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UNIVERSIDAD NACIONAL
PEDRO RUIZ GALLO
INTEGRANTES:
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 3
RONDAS CAMPESINAS ........................................................................................ 5
1. Antecedentes de las rondas campesinas en el Perú ........................................ 5
2. TIPOS DE RONDAS CAMPESINAS .............................................................. 5
3. OBJETIVOS ................................................................................................... 6
4. CARACTERISTICAS ....................................................................................... 6
La corrupción de la justicia .................................................................................... 7
5. Bases legales de las rondas campesinas ......................................................... 9
5.1 Deberes y derechos de las rondas campesinas ........................................... 13
5.2 Comunidades campesinas y Estado nacional ............................................. 14
6. ORGANISMO PRINCIPAL DE LAS RONDAS CANPESINAS EN EL PERU
........................................................................................................................... 15
6.1 RONDAS CAMPESINAS Y CUNARC ...................................................... 15
7. EL CASO DE LAS RONDAS CAMPESINAS EN EL NORTE DEL PERU ................... 22
8. EL PENSAMIENTO RECIENTE SOBRE RONDAS CAMPESIONAS ....................... 32
COMUNIDADES NATIVAS ....................................................................................... 39
1. Contexto Histórico ....................................................................................... 39
2. Proceso político, contexto y desafíos. .......................................................... 41
3. RECONOCIMIENTO DE UNA COMUNIDAD NATIVA ...................................... 52
4. PUEBLOS INDIGENAS EN EL PERU ............................................................... 53
4.1 POBLACION .................................................................................................. 54
5. Organización Socio-Económica y Política ..................................................... 54
5.1 Organización Económica ............................................................................ 54
5.2 Organización Política ................................................................................. 59
5.3 Organización Social .................................................................................... 59
6. Aspectos Legales ......................................................................................... 62
7. El problema de la propiedad de las comunidades nativas y su territorio ....... 64
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
INTRODUCCIÓN
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Asimismo, en varias ocasiones pude estar presente en las reuniones que organizaba
las rondas campesinas, contemplando los mecanismos de la justicia campesina,
aplicada a los abigeos que habían sido capturados y sentenciado en la plenaria de
rondas campesinas por su participación en algún hecho delictuoso. En este sentido,
el presente trabajo constituye un análisis y profundización de un hecho social y
político que he podido observar personalmente.
A continuación vamos a ver como las organizaciones sociales y los agentes externos,
como las ONGs y la parroquia colaboraron en el surgimiento de las rondas
campesinas. Para ese entonces, las rondas campesinas fueron organizaciones de las
comunidades y fueron más allá de sus límites, puesto que su organización no solo es
comunal, sino inter-comunal, inclusive distrital, provincial y hasta nacional,
habiéndose conformado la CUNAR, central única de rondas campesinas del Perú. Así,
se trata de una organización campesina supra comunal, deteniéndonos en su
capacidad de convocatoria, en la legitimidad de sus actos, en la efectividad de sus
acciones, y en sus conflictos con los representantes locales del Estado nacional.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
su mayoría son dedicados a las rondas campesinas del norte del Perú, sobre el cual
existe una variedad de estudios sobre diferentes aspectos de las rondas campesinas.
RONDAS CAMPESINAS
1. Antecedentes de las rondas campesinas en el Perú
Las rondas campesinas se fundaron en el caserío de Cuyumalca Chota-Cajamarca a
mediados de los años 1970. Sin embrago las ronda campesinas tiene antecedentes en
las llamadas rondas de hacienda, que según la obra de José Pérez Mundaca, habrían
tenido su aparición en los años 1920 y habrían subsistido hasta la desaparición de la
haciendas. Pérez Mundaca revisa dos puntos de vista contra puestos. Por un lado, la
Federación de Campesinos de Chota sostiene que las rondas de hacienda eran una
institución para defender el poder económico y político de los hacendados; mientras
que la investigadora Nora Bonifaz plantea que las rondas de hacienda servían para
controlar el robo de animales brindándole seguridad a la explotación agropecuaria.
Un tercer punto de vista se halla en una tesis de la Universidad de Cajamarca, en la
cual sus autores argumentan que la función de las rondas de hacienda era solo el
cuidado del ganado, por lo tanto la ronda de hacienda es desarrollada exclusivamente
en jalcas y potreros.
Otros antecedentes, de las actuales rondas campesinas son las rondas de caserío
organizadas en estancias afines de los años 1950, en un periodo que aumentaba
dramáticamente la intranquilidad en el campo, puesto que se había iniciado una gran
oleada de tomas de tierras e invasiones contra las haciendas tradicionales. Asimismo,
se encuentra los guardias volantes, igualmente se organizaron en la fase final de los
cincuenta y comienzos de los años sesenta. Estas guardias volantes habrían sido
constituidas por la policía y rondaban de noche zonas infectadas de abigeos.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
“Un primer tipo de rondas campesinas son aquellas surgidas sobre la base de los
caseríos, donde no han existido comunidades campesinas, como en el caso de
Cajamarca, San Martín y Amazonas fundamentalmente.
El segundo tipo, “las que han surgido dentro de las comunidades campesinas, como
es el caso de las de Piura, Áncash, La Libertad y del sur andino (casi todas las rondas
campesinas de Carabaya en Puno y de las provincias de Espinar y Canas y del distrito
de Quispicanchis en Cusco?, que cumplen el papel de órgano auxiliar de las
comunidades y dependen de éstas”.
3. OBJETIVOS
Las rondas campesinas tienen como objetivos:
4. CARACTERISTICAS
Las características principales de las rondas campesinas es la independencia y su
autonomía, la democracia, la autoprotección, el patriotismo, el frente único, la
solidaridad, la moralidad, el auto-sostenimiento económico y la autogestión.
Las rondas campesinas es patrimonio del pueblo, surgido por su necesidad y libre
determinación de las masas. No son dependientes de ninguna institución estatal,
mantienen sus relaciones con entidades políticas, religiosas y culturales del campo
popular en términos de fraternidad e igualdad, de respeto, de solidaridad y beneficio
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Reforma agraria
Al producirse la reforma agraria, la estructura jerárquica y el manejo vertical del
poder dieron paso a una vida independiente del campesino. La retirada de los
hacendados dejo un vacío en el campo en lo que se refiere a la seguridad y el
resguardo de la propiedad. Ese vacío fue llenado por organizaciones delincuenciales
que dieron curso a una etapa de intenso abigeato.
La delincuencia aumentó tanto entre aldeanos mismos como por parte de bandas
organizadas, que se incrementaron sustancialmente en los años 1970. Este periodo
experimentó una fuerte crisis económica que aumentó la pobreza y las necesidades
en medio rurales. Ese clima de angustia económica contribuyó también a redoblar la
ola delincuencial en el campo. Los abigeos se volvieron más audaces, desarrollando
una compleja red para transportar el ganado hacia la costa, que brindaba un mercado
con mucha demanda para la carne.
Como vemos, el debilitamiento del control social que antes ejercía el hacendado
provocó una ola delincuencial que siguió a su desaparición. Asimismo, la liquidación
de los terratenientes fue seguida por una crisis económica que provocó nuevos
estímulos para el abigeato. Así, durante los años 1970 la inseguridad se multiplicó
considerablemente en medios rurales.
La corrupción de la justicia
La corrupción, es un tema difícil de abordar porque resulta complicado recoger datos
fiables y de manera sistemática sobre actividades ilegales. Lo que conocemos de la
corrupción suelen provenir de los escándalos publicitados por los medios de
comunicación y experiencias personales, pero acá tocamos este tema como parte de
la administración de justicia. Como veremos más adelante las declaraciones de los
protagonistas siempre incluyen el cuestionamiento a la administración de justicia por
parte de los jueces de paz de los distritos rurales. Este cuestionamiento incluye los
jueces y además a la Policía Nacional, Gubernaturas y prefecturas. De acuerdo a todos
los testimonios, la desconfianza hacia la administración de la justicia habría sido la
causa principal del surgimiento de la ronda campesina en Chota – Cajamarca.
Asimismo, otro gran factor del surgimiento de las rondas campesinas fue la lejanía de
las zonas rurales con respecto al Estado y a los servicios públicos asociados a la
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Así, las rondas surgieron en el norte del país en un contexto de auge delictivo y
desconfianza hacia la justicia oficial. Adicionalmente, hubo un clima favorable en el
espacio político para la organización campesina de base local, puesto que la reforma
agraria promulgada por el general Velasco había dado un golpe de gracia a las
haciendas. Los terratenientes fueron desplazados y los campesinos tuvieron mayores
oportunidades para ejercer parte del poder local. El proceso de Velasco significó la
quiebra del Estado oligárquico a nivel provincial, los terratenientes desaparecieron
del paisaje agrario, que pasó a estar exclusivamente poblado de parcelarios libres. El
mismo autor atribuye también a la crisis económica el surgimiento de la ronda en
Cajamarca, lo que se traduce en la influencia de los primeros paquetazos de Francisco
Morales Bermúdez como estímulo para la delincuencia y motivo para el surgimiento
de la ronda.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Don. Régulo narra que aprovechó la presencia y apoyo de los guardias para insistir
con su propuesta: “llamé a dos guardias civiles a un lado de la reunión en secreto,…
para recomendarles que después de la búsqueda … lo dijeran a todos los padres de
familia, que se comprometan a formar unos grupos de rondas nocturnas, y así poder
evitar los continuos robos… propusieron el anuncio… haciéndoles entender que la
idea del teniente gobernador es muy buena y que deben apoyar, que mientras unos
cuidan sus intereses y otros duermen tranquilos, y así la mayoría se
comprometieron…”
Con ello se dio a la actividad rondera: “el mismo miércoles 29 en la noche yo con 9
ciudadanos salimos a rondar… al día siguiente por la tarde, a partir de 7 a 8 de la
noche, notificados los ciudadanos que tenían que presentarse a mi casa de 8 a 10
personas por cada sector, para que firmen en el cuaderno de empadronamiento, al
mismo tiempo de firmar se le nombra en cada grupo un jefe y un sub-jefe, los que se
hicieron responsables del turno de su personal de patrulla, esa fecha fui organizando
en 16 días, los 11 sectores…”.”
En este párrafo que acabamos de ver, la autora detalla con bastante claridad la parte
organizativa que se habría dado después de aprobarse en una asamblea la acción de
ronda nocturna en el caserío de Chota a causa del robo que habría sufrido la escuelita.
