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Adela Cortina y Emilio Martinez Disero de cubierta Sergio Ramirez Adela Cortina Emilio Martinez Navarro Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270, del Cédigo Penal, podran ser castigados con penas de multa y privacién de libertad quienes ceproduzcan o plagien, en todo o en parte, una obra liceraria, artistica o cientifica fiada en cualquier tipo de soporte sin la preceptiva autorizacién, 12 Edin, 1996 22 Gdisén, 1998 q : 3. Fiean, 2001, 7 . @ Adela Cortina y Emilio Martiner Navavo, 1996, 1798, 2001 1 Ediciones Ae. S.A. 1996, 1998, 2001 ‘Sector Foresta, | = a 7 2760 Tees Cantos Mai» Espana qeierse06 1996 Melee Fax 804 40 28 ISBN 84-460.0574- Depésito legal M-14414-2001 Innpreso en MaterPrnc SL CColnenar Vigo (Madd) F222 1A OES: * ©. eens wren indice general 1. El ambito de la filosofia practica Ll. La Etica como Filosofia moral, 9. IL-1. La Etica es indirectamente normativa, 9. 1.1.2. Los saberes précticos, 10, 1.2. El término «moral» aqui y ahora, 14. 1.2.1. Eltérmino «moral» como sustantivo, 14.1.2.2, El término «moral» como adjetivo, 18. 1.3. El término «moralidad», 19. 1.4. El término «étican, 21. 1.4.1, La Etica no es ni puede ser «neutral, 22. 1.4.2. Funciones de la ftica, 23. 14.3. Los métodos propios de la Etica, 23, 1.5. El término «metaétican, 27. IL. gn qué consiste lo moral? TILL. Diversidad de concepciones morales, 29. 11.2. Distintos modos de comprender lo moral, 30. 11.2.1. La moralidad como adquisicién de las virtudes que conducen a la felicidad, 31. 11.2.2. La moralidad de! cardcter individual: una capacidad para enfrentar la vida sin «desmorali- zacién», 34. 11.2.3. La moralidad del deber, Lo moral como cumplimien: to de deberes hacia lo que es fin en si mismo, 36. 11.2.4. La moralidad como aptitud para la solucién pactfica de los conflictos, 37. 11.2.5. La moralidad camo prictica solidaria de las virtudes comunitarias, 38 11.2.6. La moralidad como cumplimiento de principios universales, 39. T13. Contraste entre el ambito moral y otros dmbitos, 40. 11.3.1. Moral 29 y derecho, 40. 11.3.2. Moral y relgién, 43. 113.3, Moral y normas de trato social, 45. 11.3.4. Moral y normas de tipo técnico, 47 IIL. Breve historia de la ética TILL. La diversidad de las teorias éticas, 51. IIL.2. Eticas de la era del ‘sero, 53. IIL2.1. Sécrates, 54, II.2.2. Platén, 55. IIL2.3. Avistételes, 8. 1.2.4. Eticas de! periodo helenistico, 62 (Epicureismo, 62. Estoicismo, 63). IIL2.S. Las éticas medievales, 65 (Agustin de Tagaste, 65. Tomas de ‘Aquino, 67,) T1L.3. Eticas de la era de la «oncienciam, 68. II1.3.1. El sentimiento moral: Hume, 68. IIL3.2 Kant, 71. 111.3.3. La ética material de los valores, 76. IIL. 3.4. E1 utilitarismo, 78, III.3.5, Las éticas del movi- miento socialista, 80 (Socialismo utdpico y anarquismo, 80. Marx y el mar- xismo, 81). TTL4. Eticas de la era del tenguaje, 84. IIl.4.1. Nietzsche, 84 1114.2. Emotivismo, 91. 1114.3. Prescriptivismo, 92. IIL.4.4. El formalismo dialégico: las éticas procedimentales, 93, (John Rawls: la justicia como imparcialidad, 94. La ética del discurso, 96). HIL.4.5. Comunitarismo, 99. IV. Las clasificaciones éticas IV.L. Clasificaciones éticas como estructuras légicas de ta accion moral, 105. 1V.2. Descripcién o prescripcién como fundamento clasi- ficatorio, 106, 1V.3. Eticas naturalistas y no-naturalistas, 108. 1V.4. Eti- cas cognitivistas y no-cognitivistas, 108. 1V.5. Eticas de méviles y éti- cas de fines, 109. IV.6. Eticas de bienes y de fines. 111. IV.7. Eticas materiales y éticas formales, 111. 1V.8. Eticas sustancialistas y procedi- mentales, 113. 1V.9. Eticas teleologicas y deontologicas, 115. 