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SECCIN DE OpRas DE FILOSOFIA ot ME NS i EL POSITIVISMO LOGICO "COPIA NO COMERCIAL | Autorizada s6lo con fines académicos | (Art. 47-Ley 17.336) | EL POSITIVISMO LOGICO compitado por A. J. AYER COPIA NO COMERCIAL Autorizada sélo con fines académicos | (Art. 47-Ley 17.336) Primera edicin en ingles 196 Primera edicion en espa Primera teimpresion, 1978 Segunda reimpresién, 1981 Tercera reimpresion, 199 Traducion de Laima, U. Faso, CN. Muss FM Tomany R, Roz Ha Free Pres of hia 1: Carron Eeonsaucs, SA. DEGY DR Foss 14800 México, DF 4-15), 28088 Madrid s/n. (Edit, Indubuilding-Goteo, ISBN-SEI7501334 nM, $503:199 Depesit PREFACIO Este volumen, intitulado Positivismo légico, presenta, por pri mera vez en espaiiol, muchos de los trabajos que han ejercido mayor injluencia entre los realizados por los miembros mds destacados del Circulo de Viena; estos y otros articulos con. tienen exposiciones autorizadas' de las’ teorias mds. comin. mente asociadas con el positivismo ldgico; sin embargo, por razones que explica en su Introduccién el profesor Ayer, también se han incluido algunos trabajos que no se pueden considerar como exposiciones ni defensas del positivismo logico. Asimismo, el campo que abarca la bibliografia es mas amplio de lo que el titulo del libro podria sugerir, pues se consideré conveniente catalogar los libros y articulos mds importantes que tratan de todos los tipos de filosofia anali. tica, y no sdlo del positivismo logico. Deseo expresar mi gratitud a muchos de mis alumnos por haberme ayudado a recoger la bibliografta, y a Leon Satinoff, Maxwell Grover y José Huerta Jourda por preparar el indice analitico; estoy en deuda con un especial agradecimiento a los profesores Carnap y Hempel por haber proporcionado notas que indican su posicion actual ante los problemas que tratan en sus trabajos. Pau Epwarps INTRODUCCION DEL COMPILADOR 1 Historia det movi niento del positivismo légico Hace unos treinta afios se acuid el témino “positivismo légico"” para caracterizar el punto de vista de un grupo de fildsofos, hom bres de ciencia y matematicos que se denominaron a s{ mistnos, el Cireulo de Viena. Desde entonces, su significado se ha extendido hasta abarcar a otras formas de Ja filosofia analitica; de esta manera, los discipulos de Bertrand Russell, G. E. Moore o Ludwig Wittgenstein en Cambridge, 0 1os miembros del movimiento. com tempordneo de Oxford sobre anilisis lingilisticos, pueden hallarse faracterizados también como positivistas légicos. Este uso mas Amplio del término resulta favorecido, especialmente por quienes Son hostiles a todo el moderno desarrollo de Ia filosofia como luna investigacion mas bien analitica que especulativa, los que desearian incluir a todos sus adversarios en un mismo saco. Esto €xacerba a los mismos analistas, quienes son bastante mas deli- cados en cuanto a sus diferencias; ellos preferirian que se re- Servara la denominacién de “positivismo légico” a quienes com: Parten el punto de vista especifico del Circulo de Viena. Al Compilar esta antologia, no he sido tan estricto; he recurrido primordialmente a los escritos de los miembros del Cireulo de Viena, 0 de quienes sostienen una postura muy cercana a ellos, Pero también inclui varios trabajos que quedan fuera de este €ampo. En cierto modo, todos son analistas, pero el ambito de 10 que considero como filosofia analitica es muy extenso; Permite desacuerdos graves no sélo acerca de sutilezas en los Procedimientos técnicos, sino sobre puntos tedricos importantes, incluyendo el método y el propésito del andlisis mismo, El Circulo de Viena surgié a principios de la década de 1920 8 1930, cuando Moritz Schlick, en torno del cual se agrupé, llegé de Kiel para ocupar la catedra de filosofia en la Universidad de Viena. En el aspecto filosofico sus principales miembros —ade- mas del mismo Schlick— fueron Rudolf Carap, Otto Neurath Herbert Feigl, Friedrich Waisman, Edgar Zilsel y Victor Kraft; en 1 aspecto cientifico y matemético, Philipp Frank, Karl Menger, Kurt Gédel y Hans Hahn; al principio, constituia mas bien un eentro de reunion que un movimiento organizado. Al advertit que se tenfa un comin interés por un determinado conjunto de problemas y una actitud comin hacia ellos, sus miembros se Feunieron con regularidad para discutirlos, Estas reuniones se con tinuaron durante toda la existencia del Circulo, pero complemen: téndose con otras actividades tales, que transformaron el centro de reunién en algo mas parecido ‘a un partido politico; dicho Proceso comenz6 en 1929 con la publicacién de un manifiesto titulado “Wissenschaftliche Weltauffassung, Der Wiener Kreis” 9 10 INTRODUCCION DEL COMPILADOR re ostura filoséfica del grupo y una Circulo a sf propio, en la historia de Ia filosofia. Después de BS eta un nl en or a FSse Bont Macy tod Botrignn no ebtnie 3 te Pie acess ieee Santee + Vaila Perl y Hilbert, y como moralistas ysocidlogos de tendencia 7 marmeeE cares atiageimupe a de la obra de estos autores; asi, por ejemplo, oa ace ‘autores del folleto seleccionan tee Tos contemporsneos, los autores del folleto seleccioncr, 1 punto de tina xposictn breve de lap a Einstein, Russell y Wittgenstein por sus afinidades cin © Circulo de Viena y por la influencia que ejercieron sobre 0 ra ea ci so kent ane nl ett ogi sete Sin eae ts Ven co Sri of Ven er mS Bree Gah ye cae ser coi ne rp em crane Se INTRODUCCION DEL COMPILADOR un bros del Circulo, sobre todo Neurath, consideraron perturba. dora, pero en su conjunto lo aceptaron y la obra se destaco como la exposicién mas poderosa y estimulante, aunque realmente no la mas Iicida, de su punto de vista. Witigenstein no se adhirid oficialmente al Circulo, pero mantuvo estrechas relaciones. per. sonales, por lo menos con Schlick y Waismann, en quienes siguié influyendo con posterioridad