Unis, Paris, Seuil, 1971. orge Liska, Imperial America, The International ss of Primacy, Baltimore, The Johns Hopkins Press 57; del mismo autor, War and Order: Reflections on ‘and History, Baltimore, The Johns Hopkins Press, BB; Robert Tucker, Nation or Empire? The Debate "American Forcing Policy, Baltimore, The Johns Hop- Press, 1968. IMPERIALISMO.Y DEPENDENCIA. ‘caci6n “imperial” de Estados Unidos, no es gene- ralmente la consecuencia ineluctable de un sistema econémico particular, sino la légica de Ja anarquia ‘del sistema internacional y de la desigualdad entre Jos Estados. Si las grandes potencias, Estados Uni- dos y la unss en particular, expresan en el esce- nario internacional las tendencias hegeménicas ma- yores, es precisamente en razén del enorme poder de que disponen en el plano, militar primero, y en el econémico y politico después. Tl, Las TEORIAS SOBRE LAS RELAGIONES. INTERNACIONALES Y HL ANALISIS DEL, IMPERIALISMO Para los historiadores y polit6logos que consideran cl imperiatismo como la conducta expansionista de ‘una unidad politica que busca someter a. pueblos, €inica y culturalmente diferentes a un mismo con- junto econémico y politico, o incluso como una jntervencién politica 0 militar que intenta cambiar fl statu quo, el imperialismo dejé de ser hoy tun fenémeno central en las relaciones internacio- rales. Como se vio, Ia mayoria de los teéricos de. las relaciones internacionales contempordneas han adop- tado este punto de vista, Esta es Ia raz6n por le cual no se encuentra en sus escritos ninguna ape- lacién al concepto de imperialismo a fin de explicat Jas relaciones internacionales de posguerra. En su estudio de las épocas pasadas tampoco han desarro- RELACIONES INTERNACIONALES 95 teorfa global verdaderamente nueva del tigmo en la era de la expansiGn colonial. decir, entonces, que sus enfoques mo contie- ngiin elemento nuevo que permita etclarecer mprender el fenémeno imperialista? De ningu- En efecto, el estudio contempordneo de internacionales y més particularmente én acerca de los conflictos y de las fuer- ansnacionales puso de manifiesto algunos ele- Texplicativos y elabor6 ciertas hipétesis que cen considerar como capaces de enriquecer del fenémeno imperalista. iclementos explicatives que tienen por tema nflictos internacionales hacen resaltar diferen- ecios de las relaciones sociales y se sitjan en hiveles de andlisis. En efecto, en la bisqueda ores determinantes de los conflictos, el puede certrarse, alternativa 0 conjunta- en las dimensiones politica, econémica, social, yy cultural, Por otra parte, esta clase de js puede ser realizada a tres diferentes niveles: “individuo, el del actor internacional y el del internacional. ‘para empezar, se aborda el nivel del indivi- se descubre que la tradicién filoséfica_y jgica occidental consider con frecuencia { naturaleza humana como una de las causas es de los comportamientos sociales agresi- Gierto nimero de te6ricos de las_relaciones refiriéndose explic fnacién que seria comin a todos los hom- 96 IMPERIALISMO Y DEPENDENCIA bbres. Como lo destaca Amnold Wolfers, al_ca- racterizar a esta corriente de pensamiento: “Los hombres, los individuos.y las naciones, se com- portan como animales de rapifia, impulsados por un ardiente desco de poder @ animus dom: Inspiréndose en descubrimientos hechos por el ‘psicoapdliss,, algunoe. autores se.,esforzaron. por superar este tipo de explicacién general de ca- racter filoséfico, y trataron de delimitar mejor Jos determinantes psicol6gicos de los comporta- ‘mientos agresivos en el plano internacional. El factor individual es pues tomado en considera- ccién, sea a nivel de los responsables politicos, sca como elemento explicativo de algunos movimicn- tos colectives. Por otra parte, ain se establece Ja distincién entre dos tipos de variables expli- cativas, por lo dems parcialmente intrincadas, a saber: el factor de la personalidad en el sentido stricto del término, y el de la ‘én. El anilisis de la personalidad de los responsa- bles politicos es el tema de una abundante litera- tura. Asi, por ejemplo, se coincide generalment= fen admitir que el nazismo es incomprensible si no se hace referencia a la personalidad de Hitle y que el estudio del estalinismo implica tambié el anilisis dela personalidad de Stalin. Es por ello que, inspirdndose més o menos directamente en el psicoandlisis, se traté de explicar persona lidades politicas como las de Hitler o Stalin, y de poner de manifiesto los determinantes afecti ‘vos de sus comportamientos politicos. Por otra parte, al desarrollar tipologias psicoanaliticas, al- 8 Discord and Collaboration: Essays on International Politics, Baltimore, The Johns Hopkins Press, 1962, pp. 83-84, LAS RELACIONES INTERNACIONALES 97 nos autores mostraron la importancia del factor dual en la elaboracién de algunas politicas tivo agresivo también _m n de muchos investigadores. Asi, inmediata- te después de la segunda Guerra Mundial, 5 estudios de Adomo y de sus colaboradores cevidentes los fundamentos psicolégicos égicos del antisemitismo y de algunos com- intos fascistas, y fueron el punto de par- de una literatura muy abundante sobre el imo tema. No obstante, se admite que no es explicar la accién de una colectividad tni- amente a partir del estudio de los determinantes ‘comportamiento individual. fin, también la percepcién puede desem- ar un papel en los comportamientos conflic- en el plano internacional. La percepcién tiene el individuo de su entorno esté deter- por factores a la vez cognoscitivos, psico- y culturales. Los procesos de socializacién en in{luir mucho, por ejemplo, en la percep- n que tiene el individuo respecto del extran- ero y, por lo tanto, en sus comportamientos jonalistas agresivos.* L. Greenstein, Personality and Poli ham Publishing Company; Fred T. Greenstein, Michael t editores, A Sourcebook for the Study of Perona- Politics, Chicago, Markham Publishing Company, ‘La biographie prychoanalitique nes politiques est-elleréalisable?”, en Pierre Rentch- ‘André Haynal, Pierre de Senarclens, Ler orphelins bils le monde? Un problame prychohistorique, Pax , 1978. "Herbert C, Kelman, International Behavior. A Social Chicago, 98 IMPERIALISMO_Y DEPENDENCIA ‘A nivel de los actores intemacionales, general- mente se distinguen tres categorias de determinan.. tes posibles de la politica exterior: las variables fisicas, estructurales y culturales. Al interrogarse ‘acerca de los determinantes fisicos, muchos stu dios contempordneos trataron de mostrar la im- portancia de la situacién geogréfica, de los recur- 0s naturales y de los factores demogrificos en el comportamiento expansionista de: un Estado ee oe ejemplo, en sus estudios de pol fa, se esforzd por mostrar que una elias feaclones esenialee de a guerra de ls aventuras imperialistas puede ser Ta regulacién de las presiones demogrificas."