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Lunes 15
- Ciudadanos, ¿qué es lo que hacéis? Nosotros son ION de
la misma condición que vosotros. Somos hombres y os anun-
de la quinta semana ciamos la Buena Noticia para que, abandonando estos dioses
de pascua vacíos, os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la I ierra,
el mar y todo lo que hay en ellos. ,6 En las pasadas generacio-
nes, él permitió que cada nación siguiese su propio camino,
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aunque no dejó de darse a conocer por sus beneficios, cn-
viándoos desde el cielo lluvias y estaciones fructíferas, y lle-
nando de alimento y alegría vuestros corazones.
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Con estas palabras lograron convencer a la gente para
que no les ofrecieran sacrificios, pero no les fue fácil.
*•• E s t a m o s d e n u e v o a n t e u n e p i s o d i o d e c u r a c i ó n
LECTIO q u e c o n t i n ú a el p a r a l e l i s m o entre los h e c h o s de P e d r o y
los d e P a b l o (la referencia a la c u r a c i ó n del paralítico e n
la p u e r t a « H e r m o s a » es evidente). L u c a s u s a aquí, c o m o
Primera lectura: H e c h o s d e los Apóstoles 14,5-18 e n o t r o s lugares, el v e r b o «salvar» e n el sentido d e «cu-
r a r » , tal c o m o r e c o g e la t r a d u c c i ó n q u e p r e s e n t a m o s .
La r e a c c i ó n del p ú b l i c o , e n c a m b i o , es n u e v a . M i e n -
En aquellos días, en Iconio, 5 los paganos y los judíos con
sus jefes tramaron un plan para maltratar e incluso apedrear t r a s la r e a c c i ó n n o r m a l a u n m i l a g r o e n t r e los j u d í o s e r a
a Pablo y Bernabé, 6 pero ellos se dieron cuenta y escaparon la d e d a r gloria a Dios (cf. 4,21), a q u í , e n t r e los p a g a n o s ,
a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a sus alrededores, se d a gloria a los h o m b r e s . H a b í a u n a a n t i g u a l e y e n d a ,
7
donde también anunciaron la Buena Noticia. a m b i e n t a d a e n u n p u e b l o n o alejado d e Listra, referen-
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Había en Listra un paralítico, cojo de nacimiento, que te a F i l e m ó n y B a u c i s , dos a g r i c u l t o r e s q u e d i e r o n h o s -
nunca había podido andar. 9 Un día que estaba oyendo hablar pitalidad a Zeus y a H e r m e s . Esta leyenda, recogida por
a Pablo, éste se le quedó mirando fijamente y, viendo que Ovidio, d e b í a d e ser m u y c o n o c i d a p o r los h a b i t a n t e s de
tenía suficiente fe como para ser curado, l0 le dijo en alta voz:
la r e g i ó n . L o s h o n o r e s t r i b u t a d o s a los d o s p e r s o n a j e s
- Levántate y ponte derecho.
e s t a b a n d i c t a d o s t a m b i é n p o r la p r e o c u p a c i ó n de n o
Él se levantó de un salto y echó a andar. " La gente, enton-
ces, al ver lo que había hecho Pablo, comenzó a gritar en dia- c a e r e n el d u r o c a s t i g o q u e p r o p i n a r o n los d i o s e s a los
lecto licaonio: q u e n o los a c o g i e r o n . H e r m e s e r a v e n e r a d o a d e m á s
- ¡Son dioses que han tomado forma humana y han bajado c o m o d i o s d e la s a l u d , y P a b l o h a b í a c u r a d o al paralíti-
hasta nosotros! co. H a b í a , p o r t a n t o , m á s d e u n m o t i v o p a r a h o n r a r
12
Y llamaban Zeus a Bernabé y Hermes a Pablo, porque era c o m o es d e b i d o a los d o s e x t r a o r d i n a r i o s p e r s o n a j e s .
él quien hablaba. " Por su parte, el sacerdote de Zeus, cuyo
lemplo estaba a la entrada de la ciudad, hizo traer ante las El d i s c u r s o q u e sigue a c o n t i n u a c i ó n refleja muí si-
puertas toros adornados con guirnaldas y, junto con toda la t u a c i ó n d e e m e r g e n c i a y d e s c o n c i e r t o . P e r o es impor-
líenle, pretendía ofrecer un sacrificio. I4 Cuando los apóstoles t a n t e , p o r q u e se t r a t a del p r i m e r d i s c u r s o d i r i g i d o a los
Mornabé y Pablo se dieron cuenta de lo que pasaba, se ras- p a g a n o s . N o se c i t a n las E s c r i t u r a s , p e r o sí a p a r e c e muí
Ka ron los vestidos e irrumpieron por medio de la gente gri- i n v i t a c i ó n explícita a q u e a b a n d o n e n los ídolos y se con
tando:
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viertan al Dios vivo y verdadero, creador de todas las mesiánica delante de todos. Jesús se sirve de la pregun-
cosas. Es probable que se trate de la argumentación tí- ta del apóstol (v. 22) para plantear de nuevo el tema de
pica empleada por los evangelizadores respecto a los pa- la presencia de Dios en la vida del creyente (v. 23). Sólo
ganos, una argumentación que ya había hecho muchos quien ama está en condiciones de observar la Palabra de
prosélitos entre ellos. Estamos ante un ejemplo de in- Jesús y de acoger su manifestación espiritual e interior.
