Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
|5|
34
Estudios experimentales I: el ensayo clínico aleatorio Capítulo |5|
fuente de financiación del estudio. Aunque no ob- y en el 27% eructos y flatulencia. Sin embargo, no
servaron diferencias estadísticamente significativas todo el efecto se debía al fármaco; en el grupo que
entre la calidad de los ensayos financiados por la recibía placebo estos efectos se observaron en el 10
industria y los financiados por agencias guberna- y el 16% de los individuos, respectivamente. Así pues,
mentales o sin ánimo de lucro, existían diferencias el uso de placebo permitirá no sólo aislar el efecto
en relación con el principio de incertidumbre. Mien- terapéutico del fármaco en estudio, sino conocer
tras que el porcentaje de ensayos financiados por también la proporción de efectos indeseables que
entidades sin ánimo de lucro que favorecían a las pueden atribuirse a la intervención.
nuevas terapias era similar al que favorecía a las de
referencia (el 47 frente al 53%, p = 0,61), había una Además, el uso de un placebo permite enmascarar
clara diferencia en los financiados por la industria las intervenciones, de forma que los participantes
a favor de las nuevas terapias (el 74 frente al 26%, (e incluso los investigadores) desconozcan si reciben
p = 0,004). Este hallazgo podía estar relacionado tratamiento activo o no.
con el hecho de que más ensayos financiados por la Cuando existe una opción terapéutica aceptada
industria utilizaban placebo o la ausencia de inter- como eficaz en la situación clínica de interés, és
vención como grupo de comparación. Los autores ta debería ser la alternativa de comparación. La
35
Parte |2| Tipos de estudio
comparación con placebo en esta situación pre- Algunas veces, por la propia pregunta de inves-
senta limitaciones éticas, aunque se ha abusado de tigación, la intervención de referencia más adecuada
ella, dado que es más fácil encontrar diferencias no es un placebo ni otra intervención específica, sino
estadísticamente significativas que si se compara los cuidados habituales que reciben los pacientes en
con otro tratamiento activo. Sin embargo, aunque la consulta (usual care). Aunque en teoría es posible
existe acuerdo universal en que el uso de placebo comparar el grupo que recibe la intervención de es-
no es apropiado en situaciones que supongan una tudio con otro que no recibe ninguna intervención
amenaza vital y se disponga de alguna intervención específica, por lo general puede considerarse que,
eficaz, existe cierta controversia acerca de si puede en realidad, el grupo control está recibiendo los
utilizarse en situaciones en que un retraso en la ad- cuidados que se suelen prestar para su problema de
ministración de una intervención eficaz difícilmente salud (de otra manera podrían plantearse problemas
suponga un daño permanente en los sujetos. éticos), por lo que, en realidad, se está comparando
El uso de otro tratamiento o intervención activos con la atención habitual.
como comparación tiene por objetivo estimar la
relación beneficio-riesgo del nuevo tratamiento en Ejemplo 5.4. En el Multiple Risk Factor Intervention
una situación clínica concreta. En estos casos, la Trial (MRFIT) (1982), individuos de mediana edad
mejor comparación es el «mejor tratamiento dis- con un riesgo elevado de padecer cardiopatía isquémi-
ponible» para dicha situación. Ésta no siempre es ca fueron asignados de forma aleatoria con el fin de
una elección fácil, ya que en la mayoría de las veces evaluar si la intervención simultánea sobre el tabaco,
existe un amplio arsenal terapéutico que hace difícil la dieta y la presión arterial prevenía la enfermedad.
elegir cuál es la mejor alternativa, aunque en algunos En el grupo experimental, el control de la hipercoles
casos existen guías o recomendaciones que puedan terolemia y de la hipertensión arterial, así como el
ser de ayuda en dicha elección. consejo dietético y antitabaco, corrían a cargo de un
Además, cuando se emplea un tratamiento activo grupo de profesionales altamente especializados,
como referencia, debe prestarse especial atención mientras que en el otro grupo no se llevó a cabo
a la dosis, la pauta y la duración de su adminis- ninguna intervención específica, de forma que los
tración, para mantener el principio de incertidumbre sujetos recibían los cuidados habituales dados por
y no favorecer al nuevo tratamiento, al compararlo sus respectivos médicos de cabecera.
con otro en inferioridad de condiciones. Se trata de
comparar alternativas terapéuticas que, según los Por otro lado, también debe definirse con claridad
conocimientos actuales, podrían estar igualmente la hipótesis que subyace en la comparación. Aunque
indicadas en la situación clínica de estudio. lo más habitual es que la finalidad sea evaluar si un
Cuando se comparan dos tratamientos activos, nuevo tratamiento es más eficaz que el de referencia
suele ser conveniente enmascararlos para prevenir (estudios de superioridad), también puede diseñarse
posibles sesgos. En muchas ocasiones, para lograrlo el estudio para demostrar que no es peor (estudios de
es necesario administrar a los sujetos de cada grupo un no inferioridad) o que ambos son iguales (estudios
placebo de la intervención que recibe el otro grupo de equivalencia), ya que la nueva intervención pre-
(double dummy). En este caso, el placebo no se utiliza senta alguna ventaja adicional sobre la estándar,
como alternativa de referencia, sino tan sólo como como una mayor facilidad de administración o una
una técnica para lograr el enmascaramiento. mayor seguridad. El ejemplo 5.3 ilustra un estudio
de este tipo, puesto que, en caso de que la mono-
Ejemplo 5.3. Consideremos un estudio cuyo obje- dosis no sea inferior, sus ventajas de seguridad y
tivo sea comparar una monodosis de un antibiótico cumplimiento la convertirían en una alternativa
con una pauta de 10 días para el tratamiento de la preferible a una pauta larga.
