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166. Poslin Hountondt Démarginaliser Afrique et le Tiers Monde sous le rapport du savoir comme sous tous les autres rapport, faire en sorte quien cette périphérie du marché capitaliste mondial 'on s'approprie rhéritage commun, fruit du travail de tous et que la marge ne soit plus la marge mais parte intégrante d'un ensemble ature, centre de décision parmi d'autres centres de décision, cenire de produc- tion autonome parmi d'autres, voila aujourd hui une tiche majeure, Mais cette appropriation par la périphérie de tout le savoir utile suppose, en autre, un effort conscient pour se réapproprier de fagon critique mais résolue son propre héritage cogritif et prati- que, démarginaliser ses savoirs et son savoir-faire endogenes, reinsérer le «tracitionnel» dans une tradition vivante, tournée vers Vravenir La question des questions est encore et toujours a méme: que faire? Les interrogations du présent ouvrage renvoient & des problames de politique scientifique et de politique tout court. Elles sont nées de préoccupations pratiques et doivent per- mettre, par-dela le dédale des analyses théoriques, de répondre 4 ces préoccupations. compléter, los propositions sorties des ordinateurs. Les erreurs, sll en reste, ne sont imputables qu’a nous. Pansans-y: méma quand on sot dun trou, on n'échappe pas & cette sore de rasponsablite. Troumcola perdu, solé des grands cenies, des grands courants commerciaux; sur le plan de la racherche, paye, instution,encroitrests en marge des grands échanges idées, ranger aux modes invellectuelles et scientfigues, vierge autant qu'on peut élre ~avac toutes les Squivoques, toutes les nuances 2 la ols péjoratives et laudatives habtuallamant attaches &cettenotion. Le tou, Cest ce que nous avons appelé allsurs universe de brousse» (Hountondi, 1988-107). Nous commengans a miauk la eonnaite: ne depose pas, nar exemple, d'un centre de bibliographic informatsé, et ses. bibfoth'ques, quand len ane sont pas intdgres aux grands réseaux e'Schanges ‘8tde pres, Pour sor dun tal rau, I aut c'abord le vouloir~cestia premiere etla lus irporiante condition mais aussi, en se serrant las coudes & tinténeur du ‘rou, sas ensemble la main rendve venue de Textériaur, prendre epui sur les soldartés. Ce quion a tonté do montrer dans la présente introduction, 'est qui faut fire en sorte que fon culsse,& tore, soir du trou éans en sori oeuveer & cxdor sur place les conditions dune science véiable, LAS RELIGIONES TRADICIONALES. AFRICANAS COMO FUENTE DE VALORES DE CIVILIZACION™ A. Hampaté Ba jermitanme agradecer de todo corazén alas autoridades daho- meyanas, a la Sociedad Africana de Cultura y a la UNESCO, organizadores de este coloquio, el que nos hayan dade la oportuni dad de volvernos a encontrar en Dahomey, pais donde las traci- clones no han perdido su fuerza. Nuestro coloquio se propone analizar las religiones tradiciona- les como fuente de valores de civiizacién, Con el fin de que nues- ‘ro tema no caiga en la subjetividad, con riesgo de quitarle toda su valia fundamental, considero indispensable: 1. Presentar brevemente las religiones tradicionales africanas. 2. Tratar de definir la nocién de civlizacién. 3, Situar nuestra actitud respecto a dicha definicion. Se ha tenido ol acierto de poner “eligiones” en plural; en efecto, entre nosotros, las ideas y los pensamientos que constituyen una religion varfan de una etnia a otra. Se puede decir, sin riesgo de equivocarse, que hay tantas religiones tradicionales como etnias en e| Africa negra occidental Sin embargo, esta pluralidad no impide de ningtin modo a las teligiones tradicionales tener puntos en comin y preocupacio- ‘nes idénticas. Ellas se basan en proyectos fundamentalmente co- munes. * Tradueeién del trancés por Fabien Adonon Djogbénou (FCPS, UNA). 