* En lo que concierne a las variables estructu- rales, dest ‘que se insiste con frecuencia cen la importancia del tipo de régimen politico para explicar algunos fendmenos conflictivos. Asi muchos autores han creido poder establecer una correlacién entre los regimenes de cariicter tota- litario (la urs, por ejemplo) y el expansionis- ‘mo. Por otra parte, la guerra es a veces analizada ‘como un medio de resolver los problemas inte- riores propios de algunos regimenes politicos ‘También se ha tratado de mostrar el papel de peychologicat Analis, Nucen York, Holt, Rinchart snd Winston, 1966; Robert Jervis, The Logic of Images i= International Relations, Princeton, Princeton University Pres, 1970; del mismo autor, Perception and MisperceP tion in International Politics, Princeton. University Press 1976. 2 Traité de polémologie. Sociologie des gueres, Pass Payot, 1970. 2 Naali Choukri, Robert North, Nations in Conflicts Notional Growth ond International Violence, San Fran- ciico, W. H. Friedman, 1974. RELAGIONES INTERNACIONALES 99) tratificacién social y de su evolucién en el rrollo del militarismo. En el mismo orden y como lo vimos, también sc ha inten- "porter de manifiesto que las estructuras eco- y_ sociales de Estados Unidos habian nado en gran medida la aparicién de un plejo. militar-industrial”.** Ademés, nume- ‘udion wbre los procesos de decsiin con: ‘un importante lugar a los ticos en Ia explicacién de algunos con- bién se considera que las variables cultu- ‘son importantes en la_determinacién de jictos internacionales. En este campo, sin 9, no existen_ trabajos sisteméticos, aun- ‘estudios parciales que sobre todo muestran ceulturales de los com} tos agre- papel de la ideologia 0 los procesos. de ‘de la opinién piblica y de los este- nacionales.* jes modo se abrié paso al desarrollo ‘modelos explicativos que se basan en teristicas 0 los atributos fisicos, estruc- es y culturales de los actores estatales, En (penpectiva, no s6lo'se traté de relacionar "0 cual de estas caracteristicas con la tendencia m Yarmolinsky, The Military Establishment, obra m TT. Allison, The Essence of Decision, op. ci ©. Kelmann, International Behavior, oP. ¢ sberg, Etats de tension et compréhension inte ,, Paris, Librairie de Médicis, 1951; J. David Ccditor, Human Behavior, and International Poli- Contributions from the Social-Prychological Sciences, go, Rand McNally, 1965. 100 IMPERIALISMO_Y DEPENDENCIA conflicto internacional, sino que también se in- tent ver si, més que tal atributo por sf mismo, no seria a veces mas bien la distancia que separa 2 dos actores estatales en lo que se refiere a atributos tales como la cultura, el desarrollo econdmico, las dimensiones geogrificas, el poder, ftcétera, Io que originaria este tipo de compor- tamiento.** ‘A nivel del sistema internacional el. estudio de Tos conflictos se orienté hacia la bisqueda de correlaciones entre algunas caracterfsticas estruc- turales del sistema y el comportamiento agresivo de sus miembros, y de manera més general la cestabilidad del sistema. El caricter de no integracién del sistema in- temnacional, y més particularmente la ausencia de normas’ coaccionantes para los actores de ese Sistema, y por tanto la posibilidad para estos Gltimos de recurrir a la fuerza armada para de- fender Jo que consideran como sus intereses, ha sido con frecuencia considerado como un factor importante en_ la explicacién del desarrollo de Jos. conflictos internacionales, ‘Otra caracteristica estructural de Ios sistemas internacionales retuvo con frecuencia la atencién de los teéricos. Se trata de la polaridad 0, en ‘otros términos, de la configu: de la rela ign. de fuerzas, Asi, trataron de descubrir la existencia de correlaciones entre esta polaridad la estabilidad de los sistemas internacionales. Sin embargo, ain no existe entre los autores, acuerdo sobre este punto; algunos ven los siste- mas bipolares. como ms. inestables que lo: Rudolph J. Rummel, “The Relationship between National Attributes and Foreign Conflict Behavior”, °® LAS RELAGIONES INTERNACIONALES 101 polares;* y otros, por el contrario, consideran Gxiste una correlacién positiva entre la ten- ja a los conflictos y el niimero de polos de jos sistemas internacionales.*” eq homogencidad ¢s una caracteristica es- yal que también se ha intentado corre- con el comportamiento belicoro y, la dad de los sistemas internacionales, Para iymond Aron, por ejemplo, Tos sistemas homo- mes decir aquellos en Tos que los Estados enecen al mismo tipo, obedecen a una politica similar, ‘son en primera a més estables y manifiestan wna violen- ‘nis Timitada que los sistemas in os cuales los Estados estin organizados se- ‘puincipios diferentes y proclaman valores tradictorios”.2* ‘mayor parte de estas tentativas que pretenden ir elementos explicativos que permitan es- {8 Michael Haas, “International Subsystems: Stability Polarity”, Americon Political Science Review, 1970, “G4, pp. $8 a la 123; Kenneth Walte, “The Stability ‘Bipolar World”, Daedalus, 1964, pp. 881 a la 909. W. Deustch, J. David Singer, “Multipolar Power ‘and International Stability", World Politics, 1964, 390 a Ia 406. md Aron, Paix et guerre entre les nations, 102 IMPERIALISMO Y DEPENDENCIA mente el marco del estudio de los conflictos inter. nacionales; si bien la mayoria de ellos proceden, como vimos, con un enfoque conductista que tiende a minimizar la importancia de la dimensién con- flictiva en las relaciones internacionales. Un examen atento de estos diferentes aniliss, y de las perspec. tivas que abren, sugiere especialmente que no es posible dar cuenta de los conflictos internacionales ‘mediante una explicacién monocausal. Asi pues, ha- bia entonces que elaborar una explicacién multi ‘mensional, poniendo de manifiesto una pluralidad de variables. ‘Tal como ya sefialamos, esos trabajos no estudian directamente el imperialismo, y casi no utilizan este concepto para dar cuenta de las relaciones interna- cionales contempordneas. En efecto, esos autores conciben el imperialismo como la conducta expansionista de una entidad es- tatal que tiende a la edificacién de un imperio, y se basan implicitamente en la hip6tesis segin la cual este fenémeno pertenece esencialmente al pasado y cen la actualidad no es caracteristico més que de po- Titicas