infección urinaria. Es conocido que la duración de
un tratamiento es un factor que influye sobre su
respuesta. Para neutralizar este efecto, el equipo
investigador decidió asignar aleatoriamente los Definición de la variable
individuos a dos grupos, uno de los cuales recibió de respuesta
la monodosis seguida de comprimidos placebo du-
rante 10 días, mientras que el otro recibió en primer La elección de la variable que se utilizará para evaluar
lugar una monodosis placebo y, a continuación, el la eficacia del tratamiento, cuantificar sus efectos y
tratamiento hasta completar los 10 días. De este mo- compararlos con los del grupo de referencia es clave
do, se consiguió mantener el doble ciego y efectuar para establecer la relevancia clínica de los resultados
una comparación lo más imparcial posible. que se obtendrán.
36
Estudios experimentales I: el ensayo clínico aleatorio Capítulo |5|
Debe seleccionarse la variable más adecuada, puede beneficiarse de ellas. Esto implica que deben
es decir, la que mida los verdaderos resultados de excluirse los sujetos en los que una de las alterna-
importancia e interés para los pacientes, y no sim- tivas sea preferible a la otra, y aquellos en los que
plemente porque sea fácil de medir o porque se cualquiera de las intervenciones esté contraindicada
espera que pueda mostrar cambios o diferencias en o podría presentar interacciones. Además de estos
un corto período de tiempo. criterios generales, pueden establecerse otros crite-
Son variables relevantes para los pacientes la rios de selección para definir una población expe-
calidad de vida o la recuperación de una capacidad rimental más adecuada a los objetivos del estudio.
funcional determinada, por ejemplo. Muchos en- La utilización de criterios de inclusión y exclusión
sayos se centran exclusivamente en los beneficios estrictos conduce a la obtención de una muestra
potenciales de un tratamiento, pero no miden sus homogénea, lo que aumenta la validez interna del
efectos sobre otras variables importantes o incluso estudio, pero, al alejar la población de estudio de la
algunos efectos secundarios y adversos. La medición diana, limita su capacidad de generalización o extra-
de variables que incluyan la perspectiva del paciente polación de resultados. Por otro lado, si se definen
será importante para establecer un adecuado balance criterios muy amplios, la población de estudio será
entre beneficios y riesgos. más representativa de la diana y las posibilidades
También son importantes las variables clínicas, de generalizar los resultados serán mayores, pero
como la supervivencia en el cáncer, las fracturas al ser más heterogénea será más difícil detectar una
vertebrales en la osteoporosis, los síntomas o me- respuesta al tratamiento y se requerirá un mayor
didas funcionales como la frecuencia de la angina número de individuos.
o la tolerancia al ejercicio, o la aparición de sucesos
graves e irreversibles, como el infarto agudo de mio-
Consentimiento informado
cardio (IAM) o el accidente cerebrovascular (ACV),
por ejemplo. Cada vez se utilizan más las llamadas Una vez que se ha comprobado que un sujeto cum-
variables compuestas, que combinan diferentes ple todos los criterios de inclusión y ninguno de los
resultados clínicos en una única variable, lo que de exclusión, antes de incluirlo en el estudio debe dar
permite aumentar el número de desenlaces que se su consentimiento informado para participar en él.
observan. Antes de otorgar su consentimiento, un candidato
Algunos estudios utilizan variables subrogadas debe recibir información, tanto oral como escrita,
como sustitutos de un resultado clínicamente rele- sobre lo que supone la experiencia y las posibles con-
vante. Suelen ser medidas de laboratorio o signos secuencias que pueden derivarse de su participación.
físicos, como la colesterolemia o las cifras de presión Esta información debe incluir como mínimo: a) el
arterial. Sin embargo, existe una importante dis- objetivo del estudio; b) las características básicas del
cusión sobre la adecuación de su uso, ya que en diseño (asignación aleatoria, técnicas de enmascara-
muchas situaciones existen dudas razonables sobre miento, uso de placebo, etc.; c) los posibles efectos
si los cambios producidos en la variable subrogada secundarios; d) los posibles beneficios; e) que el
reflejan adecuadamente los efectos sobre los verda- paciente tiene el derecho de abandonar el estudio
deros resultados de interés, por lo que hay que ser en cualquier momento, y f) que tiene el derecho
especialmente cauteloso en su uso en un ensayo de formular cuantas preguntas desee relacionadas
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
37
Parte |2| Tipos de estudio
de estudio (run-in phase), durante el cual se realiza te tan sólo 245 pacientes fueron asignados aleato-
el seguimiento de los pacientes con diferentes fi- riamente a los dos grupos que se comparaban: un
nalidades. grupo en el que la dosis de amlodipino se aumentó
Por ejemplo, después de obtener su consentimien- a 10 mg/día y otro grupo al que se administró una
to, todos los individuos reciben un placebo (o una combinación de enalapril y nitrendipino. Así pues,
de las intervenciones, si se desea excluir a los sujetos la principal utilidad del período de preinclusión
que presenten efectos secundarios) durante un pe- en este estudio fue seleccionar a los sujetos no res-
ríodo especificado (por lo común, unas semanas), pondedores.