166 A, Hempots Ba Comenzaré por citar una idea bésica: la existancia de una fuer za suprema no creada. Si, en razon de su trascencencia, no siem pre se recurre directamiente a esta fuerza," ello no quiere decir que no sea la creadora de los seres visibles e invisbles existentes sobre la tierra, en los elementos y el espacio. Los bambaras le llaman Maa Nala; los peuls, Guend o Dundari los dogons, Amma; los mossis, Wunnam; los sonbrais, Yerkoy, etc. Para todos, esta fuerza es una e invisible, esta do‘ada do palabra. ‘Se manifiesta a los seres segin su voluntad. Entisnde cuando s@ |e habla. Gastiga terribleinente. Recompenea ampliamente. Para todas las religiones tradicionales, e| Universo creado por la fuerza suprema esté inmerso en un ambiente sagrado. El de: ber y el culdado reverenciales sefialados alos iniciados consisten ‘en mantener esta sacralidad al cumpir los deberes rituales pres: critos y manteniéndose alejados de lo prohibido. Pero esta armonia sagrada fue perturbada, como lo veremos mas adelante, por un-agente encamado, entre los bambaras, en fl personaje de Musokoronin Kunje, la "Mégere Chenue", hija de Sira Fara, La volveremos a encontrar mas adelante, en compahia de su esposo Yiri Jugu Feere, original, creando un estado en et cual el mal es mantenido y pro- pagado con constancia y fuerza. ‘Ademés de esta oreencia en una fuerza suprema trascenden- te, as teligiones tradicionales tienen en comin también: 4. El profundo sentimiento de la unidad de todas las cosas. Para ellas, cada parte se encuentra en el todo, inmersa en él, como e! Yodo se encuentra en cada parte, Todo esta unido. Todo vive y todo es interdependiente. Es porque cada accién tiene una + Ee en analogia con esta kd2a, que en Arica no se molesta alos ancianos. Se ‘espera que elles maniastan su voluntad, Fruto del Arbo! del Mal", no me- nos calamitoso que ella, ambos ocupados en romper la armonia Las relighonestradicionalesafhicanas coro fuente de valores de vii repercusion que le es propia en el orden universal. De ahi la responsabilidad central del hombre respecto a este equilbrio universal. Es, por otra parte, el hombre que Maa Nala, el crea- dor supremo de los bambaras, designard para ser su interlo- ‘cutor y ef guardian del Universo, como lo veremos mas ade- lante, 2. La creencia en la necesidad de mantener intactos y perma- rnentes los vinculos entre los vivos y los muertos. 4. Late ena inmortalidad de! alma. Los bambaras tienen un pro- verbio elocuente para expresar esta creencia: Saya te niiban, es decir: La muerte no desiruye el alma’. 4. El ministerio y la fuerza de la Palabra, del verbo. 5. El potencial del ritmo. La vida es ritmo aparente u oculto, Si el ritmo cesa, la vida se detione. "6, La ausencia de proselitismo y guerra religiosos. 7, La necesidad de ritos y ofrendas. 8. El riguroso respeto a las jerarquias, ya sea de nacimiento 0 de funcién social, por analogta con el orden jerérquico del cosmos, i Qué se debe entender por civilizacion ? - Lanocién de civilizacién generalmente implica la idea de avance, ‘de evolucion, de progreso. Esos términos evocan una marcha hacia adelante, efectudndose a la vez en el campo moral (el de los valo- res intrinsecos del hombre}, en el campo cientifico (es decir, el ‘campo del conocimiento, en todas sus ramiticaciones posibles), y fen el campo técnica (es decir, ol de la utlizacién préctica de los ‘eonocimientos adquiridos). ‘Se puede decir, igualmente, que toda sociedad dada, desde ‘el momento en que presenta una unidad de comportamiento en el tiempo y en el espacio, basada sobre un sistema coherente de ‘conocimientos heredados de sus ancestros y transmitido de pa- ‘tes a hijos, relativos a una cierta visién del mundo y del sitio det 168A. Hampane Ba hombre en este mundo, se puede decir que tal sociedad repre- senta un