1V.10. Eti- cas de la intencion y éticas de la responsabilidad, 116. IV.11. Eticas de maximos y éticas de minimos, 117. V. Argumentacién moral y fundamentacién ética Vi. El fenguaje moral, 121. V.1.1, Las tres dimensiones de las expresio- nes lingisticas, 122. V.1.2. Los enunciados morales como prescripciones, 123, V.2. Estrategias de argumentacién moral, 125 V.3. Fundamentar lo moral nos aleja det fundamentalismo, 130. V.4. Posiciones de rechazo 51 105 121 VL ala tarea de fundamentacién, 132. V.4.1. El cientifcismo, 132. V.4.2. El Racionalismo Critco, 136. V.4.3. El pensamiento débil © postmoderno (neoindividualismo en una época postmoral), 137. V.4.4. El etnocentrismo éico como realidad irrebasable, 138. V.5. Urgencia y dificultad de funda- mentar racionalmente una moral universal, 141. V.5.1. Dos nociones de fundamentaci6n, 142, V.5.2. Niveles légicos de la nocidn de fundamento, 143, V5.3. Un ejemplo de fundamentacién de la moral, 145, Etica aplicada VIL1. jEn qué consiste la ética aplicada?, 151, V1.2. Tres modelos posibles, pero insuficientes, 152. VIL2.1. Casulstica-I: €! ideal deducti- vo, 152. VI.2.2. Casuistica-2: Una propuesta inductiva, 153. VIL3. Mas alla de la deduccin y Ia induccién: aplicacién del principio procedi- mental de la ética discursiva, 156, VI.4. Propuesta de un nuevo mode- lo de ética aplicada como hermenéutica critica, 158. VI.4.1. &l marco deontoldgico (El momento «kantianon), 158. VI-4.2. Etica de las activi dades sociales (El momento caristotélico»), 160. VI4.3. Proceso de toma de decisiones en casos concretos, 164. VI.5. Algunos ambitos de la ética aplicada, 165. VI.5.1. Bioética, 165. VI.5.2. Gen-ética, | 68. VIL5.3. Etica de fa economia y de la empresa, 171. (Etica econémica 171. Etica empresarial, 173). VLS.4. Etica ecoldgica, 175. VIL5.5. Etica y educacién moral, 177 151 ] El ambito de la filosofia practica LI, LA ETICA COMO FILOSOFIA MORAL Este libro trata de la Etica entendida como aquella parte de la Filosofia que se dedica a la reflexién sobre la moral. Como parte de la Filosofia, la Etica es un tipo de saber que intenta construirse racional- mente, utilizando para ello el rigor conceptual y los métodos de andlisis y explicacién propios de la Filosofia. Como reflexién sobre las cuestiones morales, la Etica pretende desplegar los conceptos y Jos argumentos que permitan comprender la dimensién moral de la persona humana en cuanto tal dimensién moral, es decir, sin reducirla a sus componentes psicolégicos, socioldgicos, econémicos o de cualquier otro tipo (aunque, por supuesto, la Etica no ignora que tales factores condicionan de hecho el mundo moral). ‘Una vez desplegados los conceptos y argumentos pertinentes, se puede decir que la Etica, la Filosofia moral, habré conseguido dar razén del fenémeno moral, dar cuenta racionalmente de la dimensién moral humana, de modo que habremos crecido en saber acerca de nosotros mis- mos, y, por tanto, habremos aleanzado un mayor grado de libertad. En definitiva, filosofamos para encontrar sentido a lo que somos y hacemos; y buscamos sentido para colmar nuestras ansias de libertad, dado que | falta de sentido la experimentamos como cierto tipo de esclavitud. L.L.1. La Etica es indirectamente normativa Desde sus origenes entre los fildsofos de la antigua Grecia, la Etica es tun tipo de saber normativo, esto es, un saber que pretende orientar las acciones de los seres humanos. Tambign la moral es un saber que ofrece orientaciones para la accidn, pero mientras esta tiltima propone acciones coneretas en casos concretos, la Etica -como Filosofia moral— se remon- taala reflexidn sobre las distintas morales y sobre los distintos modos de justificar racionalmente la vida moral, de modo que su manera de orien- tar la accidn es indirecta: a lo sumo puede sefalar qui