tras el cual los sujetos seleccionados se asignan al
azar a los grupos para iniciar el estudio. El período de preinclusión también puede utili-
zarse para seleccionar a los sujetos que cumplen con
Ejemplo 5.5. En el American Physicians’ Health el tratamiento y las pautas prescritas o para obtener
Study (Hennekens y Eberlein, 1985), diseñado pa- una observación basal más válida y consistente antes
ra evaluar si 325 mg de ácido acetilsalicílico (AAS) de la asignación aleatoria.
administrado a días alternos reduce la mortalidad Para poder interpretar correctamente los hallazgos
cardiovascular en pacientes asintomáticos, los de los estudios con período de preinclusión, es im-
33.223 sujetos que cumplían los criterios de selec- portante señalar las diferencias entre las caracterís-
ción establecidos fueron sometidos a un período de ticas iniciales de los sujetos que han sido excluidos
preinclusión de 18 semanas durante el cual todos durante dicho período y los que son asignados a los
ellos recibieron AAS, de manera que solamente grupos de estudio.
fueron incluidos en el estudio los 22.071 sujetos
que cumplieron con la intervención durante dicho
período y no presentaron efectos secundarios. Estos Asignación aleatoria
participantes fueron asignados aleatoriamente a
dos grupos (AAS y placebo). Como consecuencia En un ECA, los sujetos incluidos en el estudio se
de este proceso de selección tan estricto, a los 57 asignan a los grupos siguiendo un método aleato-
meses de seguimiento, prácticamente el 90% de los rio. Los beneficios de la asignación aleatoria, que
participantes todavía cumplía con la intervención se comentan detalladamente en el capítulo corres-
asignada. pondiente, pueden resumirse en dos principales.
En primer lugar, tiende a asegurar la comparabi-
La exclusión de los individuos incumplidores o lidad de los grupos, de manera que la comparación
de los que presentan efectos secundarios aumenta la entre las intervenciones o tratamientos sea lo más
potencia del estudio y permite una mejor estimación imparcial posible. La asignación aleatoria tiende a
de los efectos globales de la intervención. Sin embar- producir una distribución equilibrada de las varia-
go, aunque aumenta la validez interna del estudio, bles entre los grupos, tanto de las conocidas como
esta estrategia tiene el inconveniente de que limita la de las que no lo son. Esta tendencia es tanto mayor
capacidad de extrapolación de los resultados. cuanto más elevado es el tamaño de la muestra.
En otras ocasiones se utiliza un fármaco activo Cuando se estudian pocos pacientes pueden pro-
en el período de preinclusión con la finalidad de ducirse diferencias entre los grupos, a pesar de que
usar una respuesta intermedia al tratamiento como los sujetos se hayan asignado de forma aleatoria.
criterio de inclusión, por ejemplo, para seleccionar El ejemplo más extremo sería cuando sólo se es-
los sujetos que no han respondido al mismo. tudian dos sujetos; en este caso, asignarlos de forma
aleatoria no aporta ningún beneficio, ya que las
Ejemplo 5.6. Un ensayo clínico tenía por objetivo posibles diferencias entre ambos siguen existien-
comparar la eficacia de dos alternativas terapéuticas do. Así pues, es importante tener presente que la
en pacientes que no hubieran respondido a una asignación aleatoria no garantiza que los grupos
dosis de 5 mg/día de amlodipino (Marín-Iranzo sean similares, sino que aumenta la probabilidad
et al, 2005). Para ello, se diseñó un período de prein- de que lo sean. Existen algunas técnicas, como la
clusión durante el cual los pacientes hipertensos asignación estratificada o por bloques, que pueden
recibieron placebo durante 2 semanas y después ayudar a garantizar la distribución equilibrada de
5 mg/día de amlodipino durante otras 4 semanas. las variables principales.
De los 328 sujetos incluidos inicialmente, 83 fueron En segundo lugar, la asignación aleatoria permite
excluidos en este período porque se controlaron sus la utilización de técnicas de enmascaramiento, que
cifras de presión arterial diastólica o presentaron son muy útiles para obtener una estimación no ses-
acontecimientos adversos, de manera que finalmen- gada de la variable de respuesta.
