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sobre teoría de juegos, mientras

releía clásicas definiciones sobre


el Don. En fin, decir esto es decir
también que una obra de este tipo

Antropología y simbolismo*
es en todo caso una garantía de
experiencia en la investigación y
en el disfrute que se encuentra en
ella. Pero vayamos por partes.
En la introducción los coordi-
nadores (Fournier, Millán y Olava-
rría), además de presentar el libro
RESEÑADO POR Alessandro Questa Rebolledo y brevemente cada uno de sus ar-
tículos, lo conectan con aquellos
afortunados encuentros sobre sim­
bolismo organizados por la doc­-
tora Marie-Odile Marion(†) en la
Sabemos que cuando un libro es vuelo de prueba donde “la máqui- Escuela Nacional de Antropología
publicado resulta necesario pre- na” es expuesta. Es como una no­ e Historia (enah) de los noventa. Se
sentarlo. En efecto, esta secuencia che de estreno, noche de llegar vuelve así no una obra más, sino
nos recuerda sin duda un bautizo, temprano y lavarse los dientes dos un tomo enganchado en un hilo
en donde el hijo es “presentado en veces antes de salir de casa; para histórico particular, del que cuel-
el templo” ante la comunidad en un presentar algo nuevo a los colegas gan también otros temas simbóli­cos
día auspicioso. Qué mejor lugar que siempre tienen el buen ánimo de una antropología reflexiva, en el
que el Museo Nacional de Antro- de ver un poco de sangre ajena. amplio sentido del término.
pología y qué mejor época que la Antropología y simbolismo es El libro abre con una primera
Vigésima Feria del Libro de Antro- una obra colectiva que conjuga ar­ parte que no tiene desperdicio y
pología e Historia para hacerlo. Las tículos de 11 investigadores, an- que, en mi opinión, conforma la
presentaciones, como los bautizos, tropólogos, historiadores y arqueó- pieza más depurada de la obra. En
son ceremonias de fortuna, una logos provenientes de diversas ella se incluyen tres estudios so­-
ocasión para decir juntos “¡Todo instituciones académicas (Institu- bre el cuerpo dentro de las culturas
salió bien!” Y detrás quedan, como to Nacional de Antropología e His- indígenas contemporáneas de Mé­
los dolores de parto tras el feliz toria –inah–, Universidad Autónoma xico. Los tres tienen como base una
alumbramiento, según me cuen- Metropolitana –uam–, Benemérita etnografía sólida, una exposición
tan, los problemas editoriales y de Universidad Autónoma de Puebla muy personal y un nivel de abs-
imprenta, la fe de erratas, la equi- –buap–). El resultado es por lo me- tracción profundo.
vocación en la portada o en las nos ecléctico. Leerlo para comentar­ El primer texto, “Horizontes del
galeras de impresión. Lo que nos lo aquí me ha llevado a encuentros cuerpo yoeme”, es de María Euge-
queda al final, hoy, es la obra en embozados en la Puebla del siglo nia Olavarría y en él nos presenta,
su contenido que, en este caso, es xvii, a presenciar apariciones colo- a través de conceptos clave como
con toda seguridad fruto del esfuer- niales en Milpalta, a recomponer takaa, el soporte físico, güepul jiap­
zo compartido de autores, editores la memoria histórica con algunos si, alma o espíritu común a todos
y coordinadores, quienes, insisten- sucesos políticos y maquinaciones los seres y sea takaa, un surplus
temente y por necesidad, se han estatales durante el movimiento en ciertos individuos; una compo-
asegurado de entregarnos en ella social del 68; pasando de visita sición cultural del cuerpo, que nos
sus ideas, su tiempo de investiga- con los yoeme (yaqui), los huaves recuerda indudablemente a las
ción y su experiencia. y nahuas, en sus experiencias y diferentes entidades anímicas pre-
Sin embargo las presentaciones, conceptualizaciones distintas del sentes en Mesoamérica. Sin embar­
a diferencia de los bautizos, tienen cuerpo. He revisitado también al- go, en el caso yoeme es única, en
un lado opaco, un espacio para la gunas prácticas del catolicismo del la medida en que se trasplanta a
incertidumbre; son finalmente el Bajío, y hasta he aprendido algo distintas relaciones que los yoeme

* Patricia Fournier, Saúl Millán y María Eugenia Olavarría (coords.), Antropología y simbolismo, Conaculta/inah/uam/Pro-
grama para el Mejoramiento del Profesorado (Promep)-sep, México, 2007.

