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Al reconocer que estoy con una enfermedad, con un

conflicto…. En proceso o no de curación inconsciente o


consiente.
Que hacer al reconocer que entre en un conflicto…. Qué hacer cuando al
levantarme y verme con un ojo enrojecido y con leve dolor de cabeza.

Debo observar primero el órgano y hacer en retrospectiva que sucedió en las


últimas horas….

Ver los daños o enfermedad que estoy presentando, debo también evaluar si
estoy en Vagotonía y en qué parte de la vagotonía, si estoy en la primera
fase, debo chequear si pase la fase epiléptica, debo chequear si estoy en la
segunda fase de la vagotonía….

Debo informarme de que parte del cerebro es, cuales son los síntomas,
cuales son las características de este proceso de curación, etc.

Debo reposar, alimentarme bien… etc.

Verificar que ocasiono el conflicto


Que acciones tome en el momento
Que debo corregir para nuevas ocasiones similares
Que estaba a mí alrededor o quienes me acompañaban
Lo pude haber evitado, me prepare…. Que hice al final del suceso o de la

Tomar accione para evitar repeticiones de caso similares, debo desbloquear


los agentes desencadenantes

Debo preguntarme porque el conflicto entre los dos cerebros, porque no se


comunicaron correctamente.

Tratamiento:
Si estoy en la fase vagotonía fue que enfrente la situación emocional en
forma correcta, mas debo reforzar la situación de la psiquis para acortar el,
proceso de curación.

Debo recordar el proceso o el momento y repetirlo como una película y cuidar


de los detalles, de esa forma estoy haciendo consciente el conflicto, lo estoy
reconociendo y estoy evitando una consecuencia mayor.

Al mismo tiempo para sanar completamente y en el más corto plazo aplicar


terapia contra el dolor si la hubiera. Recurrir a la NOISITERAPIA. Luego
hacer el ejercicio mental del perdón donde se incluyen todos los personajes
actuantes…

Pero lo más importante es que una vez reconocida la enfermedad y / o la


causa, debemos ser proactivos con la enfermedad, por ejemplo si el conflicto
me ha causado una Desvalorizacion, debo aumentar mi autoestima con
recursos que solo están dentro de mí, vale decir que ni médicos ni
medicamentos me van a acortar el proceso de curación. Entonces debo
proceder a reforzar o a re encuadrar aquellas situaciones que me causaron
mal, es final de año y esto solo, no tengo dinero, no tengo amigos, creo que
no tengo fuerzas para seguir adelante, etc.

Entonces debo darle un viraje de 180 grados a esos pensamientos y


convertirlos en positivo, adecuándome a las realidades y a cosas lógicas.
Debo profundizar conmigo mismo una terapia fuerte de reforzar el Auto
estima. Reconocer que hay situaciones apremiantes y que la vida tiene
prioridades y un orden lógico. Debo medir mis fuerzas y valorar las
oportunidades que me presenta la vida y cambiar de rumbo si fuese
necesario, pero se debe tratar de salir del proceso de recuperación cuanto
antes y evitar que estos pensamientos regresen a hacer daños a mi
integridad física.

Si bien es cierto vivimos inmersos en una situación social bastante


conflictiva desde todo punto de vista, por lo que debemos prepararnos
constantemente en el manejo de la emociones, de los conflictos y de las
enfermedades, debemos reconocer inmediatamente cuando entramos en
discordancia o conflicto y proceder a corregir. Posiblemente lo más eficaz es
hacer consiente el conflicto, para aceptarlo y permitir que drene sin hacernos
moretones en el alma.

De esta forma de pensar y actuar usted observara que poco a poco se va


entrenando en los conflictos y en su solución, así como la forma de
enfrentarnos a esta sociedad. Así vamos reformulando nuestro grupo de
amigos afines y así nos vamos haciendo como más tolerantes ante la
sociedad. RECUERDE QUE DEBEMOS AUMENTAR NUESTRO
CONOCIMIENTO INTERNO DE NUESTROS VALORES DE TOLERANCIA,
E IRLOS AUMENTANDO CON EL TRANSCURRIR DEL TIEMPO.
Recuperaremos la salud, recuperaremos el bienestar, recuperaremos la
alegría, reforzaremos el sistema inmune y nuestro cuerpo se desgastara
muchísimo menos. (Fuente de la juventud y de la salud).
Ansiedad
¿Cómo superar una crisis de ansiedad?
De la multitud de frases hechas que se publican en las redes sociales, y de
las que la gran mayoría encuentro falsas o no pertinentes, sí me quedo con
la gran sencillez de la definición del posible proceso que genera ansiedad:
“Mirar hacia el pasado genera depresión y mirar al futuro ansiedad”. Es una
versión simplificada de la misma. En realidad, esta afirmación es cierta
aunque con matices. Posiblemente no se pueda aplicar escuetamente tal
definición cuando la ansiedad es un rasgo asociado a nuestra personalidad,
sino que la tenemos que limitar a estados puntuales de hiperactivación
fisiológica y cortical.
La generación de estados de ansiedad suele tener un proceso parecido a
éste:
Se acerca un acontecimiento en el que estamos involucrados (competición
deportiva, intervención quirúrgica, hablar en público, un proceso de
separación, entrevista laboral, etc...hay muchísimas causas) y percibimos la
posibilidad de una consecuencia negativa (perder, mal resultado,
bloquearnos, perder algo o alguien a quien estimamos, no disponer de las
habilidades suficientes para la demanda que se nos plantea, etc...), por lo
que anticipamos cierta emocionalidad negativa asociada a la consecuencia.
Entonces se identifica este acontecimiento futuro como “algo” amenazante,
una amenaza a nuestra integridad física o psicológica. Ante esta amenaza el
cerebro activa un sistema de huida, heredado evolutivamente, que permite
escapar adecuadamente: aumento de la tasa cardíaca, aumento de la
tensión sanguínea, aumento de la segregación de adrenalina, contracción
pupilar, contracción/dilatación de esfínteres digestivos, tensión muscular,
aumento de la actividad electro-dermal, reducción de la amplitud respiración,
… Todo esto genera una sensación muy desagradable de pérdida de control,
asfixia, tensión, bloqueo, taquicardia, reducción de la amplitud de atención,
dolor en el pecho e incluso sensación de muerte inminente. Cada persona
puede presentar diferentes síntomas e intensidades.