38
Estudios experimentales I: el ensayo clínico aleatorio Capítulo |5|
Dado que la asignación aleatoria es la clave de un como los investigadores desconocen el tratamiento
ECA, debe realizarse correctamente, de modo que administrado. Cuando ambos grupos reciben un
ni las preferencias del médico ni las del paciente tratamiento activo, suele implicar un doble enmas-
influyan en la decisión del grupo al que éste es asig- caramiento de las intervenciones, recibiendo cada
nado. Por ello, es esencial que se produzca después grupo el tratamiento activo que le corresponde y un
de que el paciente haya sido incluido en el estudio placebo del tratamiento del otro grupo.
y que la secuencia de asignación esté oculta para Por último, existe también la técnica del triple
el investigador, de manera que el conocimiento de ciego, en la que, además, hay otras personas que
los grupos no influya en su decisión de incluirlo en también desconocen el tratamiento que recibe cada
uno u otro. Generalmente, la asignación se realiza sujeto, ya sea el profesional estadístico que analiza-
tras completar una serie de pruebas (cuestionarios, rá los resultados o bien la persona responsable de
examen físico, exploraciones complementarias, etc.) decidir si se suspende un tratamiento por la apari-
para comprobar si los pacientes cumplen o no los ción de reacciones adversas o si debe interrumpirse
criterios de selección. En caso afirmativo, el paciente prematuramente el ensayo.
deberá dar su consentimiento antes de ser incluido. Cuando estos métodos no pueden llevarse a
Una vez cumplidos estos dos requisitos se procederá cabo, puede utilizarse la técnica de la evaluación
a asignar aleatoriamente a los pacientes, pero no enmascarada de la respuesta, o del evaluador ciego.
antes. De este modo, la decisión de incluir o no a Consiste en que la persona que ha de medir la
un sujeto no estará influida por el conocimiento del variable de respuesta desconozca el grupo al que
tratamiento que recibirá. pertenece cada uno de los sujetos, con la finalidad
de que la medición se realice e interprete de la
misma forma en todos ellos. Esta técnica es muy
Técnicas importante cuando la variable de respuesta es
de enmascaramiento blanda e incluye algún elemento de subjetividad
(p. ej., una medida de la intensidad del dolor,
Las expectativas tanto de los pacientes como de los un cuestionario sobre síntomas, la percepción de
investigadores pueden influir en la evaluación de mejoría en relación con una situación previa o
la respuesta observada. Este problema se evita utili- la interpretación de una radiografía). En cambio,
zando las llamadas técnicas de ciego o de enmascara- cuando la variable de respuesta es objetiva (dura),
miento. Se definen como aquellos procedimientos como una medida de laboratorio, esta técnica no
realizados con el fin de que algunos de los sujetos es imprescindible.
relacionados con el estudio (equipo investigador,
participantes, etc.) no conozcan algunos hechos u Ventajas del enmascaramiento
observaciones (básicamente el tratamiento que reci-
be cada sujeto) que pudieran ejercer un cambio en Un investigador puede no ser completamente
sus acciones o decisiones y sesgar los resultados. Un imparcial en la evaluación de la respuesta a las
estudio que no utiliza técnicas de enmascaramiento diferentes intervenciones. Suele existir cierto grado
se denomina ensayo abierto. de escepticismo o prejuicio hacia alguna de ellas.
Incluso si es completamente imparcial, los primeros
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
39
Parte |2| Tipos de estudio
Por ello, siempre que sea posible, y especialmente La aplicación de técnicas de ciego puede ser in
cuando en la medición de la respuesta pueda influir viable cuando se evalúan intervenciones no farma-
el investigador o el paciente, es importante el uso de cológicas.
técnicas de enmascaramiento.
Ejemplo 5.8. Supongamos un estudio cuyo objetivo
es evaluar si el consejo médico efectuado de forma
Limitaciones del enmascaramiento
estructurada es útil en el tratamiento de la depresión
En los estudios farmacológicos, el enmascaramiento posparto, en el que la intervención consiste en va-
se consigue presentando ambos fármacos con un rias visitas al domicilio de las pacientes a cargo de
formato idéntico. Sin embargo, el ciego se puede profesionales sanitarios previamente entrenados. Las
romper fácilmente si tienen una toxicidad o unos pacientes asignadas al grupo de estudio no podrían
efectos secundarios distintos y bien conocidos, estar «ciegas» a la intervención.
o bien por determinada información que se va
recogiendo a lo largo del estudio, por lo que en la El conocimiento, por parte de los individuos, del
práctica el enmascaramiento completo puede ser grupo al que han sido asignados puede conducir
muy difícil de conseguir. a una comparación que no sea imparcial, lo cual
es evidente cuando se compara una pauta frente
Ejemplo 5.7. En un ECA en el que se comparaban a los cuidados habituales, como en el ejemplo
dos fármacos antihipertensivos, los investigadores anterior. Aquellos que se encuentran en el primer
analizaron la concordancia entre la asignación real, grupo saben que están recibiendo «algo especial»,
según el método aleatorio, y la que ellos sospecha- que puede dar lugar a un evidente y no controlado
ban en función de los resultados de laboratorio y las efecto placebo. Sin embargo, esto es algo inherente
reacciones adversas que comunicaba cada paciente. a la propia intervención.
