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LA PARÁBOLA TAOÍSTA

Relacionado con esto os contaré una breve parábola que refleja muy bien la naturaleza relativa de
los opuestos:

Un día un campesino le contaba a su vecino que se le había escapado su único caballo. El vecino que
se solidarizó con él, le dice: “¡Que mala suerte, se te ha ido el caballo!”. El campesino responde:
“Nunca se sabe lo que es bueno o malo.”

Al día siguiente el caballo regresa con una manada de caballos salvajes. Y el vecino exclamó:
“¡Enhorabuena! ¡Qué buena suerte! Ha regresado tu caballo y ahora no solo tienes un caballo que
tienes toda una manada de caballos!” El campesino sonrió y le volvió a contestar: “Nunca se sabe lo
que es bueno o malo.”

Al otro día, el hijo del campesino se montó encima de uno de los caballos salvajes para domarlo e
intentar de montar en el. En este intento el caballo lo tira al suelo, el joven se cae del caballo y se
parte una pierna. Y al comentarlo con el vecino este se solidarizó de nuevo con él y el campesino le
volvió a responder: “Nunca se sabe lo que es bueno o malo.”

Cuando al día siguiente vinieron soldados a reclutar a jóvenes para llevárselos al ejército a luchar, no
se pudieron llevar al hijo del campesino. Esta vez fue el vecino que le dijo al campesino: “Nunca se
sabe lo que es bueno o malo.”

MORALEJA

Cuando nos alejamos del punto de vista “totalitario”, es decir cuando dejamos de tomarnos las
cosas como absolutas e incambiables, nos enfrentamos a la vida de un modo distinto. Nos
relacionamos con la vida y el mundo en general de forma muy diferente. Sabremos que todas las
situaciones que nos plantea la vida serán tanto buenas como malas.

Que la buena salud es un equilibrio entre los estados de bienestar y enfermedad. Que la sanación se
produce cuando se equilibra el plano emocional, social, espiritual y físico. No únicamente el físico.
“Combatir la enfermedad” denota un punto de vista totalitario. Ver la enfermedad como parte de
nuestra salud, los cambios que se producen en ambos, nos permiten buscar el equilibrio entre
ambas. Es como observar el vaivén de la respiración. Después de una inhalación le sigue una
exhalación y después de la exhalación le sigue la inhalación. Nunca serán iguales, las circunstancias
cambian en las que respiramos, pero siempre están en relativo equilibrio.

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