a su partida hacia Cambridge en 1929. En Cambridge, donde ensefié hasta 1947, cuatro afios antes de su muerte, ejercié una influencia casi despética sobre sus discfpulos, y aunque durante aquellos afios no publicé nada, salvo tun breve articulo, casi toda la generacién joven de fildsofos in- gleses sintid poderosamente su influencia, El mismo modified én alto grado el rigor de su primer positivismo como se puede apreciar comparando el Tractatus con sus Philosophical Inves- tigations, publicadas péstumamente y a su influencia, aunada ala de Moore, puede uno en gran parte atribuir la preocupacién de los fildsofos ingleses contemporaneos por los usos cotidianos del lenguaje y Ia tendencia a tratar los problemas filosdficos de tina manera no sistematica pero ilustrativa, en contraste con el método més riguroso y supuestamente cientifico, favorecido Por el Circulo de Viena; ésta cs una de las razones’ por la cual ho les place que se les llame positivistas Iégicos. Mas adelante habré de afiadir algo acerca de estas concepciones alternativas del andlisis. También en 1929, el Circulo de Viena organizé su primer cor: greso internacional el cual se celebré en Praga, y entre 1930 y 1940 le sucedieron nuevos congresos en Kénigsberg, Copenhague, Praga, Paris y Cambridge. Estas reuniones fomentaron la aspira ién del Circulo para convertir al positivismo légico en un mo- vimiento internacional; ya con anterioridad habia establecido tuna alianza con la llamada Escuela de Berlin, cuyos principales miembros eran Hans Reichenbach, Richard’ von Mises, Kurt Grelling y en fecha posterior, Carl’ Hempel, Los congresos les Permitieron entrar en contacto también con filésofos escandina- Vos, como Eino Kaila, Arne Naess, Ake Petzill, Joergen Joer gensen y con Ia escuela de empiristas de Upsala; con el grupo holandés reunido en torno del fildsofo Mannoury, que se dedicaba al estudio de lo que lamabax “significos”; con el grupo de 16- gicos de Miinster dirigido por Heinrich Scholtz; con simpatizan- tes norteamericanos como Nagel, Charles Morris y Quine y con analistas britanicos con diversos matices de opinién, como Susan Stebbing, Gilbert Ryle, R. B. Braithwaite, John Wisdom y yo mismo. El talentoso fildsofo de Cambridge, F. P. Ramsey se dis. tinguié como partidario del_movimiento, pero fallecié en 1930 a la temprana edad de 26 afios; también se formé una alianza con los grupos sumamente importantes de filésofos y légicos polacos, cuyas figuras més prominentes quiz4s hayan sido Lu- kasiewicz, Lesnievsky, Chwistek, Kotarbinski, Ajdukiewicz y 2 INTRODUCCION DEL COMPILADOR ‘Tarski. La influencia de la obra de Tarski fue notablemente po- derosa, en especial sobre Carnap. El espiritu misionero del Circulo encontré una salida més en sus publicaciones; en 1930 se hizo cargo de una revista titulada Annalen der Philosophie, la denominaron Erkenntnis y bajo la direccién de Carnap y Reichenbach se convirtié en el érgano principal del movimiento positivista. En los afios siguientes tam bign aparecié. una serie de monografias con el titulo colectivo de Einheitswissenschaft (‘Ciencia unificada”), asi como una se rie de libros, bajo la direccién general de Schlick y de Philipp Frank y con el titulo colectivo de Schriften zur Wissenschaftliche Weltauffassung. En ella, Schlick mismo publicé un libro sobre ética cuyo primer capitulo se incluye en este volumen y Frank tun libro sobre la ley de causalidad y sus limites; entre los demas libros que aparecieron en ella, figuran un importante estudio de Carnap sobre la sintaxis légica del lenguaje, al cual tendré nueva ocasion de referirme, una obra sobre sociologia, de Neurath, con algunas tendencias marxistas, y Ia famosa Logik der For- schung, de Karl Popper, consagrada a la filosofia de la ciencia; de hecho, Popper no era miembro del Circulo y nunca dese6 que se lo clasificara como positivista, pero las afinidades entre él y los positivistas a quienes criticaba, son més sorprendentes que las Uivergencias y de cualquier manera, los miembros del Circulo no siempre concordaron en todos los puntos. ‘Aun cuando el movimiento del positivismo Iogico gané durante el decenio transcurrido entre 1930 y 1940 mayor fuerza, el Circulo ‘de Viena en s{ mismo estaba ya en proceso de disolucién. En 1933, cuando yo asisti a sus reuniones, Carnap_y Frank habian aceptado cétedras en la Universidad de Praga, y Schlick, Neurath, Waisman y Habn eran quienes sostenfan’ principalmente tas discusiones; sin embargo, Hahn murié en 1934 y dos afios mas tarde Schlick fue asesinado, a Ia edad de 54 afios, por un estu- dignte desequilibrado que le disparé. un tiro cuando entraba la Universidad. El tono hostil de las necrologias que en la prensa gubernamental dedicaron a Schlick en las que casi se argiifa que Tos positivistas Iégicos merecian ser asesinados por sus discf- pulos, presagiaba los problemas que no tardarfan en abatirse Sobre el Circulo: con excepcién de Neurath, que habia partici. pado en el Gobierno Espartaquista revolucionario de Munich al ferminar la primera Guerra Mundial, sus miembros no habian intervenido activamente en la politica, pero su temperamento ritico y cientifico los hizo sospechosos ante los gobiernos cle- Ficales de derecha de Dolfuss y de Schuschnigg, y mas atin ante los nazis. La mayoria se vio obligada a ir al exilio; el advent miento del nazismo también fue fatal para la Escuela de Berlin, los grupos polacos fueron desorganizados por la guerra. Neurath, Que se habia refugiado en Holanda, hizo un valeroso intento para mantener vivo el movimiento; se cambié-el titulo de Erkenninis INTRODUCCION DEL COMPILADOR B ee: co mere ace preparativos pom aly Ta Univer. pero con el estallido de la guerra y la muerte de Neurath en Inglaterra unos afios mas tarde, el movimiento perdié su co- En realidad, ya se habia publicado la mayur parte de