culturación y de adaptación a la situación. Y quien observa esta Palabra (= los mandamientos) será
El hecho de que Bernabé y Pablo se rasgaran los vesti- amado por él y por el Padre. Más aún, quien muestre
dos y reaccionaran con espanto puede ser motivo de amor a Jesús recibirá en su propia intimidad la presen-
reflexión para los que no desdeñan los fáciles honores cia del mismo: Jesús habitará en su corazón junto con el
y los reconocimientos por méritos apostólicos. Padre y el Espíritu. Esta manifestación del Señor es
espiritual. Se identifica con la presencia de Cristo en el
alma de quien vive de manera conforme a su Palabra.
Esta presencia interior de Jesús constituye la «escatolo-
Evangelio: Juan 14,21-26
gía realizada» entre Dios y los hombres. La inhabitación
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 2I El que acep-
de la Trinidad en el creyente está, pues, condicionada no
ta mis preceptos y los pone en práctica, ése me ama de ver- tanto por Dios como por nosotros mismos: a m a r a
dad, y el que me ama será amado por mi Padre. También yo Jesús y observar su Palabra. En cambio, quien no ama
le amaré y me manifestaré a él. ni practica los mandamientos no puede formar parte
22
Judas, no el Iscariote sino el otro, le preguntó: de esta vida de Dios (v. 24).
- Señor, ¿cuál es la razón de manifestarte sólo a nosotros,
y no al mundo?
En este punto del coloquio, Jesús, lanzando una mi-
23
Jesús le contestó: rada retrospectiva a toda su misión de revelador, esta-
- El que me ama se mantendrá fiel a mis palabras. Mi Pa- blece u n a distinción entre su enseñanza y la del Espí-
dre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a él y viviremos en ritu (w. 25s): el tiempo de Cristo lleva en sí la verdad,
él. 24 Por el contrario, el que no guarda mis palabras es que no porque Jesús es «la verdad» (14,6); el tiempo del Espí-
me ama. Y las palabras que escucháis no son mías, sino del ritu la ilumina y la hace penetrar en el corazón de los
Padre, que me envió.
25
Os he dicho todo esto mientras estoy con vosotros; 26 pero creyentes, porque «el Espíritu es ¡a verdad» (1 Jn 5,6).
el Paráclito, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, hará que recordéis lo que yo os he enseñado y os lo
explicará todo. MEDITATIO
**• El centro de interés del fragmento es la autorreve- En tiempos no remotos, la inhabitación de la Trini-
lación de Jesús, solicitada por una pregunta ulterior del dad era un tema bastante entrañable a los cristianos
apóstol Judas de Santiago. El Maestro había anunciado más atentos a las realidades de la fe. Hoy, al menos así
precedentemente a los discípulos que ya se había mani- lo parece, lo es un poco menos. Sin embargo, una vida
festado a ellos, aunque de un modo espiritual. Sin em- «habitada por Dios» es muy distinta a una vida desier-
bargo, esas palabras no habían sido comprendidas por ta, abandonada a sí misma, condenada a agotarse en los
los suyos, que pensaban en una manifestación gloriosa y límites de la criatura.
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Mi vida ha sido visitada por Dios. Él habita en mi in- has reservado en lo más íntimo de mí. Purifica mi cora-
terior más profundo. Él es el dulce huésped de mi alma: zón para que pueda verte presente en mi vida, operante,
«Vendremos a él y viviremos en él». ¿Cómo es posible vi- tranquilizador, indispensable. Refuerza, Señor, mi cora-
vir una vida trivial teniendo como huésped a la Trini- zón, para que pueda verte y sentirte, para que pueda en-
dad? ¿Cómo es posible no asombrarse por esta verdad, tablar contigo un diálogo de amor y vivir contigo una
por esta extraordinaria realidad que nos arrebata de la historia de amor destinada a no acabar nunca.