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Dado en la casa de gobierno, en Lima, a los seis días del mes de noviembre de mil
novecientos ochenta y seis.” De este modo, a partir de 1986 el Estado peruano
reconoce esta iniciativa que venía funcionando en medios locales del norte del país
desde los años 1970. A continuación, en 1989 la organización internacional del trabajo
aprobó el convenio 169 sobre pueblo indígenas y tribales en países independientes.
Por su parte, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) había sido fundada
después de la primera guerra mundial y se convirtió en la primera agencia de las
Naciones Unidas en 1946. Es una institución mundial cuya misión es la elaboración y
supervisión de las normas internacionales del trabajo. Es la única agencia de las
Naciones Unidas de carácter tripartito, ya que representantes de gobiernos,
empleadores y trabajadores participan en conjunto en la elaboración de sus políticas.
El convenio 169 fue aprobado el siete de junio de 1989, en su reunión número 76.
En el artículo 10 inciso 1, aclara también sobre las sanciones que puedan merecer,
diciendo: “cuando se imponga sanciones penales previstas por la legislación general
a miembros de dichos pueblos deberán tenerse en cuenta sus características
económicas, sociales y culturales.” 34 El Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo fue ratificado por el gobierno en el Perú en 1993 mediante
la resolución legislativa N. 26253; esta resolución para los pueblos indígenas de la
selva amazónica en el Perú es una ley nacional que debe cumplirse. .
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Por otro lado, la norma más controvertida fue promulgada en 1993, a través de un
decreto supremo del Ministerio de Defensa disponiendo que las rondas campesinas
adecuen su organización y funciones a los comités de autodefensa, los cuales están
sujetos a las órdenes y dependen del ejército peruano. Este decreto buscaba
controlar a las rondas que había surgido en forma autónoma y su argumentación era
la necesidad de desarrollar una sola política en el enfrentamiento contra Sendero.
Este decreto supremo tiene dos artículos y fue promulgado por el presidente Fujimori
el 15 d enero de 1993.
LEY Nº 27908
Artículo 1.- Personalidad jurídica
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DERECHOS:
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Las rondas son organizaciones de autoprotección del campo y de las ciudades, son
democráticas, patrióticas, justicieras, moralizadoras que se guían por su criterio y su
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práctica.
Así como las rondas tras la buena conducción y dirección a partir de Chota se
desarrolla rápidamente en Cajamarca y en otros departamentos del Perú.
En la actualidad por causas políticas, ideológicas se han dividido en dos grupos que
son: Federación de Rondas Campesinas y Comité Central de Rondas, siendo el
presidente del primer grupo: William Sánchez Rubio y del Segundo grupo: Noe
Rafael Campos
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
La Junta Directiva de la CUNARC se dirige a las bases ronderas de todo el país y sus
correspondientes niveles de dirección, así como a la opinión pública en general,
para manifestar lo siguiente:
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8. Coordinar con los miembros del Consejo Consultivo Nacional y con el Equipo
Nacional de Asesoramiento y Apoyo para el diseño, elaboración, impresión, trámites
legales y publicación del Libro titulado "INFORME, CONCLUSIONES, ACUERDOS Y
RESOLUCIONES DEL I CONGRESO NACIONAL DE LAS RONDAS CAMPESINAS DEL
PERÚ". La presentación debe realizarse en la Segunda Asamblea Descentralizada de
la Junta Directiva de la CUNARC.
MISIÓN
La Misión de las Rondas Campesinas es el servicio que asumimos en forma consciente
y voluntaria conforme a los objetivos, metas y tareas que corresponden a la situación
concreta y a la tendencia de organización, desarrollo y consolidación. Por ejemplo,
tenemos la gran misión de defender la historia rondera, las conquistas, beneficios y
derechos como resultado o fruto de nuestras orientaciones y acuerdos tomados en
asambleas, encuentros o congresos. También implica que seamos conscientes de los
riesgos, dificultades y limitaciones; pues no siempre los deseos concuerdan con la
realidad. Para no desviarnos es necesario conocer, practicar y defender el Pluralismo
Cultural – Jurídico y no apartarnos del objetivo central: el desarrollo humano.
Tanto el pluralismo cultural como la identidad cultural están relacionados con la
ciencia (el saber sobre el hombre y la naturaleza), la técnica (producir más y mejor
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
con menor esfuerzo) y con la ética (conducta humana guiada por principios y valores
para hacer el bien). Lo contrario a ello es el monismo cultural (pensamiento y actitud
de la minoría dominante) que no respeta el derecho a la diferencia, tampoco permite
la coordinación e integración. Lo constatamos en la injusta distribución de la riqueza
y del Presupuesto de la República, así como en la exclusión o discriminación política
y social de la minoría dominante en contra de las mayorías; pero a la vez en la
reproducción de lo negativo en los mismos afectados. Es decir, somos mayoría, pero
estamos desarticulados, divididos y enfrentados. Esto favorece al triunfo de los de
arriba para turnarse en el gobierno del Estado.
El capitalismo salvaje (neoliberalismo) está en su mayor crisis. Sus frutos son la
injusticia social contra la mayoría de habitantes del mundo. Los responsables de la
tragedia son los que se han turnado en el poder estatal en los diversos países. El
pueblo peruano y sus mejores hijos todavía no han gobernado. Por consiguiente, no
es delito luchar contra el alza del costo de vida, las privatizaciones, la corrupción, la
contaminación ambiental, el saqueo de nuestros recursos naturales, la
criminalización de la justicia rondera o comunitaria, así como de las protestas
legítimas de la población. No es delito ser progresista, nacionalista, socialista o
comunista. De derecha, tampoco. Delincuentes son los que usan y abusan del poder
estatal cuando se parcializan con los grandes grupos de poder económico y aplican
una política hambreadora, entreguista y represiva en contra del pueblo. Siempre hay
que tener presente que "los derechos humamos se violan no sólo por el terrorismo,
la represión, los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema
pobreza y de estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades
(Vicaría de Solidaridad de Sicuani – Cusco).
Las grandes empresas mineras obtienen cada año grandes ganancias por encima de
los 20,000 millones de soles. Por eso pagan a sus gerentes sueldos de 120,000 soles
mensuales. Es decir, un gerente gana más de lo que ganan 200 obreros con sueldo
mínimo vital y más de 400 pequeños agricultores cuando sus cosechas son regulares.
Esta es la gran injusticia económica que los medios de comunicación allegados al
gobierno de turno tienen temor a denunciar.
Frente a la política abusiva de la minoría dominante es necesario que también el
pueblo se prepare políticamente. Esto no es novedad, pues el gran filósofo
Aristóteles, antes de Cristo, dijo que "el hombre es un animal político". En el mismo
sentido el filósofo griego EPICTETO (50 – 138 d. C.) dijo: "El hombre sabio no debe
abstenerse de participar en el gobierno del Estado, pues es un delito renunciar a ser
útil a los más necesitados y una cobardía ceder el paso a los indignos". Esto no se
tomó en cuenta en las elecciones generales, regionales y municipales del 2006. El
atraso político y el divisionismo siempre han permitido que los indignos, estafadores
políticos y cómplices de la corrupción nos sigan gobernando, acomodándose a los
gustos y caprichos de las grandes empresas transnacionales.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
VISIÓN
La Visión de las Rondas Campesinas es el sentido, percepción o conocimiento básico
de nuestra realidad concreta en tanto existimos como parte de la realidad económica,
política, social y cultural de la Nación; caracterizada por ser más amplia y compleja,
con viejas y nuevas ataduras que nos impiden desarrollarnos como país digno, justo,
solidario y soberano. En consecuencia, es la unidad de criterios sobre la identidad
rondera que sintetiza la condición de productores agropecuarios, su organización de
Frente Único y el autogobierno comunal. Estos aspectos están contenidos en el
sistema de organización y funcionamiento conforme a principios, valores,
experiencias y beneficios.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Quisiera regresar ahora a las abruptas y verdes serranías del norte del Perú y al
asombroso caso de las rondas campesinas. En el espíritu modernista de la literatura
sobre protestas campesinas, quiero comenzar especificando las fuerzas que
impulsaron a los campesinos a establecer su sistema alternativo de justicia. ¿Por qué
los campesinos decidieron patrullar regularmente por turnos durante las frías noches
serranas contra lo que ellos llaman el enemigo (ladrones, abigeos, violadores, brujos,
asaltantes)? ¿Cómo llegaron a celebrar animadas asambleas que pueden durar hasta
el canto del gallo para encontrar solución esa disputas? ¿Por qué se han enraizado las
rondas en tantas comunidades desperdigadas por la escarpada sierra norteña del
Perú?
Los robos fueron el factor más inmediato. El hurto era un antiguo problema en los
Andes. Sin embargo, según todas las informaciones el robo de animales se
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
incrementó con el inicio de la crisis económica a mediados de los años 70, tanto entre
aldeanos como por parte de bandas organizadas. La necesidad impulsaba a muchos
de los ladrones, campesinos que no podían sobrevivir con sus parcelas de ladera y sus
pocos animales. Otros convirtieron el abigeato en una profesión y desarrollaron
elaboradas redes para transportar el ganado robado hacia la costa, donde ciudades
en rápido crecimiento como Piura, Trujillo y Chiclayo ofrecían un mercado en
expansión para la carne.
El incremento del robo resultó devastador. Más del 80% de las familias rurales de la
sierra norte poseen menos de cinco hectáreas. Pocas ganan más de US$ 2 mil al año.
La abrupta pérdida de un puerco, una mula, un caballo, una oveja o un vacuno
significaba un duro golpe. Algunas familias comenzaron a encerrar a sus animales en
sus dormitorios durante la noche; otros maneaban su ganado con trabas de fierro y
luego dormían cerca de ellos en sus chacras. Sin embargo, de acuerdo a la mayoría de
campesinos, los ladrones se volvían simplemente más audaces. Algunos pasaron del
abigeato al robo con fractura, los asaltos y, a veces, las violaciones.
castigo al inocente,
Esta cita viene de un grupo de documentos reunidos por Jan Mannel, Departamento
Español y Portugués, Stanford University.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
En el campo, la policía era escasa y corrupta. Más aún: debido a pagos ilícitos y malos
procedimientos judiciales, el porcentaje de absoluciones era muy alto entre los pocos
ladrones que resultaban arrestados. Sólo 10% de los casos criminales juzgados por el
Juzgado de Primera Instancia de Chota entre 1970 y 1976 terminaron en condenas.
Muchos campesinos consideraban que las autoridades actuaban en complicidad con
los ladrones5.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Con la transición a un gobierno civil en 1980, emergió como figura pública. En las
elecciones de 1985 aprovechó su popularidad en el campo para negar al Parlamento,
convirtiéndose en uno de los primeros diputados de origen campesino.
