Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Cuando Argala escribió que “somos como somos, y no como cada quien se
imagina que somos” debía ser consciente de que, para bien y para mal, los
militantes de ETA eran desconocidos, manipulados, distorsionados, adaptados a
los prejuicios o mitos de cada quien, exageradamente ensalzados a veces,
injustamente denigrados en otras, lo que no deja de ser natural en una
organización clandestina de sus características. Al decirlo, José Miguel Beñaran,
Argala, sólo podía estar refiriéndose, necesariamente, a la ETA que iba desde
1960 hasta diciembre de 1978, que es cuando los servicios de información
españoles le dieron muerte en Angelu. ETA ha escrito mucho a lo largo de su
vida para explicar y para explicarse. Ha redactado comunicados, ha elaborado
ponencias, ha hecho declaraciones, ha concedido entrevistas, pero han sido más
las veces que sus mensajes han llegado al receptor a través de terceros,
interpretados y filtrados por los medios de comunicación, por las declaraciones
de los políticos y los mandatarios, y casi siempre con la duda razonable en el
rigor de la fuente o el medio. ETA ha hablado y se le ha entendido muy
especialmente a través de sus actos. Ha mostrado su cara más real mediante su
actividad, sus acciones, sus atentados. Ha sido conocida de manera directa así,
sin necesidad de explicación en unos casos, sin que las explicaciones la hicieran
comprensible en otros.
ETA no ha sido siempre ni igual ni la misma. Ha habido etapas en las que
escribía más que actuaba, otras en las que casi sólo actuaba. Ha sufrido
escisiones y desgarros de diferente explicación. ETA sólo ha conservado desde el
comienzo las siglas, una identificación clara con el marco para su combate y una
militancia siempre joven y cambiante, por desistimiento de los activistas unas
veces, porque eran detenidos otras, porque tomaban otro rumbo y hasta
formaban otras organizaciones; porque caían en el combate. En ETA han sido
muy escasas las trasmisiones generacionales. Por diferentes motivos,
prácticamente ninguno de los fundadores ha acompañado su evolución, ninguno
de sus líderes se ha mantenido como tal en períodos largos. ETA, lentamente,
pero terminó haciendo de la utilización de la violencia su seña de identidad,
incluso cuando se puso el adjetivo de político-militar o se le puso a su estrategia.
Ha dicho y demostrado el profesor Michel Wioviorka, apoyándose en Charles
Tilly, que la violencia política no es la misma en un período y en otro, y que cada
época histórica se debe caracterizar por su “repertorio específico de formas de la
acción y, más particularmente, de la violencia”. Esto, que es muy razonable en
todos los casos, en el de ETA es imprescindible para un análisis medianamente
acertado. ETA nace dentro de una dictadura fascista; acompaña el tránsito de un
Estado europeo hacia una democracia formal; la violencia política de ETA
convive durante años con una situación aceptada internacionalmente como
normalizada. Wioviorka, que ha estudiado los paradigmas de la violencia, que ha
investigado sobre el terreno la violencia vasca, finalmente no parece tener un
paradigma claro sobre la de ETA.
En relación a ETA es legítimo y razonable preguntarse cuándo puede
considerarse su actividad lucha armada de resistencia, cuándo se convierte esta
en terrorismo, cuándo pierde su autoridad moral. Es razonable preguntarse por
sus raíces y explicaciones a lo largo de cinco décadas; cuándo se convierte la
táctica armada inicial en estrategia para una época. Interrogarse, como se ha
hecho tantas veces, casi siempre de manera interesada, sobre si su estrategia ha
sido más nacionalista que revolucionaria, más marxista-leninista que
nacionalista o, como dijo Ovidio –Luis María Anson–, “un pacto, un cruce
simbiótico, una hibridación del leninismo comunista con el nacionalismo vasco”.
Preguntarse si tuvieron alguna vez sentido y justificación sus atentados, si
dejaron de tenerlo en algún momento reconocible o progresivamente; si hay
finalmente guerras justas de liberación, si son exigibles a estas formas de lucha
códigos morales, si son éstos los mismos de las guerras convencionales; si se
debe exigir a un grupo revolucionario lo que no se exige al Estado, o viceversa.
Preguntarse acerca de si la dinámica clandestina de este tipo de lucha no termina
marcando no sólo los medios sino los fines. Si la lectura de los atentados, el
estudio del tipo de violencia practicada a través de sus atentados, se convierte en
la información más valiosa sobre la propia organización.