soledad, ensalza la dignidad de la existencia, llena de es-
tupor, da luz a la tonalidad grisácea de nuestra vida co-
tidiana, sumerge en el mundo divino, hace familiar la CONTEMPLATIO
existencia con Dios, no cesa de asombrar y de maravi-
llar, desplaza el centro de interés de toda la aventura te- Oh Dios mío, Trinidad a la que adoro, ayúdame a ol-
rrena, colorea de sentido toda acción? ¿Cómo no que- vidarme de mí por completo para establecerme en ti,
dar sobresaltado de alegría frente a este ser mío mortal inmóvil y apacible como si ya mi alma estuviera en la
hecho templo de la Trinidad inmortal, frente a este eternidad; que nada pueda turbar mi paz ni hacerme
cuerpo mío corruptible hecho santo e incorruptible por salir de ti, oh mi Inmutable, sino que cada minuto me
la intimidad con su Creador? lleve más lejos en la profundidad de tu misterio.
Pacifica mi alma, haz en ella tu cielo, tu morada ama-
da y el lugar de tu reposo; que yo no te deje en ella nun-
ORATIO ca solo; que esté en ti enteramente, despierta del todo
en mi fe, toda adoración, entregada por completo a tu
Te bendigo y te doy gracias, Señor mío, porque hoy acción creadora (Isabel de la Trinidad, cit. en A. Ham-
has abierto mis ojos a todo lo que quieres obrar en mí y man, Compendio de la oración cristiana, Edicep, Valencia
conmigo. ¿Cómo es posible que, por lo general, viva yo 1990, p. 204).
como si estuvieras lejos? ¿Cómo es posible que te bus-
que fuera de mí? ¿Cómo es posible que me olvide de que
estás conmigo, dentro de mí? ACTIO
Señor, perdona mi ceguera y mi distracción. Perdona
mi poco amor, que me impide buscarte allí donde tú Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra:
quieres ser encontrado. Perdóname, porque lleno en «Vendremos a él y viviremos en él» (Jn 14,23).
ocasiones mi corazón de personas o cosas que no te de-
jan sitio a ti. Perdona todas las veces que me lamento
por mi soledad, como si tú me hubieras dejado solo
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
liara recorrer los caminos del mundo.
Señor, hazte sentir tú también. Hazme volver, como Oh Verbo eterno, Palabra de mi Dios, quiero pasar mi vida es-
I ti sabes hacerlo, a la interioridad, a tu presencia dentro cuchándote, quiero convertirme totalmente en deseo de saber para
de mí. Ayúdame a alejar lo que ocupa el sitio que tú te aprender todo de ti; y después, a través de todas las noches, de to-
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**• Tras otro peligrosísimo episodio de intolerancia, que dije: «Me voy, pero volveré a vosotros». Si de verdad me
resuelto sin llegar al drama gracias a que «sus discípu- amáis, deberíais alegraros de que me vaya al Padre, porque el
los lo rodearon», Pablo - a h o r a protagonista, junto con Padre es mayor que yo. 29 Os lo he dicho antes de que suceda,
para que cuando suceda creáis. '" Ya no hablaré mucho con
B e r n a b é - toma el camino de vuelta y visita las comu- vosotros, porque se acerca el príncipe de este mundo. Y aun-
nidades recién fundadas. Se trata de u n a verdadera que no tiene ningún poder sobre mí, " tiene que ser así para
«visita pastoral», en la que ambos confortan a los fie- demostrar al mundo que amo al Padre y que cumplo fielmen-
les y ponen las bases de una organización eclesiástica, te la misión que me encomendó.
es decir, ponen las bases para la continuidad de las co-
munidades. Una continuidad garantizada por la con-
**• Este pasaje, con el que concluye el primer coloquio
ciencia del elevado coste del Reino de Dios: para entrar
de Jesús con los suyos, es un fragmento compuesto, y
en el Reino de Dios «tenemos» que pasar por muchas
contiene palabras de despedida y de consuelo por parte
tribulaciones. Una continuidad garantizada por la pre-
del Maestro, que deja su comunidad y vuelve al Padre.
sencia de responsables que creen en el Señor y que h a n
Jesús, al despedirse de los suyos, les desea la «paz», el
sido confiados a él. Los evangelizadores pasan; el Evan-
shalóm, que es el conjunto de los bienes mesiánicos, un
gelio tiene que ser llevado continuamente adelante por
don que viene de Dios y que Jesús posee. El motivo del
nuevos evangelizadores y pastores. Esta preocupación
consuelo debe prevalecer sobre el temor y la inquietud:
por el futuro de la comunidad no puede disminuir nun-
él, Jesús, es la paz.
ca en la Iglesia, tampoco en nuestros días.
Por eso añade Jesús una exhortación a la alegría.
