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tomo 2 (1818-1824)

Obras de la Independencia

antología de
obras de teatro
argentino
desde sus orígenes a la actualidad

selección y prólogo Beatriz Seibel


Antología de obras de teatro argentino. Desde sus orígenes a la actualidad:
obras de la Independencia : 1818-1824 / Luis Ambrosio Morante ...[et.al.]. ;con prólogo de
> prólogo
Beatriz Seibel; recopilado por Beatriz Seibel. -1ª ed.- Buenos Aires:
Instituto Nacional del Teatro, 2007.
v. 2, 400 p. ; 22x15 cm. - (Historia Teatral) EL TEATRO EN LA ÉPOCA DE LA INDEPENDENCIA
ISBN: 978-987-9433-48-5
1. Antología del Teatro Argentino. I. Morante, Luis Abrosio II. Seibel, Beatriz, prolog. La Revolución del 25 de Mayo de 1810 en Buenos Aires inicia un
III. Seibel, Beatriz, recop.
CDD A862 nuevo período histórico-político y cultural que trae cambios en el teatro.
Fecha de catalogación: 31/05/2007 Lamentablemente no existen estudios teatrales de la totalidad del país
Esta edición fue aprobada por el Consejo de Dirección del INT en Acta Nº160/07. después de la época de la Colonia y tampoco hay estudios completos en
Ejemplar de distribución gratuita - Prohibida su venta provincias, con la excepción de Efraín U. Bischoff sobre el teatro en
Córdoba y otros meritorios trabajos, en su mayoría recientes. La historia
del teatro argentino se convierte en la historia del teatro de Buenos Aires,
con las consiguientes dificultades para conocer las obras y los autores de
provincias del siglo XIX.
CONSEJO EDITORIAL
El primer festejo patrio en Buenos Aires, el 24 de noviembre de
> Roberto Aguirre
> Rafael Bruza 1810, cuando llega la noticia del triunfo sobre los españoles en la batalla
> Ariana Gómez de Suipacha, comienza con iluminación especial en la ciudad y orquesta
> Nerina Dip
> Carlos Pacheco en la galería del Cabildo. Al día siguiente, una función de volatineros en
> Marcelo Jaureguiberry la plaza de toros del Retiro a beneficio de la Expedición del Norte, tiene
> Carmen Saba Stafforini
más de 1.600 espectadores. La demora en el comienzo del espectáculo,
por esperar a las autoridades que finalmente no concurren, provoca un
STAFF EDITORIAL
> Carlos Pacheco cambio de costumbres: al día siguiente la Primera Junta resuelve que “en
> Raquel Weksler los toros y demás diversiones públicas se anuncie al pueblo la hora y
> Elena del Yerro (Corrección)
> Mariana Rovito (Diseño de tapa)
cumplida aquella aunque la Junta no haya aparecido todavía, se dé
> Gabriel D’ Alessandro (Diagramación interior) principio sin esperarla”. Pocos días después, un reglamento elimina
> Grillo Ortiz (Ilustración de tapa)
todos los privilegios para los ciudadanos que ejercen el poder y especifica
© Inteatro, editorial del Instituto Nacional del Teatro que en las diversiones públicas la Junta no tendrá palco ni lugar
determinado; “los individuos de ella, que quieran concurrir, comprarán
ISBN: 978-987-9433-48-5
lugar como cualquier ciudadano”.
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina. Los payadores, cantores que improvisan sus versos, tienen también
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723.
Reservados todos los derechos. inmediata respuesta después de la Revolución de Mayo: entran a las
ciudades y acompañan a los ejércitos libertadores. Los cantos y diálogos
Impreso en Buenos Aires, Mayo de 2007.
Primera edición: 3.000 ejemplares
antología de obras de teatro argentino 5
prólogo

patrióticos se crean en las provincias y se difunden a los países vecinos. padre mestizo y madre parda nacida en esclavitud, según la investigación
La tradición oral asegura que el general San Martín gustaba improvisar de Teodoro Klein; se lo suponía peruano por el color de su tez. Se inicia
con excelente voz de bajo. Los populares “cielitos” que se cantaban y en Montevideo de apuntador y aparece en 1804 en el Coliseo como
bailaban con temas amorosos y festivos, pasan a cantar los temas primer apunte, archivista y cantor. En 1805, ya es primer actor alterno,
patrióticos a partir del sitio de Montevideo de 1811; documentan los comenzando una trayectoria de más de tres décadas en la que se destaca
triunfos en las batallas de la Independencia y los conflictos y debates como actor, director, dramaturgo, traductor de Hamlet y Otelo de
políticos hasta pasada la mitad del siglo XIX. Según la feliz expresión de Shakespeare entre muchas otras piezas, y entusiasta patriota. En ese año
Carlos Vega, las coplas de los cielitos son “la gacetilla oral de los se habría iniciado también el actor criollo Ventura Ortega, que hará una
ejércitos”, al transmitir y comentar los sucesos, y expresar los prolongada carrera. La circulación de actores es intensa en el teatro
sentimientos de los soldados, mientras los payadores recorren porteño, seguramente por las nuevas posibilidades de trabajo en los
campamentos, pulperías y cuarteles. En los sainetes gauchescos, las Coliseos de Montevideo y Santiago de Chile. Desde 1804 el Coliseo
coplas y los cielitos aparecen en el fin de fiesta. porteño cuenta con una orquesta de 14 instrumentistas, entre ellos el
El teatro Coliseo de Buenos Aires, inaugurado en 1804 y cerrado catalán Blas Parera, autor más tarde de la música del Himno Nacional,
desde las invasiones inglesas de 1806, reabre el 11 de noviembre de que es “primer músico, maestro, compositor y director de orquesta”. En
1810. El repertorio de la sala y el primer elenco de la reapertura no se la defensa de la ciudad contra las invasiones inglesas luchan Morante y
conocen exactamente, aunque se sabe que lo integran actores residentes otros actores, violinistas y músicos en los cuerpos de Pardos y Morenos,
en Buenos Aires como la criolla Josefa Ocampos, ex primera dama en el y el maestro Parera, miembro del Tercio de Catalanes.
Teatro de la Ranchería, y otros que vienen de Montevideo, como Luis En 1812 se estrena en el Coliseo la “petipieza original” El 25 de
Ambrosio Morante y su esposa desde 1808, la actriz uruguaya Josefa Mayo, no hallada, de Luis Ambrosio Morante, para el 2º aniversario de
Martínez, el “barba” español –actor que hace los roles de viejo– Juan la Revolución. Es la primera obra que recibe un premio oficial, otorgado
Diez, entre ellos. Algunos intérpretes se inician después de la por el Cabildo, “para que sirva de estímulo a otros”.
Revolución: Ana Rodríguez Campomanes, de una familia de clase alta, En 1813 la Asamblea General Constituyente decreta que el 25 de
huérfana y abandonada por su marido, actúa como graciosa y Mayo será día de fiesta cívica y se celebrarán anualmente “cierta clase de
tonadillera; Juan Antonio Viera, nacido en 1773, pardo esclavo que fiestas que deberán llamarse Fiestas Mayas”. La celebración se extiende
obtiene la libertad por su heroísmo enfrentando a los ingleses en 1807, por varios días, con diversas teatralidades: el 24, versos a la libertad en
es gracioso y cantante; se habría iniciado en la Ranchería. Pero los arcos triunfales, canciones patrióticas, orquesta en los balcones del
prejuicios siguen vigentes: la Campomanes hará juicio a su marido en Cabildo, castillo de fuegos artificiales, y en el teatro la tragedia Julio
1818 para que le devuelva su dote y el acusado alegará que su mujer está César de Voltaire, alegoría contra la tiranía. El 25 por la noche,
condenada “al mayor descrédito público por su punible y detestable iluminación y fuegos artificiales, desfiles de máscaras en muchos puntos
profesión”, y por haber ofendido su honor. de la ciudad con música y canciones patrióticas, que se repiten los días
Luis Ambrosio Morante nace en Buenos Aires en 1780, hijo de 26 y 27, este último con función de teatro y baile en el Cabildo. El 28,

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prólogo

con entrada gratuita en el Coliseo, la función comienza con una Loa en 1815 con la primera dama Gerónima Vasconcelos y el segundo galán
alusiva, sigue con una comparsa de niños con traje de indios que entona Juan Mariano Velarde, nacidos en Buenos Aires pero desarrollados allí
la canción patria, después la tragedia Siripo, trozos de ópera por artísticamente, mientras Ana Josefa Echavarría parte hacia Montevideo.
aficionados y danzas de la comparsa de niños; finalmente, baile general La declaración de la Independencia en Tucumán el 9 de julio de
hasta las 2 de la mañana. En ciudades del interior, se harían similares 1816, se festeja en San Juan presentando tragedias en un tablado, entre
celebraciones; hay noticias de representación de una comedia en las ellas La muerte de César de Voltaire, por un grupo de aficionados.
fiestas mayas de 1814 en San Luis. El 12 de marzo de 1813 la Asamblea En Buenos Aires, “en obsequio de la Independencia”, se repone en
deroga toda forma de trabajo obligatorio para los indios y los declara el Coliseo Roma libre de Alfieri. Ese año está fechada la obra local La
libres y en igualdad de derechos con los demás ciudadanos. Y ese año la libertad civil, un acto patriótico de estilo neoclásico publicado sin
Ley de Libertad de Vientres inicia dos procesos graduales para dar fin a mención de autor; se atribuye al poeta Esteban de Luca, por los versos
la esclavitud: 1º) dispone que los hijos nacidos de madres esclavas de su canción patriótica en el texto, aunque podría ser de Bartolomé
después del 31 de enero de 1814 son libertos que deben servir a los amos Hidalgo. La causa de la independencia se halla presente asimismo en El
de la madre hasta los 16 ó 20 años, según sean varones o mujeres; 2º) hijo del Sud, un acto con personajes alegóricos y música, firmado L. A.
los esclavos se convierten en libres por incorporarse a los ejércitos, pero M. –iniciales de Luis Ambrosio Morante–, donde el estilo neoclásico se
deben servir por un período mínimo. Las unidades de milicias negras une a un anticipo del romanticismo, con los ideales de unidad
que habían combatido en las invasiones inglesas luchan en las guerras de americana. El hijo del Sud, a veces llamado “indio”, debe elegir entre un
la Independencia en los batallones de Pardos y Morenos. Por otra parte, camino florecido con el personaje de la Falsa Libertad, o uno árido y
las sociedades negras por “naciones” se extienden y se convierten en un oscuro, el de la Verdadera Libertad; el personaje de la Virtud lo incita a
elemento visible de la vida porteña con sus fiestas y candombes. la unión y la lucha para afianzar la independencia. El monólogo
Los indios suben a escena en varias obras de esta época, mostrando patriótico El nuevo Caupolicán o el bravo patriota de Caracas, del
que la revolución apoya las libertades universales; no así los negros. escribiente del teatro José Manuel Sánchez, español residente en Buenos
La nómina de la compañía del Coliseo en 1813 muestra 19 intérpretes, Aires que combate contra los ingleses y se casa aquí en 1810, tiene otro
11 actores y 8 actrices; a fines de año, Ambrosio Mitre, designado protagonista indio que lucha contra los tiranos españoles; es presentado
director del teatro, promueve a Morante a la dirección artística, y están también en el año de la Independencia.
el “barba” español Juan Diez, la porteña Antonina Montes de Oca, El neoclasicismo, modelo europeo de moda, preferido por los
graciosa y cantora iniciada en 1804, Josefa Ocampos –ahora “dama sectores cultos, supone volver a los clásicos de Grecia y Roma, con el
matrona”–, Juan Antonio Viera, Ana Rodríguez Campomanes, mientras respeto de las tres unidades de acción, tiempo y lugar, la violencia fuera
vuelve la mulata Ana Josefa Echavarría, que actuara como esclava de escena, y un propósito pedagógico. Las técnicas de actuación también
“cantarina” en 1805 –ahora libre–, y comienza su carrera a los 16 años buscan evocar las actitudes de la estatuaria griega.
el gracioso argentino Felipe David. El elenco del teatro crece en 1814 En 1817 el gobierno de Buenos Aires decreta la formación de la
con la llegada desde Montevideo del actor español Joaquín Culebras, y Sociedad del Buen Gusto del Teatro, integrada por hombres destacados

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prólogo

a nivel cultural, político y económico, para aumentar y perfeccionar el OBRAS DE LA INDEPENDENCIA 1818-1824
teatro, “escuela de costumbres, vehículo de ilustración y órgano de la
política”. Su objeto es procurar obras originales, “de tu seno veremos Recordamos que todas las piezas han sido seleccionadas por su
salir obras de teatro que emularán a las de primer orden de Europa”, interés para ser puestas en escena, con los textos originales, o con
traducir extranjeras, revisar y aprobar las que se presenten –es decir adaptaciones o nuevas versiones. Las obras de este tomo se ocupan de
censurar–, entre otros. Después de un año, prácticamente desaparece, temas históricos que merecen mayor presencia en nuestra escena, porque
aunque persiste su influencia: se estimulan los autores y se hacen las piezas actuales pocas veces se ocupan de esta materia. Todas las obras
traducciones locales por escritores como Vicente López, Esteban de elegidas están relacionadas con las luchas por la Independencia, que
Luca, Santiago Wilde, y por actores como Morante y Velarde. Se muestran la preocupación dominante en la sociedad. “Se desprende un
desechan los autores españoles del Siglo de Oro y las comedias de magia, son heroico y brioso, un son épico de combate”, dice Berenguer
y se privilegian la dramaturgia francesa y la italiana, con obras que Carisomo. Es importante señalar la presencia del teatro en verso que hoy
exaltan la libertad y el odio a los tiranos –”el nombre de tirano es el más no suele subir a escena, y sólo podemos apreciarlo en castellano en las
odioso de todos”–, y es frecuente la adaptación de las piezas, llamada puestas de clásicos españoles. El estilo culto aparece en los versos
“refundición”, para acentuar el mensaje. En 1818 se estrenan varias endecasílabos y el estilo popular en los versos octosílabos.
piezas; La quinquillería, sátira dramática en un acto, en parte original y
en parte traducida por Santiago Wilde, quien también estrena la LAS BATALLAS
comedia en dos actos Las dos tocayas, repuesta en numerosas
oportunidades hasta 1843. Otra pieza cómica en un acto, El viejo tío EL DETALLE DE LA ACCIÓN DE MAIPÚ
Parras, anónima, sería de la misma época, así como la comedia en cinco
actos La ánima en pena, cuyo autor, que firma Laureano Mortisombis, El 5 de abril de 1818, el triunfo del general San Martín sobre los
podría ser Luis Ambrosio Morante. españoles en la batalla de Maipú asegura la independencia de Chile y anula
A fines de 1817 la joven Trinidad Guevara entra como segunda los efectos de la derrota de Cancha Rayada, sufrida el 19 de marzo. La
dama al elenco del Coliseo porteño y pronto será la favorita del público. noticia de la victoria llega el 6 de abril y después de acciones de gracia al día
Nacida el 11 de mayo de 1798 en la Banda Oriental, hija del apuntador, siguiente en la Catedral, se celebra el 16, 17 y 18 con iluminación y festejos
archivista y actor Joaquín Guevara, debuta a los 13 años y a los 17, en en toda la ciudad. El parte detallado de San Martín aparece en La Gaceta
1815, es primera dama en Montevideo. Madre soltera, en 1816 tiene el 22 de abril. En el teatro se hacen grandes celebraciones con llenos
una hija de Manuel Oribe, futuro presidente oriental, pero no completos, así como el año anterior se había hecho para el triunfo de
interrumpe su carrera. Viene a Buenos Aires siguiendo a Oribe en su Chacabuco; en funciones patrióticas de actores y de aficionados, se canta el
exilio, mientras la niña queda a cargo de la abuela paterna. Himno nacional, se recitan composiciones poéticas alusivas, hay discursos
y arengas entre aclamaciones del público, y baile de máscaras al final.
Varias obras locales reflejan el acontecimiento: una es Arauco libre,

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prólogo

del español José Manuel Sánchez, con personajes alegóricos, donde el Hidalgo, conocido como Cielito de Maipú, en versos octosílabos,
Genio Argentino vence con la espada al Genio Hispano y logra la publicado en Buenos Aires en dos páginas sueltas sin fecha, es muy
libertad de Chile. Otra, El triunfo, unipersonal en estilo neoclásico de similar a la pieza teatral anónima, por lo que se presume la autoría de
Bartolomé Hidalgo, tiene un actor que monologa frente al busto del Hidalgo. El comienzo del cielito: “No me neguéis este día /cuerditas
general San Martín; repite parlamentos de La libertad civil. vuestro favor”, una invocación a su guitarra para que ayude a la
La pieza más interesante es El detalle de la acción de Maipú, sainete improvisación, es un antiguo recurso tradicional de los payadores, que
gauchesco anónimo, denominado en su original “sainete provincial”; es más tarde utiliza José Hernández en Martín Fierro: “Pido a los santos del
un acto en verso con un vivo relato, que sigue con fidelidad el parte de cielo /que ayuden mi pensamiento...”.
la batalla enviado por San Martín desde Santiago de Chile, y relata los Bartolomé Hidalgo (Montevideo 1788-Morón/Provincia de Buenos
festejos en Buenos Aires. Se repone en el Coliseo en 1832. Podría ser de Aires 1822), considerado el fundador del género gauchesco en la
autoría de Hidalgo, por el estilo similar a sus Cielitos y Diálogos. Los literatura, llega a Buenos Aires en febrero de 1818, donde edita y vende
versos octosílabos, medida preferida de los payadores y cantores sus cielitos y diálogos. En Montevideo en 1816, Hidalgo estrena su
populares, reflejan el lenguaje rural y el habla de los cuarteles con sus monólogo neoclásico Sentimientos de un patriota, se le atribuye la autoría
rudas expresiones, modificadas en representaciones posteriores; aquí se de La libertad civil, y es director artístico de la Casa de Comedias oriental.
incluyen en su versión original. Contiene ejemplos del canto Escribe textos teatrales y poéticos en estilo gauchesco y en estilo
payadoresco típico y para el final se toca, canta y baila el cielito, neoclásico; sus obras mayores son los Cielitos patrióticos editados desde
señalando algunas figuras coreográficas. Carlos Vega en Las danzas 1812, y en especial los Diálogos posteriores.
populares argentinas describe en detalle la danza con referencia a este
sainete: “Se ponen tres hombres y tres mujeres como cielo apericonado”, DIÁLOGO PATRIÓTICO INTERESANTE
es decir, se ponen los sexos enfrentados, en calle; comienza con un
balanceo en el sitio con saludo, luego siguen el vals enlazado, la cadena, Publicado en enero de 1821 por Bartolomé Hidalgo, el vibrante
la ronda general, y al final de cada figura, un breve zapateo-contorneo. Diálogo patriótico interesante entre Jacinto Chano, capataz de una
El cielito tuvo su auge en las tertulias porteñas entre 1813 y 1835 y en estancia en las islas del Tordillo, y Ramón Contreras, gaucho de la
el interior hasta 1860. Guardia del Monte, comenta en versos octosílabos las “novedades”
desde el punto de vista de dos paisanos y responde en forma inmediata
CIELITO DE MAIPÚ a la situación del momento; hoy constituye un valioso testimonio
histórico y conserva actualidad. Tordillo es un partido de la provincia de
Los cielitos se tocan, cantan y bailan en el teatro dentro de las piezas Buenos Aires creado en 1818, y la Guardia del Monte es un cuerpo
o en el fin de fiesta, para terminar la función. El Cielito patriótico que propio formado por Rosas con peones y gauchos de la frontera, para
compuso un gaucho para cantar la acción de Maipú de Bartolomé defender las estancias ante los indios.
La reflexión de Chano es notable: “En diez años que llevamos/ de

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prólogo

nuestra revolución/ (...) ¿qué ventaja hemos sacado?/ (...) y mientras no singular calidad en cosas de este género”. Es evidente que se trata de la
vea yo/ que se castiga el delito/ sin mirar la condición:/ digo, que hemos Relación de Hidalgo. En el fin de fiesta del teatro, donde por lo general
de ser libres/ cuando hable mi mancarrón”. Contreras, por su parte, no se anuncian los títulos de las obras, estos Diálogos habrán sido
cuando narra su visita a la ciudad, describe pantanos y barriales, y la representados así como otras “cosas de este género”, por ejemplo los
inconclusa construcción del Coliseo definitivo, “que hace que se sainetes gauchescos.
principió/ muchos años, y no pasa/ de un abierto corralón”, donde “un
caudal se gastó”. Habilitado el Coliseo provisional en 1804, a fines de LA BATALLA DE PAZCO POR EL GENERAL SAN MARTÍN
ese año se comenzó a construir el Coliseo Grande, que fue abandonado
del todo en 1810, cuando se habían colocado los tirantes del techo, y así La batalla librada el 6 de diciembre de 1820, decisiva para la
estaba cuando lo vio Hidalgo en 1821. libertad de Perú, inspira esta interesante pieza patriótica anónima de
La consigna de Chano, el viejo cantor, es “Americanos, unión”, una estilo neoclásico, “drama histórico en un acto y en prosa”. Es un
frase popular en los cielitos y la poesía de la Independencia. El término homenaje al prócer que debe haberse estrenado en 1821 y en 1834 se
“Americanos” abarca contenidos patrióticos para naciones nuevas, y repone en el Coliseo de Buenos Aires. El conflicto entre padre e hijo en
posee más fuerza que cualquier referente nacional. bandos opuestos, españoles realistas y criollos revolucionarios, es el
Hidalgo publica ese mismo año el Nuevo diálogo patriótico con los motivo para celebrar las ideas de la Independencia y presentar un San
mismos protagonistas, donde recuerda las batallas y dice una frase, “¡Ah Martín generoso y magnánimo, idealista y práctico.
sangre, amigo, preciosa/ tanta que se ha derramao!”, similar a la Un Inglés en Cinco años en Buenos Aires 1820-1825 describe: “El
expresión de Micaela Bastidas en el Tupac Amaru de Morante estrenado teatro permanece abierto todo el año, con excepción de la Cuaresma;
ese mismo año, “Oh, infortunada/ la libertad que tanta sangre cuesta!”, entonces se permite tan sólo tocar música. Los días de representación
que muestra un fuerte sentimiento de la época. son los domingos y jueves, aún cuando suele trabajarse en martes, días
Al año siguiente Hidalgo publica la Relación que hace el gaucho de festividades sacras, etcétera. Como en todos los países católicos, los
Ramón Contreras a Jacinto Chano de todo lo que vio en las fiestas mayas de domingos por la noche son los días más concurridos. Las noches de
Buenos Aires en 1822. Según Arturo Berenguer Carisomo, estos diálogos lluvia no hay función. El programa habitual consiste en la
–textos dramáticos– “aunque no representados, tienen más derecho que representación de un drama y una farsa (sainete). A veces hay canto en
tanta pieza puramente lírica o épica, como hemos visto, a figurar en el los intervalos. Las sinfonías interpretadas en los intervalos son de
repertorio de nuestro teatro”. Habría que revisar el concepto de “no Haydn, Mozart, etcétera, y las funciones comienzan con una obertura.
representados”. Según Un Inglés, que describe una función teatral, No es raro ver en el teatro a niños de meses en brazos de sus madres, así
“Velarde, vestido de gaucho, sentado con sus compañeros que fumaban como también esclavos”.
alrededor de un fogón, hizo una crónica de los acontecimientos del día Para esta época todavía persiste la costumbre de anunciar la función
patrio con mucha gracia (en versos libres) y se refirió al marinero que con la banda de música en la puerta del teatro, y con cohetes y fuegos
trepaba como un gato al palo enjabonado. Velarde es un actor de

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prólogo

artificiales en la calle y los huecos (baldíos) cercanos. Y aun se reparten Juan Antonio Viera, y los pequeños roles femeninos no están designados.
a domicilio los programas para promocionar las funciones, que incluyen En ese momento en el elenco están también Trinidad Guevara y
además de comentarios sobre la obra y los actores, largos textos Antonina Montes de Oca. En enero de ese año, la actuación de Trinidad
literarios, históricos, políticos o poéticos, acompañados por las entradas en el estreno de Aristodemo, tragedia perdida de Miguel Cabrera de
al teatro, y continúa la antigua modalidad de hablar al público al final Nevares, inspira a Juan Cruz Varela estos versos: “Miel, ardor y muerte /
para anunciar la función siguiente. Las obras varían cada función, y se tu labio derrama, / quien te oye y no te ama / corazón no ha...”.
presenta una gran cantidad de piezas. En junio de 1821 había estallado un escándalo cuando el padre
Castañeda publicaba en su periódico un anónimo contra Trinidad
DEFENSA Y TRIUNFO DEL TUCUMÁN POR EL GENERAL BELGRANO Guevara, en estilo apocalíptico, donde decía, entre otros conceptos, que
“todas las naciones han tenido mujeres prostituidas” y que “la Trinidad
El 30 de julio de 1821, al día siguiente de las honras fúnebres Guevara es una mujer que por su criminal conducta en esa materia ha
celebradas en honor de Belgrano, fallecido silenciosamente un año antes, excitado contra sí el odio de todas las matronas, la execración de todos
se estrena en el Coliseo este “drama histórico” o “pieza militar” en dos sus semejantes”, calificándola finalmente de “cloaca de vicios e
actos, en verso, en el beneficio de Ana Rodríguez Campomanes que lo inmundicias”. La principal acusación era haberse presentado en las
dedica al “ilustre porteño”. Se repone en 1833. tablas con el retrato al cuello de uno “de sus aturdidos amasios”, un
La batalla de Tucumán, donde Belgrano detiene la invasión realista, hombre casado, seguramente el abogado Manuel Gallardo y Planchon,
tiene lugar el 24 de septiembre de 1811; poco antes había izado por padre de sus hijos. Trinidad responde al “libelo infamatorio” en un
primera vez la bandera azul y blanca para diferenciar a los ejércitos volante impreso, donde menciona la “negra venganza” a que se la somete
patriotas de los españoles. El desconocido autor del drama podría ser el ante “un pueblo ilustrado” y cree que éste “por su penetración, reputará
actor Luis Ambrosio Morante, quien como director artístico se asigna el como una mujer no criminal, sino infeliz a Trinidad L. Guevara”. La
rol protagonista del general y designa el actor para cada personaje en el actriz no sube a escena en varias funciones, pero su reaparición es
manuscrito original. Paul Groussac es el primero que atribuye la obra a recibida con una salva de aplausos.
Morante: “Se revela en su conjunto la mano de un profesional de las En noviembre de 1821 trabaja por unas semanas en el Coliseo como
tablas, no la de un literato. El drama entero está escrito en ese estilo “actor visitante” el joven Juan Navarro, proveniente de Montevideo.
zurcido de reminiscencias y como de lance, que denuncia a los cómicos Bautizado como Juan José de los Santos Casacuberta, nacido en Buenos
cuando se meten a escribir”. Los versos octosílabos tienen un lenguaje Aires el 31 de octubre de 1798, asume en ese momento el apellido del
culto en el primer acto, cuando dialogan los oficiales y el general, y un segundo marido de su madre viuda, y en ocasiones también su profesión
lenguaje criollo en el segundo acto, cuando hablan los soldados, los de bordador. Su padre, José Casacuberta, había actuado en Montevideo
voluntarios y otros. Vemos que los roles masculinos están interpretados y en 1816 Juan inicia su carrera en el Coliseo de esa ciudad. Alterna sus
por Morante, Joaquín Ramírez, Joaquín Culebras, Juan Velarde, Felipe actuaciones en Buenos Aires y Montevideo, y en 1831 se consagra como
David, Jacobo González, Juan Diez, Ventura Ortega, el hijo de Ortega, gran actor romántico en Buenos Aires.

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prólogo

SAN MARTÍN LEVANTA LA “NOTA DE INFAMIA” con la causa patriota, y los personajes transmiten las ideas
revolucionarias.
En 1821 aún los actores tienen la “nota de infamia”, que no les Desde fines de 1819 los actores del Coliseo deben convertirse en
permite recibir los sacramentos, ser enterrados en camposanto, empresa y alquilar la sala, ante el teatro clausurado por problemas
desempeñar cargos públicos, ejercer derechos civiles o políticos. El general financieros; prácticamente continúan dos años en una sociedad de
San Martín, en ese momento Protector del Perú, firma la declaración “partes” o cooperativa. Reaparece Josefa Ocampos, algo marginada en sus
histórica del 31 de diciembre de ese año, donde consta que “el arte últimas actuaciones, tras 37 años de carrera desde el Teatro de la
escénico no irroga infamia al que lo profesa”. En sus fundamentos afirma: Ranchería, la primera dama Gerónima Vasconcelos se retira y en los
“Todo individuo que se proporciona su subsistencia en cualquier arte que primeros roles se alternan entonces Trinidad Guevara –quien había tenido
contribuya a la prosperidad y lustre del país en que se halla, es digno de la su segundo hijo Caupolicán Gallardo en 1819– y Antonina Montes de
consideración pública”. Considera al teatro “un establecimiento moral y Oca, muy elogiada en los personajes trágicos. Era anteriormente la
político de la mayor utilidad”; es un arte necesario para la afirmación de primera graciosa y cantora, lo que muestra su ductilidad de actriz.
los ideales de la Independencia.

TUPAC AMARU
COMEDIA Y DRAMA
Para la celebración del 25 de mayo de 1821 se estrena este drama en
EL HIPÓCRITA POLÍTICO cinco actos en verso, firmado con las iniciales L. A. M. que coinciden con
las del actor Luis Ambrosio Morante, quien lo protagoniza en escena. El
La primera obra que testimonia el ambiente familiar porteño en la trágico levantamiento de José Gabriel Condorcanqui, descendiente del
época de la Independencia, es la comedia de costumbres en tres actos y último Inca Tupac Amaru, que finaliza en 1781 con su ejecución por los
en prosa El hipócrita político, firmada con las iniciales P. V. A., de estilo españoles descuartizado por cuatro caballos en el Cuzco, se convierte en
neoclásico. En 1819 la estrena la compañía del Coliseo, con Trinidad símbolo de la independencia americana. El tema histórico se desarrolla
Guevara, Antonina Montes de Oca, Ana Rodríguez Campomanes, con eficaz acción dramática, escenas de gran vigor, y los personajes tienen
Gerónima Vasconcelos, Josefa Ocampos, Luis Ambrosio Morante carnadura propia. La esposa del héroe, Micaela Bastidas, es contradictoria
–además director–, Juan Antonio Viera, Juan Velarde, Juan Diez. Con y humana; es uno de los personajes más interesantes del teatro de la
un diálogo vivo, el tema de la libertad de elegir marido se une al tema de emancipación. Berenguer Carisomo opina que, en estilo neoclásico y en
la libertad de la patria. La protagonista femenina, Carlota, trata de verso endecasílabo romance, por su tema épico, una epopeya pura, esta
casarse con su enamorado patriota contra la opinión de su padre y pieza es “la más feliz de nuestra escena revolucionaria”. Contribuyen a su
desenmascara al otro pretendiente, que sólo ambiciona su fortuna y interés las indicaciones musicales descriptivas, en la obertura y los
finge adherir a la Independencia, cuando es enemigo del gobierno entreactos, que habrían sido compuestas por el poeta Juan Crisóstomo
criollo. Esta obra es señalada por la reivindicación femenina asociada Lafinur (San Luis 1797-Santiago de Chile 1824).

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prólogo

La crítica del estreno en El Argos dice que la obra se atribuye a de su marido, queda en el mando. Destaca que “las solas armas con que
Morante aunque parece francesa, y se sigue repitiendo esa suposición, los Indios ganaron sus primeros triunfos” fueron garrotes y piedras
sin fundamento. El tema americano, tratado con profunda emotividad arrojadas con honda.
y amplio conocimiento histórico, hace increíble la posibilidad de una En el texto de la obra, es interesante ver que el jefe indígena Catari
adaptación; difícilmente un dramaturgo francés habría logrado destaca la independencia de los “Nord-Americanos”, y Bastidas afirma
concretar esta valiosa obra, por su alejamiento del objeto. El autor cita que son sus héroes y modelos, porque “como vos detestamos los tiranos,
en sus notas el Ensayo histórico del Deán Funes, los Comentarios reales del /como vos detestamos las cadenas, /como vos aspiramos a ser libres”. En
Inca Garcilaso y el Diccionario de América, y justifica su libertad 1822, Morante se va de Buenos Aires y pasa por Mendoza, donde hace
creadora de apartarse de la crónica histórica en una frase de Guillermo funciones con un grupo de aficionados a beneficio de las escuelas laicas
Schlegel, “El dramático no es historiador: aquel pinta, este refiere; aquel lancasterianas; regresa después de quedarse 3 años en Santiago de Chile.
como pudiera suceder, este como sucedió”. El personaje del español Juan Velarde y Trinidad Guevara encabezan entonces la compañía.
Ventura Santelices es histórico, “único y memorable ejemplo de
desinterés y de humanidad para con los Indios”, dice el autor, y aclara UNA TRAGEDIA
que lo supone hijo de un corregidor para acentuar los contrapuntos del
drama. En las apasionadas notas, describe las condiciones de trabajo de ARGIA
los indios, “entre las minas se trabajaba siempre con luz artificial”,
“durante las noches dormían a la entrada de las cavernas”, “no volvía a El género tragedia, considerado en primer lugar en la valoración de
sus hogares ni la décima parte, pues morían al rigor de las enfermedades, las obras dramáticas, vuelve en junio de 1823 cuando se publica Molina
cuando no eran sepultados bajo las ruinas de las cavernas que se del poeta y abogado Manuel Belgrano, sobrino del prócer, una tragedia
desplomaban”. Menciona a Manco, fundador y primer Inca del Perú, neoclásica en cinco actos y en verso endecasílabo. Sucede en Quito al
llamado por los indios Capac, “rico de virtud”; se cree que reinó 40 comenzar la conquista de los Incas, y trata el amor prohibido del oficial
años. Recuerda que Antonio Arriaga, corregidor de Tinta, fue atraído a español Molina por Cora, virgen del Sol, que termina felizmente. En
Tungasuka por Tupac Amaru y ahorcado después de un proceso por sus julio de ese año, el joven poeta Juan Cruz Varela lee en la casa de
crímenes; fueron abolidas las mitas, repartos, alcabalas, y sus bienes Bernardino Rivadavia una tragedia neoclásica en tres actos y en verso,
distribuidos entre los indios. Para el autor, “el honor y la justicia” Dido, editada en agosto; se estrena en Buenos Aires en 1825 y en Chile
exigían que los americanos españoles se unieran a Tupac Amaru, ya que en 1828. El conflicto entre el deber y el amor, la razón y la pasión, está
prácticamente estaban en la misma condición que los indios, pero en su inspirado en el canto IV de la Eneida de Virgilio.
mayoría consolidaron “el poder de sus opresores”; señala también la En 1824 Juan Cruz Varela publica la tragedia neoclásica en cinco
esperanza frustrada de que el poder británico en guerra con España actos, Argia, en versos endecasílabos, inspirada en Polínice y en Antígona
auxiliara esta sublevación. Recuerda que las indias, intrépidas y valientes, de Alfieri, el italiano que prefiere a las tragedias francesas de Corneille y
peleaban en todas las acciones, y la mujer de Tupa-Catari, en ausencia Racine. Vuelve a las fuentes de la Antigüedad para el tema, los sucesos

20 antología de obras de teatro argentino 21


prólogo

anteriores a la guerra de Troya, y a los modelos del neoclasicismo obras españolas. Los diferentes precios de las localidades muestran un
europeo, aunque Varela plantea la antítesis tiranía/libertad con doble público de distintos sectores y en un documento oficial se llama la
referencia a la mitología griega y al contexto político nacional. Cuando atención al empresario por “el exceso de gentes de color que se ve en el
Argia se estrena, el 26 de junio de 1824 en el Coliseo, con Juan Velarde Coliseo”. En la misma sala comienzan a presentarse funciones de ópera
en Creón, una crítica dice que Varela es “el Sófocles y el Racine de y ballet, y actúan elencos de aficionados. La crítica periodística de la
nuestro país”. actividad teatral se inicia en la década de 1820 y continúa en forma
Juan Cruz Varela (Buenos Aires 1794-Montevideo 1839), poeta, irregular. La sala del Coliseo monopoliza lo que se denomina “teatro”,
dramaturgo y político, estudia en Córdoba y vuelve en 1818 a Buenos pero coexiste en Buenos Aires con otros espacios donde se presentan
Aires, donde se convierte en un militante de la política de Rivadavia y compañías de circo y de muñecos, grupos de teatro negro, espectáculos
ocupa cargos oficiales; en 1829 viaja con su familia a Montevideo. con ilusiones ópticas, expresiones afroargentinas como el candombe, y
En 1826 y en 1831 Argia se repone con Trinidad Guevara en la grandes fiestas teatrales en la calle.
protagonista; se repite en 1833 y en 1855. En 1836 se presenta en la En las provincias, hay alguna información sobre espectáculos en las
ciudad de Santa Fe para las fiestas patronales. ciudades, mientras los payadores actúan en las zonas rurales y siguen a
Trinidad Guevara reaparece en el Coliseo en abril de 1825, después los ejércitos. Las comunidades indígenas continúan con sus rituales
de una ausencia de un año y medio; entretanto ha nacido su hija dramáticos puros o mestizados según las regiones.
Domitila. Vuelve a protagonizar las obras con Morante, quien ha Las obras de teatro argentino de este período muestran dos
regresado de Chile y comparte ahora la dirección y los roles de primer vertientes principales: el estilo neoclásico y el estilo criollo, en verso y en
galán con Velarde. En 1827 Morante vuelve a partir a Chile; a su paso prosa, con el tema de la Independencia monopolizando los textos. Ya sea
por Mendoza, hace una breve temporada en el Teatro del Cuartel de los en la celebración de las batallas, en drama, comedia o tragedia, en temas
Olivos de Ruiz Huidobro, militar español que se une al ejército patriota, históricos, mitológicos o de actualidad, la antítesis libertad/tiranía
llega desde Chile y funda esa sala donde dirige dos años un elenco con domina la escena.
actores locales. Morante continúa con su carrera y su actitud militante
de patriota en Santiago de Chile, pero sufre problemas de salud y muere Beatriz Seibel
a los 54 años, en 1835.
El teatro en la época de la Independencia presenta en el Coliseo bibliografía
porteño la continuidad de una compañía estable con predominio de
actores criollos y grandes figuras actorales, aunque las temporadas sufren BERENGUER CARISOMO, Arturo, Las ideas estéticas en el teatro
altibajos por la situación económica o política. El repertorio está argentino, Instituto Nacional de Estudios de Teatro, Buenos Aires,
constituido por los estrenos locales, las piezas francesas o italianas en su 1947.
mayoría, con alguna excepción como la tragedia Guatimoc del patriota CASABLANCA, Adolfo, El teatro en la historia argentina, Honorable
colombiano José Fernández Madrid estrenada en 1828, y se desechan las Concejo Deliberante, Buenos Aires, 1994.

22 antología de obras de teatro argentino 23


KLEIN, Teodoro, El actor en el Río de la Plata. De la Colonia a la
Independencia nacional. Asociación Argentina de Actores, Buenos Aires,
1984.
ORDAZ, Luis, Historia del teatro argentino, Instituto Nacional del
Teatro, Buenos Aires, 1999.
SEIBEL, Beatriz, Historia del teatro argentino. Corregidor, Buenos Aires,
2002.
UN INGLÉS, Cinco años en Buenos Aires. 1820-1825, Hyspamérica,
Buenos Aires, 1986.

24
El detalle de la
acción de Maipú
Anónimo
> el detalle de la acción de Maipú
Sainete provincial

PERSONAJES

SEÑOR PANCHO
SEÑORA MARICA } padres de Juan José

JUAN JOSÉ, soldado que vino de Chile


con Don Manuel Escalada
PETRONA
PAJARITO } hermanos de Juan José

ALCALDE Y VECINOS, entre estos VALENTÍN

ESCENA: RANCHO. EN UN LADO APARECE PANCHO, ACOSTADO


SOBRE SU RECADO, TAPADO CON UN PONCHO; MARICA, SENTADA
JUNTO AL FUEGO EN EL CUAL HABRÁ CALDERA Y AL LADO UN
MATE, HACE LA QUE HILA, Y PETRONA, COMO ACOMODANDO
TRES O CUATRO BOTIJAS EN UN RINCÓN. EN LAS PAREDES HABRÁ
ALGUNAS GUASCAS, LAZO Y UN PAR DE BOLAS, COLGADAS.
SE OYE COMO GALOPE FUERA; AMBAS MIRAN COMO CON
CURIOSIDAD HACIA LA PUERTA, Y RECIBEN LA LLEGADA DEL
ALCALDE CON ALGUNA SORPRESA.
LA ACCIÓN EXPRESIVA QUEDARÁ OMITIDA EN ALGUNOS CASOS,
QUEDANDO OBLIGADO EL AUTOR A REPARAR LOS ENSAYOS PARA
AUMENTAR APTITUDES.

ALCALDE: (Sale)
¡Viva la Patria, que viva!
Hoy es día de bailar:
ya Chile está libertao.
¡Vamos, que viva, gritar!
MARICA: (Con admiración)
Señó Alcalde, ¿qué nos dice?
Pancho, Pancho, recordate…

antología de obras de teatro argentino 29


el detalle de la acción de Maipú

(Meneándolo) me le jui siguiendo el rastro.


¡Mire qué hombre de los diablos! Llegué a la calle e las Torres
(Agarrándose la cabeza) y ya oigo la gritería:
Pancho, por Dios, levantate. ¡Viva la Patria!... Hasta el Juerte
PANCHO: (Sentándose y restregándose los ojos) me largué gritando ¡Viva!
¡Maldita sea la mujer! (Golpeándose la boca)
¿…Qué queréis, por Cristo padre? Allacito e la Recova
Agora no más me acuesto, dejé el caallo y entré
ya venís, ¡eh!, levantate… a tiempo que principiaban
(Bostezando). arriba a leer un papel.
Era el chasque que mandaba
ALCALDE: Sí señor, que es la noticia
el General San Martín,
de Chile lo que ha llegao:
diciéndole al Direitor:
ya los Godos, señó Pancho,
Chile se ha salvado al fin…
de hecho los hemos cagao.
(Levantando los brazos)
PANCHO: (Sentado y santiguándose) Allí topé a Pajarito;
¿Qué me dice, Señó Alcalde? le dije: ¿qué andás haciendo?
Agora estaba soñando Montá y decile a tu padre
lo mesmito… ¡Ah, San Martín! ¡Viva la Patria!, corriendo…
¡Cuántas guerras vais ganando! (Agachándose como para amenazar).
ALCALDE: Esta tarde me jui al pueblo, MARICA: (Levantando la mano derecha)
como le dije a Usté ayer, De ande… ni ha aparecío.
y en la Plaza de Lorea ¡Quién sabe si este muchacho
vi tanta gente correr, con tanta gente no anda
que le dije a Pajarito, lo mesmito que un borracho!
andate hasta el Juerte y ve
PANCHO: (A Marica y después mirando al Alcalde)
las noticias, y en seguida
Callate bruta; un muchacho,
traime tabaco y papel,
Señó Alcalde, él es lechero,
pero el diablo del muchacho
pero toíto su modo
de aónde; lo esperé un güen rato;
mesmo parece pueblero.
y viendo no parecía

30 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 31


el detalle de la acción de Maipú

PANCHO: (A Petrona)
PETRONA: Mi madre, y si Pajarito Andá, Petrona, de golpe
no va mañana al Café asomate a la tranquera.
a llevar leche, mi padre
que la lleve es menester. Vase Petrona.

PANCHO: Cállese, la sinvergüenza. MARICA: (Agarrándole el hombro derecho a Pancho)


¿Qué querés? ¿Qué vaya yo ¡Que juese, Pancho, viniese
con las botijas al pueblo? con el chasque, Juan José!
¡La perra que te parió! ¡Porque ese muchacho es diablo!
MARICA: (A Petrona) Por el grito estoy que él es.
No le hace; cuanto amanezca (Como afirmando, después de poner el oído para la puerta).
vos con una y yo con otra, Se oye como que paran un caballo y afuera dice:
no se ha de quedar sin leche
el Café de los Patriotas. PAJARITO: ¡Viva la Patria, mi Madre,
En alcanzando pa estos, que al Godo se redotó!
aunque el Godo no la cate; (Entra).
que almuercen bosta toitos Dice Juan José que él solo
en lugar de chocolate. a más de cuatro cagó.
PANCHO: (Se levanta, sacudiendo el poncho) (Con alegría).
Eso sí, Marica vieja. MARICA: (Dándose una palmada en el muslo derecho)
¡La puta con la muchacha! ¿No dije yo? ¡Si parece
Que en diciendo Maturrangos que el corazón me decía
de hecho no más, se le agacha. que Juan José sin pensar
Pero digo, Señó Alcalde: la noticia nos traería!
¿cómo diablos se ganó Muchacho, ¿aónde está tu hermano?
esa aición, que el otro día
PAJARITO: Ai topó unos al entrar;
tan de cierto se perdió?
le agarraron el caallo,
ALCALDE: (Mirando a la puerta) ¡de ande poder caminar!
Me parece, amigo Pancho, Allá se divisa luz
se oye galope allá juera. como que va caminando.

32 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 33


el detalle de la acción de Maipú

(Se agacha, mira para la puerta, como vichando) Dios le dé vida y salú
¡Eh!, ¡eh! Ellos han de ser. para tener muchos como este.
¿No oye que vienen cantando? ALCALDE: Dejemos ya cumplimientos.
Mire, en el Juerte le dijo Díganos, amigo viejo,
el comandante que vino: ¿cómo queda San Martín?
andate y vení mañana; Hombre, ¿y aquel azulejo?
no vas a hacer falta, indino. (Hace que habla con Juan José aparte).
MARICA: Pero decime, maldito, PANCHO: (Con priesa)
¿qué viste cuando el Alcalde Petrona, calentate agua
te mandó por el papel? vamos al mate fajando,
Que no has estado de balde. y Juan José que comience
PAJARITO: (Dando algunos pasos, como inquieto) ya que hoy iba platicando.
Déjeme, por Jesucristo; Pajarito, agarrá el chifle
si ando, ¡lo mesmo que un toro! andá a lo e cómo se llama
deseando que Juan José y decile de mi parte
cuente cómo cagó al Godo. que me mande un frasco e caña.
Andate y venite pronto;
Desde que salió Petrona a ver qué galopaba, Pancho envuelve
su recado, lo pone en un lado; menea un barrilito para ver si no vas a desensillar
tiene agua, se ata un pañuelo en la cabeza y se mete el porque esta noche hasta el día
poncho por el pescuezo. Se oye ruido de algunos caballos;
entra adelante Juan José con algunos hombres y mujeres en vela vas a pasar.
vestidos de paisano-gaucho: aquel con chaqueta de uniforme,
sable, gorra, algo roto y sucio,etc. Entre ellos Petrona. Vase Pajarito con el chifle.

JUAN JOSÉ: Deo gracias, ¿la bendición? ¿Qué diablos le estás contando
PANCHO: (Corriendo) al Alcalde, Juan José?
¡Ah, hijo e perra, el granadero! Arrimate para acá.
Ya sé que habéis sacudido. Meneá ese juego, encendé…

JUAN JOSÉ: Como todo compañero. A Petrona. Esta se levanta, toma la caldera, saca agua del
barril, la pone al fuego, la caldera, vaciando la yerba que tenga
UN VECINO: Señó Pancho, yo me alegro el mate y echando yerba nueva.
tenga noticia de su hijo.
JUAN JOSÉ: (Al Alcalde)

34 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 35


el detalle de la acción de Maipú

¿Cuándo estaba por venir nos ganan la artillería


sino es la calaverada aquella maldita gente.
que me dio de suplicar ¡Ah Godos, hijos de perra!
al Comendante Escalada? Lo que se vieron perdidos
ALCALDE: Saque avíos, amigo señó Pancho se nos vinieron de noche;
que el amigo Juan José pero poco han conseguido.
es causa que Pajarito (Con desprecio)
no me haiga trío el papel. Cuasi media hora anduvimos
tirándoles como a perro;
Todos se sientan. Pancho saca una chuspa, de ella tabaco, y hasta que ya caminamos
mientras Juan José empieza su historia se entretiene en picar.
ansí como pa este cerro.
JUAN JOSÉ: Pues señor, el Jueves Santo, (Vuelve a señalar más arriba)
día de mi General, Aquí el Godo-maturrango
pensé que los Maturrangos nos principió a menudear;
me jugasen Carnaval. y nosotros a arrimarles,
Allí Perico y Laguna sin dejarlos descansar.
(Al Alcalde) Me dio rabia cuando vide
quedaron en la estacada. A Oingi, tan güen paisano,
¡Viera, mi padre, qué noche! (Como con lástima)
¡Ah pucha, Cancha Rayada! que de la maldita aición
Nos fuimos cuasi hasta Talca le coloreaba una mano,
a eso de ponerse el sol. que a un Gallego le metí
Velay, aquí el enemigo. por este lao, Dios nos guarde,
(Saca el cuchillo y señala en el suelo). (Señala el derecho)
Aquí hay un camino, ¿no? y allí mismo largó
Pues en dos alas nos puso lo que merendó esa tarde.
por lo pronto el General; ¡La pucha! Ansí que vio
de allí a un rato la derecha esta liorna el General,
la hizo luego caminar. como Dios le dio a entender,
Ya iba la izquierda a menearse tocó a hacernos retirar.
cuando, ¡ah, Cristo!, redepente Nos pusimos a la derecha,

36 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 37


el detalle de la acción de Maipú

que intanta estaba tuavía, que sería caminar!


y aonde Heras nos aguardaba Pero hombre, quiso la Virgen
con alguna artillería. que de allí a unos trece días
¡Ah Cristo! Cuando nos vimos estábamos lo mismito
en Chimbarongo reunidos, que ante, y con más alegría.
sin tener cuasi ni carne, PANCHO: Che, Juan José, y ¿qué les dijo
ni agua, y al fin mal dormidos, San Martín cuando los vio
quise, mesmo, degollarme tan alegres a toítos?
por estar tan redotao, ¿No dis que les predicó?
y por ver que los Gallegos
JUAN JOSÉ: ¡La perra en el granadero!
cuasi nos habían cagao.
¡Mirá que es hombre cojudo!
Pero algún Santo ese día
Después de que nos redotaron,
me quitó esta tentación,
Entonces estaba más duro.
para que en Maipú pudiese
Decía el hombre –¡qué caracha!–
ganar al Godo un cañón.
no hay cuidao muchachos;
A San Fernando nos juimos;
la Patria se ha de salvar,
allí estuvimos dos días,
y hasta el General Osorio
mientras tanto el General
me lo hemos de hacer bostear.
tomaba otra vez medías.
Ello era cojudo y macho;
Pero el probe sin comer
no había cuasi escuadrones,
estaba, de este color.
y sólo ducientos hombres
(Enseñando la chaqueta)
formaban los batallones.
Pensando no más el hombre
¡qué diría el Direitor! MARICA: ¡Ansí esos perros Matuchos
Juntó a toitos los jefes, nos vienen a hacer la guerra!
y yo el cargo que me hago Lo que ven pocos a ellos,
es que allí se trataría pero muchos, a su tierra.
de caminar a Santiago. PANCHO: (Mirándola como enojado)
Porque decho de ese día ¡Qué diantre! Parecés sonsa:
volvimos a recular cuando platiquen, callate.
sus ochenta leguas, ¡mire

38 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 39


el detalle de la acción de Maipú

Seguí, Juan José, tu historia Mire que esto de pelear


(A este) a balazos, muchas veces
Che, Petrona, cebá mate. no es muy güeno; y si no yo,
¿no ve? cuando los Ingleses…
Dándole priesa. Entonces Pancho le alcanza el cigarro al
Alcalde,diciéndole: Velay. (Se alza un poco los calzoncillos y enseña)
Agora es, cuando me pesa
JUAN JOSÉ: Pues señor, el día dos la sangre que en Monserrate
caminamos pa el Espejo redamé por ese… ¡ya iba
oyendo los cañonazos; (Se santigua).
pero el enemigo, lejos. a decir un disparate!
Toito el tres y el cuatro Mire, amigo, hubió ocasión
sobre el arma lo pasamos, (A Juan José)
y de cuando en cuando el viejo que si supiera de mar,
venía, qué tal estamos. por esta, que en un demonio
(Variando la voz un poco) (Jura haciendo una cruz)
Toítos a una decían: me había de ir a embarcar.
vamos bien mi General. Tan sólo por desafiar
Está güeno, contestaba, a ese Fernando que ladra;
ánimo hijos, y a pelear. siga amigo aparecero, y dispense
Con Güenos-Aires y Chile que le atajao la palabra.
tenemos lo suficiente (A Juan José).
pa destrozar esos Godos
JUAN JOSÉ: Pues, como iba con mi cuento:
que Dios nos ha puesto al frente.
el cinco al amanecer
No desmayen compañeros,
conoció, cuanto vichó
la Virgen nos va a ayudar.
lo que le iba a suceder.
¡Dijo tanto aquel maldito
Jue y a Balcarce entregó,
que cuasi me eché a llorar!
toita la Infantería;
ALCALDE: ¡Si es el diablo!, y tan dichoso y la derecha a Laseras,
que es, que cualquiera diría porque ya la conocía.
en Chacabuco, que el hombre A Alvarao le dio la izquierda
andaba con brujería. y la reserva a Quintana.

40 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 41


el detalle de la acción de Maipú

¡Ah Cristo!, me acordaré un grueso de caballería;


siempre yo de esa mañana. y nada, los Granaderos
La derecha dio a Zapiola, a caballo, qué, decían,
digo, la caballería, vámonos mi Comendante,
¡viera aquel hombre alegrarse! que queden en la estaqueada.
¡Ah hijo e pucha, don Matías! Eso sí, dijo gritando
A Freyre largó la izquierda, mi don Manuel Escalada.
compuesta de toa gente, Avancen hijos de Dios
escolta del Direitor y de su Madre divina…
y Cazadores valientes, Ya se largó, y en seguida
que ni miedo ni otra cosa el comendante Medina.
conocieron en los Andes; Pero, amigo, los Gallegos
con esto, ¡cuándo el Gallego dieron güelta a veinte pasos;
estaba por ganar!, ¡de ande! nosotros hasta el cerrito
Ansí que vichó ño Osorio sobre ellos palo y sablazos.
toda esta maquinación, (Accionando)
mandó a un cerro muy chiquito Esos de Burgos, mentados,
cuatro piezas de cañón. al ver nuestros Escuadrones
San Martín, ya escarmentado, mire, mi madre, de susto
sin duda le coligió cagaban en los calzones.
y mandó a los Comendantes
Se ríen todos.
Plaza y Blanco-Ciserón
que con sus otros cañones Era tanto el tiroteo
principiase el borbollón; que de arriba nos hacían,
cuando por la otra colina que jue menester dejarles
nos mandó otra egolución. el puesto que antes tenían.
Cuando los vio el enemigo PANCHO: ¡Qué diablo!
que los nuestros ya bajaban, JUAN JOSÉ: Volvimos, y nos juntamos
entonces los cañonazos, con el paisano Zapiola
¡ah hijo e pucha!, menudeaban. y reunidos, a los Godos,
Ya se vinieron encima les calentamos la cola.