ETA ha dejado muchas preguntas en el aire y un ambiente, hoy por hoy, muy
poco propicio a las respuestas. Ha dejado el relato, su relato, pendiente, y sujeto
a que se lo hagan otros de manera interesada. Es pretensión de este libro, de este
periodista, contribuir al mismo con la descripción de los hechos desde la
perspectiva del periodismo informativo y el apunte interpretativo que enmarque
la acción; escribirla como si no se conociera su final, dejando que sean los
hechos los que hablen. Este cronista tiene su visión y su versión sobre ellos,
sobre cada uno de ellos, pero ha realizado el esfuerzo de narrar, de contar, como
si fuera un observador imparcial, situándose en cada uno de los momentos al
lado de los acontecimientos, aprovechando el conocimiento directo de los
mismos, contrastándolos con fuentes y testimonios de cada tiempo, casi siempre
tomados de la prensa de la época. El resultado de la crónica puede resultar
abrumador. La sucesión de actos y la referencia a personas y situaciones
concretas, incómoda o extemporánea. En ningún caso ha sido pretensión del
autor airear vergüenzas gratuitas, pero tampoco ocultarlas al servicio de un relato
maquillado y tranquilizador, en detrimento de la verdad. En todos los casos, las
fuentes están identificadas y a ellas corresponde la responsabilidad de sus
asertos, y a la inteligencia del lector valorarlos de acuerdo a la confianza que le
merezcan.
Si es cierto que la única contribución teórico-revolucionaria de ETA ha sido la
de la espiral revolucionaria que diseñara José Luis Zalbide y dibujara Jorge
Oteiza, si es cierto que esa ha sido su guía desde horas tempranas, el repaso de
los acontecimientos aquí recogidos viene a confirmar que, en efecto, a la acción
de ETA siguió una represión multiplicada que hizo posible una acción más
radical, un giro ascendente, como se había previsto, pero finalmente sin los
efectos buscados y deseados. Tal vez tenga razón Ramón Saizarbitoria cuando
dice que aquí nunca se creyó de verdad en la lucha armada [Uste dut sekula ez
dugula sinetsi egiazki borroka armatuan], pero, para ser cierto, duró demasiado
y sufrió e hizo sufrir en exceso. He aquí la prueba.
LA HISTORIA DE ETA EMPEZÓ EN 1936
En la Pascua Militar de 1977, Juan Carlos I había dicho a los jefes de su tropa
que “en ocasiones, resulta especialmente duro el ejercicio de la lealtad, pero es
entonces cuando adquiere su grandeza y constituye el complemento insustituible
del espíritu de disciplina”. En 1978, que “hay que evitar la politización de las
Fuerzas Armadas”. En 1979, a los pocos días del atentado contra el gobernador
militar de Madrid, en cuyo entierro se habían producido graves incidentes, les
recordó que “el espectáculo de una indisciplina, de una actitud irrespetuosa, es
francamente bochornoso”. En 1980 les animó a “que nadie os excite a
protagonismos inoportunos”. En 1981 les pidió “unidad, entrega y respeto a las
normas constitucionales”. En la Pascua Militar de 1982, no ha escondido su
dolor por la propaganda “insidiosa y mendaz” que ha tratado de involucrar a la
Corona en el golpe de Estado frustrado. El discurso de esta Pascua ha sido leído
con especial interés por una prensa que, a riesgo de parecer obsequiosa,
manifiesta que ha sido a un tiempo, inteligente, conciliador y enérgico. En estos
días de enero, ETA militar escribe en Zuzen [publicación oficial interna] que no
creen que el Ejército y la Oligarquía españoles sean capaces de mantener una
situación estable en el Estado con un “frente de guerra” en el norte
permanentemente abierto. Cree equivocadamente ETAm que buscarán una salida
a esta realidad y que esa salida, en el caso de Euskadi, se va a concretar en la
consecución de la alternativa KAS. Lo que toca ahora, a su entender, se concreta
en resistir y organizarse, porque “resistir es vencer”. Es un convencimiento
sólido y viejo en los milis que la lucha armada es lo único inasimilable por los
reformistas. Ha explicado lúcidamente Francisco Letamendia en Viento del Sur
que los esquemas de negociación bilateral con el Estado, basados en la
convicción de ETA de representar a todo el pueblo vasco frente al Gobierno
español, irreales desde 1977 pues ignoran el papel central que el nacionalismo
tradicional juega ya en la vida política vasca, “se enfrentarán en los años 80 al
hecho de que aquel está alineando ya sus actitudes con el Estado español en
nombre del triple imaginario liberal y socialdemócrata del humanismo, el
pacifismo y el pluralismo para combatir a ETA”.