concepcién moral es més razonable para que, a partir de ella, podamos orientar nuestros comportamientos. Por tanto, en principio, la Filosoffa moral o Etica no tiene por qué tener una incidencia inmediata en la vida cotidiana, dado que su objeti- vo tiltimo es el de esclarecer reflexivamente el campo de lo moral. Pero seme- jante esclarecimiento sf puede servir de modo indirecto como orientacién moral para quienes pretendan obrar racionalmente en el conjunto de la vida entera. [Por ejemplo: supongamos que alguien nos pide que elaboremos un «juicio &tico» sobre el problema del paro, o sobre Ia guerra, o sobre el aborto, sobre cualquier otra cuestién moral de las que estén en discusidn en nuestra sociedad; para empezar, tendriamos que aclarar que en realidad se nos esta pidiendo un juicio moral, es decir, una opinién suficientemente meditada acerca de la bondad o malicia de las intenciones, actos y consccuencias que estan implicados en cada uno de esos problemas. A continuacin, deberi mos aclarar que un juticio moral se hace siempre a partir de alguna concep- cién moral determinada, y una ver que hayamos anunciado cual de ellas consideramos valida, podemos proceder a formular, desde ella, el juicio ‘moral que nos reclamaban. Para hacer un juicio moral correcto acerca de alguno de los asuntos morales cotidianos no es preciso set experto en Filosofia moral. Basta con tener cierta habilidad de raciocinio, conocer los principios bésicos de a doctrina moral que consideramos valida, y estar informados de los pormenores del asunto en cuestién. Sin embargo, el juicio &tico propiamente dicho seria el que nos condujo a aceptar como valida aquella concepcién moral que nos sitvid de referencia para nuestro juicio moral anterior. Ese juicio ético estara correctamente formulado si es la con: clusidn de una serie de argumentos filoséficos, sélidamente construidos, que muestren buenas razones para preferir la doctrina moral escogida. En gene- ral, tal juicio ético esta al alcance de los especialistas en Filosofia moral, pero a veces también puede manifestarse con cierto grado de calidad entre las personas que cultivan la aficién a pensar, siempre que hayan hecho el esfuerzo de pensar los problemas «hasta el final».] 1.1.2 Los saberes practicos Para comprender mejor qué tipo de saber constituye la Erica hemos de recordar la distincién aristotélica entre los saberes tedricos, poicticos y préc- ticos. Los saberes teéricos (del griego theorein: ver, contemplar) se ocupan de averiguar qué son las cosas, qué ocurre de hecho en el mundo y cuiles son las causas objetivas de los acontecimientos. Son saberes descriptive 10s 10 muestran lo que hay, lo que ¢s, lo que sucede. Las distintas ciencias de la naturaleza (Fisica, Quimica, Biologia, Astronomfa, etc.) son saberes teéri cos en la medida en que lo que buscan es, sencillamente, mostrarnos cémo es el mundo, Aristoteles decia que los saberes teéricos versan sobre «lo que no puede ser de otra manera», es decir, lo que es asi porque ast lo encon- tramos en el mundo, no porque lo haya dispuesto nuestra voluntad: el sol calienta, los animales respiran, el agua se evapora, las plantas crecen... todo 50 es asf y no lo podemos cambiar a capricho nuestro; podemos travar de impedir que una cosa concreta sea calentada por el sol utilizando para ello cualesquiera medios que tengamos a nuestro alcance, pero que el sol calien. te o no caliente no depende de nuestra voluntad: pertenece al tipo de cosas que «no pueden ser de otra manera» En cambio, los saberes poiéticos y précticos versan, segtin Aristételes, sobre «lo que puede ser de otra manera, es decir, sobre lo que podemos controlar a voluntad. Los saberes poiéticos (del griego poiein: hacer, fabri car, producir) son