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Estimados docentes:
Acercamos a ustedes el presente cuadernillo de trabajo, el cual contiene diversas propuestas didácticas para los diferentes niveles
educativos, a fin de abordar en el espacio áulico, el “Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas” y la importancia de
reafirmar la soberanía sobre las islas.
Esperando les sea de utilidad para el abordaje de la temática, quedamos a su disposición para cualquier consulta, sugerencia y/o
devolución de esta propuesta.
Atentamente
Trabajar en la escuela sobre lo acontecido en la Guerra de Malvinas nos permite recordar no solo el dolor y las
consecuencias que trajo aparejado el conflicto bélico en un contexto de terrorismo de Estado, sino también abordar la
importancia de la resolución de conflictos pacíficamente.
Como docentes, y por qué no, como sociedad en su conjunto, debemos reflexionar sobre la metodología de enseñanza
en torno a conmemoraciones del pasado reciente, tomando como desafío promover explicaciones sobre una de las
experiencias más traumáticas de nuestra historia nacional, para de este modo comprender el pasado desde el presente
y construir un futuro.
Actividad:
Lectura del cuento “El León afónico” de Pedro Pablo Sacristan.
Se propone dramatizarlo a través de títeres, rotafolio o imágenes proyectadas.
Luego de la lectura charlar con los niños:
¿Qué pasa cuando dos personas no se ponen de acuerdo en algo? ¿Qué pasa cuando alguien me saca algo que es mío y no me
lo quiere devolver? ¿Cuál es la mejor manera para resolver el problema?
Mostrar a los niños imágenes que representen los siguientes conceptos: DIÁLOGO – PARTICIPACIÓN – LIBERTAD – OPINION –
ESCUCHA – PACIENCIA
Luego de estas reflexiones, explicar a los niños lo ocurrido en Malvinas, haciendo hincapié en la importancia de la resolución de
conflictos por vía pacífica y la continuidad del reclamo por esa vía.
Finalmente, realizar alguna actividad plástica, a fin de plasmar los conceptos trabajados.
Se propone imágen anexa.
Objetivo: Analizar la experiencia de la guerra desde la perspectiva de los soldados y las violaciones a los Derechos Humanos en
las Islas, dentro del marco de accionar del terrorismo de Estado.
Actividad: Mediante la lectura del Cuento “Frio” de Eduardo Sacheri, generar espacios grupales de reflexión donde se analicen
los siguientes ejes:
¿Cómo llegaron los soldados a participar del conflicto? ¿Cuáles eran las distintas expectativas que tenían al inicio del conflicto
y qué condiciones debieron afrontar durante la guerra? ¿Qué consecuencias psicológicas debieron afrontar pos guerra?
Trabajar sobre “La Cuestión Malvinas” como entramado jurídico y político que invoca la República Argentina para reclamar la
soberaníade las islas Malvinas, y la “Causa Malvinas”, respecto de los diversos significados asociados con Malvinas en la historia y
en la cultura política argentina, teniendo en cuenta el vínculo entre el “símbolo Malvinas” y los distintos modos de pensar la
identidad nacional.
Reflexionar sobre el enunciado “Las Malvinas son Argentinas”, a partir de la idea y proyecto de nación que se pusieron en juego
con este enunciado. Por qué Malvinas es un tema central en la democracia argentina, etc.
Proponemos también realizar una investigación sobre qué fue el Informe Rattenbach, cuándo y quiénes lo escribieron, por qué
no fue publicado en 1982 y en qué momento fue finalmente ordenada su desclasificación y publicación.
Nivel Inicial:
FRIO. De Eduardo Sacheri | Del libro «Un viejo que se pone de pie y otros cuentos», Ed. Galerna, 2007.