los voli- menes destinados a formar la. Encyclopedia, pero el Journal o Unified Science tards poco en dejar de aparsceey no 36 ae, itado; ademas de Carnap, aun estin en universidades de los Estados Unidos Feigl, Gédel, Frank, Hempel y Tarski; Waisman ¥ Popper en universidades inalesas. Scholtz ha permanecido en Minster y Kotarbinski y Adjukiewicz en Polonia; Victor Krait volvié a su cétedra de filosofia cn la Univérsidad de Viena. Sin embargo, por grande que sca la influencia que estos filosofos Puedan efercer individualmente, no constituyen una escuela, En este sentido, el movimiento del positivismo logico se ha disuelto. Sin embargo, su tradicion ha. continuados especialmente, ch Inglaterra, Escandinavia y los Estados Unidos, En Escandinavia von Wright, discipulo de Wittgenstein, a quien sucedié durante algin tiempo como profesor de filosofia en Cambridge, se unid Diicsinaticteicinaly scrote apiece Gare direccién de Hedenius, Segerstedt y Marc-Wogau, con el apoyo del 16gico Wedberg, de Estocolmo, y Arne Naess contintia en Oslo ‘sus investigaciones sociolégicas sobre los usos ordinarios del Jenguaje. Petzill continué ensefiando en Lund hasta su. muerte en 1957, y Joergensen ensefia todavia en Copenbague, aunque su positivismo se ha modificado por una inyeccién de marxismo. En los Estados Unidos, algunos filésofos, como Quine, Nagel y Nelson Goodman, cultivan el anélisis I6gico con un espiritu cen. tifico sistemético que probablemente esta més cerca de la idea original del Circulo de Viena que todo lo que podamos encontrar en Ia actualidad en cualquier sitio. En este aspecto son especial- mente notables el libro de Goodman, The Structure of Appearance (4951) y la coleccién de ensayos de Quine, From a Logical Point of View (1952). Su interés activo por la ldgica simbdlica tambien oloca a Quine y a Goodman en relacién con Tarski, Gdde, Church y otros miembros del importante grupo contemporanes de l6gicos estadounidenses. Carnap y sus discipulos sustentan el mismo punto de vista, prinipsimente Barsillel, quien actual mente da clases en la Universidad de Jerusalén, yFeigl y Hempel tres flésofos de los Estados’ Unidos, come Norman Malcom Max Black, Morris Lazerowitz y C. L.’Stevenson, deben. mucho a la influencia de G. E. Moore o del ultimo Wittgenstein y, en consecuencia, muestran ante los problemas filos6ficos una. acti tud més préxima a la de las escuelas inglesas contempordneas, INTRODUCCION DEL COMPILADOR 4 pesar dol ejemplo de Bertrand Russell, no existe actualmente, contre los fildsofos ingleses, el mismo interés por la l6gica formal ni por Ja opinién de que los procedimientos técnicos simbélicos son ttiles para aclarar problemas filoséficos, que el que existe en los Estados Unidos; tampoco hay el mismo afin por rela Cionar a la filosofia con la ciencia. Mi propio libro, Language Truth and Logic, cuya primera edicién data de 1936, contribuyé ‘a difundir entre el pablico en general lo que podemos Tamar 1a posicion clasica del Circulo de Viena, pero desde Ia guerra, en Inglaterra prevalece la tendencia a remplazar este positivismo jntransigente, con su rechazo general de la metafisica, su respeto por el método cientifico y su supuesto de que mientras los pro Piemas filosdficos sean absolutamente autenticos, se pueden re solver definitivamente mediante el andlisis légico, por una acti- tad filosdfica empirica en el sentido politico, en el sentido de que Burke fue un paladin del empirismo. Se desconffa de las feneralizaciones, se multiplican los ejemplos particulares vse procede con ellos a una diseccién minuciosa. Se hace el intento fe aclarar todos los aspectos de un problema antes que forjar {na solucion; el sentido comén réina como un monarca cons fitucional sino como un monarca absoluto y las teorias filosé ficas son sometidas a Ia piedra de toque de la manera como efectivamente se usan las palabras. Ya no se trata al metafisico Como a un delincuente, sino como a un enfermo: probablemente Cxiste alguna buena razén para que diga las extrafias cosas que dice. Esta técnica terapéutica, como se la ha llamado, esté bas: tante bien expuesta en la obra de John Wisdom, actualmente profesor en Cambridge, cuyas obras con articulos seleccionados. Biner Minds y Philosophy and Psycho-Analysis aparecieron en 1952 y 1953, Gilbert Ryle practica una forma mds vigorosa de terapia; profesor de metafisica en Oxford, es autor de Concept Of Mind (1949), que constituye un ataque al mito cartesiano de tt fartasma en la maquina”, obra que ha tenido una influencia muy grande. Rvle comparte con Wisdom la aficién y el talento por la analogia y la metafora, y la tendencia de acumular ejem- los, pero teme menos a la generalizacion, es menos. tolerante Pon las desviaciones del uso ordinario, es més directo con su soMtodo que cualquier wittgensteiniano actual y esta mas dis- Tussto asuponer que un problema filosofico tiene una sulucién Datrecta, Lo que hoy en dia a veces se denomina la escuela de Oxford, que toma su tono de J. L. Austin mas que de Ryle. dirige f tal grado su interés hacia el uso ordinsrio del lenguaje, que Se podria pensar que el andlisis filosdfico ha cedido al estudio Se Pefiologia, pero esta tendencia no prevalece de modo absolu {5 Ta obra de Filésofos como Stuart Hampshire, P. F. Strawson y David Pears revela que aun dentro del marco del género de Oxford, todavia hay margen para una amplitud bastante grande Ge punios de vista. La acusacién de escolasticismo que se formu INTRODUCCION DEL COMPILADOR 15 Bitete i “toot de Onto nscarecettaimente de funds mento, pero tampoco esta verdaderamente Sustitenda ae Be epecss acct cl sas, co taggers ods sigur: 25 coma posts om ose mas amp, en Sites, tnglistice' « radlcaimontocsnaptelad Aaa eased Ee eee TS Biter 5 Belden co ustele y e atca alte ae Bese eons ste ndvieris ea oreesies ie todos sentidos se encuentra