En la sierra del extremo norte del Perú, en Piura, el legado de la reforma agraria era
vital. A diferencia de la mayor parte de Cajamarca, hasta entrada la década de 1960
más de la mitad de la sierra piurana permanecía en manos de hacendados. Muchos
campesinos piuranos hablan de la época de las haciendas como "el tiempo de la
esclavitud". Ellos recuerdan a Velasco, hijo de una humilde familia de Piura, como un
gran liberador. De acuerdo a muchos, sin embargo, la abrupta abolición de las
haciendas, frecuentemente autoritarias, exacerbó al mismo tiempo el abigeato, en
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
tanto los ladrones ya no tenían que temer las latigueras o el cepo de los hacendados.
El súbito desmontaje del sistema señorial también hizo tanto más urgente la
necesidad de una organización comunal alternativa.
Las terribles inundaciones causadas por el fenómeno del Niño en 1983 catalizaron la
formación de rondas en Piura. Lluvias torrenciales destruyeron puentes y caminos,
paralizando el comercio; las cosechas se podrían. La respuesta del gobierno fue lenta
e infestada de corrupción. El hambre se expandió por el campo; comenzaron los
robos. Finalmente, siete años después de que 300 kilómetros más al sur, en Chota, se
fundara la primera ronda, los campesinos piuranos constituyeron rondas a través de
las provincias serranas de Ayabaca, Huancabamba y Morropón.
Durante la década de 1980, en todo el norte las rondas dieron el salto crucial de la
vigilancia nocturna a la solución de conflictos. El descontento frente a la justicia oficial
fue una vez más un factor clave. Formular acusaciones en el sistema judicial peruano
era un proceso caro, largo y generalmente inútil. Muchos casos tenían que pasar por
más de una docena de oficinas para llegar de la Prefectura a la fiscalía. La sentencia
promedio tomaba más de tres años, y se condenaba apenas un 25% de los acusados.
Mantener un juicio significaba pagar abogados, así como coimas al juez, al fiscal y/o a
la policía. Además de todo lo anterior, tratar con el sistema implicaba ejercer
humillantes deferencias. Se suponía que al ingresar a las oficinas gubernamentales
los campesinos debían quitarse el sombrero, evitar mirar directamente a los ojos y
hablar utilizando títulos como "doctor", "jefe" o "taitita".
Desde fecha tan temprana como fines de 1978, en varias estancias de Chota las
rondas tuvieron que tratar casos ocasionales de disputas por tierras y pleitos
familiares. Sin embargo, no fue sino hasta mediados de la década de 1980 que
comenzaron a arbitrar una gran cantidad de disputas. Esto fue parcialmente
resultado del éxito de las rondas contra el abigeato. La virtual eliminación de los
robos permitió a los campesinos orientar sus organizaciones hacia la resolución de
conflictos; dio también a las rondas un aura de prestigio y eficiencia que las volvió un
lugar atractivo donde ventilar los problemas. Hacia finales de la década muchas
rondas estaban procesando una tremenda cantidad de casos. Entre julio de 1986 y
agosto de 1987 el comité de Canal, en Piura, arbitró 138 conflictos en 14 diferentes
asambleas comunales . En Chota, en la aldea precursora de Cuyumalca, la ronda
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
celebró por lo menos una reunión semanal durante 1990. Los campesinos
presentaron más de cien casos mensuales para arbitraje. En todo el norte los
campesinos expresaban mucho más confianza en las rondas que en la justicia oficial.
En una encuesta aplicada en 1989, los campesinos del distrito de Frías, en la provincia
piurana de Ayabaca, afirmaron que confiaban más en las rondas que en las
autoridades para tratar muchos tipos de disputas locales por un margen de más de 8
a 1. Los campesinos llegaron a identificar a las rondas con un nuevo espíritu de
cooperación local y autonomía. En algunas comunidades los casos arbitrados por el
Comité Central de Rondas Campesinas de Canal,
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Animalitos y chacras
***
Si en el camino lo pierdo
Como decían muchos campesinos, las rondas ya no eran sólo "cuidavacas", sino que
habían evolucionado hasta convertirse en un significativo intento campesino por
alcanzar más poder sobre los asuntos locales.
Hasta aquí he proporcionado una sintética introducción a las rondas y las razones
para su surgimiento. Sin embargo, como dije anteriormente, no basta identificar las
condiciones históricas que dan lugar a un movimiento campesino. La organización
rural debe ser entendida también como la elaboración de nuevos modos de identidad
y cultura política.
En el caso de las rondas, este proceso de construcción ha sido muy rico. Nuevos
huainos detallan las hazañas de las organizaciones:
Los escolares recitan largos poemas a las ron-das en fiestas patrias y otras
efemérides. Las señoras campesinas tejen alforjas y tapices con escenas de
confrontaciones contra abigeos y policías. Muchos caseríos celebran la fecha de la
fundación de su ronda con grandes fiestas en las que hay desfiles, parodias, discursos,
comida, bebida y música. Decenas de miles de habitantes rurales han llegado a
considerarse no sólo campesinos y peruanos, sino también ronderos.
¿Qué significan estas nuevas formas de hacer política de las rondas y cómo se han
desarrollado? Debemos apreciar, en primer lugar, que los campesinos del norte
peruano han estado inmerso desde hace largo tiempo en estructuras muy amplias de
poder y significado. Carreteras, radios, educación, campañas políticas, comercio,
evangelización, servicio militar y migración han estrechado los lazos entre la sierra
peruana y el resto del mundo durante este siglo. Los pobladores rurales no viven en
un "mundo andino" separado. Habitan más bien en uno de los nudos de un activo
circuito que conecta ciudad y campo, Lima y provincias, costa, sierra y selva a través
de un flujo constante de bienes, ideas y personas
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
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obligación molestosa; hacerlo con la ronda era motivo de orgullo. "Tú te vas a tu
cama". Dice una canción; "yo me voy a rondar" .
Sin embargo, debe enfatizarse que las rondas toman del Estado no sólo rebuscadas
nociones de jerarquía y burocracia, sino que se alimentan de conceptos de
democracia participativa que están por lo menos formalmente instituidos en el
sistema político peruano. La expansión de la actividad de las rondas hacia la solución
de disputas coincidió con la reinstauración en el Perú de elecciones para la
presidencia de la república y las cámaras legislativas, después de doce años de
dictadura militar. Muchos procedimientos parlamentarios se han introducido en la
nueva justicia campesina. El préstamo más obvio se encuentra en la estructura de los
comités directivos: presidente, vicepresidente, secretario y delegados elegidos.
Algunos comités, como las federaciones-provinciales de Cutervo y Huancabamba,
recurren incluso a la votación secreta para elegir sus dirigentes. Dentro de las propias
asambleas, el principio del respeto a la mayoría tiene gran importancia. En muchas
rondas se ha hecho costumbre que luego de un largo período de debate, el
presidente pregunte: "¿qué dice la asamblea?, ¿qué dice la mayoría?" La decisión final
depende entonces de la evaluación que hace el presidente de la respuesta, o a veces
de la votación a mano alzada. Un dirigente que no respete la opinión de la mayoría
puede ser destituido rápidamente.
Una vez más, sin embargo, los campesinos no imitan. Más bien reelaboran las
prácticas oficiales dentro de su propia forma particular de justicia. Por supuesto, el
comité directivo preside, pero la asamblea de ronderos tiene un ritmo diferente al de
cualquier corte o parlamento. Para comenzar, las asambleas se realizan con
frecuencia al aire libre, en lo que los campesinos llaman "el lugar de los hechos". Este
puede ser la chacra cuya propiedad está en disputa, o el lugar de un asalto o un
asesinato que se va a investigar. Más aún: la jerga campesina ameniza el debate. El
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Junto con las rondas nocturnas y las asambleas, se ha desarrollado toda una manera
de pensar y hablar sobre las rondas. Ser rondero se asocia con eficiencia y honestidad.
Los agricultores hablan de una atmósfera de reforma en la cual los abigeos pueden
convertirse en dirigentes ronderos. Dando un nuevo giro al nacionalismo machacado
en las cabezas de todos los peruanos a través de la escuela, los medios de
comunicación y el calendario cívico, los campesinos presentan a las rondas como
verdaderas campeonas de patriotismo frente a la espiral de crimen y corrupción
gubernamental. "Ronderos de gran virtud", dice la letra de un yaraví, "luchamos por
nuestra patria, nuestro querido Perú" no pueden ser definidas a través de un
conjunto único de atributos esenciales. Más bien la identidad personal comprende
múltiples capas de subjetividad. En el contexto de la política campesina, esto significa
darse cuenta que la identificación como rondero, productor de maíz, colono o
cortador de caña constituye sólo un identificador parcial, más o menos prominente
dependiendo de las circunstancias. También demanda tener conciencia que la
aplicación demasiado fácil de términos como ejidatario, comunero o, para tal caso,
campesino, puede ocultar intereses y valores muy diferenciados por género, edad,
orientación sexual, religión, ingresos y etnicidad.
Un punto final tiene que ver con la producción misma de la subjetividad. Si decimos
que es necesario investigar la construcción social de la política en el campo, entonces
lo mismo debería decirse de otras dimensiones de la identidad rural. Esto se torna
especialmente importante en conexión con el que aparece como el más ele-mental
de los identificadores: "campesino". Aunque los científicos sociales han gastado
galones de tinta tratando de definir un "campesino", hemos pasado por alto casi
completamente que en el campo la calificación "campesino" no se restringe
simplemente a criterios objetivos. También depende de procesos políticamente
cargados y cambiantes de negociación, elección e imposición. Muchos
latinoamericanos que parecerían cumplir los más estrictos requisitos, no se
consideran ellos mismos campesinos. Por ejemplo, gran cantidad de mayas que
cultivan maíz en el sur de México y en Guatemala. Lo contrario sucede con muchos
que obtienen su principal ingreso de fuentes no agrícolas; por ejemplo, comerciantes
aldeanos del Ecuador, quienes también trabajan un pedazo de tierra. Desde arriba,
las agencias de desarrollo, los partidos políticos y las instituciones gubernamentales
pueden resultar claves en la definición de la identidad. En Bolivia, por ejemplo, el
reemplazo abrupto de "indio" por "campesino" en la denominación oficial durante el
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
régimen revolucionario del MNR, influyó de manera significativa para que muchos
habitantes rurales adoptaran la nueva denominación. Desde abajo, los pobres del
campo pueden aferrarse a la identidad "campesina" como un aglutinador. En el Perú,
el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado dio amplia circulación al término
"campesino" y lo asoció con un sentido de injusticia y explotación. Para cuando
Velasco fue derrocado, el término, cargado de significado, se había adherido a
muchos peruanos rurales. La organización campesina se convirtió en una espina en el
costado de los sucesivos gobiernos peruanos.
