Está en la página 1de 6

LA GUERRA Y LA ESCLAVITUD

I.- INTRODUCCIÓN
Observando la recurrencia de la guerra en nuestra época y, de
paso, confirmando los acontecimientos humanos en lo que respecta a la
guerra a lo largo de la historia conocida, es necesario seguir insistiendo en
algunas preguntas que permitan pensarla de tal manera que podamos
dilucidar la dimensión que ésta tiene en la vida humana.
¿Hay una naturaleza humana guerrera? ¿Son evitables las guerras?
¿Son un factor de progreso de la humanidad? ¿Se puede ejercer la guerra
de manera controlada? ¿Es ésta susceptible de ser ejercida bajo la dirección
de normas morales? ¿Puede haber una guerra no cruel? Estas cuestiones y
otras más pueden pensarse sin perjuicio de que la guerra deje de ser
comprendida como lo que realmente es: una calamidad, al menos por lo
que concierne a las consecuencias más inmediatas de sus acciones.
Omitir un tópico como este —la dimensión de la guerra en la vida
humana— puede llevarnos a la negación rotunda de la existencia de una
condición humana que habilita para la guerra y que hace que los hombres no
puedan prescindir de esta para la solución de no pocos de sus conflictos.
Hacer una omisión de este tipo tiene la gravedad de que pueden llevarnos a
una perspectiva muy limitada del hombre, de su actuar y, sobre todo, a una
idea errada de lo que puede esperarse de él.
Al abordar el tema de la guerra, es necesario tener presente que el horror
que ésta produce puede ser una razón muy válida para ocultar el temor que
tienen los seres humanos de perder cualquier esperanza de vivir en el futuro,
así sea lejano, el sueño utópico de paz perpetua, o sea, construir un mundo
excelsamente pacífico en el que reinen la paz y la prosperidad como formas
de realización de la felicidad.
Pensar la guerra, entonces, tiene la gran dificultad de generar
desencantamiento del mundo en que vivimos y desesperanza en el futuro. Pero
a pesar de esto, pensar acerca de la dimensión que ésta ocupa en las
relaciones humanas tiene la ventaja de permitirnos reflexionar sobre de los
alcances de dicha acción humana y quizás nos proporcione herramientas que
si bien no erradicarán la guerra de la vida humana, sí permitirán al menos 1
comprender este fenómeno y, quizás, tratar de controlar en algo sus efectos
devastadores.
Si deseamos tener una idea de la dimensión de la guerra en la vida
humana debemos enfatizar en la pregunta ¿qué es la guerra?, y darle a
dicha cuestión una respuesta adecuada. Esto podría darnos luces acerca
de las dificultades que hay que tratar para aproximar nuestra realidad a
nuestros ideales.
El asunto es que una respuesta a la pregunta ¿Qué es la guerra? debe
darse de tal manera que no pueda prescindirse de cómo interviene ésta en la
vida de los seres humanos y en el desarrollo de su historia. Dicha respuesta
no puede referirse y culminar en la simple definición de “enfrentamiento
armado” entre dos o más partes o en el consabido criterio, negativo, de que “la
guerra es la ausencia de paz”. Definiciones de ese tipo, si bien son válidas, hay
que advertir que son muy restringidas, porque sólo atienden a lo superficial o
sólo destacan un aspecto de ella: no dicen nada, por ejemplo, acerca de todas
las disposiciones de tipo psicológico, sociológico, ético, político y jurídico que
activan con facilidad su ejercicio; no dan una idea real de la racionalidad que
despliegan los contrincantes para vencerse mutuamente; no dicen nada acerca
de la magnitud de los daños de todo tipo que ella causa; tampoco dicen cómo
interviene ésta en el transcurrir de la historia ni en la disposición humana para hacerla;
y, más aún, no hablan acerca del sino trágico que ella entraña en la existencia humana.