en oposicién con el marxismo: cuan- Bi fescstar bea siencasstenniteses neous oa no puede florecer bajo los regimenes comunistas, en razon de Bi icbrns to Lene Manridismay arpiricesren pa i eratnt secicnrongn tic croccieeetemiaese eects Teeerinnngniantee anergy ct acninreiicnet ey temic eapeee eats I rylisasieeieneitclgeie-narian dain mealies Si einen sen tena dayreatsioshcaety aie indy ucndent de Aotsla me Facet ib pccnietnsestie Po elmer te pal Sion svat ceoenan tio mceinigin tow sadieoreria.caigcast aes areseacmeeoaate amie inane tiicceesssactenciegoge recbaete nae arin Bice pecensicn tn oa cients ame leis eiira-en ta ues fell Ey epecmimeteearterice de isfos, tm fecn'a dscPpar no aclasents acerca 6s fa solocion a Geter mindoy prima sin feu be a ature mse SBisicst Gaiccrniinpsceentin scan cnesataionee tigar. Como algunos predeccsores suyos, los miembros del Circulo Be visas poutron echo pose 9 ae deba remeclar) pent fon gic all Gonve amt habia iracschdo alos fablan tind, feiccis en encontrar un movo “para pone in foweia ee Siti sc sunpciencmiceeralin Tati mniseita Serato Bijetco y slck nen tesmnento,enancnties Contes posts bes rrceeneniinAratayiiamemeannc ta net Beastie. to oot sreafeasee 2. El ataque a la metafisica etc ere ae ene! Se 16 INTRODUCCION DEL COMPILADOR Human Understanding, de David Hume; constituye un excelente enunciado de la postura del positivista; en el caso de los positivis- tas l6gicos, se agregé el epiteto de “légicos” porque pretendieron incorporar los descubrimientos de la légica contemporénea ; pen- saban que, en particular, el simbolismo ldgico desarrollado por Frege, Peano y Russell les seria util, pero su actitud general es la misma de Hume. Como ¢), dividian las proposiciones sig- nificativas en dos clases: las proposiciones formales como las de {a légica o las matemiticas puras, que decian eran tautolégicas, en un sentido que a continuacién explicaré y las proposiciones facticas, que se fueran verificables empiricamente. Se suponfa que estas clases contenian todas las proposiciones posi- bie, de suerte que si una oracion no lograba expresar nada que fuese formalmente verdadero o falso, ni expresar algo que Pur diera someterse a una prueba empfrica, se adoptaba el criterio de que ella no constitu{a una proposicién en absoluto; podia tener un significado emotivo, pero literalmente carecia de sentido. Se afirmaba que muchos discursos filos6ficos cafan dentro de esta categoria: las discusiones sobre lo absoluto o sobre enti- dades trascendentes 0 acerca del destino del hombre; se dijo que esos enunciados eran metafisicos, y se sacé la conclusion de que sila filosofia habia de constituir una rama auténtica del conocimiento, debfa emanciparse de la metafisica; los positi- ‘Vistas vieneses no llegaron tan lejos como para decir que todas las obras metafisicas merecian ser condenadas a la hoguera: aceptaban, con cierto desinterés, que esas obras podian tener un ménito poético, e incluso que podrian expresar una actitud intere- Sante o estimuiante ante la vida. Pero sostuvieron que aun asi, no Gectan nada que fuera verdadero o falso y que, por lo tanto, no po- fan aportar algo para aumentar el conocimiento; se condend a los enunciados metafisicos no por ser emotivos, lo que dificil Inente se podria considerar en s{ mismo reproshable, sino por Pretender Ser cognoscitivos, por disfrazarse de no era. Sarre gues a'la metas aparecen, en la histora de la Bio- sofia, con bastante frecuencia. He citado a Hume y pude haber eitado también a Kant, quien afirmé que el entendimiento hu mano se pierde en coniradicciones cuando se aventura més allé e los limites de la experiencia posible. La originalidad de los ositivistas logicos radica en que hacen depender la imposibilidad Ge la metafisica no en la naturaleza de lo que se puede conocer, Sino en la naturaleza de lo que se puede decir; su acusacién contra cl metafisico es en el sentido de que viola las reglas que Gn enunciado debe satisfacer si ha de ser literalmente si ficativo, En un principio, la formulacién de estas reglas estuvo vinew- lada'a una concepcién del lenguaje que Wittgenstein hered6 de Russell hizo plenamente explicita en su Tractatus. El supuesto que la fundarsenta es cl de que existen enunciados clementales INTRODUCCION DEL COMPILADOR ” en el sentido de que, si son verdade: " tdaderos, corres a heel | thsolutamente simples. Puede suceder que el lenguaje que emplen Mos ‘fectivamente no disponga de los medios para expresar Gates enunciados: puede suceder que ninguno de los enunciados de los que puede servirse para el acto de expresar, sea total mente elemental; pero aun esos enunciados elementales, 8 pesar de que Ja base ‘permanezca oculta, s6lo son significativos en @ gue dicen lo que se dirfa afirmando ciertos enunclados es y nepando otros, esto es s6lo en cuanto que dan una 5 ra o falsa, de los hechos “‘atémicos" prima Por lo tanto, es posible ‘representarios, afirmando fue’ eatin wdos de enunciados elementales, mediante operaciones 1 Bicas de conjuncién y negacién, de tal manera que su verdad o fu fal lepende plenamente de la verdad 0 de Ia falsedad enunciados elementales en cuestién. Asi, suponiendo que p ¥,% scan enunciados clementales, el enunciado “molecular” se forma como equivalente de “no (no-p y nog)"; y esto mifica que es falso si ambas p y q son falsas, pero verdadero 18 restantes, a saber, en los que p wnbas rdaderas, en los que p es verdadera y'q fle, y on los que p falsa y ¢ verdadera, En general, dados m enunciados elemen les, donde m es cualquier niimero finito, hay 2 distribuciones bles de verdad y falsedad entre ellos y el significado de los iados mas complejos que se puede formar con los mismos, constituido por la seleccién de las distribuciones de verdad pave coneuerdan o disrepan. i regla general, se encontrar que un enuncia: re pa acon Sas