El índice kappa fue de 0,635 (intervalo de confianza Un efecto de signo contrario puede aparecer en
del 95% [IC 95%]: 0,372-0,898), lo que indica una el caso de que los individuos sepan que han sido
concordancia aceptable (García Puig et al, 1995). Es- asignados al grupo de no intervención, e intenten
te ejemplo muestra cómo el método del doble ciego compensarlo cambiando su comportamiento y
puede ser desvelado por determinada información. sus actitudes. Este fenómeno recibe el nombre de
En este caso concreto, la concordancia se basó en contaminación y suele ocurrir en los estudios sobre
la diferente acción de ambos fármacos sobre la ex- hábitos de vida.
creción renal de albúmina y las diferentes reacciones
adversas que comunicaba cada paciente. Ejemplo 5.9. En el Multiple Risk Factor Intervention
Trial (MRFIT) (1982), individuos de mediana edad
De estos resultados surgen dos interrogantes: ¿ha con un riesgo elevado de padecer cardiopatía is-
podido influir en los resultados globales el eleva- quémica fueron asignados de forma aleatoria con el
do tanto por ciento de aciertos del grupo al que fin de evaluar si la intervención simultánea sobre
pertenecía cada sujeto? ¿Cómo se puede mejorar el tabaco, la dieta y la presión arterial prevenía la
el método doble ciego? En el ejemplo, como co- enfermedad. En el grupo experimental, el control de
mentan los autores del estudio, la mayoría de los la hipercolesterolemia y de la hipertensión arterial,
efectos adversos aparecieron tarde y los análisis de así como los consejos dietético y antitabaco, estaba
microalbuminuria se conocieron a los 6 y 12 meses a cargo de un grupo de profesionales altamente
de la asignación aleatoria, por lo que difícilmente especializados, mientras que en el otro grupo era
pudieron condicionar los resultados. llevado a cabo por sus respectivos médicos de ca-
El método de doble ciego puede perfeccionarse becera. Los investigadores esperaban que el grupo
mediante la ocultación de datos no relevantes para experimental conseguiría reducir sus cifras de coles
el cuidado del paciente. En el ejemplo anterior, terol en un 10% si éste era mayor de 220 mg/dl, y
los valores de microalbuminuria podían haberse un 10% en la presión diastólica inicial en el caso
comunicado al equipo investigador cuando el es- de que fuera mayor o igual a 95 mmHg, mientras
tudio hubiese finalizado. El doble ciego también que en el grupo control, tanto el colesterol como
puede perfeccionarse con la participación de dos la presión arterial permanecerían estables. También
observadores en la evaluación y el desarrollo del se esperaba que el número de cigarrillos fumados
estudio, de forma que uno de ellos no pueda tener disminuiría en ambos grupos, aunque de manera
acceso a información reveladora del fármaco admi- más pronunciada en el experimental. Sin embargo,
nistrado antes de conocer el código de asignación las predicciones no se cumplieron, y en el grupo
aleatoria. control los valores de los distintos factores de riesgo
40
Estudios experimentales I: el ensayo clínico aleatorio Capítulo |5|
también disminuyeron, siempre en la misma direc- clínicas marcadas con una etiqueta, con el fin de que
ción y casi con la misma intensidad que en el grupo el médico les recordara la conveniencia de practicar el
de intervención. La dilución del efecto hizo que no examen; en el tercero no se realizó ninguna inter-
se encontraran diferencias significativas entre ambos vención especial. La variable de respuesta analizada
grupos. El tipo de intervención que se evaluaba en el fue la práctica del examen preventivo durante el año
MRFIT hacía imposible la utilización de técnicas de que duró el estudio.
enmascaramiento, por lo que una de las hipótesis
podría ser que los sujetos o los médicos, al conocer Los principales resultados fueron los siguientes:
la intervención, cambiaran su comportamiento en la citología se había practicado al 32% de las mu-
lo referente al ejercicio, el tabaco o la dieta. jeres del primer grupo, al 27% de las del segundo
grupo y al 15% de las del tercer grupo. La mayoría
En el cuadro 5.2 se enumeran las situaciones en de las personas del primer grupo que acudieron al
las que no es posible o no es conveniente la utiliza- centro para la realización del examen preventivo, lo
ción del doble ciego. hicieron durante las primeras 8 semanas del estudio.
En el segundo grupo, la citología se fue practicando
durante todo el año, a medida que las participantes
Seguimiento de los sujetos acudían al centro. Sin embargo, sólo el 73% de las
mujeres asignadas a este grupo consultó con sus res-
La comparabilidad conseguida con la asignación pectivos médicos durante el año de duración, por lo
de los sujetos debe mantenerse a lo largo de todo el que más de una cuarta parte no tuvo la oportunidad
estudio. Por ello, la pauta de visitas y exploraciones de ser visitada. Por el contrario, todas las mujeres
ha de ser idéntica para todos los participantes. del grupo que recibió la carta fueron visitadas y
tuvieron la oportunidad de que se les practicara
Ejemplo 5.10. Consideremos un estudio cuyo obje- la citología de cérvix. El tiempo de seguimiento,
tivo era analizar si los métodos de citación sistemá- como comentan los propios autores, no fue el más
ticos para la práctica de un examen preventivo, en adecuado para el segundo y el tercer grupos. Si se
concreto una citología de cérvix, eran más efectivos hubiera prolongado por espacio de 2 o 3 años, el
que uno no sistemático, y cuál de los dos métodos porcentaje de respuestas quizá habría aumentado
sistemáticos era el más efectivo (Pierce et al, 1989). en ellos.