aquéllos que nos sirven de guia para la elaboracién de algin producto, de alguna obra, ya sea algiin artefacto itil (como construir tuna rueda o tejer una manta) 0 simplemente un objeto bello (como una escultura, una pintura 0 un poema). Las téenicas y las artes son saberes de ese tipo. Lo que hoy Hlamamos «tecnologias» son igualmente saberes que abarcan tanto Ia mera técnica ~ asada en conocimientos tesricos~ como la produccién artistica. Los saberes poiéticos, a diferencia de los saberes te6ricos, no describen lo que hay, sino que tratan de establecer normas, cdnones y orientaciones sobre cémo se debe actuar para conseguir el fin deseado (es decir, una rueda o una manta bien hechas, una escultura, 0 pintura, 0 poema bellos). Los saberes poiéticos son normativos, pero no pretenden servir de referenci 1 para toda nuestra vida, sino Gnicamente para la obtencidn de ciertos resultados que se supone que buscamos, En cambio, los saberes pricticos (del griego praxis: quehacer, tarea, negocio), que también son normativos, son aquéllos que tratan de orien- tarnos sobre qué debemos hacer para conducir nuestra vida de un modo bueno y justo, cémo debemos actuar, qué decisién es la mas correcta en. cada caso concreto para que la propia vida sea buena en su conjunto. Tratan sobre lo que debe haber, sobre lo que deberf ser (aunque todavia no sea), sobre lo que seria bueno que sucediera (conforme a alguna con- cepcidn del bien humano). Intentan mostrarmos cémo obrar bien, cémo conducitnos adecuadamente en el conjunto de nuestra vida. En la clasificacidn atistotélica, los saberes practicos se agrupaban bajo el rétulo de afilosoffa prictica», rétulo que abarcaba no sélo la Etica (saber practico encaminado a orientar la toma de decisiones prudentes que nos conduzcan a conseguir una vida buena), sino también la Economia! (saber prictico encargado de la buena administracién de los bienes de la casa y de la ciudad) y la Politica (saber préctico que tiene por objeto el buen go- bierno de la polis): CLASIFICACION ARISTOTELICA DE LOS SABERES teoricos (descriptivos): | poiéticos 0 productivos | practicos (normativos + ciencias de la naturaleza. | (normativos para un fin | para la vida en su concreto objetivado): | conjunto): Filosofia + Ia técnica, practica, es decir, + las bellas artes. + Erica, + Economia y + Politica Ahora bien, la clasificacisn aristotélica que acabamos de exponer puede ser completada con algunas consideraciones en torno al Ambito de la Filosoffa practica que, a nuestro juicio, son necesarias para entender el aleance y los limites del saber practico: 19) No cabe duda de que la Etica, entendida al modo aristotélico como saber orientado al esclarecimiento de la vida buena, con la mirada puesta en la realizacién de la felicidad individual y comunitaria, sigue formando parte de la Filosofia practica, aunque, como vere- mos, la cuestién de la felicidad ha dejado de ser el centro de la refle- xin para muchas de las teorfas éticas modernas, cuya preocupacién se centra més bien en el concepto de justicia. Si la pregunta ética para Aristételes era «jqué virtudes morales hemos de practicar para lograr una vida feliz, tanto individual como comunitariamente?», en "En la actualidad, muchos economistas dstinguen entre la «Economia normativa y ta «Economia positivar: mientras que la primera incluye orientaciones para la toma de deci siones sobre la base de ciertas opciones morales que la propia Economfa no puede jusificar, la segunda teata de Kimitase ala pura y simple descripcidn de los hechos econémicos (véase Samwelson, P. A. y Nordhaus, W. D., Economia, Madrid, McGraw-Hill, 1993, 14° edicin, p, 11). No cabe duda de que la Hamada «Economia normarivas es en realidad un capitulo de Ia Etica, coneretamente un asunto de «Eticaaplicada», a saber, el capitulo que trara de la ceuestién de qué valores han de ser fomentados con los recursos disponibles y de eémo han, de disponerse las esteuctueas econémicas para servi a los intereses penerales 12 la Modernidad, en cambio, la pregunta ética seria més bien esta otra: «jqué deberes morales basicos deberfan regir ta vida de los hombres para que sea posible una convivencia justa, en paz y en libertad, dado el pluralismo existente en cuanto a los modos de ser felis?». 