limitadas en el tiempo y en el espacio. Sin embargo, no es menos cierto que numerosas variables descubiertas por estas investigaciones sobre Jos conflictos, ya sea a nivel del individuo, de los actores 0 de los sistemas, podrian, en esta perspec- ‘iva enriquecer la reflexi6n sobre el imperialismo, ampliando Jos marcos de anilisis tradicionales de este fenémeno, vistos en la primera parte de esta obra, No obstante, estas variables no van més allé RELAGIONES INTERNACIONALES — 105 nsién conflictiva del imperialismo y de Ia sign interestatal de las relaciones internacio- “Tos procesos de dominacién no directamente os, y que pueden resultar de Ia accién de fuerzas transnacionales, son asi minimizados ora bien, como ya indicamos més arriba, en jos sesenta aparecié un nuevo “paradigma” festudio de las relaciones internacionales, que 1a el] modelo dominante centrado en las re- interestatales, y que se concentra ante todo “fenémenos de interaccién y de interdepen-_ 4 @ nivel transnacional. ollo de este “paradigma” esta sin duda do a la evolucién reciente de las relaciones evolucién marcada por la impor- ‘cada ver mayor de los procesos de coopera- f incluso de integracién, entre las sociedades Jes desarrolladas. Estos procesos, que esca- frecuencia a la accién directa de los Esta- ifiestan una interpenetraci6n cada vez més nda de las entidades nacionales en los planos politico, cultural y social. festa nueva orientacién del estudio de las re- internacionales, se ha reconocido Ja im- fancia de los actores no estatales en el mundo ¥ partcularmente ha interesado el papel de ciedades multinacionales y la actividad de al- ‘organizaciones internacionales no guberna- fen el escenario internacional. Sobre todo 6 de poner de manifiesto la influencia cre- 10t IMPERIALISMO_Y DEPENDENCIA ciente que es0s actores pueden ejercer en la totali- dad del sistema internacional, y més particularmente fen os actores estatales tanto en la esfera de la politica interior como en la de la politica exterior En especial, los autores se preguntaron si el desa. rrollo de esas fuerzas transnacionales no conduciria al derrumbe progresivo del poder estatal y si por cconsiguiente no engendraria una transformacién 1a- ical del escenario intemacional, permitiendo el flo- recimiento de intereses comunes de caricter pa- fico. Pero, por otra parte, se ha tomado conciencia de que algunos de los vinculos de interdependencia odrian tener una naturaleza asimétrica capaz de engendrar la dependencia econémica, e incluso po- ‘itica, y convertirse entonces en el instrumento ce algunas politicas de tipo neocolonialista. ‘Asi se puso en evidencia distintas formas de interaccién asimétrica en las relaciones transnacions- Jes, es decir en las interacciones politicas, econémi- cas, sociales y culturales entre actores sociales per- tenccientes a sistemas nacionales distintos. Se intents ‘mostrar, por ejemplo, que algunas sociedades mul nacionales, debido a su tamaiio y a su pode teenol6gico, estin capacitadas para ejercer una in- fluencia considerable en la economia de algunos pai ses. Asi, as relaciones internacionales de tipo asimé- ‘rico introducirian relaciones de dependencia de un sistema econémico nacional con respecto a otro. Estas relaciones de dependencia podrian ser la consecuencia de una politica intencional cuando un Estado em- “and Dependency i LAS RELACIONES INTERNACIONALES 105 transnacionales que controla, tales como ‘multinacionales, sindicatos, partidos poli- ‘organismos culturales, para penetrar directa ite en Jos sistemas sociales extranjeros ipefiar asi un papel con frecuencia determi fen los asuntos de otros paises." trabajos emprendidos en el marco de este “paradigma” han tratado de mostrar la exis- de un cierto nimero de procesos de depen- . Pueden por lo tanto levar a interrogarse de la existencia de nuevas formas de impe- fn las relaciones internacionales contempo- _¥ sobre Ia posibilidad de dar un contenido al concepto de imperialismo.® En este se aproximan parcialmente a los anilisis istas del imperialismo en la época contem- ‘que serin el tema del capitulo siguiente, ‘estos distintos tipos_de intersccién asimétrica, Penetracién, ver Kasl Kaiser, “Transnational Po: ‘a Theory of Multinational Politics”, of. ct por ejemplo, Karl Kaiser, ibid., como el nic International Organization, 1978, vol. 32: Defen= the Global’ System, editado A. Gaporaso, ‘TEORIAS DEL NEO-IMPERIALISMO 107 internacional, y de su reproduccién. En el subdesarrollo del Tercer Mundo es no la consecuencia directa de la explotacién de por las potencias capitalistas imperialistas. ‘corriente de pensamiento, representada por como Paul Baran, Paul Sweezy, Samir Amin, Iv. LAS TEORIAS DEL NEO-IMPERIALISMO Y DE LA DEPENDENCIA ‘Hacia el final de los afios cincuenta, se ve apare- ‘cer una visién de las relaciones internacionales que se opone a las teorias dominantes expuestas en cl capitulo anterior, y que cuestiona el esfuerzo de conceptualizacién y los elementos explicativos que estén en el centro de esos enfoques. Esta perspectiva proviene de una concepeién marxista de las rela- ‘ciones sociales y se afirma especialmente como e- redera de la teoria leninista del imperialismo, Tal perspectiva cree hallar en Lenin los fundamentos te6ricos de una explicacién de las relaciones inter- nacionales contempordneas, y de su evolucién. In- terrogindose sobre las mutaciones recientes del sis- tema internacional, este enfoque neomarxista intents mostrar Ia persistencia del fenémeno imperialists y ve en el imperialismo un concepto que deberis t rocurar una explicacién de las relaciones interna 'y Enzo Faletto? han elaborado una teorfa ‘cionales en general, y del subdesarrollo del Tercer ‘Mundo en particular. En efecto, mientras que las teorias dominantes situaban los obstéculos ‘para el desarrollo en el in terior de las sociedades del Tercer Mundo, en st ‘onganizacién social y econémica como en su cult ra, estos autores neomarxistas conciben el subdes rrollo incluso como una consecuencia del sistem? cién como puramente formal y, basindose de imperialismo, afirma que el sis sta determina siempre el conjunto de es internacionales. En efecto, para estos ‘por ejemplo, Paul Baran, Paul Sweexy, Le enopoliste. Un evsai sur Ia societé industrielle Paris, Maspero, 1970; Samir Amin, L'accum chelle mondiale, Pari, Editions Anthropos, 1970, Limpérialsme en 1970, Paris, Marpero, 1973; Liéchenge indgal, Essai sur let antago. les rapport: dconomiquer internationaus, Pax 0, 1969. por ejemplo, André Gunder Frank, Le dévelop- 106 108 IMPERIALISMO Y