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EL HIGO DEL DIABLO

Al final de la calle Cocharcas, por donde empieza la calle Conejos, había un higo
cuya ramada caía hacía la calle. Debajo del higo en la oscuridad de la ramada se
aparecía el diablo a medianoche elegantemente vestido.

A la gente que caminaba por ahí a esa hora y a los peones que iban o venían de
Quinches se les aparecía y los llamaba para ofrecerles riquezas y todos lo que quisieran.

Una noche un peón que regresaba a la chacra muy tarde por haberse quedado
tomando con sus amigos, se le apareció el diablo y comenzó a ofrecerle oro, plata y
joyas. El peón ya iba a aceptar ignorando que era el diablo, cuando vio que el hombre
que le hablaba tenía patas de cabra. Al ver esto el peón corrió desesperadamente hacía el
pueblo. Sus amigos lo encontraron tirado en el suelo botando espuma por la boca,
muriendo poco después.

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