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Antropología y simbolismo

consideran importantes y necesa- la sangre, el semen o la saliva, jun- extáticos. La “materia” del cuerpo
rias: la comunicación con dios, la to con el líquido amniótico y el saco sutil es la fuerza anímica que con-
terapéutica o la hechicería. Es cla­ fetal, así como el ombligo de un tiene el sujeto y se impregna más
ro que son precisamente estas re­ recién nacido e incluso los mismos allá de él hacia los objetos, las he­
laciones expuestas, posibilitadas huesos, componen no sólo partes rramientas y los espacios que
por un cuerpo y no una sustancia- de un cuerpo visible, perceptible o habita.
lidad física relacionada, las que “pesado”, sino que además contie- La segunda parte del libro tiene
ocupan la mente de Olavarría en nen al cuerpo sutil, un ente invi- el impreciso título “Religión y ri-
este artículo. sible que posee cierta autonomía tualidad”. A pesar de ello contiene
“Cuerpo y jerarquía, la noción y que viaja de forma extracorpórea tres textos originales y en dos casos,
de ombas entre los huaves de San durante el sueño, la enfermedad, propositivos. Los tres se refieren a
Mateo del Mar”, de Saúl Millán, es la muerte o incluso ciertos trances elementos religiosos que marcan el
un texto que se lanza, desde el pri­ territorio y que, a su vez, son con-
mer párrafo, a conectar la noción siderados como emblemáticos para
de cuerpo con la de jerarquía. El un grupo. El primer artículo es “El
término ombas es el eje común santuario María, Madre y Reina
en ambos sentidos, pues más allá Corazón Fiel de la Iglesia de Que-
de designar la palabra “cuerpo” en rétaro y el movimiento de Schoens-
huave, es también la vía para ex- tatt como elemento nuevo en el
presar un orden ascendente en la catolicismo mexicano”, de Luis
vida comunitaria. Los huaves ponen Arturo Jiménez, que presenta una
un énfasis en el juego de corres- aproximación etnográfica a un
pondencias entre el cuerpo huma- espacio devocional mestizo. El es-
no y la jerarquía comunitaria. Por crito nos acerca a este grupo cató-
las dos rutas se accede al concep- lico que encontró su origen en
to de ombas, que engloba no sólo Alemania y que se ha expandido
la totalidad organizada que puede con éxito en México, especialmen-
ser un cuerpo sino a su vez y te en el Bajío.
al mismo tiempo nociones como El trabajo de Gustavo Aviña,
“el cuerpo de las estrellas” que es “Santísima Cruz Yaaxché: ejercicio
el cielo o “los que tienen cuerpo de de la territorialidad entre los mayas-
nube” que señala a aquellos que macehuales del estado de Quintana
han cumplido con los cargos, a Roo, México”, describe la importan-
través de lo cual pueden establecer cia de ciertos centros ceremoniales
un contacto con entidades no hu- mayas que en su conjunto dividen
manas como los santos. En reali- cuatro subregiones rituales mace-
dad, es la capacidad de tener un huales, término de origen nahua
cuerpo lo que vuelve posibles las con el que se identifica la población
relaciones huaves con el cosmos. local desde hace siglos. En efecto,
El tercer artículo: “El cuerpo los centros ceremoniales, sumados
sutil y contagio entre el cuerpo hu­ a la vida ritual, las danzas y la or­
mano, las partes que lo conforman ga­nización social, conforman una
y los objetos que lo rodean”, de articulación política que dibuja un
Antonella Faguetti, hace un muy territorio tradicional macehual.
interesante análisis entre los na- Eliana Acosta escribe “La apa-
huas, acerca de cómo es que se rición de la Virgen de Asunción en
forma un futuro brujo desde su Milpa Alta: una mirada a la confi-
nacimiento y la serie de elementos guración de la religiosidad indíge-
corporales que participan como na durante la Colonia”. Un reflexi-
signos de tal efecto. Mediante una vo texto histórico que describe la
etnografía depurada, Faguetti teje llegada de esta imagen religiosa a
fino y expone un campo de sentido la comunidad y su identificación
donde los fluidos corporales como con el origen del cristianismo local.