El viaje de vuelta está trazado a grandes rasgos, con
Aunque estén tristes por el alejamiento y el temor de
rápidas pinceladas. Llegados a la iglesia de donde ha-
quedarse solos, la separación de los discípulos respecto
bían partido, contaron los abundantes frutos de la mi-
a Jesús es el paso hacia un bien mejor. Jesús va al Padre
sión, sobre todo la confirmación de que Dios «había
«porque el Padre es mayor» que él, es la plenitud de su
abierto a los paganos la puerta de la fe» (v. 27). El ca-
gloria (v. 28). Ahora bien, la vuelta del Hijo al Padre está
mino hacia los paganos parece ahora irreversible, y en
unida de manera inseparable al escándalo de la cruz. Je-
Antioquía, ciudad abierta a la misión universal, es algo
sús, con las predicciones que les ha hecho sobre su pró-
que parece obvio y pacífico. Pero no sucede así en to-
xima muerte, no sólo pretende sostener la fe de los dis-
dos los sitios. La parte menos dinámica de la Iglesia
cípulos en el momento de la pasión, sino que quiere
madre no piensa del mismo modo. Este dato será pre-
mostrar que los hechos que van a tener lugar forman
cursor de nuevos nubarrones, aunque también de cla-
parte del proyecto de Dios. En consecuencia, los suyos
rificaciones decisivas.
no deberán desanimarse: la fe será su fuerza y su único
consuelo.
El tiempo terreno del Maestro está ahora a punto de
Evangelio: Juan 14,27-3la
concluir, le quedan pocos momentos para conversar
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: " Os dejo la aún con sus discípulos, «porque se acerca el príncipe de
paz, os doy mi propia paz. Una paz que el mundo no os pue- este mundo» (v. 30). Aunque se acerca Satanás, no tiene
de dar. No os inquietéis ni tengáis miedo. 2S Ya habéis oído lo ningún poder sobre Jesús. Éste no tiene pecado y Sata-
292 Quinta semana de pascua Martes 293
nás no tiene posibilidad de atacarle. La vida de Jesús como momento más elevado del amor de Dios y del tes-
está bajo el signo de la voluntad del Padre y se entrega timonio de tu amor por él.
libremente a la muerte en la cruz para que el hombre
conozca la verdad.
ORATIO
LECTIO
ACTIO
Repite con frecuencia y vive hoy la Palabra - . Primera lectura: H e c h o s de l o s Apóstoles 15,1-6
«Os dejo mi paz. Que no se inquiete vuestro corazón»
(cf. Jn 14,27). En aquellos días, ' algunos que habían bajado de Judea en-
señaban a los hermanos:
- Si no os circuncidáis según la tradición de Moisés, no
podéis salvaros.
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL 2
Este hecho provocó un altercado y una fuerte discusión
de Pablo y Bernabé con ellos. Debido a ello, determinaron que
Te encuentras siempre ante la alternativa de dejar hablar a Dios Pablo, Bernabé y algunos otros subieran a Jerusalén para tra-
o dejar gritar a tu «yo» herido. Aunque deba haber un lugar don- tar esta cuestión con los apóstoles y demás responsables.
3
de puedas dejar que la parte herida de ti obtenga la atención que Provistos, pues, por la iglesia de Antioquía de todo lo nece-
necesita, tu vocación es hablar del lugar donde Dios habita en ti. sario para el viaje, atravesaron Fenicia y Samaría contando la
Cuando permites que tu «yo» herido se exprese en forma de justi- conversión de los paganos y llenando de gran alegría a todos
ficaciones, disputas o lamentos, sólo consigues frustrarte aún más y los hermanos. 4 Al llegar a Jerusalén, fueron recibidos por la
te sentirás cada vez más rechazado. Reclama a Dios en ti y deja iglesia, los apóstoles y demás responsables, y les contaron
que Dios pronuncie palabras de perdón, de curación y de reconci- todo lo que Dios había hecho por medio de ellos. 5 Pero algu-
liación, palabras que llamen a la obediencia, al compromiso radical nos de la secta de los fariseos, que se habían hecho creyentes,
y al servicio. Se requiere mucho tiempo y mucha paciencia para dis- intervinieron diciendo que era necesario circuncidar a los
tinguir entre la voz de tu «yo» herido y la voz de Dios, pero en la me- convertidos y obligarles a cumplir la ley de Moisés.
dida en que vayas siendo más fiel a tu vocación se volverá más fácil. 6
Entonces los apóstoles y los demás responsables se reu-
No desesperes: has de prepararte para una misión que será difícil, nieron para estudiar este asunto.
pero fecunda (H. J. M. Nouwen, la voce dell'amore, Brescia 1997 2 ,
133s [trad. esp.: La voz interior del amor, PPC, Madrid 1997]).