DEPENDENCIA $ TEORIAS DEL NEO-IMPERIALISMO 109 expecifica que intenta explicar la situacién de depen. dencia particular de América Latina con respecto 3 Estados Unidos. Tales autores insisten en la corre. lacién que existe, por mor de la situacién de depen. dencia, entre el desarrollo de los paises capitalist, industrializados y el subdesarrollo del continents la. tinoamericano. También se detienen, en su andliss, en las estructuras socioeconémicas de los paises de ‘América Latina, que mantienen y hasta refuerean el subdesarrollo, y el de periferia (es decir, ta totalidad de) es dominados). Como se verd mas adelante, ma se complica un poco ya que se distin- n frecuencia, en el interior del propio cen- centro y una periferia, basindose en la idea ‘Jas metrépolis son detentadas por una clase =, por élites que oprimen y explotan a las sbajadoras; también se distingue, en la peri- n centro y una periferia; el centro de Ia esti constituido por las clases dirigentes cl papel de sustitutos del imperia- n el Tercer Mundo. central de este enfoque te6rico puede asi: Ia creacién, la reproduccién y el de una relacién estructural de interde- asimétrica entre el centro y Ia periferia, T. PRonLEMATICA GENERAL EN LA QUE SE CENTRAN ESTAS TEORIAS Este enfoque teérico del imperialismo contempori- neo considera este fenémeno como un estadio par ticular de la evolucién del capitalismo, que origina mumerosas relaciones de dependencia en el sistema internacional, el mantenimiento del subdesarrollo del Tercer Mundo, el militarismo y Ia guerra. Todos estos fendmenos son definides como de naturales imperialista, y son aprehendidos mediante un anali- sis global que los sitéia en el marco de las estruc- ‘turas_y del funcionamiento del sistema capitalist internacional. Los conceptos clave de esta clase de anilisis so ‘al de centro (también denominado a veces metré- consecuencia el subdesarrolo y la explotacién ‘periferia por el centro, En otras palabras, el oll del centro y el subdesarrollo de la peri- 4 on dos elementos complementarios © indiso- de un mismo proceso que se inscribe en la el sistema capitalista mundial. Asi pues, intemacional est. marcado por el impe- ‘de dependencia estructural de la periferia en gn con el centro, lo cual implica que el desa- y del centro se acompafia del subdesarrollo | periferia, \ Pement du sousdbocloppement: PAmérique Latine, Pst ‘Maspero, 1970; Fernando Henrique Cardoso, Enzo Fale to, Décadence et développement en Amérique Latine, Potts Presses Universitaires de France, 1978, 110 IMPERIALISMO_Y DEPENDENCIA TEORIAS DEL NEO-MPERIALISMO 111 TL, Los Temas Especiricos pesaRnoutapos POR ESTAS TEORIAS Ja importancia relativa de las inversiones capitalistas en dicha periferia, y ante ‘de manifiesto el hecho de que las tasas El tema general que acaba de ser formulado puede eficio de esas inversiones son muy elevadas, ser abordado a diferentes niveles, Io que mos per- en el Tercer Mundo, mite distinguir muchos temas especificos desarro- Iados por las teor‘as del neoimperialismo y de la dependencia. Se pueden clasificar dichos temas en tres categorfas: Jas causas del imperialismo, los me- ios del imperialismo y las consecuencias del impe- rialismo. siste con frecuencia en el hecho de que Es- Unidos ocupa hoy un lugar preponderan- esas exportaciones de capitales, Samir Amin ea, por ejemplo, que la parte de Estados os pas de un 63% en 1914 a un 58.19% 1 mnientras que Gran Bretafia, en el mis- eriodo, veia pasar sus exportaciones de ca- de 50.3% a 245% y que Alemania y sufrian evoluciones semejantes.* ente, se subraya que lo esencial del ento de capitales privados tiene lugar en- paises del centro. Asi, Pierre Jalée re~ da que si ls exportacionés totales de capi ‘vados a largo plazo alcanzaron la cifra 1 mil millones de ddlares de 1951 a 1961, ‘ese mismo periodo s6lo 11,5 mil millo- 1. Las causas del imperialismo, A) Las contra: dicciones del sistema capitalista: el descenso tenden- ‘cial de las tasas de beneficio. El imperialismo con- tempordneo, como el de la época colonial, es visto ‘como a consecuencia ineluctable de las contradic- ciones del sistema capitalista, a) La disparidad de las tasas de remuneracién del capital y la exportacién de capitales: Para nume- rosos autores, la disparidad de las tasas de remu- Fae ee ee eanimn eee neracién del capital entre el centro y la periferis, | blicas y los capitales a largo plazo ‘es uno de los factores esenciales de la dindmica gen piblico, hay una predominancia de imperialista. Este tipo de explicacién, que se bast 5 flujos destinades a los paises subdesarrollados directamente en la ley de la disminucién de las tasas Poctocea ics Seen de beneficio, ley que estuvo en el centro de nume- rosas teorias econémicas del imperialismo en la er colonial! se apoya en el anilisis del papel conside- able que han tenido en la periferia las exporta- cciones de capitales desde la segunda Guerra Mun- ‘millones de délares de capitales a largo plaz0 origen piblico, 12 mil millones fueron ex- hacia 1a. periferia* ilation & Péchalle mondiale, of. it, © Ty Ver el primer capitulo. rilisme en 1970, of. city p. 77. 112 IMPERIALISMO_Y DEPENDENCIA Por lo demés, se sefiala con frecuencia que las tasas de beneficio son claramente més elevadas para las inversiones realizadas en los paises subdesarro- ados, aunque resulte dificil evaluar de manera precisa esta diferencia de rentabilidad. Segiin cier- tas estimaciones, los beneficios serian tres 0 cuatro ‘veces mis elevados en los paises del Tercer Mundo.* Para Paul Baran, las tasas de beneficio son a tal ‘punto elevadas que las inversiones pueden ser amor- tizadas en cinco ais." ‘A esta realidad se asocia el hecho de que una gran parte de esos beneficios (alrededor del 85%) son repatriados a los pafses del centro, credndose asi_un flujo inverso de capitales de la periferia ha- cia el centro, flujo que, sestin algunos autores, ha Tlegado a superar Ja importancia de las exporta- iones de capitales de los paises desarrollados en direceién al Tercer Mundo. Al recordar este fené- meno, Samir Amin creyé poder decir: “No. son lot ‘paises desarrollados’ los que proporcionan ‘eapitales a los ‘paises subdesarrollados’; es todo lo contrario.” * ‘Naturalmente, hay que preguntarse por qué Jos paises del Tercer Mundo no han drenado, “Pierre Jalée, Le pillage du Tiers Monde, Patis, Mor pero, 1973, pp. 107 y 108; ver también del mismo autor Liimpérialime en 1970, op. cit. p. 90. "Economie politique de la crotisance, wraducido del it~ slés por Lanne Mozére, Pari, Maspero, 1967. 