42 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 43


el detalle de la acción de Maipú

Ya la aición volvía a empeñarse toitita nuestra linia


con los nuestros de la izquierda sobre el Gallego volvió.
por la derecha enemiga, PANCHO: Eso sí.
que esa era tropa no mierda.
JUAN JOSÉ: Volvió Freyre, y los demás
PANCHO: ¡Oh! según les iba tocando
JUAN JOSÉ: Vuelve de nuevo a cargar, y con la ayuda de Dios
¿Y sabe por qué lo hacía? todos iban mojando.
Porque más para atrasito El General San Martín,
traiban más caballería. ¡Viva la Patria! gritaba,
Pero Borgoño subió, porque de atrás había bala,
con la artillería de Chile por si alguno reculaba.
y con los ocho cañones ALCALDE: ¡La pucha!
caiban los Godos, a miles.
JUAN JOSÉ: ¡Pero de ande! ¡Viva Chile!
(Uniendo los dedos)
¡Viva Güenos-Aires! ¡Viva!
A pesar de esparramarse
Amigo, eso sí era sangre,
tantísimo Maturrango,
pero, ¡qué diablos!, arriba…
ya cuasi estaban cansados
los nuestros de aquel fandango. PANCHO: ¿Qué habían de hacer?
Entonces el General JUAN JOSÉ: A cientos los Maturrangos
a Quintana le mandó quedaban en la estaqueada,
viniese con su reserva; dejando en las bayonetas
y el chiquito lo cumplió. la entretela y riñonada.
(Pegándose una palmada en la rodilla) Se fueron hacia el Espejo
Traiba al primero y al tres, toitos los que quedaban.
de Chile muy güena gente ¡Ah, Virgen!, ¡quién lo creería,
(Como afirmando) pues de allí nos menudeaban!
traiba el siete de los Andes, Agarraron otro cerro
que también son muy valientes; y estuvieron más de una hora,
y con Tonso, el de Coquimbo, ai fue donde me libró
que también dis que cargó, la Virgen Nuestra Señora.

44 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 45


el detalle de la acción de Maipú

¡Qué fuego, y qué disparar Se oye galope afuera, y al momento entra Pajarito con el
chifle.
cañonazos los Marranos
cuando vieron, que aun allí PAJARITO: ¡La perra digo, en el hombre!
les íbamos a las manos! ¡Gallego había de ser!
PANCHO: ¡Ah, criollos! No quiso abrirme la puerta;
ya no me quería vender.
JUAN JOSÉ: Tocaron a polvorosa;
Le dije de la noticia,
¡pero de ande!, ni por esas;
y quedó tan asustao,
en cuanto paso tenían
que mire, por una cuarta,
se encontraban una pieza.
cuasi el chifle me ha llenao.
No tuvieron más remedio
(Le enseña a Pancho).
que rendirse a discreición;
quedando, a Dios gracias, PANCHO: Alcanzame, Pajarito,
por nuestro el campo y la aición. porque hoy me voy a pedar.
A tres mil hombres tomamos, ¡Que digan lo que dijeren!
ciento y noventa Oficiales: ¿Marica, te has de enojar?
y ansí como unos dos mil MARICA: Emborrachate, y verás.
lo mismito que tendales. (Amenazándole).
Todos se echan a reír. Después me habéis de decir
si te llevan a la calce:
Todita la artillería, Marica, haceme salir.
parque, hospital, cirujanos,
PANCHO: (Bebe y dice)
la caja y sus dependencias,
Tomá Juan José y bebé,
todo quedó en nuestras manos.
porque Dios te ha libertao
ALCALDE: ¡Carancho! de tantísimos trabajos
JUAN JOSÉ: Osorio y unos ducientos como decís que has pasao.
por milagro se escaparon. ¡Pa que viva el General!
MARICA: ¡Qué lástima! JUAN JOSÉ: (Lo toma y brinda)
¡Pa que viva el General
JUAN JOSÉ: ¿Pero ande han de ir que más valgan?
y los demás Comendantes
A esta hora ya los cagaron.

46 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 47


el detalle de la acción de Maipú

que han hecho per y cagar que había llegado al Juerte?


al Gallego en un instante! Vení, contame, sentate.
(Bebe y pasa el chifle por todos).
Pajarito se sienta adonde estaba el Alcalde, que debe ser junto
PANCHO: ¡Ah hijo e perra, mi hijo! ¡Si es a su padre.
lo mesmito que su agüelo!
(Que Dios tenga en su descanso). PAJARITO: Yo estaba arreando la vaca
¡Si no le ha quitao un pelo! yagüanesa, y el Alcalde
me llamó: vení, me dijo,
PAJARITO: Mi padre, ya le avisé hasta al pueblo acompañarme.
a ña Marica y Lorenzo, Me dio pa comprar tabaco…
que Juan José había llegao; Ya estaba en la Plaza nueva,
y que han de venir me pienso. cuando le oyí a dos muchachos
MARICA: (Alegrándose) que llevaban dos banderas;
Hiciste bien, y si vienen me asomé y la polvadera
no vas a desensillar, a lo lejos divisé;
porque has de ir por la guitarra ¡qué tabaco, ni qué diablos!
pa ponernos a bailar. Hasta el Juerte me largué.
ALCALDE: (Levantándose) Yo no sabía que vos
Por mí ya tienen licencia; acababas de dentrar,
la guitarra yo traeré, que si no, ¡cuándo is que estaba
que está recién encordada. por dejarte de buscar!
Hasta luego, Juan José. Allí cerca a la Recova,
(Vase y se oyen pasos de caballo). mi caballito dejé
y por entre los Soldaos
PANCHO: (Cuando va saliendo el Alcalde)
hasta arriba me colé.
Señó Alcalde, no haga falta,
Salió un hombre de una casa
venga y nos divertiremos;
llenita e cómo se llama…
avise al amigo Antonio
abrazando a una mujer
que un güen fandango tenemos.
con reboso de a llamas.
JUAN JOSÉ: Che, Pajarito, decime: Yo le oyí a un inglés que dijo
¿cómo diablo adivinaste aquel es el Direitor,

48 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 49


el detalle de la acción de Maipú

(Como señalando) ¡No seas bárbaro en tu vida!


me subí en un banco largo ¡Mírelo que cogotazo
pa vichar aquel Señor. le ha dao a la criatura!
¡Pero si viera, mi Madre! Alcanzá, Petrona, el lazo.
¡Ah, hombre fornido y bonito! PANCHO: Ya se ve. ¿Quién le mandó
Tenía dos cómo llaman… decir esas palabradas?
(Tocándose los hombros) ¡Jugate no más conmigo!
Él es alto y bien gordito. Ya saben mis humoradas.
Cuanto salió ajuera, el pueblo
principió a dar tantos gritos A Marica. Se oye guitarra, en la puerta.
que yo me asusté. ¡Ah, puebleros!
PETRONA: Mi madre, ai están dando
¡Mire que habían sío malditos!
música en la puerta, mire.
(Riéndose)
¡El Direitor, de contento, PANCHO: (Como enojado)
el probecito lloraba! Callate la boca, andate
(Como sensible) antes que un diablo te tire.
Mesmo pensé que también Cantan afuera. Marica y los demás se levantan, ponen
a Pajarito abrazaba. junto a la pared las cabezas o trozos en que estaban sentados,
y en ese intermedio cantan los de afuera.
(Se ríe).
Un soldao me arrempujó VALENTÍN: (Fuera)
y me hizo bajar abajo; Escuche, Ño Juan José,
cuasi estuve por decirle lo que le voy a cantar.
vaya a la mierda… Tan sólo yo le suplico
Antes que concluya, le pega Pancho un pescozón y dice:
nos dé licencia pa entrar
y conocerá al que quiere
PANCHO: ¡Callate, que está tu Padre! a su padre saludar.
¡Habrase visto, Señor! Y conocerá al que quiere
¿Con que eso habías de decir a su padre saludar.
delante del Direitor? PANCHO: Adelante, Caballeros.
MARICA: (Enfadada) Eso sí, la Patria viva.

50 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 51


el detalle de la acción de Maipú

(Cuando van entrando) CANTOR: Décimas


Aquí está el que a los Gallegos ¡Viva la patria mil veces
Le enseñó las tres Marías. y viva la gran Nación,
(Señala a Juan José). que la manda con ventaja
Juan Martín de Pueyrredón!
Entran el Alcalde, una mujer y un hombre, Valentín.
En Chacabuco, el tirano
VALENTIN: Dios les dé muy güenas noches. pensó salir victorioso
Aparcero, ¿cómo le ha ido? y se rindió al valeroso
(A Juan José) distinguido Americano.
¿Cuándo jue la bienvenida? Aquella divina mano
¡Y cuántas cosas ha traído! que nos libró de reveses
quiso que después volvieses
PANCHO: Déjese e querer saber
Osorio a tu sepultura:
lo que ha traído el Granadero.
ya enfriaron tu calentura.
Vamos, a bailar Cielito.
¡Viva la Patria mil veces!
Desensillá vos ligero.
En Maipú fue redotada
(A Pajarito, y se va a desensillar).
Lima tu loca avaricia;
MARICA: ¡Che Pancho, no comencés! y de tu Rey la malicia
Dejá que toquen primero: quedó ya bien castigada.
mirá que aquí está el Alcalde, Que nos mande nueva armada
cuidao con ser majadero. con esa Constitución;
PANCHO: Me parece que he bailar que aquí está ese Pueyrredón
y con vos mesma ha de ser, diciendo con arrogancia
ya que San Martín, al Godo, viva Chile y su costancia
de hecho lo hizo contraper. ¡y viva la gran Nación!
JUAN JOSÉ: Deje que cante el aparcero Americanos del Sud
alguna cosa de gusto, sigan las disposiciones,
porque él es mozo sabido pues que todas las Naciones
y que lo luzca es muy justo. hoy ofrecerán gratitud,
y a vos Direitor salud
Se templa la guitarra, y después el que la tenga canta lo por lo mucho que trabajas
siguiente:

52 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 53


el detalle de la acción de Maipú

que con tan pocas barajas que a aquel de húsar me lo vi.


tanta alzada habéis ganado, ¡Algún malo viejo es este
que San Martín ha afirmado me dije acá, pa entre mí!
que la manda con ventajas. Todo el mundo maliciaba
Tiemble Fernando al saber que había e gobernar al fin.
que el valiente San Martín ¿Y qué me dice, aparcero,
me le ha tocao el violín del General San Martín?
con tan poquito poder. Decían algunos Gallegos:
Siempre le ha de suceder no es güeno pa militar;
lo mesmo a ese perro León. parece que barruntaban
Y cuando sepan la aición los había de cagar.
por esos mundos de Cristo Agora no hay más remedio
han de decir: ¡qué maldito que tenerlo en güena estima,
Juan Martín de Pueyrredón! porque si hay regoluciones
Dispense, amigo ño Pancho, de hecho perdimos a Lima.
si la guitarra no es güena; Mañana, me voy temprano
pues yo sólo le he cantao y le digo al Direitor:
pa darle la enhoragüena. Dios le dé muy güenos días;
aquí me tiene Señor.
Antes que concluyan la despedida, toma el chifle Pancho;
bebe y le dice a Petrona al oído que de a todos mientras él Yo soy un probe, casado
echa la relación; enseguida se pone las bolas a la cintura, etc., con ña Marica Peralta,
y dice en el mismo momento de concluir el cantor:
moza patriota y cojuda,
PANCHO: Para darle la enhoragüena, graciosita, y no muy alta.
mejor es que se la dé Tengo un hijo que ha llegao
al que ya nos ha salvao con don Manuel Escalada;
como Usté mesmo lo ve. y pido a su Reverencia,
Pues a Osorio, amigo viejo, por Dios y mi Patria amada,
en el llano de Maipú me deje pasar con él
sin sentir, los dos Martines hasta Ño Serna encontrar,
le han sacao el caracú. para ver si estas madamas
Me acuerdo, cuando el Inglés, se las puedo acomodar.

54 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 55


el detalle de la acción de Maipú

(Señala las bolas). Se ponen tres hombres y tres mujeres, como Cielo
apericonado; y Pancho, a quien le tocará hacer de Pericón,
Se me hace, Marica vieja, dice antes del primer verso del Cielito:
que me ha de decir que sí,
y puede que me haga cabo PANCHO: Marica, agora verás
sin saber ler ni escribir. el betún* que voy a hacer.
Si en la guerra me matasen, Cante, aparcero, que estoy
un padrenuestro rezame (Al de la guitarra)
y en tus cortas oraciones sin poderme ya tener.
a la Virgen encomendame. CANTOR: Cielito,
Sólo te pido una cosa: Si algún Gallego no gusta,
que si acaso quedáis viuda, que me espere en la tranquera,
no te caséis con Gallego, que en cantando este versito
porque son pura basura. nos veremos allá ajuera.
Vamos, mozos, al Cielito Cielito, Cielito sí,
(Refregándose las manos) cielo no hay que desconfiar
diciendo antes de empezar: que conforme cayó Osorio,
¡Viva Chile y Güenos-Aires!, ño Serna también caerá.
que ño Pancho acabó ya.
En acabando este verso, empieza el vals y cuando vayan en él
Palmotean todos y dicen: ¡Viva la Patria! Juan José se dice:
levanta,abraza a su padre y le dice:
PANCHO: ¡Ah Marica si ba […]
JUAN JOSÉ: ¡Amalaya si viniera! Eso sí, mirá qué pierna
Pero ya Usté es algo viejo; […] Zapatear verás agora:
cuide a mi madre nomás, vaya, señores, cadena.
yo me romperé el pellejo.
Cuando esta se ha concluido, repite el cantor los dos últimos
Toque y cante Cielo, amigo. renglones para el betún; cuando Pancho lo hace, dice:
(Al de la guitarra)
Paisana hágame la gracia… ¡Ah diablos! ¿Qué […] parece?
(A una de las que estén sentadas) También se con […] anz […]
Bailaremos una copla. Vení Valentín, mudame,
ELLA: Paisano, mas que sean dos.
* Betún: zapateado

56 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 57


el detalle de la acción de Maipú

que un verso voy a cantar. la sangre derramaremos,


y al Gobierno que nos manda
Se levanta Valentín; se ata el poncho a la cintura, saluda a la
compañera, levantándose un poquito el sombrero. Pancho se con gusto defenderemos.
pone en cuclillas junto al que toca, se suena las narices con la
punta del poncho, etc., y canta: Después que ha acabado el betún, se desatan los ponchos y
se embozan, quedándose unidos a Pancho, que ya habrá
El 19 de marzo tomado la posición que se le señale y dirá a los espectadores:

el gallego nos ganó, Señores, si acaso ha estado


porque Dios, el probecito esta junción divertida,
al otro día murió. denme las gracias; si no
Y ansí que resucitó no digan nada, en su vida.
y vió de la aición el fin Señoras, si les preguntan
le infunde juerza y valor ¿qué tal ha estao el sainete?,
al General San Martín. digan muy güeno; y en él
Cuando ya ha hecho el betún, y antes que empiecen nueva dijeron: Fernando siete,
copla, dice Marica: acordate e Chacabuco,
Maipú, Tucumán y Salta
MARICA: Che Pancho, ya son las dos,
y de ese Montevideo,
cuando menos acabá;
que tuavía otra nos falta.
despejá que el muchacho
Pero a caer, ¿aónde se ha dir?
ha de querer descansar.
si ya los Americanos
Se despide Pancho con el siguiente verso: han conocido que tienen
diez dedos en las dos manos.
PANCHO: Siento echar la despedida
Yo, por todos aseguro
con todo mi corazón:
que le hemos de ver el fin.
porque digamos que ¡Viva
San Martín y Pueyrredón! TODOS: Si nos manda Pueyrredón
Cielito, a estos dos Patriotas y pelea San Martín.
la Virgen los ha de ayudar PANCHO: Que agachando cada cual
paque por ellos toitos el lomo a las Patrias Leyes
cantemos la libertad. verá la Unión Federal.
Cielito, Cielo, por ella Y así, Porteños del alma,

58 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 59


obedeced al Gobierno,
y el nombre de Buenos Aires
TODOS: Será por siempre eterno.

FIN

60 ANÓNIMO
Cielito de Maipú
Bartolomé Hidalgo
> cielito de Maipú
Cielito patriótico que compuso un gaucho
para cantar la acción de Maipú.

No me neguéis este día


cuerditas vuestro favor,
y contaré en el Cielito
de Maipú la grande acción.

Cielo, cielito que sí,


cielito de Chacabuco
si Marcó perdió el envite
Osorio no ganó el truco.

En el paraje mentado
que llaman Cancha Rayada,
el general San Martín
llegó con la grande armada.

Cielito, cielo que sí,


era la gente lucida
y todos mozos amargos*
para hacer una embestida.

Lo saben los enemigos


y al grito ya se vinieron,
y sin poder evitarlo
nuestro campo sorprendieron.

Cielito, cielo que sí,

* Amargo: valiente

antología de obras de teatro argentino 65


cielito de Maipú

cielito del almidón, Si la patria ha de ser libre


no te aflijas godo viejo para qué anda reculando.
que ya te darán jabón.
Al final el cinco de abril
De noche avanzaron ellos se vieron las dos armadas
y allá tuvieron sus tratos; en el arroyo Maipú,
compraron barato, es cierto, que hace como una quebrada.
¡qué malo es comprar barato!
Cielito, cielo que no,
Cielito, cielo que sí, cielito digo que sí,
le dijo el sapo a la rana párese mi Don Osorio
cantá esta noche a tu gusto que allá va ya San Martín.
y nos veremos mañana.
Empiezan a menear bala
Se reúnen los dispersos los godos con los cañones,
y marchan las divisiones, y al humo ya se metieron
y ya andan los paisanos todos nuestros batallones.
con muy malas intenciones.
Cielito, cielo que sí,
Allá va cielo, y más cielo, cielo de la madriguera,
cielito de la cadena, cuanto el godo pestañeó
para disfrutar placeres quedó como tapadera.
es preciso sentir penas.
Peleó con mucho coraje
Pero ¡bien ayga los indios! la soldadesca de España,
Ni por el diablo aflojaron, habían sido guapos viejos
mueran todos los gallegos, pero no por la mañana.
viva la Patria, gritaron.
Cielo, cielito que sí,
Cielito digo que no, la sangre amigo corría
no embrome, amigo Fernando.

66 BARTOLOMÉ HIDALGO antología de obras de teatro argentino 67


cielito de Maipú

a juntarse con el agua a uno el lomo le pusieron


que del arroyo salía. como pliegues de camisa.

Cargaron nuestros soldados Quedó el campo enteramente


y pelaron los latones,* por nuestros americanos,
y todo lo que cargaron y Chile libre quedó
flaquearon los guapetones. para siempre de tiranos.

Cielito, cielo de flores, Cielito, cielo que sí,


los de lanza atropellaron; por ser el godo tan terco,
pero del caballo, amigo, se ha quedado el infeliz
limpitos me los sacaron. como avestruz contra el cerco.

Osorio salió matando Hubo muchos prisioneros


al concluirse la contienda, de resultas del combate,
sin saber hasta el presente y según todas las señas
dónde fue a tirar la rienda. no les habían dado mate.

Cielito, cielo que sí, Cielito, cielo que sí,


cielito de los reveses; Americanos unión,
nos ganaron el albur y díganle al rey Fernando
y perdieron los entreses.** que mande otra expedición.

Godos como infierno, amigo, Ya, españoles, se acabó


en ese día murieron, el tiempo de un tal Pizarro,
porque el Patriota es temible ahora, como se descuiden,
en gritando el entrevero. les ha de apretar el carro.

Cielo, cielito que sí, Cielito, cielo que sí,


hubo tajos que era risa, cielito del disimulo,
* Latones: sables
** Entrés: oportunidad

68 BARTOLOMÉ HIDALGO antología de obras de teatro argentino 69


cielito de Maipú

de balde tiran la taba y también que viva yo


porque siempre ha de echar culo. para cantar las verdades.

Ya puede el virrey de Lima


FIN
echar su banda en remojo,
si quiere librar el cuero
vaya largando el abrojo.

Cielito, cielo que sí,


largue el mono, no sea primo,
porque cuanto se resista
ya quedó como racimo.

Viva nuestra libertad


y el general San Martín,
y publíquelo la fama
con su sonoro clarín.

Cielito, cielo que sí,


de Maipú la competencia
consolidó para siempre
nuestra augusta independencia.

Viva el gobierno presente,


que por su constancia y celo
ha hecho florecer la causa
de nuestro nativo suelo.

Cielito, cielo que sí,


vivan las autoridades,

70 BARTOLOMÉ HIDALGO antologÍa de obras de teatro argentino 71


Diálogo patriótico
interesante
Bartolomé Hidalgo
> diálogo patriótico interesante

PERSONAJES

CONTRERAS
CHANO

JACINTO CHANO, CAPATAZ DE UNA ESTANCIA EN LAS ISLAS DEL TORDILLO


Y EL GAUCHO DE LA GUARDIA DEL MONTE.*

CONTRERAS: Con que, amigo, ¿diáonde diablos


sale? Meta el redomón,**
desensille, votoalante…
¡Ah pingo que da calor!
CHANO: De las islas del Tordillo
salí en este mancarrón:***
¡pero si es trabuco, Cristo!
¿Cómo está señó Ramón?
CONTRERAS: Lindamente a su servicio…
¿Y se vino del tirón?
CHANO: Sí, amigo, estaba de balde,
y le dije a Salvador:
andá traeme el azulejo,
apretamelé el cinchón
porque voy a platicar
con el paisano Ramón,

* Se supone recién llegado a la Guardia del Monte el capataz Chano y el diálogo en casa del paisano
Ramón Contreras (que es el gaucho de la Guardia). - Nota del Autor.
** Redomón: caballo de amansamiento.
*** Mancarrón: caballo viejo.

antología de obras de teatro argentino 75


diálogo patriótico interesante

y ya también salí al tranco, ¿qué novedades se corren?


y cuando se puso el sol CHANO: Novedades… qué se yo;
caí al camino y me vine; hay tantas que uno no acierta
cuando en esto se asustó a qué lao caerá el dos,*
el animal, porque el poncho aunque le esté viendo el lomo.
las verijas* le tocó… Todo el Pago es sabedor
¡Qué sosegarse este diablo! que yo siempre por la causa
A bellaquiar se agachó anduve al frío y calor.
y conmigo a unos zanjones Cuando la primera Patria,**
caliente se enderezó. al grito se presentó
Viéndome medio atrasao Chano con todos sus hijos.
puse el corazón en Dios ¡Ah tiempo aquel, ya pasó!
y en la viuda, y me tendí; Si jue en la Patria del medio***
y tan lindo atropelló lo mesmo me sucedió,
este bruto, que las zanjas pero, amigo, en esta Patria…
como quiera las salvó. Alcancemé un cimarrón.
¡Eh p… el pingo ligero!
CONTRERAS: No se corte, dele guasca,****
¡Bien haiga quien lo parió!
siga la conversación,
Por fin, después de este lance
velay mate: todos saben
del todo sosegó,
que Chano, el viejo cantor,
y hoy lo sobé** de mañana
aonde quiera que vaya
antes de salir el sol,
es un hombre de razón,
de suerte que está el caballo
y que una sentencia suya
parejo que da temor.
es como de Salomón.
CONTRERAS: ¡Ah, Chano!... ¡Pero si es liendre***
CHANO: Pues bajo de ese entender
en cualquiera bagualón...!****
empriestemé su atención,
Mientras se calienta el agua
y le diré cuanto siente
y echamos un cimarrón
* * Dos: carta de triunfo en el monte.
Verijas: órganos genitales.
** ** Primera Patria: años 1811/1814.
Sobar: agotar con marcha fatigosa.
*** Liendre: astuto. *** Patria del medio: 1814/1817.
**** Bagual: caballo sin domar. **** Guasca: lonja de cuero.

76 BARTOLOMÉ HIDALGO antología de obras de teatro argentino 77


diálogo patriótico interesante

este pobre corazón,


que como tórtola amante CONTRERAS: ¿Y no se sabe en qué diasques*
que a su consorte perdió, este enriedo consistió?
y que anda de rama en rama ¡La pujanza en los paisanos
publicando su dolor; que son de mala intención!
ansí yo de rancho en rancho Usté que es hombre escrebido
y de tapera* en galpón por su madre digaló,
ando triste y sin reposo, que aunque yo compongo Cielos
cantando con ronca voz y soy medio payador,
de mi Patria los trabajos, a usté le rindo las armas
de mi destino el rigor… porque sabe más que yo.
En diez años que llevamos
de nuestra revolución, CHANO: Desde el principio, Contreras,
por sacudir las cadenas esto ya se equivocó;
de Fernando el baladrón:** de todas nuestras Provincias
¿qué ventaja hemos sacado? se empezó a hacer distinción.
Las diré con su perdón. Como si todas no juesen
Robarnos unos a otros, alumbradas por un sol;
aumentar la desunión, entraron a desconfiar
querer todos gobernar, unas de otras con tesón,
y de faición en faición y al instante la discordia
andar sin saber que andamos: el palenque nos ganó.
resultando en conclusión Y cuando nos discuidamos
que hasta el nombre de paisano al grito nos revolcó.
parece de mal sabor, ¿Por qué naides sobre naides
y en su lugar yo no veo ha de ser más superior?
sino un eterno rencor El mérito es quien decide,
y una tropilla de pobres,
oiga una comparaición:
que metida en un rincón
quiere hacer una voltiada**
canta al son de su miseria:
en la estancia del Rincón
¡no es la miseria mal son!
* Tapera: rancho abandonado. * Diasques: disques, intrigas.
** Baladrón: fanfarrón. ** Voltiada: voltear las vacas para marcarlas

78 BARTOLOMÉ HIDALGO antología de obras de teatro argentino 79


diálogo patriótico interesante

el amigo Sayavedra: que la desagravie al punto:


pronto se corre la voz esto es lo que manda Dios,
del Pago entre la gauchada, lo que pide la justicia
ensillan el mancarrón y que clama la razón;
más razonable que tienen, sin preguntar si es porteño
y afilando el alfajor* el que la ley ofendió,
se vinieron a la oreja ni si es salteño o puntano,
cantando versos de amor; ni si tiene mal color;
llegan, voltean, trabajan, ella es igual contra el crimen
pero amigo, del montón y nunca hace distinción
reventó el lazo un novillo de arroyos ni de lagunas,
y solito se cortó, de rico ni pobretón:
y atrás de él como langosta para ella es lo mesmo el poncho
el gauchaje se largó… que casaca y pantalón;
¡Qué recostarlo, ni en chanza! pero es platicar de balde,
Cuando en esto lo atajó y mientras no vea yo
un muchacho forastero, que se castiga el delito
y a la estancia lo arrimó. sin mirar la condición:
Lo llama el dueño de casa, digo, que hemos de ser libres
mira su disposición cuando hable mi mancarrón.
y al instante lo conchaba. CONTRERAS: Es cierto cuanto me ha dicho,
Ahura pues, pregunto yo: y mire que es un dolor
¿el no ser de la cuadrilla ver estas rivalidades,
hubiera sido razón perdiendo el tiempo mejor
para no premiar al mozo? solo en disputar derechos
Pues oiga la aplicación, hasta que ¡no quiera Dios!
la lay es una no más, se aproveche algún cualquiera
y ella da su proteición de todo nuestro sudor.
a todo el que la respeta.
CHANO: Todos disputan derechos,
El que la lay agravió
pero, amigo, sabe Dios
* Alfajor: facón.

80 BARTOLOMÉ HIDALGO antología de obras de teatro argentino 81


diálogo patriótico interesante

si conocen sus deberes: sacaban la soldadesca


de aquí nace nuestro error, delgada que era un dolor,
nuestras desgracias y penas: con la ropa hecha miñangos
yo lo digo, sí señor, y el que comía mejor
¡qué derechos ni qué diablos! era algún trigo cocido
Primero es la obligación, que por fortuna encontró.
cada uno cumpla la suya, Los otros, cuál más cuál menos,
y después será razón sufren el mesmo rigor.
que reclame sus derechos: Si es algún güen oficial
ansí en la revulución que al fin se inutilizó,
hemos ido reculando, da cuatrocientos mil pasos
disputando con tesón pidiendo por concluisión
el empleo y la vedera, un socorro: no hay dinero,
el rango y la adulación, vuelva… todavía no…
y en cuanto a los ocho pesos… Hasta que sus camaradas
¡El diablo es este Ramón! (que están también de mi flor)
CONTRERAS: Lo que a mí me causa espanto le largan una camisa,
es ver que ya se acabó unos cigarros y adiós.
tanto dinero, por Cristo; Si es la pobre y triste viuda
¡mire que daba temor que a su marido perdió,
tantísima pesería! y que anda en las diligencias
¡Yo no sé en qué se gastó! de remediar su aflición,
Cuando el general Belgrano lamenta su suerte ingrata
(que esté gozando de Dios) en un mísero rincón.
entró en Tucumán, mi hermano De composturas no hablemos:
por fortuna lo topó, vea lo que me pasó
y hasta entregar el rosquete* al entrar a la ciudad;
ya no lo desamparó. estaba el pingo flacón
Pero, ¡ah contar de miserias!, y en el pantano primero
de la mesma formación lueguito ya se enterró,
* Entregar el rosquete: morir.
seguí adelante, ¡ah barriales!

82 BARTOLOMÉ HIDALGO antología de obras de teatro argentino 83


diálogo patriótico interesante

Si daba miedo, señor. de los gastos que han habío,


anduve por todas partes el pescuezo apuesto yo
y vi un grande caserón a que sobraba dinero
que llaman de las comedias, para formar un cordón
que hace que se principió dende aquí a Guasupicúa,*
muchos años, y no pasa pero en tanto que al rigor
de un abierto corralón, del hambre perece el pobre,
y dicen los hombres viejos el soldado de valor,
que allí un caudal se gastó, el oficial de servicios,
tal vez al hacer las cuentas y que la prostitución
alguno se equivocó se acerca a la infeliz viuda
y por decir cien mil pesos… que mira con cruel dolor
Velay otro cimarrón. padecer a sus hijuelos;
Si es en el Paso del Ciego entre tanto, el adulón,
allí Tacuara perdió el que de nada nos sirve
la carrera el otro día; y vive en toda faición,
y él por el Paso cortó disfruta gran abundancia;
porque le habían informao y como no le costó
que en su gran composición nada el andar remediao
se había gastao un caudal. gasta más pesos que arroz.
Conque, amigo, no sé yo Y, amigo, de esta manera,
por más que estoy cavilando en medio del pericón
aonde está el borbollón. el que tiene es don Julano,
CHANO: Eso es querer saber mucho. y el que perdió se amoló:**
Si se hiciera una razón sin que todos los servicios
de toda la plata y oro que a la Patria le emprestó,
que en Buenos Aires entró lo libren de una roncada
desde el día memorable que le largue algún pintor.***
de nuestra revulución,
*
y después de güena fe **
Guasupicúa: lugar ficticio y lejano.
Amoló: embromó.
se hiciera una relación *** Pintor: por jactancioso.

84 BARTOLOMÉ HIDALGO antología de obras de teatro argentino 85


diálogo patriótico interesante

CONTRERAS: Pues yo siempre oí decir secretos, almiración,


que ante la lay era yo ¿qué declara? que es mentira,
igual a todos los hombres. que él es un hombre de honor.
CHANO: Mesmamente, así pasó, ¿Y la mosca? No se sabe,
y en papeletas de molde el Estao la perdió,
por todo se publicó; el preso sale a la calle
pero hay sus dificultades y se acaba la junción.
en cuanto a la ejecución. ¿Y esto se llama igualdá?
Roba un gaucho unas espuelas, ¡La perra que me parió!...
o quitó algún mancarrón, En fin, dejemos, amigo,
o del peso de unos medios tan triste conversación,
a algún paisano alivió; pues no pierdo la esperanza
lo prienden, me lo enchalecan,* de ver la reformación.
y en cuanto se descuidó Paisanos de todas las layas,
le limpiaron la caracha;** perdonad mi relación:
y de malo y saltiador ella es hija de un deseo
me lo tratan, y a un presidio puro y de güena intención.
lo mandan con calzador; Valerosos generales
aquí la lay cumplió, es cierto, de nuestra revolución,
y de esto me alegro yo; gobierno a quien le tributo
quien tal hizo que tal pague. toda mi veneración;
Vamos pues a un Señorón; que en todas vuestras aiciones
tiene una casualidá... os dé su gracia el Señor,
ya se ve... se remedió... para que enmendéis la plana
Un descuido que a un cualquiera que tantos años erró;
le sucede, sí señor, que brille en güestros decretos
al principio mucha bulla, la justicia y la razón,
embargo, causa, prisión, que el que la hizo la pague,
van y vienen, van y vienen, premio al que lo mereció,
guerra eterna a la discordia,
* Enchalecan: poner un cuero fresco que oprime los brazos y lo inmoviliza.
** Caracha: sarna.
y entonces sí creo yo

86 BARTOLOMÉ HIDALGO antología de obras de teatro argentino 87


que seremos hombres libres
y gozaremos el don
más precioso de la tierra:
Americanos, unión,
os lo pide humildemente
un gaucho con ronca voz
que no espera de la Patria
ni premio ni galardón,
pues desprecia las riquezas
porque no tiene ambición.
Y con esto hasta otro día,
mande usté, amigo Ramón,
a quien desea servirle
con la vida y corazón.
Esto dijo el viejo Chano
y a su Pago se marchó,
Ramón se largó al rodeo
y el diálogo se acabó.

FIN

88 BARTOLOMÉ HIDALGO
La batalla de Pazco
Anónimo
> la batalla de Pazco por el General San Martín
Drama histórico en un acto

INTERLOCUTORES

EL GRAL. SAN MARTIN


SU MAYOR GENERAL
EDECÁN INDEPENDIENTE
GRAL. ORRELI, realista
MAYOR GENERAL REALISTA
EDECÁN REALISTA
ALCALDE
EDUARDO su hijo
MUJER 1ª
---- 2ª
---- 3ª
---- 4ª
LUISA
OFICIALES Y TROPA DE AMBOS EJÉRCITOS
PUEBLO

LA ESCENA ES EN PAZCO, PUEBLO DEL TERRITORIO DE LIMA,


PRINCIPIA EN UNA SALA DE LA CASA DEL ALCALDE, Y CONCLUYE
EN EL CAMPO EN LAS INMEDIACIONES DE DICHO PUEBLO DONDE
SE DA LA BATALLA.
SALA, Y SALE EL ALCALDE LEYENDO UNA CARTA.

ALCALDE: ¿Será posible? ¿A tanto puede llegar la temeridad de este


hombre que se haya atrevido a concebir una empresa
semejante? ¿Pero si no fuera así, a qué fin había de invadir
este territorio? ¿Quién pudiera creer que después de haber
atravesado los Andes con su ejército, cosa que nos parecía
imposible, después de haber vencido en Chacabuco y en
Maipú, y no habiendo dejado ni siquiera un Soldado del

antología de obras de teatro argentino 93


la batalla de Pazco

Rey en todo el reino de Chile, había de venir este hombre por Martín, acaba de llegar a este pueblo: su fuerza es de 800 a
estos países? ¿Se habrá podido figurar tan fácil la conquista del mil hombres, poco más o menos, y la manda un tal
Perú? ¡Ah, cuán engañado está! Pues si allí se encontró con el Arenales. Aquí duermen esta noche y parece que mañana
afeminado Osorio y el imbécil Marcó, nosotros tenemos un salen: según el rumor que corre entre ellos mismos, tratan
Pezuela, un Laserna, y un Orreli, cuya pericia militar y amor de reunirse al resto del ejército y salir al encuentro a la
a su rey están bien acreditados, y no dudo que sabrán división nuestra que manda el general Orreli, lo que no
escarmentar tanta audacia: pero no perdamos tiempo, y pues puedo dejar de comunicar a Vd. para que si sabe su destino
no me es permitido dudar un momento de la identidad de esta le dé este importante aviso, con el fin de que no lo tomen
noticia, es necesario comunicársela al instante al general de sorpresa. Dios guíe a Vuesta Merced”. Mira si tengo
Orreli; pues una vez que se halla tan inmediato, y su división razón y si mi sobresalto…
se compone de más de 1.500 hombres, puede que se resuelva MUJER 1ª: No prosigas, que me avergüenzo de llegar a comprender que
a atacarlo antes de que yo sufra el tormento de verlos ocupar esa noticia pueda contristarte cuando debías manifestar el
este pueblo. Hola?... (Llamando). mayor entusiasmo al recibirla.
Salen Mujer 1ª y Eduardo. EDUARDO: En verdad padre mío que yo más bien creo deberíais estar
alegre. Las noticias indudables que tenemos de la conducta
MUJER 1ª: ¿Qué quieres, por qué das voces? que ha observado en Chile el invicto general San Martín y su
EDUARDO: Aquí estoy yo padre mío, ¿qué me tenéis que mandar? bravo ejército, al que con tanta justicia se le ha aplicado el
renombre de Libertador, son tan auténticas y satisfactorias,
ALCALDE: El recado de escribir, ve si está pronto.
que tienen impaciente a casi todo el Perú por albergar en su
Vase Eduardo. seno a tan generosos campeones. ¿Qué podéis vos temer de
ellos? Su objeto sólo se dirige a libertarnos del yugo ominoso
MUJER 1ª: ¿Qué significa ese ceño hombre? Desde el momento en que que nos oprime, trescientos años ha, y que ahora más que
recibiste esa maldita carta, estás tan de mal humor que nadie nunca debemos procurar sacudir. La península misma
puede sufrirte; ¿qué es esto? ¿No merezco que me hagas trabaja incesantemente por derrocar el absolutismo, ¿y
queréis que nosotros lo acatemos? Reflexionad padre mío.
sabedora de su contenido?
Sale Eduardo con recado de escribir. ALCALDE: No prosigas insensato, atrevido, ¿en dónde has aprendido tú
esas máximas? ¿Quién te las ha inspirado?
EDUARDO: Aquí está la escribanía con todo lo necesario.
EDUARDO: ¿Quién? La razón natural, y el íntimo convencimiento de
ALCALDE: Ponla sobre ese bufete. Está bien: y tú para que veas que mi
los derechos que nos concedió la madre naturaleza; derechos
desazón no es infundada, oye (Lee): “Una división del
usurpados por la ambición con la mayor injusticia y que ya
Ejército expedicionario de Chile que conduce el general San nos es preciso recobrar.

94 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 95


la batalla de Pazco

ALCALDE: ¡Inconsiderado, loco, cómo te alucinas con frívolas un tirano que no reconoce más ley que su capricho? ¿No
esperanzas! ¡Qué mal conoces a los conquistadores y lo que tenéis aquí vuestra familia? ¿No habéis hecho aquí vuestra
de ellos pueden esperar los conquistados! Mas yo no me fortuna? Pues por qué razón…
dejaré nunca seducir de sus lisonjeras promesas; conozco ALCALDE: ¡Hijo ingrato!... Quítate de mi presencia si no quieres que te
que mi adhesión al monarca y el haber nacido en España, mande encerrar en el más oscuro calabozo.
será suficiente para que me persigan y aniquilen, pero yo no
MUJER 1ª: ¿Y qué conseguirías con eso? ¿Te parece que lograrías ahogar
por eso he de variar la opinión, y sabré perecer primero si
sus nobles sentimientos? ¡Ah! Cuán engañado estás.
fuese necesario para sostener la mía.
EDUARDO: ¡Qué alucinado estáis padre mío! Pero yo espero que la Sale la Mujer 2ª.
experiencia os ha de hacer salir de vuestro error. Manteneos MUJER 2ª: Hermana, hermana… acaba de entrar en el pueblo una
imparcial en la gloriosa lucha que se prepara, conservad partida del ejército libertador, y asegura que no tardará en
enhora buena vuestra opinión, pero no la manifestéis en llegar el resto de él con su general.
público, no tratéis de sostenerla con las armas, y veréis cómo
nuestros bravos libertadores, que se precian de justos y ALCALDE: ¡Qué rabia! ¿Y yo he de verlo tranquilo? No: primero quiero
generosos, nunca tratan de incomodaros, veréis la derramar la última gota de mi sangre; y pues se encuentran
liberalidad con que saben apreciar las virtudes en donde tan cerca las tropas de mi rey, yo me uniré con ellas. (Vase).
quiera que las encuentren, sin reparar en el nacimiento ni en EDUARDO: Esperad, padre mío… ¡Ay! Él va a precipitarse…
el país a que pertenezca el sujeto que las reúna; y como MUJER 1ª: Corramos, Eduardo: empleemos todos nuestros esfuerzos a
podréis entonces… fin de desimpresionarlo; tal vez el amor paternal y nuestros
ALCALDE: ¿Qué avilantez, qué lenguaje es este tan desconocido en mi halagos consigan reducirlo a la razón.
casa? ¿Eres tú mi hijo? ¿No temes mi furor? ¿En mi MUJER 2ª: Yo creo que será en vano cuanto intentes hermana; está
presencia te atreves a hablar así? demasiado casado con su opinión, y sólo después de que vea
EDUARDO: Tranquilizaos, padre mío: es necesario desechar esas por sus mismos ojos su error, me parece que se le podrá
preocupaciones. ¿Qué esperáis vos de ese Rey injusto y convencer. Él cree que no puede haber más gobierno bueno
tirano que por desgracia domina la infeliz España? ¿Qué que el de un rey absoluto. Es demasiado devoto del Sr. Don
podéis prometeros de su dependencia, cuando los que más Fernando, y… mientras no lo desimpresione la experiencia,
se han sacrificado por él han sido sus primeras víctimas? creo que serán inútiles todas las persuasiones.
¿Cuando después de haber jurado solemnemente la MUJER 1ª: Sin embargo yo no debo omitir ningún medio de cuantos
constitución que le presentó la nación a su vuelta de puedan contribuir a libertarlo de un precipicio.
Francia, no vemos en él más que un perjuro, un déspota, y
EDUARDO: Madre mía, aunque el amor patrio me arrebata, no soy

96 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 97


la batalla de Pazco

capaz de olvidar jamás lo que debo al autor de mis días: esta MUJER 3ª: Amigas, ¿pues que es esto? ¿No venís a recibir a nuestros
sola circunstancia me bastaría para procurar su existencia libertadores? Cuando todo el pueblo se apresura y corre a
aun a costa de la mía, aun cuando careciere de las demás tributarles el justo homenaje que merecen, ¿permanecéis en
virtudes que lo adornan: ellos merecen bien que se le inacción dando vuestros semblantes indicios de tristeza?
disimule esta flaqueza y yo he pensado un medio que puede MUJER 1ª: No, no, amiga mía, allá vamos al instante. Eduardo, yo
proporcionarme el placer de cumplir a un mismo tiempo quiero acompañarte: te presentaré yo misma al invicto
con los deberes de hijo y buen patricio. Concededme general y uniendo mis ruegos a los tuyos, no dudo que
vuestro permiso. obtendremos de su magnanimidad gracia para tu padre.
MUJER 1ª: Yo te le otorgo hijo mío: persuadida de que en tu noble MUJER 3ª: ¿Gracia para tu padre? Pues acaso…
corazón no puede albergarse idea que no sea digna de un
EDUARDO: No perdamos tiempo, madre mía… ¡Ah!... Cuánta es mi
ilustre americano: mas tranquiliza el de tu madre
impaciencia por mirarme colocado entre mis compatriotas
manifestando tu pensamiento.
para poderme tener por uno de los bravos libertadores del
MUJER 2ª: Sí, sí; dinos lo que intentas… Perú y afianzadores de la independencia general de Sud-
EDUARDO: Yo voy a correr a las filas del ejército libertador; a ponerme América.
bajo la ejide del héroe vencedor de Chacabuco y de Maipú,
Vanse.
y ofreciéndole sacrificar mi vida en defensa de la justa causa
que sostiene, intercederé por mi padre… Su magnánimo
corazón me otorgará la gracia de disimularle este error, o si Mutación
la obcecación y fanatismo lo conducen al extremo de
Plaza: Aparecen hombres y mujeres del pueblo, Mujeres 1ª,
hacerse delincuente, me permitirá sufrir yo la pena a que se 2ª, 3ª y 4ª con Eduardo; al correr la mutación el pueblo que
hubiese hecho acreedor. figura estar viendo la formación grita alborozado.

MUJER 1ª: ¡Oh, hijo mío! Nunca esperé menos de tu generosidad. Tú UNOS: ¡Viva la libertad…!
serás el apoyo de muchas, pues que sólo en tus virtudes se
TODOS: ¡¡Viva!!
apoya la esperanza de mi felicidad.
OTROS: ¡Viva la independencia!
MUJER 2ª: ¡Qué lástima es que su padre siendo tan hombre de bien,
haya dado en la debilidad de ser partidario de los satélites de Marcha.
la tiranía! Cuánto más le valiera tener todo ese entusiasmo
por los libertadores del Perú. TODOS: ¡Viva…!

Sale la Mujer 3ª. Después de estas voces se presenta la tropa al son de música
marchando al compás de la marcha que tocará la música

98 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 99


la batalla de Pazco

militar; y después de saludar al público en el orden de parada TODOS: ¡Viva la independencia!


con las armas presentadas, ocupa los dos costados del teatro
formando calle para recibir al general. El pueblo se habrá SAN MARTÍN: Eso sí amigos míos: conservad esos nobles sentimientos y
retirado hacia los bastidores de la izquierda, pero queda
visible, y al presentarse el general con su séquito grita triunfará y vivirá a pesar de los tiranos.
alborozado.
EDUARDO: ¡Señor el más generoso! Percibid el simple homenaje de estas
VOCES: ¡Viva la patria, viva la libertad! tiernas lágrimas que el júbilo de verme a vuestros pies, me
arranca indeliberadamente.
TODOS: ¡Viva!...
MUJER 1ª: Y permitid señor que esta tierna madre…
SAN MARTÍN: ¡Compatriotas! Ya hemos tremolado el pabellón de la
libertad en la hermosa y opulenta región de los Incas. SAN MARTÍN: Alzad, señora, alzad, joven, no acibaréis el gusto que he
Desplome nuestro esfuerzo el soberbio coloso del tenido al mirar vuestro entusiasmo patriótico con esas
despotismo que la subyugó por trescientos años y desde la humillaciones que sólo pueden ser gratas a los ojos de los
Tierra del Fuego hasta el Istmo de Panamá, no quede otro tiranos. Decid si algo se os ofrece, y contad desde luego con
vestigio de la opresión y tiranía que la execración de su mi protección.
memoria. Y vosotros moradores de estas comarcas desechad
MUJER 1ª: Señor, este joven es mi hijo único; desea con vivas ansias
todo temor e incertidumbre. En mí y en el bravo ejército
que tengo el honor de comandar, tendréis siempre el más contribuir con su persona a la felicidad e independencia de
seguro apoyo de vuestros derechos. Él es el mismo que en nuestra patria; y yo os suplico os dignéis admitirlo en
otro tiempo, venciendo primero a la naturaleza para vencer vuestras banderas.
después a los enemigos de la libertad, atravesó los soberbios SAN MARTÍN: Jamás he recibido un placer tan grande. ¿Conque deseáis ser
Andes, y triunfador en Chacabuco y en Maipú, aseguró la militar?
independencia de la República de Chile. Imitad a aquellos
valientes araucanos descendientes de Caupolicán y Lautaro; EDUARDO: Sólo ambiciono señor el verme enumerado entre vuestras
conservad la más recíproca armonía entre naturales y bravas legiones.
extranjeros, uníos a mis legiones; proponeos ser libres, y
SAN MARTÍN: Pues ya lo tenéis concedido; siendo yo el garante de vuestros
conduciremos la victoria a los últimos términos del Perú.
ascensos, si como creo, corresponden vuestros hechos a las
VOCES: ¡Viva el Ejército libertador! esperanzas que en este momento me habéis hecho concebir
TODOS: ¡Viva!... con tan noble acción.

OTROS: ¡Viva su invicto general! MUJER 1ª Y EDUARDO:


¡Ah Señor! Nuestra gratitud…
TODOS: ¡Viva…!
SAN MARTÍN: Alzad repito pues nada tenéis que agradecerme: mas
SAN MARTÍN: ¡En vuestro celo y patriotismo confío, para que viva la
decidme, ¿quién es vuestro padre?... ¿No existe acaso?
independencia!

100 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 101


la batalla de Pazco

EDUARDO: Yo no sé qué responderle… permanezcan unidos los ánimos de todos los habitantes, y
que en el sistema liberal todos los hombres son iguales ante
SAN MARTÍN: ¿Enmudecéis, y os enternecéis? Decid vos, señora.
la Ley, siendo los más apreciados los que poseen mayores
MUJER 1ª: Su padre… ¿Cómo me declararé? virtudes, sin que la circunstancia de haber nacido en este u
MUJER 2ª: Señor, el amor filial no le deja responder al hijo, ni la otro país, pueda nunca servirles de perjuicio. La experiencia
vergüenza a la madre, pero sepa V.E. que el padre de este les hará conocer esta verdad, y si en la batalla que pienso dar
joven era el Alcalde de este pueblo. Posee una regular en breve, la suerte de las armas conduce a mi poder a
fortuna y puede asegurarse que pocos le aventajan en vuestro padre, yo prometo daros pruebas del lugar que os
honradez y probidad, pero su opinión… habéis hecho en mi gracia, y un claro testimonio a todos, de
la notable diferencia que hay entre el proceder de los libres
SAN MARTÍN: ¿Es contraria a la mía? y el de los tiranos.
MUJER 2ª: Sí Señor, por nuestra desgracia, cree que es imposible el que MUJER 1ª: El cielo conserve vuestra vida para la felicidad de los
podamos ser felices bajo el Sistema de Libertad y así que americanos.
supo la llegada de V.E. y su ejército, temeroso de que por
SAN MARTÍN: Si todos se os pareciesen, pronto serían felices.
esto le pudiera seguir algún perjuicio, se marchó al ejército
que por orden del virrey de Lima venía a ocupar este pueblo MUJER 1ª: Señor Excelentísimo, vuestras fatigas necesitarán algún
con el ánimo, según decían, de batir en él a V.E. reposo. Si os dignaseis honrar mi casa…
EDUARDO: ¡Oh, qué imprudencia! SAN MARTÍN: Con mucho gusto Señora. Disponed Señor Mayor general
que se acuartele la tropa franca; que se refuercen los puntos
MUJER 1ª: Compadeced Señor su triste ceguedad.
que tengo ordenado; y pasad después a mi alojamiento,
EDUARDO: ¡Ah! ¡Si a costa de mi sangre pudiera yo hacerle variar de donde os comunicaré ciertas órdenes.
sistema!...
MAYOR GENERAL (MAYOR GRAL):
SAN MARTÍN: Nada temáis mis dignos compatriotas: vuestras virtudes me Confiad, Señor, en mi celo.
encantan, y esos nobles sentimientos inclinan más y más mi
SAN MARTÍN: ¡Compatriotas! Conservad el orden. Los nobles habitantes
corazón a favor vuestro: procurad descubrir su paradero, y
de estas comarcas son nuestros hermanos, observad con ellos
aseguradle de mi parte que puede regresar a su hogar sin el
como hasta aquí la más recíproca unión e inalterable armonía;
menor temor, para lo cual voy a mandar que se le extienda
hacedles conocer con vuestras virtudes que nuestro intento
al instante un salvoconducto: protestadle que el ejército
sólo se reduce a hacerles participar de los deliciosos frutos, que
libertador no viene a combatir las opiniones de los hombres
producen la libertad e independencia… (Vase con todos).
pacíficos, sino a los que con las armas en la mano, tratan de
sostener el despotismo; que su mayor triunfo será el que VOZ: ¡Viva la libertad e independencia!

102 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 103


la batalla de Pazco

TODOS: ¡Viva! MUJER 4ª: El general se acerca con algunos oficiales.


Queda sólo el mayor general con la tropa formada en una línea MUJER 1ª: Pues hermana, ve a prevenir el refresco.
al fondo; manda si le parece algunas evoluciones y se retiran
con la marcha que tocará la música. MUJER 2ª: Con alma y vida… (Vase).
MUJER 4ª: Y yo voy a acompañarla (Vase).
EDUARDO: Ya llegan, el corazón se me inflama con su vista.
Mutación
General San Martín, Mayor General y Oficiales.

Sala corta en casa del Alcalde. Salen las 4 mujeres y Eduardo. SAN MARTÍN: A vuestros pies, señoras.
LAS DOS: Servidoras de V.E.
MUJER 1ª: Amigas mías, nunca puede serme más grata vuestra
compañía; os suplico no me abandonéis; ya sabéis que hoy SAN MARTÍN: Adiós Señor oficial. (A Eduardo).
se hospeda en mi casa el libertador de nuestra patria. El EDUARDO: Beso a V.E. la mano.
General San Martín, ese héroe que la providencia nos ha
MUJER 1ª: Señor, si sois servido… (Llegándole una silla).
señalado para reglar nuestros destinos y eternizar nuestra
felicidad. Ved si será justo que yo procure obsequiarle. SAN MARTÍN: Con mucho gusto Señora, pero sentaos vos primero.
MUJER 3ª: En verdad amiga mía, que eres bastante dichosa con un MUJER 1ª: Obedezco si así os sirvo.
huésped semejante, y cree que sólo por disfrutar de su SAN MARTÍN: Vos también… (A la Mujer 3ª).
compañía y tener parte en los obsequios que le hagan, no te
MUJER 3ª: Me honráis Señor.
dejaríamos aunque tú no nos suplicases.
Se sientan todos.
MUJER 4ª: No; pues su séquito, no se desmerece nada.
MUJER 2ª: En todos brilla el valor y el patriotismo. Y sus rostros SAN MARTÍN: Y bien Mayor General, ¿se ha alojado ya la tropa?
revestidos de gravedad y compostura, inspiran la confianza.
MAYOR GRAL.: Si Señor, apenas hube cubierto los puntos que V.E. me
¿Pero qué es esto, Eduardo, has enmudecido?
ordenó, cuando el noble vecindario me suplicó permitiese
EDUARDO: No, pero mi corazón fluctúa entre el regocijo y la alojar en sus casas, la que quedaba franca, con el fin de
incertidumbre de la suerte de mi padre. obsequiarla y proporcionarle un descanso más cómodo que
MUJER 2ª: No pienses ahora en eso. ¿No podía ser feliz en su casa y lo el del cuartel que se le había destinado; mas no hallándome
ha despreciado? Pues quien bien está y mal escoge, por mal facultado para acceder en el todo, he permitido que estén
que le venga no se enoje. fuera del cuartel hasta la hora de la retreta.