II.- LAS GUERRAS


La guerra no es un hecho reciente, a través del tiempo han existido varios
tipos de guerra, los cuales si bien han hecho bien a la sociedad o no, también
han existido la muerte de inocentes que han pagado con su vida el querer
algunas veces incrementar su poder o de algún dirigente.
La guerra es la forma de conflicto más grave entre tribus, pueblos o
estados. Es una de las más viejas formas de relación entre colectividades de
seres humanos. Supone el enfrentamiento organizado de grupos humanos
armados, con el propósito de controlar recursos naturales o humanos y se
producen por múltiples causas, entre las que suelen estar el mantenimiento o el
cambio de relaciones de poder, dirimir disputas económicas o territoriales.
2
Las reglas de la guerra (y la existencia misma de reglas) han variado
mucho a lo largo de la historia. El concepto de quiénes son los combatientes
también varía con el grado de organización de las sociedades enfrentadas. Las
dos posibilidades más frecuentes son civiles sacados de la población general,
generalmente varones jóvenes, en caso de conflicto, o soldados profesionales
formando ejércitos permanentes. También puede haber voluntarios y
mercenarios. Las combinaciones de varios o de todos estos tipos de militares
son también frecuentes.
Algunos pensadores se han referido a la guerra en los siguientes términos:

• "Si quieres la paz, prepárate para la guerra" (Si vis pacem para bellum)
Vegecio
• "Cuando los ricos hacen la guerra, son los pobres los que mueren." Jean
Paul Sartre
• "Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace bendecir
sus banderas e invocar solemnemente a Dios antes de lanzarse a
exterminar a su prójimo." Voltaire
La forma de hacer una guerra depende de los propósitos de los
combatientes. Por ejemplo, en las guerras romanas, cuyo objetivo era expandir
el imperio, el objetivo militar principal eran los combatientes de la nación a
conquistar, para incorporar el pueblo una vez conquistado al imperio.
En la actualidad, a veces se hace distinción entre conflictos armados y
guerras. De acuerdo con este punto de vista, un conflicto sólo sería una guerra
si los beligerantes han hecho una declaración formal de la misma. En una
concepción de la doctrina militar de EE.UU. no se hace distinción alguna,
refiriéndose a los conflictos armados como guerras de cuarta generación.

2.1. LAS GUERRAS, UNA EVOLUCIÓN QUE TERMINARA EN CAOS


Desde la prehistoria, el hombre prehistórico, siempre tuvo la necesidad de
crear armas para su defensa y para la caza de animales, lo que posiblemente
nos hace pensar que desde que el hombre ha optado noción e inteligencia,
siempre se han presentado en la historia conflictos entre sociedades, lo que a
largo o a corto plazo ha llevado a guerras.
3
Es muy sabido que estos problemas han surgido posiblemente por
desigualdades sociales, es decir que había hombres prehistóricos que tenían en
su poder, lo que otros hombres no tenían y generaban una pelea para quitarles
lo que tenían y así poder conseguirlo en su mayoría de veces para resolver una
necesidad de supervivencia.
Es esta filosofía lo que siempre se ha tenido claro “PELEAR PARA
SOBREVIVIR” o como diría Sun Tzu en su libro el arte de la guerra “ La acción
militar es de importancia vital para un país; constituye la base de la vida y
de la muerte, el camino de la supervivencia y de la aniquilación; por ello,
es absolutamente indispensable examinarla”
Tristemente Sun tzu tiene la razón al plantar esta frase, ya que si nos
ponemos a pensar, en la vida todo lo que ha ganado o conseguido un país ha
sido a través de acciones militares, y se pueden observar gran cantidad de
numerosos acontecimientos.
Por ejemplo al principio Colombia era un país colonizado por extranjeros
españoles y la libración de estos españoles se logró solo cuando se llegó el
esperado día de la independencia comandado por Simón Bolívar.
O otros tantos ejemplos como la revolución francesa, la caída del imperio
Romano, la guerra de independencia de los Estados Unidos, la primera y
segunda Guerra mundial, y otros tantos sucesos históricos que han desatado
guerras.
Desatar una guerra es una modalidad que siempre se ha llevado en el
mundo, y siempre esto va a suceder por desigualdades sociales y son estas
desigualdades sociales que nacen de asuntos más serios que pueden ser por
ejemplo en el caso de Colombia como la pobreza, la delincuencia, la guerrilla,
las tribus urbanas, entre muchas otras y todo esto en gran escala va a desatar
siempre una guerra social.
Sea como sea siempre han existido guerras, y el problema es que el
hombre siempre ha querido tener en su poder Armas y lo impactante es que esas
armas desde la antigüedad hasta la actualidad han evolucionado
extremadamente, y ha llegado el punto que esas armas se están convirtiendo en
armas nucleares.
Se define como un arma nuclear a un explosivo de alto poder. Una
4
explosión nuclear puede acabar con un país entero en términos de horas,
además el efecto que queda después es la extinción de la vida y si en tal caso
hay supervivencia, pueden quedar consecuencias alarmantes como mutaciones
genéticas en las personas o en la biodiversidad y por lo tanto la calidad de la
vida queda acabada.
Actualmente son muchos los países que ya están empleando esta
tecnología de armas, y solo basta un impulso social para que se desate una
Tercera Guerra mundial, y según datos estimados la consecuencia que dejaría
una tercera guerra mundial sería mucho más abrumante que la primera y la
segunda y millones de personas cobrarían por su vida y la biodiversidad perdería
su forma actual, todo se convertiría en un desierto, enfermedades como el cáncer
y deformaciones sería lo más visto.
Los recursos naturales se disminuirían al máximo, la emisión de CO2 sería
aterradora provocando un calentamiento global apocalíptico.
Lo que una vez fue naturaleza viva sería naturaleza muerta
Entonces cabe preguntar.
¿Será el hombre como consecuencia de las guerras y los conflictos el que
terminara de matar la vida tal y hoy como la conocemos?