**- En el comienzo del fragmento aparece planteada
la cuestión que tanto interesó y turbó a los primeros
296 Quinta semana de pascua Miércoles 297
(C'/. (7 evangelio del quinto domingo de pascua, ciclo B, Oh Jesús, ¡cuan grande y decisivo eres! Contigo estoy
vivo, sin ti estoy muerto. Contigo me arrolla el río in-
Quinta semana de pascua Miércoles 299
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de los cristianos judíos y paganos son diferentes, pero ta. Ésta se verifica en la observación de los manda-
deben vivir sin altercados: por eso es preciso dar nor- mientos de Jesús, en la permanencia en su amor, y
mas prudentes. tiene como modelo su ejemplo de vida en la obedien-
Entre el discurso de Pedro, el último en Hechos de cia radical al Padre hasta el sacrificio supremo de la
los Apóstoles, y el de Santiago se ha intercalado el tes- misma.
timonio de los hechos por parte de Bernabé y Pablo, y Las palabras de Jesús siguen una lógica sencilla: el
todo el conjunto viene después de «una larga discu- Padre ha a m a d o al Hijo, y éste, al venir a los hombres,
sión» (v. 7). Ambos discursos podrían ser considerados ha permanecido unido con él en el a m o r por medio de
como conclusión y resumen de un paciente «proceso la actitud constante de un «sí» generoso y obediente al
de discernimiento comunitario» en el que h a n sido Padre. Lo mismo ha de tener lugar en la relación entre
expuestos, escuchados y discutidos a fondo todos los Jesús y los discípulos. Éstos han sido llamados a prac-
hechos y todos los argumentos. De este modo, queda ticar, con fidelidad, lo que Jesús ha realizado a lo largo
salvada la libertad del Evangelio y, también, la unidad de su vida. Su respuesta debe ser el testimonio sincero
de la Iglesia. Es un método que se considera cada vez del amor de Jesús por los suyos, permaneciendo pro-
más como ejemplar y que se presagia como el normal fundamente unidos en su amor. El Señor pide a los su-
en las distintas decisiones eclesiales. yos no tanto que le amen como que se dejen amar y
acepten el a m o r que desde el Padre, a través de Jesús,
desciende sobre ellos. Les pide que le amen dejándole a
Evangelio: Juan 15,9-11 él la iniciativa, sin poner obstáculos a su venida. Les
pide que acojan su don, que es plenitud de vida. Para
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 9 Como el Pa- permanecer en su amor es preciso cumplir u n a condi-
dre me ama a mí, así os amo yo a vosotros. Permaneced en mi ción: observar los mandamientos según el modelo que
amor. 10 Pero sólo permaneceréis en mi amor si obedecéis mis tienen en Jesús.
mandamientos, lo mismo que yo he observado los manda-
mientos de mi Padre y permanezco en su amor. " Os he dicho
todo esto para que participéis en mi gozo y vuestro gozo sea
completo. MEDITATIO
**• ¿Cuál es el fundamento del a m o r de Jesús por los «Os he dicho todo esto para que participéis en mi
suyos? El texto responde a esta pregunta. Todo tiene gozo y vuestro gozo sea completo» (v. 11): todos y cada
su origen en el a m o r que media entre el Padre y el uno de los discípulos están invitados a dejarse poseer
Hijo. A esta comunión hemos de reconducir todas las por la alegría de Jesús, tras haberse dejado poseer por
iniciativas que Dios ha realizado en su designio de el a m o r de Dios. Mi existencia como discípulo consis-
salvación para la humanidad: «Como el Padre me ama te en dejar sitio a este a m o r divino, que es un a m o r
a mí, así os amo yo a vosotros. Permaneced en mi «descendente», u n a m o r que mueve al Padre a «entre-
amor» (v. 9). Ahora bien, el a m o r que Jesús alimenta gar a su Hijo único» (Jn 3,16), un a m o r que mueve al
por los suyos requiere u n a pronta y generosa respues- Hijo a entregarse a sí mismo, u n a m o r que mueve a los
M)4 Quinta semana de pascua
Jueves M)5
**• La asamblea concluye eligiendo una delegación y minuido los hombres que, como Pablo y Bernabé,
con el envío de una carta. En ella se desautoriza a los «han consagrado su vida al servicio de nuestro Señor
rigoristas - o sea, a los que habían provocado el alter- Jesucristo»?