No sé si a los demás les pasa lo mismo, pero a mí me cuesta mucho pensar en el frío si no estoy teniendo frío en el momento
de querer pensar en el frío. Seguro que uno puede decir la palabra «frío» cuando se le dé la gana, pero no es lo mismo: así
no es más que una palabra. Yo me refiero a pensarlo, el frío. A poder pensarlo, entendiéndolo, al frío. Es distinto decir
«frío» que sentir frío. Decirlo es casi nada. Igual es una palabra distinta a «árbol» o «perro». Esas son cosas que se ven, y
uno puede imaginarlas. Pero el frío no. El frío hay que sentirlo para pensarlo. Esa sensación incómoda en todo el cuerpo, esa
especie de dolor suavecito que uno no se puede sacar de encima aunque quiera, esa molestia que a uno lo sigue aunque trate
de escapársele y haga un montón de cosas (apichonarse, hacerse chiquito, zapatear fuerte, dar saltitos en el lugar, o lo que
sea) para salirse de esa situación fea. Esas ganas tontas de querer irse lejos del propio cuerpo a un lugar que esté más tibio:
tontas porque no se puede, pero uno las ganas las tiene igual. Y de todo el asunto del rubio yo me puedo acordar solamente
así: con frío. Si no, no. O me cuesta mucho más. Me cuesta y no es lo mismo. Pero hoy resulta que es domingo, casi de
noche, y como está terminando mayo hace un frío de novela. Además estoy solo en casa, que eso también es importante para
domingos, que estamos todos, hablando, tomando mate, mirando un poco de tele. Pero hoy se fueron todos a lo de la tía
Ceci, que yo mucho no me la aguanto, y con la excusa de pintar la piecita del fondo me quedé y mi mujer no me dijo nada.
Capaz que se imaginó que yo no quería saber nada con ir a lo de su tía, pero como lo de la pieza me lo viene pidiendo hace
un montón de tiempo y yo siempre le digo que sí y después no lo hago, hoy que le dije que iba a ponerme con eso no pudo
decirme nada y se lo tuvo que aguantar. Así que después de comer se fueron y yo me quedé trabajando atrás, con la radio
puesta en los partidos. Pero hace un ratito corté, porque me estaba quedando sin luz y aparte con este frío y la humedad no
secó lo suficiente como para empezar con la segunda mano. Igual no importa porque la primera mano la di completa y el fin de
semana que viene la termino. Eso si no estoy de guardia, que la verdad que no me acuerdo y me tendría que fijar pero creo
que no. Para limpiar los pinceles me traje el aguarrás y el trapo y los pinceles y me senté en la mesa del jardín, que un poco
de luz de día todavía quedaba y para eso tampoco se necesita mucho más. Y ahí yo no sé si empezó a bajar el rocío o qué
pero de repente se congeló el aire y en la penumbra me vi el humito saliendo de la boca y la piel de las manos me empezó a
doler, pero ya me faltaba poco para terminar y no tenía ganas de llevarme todos los trastos hasta la mesa de la cocina, así
que me apuré a limpiar un pincelito que uso para los marcos que me dio más trabajo porque estaba con esmalte sintético y de
repente me acordé. Yo creo que fue el frío, junto con estar solo y todo eso que ya dije, pero sobre todo el frío. Pero lo
estoy con alguien enseguida trato de pensar en otra cosa, porque no me gusta pensarlo cuando estoy acompañado. No es que
cuando estoy solo pensar en esto me guste. Ni tampoco que no me guste. No se trata de gustar, supongo. Me acuerdo y
listo. Lo que sí, si estoy solo, no me resisto a pensarlo. No es que me voy para distraerme y sacármelo de la cabeza. Me
quedo y me lo acuerdo. Antes no. Antes no podía. Hace años cuando me acordaba me ponía mal y quería arrancármelo como si
fuera un trapo que me quemase la piel por adentro. Ahora ya no. Ahora me lo acuerdo y como mucho me pongo triste. Pero
es una tristeza que me aguanto y está bien. No es como cuando me daban pesadillas. Ahora como mucho son sueños, y de vez
en cuando. Muy de vez en cuando. A la mañana, mientras tomo mate con mi mujer, le cuento. Le digo «hoy soñé con el
rubio», y ella me entiende y no me pregunta nada. Hace muchos años sí. Cuando yo le contaba me insistía con que fuera al
psicólogo o al doctor o algo, que eso me hacía mal y que buscara ayuda. Y como yo me emperré siempre con que no,
Por eso hoy, que con el frío me acordé del rubio, me quedé sentado echando vapor por la boca; y con la última luz del día vi
que las manos se me ponían todas rojas. Eso nunca terminé de entenderlo. Cómo es eso de que con el frío a uno la piel se le
pone roja. Una vez, estando allá, le pregunté a un oficial y me contestó algo de que era porque faltaba sangre, por el frío.