aan ss nce bsibles estados de cosas con los que se relaciona, algunos lo in verdadero, y otros lo harfan falso; sin embargo, hay. dos extremos: aquel en que un enunciado concer con toda icin de verdad, y aquel en que difiere de todas. En el {caso €8 verdadero en cualesquiera circunstancias, yen Segundo es falso en toda circunstancia; segiin Wittgenstein, Hag Besscttremas son l de a tauftogiay el dela com idiecién, Desde este punto de vista, todas ta les Sot ec Tc ener Sm le demostrar que las matematicas son reductibles a la as, decia que eran identidades indo. a un lado consideraciones técnicas, ambas vienen 2 g_imlsmo, Lo importante es que mi ia una ai la otra dicen B acerca del mundo. El iinico modo como pueden aumentar conocimiento, es permitiéndones derivar un enunciado , esto es, sacando a relucir las implicaci i estes, sacando » relucir las implteaciones de lo que, en tautologias no dicen nada a causa de su excesiva modes: PI 8 INTRODUCCION DEL COMPILADOR INTRODUCCION:DELCOMPHADON tia: como coneuerdan con todo posible estado de cosas, nada Retin. més Que descripciones taquigriticas de aconteci fafirman sobre los hechos. Asi, obtengo alguna informacién, ver- eval ee ientos dadera o false, sobre las costumbres de los Ieones si me dicen Parcularmerte ro el stn este supucst, gu gon carnivores eiuaimente sl me dicen que nolo son; pero Giados elementales como repistt0s de lan Conners 2 Jos coun jecirme que son 0 no son carnivoros no es decirme acerca de Wel sujeto, pucs aunque a veces so anes riencias inmediatas llos nads'en absoluto, Andlogamente, las contradicciones no dicen cerca de objeios fistcos podiag Caaestive que ls enunciados hada por su excesiva quisquillosidad: estar en disetepancia con os sobre datos sensorialce, munch te fine Gee ane toro estado posible de-cosas es estar también descalificado para Fealidad, hay buenas razones para suposer aan saucgions en proporeionar informacion alguna, No aprendo nada, ni siquiera Indlemis, esa eleccion de un fucdemerey ian a iaatibes falto, scerea de las costumbres de los leones si me dicen que del solipsismo: el problema de efectuss Gane, “1 nroblema son ¥ no son carnfvoros; segdn esta interpretacién, las tautologias Hlencias privadas del sujeto a las expericncies ae tes ena Y'lad contradieciones son casos degenerados de enunciados féc- mundo piblico. Es cierto que Camap, cn sa'Des [esis ad Ticos. Por otra parte, las afirmaciones metaffsicas carecen de undo publio, Es cierio que Carnap, en su Der logische Auf sentido porque no tienen relacién con los hechos, no estén for- Biucatro.aparaic de concepens epee eS madas en lo absoluto a partir de ningunos enunciados elemen- Bolipsists, tomando como pumtc de partie io sak oc ase H ee fiide.ts, anslogie, ‘0 de partida la sola nocién inde- ‘Como Wittgenstein no explicé lo que consideraba enunciados Sages unlowia recordada, pero més tarde reconocié que | empresa no habia tenido éxito; resultaba més facil la elementales, no aclaré plenamente en qué punto se establece que ieién para quienes trataban a los enunciados elementales a los ‘enunciados element fngresamos en el dominio de Ia metafisica; sin embargo, parece faba quienes “ ria que cualguier intento de caracterizar a Ja realidad como un Belden duds si clo ora lepine, gor ae see Pe todo, cualquier afirmacion como la de que el universo es espi- él problema del solipsismo o el problema de reducis los Twat 0 ld de-que todo euarto acontece es bueno en el melor problema del solipsismo’o el problema de reducir los Ge los mundos posibles, para é1 debié haber sido metafisica ya Nes, quizds la mis grave de todas era cl cave ie les rascne que esas afirmaciones no distinguen estados posibles de cosas poe i rads sre era el caso de los enunciados a ley, pues mientras la verdad Se puede confirmar mediante la acumbacin de cjemplos , ésta formalmente no se funda en ellos; siempre ce en el mundo (ninguna cosa que ocurra serf caracterizada como espiritual 0 se consideraré que ocurre para bien), de donde se Sigue que no son féticas, Ni el uno ni el otro parccen estar for y : ados por entinclados fécticos del modo como lo estén las ps bier Ja posibilidad de que un nuevo ejemplo la reture tautologias. Y aun cuando lo estuvieran, no dirfan nada. inciados de esa clase nunca son veri- x 4 s : gables de un modo concluyente; Cualquiera que haya sido la opinién del provio Wittgenstein, mtidos iyente; por otra parte, si pueden ser ‘que haya itidos de una manera concluyente en razén de que un sus discfpulos tomaron por cosa sabida que los enunciados ele- Taal | mentales que admitfan este criterio de significacién eran rela. 1 snegativo formalmente los contradice. Por esta razén, ones de Sbservaciones; como mas adelante veremos, no tardaron Popper sugirié en su Logik der Forschung que lo que se en estar en desacuerdo acerca del cardcter de dichas relaciones. he ser Geamnen tide pana eau en ipcinciploy see i Hubo una discusion acerca de si eran infalibles y sobre si se de ser desmentido y argija que, aparte de la superioridad Fefetfan a las sensaciones privadas del que habla.o a acontect i de este criterio, concordaba inds con el método cient mnlcntos fisicos publicos, pero se estaba de acuerdo en que, de : Fes de ciencia formalan hipdtesis que s0- @ prueba buscando ejemplos contrarios: cuando se des- una manera u otra, proporcionaban la piedra de toque con cuya teenager peg inert 4 esis 0 se referencia se verificaban empiricamente todos los demés enun- Ciados. Y como, sean la teoria de Wittgenstein, s6lo ellas daban agai en caso contrario,:se conserva. El criterio de Popper a los enunciados su contenido factico, a ellas se debia también 10 reconoce, por ejem- sti significado; mas tarde esta opinién se resumié en el célebre ial indefinido, pero no Tema de que el significado de una proposicién consiste en su los hombres