Aún más frecuentes son los movimientos rurales menores, vinculados a problemas
inmediatos de supervivencia. Las causas de las protestas han comprendido desde la
defensa de los derechos humanos hasta la demanda por mayores subsidios para los
préstamos agrarios o el combate contra la corrupción gubernamental. Pero el acceso
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
a la tierra y la lucha por mejores precios para los productos agrícolas representan los
más frecuentes aglutinadores. En Brasil Colombia, Perú, México, Bolivia y Ecuador las
invasiones campesinas de grandes propiedades siguen siendo comunes. También lo
son las marchas de protesta, piquetes, bloqueos de carreteras y otras tácticas para
forzar la mejora en los precios oficiales de los productos agrícolas.
Pero si la de 1970 fue una década de gran interés académico por las protestas
agrarias, los 80 trajeron una nueva prudencia respecto a las protestas de los pobres
del campo. Al principio de la década, un influyente artículo de balance de Theda
Skocpol (1982:373) concluía: "un enfoque demasiado cercano sobre los propios
campesinos (...) no nos permite entender las revoluciones de base campesina".
Skocpol enfatizaba la necesidad de investigar el papel de "los Estados, estructuras de
clases y relaciones transnacionales económicas y militares". Citando Los orígenes
sociales de la dictadura y la democracia, de Barrington Moore (1966), Skocpol
afamaba que "antes de mirar al campesinado es necesario mirar la sociedad global".
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
En vez de abandonar una visión de los campesinos como actores políticos, muchas
investigaciones se orientaron al estudio de lo que James Scott (1985) denominó
"resistencia cotidiana". Esta línea de trabajo enfatizaba que las luchas políticas de los
agricultores pobres no se desarrollaban sólo en los escenarios dramáticos de la
rebelión, la revuelta y la revolución, sino también a través de medios más solapados
como el chisme, el trabajo lento, la falsa deferencia, la evasión, los pequeños robos.
En su inteligente e influyente Weapons of the Weak (1985), Scott argumenta que los
campesinos recurren a estas estrategias encubiertas porque reconocen los altos
costos de la protesta abierta: la pérdida del patronazgo de las elites locales, la
sangrienta represión de las autoridades. Las tácticas de la resistencia cotidiana
representan parcialmente lo que el poeta Czeslaw Milosz llama la "gloria de los
esclavos", acciones que cambian poco las estructuras globales de desigualdad y
dominación. Al mismo tiempo, sin embargo, la existencia de estrategias de oposición
en pequeña escala revela que los campesinos no son nunca pasivos, incluso en
períodos de aparente calma.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Así como sus primos urbanos, todos los pobladores rurales viven dentro del mundo
densamente interconectado en los umbrales del siglo XXI. Mundo de alta movilidad,
tráfico intercultural entreverado y economía política transnacional rápidamente
cambiante.
Tampoco tienen por qué dejarse de lado asuntos de estrategia. Hace varios años,
Jean Coben (1985) advirtió una división en la literatura sobre nuevos movimientos
sociales, entre trabajos preocupados por "la estrategia" y trabajos preocupados por
"la identidad". Los primeros se centran en los objetivos, los recursos y la estructura
organizativa; los segundos exploran la formulación de subjetividades políticas. El
flemático empirismo del grueso de las ciencias sociales angloamericanas las condujo
a preocuparse principalmente por la estrategia. Por contraste, el posestructuralismo
europeo de alto vuelo se mostró dispuesto a concentrarse en la identidad. Sin
embargo, no existen razones intrínsecas para esta división del trabajo intelectual. Tal
como ahora enfatizan muchos científicos sociales, la investigación sobre estrategias
debe ir de la mano con la investigación sobre identidades. Los estudios acerca de los
campesinos necesitan ser más sensibles a los perfiles de significado. Pero esto debe
acompañar, no reemplazar, el estudio de tácticas, intereses y organización.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Es claro que se necesita ponderar la condición del nuevo activismo político en relación
a estructuras de dominación. Obviamente, algunos movimientos también tienen
mayor potencial radical y transformador que otros. Al mismo tiempo, sin embargo, la
mayor parte de iniciativas desafía la categorización neta como "hegemónicas" o
"contra hegemónicas". En ellas se entretejen resistencia y adaptación, innovación y
continuidad, perpetuación y subversión de los modos ortodoxos de pensamiento. Tal
como insiste Donna Haraway (1985:91), el buen análisis: "no requiere clasificar la
conciencia en categorías de 'crítica esclarecida que sienta las bases para una sólida
epistemología política' versus 'falsa conciencia manipulada'; requiere más bien la
comprensión sutil de placeres, experiencias y poderes emergentes, con serio
potencial para cambiar las reglas de juego" .
Más que preestablecer que un movimiento bien será puramente opositor o estará al
servicio del poder, resulta de mayor utilidad aproximarse a cada nuevo movimiento
como singular y dinámico, con implicaciones polivalentes para las relaciones de poder
y desigualdad.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
el Estado. Por otro lado, ellos aceptan y reproducen muchos de los compromisos
predominantes de representación y dirección. Así, la admiración por los que ocupan
altos cargos puede mezclarse con el desdén por los burócratas locales. El recurso a
medidas ilegales como bloqueos de carreteras o invasiones de tierras, se junta con el
respeto por la ley. Deseos patrióticos de unidad nacional se mezclan con el fervor
revolucionario. Entender la política rural requiere una sensibilidad etnográfica bien
sintonizada con los entremezclados matices de la resistencia y la adaptación.
Una tercera advertencia se centra alrededor del tema de la parcialidad. Una de las
contribuciones fundamentales de la teoría posestructuralista es el cuestionamiento
del concepto del sujeto unificado. Tal como lo han advertido pensadores desde
Foucault hasta Haraway, las personas
COMUNIDADES NATIVAS
Las Comunidades Nativas tienen origen en los grupos tribales de la selva y ceja de
selva y están constituidas por conjuntos de familias vinculadas por los siguientes
elementos principales: idioma o dialecto; características culturales y sociales; y
tenencia y usufructo común y permanente de un mismo territorio con asentamiento
nucleado o disperso
1. Contexto Histórico
En 1531 el Imperio Inca sufrió la llegada de Francisco Pizarro, fundador de la ciudad
de Lima, que se convertiría en la capital del Virreinato del Perú, donde durante la
Colonia, millones de indígenas fueron explotados, especialmente en las Minas de
Plata. Como hito de la resistencia indígena, la esclavitud provocó el levantamiento de
miles de indígenas contra la corona española, conducidos por Tupac Amaru en 1780.
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los colonos, y los patrones de las rancherías que explotaban recursos no maderables
como el caucho, empleando a los indígenas como peones.
Durante el primer mandato del presidente Alan García (1985-1989), la guerra civil
contra Sendero Luminoso, causó la muerte de miles de indígenas.
Luego, el gobierno Alberto Fujimori (1990-2000) significó grandes perjuicios para los
indígenas; en especial cuando la Constitución de 1993 anuló el derecho a que las
tierras indígenas sean inalienables e inembargables; y la sanción de la Ley de Tierras
en 1995 (Ley Nº 26.505) que instaba a descartar el modelo asociativo ancestral de las
comunidades, para considerarlas como sociedades de personas o empresas, dentro
de las cuales sus miembros, individualmente, podían vender, alquilar o hipotecar sus
tierras.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
En pocos lugares del mundo los pueblos pueden decir: “hemos estado en estas
tierras miles de años”. En pocos lugares del mundo, por ejemplo en Medio Oriente,
Mesoamérica, La India, el Norte del África, China, se formaron altas culturas, altas
civilizaciones en la antigüedad. Uno de esos lugares es el nuestro: los Andes. Son
pocos los espacios del mundo en los cuales existen sociedades que muestran un
proceso milenario de existencia, de lucha por sobrevivencia y diálogo con la
naturaleza para esa sobrevivencia. Y ello en condiciones que no fueron ni son las
mejores. Ejemplo pleno de ello es lo ocurrido en estas tierras, en los Andes, un
espacio natural donde hay poca agua, donde la tierra para la agricultura es muy
escasa, donde hay alturas excesivas en las cuales la gente está obligada a sobrevivir.
En pocos lugares las montañas son tan anchas y tan altas, por lo cual no permiten
condiciones propicias para la agricultura, donde el frío es extremo y no permite que
puedan cultivarse las mismas plantas a 1,500 metros, a 2,500 o a 3,500 metros de
altura. Ustedes saben esto muy bien, mejor que yo. Pero en esas condiciones los
pueblos andinos, durante miles de años, lograron relacionarse con el territorio,
lograron administrar dicho territorio, mediante formas de cooperación, formas de
organización colectiva muy fuertes, que han permitido que los pueblos sigan
existiendo. La muestra principal de esa existencia, en este momento, es la presencia
–todavía, a pesar de todo de muchas comunidades. Y junto a esas comunidades, la
identidad colectiva, el sentimiento profundo de ser todavía parte de nuestros
pueblos.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
comunidades que pretende ver como agrarias solamente, son en realidad formas
colectivas de organización social, formas de autoridad, formas de poder, formas de
gestión del territorio, de administrar los recursos del territorio, de manejar los
vínculos entre las familias, de controlar los conflictos entre las familias en un espacio
común. Son pues formas de organización de la vida en común, de la existencia
colectiva en relación con el territorio, y que en esa medida expresan una peculiar
experiencia sociocultural e histórica a la cual ya nos hemos referido. Son
comunidades que no se encuentran congeladas en el pasado, sino todo lo contrario:
existen aún, y luchan por acceder a igualdad de derechos, y a ser modernas a su
manera, pero lo hacen sin borrar su memoria, esas raíces milenarias que hemos
recordado.
Entonces ocurre que los pueblos y comunidades, con sus respectivas formas de
organización y comprensión de la vida, todavía están presentes en el país, a pesar de
que gentes como el Presidente de la República no quieran verlos, o más bien
prefieran no verlos. A pesar de eso –pues no es ninguna novedad el ninguneo de los
poderosos en contra de las comunidades- han logrado resistir siglos de dominación
colonial y republicana. Irónicamente, buena parte de la dominación que ha afectado
la subsistencia de las comunidades ha sido más bien republicana. Es que en Perú,
desde inicios del siglo XIX se construyó un régimen republicano que ofreció libertad
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
e independencia para todos, pero que tuvo como uno de sus principales
componentes la exclusión de las comunidades indígenas. Así, los runas no pudieron
ser considerados ciudadanos peruanos durante mucho tiempo, por el hecho de ser
runas e indios. Esta última palabra continuó –como en los tiempos del coloniaje- un
instrumento de violencia, desprecio y segregación. Exclusión, dominación,
explotación y discriminación, han sido algunas vías mediante las cuales las
comunidades fueron víctimas del carácter en gran medida colonial que arrastró la
república peruana. Exclusión para no considerar completamente a los llamados indios
como miembros del país en igualdad de derechos. Explotación del trabajo y la
capacidad de trabajar de estas personas. Dominación para sujetarlas al poder público
o bien a poderes privados. Discriminación para sentirlas y hacerlas sentir inferiores
por razones de origen, raza, cultura o formas de vida. Recién en 1979 la Constitución
Política otorga el derecho a voto a los analfabetos, la gran mayoría de ellos indígenas.