c a d o - y se da vía libre a la apertura a los paganos, sin
imponerles demasiadas cargas. Es importante la con-
ciencia que tiene la asamblea de haber tomado u n a de- Evangelio: Juan 15,12-17
cisión bajo la iluminación del Espíritu Santo: la Igle-
sia ha experimentado, desde sus orígenes, la presencia En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 12 Mi man-
del Espíritu y la ha transmitido a lo largo de los siglos. damiento es éste: Amaos los unos a los olios como yo os he
amado. " Nadie tiene amor más grande que quien da la vida
El discernimiento practicado -en el que ha participado por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que
toda la Iglesia- ha sido verdaderamente «espiritual», yo os mando. I5 En adelante, ya no os llamaré siervos, por-
es decir, ha sido guiado por el Espíritu. que el siervo no 'conoce lo que hace su señor. Desde ahora os
llamo amigos porque os he dado a conocer todo lo que he
La delegación debe explicar los detalles del conteni- oído a mi Padre.
do del texto, así como las cláusulas de Santiago, pre- 16
No me elegisteis vosotros a mí; fui yo quien os elegí a
sentadas como generosas; esto es, no como cargas pe- vosotros. Y os he destinado para que vayáis y deis fruto
sadas. De hecho, esas limitaciones caerán pronto en abundante y duradero. Así, el Padre os dará todo lo que le pi-
desuso frente a la aplastante presencia de los proce- dáis en mi nombre. " Lo que yo os mando es esto: que os
dentes del paganismo y la disminución del componen- améis los unos a los otros.
te judío. El mismo Pablo, por su parte, no hizo nunca
alusión a estas cláusulas.
*•• Las relaciones entre Jesús y los discípulos asu-
La línea de Antioquía tiene ahora vía libre para su men u n a intensidad particular en esta breve perícopa,
estilo de evangelización: sus tesis han sido aceptadas y donde se afronta el tema del m a n d a m i e n t o del amor
avaladas plenamente. Se comprende que «su lectura fraterno: «Amaos los unos a los otros como yo os he
les llenara de alegría y les proporcionara un gran con- amado» (v. 12).
suelo». Este consuelo les animó a seguir por el camino Los mandamientos que debe observar la comunidad
emprendido. Antioquía se convierte ahora en el nuevo mesiánica están compendiados en el a m o r fraterno.
centro de irradiación del Evangelio y en el punto de Este precepto del Señor glorifica al Padre. Supone
partida de las nuevas empresas de Pablo. Reina un vivir como verdaderos discípulos y dar como fruto el
clima de alegría y de serenidad por el avance del Evan- testimonio. Ahora bien, la calidad y la n o r m a del a m o r
gelio, que les hace cerciorarse de la importancia vital al h e r m a n o son u n a sola: el a m o r que Jesús tiene por
de la difusión del camino de la salvación a todos los los suyos, u n a m o r que ha llegado a su cima en la cruz
hombres. (v. 13).
Esto nos hace reflexionar sobre la escasa presencia La cruz es el ejemplo de la entrega de Jesús hasta el
actual de esta preocupación en nuestras comunidades. extremo por sus discípulos: ha entregado su propia
¿Oué eslá pasando? ¿Ha perdido su relevancia a nues- vida p o r aquellos a los que a m a . Lo que de-
tros ojos la causa del Evangelio? ¿O será que han dis- sea, a cambio, de los suyos es la fidelidad al mismo
310 Quinta semana de pascua
Viernes 311
iu\s, para renovarme a mí mismo, mi existencia y mi Señor, sé que no nos mandas nada imposible. Tú conoces me-
ambiente vital. jor que yo mi debilidad, mi imperfección, sabes que no podré
nunca amar a mis hermanas como tú las amas, si no eres aún tú,
Jesús mío, quien las ama en mí. Para concederme esta nueva
gracia has dado un mandamiento nuevo. ¡Oh! Cuánto lo amo,
CONTEMPLATIO pues me da la garantía de que tu voluntad es amar en mí a todos
aquellos a quienes me mandas amar. Sí, estoy convencida de
Oh santo Amor, quien no te conoce no ha podido gus- ello; cuando practico la caridad, es sólo Jesús quien obra en mí.
tar la suavidad de tus beneficios, que sólo la experiencia Cuanto más unida estoy a él, tanto más amo a mis hermanas
(Teresa de Lisieux, Manuscritos autobiográficos C, Monte Carme-
vivida nos revela. Pero quien te haya conocido o haya
lo, Burgos 1997).
sido conocido por ti no puede concebir ya ninguna
duda. Porque tú eres el cumplimiento de la ley; tú, que
me colmas y me calientas; tú, que me inflamas y en-
ciendes mi corazón con una caridad inmensa. Tú eres el
Maestro de los profetas, el compañero de los apóstoles,
la fuerza de los mártires, la inspiración de los padres y
de los doctores, la perfección de todos los santos. Y me
preparas también a mí, Amor, para el verdadero servicio
de Dios (Simeón el nuevo Teólogo).
ACTIO
como no pertenecéis al mundo, porque yo os elegí y os saqué seguido, también lo serán sus discípulos; si éste fue es-
de él, por eso el mundo os odia. 20 Recordad lo que os dije: cuchado, también lo serán los suyos (w. 20s).