104 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 105


la batalla de Pazco

SAN MARTÍN: Muy bien hecho: y para manifestar a este virtuoso joven que SAN MARTÍN: Eso sí amigos míos, con tan nobles sentimientos no dudo
no está echado en olvido, haced reconocer por subteniente lograremos eternizarla. Respetable Matrona, madre venturosa
del nº 11 a Don Eduardo Abilés. Su bella disposición y sus de un tan digno hijo, en el campo de la gloria espero daros la
nobles sentimientos me hacen creer que formaremos en él más evidente prueba de mi gratitud. Adiós.
un digno Compañero de armas. MUJER 1ª: Mirad Señor por mi hijo…
MAYOR GRAL.: En el momento seréis obedecido.
SAN MARTÍN: El valor, patriotismo y demás virtudes que le adornan, no
EDUARDO: Permitid Señor que mi reconocimiento… necesitan otra recomendación. (Vase con todos los oficiales).
SAN MARTÍN: En el campo de la gloria es donde debéis demostrarlo. MUJER 3ª: El cielo dirija tus operaciones y te corone de gloria, héroe
EDUARDO: Yo os juro sostener nuestra independencia hasta exhalar el americano.
último suspiro. EDUARDO: ¡Y el Dios de las batallas anime nuestro esfuerzo para que
SAN MARTÍN: Esa será la más evidente prueba de gratitud. desterrando el despotismo de nuestras Américas, logremos
ver en ellas afianzada la libertad e independencia!
Sale un Edecán independiente con un pliego.
Vanse todos.
EDECÁN: Señor el comandante de la avanzada ha remitido este pliego.
SAN MARTÍN: Permitidme señoras… (Lee). “Acabo de saber por uno de los
espías que observan al enemigo, que el general Orreli con su Mutación
división ha hecho movimientos y que espera un refuerzo de
500 hombres que debe reunírsele dentro de pocas horas, lo Bosque largo. Aparece el Ejército Realista y el Alcalde.
que comunico a V.E. para su inteligencia. Compañeros, es
forzoso partir al instante a destruir esos pocos enemigos de GENERAL ORRELI, REALISTA (GRAL.ORRELI):

la libertad antes que les llegue el refuerzo que aguardan. El movimiento del enemigo me hace sospechar que ha tenido
Hagámosles conocer el esfuerzo y bravura de los libres, alguna noticia de nuestro plan. Con este motivo he resuelto
jurando antes que no retrogradaremos hasta exterminarlos o variarlo y ocupar este punto como el más a propósito para
hacerles reconocer nuestra Independencia”. esperarlo en caso que intente atacarnos antes que llegue el
TODOS: Por Dios, por la patria y nuestro honor los juramos. refuerzo que aguardamos.
MAYOR GENERAL REALISTA (MAYOR REAL.):
SAN MARTÍN: Pues con tales votos no debemos dudar de la Victoria.
No crea V.S. que llegue a tanto su audacia: las armas del Rey
MAYOR GRAL.: Y cuando la variable suerte de las armas se declarase en son bastante respetables, y con sólo una pequeña escaramuza
contra nuestra, ofreceremos a la patria nuestra sangre en lograremos exterminar a cuantos se opongan a su poder.
defensa de sus derechos.

106 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 107


la batalla de Pazco

GRAL. ORRELI: No debemos ser tan confiados, ni mirar nunca con desprecio nuestro valor, y nos provoca a la lid. Vamos a esperarlos con
al enemigo. Lo que haremos será tratar de entretenerlo por valor y serenidad; no separéis de vuestro esfuerzo la
medio de parlamentos o con pequeñas escaramuzas, para dar subordinación y buen orden para que consigan así el triunfo
tiempo a que llegue el refuerzo que por momentos aguardo, y las armas del Soberano.
entonces es más seguro nuestro triunfo.
El Mayor General manda desfilar la tropa y con la marcha se
MAYOR REAL.: De cualquier modo no debemos dudar de él, y ya estoy retiran todos al lado de la izquierda. Algunos soldados se
colocan en la altura que habrá al foro. Se da la batalla, derrotan
impaciente porque llegue el momento de hacerles conocer a los realistas y salen todos los independientes.
su impotencia, sacrificando mi vida si fuese necesario para
demostrar mi adhesión y fidelidad a nuestro augusto SAN MARTÍN: ¡Viva la patria Americanos!
Soberano. TODOS: ¡Viva!
ALCALDE: ¿Y quién que se honre con el nombre de Español no le será
SAN MARTÍN: A vuestro esfuerzo y bravura es debida la victoria que
fiel y morirá por su causa? acabamos de conseguir. Para que sea más completa, unamos
Se oyen a lo lejos algunos tiros de fusil como de guerrillas y al valor la humanidad. Destínense al momento dos
sale un Edecán con un pliego. compañías para que recorran el campo. La una tratará de
sepultar inmediatamente los cadáveres y la otra recogerá los
GRAL. ORRELI: ¿Qué novedad será esta? ¿Qué traéis?... (Al Edecán). heridos; conduzcansé estos al Hospital del ejército y que a
EDECÁN REALISTA (EDECÁN REAL.): estos como a los demás prisioneros se traten con la mayor
Este parte para V.S. del comandante de la Vanguardia. consideración. Demos un ejemplo a los tiranos y al mundo
todo de que nuestras acciones se reglan por la virtud para que
GRAL. ORRELI: (Leyendo) “El enemigo avanza con la mayor precipitación.
He destacado algunas guerrillas con el fin de entretenerlo diga la fama al publicar nuestros hechos. Que los Americanos
mientras paso a ocupar con mi fuerza el punto que V.S. me luchando por su libertad fueron tan valientes y esforzados en
tiene ordenado, en donde esperaré vuestras órdenes. Dios las batallas, como piadosos y clementes después de ellas.
guíe a V.S.”. Es necesario prepararnos a recibirlos y castigar Salen. El Mayor General Independiente, el Alcalde y Soldados.
su insensato orgullo; disponed la formación de las tropas, y
que ocupen luego esa altura con la artillería. MAYOR GRAL.: Señor, la precipitada fuga del enemigo no nos ha permitido
darle alcance; pero no han logrado reunirse arriba de veinte
MAYOR REAL.: Obedezco…
hombres, pues en una dispersión desordenada sólo tratan de
Hace señal en el tambor, tocan llamada y tropa y se forman. salvar las vidas los pocos que han escapado. El Brigadier
Orreli, con sólo tres hombres logró escapar de nuestras
GRAL. ORRELI: ¡Valientes defensores de los derechos del Rey! Un miserable manos a favor de su ligero caballo, pero le sigue el Teniente
puñado de hombres armados, rebeldes a su Majestad, insulta
Suárez con su partida y dificulto que deje de darle alcance.

108 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 109


la batalla de Pazco

También os presento este paisano que se ha tomado entre Salen hombres y mujeres del pueblo.
otros varios prisioneros, el cual huía precipitadamente en
MUJER 1ª: Señor, los habitantes de estas comarcas que admiran vuestros
medio de la confusión.
triunfos, no pudiendo contener su entusiasmo, desean
EDUARDO: ¡Oh Dios!, ¡qué veo! ¡Este es mi padre!... tributaros sus homenajes en el mismo campo de la gloria.
SAN MARTÍN: Acércate miserable… ¿quién eres? ¿Qué hacías entre los SAN MARTÍN: Yo satisfaré sus deseos y corresponderé a su afecto,
tiranos? estrechándolos en mis brazos. Y vos Señora, ya tenéis
ALCALDE: Yo señor… estaba… cumplida la oferta que os hice, pues os devuelvo libre a
vuestro esposo.
EDUARDO: Señor excelentísimo… ahora es tiempo de que os mostréis
generoso… Este, Señor, es mi padre a quien su obcecación MUJER 1ª: Ah Señor, vuestras bondades…
ha conducido… ALCALDE: Por más que me esfuerzo no puedo dejar de cubrirme de
SAN MARTÍN: Basta, estoy informado. Tranquilizaos, Eduardo. Su aversión horror y de vergüenza, al recordar mi antiguo delirio… ¡Ah,
a los libres no puede causarme alarmas por su impotencia; y cuán injusto he sido!
aunque su proceder lo hace acreedor a sufrir la suerte de MUJER 1ª: Desecha vanos temores, olvidemos ya lo pasado, y no dudes
prisionero con los demás que hoy se han tomado, quiero que tu arrepentimiento te colocará en la gracia de tan
dejarlo libre por tu mediación. En la acción que acabamos de virtuoso general.
dar, has cumplido perfectamente con los deberes de patriota,
cumple ahora con los de hijo estrechando a tu padre entre tus SAN MARTÍN: Sí, modera tu conducta y tendrás en mí un protector. Ya
brazos… sois libres, amigos míos… si queréis conservar tan precioso
don, albergad siempre en vuestros pechos los nobles
EDUARDO: ¡Oh, qué magnánimo corazón!... ¡Ah, padre mío, qué sentimientos que me habéis manifestado en este día, y sobre
engañado habéis vivido! todo conservad entre vosotros la más recíproca unión.
ALCALDE: Ya empiezo a conocerlo, y siento un rayo de luz que me MUJER 2ª: Señor, permitid que canten en vuestro obsequio una
ilumina y quita la venda que me tenía tan ofuscado… canción patriótica, y admitid esta pequeña prueba de
Permitid, Señor, que a vuestros pies… nuestra gratitud.(Presentándole una corona de flores).
SAN MARTÍN: Basta, basta, levantaos: a las virtudes y valor de vuestro hijo, SAN MARTÍN: Con regocijo la acepto, y os concedo cuando pidáis.
es a quien debéis agradecerlo…
Música.
Se oye gran rumor.
EDUARDO: (Cantando)
¿Mas qué rumor es el que se escucha? De la trompa guerrera
el eco belicoso,

110 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 111


la batalla de Pazco

inflama fervoroso tenemos próximo el día grande en que la América se vea


el patriótico ardor. colocada en el alto rango de Nación libre, independiente y
Las huestes enemigas constituida, a que la destinó la naturaleza. Retiraos a vuestros
rotas despedazadas pacíficos hogares, mientras que yo proporcione algún
se postran humilladas descanso a mis tropas: mas no olvidéis jamás que para ser
al pie del vencedor. libres es indispensable querer serlo, amar el orden, respetar las
Honor. leyes, y profesar odio eterno a los tiranos.

TODOS: Honor. VOCES: ¡Vivan la libertad e independencia!

EDUARDO: Honor. TODOS: ¡Vivan!

TODOS: Honor.
Honor a los valientes.
FIN
MUJER 2ª: La patria se salvó.
LUISA: La patria lastimada
al ver que un Rey tirano
le usurpaba inhumano
su gloria y esplendor,
recuerda al Argentino
su gloria acreditada
y su fulmínea espada
lo llena de terror.
Honor.
TODOS: Honor.
LUISA: Honor.
TODOS: Honor.
Honor a los valientes.
MUJER 2ª: La patria se salvó.
SAN MARTÍN: Compatriotas contad con mi gratitud. Ese ardiente celo por
la libertad e independencia me enajena y asegura, que

112 ANÓNIMO antología de obras de teatro argentino 113


Defensa y triunfo
del Tucumán
Luis Ambrosio Morante
> defensa y triunfo del Tucumán por el General Belgrano
Pieza militar en dos actos

PERSONAJES

EL GENERAL BELGRANO Sr Luis Ambrosio Morante


VILBADO
DON IGNACIO
DON NICASIO
} Oficiales
Sr Joaquín Ramírez
Sr Joaquín Culebras
Sr Juan Velarde
PIERNA SANTA
MALAPESTE } Soldados
veteranos
Sr Felipe David
Sr Jacobo González
CARA-INIGÜA, Tambor el hijo de Ortega
COSME
CHURRETE } Voluntarios Sr Juan Diez
Sr Ventura Ortega
UN OFICIAL PARLAMENTARIO
DEL EJÉRCITO REALISTA Sr Juan Antonio Viera
LUISA
JUANA
Comparsa de niños, ancianos, mujeres y paisanos - Comparsa de oficiales y
tropas de ambos ejércitos.

ACTO I

CAMPO DE LAS CARRERAS EN DISTANCIA LARGA, SE DEJA VER LA


CIUDAD DEL TUCUMÁN. POR LA ESCENA HABRÁ REPARTIDOS,
DURMIENDO SOBRE LAS CARTUCHERAS O CANANAS, VARIOS
SOLDADOS Y PAISANOS DEL EJÉRCITO PATRIO.
AL TIEMPO DE LEVANTAR EL TELÓN SE OYEN LEJANOS
INSTRUMENTOS MARCIALES TOCANDO ALBORADA.
EL TAMBOR CARA-INIGÜA SE PRESENTA TOCÁNDOLA. LOS
SOLDADOS Y PAISANOS VAN DESPERTANDO SUCESIVAMENTE.
SALEN VILBADO, IGNACIO Y NICASIO.

IGNACIO: ¡Vaya! ¡Soy feliz!

antología de obras de teatro argentino 117


defensa y triunfo del Tucumán

NICASIO: ¿Por qué? Don Ignacio lo recibe, abre y lee para sí.

IGNACIO: Porque me duró el dinero IGNACIO: ¡Famosamente!


hasta el punto que han sonado ¡Esto se va disponiendo
las campanas de pellejo de veras!... Chicos, adiós. (Yéndose).
y no he tenido que estar
NICASIO: ¿Adónde vas tan violento?
de mirón.
IGNACIO: ¿Adónde? A ordenar los Cuerpos
VILBADO: ¡Qué! ¿Todo el resto
de la División que debo
perdiste?
mandar cuando nos ataquen.
IGNACIO: El maldito Monte
VILBADO: ¿Cuál División?
hasta que me deje en cueros
no ha de parar… ¿Mas, qué importa? IGNACIO: Según veo
Nací desnudo y lo mesmo es la Segunda Columna
tengo de morir… ¡Canario! de Infantería. Debiendo
¡Lleve el demonio al primero ir al frente, en las Secciones
que se aflije por metales! que han formar su completo,
los esforzados Sempool,
VILBADO: Si necesitas dinero
Ruiz y Tellería.
Ignacio, aquí tienes. (Dale un bolsillo).
NICASIO: ¡Bueno!
IGNACIO: ¡Hombre,
¡Chico, el parabién te doy!
entre amigos verdaderos
no debe haber pan partido! (Lo guarda). VILBADO: Yo el parabién, y el afecto.
IGNACIO: También me ordenan que vaya
Sale Malapeste
a observar los movimientos
MALAPESTE: ¿Mi comandante? del enemigo, que ayer
tuvo su avanzada menos
IGNACIO: ¿Qué hay bueno,
de media legua distante
Malapeste?
de los batidores nuestros;
MALAPESTE: Hay, que el Mayor mas cuando se le aguardaba
General, manda este pliego para decidir el pleito,
para usted. retrogadó de improviso
situándose en Tafi-Viejo.

118 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 119


defensa y triunfo del Tucumán

Con que por si acaso salen VILBADO: Tu conformidad celebro.


erradas, que todo es bueno, IGNACIO: ¡Digo! Por ventura ¿Ignacio
y doy con una emboscada, nació para ser eterno?
dígale usted al Sargento ¡Tertulia! Desde aquel punto
Mayor del número seis en que sometí mi cuerpo
que me prevenga al momento a vestir con dos colores,
treinta hombres. dije para mi coleto:
MALAPESTE: Muy bien, señor. (Vase). “¡Warnes! Tú ya no mueres
IGNACIO: Con que será hasta más vernos, de entripado, ni de aquellos
muchachos… Pero ante todo, favores que nos reparten
vuelve a embolsar tu dinero (A Vilbado) los alumnos de Galeno”.
pues ya no es preciso. Dadme Supongo que me entendéis…
un abrazo. Ah, sí; os advierto Muchachos, hasta más vernos. (Vase).
(por si acaso en la sangrancia VILBADO: ¡Qué carácter tan amable!
me toca algún regalejo NICASIO: Sí, amigo; yo te confieso
de aquellos que a la otra vida me da envidia su bravura.
nos mandan para in eternum). Su jovialidad, su genio,
que echéis mano a mi equipaje su desinterés, compiten.
e informándoos a quien debo
de los muchos camaradas Dentro un Centinela.
hagáis se vean contentos, UN CENTINELA:
sino pagados. He aquí (A Vilbado dándole un papel) Los de Guardia…
un mediano documento
VILBADO: Hacia este puesto
en esta lista. Si sobra
me parece se dirige
peculio y salís del riesgo
el General…
echad brindis por Warnes
y que os haga buen provecho; Se oyen los tres golpes de llamada.
que yo mandaré las gracias
NICASIO: Recorriendo
desde el otro barrio.
vendrá nuestras avanzadas.
NICASIO: Cierto que es de admirar tu frescura.
VILBADO: No quiere honores.

120 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 121


defensa y triunfo del Tucumán

NICASIO: No es nuevo que recibió orden expresa


en su genial… ¿Mas por qué de observar los movimientos
se desmonta, y a este puesto del ejército de Lima.
se dirige, y sin escolta? GENERAL: ¡Oh! ¡Le ha tocado! Lo siento
VILBADO: ¿Cuánto me apuestas que al sueño porque lo necesitaba.
se ha denegado esta noche? VILBADO: Pues, mi General, por eso
NICASIO: O quizá sobre algún cuero no se apensione Vuecencia:
habrá dormido. Belgrano yo, con el permiso vuestro,
cuando está sobre armas puesto relevaré su persona.
no echa menos las cotufas. GENERAL: Porque os estimo lo apruebo.
Es incansable el desvelo
VILBADO: Vuecencia quede con Dios
que tiene.
que a reemplazar voy su puesto. (Yéndose).
VILBADO: Y añadir puedes
GENERAL: Atended.
su rectitud. Para el premio
o el castigo, no distingue VILBADO: ¿Señor?
al soldado, al subalterno GENERAL: Quedamos
ni repara en graduación; en que si por el relevo
el que incurra, tenga cierto fallecéis de algún revés
que le ha de aplicar la ley… de la guerra, yo no tengo
Pero él llega. culpa alguna.
Sale el General VILBADO: No, señor;
pero sí saber deseo…
GENERAL: ¡Caballeros! Si en la gloria
LOS DOS: A la orden de Vuecelencia. en lugar de Warnes muero,
GENERAL: El valiente compañero (A Vilbado) ¿podré obtener el honor
de usted, yo presumiría allá en los futuros tiempos
que se hallase en este puesto de que la fama publique
con tan grata sociedad. que sostuve los derechos
de mi patria, y que por ella
VILBADO: Hacen muy pocos momentos
sacrifiqué mis alientos?

122 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 123


defensa y triunfo del Tucumán

GENERAL: No hay duda. de su obligación, estarse


VILBADO: Pues de tal modo electrizado en el juego
Vuecencia del pensamiento toda la pasada noche?...
deseche que nadie pueda ¿Qué se admira usted?... Yo mesmo,
culparle en este suceso; yo mesmo, sí, lo he notado
cuando el fallecer como héroe cuando anduve recorriendo
es un blasón, es un premio las avanzadas.
a que debe ambicionar NICASIO: Qué escucho…
todo americano pecho. (Vase). GENERAL: Yo propio vi al centinela durmiendo,
GENERAL: (Aparte) en vez de allí vigilar
Por vida mía que vale sobre el seguro de un puesto
cada patriota un imperio. de tal consideración
Y pasando a otra materia, y de tan crecido riesgo.
señor Oficial… intento Yo, porque acaso el Mayor
preguntarle a usted ¿si el día General en aquel tiempo
que condecoró su pecho no evidenciase tal crimen,
con insignias militares saqué del pesado sueño
la Madre-Patria, fue a efecto al delincuente soldado…
de que poseído de honor ¿Y el cargo de un tal defecto
vindicase sus derechos sobre quién debe caer?
y su justicia en campaña ¿Pasaré al castigo recto
despedazando los hierros del dormido centinela
que la impuso el despotismo… o del oficial que ciego,
o para que dado al juego, olvidando sus deberes,
distracción, libertinaje, su honor, su patria, su empleo,
pase torpemente el tiempo al frente de un enemigo
mi buen Oficial, notado de nuestra sangre sediento
hasta de sus más afectos abandona su avanzada
camaradas? ¿Es un modo y a todos nos deja expuestos
de llenar el desempeño a una derrota segura?

124 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 125


defensa y triunfo del Tucumán

La Patria descansa en nuestros ¿Usted es patriota?... ¿Usted


deberes: yo los confío lleva ese uniforme puesto
a mis jefes subalternos: por la libertad? ¿Usted
los jefes a un centinela se titula verdadero
para que vigile atento Americano?... ¿Usted es
las insidias del contrario… sólo un cancerado miembro
¿Y es posible que los mesmos que infesta, mata y destruye
jefes, bases de la Patria, las nobles partes del cuerpo?
quieran ser el instrumento Habéis incurrido en crimen
que destruya el edificio de lesa-Patria… ¿Qué ejemplo
de su libertad? ¡Qué riesgos podrá tomar el soldado,
nos pudo haber irrogado qué disciplina? Si atiendo
el terrible desacierto a cuanto las militares
de usted!... ¡Mas, gracias a Dios leyes claman exigiendo
que no sucedió! Muy puesto sobre tamaño delito…
parecer podrá en justicia ¿cuál fin obtuviera el bueno
que mientras burlando empeños, de mi don Nicasio?... ¡Ah!
superando inconvenientes ¡Qué agudo puñal!... ¡Qué acervo
y hollando los contratiempos, dolor para el pobre anciano
nuestros bravos compatriotas padre… para el fino y tierno
arrostran con firme aliento corazón de aquella esposa
las vigilias, la intemperie que sus dichas y consuelos
y la muerte… ¿al predilecto y sus esperanzas cifran
del General, lo sindiquen en usted solo!... ¡Tremendo
omiso en el cumplimiento golpe! Mirar que al impulso
de sus deberes, no sólo del plomo rindió su aliento,
para sí, mas impidiendo no con gloria de su estirpe,
que otros buenos oficiales sino para triste ejemplo
ejerzan el desempeño de inobedientes y malos
de su regla militar? militares!... ¡No! ¡Los Cielos
¿Qué es esto, señor, qué es esto? no permitan que jamás

126 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 127


defensa y triunfo del Tucumán

cometa usted igual yerro! sólo en pensarlo. El honor


Mas, no; ni creo sucederá. es el numen del guerrero.
Seamos amigos: el tierno Yo guerrero, y sin el numen,
cariño que usted me debe, ¿por qué el vivir apetezco?
quede premiado volviendo Lo primero que dirán
sobre sí: desempeñando los émulos del afecto
su glorioso ministerio que el General me profesa,
en la defensa del Sud. es… que valido del fuero,
Lo espero; sí; y que a su ejemplo de su amistad, mis deberes
cuantos delinquir pudieran sepulto en olvido eterno,
subsanen su vilipendio. faltando con torpe mengua
Para que diga la historia a mi Patria y juramentos,
en sus fastos a los tiempos, a mis caros compatriotas,
cuando memoren la empresa y lo que es más, al derecho
del fiel Tucumano pueblo de americano. Quizá,
“Que sobre el campo de Marte, quizá dirán que un tal yerro
al vindicar los derechos en cualquier otro infelice
y la augusta independencia sería con vilipendio
del Sud-Américo suelo, castigado: mas en mí,
el verdadero patriota para incitarme a otros nuevos,
no fue tahúr sino guerrero”. (Vase). se reprende con dulzura
NICASIO: ¡Por dios que con su blandura en agravio del ejemplo
y afabilidad el bueno militar… ¡Ah! ¿Yo ser causa
del General, me ha metido de que se inculque al modelo
la espada hasta el puño! Es cierto: de obediencia? ¿Yo he podido
mi falta es escandalosa. dar margen a que un eterno
Un juvenil distraimiento, puñal de angustias, hiriese
¡de cuántas notas indignas de mi Rosalía el pecho?
ha mi conducta cubierto Yo a mi Patria… ¡Oh! ¡Nunca sea!
Del honor el vivo fuego
ante la faz de la Patria!
reanimando mi existir,
Me confundo, me estremezco

128 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 129


defensa y triunfo del Tucumán

me inspira el noble proyecto Cosme entra por una puerta (que se supone ser pulpería) y
saca un frasco y reparte de beber.
de sacrificarlo todo.
Sí, corazón. Demostremos COSME: ¡Señores!
cuanto es otro aquel mortal
Beber, y penas a un lado.
que sus faltas conociendo
se afana por subsanarlas. Alegría: porque el golpe
Busquemos, honor, busquemos que han de llevar los contrarios
entre los terribles choques de nuestra causa, merece
y entre el pavoroso estruendo sin remedio festejarlo
de las armas, o la muerte, como el de ahora siete días.
o que mi decoro ileso ¡Qué tunda dicen llevaron
quede a la póstuma edad.
los realistas!
Para que digan los tiempos,
cuando acuerden la energía CHURRETE: Señó Cosme,
del fiel Tucumano pueblo: yo que estuve camorriando
“Que sobre el campo de Marte, no lo hice muy mal: algunos
al vindicar los derechos me limpié.
y la augusta independencia
del Americano suelo, TAMBOR (CARA-INIGÜA):
el verdadero Patriota Pues yo, paisano,
no es tahúr sino guerrero”. (Vase). no me quedé atrás. Dos maulas
por poquitas me agarraron,
Pito. (Telón).
pero yo con mis pistolas
los ultimé de un balazo.
ACTO II ¡Ahijuna pucha el tambor
Cara-Inigüa!
Plaza del Tucumán. Aparecen los Paisanos que pudieren CHURRETE: ¡Ché muchacho!
(entre ellos Cosme, y Churrete) haciendo el ejercicio a la No vengáis aquí mintiendo.
muda, mandados por algún inteligente. Cara-Inigüa estará
componiendo su caja. Varias mujeres sentadas en sus puertas TAMBOR: Ño Churrete, o señó diablo,
haciendo hilas para los heridos. Concluido el ejercicio, dicen
todos los Paisanos. aunque usté es tan Oparron
y yo soy un renacuajo
TODOS: ¡Viva la Patria! venga afuerita por el Río
y nos tiraremos cuatro

130 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 131


defensa y triunfo del Tucumán

al pecho, a ver el que miente. por fuerza lo hace valiente.


¡Oiga el baladrón! COSME: ¡Qué sabido es el muchacho!
COSME: Oh, vamos, ¿De qué tierras eres?
hoy no es el día de cuestiones TAMBOR: Porteño
sino de prepararnos
COSME: ¿Tienes padre?
para entrar en la camorra.
TAMBOR: ¡Qué marrano!
TAMBOR: Bien está, pues.
¿Sin padre conoce a alguno?
COSME: ¿Los contrarios
CHURRETE: ¡Hombre, yo conozco a tantos!
eran en número grande?
TAMBOR: ¿Dónde los conoce usté?
CHURRETE: ¡Amigo! Siguro cuántos
eran no le hey de decir. CHURRETE: En mí, pues sí, yo soy guacho.
Pero dende que en Yatasto COSME: Aunque en todo el Tucumán
cortamos las cuerdas fiero, celebrando están el gato
y vinimos reculando, por liebre que los realistas
sólo pudimos saber en ustedes encontraron,
que era una manguardia, al mando lleve el diablo si no gusto
de ñor Tristán, y con todo que me refieran el caso
en las Piedras recularon. de nuevo, porque el contento
COSME: ¿Y traían muchos cañones? me tiene medio alocado.
TAMBOR: Yo les quité uno de a cuatro. TAMBOR: Mire usté, ñor Cosme…
COSME: ¿Vos solo? CHURRETE: ¡Che!
Aonde que haiga hombres barbaos
TAMBOR: Yo, y otros tres
no meten su cucharada
patriotas, y ño Serranos
los mocosos.
mi Cabuscuadra.
TAMBOR: ¡Voto al diablo!
COSME: No hay duda
Ya se lo he dicho otra vez
que eres un guapo muchacho.
que anque usté parece un chancho
TAMBOR: La Causa que difendemos con esa figura, salga
anque uno no sea guapo, allí afuerita pá el campo

132 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 133


defensa y triunfo del Tucumán

¡y veremos si es más hombre dispuso la reculada


que yo! pá el Tucumán, ordenando
COSME: Cara-Inigüa, vamos: que vinieran las carretas
vamos pues, señor Churrete, y familias caminando
se remató, está acabado: por delante… ¡Dios del alma!
haiga paz, haiga alegría; ¡Parecía hormiguero el campo
y en contándome lo que ansío con tanta mujer! ¡Toditas
por saber, a todo el mundo con sus hijitos cargados!
les prometo convidarlos. ¡Daba miedo! ¿Y la mozada
que venía repuntando
CHURRETE: Por mi parte se acabó
de la Quebrada del Toro,
TAMBOR: Y por la mía. de Salta y Jujuy? ¡Paisanos,
COSME: ¡Bien! ¡Bravo! no lis puedo ponderar!
Que hable el amigo Churrete. ¡Derecho viejo! Ni el diablo
que pudiese discuidar:
CHURRETE: Pues sí, amigos; escusao
¡siempre la micha en la mano
Todos le rodean para escuchar. pá los cañones; y siempre
Oficiales y Soldaos
será contarles aquí
durmiendo sobre el fusil!
cuántos lances les pasaron
El General don Belgrano
a los nuestros, hasta que
y don Díaz-Vélez, todito
allá en Suipacha si ahogaron
lo vinían correteando…
tantos. Pero dende entonces
¡Tan sucios! ¡Virgen! ¡Tan negros!
siempre nos talonió largo
Como ansina de barbaos. (Señalándose).
la gente del enemigo:
En el Río de las Piedras
y como toó paisano
los nuestros hicieron alto,
en pudiendo si reunía
pero no la retaguardia
con los de acá, de contao
que juntito al Río Blanco
mi vine con mi cuñada
se paró medio a sestear.
dende Salta. Allá en Yatasto
¡Cristo de mi alma! ¡No hablo
ya nos apretaban fiero;
lleno de aguardiente, amigos!
y al instante don Belgrano

134 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 135


defensa y triunfo del Tucumán

Sin saber cómo ni cuándo el General, y gritaba:


entre las gentes de Lima “Mis compañeros, mis bravos,
nos vinimos acorralaos. no aflojéis pues, libertar
Con decir que a don Díaz-Vélez, guestro suelo!...”. ¡Qué carancho,
que juntito a su caballo ni qué vivir! Allí todos
dormía, lo dispertó embestimos como diablos,
pá que se rindiese un Cabo y los hicimos correr.
del Real de Lima! ¡Mas qué! Y como no acostumbrados
¡Ay hijo un cabrón, el muchacho! estaban a estos parajes,
¡Qué aflojar! Sin más dicir, se iban pegando porrazos
le sopló un pistoletazo contra los árboles como
y lo hizo bailar; y al punto los avestruces del campo
saltando sobre el caballo suelen hacer; y allí entonces,
tomamos la disparada, quedaban en nuestras manos.
toditos entreveraos En fin, señor, ya está visto
hasta el bajar la barranca. que nuestros probes contrarios
¡Ahijirio! Allí un cañonazo no valen ni esto siquiera
de nuestro ejército hizo si no están aventajaos.
detener a los marranos Después de esto, nos vinimos
que nos seguían. Mas como pá el Tucumán; y olfatiando
ellos se iban amuchando los patriotas de este pueblo
cada vez más, por poquitas que Díaz-Vélez y Belgrano
no nos pusieron al parto, querían cortar las cuerdas
¡si ese don Carlos Laforest con su tropa, les mandaron
y ese don Miguel de Araos que no los abandonaran,
por dentre el cañaveral porque estaban declaraos
y el monte a sable y balazos y resueltos a morir
no les mojaran la oreja! qual güenos americanos.
¡Fuego y más fuego, Paisanos, Al ver esto, el General
y viva la Patria! Entonces defenderlos ha jurao
vino con espada en mano o morir… ¡Pucha en el queso!

136 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 137


defensa y triunfo del Tucumán

Puede, amigos, que hoy tengamos CHURRETE: Vele ahí para que conozcan
la camorra. Gueyeneche los que nos han reputao
dicen que es hombre alentao por animales, que un hombre
porque tiene tres mil hombres es un hombre.
en su manguardia, mandados TAMBOR: ¡Qué marrano!
por don Tristán ¡Che! Nosotros
CHURRETE: ¿Qué decís vos, mequetrefe?
cierto es que no somos tantos,
ni con armas; pero semos COSME: Señores, vamos tomando
de corazón y de brazos a la salud de que viva
pá quebrarles el caroso. el valor americano
Tan sólo es de sentir, tantos eternamente.
hermanos nuestros que vienen TODOS: ¡Que viva!
al matadero engañaos.
Beben todos.
Dios quiera abrirles los ojos
para que no sean caballos TAMBOR: Y llame a todos los diablos
que se dejan ensillar aquel a quien no le guste.
por dar gusto a los chimangos.
COSME: ¡Digo! ¿Qué nuevo fregado
¡Podría ser que se arrepientan!
es el que miro?
Mas si todavía ostinaos
se atrevieren a insultar, CHURRETE: ¡No es nada!
teman tóos los contrarios; Que se están tirando quatro
tajitos el Pierna Santa
pues con justicia y auxilio
y el Malapeste.
de Dios Poderoso y Santo,
¿quién afloja, si por cierto COSME: Apartarlos
vale un guen Americano? es preciso.

TODOS: ¡Viva Churrete! CHURRETE: ¿Para qué?


Déjelos, nomás, paisano;
COSME: ¡De modo ¡si los hijos de la tierra
aquí el Amigo ha contado esto la toman jugando!
el pasaje, que de gusto
De adentro de una casa salen acuchillándose el Pierna Santa y
todavía estoy llorando! el Malapeste y Juana deteniéndolos.

138 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 139


defensa y triunfo del Tucumán

CHURRETE: ¿Y mi cuñada?
JUANA: ¡Que se matan! ¡Que se matan!
PIERNA STA.: ¡Canario!
MALAPESTE: No me has de ganar a guapo. Nunca está demás la carne
PIERNA SANTA (PIERNA STA.): porque haya mucho ganado.
Tampoco vos, baladrón. COSME: ¿Pero qué es puntear?
CHURRETE: Vaya, se acabó, paisanos. MALAPESTE: ¡Oh, el hombre!
COSME: Señores, basta de riña No se haga el sonso.
TAMBOR: Basta. COSME: Paisano,
¡No hacen ningún caso! no lo entendí.
Basta. MALAPESTE: Es un tientito.
PIERNA STA.: Quite allá el mocoso. COSME: ¿Y qué es tientito?
TAMBOR: Basta, y en nombre lo mando MALAPESTE: Los diablos.
de la Patria.
COSME: Si no entiendo una palabra.
Todos se destacan. PIERNA STA.: ¡Valiente no maliciarlo!
PIERNA STA.: Se acabó. Esto es que a Juana su hija
ese y yo la enamoramos.
TAMBOR: Ea, marchen arrestados.
COSME: Muy bien. Vamos ¿ a cuál quieres
PIERNA STA.: Si digo que se acabó.
de los dos?
TAMBOR: Entonces dense las manos.
JUANA: Si he de hablar claro,
Se las dan. al Malapeste.
COSME: ¿Y por qué?
COSME: ¿Pero por qué se peleaban?
JUANA: ¿Por qué, pues? Porque es más guapo.
PIERNA STA.: ¿Quiere que lo diga claro?
Por su hija. PIERNA STA.: ¿En qué es más guapo que yo?

MALAPESTE: Sí, señor Cosme; JUANA: En los bigotes. ¡Mirarlos,


íbamos a lastimarnos mirarlos, qué donositos!
porque ese me la puntea. ¡Si hasta las piernas y el garbo
son de patriota!

140 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 141


defensa y triunfo del Tucumán

PIERNA STA.: ¿Pero estos COSME: ¿Quieren que la haga pedazos?


no son de patriota? (Por sus bigotes). PIERNA STA.: ¡Si no es eso lo que digo!
JUANA: ¡Un diablo! COSME: ¿Pues qué?
¡Sancoche nomás, amigo!
PIERNA STA.: Un cambalache hagamos
CHURRETE: Pierna Santa, estais cansado. por ella.
Si no te quiere, ¿a qué viene
COSME: ¿Qué dice, amigo?
estarla majaereando?
Explíquese pues, y veamos.
Además de que la Luisa
mi cuñada, te es bien claro PIERNA STA.: Ya se ve; como uno está hecho
que no se volvió a casar siempre a tratar con caballos,
en Salta por vos. como usté muy bien lo sabe,
aun la maña me ha quedado
PIERNA STA.: No es caso
de hablar ansi. ¿Cómo ha e ser?
sacar a que naides sepa
Se podía hacer un trato.
secretos que ya pasaron.
Aquí están veinte pesitos
CHURRETE: Pues si no es del caso. Adiós. que pillé anoche en el paro;
TAMBOR: Deme su fuego, paisano, tómelos, y deme a su hija
que también yo sé pitar. por mujer.
COSME: Pues qué, ¿pitan los muchachos? COSME: Más despacio.
TAMBOR: Si hasta las mujeres pitan ¿Porque me visto de lana,
¿no han de pitar ellos? (Enciende). que soy carnero han pensado?

COSME: Este no es tiempo de amores PIERNA STA.: No, pero como es usté
sino de ponernos guapos pulpero…
para cascarles las liendres COSME: Aunque muy honrado.
otra vez a los contrarios. Cuando yo vine de España
TAMBOR: ¡Ojalá que agora fuera! no traje más que una mano
atrás y la otra delante.
PIERNA STA.: ¿No se podría hacer trato,
Llegué, por un raro acaso,
señor Cosme por la moza?
al pueblo del Tucumán;

142 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 143


defensa y triunfo del Tucumán

en donde me dio la mano al Soldado, al Oficial,


una señorita viuda, al Tambor, al Voluntario,
de que resultó casarnos en fin, a cualquier patriota
y poner mi pulpería. que en contra de los tiranos
De mi matrimonio amado muestre más valor en ella,
tuve esta hija, y enviudé le doy de Juana la mano
al cabo de algunos años. y también la pulpería.
Ustedes preguntarán TODOS: ¡Viva el Patriota!
¿para qué fin he contado
PIERNA STA.: Me allano.
mi vida? Y yo les respondo:
que es porque sepan de claro TAMBOR: Y yo también.
que aunque tengo pulpería CHURRETE: Si no hubiera
no la he tenido estafando esos tropezones malos
como muchos polizones, también al fandango entrara;
ni soy hombre de esos tratos. que por la Juana, aunque callo,
Al revés; gasto mi plata el potrillo del amor
con gusto y con todos cuantos suele corcovear a ratos.
reconozco que defienden
JUANA: (A Malapeste)
esta causa. Yo, paisanos,
¿Y vos qué decís?
no sigo la propia senda
de muchos alucinados MALAPESTE: ¿Quién sabe?
que no acaban de caer JUANA: ¿Y qué, no entrais en el trato?
de su burro. Yo soy claro: MALAPESTE: ¿Para qué?
la más verdadera patria
JUANA: ¡Nunca creyera
del hombre de bien y honrado
que me fueses tan ingrato!
es aquella en que subsiste;
a la cual se halla obligado Sale don Nicasio con Paisanos de todas clases.
a defender con su sangre
si no quiere ser ingrato. NICASIO: ¡Que viva el Dios de la Patria!
Así en la próxima acción TODOS: ¡Viva!
que por puntos esperamos, COSME: ¡Señor don Nicasio!

144 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 145


defensa y triunfo del Tucumán

¿Las gentes que se aguardaban fe de cómo nos portamos.


son estas?
Sale Luisa.
NICASIO: Así es.
LUISA: ¡Pues no se ha hecho repeluz
COSME: Lo aplaudo.
y en ninguna parte lo hallo!
NICASIO: Estos, y otros muchos más ¿No ha vuelto aquí Pierna Santa?
han venido voluntarios
CHURRETE: No sé.
a presentarse. ¡Señor!
¿Ni para qué nos cansamos LUISA: ¡Qué cara de diablo!
en referir? El ejemplo CHURRETE: ¿Aónde vas?
tenemos visible y claro
LUISA: Sobre mis piernas.
en aves, peces y brutos
que incautamente apresados CHURRETE: ¿Y qué hacéis?
sacrifican sus alientos LUISA: Pitar cigarros.
por libertad. Luego es claro CHURRETE: ¿A quién le pechasteis?
que del Sud los naturales
LUISA: ¡Calle!
opresos trescientos años,
¡Qué miro! ¿No es don Nicasio
por precisa ley respiran
mi vecinito? ¡Oh, señor!
libertad.
NICASIO: ¡Luisa! ¡Mujer! ¡Aquí estamos todos!
COSME: Voy de gusto
a convidarlos. LUISA: ¿No se acuerda usté,
cuando estaba usté estudiando
Sale Pierna Santa.
en Buenos Aires, juntito
TAMBOR: ¿Quién será ese de mi casa; aquellos palos
que viene remoloneando que llevó por cierta piedra?
atrás? NICASIO: ¿Y tú te acuerdas del chasco
NICASIO: Un maestro de sastre. que te dio aquel Andaluz?
¿Estuvisteis pleiteando
JUANA: ¿Y aquel bajito?
mucho tiempo?
NICASIO: Escribano.
LUISA: Lo dejé
COSME: Vayan viniendo y darán porque me achacó el malvado

146 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 147


defensa y triunfo del Tucumán

mil cosas que nunca hice; Sale Pierna Santa.


y los jueces sus paisanos
PIERNA STA.: ¡Amigos!
como le daban razón,
El General va llegando.
él se ponía tan ancho:
hasta que ya de aburrida Los que tengan armas se ponen en formación; los demás se
acomodan respetuosamente. Sale el General acompañado de
fue fuerza tomar estado todo su Estado Mayor, con el Oficial del ejército realista,
con un mocito Salteño seguido del pueblo.
que venía acomodado
GENERAL: Quietos, quietos. Llegue usted,
para Salta: y como luego
señor Oficial.
después se metió a Soldado
y falleció en la derrota OFICIAL: (Aparte)
de Huaqui, en tal desamparo Pasmado
no tuve más que quedarme estoy al ver la energía
en Salta con mi cuñado del Tucumán.
que es peón de mulas. (Señalando a Churrete). GENERAL: Sin embargo
NICASIO: Muy bien: que sé vuestra comisión
séalo por muchos años. y que me hallo facultado
para contestarla en todo,
CHURRETE: Sí, señor, dios se lo pague.
no he querido ejecutarlo
NICASIO: ¿Mas aquí entre los Soldados, sin que antes la escuche un pueblo
qué haces? cuyo valor y entusiasmo
LUISA: El maldito amor se hará inmortal en la historia.
me agarró con un paisano Servíos, señor Enviado,
que se ha de casar conmigo: exponer vuestra misión
y como él es veterano al mismo pueblo.
y mi cuñado venía OFICIAL: Ya lo hago.
en clase de Voluntario Don Pío Tristán, Mayor
siguiendo la retirada General, a cuyo mando
de nuestro ejército, al cabo viene la grande Avanguardia
fue fuerza seguirlo. del ejército esforzado
dal Rey, os intima y dice:

148 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 149


defensa y triunfo del Tucumán

“Si en el perentorio plazo Que triunfen felices


de dos horas no se rinde los Americanos.
el miserable puñado GENERAL: Sí, triunfarán, sí. Yo creo
de hombres que llevan las armas que os encontrais contestado.
en el pueblo tucumano, Y añadid a vuestro Jefe
será el Jefe responsable por mi parte… Que si osado
de los horrores y estragos con la desventaja nuestra
que las tropas del monarca sus proyectos temerarios
originarán; mostrando pretende formalizar,
de aqueste pueblo en las ruinas se prepare al resultado
un padrón eternizado”. de funestos consiguientes,
Si os rindiereis, obtendréis por la infracción al sagrado
los honores acordados derecho que las naciones
por la guerra: recibiendo menos cultas, venerando
el más respetable trato están en todos los pueblos.
de un hijo del Sud, que aprecia En buenhora con cruel mano
la sangre de sus paisanos cebe la ardiente llama,
cual la suya, y que deplora que sus flameantes estallos
vuestros sistemas errados. serán el terrible impulso
(Imperioso) Entre la muerte o la vida, para que mis esforzados
gloria, o infamia, en el acto campeones hagan cenizas
lo que eligiereis decid, a los siervos de Fernando.
pues con impaciencia aguardo. Y entonces serán sus ruinas
(Pausa) el más indeleble fasto
Al ejército del Rey que de nuestra libertad
¿qué contesta el sublevado? el estandarte elevando
Unánime y repentinamente canta el pueblo, señalando a las patenticen la energía
armas. “del miserable puñado
de hombres que se llamarán
TODOS: ¡Que viva la Patria
Sepulcro de los tiranos”.
libre de tiranos!

150 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 151


defensa y triunfo del Tucumán

OFICIAL: Vos, su caudillo, sin duda, de cuanto allí nuestras bravas


debéis haber olvidado falanges se coronaron
que contestáis a las tropas de inmarcesibles laureles
que cual humo dispersaron contra el poder sanguinario
(tan sólo con presentarse) de Nieto; y cuya memoria
ese valor decantado debería escarmentaros.
en Yaguaycoragua y Huaqui. OFICIAL: Quizá esa memoria misma
GENERAL: Eso mismo demostrando sería el móvil gallardo
está cuánto sois cobardes; que a una fuga vergonzosa
pues el jefe refractario os puso en el Río Blanco.
que os comanda, trepidó GENERAL: Esa fuga que os engaña,
combatirnos en el llano; formó el triunfo que cantamos
empero al golpe infamante en el Río de las Piedras.
del triunfo que habéis contado, Si fue nuestro el descalabro,
ni sosteneros pudisteis decid ¿quién tornó la espalda?
a esos pocos que restados ¿quién dejó por nuestro el campo?
a una vergonzosa fuga ¿quién obtiene los despojos?
en Yavi os precipitaron. ¿quién victoria ha cantado?
OFICIAL: Esa fuga vergonzosa OFICIAL: Hoy quizá la cantaremos,
no condice al descalabro si allá no la anticipamos.
que sufristeis en Suipacha.
GENERAL: Para no exponerse al golpe,
GENERAL: Agradecedlo al naufragio decidle a vuestro engañado jefe:
infeliz de nuestra tropa que si cual presumo
el no salir derrotados quiere cortar los estragos
entonces; y memorad de una guerra vergonzosa,
que al ver el río vadeado que a los venideros fastos,
por unos pocos, en fuga con mengua recordará
salisteis abandonando la destrucción que nos damos,
vuestros bagajes y trenes. deje volver a su hogar
Si no basta esto, acordaos los míseros que arrastrados

152 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 153


defensa y triunfo del Tucumán

trae por la fuerza, y se rinda puede ser que les cantara.


con los pactos que ha insinuado.
Dentro Generala con tambor.
OFICIAL: Mientras un guerrero cuente
el ejército del Alto TAMBOR: ¡Generala están tocando!
Peru, no admitirá nunca Adiós… (Vase llevando su caja).
tales vergonzosos pactos. MALAPESTE: Esto ya hiede
GENERAL: Culpad si son vergonzosos a fandanguillo.
a quien los haya dictado. Dentro tres cañonazos.
OFICIAL: Está bien. Quedad con Dios… (Vase).
COSME: ¿Qué significa esta bulla?
GENERAL: Él os guarde muchos años.
Hasta la última avanzada PIERNA STA.: Que si acaso no me engaño
váyale usted escoltando (A un edecán, que se va). dentro de muy pocas horas
Decidle vos a Díaz-Vélez estaremos atacando.
que ejecute lo acordado. COSME: ¿Y a quién?

Vase Don Ignacio. JUANA: ¿Y quiénes han de atacar? (Asustada).


COSME: ¡Qué pregunta!
Venid, don Nicasio. (Vase con su Estado Mayor).
Nosotros y los contrarios
NICASIO: Apenas
Sale el General con sus Edecanes don Ignacio y don Nicasio.
de rubor puedo mirarlo. (Va a irse).
CHURRETE: Patrón, ¿es hoy la camorra? GENERAL: ¿Qué hacen ustedes aquí?
NICASIO: Así nos lo sospechamos. (Vase). A sus destinos, volando.

COSME: ¡Caramba, y qué fanfarrón Vanse los Veteranos.


es el tal parlamentario!
¡Hijos de la Libertad!
CHURRETE: Pero el señó General ¡Vuestro deseo ha llegado!
le apretó fiero los machos.
TODOS: ¡Victoria! ¡Viva la Patria!
MALAPESTE: Si en el pellejo me hallara
GENERAL: ¡Dios oiga vuestros presagios!
de su Excelencia, otro gallo
¿Quiénes son estas gentes?

154 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 155


defensa y triunfo del Tucumán

IGNACIO: Son pertenecen a la Patria


los patriotas de Santiago digna tan sólo de lauros.
del Estero. TODOS: ¡Viva el Sud, Independiente
GENERAL: Está muy bien. a pesar de los tiranos!
¿Son ustedes Voluntarios?
IGNACIO: Por ellos respondo yo. FIN

GENERAL: Váyalos usted armando


como mejor se pudiere,
y después incorporados
quedarán entre su tropa.
Hijos del Sud esforzados,
si pretendemos ser libres
fuerza es vencer este paso. (Yéndose.)
COSME: Mi General, una gracia.
GENERAL: ¡Mi amigo! Pida usted cuatro.
COSME: Yo estoy en la Compañía
de Patriotas declarados
de Cochabamba y Chayanta:
por ello estoy destinado
a quedar de guarnición
en la plaza; y yo reclamo
a V. E. me conceda
de que entre los Voluntarios
recién venidos me pongan.
GENERAL: No hallo ningún embarazo.
TODOS: ¡Viva el General!
GENERAL: No, hijos:
los vivas de vuestros labios

156 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 157


El hipócrita político
P. V. A.
> el hipócrita político
Comedia en tres actos.

PERSONAJES

DON FABIÁN, ESPAÑOL EUROPEO, padre de


DOÑA CARLOTA, prometida de
DON TEODORO GARCÍA
DOÑA EULALIA, cuñada de Don Fabián
DON MELITÓN, español empleado en el Estado Americano
LUIS, dependiente de don Fabián
JUANA, criada de confianza de don Fabián
UN CRIADO DE DON TEODORO

LA ESCENA EN CASA DE DON FABIÁN EN BUENOS AIRES, 1819.

ACTO PRIMERO

ESCENA 1

EULALIA y CARLOTA

EULALIA: Vaya Carlota, que tienes un genio que en vez de hacerte


amar, precipitas al hombre más moderado con ese carácter
acre y displicente.
CARLOTA: No os entiendo. ¿Querríais mejor que mereciese el concepto de
una coqueta, que el de una joven honesta y celosa de su honor?
EULALIA: No solicito de ti que excedas los límites de la educación que
tu buena madre y mi querida hermana te dio; pero una

antología de obras de teatro argentino 163


el hipócrita político

joven debe ser afable, cortesana, y sin gazmoñerías, en pocas del asunto principal. ¿En qué he faltado a Don Melitón? El
palabras: ser liberal. otro día mientras usted fue adentro a disponer lo necesario,
CARLOTA: ¡A cuantas daña esa liberalidad! Yo bien sé graduar la me empezó a requebrar con grosería; y aun tuvo el
oportunidad en las cosas; pero no me diréis, tía mía, ¿qué atrevimiento de intentar darme un abrazo. Yo me repuse
motivo he dado para vuestra reconvención? con ira y poco faltó para darle un bofetón.

EULALIA: El más justo: don Melitón… EULALIA: Aunque me lo jures, no te lo creo. Un sujeto que es la
misma moderación... Parece que tú eres de aquellas
CARLOTA: (Con sonrisa.) ¡Don Melitón!... La comprendo.
personas que se creen con derecho de insultar a un hombre,
EULALIA: Me ha puesto formal querella. sólo por ser español.
CARLOTA: Don Melitón es un hombre atrevido, que no distingue a CARLOTA: Yo respeto a los hombres según su mérito y calidades: nada
clase con quién trata. me importa el accidente de su origen, los procederes reglan
EULALIA: ¿Cómo te atreves a calumniar a un sujeto de sus mi conducta. En canto a don Melitón he de tener el placer
circunstancias? Don Melitón es circunspecto por naturaleza, de satisfaceros: prometo que si me es posible hoy mismo me
atento y cortés, de una educación no común; y basta la he de vindicar… (Vase).
calidad de haber abrazado por convencimiento el sistema de
nuestro país para ser recomendable a nuestra consideración.
ESCENA 2
CARLOTA: ¡Don Melitón patriota!... Así será.
EULALIA: ¿Pues puede dudarse? Él se ha comprometido de un modo EULALIA
inequívoco; ocupa un destino en las oficinas del Estado y se EULALIA: ¿Será posible?... Un hombre tan formal, de una edad ya
le ha conferido la carta de ciudadano. sazonada… No lo creo. No hay más. Con los españoles en
CARLOTA: A eso diré a usted que no puedo persuadirme lo haya mi país sucede lo que con los ratones: uno hace el daño, y
movido una ingenua adhesión a la causa de América. Algún todos llevan el palo. ¿Cómo he de dudar de su patriotismo?
interés particular… Él no se roza sino con nacionales y con los de mayor influjo
EULALIA: ¿Y cuál puede ser? y compromiso. Habla con toda libertad, declama contra la
tiranía española con el más vivo entusiasmo… Vaya, no
CARLOTA: ¿No lo llega usted a penetrar? Su misma conservación. Dios
puedo persuadirme.
nos libre que, como se dice, se cambiasen los frenos: sabría
hacer mérito de su hipocresía… Pero nos hemos desviado

164 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 165


el hipócrita político

ESCENA 3 cuñado don Fabián... Pero ¿cómo lo he de solicitar para


cosas tales? Es español al fin; y aunque es de aquellos
Dicha y LUIS que entra. precavidos de expresarse en materias políticas, no le sería
grata mi insinuación y caería en una imprudencia, porque
EULALIA: ¡Que oportuna ha sido, Luis, tu venida!
es natural...
LUIS: ¡Qué ocurre, señora doña Eulalia?
EULALIA: Quiero que me hables con franqueza.
ESCENA 5
LUIS: ¿Sobre qué asunto?
EULALIA: Acerca del juicio que has formado del carácter de don Dicha y DON FABIÁN
Melitón.
FABIÁN: Hermana… ¡tan sola! ¿Y Carlota?
LUIS: Señora, me abstendré de unas franquezas que por lo común
EULALIA: No ha mucho que dejó mi compañía.
son dañosas al que las usa, y aquel contra quien se
producen. Mi buen padre me dio este sano consejo: “Si FABIÁN: ¿Sabrás que nada hay ya del casamiento con Teodoro?
quieres del mundo gozar…” EULALIA: ¿Y por qué? ¿No es un joven completo, acomodado, y…?
EULALIA: No hay duda; mas su observancia no ha de entenderse en FABIÁN: Será cuanto gustes; yo no me atrevo a ofender sus
todas las circunstancias. cualidades; pero no me conviene.
LUIS: En cualesquiera, señora mía, es un mal dañar la reputación EULALIA: Él es rico: quiere a la muchacha con extremo y ella no
ajena, que suele ser el resultado de las confianzas. menos a él. ¿Con qué derecho?
Perdonadme: si no se os ofrece otra cosa que mandar, me FABIÁN: Con el de padre, que me dio el Cielo y la naturaleza.
retiro, pues me apura el despacho del correo de hoy. (Vase).
EULALIA: El Cielo no os ha dado el menor derecho para privar a una
hija de su felicidad.
ESCENA 4 FABIÁN: Yo soy el único que debe responder ante el tribunal
Supremo.
EULALIA
EULALIA: Es cierto: pero si me creéis interesada en la suerte de
EULALIA: Nada hemos avanzado, y la curiosidad me mata Carlotita…
terriblemente. ¿Cómo?... Sobre que no puede ser... En tanto
FABIÁN: No está vinculada la felicidad de mi hija a Teodoro.
que el perro rabia, ha de rabiar por fuerza. Por otra parte, la
Hombres sobran en el mundo que se la puedan
excusación de Luis... Yo he de satisfacer mis deseos. Si mi
proporcionar.