Es decir, dos siglos después del inicio de la independencia en estas tierras con la
revolución de Túpac Amaru, la cual sacudió profundamente el orden colonial. ¡Dos
siglos después! ¡Es impresionante! Cuesta constatar esta demora del Estado peruano,
pues a pesar de las fluctuaciones ocurridas a lo largo de los siglos XIX y XX, recién
hace tres décadas y media se otorgó a todos los peruanos el derecho político básico
a elegir sus autoridades y ser elegidos. Una parte muy importante de la población
resultó entonces completamente excluida de dicho derecho, pues esa exclusión fue
un mecanismo para asegurar las otras formas de dominación, explotación y
discriminación vigentes a pesar de la promesa republicana. ¿Por qué esta exclusión
tan fuerte? Justamente por el hecho de ser descendientes de aquella historia
milenaria, de pueblos que portan una historia de largo tiempo que a pesar de ser
negada y despreciada no ha desaparecido.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
discurso del actual gobierno, que como todos sabemos dejó atrás su promesa
electoral de una “gran transformación” y apenas se quedó con la “inclusión social”,
ocurre que no se trata solamente de un problema de inclusión. La palabra queda corta
para abarcar toda la expectativa de ser parte plena del país, de ser iguales como
personas, que se encuentra en la base de la presencia y las luchas indígenas. No se
trata solamente de un asunto de inclusión política, pues hace rato existen alcaldes y
regidores indígenas. Se trata más bien de una lucha por cambiar las reglas de juego y
el diseño de funcionamiento del Estado, de modo que en territorios con poblaciones
indígenas no exista un Estado en gran medida neocolonial, sino que incorpore
mecanismos, lógicas y modos de funcionamiento propios de las comunidades. Es
decir: otro Estado, otra forma de vida para todos.
Estas luchas han tenido resultados. Uno de esos resultados, muy importante, fue la
reforma agraria de 1969. Ahora se cumplen 44 años de esta conquista histórica que
transformó para siempre la sociedad peruana. La reforma agraria de ningún modo
puede verse –tal como pretenden ahora muchos de nuestros políticos e intelectuales
neoliberales y neoconservadores- como una imposición del gobierno militar. Fue más
ben el resultado de la presión de las luchas campesinas e indígenas ante un Estado
que, bajo el control del régimen militar velasquista, no tuvo más opción que eliminar
los latifundios. Fue un derecho arrancado al Estado por los runas de diversos lados
del país movilizados desde fines de la década de 1950. ¿Recuerdan la toma de tierras
en Cerro de Pasco? ¿Recuerdan la dignidad de los campesinos, comuneros y
arrendados de la Convención y Lares del Cuzco en su lucha con los hacendados? ¡Ellos
le arrancaron la reforma agraria al Estado! ¡No fue ningún regalo hecho desde arriba
por los militares!
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
La confluencia duró poco tiempo, pues la COPPIP acabó dividida, debido a problemas
internos entre las organizaciones y dirigentes, así como a la influencia de Eliane Karp,
quien durante el gobierno de Alejandro Toledo terminó afectando un proceso
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Pero volvamos al tema central que nos convoca: la situación actual de las
comunidades y pueblos en el país. Un aspecto importante tiene que ver con la
dimensión organizativa. Lo que podemos notar es que vivimos un momento de
aparente buena salud, porque nunca existieron tantas organizaciones como en la
actualidad. Pero lo que ocurre, en realidad, es que la crisis organizativa y del tejido
social tan profunda que aún vive el país, se refleja irónicamente en la multiplicación
de organizaciones, las que se encuentran sumamente débiles y con serios problemas
de representatividad. Después de la creación de CONACAMI se han conformado
varias organizaciones más que intentan tener alcance y representación nacional,
aunque en realidad son muy limitadas. Resultan importantes por colocar temas
fundamentales, tales como las reivindicaciones de las mujeres indígenas, pero aún se
hallan lejos de ser organizaciones de alcance nacional y de tener verdaderas bases
comunitarias. De otro lado, podemos notar que aquellas organizaciones dirigidas a la
defensa de los derechos colectivos indígenas, han sido desbordadas por muchas
otras que representan a productores y empresarios agrarios, organizados ahora por
ramas y especialidades de producción. En el momento actual existen muchas más
organizaciones campesinas, agrarias e indígenas que en cualquier otro momento de
la historia nacional. Es un momento que planta, por ello, el reto de construir
perspectivas reales de unidad y articulación campesino-indígena. Existen muchas
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
organizaciones justamente porque estamos débiles. Hay que decir esto claramente.
¿Y por qué estamos débiles? Estamos débiles porque hemos perdido la capacidad de
saber mirar hacia adelante tomando en cuenta situaciones, necesidades y
expectativas concretas de la gente más humilde, y pienso sobre todo en los
campesinos indígenas de muchas comunidades andinas y amazónicas. Es decir, en
gran medida el mundo de las organizaciones, los liderazgos y la representación
indígena se halla desvinculado de sus bases comunitarias y territoriales.
En este contexto, los territorios de las comunidades, los recursos naturales de las
comunidades, como son el agua, la tierra, los bosques, los recursos del subsuelo, pero
también la propia identidad, el orgullo, el cariño por los recursos de todos, es lo que
comienza a ser agredido fuertemente. En todos lados, no solo en Perú, lo que hay es
una nueva etapa de agresión del capitalismo globalizado contra recursos colectivos,
contra recursos comunitarios. Pero lo que esto genera no es solamente un nuevo
saqueo, sino también un nuevo período de luchas en defensa de lo comunitario.
Nuevamente en las comunidades se comienza a decir: “estos recursos son de todos,
gracias a ellos vivimos todos, y todos vamos a defenderlos”. Por eso, lo que tenemos
en Perú es un contexto en el cual regresan luchas campesinas e indígenas, basadas
en formas de acción comunal colectiva para la defensa del territorio, las aguas, los
bosques, los campos de cultivo, el subsuelo, las montañas sagradas. Junto a estas
luchas se recrean formas de identidad indígena que algunos pensaban que estaban
desaparecidas. Pero más que desaparecidas ocurre que estaban simplemente allí,
latentes, resistiendo. Estas identidades siempre han sustentado un orgullo profundo,
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
¿no es cierto? Pues ahora vuelven a ser la base de luchas por la sobrevivencia, por la
resistencia frente a la avalancha de capitales transnacionales, grandes obras públicas,
empresas privadas y otros proyectos que no toman en cuenta la presencia de las
comunidades y pueblos en esos territorios.
Cuando uno va al campo encuentra un orgullo muy fuerte por ser parte de una
comunidad, por hablar su propio idioma, por mantener sus tradiciones, pero ocurre
que cuando la gente sale hacia las ciudades este orgullo se oculta, se hace poco
visible. Son tan fuertes la discriminación y el desprecio, que una estrategia para
superarlas es ocultar el orgullo por las propias raíces. Sin embargo, ahora eso se está
acabando. En décadas pasadas, parecía que la vergüenza o la renuncia a las propias
raíces se había generalizado en el Perú. El camino para acceder al progreso, el ascenso
social y la igualdad parecía consistir en dejar el campo (y por tanto dejar atrás el hecho
de ser “indios”, pues esta palabra siempre ha sido considerada un insulto muy
fuerte). Cambios fundamentales, tales como las migraciones campesinas a las
ciudades que modificaron para siempre el rostro del país, dejaron ver la fuerza de
este camino de transformación. Sin embargo, no ocurrió que la vida en las ciudades
hizo de todos los migrantes y sus descendientes ciudadanos modernos e iguales al
resto. En las grandes ciudades, tampoco ocurre que la vida urbana se traga
completamente a la gente, incluyendo sus creencias, costumbres e identidades más
profundas. Ni las identidades permanecen intocadas, ni la gente se puede despojar
completamente de las formas de ser, pensar, sentir y vivir que conforman su
horizonte cultural. En realidad se vienen construyendo formas de identidad, de
ciudadanía, de modernidad que no estaban escritas en el libreto de nadie. Las vemos
todos los días, y seguramente una expresión de ello es toda la curiosidad que
despierta ahora la identificación con lo “cholo” como sinónimo de lo peruano. ¿Todos
somos cholos? Seguramente, pero también podemos ver que en Perú no existe una
sola forma de ser cholo.
Lo que pasa es que aún está planteado un conflicto muy fuerte entre formas de vida
indígenas, y el modelo de progreso y desarrollo hegemónico en el país. La expansión
de la cholificación, con todos sus cambios en estas décadas en que todo parece estar
acelerado en el país, no ha cancelado este dilema. Se trata de un conflicto que
también puede apreciarse en las ciudades, donde por cierto reside la mayor parte de
la población indígena. También ocurre en las propias comunidades rurales, en las
cuales cada vez más podemos apreciar que las viejas fronteras entre lo urbano y lo
rural se van desdibujando rápidamente.
En este escenario complejo, la novedad que hay es un orgullo fuerte por la identidad
compartida, entendida como una identidad “chola” e “indígena”. Se trata de una
sensibilidad y un orgullo que está emergiendo, haciéndose visible en diversos lados
en el país, comenzando por las comunidades pero también entre andinos y
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Ante ese reto, situaciones de crisis, como la que está afectando actualmente a
CONACAMI, hay que entenderlas como resultado de momentos muy complejos de
lucha y posicionamiento en un contexto muchas veces adverso, pero también
debemos decir que muchas veces son consecuencia de errores e ineptitud política. Al
mismo tiempo, cabe recordar que los conflictos y divisiones son parte de la historia
de muchas organizaciones y pueblos. El conflicto en gran medida es parte de la lucha.