Pero entonces entendí menos, porque si la piel se pone roja es por la sangre, y si falta sangre tendría que ponerse de
sentirme un bruto comparado con algunos colimbas. Estando allá me pasó con dos o tres. Con el rubio, sobre todo. Capaz que
fue por eso que le prometí a la Virgen que si me sacaba de ahí iba a estudiar el secundario. De entrada no pude porque me
destinaron a Neuquén y encima me casé y no pude. Pero después me tocó Campo de Mayo y ahí sí cumplí la promesa. Una vez,
en la época en que me daban pesadillas, se me ocurrió visitar a los padres del rubio. Mi compadre Ramírez estaba destinado en
el Estado Mayor y me consiguió la dirección en el archivo. Me llegué hasta Haedo y di unas vueltas para pasar por la vereda.
Dos veces. La segunda justo salió una mujer de la casa. «La madre», pensé. Pero no estoy seguro porque no le hablé. Pensé
que era la madre porque se parecía. La piel, la nariz finita, los ojos medio claros. Pero no estaba seguro y aparte capaz que
no era. Habían pasado como quince años y en una de esas, nada que ver. Capaz que se habían mudado y era otra familia. A
veces el parecido es así. No es que los hijos se parezcan a los padres sino que uno ve a los dos y le busca el parecido. Con
mi hijo el mayor me pasa siempre. Todos dicen lo parecidos que somos. Más ahora que entró en la Escuela y con el pelo corto
hasta a mí me hace acordar a como era yo hace veinte años. Así que no le dije nada. Nos cruzamos por la vereda y nos vimos
un segundo y nada más. Llevaba una bolsa de compras. Ella me miró y yo me asusté. No sé por qué. Será porque me miró
fijo, apenas un segundo pero fijo, como si me conociera. A lo mejor fue por el uniforme, que me miró. Yo calculo que fue
por eso. Después no volví más. Pasó el tiempo, me fui acordando menos, y lo fui dejando. Era callado, el rubio. Andaba
No sé bien por qué cuernos terminó en la Compañía. Los otros colimbas eran casi todos de Corrientes, de Oberá y la zona
esa. Y el rubio, mezclado con ellos, parecía una mosca blanca. Los demás eran morochazos, más como soy yo. Pero éste era
blanquito, y mucho más alto. Hasta las manos las tenía diferentes. Blancas, lisitas, se le veía que nunca en la vida había
agarrado una pala, un martillo, nada de nada. A la legua se notaba que lo del rubio venía por el lado de los libros y esas
cosas. Porque aparte usaba unas palabras que parecían sacadas del diccionario y se las entendía él solo, a veces. Y otros
colimbas, que en su perra vida habían bajado del monte, lo miraban como si fuera un bicho. Yo tenía tipos que nunca habían
visto un inodoro hasta entrar al cuartel. Y claro, comparado con ellos, el rubio parecía un marciano. De entrada me dio
bastante trabajo, ese asunto. Porque dos o tres colimbas se lo tomaron de punto. Lo cachaban todo el tiempo con eso de que
si era delicado, o si era demasiado limpio, o prolijito, esas pavadas. O me decían a mí, hablando fuerte para que el otro
escuchara, que el rancho lo prepare el rubio que seguro que en la facultad le enseñan cocina, decían. O que la letrina la cave
el rubio que seguro que sabe porque va a ser arquitecto. Yo les frenaba el carro porque lo que menos quería era que me
enquilombaran la Compañía. Y aparte el rubio me daba lástima porque era buen soldado y trataba de no engancharse con esas
jodas y no calentarse. Pero era guapo. Una vez no sé de dónde sacaron los colimbas una especie de pelota. Creo que la
hicieron con un par de borceguíes que los ataron cruzados y medias que no servían y ataron todo con cordones del calzado.