24) La Filosofia politica sigue formando parte de la Filosofia préctica por derecho propio. Sus preguntas principales se refieren a la legitimi- dad del poder politico y a los criterios que nos pudieran orientar para el diserio de modelos de organizacién politica cada vex «mejo- res» (esto es: moralmente deseables y técnicamente viables). 34) La Filosofia del Derecho se ha desarrollado enormemente en los siglos posteriores Aristételes, hasta el punto de que podemos considerarla como una disciplina del émbito practico relativ mente independiente de la Etica y de la Filosoffa politica. Su interés primordial es la reflexién sobre las cuestiones relaciona- das con las normas juridicas: las condiciones de validez de las mi mas, la posibilidad de sistematizarlas formando un cédigo cohe- rente, etc. 4°) A las disciplinas recién mencionadas (Etica, Filosofia juridica, Filosofia politica) hoy habria que afiadir, a nuestro juicio, la refle- xidn filoséfica sobre la religién. A pesar de que todavia se sigue cla- sificando a la Filosofia de la Religién como una parte de la filoso- fia te6rica o especulativa, creemos que existen buenas razones para que el fendmeno religioso sea analizado desde la perspectiva préc- tica en lugar de hacerlo desde Ia perspectiva tedrica. En efecto, hubo un tiempo en que la existencia de Dios era un tema de inves- tigacisn «cientifica»: era cuestin de averiguar si en el conjunto de lo real se encuentra «el Ser Supremoe, y en caso afirmativo inten- tar indagar sus propicdades especificas. Sin embargo, a partir de la Modernidad, y especialmente a partir de Kant, la cuestién de la existencia de Dios ha dejado de ser una cuestién propia del ambito acientifico» para pasar a ser una cuestidn de «fe racional» que se justifica a partir de argumentos exclusivamente morales. En cual- quicr caso, la toma de posicién ante la existencia de Dios, sea para afirmarla, sea para negarla, 0 sea para suspender el juicio acerca de ella, se plantea hoy en déa mucho mas como una cuestién vincula- da a lo moral, al problema de la injusticia y del sufrimiento huma- no, que al problema de Ia explicacién del origen del mundo (aun- que todavia hay personas emperiadas en continuar esta dltima linea de investigacién) PUT red ae Wale lal Wal ara ENC ETIcAO FILOSOFIA FILOSOFIA MORAL | POLITICA (incluye elementos Jde Economit FILOSOFIA DEL DERECHO FILOSOFIA DE LA RELIGION (En perspectiva ética) Nermativa) 1.2. EL TERMINO «MORAL» AQUI Y AHORA El término «moral» se utiliza hoy en dia de muy diversas maneras, segtin los contextos de que se trate, Esta multiplicidad de usos da lugar a muchos malentendidos que aqui intentaremos evitar examinando los usos 1 cuentes y estableciendo las fre- distinciones que creemos pertinentes. Para empezar, obsérvese que la palabra «moral» se utiliza unas veces como sus- tantivo y otras como adjetivo, y que ambos usos encierran, a su vez, distin. tas significaciones segtin los contextos. 