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Una de mis actividades favoritas es tomar fotos, específicamente retratos humanos. Cuando
una persona me llama la atención por sus intereses, por su historia, por sus talentos, por su
semblante, por lo que la hace peculiar; no dudo un segundo que debo retratarla. Quiero poder
hacer comunicable a través de una imagen aquello que veo especial en esa persona. El
proyecto es ambicioso, pues a diferencia de cualquier espectador de la imagen que no
conozca a esa persona, en mi cabeza ya tengo mi interpretación sobre esa persona, tengo las
ideas con las que la relaciono, tengo las emociones que me produce, y tengo el concepto que
hace que la vea como una persona que no es cualquier persona. Y aunque los espectadores1
de mis fotos no tienen la misma relación con la persona que retrato, se detienen porque algo
les dice la foto, algo leen en ella. Saben que cuando uso mi cámara es para mostrar algo de
una manera muy específica y que esa especificidad tiene un significado. Es ahí donde su
propia interpretación intenta dialogar con la mía. No existe un mundo ya construido el cual
yo simplemente miro a través de una cámara, instrumento al que posteriormente le doy clic
para capturar la imagen de ese mundo. No existe un número limitado ya dado de imágenes
posibles de ese mundo, del cual yo elijo uno de ellos. El fotógrafo no es alguien que recibe y
captura pasivamente una percepción del mundo. Lo mágico de tomar fotos es que yo misma
siento de manera muy explícita cómo aporto algo al mundo: una nueva mirada, una imagen
que antes no existía. Mi interpretación de lo que percibo se captura y se expone. La fotografía
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construye también ese mundo, y lo pone a dialogar con otras interpretaciones. Cuando
quiero que ese diálogo con los espectadores sea más directo , aporto información de manera
escrita sobre la historia, actividad, personalidad de la persona retratada, para que así esos
nuevos conceptos permitan ver y sentir más cosas al espectador. Muchas veces una sola frase
cambia completamente la manera de ver la foto, pues despierta un tipo de sensibilidad
específica que antes no existía en el espectador. Por ejemplo, si escribo acá que la persona
retratada en la fotografía adjunta pertenece a la Comuna 13 de Medellín , se dedica
completamente al rap, ha vivido momentos de violencia muy difíciles, la sensibilidad del
espectador cambia, pues ahora vuelven a observar la foto y sienten cosas distintas a su
primera mirada, tal vez un poco más intensas (en todo caso algo nuevo). Si debajo de la foto
agrego la frase con la que lo describió un rapero famoso de otro país que visitó la comuna
13, : “el Rapza es de la 13 y sin ir de gánsta te da lecciones de humildad”, también aporto
conceptos nuevos que amplían la visión del espectador, pues al mirarlo a los ojos ya no ven
a alguien que simplemente hace un gesto intimidante en la foto, ven y sienten algo más. Sin
en vez de agregar una frase, reproduzco una canción compuesta por él3, posiblemente nazca
una visión más profunda al observar la imagen Con la fotografía entonces no sólo aporto
fenomenológicamente : https://alejandradelpilarortiz.tumblr.com
información sino que construyo visión a través de mi percepción que ya es una comprensión
e interpretación específica de lo retratado.
Heidegger rechaza el modelo contemplativo de la percepción , es decir que niega que seamos
sujetos pasivos del mundo que simplemente nos limitemos a verlo como si estuvieramos
observando una cantidad de imágenes que pasan con algún sentido temporal y con las cuales
no tenemos que ver más que como espectadores. Cuando viajé a Medellín , específicamente
a la Comuna 13, para retratar a Rapza, no me encontré con un personaje aislado al que luego
pasivamente le iría añadiendo significaciones específicas según como se me mostrara el
mundo ya diseñado y limitado, sino que la significación específica de Rapza se me dio como
lo primero, apenas lo vi. En el momento de capturar la imagen no estaba capturando entonces
algo que ya estaba ahí sin mi mirada , esperando a que alguien llegara con una cámara a
capturarlo, sino que yo misma, con mis conocimientos técnicos de la cámara, estaba dirigida
a mostrar la importancia que la di a su apariencia física y a su piel tatuada (le pedí que se
4Quiero aclarar que no me refiero a la reflexión que hace Heidegger sobre la percepción de
una imagen que, según él, tiene una estructura muy diferente a la percepción de algo
directamente. --Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo, Alianza Editorial,
Madrid, 2006, p, 63-65. Mefiero a la reflexión que hago sobre mi propia vivencia de tomar
una fotografía a través de la riqueza conceptual que me aporta Heidegger en sus
planteamientos sobre la percepción.
quitara la camisa) como algo que no se separa de Rapza mismo. Vi a una persona que no
puede dar cuenta de cuántos tatuajes tenía. Vi a una persona que quería tener una apariencia
física ruda a pesar de que tiene un discurso amoroso hacia las personas que lo rodean. Vi una
persona que se siente juzgada por mucha gente, a causa de la elección que hizo en su
apariencia física. Vi a Santiago Cano Taborda. . Cito: “La percepción se diluye en una trato
práctico concreto con las cosas. No es algo autónomo, no percibo por percibir, sino para
orientarme, para abrirme camino, para hacer algo”5.
5
--Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo, Alianza Editorial, Madrid,
2006. P, 48
Lo que se presupone para poder percibir de esa manera es la misma universidalidad de la
interpretación, o en otras palabras, el hecho de que la percepción es intuición6 categorial: el
aprehender simple de lo categorial se haya en cualquier experiencia de la cotidianidad. Todo
dirigirse-a entonces tiene una naturaleza categorial. La analogía con la fotogragía en este
punto me parece muy bella, pues así como hablar del oficio de capturar imágenes, muestra
cómo este acto en apariencia simple (mirar por un espejo y hacer un clic) tiene un montón de
componentes implícitos (las interpretaciones que yo tengo sobre lo retratado, los
conocimientos técnicos de la cámara, las cosas que decido mostrar en un marco limitado de
espacio, las cosas que decido omitir dentro de ese marco), Heidegger hace lo mismo con el
acto mismo de percibir, pues a pesar de que sea algo inmediato y particular 7, tiene una
estructura compleja y profunda llena de categorías históricas , es decir, dependientes de un
contexto cultural específico (muchas veces hasta no familiarizarno con ciertos hábitos
culturales de cierto tipo de objetos no los podemos percibir). Esto nos permite resaltar la
importancia de ampliar nuestros conceptos , nuestras vivencias, nuestros hábitos dados por
cierta cultura (o conocer nuevos), para tener una visión del mundo más rica y profunda. En
analogía con la fotografía, un buen fotógrafo de retratos es aquel que gracias a su
conocimiento, conceptos, vivencias culturales, puede ver y comunicar más cosas en una
persona retratada que lo que haría alguien que no se dedica a ese oficio. Cito aclaración de
Heidegger : “Ver no en el sentido de una visión o un arranque místicos , sino en cuanto simple
darse cuenta de estructuras que se dejan ver en lo dado”8
BIBLIOGRAGÍA
--Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo, Alianza Editorial, Madrid, 2006