Salinas, se llamaba. Un morocho grande como una puerta. Y fue empezar a jugar y Salinas lo entró a cagar a patadas. Porque
encima el rubio era bueno. La movía y el otro se empezó a poner loco y cada vez que lo gambeteaba empezó a cruzarlo como
si nada. De entrada el rubio se lo aguantó hasta que no pudo más y en una de esas se levantó y reaccionó y se entraron a
dar de lo lindo, y aunque el otro era grandote el rubio no se le achicó. Y ligaron los dos, la verdad. Un poco me puse
contento porque el rubio me caía bien. Igual hubo que castigarlos a los dos porque en cuestiones de disciplina uno no puede
hacer diferencias, y menos en un sitio como ese. Cuando los tuve que bailar, bailaron todos. Ni más ni menos. No era que yo
quisiera o dejara de querer. Tenía que bailarlos y punto. La orden era esa, porque así iban a estar alertas y con la moral
alta. Una vez le pregunté por arriba, al oficial, por ese asunto de tenerlos tan cortitos y me cortó en seco. Bien, pero me
cortó de una. Así está bien, Ramírez, me dijo. Así está bien. Haga que se calienten con usted, así después se sacan toda la
leche con el enemigo. Me acuerdo que me sonó raro eso del «enemigo». Como las películas de guerra de los sábados a la
tarde, sonaba eso del «enemigo». Igual a los dos o tres días se pudrió todo. Porque cuando entraron a caer las bombas y a
sonar los tiros, otra que una película. Los dos primeros días de bombardeo estuvimos metidos en los pozos con la orden de
aguantar sin asomar la nariz, hasta que pasara. Pero resulta que no pasaba nunca. Se suponía que tenía que parar la cosa tarde
o temprano, pero seguía. A veces parecía, porque pasaban veinte minutos, media hora, que no caía ningún bombazo cerca y
adentro del agujero con el agua hasta los tobillos y un cagazo de Padre y Señor nuestro. Y de repente se vino el oficial con
la orden de que había que entrar a tirar sí o sí porque ellos se venían al humo. Durante todo ese tiempo de espera había
pensado que cuando se armara el batuque el miedo me iba a borrar todas las ideas y todos los recuerdos. El hambre, la
tristeza por la familia, las ganas de volver, el frío. Ese frío de mierda, sobre todo. Estaba convencido de que en el medio de
los tiros no me iba a quedar lugar en la cabeza para otra cosa que no fuera estar atentos a tirarles y a que no nos dieran.
Pero no. Más bien que estaba muerto de miedo de que a la primera de cambio me cagaran de un tiro. Pero ese miedo me
venía revuelto con todo lo demás. Con extrañar y con querer volverme y con el frío. Ese frío de todo el tiempo y de todos
lados, que a uno lo seguía hasta cuando se dormía y le amargaba hasta los recuerdos y le sacaba las ganas de todo. Como la
guerra. Igual que ahora, que ya es noche cerrada, y también se me acalambran los dedos y no siento los pies. Pero ahora es
distinto, porque me meto a mi casa y ya está: prendo las hornallas y acerco las manos y listo. Pero allá no se podía. A uno no
le dejaban encender fuego. No delate la posición. No sea pelotudo, le decían. Aunque a la final a mí me parece que hubiera
dado lo mismo, porque nos tiraban de todos lados y a todas horas, porque hasta un pelotudo con escuela primaria como yo se
daba cuenta de que nos estaban dando una paliza. Pero el teniente había dicho de acá no se mueve nadie, carajo, porque al
que se mande mudar lo cago de un tiro yo mismo y les ahorro el laburo a los ingleses, dijo. Dijo así pero resulta que el
sin asco y resulta que el tipo no estaba, y yo primero no le creí al colimba y pensé que era mentira que había ido hasta el
puesto y mandé a otro pero resultó lo mismo, el teniente no estaba porque se había tomado el buque, eso había pasado. Y en
ese momento yo medio que me taré porque resulta que estaba al mando y tenía a ocho colimbas igual de cagados de miedo que
yo y nadie a quien preguntarle qué carajo hacer y los guachos se nos venían, tiraban y se nos venían. Y ahí fue cuando saltó
el rubio. Saltó y agarró la ametralladora que teníamos en el pozo de adelante y me dijo si usted me ayuda los cubrimos. Y yo
le dije que sí porque el rubio me miraba fijo y parecía tranquilo y parecía que el jefe era él. Bueno, tranquilo no porque tenía