Entonces: ¿Que hacer ante un ataque agudo de ansiedad?


La primera estrategia es reducir esta actividad fisiológica generalizada que
acabo de describir, mediante técnicas de relajación. Personalmente suelo
utilizar la respiración con contención y reabsorción de dióxido de carbono
(CO2), puesto que es sencilla, eficaz y rápida, impidiendo también la posible
hiperventilación.
Es muy sencillo:
Se respira muy lentamente por la nariz (insisto, muy lentamente) hasta que
no quepa ni una gota de aire en los pulmones (iniciar la respiración con
inspiración ventral sería ideal, pero en la mayoría de ataques de ansiedad los
músculos asociados se encuentran bloqueados). Cuando no quepa ni una
gota de aire en los pulmones se contiene la respiración durante 5-6-7
segundos para luego expulsar el aire soplando, literalmente, soplando, de
manera que le cueste salir y se hinchen los mofletes (si la mente está lo
suficientemente clara, es conveniente repasar los grupos musculares que
estén tensos e ir soltándolos, principalmente hombros y músculos ventrales).
Se repite hasta que se calmen los síntomas de la activación ¡Ojo! Hay que
retener la respiración puesto que, si no, existe el peligro de hiperventilarse.
También ayuda hablarse a sí mismo pidiéndose calma, tranquilidad,
control,...
Pero...¿Que hacer para evitar estos ataques?
En primer lugar es esencial tener la seguridad de que disponemos de
herramientas psicológicas para controlar una crisis, con la respiración que
acabo de describir o cualquier otra estrategia de reducción de la activación.
Una vez somos conscientes de que podemos controlar la ansiedad debemos
centrarnos en el desencadenante de la misma: la anticipación de
consecuencias negativas de un evento futuro o la interpretación catastrófica
de los síntomas fisiológicos internos. Al anticipar un evento negativo también
anticipamos parte de las reacciones emocionales que se asocian. Cuando
estas reacciones emocionales son negativas activamos la respuesta de
escape que nos causa los síntomas fisiológicos de la ansiedad. Por tanto, es
esencial aprender a no anticipar las posibles consecuencias de un evento,
centrándonos en el presente o, como mucho, centrándonos en el proceso en
sí de dicho evento. También es útil aprender a realizar un cambio de
pensamiento en el momento en que tengamos la tendencia a anticipar. Para
ello se debe elegir algún tipo de imagen que nos resulte agradable,
elaborarla bien, es decir, con el máximo de detalles, y acudir a ella cada vez
que nos demos cuenta de que estamos anticipando consecuencias
desagradables. A fuerza de repetir esta asociación llegará el momento en
que nos saldrá con mucha facilidad.

¿Hay algo más que pueda hacer?


Pues sí, posiblemente lo más útil de todo: inocular los estímulos causantes
de la ansiedad.
Para ello es imprescindible controlar la técnica de respiración explicada. Una
vez controlada la respiración disponer algún sitio tranquilo donde nos
podamos tumbar (con un cojín en la cabeza). Cuando estemos cómodos,
realizamos dos o tres respiraciones hasta notar relajación profunda (con los
ojos cerrados). Una vez relajados, empezamos a generar imágenes que
contengan estímulos que nos suelen causar ansiedad. Nos recreamos en lo
peor de las imágenes que generamos, hasta que notemos que realmente nos
estamos alterando. En este punto realizamos un cambio de pensamiento
(buscar algo agradable como un paisaje o alguien a quien estimemos, un
manjar que nos apetezca, etc...) mientras realizamos un par de respiraciones
de relajación y aguantamos hasta que nos notemos calmados. Entonces
volvemos a generar las imágenes que nos alteran lo más realistas posibles,
hasta que de nuevo nos notemos alterados, que volvemos a cambiar el
pensamiento y a realizar respiraciones, … Después de varios cambios de
pensamiento, nos enfrentaremos a la imagen que generamos sin producir
este cambio de pensamiento y realizando las respiraciones mientras
mantenemos las imágenes incómodas en nuestro pensamiento Y así hasta el
momento en que podamos generar las imágenes ansiógenas y que no nos
produzcan ningún tipo de alteración fisiológica. Podremos decir que nos
hemos inoculado ante dichas imágenes. El último paso es la generalización
del afrontamiento, es decir, enfrentarnos a la realidad de los estímulos que
hemos inoculado, en relajación y paulatinamente, tanto en distancia como en
tiempo. Si conseguimos inocular los estímulos estresantes ganaremos
mucha seguridad en nosotros mismos.

Por último, la ansiedad no es un monstruo indeseable que al que debamos


extinguir, puesto que hay un nivel determinado que nos ayuda a ejecutar
ciertos tipos de tarea (principalmente en ejecuciones deportivas que
necesiten niveles elevados de arousal (activación)). Más allá de este nivel
facilitador la ansiedad se convierte en algo realmente indeseable que sólo
conoce sus efectos aquel que los padece.

publicado por carlos garcía

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