8 accumulation & Péchelle mondiale, op. cit. tomo 1 pp. 223. Ver también Paul Baran, Economie poltiané de la croissance, op. eit. TEORIAS DEL NEO-IMPERIALISMO 113 Ja segunda Guerra Mundial, una parte ; importante de los capitales privados de los industrializados, Con frecuencia se han dos explicaciones a este fenémeno. Prime- » Ja inceridumbre poi, del Tereer en particular los riesgos de nacionali- 'o Tas amenazas de revoluci6n, constituyen freno nada despreciable para las exportacio- ‘de capitales hacia la periferia. En segundo , més de la mitad de los capitales privados centro fueron invertidos en los sectores ‘de de base, esencialmente en las indus- extractivas® Ahora bien, esas inversiones no crecer més rapidamente que las necesi- det centro, Sin embargo, como, vamos a Testa. reparticién.sectorial se _modificé algo tr de la mitad de los ailos sesenta, bajo el ide las estrategias de inversi6n de las s0- ‘multinacionales."* Jos teéricos del neoimpei ninguna demostracién precisa, el conjunto fenémeno de exportacién de capital contri- frenar el descenso tendencial de las tasas de Ta bisqueda de beneficio y la extension de reados de exportacién: La extensién cons de las exportaciones de mercancias es vista ‘como una manifestacién de las contradic- Jnternas del capitalismo en su desarrollo, Los Jalée, Le pilloge du Tiers Monde, ob. city 8 105. Mandel, Le troisiéme age du capitalise, Pa- Générale dBalitions, «. TH, pp. 300-801. (col 114 IMPERIALISMO_Y DEPENDENCIA STEORIAS DEL NEO-IMPERIALISMO 115 autores piensan que también ha permitido limitar Fe enr-kon intercambiog}entie -los:ppropios el descenso tendencial de las tasas de beneficio. Fs ‘capitalistas. En esta perspectiva, y habida por ello que este aumento de los intercambios co ta de la parte preponderante que fue la rmerciales es considerado como indisociable del cre. “en estos intercambios, los Estados Unidos des- Cimiento de los movimientos de capitals, Amboy pee rea epee Ce ee se inscriben cn la dindmica interna esencial del get Se “ag liane Sect irae ‘capitalismo, la bisqueda de beneficio que es su prin- beneficio, sin duda no es algo exclusivo de la cipal motor. En efecto, buscar nuevos mercados y sta del capitalismo, puesto que ya ahondar los mereados internos es una de las carac- fest en la fase concurrencial, Sin em- teristicas propias del desarrollo capitalista: “La per- Bele, we Cana 2 ees manente contradiccién entre In capacidad de, pro- ene ducir y la de consumir, reflejo de la contradiccién D de los mercados y de la exportacion de ‘esencial del modo de produccién capitalsta, es su- es. perada sin cesar a la vez tanto por el ahondamiento interior (‘capitalista puro’) como por su extensién ‘exterior. os excedentes: La existencia de surplus en los capitalistas es considerado también como una del imperiatismo ya que engendra el milita- ‘Aqui encontramos dos tipos de explicacién mente contradictorios para dar cuenta de ese en la época del capitalismo monopolista. Para s autores, como Samir Amin y Pierre Jalée, de un surplus se da al mismo tiempo censo tendencial de la tasa de beneficio. ‘en la medida en que la tasa de beneficio bajar, el Estado capitalista se esfuerza por ‘numerosos sectores improductivos caracte- ppor tasas de beneficio elevadas, por ejemplo, : de armamentos. El fenémeno provoca ble desarrollo del militarismo, que de- del capitalismo y favorece al imperialismo, autores marxistas, tales como Paul Baran y ,, pusieron en duda que la ley del des- No obstante, no se puede negar que esos inter- cambios se desarrollaron de manera mucho més importante entre los paises industrializados que tntre éstos y el Tercer Mundo. En efecto, bien el Tercer Mundo dirige la mayor parte de sus exportaciones hacia el centro, la parte de [as jones de los paises industrializados hacis la periferia tiende a decrecer. Por consiguientt, es, amie todo la progresion de Ios, inereabiy entre los paises capitalistas industrializados, Io av? cconstituye el elemento principal de este creci- miento del comercio. mundial. Es por ello que el imperialismo, tal como es de- finido por los autores neomarxistas, no s6lo manifesta en Ia relacién centro-periferia sin? Mamie Amin, Laccumalation & échelle mondiale op. cit, «1, p. 161. 116 IMPERIALISMO_Y DEPENDENCIA cento tendencial de las tasas de beneficio sea. ain vido en la era. del capitalismo de los monopoli, (es decir, en una época en que el capitalisino hy sufrido transformaciones estructurales fundamentaley, Es por ello que sustituyen esta ley por la del au. mento de los surplus, basindose en el siguiente raz. namiento: No puede [...] subsistir duda alguna acerca de la realidad de esta tendeneia al descenso del $20 €& produecién en el capitalismo monop6. En primera instancia, podria considerarse esto como una prueba de la racionalidad y de la pro. gresividad del capitalismo monopélico, Una prue. ba semejante seria verdaderamente impresionan te sila tendencia al descenso de los costes Pudiera, de una manera o de otra, ser separada de los precios de monopolio, y si existiera un medio de beneficiar a la sociedad entera de los frutos de una mayor productividad. Lo que oct- re es que precisamente es eso lo imposible. Las grandes firmas reducen sus costos para aumen- far sus beneficios, y la estructura’ monopolista de los mercados les permite conservar la parte del Teén en el reparto de los frutos de Ia’ produc- cién_més elevada. Esto significa que en ‘un ca- pitalismo la reduccién de los costos implica un margen de beneficio cada vez mayor. A ‘su vez, tales mérgenes implican benclici slobales que aumentan no sélo de manera ab- soluta sino también en términos de reparticién del_rédito nacional. Si provisionalmente identi- ficamos el beneficio global con el surplus econém 0 de la sociedad, podemos formular la ley de que fen un capitalismo monopélico el surplus tiende TTEORIAS DEL NEO-IMPERIALISMO 117 relativamente y de manera abso- a medida que el sistema se desarrolla.** n Baran y Sweezy, uno de los medios de ab- 1 surplus y evitar el paro es el militarismo, precisamente los gastos de armamentos. Si fio ha sido abundantemente empleado, es para estos autores, el capitalismo monopé- fincapaz de “utilizar de manera racional su cial. productive con fines pactficos y fo Para jaca ese moto sorta surplus, las clases dirigentes desarrollaron una anticomunista y favorecieron una atmés- guerra fria, que finalmente se extendié a Jos sectores de 1a sociedad norteamericana. fen esta perspectiva, los gastos militares del jo favorecieron, en la época posterior a Ia se- fa Guerra Mundial, 1a creacién de un vasto so militar-industrial, es decir, de una enorme én de intereses econdmicos y politicos que sos- 5 por una propia, en Estados Unidos todo, los gastos de armamentos, contribuye a itarizacion de Ja sociedad y empuja finalmen- | las intervenciones exteriores. Asi, el complejo industrial es un elemento de la dindmica im- ‘materia: primas. Ademés de las contradic. Jnternas del capitalismo (descenso tendencial Baran, Paul Sweesy, Le captalime monopor 0p. cits pp. 77 78. id, p. 192. 