cara de loco y gritaba, pero por lo menos sabía qué hacer en medio de semejante quilombo. Y fue por eso que yo empecé a
tenerle la cola de munición y él tiraba y les gritaba a los conscriptos que rajaran, que se fueran, y dale que dale tirando para
un lado y para otro y los demás colimbas primero no atinaron a hacer nada porque el que gritaba era el rubio, pero ahí yo les
grité lo mismo y la voz mía se escuchó porque parece que no pero con la ametralladora daba la impresión de que los teníamos
a raya y el fuego de ellos era más raleado. El primero que rajó fue un conscripto alto y flaco, ñato, que se llamaba
Gutiérrez, y cuando los otros vieron que se perdía detrás de la loma agarró Salinas, el del picado de fútbol, y salió corriendo
para el mismo lado como una flecha, y los otros detrás, que para correr más rápido algunos hasta dejaban los FAL ahí en el
piso, y el rubio tiraba, puteaba, tiraba y me pedía más munición, le brillaban los ojos y seguía tirando. A la final nos quedamos
nomás le dije que sí. Y eso es más que nada lo que a mí me sigue dando vueltas ahora, tantos años después. Porque yo
también pude haber dicho andate vos, pibe, que yo me quedo. Solamente una vez, creo, llegué a decirle dejá, nos quedamos
los dos. Pero el rubio me insistió y entonces le dije que bueno. Es el día de hoy que no sé si en medio de semejante
quilombo alcancé a darle las gracias. A mí me gusta pensar que sí, que se las di, pero la verdad es que no me acuerdo. Capaz
que sí o capaz que no, que salí rajando todo lo rápido que me dieron las patas y punto, viendo el bordecito de arriba de la
loma y pidiéndole a Dios que me dejara llegar al otro lado. Y el rubio largó la ametralladora y agarró el FAL y mientras yo
corría alcancé a sentir todavía los estampidos del fusil y al rubio que los puteaba y les tiraba, los puteaba y les tiraba.
Supongo que fue por eso que una vez le pedí a mi compadre que me buscara la dirección de los padres, ahí en Haedo. Pero
igual no me animé. Porque no sé si hicimos bien en eso de hacerle caso y correr, de dejar que se quedara él. A lo mejor
había que salir todos y ver qué pasaba. O a lo mejor no, porque si hacíamos eso nos cagaban a tiros a todos y era peor. No
lo sé, y eso es lo que más vueltas me da. O a lo mejor lo que me come la cabeza es que tendría que haberme quedado yo,
que lo que hizo él lo tendría que haber hecho yo, porque el rubio era un colimba y nada más. Pero el rubio en ese momento
era otra cosa, como más grande, más hombre que todos los otros. O capaz que yo lo pienso porque me conviene, porque así
miró fijo porque era. Porque me vio con uniforme y le hice acordar al rubio. No sé. O por lo menos decirle algo. Decirle
quién era yo. O decirle que al pibe más grande le puse Fernando por el rubio. O capaz que no se puede, porque decir una
cosa hace que uno diga otra y a la final tenga que decirlas todas y no puedo. Porque a contarlo todo no me animo.
1.En el link www.enseñarlapatagonia.com.ar encontrarán un conjunto de propuestas didácticas para los diferentes
niveles educativos referidas a la temática, con enfoque regional.
2. Pueden encontrar otras propuestas didácticas en los siguientes links:
https://www.educ.ar/
http://www.me.gov.ar/educacionymemoria/homemalvinas.html
http://educacionymemoria.educ.ar/primaria/index.html
http://museomalvinas.cultura.gob.ar/
http://www.suteba.org.ar/download/secretaria-de-derechos-humanos-material-didctico-para-trabajar-en-el-aula-
21614.pdf
http://encuentro.gob.ar/programas/5118 (Especial Malvinas. Canal Encuentro)
http://www.pakapaka.gob.ar/videos/104629 (La Asombrosa excursión de Zamba en las Islas Malvinas. Canal Paka
Paka)
http://www.pakapaka.gob.ar/videos/124976 (La Asombrosa excursión de Zamba en el Museo Malvinas. Canal Paka
3. Les sugerimos las siguientes canciones sobre la temática, las cuales proponemos analizar y comparar sus letras,
identificar sus palabras claves y su significado en el contexto.
https://www.youtube.com/watch?v=QVivme7zvz0
https://www.youtube.com/watch?v=Dhr15YpH4gE
MALVINAS EN LA ESCUELA.