166 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 167


el hipócrita político

EULALIA: ¿Pero no puedo saber el motivo de determinación tan negocio y nada más. Yo por mis circunstancias me veo en la
inesperada? precisión de hacer más. Su Majestad se dignó distinguirme
FABIÁN: Es reservado a mí. No me importunes porque es en vano. con el empleo que disfrutaba antes del tiempo de la maldita
Lo que te encargo es que prepares con prudencia el corazón revolución: consulté conmigo mismo, y vi que era un
de Carlota. Ella es tímida, sabe que la amo, y que no puedo servicio al rey mantenerme a toda costa con él, y aun
desearle, sino su bien. progresar en mi carrera calculando que esta farsa cómica no
puede ser sino momentánea, y mañana, vueltas las cosas a su
EULALIA: Así lo haré. Pero os advierto, hermano, que esta nueva ha de
ser, podré instruir de todo lo ocurrido. Yo me hago la mayor
causar unos efectos muy tristes.
violencia: ¡ya ve usted, un español cómo podrá prostituirse!
Sólo el amor a mi Soberano pudiera exigir este sacrificio de
ESCENA 6 mis fieles sentimientos.
FABIÁN: Es seguramente así. Vaya, don Melitón, que diera otro tanto
DON FABIÁN de mi caudal por la sabiduría de usted.
FABIÁN: Siento por mi Carlota esta determinación, y también por MELITÓN: ¡Amigo! No basta ser sabio, es preciso saber ser.
Teodoro; pero don Melitón con su ojo perspicaz habrá visto FABIÁN: Yo la embarcaría en el momento que intentase…
más que yo: sus razones me han convencido, mas…
MELITÓN: Nada, nada de eso. He estudiado el carácter de usted, y no
merecería ser honrado con el sagrado título de amigo, si no
ESCENA 7 os hablase con franqueza.
FABIÁN: Vivo en esa persuasión. No me desviaré de vuestros
Dicho y DON MELITÓN respetables consejos y descansad en mi amistad. Ya tengo
FABIÁN: A buen tiempo, mi digno amigo. He cumplido exactamente escrito por Montevideo al Janeiro y Cádiz sobre vuestro
como me lo aconsejasteis. mérito: he informado a mis amigos de vuestra importancia
y de los objetos interesantes a la causa de nuestro adorado
MELITÓN: ¿Sobre retraeros del consentimiento para el himeneo de la
Fernando, que os habéis propuesto para figurar entre los
Carlotita?... ¿Eh?
insurgentes, introduciéndoos con los principales cabecillas.
FABIÁN: Sí, señor; ya su tía fue encargada. Vaya: es una burla que cuando la recuerdo a solas, río hasta
MELITÓN: Es preciso a estos pícaros rebeldes hacerles la guerra por más no poder. Son estos criollos unos inocentes. A veces los
todos los medios. Un derecho natural nos aconseja nuestra llego a compadecer, porque al fin son descendientes
conservación, y así es que os he prevenido en lo público os nuestros.
manifestéis indiferente acerca de cosas políticas: nuestro

168 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 169


el hipócrita político

MELITÓN: Su inocencia es mi sombra ¿pero compadecerlos? Son unos ESCENA 8


traidores: jamás, jamás deben ser perdonados. Con ellos no
reza el precepto de Jesucristo, porque maestro tan justo no Dichos y LUIS
puede querer una tolerancia que ataca su santa doctrina.
LUIS: Todo está pronto. Cuando usted quiera firmar las cartas…
FABIÁN: Sí: quien desconoce la autoridad de los Reyes, desconoce la
FABIÁN: Con permiso de usted, amigo don Melitón.
de Dios mismo, como que procede de él.
MELITÓN: Yo me retiro.
MELITÓN: Buena es la de usted: andar con autoridad divina con estos
francmasones. Ya se ve: ¡como no hay inquisición se han FABIÁN: No; quiero que me acompañéis a tomar la sopa, si no hay
introducido cajones de libros franceses de esos autorcillos a inconveniente.
quienes han condenado la iglesia por sus opiniones MELITÓN: Tendré el mayor gusto en complaceros (Vanse).
heréticas! ¿Qué tal religión la de estos hugonotes que en sus
gacetas ponen por tema: “Oh, tiempo feliz en que cada uno
ESCENA 9
pueda sentir lo que quiera, y decir lo que sienta”?
FABIÁN: ¡Hombre!... ¿Qué dice usted?... ¡Jesús!... ¡Jesús!... DON MELITÓN
MELITÓN: No hay más… ¿Qué no ha leído usted por curiosidad
MELITÓN: La gran ciencia de este mundo es saber vivir. El hombre que
alguna gaceta?
no se regla a las circunstancias, va perdido. Gracias al Cielo
FABIÁN: Sí: una que otra he visto por encima. ¿Será tal vez lo que está que me ha concedido don tan precioso. A no ser por él, tal
escrito en latín? vez me vería perseguido por los revolucionarios, no
MELITÓN: Cabalmente. disfrutaría de la tranquilidad que gozo y mucho menos de
las comodidades que me he sabido proporcionar. Para con
FABIÁN: Pero como yo no entiendo el latín, no debe usted extrañar
la corte estoy en el mejor concepto, pues mis relaciones con
que lo ignore. ¡Nuestra Madre de Begoña me favorezca!
este país refluyen a favor de la causa de mi patria. Los
¡Poder pensar lo que cada uno quiera y decir lo que sienta!...
documentos que he remitido a la regencia han sido
Vaya que está el mundo perdido.
recibidos con el mayor aprecio y me han labrado su
MELITÓN: Eso es lo que hoy se llama ilustración. confianza y mi seguridad. Los insurgentes me dispensan sin
FABIÁN: Reniego de tal ilustración. Doy gracias al Cielo por haberme reserva las suyas; y sabré ganarlas cada vez más hasta los
hecho pertenecer al último lugar de las Asturias, donde sólo últimos momentos en que haya de correrse el velo y para
se enseña la fe del carbonero. Pero mudemos de asunto que entonces ya he tomado mis medidas… Mas, Teodoro…
se acerca mi cajero. ¡Oh! ¡es un excelente muchacho!

170 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 171


el hipócrita político

ESCENA 10 dominación, que en nada ha pensado menos que en hacer


nuestra felicidad.
Dicho y TEODORO MELITÓN: Es usted muy joven, amigo. No es la madre del borrego la
TEODORO: ¿Señor don Melitón? fidelidad a Fernando: no lo es, no. El que se le escapa de las
manos la presa de que se alimentaba su codicia: ¡el
MELITÓN: Buen patriota: ¿qué hay de cosas de la patria?
monopolio, el monopolio! ése es el quid de la dificultad. Lo
TEODORO: El ejército de operaciones en el norte marcha ya sobre demás es un velo que encubre la hipocresía.
Montevideo.
TEODORO: Aunque, como decís, muy joven, me ha concedido el Cielo
MELITÓN: Lo supe hoy mismo. Es preciso, amigo, enviar el resto hasta discernimiento bastante para conocer que esos se han
quitar del territorio ese asilo a los tiranos. apartado de sus verdaderos intereses, siendo tan egoístas
TEODORO: Seguramente que nuestro gobierno no perdonará sacrificios. como me lo pintáis. Fincados en el país, dueños de los
MELITÓN: ¡Oh! Las medidas de que estoy informado prometen la capitales, en posesión de las mejores relaciones mercantiles,
prosecución de la empresa. Os consta que nada se me lograrían mayores ventajas en el comercio con los
reserva: mi acreditado patriotismo se ha hecho lugar a tales extranjeros que arribasen a nuestros puertos. Sus capitales
confianzas. Pero… ya sabéis que el fanático de don en giro tendrían otro incremento, y aun cuando las
Fabián… urgencias del estado demandasen su auxilio, les habría sido
mucho menos gravoso a sus fortunas.
TEODORO: No extraño que no sea adicto a nuestra causa. Criado en un
sistema monárquico, connaturalizado con sus leyes. Por otra MELITÓN: Tocando a Dios y al Rey, salta lo de Sagunto y Numancia.
parte un hombre… TEODORO: Pero los americanos ¿en qué ofendemos al Autor de lo creado
MELITÓN: Sí: un hombre, hablando confidencialmente entre nosotros, por sostener unos derechos que Él mismo nos otorgó?
bruto y cerril, que no ha aprendido sino a vender por diez MELITÓN: ¿En qué? ¡Buena es ésa! La autoridad real, dicen ellos,
lo que compró por uno… que jamás ha ejercido la facultad procede de Dios, y cate usted la razón. A más, la donación
de discurrir acerca de otra cosa alguna, cuanto más sobre del Papa…
negocios políticos. Pero yo soy más bruto que Fabián y la TEODORO: Fue un abuso de Alejandro, por no llamar a esa donación
mayor parte de mis paisanos; pues pretendo de ellos un obra de la intriga.
imposible. Son terribles, estúpidos… fanáticos… qué sé yo.
MELITÓN: ¿Pero os dirigís a mí? Me hacéis muy poco favor… ¿O dudáis
TEODORO: Son unos ingratos al suelo que les produjo la fortuna. Yo no de mi convencimiento por la justicia de la causa de América?
tengo a mal que amen el país que les dio el ser: pero sí que
TEODORO: Perdonad: salgo fuera de mí al recordar el origen triste de
desconozcan la justicia que nos asiste para sustraernos a una
nuestra humillación.

172 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 173


el hipócrita político

MELITÓN: Tranquilizaos con el feliz recuerdo de que el patriotismo de inquirir los motivos. Quedó suspenso un rato y exclamó:
supo borrar esa manera. La América del Sud aleccionará al ¡Maldita revolución!
mundo en constancia y virtudes que la pondrán en la TEODORO: ¿Y Carlotita está instruida de esta ocurrencia?
cumbre de su eterna felicidad. (Aparte). Ay, bien de mi vida: ¡qué impresión habrá causado
TEODORO: Pero he admirado el carácter pacífico de don Fabián y su en tu corazón inocente!
madurez… Lo siento un hombre al que miro con el aprecio MELITÓN: Nada sé: pero quiero daros el último testimonio de mi
que de mí se ha granjeado por la franqueza con que ha verdadera amistad. Dejad a mi cargo el asunto.
adherido a mi enlace con la amable Carlotita… ¿Sabéis,
TEODORO: No, no merecería el corazón de mi amada, si yo mismo no...
amigo, que bien presto hará mi dicha?
MELITÓN: No conviene. Yo informaré a Carlotita, si es que se le ha
MELITÓN: ¡Ah, mi don Teodoro! Soy enemigo de dar nuevas tristes:
notificado la sentencia, de vuestros deseos. La tranquilizaré e
pero no sería digno de vuestra estimación, si no os advirtiera
instruiré sobre lo que deba obrar. Descansad en mi sincera
del riesgo en que se hallan vuestras pretensiones.
oferta. Os constan las relaciones íntimas que me unen con
TEODORO: ¿Acerca de Carlotita? Dímelo amigo. En ello recibiré la don Fabián. Él es tímido, y haciéndole ver que puede padecer
prueba más inequívoca de vuestro interés por mi felicidad. por su retractación, y aun sus intereses sufrir menoscabo,
MELITÓN: No: temo a los bríos de la juventud. Debo mil favores a don cederá. Retiraos don Teodoro. No sería provechoso nos
Fabián y… encontrasen aquí. Mi patriotismo es demasiado público, y en
TEODORO: Nada temáis: no os comprometeré. Os lo juro por Carlota sola esta razón pueden hallar un título para desconfiar.
misma, que es el objeto más sagrado de mi corazón. Apaciguad TEODORO: No os comprometáis: yo…
este fuego que me devora: reparad que en la incertidumbre MELITÓN: No os podríais contener, y en estos casos la prudencia es el mejor
será atacado de los horribles juicios, que me precipitarán a agente. ¿Qué ganaríais con que se hiciese pública la conducta de
cualquier atentado. don Fabián? Al fin, es el padre del objeto que adoráis, y no deben
MELITÓN: ¿Me prometéis un secreto inviolable? seros indiferentes sus padecimientos. Dejadlo a mi cuidado: os
TEODORO: Os lo juro por el cielo. aseguro del buen éxito dentro de muy breve. Reavivaos y
esperadme en vuestro escritorio después de comer…
MELITÓN: ¡Cuidado, amigo don Teodoro!
TEODORO: Sólo a un hombre tan generoso podría dar el negocio de mi
TEODORO: Soy un caballero. Sabré sacrificarme por la amistad.
felicidad. (Al irse).
MELITÓN: Pues sabed que hoy me ha sorprendido don Fabián con ¡Ay, Carlota! ¡Quien romperá unos lazos que formó el amor
la nueva de que se ve en la necesidad de desistir del más fino! (Vase).
consentimiento para vuestro enlace con su hija. En vano traté

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el hipócrita político

ESCENA 11 MELITÓN: ¿Y cuál es?


FABIÁN: ¿Cómo me excuso con Teodoro, después de haberle
MELITÓN empeñado mi palabra? Puede penetrar el motivo verdadero
MELITÓN: Ya nada tengo que recelar en la carrera de mis proyectos. de mi repentino disenso, denunciarme por enemigo del
Don Fabián se ha entregado a mi dirección. Teodoro ha gobierno, y sobrevenirme una catástrofe.
creído mis ofertas. He sabido ganar de ambos la confianza; MELITÓN: No tenéis que cuidar de ello; yo me encargo de su
pero nada habré hecho, si no alimento en uno y en otro la desempeño. Sabéis que le debo mil consideraciones.
opinión que de mí han formado. Mas esto queda a mi
cuidado. La esquiva Carlota será mía. Su brillante herencia FABIÁN: Y yo lo mismo. Él me libró de caer preso, cuando el
fijará mi fortuna para siempre. Unido con ella me trasladaré desgraciado suceso de la combinación contra el gobierno. A
a un país extranjero hasta que se decida la suerte de la no ser su influjo y mediación...
América. Entretanto no me descuidaré en mi sistema con MELITÓN: ¿Y por qué han sido sus servicios?... ¿Por vos?... Os engañáis.
respecto a los negocios políticos, pues cualquiera que sea el Por conseguir, en cambio, la mano de vuestra hija. Hablaré
resultado de la contienda estoy a cubierto. Podrán los francamente: por pagarse con la crecida herencia materna de
filósofos modernos llamar hipocresía a esta conducta… doña Carlota. Todos estos bribones no tienen otro móvil
¡Necios! ¡que aún no han aprendido la verdadera filosofía! que su interés propio. Desengañaos don Fabián.
FABIÁN: Estoy persuadido de ello. Pero os aseguro que, en aquellas
ESCENA 12 circunstancias, nada me importaba perder toda mi fortuna
al ver mi vida en peligro, y os aseguro que le ofrecí a mi
Dicho y DON FABIÁN Carlota de buena fe.
FABIÁN: Dispénseme usted amigo: he sido demasiado descortés en MELITÓN: Ya lo creo; pero hoy es otro día. Sobre todo dejad a mi
dejarlo solo por tanto tiempo: el correo era algo largo y… amistad el asunto. Yo os prometo sacaros airoso.
MELITÓN: ¡Oh señor don Fabián! Entre amigos de confianza no tienen FABIÁN: Pero… ¿cómo?
lugar las etiquetas. He estado meditando sobre mi consejo. MELITÓN: ¿Os fiáis de mi sinceridad?
Vaya, por todos respectos no os conviene… ¡Un rebelde ser
FABIÁN: Me ofende vuestra pregunta.
incorporado en la familia de un acendrado español!... ¡Qué
se diría! MELITÓN: Pues bien: haced entender a Carlotita que se os ha informado
que Teodoro en nada menos piensa que en casarse con ella;
FABIÁN: No he podido apartar de mi imaginación ni un solo que sólo aspira a lo que muchos jóvenes corrompidos que
momento vuestras poderosas reflexiones: mas sólo se me alimentan la pasión en el corazón de una joven para lograr en
presenta un obstáculo. medio de su vehemencia sus depravados intentos.

176 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 177


el hipócrita político

FABIÁN: Pero si tal vez mi hermana… que el que se ama. Los cuidados domésticos no pueden
MELITÓN: Nada importa. Fundad vuestra repugnancia en lo que os he retraernos.
dicho, pues no está en contradicción. CARLOTA: Eso es cabalmente lo que en mí pasa. Si tomo la costura,
FABIÁN: Así lo haré: si gustáis pasaremos a mi escritorio, en tanto digo entre mí: ¡con cuánto placer recorreré la ropa de mi
llega la hora de comer. Teodoro! Si me dedico al telar, discurro una cifra graciosa
con el nombre de Teodoro. En fin, todas mis acciones y
MELITÓN: Sí, allí con más seguridad os acabaré de instruir en lo demás
hasta mis pensamientos… todo, todo es por Teodoro. ¿Y
que convenga sobre el particular… (Vanse).
podrá mi corazón conformarse con la terrible sentencia de
mi padre? Yo lo venero y respeto, pero perdóneme que en
ESCENA 13 todo esto no le obedezca. Primero expiraré a sus pies. ¡Desde
hoy, a cada momento reiteraré el inolvidable juramento de
EULALIA y CARLOTA ser suya!

EULALIA: Es preciso averiguar la causa de esta novedad. Por mi parte EULALIA: No te aflijas, mi Carlota querida. Tu tía tiene el mismo
te prometo que no omitiré medio. interés que tú. Si tu padre te llamase para hablarte sobre el
particular, no te exasperes, negándote abiertamente:
CARLOTA: Todo lo espero de usted. Tal es mi situación, que los ánimos
implora su ternura paternal, manifiéstale la situación de tu
me han abandonado. (¡Ah, Teodoro! ¡Que injusta estrella
corazón; pídele, ruégale, sin descuidarte en averiguar la
nos persigue!).
causa. Si no consigues que desista de su nueva
EULALIA: Pues lo que es preciso, sobre todo, es no dejarse sorprender; determinación, pídele el tiempo necesario para resolver en
lo cual sería muy fácil abandonándote a un sentimiento asunto tan serio y al momento me instruyes de todo lo
perjudicial. De la constancia de Teodoro no hay por qué ocurrido. Cuidado con apartarte de mis consejos. Debes
dudar. estar persuadida de que anhelo tu felicidad por encargo de
CARLOTA: No, tía mía: antes dudaría de la existencia del mundo. Me tu buena madre en su hora postrera.
ama con tanto extremo que me causa envidia; pues me CARLOTA: Si mi mamá viviera, no me sucedería esto.
parece que mi corazón no es tan tierno como su amor lo
EULALIA: Contempla en mí esa madre. Yo te aseguro el triunfo.
merece.
CARLOTA: ¡Ah! ¡Cuántos abrazos y besos le daré a usted! Y Teodoro,
EULALIA: Te engañas. Las pasiones en nuestro sexo obran con más
¡cuánto se lo agradecerá!
actividad. Nuestra natural constitución es la principal causa.
Por otra parte, sin grandes negocios a que atender no EULALIA: Pues bien, haz lo que te he dicho. En la mesa no te presentes
tenemos de continuo en nuestra imaginación otro objeto con aspecto extraño, sino como si yo nada te hubiera
hablado. Don Melitón no debe traslucir cosa alguna.

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el hipócrita político

CARLOTA: ¿Y si mi padre me preguntare?... ACTO SEGUNDO


EULALIA: No lo hará, porque es prudente.

ESCENA 14 ESCENA 1

Dichas y JUANA CARLOTA

JUANA: El amo aguarda en la mesa. (Vase). CARLOTA: ¡Quién me habría pronosticado las amarguras que hoy
padezco, que no hubiera merecido mi desprecio! Segura de la
fe de mi querido… del espontáneo consentimiento de mi
ESCENA 15 padre: la ternura de mi amor… Todo… todo hacía de mis
horas las más deliciosas. Pero… ¡ah!… huyeron como el
Dichas, menos JUANA pajarillo escapado de la red. ¡Infeliz Carlota! ¿Por qué eres tan
EULALIA: Vamos, Carlota. Cuidado cómo te portas. cruelmente atormentada?… ¿Qué delito cometiste para que
te obligue a beber copa tan amarga? ¿Pudo ser un crimen
CARLOTA: Usted misma lo verá.
amar al más virtuoso, al más generoso de los mortales? ¡Ah
EULALIA: ¡Quiera el Cielo proteger la empresa más justa! Teodoro! He ahí la recompensa de tus compromisos… ¡el
pago de tus servicios! Mi tía impone silencio a mis justos
Fin del Primer Acto resentimientos… ¡Ah! ¡Y cuán fácil es dar consejos en causa
ajena; pero cuán costoso admitirlos en la propia! ¿Cómo
escucharé con serenidad a mi padre en un asunto que importa
a mi felicidad o infelicidad? ¿Cómo toleraré la menor ofensa
contra un objeto que es la mitad de mí misma? No, jamás.
Sabré manifestar a mi padre su injusticia; le negaré ese
derecho que ha creído tiene sobre su hija; le diré… Mas, ¿si
enciende su cólera, y una violenta determinación me arrebata
el bien por el que suspiro? No, Carlota. Un amante tan
digno de ti, es acreedor a todo sacrificio. Inmolaré en las
aras del amor todas mis pasiones. Seré recompensada con
usura, si por este medio he de asegurar la posesión del único
bien a que aspiro en este mundo.

180 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 181


el hipócrita político

ESCENA 2 CARLOTA: ¡Cuánto os desveláis por mí! Vos sois mi único consuelo. ¿Y
si Teodoro viniese como acostumbra, ignorante de lo que
Dicha y EULALIA pasa? Ah, tía mía, mucho temo entonces de mí.
EULALIA: ¿Qué haces, Carlota mía? EULALIA: Ayer me dijo que hoy quizá no vendría porque estaba citado
con unos amigos para un negocio de importancia.
CARLOTA: Batallar conmigo misma. Confieso a usted ingenuamente
que no puedo conformarme con mi actual destino. CARLOTA: También a mí me instruyó. ¡Pero Teodoro pasar un día sin
ver a su Carlota!...
EULALIA: Así has comido casi nada. Has hecho mal. Te encargué lo
contrario; y hasta diste lugar a que don Melitón te EULALIA: Pues bien, si viniera recíbelo como siempre, y déjame a mí
preguntase si te hallabas indispuesta. lo demás.
CARLOTA: ¿Quién tuvo apetencia, hallándose su corazón oprimido de CARLOTA: No le será difícil penetrar el fondo de mi corazón.
pesares, y de pesares como los míos? EULALIA: Ya le creo; mas tu padre y don Melitón se acercan. Yo me
EULALIA: ¿Pero tú desesperas? retiro. Cuidado con lo dicho… (Vase).
CARLOTA: ¡Yo desesperar! CARLOTA: Deme el cielo auxilios.
EULALIA: Y entonces, ¿por qué ese entregarse a una extrema aflicción?
CARLOTA: ¡Ah, tía mía! La repentina transición de un alma enamorada, ESCENA 3
no puede dejar de causar sus efectos.
EULALIA: Pero la reflexión, hija mía, debe templar el furor de las CARLOTA, FABIÁN y MALITÓN
pasiones. MELITÓN: Señorita, no se ha dignado usted acompañarnos al café.
CARLOTA: ¿Y quién pudo oír la razón en medio de las agitaciones del CARLOTA: Padre sabe que nunca le tomo, por serme muy dañoso.
corazón? Si fuera tan fácil, no se vieran en el mundo tan
FABIÁN: Es así. Estas criollas sólo gustan del mate al que están
repetidos ejemplares de lo contrario.
acostumbradas.
EULALIA: Carlota: es preciso no desmayar en la empresa. Una
resolución de ánimo es el agente principal en estos casos, y un
ojo perspicaz para descubrir los lazos que puedan prepararse. ESCENA 4
Así es que he encargado a Juana, que oculta observe si mi
hermano dice algo a don Melitón. Ellos quedaron de Dichos y LUIS
sobremesa hasta tomar café. Puede ser que alguna casualidad LUIS: La carta está ya a la firma.
nos abra camino para obrar con conocimiento.

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el hipócrita político

FABIÁN: Permitid que… CARLOTA: No entiendo el enigma.


MELITÓN: Sí, sí, es interesante no demorarla (Vanse). MELITÓN: Pero parece que le interesa, ¿no es verdad?
CARLOTA: Una sola cosa me interesa en este mundo. De ello vivo
ESCENA 5 segura, y así nada más tengo que esperar.
MELITÓN: Advierta usted, Carlotita, que es muy fácil vivir engañados.
CARLOTA y MELITÓN Las cosas humanas tienen por esencia la movilidad: sólo lo
celestial es eterno.
MELITÓN: ¿Por qué tan desganada en la mesa, hermosísima Carlotita?
Ya se ve: el amor causa esos efectos. CARLOTA: ¿Y qué quiere usted darme a entender?
CARLOTA: Usted se equivoca. Almorcé algo tarde y por ese motivo me MELITÓN: Que no se crea usted tan segura. Lo que hoy nos halaga,
sentía inapetente. mañana tal vez puede ser el instrumento de mil sinsabores.
Muchas veces nos equivocamos en el concepto que hacemos
MELITÓN: Vaya, que no es eso, que no es eso.
de las personas. El corazón más protervo lo creemos el más
CARLOTA: Seguramente me honra el buen juicio de usted. virtuoso, cuando lo cubre la hipocresía. Ésta es una verdad,
MELITÓN: ¡Embustera! Sabe usted que nada ignoro. Ya antes se lo he Carlotita; y se lo asegura a usted quien la ama por sus bellas
significado. El joven Teodoro… ¿eh? cualidades y no puede tolerar queden burladas por la mala fe.
CARLOTA: Creo que no tiene usted autoridad, ni menos título alguno, CARLOTA: ¿Y qué motivos tiene usted para expresarse de ese modo?
para vigilarme. Confieso a usted, sin el menor rubor, que amo a don
MELITÓN: ¡Autoridad! ¡Oh y quién fuera tan dichoso! Título tengo: el Teodoro y que lo he aceptado por esposo, cuyo enlace
de un amante ciego que adora esa belleza, agitado por los aprueba mi padre; y repito a usted que vivo muy segura de
celos más crueles. sus promesas.

CARLOTA: ¡Vaya, que me ha hecho gracia eso de los celos! Cuando yo MELITÓN: Así, así; atormente usted más mi corazón con su ingenua
hubiese al menos permitido los obsequios de usted, habría confesión. Mas yo no puedo menos que compadecer su
algún fundamento para ellos. vana credulidad a favor de un joven…

MELITÓN: Desentiéndase usted; desentiéndase de mis insinuaciones. CARLOTA: Teneos, señor don Melitón: no toméis en boca el nombre
Complázcase en mi martirio; vanaglóriese usted de sus de ese joven que puede enseñar a los hombres maduros
desprecios; pero aguarde, que será medida con igual vara. virtudes y honor.

CARLOTA: (Aparte) Apuremos a este necio hasta descubrir algo. MELITÓN: Pero al fin un joven. Os dispensará hoy y mañana sus
caricias; después le seréis un objeto, cuando no odiado, al
MELITÓN: ¿Calla usted? ¿Inclina esos luceros que dan vida al que los mira?

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el hipócrita político

menos despreciable, viéndolo entregado a los placeres en ESCENA 7


brazos de un rival.
CARLOTA: Cuando queráis seducir el corazón de una joven no os Dichos y JUANA
valgáis de medios tan comunes, que el menos advertido ha FABIÁN: Al momento esta carta en mano propia.
conocido su ineficacia. Yo creía en vos otros talentos. Sobre
JUANA: Será entregada con puntualidad. (Vase).
todo, conozco muy a fondo el carácter de Teodoro y sus
cualidades.
MELITÓN: ¡Ah, cruel, cuanto hermosa y discreta! Os complazco con ESCENA 8
sacrificio de mi amor propio. Pero ya que soy tan
desgraciado, reciban mis ansias al menos el momentáneo Dichos, menos JUANA
placer de imprimir mis amantes labios. FABIÁN: Si gustáis, amigo, iremos a dar una vuelta.
(Tómale una mano por sorpresa y se la besa).
MELITÓN: Os acompañaré un rato, porque estoy citado como os he dicho.
Carlota se la arranca con violencia y en ese mismo momento
entra en escena Eulalia. FABIÁN: ¡Ah!, sí, no me acordaba. Vamos.
MELITÓN: A los pies de ustedes.

ESCENA 6
ESCENA 9
Dichos y EULALIA
CARLOTA y EULALIA
EULALIA: ¿Qué es eso, Carlota?...
CARLOTA: Este hombre osado… CARLOTA: ¿Vio usted comprobada mi verdad? ¿Vio la moderación y
urbanidad de don Melitón?
Don Melitón se sorprende, pero luego se repone con carácter
jocoso. EULALIA: Te aseguro que me ha sorprendido.
CARLOTA: Lo mismo ha de suceder con su patriotismo. Yo algo he
EULALIA: Cómo, Don Melitón, ¿os atrevéis a atropellar el decoro de
descubierto. El otro día hablaba muy acalorado en el
una joven de honor?
escritorio de mi padre y, desde mi aposento, como que lo
MELITÓN: Señora mía, perdonad: no he sido dueño de mí. Me ha divide un tabique sencillo, llegué a percibir estas palabras:
encantado la discreción de esta señorita, y transportado en “Los pícaros de los criollos no pagan con mil vidas”. Y al
admiración quise demostrarle… dirigirme a saludar a mi padre, decía: “¡Rebeldes!” Cuando
entré mudó de mil colores. Yo di los buenos días y me retiré.

186 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 187


el hipócrita político

EULALIA: Vaya; serán aprensiones suyas. Yo le he oído en varias CARLOTA: ¿Y por qué dejarlo alimentar una esperanza inútil? Es muy
sociedades de americanos brindar por la felicidad del país… repugnante a mi carácter. Yo me hice la que no entendía sus
entonar la canción patriótica, y mofarse de Fernando VII. indirectas, con el fin de descubrir algo de provecho. Advertí
CARLOTA: Éstos tienen una cosa en los labios y otra en el corazón. Mi que él se reservaba con malicia; atacó la opinión de mi
padre, que debe toda su fortuna al himeneo con mi madre, querido, y no fui dueña de mí.
que reside en Buenos Aires desde hace más de cuarenta EULALIA: Muda de conversación, que Luis llega.
años, aunque en lo público muestra prudencia, en lo
privado resuella, como dicen, por la herida.
ESCENA 10
EULALIA: Nada tiene de extraño. Mientras no hagan otro mal que
murmurar a solas, es preciso concederles siquiera este Dichos y LUIS
desahogo.
LUIS: Perdonen ustedes que las interrumpa.
CARLOTA: Hablemos ahora de nuestro asunto. Don Melitón ya está
informado de la novedad del día. Me lo ha dado a entender EULALIA: Lo tenemos a mucho gusto, y aun deseábamos que nos
en pocas palabras, y recelo que haya trastornado a mi padre. informes, si merecemos tal confianza, sobre una carta que
mi cuñado ha dirigido.
EULALIA: No lo creo.
CARLOTA: Yo, buen amigo, te lo ruego: me interesa saberlo.
CARLOTA: ¿Y si yo le aseguro a usted que me ha solicitado como el
pretendiente más rendido? LUIS: Pero exijo la mayor reserva…

EULALIA: No lo extraño: es hombre, y tiene toda la libertad para pretender. EULALIA: Puedes estar seguro de ello.

CARLOTA: Pero aún hay más: ha llegado a darme a entender que seré LUIS: El señor don Fabián ha escrito a don Teodoro emplazándolo
burlada en mis esperanzas, atacando el honor de Teodoro. para una entrevista. Don Melitón tiene parte en el asunto,
pues él dictó la carta. He creído deber comunicarlo a ustedes
EULALIA: ¿Y tú que le contestaste?
para su satisfacción. Vaya, señora doña Carlota: tomaremos
CARLOTA: ¿Cómo habría de sufrir que insultase el objeto de mi cariño? un trago a la salud de los novios. Entretanto reencargo a
No merecería su amor. Le confesé de plano mi compromiso; ustedes el secreto. Pues aunque me persuado de no sea otro
le apercibí para que excusase pronunciar el nombre de el asunto que el de efectuar la boda, sin embargo podría el
Teodoro, sólo que fuera para hacer justicia a su mérito; y patrón llevar a mal mi procedimiento.
últimamente le hice ver que en él no existía el menor título
CARLOTA: ¿Y don Melitón, decís, se mostró interesado en el asunto?
para observarme sobre el particular.
LUIS: Y muy mucho.
EULALIA: Ya lo has hecho pero no es de mi aprobación.

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el hipócrita político

EULALIA: ¿Y no llegaste a comprender sus proyectos? ESCENA 11


LUIS: No señora. Don Melitón dijo al señor don Fabián: usted ha
fiado a mi dirección la empresa; dejarme obrar y yo respondo. Dichas, menos LUIS

CARLOTA: Mucho recelo, tía mía, trate de vengarse. CARLOTA: Don Melitón es el móvil de mis amarguras. Ahora sí que
comprendo el espíritu de sus expresiones. Es un vil.
LUIS: Lo que únicamente puedo decir a ustedes es que lo oí muy
acalorado, y cuando hablaba con el patrón era un secreto. EULALIA: No seas, Carlota mía, tan fácil en acriminar. El que pretende
a una joven, que conoce inclinada hacia otro, no perdona
CARLOTA: ¡Ay, tía de mi alma! No me engaña el corazón. (Llora).
medios para apartarla del amor de su rival. Éste ha sido el
LUIS: De saber que le había de servir de disgusto… ánimo de don Melitón, seguramente.
CARLOTA: No, honrado Luis: antes te lo agradezco. Y si he de merecerte CARLOTA: Don Melitón ha traicionado la amistad de Teodoro. Lo
algún favor sea el que repitas tus avisos en adelante, siempre habrá dibujado con los más negros colores a la vista de mi
que ocurra algo de nuevo. Cuenta con mi recompensa. padre: habrá proferido cuanto le ha dictado su corazón
LUIS: Los hombres bajos y corrompidos son los que prestan sus depravado. ¡Oh! ¡y cuándo la virtud no fue atacada por el
servicios por el vil interés. Poseo, gracias al Cielo, un alma labio del perverso!
noble, incapaz de ser movida por otro espíritu que el de la EULALIA: No, sobrina: tu pasión te ciega. Las nobles cualidades de
gratitud y el de la buena amistad. Teodoro, sus circunstancias y méritos son bien conocidos.
EULALIA: Estamos íntimamente persuadidos de tus fieles sentimientos. No es fácil destruir la opinión que ha sabido labrarse, y
Retírate; puede venir mi hermano y recelar. mucho menos con tu padre. Él lo conoce bien: le hemos
oído repetidas veces hacer su elogio. Además, le está
LUIS: ¿Pero qué puede sospechar el señor don Fabián? No es la
sumamente obligado por los singulares servicios que le ha
primera vez que he tenido el honor de ser favorecido con la
rendido. ¿Cómo en un momento ha de desconocerlo?
compañía de ustedes.
¿Cómo olvidar unos favores que de necesidad debe
EULALIA: En las circunstancias presentes podría tomarlo a mal. reconocer?
LUIS: ¿Pues, qué novedad?... CARLOTA: ¡Ah! es que los hombres fascinados por un mal entendido
CARLOTA: ¡Ay, triste! interés, no ven ni la luz del día y llegan a olvidarse hasta de
EULALIA: Todo lo sabrás después. Retírate y observa. sí mismos. Tal es la condición humana. La ingratitud es,
por lo común, la recompensa de los beneficios.
CARLOTA: Quizá a tu amistad deberé mi dicha.
EULALIA: Te exaltas demasiado. Sobre todo: ¿quién puede violentar tu
LUIS: No omitiré cuanto esté de mi parte. (Vase).
inclinación?

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el hipócrita político

CARLOTA: Nadie. No conozco sobre la Tierra tal poder. Si Teodoro CARLOTA: Dámelo, dámelo. (Toma el billete, lo abre y besa. Después lo lee
mismo me dijera que cuanto me ha significado ha sido mero para sí).
pasatiempo, él nunca me habría amado; pero Carlota lo
Entretanto, Eulalia dice a Juana.
llevaría a la tumba grabado, como hoy lo está, en su corazón.
EULALIA: Pues si consiste en ti ¿por qué te afliges? EULALIA: Impaciente estaba por hablarte de mi encargo.

CARLOTA: Solo siento el agravio más injusto. JUANA: Pues yo no estaba menos por desembuchar mis observaciones.

EULALIA: La carrera del amor trae estos sinsabores. Ellos son los que EULALIA: Pues ven conmigo.
forman los amantes en el crisol de la constancia, y los que a JUANA: (Al irse) He aquí el principal papel que desempeñamos los
su tiempo hacen más deleitable el estado conyugal. Algún criados con propiedad y con el mayor placer… (Vanse).
día te lo he de recordar, y entonces conocerás esta verdad.
CARLOTA: ¡Oh, quién hubiera ya disfrutado de tanta dicha! ESCENA 13
EULALIA: Vaya, señorita: ¿parece que no le ha desagradado a usted mi
lección? Pero Juana vuelve. Quédate aquí, mientras yo CARLOTA
puedo recabar de ella alguna noticia útil.
CARLOTA: (Lee). “Único amor mío”. Mío también único y solo. (Lee).
“Te contemplo llena de pesares y sobresaltos por la
ESCENA 12
repentina retracción de tu padre”. ¡Oh, padre cruel! ¿Y
quién te autorizó para arrebatarme la felicidad? (Lee).
Dichos y JUANA
“Tranquilízate, vida mía, yo juré ser tuyo para serlo”. ¡Qué
CARLOTA: ¿Encontraste en casa a don Teodoro? ¿Leyó la carta? ¿Qué decir tan encantador! (Lee). “Al momento paso a verme con
te ha dicho? el señor don Fabián: a mi vista será desarmado. Sólo te pido
JUANA: Él sin duda, al verme entrar, creyó que la misión sería de constancia y prudencia y, en lo demás, abandónate a la
usted. ¡Cuán halagüeño me recibió! Pero luego que miró el eficacia de tu ciego adorador. Teodoro”. Sí, ángel de paz: tú
sobre, mudó de aspecto; leyó la carta, dio unos cuantos sólo puedes restituir a mi corazón aquella dulce paz que me
pasos y… constituía la mujer más feliz del Universo. ¿Le contestaré?
CARLOTA: ¿Y no te preguntó por mí? ¿Para qué? ¿Para asegurarle de mi fe eterna? ¿Y cuándo lo ha
dudado? Ofendería sus nobles sentimientos. Sin embargo el
JUANA: Allá iba yo: bueno fuera que no. Al momento se puso a
corazón de un amante jamás se sacia, siempre aspira. Le
escribir este billete, exclamando: ¡Ah, pobre inocente, en
escribiré cuatro letras y Juana será la conductora…
qué amarguras te han sumergido!; y me encargó os los
(Se dirige hacia la izquierda como en acción de irse).
entregase con reserva.

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el hipócrita político

ESCENA 14 CARLOTA: En verdad que no. Mas todo lo mortal depende del arbitrio
de un destino que no le es permitido a la humana condición
Dicha y TEODORO penetrar. Embriagados con nuestros deseos, no conocemos
el bien que nos huye; y ofuscada la razón, no distingue los
TEODORO: Señorita, beso a usted los pies.
males que nos amenazan. Tal es la idea horrible que ha
CARLOTA: (A vuelta el rostro con sorpresa. Al ver a Teodoro, da un penetrante sobrecogido mi alma al presentarte delante de mis ojos.
suspiro y cae desmayada sobre un sofá que se pondrá cerca de la salida
de la izquierda.) ¡Ay! TEODORO: Perdona, Carlotita, vuelvo a decirte que te alucinas. Conozco
que es efecto del exceso de tu pasión, y mi alma se ha dilatado
TEODORO: (La sacude). ¡Carlotita! ¡Carlotita! Ha perdido el habla. Dios
al contemplarlo. Pero nuestro destino ya se ha fijado
mío, ¡qué compromiso! Si su padre me encuentra en esta decisivamente.
situación. ¿Qué haré? ¡Carlotita! Es tu prometido esposo, es
tu amante el que te habla. Aún no vuelve. ¿Llamaré? CARLOTA: Se ha fijado, sí, por nuestra parte. ¿Podemos prever los
Válgame el cielo, todo es arriesgado. Si doy voces pueden accidentes que nos sobrevengan?
juzgar en mí alguna acción imprudente. TEODORO: De ninguno hay que temer, cuando se encuentra una
firmeza que oponerles.
Carlota echa una mirada insinuante a Teodoro.
CARLOTA: Advierte, Teodoro, que no podemos lisonjearnos del bien
Ya se recobra.
hasta no poseerlo.
CARLOTA: ¡Ay de mi! TEODORO: Vaya, que eres demasiado cobarde.
TEODORO: ¿Qué funesta impresión ha causado en tu alma mi CARLOTA: Te amo mucho, para no sentir hasta la menor idea de perderte.
presencia? TEODORO: Tu padre cederá, no lo dudes.
CARLOTA: ¡Ah, Teodoro! Se conspira contra nuestra felicidad. CARLOTA: ¡Oh! Si mi padre obrase por sí mismo, no habría gustado de
TEODORO: Ésas son celadas que el amor arma para probar la constancia licor tan amargo. Hombres viles que lo cercan y alteran su
de los amantes. carácter bondadoso...
CARLOTA: No, no, la tormenta está armada y amenaza nuestra TEODORO: No te comprendo. ¿Por quiénes hablas?
tranquilidad suspirada. CARLOTA: Por un rival que a la par que lo detesto, ha apurado todos
TEODORO: Es engaño de tu fantasía. Yo observo un horizonte los resortes que inspira la baja venganza.
inalterable en su mayor hermosura y serenidad. Veo tu TEODORO: ¡Un rival! ¿Quién es ese atrevido que osa?...
corazón constante, y reconozco mi alma cada vez más
CARLOTA: El ente más falso e hipócrita que abortó la naturaleza. Quien
enamorada. ¿Podemos apetecer más sobre la Tierra?
te vende como tu mejor amigo: don Melitón…

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el hipócrita político

TEODORO: ¡Don Melitón! Te equivocas. Él mismo me comunicó la ESCENA 15


noticia; y tratando yo de estrecharme con tu padre, formó
el más decidido empeño en tomar a su cargo el disuadirlo. Dichos y EULALIA
CARLOTA: Pues mira que te engaña. La carta que te ha enviado mi EULALIA: ¡Qué feliz encuentro! ¿A dónde va usted tan de prisa?
padre, él la dictó.
TEODORO: Señora, la felicidad es mía. Siento no poder disfrutar por
TEODORO: Eso mismo prueba el sincero interés que ha tomado. más tiempo de tan amable compañía: me urge el partir,
Imponte de su contenido. Carlotita informará a usted.
(Da a Carlota la carta).
EULALIA: Pero advierto a usted que tenga la bondad de verse conmigo
CARLOTA: (Lee). “Estimado amigo: negocio de la mayor importancia en mi costurero antes de hablar con mi hermano, pues
para ambos exige una entrevista. Aguardo a usted en esta importa. Juana lo introducirá.
casa en la tarde de hoy, porque deseo quedemos de acuerdo.
TEODORO: Lo haré con la mayor puntualidad. Beso a ustedes los pies…
Reitera las consideraciones de gratitud y amistad a…” (Vase).
(Devuelve la carta).

TEODORO: ¿Y ahora qué dices?


ESCENA 16
CARLOTA: Me ratifico en que es un hombre pérfido.
TEODORO: No quiero replicarte más. Muy corta vida nos ha de costar Dichos, menos TEODORO
el desengaño. Pero he demorado demasiado en preguntar
EULALIA: Por fin se ha descubierto lo que podíamos apetecer para
por el señor Fabián. ¿Se halla en casa?
caminar a muy clara luz.
CARLOTA: Salió poco ha con el mismo don Melitón, que se ofreció a
CARLOTA: ¿Cómo? ¿Será posible?
acompañarlo un breve rato por no sé qué diligencia que
significó a mi padre… EULALIA: No hay que dudarlo. Se ha preparado la celada, pero un
ardid se burla con otro. Entretanto, me doy por vencida del
TEODORO: Quedamos de acuerdo para vernos en casa. Parto al momento.
errado concepto que me merecía el tal don Melitón.
No nos desencontraremos por una casualidad. Entretanto,
permíteme te diga que nada has esperado de tu Teodoro, CARLOTA: ¿Conque estoy vindicada?
cuando te encuentro entregada a un pesar tan excesivo. EULALIA: Es uno de aquellos patriotas de conveniencia.
Sosiega la agitación de tu alma. Hoy mismo recogerás el CARLOTA: Es un hipócrita, un hombre de un carácter doble. Así se lo
fruto de tus suspiros en los brazos de tu tierno dueño. he dicho a Teodoro que ha fiado en su amistad, pues lo
tiene tan engañado que atribuye lo del dictado de la carta a

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el hipócrita político

haber reducido a mi padre en nuestro favor. Pero él palpará ACTO TERCERO


(no permita Dios que sea ya tarde) los efectos de su
credulidad generosa.
EULALIA: ¿Y a dónde partió con tanta exigencia? ESCENA 1
CARLOTA: Iremos a mi dormitorio, e instruiré a usted de la escena que
ha pasado. Entrando de la calle DON FABIÁN
EULALIA: Dices bien. Yo también te informaré de cuanto Juana me ha Después JUANA
comunicado. Ve tú primero, porque no conviene que se colija
FABIÁN: ¿Hola?
algo por esta buena criada que en la seguridad del secreto se
me ha franqueado; y sus servicios nos son tan útiles. JUANA: ¿Qué ordenáis?
CARLOTA: Pero no demore usted. FABIÁN: ¿Entregaste la carta?
EULALIA: Pronto estaré contigo… (Vase). JUANA: En mano propia.
FABIÁN: ¿Y no te han dado contestación?
ESCENA 17 JUANA: De palabra me la dio, diciéndome que esta tarde misma se
pondrá a vuestras órdenes.
EULALIA FABIÁN: Está bien. Ve y di a mi hermana que aquí la aguardo.
EULALIA: ¡Que existan unos hombres semejantes a don Melitón sobre JUANA: ¿Y a la señorita?
la Tierra! No, ellos son seres excluidos del orden de la
FABIÁN: ¿Te la he nombrado yo? ¿A qué te entrometes en lo que no
naturaleza. ¡Cómo podrá conformarse su corazón con tales
se te manda?
sentimientos! ¡Vivirán tranquilos! ¿No se sentirán agitados
por los más terribles remordimientos? ¡Imposible! Si el JUANA: Dispense, señor, yo creía…
hombre sano e ingenuo siente un placer en cuanto obra, con FABIÁN: ¿Qué tienes que creer, sino ejecutar mis mandatos sin atreverte
desprecio de la crítica del envidioso porque sabe que el a interpretaciones? He dicho que llames a mi hermana.
tiempo descubre la verdad; el falso y traidor, que camina
JUANA: Así lo haré: (Al irse, aparte). ¡De qué mal temple ha venido!
sobre espinas, alimentado por una ilusión quimérica y
momentánea ¿qué fruto recogerá de su hipocresía? Tales
entes, entretanto no son descubiertas sus negras máximas,
¡cuánto perjudican en la sociedad!

Fin del Segundo Acto

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el hipócrita político

ESCENA 2 EULALIA: Me hacéis una injuria al creerme capaz de…


FABIÁN: No. Ponte en mi lugar. Soy padre, debo mirar por la única
FABIÁN hija que el Cielo me ha otorgado. ¿Cómo podrán serme
FABIÁN: No hay duda de que los hijos hacen la delicia del amor indiferentes sus padecimientos en lo venidero? “El que
conyugal, pero también, de cuántos cuidados llenan a su vez adelante no mira”, hermana…
el corazón de los padres. Yo no tengo de qué quejarme en la EULALIA: “Atrás se queda”, dice el adagio. Y es lo mismo que yo
única hija que me ha dado el Cielo. Ella me respeta al paso repito.
que me ama. Su carácter honesto y amable descubre el
FABIÁN: Está supuesto. Infórmame antes de todo. ¿Cómo ha
interior de su alma pura… ¡Pero mi facilidad en consentir la
recibido Carlotita mi desistimiento?
maldita boda!... Vaya, tiene razón don Melitón: soy un
papanatas… no valgo un cuarto… no tengo la menor EULALIA: Como era natural en una joven tan sensible como ella y que
previsión. Y si yo mismo me he enredado en mis propias está enamorada. Y tanta más impresión le ha causado
redes ¿por qué culpo a mi Carlota? Muchacha… en la fuerza vuestra nueva determinación, cuanto que lejos de
de la naturaleza… ¿qué extraño era que se enamorase de un imaginarla, bendecía vuestra ternura y vuestra bondad.
joven bien parecido, de trato afable, con regular fortuna, y FABIÁN: Calores de los primeros años. Mañana se le presenta otro
a quien yo mismo he dispensado mis confianzas?... Que me amante, le dice cuatro palabrillas embusteras, y abur pasión
comunica sus intenciones… que las apruebo. ¿Y aún he por Teodoro.
fomentado en ambos sus ideas? Lo que he dicho: soy un EULALIA: Vos sois el que está muy equivocado. El primer amor que se
bestia forrado en lo propio. Bien empleado me está cuanto anida en el corazón de un alma inocente, como la de
me pasa y cuanto me sobrevenga por mi necesidad. ¡Ah! ¡Si Carlotita, no desaparece con tanta facilidad. De este errado
reflexionásemos los hombres antes de obrar no tendríamos juicio que forman los padres temerarios, resultan los
después de qué arrepentirnos! matrimonios infelices. Violentan a sus hijas y las entregan a
un hombre que tal vez odiaron, por que neciamente creen
que todo lo vence la virtud del sacramento. Y así las
ESCENA 3 sacrifican, o por un capricho, o por fines particulares.

FABIÁN: ¡Dios me libre! Yo nunca, nunca violentaré su voluntad.


Dicho y EULALIA
Pero también debe consultar, al paso que no olvida su
EULALIA: Juana me acaba de avisar… felicidad, mi tranquilidad y mi opinión.
FABIÁN: Sí, hermana: tengo que hablarte con franqueza y exijo de ti EULALIA: ¿Y en qué exponéis vuestra tranquilidad y opinión,
la misma. consintiendo el enlace de Carlotita con Teodoro?