118 IMPERIALISMO_Y DEPENDENCIA de las tasas de beneficio), la dependencia del centro con respecto a la periferia en el campo de las mate. rias primas es a menudo considerada como una cau. sa del imperialismo, Para algunos, Pierre Jalée en particular, se trata incluso de la causa principal ya ‘que Ia exportacién de capitales y la extensién de los rmercados no desempefaria, en Ia época contempo- ‘énea, mis que un papel marginal como freno al dex cenio tendencial de las tasas de beneficio. ‘Asi, se intenté mostrar que Estados Unidos, al gual que los demis paises industrializados, ‘de- penden mucho del exterior y sobre todo de la Deriferia para su aprovechamiento de materiss Primas, y que esta realidad determina la total Gad de sus. objetivos militares-estratégicos. En lo fque respecta a Estados Unidos, esta tesis va ‘aturalmente contra la opinién comin que mi- fnimiza la importancia del mundo exterior para ja economia norteamericana, recordando especial- mente el caricter relativamente autarquico de &ta. ‘Giertamente, Estados Unidos dispone de ma- terias primas ‘abundantes, No obstante, afirman Jos teoricos del. neoimperialismo, a partir de sta comprobacién no se puede ya que una economia capitalista muy desarrollads fs necesariamente dependiente de aportes exte- ores especificos. Ese es también el caso de Es- tados Unidos, que ya en los afios treinta impor: taba el 30.5% de sus minerales de hierro, «! 6496 de su bauxita, el 69% de su cobre, el 9% de su plomo y el 4% de su zinc. Después de Js fuera, esta dependencia incluso crecié puest? ue, en los affos sesenta, Estados Unidos debié TRORIAS DEL NEOAMPERIALISMO 119 tar el 32% de su mineral de hierro, el 98% auxita, el 35% de su plomo y el 609% de Desde finales de los afios cincuenta, ‘Unidos importaba més de Ia mitad de tales y cerca del 60% de su lana. Ahora ‘een el Tercer Mundo, regién inestable empre abierta a los disturbios revoluciona~ Monde Estados Unidos obtiene la_mayor jonamientos. Esta dependen- ‘ast como el sistema de alianza contrarre- ia establecido después de la "Mundial para controlar a los otros paises ra més general, se subraya que todos los dustrializados son dependientes de los sub- llados en lo que se refiere a numerosas mate- A manera de ilustracién, Pierre Jalée Kolko, The Roots of 4° ‘Beacon Press, 1969, p. 51- Mpillage du Tiers Monde, op. cit p. 55. 120 IMPERIALISMO Y DEPENDENCIA LAS TEORIAS DEL NEO-IMPERIALISMO 121 Giertamente, no se niega que la parte del ho de que los patses de la periferia exportan Tercer Mundo en la produceién mundial de las i eek cesenciakencalc behets res? industrias extractivas es mucho menos impor. sears ange tante que la de los paises desarrollados. Estos . aes aia fiicaoes compesstits ew palegtoceialii, rs. bil de transformacién, e importan casi Gni- lizaron’ en 1969. mis de Jos dos tercios de Ia de esos paises, productos manufacturados. fextraccién de productos de base. No obstante, relacién de intercambio especifica es considera ee a oe resultante de la dominacién colonial del ia tiende a reducirse en favor del Tercer - SS neeaaan ‘Mundo, y también que éte dispone de ventajas pee neme Sonia eee sectoriales decisivas y crecientes en algunos cam ‘economia basada ante todo en la, monocultura, pos, como el de los hidrocarburos y el de nume- i aque hoy se perpetiia a través del co- Pane et sonia tales como el hierro, io internacional. Ahora bien, la mayor parte de wuxita, el cromo, el manganeso, el cobalto | ores confirman que las materias primas y los ae dite porte Sl cance canes I acres - GMinista, Esta guerra debja ilustrar también Ia Voluntad norteamericana de impedir a los mo- Vimientos revolucionarios, desde el, sudeste asi fico a América Latina, poner en duda la domi- fnacign imperialista en’ el Tercer Mundo. Ahora Bien, y como ya se vio, en la perspectiva. de los, feéricos del_neoimperialismo el mantenimiento de exe imperio es vital para la economia capita- sta norteamericana y para la totalidad del cam- "El extraordinario crecimiento del poderio mi fitar norteamericano después de Ta segunda Gue- tra Mundial provoc6, por otra parte, Ia aparicion Ge un enorme aparato militar directamente in- SSrado en el sistema productivo norteamericano fue, se considera, mantiene, por sa propia die Tnentista y de expansionismo militar, Es el famoso Complejo militar-industrial que, como hemos di- ‘cho, es a menudo visto como una de las causas del imperialismo. Guando cerca de la décima parte de la fuerza productiva norteamericana esté dedicada al pre Fupuesto militar, los intereses ceonémicos ligados 2 las industrias productoras de material militar © fas actividades de servicio vinculadas de lejos fo de cerea al Pentégono ocupan un lugar pre~ fPonderante en la vida econémica, y por tanto También politica, de Estados Unidos. Se forman fen el seno de la élite dirigente norteamericana, normes coaliciones de intereses favorables al au- 4 150 IMPERIALISMO_Y DEPENDENCIA UL Acznros y viverorNcias ‘Hasta aqui tule pent una i tuna sons de ls aeons ae por los teéricos del neoimy ce ¥ de Independencia No shane, dae quemos que Ia mayor Fiemes ae Ta mayor parte de lor autores no abor- ie eae eo hn abe Csi de Sea > problematica ral =a descubre, de it tabajo sone tae dive oo eae om et coneciein delimpmriiny y tan de ow cut dn emer Oe es . en la politica imperialist c Sy fs utr lr comeamnel fone eae =e 9)» 8ea para buscar las causas y las mo- porary Intemational Sock 157 wl 10 pp teo0n LAS TEORIAS DEL NEO-IMPERIALISMO 151 ‘También se debe reconocer Ia existencia de mu- divergencias importantes entre esos tebricos. algunos autores rechazan situarse_ directamente ‘a herencia de la concepcién leninista del impe- ismo, Celso Furtado, por ejemplo, niega Ia va- de a ley del descenso tendencial de la tasa eneficio en. las economias capitalistas** Este wor afirma, ademés, que el imperialismno entra en Lgica del desarrollo de tas grandes naciones in- fustriales modernas, sean de tipo capitalista 0 s0- sta, El imperialismo no seria pues 1a consecuen- Ja ineluctable ‘inicamente del sistema capitalista. ‘Por lo