UNA PROPUESTA PARA DISCUTIR SU INCLUSIÓN COMO CONTENIDO TRANSVERSAL EN LAS CIENCIAS
1
SOCIALES DENTRO DE TODOS LOS NIVELES EDUCATIVOS
Autores: Ruben Pablos. Dirección de Veteranos de Guerra. Ministerio de Gobierno. Provincia de Río Negro.
Colaborador: Ricardo Flores. Delegación General Roca.
Fabiana Marcela Ertola y Laura Marcela Méndez. Carrera de Profesorado y Licenciatura en Historia.
Universidad Nacional del Comahue. Centro Regional Universitario Bariloche.
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Documento para la discusión de la renovación curricular elaborado en agosto de 2015 en San Carlos de Bariloche.
Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio
nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de
sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e
c) El ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el
orden constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de Estado, con el objeto de generar en los/as
alumnos/as reflexiones y sentimientos democráticos y de defensa del Estado de Derecho y la plena vigencia de los
El primer convenio entre la Dirección Provincial de Veteranos de Guerra y el Ministerio de Educación de Río Negro
fue firmado en el año 2007, para la disertación de excombatientes en las escuelas. Este convenio fue el
antecedente de la Ley Provincial N° 3.307 del año 1999, hoy modificatoria N°4819 del año 2014. En ella se especifica:
Artículo 3° bis : “El Consejo Provincial de Educación incluirá en los planes de estudio de las materias
correspondientes, el tema de la Gesta de las Islas Malvinas y el conflicto desarrollado en el Atlántico Sur en 1982,
Estas normativas no hacen más que confirmar y plasmar la importancia que cobran estos relatos, es una herramienta
actual de la potencia de la oralidad histórica de los hombres y mujeres protagonistas de nuestra historia, y
presentación de toda documentación, sobre el permanente reclamo que hoy hacemos los argentinos sobre nuestra
El tratamiento crítico de los procesos del pasado reciente en nuestro país, son fundamentales en la construcción de
nuestra identidad, y nuestras futuras generaciones. Muchas veces estos hechos dentro de la estructura curricular
de la escuela solo forman parte de espacios destinados a los actos estipulados por calendario escolar y en la
comunidad en general, lo que hace que su tratamiento sea acotado, descontextualizado y que solo algunas
dentro del área de las Ciencias Sociales y en todos los niveles educativos, es necesario incorporar la cuestión
Malvinas.
El comienzo de este documento se instala en el lugar de la fuerza que imprime la ley. Sin embargo, todos lo
sabemos, ningún mandato genera de por sí autogobierno o autoeducación en la sociedad civil. Son necesarias una
serie de acciones orientadas y sostenidas por principios ético-políticos para que se generen las condiciones para que
un tema relevante como Malvinas sea tratado con seriedad, información y a partir del complejo análisis que amerita
Es en este sentido, y avalándonos en las leyes nacionales, que solicitamos al Ministerio de Educación de la Provincia
Esta propuesta pretende un abordaje serio, multidisciplinario, y con participación activa del Consejo Provincial de
Educación, Veteranos de Guerra de Malvinas de Río Negro, las instituciones que la componen y la comunidad
educativa rionegrina, y los alumnos en la construcción interactiva conjunta e inclusiva, de la propia memoria
Malvinas, para los argentinos de las generaciones presentes, son y serán la guerra, aunque ésta se haya terminado
y sea uno de los episodios más controvertidos y difíciles de abordar en nuestro pasado traumático. Malvinas nos
remiten a la Dictadura cívico-militar, a los pozos de zorro y a los suicidios. Pero no es sólo eso, también evoca
históricas imágenes de siglos anteriores: las del colonialismo inglés, las de los gauchos resistentes, las de los
Pero la guerra, marca y hueco profundo imposible de eludir, fue decidida y llevada adelante por un gobierno
militar de facto y apoyada – al menos en el inicio- por una parte muy importante de la sociedad civil. Lugar
imperioso e incómodo a revisar inscripto en las ríspidas contradicciones desplegadas por la ilegitimidad de un
poder que construyó un Estado terrorista y la legitimidad de un sentimiento de pertenencia nacional históricamente
construido que trae inherente la cuestión Malvinas. Repensar el lugar político que ocupó el reclamo territorial en
Con esta acción el gobierno de facto y el conjunto de los sectores militares que apoyaron la guerra han
deshonrado un reclamo sostenido en causas y argumentos ajustados a derecho internacional que tiene más de 180
años de historia, a tal punto que cuando se habla de Malvinas, inmediatamente nos remitimos casi con exclusividad a
presente y su futuro.