«Ningún siervo es superior a su señor». Igual que me han
perseguido a mí, os perseguirán a vosotros; y en la medida en
que pongan en práctica mi enseñanza, también pondrán en
práctica la vuestra. 21 Os tratarán así por mi causa, porque no MEDITATIO
conocen a aquel que me envió.
Si pretendes vivir según tus convicciones de fe, no
debe sorprenderte encontrar a tu alrededor la indife-
**• La perícopa contiene una advertencia de Jesús rencia o la hostilidad. No debe deprimirte que los me-
dirigida a sus discípulos sobre el odio y el rechazo del dios de comunicación social se rían a menudo de ma-
m u n d o que tendrán enfrente. Si la nota distintiva de la nera sutil del estilo de vida cristiano, o que cuando
comunidad cristiana es el amor, ahora el Maestro expreses tus convicciones te vean como un anticuado,
presenta a los suyos lo que caracteriza al mundo que o que la gente te considere como alguien que pertenece
les rechaza: el odio (v. 18). El Señor advierte y explica a u n a era pasada, a u n a época de la que ya nos hemos
ese odio del m u n d o y emite u n juicio sobre el mismo. despedido. Que no te abata el desaliento: eso es señal
de que eres fiel a Cristo perseguido y a su Palabra de
El odio del m u n d o hacia la comunidad cristiana es
cruz. No debes entrar en crisis porque muchos no pien-
consecuencia lógica de una opción de vida: los segui-
sen en esa cruz como los seguidores de Jesús.
dores del Evangelio no pertenecen al mundo, y éste no
puede aceptar a quien se opone a sus principios y op- Una de las características de la fe es su perenne carác-
ciones. Los creyentes, en virtud de su opción de vida a ter inactual. Esa característica hemos de buscarla en su
favor de Cristo, son considerados como extraños y dimensión oblativa, que consiste en la llamada a la
enemigos. Su vida es una continua acusación contra cruz, al sacrificio, al saber amar, a la justicia pagada
las obras perversas del m u n d o y un reproche elocuente con la propia piel. No debes, por tanto, «aguar» tu tes-
contra los malvados. Por eso es odiado y rechazado el timonio, ni bajar el grado de las exigencias de la Pala-
hombre de fe. bra, ni envolver con el silencio lo que es más compro-
m e t e d o r e impopular. Hay silencios que parecen
Pero ¿cómo se manifiesta el odio del m u n d o contra excesivamente prudentes, que son expresión de temor
los discípulos? Mediante las persecuciones que h a n de ante los contragolpes de la opinión pública, que expre-
padecer los creyentes por el nombre de Cristo. No son san preocupación por la hostilidad de quienes pueden
en verdad estas pruebas las que deben desanimar a los hacernos daño.
discípulos ni en su camino de fe ni en su misión de
evangelización. También su Señor experimentó la in-
comprensión y el rechazo hasta la muerte (v. 20). Es ORATIO
más, la persecución y el sufrimiento son u n a de las
condiciones de la gloria que toda la c o m u n i d a d cris- Ayúdame, Señor, a vivir como tú quieres en medio
liana debe compartir con su Salvador. La suerte de los de las dificultades originadas por la hostilidad del mun-
discípulos es idéntica a la de Cristo: si éste ha sido per- do. Ayúdame a no tener miedo de ser tu testigo, pero
<I8 Quinta semana de pascua Sábado 319
la vida trinitaria en sí misma y en su apertura al hom- nos nuevos. Sigámoslo a través de las lecturas para
bre (v. 9). aprender a cantarlo con la vida.
A Jesús, como bien atestiguan sus parábolas, no le El amor por parte del hombre empieza con la aten-
gusta el lenguaje abstracto. Si habla, es para ofrecer ción, con una intensa expectación dirigida a Dios y sus-
palabras que son «espíritu y vida» y, por consiguiente, citada además por él. Empieza por el darse cuenta de
tienen que poder ser comprendidas y vividas por to- que Dios nos ha amado primero, desde siempre, y no
dos. Permanecer en su a m o r es así sinónimo de porque lo mereciéramos. Descubrirse amado significa,
«observar sus mandamientos». Una vez más es la vida al mismo tiempo, reconocerse pecador perdonado. Este
trinitaria el modelo que se propone al hombre: Jesús perdón no ha tenido para Dios -¡el Omnipotente!- un
permanece en la caridad del Padre y es u n a sola cosa precio irrisorio, pero precisamente así es como se ha
con él porque acoge, ama y realiza plenamente su manifestado el amor: «Dios nos ha manifestado el amor
voluntad (v. 10). Como dice el h i m n o cristológico de que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para
Flp 2, «se hizo obediente hasta la muerte y una muerte
que vivamos por él... envió a su Hijo para librarnos de
de cruz. Por eso Dios lo exaltó...». Esta unión de volun-
nuestros pecados». El rostro amante de Dios nos ha sido
tades, con la seguridad de que el designio del Padre es
revelado por el rostro de dolor y de gloria de Cristo. Y él
el verdadero bien, es la alegría del Hijo, y él, al pedir
nos invita a permanecer en su amor -el más grande,
la observación de sus mandamientos, no hace otra
porque es la vida entregada- para poder gustar la co-
cosa que invitar al discípulo a participar de su misma
munión con el Padre.
alegría (v. 11).