demas, la idea misma de desarrollo esti jjeta a_controversias en los trabajos neomaristas “Gegiin el modelo liberal clisico, el subdesarrollo es fonsiderado como una supervivencia, del feudalismo, que se diseregaré a medida que se desarrolle el polo dindmico de la economia capitalista moderna. La “economia de los paises subdesarrollados es vista como “qualita” precisamente porque contiene dos polos, ‘el arcaico y el modemo, y este ltimo implica el desarrollo por difusién progresiva ‘Los tedricos de la dependencia cuestionan el con- junto de este modelo afirmando que toda Ia econo- fa de los paises subdesarrollados estuvo al servicio, |] Gesde 1a colonizacién, de las exigencias de las feconomias centrales, estableciéndose wn vinculo de Causalidad entre subdesarrollo y penetracién del c2- en al nimero f1Ver las observaciones de este autor pp. 595 de Esprit sobre cl imperialismo, abril de 1960, ¥y siguientes. LAS TEORIAS DEL NEO-IMPERIALISMO 153 Estos autores también rechazan la tesis central Ja escuela de la dependencia segin la cual el sarrollo de América Latina seria la consecuen- directa de su insercién secular en el proceso de esarrollo capitalista. En efecto, para los marxistas oxos la escuela de la dependencia se encierra n un circulo vicioso al explicar el subdesarrollo por dependencia y a ésta por el primero. El. sub- ollo de los paises de América Latina no seria consecuencia del caricter capitalista de su eco- 2, © de la integracién de esta dltima en el capitalista mundial, sino, por el contrario, producto de un atraso ¢ incluso, para algunas re- de una ausencia de desarrollo capitalista. En perspectiva, el subdesarrollo de América Latina ‘explicaria por Ia ineptitud de las burguesias locales para desarrollar el capitalismo y especialmente por la pPersistencia de modos de produccién feudales 0 pre ‘capitalistas en algunas regiones o en ciertos sectores de la economia, en particular el de la agronomfa.** ‘Ademés, segiin Arghiri Emmanuel, las exporta- cciones de capitales hacia el Tercer Mundo, lejos de ser responsables de los problemas econémicos de este ltimo, podrian ser por el contrario un factor que contribuyera a su desarrollo, Es precisamente Ja debilidad de las inversiones paiblicas o privadas la (1500-1000), Parts, Cate Se CSA Sian Aig Retna Uehgr snes re. "Paul A, Fernindes, José F. Ocampo, “The Latin "Mecllogie’ du grocers. American Revolution: A Theory of Imperialism, not ver también tas ‘ Dependance”, Latin Americen Perspectives, 1974, vol. T, observaciones esr "accumulation mondiale ‘mann-Lévy, 1977, 585, 154 IMPERIALISMO_Y DEPENDENCIA que explicaria el subdesarrollo actual del Tercer ‘Mundo. _ El Tercer Mundo, lejos de haber sido inva- dido, por el capital extanjer, for prvado le Si alineamos a los diferentes paises del mundo, primero por orden deerecente dels capitale re cibidos, Canada a la India, pasindo por Europa, América Latina y los pafses subdesarro- Ilados de Africa y Asia, y después por orden decre- ciente segiin su Producto Nacional Bruto, veremos ‘que, con algunas excepciones, las dos listas coin- iden perfectamente. “Entonces, una de las dos cosas: 0 bien no existe ningén vinculo causal entre el capital ex: tranjero y el subdesarrollo, y no se, puede acusar a las multinacionales de ‘bloquear’ la_periferia, © el bloqueo se ha producido no porque lot capitales internacionales la hayan inundado sino porque la han evitado”."* ‘Otea divergencia importante aparece con la obra de Johan Galtung. Este autor, aun cuando se ins- pra en los trabajos neomarxistas, rechaza limitar el {mperialismo a la sola dimensién econdmica. En su “teoria estructural del imperialismo” admite la exis- tencia de numerosos tipos de imperialismo —eco- ‘némico, politico, militar, eultural— todos igualmente eterminantes, y que pueden reforzarse mutuamente. ‘Asi, por ejemplo, el imperialismo cultural del cen- Les societés multinationales et le développement iné- gal", Reoue internationale des sciences sociales, 1976, vol 28, pp. 880-831 LAS TEORIAS DEL NEO-IMPERIALISMO 155 ‘que impone sus normas de modernizacién a la ia, favoreceria al imperialismo econémico a wvés de la cooperacién técnica. En otras pala- tung rechaza cualquier reduccionismo eco- 40 Johan Galtung, A Structural Theory of Imperialism, CONCLUSION Ax mivauizan esta obra, la dificultad de delimitar fl concepto de imperialismo aparece claramente, Como Io sefialamos, este concepto, en el curso de su breve historia se ha aplicado a objetos relativa- mente distintos. Si nos atenemos a sus significa. ciones principales, se puede recordar que, en la pers- pectiva marxista, el imperialismo fue definido como una expansién econémica y politica inherente al desarrollo del sistema capitalista, Més tarde, a partir de finales de los afios cincuenta, en una perspec- tiva ligada al enfoque marxista, y que en particular se situaba en Ia herencia de Lenin, el término im- erialismo acabé por designar el conjunto de las Felaciones de dependencia de los pafses del Tercer Mundo con respecto a los industrializados y, en es- pecial, la estrategia de éstos tendiente a mantener y reforzar esa dependencia alienante, También destacamos que la idea de imperialismo habia sido desarrollada para significar el movimiento de expansién colonial y de competencia entre las otencias, aparecido a finales del siglo xmx. En nucs- ‘ros dias, prolongando esta perspectiva, el término imperialismo designa no s6lo exe movimiento sino toda conducta expansionista de un Estado que tiene Por objetivo someter a otras entidades polticas. ‘De manera general, este concepto no s6lo es poli- sémico. Su empleo es a menudo indisociable de 156 CONCLUSION 137 spromisos politicos y de posiciones ideol6gicas que hhacen polémico. En este punto, hay que interrogarse sobre el relativo de estas diferentes conceptualizacio- del imperialismo, y en particular preguntarse ‘una de ellas se impone de forma decisiva. Sin megar su interés y su importancia tebrica, se debe ‘admitir, nos parece, que todas tienen limites intrin- fea en cuanto al objeto enfocado, sea en 1 log elementos explicativos dados. Es por ‘ello que ninguna de estas conceptualizaciones de- Dera ser aceptada sin reservas, EI andlisis marxista del imperialismo tiene el “mérito de proponer una perspectiva globalista de “este fendmeno, y proceder segin un enfoque cohe- rrente, Es mis, se esfuerea por utilizar un tipo de explicacién que pone en evidencia los fundamentos “diplomtica tradicional y el simple andlisis de los epifenémenos azarosos 0 coyunturales de ese movi- miento. Asi pues, el andlisis