También esta acción militar fue interpretada por gran parte de la sociedad como un “manotazo de ahogado” de las
Fuerzas Armadas para mejorar su imagen e intentar perpetuarse en el poder, dejando de lado y, casi sin
responsabilidades políticas y jurídicas, al Imperio Británico y a los EEUU. Pero esta cuestión vuelve a ser compleja
y contradictoria ya que las relaciones de nuestro país con los Estados Unidos eran óptimas en ese momento
histórico debido a la participación de los militares argentinos en la represión centroamericana dentro del contexto
de la Guerra Fría.
Por ello: ¿es posible llamarla “gesta”, debe verse como una “locura” o pensarse como una guerra improvisada que
fue llevada adelante para otros objetivos? ¿Puede ser vista como un epifenómeno de la dictadura o como otro de
los ejes centrales del militarismo? ¿Los soldados combatientes son héroes o han sido víctimas de la dictadura? ¿Qué
reclamo sobre Malvinas debe verse como la búsqueda de un elemento más de la soberanía nacional y continental
latinoamericana o como un acto principal y prioritario ligado a la geopolítica actual? ¿Cómo lograr complejidad en
los argumentos para correrse de lugares simplificadores o prejuiciosos -sean estos “nacionalismos toscos” o
“cipayismos absurdos”- que nada ayudan a comprender qué nos sucedió con la guerra? ¿Qué sentidos son los
Interrogantes todos que en diferentes niveles, espacios e interacciones, es necesario plantear para debatir.
-Malvinas es un punto estratégico en los mares del sur, por ello el histórico interés británico en mantener su
dominio.
-Malvinas es un puerto estratégico en el único paso bioceánico natural en los mares del sur.
-Y tal vez hoy podamos decir que Malvinas está empezando a dejar de ser una causa nacional para convertirse en
una causa latinoamericana, pues es convicción de la mayoría de sus gobiernos que es de la mano de Latinoamericana
En síntesis, las Malvinas condensan un imaginario social que es necesario abrir, desnaturalizar y preguntar. Es
La escuela es, sin duda, un marco privilegiado para ello. Entendida como foro, espacio público, abierto y
democrático o como aquella que permite los intercambios y transmisiones intergeneracionales mediadas por la
Así discutir Malvinas hoy en la escuela nos debiera permitir al menos cuatro cuestiones:
-conectarnos de un modo más profundo, problematizador y analítico que articule/ponga en tensión memorias
personales/familiares/ sociales y un campo historiográfico que lentamente ha avanzado en torno a la elaboración del
pasado reciente,
-revisar nuestras nociones de pertenencia, identidad y comunidad construidas en la larga duración y ponerlas a la
-aprender a mirar un problema de sensibilidad como éste desde implicancias locales-regionales y por último,
-reconocer la deuda que tenemos como sociedad civil con quienes fueron los soldados conscriptos y sus familias,
Propósitos:
La inclusión de la “cuestión Malvinas” como contenido transversal en el área de las Ciencias Sociales y en todos los
-generar espacios en el ámbito escolar que permitan analizar con mayor profundidad y complejidad, nuevas
-poner en problema nuestras nociones de pertenencia, identidad y comunidad construidas en la larga duración y
-abordar una “cuestión socialmente viva” como ésta desde la comprensión de los efectos que posee trabajar
-aproximarnos a algunos momentos fundamentales de la historia argentina en la larga duración –Siglos XV-XX- en
torno a la construcción de nuestra relación con las Islas y las ideas de Nación y Soberanía
-analizar con particularidad la etapa de la dictadura cívico-militar que provocó la guerra contra Inglaterra para
-analizar algunos aspectos de la construcción de hegemonías en el actual desarrollo del capitalismo y el control
territorial y económico inglés y norteamericano sobre áreas, regiones y zonas insulares del mundo
-favorecer la apropiación de algunas de las herramientas de la Historia oral para abordar la experiencia de la
guerra tanto en los exsoldados combatientes como en sus familiares y en el conjunto de la sociedad civil
-La utilización de diferentes escalas geográficas de análisis (local, nacional, regional y mundial) para el estudio de
- Reconocimiento de las historias y/o relatos de ex combatientes en registros de patrimonio histórico, educativo y
cultural de la provincia, como así también los monumentos a Malvinas y espacios físicos con nombres de ex
combatientes.