La metodología empleada fue la de ECA, y su dura- El seguimiento debe adecuarse a cada problema
ción fue de un año. Las pacientes procedían de un concreto y ser lo suficientemente prolongado como
centro de salud, y la intervención consistió, para el para permitir que se presente la respuesta esperada.
primer grupo, en el envío de una carta en la que se En algunos casos será de pocas semanas, como
las invitaba a acudir al centro para el examen; las sucede con las infecciones urinarias. En otros, se
participantes del segundo grupo poseían historias alargará durante años, en especial cuando se evalúan
medidas de prevención primaria. Cuanto menor sea
el tiempo de seguimiento, más fácil será mantener el
contacto con los participantes, así como el interés y
Cuadro 5.2 Situaciones en las que no la motivación de los investigadores por el estudio,
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
41
Parte |2| Tipos de estudio
de los motivos y del hecho de que su respuesta a ejemplo ilustra cómo, aunque se haya producido un
la intervención sea distinta de la observada en los mismo número de pérdidas en ambos grupos, si sus
individuos que finalizan el estudio. motivos son diferentes, pueden introducir un sesgo
en los resultados.
Ejemplo 5.11. Supongamos un ECA en el que se
incluyen 200 sujetos, asignados a dos grupos de 100 Dado que las pérdidas pueden ser una indica-
individuos cada uno. Finalizan 80 en cada grupo, de ción de cómo reaccionan los individuos a las in
los que 40 han presentado un resultado positivo, por tervenciones, deben ser claramente descritas para
lo que la eficacia ha sido del 50% en ambos grupos poder evaluar su impacto potencial sobre los re-
entre los sujetos que han finalizado el estudio. Sin sultados.
embargo, este resultado puede estar sesgado por La propuesta CONSORT, que presenta reco-
las pérdidas que se han producido. Supongamos mendaciones para mejorar las publicaciones de
que los 20 sujetos que se pierden en el grupo A lo los ECA, incluye un gráfico que representa el flujo
han hecho por motivos no relacionados con el es- de pacientes a lo largo del estudio y que permite
tudio, de forma que 10 de ellos han presentado un una rápida apreciación de cómo se ha desarrollado
resultado positivo. Por tanto, la eficacia en los 100 (fig. 5.2).
pacientes del grupo A es de (40 + 10)/100 = 50%. También debe preverse la posibilidad de que
Por el contrario, las pérdidas en el grupo B no se determinados sujetos deban ser retirados del es-
han producido al azar, sino que se han debido a los tudio por efectos secundarios o por una ausencia
efectos secundarios de la intervención, de forma que de respuesta al tratamiento que reciben. En es-
en ninguno de ellos se ha observado un resultado tos casos, debe estar prevista la intervención que
positivo. Por consiguiente, la eficacia en los 100 in- recibirán al ser excluidos del estudio (medicación
dividuos del grupo B es de (40 + 0)/100 = 40%. Este de rescate).
Figura 5.2 Diagrama de flujo de pacientes en un ensayo clínico aleatorio de acuerdo con las directrices CONSORT.
42
Estudios experimentales I: el ensayo clínico aleatorio Capítulo |5|
alternativa es evaluar a todos los pacientes según el Ejemplo 5.12. El American Physicians’ Health Study
principio conocido como análisis por intención de tratar es un ensayo clínico doble ciego controlado con
o según asignación aleatoria, es decir, manteniendo placebo, diseñado para evaluar si 325 mg de ácido
cada sujeto en el grupo al que ha sido asignado, inde- acetilsalicílico (AAS) administrado a días alternos
pendientemente de si ha cumplido o no con la inter- reduce la mortalidad cardiovascular en pacientes
vención asignada o de si ha recibido otro tratamiento asintomáticos. Algunas de sus características se han
diferente al asignado. Esta estrategia de análisis se comentado en el ejemplo 5.5. El estudio se suspendió
considera la única válida en un ensayo clínico, ya que, de forma anticipada tras un promedio de 60,2 meses de
además de mantener la comparabilidad de los grupos, seguimiento de los 22.071 participantes, al observarse
es la más conservadora, en el sentido de que es la op- una importante reducción relativa del riesgo de IAM
ción con la que resulta más difícil obtener resultados del 44% en el grupo de AAS en relación con el de
positivos favorables a la nueva intervención. placebo (riesgo relativo = 0,56; IC 95%: 0,45-0,70;
Las exclusiones que se producen antes de la p < 0,00001). Se consideró que la evidencia de que el
asignación aleatoria no originan ningún sesgo en AAS reducía el riesgo de IAM era suficientemente con-
la comparación de los datos, es decir, no afectan a la cluyente para justificar la finalización anticipada del
validez interna. Sin embargo, es importante conocer ensayo, a pesar de que las pruebas sobre la incidencia
43
Parte |2| Tipos de estudio
44
Estudios experimentales I: el ensayo clínico aleatorio Capítulo |5|
de familia de Canadá. Los 609 pacientes incluidos intervenciones (fig. 5.3). En los ensayos de equi-
fueron asignados a dos grupos, y de cada uno se rea valencia, si todo el intervalo cae dentro del rango
lizó el seguimiento con una de las estrategias que se de equivalencia definido por el valor delta prefi-
comparaban. La asignación fue aleatoria, estratifica- jado, puede concluirse que las intervenciones son
da por médico y por bloques de 8 pacientes para ase- equivalentes, con una escasa probabilidad de error,
gurar que cada médico tenía un número de pacientes mientras que si cae fuera de dicho rango, se concluye
similar en cada grupo. El diseño fue planteado como que no son equivalentes. En el resto de situaciones,
un estudio de equivalencia, con la hipótesis de que los resultados del estudio no son concluyentes. En los
la verdadera diferencia en el porcentaje de pacientes ensayos de no inferioridad, el enfoque es similar,
controlados entre los grupos sería inferior al 10%. A pero se tiene en cuenta tan sólo el margen de no
los 3 años de seguimiento, el porcentaje de pacientes inferioridad definido por el valor delta.