Esto se sabe muy bien en las comunidades: el conflicto y las dificultades internas
pueden ser parte del mirar hacia adelante. Todo depende del modo cómo se vayan
resolviendo. Creo que este Congreso tiene justamente el desafío de asumir el
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
conflicto que está ocurriendo como parte del proceso que nos permite seguir
articulando hacia adelante. Tiene el reto de ubicar los problemas en el escenario de
país, y volver a vislumbrar la posibilidad de que pueblos y comunidades tengan voz,
tengan presencia en el país, y sean reconocidos como un actor real e importante.
Hay muchas cosas que están cambiando en el Perú en estos años, para bien y para
mal. Los pueblos y comunidades siguen siendo vistos desde fuera como retrógrados,
arcaicos o anti modernos. Son entendidos como resultado o herencia de un pasado
que ya no existe, y vistos entonces como parte del pasado, como un lastre que impide
el desarrollo. Y quienes deciden apostar por la defensa de los fueros comunales,
luchando en contra del saqueo y la imposición, son tildados de anti desarrollistas,
radicales o violentistas. Esta es la lógica lamentable que subyace a discursos como el
del “perro del hortelano” del ex presidente Alan García, o a la idea del actual
presidente Humala de que las comunidades andinas son simplemente agrarias. Pero
la realidad es siempre más compleja que los discursos del poder. Felizmente todos
los que conocemos desde dentro a las comunidades, y sobre todo ustedes que viven
en ellas, saben que las propias comunidades más bien están empeñadas en buscar
opciones de desarrollo muy concretas. Justamente aspiran a que esos recursos
colectivos que vienen siendo saqueados y agredidos sean la base para alcanzar otro
desarrollo, otra modernidad, otra ciudadanía de rostro indígena y cholo. Ocurre que
muchas comunidades son inclusive más modernas que tantos políticos e
intelectuales, pues construyen todos los días formas concretas de desarrollo y
progreso, buscando al mismo que sus recursos e identidades sean valoradas, pero no
para ser expuestas en el museo, sino como base concreta para dicho desarrollo y
progreso. Tener orgullo de ser indígenas o cholos, ya no se opone a la búsqueda del
progreso, el desarrollo y la modernidad.
Voy terminando estas reflexiones que espero sirvan de insumo útil para el debate en
este Congreso. Un aspecto clave a tomar en cuenta es que las amenazas que
enfrentan actualmente las comunidades tienen rostro y nombre propio: empresas
extractivas transnacionales, capitales nacionales, desarrollismo estatal que no toman
en cuenta la presencia comunal, etc. Pero también hay que destacar que existen otros
actores y fuerzas que son vecinos de las comunidades en sus territorios. Muchos de
los conflictos y muertes de defensores de las comunidades ocurridas en América
Latina en estos años, son causados por la influencia del avance de la colonización, la
nueva acumulación de tierras que incluye a terratenientes que están de vuelta, el
auge de actividades económicas sustentadas en narcotráfico, comercio ilegal o
contrabando, etc. Muchas veces ocurre que los grandes capitales transnacionales
pasan a ser parte activa de escenarios locales en los que existen viejas disputas por
poder, y por el control de recursos entre distintos actores. Es un escenario muy
complejo. Así, volver a mirar hacia lo local, valorar la existencia de las comunidades y
pueblos, reconocer la identidad y volver a darle valor político a la dimensión colectiva
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
resulta clave. Sobre todo en un contexto como el de Perú, en que la voluntad política
del régimen actual resulta clara: continuar el modelo neoliberal de acumulación y
desarrollo impuesto desde la década de 1990, pero con una fuerte dosis de políticas
sociales reflejadas en la idea de la “inclusión”. Se trata de políticas necesarias, sin
lugar a dudas, y por ello es bueno que exista un nuevo Ministerio de Desarrollo e
Inclusión Social. Pero la idea de la “inclusión social” no es suficiente para sostener el
horizonte político de un gobierno que, en realidad, se despojó a sí mismo de su
proyecto, a fin de continuar el orden de cosas existente en el país desde el
fujimorismo. El humalismo de hoy es en realidad un régimen que carece de proyecto
político. El discurso nacionalista y su “gran transformación” resultaron siendo
simples membretes electorales. Una vez en el poder, el presidente Humala y su
esposa Nadine Heredia terminaron siendo los actores principales de una
tragicomedia: traicionar su propio discurso electoral, y ahora gobiernan sin contar
con un proyecto político. El resultado es la continuidad del poder de la tecno
burocracia neoliberal en el control del aparato estatal, y el haber puesto la economía
bajo el control del piloto automático, que sigue generando desarrollo y crecimiento
como el que hemos visto desde 1990: con extrema desigualdad, de tipo primario-
exportador en gran medida, y que nuevamente saquea los territorios de pueblos y
comunidades.
Creo que reuniones como este Congreso, justamente plantean el desafío de construir
horizontes comunes que nazcan de las propias luchas comunales, y aporten a esa
agenda de la forma más amplia posible. No se trata de que vengan otros y definan los
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
a) Requisitos:
Designación de su representante
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
b) Procedimiento:
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
4.1 POBLACION
La población nativa/indígena del área de estudio alcanza a 8.531 habitantes. De estos
el 34.5% habitan en territorio peruano, y el 65.5% en territorio boliviano. Del total de
la población el 54% son varones y el 46% son mujeres.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
La agricultura de la roza practicado por estos pueblos, es también llamada por los
habitantes de la región, como «agricultura de basurero», este tipo de agricultura se
implementa de acuerdo con los siguientes procedimientos, que van desde la apertura
del campo de cultivo hasta la cosecha de especies plantadas:
- En primer lugar, se cortan los árboles de mayor tamaño que existen en el terreno, el
árbol se prepara de forma que al caer arrastre consigo lo de menor tamaño, luego de
la tala se deja secar para ser quemados (las cenizas sirven de abono), entrando en el
proceso del basurero destinado a despejar el terreno, trasladar fuera del área de
cultivo los árboles que no se quemaron bien, para aprovechar el mayor espacio
posible dentro del área talada. Se realiza esta etapa en la época seca en los meses de
julio, agosto, septiembre y octubre.
La actividad de la caza supone una serie de conocimientos, como por ejemplo, el tipo
de arma adecuado para cada clase de animal. Los hábitos de los animales a ser
cazados, las técnicas apropiadas para matarlos y utilización de trampas, etc.
La caza colectiva implica una incursión que llega a durar varios días. Los Yaminahuas,
por ejemplo, tienen la costumbre de organizar sus cazas colectivas obedeciendo a
ciertas normas rituales. Antes de partir a cazar, los nativos refriegan sus cuerpos y sus
armas con yerbas que consideran mágicas. Solo entonces podrán ser usadas en la
cacería.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Durante todo el tiempo que el hombre o cazador está ausente; en la comunidad las
mujeres practican ritos de caza bailando, cantando canciones con contenidos que
expresan sus deseos y ansias por alimentos. Después de algún tiempo cuando se
obtiene una buena cantidad y variedad de animales, los grupos regresan a la
comunidad transportando con ellos el producto de la caza y lo guardan en una cabaña
especialmente construida para dicho efecto. Al día siguiente toda la comunidad
reunida festeja y consume la caza obtenida.
Entre las armas tradicionales utilizadas para este propósito están los arcos y flechas,
lanzas, arpones, cerbatanas, etc.
Área de Caza. - El área esta subdividida en: áreas de caza de animales menores o
pequeños y caza mayor o de animales de mayor tamaño. Estas zonas de caza son
usadas todo el año sin distinguir una época específica.
Pesca. - La pesca representa una actividad muy importante junto a la caza para la
complementación de proteínas necesarias para su dieta alimentaria. Para la pesca
poseen un arsenal de equipamiento compuesto básicamente de canoas pequeñas,
redes, diversos tipos de flechas (flecha tridentada), riscadores, arpones, etc.,
conforme a la circunstancia y en función al tipo de pesca a ser realizada, también varía
el tipo de implementos a ser utilizados.
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RONDAS CAMPESINAS Y COMUNIDADES NATIVAS
Entre los peces preferidos tenemos las siguientes especies: boquichico, doncella,
surubí, yundia, dorado, capararí, pacú, cuyu, pinanambú, mandin, piraña, piraiva,
sábalo y otras especies.
Entre las especies vegetales a ser colectadas con finalidad comestibles están: el asaí
cuyos frutos son utilizados para la fabricación de una bebida; el babasú; la bacaba y
los frutos de jaguary, utilizados para la extracción de aceites comestibles. Los frutos
de la castaña son usados como importante complemento alimenticio; los frutos y la
ceiba de burity como alimento. De los frutos de yacú y copoasú se extrae la pulpa
para bebida; los frutos de guaraná son empleados para dar sabor a las bebidas; los
frutos de tucumán utilizados para la fabricación de vino y alimento. Los frutos de
pupuña se utilizan como alimento después de ser cocidos. Las favas de cumarú sirven
para dar sabor de vainilla a los alimentos.
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Manejo de los Recursos Naturales.- El uso integral del bosque está basado en la
provisión de frutos silvestres, leña, plantas medicinales, materiales de construcción
para sus viviendas. La población está conciente de la importancia de conservar sus
recursos naturales, es así que han nacido iniciativas que son impulsadas por algunas
instituciones que trabajan en la zona para desarrollar un Plan de Manejo Forestal.
Poseen una gran diversidad de fauna, muchas de estas especies son utilizadas para la
provisión de proteínas animales. Algunas comunidades utilizan armas para cazar
como los «salones», el uso de flechas se ha reducido ya que antes contaban con una
variedad y diferentes puntas hechas de chonta, para la caza de distintos animales.
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Por ejemplo, el asentamiento tradicional Esse Ejja, parece haber consistido de grupos
familiares extendidos, con un patrón de asentamiento centrado alrededor del
aprovechamiento de los recursos silvestres, cuya distribución espacial y temporal
necesitaba de un desplazamiento constante. Dicho patrón de asentamiento estaba
relacionado a una dependencia sobre el plátano como cultivo principal. Los Esse Ejja
mantenían platanales a lo largo de casi todo el río Heath (los cuales se han mantenido
viables entre vegetación secundaria de las cabeceras), éstos eran visitados y
utilizados durante su desplazamiento por el río. En los últimos 50 años se ha venido
dando un patrón de asentamiento más centralizado con un líder o jefe, teniendo
también a sistemas de producción agrícola articulado a la economía de mercado.
Otra característica importante tiene que ver con la matrilocalidad de las familias
nativas/indígenas, según la cual los hombres, al casarse, pasan a formar parte de la
familia de la mujer. Cuando esto sucede en la familia del hombre considera que ha
sufrido una pérdida que luego es compensada por la pareja cuando su primer hijo
hombre es entregado a los abuelos paternos como un nuevo hijo. Este tipo de
familias, denominadas extensas, conviven en una sola familia y constituyen la unidad
básica de producción dentro de la comunidad nativa/indígena.