abomina- pee oe ide las nieves, ya que esto quedaria desmentido al encontrar pero no se puede decir que exist Mu EI supuesto que descansaba tras este lema era el de que todo ee: que existan los hombres abomi- Jo que se podia decir, se podia expresar en términos de enun- Taian ae hay eae Busts: demmentirselejuel clados clementales. Todos los enunciados de un orden més ele- a mntrado alguno, no demostraria lo concluyente que no exista ninguno. Lo que se podria i ipotesis cient 3 abstractas, no eran : vado, incluidas las hipétesis cientifieas més abstractas, no €5 que existiera alguno en un lugar ¥ tiempo determine » INTRODUCCION DEL COMPILADOR dos y el enunciado resulta legitimo tinicamente si se da esta nueva espetificacién ; en otro caso, habra que considerarlo como meta- fisico, aunque esto sea més bien reducir las fronteras de la metafisica, hs Debido a estos y otros problemas, entre los positivistas légicos llegé a prevalecer la opinién de que la exigencia de que un enun- ciado sea verificable de un modo concluyente o de que sea des- ‘mentible de una manera concluyente, es en ambos casos dema- siado rigurosa como criterio de significacién. En vez de ella, optaron por darse por satisfechos con un criterio mas débil que tinicamente exigia que un enunciado fuese capaz de ser confir- mado 0 en algin grado por la observacién; si no era Um enunciado elemental: tenla que ser de tal indole que To pudie- ran apoyar enunciados’ elementales, pero éstos no necesitaban farantizarlo ni garantizar su megacién; infortunadamente, esta hocién de “apoyo” 0 de “‘confirmacién” nunca se formalizd ade- ‘cuadamente. Se hicieron varios intentos para dar al “principio de verificacién” en esta forma débil, una expresién totalmente pre~ isa, pero los resultados no fueron satisfactorios; sin embargo, ‘el principio se empled antes de que fuera formulado adecuada- mente, su contenido general se consideré lo. bastante claro, Ya he dado ejemplos del tipo de discursos filos6ficos que permitié climinar, pero su capacidad destructiva no se limité a lo que Podriamos lamar las formas més burdas de la metafisica. Tal fomo lo emplearon los positivistas vieneses, acabé con Ia ma- yorfa de los problemas perennes de la filosofia. De este modo, los problemas a discusion entre monistas y pluralistas o entre realistas e idealistas, no fueron considerados menos espurios que los relativos a las limitaciones del Ser o a un mundo trascendente de valores, pues, ¢qué prueba empirica podria decidir si el ‘mundo es uno 0 muchos, o silas cosas que percibimos existen 0 hho fuera de nuestra mente? Es caracteristico de tesis filos6ficas fivales como el realismo y el idealismo que ambas sean con- gruentes con todas las apariencias, cualquiera que sea su conte- ido, pero precisamente eso es lo que condenan los positivistas. Una obvia objecién al principio de verificacién y de la que répidamente se apoderaron los adversarios de los positivistas, ra- dica en que no es verificable por si mismo. Supongo que se po- ‘dria tomar como una hipétesis empirica acerca del modo como la gente usa efectivamente la palabra “significacién", pero en este caso aparecerfa como falso, ya que no ¢s contrario al uso ordinario decir que los enunciados metaffsicos son significativos sin embargo, sts defensores tampoco formularon el principio como resultado de alguna investigacion empirica; en ese caso, {qué condicién crefan que tenfa? No podria él mismo ser me faffsico? De una manera sorprendente, Wittgenstein convino con esta acusacién. "Mis proposiciones —dice al final del Tractatus— ‘Son dilticidadoras de esta manera: que quien mexcomprende aca ba por reconocer que carecen de seni través de ellas haya INTRODUCCION DEL COMPILADOR 2 ido, siempre y cuando a salido fuera de ellas.” (Debe, pues, por ast Acro arrojar la sealers scalera despucs de hiber sbi : Berar estas proposicones, entonces tiene a vith Gorteny cel Mundo.” Pero esto es un intento vano por trit anera; es indudable que algunos disparates tivos que otros, pero far. de cualquier son mass esto no les da ninguna fuerza logica, ¢ el Principio de verificacién verdaderamente carece de sentido. em: fonces no afirma nad ia y si uno afirma que no dice nada, no es Posible afirmar también que lo que dice es verdadero, El Circulo de Viena tendié a igncrar est bastante claro ste problema, pero me que lo que en realidad hacia era adoptar Principio de verficacion como algo. convencional, sus Propugnaban una definicion de significado que, consenen el uso comin en ie de hecho satisfacen los enunciatos, icamente informativos. 4 iados a priori se divi a del modo como realmente. fun ta este limite, su obra fue descr el sentido de que sefialara las condiciones 3c considerados como em- También su manera de tratar los ia a proporcionar una informacion ncionan esos enunciados; iptiva, se volvié prescriptiva Supe a ait dees vl Pres ai ee crude ens dos lay poi set re rete sep ue ean r qué ha de aceprarse esta prescripcion? Lo Man arta nce gee are ce presen? Lo dentro de la misma categoria de las leyes de la légica, o de hipétesis cientificas de los relatos historicos 0 de los {i icios percepcidn, o cualesquiera otras descripciones de sentido co. N del mundo “natural” verdaderas ni falsas y no se infiere; 0 haga que se infiera, '. gSeguramente no se infiere que no ‘menos atin que no tengan sentido? mejor dicho, no se infiere a menos que . El problema est4 en si uno piensa que la encia entre los enunciados metafisicos y los del senti : a fi sentido co- ‘0 los enunciados cientificos es suficientemente. radical que resulte util st subrayarla de esta manera; el defecto de procedimiento radica en que tiende a hacer i hacer que uno ignore arés que los problemas metafisicos.puedan ‘te ie feonsiste en que evita Ia tentacion de cdnsiderar al mci una especie de soberano cientifico. Este tampoco