tipo de civilizacién que le es propia, En este tipo de so: ciedad, “la marcha hacia delante” o la evolucién posible puede no ser orientada hacia la conquista del mundo exterior, sino hacia la biisqueda 0 realizaci6n de un tipo de hombre perfecto cuyo mo: deo es el ancestro o el héroe fundador del clan, EI proceso de avance 0 evolucién, en primer lugar, puede traducirse 1. enn desarrollo lento o répido de la vida y costumbres de una etnia, a la manera de un arbol que multiplica y desartolla sus ramas en el espacio a partir del tronco, permaneciendo éste Jirmemente arraigado a la tierra que lo alimerta, Se trata de una cvilizacién interna; 0 2. en la aculturacién de una etnia que, de grad 0 por fuerza, abandona sus tradiciones y adopta los usos y sostumbres ex: trenjeros. Es una civilizacién importada que mata para vivit. Sise pide a un occidental, europeo o americans, determinar el grado de civlizacién de una etnia o aun de un pais en ‘vias de desarrollo”, tomard evidentemente ala civilizacion occidental como. paradigma y, en consecuencia, como criterio exclusivo de compa: racion. Esta situaci6n falsea el juicio desde su base. No puede ser de otro modo, pues las marifestaciones exteriores y materiales de tal cvllzacion presuponten que ésta sea considerada como un éxito, luego entonces, como una civilizacién superior a ‘odas las otras. Para examinar la cuestion de la fuente, se puede afirmar que antiguamente la civilizacién no tenia més que una fuente: la reli- {as religiones radicionatesopicanas come fuente de valores de civiizacin 169 El drama de nuestra época es el de encontrarse en la contiuen- cia de esas dos fuerzas y ver a sus representantes obstinarse ‘en no aceptar a las dos corrientes como complementarias, en el interés mismo de la salud moral y psiquica de nuestra humanidad. Los fundiadores de las religiones y sus continuadores, sino {ueron forzosamente fisicos, matematicos o quimicos en el sent do en que nosotros lo entendemos actualmente, fueron doctores o| alma y del espiritu, censores y escultores de las conductas. El ideal que proponen los mecios reigiosos es el de conducir al Bien evitando el Mal por una accién interior. El trabajo que imponen a ‘sus adeptos es del orden psiquico y mental E! cultivo de las fuentes tiende a rear en cada individuo un orden interior, un estado ificil de adquirir —arduo de expresar~, ero el Unico capaz de crear una relacién inteligible entre las plu- ralidades interiores de cada hombre, primero; y después, entre el hombre asf normado y las pluralidades contingentes en las cua- Jes se encuentra inmerso, como parte det “gran todo”. En cuanto a la ciencia profana, el estado de consciencia aludi- do quiere ser materialista y se ha dado a la peligrosa misién de corregir a la naturaleza y arrancarle su secreto. Pero desgracia- Gamente se dedica por igual al pillaje de las riquezas de la natura leza, La accién del hombre sobre la naturaleza se acompafia de reacciones y consecuencias. En efecto, las violaciones a la natue raleza por el hombre ocasionan perturbaciones del orden natural tan peligrosas y destructivas que fui llevado a preguntarme: za dénde nos conduciré el progreso cientifico? Sin mencionar los grandes problemas de la poluci6n de la bidstera, la bomba atémi- ‘ca se ha convertido en un demonio enjaulado cuya posible fuga siembra terror. gién, © mejor dicho, ef conocimiento sacro del Universo, en sus niveles visible e invisible. £1 mundo moderno ha creado una segunda fuente: Ia ciencia, ‘© mejor dicho, un conocimiento de tipo profano, extremadamen- te desarrollado, pero que sélo se ejerce en el nivel de los fené- menos percepiibles Reconozco que los resultados obtenidos por la ciencia son espectaculares y hasta obligan a la admiracién superficial.

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