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Los Esse Ejja, son patrilineales y matrilocales. Frecuentemente se da el caso que dos
individuos están emparentados en más de una forma, y la categoría empleada en un
momento dado refleja el tipo de relación que éstos tienen o desean tener.
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consciente" o "todo tiene un alma"; afirma que hay que actuar como si así fuera. O
sea, hay que anteponer el respeto, porque lo otro tiene el poder de dañarnos.
Tal vez se trate de una moral sencilla, pero muy efectiva, que no requiere de cárceles
ni de celadores. La filosofía indígena procede como si existiera una fuerza vital
universal que conecta a todos los seres vivos, a los accidentes del paisaje y a los
fenómenos naturales. También vincula a los vivos con los muertos. Son los chamanes
quiénes poseen el poder de mediadores entre estas fuerzas espirituales.
Sistema de creencias
La introducción de los restos del Cacique Guaicaipuro al Panteón Nacional diciembre
de 2001 es ahora un hito de la inserción de nuestros pueblos indígenas en una
sociedad que paradójicamente desconoce sus tradiciones, lenguas y cosmovisión.
Tres familias lingüísticas dividen principalmente a los grupos étnicos:
- La Arauaca (Guajiro, Paraujano, Baniva, Curripaco, Yavitero, Piapoco, Guarequena,
Baré, Aruaco);
- La caribe (Cariña, Pemón, Maquiritare, Panare, Yabarana, Yucpa, Japreria,
Acahuayo, Mapoyo, Chaima) Y La Chibcha (Barí, Tunebo).
- La poca numerosa familia tupí-guaraní está representada a través de los indígenas
yeral, oriundos del Brasil; y las demás etnias (Yanomami, Guarao, Yaruro, Guajibo,
Piaroa, Puinabe, Joti, Sapé Y Arutaní) no tienen filiación precisa.
Aunque cada etnia tiene sus características específicas tienden a predominar las
familias extensas con algunos casos de organización en clanes, la poligamia está casi
generalizada, hay pluralidad de divinidades, son culturas de una gran coherencia
interna por su persistencia en el tiempo; y la artesanía, la música, los bailes y
la literatura son manifestaciones utilitarias y creativas a la vez. En lo económico, casi
todas las etnias combinan la recolección, caza y pesca con la agricultura itinerante.
La oralidad, transmisora de cultura: En la actualidad los miembros de las culturas
orales están su ingresos al mundo de la escritura, guiado por el principio de que en
esta época ya es imposible que las sociedades indígenas sigan permaneciendo
aislados entre si, autocráticas y autosuficiente.
En las sociedades indígenas el saber es transmitido de manera oral. La participación
del individuo en la producción cultural es distinta, en efecto son los individuos
quienes producen nuevos intentos técnicos, cantos, historia, etc., para ser integrados
en la cultura tienen que ser aprobados y aceptados por el grupo, por ejemplo: si
una persona produce un canto, este puede ser escuchado por otros y transmitido de
boca, en boca, hasta que todo el grupo lo cante: este canto se vuelve patrimonio del
grupo.
Lenguas indígenas: Muchas de las lenguas indígenas de Venezuela se encuentran
amenazadas y/o en peligro de extinción. Las dos familias lingüísticas con el mayor
número de idiomas son la Arahuaca y el Caribe. Según datos disponibles del último
censo indígena (1992) y vivienda de 2001, en Venezuela se habla al menos 31 lenguas
indígenas, de los cuales 25 se agrupan en siete familias lingüísticas, y los otros 6 no
prestan parentesco reconocible con otras lenguas y por lo tanto se consideran
lenguas aisladas.
Venezuela cuenta con algo más de treinta lenguas y culturas indígenas, ninguna de
las cuales es desconocida, gracias a un importante número de investigadores,
algunos de ellos indígenas, quienes han desarrollado la mayor parte de su labor en
los últimos cincuenta años. No obstante, la riqueza de estas manifestaciones es tal
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que aún falta extender y profundizar mucho más esta labor, antes de poder afirmar
que poseemos un conocimiento realmente sólido de este campo, por lo que se hace
necesario seguir investigando y emplear en grado creciente las nuevas
tecnologías electrónicas y computarizadas para la recolección y análisis de nuevos
textos emergentes, a veces muy distintos a los ya conocidos.
Las grandes familias lingüísticas representadas en las etnias de Venezuela son la
arawak, caribe, chibcha y tupí-guaraní, ya que la familia timote parece haberse
extinguido en la primera mitad del siglo XX en los Andes venezolanos.
Las lenguas arawak son las más numerosas: el wayuu (guajiro) y el añú (paraujano)
en el estado Zulia; el lokonó o arawako, en el estado Delta Amacuro. El resto de las
lenguas arawak se encuentran en el estado Amazonas, el tsaase o piapoko, el kurrim
o kurripako, el baniva, el yavitero (casi extinto), el wakena y el baré. Las lenguas
caribe: yukpa y japreria, en el estado Zulia; el kariña en los estados
Anzoátegui, Bolívar, Monagas y Sucre; el pemón, en el estado Bolívar; el eñapa o
panare, en el estado Bolívar; el mapoyo, y el yekuana, en los estados Bolívar y
Amazonas; el yabarana, en el estado Amazonas. La familia chibcha en Venezuela está
representada por la etnia barí, en el estado Zulia, y algunos agregan a los tunebo,
quienes ocasionalmente aparecen en la frontera colombo-venezolana. El tupí-
guaraní tiene como único exponente el geral, suerte de prolongación de la etnia del
mismo nombre que puebla distintas subregiones del norte de Brasil. Por otra parte,
en Venezuela abundan las lenguas indígenas independientes, vale decir no afiliables
a ninguna de las grandes familias conocidas: el warao, en los estados Delta Amacuro,
Monagas y Sucre; el sapé y arutaní, semiextintas, en el estado Bolívar; el sanemá y el
yanomami, integrantes de una sola familia, en los estados Bolívar y Amazonas. El jivi
o guajibo, en los estados Apure y Amazonas; el jiwi o cuiba, muy emparentados con
el anterior, en los estados Amazonas y Apure; el piaroa, en los estados Amazonas y
Bolívar; el puinave, el maco (parecido al piaroa) y el sáliva (al norte, en
los límites con Colombia), en el estado Amazonas; el pumé o yaruro, en el estado
Apure.
6. Aspectos Legales
En el Programa de Acción Integrado Boliviano-Peruano, las comunidades
nativas/indígenas están priorizadas. Hasta el presente no se les ha propuesto de la
debida atención. Varios de estos grupos han vivido relegados y apartados, sin los
medios que les permitan elevar su nivel de vida.
Artículo 171
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La Constitución vigente del Perú, en su Cap. VI, del Régimen Agrario y de las
Comunidades Campesinas y Nativas, afirma textualmente:
Artículo 89
Las comunidades campesinas y las nativas tienen existencia legal y son personas
jurídicas.
Asimismo, el Art. 149° determina que con respeto a los derechos humanos
fundamentales, las autoridades de estas comunidades administren justicia dentro de
su ámbito territorial de conformidad a sus costumbres. En materia de propiedad de
las tierras de comunidades, se dice que son imprescriptibles. Prescribir en este
contexto significa adquirir la propiedad de otro al haberla poseído como propietario
por cierto tiempo (legal o ilegalmente), cumpliendo ciertos requisitos adicionales.
Desde 1920 las tierras de las comunidades no podían ser transferidas a terceras
personas ni al Estado. La Constitución ha eliminado la garantía de integridad de la
propiedad de las comunidades, además, se establece que las tierras abandonadas de
las comunidades pasaran a propiedad del Estado (Art. 209°) lo que favorece la
disposición de las tierras comunales. Es preciso que se establezcan causales precisas
que eviten la desaparición o disminución sustancial de la capacidad económica de las
comunidades.
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a) De orden administrativo:
b) De orden económico:
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Existen grupos o tribus como los jíbaros (otrora temibles reductores de cabezas), los
capanahuas, boras, yaguas, huitotos, ocainas, mayorunas, remiyacus, cocamas, entre
otros. Cada uno de estos grupos normalmente mantienen como zona de dominio o
influencia territorios que pertenecen a la cuenca de un determinado río. Algunas de
las zonas en que habitan están consideradas entre las áreas naturales protegidasdel
Perú.
En los bosques cercanos a la ciudad de Iquitos habitan tribus selváticas como
Boras, Yaguas, Capanahuas, Huitotos y Cocamas, casi todos ellos incorporados a la
civilización por misioneros evangélicos. Algunas comunidades se han afincado en
pueblos como los Cocama Cocamilla en Santo Tomás y Padre Cocha.
Muchas de estas comunidades nativas reciben turistas en sus poblados, en donde
hacen una demostración de sus danzas y música, y venta de sus artesanías. Algunas
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Comunidad de nativos aborígenes de la etnia Bora, ubicada a orillas del río Momón.
Los ancestros de los pobladores fueron oriundos de la zona del Alto Putumayo,
frontera con Colombia, emigraron al lugar que actualmente ocupan atraídos por la
explotación del caucho. Conservan costumbres y tradiciones culturales. Sus fiestas y
ceremonias están asociadas a sus mitos y leyendas. Utilizan pintura corporal en las
danzas, siendo el motivo predilecto entre hombres y mujeres la serpiente estilizada.
La “Fiesta del Pijuayo” y la “Danza de la Viga” son las más importantes, donde
emplean máscaras que representan seres míticos y dramatizan episodios mitológicos
sobre el origen del mundo, del hombre y de la cultura Bora.
Algunas familias de nativos ofrecen su vivienda y alimentación a los visitantes para
hacer turismo vivencial y compartir la vida diaria de sus pobladores.
El transporte para las visitas a este comunidad se realizan en botes que zarpan desde
el embarcadero de Bellavista, a la llegada de los turistas realizan una demostración
de sus danzas y se debe pagar un aporte voluntario al jefe de la comunidad. Se puede
adquirir artesanía local.
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9. Situación Actual
Los pueblos indígenas que habitan territorio venezolano, desciende de los grupos
que ya se encontraban en el territorio del país en el momento del arribo de los
colonizadores. Una de las características de estos pueblos es, haberse mantenido
relativamente aislados, han preservado en mayor o menor medidas las costumbres
y tradiciones de sus antepasados. Cada pueblo indígena ocupa un territorio que, de
acuerdo a sus creencias, les fue otorgado por los Dioses. Son lugares sagrados a los
que les deben cuidado y respeto y en los que viven organizados en pequeñas
comunidades o poblados. Estas comunidades generalmente son independientes
económica y políticamente unas de otras, aunque mantienen entre sí estrechas
relaciones sociales.