200 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 201


el hipócrita político

FABIÁN: Eso no lo alcanzas tú. FABIÁN: Veamos… veamos…


EULALIA: Vos me exigisteis os hablase con franqueza, y yo advierto EULALIA: Vuestro consejero, sea quien fuere, no es tal amigo vuestro.
una reserva que no debíais usar. FABIÁN: Primero creería que no hay viñas.
FABIÁN: Para que no tengas motivo de queja, voy a hablarte con la EULALIA: Pues no hay viñas; sí señor. Ese tal, es un hombre falso e
ingenuidad que me es propia. Teodoro se introdujo en casa intrigante que ha conocido vuestro carácter naturalmente
con motivo de una letra, girada desde el Janeiro a su favor y sencillo; ha cobrado ascendiente sobre vos, y quiere de ello
a mi cargo. A los pocos días, sin saber cómo, me vio sacar un partido para sí.
enredado en el proyecto de la conjuración contra el
FABIÁN: Es imposible… imposible.
gobierno, por mis relaciones con los principales autores. Él
me salva del compromiso, y a fe de hombre reconocido, le EULALIA: Pues vuestra hermana que os ama por tal título y por justa
aseguré mi amistad. Se enamora de Carlota, me lo gratitud, os dice y pronostica que exponéis vuestro sosiego,
manifiesta, y no pude menos que consentir. vuestra opinión y vuestros intereses, si os oponéis a la boda de
Teodoro con Carlota. Vuestra resistencia será inútil: Teodoro
EULALIA: ¿Y a quién con más justicia pudisteis entregar a vuestra hija,
se ha granjeado el aprecio de los principales el pueblo. Todos
amándolo ella?
se pondrán de su parte y vuestra hija será su esposa.
FABIÁN: Lo confieso; y no me habría retraído jamás. Pero un amigo,
FABIÁN: O no lo será. ¿Quién puede despojarme del derecho de padre?
cuyos consejos respeto…
EULALIA: No, hermano: si es cosa que os han de causar incomodidad
EULALIA: (Aparte). El pícaro de don Melitón.
mis sinceras observaciones, me abstendré de continuarlas.
FABIÁN: … me ha hecho ver los perjuicios que puede deparar a mis Vos podéis obrar como gustareis: yo me retiro… (Vase).
intereses este enlace. Una gran parte de mis fondos existen
en Cádiz, y no faltan almas perversas…
ESCENA 4
EULALIA: Estoy por adivinar quién es vuestro respetable consejero.
FABIÁN: No, no: no puedes penetrarlo. Es un amigo que me ha dado FABIÁN
pruebas de tal.
FABIÁN: Sí, señor: no lo será, porque no quiero; porque no se me
EULALIA: ¿A que os lo nombro ahora mismo?
antoja; porque no me da la gana. Con la maldita revolución
FABIÁN: Estoy seguro de que no acertarías; y aun cuando fuera así, todo se ha puesto en contacto. La tal libertad se ha aplicado
sería una confidencia que jamás haría. indistintamente. ¡Hasta los hijos se creen en libertad para
EULALIA: ¿Queréis que os hable con el corazón en las manos? ultrajar la autoridad paterna! ¿Si será por el título de

202 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 203


el hipócrita político

igualdad, que se pretende confundir hasta los deberes que Os aseguro que me contristó. Si una fiel criada puede
Dios mismo ha dictado? Pero dice muy bien don Melitón: implorar vuestra bondad, yo lo hago con todo mi corazón a
querer que existan sentimientos de religión en estos favor de la señorita. ¡Es tan amable!
jacobinos, es intentar que el agua produzca fuego. Pero yo FABIÁN: Esos son negocios en que ninguno de tu clase debe
sabré sostener mi autoridad. ¿Hola? mezclarse. Yo sé lo que me corresponde hacer, y lo que
conviene a la señorita. Algún día me lo agradecerá.
ESCENA 5 JUANA: ¿Pero no os conmueve su situación? Haced pues llegue ese
día en que vuestra hija reconozca el fruto de vuestras
Dicho y JUANA bondades.
FABIÁN: ¿Y la señorita? FABIÁN: Ya te he dicho que no debes mezclarte, y te lo repito. Ve y
di a la señorita que aquí la aguardo, que venga en el
JUANA: No ha mucho que hizo la llevase un vaso de agua, y la
momento.
encontré llorando. Le pregunté por qué se hallaba en tal
situación, y me contestó: “Quien de la cumbre de la JUANA: Parto a obedeceros. (Aparte) En oyendo a su hija, no le han
prosperidad se ve precipitada al borde del más profundo de valer cábulas.
abismo de penas ¿cómo quieres que se conforme con un (Vase).
porvenir tan acerbo? ¡Ah! ¡y que haya hombres que tengan
por gloria labrar el infortunio a sus semejantes!”.
ESCENA 6
FABIÁN: ¿Y no nombró a persona alguna?
JUANA: Un nuevo mar de lágrimas le ahogó las palabras. FABIÁN

FABIÁN: ¿Y acerca de mí, nada habló? FABIÁN: A la verdad, que el corazón reprueba cuanto estoy obrando; pero
JUANA: Sí, señor: se enjugó el llanto y, después de un buen rato he empeñado mi palabra a don Melitón, y no quiero
exclamó: “¡Autor de mi existencia! ¡Para qué me la diste si acreditarme de débil, ya que me avergüenzo de haber sido fácil.
habrás de hacer mis días infortunados! Mas tu razón no te ¡Ah! ¡Si todos los hombres al advertir sus yerros los enmendasen,
inspira, no: ¡te han fascinado!”. no se expusieran a los funestos efectos de su contumacia!

FABIÁN: (Aparte) No hay duda: la han enterado de todo.


JUANA: Yo insté, movida por la compasión que me causó, amén de
un poquillo de curiosidad; pero ella me mandó retirar, y en
este instante se encamina al dormitorio de vuestra hermana.

204 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 205


el hipócrita político

ESCENA 7 CARLOTA: Teodoro es incapaz de perfidia. Sus servicios os lo dan a


conocer.
Dicho y CARLOTA FABIÁN: Todos los hombres los prodigan cuando de ellos esperan
CARLOTA: (Se presenta entregada a un profundo dolor. Los ojos fijos en tierra y ventajas para sí.
los brazos cruzados). ¿Qué disponéis, señor? CARLOTA: Cuando Teodoro os prestó los más singulares aun, puedo
FABIÁN: Ven hija querida, siéntate: quiero que oigas a tu padre. decirlo, no me conocía. Era la tercera vez que había entrado
en casa. Sabéis, pues os lo comuniqué, que me significó su
CARLOTA: Lo haré como debo.
pasión, creyéndome comprometida con vuestro sobrino
FABIÁN: Tú, bien lo penetro, estarás tal vez maldiciéndome. don Manuel y eso fue pasados algunos meses después de
CARLOTA: ¡Oh! No señor. Os respeto demasiado. dispensaros sus buenos oficios. ¿Qué miras de interés lo
FABIÁN: No lo entiendas tan materialmente. Quiero decir que pudieron mover? ¿Adquirir fortuna? Él la disfruta bastante
estarás muy sentida conmigo. lisonjera. Otro, padre mío, es el pérfido.

CARLOTA: Me quejo, sí, es verdad, de vuestra repentina mudanza, y FABIÁN: No llego a comprenderte.
aunque a veces he tratado de ponerme de vuestra parte, no CARLOTA: ¿Me permitís que os hable francamente?
ha encontrado mi corazón el menor resquicio de justicia. FABIÁN: ¿Y por qué he de rehusarlo?
FABIÁN: ¿Luego te has persuadido de que mi ulterior conducta con CARLOTA: El que se os vende por vuestro mejor amigo, el que blasona
respecto a tu boda con Teodoro, nace de puro capricho o tener sobre vos un imperio absoluto…
arbitrariedad?
FABIÁN: ¿Quién… quién es ése?
CARLOTA: No, señor: no nacerá de capricho vuestro, pero sí de algún
CARLOTA: ¿Quién? Don Melitón.
influjo…
FABIÁN: (Airado) Sella ese labio detractor. No es ésa la educación que
FABIÁN: Haz más justicia a tu padre. No poseo carácter tan débil, ni
te he dado, ni en la que te conservó tu buena madre. Don
me hallo en una edad en que con facilidad se me sorprenda.
Melitón es un hombre justo al que tú y todos debéis
CARLOTA: Pero vuestro corazón es naturalmente bueno y no es capaz respetar… ¿Y quién te ha dicho que él se mezcla en el asunto
de prever las insidias que le preparan hombres pérfidos, bajo de tu matrimonio?
el velo de una amistad aparente.
CARLOTA: Yo misma lo digo. Sabed que me ha solicitado con
FABIÁN: ¿Qué es lo que hablas, muchacha? insistencia y aun con imprudencia.
CARLOTA: Sí, señor: no me retraigo de lo dicho: os han sorprendido. FABIÁN: ¿Qué es lo que hablas, atrevida?
FABIÁN: Sí; así es como te cedí a Teodoro.

206 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 207


el hipócrita político

ESCENA 8 FABIÁN: No, seguramente. Pero un deber a la amistad que consagro


a don Melitón, me pone en la obligación de…
Dichos y EULALIA EULALIA: ¿Y si llegáis a tener un desengaño?
(Que entra a la última palabra). FABIÁN: Si lo viera, no lo creería.
CARLOTA: El Cielo me ha traído un testigo, que lo sorprendió infraganti
al mismo don Melitón.
ESCENA 9
EULALIA: Es cierto: el haberme presentado repentinamente mientras
os hallabais en vuestro escritorio, libertó a Carlotita de un
Dichos y un CRIADO
insulto que ya estaba en actitud de cometer.
CRIADO: El señor don Teodoro García me dirige a usted con esta carta.
FABIÁN: ¡Patarata… patarata! Vosotras os habéis coadunado contra
ese hombre honrado porque lo juzgáis iniciado en mi FABIÁN: Entrad a mi escritorio, por si exige contestación.
retractación. No, no: no se me hace mudar de concepto con
tanta facilidad. Tengo pruebas muy inequívocas de su ESCENA 10
circunspección y verdadera amistad.
CARLOTA: Por el alimento que recibí de los pechos de mi querida EULALIA y CARLOTA
madre os lo aseguro.
CARLOTA: ¡Cuál será el contenido de la carta! Mi corazón se ha llenado
EULALIA: Os doy gracias por el favor que me dispensáis. ¿Ya habéis de sobresaltos.
llegado a desconocer mi carácter? ¡Y cuánto se ciegan los
EULALIA: Ya empiezas con tus cavilaciones. ¿Dudas del amor de
hombres cuando se les lisonjean sus pasiones! Yo me hallo,
Teodoro?
y aun lo confieso, interesada en el matrimonio de Carlotita,
pero ya os he dicho las razones que me asisten. ¿Para CARLOTA: Primero dudaría del mío.
convenceros necesitaba acaso valerme del inicuo medio de EULALIA: ¿Pues, entonces? Apostaría a que el bribón de don
atacar la honra de don Melitón? ¿Las nobles cualidades de Melitón…
Teodoro, lo sagrado de vuestra palabra, la situación de esta CARLOTA: ¡Ah! ¿Y Teodoro?
joven, y otros mil fundamentos, no serían bastantes para
apoyar mi mediación? ¡Ah, hermano! Jamás se borrará de mi EULALIA: Desistirá de su palabra ¿no te parece?
corazón injuria tan inmerecida. CARLOTA: ¡Qué sé yo!... ¡Puede tanto el amor propio!...Don Melitón
CARLOTA: No, tía mía: mi padre no ha querido ofenderla. me dio a entender que una rival…

208 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 209


el hipócrita político

EULALIA: ¿Te has vuelto otro tu padre, al creer a ese oráculo fingido? que la de ser español. ¿Cómo es posible? (Medita). Pero,
Por eso es que habla de nuestra poca constancia. también, Teodoro no aventurará una calumnia en un
CARLOTA: Eso no, eso no: lo amaré más allá del sepulcro. documento, firmado de su puño y letra, por el cual puede
ser reconvenido judicialmente. Por otra parte, la exposición
EULALIA: Pues, entonces, a no dar lugar a necias desconfianzas.
de Carlota y mi cuñada… ¡Si será cierto que ha tendido sus
miras sobre mi hija! ¡Eh! ¡Desvarío! Es un sujeto demasiado
ESCENA 11 circunspecto.

Dichas, DON FABIÁN y CRIADO


ESCENA 14
FABIÁN: Di al señor don Teodoro que lo aguardo ahora mismo.
CRIADO: Lo haré como me lo ordenáis. (Vase). Dicho y DON MELITÓN

MELITÓN: Amigo, ¿hay algo nuevo? Me he expedido en mi comisión


perfectísimamente. El mozuelo se resiste, pero qué tendrá
ESCENA 12
que hacer al fin, sino ceder.
Dichos, menos el CRIADO FABIÁN: Leed la carta que acabo de recibir.
MELITÓN: ¿De los nuestros?
FABIÁN: Retiraos, dejadme solo. FABIÁN: Ved la firma que la suscribe (Se la muestra), y oíd su
CARLOTA: (Al irse.) ¡Qué de cuidados me agitan! contenido. “Mi apreciado amigo: Hago a usted el honor
que debo. Don Melitón me ha informado que vuestra
EULALIA: (Id.) El Cielo ha de querer que calmen (Vanse.)
retractación de la palabra otorgada, consintiendo mi enlace
con la amable doña Carlotita, no se funda en otra causa que
ESCENA 13 mi origen y adhesión a la justa causa de mi país”…
MELITÓN: No leáis adelante. ¿Y os persuadís que yo sea tan falso
FABIÁN amigo? ¿Tan desconocido que?... Dadme don Fabián esa
FABIÁN: (Abre la carta) ¿Será posible que me haya así traicionado don carta, de sus paisanos, no. Me sobra a mi más crédito y
Melitón? Un hombre a quien he dispensado tantos opinión que él tiene entre los suyos. Amigo, ahora sí que os
beneficios, a quien he abierto las puertas de mi corazón, repito no debéis otorgar vuestra hija a un infame detractor.
¿abusar de mi confianza hasta exponerme en estos términos? ¿Qué aguardáis en vista de esto, sino que mañana u otro día
(Medita). No, no lo creo. Cuando no mediara otra razón

210 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 211


el hipócrita político

os haga levantar de casa para entrar en el manejo de vuestros servilismo con tus iguales, no con un americano que, por
intereses y… constitución, detesta semejante bajeza, y di ¿por qué has
FABIÁN: ¿Conque me pedís la carta para insistir sobre la calumnia? introducido en esta respetable casa la aflicción y el
descontento?
MELITÓN: Sí, sí: y por este medio os vindicáis vos mismo. Dádmela,
dádmela, que yo le prometo… Pero ¿qué hay que admirar FABIÁN: No me avergüenzo de confesar mi ingratitud y mi
en unos entes que se han familiarizado con toda clase de debilidad.
vicios? Son hombres libres, y esto basta para reconocerse TEODORO: Poseéis un corazón bondadoso, y no fue difícil que ese
con derecho para obrar a su antojo. No hay opinión segura hipócrita os sorprendiese.
en su boca. El honor, que es el móvil de las acciones, lo FABIÁN: Pero, ¿qué respondéis a cuanto se os acusa?
juzgan una quimera; la religión, freno de las pasiones, la
MELITÓN: De suerte que…
desconocen. Sobre que quisiera se me presentase ahora
mismo el tal Teodoro… TEODORO: Pretendías para ti a la amable Carlotita. ¿No advertiste que
tu alma vil no podía caber en su virtuoso corazón?
FABIÁN: ¿Pues que era cierto?
ESCENA 15

Dichos y TEODORO ESCENA 16


TEODORO: ¡Aquí me tenéis, falso amigo, hipócrita, embustero!
Dichos, CARLOTA y EULALIA
FABIÁN: Don Melitón ¿por qué os retraéis?
CARLOTA: Sí, señor, os lo repito en su presencia. Que me desmienta, si
MELITÓN: Yo… yo….
es tan osado.
TEODORO: ¿Para qué ha de hablar? Tomad. Ved de su puño y letra
MELITÓN: Los hombres somos una miseria. (Se arrodilla). Interceda
cuanto os digo en mi carta. Porque el crimen es cobarde.
usted bella Carlota, ante su señor padre y el señor Teodoro.
Reparad quién se os consagraba por amigo. A no deber al
Cielo un carácter reflexivo, me habría precipitado a causaros EULALIA: Yo también, sobrina, me intereso. Bastante castigo es la
un acerbo disgusto. Habla, hombre malvado ¿es cierto el confusión que lo abate.
contenido de esa carta? CARLOTA: ¡Padre mío!... ¡Caballero don Teodoro!...
MELITÓN: Lo confieso, y postrado a vuestros pies imploro vuestra FABIÁN: Había formado de vos, don Melitón, otro concepto; pero en
generosidad. vista de documentos tan intachables, me rindo a discreción.
TEODORO: ¡Levántate, miserable! ¡Cuán vil y depravado! Usa ese Amigo don Teodoro: mi repentina mudanza me la inspiró

212 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 213


el hipócrita político

este hombre falso; confieso que me alucinó. Yo soy honrado FABIÁN: ¡Oh, hombre generoso! ¡Cuánto me ruborizo de mi
pero lego, y fue tan el cuidado en que me puso… fragilidad!
TEODORO: Estoy instruido de que lo que a vos os atribuye son TEODORO: Quiero que este hipócrita, si es capaz de gratitud, haga
productos de su pérfido corazón. justicia a los hijos de América, confesando que no son menos
FABIÁN: Seguramente. Pero ¿quién os informó? celosos de su dignidad que magnánimos con sus enemigos.

EULALIA: Yo, que desde el momento de vuestra determinación puse FABIÁN: Carlota, dame los brazos, que en ellos quiero ratificar mis
espías que vigilaran a este hombre desgraciado. votos. Goza, hija mía, por dilatados tiempos de un esposo
tan digno de tu amor y tu constancia. No recuerdes mi
FABIÁN: Pero… ¿cómo?...
desvarío. Y tú, querida hermana, entretanto, continúa en
EULALIA: Después os enteraré… tus buenos oficios, instruyendo a tu sobrina en los deberes
TEODORO: Creed que hacia vos no conservo el menor resentimiento. de tierna esposa y buena madre.
Antes, vuestra ingenuidad me ha obligado con nuevos CARLOTA: Jamás dudé de vuestra ternura. Os advertí fascinado; pero al
deberes de amistad y aprecio. Señora doña Eulalia, bella reconocer la nobleza de vuestro corazón, siempre halla
Carlota: siento no poder complaceros en todo. Mi agravio consuelo el alma mía, en medio de los pesares. Ya todo se ha
personal queda olvidado, pero no el insulto que ha convertido, gracias a vuestra bondad, en placer y felicidad.
cometido contra la sagrada causa de mi patria. Merecería la (A Eulalia) Y vos, mi mejor amiga, recibid las más sincera
execración de mis conciudadanos, si dejare por más tiempo expresión de mi reconocimiento. (La abraza).
encubierto a este enemigo.
EULALIA: Puedes contemplar cuánto será mi placer, al ver el tiempo
MELITÓN: Por amor de Dios, señor don Fabián, señora doña Eulalia, de la justicia y del amor.
señora doña Carlota: mirad que soy un pobre sin más
TEODORO: Señora doña Eulalia, en mi corazón se han grabado, con
amparo que mi triste sueldo. Yo prometo que este
caracteres indelebles, vuestros singulares oficios.
acontecimiento hará mi enmienda.
EULALIA: Nada valen comparados con vuestro mérito.
TEODORO: ¿Por qué os afligís? Vuestros servicios no quedarán sin
recompensa por vuestra madre patria. Yo os empeño mi FABIÁN: Y vos, hombre perverso, que así habéis abusado de mi
palabra de que os veréis en ella muy en breve. Los costos del franqueza y amistad, huid de mi presencia. Me avergüenzo
viaje corren a mi cargo. de haberos conocido, infame perturbador de mi reposo,
falso amigo. He ahí el fruto de vuestra necia sabiduría: he
MELITÓN: (Aparte) El Cielo premió mi constancia por la justa causa de
ahí en un momento, destruidas tantas horas de inicuas
mi Soberano.

214 P. V. A. antología de obras de teatro argentino 215


cavilaciones. Ahora advierto mi engaño: y si poseyera alma
tan vil como la vuestra…
MELITÓN: ¡Basta, basta ya! Bastante tengo con el peso de mi delito. Mi
terrible confusión sea el testimonio irrefragable de mi
arrepentimiento.
TEODORO: ¡Enmudece impostor! Tu humillación no la produce tu
arrepentimiento, no. Demasiado te conozco a ti y a otros
muchos como tú. Ella procede de tu misma hipocresía. Ya
no me engañas, ni menos traicionarás al suelo que te
alimenta. Daré parte a los magistrados. Mi aviso servirá de
lección para no depositar sus confianzas en hombres tales,
sino en fieles servidores, como los que han prodigado hasta
su existencia en defensa y sostén de la justa causa de la
libertad, y tu castigo será el freno que contenga a tus
semejantes. ¡Oh, patria mía! Cuándo será el día en que, libre
de las asechanzas de estos monstruos, reposéis segura en las
virtudes de vuestros dignos hijos: mas ese día feliz se
aproximará. ¡Hipócritas: temblad!

FIN

216 P. V. A.
Tupac - Amaru
Luis Ambrosio Morante
> tupac - amaru
Drama en cinco actos.

Difícilmente presentará la historia de las


revoluciones otra ni más justificada, ni menos feliz.

FUNES, Ensayo Histórico,


Tomo 3º. Libro 6º. Cap. 1º.

PERSONAJES

EL CORREGIDOR SANTELICES
D. VENTURA SANTELITES
ARRIAGA
D. GABRIEL TUPAC AMARU, bajo el nombre de Cándor Camqui.
Da MICAELA BASTIDAS, india.
TUPA CATARI, indio.
INDIOS MITAYOS de ambos sexos

LA ACCIÓN SUCEDE EN EL ALTO PERÚ, EN LA PROVINCIA DE TINTA,


POR LOS AÑOS DE 1780.

ACTO PRIMERO

EL TEATRO REPRESENTA UN SITIO DE BREÑALES ÁRIDOS, TODO EL


FONDO ESTÁ OCUPADO POR UN CERRO CUYA EMINENCIA SE PIERDE
A LO OJOS DEL ESPECTADOR: LAS BREÑAS RELUCEN Y BLANQUEAN
CON LA NIEVE, CUYOS COPOS SE CAEN NATURALMENTE. DURANTE
LOS DOS PRIMEROS ACTOS, NO CESAN DE SUBIR Y BAJAR INDIOS
MITAYOS DE AMBOS SEXOS, CARGADOS CON LOS METALES QUE
CONDUCEN A LOS INGENIOS: MIENTRAS ESTA MARCHA, EN TODA SU
EXTENSIÓN SE PATETIZA LA CRUELDAD DE SUS COMITRES O
CELADORES. POR INTERVALOS SE DEJA VER LA LUZ DEL SOL,
AUNQUE SIEMPRE OFUSCADA POR LA NIEBLA.

antología de obras de teatro argentino 221


tupac amaru

LA OBERTURA PRESENTA UNA ANTICIPACIÓN DE TODOS LOS de un padre adverso en todo y contrariado
EFECTOS DEL DRAMA.
al doliente clamor del pobre Indio…
¡Un día llegará!... Me será dado
entonces aliviar las amarguras
ESCENA 1ª
que toleráis: entonces tendrá el lauro
Ventura Santelices de que nunca
TUPAC-AMARU, sentado sobre una roca, y SANTELICES hijo
viniendo por la parte donde se supone están los Ingenios.
la madre tierna, con terror y espanto
maldecirá al nacer del tierno hijo.
SANTELICES: (Abrazándolo) Mas, ahora… ¡Cándor Canqui!... ahora y en tanto
¡Hoy el sol resplandece con más brillo! que se realiza. ¿No eres venturoso?...
TUPAC: (Con dolor) TUPAC: (Con expresión dolorosa)
Para todos los seres fortunados... ¡Lo que cabe en la suerte de un Mitayo,
(Mira a las eminencias, hace un extremo de lo que cabe en un Indio!...
dolor y deja caer sus brazos).
SANTELICES: Si recuerdas
SANTELICES: ¡Qué cuadro tan magnífico presenta
lo que sufriste en tiempos ya pasados,
naturaleza!
bien te debes gozar en el presente!...
TUPAC: Sube a lo encumbrado Un trabajo excesivo… Respirando
de aquellas rocas y naturaleza los mefíticos aires que vaporan
te mostrará el reverso de ese cuadro. de esas cavernas los malignos antros…
SANTELICES: ¡Tristes ideas sin cesar te afligen! ¡Noches de eternidad!... ¡Horas eternas
de pernoctar… sin tiempo, sin descanso,
TUPAC: (Con amargura)
sin un mísero lecho en que pudieran
¡Soy hombre!
reposo hallar tus miembros extenuados!
SANTELICES: ¿Y yo qué soy? ¡Toscos e insuficientes alimentos!...
TUPAC: Un ser dotado En todas partes siempre levantado
de sensibilidad que muchas veces el azote fatal, con que se place
calmó el llorar del mísero Peruano. el corazón de quien lo está impulsando.
SANTELICES: Jamás me fue posible, cual quisiera, ¡Ancianidad luctuosa y prematura!
su llanto consolar. Deploro en vano ¡Tal de tus días era el negro cuadro!...
sus infortunios: pero yo dependo

222 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 223


tupac amaru

¡Tal era la horrorosa perspectiva a saciar el dragón de la codicia


que te ofreció por tiempo dilatado española. ¡Repara el triste cuadro
tu enemiga fortuna! Ahora te he mirado… de aquellos infelices, que doblegan
TUPAC: (Con energía) la cerviz bajo el peso inmoderado
¡Un ser envilecido y degradado! que sobre ellos gravita! ¡Considera
Por más que mi alma independiente, fiera su macilento rostro amalgamado
de sí misma, engreída en su elevado con el sudor y el polvo! Atento mira
meditar, se ostentara en otro tiempo, cómo de un frío agudo penetrados,
después llegó a doblarse; y grado a grado al respirar de pronto el aire libre
perdió su actividad y la energía presentan un contraste en que luchando,
que la invistiera de un sublime innato… están ambas regiones sobre el triunfo
¡Inscripto entre las lista de las bestias de víctimas sin fin. De aquel estado
domésticas, con ellas comparado conseguiste substraerme. Tú de entre ellos
yo soportaba el peso de la vida!!! me segregaste… ¡Ah! Tu despiadado
De su apatía y tétrico letargo padre otorgó que se me destinara
ella se despertó por un castigo al servicio doméstico. ¡Un liviano
tan cruel como injusto… Breve rayo trabajar, salutífero alimento,
entonces con su luz me patentiza y el albergue algo más cómodo son rasgos
del hombre los derechos vulnerados. de tu amistad! Escucha Santelices:
La sangre que mi cuerpo empurpuraba ¡tamaños procederes, si, tamaños
pedía un vengador… ¡Ah! ¡Transportado beneficios, merecen la confianza
en horrible furor me precipito de un noble corazón! El desgraciado
sobre el verdugo atroz!... Entre mis brazos Cándor-Canqui que aprecias como amigo,
a exhalar iba su postrer suspiro… debe sus ascendientes al preclaro
cuando allí compareces. De sagrado Inca Saysi-Tupac. He aquí una rama
le sirves; ¡lo separas de mis justos del ínclito inmortal Tupac Amaru
frenéticos transportes! Y tocado que en mil quinientos y setenta y ocho
de mi ardimiento, a un ser compadeciste rindió la vida en público cadalso
que la naturaleza hizo tu hermano; por el virrey Francisco de Toledo.
que los prejuicios y la tiranía La suspicacia del dominio Hispano
con su cetro de hierro destinaron extinguió cuantos vástagos pudieran

224 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 225


tupac amaru

derechos reclamar a lo usurpado. premio del bien que hace, no es humano,


La tradición, y aquel amor constante no precia lo que obra; no conoce
que a sus Incas conservan los Peruanos, sino el orgullo vil. Tú, destinado
entre obscura extracción salvó mis días. para amar la virtud y cultivarla,
De unos inconocido, venerado llena de tus deberes el espacio
de otros, entre la sombra del misterio y deja a tus abyectos compatriotas
yo vegetaba, cuando el vil contagio su avaricia, sus crímenes, sus daños…
de conscripción anual llegó hasta el Cuzco. SANTELICES: (Con prontitud)
Por sorteo a la Mita condenado y sus remordimientos.
entre millares de infelices Indios
TUPAC: Quien conoce
yacía en los afanes subterráneos…
de los remordimientos el gusano,
Lo demás no lo ignoras… ¡Quizá un día,
quien siente su punzar, no dista mucho
quizá un día Gabriel Tupac-Amaru
de la virtud: mas no, que los Hispanos
te pueda compensar los beneficios
ni son capaces de remordimientos,
que a Gabriel Cándor-Canqui has dispensado!
ni sienten su dolor…
¡Quizá un día Ventura Santelices
halle en los corazones Peruanos SANTELICES: ¡Compadezcamos
el augusto lugar que hubo Las Casas su miseria!
de Panamá en el Istmo!... Está lejano TUPAC: Yo al débil compadezco;
(Con alguna intención) (Exaltado)
según tú dices… Mas tu recompensa ¡pero detesto al crimen cuando le hallo
se halla en tu corazón… ¡El cielo santo en mis verdugos!
quiera hacer gozar de tus virtudes
SANTELICES: ¡Cándor!... ¡Tú te exaltas!
circuido del afecto Americano!
¡El velo echemos sobre los estragos
SANTELICES: No de agradecimiento se me hable. y las crueldades, sin cesar nacientes,
Hice lo que debí: lo que ha dictado con que oprimimos, con que subyugamos
la humanidad. tu infortunada especie!... ¡Vendrá un tiempo!
TUPAC: (Interrumpiéndolo) Mi padre montes de oro prodigando
Ve aquí la vez primera mereció que el empleo que ahora ejerce
que tus beneficencias te acordamos; en nuestra casa sea hereditario:
más la última será. Todo el que exige en mí debe recaer. Hasta ese punto

226 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 227


tupac amaru

Cándor amigo, ¡seas moderado SANTELICES: Si yo no puedo


en tus aspiraciones y conducta! calmar su situación, bien podré acaso
¡Que sereno disfrutes tu descanso sus males compartir… Dime ¿a quién amas?
actual, y te complazcas silencioso TUPAC: Vive mi corazón idolatrando
en la esperanza y los prestigios faustos a la hija del anciano Incuasicona,
de un otro porvenir!... ¡Llegará el día! ¡puesta en esa crueldad para remplazo
Mientras cumple su número, en los brazos de la deuda tiránica en que incurre
vive de la amistad: ¡sus impresiones precisamente el mísero Mitayo!
deslizarán el memorar infando ¡Mira sobre la cima de aquel cerro
de las pasadas penas y harán dulces a Micaela Bastidas soportando
todos los sinsabores de tu estado! una carga excedente a sus esfuerzos!
¿Qué más puedes desear? ¡Mira su situación, mira su estado
TUPAC: La Independencia por no acceder a las brutales ansias
de los Indios. del Director que rige los trabajos!
SANTELICES: Por ahora yo no alcanzo ¡Mira al feroz verdugo de los Indios
a realizar su logro. cual su dolor insulta amenazando!
¡Observa cómo ella nos dirige
TUPAC: ¡Y qué! ¿No puedo
lagrimosas miradas! ¡Exhalado
desearla?
su corazón en mil y mil suspiros
SANTELICES: Y puedes esperarla. En tanto mi auxilio implora, implora por tu amparo!...
de la paciencia te arma, soportable ¡Tierra fecunda en robos y maldades!
tu yugo es el presente. ¡Tierra de maldición! Que cada un año
TUPAC: Has aliviado sepultas en tus áridas cavernas
el mío… ¡vuelve a la eminencia millares y millares de Peruanos!
de aquellas rocas! El objeto que amo ¡Rocas regadas con sudor del Indio!
allí padece expuesto a los rigores ¡Antros que retornáis al triste llanto
del azote y la escarcha. y a la fúnebre endecha del que vive
muriendo en vuestros lóbregos espacios!...
SANTELICES: ¿Qué he escuchado?
¿No vengaréis las víctimas del oro?
¿Tú amas? ¿Y lo callastes a tu amigo?
¡Los Españoles! Esos adversarios,
TUPAC: Temí oprimir tu corazón lanzando esos verdugos de naturaleza,
nuevas penas en él.
228 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 229
tupac amaru

¿no temblarán jamás viendo los rastros TUPAC: Resignado


de sangre, de sudor, de luto y muerte? puede el hombre llevar sus infortunios
SANTELICES: ¡Calma tus frenesíes! Ten cuidado cuando aguarda su término lejano,
de no entregarte a inútiles transportes se mira el puerto… Pueda la esperanza
que te pueden seguir funestos daños! aproximar el término deseado…
No deploremos aún los infortunios
de tu adorada, sin haber buscado ESCENA 2ª
su alivio en algún modo… ¿Di, que puedo
hacer en su favor? SANTELICES solo
TUPAC: ¿Y por acaso
SANTELICES: Vosotros, detractores de los Indios,
a mí me lo preguntas? ¿Soy yo solo
vosotros que negáis alucinados
el Indio que se ve tiranizado?
su intelectualidad, por un momento
SANTELICES: No cuento entre mi clase un solo amigo. fijad vuestra atención: Tupac-Amaru
Me acusan de que soy un declarado será para vosotros un espejo
protector de vosotros: ellos me huyen donde se mire el Sud-Americano.
y me execran.
TUPAC: El odio del malvado
ESCENA 3ª
hace todo el elogio del virtuoso.
SANTELICES: Mi padre hasta el presente me ha librado SANTELICES, ARRIAGA
una pensión: pensión que mis errores
ARRIAGA: Dios os guarde señor.
sólo en superfluidades emplearon.
¡De hoy más sabré hacer de ella un uso digno! SANTELICES: Y Dios os guarde.
¡Disfrutaré un placer amigo caro! ARRIAGA: ¡En la eminencia no hay poder humano
¡El placer de ser útil!... Desde ahora a resistir el frío! ¡Ah!
ese dinero me será sagrado SANTELICES: Si vos, Arriaga
para hacer el rescate de Bastidas… os lamentáis… ¿Qué harán mil desdichados
¡Oh pueda ese metal móvil del llanto, allí en su desnudez?
servir alguna vez para consuelo
ARRIAGA: Ellos son Indios.
de la humanidad triste!...

230 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 231


tupac amaru

SANTELICES: Mas los Indios son hombres. de grado o fuerza, mal o bien le pese,
ARRIAGA: No volvamos, de su destino llenará el espacio;
señor, a comenzar vuestras disputas. y si acaso se muere lo reemplaza
He dicho y lo repito, que no trato su padre, su hijo, el deudo más cercano.
de aparecer Filósofo. SANTELICES: ¡Arriaga! O no hay suma Providencia,
SANTELICES: Ninguno (Con explosión)
que lo seáis, señor, ha sospechado. ¡o vos tendréis un fin el más infausto!

ARRIAGA: Yo no pienso jamás en fruslerías. ARRIAGA: (Con sobresalto)


Mi único meditar se halla cifrado ¡Qué me decís señor! ¿Qué? ¿se maquina?
en cumplir lo que ordena vuestro padre ¿Nos veremos por suerte amenazados
y llenar la intención del Soberano; de alguna insurrección?
así para sacar un ventajoso SANTELICES: ¡Los opresores
partido al interés de los hispanos hed aquí!... Sanguinosos, impiadados,
he prohibido a los Indios que mediten. débiles y cobardes… ¡Oh cual todos
SANTELICES: ¿Vos no queréis que el Indio adquiera grados sois copia de vos mismos!...
de ilustración? ARRIAGA: ¡Pues el caso
ARRIAGA: Yo quiero que trabaje. vale la pena de pensar! y creo
que debierais temer el común daño.
SANTELICES: ¿De sus ideas no será arbitrario?
SANTELICES: El amigo del hombre, nunca sabe
ARRIAGA: Mucho mejor se vive sin ideas.
temer al hombre.
SANTELICES: Con todo; nunca daña el ser humano.
ARRIAGA: Nos decís bien claro
ARRIAGA: ¡Humano! Con nosotros. Con el Indio: que os halláis en el secreto.
el azote, el rigor y los trabajos.
SANTELICES: En nada estoy.
SANTELICES: La desesperación ved que a las veces
ARRIAGA: ¿A fe de español rancio?
se suele apoderar del desgraciado.
SANTELICES: Jamás supe mentir
ARRIAGA: No es asunto mío. No me cuido
de que se desesperen. Calculamos ARRIAGA: Oídme entonces…
lo que un Indio produce a la Semana A mí, señor, no me sería extraño
mientras dura el período de su año: que estuviese preñado algún proyecto

232 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 233


tupac amaru

entre tales demonios. Sospechamos que me ose respirar o desmayarse


de ese Cándor que vos de entre las minas mientras que dura el tiempo del trabajo,
nos quitasteis; su orgullo, aquel osado será el mejor antídoto.
reproducirse lo hacen aparente SANTELICES: ¡Infelices!
para conspiraciones; yo he notado, ¡No han de tener siquiera algún descanso!
cuando estuvo debajo de mi azote,
ARRIAGA: ¡Descanso! Ya descansan los Domingos.
que con cierto respeto los Mitayos
¡Ojalá que también fuese otorgado
le obedecían: ved una evidencia…
hacerles trabajar en tales días!
SANTELICES: ¡Arriaga! Conteneos… No insensato En cuanto a la Bastidas: si yo alcanzo
juzguéis ligeramente de aquel hombre a penetrar que desperdicia el tiempo
que apreciar no supisteis… ¿Vuestros labios en amoríos, de robusta mano
osan amancillar…? le haré suministrar sendos azotes.
ARRIAGA: Yo no amancillo… SANTELICES: Yo os lo prohíbo.
Mas perdonadme aquí si hube olvidado
ARRIAGA: ¡Señor! ¡Tales mandatos
Que es Cóndor-Canqui nuestra fiel hechura.
son evidentemente perniciosos
SANTELICES: ¡Moderaos, Arriaga, moderaos! al buen orden!... ¿Hubisteis ya olvidado
ARRIAGA: Pero no exigiréis que mis aprecios que vuestro padre aprueba mi conducta,
ni mi moderación, tengan contacto y que sus voluntades observando
con la osada Bastidas. estoy?
SANTELICES: ¿Qué dijisteis? SANTELICES: Dijisteis bien… Sí: yo confieso
de que el justo furor me ha transportado.
ARRIAGA: ¡Bastidas! Ese numen adorado
Mas tratad a Bastidas con dulzura:
del predilecto Cándor. Sus amores
ya veis que me limito a suplicaros.
me son ya muy notorios. ¡Ah! Son ambos
¿Me entendisteis? Soy yo quien os suplica…
para conspiración propios agentes.
Y mis súplicas creo que no en vano
SANTELICES: Señor, nadie conspira ni ha pensado se dirijan a vos.
en conspirar.
ARRIAGA: Contad con ellas.
ARRIAGA: ¡Conspire aquel que pueda!
SANTELICES: Pensad Arriaga, pues, que en algún caso
Un castigo de muerte al temerario

234 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 235


tupac amaru

yo me puedo acordar que sólo a vuestras CORREGIDOR: ¡Vos meditáis Arriaga! ¿Cuál motivo
sugestiones y cálculos nefarios consigue distraeros?
debe mi padre el tosco cambiamento ARRIAGA: Los Mitayos:
de su carácter… Corre a lento paso su conducta que gira claramente
el tiempo, porque el hombre se corrija… a las conspiraciones…
No olvidéis tal aviso.
CORREGIDOR: ¡Castigarlos!

ARRIAGA: ¿Y cómo podré hacerlo cuando media


ESCENA 4ª vuestro hijo?... ¡Señor! Diseminando
la indisciplina que autoriza, él mismo
ARRIAGA solo se complace en su obrar, entusiasmado
ARRIAGA: Yo declaro con esa humanidad que preconiza.
que no le olvidaré. Según observo CORREGIDOR: Todo en el orden quedará reglado,
la tal India otro amante ha conquistado. yo al joven reprehendiendo, y en los Indios
Adorada de Cándor… De este joven haciendo vos un ejemplar castigo.
amada… ¿Y yo?... ¡La cruel! ¡Rehusar los brazos
ARRIAGA: Me encargo
de D. Antonio Arriaga! ¿Pues no tiene
de cortar la palabra a cualesquiera
ejemplo en tantas Indias que acatando
que osase respirar… ¡Mi venerado
están mi voluntad por libertarse
Corregidor! No bastan reprehensiones
de mis rencores?... ¡Pero yo malgasto
para vuestro hijo. Vigilad sus pasos.
el tiempo en quejas! Luego separemos
¡Ved que al presente se halla su cabeza
su nuevo amante a países más lejanos:
exaltada, con fuego inmoderado,
su Cándor-Canqui pase a otros destinos
por alguna India! ¡Ved que sus amores
y si ella no se humilla a mis halagos
pueden traer incidentes muy infaustos!
el rigor, el castigo y la violencia
me vengarán de su desdén tirano. CORREGIDOR: ¿Qué joven conocisteis vos, Arriaga,
sin pasiones ridículas?... ¿Acaso
decís que Santelices arde amante
ESCENA 5ª por una India? No debo recelarlo
capaz de amarillarse en su fortuna
CORREGIDOR, ARRIAGA ni en su reputación… El mismo trato,

236 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 237


tupac amaru

si los usos del mundo, sus placeres, y no se enorgullece: no insensato


y la facilidad para gozarlos, en su reformador se constituye.
le llevaran en pos de sus pasiones SANTELICES: ¿Qué, padre mío?...
a otros procedimientos regulados…
CORREGIDOR: Calla.
Veo a mi hijo venir. Por un momento
dejadnos. SANTELICES: Obedezcamos.
ARRIAGA: Me dirijo a los trabajos. CORREGIDOR: Mi moral que ahora mismo tu reputas
débil y relajada, con los años
tendrá tu aprobación. Entonces hijo,
ESCENA 6ª conocerás que el hombre colocado
sobre inmensa fortuna, no es bastante
CORREGIDOR y SANTELICES para hacerse feliz.
CORREGIDOR: ¡Mi hijo visita siempre a sus amigos! SANTELICES: ¿Podrá mi labio
SANTELICES: Mientras se les oprime como a esclavos. decir…
CORREGIDOR: ¿Quién soy yo a tu entender? CORREGIDOR: No es tiempo aún… Los duros golpes
de tu opinión se extienden sin reparo
SANTELICES: ¿De mis respetos
adoquier y llevan sus efectos
tenéis queja señor?
hasta refluir sobre los que granjearon
CORREGIDOR: No la he formado… mis consideraciones y confianza.
Cual de tu corazón estoy contento, ¿Cuál crimen cometieron, respetando
también quisiera estar de los engaños las órdenes del Rey y obedeciendo
de tu razón. las mías?... Presumiste que ignoramos
SANTELICES: Es cierto que a las veces los planes subrepticios con que intentas
traspasa de sus límites. sorprender la intención del Soberano
CORREGIDOR: Aun cuando para que frene a los corregidor:es,
se aparte de lo justo. ¡Santelices! contenga los excesos del Reparto,
Toda exageración atrae contrarios, quite las Mitas, quite los Tributos,
y no remedia el mal… El hombre cuerdo Sisas y Expoliación?... ¿Lo ignoras acaso?
observa con pesar los extraviados ¡No, Santelices!... Pero yo pretendo
errores de su siglo, pero calla olvidar con el hijo alucinado

238 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 239


tupac amaru

mi autoridad real, y mis derechos es obra tuya! ¡Oh puedas por mi labio
paternales. Yo quiero moderado hacer que vierta el corazón sensible
evitar actitudes que podrían lágrimas compasivas!”… ¡Yo declamo,
investir mis reproches. Sólo trato yo el grito elevo contra la tirana
ser un amigo tierno que a su amigo opresión de los Indios!... ¿Un Mitayo
se queja sin dolerse del agravio. qué viene a ser, en la extensiva fuerza
Mi lenguaje hijo mío, bien conozco de esa palabra?... El abatido esclavo
que habla en tu corazón, y que por tanto del despotismo, presa de ambiciosos,
lo sabrás contestar. incremento del sordo peculado
SANTELICES: Cuando mi padre y del más despreciable latrocinio!
se digna ser mi amigo, y que su labio CORREGIDOR: ¡Santelices!
toca en mi corazón… ¿Dará el consenso SANTELICES: Cumplamos lo pactado.
de hablarle sin embozos? Dos amigos discuten libremente,
CORREGIDOR: Me complazco ¿quién sancionó el poder, quién le ha otorgado
en escucharte, bien a ti te consta, derecho al hombre para que subyugue
por más que en la opinión diferenciamos. al hombre semejante?... “¡Cruel tirano!
SANTELICES: ¿Dos amigos discuten libremente? Si con la fuerza quieres oprimirme,
dame la fuerza de oprimirte: veamos
CORREGIDOR: Sin duda.
en lid igual quién saca la victoria!”.
SANTELICES: ¿Y pueden producirse ambos ¡Tal sería la queja del Mitayo
con calor y energía? si quejarse le fuera permitido!
CORREGIDOR: No lo dudes. Mas vengamos señor, a los primarios
fundamentos y triunfe la justicia.
SANTELICES: ¿Aun sin temor de caer en desagrado,
Dejo aparte la Bula de Alejandro:
ni menos resentirse?
dejo aparte el poder que la otorgara,
CORREGIDOR: Donde reina dejo aparte el derecho reprobado
la sujeción, no hay amistad. que se arroga la España. ¡Ese derecho
SANTELICES: ¡Aplaudo de conquista contra hombres desarmados,
vuestro pensar!... Momento delicioso sorprendidos por dolo, y a la sombra
al hombre pensador!... “¡Oh Ser Increado! de la Religión Santa! Yo me aparto
La respetable causa que defiendo

240 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 241


tupac amaru

de cuanto obrar pudieran los Colombos, Si no hay mayor desgracia para el Indio
los Corteses, Almagros y Pizarros. que arrebatarle de sus Lares patrios,
Yo tiendo un velo… Sólo me detengo pues teme que la muerte sus cenizas
en nuestros días, donde ha llegado separe de los restos venerados
la América infeliz a ser Teatro de sus mayores… ¿Cuál será su angustia
de la sevicia más encarnizada! de recibir de su sorteo el fallo?
El poderoso yugo del Hispano ¡Fallo muy más terrible para ellos
lude y gravita sobre las cervices que capital sentencia!... Desarraigados
de los humildes Indios Peruanos. de sus hogares y de sus amigos
¡Esa codicia sórdida que nutre vienen a ser el diuturnario pasto
a nuestra madre Iberia, el simulacro, de ese dragón del Potosí que hambriento
el Dios de su política y sus vicios, jamás, nunca jamás, se mira sacio.
nada, nada, señor ha perdonado Vienen a vegetar sobre una tierra
para privarles a estos infelices de proscripción, la pena soportando
aun de lo más preciso y necesario de un suplicio tan crudo, que la muerte
para la vida; hacerlos instrumentos les fuera dulce puesta en contra cambio.
de su fastuosidad y acostumbrarlos ¡Es allí que debajo del azote
a la servilidad más abatida! agitado por siempre y agitado
¡Mitas, Repartimientos! ¡Helo el cuadro de un conductor feroce, les mensuran
de las playas mortíferas! El fruto el tiempo, la palabra y aun el craso
de invención española! Descarriados ambiente que respiran!... ¡Allí es donde
por su cruel avaricia, introdujeron se les exige el sacrificio amargo
la mita de las minas. ¡Ese ingrato de sus morales facultades!... ¡Clama
descubrimiento de la más profunda el Indio y se intercepta su agraviado
corrupción! ¡Ese anual violento emplazo clamor! ¡Se le intercepta el pensamiento!
do salen a una muerte prolongada ¡Se le intercepta el suspirar! ¡Y amagos
millares de inocentes condenados! y vejaciones a doquier encuentra!
CORREGIDOR: Cesa ya… ¡Es allí en fin, que el hombre desgustando
de ser hombre, aborrece las dulzuras
SANTELICES: Dispensadme… Dos amigos
del amor y maldice el punto infausto
discuten, y se cumplen lo pactado.
en que llegó a reproducirse!... ¡Torna

242 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 243


tupac amaru

los furibundos ojos y ve el llanto hizo nacer al Indio decorado


de la esposa, la madre desolada de órganos susceptibles de intelecto.
desfalleciendo al peso del trabajo, Les puso un corazón sensible y apto
y presentando a su hijo un pecho estéril para amar. Ellos son tal que nosotros,
con lágrimas estériles regado! hijos de la virtud cuando el maltrato
¡Oh Españoles! ¡Oh monstruos poderosos no los degrada, o cuando la injusticia
que su ejemplo seguís! Si tales rasgos no los hace animosos… Vos que osado
no pueden conmover vuestra codicia, contáis sobre una impunidad eterna,
si no sentís el penetrante dardo vos que menospreciáis enseñoreando
de los remordimientos, si de hombres a un enemigo que terror abate
no tenéis dignidad; ¡que pueda el rayo inerme a vuestros pies…; temed que el grado
con sus fuegos purgar toda la tierra de su misma opresión, no envigorice
de vuestra especie detestable! y le despierte un sentimiento tardo
CORREGIDOR: ¡Aplaudo y no extinto jamás!... ¡Temed que un héroe,
tus sentimientos, como no condigan un hombre superior a los trabajos,
con tus operaciones! Has pintado ore a sus compatriotas abatidos,
con pincel y colores recargados, les haga despertar de su letargo
la situación de quienes ignoramos y derroque el sitial de la injusticia
a cuál especie pertenezcan. con su genio y valor! ¡Vedle entonando
llevando el triunfo asido de sus manos!
SANTELICES: ¡Padre!
¡Vedle invencible como la victoria!
Dejad tan vil refugio a los tiranos
¡Vedlo a su vez cual vos encarnizado
de esotros tiempos. No renovéis ahora
e implacable cual vos, de sangre humana
su execrable consulta. Pretextaron
bañarse en los torrentes! ¡Despechado
demanda tal, por colorir sus negras
vedle inventar insólitas venganzas,
atrocidades. Ellos diseñaron
y competiros en furor, estragos,
al Indio como especie embrutecida;
devastación, carnaje, ruina y muerte!
especie con instinto asemejado
¡Prevenid tal catástrofe: evitadlo,
al del Mono! ¿y por qué? ¡Porque el delito
Reinad sobre los Indios! Pero sea
se ruboriza de sí mismo cuando
por la beneficencia… ¡Oh padre amado!
ve su deformidad! Naturaleza
(De rodillas)

244 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 245


tupac amaru

¡Mi buen amigo! ¡Ser de mi existencia! ACTO SEGUNDO


Vos lo podéis. ¡Consiste en vuestra mano
borrar en un momento los errores
de casi tres centurias!... ¡Intentadlo
ESCENA 1ª
y lo conseguiréis!... ¡Oh padre mío!
No queráis pertinaz y alucinado
que vuestro nombre sea eternamente ARRIAGA solo

inscripto en el detalle de los tiranos! ARRIAGA: ¡Confuso estoy!... No sé… mis sugestiones
CORREGIDOR: No me es posible contestarte ahora. ¿cuál impresión harían en el pecho
Sólo te advertiré joven errado, de Santelices padre?... ¡Qué Bastidas
que para ti ambiciono y que algún día cada vez más reitere sus desprecios!
serás el sucesor de mi comando.
ESCENA 2ª
ESCENA 7ª
ARRIAGA, TUPAC-AMARU
SANTELICES solo ARRIAGA: (Aparte)
SANTELICES: ¡Oh quiera el cielo apresurar su punto ¡Ve aquí un rival odioso! ¿De qué sitio vienes?
y conmover a un padre!... ¡Americanos! (A Tupac-Amaru)
Entonces ¡ah! tendréis en Santelices TUPAC: (Aparte)
un español que aplaque vuestro llanto. ¡Tirano limpio!... Del ingenio.
ARRIAGA: ¿A dónde vas?
Fin del Acto Primero
TUPAC: No estoy en tu dominio
La música del entreacto imita la furia del viento al trasponerse
para rendirte cuentas.
el sol para caer la noche. ARRIAGA: Tus acentos
tengan humillación… Llegará el día
todo ha defenecer… Sólo te advierto
que no siempre serán apadrinadas
la indisciplina y seducción… ¡Soberbio!
¿Me vuelves el rostro? ¡Canalla sigue altivo

246 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 247


tupac amaru

que a tu altivez le resta poco tiempo! TUPAC: ¡Entre acervos


¡Yo juro hacerte ver la diferencia e inauditos trabajos!
del Español al Indio!... Y si penetro BASTIDAS: Hasta el punto
que con Bastidas en amores locos en que logro mirarte.
las horas malgastasteis; de ti, altanero,
TUPAC: ¡Pasajero
ella me vengará con cien azotes
intervalo!
que la hagan ser humilde a mis preceptos.
BASTIDAS: Es verdad: pero tan grato!
TUPAC: ¡Oh, mi Bastidas! ¡Cuando tus luceros
ESCENA 3ª
se ocultan de vista, yo te sigo
y te sigue mi triste pensamiento!
TUPAC-AMARU solo
¡Te miro sepultar en las cavernas
TUPAC: ¡De Santelices las promesas, nunca de aquesas rocas; y el tonar horrendo
se apartan de mi ansioso pensamiento, de cada golpe subterráneo vibra
al par que de Bastidas la memoria en este corazón!
cada vez más aumentan mis tormentos!
BASTIDAS: Mi pensamiento
retrocede y me trae a la memoria
ESCENA 4ª aquellos felicísimos momentos
cuando del Guatanay en las orillas
TUPAC-AMARU y BASTIDAS nos juramos amor puro y eterno.

BASTIDAS: ¿Tú me esperabas buen amigo mío? TUPAC: ¡Cual todo se ha cambiado desde entonces!
TUPAC: Y maldecía el demorar del tiempo. BASTIDAS: Mas Cándor y Bastidas un momento
¡Cual se detiene cuando allí te encuentras! no se cambiaron.

BASTIDAS: ¡Cual corre y vuela cuando aquí me encuentro! TUPAC: Ni cambiarse pueden.

TUPAC: ¡Y la hora que ahora empieza presurosa BASTIDAS: ¡Jamás! ¡Jamás! ¡Oh márgenes amenos
disparará cual humo sus momentos! del Guatanay! ¡Testigos silenciosos
del apacible ardor de nuestros pechos!
BASTIDAS: Las que a ésta le subsigan, igualmente
¡Nuestra felicidad se ha deslizado
disiparán los suyos.
al par de vuestras ondas!... Allí, lejos

248 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 249


tupac amaru

de los tiranos tu me repetías: y lo cumples… ¡Amargos los momentos


“Libre será mi patria. El Himeneo se sucedían con amargo lloro!
nos unirá por siempre”. ¡Dios! ¡El rayo He aquí lo que permiten los protervos.
con más presteza no desciende al suelo ¡Lágrimas y dolor!
como aquellos idólatras del oro TUPAC: De nuestra idea
se lanza sobre ti…, sobre mi viejo padre! se borre lo pasado. Sus recuerdos
¡Cuitada!... Tuve que seguiros hacen más cruel la situación presente.
en alas de mi amor!... ¡Triste!... A los menos
BASTIDAS: ¿Y me es dable olvidar aquellos tiempos
me fuera dable disfrutar tu vista
de menor opresión?
en días de reposo! Mas el fiero
Arriaga, envanecido en los triunfos TUPAC: No los refieras:
que logra su poder, tentó soberbio su memoria me aflige.
dominar mi albedrío: y mi repulsa BASTIDAS: ¡Justo duelo
concitó su furor. Cuantos inventos a una patria oprimida!... Mas yo, triste,
discurre la venganza de un tirano, sólo sé amarla y adorarte.
tantos en ti ejerció. ¡Fatal momento
TUPAC: El sueño
truncó la vida de mi caro padre!
huye de mí, huye el reposo, huye
Es entonces que aquel verdugo Íbero
la noche, el día huye: y de amor ebrio,
me hace elegir entre halagar su gusto
inalterado en mis resoluciones,
o sufrir los trabajos más violentos,
ardiente en el volcán de mis deseos,
hasta que cancionase a Incausicona.
frenándolos; temiendo y anhelando,
Elijo antes morir… ¡Oh Dios! Mi esfuerzo
¡contrasto los embates que yo pruebo
y mi resolución eran distintos.
entre Bastidas y Naturaleza!
Arrebatada, fuera de concierto,
“Libre será mi patria. El Himeneo
mil y mil veces invoqué la muerte,
entonces, unirá nuestras dos almas
y no quiso venir. Mis lastimeros
con vínculo eternal”. Un juramento
ojos torno a otra parte y con los tuyos
es quien debe afianzarle, y cuando veamos
se encuentran y se hablan; y yo entiendo
que el uno para el otro renacemos,
que la vida me es cara todavía…
cuando el fruto de un lazo venturoso
Mi voz calma tu rabia y tu despecho.
no les haga más feliz… hacia los cielos
Te suplico que vivas: lo prometes

250 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 251


tupac amaru

lo elevaré en mis manos exclamando: ESCENA 6ª


“¡Oh, Providencia Suma, yo os presento
un ser libre! ¡Que pueda gozar vida TUPAC-AMARU y BASTIDAS
para honorar la libertad haciendo TUPAC: (Como si se despertara de un letargo y pasando después a toda la
un digno uso!”... ¿Pero qué reparo? extensión del despecho)
¿Lloras Bastida mía? ¡Mísero! ¿Yo qué he oído? ¡Muerte! muerte
BASTIDAS: ¡Ser eterno! que sin cesar evoco ¿a mis tormentos
¡Dios de mi Patria! ¡Dios de la Justicia! siempre sorda serás?
admite aquestas lágrimas. BASTIDAS: (Queriendo consolarlo)
TUPAC: El tiempo ¡Amigo mío!...
huye veloz. TUPAC: A nadie reconozco. Mi despecho…
el rencor de ese monstruo… la insaciable
ESCENA 5ª sed de su sangre… los transportes ciegos
de un amor infeliz… ¡Ah! los furores
DICHOS y CATARI
de la pasión bastarda de los celos…
todo se reúne y se aglomera todo,
CATARI: ¡Oh Cándor! Preveníos y falta mi razón!...
al mayor infortunio. De concierto
BASTIDAS: Oye a lo menos (Acercándose y tomándole la mano)
están Arriaga y Santelices padre
a Bastidas, Bastidas que te habla.
para que el hijo y vos en breve tiempo
vayáis a la capital del Virreinato TUPAC: (Reconociéndola)
hasta nueva orden; y que de los Cerros ¡Tú eres Bastidas! ¡Ah! Tus embelesos
salga Bastidas y al servicio quede son los que a entrambos pierden!... ¡Infelice!
bajo custodia del tirano fiero (Separándola con furor)
para evitar peligros que sospechan. ¡Maldito por jamás sea el primero
De esto trataban ahora en el Ingenio, instante en que te vi! ¿Pero… tú lloras?
mis lealtades os ponen la noticia (Pasando del furor al arrepentimiento)
porque vos apliquéis pronto remedio. ¡Perdón! ¡Perdón de mi extraviar! ¡Yo mesmo
soy tu asesino y mi asesino!