1.2.1. El término amoral» como sustantivo A) Se usa a veces como sustantivo («la moral», con mintiscula y arti- culo determinado), para referitse a un conjunto de principios, preceptos, mandatos, prohibiciones, permisos, patrones de conducta, valores e idea. les de vida buena que en su conjunto conforman un sistema mas 0 menos coherente, propio de un colectivo humano concreto en una dererminada Epoca histérica. En este uso del término, la moral es un sistema de conte- nidos que refleja una determinada forma de vida. Tal modo de vida no suele coincidir totalmente con las convicciones y hibitos de todos y cada uno de los miembros de la sociedad tomados aisladamente. Por ejemplo decir que los romanos de la época de la Repiblica eran personas laborio- sas, austeras y combativas, no significa que no hubiera entre ellos algunos que no merecieran semejantes calificativos morale , ¥ sin embargo tiene sentido mantener esa descripeién general como sintesis de un modo de ser y de vivir que contrasta con el de otros pueblos y con lo que fueron los propios romanos mas tarde, digamos, en el bajo imperio. La moral es, pues, en esta acepcién del término, un decerminado modelo ideal de buena conducta socialmente establecido, y como tal, puede ser estudiado por la Sociologia, la Historia, la Antropologia Social y demas Ciencias Sociales Sin embargo, estas disciplinas adoptan un enfoque netamente empitico, y por lo tanto establecen un tipo de saber que hemos Hamado «tedrico», mientras que la Etica pretende orientar la accién humana (aunque sea de un modo indirecto), y en consecuencia le corresponde estar entre los saberes practicos. B) También como sustantivo, el témino «moral» puede ser usado para hacer referencia al cédigo de conducta personal de alguien, como cuando decimos que «Fulano posee una moral muy estricta» o que «Mengano care- ce de moral»; hablamos entonces del cédigo moral que guia los actos de una persona concreta a lo largo de su vida; se trata de un conjunto de con- vieciones y pautas de conducta que suelen conformar un sistema més © menos coherente y sitve de base para los juicios morales que cada cual hace sobre los demas y sobre sf mismo. Esos juicios, cuando se emiten en condi- ciones éptimas de suficiente informacién, serenidad, libertad, etc., son lla- mados a veces «juicios ponderados». Tales contenidos morales concretos, personalmente asumidos, son una sintesis de dos elementos: a) el patrimonio moral del grupo social al que uno pertenece, ¥ ») la propia elaboracién personal sobre la base de lo que uno ha here- dado del grupo; tal elaboracién personal esta condicionada por cir- cunstancias diversas, tales como la edad, las condiciones socioeco némicas, la biograffa familiar, el temperamento, la habilidad para razonat correctamente, etc. ‘Aunque lo tipico es que la mayor parte de los contenidos morales del cédigo moral personal coincida con los del cédigo moral social, no es for- zos0 que sea asf. De hecho, los grandes reformadores morales de la huma~ nidad, tales como Confucio, Buda, Sécrates 0 Jesucristo, fueron en cierta medida rebeldes al cédigo moral vigente en su mundo social Tanto la moral socialmente establecida como la moral personal son realidades que corresponden a lo que Aranguren Ilamé «moral vivida» para contraponerlas a la «moral pensada», de la que hablaremos a conti- nuacién, C) A menudo se usa también el término «Moral» como sustantivo, pero esta ver con maydscula, para referirse a una «ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden a su bondad 0 mali- cia»?. Ahora bien, esta supuesta «ciencia del bien en general», en rigor no existe. Lo que existe es una variedad de doctrinas morales («moral cat6l ca», amoral protestante», «moral comunista», «moral anarquista>, etc.) y Etica, que a su vez contiene una disciplina filosdfica, la Filosoffa moral 0 * Diccionario de la Lengua Espatola de la Real Academia, 21* edicién, p. 1.400, 15

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