2.2.- CONSECUENCIAS DE UNA GUERRA


Las muertes producidas por la guerra constituyen tan sólo una parte de
sus consecuencias; las víctimas, el número de muertos; es decir, el costo del
conflicto en vidas humanas es alto, sobre todo en lo que se refiere a pérdidas de
vidas civiles.
La destrucción y desaparición de ciudades y pueblos así como daños
económicos impresionantes. En primer lugar, durante el enfrentamiento los
gobiernos controlan la economía y la industria se reconvierte hacia fines
militares, de hacer coches, por ejemplo, se pasa a hacer cañones, aviones de
guerra, misiles, etc., Pues bien, la reconversión nuevamente a una industria de
paz, al finalizar el conflicto, conlleva una reestructuración de la industria que
normalmente hace que las que no son rentables quiebren y por tanto cierren, las
que son rentables y logran readaptarse a la nueva situación tampoco estarán
exentas de problemas debido a la situación de crisis inmediata. Para mantener
el esfuerzo bélico no se ha dudado durante la guerra en pedir dinero en el exterior
5
y si la guerra continúa la deuda puede llegar a ser inasumible. Es una obviedad,
durante la guerra se han destruido muchas infraestructuras y las fábricas e
industrias se han convertido en objetivos bélicos, quedando muchas de ellas
destruidas.
En la agricultura muchos campos han permanecido sin cultivar por la
ausencia de hombres, por la proximidad al frente, por otra parte ante las
carencias de recursos y ante una economía desarticulada y los factores citados
anteriormente, se suele producir una inflación constante y una devaluación de
las monedas que dejan los escasos ahorros reducidos a cero.
Para llegar al nivel de producción de antes de la guerra deben pasar años.
La guerra ha contaminado mucho el aire, el mar y la tierra.
Las organizaciones internacionales han advertido que los productos
químicos y el polvo de los edificios destruidos durante un ataque aéreo provocan
una gran contaminación del aire y la tierra. La combinación de vapores tóxicos
que se esparcen y que la gente inhala ya está en sus cuerpos, es una gran fuente
de contaminación.
Los efectos globales de una guerra nuclear establecen un conjunto de
hipotéticos escenarios ambientales y humanitarios producidos por una guerra
nuclear masiva, de gran escala, o los escenarios ambientales consecuentes del
uso limitado de armas nucleares en una guerra nuclear limitada a un región
geográfica del planeta.

III.- LA ESCLAVITUD

También podría gustarte