252 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 253


tupac amaru

BASTIDAS: ¡Cándor! ¡Infelice de mí! ¡Llegó el tremendo


De tus imprecaciones no me duelo: temido instante! ¡Arriaga nos ha visto!
lloro por el estado en que te miro. Mírale impartir órdenes… ¡Oh, cielo!
TUPAC: (Vagando) ¿y qué será de mí?
¡Ah, Santelices! ¿Cómo en tal momento TUPAC: De sus furores
tú me abandonas? ¿Cómo a tomar parte busca cómo evadirte, mientras vuelo
no vienes en el fardo de tormentos donde está Santelices. ¡El tirano
que abruma el corazón? no ha de gozar sus pérfidos inventos!
BASTIDAS: ¡Tupac-Amaru!
Ten piedad de tu esposa… ¡Mis lamentos ESENA 7ª
te pueden conmover! ¿Quieres que muera
de tu pesar? TUPAC-AMARU solo
TUPAC: Si tienes ardimiento
TUPAC: Es la primera vez que el temor fluye
muere… Tu esposo se halla decidido
en la sangre de un Inca… ¡Mortal hielo
a seguirte… ¿y por cuál crimen horrendo
discurre por mis venas!... Los instantes
tú has de morir?... ¡Pero dejarte expuesta
corren veloces. No perdamos tiempo.
a un bárbaro Español, cuyos deseos…
¡Santelices! ¡Amigo! ¡Santelices!
¡Llevar hasta el sepulcro aquesta imagen
insoportable!... ¡Oh! ¡No! ¡Fuera un tormento,
fuera un suplicio mucho más horrible ESCENA 8ª
que mi existencia congojosa!
BASTIDAS: Ciego CORREGIDOR, TUPAC-AMARU
en tu dolor, me insultas, me vulneras. CORREGIDOR: ¿Qué quieres?
¿Qué me supone Arriaga? ¡El universo
TUPAC: No es a vos… (Yéndose)
para Bastidas sólo tiene un Cándor!
CORREGIDOR: Oye altanero.
TUPAC: ¡Insensata que tú eres! ¿Tus esfuerzos
Detente y obedece los mandatos
que valen comparados al tirano?
de tu señor.
Tú podrás disponer de tus afectos
y de tu corazón: más la violencia… TUPAC: ¡De mi señor!... (Temblando de enojo)

BASTIDAS: (Mirando adentro)

254 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 255


tupac amaru

CORREGIDOR: Sí, ¿debo demostrártelo aquí? Tú divagando ese traidor veneno,


TUPAC: ¡Triste Bastidas! entre la brutedad que los anima
exaltas a los Indios predispuestos
siempre a la insurrección. Ya algunos osan
ESCENA 9ª desconocer mi autoridad; momentos
vendrán en que ose más su altanería.
CORREGIDOR Tú eres su promotor…
CORREGIDOR: ¡Arriaga dice bien! ¡Males funestos (Santelices quiere hablar)
este insubordinado causaría Guarda silencio.
detrás de sí arrastrando al inexperto Te he prohibido interrumpir mientras que yo hablo.
Santelices!... ¡Oh joven imprudente! SANTELICES: ¿Y me prohibís justificar?
¡Tú me quieres forzar por tales medios CORREGIDOR: Te vuelvo
a economizar sangre y no reparas a preceptuar que mientras hablo calles:
que así tú a derramarla das fomento!... vuelvo a decir que atajes el acento.
Él viene… Si no puedo persuadirlo,
SANTELICES: El hombre justo, escucha: el hombre esclavo
mi potestad consiga contenerlo.
de sus bajas pasiones da el silencio.
CORREGIDOR: ¿No te acuerdas que hablas con tu Padre?
ESCENA 10ª ¿En tu filantropía joven necio
aprendiste a hablar con impudencia
CORREGIDOR y SANTELICES de la naturaleza los derechos?
CORREGIDOR: Acércate. No cumplen muchas horas SANTELICES: El déspota pretende traspasarlos
que en mí encontraste un amigo tierno: más allá de sus límites.
un amigo indulgente… Mas tú abusas
CORREGIDOR: ¡Protervo!
de la indulgencia… Mi confianza empero
¿Tú osarías fijarlos?... Pero miro
si puede concederte, la retracto…
que ese rebelde corazón abyecto
Tú eres sensible solamente al fiero
es incapaz de nada… ¡Tú desprecias
orgullo de animar tus opiniones
mi autoridad! ¡Desprecias el respeto
contrarias del Monarca a los derechos,
que a un padre se le debe!... ¡Tiembla, indigno,
y a los derechos de tu Madre España.

256 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 257


tupac amaru

de atraer sobre tu frente todo el peso ESCENA 13ª


de mi cólera! ¡Tiembla te abandone
a las tortuosidades de tu ciego TUPAC-AMARU solo
delirio!... Abjura en este mismo instante
TUPAC: ¡De la imaginación siento la fuerza
tus errados principios tan opuestos
obscurecida! ¡Yo me agito y tiemblo!
al interés Hispano… Si resistes,
El alma opresa, y ya debilitada
si no tiene obediencia mi precepto,
no es poderosa a resistir lo fiero
aún tengo yo cadalsos donde caigan
de tanto y tanto embate… ¡Amor! Tu sólo
de tu cabeza altivos pensamientos.
has transformado mi robusto pecho
¡y todo por Bastidas!...¡Por salvarla
ESCENA 11ª del castigo cruel, me hallo dispuesto
a prosternarme ante las plantas viles
SANTELICES solo de sus tiranos!

SANTELICES: ¡Tristes Americanos! ¿Vuestra casa


me robará de un padre los afectos? ESCENA 14ª
¡Se me quiere aterrar con el cadalso!
¿Es ser traidor querer compadecerlos? TUPAC-AMARU y CATARI
Si amar al semejante los tiranos
CATARI: ¡Hacedor supremo!
reputan por traición; caiga en mi cuello
¿Cuándo nos vengarás?
la funesta segur.
TUPAC: Tupa-Catari…
¿Qué me anuncias?
ESCENA 12ª
CATARI: ¡Oh Dios! ¡Cuánto me duelo
de su infeliz estado!... Tu Bastidas…
SANTELICES y TUPAC-AMARU
¡Se consumó el castigo!
TUPAC: ¡Un nuevo crimen te toca TUPAC: ¡Justo cielo!... (Queda abismado. Pausa)
ahora impedir!... Ese perverso ¡Bastidas! ¡Mi Bastidas! ¿y lo sufres?
Arriaga… Mi Bastidas… El azote ¿y no despides sulfurante trueno,
ya la amenaza… Parte, aquí te espero. Dios vengador del justo?... ¡Ah! ¡Tú no existes

258 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 259


tupac amaru

tú no tienes poder cuando el perverso CATARI: En el momento


prospera… ¡Ay!... ¡Perdonadme Dios sagrado; TUPAC: ¿Amas la esclavitud?
yo he osado blasfemarte en el acceso
de mi dolor!... ¡Oh Dios!... Tú has permitido CATARI: Antes la muerte.
que se cometa el crimen postrimero, TUPAC: Me basta. Yo te asocio a mis derechos.
para vengarnos a la vez de todos. ¡Yo te agrego a la gloria! ¡Denodados
¡Tu mano lenta en descargar su peso, sobre los Españoles reportemos
Caerá, caerá sobre los asesinos!... el cúmulo de males que gravita
¡Arriaga! ¡Arriaga! ¡Bárbaros!... ¡Eterno sobre nosotros! Dime: ¿predispuestos
Dios de mi patria! ¡Yo te reconozco están los Indios? ¿La abyección conocen
en el santo furor que de mis miembros de su estado? ¿Se miran con aliento
se apodera! ¡No más clamores vanos! para romper sus grillos y cadenas?
¡No más llanto, no más abatimiento! ¿Aman la libertad?
¿Tupac-Amaru puede con Catari CATARI: Sólo el momento
contar? y un redemptor aguardan.
CATARI: Hasta morir. TUPAC: Ve a encontrarlos.
TUPAC: ¿Y del secreto La hora en que cesen las tareas, veo
la religión por ti fuera violada que no pueden tardar. Cuando ellos bajen,
al rigor del suplicio o del tormento? pues mañana es Domingo, con secreto
CATARI: Yo nací Americano. les irás traspasando la noticia.
Y cuando los tiranos a Morfeo
TUPAC: ¿Darme auxilio rindan feudo preciso, me conduce
prometes? aquí sus tristes víctimas. Te advierto
CATARI: Y obediencia: y te venero que sea sin tumulto y preparados
como hijo de mis Incas… a escucharme. Yo entonces pareciendo
(Se le postra). en medio de vosotros; con la espada
TUPAC: ¿De qué modo de persuasión y el Rayo del acento,
miras tú el dominar de los Íberos? os prometo llevar de la Victoria
y de la Libertad al Santo Templo.
CATARI: Como una usurpación la más injusta.
TUPAC: ¿Quieres salvar tu patria? Fin del Acto Segundo

260 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 261


tupac amaru

de la grey venturosa y opulenta


La música del entreacto imita el silencio de la noche del Gran Manco-Capac! Con dolor miro
interrumpido alguna vez por el rumor del viento que retumba
entre los cerros.
que el peso de la infamia y la cadena
que yo arrastro, arrastráis vos igualmente.
El fuego que discurre por mis venas
ACTO TERCERO observo, amigos míos, que discurre
con igual impulsión hoy por las vuestras.
NOCHE ¡Fuego de Libertad y de venganza!
¿Quién… a esta voz sagrada, no se alienta
y desea ser libre?... Y siendo justo
ESCENA 1ª
este desear… ¿Quién puede, en su carrera
detenernos?... ¡El vástago de un Inca,
TUPAC-AMARU y CATARI no teme aquí encontrar almas que amenguan
TUPAC: ¿Quién va? la dignidad de hombres, y que temen
arrostrar el rigor de una empresa
CATARI: Tupa-Catari sólo por el aspecto del peligro!
TUPAC: ¿Los has visto? ¡No pretendo excitar la efervescencia
¿Les hablaste? ¿Se miran de la empresa de vuestro brío; no encender pretendo
convencidos? vuestro resentimiento, haciendo muestra
CATARI: Se miran preparados de atentados, insultos, vejaciones
que sufrís y sufristeis a do quiera!
TUPAC: ¡Libres serán, Catari, si me prestan
atención! No es mi ánimo enseñar las cicatrices
de que os miráis cubiertos… De la huesa
CATARI: ¡Observad con cuál recato no atentaré a exhumar los yertos manes
y con la precaución que a vos se acercan!
de malhadados mil, que fenecieran
sin poder resistir males tamaños
ESCENA 2ª sin punir los autores de su negra
situación y adoptaron el suicidio;
Los PRECEDENTES, BASTIDAS, MITAYOS de ambos sexos ¡recurso triste que el mortal encuentra
en la debilidad o cobardía!
TUPAC: ¡Míseros compatriotas!... ¡Pobres restos
¡No, compatriotas!... Cesará mi lengua,

262 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 263


tupac amaru

yo dejaré en la paz de su sepulcro son fieros y avezados al carnaje.


a las cenizas, siempre lastimeras, Terribles en el arte de la guerra:
de millones de infantes: ¡cuyas madres, nosotros, sin recursos y sin armas,
cegadas del furor y de la pena, nosotros, circundados de la fuerza,
en su mismo nacer le dieron muerte tenemos solamente la justicia
antes que verlos hechos triste presa de nuestra santa causa. Ella nos lleva
de la furia Española!... ¡No, Peruanos! de la inmortalidad al alto templo,
¡Yo no os acordaré memorias negras o nos conduce a soportar las penas
que ni el tiempo jamás podrá borrarlas! que nuestros anteriores recibieron
¡Indígenas del Sud!... ¡Nuestra existencia, en la orgullosa Lima… ¡Fortaleza,
nuestros mayores, nuestros caros hijos y Unión! ¡Libres o Muertos!... ¡Defendamos
nuestros amigos y consortes tiernas, nuestros derechos, nuestra independencia
y la América en fin piden venganza! hasta el postrer suspiro!... ¡Que una muerte,
¡Y venganza incesante clamorean! o inmarcesible lauro el voto sea
¡Y vengados no están!... ¡Alarma Indios! de nuestros corazones!... ¿Mas quién duda
¡Unamos nuestro ardor! ¡Y que la tierra preferir una muerte a la bajeza,
que nos miró nacer escuche el grito a la infamia y ludibrio que nos cubre
de sacra Libertad e Independencia! y a la infanda vejez que nos espera?
TODOS: ¡Libertad! ¡Libertad! TODOS: ¡Fortaleza y Unión! ¡Libres o muertos!
TUPAC: ¡Ella es tu hija! TUPAC: ¡Cómo mi alma se aplaude y lisonjea
¡Es la hija de tu amor, Naturaleza! viéndoos participar de sus transportes!
TODOS: ¡Libertad! ¡Libertad! CATARI: ¡Fuertes Canes y Canches! La experiencia
TUPAC: ¡Cómo es hermoso nos hace ver que en nuestros mismos días
un entusiasmo tal! ¡Oh, como eleva se acaba de elevar la Independencia
ese augurio feliz mis esperanzas!... de una Nación que a fuer de la constancia,
Sin embargo… No debo hacer reserva cantó su Libertad. Faltos de fuerzas;
de los peligros que ahora es necesario como nosotros, más determinados
afrontar con denuedo… ¡Nuestra empresa a vencer o morir: con decadencia
en sus marchas, mas siempre resolutos
cuanto es honrosa, tanto es arriesgada!
en sus proyectos: fiados en la mesma
Los españoles por naturaleza

264 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 265


tupac amaru

justicia de su causa, hallaron pronto el tanto gozará de sus tareas;


socorro en las Naciones extranjeras, sin la necesidad, mas sin superfluo:
lo mismo que nosotros hallaremos, sin el orgullo, pero sin bajeza,
ora en línea campal, ora en las rocas ¡quizá sin leyes y quizá sin vicios!
inaccesibles; ¡vedlos con la fuerza ¡Es de allí pues que atónita la tierra
de un destructor torrente desplegarse conocerá de cuánto son capaces
por las llanuras, y llevar la tea del Sud los hijos, cuando el grito elevan
de la devastación y de la muerte!... por Libertad, y por su dulce Patria!
¡Vedlos al retirarse, cual se llevan
¡Amor sagrado de la Independencia!
consigo aquellas ricas producciones
¡A ti sólo el derecho pertenece
que hubieron cultivado en su miseria
de producir los héroes y las diestras
para enorgullecer al despotismo!
Inquietando (en vigilia y siempre alerta) que salvando a su madre de opresiones
a un enemigo superior en todo; la coronen de gloria y fama eterna!
ofendiendo a las veces, o en defensa; CATARI: ¡Viva Tupac-Amaru!
regocijándose de una derrota UNOS: ¡Viva, viva!
por la dulce esperanza lisonjera
de una victoria, ansiando por seres libres; TODOS: ¡Viva el grande Caudillo de esta empresa!
¿no abatieron del Anglo la soberbia, TUPAC: ¿Es a mí al que elegís caudillo vuestro?
haciendo que los trate como a iguales,
CATARI: ¡Tú eres de nuestros Incas rama egregia!
y respete su augusta Independencia?
Tú eres el digno sucesor de Manco;
BASTIDAS: ¡Oh Nord Americanos! ¡Oh, mis héroes! debe ceñir tus sienes la Suprema
¡Nuestros modelos en tamaña empresa! roja-borla. Juradle pues, Peruanos,
Como vos detestamos los tiranos; y prestadle sumisos la obediencia.
como vos detestamos sus cadenas; ¡Viva Tupac-Amaru-Inca!
como vos aspiramos a ser libres;
TODOS: (Se arrodillan)
como vos hallaremos la defensa
sobre las rocas y elevados cerros ¡Que viva!
de que nos bastionó Naturaleza! TUPAC: Yo admito vuestros plácemes que elevan
TUPAC: Es de allí que vibrados nuestros golpes, la dignidad que merecer pretendo.
tanto serán seguros cuanto sean ¿Juráis obedecerme?
inatendidos. Es de allí que el Indio TODOS: ¡Sí!

266 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 267


tupac amaru

TUPAC: ¡Que pueda y agobian nuestros cuerpos al ludibrio,


el santo Cielo recibir los votos sirvan en la ocasión de armas guerreras!
de vuestros corazones! Los acepta, De las bocinas el tañido triste
¡Oh Sumo Dios!: yo juro por los manes es la señal de alarma. En la hora mesma
de mis antepasados; por la mesma aquí nos reuniremos a la vista
Patria, cuyos destinos hoy presido; de los tiranos. ¡Ah! Que a la sorpresa
juro guerrear, vencer, y daros muestra subsigan el terror, espanto y susto,
de constancia y valor, hasta que logre yo a vuestra vista empaparé mi diestra
destrozar vuestras hórridas cadenas! en cuantos se me opongan, en Arriaga,
Hasta ese punto… permitidme amigos, en Santelices padre y…
que no acepte la Borla. BASTIDAS: La clemencia
UNO: ¡Eterno sea brille para con su hijo.
Tupac-Amaru! TUPAC: ¡Cielo justo!...
CATARI: ¡Y caiga sin remedio ¡Ventura Santelices! ¡La defensa,
sobre el Hispano todo el anatema! el amparo del Indio! ¡Nuestro amigo!
TODOS: ¡Y caiga! ¡Caiga! Él será la excepción de toda regla.
Él vivirá. Vosotros sois sensibles
CATARI: ¡A la venganza Indios!
al reconocimiento. ¡Haya indulgencia
TODOS: ¡A la venganza! para el amigo nuestro!
TUPAC: ¡Suma inteligencia! TODOS: Nuestros pechos
¡Tú vas a enumerar el sacro día serán su escudo.
de la justicia! ¡Cuántas, cuántas penas
CATARI: ¡Viva y siempre sea
me cuesta su esperanza! ¡Oh, qué terrible
benéfico a los hombres!
será la crisis! ¡Sólo a su fiereza
TODOS: ¡Sí, que viva!
culpen los Españoles! Retiraos
con igual disimulo. La cautela TUPAC: Despedacemos a los otros. ¡Mueran
a cada uno las armas proporcione los esclavos del trono! Cuando estemos
que halle más oportunas a la escena sin riesgo de temerles, la clemencia
que por instantes nos aguarda. Sirvan obrará generosa. Id mis amigos.
los mismos instrumentos que doblegan Valor, secreto, unión, y fortaleza.

268 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 269


tupac amaru

En vos confío. Que no se oiga el trueno ¡Llanto infructuoso y lágrimas tardías


sin que haya hecho su estrago la centella. no serán de consuelo a la sincera
amistad!... Que se aleje de estos sitios.
Es forzoso… Lo debo… Nuestra extrema
ESCENA 3ª
situación lo demanda. Retardemos
el grande golpe, hasta que el joven tenga
TUPAC-AMARU solo
un asilo seguro, ¿y que, acertado
TUPAC: ¡Helo ya el día grande! ¡Último día será confiarle asuntos de materia
de nuestra esclavitud! Cuando amanezca tan grave? ¿A un Español? ¿A quien su propio
el sol, sus bellos radios luminosos interés personal, la habitud mesma
saludarán la noble Independencia, del lujo, vanidad, y la molicie,
de miles de hombres, libres de tiranos. pueden arrebatar a la flaqueza
¡Oh qué grandes destinos se nos muestran de revelar nuestro importante arcano?
ya preparados desde tal momento! ¡Qué digo yo! ¿Cómo hago tal ofensa
Un puñado de hombres se aglomeran, a un hombre tal? Ventura Santelices
unen sus sentimientos y se atreven es un prodigio que naturaleza
a proclamar la Libertad Suprema abortó en este siglo de maldades.
del nuevo mundo, ¡y sobre mí reposa Sus virtudes no tienen coherencia
la vasta ejecución de tan egregia con su nacer y todo me asegura,
jornada! ¡Oh, pueda yo más ventruoso todo lo garantiza, y todo aprueba
destrozar de mi Patria las cadenas, el que yo deposite mi secreto
restituir la dulzura de sus Incas, entre su corazón. ¡Sí! Mi franqueza,
y hacer que en las edades venideras mi estimación, mi amor y mi confianza
Tupac-Amaru sea bendecido! grabarán el sigilo de su lengua.
¿Y ese mortal que la beneficencia
formara con sus manos?... ¿Ese joven Fin del Acto Tercero
amador de los Indios?... ¡Qué tragedia
La música del entreacto anuncia la venida del día.
lamentable, si en medio del desorden,
si entre la confusión e inexperiencia
el brazo de un furioso descarriado
nos trunca de sus días la carrera!

270 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 271


tupac amaru

ACTO CUARTO perdida la esperanza. Yo prometo


hacer frente al carácter vengativo
de un irritado Padre. Al despertarse
llegaré a su presencia.
ESCENA 1ª
TUPAC: ¿Qué me has dicho?
¡Tu padre duerme!... ¡Ah! ¿Tu padre puede
TUPAC-AMARU y SANTELICES
dormir?...
TUPAC: ¿Ya levantado al despuntar el alba?
SANTELICES: ¡Siempre le acusas!
SANTELICES: ¡Conciliar el reposo no me ha sido
TUPAC: Ten sabido
posible! Mis ideas tormentosas
que ya no más le acusaré.
de tropel asaltaron mis sentidos,
sin dejar que mis párpados cerrase SANTELICES: Tu sangre fría,
un sueño bien hechor ¿y tú has dormido, me asombra.
Cándor? TUPAC: El triunfo de sí mismo
TUPAC: No Santelices. es el triunfo mayor.
SANTELICES: Cuando sufre SANTELICES: ¡Feliz mil veces
el corazón, el sueño le huye. quien logra tal esfuerzo!
TUPAC: ¡Amigo! TUPAC: ¡Envilecido
El corazón que sufre, siempre tiene aquel que no le logra!... El más dichoso,
el tiempo y la esperanza por alivio. jamás podrá decir que está al abrigo
de la desgracia! ¿y que le resta al hombre
SANTELICES: ¿Ellos te pueden consolar?
de la fortuna en disfavor?
TUPAC: ¿Qué fuera de mí
SANTELICES: Lo activo
sin ellos?
de una dulce amistad consoladora.
SANTELICES: Yo he compadecido
TUPAC: Cuando de la amistad no se halla indigno
la suerte de Bastidas.
SANTELICES: (Después de examinarlo atentamente)
TUPAC: De Bastidas
¡Me causas inquietud!
no hablemos, Santelices.
TUPAC: Estoy calmado.
SANTELICES: Aún no miro

272 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 273


tupac amaru

SANTELICES: Entre esa misma calma yo diviso SANTELICES: Me lo persuado.


la tempestad que anuncia. TUPAC: ¡Oh mi mejor amigo!
TUPAC: Aquel que sabe (Tomándole ambas manos)
preverla, debe hallarse precavido. ¡Resignación! ¡Valor! Tupac-Amaru
SANTELICES: ¿Qué me quieres decir con esas voces es quien te habla.
interrumpidas… el mirar sombrío… SANTELICES: Prosigue.
y ese vagar incierto?... ¡Desgraciado! TUPAC: Ya prosigo.
(Tomándole por un brazo) Los Españoles…
Abre tu corazón para un amigo.
SANTELICES: ¿Qué?...
No le tengas confuso en tan horrible
ansiedad… ¿Qué meditas? TUPAC: ¡Ay, joven infelice! Harto te digo.
Hoy te aleja de Tinta, si acaso amas
TUPAC: Del peligro
tu existencia.
salvarte.
SANTELICES: ¿Qué dices?
SANTELICES: ¡A mí salvarme! ¿A quién intentas
perder? TUPAC: Harto he dicho…
TUPAC: El aire… ¡el aire de estos sitios SANTELICES: Para no terminar dijiste harto.
es pestilente! Evita que sus miasmas TUPAC: Harto será si me hayas entendido.
te puedan ser funestas. Yo te pido
SANTELICES: Si, te entiendo… ¡Cruel!... Si: bien te entiendo.
que sólo por dos días te separes
¡Mas qué horrible atentado, cual designio
de tales territorios.
a concebir te atreves!
SANTELICES: En mi arbitrio
TUPAC: ¿Lo repruebas?
no está el abandonarte… Un espantoso
secreto está oprimiendo los sigilos SANTELICES: ¿Entre la sangre de mi padre?... ¡Impío!
de tu gran corazón. Pugna y se esfuerza ¿Se empaparán tus manos?
por trasladarse al interior del mío… TUPAC: Quien perdona
pero tú lo contienes… Habla… En nombre al execrable, se hace en sus delitos
de la amistad más pura, te suplico cómplice.
que hables. SANTELICES: Gracia imploro para un padre.
TUPAC: ¿Tendrás valor para escucharme?

274 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 275


tupac amaru

TUPAC: Le fulminó el fallar irremisivo. ¿Mas qué podrá decirles su Caudillo


SANTELICES: ¿Mas yo por un silencio criminoso a esas tristes familias desoladas
debo exponerlo al golpe encruelecido que no tienen acaso más delito
de vuestras iras? que el de substraerse al ímpetu primero?
¿Qué dirás al aspecto del suplicio
TUPAC: Cuento con tu prudencia.
donde tu indiscreción quiere entregarlas?
SANTELICES: ¡En mi ferocidad! ¡Maldecirás sin fin los extravíos
TUPAC: Un fementido de tu ciega ternura y sus funestas
eres si hablas. consecuencias! Tus ojos doloridos,
sobre un Indio jamás podrán fijarse,
SANTELICES: Y si callo, un monstruo.
¡sin que tu alma cubierta de un sombrío
TUPAC: Si hablas serás el instrumento indigno espesor, no se abisme con la carga
para oprimir la humanidad inerme. de los remordimientos!... El egoísmo,
SANTELICES: ¿La humanidad ordena un parricidio? las consideraciones personales
TUPAC: ¿Y ordena el cielo que se sacrifiquen te ofrece. El verdadero parricidio
al opresor los miserables Indios? es el Liberticida… Aquel que mata
los vínculos sagrados e imprescriptos
SANTELICES: Yo no discutiré… Mas a mi padre
de las Naciones... ¡Joven Santelices!
yo bien sabré salvar.
Con imparcialidad, con recto juicio
TUPAC: Con el suplicio tu corazón consulta; los derechos
de millares de víctimas. de los hombres; ¡y el fallo del divino
SANTELICES: Con ellas Hacedor!... interroga a tu conciencia.
muriendo cumpliré y habré cumplido Oye su decir… Ve ahí el digno,
con la naturaleza… (Yéndose) el juez incorruptible a quien se debe
escuchar en el trance en que te miro
TUPAC: Ten el paso…
El entusiasmo obstruye tus sentidos.
Medita antes de obrar. Te he confiado ESCENA 2ª
un Secreto. Secreto que has debido
al poder sacro de amistad. ¡Ventura! SANTELICES solo
Yo responsable soy al Mundo Indio
SANTELICES: ¡Entre la humanidad, naturaleza,
del uso que tú harás del grande arcano.

276 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 277


tupac amaru

mi padre, mis deberes, y los Indios tu corazón. Lo sé: yo en tus amigos


heme aquí!... Si una parte ha de salvarse te he afligido… Aún no es tarde. Yo prometo
la otra parecer debe… ¡Cruel conflicto! mejorarles su estado.
SANTELICES: ¡Oh Cielo impío! (con voz ahogada y fuera de sí)
ESCENA 3ª ¡Es ya tarde! ¡Es ya tarde!
CORREGIDOR: ¿Qué, es ya tarde
CORREGIDOR y SANTELICES para amarnos, y con mutual cariño
entendernos!... ¡Amado Santelices!
CORREGIDOR: Aquí está. Le hablaré. Con la dulzura
procuremos sondear este atrevido SANTELICES: ¡Tal bondad me confunde!... ¡Prevenido
joven. Dulcifiquemos mi carácter. mi corazón no estaba!... ¡Oh, Cielo Santo!
(Con falsedad en todo el Diálogo) ¿Qué puedo resolver en tal conflicto?
¡Te hallo muy apropósito, hijo mío! ¿Qué debo hacer?
Terminemos debates molestos, CORREGIDOR: Tu corazón abrirme. (Abriendo los brazos).
y que a nada conducen… El tranquilo Ven, Santelices, que te espera el mío.
placer, la dulce paz, por siempre habiten Mi corazón te llama.
en nuestra casa: cuyo precipicio
SANTELICES: ¡Ah! Es demasiado…
sería inevitable, por violencias
¡Y no resisto más!... (Se arroja en ellos).
de tu genial y del carácter mío.
CORREGIDOR: (Aparte)
¡Que la armonía y la confianza tornen
a vivir con nosotros! Cometido ¡Ah! Yo he vencido.
cada uno ha sus errores. Alejemos Así pues, hijo amado, en lo futuro
recuerdos que de suyo son malignos, siendo uno de ambos el interés mismo,
hagamos la ventura de uno y otro… debo esperar que emplees tu ascendiente
(Tomándole ambas manos)
en hacer que de hoy en más sean los Indios
vuelve al amor de un padre, ¡amado hijo! obedientes al yugo de la España;
Un padre aquí te invita; y es un padre dóciles, laboriosos, y sumisos.
quien amistad te ofrece. SANTELICES: (Se aparta con horror)
SANTELICES: ¡Oh, padre mío! ¡Sumisos proferisteis! (Vuelve a sus brazos) ¡Padre amado!
¡Oh, padre! (Desordenado) CORREGIDOR: Tus palabras semejan a un delirio.
CORREGIDOR: Bien comprendo. He yo agraviado ¿Qué debo yo augurar?

278 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 279


tupac amaru

SANTELICES: Vuestra ternura, SANTELICES: ¡No! ¡Vos no quedaréis! ¡Imposible!


que jamás se desmiente… el imprevisto (Tomándolo por la mano)
cambiamiento… mi júbilo y sorpresa... ¡Venid, venid, señor!... Os suplico
yo corresponderé padre querido, Corresponded, ¡oh padre! a mis instancias
con sumisión la más ilimitada por la condescendencia.
a esas proposiciones que vos mismo CORREGIDOR: (Aparte)
os dignasteis hacerme… Pero, en tanto… No han mentido
yo hago recuerdo que me habéis prescripto las sospechas de Arriaga.
ir a la Capital. Sin más demora
SANTELICES: ¿Y bien mi padre?
yo partiré obediente… ¡Oh padre mío!
Vos conmigo vendréis… Vuestra experiencia CORREGIDOR: Mañana partiremos, hijo mío.
me servirá de mucho… Yo os suplico SANTELICES: ¡Ay mañana, Señor!... ¡Padre, mañana!
que al instante partamos. Hoy mismo… ¡Eterno Dios! Ahora… Hoy mismo.
CORREGIDOR: Considera (Pausa).
que no es posible, sin haber permiso CORREGIDOR: (Después de mirarlo con severidad)
del Virrey. Además que por instantes Tú quieres arrancarme del Gobierno.
aguardo la llegada del Ministro Tú eres un partidario de los Indios.
Areche, plenamente facultado Alguna convulsión te han revelado.
como Visitador. Él ha exigido Contra mí se conspira.
que sin piedad se agraven los tributos SANTELICES: Yo no he dicho (con precipitación)
y las imposiciones sobre el Indio, tal cosa.
hasta extinguir su raza, y reemplazarla
CORREGIDOR: En este punto lo confiesas.
por Africanos… ¡Mira si a su arribo
debo faltar de aquí! Tú, Santelices, SANTELICES: ¿Qué he confesado yo? ¡Tristes amigos!
parte: yo quedaré. CORREGIDOR: ¡Sella el labio traidor! Te ruboriza
SANTELICES: (Horrorizado) de tu vil proceder. Ya no eres mi hijo
…¿y en tales sitios y si acaso lo eres, yo me afrento
vos quedaréis?... ¡Vos quedaréis!... No, padre de haberte dado el ser… De estos recintos
no; vos no quedaréis. yo me aparto. Bien pronto daré vuelta,
pero será trayendo el exterminio
CORREGIDOR: ¿Por cuál motivo?
y la venganza real sobre vosotros… (Vase).

280 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 281


tupac amaru

SANTELICES: ¡Deteneos Señor! ¡Oh, Dios! ¡Yo expiro! en sus disposiciones. Un momento
(Cae sobre un peñasco). no tenéis que perder.
TUPAC: ¡Los pobres Indios
ESCENA 4ª por ti son traicionados! Este crimen
yo debía preverlo. ¡Astros malignos!
SANTELICES solo
¿Dable fue, Santelices?... ¡Mas por cuanto
no fueras Español!... ¿Por cuál destino,
SANTELICES: ¡Todo lo sabe!... ¡Oh, Dios! ¡Todo lo sabe! cargáis el anatema inseparable
¿Qué he pronunciado yo con mi extravío de ser ingratos?
que así todo el secreto ha penetrado?
SANTELICES: Vibra tu castigo,
¿Qué he pronunciado yo?... ¡Míseros Indios!
y evítame el tormento y la amargura
¿Qué será de vosotros?
de la reconvención… Entre mí mismo
(señalando a su corazón)
ESCENA 5ª tengo mi juez supremo.
TUPAC: Castigado
SANTELICES y TUPAC-AMARU serás… ¿Ves este acero? Pues sus filos
TUPAC: Yo he notado acabarán mis días deplorables
que presuroso parte de este sitio en el momento que haya sucumbido
tu padre… ¿No te atreves a mirarme? toda esperanza. Al Universo Mundo
De cometer acabas un delito. con frente imperturbada desafío.
¡Aún soy el dueño de mi suerte!
SANTELICES: Es verdad: es verdad. Todo es notorio.
Yo estoy desesperado y vos perdido. SANTELICES: ¡Oh triste!
¿Y yo soy el que te haya reducido
TUPAC: ¡Miserable! ¿Qué has hecho?
a tal extremidad? Hiere mi pecho.
SANTELICES: Yo intentaba Termina mi penar. Te lo suplico
libertar a mi padre. Mi conflicto, a tus plantas.
mi turbación, no tengo duda alguna
TUPAC: (Frenético)
que de todo le habrán esclarecido.
¿En donde está tu padre?
Todo ya lo previó: y en esta hora
¿Cuál sendero ha tomado? Presto dilo (amagándole).
todo ya lo previene. Él es activo

282 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 283


tupac amaru

SANTELICES: De mí no lo sabrás. Descarga el golpe. (Pausa). de armada fuerza tornará suplicios


TUPAC: (Después de considerar) de horrores y tormentos fulminando!
¡Perdona mis transportes! No es a un hijo Mas yo lo prevendré. Sí: a recibirlo
a quien yo debo preguntarlo. intrépido saldré. Cuanto esta noche
debiera suceder, en este mismo
SANTELICES: Hiere.
punto sucederá. De aquí te aleja:
¡Yo le oculto de ti. Yo os he vendido!
¡huye la confusión de los gemidos,
Fulmina el golpe. Muero resignado.
de horror, de incendio, asolación y muerte!
TUPAC: ¡Alza, insensato joven! El ludibrio
SANTELICES: ¡Mi padre ya está en salvo! Nada miro;
de las humillaciones pertenece
nada me importa el resto.
sólo a tus compatriotas. Alza digo…
Tupac-Amaru… en medio de tu furia TUPAC: Es necesario
te compadece… y te ama… (Lo abraza). que en este punto adoptes mi partido…
Sólo un momento tienes. (Pausa).
SANTELICES: No soy digno…
¿Tupac-Amaru me perdona? SANTELICES: Si: yo adopto
el de la justa causa. Me decido
TUPAC: Mi odio
hoy por la Libertad y la Justicia.
no me ha de hacer injusto. No me admiro
de tu resolución. El exigirte TUPAC: ¿Y tú nos seguirás?
que al ímpetu primero de los Indios SANTELICES: ¡Hasta el suspiro
sacrificases la Naturaleza, postrero!
¡fuera imitar los déspotas que insisto TUPAC: La miseria y las penurias
en castigar! ¡A mi agradecimiento marcharán con nosotros.
debo acusar! Los dos hemos cumplido
SANTELICES: Tengo bríos
con los deberes de ambos. No mereces
para arrostrarlas.
reconvención alguna y yo te estimo.
TUPAC: ¿Tú lo quieres?
SANTELICES: ¿Y quedas sin algún resentimiento?
SANTELICES: Nada
TUPAC: ¿Me juzgas susceptible? Yo el abismo
me hará cambiar de intento. Muy al vivo
en su espaciosidad he sondeado,
reconozco el carácter de mi padre.
y ya nada me impone. ¿De estos sitios
No puede perdonarme los perjuicios
partió tu padre?... ¡Lo conozco!... Al frente

284 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 285


tupac amaru

que le vais a causar. Ya y sin retorno, ESCENA 1ª


su corazón se mira empedernido
a los clamores de Naturaleza. TUPAC-AMARU, CATARI, SÉQUITO de INDEPENDIENTES
Yo me adhiero a vosotros. Indivisos
UNOS: ¡Viva el héroe feliz de nuestra empresa!
seremos por jamás. Vuestros sucesos
serán por mi constancia sostenidos: OTROS: ¡Viva la Independencia Americana!
con vos me elevaré si os elevaseis; TUPAC: ¡Nuestros primeros pasos se han marcado
el fin que vos tengáis, será el fin mío. por sucesos gloriosos! ¡Nuestra marcha
fue en pos de la victoria; que, aunque ciega,
Fin del Acto Cuarto abrazó la justicia de la causa
de los hijos del Sol!... ¡Choque más fuerte
La música del entreacto imita la reunión de los Indios al toque no se verá jamás! La horrible parca,
de Bocinas y caracoles: la llegada de las tropas realistas: el por todo la segur enarbolando,
combate sostenido por el cañón y mosquetería: la huida de
los Españoles; la algazara de los Independientes al sobre nuestros tiranos empleaba
perseguirlos, y los ayes de los moribundos, finalizando con la certeros golpes… hasta que rendida
marcha triunfante.
de herir y derribar de su guadaña
os hizo donación… En vuestras manos,
ACTO QUINTO ¡con cuál impavidez, con cuál audacia
vuestros menores golpes eran firmes!
¡Las orgullosas huestes de la España
fueron puestas en fuga, sin embargo
VALLE CIRCUIDO DE ROCAS ESCARPADAS, EN CUYAS EMINENCIAS de la enorme ventaja de sus armas
ESTÁ EL CAMPAMENTO Y EL PABELLÓN DE LOS INDEPENDIENTES.
ÉSTOS AL COMPÁS DE FESTIVA MARCHA, SALEN ARMADOS CON y su táctica! ¡En esto se confirma
HONDAS, CHUZOS, ESPADAS, AZADONES TRAYENDO EN TRIUNFO de que el Supremo Dios de las Batallas
A TUPAC-AMARU (PRECEDIDO DE CAÑONES, BANDERAS, Y
ARMAMENTOS DE LOS ESPAÑOLES) QUE VIENE DECORADO CON EL
lidió en nuestro favor!... ¡Sus Estandartes,
LLANTO O LA ROJA BORLA Y LA SEGUR EN LA MANO: MUCHOS sus armamentos y el infame Arriaga
AMERICANOS SE PRESENTARÁN UNIFORMADOS CON LOS
quedó en nuestro poder!... Vedle de un árbol
DESPOJOS QUITADOS A LOS VENCIDOS.
pendiente, y dando al mundo la enseñanza
de que su ejecución y su suplicio
sus mismo atentados demandaban…
El honor y la gloria y vuestro esfuerzo

286 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 287


tupac amaru

han coadyuvado a consagrar la causa peligros que vencer; ¡y que este triunfo
de nuestra independencia. ¡Hed aquí el fruto nos traerá centenares de batallas!
que nos dejó el ardor de esta jornada! Los Españoles (tanto más soberbios
¡Quiera el Omnipotente que la igualen por la vil fuga que hizo su ignorancia)
las demás que subsigan!... ¡Vigilancia, tornarán a la lid entusiasmados
Orden y Sumisión, en nuestras manos con la efímera y débil esperanza
pondrán el alto fin! Las atalayas de borrar una afrenta dolorosa
id a doblar, y guarnecer los puestos. para su orgullo. Todo lo prepara,
Lo demás lo hará el Cielo. Ten la planta, y los recibiremos. Nuestros brazos
Tupa-Catari. custodien las llanuras y gargantas
por donde el enemigo acaso pueda
penetrar.
ESCENA 2ª
CATARI: Ya te sirve mi eficacia.
TUPAC-AMARU, TUPA-CATARI TUPAC: Ve, Catari. Bien pronto las fatigas
iré a partir con mis hermanos de armas.
TUPAC: Pues quedémonos solos.
¡Contigo explanar quiero las alarmas
que me agitan! El público y privado ESCENA 3ª
interés, y lo santo de la Causa
parece que de suyo les exige TUPAC AMARU y BASTIDAS
a los Americanos de prosapia
BASTIDAS: ¡Ve allí el asilo que naturaleza
española a que operen igualmente
le ofrece a nuestro amor!... Ahora te hallas
con nuestras intenciones. De la España
lleno de tus deberes y yo me hallo
el sistema opresor en igual punto
cumpliendo con los míos. La morada
que a nosotros los tiene… ¡Abisma, pasma
nuestra es aquella. Sí: por ella misma
el observar cuán pocos se han prestado
podrás reconocer cuánto te ama
a la común defensa! Señal clara
éste mi corazón enamorado.
de que habituados con las injusticias
¡Ven pues Tupac-Amaru!... Ven: descarga
aman la esclavitud, aman la infamia
de los duros afanes de este día.
e ignoran sus derechos primitivos…
He aquí la señal cierta de que aun faltan TUPAC: Aqueste día es todo de la patria
y de la gloria.
288 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 289
tupac amaru

BASTIDAS: ¿Y del amor?... ¡Ay! ¿Cuándo sus cadenas ayer! Allá en sus orgías
cesará el retemblar de las montañas su impotente furor así proclama…
con los estruendos del sañudo Marte? “¡Guerra de sangre! ¡Esclavitud o Muerte!
TUPAC: No hay, mi Bastidas, tan apreciable alhaja ¡Rebeldes, elegid! Las alianzas,
como la Libertad: pero a su templo la igualdad con vosotros es un crimen.
por sendas peligrosas y penadas ¡¡América sucumba o bien España!!”.
es preciso llegar. Así Bastidas ¡no te lisonjees
de que imploren la paz! Ni alucinada
BASTIDAS: Sí, tales sendas
te expongas al vejamen de tus mismas
debe el héroe franquear. ¡Oh infortunada
compañeras… ¿No has visto con qué audacia,
la Libertad que tanta sangre cuesta!
con qué calor en medio del combate,
¿Será posible?, ¡Inteligencia Sacra!
intrépidas, valientes y calmadas,
¿que no han de ser amigas las Naciones
junto al esposo, junto al hijo, junto
sin que lo anuncie el Iris de las armas?
al padre, con sus voces animaban
¿Cabe en la idea que los hombres amen
y decidieron la victoria? ¡Observa
destrozarse?... ¡Oh, Hispanos!
y mira, cuál de nuevo se preparan
TUPAC: Decretada a los nuevos peligros!... y tú misma,
se ve nuestra justicia. tú en quien debe recaer mi gloria y fama,
BASTIDAS: Ellos vencidos, ¿te engañarás un esperar tan grato?
paces implorarán… nuestra venganza ¿Incierta y temerosa; tus alarmas
con la paz tenga fin. me quieren inspirar debilidades?
¡Ah, Bastidas! ¡Bastidas!
TUPAC: Es imposible.
BASTIDAS: De las almas,
BASTIDAS: ¡Qué no consigue el tiempo!
¿será que sólo se halle la grandeza
TUPAC: ¡Cuál te engaña en medio del carnaje? ¿No te basta
tu corazón!... Jamás los españoles para norma el sensible Santelices?
mirarán sin dolor nuestras ventajas. La muerte, que adoquier se divagaba
Jamás se convendrán a respetarnos no te impuso terror. En torno suyo
como a dueños de América. Ellos aman y bajo su segur, sólo miraba
mucho su peculado y despotismo las víctimas, sin darles preferencia
¡para hoy reverenciar al que arrastraba entre ser Españolas o Peruanas.

290 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 291


tupac amaru

Acaso de la sangre de los hombres, ESCENA 4ª


¡cuidó tan sólo de aliviar las ansias
del moribundo y restañar las fuentes BASTIDAS
de sus heridas!... ¿Esta sobrehumana
BASTIDAS: Tupac-Amaru sabe amar, es cierto:
gloria, esta emulación, sería indigna
¡mas no sabe reglarse por lo que ama!
de tu valor?
¡Ebrio de Libertad, su anhelar todo
TUPAC: ¿Lidiaba por su Patria, se ocupa en el sostén del Alma Patria!
lidiaba por ser libre, Santelices? Volvamos a la gruta, a prepararle
BASTIDAS: Mediaba entre los hombres descanso.
TUPAC: ¡Si! De Arriaga
en siguiendo la suerte otros caudillos, ESCENA 5ª
la América será tranquilizada.
¡Sólo siento no haber cumplido el golpe CORREGIDOR
destinado a mi esfuerzo! En la matanza
CORREGIDOR: ¿Adónde, Cielos, hoy mi planta
de ambas facciones, Santelices Padre
lleva el incierto paso?... ¡Hado mezquino!
se me ofreció a la vista. Nuestra rabia
¿Cómo eludir los riesgos que me aguardan,
se iba a nutrir de nuestra sangre misma,
y me persiguen? ¡Ah! ¿Más que reparo?
cuando dos gruesos puestos a la carga
¿Será un delirio? ¿No es Antonio Arriaga
impidieron habernos destrozado.
quien de aquel árbol pende?... Sí: no hay duda.
Él tornará sin duda. Su tardanza
¡Mísero yo! ¡Qué horror! ¿Qué me señala
es lo que a mi paciencia mortifica.
espectáculo tal? ¿Qué me predice?
Entonces quedaremos en la estrada
¡Tú ya el feudo pagastes a la Parca…
el uno muerto, el otro victorioso,
y yo lo debo!... ¡Al sin igual desorden
o ambos exhalaremos allí el alma
lo debo del combate!... Destrozadas
envuelta entre espumosa y negra furia
las huestes reales… del pavor seguido…
hasta morder la tierra ensangrentada.
errante por collados y montañas,
supedito las breñas que guarnecen
este hondo valle… Aquí… ¡Luces sagradas!
¡lejos de hallar asilo, hallo las señas

292 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 293


tupac amaru

que pronuncian el fin que me prepara un español!... ¿Pues cómo fue posible
la ojeriza enemiga!... ¡Sí! ¡Nosotros penetrar a este sitio?... ¡Qué reparan
de nuestros mismos males somos causa! mis ojos!... ¡Dios! ¡Es Santelices padre!
Nosotros hemos violentado al Indio ¡Él es!
a la desesperación y a la venganza. CORREGIDOR: ¡Aquí Bastidas! ¡Mi desgracia
¡Su intrépido valor, lleva un carácter llegó a su colmo!
de terribilidad! Ni la ventaja
BASTIDAS: Dentro de este campo,
de nuestros fuegos, ni el cañón ni el plomo
¿qué buscas, di?
es poderoso a detener sus marchas.
Ellos se precipitan, ellos hieren, CORREGIDOR: Lavida yo buscaba:
ellos caen; ¡pero ellos nos arrastran; mas ya busco la muerte.
y nos arrollan, y nos exterminan! BASTIDAS: Inevitable
¡Ay Santelices, hijo mío! ¡Cuántas
CORREGIDOR: Bien lo sé: y que muriendo a vuestra saña…
amarguras y cuántos displaceres
fueran lejos de mí si a tus palabras BASTIDAS: En el nombre de un Dios, ¡te pido me ahorres
hubiese dado crédito!... ¿Tú existes? semejante espectáculo! La planta
¿Qué es de tu suerte, di? Las tumultuadas vuelve atrás.
hordas ¿te hicieron su caudillo? ¿Acaso CORREGIDOR: ¿Dónde huir?... ¿Por cuál sendero
te resolvistes a fulminar las armas podré tomar?
contra el Rey tu Señor, contra tu padre, BASTIDAS: No sé… ¡Fiera desgracia!
y las conquistas de tu Madre España? La huida es imposible. ¡Es un delirio
¿Dime, infeliz, te ha envuelto el anatema pensar en ella!
de proscripción Ibera?... ¿Derramada
CORREGIDOR: ¿Y debo a la venganza
yace tu sangre? ¿Aumentas el guarismo
ser inmolado?... ¡Vengan en buenahora!
de sus víctimas?... Con los ojos cerrados e inclinada
la cabeza, yo aguardo el fatal golpe,
sin replicar y sin dolerme… ¡Amarga
ESCENA 6ª
es mi suerte! Mas yo la he merecido.
¡Mas yo la he merecido! ¡Sí!
CORREGIDOR Y BASTIDAS
BASTIDAS: ¿En tu alma
BASTIDAS: ¡Cielos! ¡Aquí se halla caben remordimientos?

294 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 295


tupac amaru

CORREGIDOR: ¡Oh,mísero de mí, si me faltaran un tiempo tan precioso. Si la rabia


remordimientos! de los míos te encuentra, eres perdido.
BASTIDAS: Todo lo dirime Esa caverna oculte tu desgracia.
sola esa voz, y todo lo repara… Luego, cuando la noche tienda el manto,
Tú mereces vivir. después que el Sol se esconda entre las aguas,
con recato y silencio, yo tu guía
CORREGIDOR: ¿Con ese idioma
prometo ser: y yo la vigilancia
es Micaela Bastidas quien me habla?
engañando de nuestros centinelas
¿Tú no me entregas? ¡Ah!
tu vida del peligro pondré salva.
BASTIDAS: ¡Tú eres un hombre
CORREGIDOR: Bastidas, en tus manos me abandono…
desgraciado! ¡El hombre en su desgracia,
¡Hayas piedad de mí! Templa las ansias
es inviolable y sacro para el Indio!
de un afligido padre. ¿Qué es de mi hijo?
CORREGIDOR: ¡Yo te privé de un padre!... (Condolido). ¿Yace yerto despojo de la Parca?
BASTIDAS: En la estrellada ¿Qué es de mi hijo, Bastidas?
bóveda otro me queda… (Reprimiendo las lágrimas). BASTIDAS: Con nosotros
CORREGIDOR: ¡Yo tu sangre existe y goza el fruto de sus raras
hice verter! virtudes.
BASTIDAS: ¡La tuya derramada CORREGIDOR: ¿Su denuedo se ha empleado
nunca será por mí!... Conozco, veo contra los españoles?
que me expongo a la cólera exaltada BASTIDAS: ¿Qué venganzas
de los míos. Empero yo ejecuto le pueden asistir contra vosotros?
en pro de la clemencia: esto me basta ¿Por qué ha de combatiros? Nuestra causa
para mi corazón. no es la causa de tu hijo. Con el tiempo
CORREGIDOR: ¡Mujer sensible! lo será si adoptáis la contumacia,
¡Generosa mujer! ¡Mujer que abarcas y seguís los errores.
cuanto engrandece al hombre! Me confunde CORREGIDOR: ¡No ha tomado
tu corazón y tu virtud me pasma. armas contra su Rey!... ¡Oh de qué carga
BASTIDAS: Sé armar al semejante, Santelices, mi corazón alivias!
¡y no sé aborrecerlo!... La tardanza BASTIDAS: ¿Tú pretendes
podrá serte nociva. No perdamos que te vea morir? Sigue mi planta.

296 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 297


tupac amaru

Dentro de aquella gruta permanece TUPAC: ¡Oh vilipendio!


silencioso. En Bastidas ten confianza. ¿Y tú osas conspirar contra tu Patria?
¿Tú la traicionas?... ¡Tiembla mi justicia!
Responde… ¿Con qué fin?
ESCENA 7ª
BASTIDAS: Heme a tus plantas.
BASTIDAS
Nada sé responder… ¡Sólo a mi esposo
imploro!
BASTIDAS: ¡A mí me felicito! Este tirano,
TUPAC: ¡Yo tu esposo! Quien te habla
este servil esclavo de la insana
no es tu esposo. Es el Inca quien te juzga
codicia, ¡tenga ejemplo de los mismos
y quien dará sentencia irrevocada,
que ayer sus tiranías agobiaban!
Tupac-Amaru. Andad. A mi presencia
¡Tenga vida por mí! ¡Quizá ilustrado
arrastradle (a los Indios que se van).
por la razón, deteste de su errada
conducta y nos bendiga!... Los combates BASTIDAS: ¡Yo expiro! ¡Ay Dios me valga!... (Cae amortecida).
y la carnicería y la matanza TUPAC: ¡Socorredla! Sí, él es, bien le conozco.
serán conquistadores de los pechos, Llega malvado y expiarás tu audacia.
pero la compasión lo es de las almas.
¿Mas, qué miro?... A esta parte se dirige
Tupac-Amaru!... ¡Qué imprevista causa…! ESCENA 9ª

DICHOS y el CORREGIDOR: conducido por los Indios que se


ESCENA 8ª fueron.