es un trivial; con demasiada frecuencia se ha supuesto que el sico realiza el mismo trabajo que el hombre de ciencis, ue lo hace de un modo mas profundo y que descubse tm mas hondo de hechos. Por lo tanto, es importante subra- Pee a ace Sa race Fos te iggart, que el tiempo es irreal 0, como que los objetos fisicos son ideas en Ia mente de Dios, o Heidegger, que “la nada se aniquila a s{ misma”? No se 2 INTRODUCCION DEL COMPILADOR debe suponer que hay una respuesta general para este proble- ‘ma, y que los metafisicos siempre estén haciendo lo mismo; en cada caso debe uno empezar por atender al contexto en el cual Se presentan esas afirmaciones. La observacién de Heidegger es puta palabreria, pero, a su manera, contribuye al desarrollo de Su tema agerca de lo maravilloso que es que el mundo exista, “@Por qué hay algo (ente) —pregunta— y no més bien nada?” Realmente, éste es el tipo de pregunta que la gente espera que formulen ios filésofos: parece ser muy profunda, el problema estriba en que no admite respuesta alguna. Frente a ella, es diff- cil que parezca mds razonable la proposicién de McTaggart en el Sentido de que el tiempo es irreal. Si se toma literalmente, im- Plleando que nunes ceurre algo, es groteseamente falsa, y si no Se toma literalmente, gqué quiere decir? La respuesta se halla ‘atendiendo a los argumentos de McTaggart: en ellos se muestra Gesconcertado por In idea del transcurso del tiempo; intenta demostrar que Ja idea de que un acontecimiento sea sucesiva- mente futuro, presente y pasado implica una regresion infinita, circular; la prueba no es valida, pero podemos aprender algo de ella. ‘Al defender nuestro uso'de las expresiones temporales ‘contra los argumentos de McTaggart podemos obtener un cono- ‘cimiento mas claro de todo lo que dicho uso implica. Berkeley, por su parte, estaba interesado en descubrir lo que podria sig- hificar el decir que existen objetos fisicos: se convencié a s{ mis- mo, mediante argumentos razonables, de que cuando hablamos de objetos fisicos sélo podemos referimos a conjuntos de “‘cua- lidades sensibles” cuya existencia consiste en ser percibidas; y Present6 mis tarde a Dios, como el sensorio permanente, nece- Sario para mantener las cosas en existencia; es posible refutar Sus argumentos, pero plantean problemas filos6ficos importantes acerca del significado y la justificacién de los enunciados que hacemos sobre el “mundo exterior”. ‘Los positivistas vienéses se interesaron principalmente por las, ciencias formales v naturales; no identificaron a la filosofia con la ciencia, pero pensaban que aquélla debia contribuir, a su manera, al progreso del conocimiento cientifico. En consecuencia, condenaban a la metafisica porque no satisfacia esta condicién. Ts anatistas Iégicos contempordneos son mas indulgentes; tam- bidn se oponen a la metafisica en la medida en que es meramente retérica afectada: aun en la esfera de la ética quieren separar fla filosofia de la prédica moralizante, pero admiten que, en oca- iones, el metafisico puede estar viendo el mundo de un modo nuevo ¢ interesante; puede tener razén suficiente para sentirse satisfecho con nuestros conceptos ordinarios o para proponer su revisi6n. En muchos casos es indudablemente victima de erro- res. Iogicos, pero esos errores pueden ser instructivos. Silos problemas filoséficos surgen, como pensaba Wittgenstein, porque Gertos rasgos de nuestro lenguaje nos extravian, el metafisico, INTRODUCCION DEL COMPILADOR 2B por sus extrava, solverlos, igancias propias, puede también contribuir a di- 3. Lenguaje y hecho eT es seat tay pn nes espera a Be engafiaron; los primeros problemas ‘surgieron “de la no a se pusieron a discusion. oa es es ye seis Se i sujeto. Se adopts este criterio porque parecia de- Aine de as Pac Poe ae ena cmnclede Sando lei indo i analizar en relacion con prs es ny 5 oe ma na n de datos sensoriales; aun cuando los objetos fisicos pudicran Pablicamente accesibles, los datos senvoriales se considers an privados. No era posible que nosotros compartiésemos, lite. Imente, los datos sensoriales de otro, lo mismo que no es it que compartamos sus pensamientos, imagenes o senti- tos. El resultado era que la verdad de un emunciado elemental lo eee SS eae oan ae mediante la persona a experiencia fa. Y no s6lo su juicio exa sobe {aso mis favorable, se le consideraba infalle, Es cierto qos JPodemos equivocar sobre las experiencias que. tendremos ‘¢l futuro y aun sobre las que hemos tenido en el pasado; ne afirma que nuestros recuerdos no nos. puedan engafiar pero mo trata simplemente de registrar una experiencia eee te esta teniendo, entonces, segtn este criterio, no ha dad de error. Como uno pucde mentir, el propio enti, puede ser falso; pero uno no puede duday o errar acerca a Yerdad propia; si es falso, uno sabe que lo es. Una forma ‘2 veces se expresa iste en deci ciados cle esta clase son “incorrepibles™s neon) 1S IO* ‘concepcién de los enunciados. ele © a diversos puntos de vista; a algunos les parecia see nines ji emplrico podia ser incortegbe, eh el sentido Teque i, se inclinaban a sostener que uno pa fe acerca del cardeter de su experiencia’ presente, de que los enunciados que se suponfa la registraban, eran como los demas © que esos “registros directos de la ex. ja" no resultaban entinciados autenticos, ya que’ adqui. m4 INTRODUCCION DEL COMPILADOR rian su seguridad a expensas del sacrificio de todo contenido descriptive; sin embargo, el problema més grave residia en el caracter privado de los objetos a los que se suponia que se refe- rian los enunciados elementales. Si cada uno de nosotros esta Obligado a interpretar todo enunciado como una descripcién de Sus propias experiencias privadas, es dificil comprender cOmo po- ‘dremos comunicarnos jamas; aun el hecho de hablar de “cada tuno de nosotros” es una peticién de principio, ya