Los cabeza de familia o jefes de cada una de las familias de la comunidad,
conforman una especie de consejo reconocido como la máxima autoridad. Entre los
miembros de ese consejo se escoge uno de ellos para que los represente en sus
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relaciones con otras comunidades. Estos jefes basan su poder en el prestigio que les
proporciona su conocimiento sobre la historia sagrada, rituales y
ceremonias, técnicas de caza y pesca, construcción de viviendas, comercio, etc. A su
sabiduría deben agregarse la ecuanimidad, la tolerancia y el buen juicio. Su liderazgo
es reconocido por todos, pero no pueden imponer su voluntad, ni ejercer su poder
sobre los otros miembros de la comunidad. En algunas etnias la autoridad se
transmite de padres a hijos dentro de un mismo grupo. Las decisiones que afectan a
la comunidad son tomadas de forma unánime en asambleas, luego de que cada uno
de los miembros adultos ha dado su opinión al respecto.
En general, las sociedades indígenas de ahora, como las de nuestros antepasados,
son sociedades profundamente democráticas en las que los alimentos, el trabajo y
las diferentes responsabilidades que garantizan el bienestar de la comunidad son
compartidas por todos sus miembros.
Las mujeres, por su parte, se ocupan de la preparación de los alimentos, del cuidado
de los niños y de garantizar la provisión diaria de agua y leña. También se ocupan del
hilado del algodón, tejen cestas y chinchorros, así como collares y otros adornos
que utilizan en su atavío personal. Ellas son las responsables del conuco y del fuego
del hogar. Los ancianos son responsables de los ritos y las ceremonias, deben
conocer a la perfección la historia sagrada, y narrar sus enseñanzas a los más
jóvenes para mantener viva la tradición. La educación está basada en el ejemplo.
Los niños y jóvenes colaboran con sus padres y tíos en las distintas actividades que
realizan, los adultos los orientan siempre con mucha paciencia y tolerancia, sin
recurrir jamás al castigo físico.
Los pueblos indígenas que viven en nuestro territorio han adoptado mucho de las
costumbres de la vida moderna al igual que ocurrió en los tiempos de la colonia,
cuando por ejemplo, fueron convencidos en creer en un solo Dios. Los indígenas
que habitan en lugares de difícil acceso, como las selvas, mantienen vivas sus
costumbres ancestrales mientras que la situación de otros es diferente; se le utiliza
fines particulares en la explotación de la tierra. Al igual que en el pasado, estas
comunidades se ven afectadas también por el impacto ambiental que generan las
diferentes actividades económicas que se realizan en los espacios donde habitan. En
vista de esta situación se han organizado en grupo de prisión siguiendo el ejemplo
de otros países, donde gracias a sus protestas y peticiones se le han reconocido sus
derechos, entre los que se incluye el respeto a su territorio, lenguas y costumbres.
En la actualidad, nuestra comunidad indígena participa de manera activa, a través de
sus representantes en la Asamblea Nacional, en las decisiones económicas, políticas,
sociales y culturales, conjuntamente con el resto de la población venezolana.
Es importante resaltar que la mayoría de las etnias, pueblos originarios, se han
adaptado a la convivencia a la población criolla, aunque aún mantienen su identidad
étnica, el idioma y los valores culturales, ancestrales, entre otras muy diferentes a
aquellos indígenas que han sido atraídos por ciudades como: Maracaibo, Tucupita,
Puerto Ayacucho y Caracas, en donde viven en esta ciudad algunos en condiciones
deplorables y constituyen parte de la población urbana marginal.
Los indígenas que habitan en Venezuela son descendientes de aquellos primeros
pobladores que llegaron a territorio venezolano hace miles de años, provenientes
de diferentes lugares de la tierra, en especial desde Asia. Y aunque todos los
pueblos presentan este origen común, cada uno de ellos ha desarrollado su manera
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Las medianas propiedades van de 2.500 a 8.000 ha., y al igual que las anteriores se
dedican a la explotación de castaña. Las pequeñas propiedades que son las más
abundantes, son parcelas que corresponden a propietarios individuales en algunos
casos, y en otras, a comunidades campesinas. No se tiene datos respecto a la
extensión que ocupa la mayor parte de este tipo de propiedades.
Deben considerarse que los datos obtenidos sobre este aspecto son solo información
preliminar que requiere un mayor seguimiento. Ello se realizará en la segunda fase de
esta investigación, cuando el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA Solivia)
lleve a cabo el saneamiento de toda el área.
2. Crear las condiciones para que las comunidades puedan manejar y conservar los
recursos naturales, así como aprovecharlos de manera sustentable y ecológicamente
viable.
El proyecto en Bolivia, está dirigido a pueblos indígenas que habitan en la región del
Departamento del Beni.
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CONCLUSION:
Las instituciones son modelos de interacción que adoptan una vida propia,
estructuras que debido a su historia pasada llegan a ser valoradas por sí mismas,
independientemente de las funciones que cumplen. Huntington sugiere que las
organizaciones se vuelven institucionalizadas conforme persisten a través del tiempo
(medido en generaciones de liderazgo más que en años), se vuelven complejas, y
desarrollan múltiples y nuevas funciones
Después de veinte años, las rondas cumplen con estos criterios más que la mayoría
de organizaciones del campo. En alguna, aunque limitada, medida, las rondas se han
institucionalizado. Pero las instituciones representan formas de comportamiento que
se han vuelto rutinarias, burocratizadas, que ya no se sustentan en el carisma, que se
aceptan de hecho sin evocar las pasiones del pasado. Esto también caracteriza a las
rondas de hoy, las cuales funcionan en un nivel más bajo de actividad, con menos
unidad, disciplina y espíritu que en los años anteriores.
Sin embargo, esto tampoco es suficiente. Aunque las rondas pueden haberse
convertido en una institución respetable en las áreas rurales de Cajamarca, es
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también verdad que hoy día cumplen diferentes funciones que en el pasado y
enfrentan serias presiones que pueden todavía socavarlas. Las instituciones tienen
fortalezas que van más allá de su simple e inmediata utilidad, pero también pueden
desaparecer.
Una rápida revisión de la literatura sobre rondas revela diferentes matices pero un
considerable consenso. Hace quince años, las rondas emergieron de un sentimiento
de necesidad, el de responder al abigeato, en un contexto en que el ganado era
básico para la economía campesina y el Estado no ofrecía protección. Cinco años
después, cuando los abigeos habían sido combatidos y la justicia campesina había
evolucionado como la principal actividad de las rondas, sostuvo que la función
definitoria se había convertido en el mantenimiento del orden social en el campo.
Conforme las funciones de las rondas se habían ampliado, también se habían
orientado hacia adentro. A fines de los años ochenta se observó otra dimensión. Al
incursionar en la literatura sobre «nuevos movimientos» en Europa, sostenía que las
rondas también debían ser entendidas como una organización que, a través de sus
actividades y espíritu, estaba creando y a la vez siendo formada por una nueva
identidad rondera campesina.
Las tres fuentes tenían en común el considerar a las rondas esencialmente como un
movimento campesino, que emergió en respuesta a una necesidad sentida, que
confrontaba enemigos claramente definidos y que, a través de la confrontación con
esos enemigos, desarrolló unidad, organización y espíritu. Pero es precisamente en
estos aspectos de «movimiento» que hoy las rondas son más débiles, en gran medida
debido a su mismo éxito. Entonces, ¿qué es la ronda?
A lo largo de las dos últimas décadas las rondas han evolucionado gradualmente. Sin
dejar de ser nunca un movimiento campesino, la organización también ha asumido
cada vez más funciones que caracterizan más bien a un gobierno local, de cierta
forma el equivalente en la sierra norte de la «comunidad campesina» de los Andes
centrales y de las sureñas. Así, pues, se han convertido en el lugar propicio para la
toma de decisiones en la base, el punto donde convergen todas las demandas y
problemas locales, tanto dentro de la comunidad como desde fuera de ella. Es
precisamente en esta función de cuasi-gobierno local donde se encuentra la fortaleza
de las rondas hoy en día. Es lo que les da su vitalidad y centralidad, la razón por la cual
todos -desde los campesinos más pobres hasta las autoridades de provincia- las
toman en cuenta. Es también en este sentido que las rondas son profundamente
democráticas. Les han dado a los campesinos una presencia estructurada en la
sociedad más amplia, una habilidad para ponerse de pie y ser tomados en cuenta y de
levantar cabeza, cosa que antes no tenían.
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Al mismo tiempo, las rondas no han consolidado plenamente sus nuevas funciones,
un hecho que las hace vulnerables. La función de las rondas como gobierno es aún
«informal», turbiamente definida en las mentes de los ronderos mismos y no
reconocida por la ley. Tampoco son las rondas la única estructura para tomar
decisiones en el nivel local. Cuando se habla de justicia, las partes agredidas aún
pueden apelar a los juzgados de paz o al ministerio público, informalmente a los
tenientes gobernadores o a la policía, e inclusive a agentes pastorales. Las ONG
pueden formar sus propios grupos o trabajar con otras organizaciones campesinas.
Así, pues, la ronda tiene rivales, por lo que debe luchar para mantener su hegemonía;
y no todos le desean éxito.
Como una institución que administra justicia, busca el desarrollo y mantiene el orden,
las rondas toman importantes decisiones distributivas, lo que las hace corruptibles.
Hasta ahora la corrupción no ha sido un problema significativo, pero el potencial está
allí.
La mayoría de los ronderos están orgullosos del papel expansivo de las rondas. Están
menos conscientes, o al menos articulan menos, un entendimiento de sus
implicaciones. Hasta cierto punto, la crisis de la ronda es una crisis de percepciones,
de identidad. Los ronderos aún piensan en su organización como un movimiento, y
sueñan con la unidad y el entusiasmo de antaño.
Las rondas sí están amenazadas: por un Estado que no quiere que los campesinos se
constituyan en actor independiente; por un Poder Judicial celoso de la «justicia
campesina»; por la influencia corruptora de los proyectos de desarrollo; por sus
propios conflictos internos, y por su desmoralización y confusión concerniente a su
identidad. Continúan padeciendo de la debilidad legal de ser «informales». Pero
siguen siendo fuertes, porque han sido exitosas, porque cumplen funciones centrales
en la vida de las estancias, porque su presencia es en gran medida hegemónica, y
porque son ya una institución y tienen legitimidad -tal vez más legitimidad que el pro-
pio Estado-, En el campo de Cajamarca, las rondas siguen siendo «la organización».
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