controlados, el grado de satisfacción y el cumplimiento Por otro lado, en los estudios de superioridad,
del tratamiento fueron similares en ambos grupos, sin la estrategia de análisis por intención de tratar
diferencias relevantes ni estadísticamente significativas. es la más conservadora, ya que la inclusión en el
Los autores concluyeron que la estrategia de segui- análisis de los sujetos que no han cumplido el pro-
miento de visitas cada 6 meses es suficiente, ya que es tocolo tiende a hacer más similares los resultados
equivalente a la de cada 3 meses. de ambos grupos. Sin embargo, en los estudios de
equivalencia y no inferioridad, de lo que se trata
El análisis de los resultados de estos estudios se es precisamente de evitar cualquier influencia que
basa en el cálculo del intervalo de confianza de la pueda hacer que los grupos parezcan más similares
diferencia en la respuesta observada con ambas de lo que son en realidad, por lo que el análisis por
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 5.3 Interpretación de los resultados de un ensayo según la hipótesis del estudio.
45
Parte |2| Tipos de estudio
intención de tratar no es el más adecuado. En cam- La actitud explicativa consiste en establecer criterios
bio, el análisis por protocolo tiende precisamente de selección muy estrictos, que definan una pobla-
a resaltar cualquier diferencia entre los grupos más ción muy homogénea, con escasa variabilidad, buena
que a disminuirla, por lo que es preferible en estos cumplidora, en la que sea más fácil obtener datos de
estudios, aunque en algunas ocasiones, dependien- calidad y en la que exista una mayor probabilidad
do de los motivos por los que se han producido de encontrar un efecto o una asociación, si existe.
las violaciones del protocolo, también puede dis- Esta actitud tiene algunos inconvenientes, ya que si
torsionar los resultados hacia la conclusión de no los criterios son muy estrictos, puede no encontrarse
diferencia. Por ello, es preferible realizar ambas un número suficiente de sujetos o no detectarse un
estrategias de análisis y esperar que coincidan, así efecto en un determinado subgrupo por no haberse
como recoger información detallada de todos los considerado antes. Además, se trata de una población
sujetos incluidos, lo que permitirá una mayor flexi- altamente seleccionada, lo que dificulta la generaliza-
bilidad en el análisis y proporcionará una base más ción o extrapolación de los resultados. Precisamente
fuerte para la conclusión del estudio. ésta es una de las principales limitaciones de los ECA,
tal como se realizan habitualmente, como base para
la elaboración de recomendaciones terapéuticas.
La actitud pragmática consiste en establecer unos
Ensayos pragmáticos criterios de selección amplios, que definan una pobla-
y ensayos explicativos ción heterogénea, más representativa de la población
general. Su inconveniente es que se pierde cierto grado
Como se ha podido comprobar, al diseñar un ECA de control sobre la situación y puede diluir o enmas-
deben tomarse múltiples decisiones, como cuál es el carar una asociación o un efecto existentes, por lo que
comparador, qué criterios de selección deben utili- se complica la interpretación de los resultados.
zarse, cuál es la pauta de seguimiento más adecuada, No hay un acuerdo sobre cuál de ambas actitudes
etc. En general, en el diseño pueden adoptarse dos es la más aconsejable. La elección de una u otra de-
posturas contrapuestas: explicativa y pragmática penderá de la propia actitud del investigador y del
(tabla 5.1). objetivo concreto que se desee alcanzar.
Tabla 5.1 Actitud explicativa y actitud pragmática en el diseño de un ensayo clínico aleatorio
46
Estudios experimentales I: el ensayo clínico aleatorio Capítulo |5|
Bibliografía
Argimon JM. La ausencia Dasgupta A, Lawson KA, Wilson Fletcher RH. Evaluation of
de significación estadística en JP. Evaluating equivalence and interventions. J Clin Epidemiol.
un ensayo clínico no significa noninferiority trials. Am J Health 2002;55:1183-90.
equivalencia terapéutica. Med Syst Pharm. 2010;67:1337-43. García Alonso F, Guallar E, Bakke
Clin (Barc). 2002;118:701-3. Djulbegovic B, Clarke M. OM, Carné X. El placebo
Bakke OM, Carné X, García Scientific and ethical issues en ensayos clínicos con
Alonso F. Ensayos clínicos con in equivalence trials. JAMA. medicamentos. Med Clin
medicamentos: fundamentos 2001;285:1206-8. (Barc). 1997;109:797-801.
básicos, metodología y práctica. Elie C, De Rycke Y, Jais JP, García López FJ, Gutiérrez Bezón
Barcelona: Doyma; 1994. Marion-Gallois R, Landais P. S, Galende Domínguez I,
Boissel JP. Planning of clinical Methodological and statistical Avendaño Solá C. Evaluación
trials. J Intern Med. aspects of equivalence and non de calidad de los ensayos
2004;255:427-38. inferiority trials. Rev Epidemiol clínicos: justificación, utilidad e
Charlton BG. Understanding Sante Publique. 2008;56:267-77. inconvenientes. Med Clin (Barc).