que pareceria que, segin esta opinidn, el supuesto de que cxistan otras per- Sonas no puede tener sentido para mi a no ser que lo interprete como una hipdtesis acerca de mis propias observaciones sobre ellas, es decir, sobre el curso de mis propias experiencias reales © posibles, Carnap y otros sostuvieron que el solipsismo que parecia implicito en esta posicién s6lo era metodolégico, pero Esto era poco més que una justificacién de la pureza de sus in- tenciones, en nada disminuia las objeciones a su teoria. En un principio se pens6 que la dificultad en la comunicacién se podia resolver haciendo una distincion entre el contenido de las experiencias y su estructura, El contenido, se decfa, es inco- municable; como las demés personas no pueden sentir mis datos ‘Sensoriales, ni compartir mis pensamientos 0 sentimientos, tam- poco pueden verificar los enunciados que hago acerca de ellos, hi yo puedo verificar los correspondientes enunciados que ellas har Cen acerca de sus experiencias, y si no los puedo verificar, tam- poco los puedo comprender. Hasta ese punto, habitamos mundos fotalmente distintos, pero lo que se puede verificar es que esos ‘mundos tienen una estructura andloga. No tengo ningtin medio para decir que el sentimiento que otra persona registra, cuan- Go dice que siente dolor, sea en absoluto igual al que yo llamo dolor; no tengo ningun medio para decir que los colores que alguien identifica con el uso de determinadas palabras le par ezcan exactamente iguales a los colores para los que yo em- pleo esas palabras, pero por lo menos, puedo observar que Aplicamos las palabras en las mismas ocasiones, que la clasifi- cacion que ella hace de los objetos por su color coincide con Ta mfa, puedo observar que cuando ella dice que siente un do- lor, presenta las sefiales que yo considero adecuadas. ¥ esto es todo lo que se requiere para la comunicacién; no me importa cules son realmente las experiencias de mi vecino, porque lo Ginico que puedo saber es que son absolutamente distintas de las tmias, Lo que importa es que la estructura de nuestros mundos Fespectivos sea suficientemente parecida para que yo pueda con- fiar en la informacién que él me da. Sélo en este sentido tenemos tun lenguaje comin; tenemos, por asi decirlo, el mismo lienzo ‘que cada uno de nosotros pinta a su manera. De ahi se infie- BGue si hay proposiciones que, como las proposiciones de la ciencia, tienen un significado intersubjetivo, se pueden interpretar ‘como descripciones de estructura. INTRODUCCION DEL COMPILADOR 3 Como ya he sefialado la objecién fundamental rt visia es que situa inconscouentemente los “mundcs, privados” de otras personas en el mismo nivel que el mio; adviene como Gonsecuencia en una tcoria curios, y en realidad contraditori, solipsismo multiple. Pero, aparte de esto, no parece que Is distincién que intenta hacer entre contenido y estructura se pue- dda sostener, ya que, ¢cusl seria un ejemplo de enunelado que se fefiera solo\a la estructura? Hay aqui un eco de las “cualidades " de Locke; los enunciados que se refieren a las pro- des “gcométricas” de los objetos, a “la figura, extension, © y movimiento”, tienen que ser interpretados ‘en relacion a el contenido, exactamente como los enunciados relativos @ ores y sonidos. Sino tengo medios para saber que mi vecino ee lo mismo que yo con el uso que da a las palabras expresivas color, tampoco tengo medios para saber que quiere decir lo MO que yO, con el-empleo que dé a las palabras que se Te. a relaciones espaciales 0 a cantidades numéricas; ni si- i era puedo decir que lo que yo considero por la misma palabra realmente lo mismo para él. Lo nico que me queda es la H| nte armonia de nuestro comportamiento; ademas, parece i el intento dentro de los limites del lenguaje descriptivo de ger una distincion entre lo que se puede y 10 que no se puc- comunicar, tiene que ser contraproducente; concuce al ab- que Ramsey pone de relieve en. su breve trabajo sobre sofa” Incido en ese volumen: "a situacign dl mio en iente dislogo: ‘Di desayuno’ ‘No puedo” puedes decir?’ ‘No puedo, decir desayuno’’ cceesrathiay bido a estas dificultades Neurath v mas tarde Carnap, recha- sta concepcion de los enunciados elementales ets Son. fo y sostuvieron que si los enunciados elementales tenian que de fundamento para los enunciados intersubjetivos de la ellos mismos tendrian que cer intersubjetivos; tenian referirse, no a experiencias privadas, incomunicables, sino a ecimientos fisicos publicos. Dicho ‘en términos més gene- Jos enunciados que ostensiblemente, se refieren a expe- S, @ estados a procesos “mentales” de cualquier clase, de'uno propio o de otro cualquiera, deben equiveler todos & m ados fisicos”, ya que sdlo de esta manera se pueden inte- ppiblicamente. ‘Esta es la tesis del fisicalismo, No me de eee una palabrarnimero",’"la palabra ‘Babilonia’ se. pron el lenguaje, disfrazados. En lo que estuvo en su mayor parte la conferencia de ayer”, A las oraciones de pseudo-objeto se les ivocado fue en suponer que eran sintdcticos, ya que lo que lama “cuasi-sintécticas” porque son oraciones sintacticas dis- ambe no es la forma ni el orden de las palabras, sino su uso. frazadas como oraciones de objets; son “oraciones cuasi-sintc- lo no adquiere relieve en los ejemplos de Carnap, porque éste ticas del modo material de Jenguaje"; la traduccién del modo iza ilfcitamente la seméntica en la sintaxis; asf, “expresiones material al modo formal las sustituye por sus equivalentes sin- riencias” no es una denominacién sintéctica, lo que hace tacticos. Para decirlo en términos menos técnicos, cuando se luna expresién sea una “expresién de experiencia” no es que habla en el modo formal se habla manifiestamente acerca de pa- luna forma particular, sino el que se emplee para referitse

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