Aunque desde hace muchos años se ha reconocido que el plomo se acumula en el
hueso, se tenía la idea de que se trataba de un secuestro, de un depósito con una sola vía, en el cual se iba acumulando el plomo removido de la circulación y de los tejidos blandos.14 Se trata de un concepto totalmente incorrecto, ya que el depósito y la remoción del plomo en hueso sigue exactamente la activa fisiología del calcio que está sometida a los efectos de factores generales, tales como la nutrición y el ejercicio, y de factores específicos como las influencias hormonales y metabólicas esquematizadas en la figura 1