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
47
Parte |2| Tipos de estudio
equivalence or noninferiority: Systematic Reviews, and Sackett DL, Straus SE, Richardson
methodological and statistical Guidelines in Interventional WS, Rosenberg W, Haynes RB.
concepts linked to quality. Am Pain Management: Part 2: Evidence-Based Medicine: how
Heart J. 2003;146:398-403. Randomized Controlled Trials. to practice and teach EBM.
Green SB. Design of randomized Pain Physician. 2008;11:717-73. 2nd ed. London: Churchill
trials. Epidemiol Rev. McMahon AD. Study control, Livingstone; 2000.
2002;24:4-11. violators, inclusion criteria Sacristán JA, Soto JA, Galende I.
Guyatt G, Rennie D, editors. and defining explanatory and Evaluación crítica de ensayos
Users’ Guides to the Medical pragmatic trials. Stat Med. clínicos. Med Clin (Barc).
Literature: a manual for 2002;21:1365-76. 1993;100:780-7.
evidence-based clinical practice. Moher D, Jadad AR, Nichol G, Schulz KF, Altman DG, Moher
Chicago: American Medical Penman M, Tugwell P, Walsh D. Allocation concealment
Association; 2002. S. Assessing the quality of in clinical trials. JAMA.
Hollis S, Campbell F. What is randomized controlled trials: 2002;288:2406-7.
meant by intention to treat an annoted bibliography of Schultz KF, Chalmers I, Hayes
analysis? Survey of published scales and checklists. Control RJ, Altman DG. Empirical
randomised controlled trials. Clin Trials. 1995;16:62-73. evidence of bias: dimensions
BMJ. 1999;319:670-4. Moher D, Jadad AR, Tugwell of methodological quality
Jiménez Villa J, Argimon Pallàs P. Assessing the quality of associated with estimates of
JM. Ensayos de equivalencia randomized controlled trials. treatment effects in controlled
y no-inferioridad. En: Jiménez Current issues and future trials. JAMA. 1995;273:408-12.
Villa J, Argimon Pallàs JM, directions. Int J Technol Assess Scott IA. Non-inferiority trials:
Martín Zurro A, Vilardell Health Care. 1996;12:195-208. determining whether
Tarrés M, editors. Publicación Moher D, Schulz KF, Altman DG. alternative treatments are
científica biomédica: cómo The CONSORT statement: good enough. Med J Aust.
escribir y publicar un artículo revised recommendations for 2009;190:326-30.
de investigación. Barcelona: improving the quality of reports Stanley K. Design of randomized
Elsevier; 2010. p. 161-74. of parallel group randomised controlled trials. Circulation.
Jiménez Villa J, Argimon Pallás JM. trials. The CONSORT Group. 2007;115:1164-9.
Análisis e interpretación de un Lancet. 2001;357:1191-4. Stanley K. Evaluation of
ensayo clínico. Formación Montori VM, Guyatt GH. randomized controlled trials.
Médica Continuada FMC. Intention-to-treat principle. Circulation. 2007;115:1819-22.
2009;16:261-71. CMAJ. 2001;165:1339-41. Temple R, Ellenberg SS.
Jones B, Jarvis P, Lewis JA, Ebbutt Pablos Méndez A, Barr G, Shea S. Placebo-controlled trials and
AF. Trials to assess equivalence: Run-in periods in randomized active-control trials in the
the importance of rigorous trials: implications for the evaluation of new treatments.
methods. BMJ. 1996;313:36-9. analysis of results in clinical Part 1: ethical and scientific
Kienle G, Kiene H. The powerful practice. JAMA. 1998;279:222-5. issues. Ann Intern Med.
placebo effect: fact or fiction? J Peduzzi P, Henderson W, Hartigan 2000;133:455-63.
Clin Epidemiol. 1997;50:1311-8. P, Lavori P. Analysis of Walach H, Sadaghiani C,
Lachin JM. Statistical randomized controlled trials. Dehm C, Bierman D. The
considerations in the Epidemiol Rev. 2002;24:26-38. therapeutic effect of clinical
intent-to-treat principle. Pocock SJ. When to stop a clinical trials: understanding placebo
Control Clin Trials. trial. BMJ. 1992;305:235-40. response rates in clinical
2000;21:167-89. Roland M, Torgerson BJ. What trials: a secondary analysis.
Manchikanti L, Hirsch JA, Smith are pragmatic trials? BMJ. BMC Med Res Methodol.
HS. Evidence-Based Medicine, 1998;316:285. 2005;5:26.
48