marxista contribuy6 ciertamente al desarrollo de una historiografia y de una sociologia del imperialismo centradas en la investigacién de sus fuerzas profundas. ‘Sin embargo, debemos mencionar también las de- Bilidades de la conceptualizacién marxista del im- perialismo. Entre ellas, destaquemos en principio la pobreza de las bases empiricas de los tebricos vinew- Tados a esta concepeién. Las investigaciones histo- riogrificas contemporéneas mostraron que el gran 158 CONCLUSION movimiento de expansién colonial de fines del siglo pasado fue anterior a la evolucién del sistema ca- pitalista (tendencia al monopolio, fusién del capital bancario y el industrial), cuyo andlisis sirve de base ‘a las teorias marxistas del imperialismo, Ademés, esta evolucién, cuando realmente se manifesté, no afect6 simulténeamente a todos los pafses capita- fistas, En efecto, tanto la tendencia a los. monopo- tos como la aparicién de un “capital financiero” no ‘constituian caracteristicas importantes de las econo- mias briténica y francesa antes de 1914 e incluso antes de la segunda Guerra Mundial, Por el contra- rio, tales transformaciones eran efectivamente visi bles en Alemania y Estados Unidos —pafses que, des- taquémeslo también—, se lanzaron tardiamente y de ‘manera restringida a la expansién colonial. Bujarin ya continuacién, Lenin, tuvieron tendencia a ex: apolar a partir de estos dos casos particulares. ‘Ademés, a menudo se observé que lo esencial de las exportaciones de capitales de los grandes paises capitalistas se dirigié no hacia las colonias recien- temente creadas sino a los paises en vias de indus- trializacién répida, como Estados Unidos y Rusia, © en vias de desarrollo, como América Latina, De manera general, Jo mismo ocurrié con los flujos ‘comerciales. Notemos por fin que antes de 1914 Iss potencias imperialistas no dependian de sus colonias para lo esencial de su aprovisionamiento en materias ‘También es importante sefialar que las teoriss smarxistas del imperialismo elaboradas a comienzos CONCLUSION Sad del siglo xx s# basan en el postulado de le PAUP oo sign de as mamas trabajadoras. Ahora bien, BaSis Fae del siglo wax se asse, gracias a Tas Inches finales, a un mejoramiento progresivo de las condi wrens de rerauneracion de tos trabajadores, Te} famiento que provoca una prodigioss expansion Fae mercados interiores de Tos patses capialins seearrollados. Esos pases encuentran en adelani®, sus mereados interiores, abundantes posbilidades de ms Tisgn, de venta de la production y de realiz: gn de 1a “plusvalia”. Si, ens, tesicas del nesimpedaine iy de Independencia en ln epoca de Is deine Jon ge adhieren a la corriente de pensamient Tat sien lninista, No® obitante, sus andlisis kin 7iches sentidos, bastante alejados de los clemeti Hover de las teis de Lenin sobre el imperieienie: ‘ncias imperiaitas y que\ debian conducis Soest vrcmente 2 conflictos volentos entre estas Gltimay Tmplicitamente, esas teorias parecen acePiar © parte rr Tpipbusis del vltraimperiatimmo adelantads, To eo ecamkyy ef aces wea ess vane ral ardor entee Ws pales capitalists dssarolads, set gl objetivo de explotar en comém a los Pale Strimas de su imperiaismo, En efecto, ens Po” 160 ‘CONCLUSION destinados no s6lo a mantener y reforzar esa cohe- sién sino también a favorecer la integracién cada vez mis estrecha del Tercer Mundo a la economia capitalista. Ademés, hay que recordar que Lenin insistia en una tendencia al “estancamiento” y a la “putre- faccién” del capitalismo monopélico. Ahora bien, Jos teéricos del neoimperialismo parecen, por el con- trario, poner el acento en el extraordinario namismo del sistema capitalista y en sus capacidades siempre renovadas de expansién tentacular. Si se intenta evaluar estas teorias del neoimperia- limo, se puede reconocer el interés de la perspectiva global que adoptan para explicar el subdesarrollo del Tercer Mundo. En sus andlisis, se esfuerzan sobre todo por demostrar la estructura fuertemente asimétrica y jerarquizada del sistema internacional. Por el contrario, se puede deplorar, de manera general, la debilidad de las bases empiricas de estos, andlisis, En efecto, si se debe admitir una depen- dencia de los paises. industrializados con respecto a uuna parte del Tercer Mundo para algunas materias primas, este tiltimo no desempeiia, ni mucho menos, 1 papel determinante que le atribuyen los tebricos del. neoimperialisino como esfera de inversién de capitales y mercado de exportacién. Por otra parte, la nocién de la dependencia del ‘Tercer Mundo con respecto a las grandes poten- cias capitalistas, nocién que constituye el centro de sus enfoques, es ambigua. La dependencia de los Paises del Tercer Mundo no es tan general como lo CONCLUSION 161 pretenden estos te6ricos. Si bien no se puede negar la existencia de grandes desigualdades entre los Es- tados, esta realidad no es exclusiva de estrechas re- laciones de interdependencia, en el plano politico sobre todo, Es més, la relacién del Tercer Mundo ‘con los paises industrializados no puede explicarse por un modelo demasiado esquematico, puesto que cexisten importantes divergencias de intereses, no s6lo entre los mismos paises industrializados sino también entre los distintos sectores de sus economias. Asi por ejemplo, algunos sectores industrales tienen wn. evidente interés en el desarrollo del Tercer Mundo, y sobre todo en el crecimiento de las capacidades de consumo de las masas de este iltimo. ‘Ademés, si también es necesario admitir la. im- portancia de los factores del subdesarrollo impuestos ppor la estructura del sistema internacional, es absur~ do desechar el papel de los factores endégenos en el subdesarrollo de numerosos paises del Tercer Mundo, yy en particular el de los factores sociales, politicos y culturales. Estas criticas, que se pueden hacer a los trabajos de inspiracién marxista sobre el imperialismo, no implican una adhesin sin reservas a las teorias que rechazan tal perspectiva. Ciertamente, las interpre- taciones no marxistas del imperialismo tienen el gran. mérito de poner en evidencia la importancia de determinantes politicos, sociales y culturales olvida- dos por los marxistas. Ademés, se oponen al postu- ado de un vinculo necesario entre capitalismo © imperialismo, postulado que, en la perspectiva leni- 162 CONCLUSION nista, conduce a una mera tautologia. Es més, to- ‘mados en su conjunto, estos enfoques no marxistas, Acbido a su diversidad, proporcionan los elementos de lo que podria ser un anlisis multidimensional

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