TUPAC: Estás en mi poder… y tu suplicio


BASTIDAS,TUPAC-AMARU,CATARI, séquito de Independientes va a comenzar. ¡En tus mortales ansias
TUPAC: ¿Estáis ciertos? ¿Él es? nos saciaremos todos! Dilatado
será, ¡será tirano cual tu alma!
CATARI: Este soldado
Por compasión demandarás la muerte,
nos dio el aviso.
y no habrá quien otorgue tu demanda…
UN INDIO: Desde mi atalaya Mas tú, mujer a quien yo amaba tanto…
lo seguí fijamente: yo lo he visto ¡Mujer de perdición!... ¿Así a tu Patria,
hablando con Bastidas y lo guarda a tus libertadores, a tu esposo,
dentro de aquella gruta.

298 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 299


tupac amaru

pudiste ser infiel?... ¡Mujer malvada! BASTIDAS: Teneos…


Yo sabré combatir contra mi aleve ¡Inca Tupac-Amaru! ¡Qué! ¿Tú hablas
pasión: y si no puedo sofocarla, de la virtud y asesinar pretendes
sabrela sepultar en el silencio. al padre de tu amigo?... Quien se jacta
Yo moriré al dolor que agita el alma, descender desde Manco no es posible
pero yo seré justo ante los ojos que con la crueldad pacte alianzas:
del Orbe espectador: yo ¡Monstruo! ¡Acaba ¡no es dable, no es capaz que se resista
de saciarte en tu obrar!... ¡Mira el estado al grito del dolor!... ¡De aquí te aparta,
a que la ha reducido tu execranda hombre ferino!... ¡Aparta de nosotros!
traición!... ¡Cómplice fiero de esa inicua, ¡Déjanos al abrigo de la casta
tú la asesinas! ¡Tú!... inocencia!... No cabe que os conduzca
CORREGIDOR: Pronto descarga a la gloria, un furioso que se baña
sobre mi vida el golpe. Mas respeta en la sangre del hombre que le implora
a esa infeliz. Mi suerte desgraciada un perdón generoso. Y que a sus plantas
aquí me ha conducido. Está inocente. acerba muerte espera o bien espera
una vida luctuosa y mercenaria.
TUPAC: ¿Lo escuchásteis, mis bravos? Él declara
¡Huye, ludibrio de la causa noble
que ella no está culpable. Está inocente.
que defendemos! Nuestra dulce Patria
El delito jamás tuvo morada
al romper sus cadenas clamaría
en aquel corazón.
por víctimas sin fin: mas no clamara
BASTIDAS: Sólo he querido por un cobarde asesinato… Parte:
exonerarte de uno. ve a fluctuar en el mar de las venganzas,
TUPAC: Sin tardanza y de pasiones mil que te devoran,
conducidle a morir. y del pesar sombroso que demarca
los crímenes. El cielo es justo… Un día
CORREGIDOR: ¡Te hube creído
tú caerás triste víctima inviolada
capaz de perdonar!
a tus propios furores.
TUPAC: ¡Cabe en tu audacia
esperar un perdón! ¿Fuisteis vosotros
de perdonar capaces? ¿En ti se halla ESCENA 10ª
un rasgo de virtud?... ¡Muera! (a los Indios).
DICHOS y SANTELICES

300 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 301


tupac amaru

SANTELICES: ¡Padre mío! efusión de amistad, tú me juraste


¿Dónde le conducís? pagar la enormidad avalorada
BASTIDAS: A una tirana de tales sacrificios… ¡Ve aquí el tiempo
muerte. de la retribución!... Parezca salda
tamaña deuda dándome la vida
SANTELICES: ¡Oh Tupac-Amaru!... De su encono
de aquel que me dio el Ser! ¡Ay! ¿Tu eficacia
le salvaremos.
me negará este don? (Pausa).
BASTIDAS: Él rige sus venganzas. ¿Pero qué digo?... (Se apodera de su padre).
SANTELICES: (Da un grito horrible y se cubre el rostro con ambas manos). Yo entre mis brazos te defiendo… ¿Aguardas
¡Ah!... ¡Semejante abominoso crimen arrancarlo de entre ellos?
tu no cometerás!... No consumada ¡Mas que hago!
sería tu sentencia, cuando ansioso Yo lo pongo en los tuyos… Tú le amparas.
y lleno de tristeza, tus amargas En ti lo deposito… Aquí lo tienes.
penas estos mis brazos buscarían, La prenda de mi amor quede confiada
que por no denigrarse con tu infamia a la a mistad, al reconocimiento,
te repelieran con horror. Tú el héroe y el honor que hará el timbre de tu Patria.
que las destinaciones nos preparan; TUPAC: (Al hijo)
tú para las virtudes y la gloria La amistad triunfa…
formado, no es posible que decaigas (Al Corregidor)
amancillando tu carácter noble. Vuélvete a los tuyos.
Desafiando a la muerte y su guadaña Y diles que los mismo que arrastraban
supiste combatir, vencer supiste, ayer al Vituperio, hoy son capaces
y sabrás combatir a tu venganza, de generosidad. Diles que ansiaba
y vencerte a ti propio. ¡Inca! Este triunfo, Tupac-Amaru conseguir tu muerte
triunfo es digno de ti. ¡No al cielo plazca cuando te dio la vida… Y que sus bravas
que a la crueldad la ingratitud agregues! legiones , escuchando tu sentencia
Mas no le aplacerá. Yo, en tus desgracias, sin murmurar supieron respetarla.
te supe prodigar mis beneficios. (Santelices, Bastidas, Catari lo abrazan en silencio).
Por seguir la justicia de tu causa
TODOS: ¡Viva Tupac-Amaru!
abandoné mi padre, mi fortuna,
y mi deber jurado. En la más franca BASTIDAS: ¡Ved, amigos,
una lección de las heroicas almas!
302 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 303
tupac amaru

CORREGIDOR: (Con hipocresía) Marchemos al combate, a las victorias,


Si de las armas la variable suerte a derrocar la prepotencia Hispana…
te da un estado igual, remunerada ¡¡Oh quiera el que dirige los destinos…
yo dejaré tu acción. dar pleno fin a la obra comenzada!!
TUPAC: ¿Tupa-Catari?
Que su persona lleve salvaguardia FIN
hasta perder de vista nuestro campo…
Vuelve a los tuyos: ¡usa de tus armas!
que a mayores contrarios, mayor triunfo
tendrá la Independencia.
CORREGIDOR: Yo la causa
juré del Rey y en ella morir debo…
Sígueme Santelices.
SANTELICES: No me es dada
tal facultad señor… He yo jurado
la Libertad del Sud, y en su demanda
debo morir.
CORREGIDOR: (Después de una mirada feroz)
Adiós… Ve…
TUPAC: Acompañadle.

ESCENA ÚLTIMA

TUPAC-AMARU, SANTELICES, BASTIDAS, INDEPENDIENTES

TUPAC: Ven. Este último rasgo te declara


la igualdad con nosotros. ¡Compañeros!
Hagamos ver a cuantos nos degradan,
lo que pueden los Sud-Americanos
cuando la Libertad sus brazos arma…

304 LUIS AMBROSIO MORANTE antología de obras de teatro argentino 305


Argia
Juan Cruz Varela
> argia
Tragedia en cinco actos.

PERSONAJES

CREÓN, rey de Tebas


ADRASTO, rey de Argos
ARGIA, hija de Adrasto, viuda de Polinicio
EURIMEDÓN, favorito de Creón y general de sus fuerzas
Guardias de Creón - Soldados de Adrasto

LA ESCENA ES EN TEBAS, EN EL PALACIO DE CREÓN.

ACTO PRIMERO

ESCENA I

CREÓN, ARGIA, y al fin de la escena, guardias

CREÓN: No con tanta imprudencia abráis el pecho


a una esperanza vana. El resultado
puede seros, señora, más terrible
de lo que habéis creído; y vuestro engaño
quizá me compadece. Con el sitio
que ha puesto a Tebas vuestro padre Adrasto,
¿su venganza y la de Argia se consuman,
y el trono de Creón se ha derrocado?

antología de obras de teatro argentino 311


argia

Os engañáis, señora; el pueblo todo, aquellos tres cadáveres formaron


si no me ama, me teme, y mis soldados la escala ignominiosa, que hasta el solio
no se dejan vencer por los que el lujo os pudo conducir. ¿Tanto atentado
y la molicie de Argos enervaron. dejará impune por ventura el cielo?
Si estáis en Tebas por el gusto vuestro, CREÓN: Polinicio y Eteocles terminaron
¿qué quiere Adrasto aquí? una vida de horrores; ni sus nombres
ARGIA: ¿Podreís dudarlo? me debéis repetir. En este estado
¡En Tebas yo gustosa! El hijo mío, hablad de vos, de vuestra propia suerte,
en una oscura cárcel encerrado, de la del hijo que llamáis amado.
¿su balbuciente labio no despliega, ARGIA: La suerte de los dos menos ingrata
llamando al cielo y a su madre en vano? desde ayer me parece. Los soldados
A eso viene mi padre; a libertarme que condujo mi padre, y amenazan
del furor de los monstruos. esta erguida ciudad desde su campo,
CREÓN: ¡Libertaros! son la esperanza de Argia.
¡Insensata! CREÓN: ¿Qué esperanza?
ARGIA: ¡Creón! El cetro en Tebas ¿De qué, de qué viene a vengarse Adrasto?
es puñal de sus reyes; alcanzarlo, ¿Para qué consintió que allá en su reino
pretenderlo no más, es prepararse a Polinicio dierais esa mano,
el fin de Polinicio y de su hermano. que no podía contener el golpe
Vos empuñáis tal cetro; y las deidades que ya le preparaba el cielo airado?
se cansan de los crímenes al cabo. Todo esto es consecuencia de aquel yerro;
Eteocles y mi esposo, fratricidas, yo no lo sé enmendar: de mi contrario
en sangre uno del otro se bañaron; sabré triunfar, o perecer; pero antes
por ceder el primero a la violencia, muchos perecerán
de un odio injusto y de ambición de mando, ARGIA: Mi padre acaso
y Polinicio por derecho a un trono no hubiera vuelto en armas contra Tebas,
que le usurpaba su perjuro hermano. a no verse de nuevo provocado
¡Ay! Jocasta, Creón, era su madre; por vuestra extraña atrocidad. Reciente
vuestros sobrinos eran; y acallando de los hijos de Edipo el fin infausto
los gritos de la sangre en vuestro pecho, y aún humeando la sangre de Jocasta,

312 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 313


argia

ocupasteis el trono. Sepultado ¿Por qué no habéis partido?


el cadáver de Eteocles fue con pompa ARGIA: ¿Y yo podría
en magnífica tumba, y aplacaron llevar sus restos fríos, y dejando
sus manes execrables los aromas aquí la imagen viva de mi esposo,
que sobre su sepulcro se quemaron. ir sin el fruto de mi amor infausto?
A Polinicio en tanto una orden vuestra Me hubieseis vuelto mi hijo, y al instante
le negó estos honores, y en el campo me hubiera yo de Tebas ausentado.
arrojado insepulto su cadáver, ¿Quién puede aquí vivir? ¿No ha sido siempre
de las bestias feroces fuera pasto, la mansión del delito este palacio?
si de Antígona la piedad no hubiese ¡Hijo de mi dolor! Tú solo, solo
vuestra inaudita ley atropellado. me aprisionas aquí. ¡Creón! ¡Ah! ¡Cuánto
Ella erigió la pira, y con mi hijo ansío por verlo ya! ¿Por qué motivo
vine yo disfrazada desde Argos, lo niegan desde ayer a mis abrazos?
a buscar de mi esposo las cenizas,
CREÓN: Acabad de una vez de conocerme,
que su hermano guardaba. Llego y hallo
que todo el corazón voy a mostraros;
que también Antígona con la muerte
y ved si temo a vos ni a vuestro padre,
su oficiosa piedad había pagado.
cuando así a mi enemiga me declaro.
¡Bárbaro! ¿Era delito haber rendido
Al interés de mi ambición, señora,
honores funerales a un hermano
todo se subordina. Los hermanos
tan digno de su amor? ¿Era delito
habían muerto ya; Jocasta quiso
no haber nacido como vos, malvado?
seguirlos a la tumba; y no quedando
CREÓN: Desprecio esos insultos y el motivo de esa horrible familia entre los vivos
de la esperanza vuestra. Mas ¿acaso más que Antígona ya, fue necesario
la muerte de Antígona es la que viene sacrificarla a mi quietud, pues siendo
vuestro padre a vengar? En mis estados hermana de los dos, pudiera al cabo
mi voluntad es ley, y a nadie debo juzgarse con derecho a la corona,
de nada responder. En vuestras manos fingir un tiempo, y cuando yo, confiado,
puse yo mismo los helados restos libre ya de enemigos me creyese,
de Polinicio, para vos tan caros, arrebatarme el cetro de las manos.
y os ordené volver a vuestra patria Ella debió morir; para los reyes
con los despojos del que amasteis tanto.

314 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 315


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la sospecha que cause algún vasallo que lo creería suyo, y el deseo


es sobrado delito: mas su muerte, de vengar a su padre infortunado,
sin visos de justicia, a mi reinado le harían mendigar por todo Grecia
pudiera ser perjudicial. Por eso el favor de mil reyes en mi daño;
dicté la ley que os enfurece tanto porque el de Adrasto es poco. Mi fortuna
y el cuerpo exangüe del esposo vuestro me puso en fin al niño entre las manos
de honores funerales fue privado. cuando, oculta con él, aquí llegasteis.
Yo bien sabía que Antígona sola Y ya ¿qué debo hacer? ¿Habré de darlo
osaría oponerse a mi mandato, de nuevo a vuestro padre, y no teniendo
y que la pena impuesta al que rindiera ya nada que temer, un gran contrario
los últimos honores a su hermano, me formaré yo mismo? No, señora.
no podría arredrarla; porque siempre Hasta aquí su cariño os ha obligado
su amor a Polinicio fue extremado. a quedaros en Tebas: desde ahora
Cayó en las redes que tendió mi astucia, quedáis por orden mía: este palacio
y todos mis designios se lograron. será vuestra prisión, mientras decida
Por lo demás, a mí ¿qué me importaba de la madre y el hijo el mismo Adrasto.
dar o no sepultura… ARGIA: Está, señor, ya decidido: al punto
ARGIA: ¡Oh, Dios! ¿Y tantos mandadnos a los dos hasta su campo,
respetos se atropellan? ¿Tanto puede y ciertamente ordenará mi padre
la ambición de mandar en un tirano? el sitio levantar.
CREÓN: Argia, voy a concluir. Por mis afanes CREÓN: ¡ Proyecto vano!
acabó esa familia, que ha llenado De mi poder vuestro hijo nunca sale;
de escándalos la Grecia, y que yo ansiaba y… señora… temblad. O vuelve a Argos
por ver exterminada, y dar un paso vuestro irritado padre, o mi venganza
desde vasallo a rey. Entre mis triunfos será digna del nombre de atentado.
solamente me daba sobresaltos No hay medio; o muero, o mando: mas mi muerte,
ese hijo vuestro, que, en edad tan tierna, si es preciso que llegue. No es del caso
sólo a odiar a Creón está enseñado. deciros más: a Eurimedón espero:
Crecer en él miraba un enemigo, debéis, hasta que os llame, retiraros.
a quien un día el interés del mando, ¡Soldados! Conducid hasta su estancia,

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y custodiad a esa mujer. EURIMEDÓN: Vuestro servicio e interés me tienen


(Dirá esta expresión acercándose al bastidor, y llamando a los guardias, lejos de vos, señor, tiempo más largo
que se presentarán al momento en la escena). del que quisiera yo. ¿Argia irá presa?
ARGIA: ¡Malvado! (Hará esta pregunta como quien habla consigo mismo; pero de modo
¿Será que todavía horrores nuevos que lo escuche Creón).
meditaréis furioso? ¡Hijo adorado! CREÓN: Lo sabrás. Dime ahora: ¿has observado
¡Haced, señor, siquiera que lo vea! desde que yo me retiré del muro,
¿A dónde, sin mi beso y mis abrazos,
y la noche llegó, si los argianos
gemirá desde ayer? ¡oh, Dios!
han movido su campo?
CREÓN: Vinieron
desde ayer vuestras tropas a sitiarnos. EURIMEDÓN: Ya habéis visto
que de los puestos que hoy han ocupado
ARGIA: Pero un niño, Creón, que apenas sabe
no pueden ofendernos, ni es posible
a quién debe la vida, ni…
que alcancen nuestras flechas a dañarlos.
CREÓN: Entretanto Señor, el enemigo no parece
justo es que la altivez y la soberbia
que en combatir se empeña: los soldados,
se vayan a rogar acostumbrando.
enclavando sus lanzas en la tierra,
ARGIA: ¡Bárbaro! ¡Yo rogarte! Argia te insulta; descansaban inmóviles. Periandro,
quien ruega es una madre: pero ¡cuándo a favor de las sombras de la noche,
un corazón feroz ha distinguido…
ha salido del muro con sus bravos,
CREÓN: (A los soldados) y al enemigo, hasta que vuelva el día,
Llevadla; y que ninguno en mi palacio celoso observará.
se atreva a hablarla sin una orden mía.
Las guardias conducen a Argia, que hará algunos esfuerzos CREÓN: Tal vez tratados
por permanecer. En los momentos en que Argia desocupa la me querrán proponer. Yo nada temo,
escena, se presenta en ella Eurimedón.
Eurimedón, de los soldados de Argos:
los míos son bastantes y atrevidos:
pero el pueblo de Tebas, ya cansado
ESCENA II
de horrores y de sangre, en esta guerra
puede al fin rebelarse contra su amo,
CREÓN, EURIMEDÓN
y, sacudiendo sedicioso el yugo,
CREÓN: Eurimedón, ha tiempo que te aguardo. a los proyectos cooperar de Adrasto.

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EURIMEDÓN: Señor, al pueblo se intimida: es hecho nos vuelvan a la paz; como no exijan
para temblar y obedecer callando. que entreguen al hijo de Argia. En este caso
Semejante a las fieras, sus furores moriré, morirás, morirán ellos,
contra el que domó nunca estallaron. todos perecerán: pero del mando
Siempre enemigo fue de quien le teme, descenderé a morir como he vivido.
de quien sabe oprimirlo siempre esclavo. Vengativo, implacable y arrastrando
CREÓN: Eurimedón, tú solo en toda Tebas todos mis enemigos a mi tumba,
eres el hombre a quien mi amigo llamo, contento entonces al sepulcro bajo.
y a quien lo creo tal. No me alucino: EURIMEDÓN: Nada debéis temer.
el pueblo me aborrece; y si dejamos CREÓN: Yo nada temo.
que, en el trastorno que la guerra causa, Quien hizo por el trono, hasta ocuparlo,
encuentre la ocasión de demostrarlo, lo que ha hecho Creón, por conservarse
puede perderse todo. Él obedece, todo atropellará si es necesario.
pero murmura en el silencio. ¡Cuánto
EURIMEDÓN: Obedeceros es mi sola gloria.
me costó contenerlo, cuando puse
Me llamáis vuestro amigo, y soy soldado.
la red en que cayeron los hermanos
Os lo digo, señor, porque es preciso
Polinicio y Eteocles! El primero
combatir y vencer. Bien sé que Adrasto,
era el amor del pueblo, que en mil bandos
si Argia y su hijo se le entregan, luego
se armaba ya por él, a no haber sido
pondrá fin a la guerra que ha empezado:
que supe con mi astucia sujetarlo,
pero ni vos podréis volverle el nieto,
y alucinar a todos, encubriendo
ni Adrasto pasará por un tratado
los planes que a ti solo se confiaron.
que no tenga por base aquesta entrega.
Ellos murieron; y al subir al trono
Lo repito; lidiemos y venzamos.
fue necesario y justo nuevos lazos
a Antígona tender, y el pueblo todo CREÓN: Si no hay más medio, correrá la sangre:
se anegó por su muerte en nuevo llanto. pero yo, Eurimedón, he imaginado
Yo sé exponerme, pero no sin causa; una astucia que puede conducirnos
y la que contra Tebas trae Adrasto a la paz y reposo, conservando
es la de Polinicio. Ya he resuelto ese niño que causa mis alarmas,
más bien que combatir, que los tratados y a Adrasto al mismo tiempo alucinando.

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EURIMEDÓN: Siendo así, practicad el pensamiento. En la pasada guerra la fortuna


CREÓN: Sí: porque, aunque quisiera, guerreando, me arrebató mis hijos; pero al cabo
vengarme de ese rey, con todo, debo me senté sobre el trono, y mi grandeza
no exponerme al furor de mis vasallos. no me dejó lugar para mi llanto.
¡Ay, amigo! No siempre son los reyes Casándome con Argia hago heredero
lo que quisieran ser. a su hijo de este trono; y si a ocuparlo
llega cuando yo muera, es porque quise,
EURIMEDÓN: Pero entretanto
pero no porque nadie me ha forzado.
¿os puedo yo servir en el proyecto
A bien que, muerto yo, muere conmigo
que meditáis? ¿Cuál es?
esta frenética ambición de mando.
CREÓN: Bastante extraño.
EURIMEDÓN: ¿Y Argia, señor, consentirá? ¿La altiva
¿Creerías que, en mi edad y en mi carácter,
viuda de Polinicio, que vengado
de un himeneo en el estrecho lazo
nunca creerá bastante el menosprecio
pienso hallar mi salud, y hacer que sea
que hicisteis del cadáver de su amado,
mi aliado el sitiador?
ni las astucias vuestras, que lo hicieron
EURIMEDÓN: ¡Cómo! Explicaos. descender a la tumba con su hermano?
¿De quién queréis ser el esposo?
CREÓN: Argia consentirá. La alternativa
CREÓN: De Argia. será la muerte, o aceptar mi mano.
EURIMEDÓN: No os entiendo, señor. Además, ella sabe que su padre
no está muy abundante de soldados,
CREÓN: Escucha. Adrasto
y educar para rey un hijo suyo
no tiene tanta fuerza, que confíe
es sobrada venganza de su agravio.
en ella sola para el resultado
feliz de su campaña; y, si ha venido, EURIMEDÓN: Y en el caso que Argia (porque es joven)
es, menos por confianza en sus soldados, os llegue a dar un hijo, ¿vos acaso
que por causar la sedición en Tebas. consentiréis que reine el de otro padre,
Por otra parte, yo sé bien que basto y de un padre, señor, que odiasteis tanto?
con mi tropa a destruirlo; mas mi tropa, CREÓN: ¡Ah! No, amigo: eso no. Si tal sucede,
empleada en contener al populacho, un veneno, un puñal bien disfrazado,
no debe distraerse, y exponerme, una red que se tienda, el tiempo mismo
al menos a morir sin ser vengado. nos dará la ocasión de libertarnos

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de quien ya entonces heredar no debe. dile que amo la paz, mas mis recelos
El peligro es de hoy; y si el tratado ten cuidado a su vista de ocultarlos;
cimenta la amistad y la confianza y que luego me espere en este sitio.
entre ambos reyes, el de Tebas y Argos, No le descubras todo el plan.
mañana seré fuerte; el pueblo mismo, EURIMEDÓN: Ya parto.
de quien recelo ahora, alucinado,
justo me llamará; y humilde y ciego,
de quien yo nombre rey será el esclavo. ESCENA III
Este es mi plan, Eurimedón. ¿Qué dices?
Tan sólo a consultarlo te he llamado. CREÓN (solo)

EURIMEDÓN: Es muy digno de un rey: y sobre todo CREÓN: O consiente la altiva en este enlace,
¿qué se pierde, señor, con intentarlo? o el venidero sol alumbra estragos
Si no surte el efecto… que jamás alumbró. Bajar del solio
CREÓN: Entonces Argia es peor que morir. Voy entretanto
y su hijo morirán; y contra Adrasto, a recorrer los muros. Madre e hijo
y contra el pueblo pelearemos todos, en mi poder están: puedo acabarlos
y, si yo muero, moriré vengado, en un instante, y el tomar a Tebas
viéndolos perecer, aunque perezca. no es obra de otro instante. ¡Argia! ¡Lisandro!
Muy pronto se decide vuestra suerte;
EURIMEDÓN: Ya os he dicho, señor, que soy soldado,
y viviréis o moriréis entrambos,
que os amo, y que…
según lo dicte el interés del trono,
CREÓN: Lo sé. Argia está presa, según yo quiera desplegar mi labio.
porque no convenía en mi palacio
dejarla libre, desde que han venido
de su padre las tropas a sitiarnos: Fin del Acto Primero
pero libre estará, si entra en los planes
que con mis intereses he acordado.
Vuela a su estancia, empieza a prepararla,
dile que mis enojos han cambiado,
que he pensado en su suerte y en la mía,
permítele de su hijo los abrazos,

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ACTO SEGUNDO Pero yo me arrebato. No me trajo


a la execranda Tebas la esperanza
de alzar al hijo mío sobre un trono
de que el cielo jamás el rayo aparta.
ESCENA I
De Antígona al llamado vine oculta,
para llevarme las cenizas caras
ARGIA (sola) de su hermano y mi esposo, y conocerla,
ARGIA: ¡Qué extraña novedad! ¡Apenas puedo porque supo querer a quien yo amaba.
volver de mi sorpresa! ¡Mitigada ¡Ay! ¡Que no la abracé!, ¡ni pude en mi hijo
la furia de Creón! ¿Será posible? la imagen de su hermano presentarla!
A nombre suyo Eurimedón me hablaba Creón me descubrió: déjeme ahora
de paz y de amistad; y el hijo mío… salir de Tebas, y partir cargada
¡Lisandro de mi amor! ¡Ah! ¡Cómo el alma del peso suave de la helada urna
se ha gozado en tus besos! y tu rostro que los despojos de mi amado guarda:
¡cómo mi llanto maternal bañaba! déjeme conducir el tierno fruto
¿Qué benéfica mano de repente de mi infeliz amor, y nunca Argia
me ha dado este consuelo en mi desgracia? le llamará tirano, nunca Adrasto
Pero… ¿podré dudarlo? A los temores ya contra Tebas volverá sus armas.
de Creón es debida esta mudanza. Sí, Creón, vive y reina, y mi Lisandro
Las armas de mi padre habrán logrado sólo me ayude en mi tranquila patria
sobre las suyas la primera ventaja; a llorar a su padre. Si los cielos
se acercará el peligro, y ¿qué tirano lo hicieron para rey, Argos lo aguarda
a vista del peligro no desmaya? con un trono de paz, después que aprenda
El temor en Creón hace las veces de Adrasto las virtudes del que manda.
de justicia y piedad. Ya que no bastan ¡En qué ansiedad estoy! Nadie parece.
su poder y su astucia a los designios (Mirando afuera como atemorizada)
de su loca ambición y su venganza, No veo en todas partes más que guardias.
quiere que le agradezcan por favores Creón me hace esperarlo en este sitio;
lo que es necesidad; pero se engaña; pero ya que no viene, y a mi la estancia
que él mismo me ha enseñado a que conozca puedo volver de mi hijo… ¡Qué silencio!
todas sus artes, y el doblez de su alma. El palacio esta noche la morada

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parece de los muertos. De repente ese interés alguna cosa tiene


yo no sé qué temor mi pecho asalta; de común con Creón.
y el corazón… ¡Oh, Dios!... Alguno viene. ARGIA: ¿Es arrogancia,
(Se retirará sobresaltada al fondo del teatro). o desprecio por mí lo que os induce
a recordar, Creón, la inicua causa
ESCENA II que produjo el efecto de que tenga
algo común con vos el hijo de Argia?
CREÓN, ARGIA CREÓN: No es arrogancia ni desprecio. Acaso
pensasteis que esta noche se os pasara
Creón dirá los cinco primeros versos de esta escena sin ver a
Argia; hasta que reparando en ella, le dirige la palabra. sin gozar las caricias de Lisandro;
y Eurimedón, por mi orden, a gozarlas,
CREÓN: Cual si hubiera guerra, todo calla.
sin que vos lo esperarais, os condujo.
No parece esta noche precursora
¿Nada os dice, señora, esta mudanza?
de los sucesos que la luz aguardan.
Que el efecto produzca tan siquiera
Siempre entre las tinieblas espantosas
de que escuchéis ahora mis palabras
las catástrofes grandes se preparan.
con menos prevención: que un breve rato,
Demasiado tal vez en este sitio
de los resentimientos olvidada,
os hice, Argia, esperar; pero la causa
conozcáis que la cólera no siempre
os es tan conocida como justa,
mis otros sentimientos avasalla;
y no lo extrañaréis.
que también la razón mis pasos guía,
ARGIA: Vuestra tardanza y la justicia en mis acciones manda.
no es lo que extraño ciertamente; veo
ARGIA: Difícil es, Creón; pero tal triunfo
los motivos que sobran a excusarla.
¿quién podrá celebrarlo más que Argia?
CREÓN: Si ellos no fueran tantos y tan fuertes,
CREÓN: No lo extrañéis, señora. Un rey, que mira
tiempo ha que a vuestro lado me encontrara,
que otro rey una guerra le declara
porque nunca he deseado como ahora,
con precipitación, y que sus tropas,
por su propio interés, hablar con Argia.
invadiendo de pronto sus comarcas,
ARGIA: Argia no tiene otro interés que su hijo. asedian su ciudad, cede por fuerza
CREÓN: Pero en las circunstancias en que se halla, al impulso primero de su saña.

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Mi conducta con vos ha sido efecto unos furores que, en el caso vuestro,
de una causa tan grave. la desesperación tal vez arranca,
ARGIA: Aun se ignoraban y ya tocan su fin.
en Tebas los proyectos de mi padre, CREÓN: Es excesiva,
ni teníais temor de que sus armas pero es bastante vana la confianza
a amenazar viniesen vuestros muros, que tenéis en Adrasto y en sus tropas.
de repente inundando las campañas, Ya poco tiempo para el día falta,
cuando vuestro rencor, no satisfecho y no vendrá otra noche sin que muera
con ejercer su bárbara venganza para siempre jamás esa esperanza.
hasta en las sombras que a la Estigia fueron, Yo quería evitar a mis vasallos
en un infante tierno se cebaba. el prodigar su sangre, a vuestra patria
No es un sitio de ayer, no es esta guerra funerales sin fin, al hijo vuestro
lo que hace en vuestro pecho hervir la rabia; la esclavitud en que al presente se halla,
al contrario; esa rabia envejecida y, sobre todo, hacer que a vuestro lado
es de tan justa guerra infame causa. siempre fuera feliz. ¿No quiere Argia
CREÓN: ¿Y por qué me insultáis? ¿Será, señora, más que horrores y muertes? ¡Bien! Que sea:
que nunca deis oído a mis palabras, pero no me atribuya sus desgracias.
y prefiráis de que acaben las desgracias ARGIA: ¿Ociosas todavía en esta guerra,
que pesan sobre vos y vuestro hijo? no se han desenvainado las espadas?
¿Creón es inmutable? ¿Y sus entrañas CREÓN: No se han desenvainado; pero pronto
ya no podrán a la piedad abrirse? se ha de ver en qué sangre están bañadas;
ARGIA: Vuestra alma está al delito acostumbrada, y, derrotado Adrasto, tiemblen todos
y la senda del crimen arraigado los que de Adrasto en mi palacio se hallan.
no se abandona en un instante. ARGIA: ¿Y proponéis la paz?
CREÓN: Basta: CREÓN: No la propongo:
si es que no puedo, según vos, mudarme, la recibo, la doy, cual más os plazca;
seré lo que hasta aquí, seréis mi esclava, porque tan sólo en vuestra mano dejo
vuestro hijo gemirá más que ha gemido, el que haya medio o no de celebrarla.
ni lo veréis ya más.
ARGIA: Si me volvéis mi hijo…
ARGIA: No me acobardan

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CREÓN: Más os vuelvo, razón de estado, o interés del trono;


pues con un padre os lo presento. pero se forman, y una vez formadas,
ARGIA: ¡Ay, Argia! se cimienta la paz, y los esposos,
¡Con un padre! ¡Callad! ¡Oh, Polinicio! conociéndose bien, al cabo se aman.
¡Temprana sombra! ¿Dónde estás? La cara Lisandro en Tebas será rey un día.
prenda de nuestro amor infortunado, Creón lo jura por su vida, si Argia
¿qué otro padre que tú…? ¡Creón!... ya basta: el lazo forma con que al juramento
despedazad mi corazón y nunca mi voluntad por siempre quede atada.
hablando de Lisandro, la palabra Himeneo y la paz bajen a Tebas.
de padre pronunciéis. Señora… ésta es mi mano… o aceptadla,
o no me atribuyáis…
CREÓN: Con un amigo
os lo vuelvo a lo menos, que lo haga ARGIA: Recién conozco,
saber amarme, y aun reinar un día. sí, conozco recién que en algo iguala
al bárbaro Creón esta infelice.
ARGIA: ¡Amaros! ¡A Creón! ¡El hijo de Argia!
¿A qué es posible comparar la rabia
CREÓN: Si no me llega a amar, sabrá siquiera que tu insultante audacia me ha causado,
que, pudiendo haber hecho su desgracia sino a la que emponzoña tus entrañas?
larga como mi vida, generoso, ¡Hombre de fierro! ¿Quién te ha sugerido
aun hice más de lo que se deseaba: ese género nuevo de venganza?
que su fortuna preferí y la vuestra Nunca me vi mas humillada… nunca
a la gloria tan fácil como vana más insano furor… Dame esa espada,
de vencer a quien vino a libertaros, verás cómo tu sangre de veneno
y que lo hice feliz, cuando… por una mano débil se derrama.
ARGIA: ¿Se engañan Yo moriré después; porque la afrenta
mis oídos, Creón? ¿Qué Dios ha sido de haber sido el objeto en que fijaras
capaz de obrar en vos tanta mudanza? tu pensamiento infame… ¡Oh, Dios! ¿Cuál furia,
de los hondos infiernos alanzada,
CREÓN: Os pido, Argia, hasta os ruego, que tranquila
la crueldad inaudita te ha inspirado
me escuchéis un momento. Las alianzas
de hablar así conmigo? ¿Con que Argia
que forma el himeneo entre los reyes,
no te era conocida?
son efecto común de lo que llaman

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CREÓN: Pues por eso de los héroes de Argos levantada.


os quiero hacer mi esposa. No me engaña Pensadlo bien, señora: el himeneo
una altivez que no tenéis. Conozco trae la oliva en su mano.
que a no ser por las vanas esperanzas ARGIA: Las entrañas
que fundáis en Adrasto, de mi lecho de la tierra se abren y el infierno
el honor… es quien sus Furias implacables manda
ARGIA: No prosigas: y si tu alma a presidir de Tebas los destinos.
en humillarme, bárbaro, se goza, Esa lengua, Creón, ¿cómo profana
no lograrás tal triunfo. El nombre de himeneo, que algún día
Argia quiere partir con precipitación; Creón la detiene, y la de Polinicio el alma con mi alma
fuerza a permanecer. unió enlazada tan estrecha y fuerte,
CREÓN: Esa arrogancia que ni tus iras a romperla bastan?
merecía humillarse ciertamente: CREÓN: Polinicio en las sombras de la muerte
pero Creón os honra, cuando baja está tranquilo, ni se cura de Argia.
su pensamiento a vos. ARGIA: No manches su memoria con nombrarle.
ARGIA: ¿A quién podría ¡Ah! ¿No tembláis, Creón? En esta sala
honrar jamás Creón sino a quien mata? se consumó el horrendo fratricidio,
Aquel que no sufráis sobre la tierra, preparado por vos: en esta sala
¿qué prueba de virtud dará más clara? me parece que miro de repente
CREÓN: Sabéis que la venganza está en mi mano, que el frígido esqueleto se levanta,
pero que contra vos no quiero usarla; y con ira que sólo entre las sombras
por eso me insultáis: sois la primera puede engendrarse tal, grita, te llama,
que impunemente a quien habláis agravia. y te pide razón de tus furores,
¿A qué nombrar la muerte? Yo, señora, de su olvidada tumba, su hijo, y Argia.
hacer de Argos y Tebas esperaba ¿No lo miráis, Creón? Vuestra perfidia,
la mansión de la paz y de la vida. y no el valor de Eteocles la morada
En vuestra mano está, no hagáis que parta de la muerte le abrió.
la primera flecha; volará, y tras ella CREÓN: Siempre la muerte
mil muertes volarán, y vuestra patria en vuestro labio está. No quiero darla.
será una inmensa tumba, a la memoria Y parecéis desear que yo consienta

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en los campos de Adrasto en derramarla. lo que os hará temblar quizá bien presto:
Un esposo lloráis; se acerca el día; mas mi furor es tal, que quiere pausas
y, si no consentís en nuestra alianza, para cobrar más fuerza, y prontamente
un padre lloraréis, porque ¿qué espera con encono mayor volver al alma.
sino la muerte en desigual batalla? ¡Agenor! Tus soldados.
ARGIA: ¡Quién! ¡Mi padre la muerte! ¡Dios! No escuches (Dirá esto acercándose al bastidor, y llamando al oficial y guardias,
que se presentarán inmediatamente en la escena).
el voto de un malvado. Desolada
estoy bastante ya. El teatro se empezará a iluminar como si rayara el día, y
progresivamente se aumentará la luz, hasta que al fin del acto
CREÓN: Pues al momento, quede del todo claro.
Señora, consentid, y tal alianza
vuestro padre autorice. Algunas horas, ARGIA: Argia empieza
con Lisandro en delicias anegada, recién a aborreceros.
habéis pasado en esta noche: muchas CREÓN: (Al oficial)
y nunca interrumpidas, os aguardan, En su estancia
si el furor deponéis, que igual al mío con el mayor rigor que quede presa;
vos misma habéis llamado. Yo, sin causa quítale el hijo, y cuida con tu guardia,
tan justa como vos, olvido todo. de que jamás lo escuche ni lo vea.
¿Será que nunca os olvidéis de nada? Aprende a conocerme, temeraria,
ARGIA: ¿Y vos, qué merecéis? ¡Traidor! ¡Impío! y tiembla por tu hijo y por…
Mientras a mi Lisandro acariciaba, ARGIA: Mi hijo
tal vez sentí por vos menos desprecio: en mi prisión, Creón…
llenaba toda la existencia de Argia CREÓN: (A los soldados)
el amor maternal, y aquel momento Arrebatadla.
hasta odiar a Creón se me olvidaba. Las guardias arrebatan a Argia.
¡Ay, hijo! ¿Quién creyera que el malvado
hacer de tus caricias intentara,
por un refinamiento de perfidia, ESCENA III
el inaudito precio de mi infamia?
CREÓN: Basta de insultos, Argia, me degrado CREÓN (solo)
en toleraros más: mi lengua calla CREÓN: La aurora ya se muestra en el oriente.

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¡Oh tú, día de horror que te levantas! a que ningún argiano las insulte,
¿A quién serás funesto? Mas ¡qué digo! y ardiendo ya en la sed de la matanza.
A mí solo, jamás. Si los monarcas, Pero sabréis bien pronto si a esta guerra
como se dicen dueños de sus pueblos, ponen fin los tratados o las armas.
lo fuesen en verdad, no hubiera de Argia CREÓN: ¿Por qué? ¿Qué ha sucedido?
sufrido tanto insulto, ni humillado
EURIMEDÓN: El mismo Adrasto
se viera mi furor. ¡Oh! ¡Si mi espada
sin broquel, sin espada, sin sus guardias,
de cuantos sediciosos hay en Tebas
y la oliva en la diestra levantando,
pudiera el pecho atravesar! Sus tramas
hasta el pie se acercó de las murallas.
encubren los traidores: si me fuera
Desde allí pudo hablarme: en sus acciones,
posible en un momento destrozarlas,
en su rostro, y en todas sus palabras
¿qué sería de Adrasto? ¿Qué sería
el deseo de paz no más se muestra.
de esa mujer altiva y su esperanza?
¡Esperanza! ¿Cuál es? A mi palacio CREÓN: Entonces está débil. Nuestras armas
¿qué pueblo puede entrar a libertarla, ¿no pudieran batirlo en el momento,
qué ejército que venga desde Argos, y enseñarle a su costa a respetarlas?
sin dejar un momento a mi venganza? EURIMEDÓN: Fácil fuera tal vez: pero… es preciso
¡Y no reinaré más! ¡Oh! Sí. ¡Quién sabe que os lo diga, señor. La desconfianza
si son acaso mis sospechas vanas! que en el pueblo tenéis, quizá es más justa
de lo que habéis creído.
ESCENA IV CREÓN: ¡El pueblo! Acaba.
EURIMEDÓN: Al rumor prontamente divulgado
CREÓN, EURIMEDÓN de que el rey enemigo se acercaba
CREÓN: Eurimedón ¿qué dices? con señales de paz, en nuestras calles,
en nuestros templos y en las anchas plazas
EURIMEDÓN: En el cielo
el pueblo se reunía, y muchas voces
el resplandor del sol recién rayaba,
de paz, de libertad se levantaban.
cuando del campo regresó Periandro.
Ismenio con su gente los tumultos
El ejército de Argos no se avanza
logró al fin disipar, y hacer que…
a los muros aún: nuestras legiones
los cubren y defienden, preparadas CREÓN: Basta.

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¡Y qué! ¿Ese pueblo infame no ha sufrido CREÓN: Antes que muera yo, matarán a Argia.
los crímenes de todos sus monarcas? Por la puerta Emoloides que entre Adrasto;
¿Por qué condena mi justicia ahora? y que Periandro, con la fuerza armada
¿O está sujeto al pueblo quien lo manda? que le obedece, sobre el pueblo vele.
Habla. ¿Qué quiere Adrasto?
EURIMEDÓN: Para él solo ESCENA V
de Tebas pide que las puertas se abran,
que anhela por hablaros; y ha jurado CREÓN (solo)
por la vida de Argia, que sus armas,
si se quiere escuchar a la justicia, CREÓN: Voy a ver entretanto si descansa
no habrán de derramar sangre tebana. mi espíritu un momento; mas mis iras
¡oh, Furias infernales! aumentadlas.
CREÓN: ¿Por la vida de Argia? Poco hace
que, como nunca, conmovió mi rabia.
EURIMEDÓN: ¡Qué! ¿Prefiere la muerte a vuestra mano, Fin del Acto Segundo
esa mujer frenética, insensata?
Bien lo temía yo.
CREÓN: No me dio tiempo ACTO TERCERO
mi furor con la muerte amenazarla.
¡Oh, pueblo! ¡pueblo vil! ¿Conque tú solo,
a mi pesar, refrenas mis venganzas?
ESCENA I
¿Conque yo, que ni al cielo temería
si no fuera por ti, hasta la infamia,
hasta la astucia baja he de humillarme, CREÓN (solo)

por evitar la guerra, de hacer que Argia CREÓN: El valor de Periandro es conocido,
me oiga ofrecer mi mano, y la desprecie? y su lealtad también: no temo al pueblo,
¡Oh, pueblo! ¡A lo que fuerzas a un monarca! mientras que su legión incontrastable
¡Oh ambición de mandar! ¡A lo que obligas se ocupe solamente en contenerlo.
a quien no quiere vida, si no manda! Mas, si en el caso de un combate, al muro
EURIMEDÓN: Nada debéis temer: vuestros soldados… no va toda mi fuerza… ¡Oh, duda! ¡Oh, cielo!

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Si hicisteis a Creón tan ambicioso, ESCENA III


¿por qué no permitís que sus deseos
se cumplan sin obstáculo? A oponerse CREÓN (solo)
si llega el universo a mis proyectos,
CREÓN: Siempre hay tiempo: es verdad. Más que a mi furia
¿por qué no tiene para mi venganza
cederé a mi interés este momento.
una sola cabeza el universo?
A Adrasto escucharé; pero si Adrasto
¡Yo habré de recibir en mi palacio
librar piensa ese niño, que aborrezco,
a quien me insulta! ¡Oh, furia!
de mi poder, no hay paz; y si los dioses
me desamparan, llamaré al infierno.
ESCENA II Creo nadar en sangre en mi palacio:
mas la mía… ¡Qué rabia! ¡Oh, pueblo! ¡Oh, pueblo!
CREÓN, EURIMEDÓN

EURIMEDÓN: A Adrasto dejo ESCENA IV


en el salón de los embajadores;
allí os espera, y a anunciarlo vengo. CREÓN, ADRASTO, EURIMEDÓN
CREÓN: ¿Solo ha venido? EURIMEDÓN: Os presento, señor, al rey de Argos.
EURIMEDÓN: Solo. CREÓN: (A Eurimedón)
CREÓN: ¡Nuevo insulto! Retírate a los muros. El ejército
¿Creón ya no es temible? ¿O habrá un medio es sobrado a cubrirlos: una parte
que un rey estime vil, como lo vengue, que descanse, y la otra observe de ellos
y a quien quiera perder pueda perderlo? el enemigo campo; y si sucede
haber un movimiento, vuelve luego.
EURIMEDÓN: ¡Señor! Me atrevería a aconsejaros
que lo escuchéis tranquilo. Siempre hay tiempo
para ejercer venganzas que son justas. ESCENA V
CREÓN: Bien. Ven con él aquí.
CREÓN, ADRASTO
EURIMEDÓN: Ya os obedezco.
ADRASTO: Nada sucederá; no jura en vano
el rey de Argos jamás. Ese guerrero

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que acaba de partir en este instante, Yo siempre amé la paz: quizá he sufrido
sabe ya cuáles son mis sentimientos: más de lo que debí; pero yo aprecio
y que, entre el aparato de las armas, la vida de los hombres sobre el vano
el deseo de paz reina en mi pecho. orgullo que se adquiere con el cetro;
CREÓN: ¡El deseo de paz! ¿Con fuerza armada y aunque siempre están pronto mis vasallos
a ofrecerme su sangre, la respeto.
se solicitan paces?
Pero Creón, soy padre y soy monarca:
ADRASTO: El acero de títulos tan grandes, el primero
que empuñan mis soldados, no se tiñe es para mí muy santo, y reputado
sino en sangre de injustos. El derecho como el mayor favor que debo al cielo.
de la justicia y la razón se atienda, Mi dignidad de rey habéis hollado
y no creáis que la sangre inunde el suelo. en mis embajadores; y sintiendo
CREÓN: ¿Y es injusto Creón? ¿Es necesario, que ya no hay otro medio que la fuerza
para que reconozca esos derechos, para hacer respetar tantos derechos,
con la espada en la mano reclamarlos? me valí de la fuerza. Argia y Lisandro
¿O venís a insultarme, aquí en el centro salgan de su penoso cautiverio;
de mi poder? ¿En medio de mis guardias? vuelvan a mi poder, y mis legiones
¿En un palacio de que yo soy dueño, el regresar en paz hasta mi reino
y en el que nadie, sin que tiemble, pisa? preferirán a la ominosa gloria
ADRASTO: No digo de Creón, del universo de marchar vencedoras sobre muertos.
un monarca legítimo no tiembla. Esta es mi pretensión. Argia y su hijo
que sean de la paz el digno precio.
CREÓN: ¿Qué me queréis decir? Pero… al momento
A bien, Creón, que nada solicito
explicaos. ¿Qué buscáis? que no me lo debáis; y olvido excesos
ADRASTO: Bien conocidas de que acaso pudiera, y aun debiera,
os son mis pretensiones hace tiempo. tomar justa venganza, y no me vengo.
Tres veces desde Argos han venido Ya sabéis todo: o elegid las paces,
mis enviados a Tebas: si con ellos que, a fuer de soberano, aquí os ofrezco,
me hubieseis vuelto a mi hija y a Lisandro, o temed altamente los enojos
sin llenarlos de insultos y desprecios, de un ofendido padre, a quien el cielo
no me hubierais forzado a que sitiasen protege en su justicia, y cuyas iras
la mal segura Tebas mis guerreros. sabrán medirse por su amor paterno.

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CREÓN: Esas iras, Adrasto, ni son justas, No era hecho Polinicio para el crimen,
ni alarman a Creón. Ha mucho tiempo ni fue crimen en él pedir un cetro
que Argia estuviera en Argos, si ella misma que su perjuro hermano le usurpaba.
no prefiriese Tebas a ese reino. Y del que era más digno que el protervo.
El objeto que trajo su venida Yo vine a sostener de Polinicio
fue el de llevar los despreciables restos los derechos hollados: quiso el cielo
de su bárbaro esposo, que la espada que él y Eteocles murieran; y mi patria
se atrevió a hundir en el fraterno pecho. me miró regresar de asombro lleno,
Yo se los entregué… pues Tebas en vergüenza de la Grecia,
ADRASTO: No de ese modo fue escándalo de todo el universo.
debéis hablar conmigo. Bien sabemos Desde entonces reináis.
la causa de ese doble fratricidio, CREÓN: Esa palabra,
y quién lo preparó, con cuál objeto. esa última palabra, que, queriendo
¡Creón! Bastante os digo. Esas cenizas, acaso contenerla, os ha arrancado
que llamáis despreciables, hasta el cielo la imperiosa vehemencia del deseo,
piden venganza aún; y acaso, acaso justifican bastante la conducta
hay en la tierra quien escuche el eco. que ha observado Creón con vuestro nieto.
CREÓN: ¡Seréis vos ciertamente! Sí; desde entonces reino; ni es Adrasto
Quien debe preguntar con qué derecho.
ADRASTO: Tal vez sea;
Si es que lo tuve o no cuando mi mano
pero, Creón, en este instante hablemos
Con sobrada justicia empuñó el cetro.
como de rey a rey; como lo exigen
Ahora, que me siento sobre el trono,
la paz, mi dignidad, mi honor, y… el vuestro.
¿quién podrá disputármelo? Por eso
Usad de este lenguaje; que sin duda
a Lisandro detuve, cuando vino
no seréis vos quien perderéis en ello.
Argia con él aquí. Si era heredero
CREÓN: ¿Fundáis tanta arrogancia en que no es ésta del trono que yo ocupo, los delitos
la primer vez que Tebas un asedio de su padre infeliz, que en él cayeron,
ha sufrido por vos? ¡Bastante caro de todos sus derechos lo privaron.
le costó ese socorro a vuestro yerno! Tebas detesta al hijo de un perverso,
ADRASTO: A todos les costó; que el justo a veces que trajo alguna vez contra su patria
en la ruina se envuelve del perverso.

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las armas de los reyes extranjeros. CREÓN: Los reyes juran hoy, pero mañana…
Yo, por bien del Estado, no he querido ADRASTO: ¡Los reyes! No, Creón. ¿Con más respeto
libertar a Lisandro; mas, supuesto no os tratáis a vos mismo?
que amáis la paz y vuestras intenciones
CREÓN: Nunca puede
se conforman en esto a mis deseos,
responder un monarca de sucesos
entrad por un tratado que yo mismo
que el tiempo y la política conducen;
os iba a proponer: este secreto
ni basta el juramento a detenerlos.
ya es conocido de Argia, y de otro modo
no será rey Lisandro en ningún tiempo. ADRASTO: El tiempo y la política son nada
para un hombre de fe, para un rey menos.
ADRASTO: ¿Qué secreto? ¿Qué rey? Creón bien sabe
que del trono que ocupa el heredero CREÓN: Pero vos habéis dicho que a mi trono
es Lisandro, y no más; y yo le juro nadie con más razón tiene derecho
que si en Tebas con crímenes tan feos que Lisandro.
no se manchase el solio, mis soldados ADRASTO: Y lo digo.
harían devolvérselo a su dueño.
CREÓN: Y eso basta
Pero no es esto lo que Adrasto quiere;
para que nunca salga de mi reino.
porque ama mucho a su inocente nieto,
Sobre todo, el tratado que propongo
para sentarlo nunca bajo el filo
disipa desconfianzas, y el cimiento
de un cuchillo invisible y justiciero.
echará de una paz firme y estable.
En Argos reinará, y…
En vuestra mano está.
CREÓN: En vano Adrasto,
ADRASTO: Si no envilezco
por librarlo de mí, finge pretextos.
mi gloria; y de Argia y de Lisandro rompo
ADRASTO: Si como tiene fuerza, no tuviera, la pesada cadena, proponedlo.
no se humillara Adrasto al fingimiento.
CREÓN: No os envilecerá: veréis al cabo
CREÓN: El camino de Tebas por dos veces que, en el poder y rango que poseo,
han conocido ya vuestros guerreros; conozco que la paz es sobre todo.
y Creón es prudente. ¡Así llegaseis vos a conocerlo!
ADRASTO: Pero nunca (Se acercará al bastidor a llamar a Agenor, y este oficial se presentará
sabrá que yo he faltado a un juramento. en el momento en la escena).
¡Agenor! Que venga Argia. No le digas

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que está su padre aquí; que su contento CREÓN: (Aparte)


quiero aumentar con la sorpresa. Si esta ocasión tan favorable pierdo,
Se va Agenor. ¿cuál otra espera mi venganza? Adrasto,
quedaos con ella; volveré bien presto.
ADRASTO: ¿A mi hija
me permitís que vea? Lo agradezco.
No lo solicité, por no exponerme ESCENA VII
a vuestra desconfianza o a un desprecio:
pero el proyecto… ADRASTO, ARGIA

CREÓN: De su labio mismo ARGIA: ¿Dónde os halláis? No sé si me abandone


lo podéis escuchar en el momento. al temor o al placer. ¿Cómo os encuentro
Su inexperiencia, y su dolor acaso, en la mansión del dolo y la venganza?
se lo hacen reprobar; pero, más cuerdo, ¿Sois víctima también? Hablad. ¿Qué es esto?
pensad, Adrasto, que, sin él, no hay Argia ADRASTO: Vuelve a mis brazos, Argia. ¡Hija querida!
ni paces para vos; que mis guerreros Descarga tus temores en mi pecho.
ya impacientes están, porque no buscan Tranquilízate.
los vuestros en el muro su escarmiento;
ARGIA: ¡Yo tranquilizarme,
y que Creón será más formidable
cuando aquí os miro solo e indefenso!
si se une a su ambición un menosprecio.
La perfidia y Creón reinan en Tebas;
Ahí la tenéis.
¿no lo sabéis, señor?
ADRASTO: Por eso vengo
ESCENA VI a libertar a mi hija y a Lisandro
de la perfidia y de Creón: al menos
CREÓN, ADRASTO, ARGIA el malvado esta vez no es un tirano
ARGIA: ¿Tal vez para humillarme pues me deja abrazarte.
de nuevo me llamáis?... ¡Oh, Dios! ¡Qué veo! ARGIA: ¡Y qué! ¿No debo
¡Vos en Tebas, mi padre! esperar más abrazos de mi padre
Argia corre a abrazarse con su padre, y permanecen abrazados que los que me permita ese perverso?
mientras Creón dice los primeros versos que siguen
ADRASTO: Sí; en Argos los tendrás. Ahora es fuerza
ADRASTO: Sí, hija mía.

