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Hay una cuestión que ha atraído regularmente a los que se dedican a la filosofía, y es, sin dudarlo,

el alcance de esa palabra, es decir, qué es la filosofía, de qué trata, y cuál es su ocupación. La
respuesta expone a su vez lo que es el filósofo, pues éste, una vez que reconozca su campo de
operación, puede arrogarse tal título como exclusivo de su ejercicio intelectual. Ambas situaciones
de dimensiones terriblemente imprecisas.

Es también una característca común de aquéllos que cultivan otras ciencias y no la cerrera en la
facultad de filosofía que se encuentra el equívoco de tales acepciones, pues, el hombre que se
dedique al estudio del derecho, política, biología, física, química medicina, teología, o cualquier
otra rama de estudio, puede pensar que la filosofía radica en pensar las raíces de su respectivas
diaciplinas, y no ya el hecho de haber leído, sin razón, tratados de abigarrada naturaleza, sin
concatenarlos en sus respectivas ramas filosóficas, sino, conociendo, someramente disciplinas que
se desenvuelven con una complejidad que un mero especulador no ppdrá alcanzar.

Hay otros, que, al haberse instruido en la casa de estudios dedicada a la filosofía como
especialidad, desprecien conomientos que se asientan sobre fundamentos que desconocen, y que
en gran medida son fatales en sus consecuencias, ignorando, como es común, las distintas
posturas filosóficas que les han precedido, pasándolas por el tamiz de su metodología
epistemológica, por lo que, ven en tales pensadores, sujetos inmersos más en creencias que en
realidades, pues creen que la ciencia a la que ellos se dedican, es, por antonomasia, el
conocimiento de la verdad.

De tales situaciones se desprende un problema más, si el filósofo es aquél que se dedica


comprender y cultivar tales disciplinas, y no el que se dedica a pensarlas desde una metodología
filosófica específicamente facturada por el cultivador.

Tal es la relación en la que se encuentran los filósofos, una condición que, si bien puede parecer
pueril, no lo es necesariamente, puesto que, lleva aparejada otras cuestiones rslcionadas con los
principios filosóficos que cada una de esas posturas revisten.

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