-Generar espacios de capacitación permanente de docente con talleres, cursos, seminarios, exposiciones, etc.,
encuadrados en el marco de la legislación educativa vigente, con formadores idóneos y la activa participación de los
excombatientes.
-Se editará bibliográficas, documentos y audiovisuales adecuados a los niveles de enseñanza educativa, para facilitar
Estas consideraciones son acordes con lo establecido en la Ley Provincial N° 3.656/02 de Protección y Conservación
Artículo 2.- A fin de establecer una base conceptual se adopta la siguiente definición de Patrimonio Cultural y
"Es el conjunto que integran, en un todo armónico, inseparable, las manifestaciones de interés y el ámbito natural,
en su permanente interacción vital con sus circunstancias, dentro del territorio provincial. La permanencia material
cultural".
Artículo 3.- Todos los bienes que, conforme a lo establecido en la presente ley integran el Patrimonio Cultural y
Natural de la Provincia de Río Negro, deberán ser conservados como testimonio para el conocimiento y desarrollo
Artículo 8:
Ideas centrales:
-La “cuestión Malvinas” comienza con el avistaje de las islas en el siglo XV y continua hasta el presente.
-Existen causas históricas, geográficas, políticas y diplomáticas que justifican el reclamo argentino por las islas y
-Los avances en los procesos de descolonización en las décadas del '50, '60 y '70 junto a los intercambios y
relaciones entre las poblaciones de Malvinas y la Patagonia es otra de las huellas y claves para observar los avances
y acercamientos que se fueron logrando hasta la guerra en relación a la búsqueda de la restitución de las islas.
-La cultura escolar contribuyó a construir una visión estereotipada y efemérica de la “cuestión Malvinas”, priorizando
los sentimientos ante la reconstrucción del proceso histórico en su complejidad y relación con los textos nacionales e
internacionales.
argentino por las islas Malvinas, el mar continental y las islas adyacentes son justas y merecen nuestro reclamo
-El terrorismo de Estado y las acciones cometidas por la última dictadura cívico.-militar tiñó a las Malvinas con su
-El conflicto de Malvinas fue vivido y percibido de distinta manera en las diferentes regiones del país. El conflicto
guerra pero logró emitir el Informe Rattenbach, hoy desclasificado y punto de partida de nuevas investigaciones
-Los actores de la guerra de Malvinas no pueden pensarse como un todo homogéneo. Para su análisis es necesario
discernir entre los militares de carrera – y dentro de ellos los miembros de las diferentes fuerzas- y los soldados
conscriptos.
-El proceso de desmalvinización fue complejo y los actores sociales que participaron en la guerra atravesaron en la
-La recuperación de la soberanía sobre las Islas Malvinas es un punto de acuerdo histórico de la gran mayoría de
-El problema de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas y zonas adyacentes debe avanzar en la discusión
-La recuperación de nuestra soberanía depende del compromiso de la transmisión del conocimiento y patrimonio
cultural e histórico que nuestros ciudadanos y especialmente docentes, se ocupen sobre la protección y atención
- Fortalecer la identidad nacional como construcción colectiva e intercultural, a partir de nuestra realidad provincial
y patagónica, reconociendo nuestra pertenencia al continente latinoamericano y sus culturas, hermanados por una
historia común y promoviendo la integración desde la región hacia el mundo. Ley Org. De Educ. N° 4919-Cap. II-
Bibliografía sugerida:
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