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emplear de otra manera estos momentos, de ahorrar la sangre y evitar desgracias,


y a tu quietud sacrificar las ansias dejé mi campo; y solo, sin mi acero,
de estrecharte mil veces en mi seno. y sin otra defensa que la oliva,
ARGIA: ¡A mi quietud! ¡Ah! Sí. Con vuestra vista me he presentado en Tebas, prometiendo
puedo al fin mi furor lanzar del pecho. a su bárbaro rey olvido y paces,
Y en el vuestro, señor, ¿no han rebosado como quiera entregarme en el momento
la indignación, las iras, y el deseo a Lisandro y a ti: mas mi designio
de una venganza grande? ¿Habéis podido se frustra ciertamente. Me convenzo
la última infamia tolerar sereno? de que no hay con tiranos más tratado
Una madre, que tiembla por su hijo, que humillarse a su yugo como siervos,
está expuesta al indigno atrevimiento o exterminarlos sin piedad. Tu padre
del inicuo que, a fuerza de atentados, va a libertar de un monstruo al universo;
ahogó en su corazón los sentimientos:
él mismo es quien me obliga: no consiente
pero un padre, un monarca, un hombre ¿escucha
en que salgáis de Tebas, ni yo puedo
tantos insultos sin vengarse luego?
Creón pensó que mi virtud, mi gloria, consentir en la paz de libertaros.
y mi amor maternal tuvieran precio, ¿Qué tratado propone? Su secreto
y los quiso comprar: ¿pero a vos mismo dice que tú lo sabes, y has venido
se ha atrevido, señor, a proponerlo? a confiarme sus planes.
¿Sois rey, y lo sufrís? ¿Soy vuestra hija, ARGIA: El perverso
y así me cubre un vil de vilipendio? temió arrostrar vuestro furor, y quiere
¡La paz! ¿Y qué es la paz, siendo comprada
que mi labio repita lo que el miedo
con mi vergüenza y el oprobio vuestro?
en los suyos heló. Para insultaros
¡Yo, esposa de Creón! ¡Ah! No es posible
que mi padre consienta… le faltó el inaudito atrevimiento
que ha tenido conmigo, al proponerme
ADRASTO: No comprendo, mi vergüenza y mi afrenta.
Argia, lo que me dices. ADRASTO: ¿Por qué medios
piensa lograr la paz? Habla.
ARGIA: ¡Qué! ¿El malvado
os ha ocultado el criminal proyecto ARGIA: Ya he dicho
que se ha atrevido anoche a revelarme? cuanto puedo deciros. ¡Ah! ¡En mi lecho
el que causó la muerte de mi esposo!
ADRASTO: Animado mi pecho del deseo

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¡El que hace padecer a mi hijo tierno! inevitable muerte en los malvados,
¡El bárbaro Creón! y libertad para Argia y vuestro nieto.
ADRASTO: ¡Argia! ADRASTO: ¿Y dónde está Lisandro?
ARGIA: ¡Lisandro! ARGIA: De mis brazos
¿Te arrancan de mis brazos porque tengo lo han arrancado porque no consiento
una virtud común? ¿Es heroísmo en este enlace infame. ¡Ah! Libertadnos;
el mirar con horror este himeneo? libertad a Lisandro cuando menos.
Al grande criminal, grandes virtudes ADRASTO: Sí: lo juro por ti: jamás Adrasto
lo deben irritar; mas mi desprecio ha faltado a tan grato juramento:
es un deber muy fácil de cumplirse, será completa la venganza mía;
ni debe enfurecer hasta el extremo y, porque sea tal, un breve tiempo
de mi hijo infeliz… ¡Oh, padre mío! sofocaré en mi pecho los enojos.
Viuda de Polinicio ¿creéis que puedo
ARGIA: Pero no os expongáis: de los guerreros
ser esposa jamás…
dirigid el furor en la batalla,
ADRASTO: ¡Hija! ¿Qué dices? mas no los precedáis. ¡Oh, Dios! Si pierdo…
¿Qué ha intentado Creón? Yo me avergüenzo. ¡Ah! ¡quién os diera ahora los soldados
¡Esposa tú! ¿De quién? que en ese mismo campo perecieron,
ARGIA: No quiere paces sosteniendo la causa de mi esposo
el tirano de Tebas a otro precio. y vengarlo en su muerte no pudieron!
ADRASTO: ¿Y tú pudiste oírlo? ¿Y tu venganza? ADRASTO: Pocos me restan, pero son valientes;
Pero ¿qué me detiene, que no vuelvo y yo soy padre de Argia.
a encontrar a ese monstruo abominable, ARGIA: ¿Y habéis vuelto
y en su sangre lavar mi vituperio? sobre la grande Tebas sin la fuerza
ARGIA: Deteneos, señor: solo y sin armas, necesaria a domarla? Señor, tiemblo
de la crueldad y la perfidia en medio, por vuestra suerte y la de mi hijo. ¿Acaso
¿qué pretendéis hacer? Volved al campo. ha decretado en su furor el cielo
Huid de mis abrazos un momento que mi esposo, y mi padre, y mi Lisandro
de una misma venganza en corto tiempo
por vuestro mismo honor, y con la espada
víctimas han de ser? ¿Y yo infelice
entrad de nuevo a Tebas, conduciendo
lo habré de ver, sin perecer primero?

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ADRASTO: No temas, hija mía, no hay tirano de Periandro se ignoran por los viles;
que no se labre él mismo su escarmiento, y, como su valor es manifiesto,
y Creón ya ha llenado la medida allí lo ocupan donde el riesgo es grande.
que tiene la paciencia de los pueblos. Su legión le obedece con respeto,
Los feroces ministros de sus crímenes tiene muchos parciales decididos,
no bastan en el trono a sostenerlo; y es justamente amado por el pueblo.
y… ARGIA: ¿Tenéis, señor, confianza?
ARGIA: ¿Qué esperáis? En los primeros pasos ADRASTO: ¿Has olvidado
está de su reinado, y todos ellos cuánto amó a Polinicio ese guerrero,
Creón con el terror y con la sangre y el tiempo que ha que cauteloso piensa
ha sabido marcar. Quizá en el pueblo en librar a su patria de un perverso?
ninguno lo ama, pero todos tiemblan.
ARGIA: Bien lo recuerdo. Pero yo he temido
Sus tropas han llegado hasta el extremo
que, viciado también con el ejemplo
de la licencia ya; y él les permite,
del cruel Eurimedón, y…
como sean feroces, cuanto exceso
la rabia militar cometer puede ADRASTO: Alguno viene,
contra los ciudadanos indefensos. ¡Hija mía, firmeza! Este secreto
El soldado de Tebas es un tigre ya sabes lo que vale. Mis fatigas
que no se harta de sangre. al lado tuyo olvidaré bien presto.
ADRASTO: Muchos de ellos
detestan a Creón. De Periandro ESCENA VIII
con la legión irresistible cuento;
y con él combinados de antemano CREÓN, ADRASTO, ARGIA, EURIMEDÓN
están todos mis planes. En mi reino
CREÓN: Sí las olvidaréis. La paz, Adrasto,
sus cartas recibí por mis enviados;
cuando la consolida el himeneo…
y anoche mismo, que cubrió los puestos
avanzados del muro, fue a mi campo, ADRASTO: Si por mostrar confianza a quien debiera
y convino conmigo en cuáles medios no mostrar más que odios y recelos
se debían emplear, si no pasaba no hubiera entrado desarmado en Tebas,
Creón por mis propuestas. Los proyectos ya hubiese contestado con mi acero.

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Mas vuestro triunfo es corto; preparaos ¿y destrozados mis designios veo?


que otro sol ya no alumbra tanto exceso. Mi ambición pone freno a mi venganza.
ARGIA: ¡Padre mío! ¿Qué hacéis? Eurimedón, Periandro, el fuerte Ismenio,
mis mejores amigos, han salvado
CREÓN: (A Adrasto)
a Adrasto de la muerte, y sus consejos
En este instante
mi implacable furor han retenido.
pudiera daros muerte, mas la dejo
¿Con que es preciso ya? ¿Debo vencerlo,
para cuando me sea más gloriosa.
si lo quiero perder, sin yo perderme?
ADRASTO: Creón no tiene gloria: sólo el miedo Pero ¿por qué vencer? Menos expuesto
es capaz de impedirle los delitos. era inmolarlo aquí: para un contrario
CREÓN: Eurimedón, conduce en el momento son el valor o el dolo iguales medios.
a ese insultante rey fuera del muro, ¿Y quién me ha detenido? Los temores
y vuelva su hija a su penoso encierro: de irritar más y más a todo el pueblo,
entrégala a Agenor. y llenar mi venganza sin que el trono
se pudiese afianzar al mismo tiempo.
ADRASTO: Ella y el mundo
Sí, Creón, ya la guerra es necesaria;
se librarán de vos: yo lo prometo.
y después de triunfar, ¡oh! ¡cuál me vengo
del pueblo, de Argia, de su padre, y su hijo!
ESCENA IX ¡Correr más ríos de la sangre veo
debida a mi venganza, que de toda
CREÓN (solo) cuanta derramarán tantos guerreros!
CREÓN: ¿Y soy Creón, y sufro? ¿O es destino
que, cuando en igual sed estoy ardiendo Fin del Acto Tercero
de venganza y de mando, nunca, nunca
pueda llegar a verme satisfecho?
La suerte me presenta en mi palacio
a mi enemigo, solo e indefenso; ACTO CUARTO
me insulta, me desprecia; y con su hija
lo entretiene mi astucia, mientras vuelo
a mandarle una muerte inevitable,

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ESCENA I EURIMEDÓN: Si Eurimedón en vos sólo mirara


al monarca de Tebas, a los filos
CREÓN, EURIMEDÓN de mi espada cayeran sin examen
las cabezas de todos los proscriptos
CREÓN: ¿Ha llegado a su campo?
que señalaseis vos; mas mi respeto
EURIMEDÓN: Hasta muy cerca es igual por mi rey a mi cariño.
le acompañé yo mismo. Si amáis o aborrecéis, amo, aborrezco,
CREÓN: ¿Y qué te ha dicho? vuestros impulsos, como propios, sigo,
¿Se prepara muy pronto a acometernos? y con que vos queráis que corra sangre,
¿Sus soldados serán tan atrevidos, el hacerla correr es deber mío:
que vengan a estrellarse contra el muro, pero también lo es correspondernos
a hallar inevitable su exterminio? tantos favores de que usáis conmigo.
EURIMEDÓN: Nada me ha hablado Adrasto: en su semblante Y pagar la amistad con que me honro,
se pintaba el furor: a recibirlo y de que habéis querido hallarme digno.
corto espacio sus jefes se avanzaron, CREÓN: El que me favorezca mis venganzas
y desde allí me despidió. no me sabe querer.
CREÓN: ¿Destino EURIMEDÓN: Y el advertido
has dado ya a mi tropa? que, por favorecerlas, las dilata,
EURIMEDÓN: En las murallas, conciliando, señor, a un tiempo mismo
en orden de defensa divididos, vuestros justos furores, y el deseo
quedan los cuerpos todos, y Periandro más justo, de afianzar vuestro dominio,
por las calles y plazas repartidos, ¿ese no sabe amaros?
tiene ya diestramente los soldados CREÓN: Me avergüenzo
que sobre el pueblo velan. de que otro sea quien me indique arbitrios
CREÓN: ¡Ay, amigo! de conciliar mis intereses todos.
¡Ojalá que Creón no se arrepienta ¿O crees tú que Creón aún no ha aprendido
de haber una sola vez consentido el arte de reinar y de vengarse?
en no derramar sangre, y de las manos Para subir al trono me ha valido
permitir escaparse a un enemigo! de todas sus lecciones, ¿y olvidarlas
pudiera, cuando más las necesito?

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EURIMEDÓN: Permitidme que os diga que los puestos a todo se da el nombre de heroísmo.
de vasallo y de rey son muy distintos. Estas armas, señor, no son temibles
El que obedece y a mandar aspira, para el que sabe prevenir sus tiros;
su interés, sus recursos, sus peligros pero es preciso prevenirlos. Llega
ve con sus propios ojos; y detiene de repente entre riesgos y conflictos
o apresura sus pasos a su arbitrio, a vacilar el trono; ¿y sus columnas
según las circunstancias que le cercan, no serán del monarca los amigos?
y pesa y examina por sí mismo. ¿No amarán a su rey los que se atrevan
Pero, llegando al trono, ya no puede a mostrarle veraces el camino
ni ver, ni oír, ni dar a sus designios que es preciso seguir, y que no puede
un impulso feliz, sino por medio por sí solo, aunque quiera, descubrirlo?
de los leales que tenga a su servicio. Os lo digo, señor, no porque intente
Al resplandor de la diadema brilla ni pueda contrariar vuestros designios,
la majestad no más; y desde el sitio ni porque me colméis de más favores
elevado del solio, las miradas que los que mi esperanza han excedido:
de los reyes no bajan al abismo pero os quiero hacer ver en mis consejos
de humillación y quejas, en que yace vuestro bien sólo, y nada más he visto,
el pueblo infame justamente hundido, y que, si a darlos me atreví, os dignasteis
y del que lucha por salir. vos mismo a vuestro súbdito pedirlos.
CREÓN: ¿Y el pueblo Adrasto, Argia, Lisandro y una parte
es algo ante su rey? ¿O su destino de ese pueblo insolente y atrevido
ya no es callar y obedecer? perecer deben, si los planes vuestros
ciegos no abrazan; pero ya es preciso,
EURIMEDÓN: Del trono
si el primero resiste, en un combate
siempre fueron los pueblos enemigos.
vencerlo, y, en el acto de vencido,
Su gloria es humillar a los monarcas.
sacrificarlo a una venganza justa;
CREÓN: ¿Y su padre cuál es? que todo es excusable o permitido,
EURIMEDÓN: El que ha tenido y el furor de la guerra todo cubre.
en todo tiempo el débil contra el fuerte; Y, pereciendo Adrasto, Argia, su hijo,
el dolo, la traición, el artificio. ¿dónde van a encontrar libertadores?
Con tal que tienda a destrozar el cetro, ¿Dónde un apoyo el pueblo? ¿Sus gemidos

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habrá quien escuche? Los clamores y dobló sus insultos, desechando


que se puedan alzar, serán seguidos tratados con que honrarlo habéis querido:
del seguro exterminio de rebeldes; pero, ya lo sabéis, su muerte entonces,
y una sola sospecha, un leve indicio, si servía al furor, a un precipicio
que siempre para un rey debe ser crimen, el trono despeñaba. El pueblo a oleadas
se agolpó a este palacio, y a impedirlo,
se borrará con sangre. Os lo repito;
no bastaron las fuerzas de Periandro;
no tendréis más que hablar, y en el momento
bien que de la violencia usar no quiso;
mi sola espada os ahorrará suplicios. porque en la muchedumbre aún no se oían
CREÓN: Te escuché, Eurimedón. Un rey a veces de sedición los clamorosos gritos.
nada es menos que rey: su poderío Mas no se disipó tanto tumulto
es un nombre y no más, porque no alcanza hasta el instante en que salió conmigo
a do van sus deseos. Mas ¡qué digo! Adrasto de este sitio, llamó entonces
Periandro de su tropa los caudillos,
si todo me abandona, yo me basto
y logró con astucia y con prudencia
mientras hierva en furor el pecho mío.
disolver las reuniones. Este indicio,
¡Amigo! sí; tú lo eres. ¿Me respondes y otros que ha dado el insolente pueblo,
que triunfarás de Adrasto? ¿Serás digno os deben persuadir que no hay partido
de ser vasallo de Creón un día? que se pueda tomar para acallarlo,
EURIMEDÓN: Desde el tiempo de Eteocle y Polinicio fuera del de vencer al enemigo;
Adrasto me conoce, y bien le consta y aun éste debe emplearse cuando falten
cuanto hice yo por vos. Por él vencido, al rey de Tebas los demás arbitrios.
El tiempo urge, señor; Adrasto puede,
mi cierto galardón será la muerte.
antes que el sol se ponga, combatirnos,
Triunfaré o moriré.
y excitar los furores populares,
CREÓN: Triunfar, amigo, que, mientras no hay alarma, están dormidos,
triunfar, y nada más: ese es el medio y tal vez hay peligro en despertarlos.
de mandar y vengarme; tú lo has dicho; Hay quien muera por vos, siendo preciso;
y Creón sin venganza no es monarca, mas, si podemos evitar el choque,
y sin el cetro no es Creón. lo debemos hacer; y yo imagino
que sólo Argia a su padre quitar puede
EURIMEDÓN: Yo mismo
las armas de la mano; que a su hijo
debí haber muerto a Adrasto en esta sala,
mejor querrá mirar a vuestro lado
cuando a insultaros indefenso vino,

364 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 365


argia

que no envuelto en su sangre; y que el rey mismo, ESCENA II


si sabe que los cuellos amenaza
de Lisandro y de Argia un solo filo, CREÓN (solo)
para el que un solo instante es suficiente,
CREÓN: ¡Triste fatalidad! ¡Dioses supremos!
frenará sus furores vengativos.
¿Qué corazón es éste que ha cabido
Ofreced nuevamente vuestra mano
a Creón por desgracia? O sois injustos,
a esa flaca mujer, que ha resistido
o debéis proteger unos designios
sólo porque confía: amenazadla,
que son necesidad de mi existencia.
quitadla la esperanza, y…
¿Por qué he nacido así? ¿Por qué respiro
CREÓN: (Como dudando) ambición y venganza, y nada sacia
Argia… su hijo… mi abrasadora sed? ¿Por qué no abrigo
Ya sé lo que he de hacer. Por precaverme un corazón más vil cuanto más tierno?
y en un último lance que el destino Viviera humilde, más quizá tranquilo.
no me quite siquiera mi venganza, ¡Y qué es esto! ¡Qué digo! ¿Tal deseo
haz que sea Lisandro conducido concebir un instante habré podido,
a la mazmorra oculta, donde han muerto sin que su sola idea me confunda,
mis anteriores víctimas. ¡Sigilo, y sin avergonzarme de mí mismo?
y guardias escogidas! Que si llega ¿Soy hecho yo para vivir humilde?
el trance necesario, un asesino ¿Soy hecho para amar? ¡Oh! su destino
de él me responderá, sin que siquiera ningún mortal violenta: giman todos,
pueda escucharse su infantil gemido. y yo perezca, pero siga el mío.
Después vuela a los muros: yo con Argia Mas ¿por qué perecer, si aún es posible
estaré prontamente. triunfar sin exponerme? Mis oídos
EURIMEDÓN: Y yo a serviros no escucharán de Argia más desprecios,
me preparo de modo, que este día porque tengo en mis manos el arbitrio
conozcáis lo que os amo. de reducirla al punto a ser mi esposa.
¿Y el pueblo? ¿Adrasto? ¡Qué! ¿Por qué vacilo
CREÓN: Parte, amigo.
entre el temor y la esperanza? Al cabo
en este horrible día he conocido
que también tiembla un rey; pero ya es tarde
para retrogradar en el camino
366 JUAN CRUZ VARELA
antología de obras de teatro argentino 367
argia

que un genio de furor me ha señalado. ¿Tendrá en ti la ilusión el poderío


Un muro han levantado mis delitos que tiene sobre el débil? No. En tu acuerdo
que queda tras de mí; que se interpone vuelve, Creón, y caiga en el olvido
entre Creón y la virtud. ¡Delitos! tu temor pasajero. ¿Y estoy solo?
¡Virtudes! ¡Oh! ¿Qué son? Vanas fantasmas Sí, solo estoy. Al fin nadie me ha visto
que a su arbitrio inventaron los caprichos temblar. Cuál fuera la venganza mía
de los que no han podido hacerse grandes si hubiera aquí de mi terror testigos.
y arrastran viles un vivir mezquino. Voy a buscar a Argia, y ensañado
Yo de otra esfera soy, y mis virtudes cual nunca llevo el pecho.
son las de todo rey, cuando ha aprendido ARGIA: (Adentro)
el arte indispensable al que se sienta No, asesinos,
en el lugar que yo. Mas ¿qué delirios no podréis detenerme.
ofuscan mi razón? Siento, y extraño
CREÓN: ¿Argia es? ¿Qué es esto?
sentir estos temores repentinos.
Dejadla entrar, soldados.
¡Qué! ¿Ya no soy Creón? Argia, sí, Argia
lo dijo anoche en este mismo sitio;
ella lo dijo ¡oh , Dios! y allí la sombra, ESCENA III
allí la sombra está de Polinicio,
y brota negra sangre la honda llaga CREÓN, ARGIA
que le abrió de su hermano el cruel cuchillo.
ARGIA: (Sale y se arroja precipitadamente a los pies de Creón).
¡Espectro rencoroso! No me culpes
Abrid, señor, al cabo a la plegaria
porque yo preparé tal fratricidio…
de una mísera madre: mis suspiros,
El trono… tú moriste por el trono;
mis lágrimas amargas, vuestro pecho
¿y es culpa hacer morir por conseguirlo?
por un instante tomarán benigno.
¡Oh! no me muestres los deshechos miembros
Yo lo espero, Creón. A vuestras plantas
de un cadáver horrible y corrompido
a Argia no miréis, mirad os pido
en medio de los campos sin sepulcro.
la desolada madre de Lisandro.
¿La venganza contigo a los abismos
¿Qué habéis hecho, señor? ¿Dónde está mi hijo?
de la tumba ha bajado? ¿Qué me quieres?
Respondedme. ¿Calláis? ¡Oh, Dios! Yo misma
¿Qué al silencio eternal baje contigo?
arrebatar lo vi por los impíos,
Mas, Creón, ¿dónde estás? ¿y por qué tiemblas?
pasarlo por delante de mi estancia,

368 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 369


argia

al cielo alzar sus ayes doloridos, CREÓN: (Con cierto aire de ironía feroz).
tender a mí las inocentes palmas, ¿Y Adrasto? ¿Y el ejército que viene
y ni valerlo ni valerme. Un niño a librar a Lisandro, ya han pedido
¿dónde por los soldados más feroces el poder de atajar el llanto vuestro?
entre horrenda algazara es conducido?
No llorabais anoche. El enemigo,
¿Vos lo habéis ordenado? No es posible.
¿Qué habéis hecho, señor? ¿Dónde está mi hijo? señora, es poderoso; y ya mi trono
bambolea en el borde de un abismo.
CREÓN: Lo que no he ordenado es que atrevida ¿No lo habéis dicho vos? ¿Vuestra esperanza
vinierais hasta aquí sin mi permiso. y vuestro orgullo quedan desmentidos
Habéis violado la prisión. ¿Qué guardia en un solo momento? No. ¿Sois Argia,
ha sido la capaz de consentirlo? y podéis humillaros? ¿O habéis visto
que, a pesar de Argos, y a pesar del mundo,
ARGIA: (Levantándose del suelo).
Ninguna. Mis dolores, mis transportes, os puedo hacer temblar? ¿Habéis sentido
mi desesperación y mi cariño que, si al primer ensayo de mi fueria,
en medio de las guardias me lanzaron, os hago estremecer por vuestro hijo,
cuando vi que Lisandro… ¿Y es delito puedo en lo que me resta de este día
haberlas en su furia atropellado, a tal punto llevar vuestro suplicio
y volar desolada hasta este sitio? que ni llorar podáis?
Sin darme pronta y dolorosa muerte,
¿qué soldados bastaran a impedirlo? ARGIA: ¡Oh! Sí: gozaos
Una madre… al ver mi confusión. Ya he conocido
lo que podéis y lo que puede Adrasto;
CREÓN: Una madre tanto exceso ya no soy más que madre, y mi destino
no cometiera impune: mas la he visto es llorar como tal. Un solo instante
arrojarse a mis pies, llorar, rogarme, basta para llenar vuestros designios,
y esta disculpa solamente admito.
si son designios de venganza y muerte;
ARGIA: Esta es la primera vez que mis rodillas y, aun cuando triunfe, no podrá impedirlo
ante el poder se doblan. Sin mi hijo, el que no sabe el tiempo que le baste
¿quién lo viera jamás? Pero ¿a qué parte, para pelear, vencer, y redimirnos.
señor, lo arrebataron? ¿Está vivo? Sí, Creón; lo confieso: de vos sólo
¿Hará falta también al poder vuestro espera su salud el hijo mío:
escuchar de una madre los gemidos? de vos sólo…

370 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 371


argia

CREÓN: El momento que se pierda que ella sea la última, y que llene
para vos, nada más, será perdido. de mi venganza hasta el menor vacío.
Aprovechad el tiempo; poco os falta; Después que, a vuestra vista, entre mil ansias,
en Lisandro pensad, y decidíos. y entre el horror de bárbaros suplicios,
Antes que ataque Adrasto nuestros muros, Lisandro exhale el postrimer aliento;
hasta el pie del altar venid conmigo; después que de su madre los oídos
y aparentando que cedéis gustosa, sus moribundos ayes despedacen,
y no como quien marcha a un sacrificio, y hagan que larga muerte en mil martirios
entrad al templo, y aceptad mi mano. a pausas baje a las entrañas vuestras,
Después al pueblo vuestro labio mismo entonces moriréis.
dirá que vuestro hijo es heredero
ARGIA: (Dirá la expresión ¡hijo! con el grito penetrante del dolor, y diciendo
del trono de Creón; que habéis querido yo expiro, caerá desmayada sobre un sofá).
de grado ser mi esposa; y que los Dioses ¡Hijo! Yo expiro.
bendicen esta unión, y dan propicios
la paz a Tebas. Al instante a Adrasto CREÓN: (Dirá lo que sigue contemplando a Argia, tocándola, y expresando los
escribiréis también lo que yo mismo sentimientos que indican los versos, hasta que viendo que Eurimedón
entra a la escena, le dirige la palabra).
sabré dictar, y Eurimedón que parta
¡Cuán vehemente en su pecho es el impulso
a llevar al rey de Argos vuestro aviso.
del amor maternal! Este deliquio
Esto es todo, señora; no hay más tiempo
que el que se vuela ya. Vuestros suspiros, la vino a sorprender sin decidirse.
vuestro llanto y dolor no son del caso. Él será pasajero. De su hijo
El momento en que avance el enemigo, preferirá la vida, y a mis planes
es el momento en que este suelo tiña servirá en adelante. ¡Qué suplicio
la sangre de Lisandro: prevenidlo: es esta indecisión en que he quedado!
sólo de vos depende: no hay más medio: A nada me resuelvo. Mis designios
o salvad o perded a vuestro hijo. se frustrarán sin duda, si es que puede
sólo el dolor matarla. Pero vivo
ARGIA: ¡Oh, Dios! ¡Creón! ¡Oh, Dios! Tomad mi sangre:
siento latir su pecho, y aún respira.
saciaos, señor, con ella: agradecido
Volviendo del letargo el triunfo es mío.
mi pecho quedará.
Mírala, Eurimedón.
CREÓN: No. Vuestra sangre
ha de correr también; pero es preciso

372 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 373


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ESCENA IV después de haberse acercado a los otros actores.

ARGIA: ¿Adrasto?... ¿Mi hijo?... ¿Qué decís? ¿Aún vive?


CREÓN, ARGIA, EURIMEDÓN
CREÓN: Argia, silencio y preparaos.
EURIMEDÓN: ¡Qué! ¿Está ya muerta? EURIMEDÓN: Vencidos
CREÓN: No; pero apenas supo que los filos aún no estamos, señor; venid al muro:
de una espada, ya pronta a dar el golpe, recién está el combate prevenido:
amagan a Lisandro, si conmigo si Argia lo impide, vivirá dichosa:
no la liga himeneo, anonadada si de Adrasto triunfamos, él, cautivo
al peso del dolor no ha resistido, con la hija suya, doblarán el triunfo;
y está sin sentimiento. ¿No la miras? y si la suerte inclina sus caprichos
¿Qué te dice su rostro? a favor de ese rey, Argia y Lisandro
EURIMEDÓN: Si ha podido mueren en un momento.
el solo amago tanto, no es posible CREÓN: (A Argia)
que resista la prueba: preveníos ¿Habéis oído?
a ser esposo de Argia. EURIMEDÓN: Entre el palacio, ¿quién podrá librarlos?
CREÓN: ¿Y aún es tiempo? Yo ya lo prometí, sabré cumplirlo.
EURIMEDÓN: Recién mueve su campo el enemigo. Derramemos la sangre, pero en tiempo.
La sangre es un caudal que, si es preciso
CREÓN: Pues que muera Lisandro, y a la madre al interés, se economiza; y luego
el corazón traspásale ahora mismo. llega la hora, y se derrama a ríos.
Hunde mil veces mi puñal. ¿Qué tardas? No disimuléis más: sepa la altiva
No: espera a que ella vuelva, y muera el hijo:
que himeneo o la muerte es el destino
parte a sacrificarlo; y, cuando tornes,
a que está reservada: ¡y cuáles muertes!
que ya no es madre le diré yo mismo.
El trono así lo exige.
Mas no: trae a Lisandro: aquí perezca;
llegó la hora de sangre; corre, amigo; CREÓN: (A Argia)
y cuando venga Adrasto por su hija, Hasta este sitio
respóndele que su hija ya ha vivido. pronto viene Agenor a vuestro encierro
retornaréis con él.
Mientras dice Creón los dos o tres últimos versos anteriores,
Argia irá volviendo pausadamente de su letargo; y hablará, ARGIA: ¿Y el hijo mío?

374 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 375


argia

CREÓN: Consentid, o muy pronto no sois madre: soy yo que lo abandono a su suplicio?
esta es la última vez que lo repito. ¿Así aguardo el tesoro que confiaste
Vamos al muro. en tu postrer abrazo a mi cariño?
¡Deidades del Olimpo, o del Averno!
¿Cuáles me protegéis? ¿por qué camino
ESCENA V
de mi dolor salir? Argia ¿no escuchas
los moribundos ayes de tu hijo?
ARGIA (sola)
¡Madre! sí: ¡Madre! en su agonía grita,
ARGIA: ¡Soberanos Dioses! y ya no hay madre para él.
¡Qué poco poderoso es el auxilio (Se recostará a un bastidor abatidísima y como insensible. Mientras
que dais a la inocencia! ¡Cómo triunfan dura la larga pausa que debe hacer, se presenta en la escena Agenor,
con vuestra tolerancia los delitos! se acerca a Argia, y ésta, cuando lo siente, vuelve en sí, le dirige los
¿Para quién, Dioses, reserváis el rayo? dos primeros versos que siguen, y al fin del acto parte con él).
¡Para quién! Para mí, para mi hijo. ¡Qué miro!
¡Qué! su vida o su muerte está en mi mano, Ya voy, ministro de furor y muerte.
y siendo yo su madre, ¿habré podido ¿A arrebatarme vienes? Ya te sigo,
vacilar un momento? Vuelve, monstruo, vuela a mi estancia, y con la helada urna,
vuelve, Creón, y admite el sacrificio do los restos están de Polinicio,
que hago ya a tu ambición y tus furores: me abrazaré llorando. ¡Pueda en ella
seré tu esposa… ¡Dios! ¡Manes queridos de mi antigua esperanza hallar vestigios!
de Polinicio! ¿Me escucháis? No: nunca Y al consultar, esposo, tus cenizas,
la que supo adorarte cuando vivo, dile a tu Argia lo que hará por tu hijo.
y la que, aun muerto, tu memoria adora,
jamás, jamás tu Argia, esposo mío, Fin del Acto Cuarto
de tal infamia cubrirá tu llama,
ni en negros humos ahogará su brillo.
¡Yo esposa de Creón! Perdona, amado,
perdóname otra vez: mas tu querido,
tu adorado Lisandro… ¿No te acuerdas,
cuando de Argos partiste, al despedirnos,
cuánto me hablaste de él? ¡Cielo! ¿Y ahora

376 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 377


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ACTO QUINTO ESCENA II

CREÓN, ARGIA, Agenor y las guardias

ESCENA I CREÓN: Argia, ¿habéis elegido?


ARGIA: Sí.
CREÓN (Agenor con sus guardias) CREÓN: ¿Mi mano?
CREÓN: No sé qué aterrador presentimiento ARGIA: Mi muerte.
mi incontrastable corazón agita,
CREÓN: Moriréis. Mas precedida
desde que vi que Adrasto a las murallas,
vuestra muerte será de la del hijo
presidiendo su tropa, se aproxima.
que no queréis salvar. No fuera digna
El cielo está pesando mi destino,
de Creón su venganza, y se perdiera,
y en muy pocos momentos ya se inclina
no muriendo Lisandro a vuestra vista,
el inmutable fiel de la balanza
y no apurando vos hasta las heces
al lado de mi gloria o de mi ruina.
el cáliz de su bárbara agonía.
Aun no empieza el combate. ¡Oh! ¡si evitarlo
Ya os lo he dicho otra vez.
pudiera yo! ¡Agenor! Haz que te siga
Argia hasta este lugar: parte, no tardes; ARGIA: ¿Pero mi sangre
nunca han valido más que en este día no es bastante, Creón? ¿Y qué diría
los menores instantes. de un rey el universo, si supiera
que un niño tierno conmovió sus iras,
Se va Agenor. Las guardias quedan en la escena.
hasta el extremo de empapar las manos
O Argia impide en su sangre inculpada?
este combate horrible, o de mis iras…
CREÓN: No se cuida
¡Cielo! ¡Yo despreciado! ¡Yo vencido!
Creón de lo que diga el universo:
¡Qué ansiedad! ¡Ah, Creón! ¿Por qué a tu vista
todo su mundo es él. ¿Argia imagina
de la honda eternidad se abre la puerta,
evadirse del golpe que la espera,
y esta idea espantosa te horroriza?
o que mi alma, al ver lágrimas, vacila?
¿Númenes implacables? ¿Cuál castigo…?
Perdéis llanto y palabras: una sola
Pero no: yo no cedo. Que decida
proferid, y con ella muerte o vida.
de la guerra a su arbitrio la fortuna,
pero nada trastorna el alma mía.

378 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 379


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ARGIA: Sí, muerte para mí. ¡Creón! No es furia no creéis que está su suerte? Yo conozco
la que hay en vuestro pecho: es la justicia que despreciáis la muerte, y atrevida
quien lo hace inexorable: mas yo sola la insultaréis sin duda; y es por eso
al género de muerte más impía que debéis lentamente recibirla
debo ser destinada. Yo he venido de Lisandro en persona. Vuestra sangre
a Tebas a buscar unas cenizas me vengará de Adrasto, cual me vengo
que insepultas mandasteis que quedaran. en Lisandro de vos. Si vuestra ruina
Yo, yo soy solamente quien motiva no me fuera por esto necesaria,
los furores de Adrasto: en esta guerra os dejara vivir; porque la vida,
se ha empeñado no más que por su hija. sin gozar de vuestro hijo, más tormentos
Yo, yo la viuda soy de Polinicio, os acusaría que la muerte misma.
y por él os desprecio: y este día No salvéis a ese niño. ¿Qué le importa
de sangre y mortandad, ¿quién lo ha traído? la ternura de madre a una heroína
¿Quién es la que se niega a verse unida que prefiere morir a dar su mano?
al rey de Tebas con estrecho lazo? ¡Oh! tanta gloria de una madre es digna.
¿Quién es la que se niega y desestima? Ciertamente mi mano os envilece.
Yo sola soy, Creón. ¡Ah! ¡cuántas causas Bien veis que os hago honor.
para que justamente a vuestras iras ARGIA: ¿Más abatida
caiga la sola madre! Pero mi hijo, más humillada, bárbaro, me quieres?
que ni ama ni aborrece todavía, Vuela, vuela, malvado, y asesina
que llora en su desgracia y no la siente, con tu execrada mano al niño tierno,
que no sabe si hay tronos: ni otras dichas que yo amo más porque tu rabia excita:
es capaz de gozar que de su madre bebe su sangre: arráncale del pecho
los besos, los abrazos, las caricias, el débil corazón: mientras palpita
¿ese niño inocente es bien que muera? gózate con mirarlo: en mil pedazos
Si me dejáis vivir, aprendería destrózalo. ¡Ay! ¡Qué más! ¡Cruel! ¡Perdida
entonces de su madre a aborreceros: está ya mi razón! ¡Señor! La muerte…
matadme y estorbadlo. (Se arroja a los pies de Creón).
CREÓN: En este día ¡Ah! ¡por piedad, la muerte! Aquí rendida
pereceréis los dos, y es corto el tiempo a vuestros pies la pido.
de enseñar y aprender. ¡Qué! ¿Decidida

380 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 381


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CREÓN: Sed mi esposa, suplan las teas a la luz del día,


el himeneo la batalla impida, que en aquella prisión jamás penetra;
regresen los argianos a su patria, alumbrad mi venganza; que a su vista
y viviréis los dos. muera cruelmente el hijo; y a este sitio,
ARGIA: (Levantándose del suelo). salpicada de sangre tan querida,
¡Ah! Las cenizas arrastradla otra vez.
de Polinicio, que bañó mi llanto, ARGIA: ¡Creón! Dejadme
¿por qué no respondieron? ¡Sombra amiga! que consulte de nuevo las cenizas
Sal de los hondos seros de la muerte; de mi perdido esposo. Permitidme
llega, y en Tebas a tu esposa mira. que un momento no más…
Dime ¿por qué te amé? ¿Por qué me hiciste CREÓN: (A los soldados)
la madre de Lisandro? ¡Arrepentida Esas reliquias
Argia estará de serlo! No, mi esposo. de la urna sacad en que reposan,
Mas ¿no escuchas la voz de tu querida? y en el suelo furiosos esparcidlas,
¿No vuelas, Polinicio, a mi socorro? a los pies del verdugo que a Lisandro
Un bárbaro asesino solicita, debe arrancar la abominable vida.
por interés de su ambición sin freno, Este es un sacrificio anticipado
lo que mi amor te dio. Lisandro expira a los manes de Argia. Si mis iras
si no se alza tu brazo descarnado, no toleran igual entre los vivos,
si el dolor de quien vive no da vida ¿valdrán más que Creón estas cenizas?
a los que, sombras, en la Estigia vagan; ARGIA: Pero ni yo ni vos amar podemos
si no vienes, en fin. ¡Creón! ¿Soy hija este enlace sacrílego: si unida
de Adrasto todavía? ¿Vive? ¿Acaso estuve a Polionicio…
la suerte de un combate?... ¿Qué agonías!
CREÓN: ¿Quién se acerca?
Hija y madre a la vez…
ARGIA: ¡Deidades! Protegedme en este día.
CREÓN: Ya no hay más tiempo.
¿Consentís? CREÓN: ¿Qué es esto, Eurimedón?

ARGIA: ¡Ah! Matadme.


CREÓN: Conducidla
soldados, a la lóbrega mazmorra;

382 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 383


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ESCENA III CREÓN: Basta. ¿Y esa vida


por qué no se ha perdido? ¿Así se guarda
CREÓN, ARGIA, EURIMEDÓN, Agenor y sus guardias una fe tantas veces prometida?
EURIMEDÓN: (Saldrá precipitado, furioso, y con la espada desnuda). EURIMEDÓN: Yo he volado hasta vos con este aviso…
¡Señor! Salvaos. CREÓN: Bien. El pueblo… Periandro…
Tan solamente pudo la perfidia
ARGIA: Al fin tranquila
lo que el valor de Adrasto no pudiera.
puede Argia respirar.
Periandro… ¡Ah! De Periandro la inaudita
traición es sin ejemplo. Se ha vendido, CREÓN: (A Eurimedón)
y nos vendió. Las huestes enemigas ¡Amigo! El mando
a la puerta Emoloides amagaban, expiró ya, pero comienza mi ira.
y, viendo nuestra tropa prevenida Ahora mismo arrebátala: haz que me mire
rehusaban acercarse. De repente que a pesar de su triunfo, el hijo expira;
la legión de Periandro se aproxima y tráela aquí de nuevo. Ella no debe
al muro que cubríamos; el pueblo morir por otra mano que la mía.
con ímpetu furioso lo seguía, ARGIA: No, Creón.
y, armado ya por él desde antemano,
a un combate interior se precipita CREÓN: Parte al punto: sacia tu alma
con los soldados nuestros. Entretanto con el placer de ver cómo palpita
la legión del traidor carga, desquicia roto su corazón.
las principales puertas, y los muros ARGIA: No. Vuestra esposa
a los argianos en su seno abrigan. seré más bien.
Todo ha sido un momento. Adrasto, el pueblo,
CREÓN: No es tiempo ya. Daos prisa
el pérfido Periandro todavía
a arrastrarla de aquí.
Vertiendo están la sangre de los fieles
Que al honor de su rey se sacrifican. ARGIA: (A los soldados)
Pero el número vence. Ismenio apenas ¡Oh, Dios! Dejadme.
será posible que las avenidas Lisandro ¡Ah, mi Lisandro! ¡Horrible día!
del palacio defienda un breve rato; Una parte de las guardias arrebatan violentamente a Argia y
parten con Eurimedón. El resto de ellas queda con Agenor en
en este empeño queda: decidida la escena.
vuestra guardia a morir, se ha preparado
a que la entrada…

384 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 385


argia

ESCENA IV y el tumulto no escuchas? Parte y dime


si ya Adrasto a este sitio se encamina.-
CREÓN, ARGENOR, guardias Se va solo Agenor, y no vuelve más a la escena.
CREÓN: (Creón prorrumpirá después de una pausa regular, en la que manifestará ¡Oh! ¡Qué fuera de mí si mi venganza
el furor y la desesperación. Las pequeñas líneas que parten los versos, me quitara también, como me quita
indican las circunstancias en que este actor debe variar sus posiciones y su el poder de vengarme en adelante!
tono, hacer sus pausas, mostrar la impetuosa contrariedad de efectos en ¡Oh! ¡Qué fuera de mí, si salva a su hija,
que debe batallar). y si Lisandro salva! -El ruido crece.-
Y Creón ya no es rey. El trono mío ¡Qué momentos, Creón! ¡Cómo te agitan!
caer de otra manera no podía.- ¡Cielos! ¿Quién entra aquí?
¡Traidores! ¡Oh! ¡Qué furia! -¡Cuánta sangre!
Un momento no más: y ya la mía
ESCENA V
ha de correr también. -Decid. ¿Vosotros
(Hará estas preguntas a los mismos soldados de su guardia, como si
CREÓN, ARGIA, EURIMEDÓN, las guardias de la escena
no los conociera). anterior
sois soldados de Adrasto? ¡Qué! ¿Ya pisa
ARGIA: Quien de tu rabia
mi palacio ese rey? -¡Qué rey! No sabe
ha triunfado, Creón; quien todavía
triunfar, si no triunfando la perfidia.-
es madre y lo será.
Y yo ¿cómo triunfé? -¿Remordimientos?-
¡Oh! no: jamás, Creón no lo admitas.- CREÓN: ¿Qué es lo que dices?
Ya ha saltado la sangre de Lisandro. EURIMEDÓN: La legión de Periandro, a mi salida
Argia la ha visto ya, y Argia no expira ya entraba en el palacio; y los soldados
porque el genio que manda en mis venganzas que a Lisandro guardaban, o caían
dilata por mi bien sus agonías.- a los golpes traidores, o vencidos,
Yo moriré después, sin que ella sepa el peso de las armas deponían.
cuál es mi suerte, y esta idea misma Al subterráneo penetró Periandro
doblará sus tormentos cuando muera.- con planta vencedora y atrevida,
Se oirá un ruido como de armas y voces a lo lejos. Este, en y, al llegar a la torre, descubrimos
intervalos más o menos cortos, se irá sintiendo más cerca,
hasta el principio de la escena sexta. que en sus brazos al niño conducía
lejos de su prisión, y que volaba
¡Qué rumor, Agenor! -Parte. ¿La grita
al encuentro de Adrasto.

386 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 387


argia

CREÓN: Todavía Es el tropel de los actores de la escena siguiente. Creón, al


sentirlo, agarrará a Argia con una mano, y con la otra
¡Oh, furias infernales! si hay furores, desenvainará un puñal.
traedlos a mi pecho.
¿Qué es eso, Eurimedón?
EURIMEDÓN: La osadía
EURIMEDÓN: Ya se aproximan,
de Ismenio y Agenor y algunos bravos
señor, los vencedores a este sitio.
es lo solo que resta; pero expiran
sin poder valer. ¡Señor! salvaos;
ya se acercan: mirad por vuestra vida: ESCENA VI
si es posible, salvaos.
CREÓN: ¡Eh! ¿Qué dices? CREÓN, ADRASTO, ARGIA, EURIMEDÓN, guardias de Creón,
soldados de Adrasto
¿Qué sirve ya el vivir? -¡Ah! ¿Mi desdicha
sabes cuál es, cobarde? -Es que tu mano Al presentarse los soldados argianos en la escena, los de
Creón y Eurimedón harán con las armas un movimiento ligero,
no supo responderme de una vida, como de querer defenderse; pero a otro movimiento igual de
y ha dejado incompleta mi venganza. los soldados de Adrasto, se contendrán al instante.
¿De una vida? ¡Qué digo! Si respira ADRASTO: ¡Monstruo! Entrégame a Argia.
Adrasto, a ti lo debe. ¿No te acuerdas?
CREÓN: Recibidla.
¡Conque traidores todos! Pero su hija…
(Hiere mortalmente a Argia).
ARGIA: ¡La hija de Adrasto! Mi Lisandro vive;
ARGIA: ¡Bárbaro!
no temo a nadie ya.
ADRASTO: (Correrá a abrazar a Argia, exclamando dolorosamente).
CREÓN: ¡Altiva! ¿Miras
¡Hija!
el triunfo de tu padre? ¿Ves mi tropa
que, a fuerza de perfidia, está vencida? ARGIA: ¡Padre!...- En vuestros brazos…-
Velo, pero no esperes. ¿Por qué piensas Pues vive mi hijo… -Moriré tranquila.
que estos breves momentos aún respiras? (Muere en brazos de su padre).
Es porque veas y que te atormentes ADRASTO: ¡Soldados! A pedazos las entrañas
con la idea feroz de que mi ruina de esa fiera arrancad.
y el triunfo de los tuyos no te salvan,
CREÓN: La mano mía
velos antes de morir: vive afligida
es quien sola penetra en mis entrañas.-
este instante final… -¡Eh! ¡Quién!... -¿Qué ruido?
(Se hiere con el mismo puñal con que hirió a Argia).

388 JUAN CRUZ VARELA antología de obras de teatro argentino 389


Adrasto… -muero yo… -pero mis iras
hasta el infierno bajarán conmigo…-
Y en el infierno triunfarán de tu hija.
(Cae sin que nadie lo sostenga, y expira abandonado).

FIN

390 JUAN CRUZ VARELA


> índice

> Prólogo ................................................................................................................ pág. 5

Las batallas:

> El detalle de la acción de Maipú .................................................................. pág. 27


ANÓNIMO

> Cielito de Maipú .............................................................................................. pág. 63


BARTOLOMÉ HIDALGO

> Diálogo patriótico interesante ...................................................................... pág. 73


BARTOLOMÉ HIDALGO

> La batalla de Pazco .......................................................................................... pág. 91


ANÓNIMO

> Defensa y triunfo del Tucumán .................................................................... pág. 115


LUIS AMBROSIO MORANTE

Comedia y drama:

> El hipócrita político ........................................................................................ pág. 161


P. V. A.

> Tupac Amaru .................................................................................................... pág. 219


LUIS AMBROSIO MORANTE

Una tragedia:

> Argia .................................................................................................................... pág. 309


JUAN CRUZ VARELA
> ediciones inteatro

• narradores y dramaturgos • dramaturgia y escuela 2


Juan José Saer, Mauricio Kartun Prólogo: Jorge Ricci y Mabel Manzotti
Ricardo Piglia, Ricardo Monti Textos de Ester Trozzo, Sandra Vigianni,
Andrés Rivera, Roberto Cossa Luis Sampedro
En coedición con la Universidad • didáctica del teatro 1
Nacional del Litoral
Coordinación: Ester Trozzo, Luis Sampedro
Colaboración: Sara Torres
• el teatro, ¡qué pasión! Prólogo: Olga Medaura
de Pedro Asquini
Prólogo: Eduardo Pavlovsky • didáctica del teatro 2
En coedición con la Universidad Prólogo: Alejandra Boero
Nacional del Litoral
• teatro del actor II
• obras breves de Norman Briski
Incluye textos de Viviana Holz, Beatriz Prólogo: Eduardo Pavlovsky
Mosquera, Eduardo Rivetto, Ariel Barchilón,
Lauro Campos, Carlos Carrique, Santiago • dramaturgia en banda
Serrano, Mario Costello, Patricia Suárez,
Susana Torres Molina, Jorge Rafael Otegui y Coordinación pedagógica: Mauricio Kartun
Ricardo Thierry Calderón de la Barca Prólogo: Pablo Bontá
Incluye textos de Hernán Costa, Mariano
Pensotti, Hernando Tejedor, Pablo Novak,
• de escénicas y partidas José Montero, Ariel Barchilón, Matías
de Alejandro Finzi Feldman y Fernanda García Lao
Prólogo del autor
• personalidades, personajes y temas
• teatro (3 tomos) del teatro argentino (2 tomos)
Obras completas de Alberto Adellach
de Luis Ordaz
Prólogos: Esteban Creste (Tomo I), Rubens Prólogo: Jorge Dubatti y Ernesto Schoo
Correa (Tomo II) y Elio Gallipoli (Tomo III) (Tomo I) - José María Paolantonio (Tomo II)

• las piedras jugosas • manual de juegos y ejercicios teatrales


Aproximación al teatro de Paco Giménez de Jorge Holovatuck y Débora Astrosky
de José Luis Valenzuela Segunda edición, corregida y actualizada
Prólogos: Jorge Dubatti y Prólogo: Raúl Serrano
Cipriano Argüello Pitt
• antología breve del teatro para títeres
• siete autores (la nueva generación) de Rafael Curci
Prólogo: María de los Ángeles González Prólogo: Nora Lía Sormani
Incluye obras de Maximiliano de la Puente,
Alberto Rojas Apel, María Laura Fernández, • teatro para jóvenes
Andrés Binetti, Agustín Martínez, Leonel
Giacometto y Santiago Gobernori de Patricia Zangaro

• dramaturgia y escuela 1 • antología teatral para niños


y adolescentes
Prólogo: Graciela González de Díaz Araujo
Antóloga: Gabriela Lerga Prólogo: Juan Garff
Pedagogas: Gabriela Lerga y Ester Trozzo Incluye textos de Hugo Álvarez, María Inés
Falconi, Los Susodichos, Hugo Midón,
M. Rosa Pfeiffer, Lidia Grosso, Héctor Presa,
Silvina Reinaudi y Luis Tenewicki
• nueva dramaturgia latinoamericana • teatro de identidad popular • antología de obras de teatro argentino
Prólogo: Carlos Pacheco En los géneros sainete rural, circo criollo -desde sus orígenes a la actualidad-
Incluye textos de Luis Cano (Argentina), y radioteatro argentino tomo II (1814-1824)
Gonzalo Marull (Argentina), Marcos de Manuel Maccarini Obras de la Independencia
Damaceno (Brasil), Lucila de la Maza Selección y Prólogo: Beatriz Seibel
(Chile), Victor Viviescas (Colombia), • caja de resonancia y búsqueda
Amado del Pino (Cuba), Ángel Norzagaray de la propia escritura • nueva dramaturgia argentina
(México), Jaime Nieto (Perú) y Sergio
Blanco (Uruguay) Textos teatrales de Rafael Monti Incluye textos de Gonzalo Marull,
Ariel Dávila (Córdoba), Sacha Barrera Oro
• teatro/6 • teatro, títeres y pantomima (Mendoza), Juan Carlos Carta, Ariel
Obras ganadoras del 6º Concurso de Sarah Bianchi Sampaolesi (San Juan), Martín Giner,
Nacional de Obras de Teatro Prólogo: Ruth Mehl Guillermo Santillán (Tucumán), Leonel
Giacometto, Diego Ferrero (Santa Fe) y
Incluye obras de Karina Androvich, Daniel Sasovsky (Chaco)
Patricia Suárez, Luisa Peluffo, • por una crítica deseante
Lucía Laragione, Julio Molina y de quién/para quién/qué/cómo • antología de obras de teatro argentino
Marcelo Pitrola. de Federico Irazábal -desde sus orígenes a la actualidad-
Prólogo del autor tomo III (1839-1842)
• becas de creación
Obras de la Confederación y emigrados
Incluye textos de Mauricio Kartun, • antología de obras de teatro argentino
Luis Cano y Jorge Accame. Selección y Prólogo: Beatriz Seibel
-desde sus orígenes a la actualidad-
tomo I (1800-1814)
• historia de la actividad teatral Sainetes urbanos y gauchescos
en la provincia de corrientes Selección y Prólogo: Beatriz Seibel
de Marcelo Daniel Fernández Presentación: Raúl Brambilla
Prólogo: Ángel Quintela
• teatro/7
• la luz en el teatro Obras ganadoras del 7º Concurso
manual de iluminación Nacional de Obras de Teatro
de Eli Sirlin Incluye obras de Agustina Muñoz, Luis
Prólogo de la autora Cano, Silvina López Medín, Agustina Gatto,
Horacio Roca y Roxana Aramburú
• diccionario de autores teatrales
argentinos 1950-2000 (2 tomos) • la carnicería argentina
de Perla Zayas de Lima Incluye textos de Carolina Balbi, Mariana
Chaud, Ariel Farace, Laura Fernández,
• laboratorio de producción teatral 1 Santiago Gobernori, Julio Molina
Técnicas de gestión y producción y Susana Villalba
aplicadas a proyectos alternativos
de Gustavo Schraier • saulo benavente, ensayo biográfico
Prólogo: Alejandro Tantanián de Cora Roca
Prólogo: Carlos Gorostiza
• hacia un teatro esencial
Dramaturgia de Carlos María Alsina • del teatro de humor al grotesco
Prólogo: Rosa Ávila Obras de Carlos Pais
Prólogo: Roberto Cossa
• teatro ausente • teatro/9
Cuatro obras de Arístides Vargas Obras ganadoras del 9º Concurso Nacional
Prólogo: Elena Francés Herrero de Obras de Teatro
Incluye textos de Patricia Suárez y
• el teatro con recetas M. Rosa Pfeiffer, Agustina Gatto,
de María Rosa Finchelman Joaquín Bonet, Christian Godoy,
Prólogo: Mabel Brizuela Andrés Rapoport y Amalia Montaño
Presentación: Jorge Arán

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