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Corto Ensayo Sobre Vivencias Con La Fotografía Estenopeica
Corto Ensayo Sobre Vivencias Con La Fotografía Estenopeica
Corto Ensayo Sobre Vivencias Con La Fotografía Estenopeica
Al entrar por primera vez en un laboratorio de fotografía las personas pueden sentir
sensaciones extrañas como incomodidad de tanta oscuridad, nervios de no saber
que hay en aquel lugar y curiosidad por aprender si verdaderamente se apasiona
por la fotografía. Hoy en día la fotografía digital ha ocupado un cien por ciento de
nuestras vidas diarias a excepción de los profesionales que trabajan todavía o que
usan métodos pedagógicos con la cámara analógica, o en este caso la cámara
estenopeica.
Y es que hablar de fotografía es tan importante como la escritura, “«No el que ignore
la escritura, sino el que ignore la fotografía», se ha dicho, «será el analfabeto del futuro»”
(Benjamin, 2011, pág. 12), aplicable en gran modo a una sociedad consumista que
está empezando a dejar de leer para ver más fotos y adentrarse en una cultura light
donde no les interesa tanto como se fundó la fotografía, ni su historia, sino más bien
de tomar y consumir fotografías de manera extravagante.
Todos querían ser los primeros en saber como era el proceso, todos querían realizar
las fotografías más llamativas y sobre todo, había aires de querer aprender el uso
de las fotografías estenopeicas. Pero sucedió algo similar como aquellas masas en
Francia que se sintieron en un momento decepcionados e impacientes al ver que el
prototipo de Daguerre necesitaba tres pilares fundamentales: paciencia, tiempo y
luz o sino sería un completo fracaso, igual que la cámara estenopeica.
A pesar de los intentos fallidos, de repetir una y otra vez fotografías y hasta incluso
cambiar o arreglar las cámaras del estenopo, no fue impedimento para que cada
estudiante se sintiera todo un fotógrafo y saber que la fotografía no va más allá de
oprimir un simple botón. “«una vivencia grande y misteriosa»; quizás no fuese sino la
consciencia de estar ante un aparato que en un tiempo brevísimo era capaz de producir
una imagen del mundo entorno visible tan viva y veraz como la naturaleza misma”
(Benjamin, 2011, pág. 3) así mismo sucedió en aquel laboratorio, a medida que
cada persona sacaba sus fotos se dibujaba una sonrisa de satisfacción al lograr un
buen resultado de esa naturaleza.
Además, lo más misterioso o esa “magia” que envolvía de ver un envase de leche
en polvo y un papel fotosensible haciendo fotografías, sin tener que recurrir a un
aparato electrónico del siglo XXI.
Bibliografía
Benjamin, W. (2011). Breve historia de la fotografía. España: Casimiro Libros.
CS-P Fotografía I
27/04/2018.