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Lecturas

En torno a esta narrativa se gene- ciedades pretéritas, a la arbitrarie- entre la reciprocidad y la no recipro­
ró gran parte del discurso local de dad social que las imbuyó en un cidad. Un tablero que proporciona
identidad actual. El hecho ha ge- principio. el esqueleto relacional del Don
nerado en la memoria histórica una El segundo trabajo corre por previo a la suma de factores y ex-
relación estrecha entre la funda- cuenta de Walburga Wiesheu, cepciones que provee la cultura en
ción del pueblo, la llegada de la “Identidades múltiples en socieda- específico. Un artículo, en suma,
imagen y la configuración territorial des complejas tempranas: género, que combina un tema clásico con
del espacio originario. elite y especialización”. En efecto, una reflexión personalísima.
La tercera parte de la obra, “Vio- son estas tres categorías las que Antropología y simbolismo es
lencia y simbolismo”, está com- pone en cuestión la autora como una obra que difícilmente será leí-
puesta por dos artículos. El prime- elementos a considerar necesaria- da en su totalidad por un mismo
ro de ellos, “Los capeamientos, una mente en la interpretación de los lector, en beneficio de diversos in-
forma de violencia simbólica en materiales, sobre todo en aquellos teresados que recurrirán a sus pá­
la Puebla de los Ángeles”, de Celia que muestran altos grados de com- ginas para consultar algunos de
Salazar, es un texto inmersivo que plejidad, simbolismo y maestría. sus mejores textos. Es, en primer
nos lleva de viaje a la Colonia y las Las relaciones sociales de género lugar, una recopilación de trabajos
diversos, antropológicos, históri­-
complejas jerarquizaciones socia- impuestas en cada obra humana
cos y arqueológicos; lo cual no es
les que en ella imperaban. El uso pueden contemplarse, según la au­
tan común. Pero asimismo consti-
diferenciado y en cierta medida tora, en las sociedades tempranas.
tuye una obra colectiva no sólo en
exclusivo de la capa en determina- En ellas, al parecer, el papel de las
las temáticas sino en la calidad y
dos estratos generó una violencia mujeres era mucho mayor del que
el avance en los procesos de inves-
entre las castas, que la autora plas­ ocuparon con la complejización de
tigación. En el mismo libro tene­-
ma en varias bien elegidas citas. las sociedades en las que se insti-
mos desde primeros avances con
En el siguiente artículo, “Violen­ tucionalizaron las relaciones de
descripciones minuciosas e inter-
cia y memoria histórica: Tlatelolco género.
pretaciones elementales hasta re­
1968”, Patricia Fournier y Jorge Por último, la quinta parte inti­
flexiones acabadas y propuestas
Martínez elaboran un análisis en tulada lacónicamente como “El Don”
conceptuales maduras.
torno a la violencia del Estado du­ incluye un único texto, de Juan Este volumen no pretende ser
rante el movimiento estudiantil de Castaingts, intitulado “El dilema una suma que encierre textos es-
1968. La memoria histórica y la del prisionero como solución del pecializados gravitando en un tema
posibilidad de la reflexión 40 años enigma del Don”, una reflexión específico. No es un tomo escolás-
después permiten reconstruir con teórica sobre el tema clásico. Un tico. Todo lo contrario: es más una
más elementos y una narrativa trabajo original dividido en dos sec­ revista científica, donde los lectores
absorbente los sucesos ocurridos ciones, que inicia con una revisión podemos hacer un vuelo raso so­-
en aquel año. bibliográfica sobre el concepto del bre las rutas reflexivas de algunos
La cuarta parte de esta obra, Don, aportado por Marcel Mauss de los investigadores de alto nivel
dedicada al simbolismo en la ar- a la antropología, y donde el autor en la disciplina en México.
queología, incluye dos trabajos se embarca en un viaje personal En fin, esta brevísima presen-
más, siendo el primero “El sistema donde se exponen las principales tación deja evidentemente muchas
social simbólico: una propuesta características definitorias y sus preguntas y huecos imposibles de
para la investigación arqueológica”, consiguientes aplicaciones e inter- llenar aquí. En todo caso, ha sido
de Stanislaw Iwaniszewski, donde pretaciones. La segunda parte en­ un pobre esfuerzo por hablar de
a través de las propuestas teóricas tra en la teoría de juegos y el dile- cosas que deben leerse. Espero, no
de Bourdieu y de otros autores ma del prisionero, para exponer de obstante, que la recomendación
plantea la posibilidad de diferenciar forma clara y sugerente la lógica de un reciente lector haya desper-
formas simbólicas universales y matemática que subyace en los tado su interés por este libro en
acercarse, desde el estudio de so- cauces probabilísticos del Don, particular.

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