Se nos pide, una vez más, que estemos «atentos»: el
Su mandamiento es el amor recíproco, hasta estar
amor entregado y recibido nos implica en su dinamis-
dispuesto a ofrecer la vida por los otros (w. 12s). Ese
amor es el que hace caer todas las barreras, hace «pró- mo a cada uno de nosotros. Debe convertirse en nuestra
jimo» a todo hombre, hace nacer u n a amistad que entrega: «Amaos los unos a los otros como yo os he ama-
sabe compartir las cosas más importantes. Su realiza- do», con una atención activa y constante para no dejar
ción perfecta se encuentra en Jesús, que, antes de mo- prevalecer la naturaleza egoísta en nuestro modo de
rir, dice a sus discípulos: «Ya no os llamo siervos, sino sentir, pensar, hablar, obrar; con la tensión gozosa de
amigos», aunque sabe que muy pronto le dejarían solo. poner al principio de todo el divino mandamiento. No
es fácil para nadie en concreto...
Pero para eso precisamente se nos ha dado el Espíri-
MEDITATIO tu. Se nos propone una nueva atención de amor: inten-
tar intuir en cada circunstancia los caminos que el Es-
La liturgia de hoy - c o m o siempre- nos habla sólo de píritu nos va abriendo delante, para que pueda
amor. «Dios es amor», y, por consiguiente, ¿qué otra desplegarse el amor y llegar a todo hombre. También
cosa podría decirnos su Palabra o darnos su acción? Pedro se despojó a fondo de inveteradas convicciones
Sin embargo, si la escuchamos con atención, hoy -y para abrazar el designio de Dios: atento al Espíritu y a
cualquier otro día-, este motivo único resuena con to- los hermanos, indicó a la Iglesia naciente el nuevo iti-
Tiempo de pascua Sexto domingo de pascua 335
m
nerario de amor, dejándonos a todos nosotros una hue- sido dado» (Rom 5,5). Llenos de ese testimonio, ama-
lla de luz. mos a Dios por medio de Dios [...].
La conclusión se impone, y Juan nos la dice aún con
mayor claridad: «Dios es amor, y quien permanece en el
ORATIO amor permanece en Dios, y Dios en él» (Jn 4,8). Es poco
decir: el amor viene de Dios. Pero ¿quién de nosotros se
Jesús, Hijo amadísimo del Padre, tú viniste al mun- atrevería a repetir estas palabras: «Dios es amor»? Las
do para enseñarnos el lenguaje inefable de la caridad. ha dicho alguien que tenía experiencia. Tú no ves a
Y como niños aún pequeños quieres que lo aprenda- Dios: ámalo y lo poseerás. Porque Dios se ofrece a no-
mos con los hechos, con los gestos de cada día. Maes- sotros en el mismo instante. «Amadme - n o s g r i t a - y me
tro divino y humanísimo, tú quieres que conozcamos poseeréis. No podéis amarme sin poseerme. El amor, la li-
el amor del Padre que te ha sacrificado a ti, su cora- bertad interior y la adopción filial no se distinguen más
zón, por nosotros, por nuestra salvación. Ayúdanos a que por el nombre, como la luz, el fuego y la llama. Si
no olvidar esta lección, que se vuelva para nosotros ta- el rostro de un ser amado nos hace felices, ¡qué hará la
rea comprometida de vida. Danos la fuerza del a m o r fuerza del Señor cuando venga a habitar en secreto en
humilde, perseverante, abierto a todos, ya que cada el alma purificada! El amor es un abismo de luz, una
hombre es hermano nuestro. Tú fuiste el primero en fuente de fuego. Cuanto más brota, más quema al se-
observar el mandamiento del Padre y nos diste tú mis- diento. Por eso el amor es un progreso eterno (Agustín,
mo el ejemplo del amor más grande. Ayúdanos a Sermón 34,2-6, passim).
descubrir los distintos modos en que se nos presenta
también a nosotros cada día la ocasión de dar la vida
por los otros, y danos la fuerza para darla de manera
concreta. ACTIO