El 5 de enero, ETA militar ha secuestrado al empresario de origen alemán José
Lipperheide, en su casa de la Avanzada, entre Neguri y Leioa, lindante por la
parte de atrás con el chalet en el que vivió Javier Ybarra Bergé. Todos los
partidos vascos, a excepción de HB y EE, lo condenan y exigen su inmediata
liberación. Para la dirección del PNV en Bizkaia la fecha del secuestro no es
casual, porque coincide con la celebración de la Pascua Militar y se entiende
como una provocación. Lipperheide va a estar cerca de un mes secuestrado y
será liberado tras el pago de un rescate. “A nadie debe caberle la menor duda de
que si las condiciones exigidas no hubieran sido satisfechas, o si las
interferencias policiales y políticas hubieran llegado a poner en peligro la
integridad de la operación, el industrial hubiera sido ejecutado”, afirma en un
comunicado ETAm, al tiempo que asegura que todos los requisitos exigidos han
sido satisfechos, que ese favorable desenlace ha sido logrado a pesar de los
esfuerzos policiales y de ciertos grupos políticos reformistas empeñados en
enturbiar el asunto, al acecho para “capitalizar una posible ejecución del señor
Lipperheide”. ETApm realiza en la persona del padre del cantante Julio Iglesias
un rocambolesco secuestro, que acaba con su liberación por parte de la Policía.
Al reivindicarlo ha querido precisar que no debe entenderse como ruptura de la
tregua que “veníamos manteniendo desde el 27 de febrero del año pasado”, casi
un año. Sencillamente ocurre que a sus comandos les hace falta dinero. Además
de los secuestros de explicación política, ETA político-militar ha estado detrás de
los raptos de Serra Santamans, Pedro Abréu y Luis Suñer, en los que el móvil es
económico, de “abastecimiento” en su jerga. Se conoce el 20 de enero que han
desaparecido 540 revólveres fabricados por Astra en Gernika y montados en
Baiona con destino a Bélgica. Van en un contenedor de ferrocarril y no han
llegado a su destino en Courtrai. Inicialmente se dice que los han debido robar
en Baiona, pero luego se opta por explicarlo como una sustracción realizada en
Lille por colaboradores de ETA, por encargo del IRA irlandés. Los autores del
robo han tenido que disponer de datos muy exactos, ya que estos transportes de
armas solo se efectúan una vez al mes, en fechas diferentes, y con gran
discreción, explica la Policía francesa. Antes de que finalice enero, la Guardia
Civil desactiva un artefacto cerca de Bolíbar, tras recibirse una llamada en Egin
alertando del riesgo que corren los obreros que trabajan cerca reparando la
carretera.
Terminando febrero se conoce una nueva escisión en ETA político-militar. Los
que en adelante van a ser conocidos como polimilis VIII Asamblea anuncian en
una rueda de prensa su regreso a la actividad armada. Coincidiendo con esta
declaración, se hace pública la detención de siete presuntos integrantes del
conocido como comando electrónico de ETApm. Al que se tiene como
responsable del grupo está a buen recaudo en Iparralde. Están especializados en
el montaje de medios electrónicos para llevar a cabo interferencias en las
emisiones de radio y televisión, escuchas de las redes de transmisión de las
Fuerzas de Seguridad y del Ejército, y fabricación de temporizadores y mandos a
distancia para realizar atentados con explosivos. Una nota del MULA (Mando
Único para la Lucha Antiterrorista) informa que se ha efectuado un registro en el
domicilio del parlamentario de EE en Gasteiz Francisco Javier Olaverri Zazpe y
han encontrado un scanner para la escucha de las emisiones de las FSA,
semejantes a los anteriormente hallados en poder de los detenidos, además de
propaganda clandestina y boletines internos de ETA. Se le instruyen diligencias
y queda en libertad, tras acreditar su condición de aforado. Xavier Mingorría
escribe en Ya que el comando electrónico formaba parte del estado mayor de
ETApm y refleja el “grado de madurez” de la organización. Un alto mando
antiterrorista asegura que los polimilis se están preparando para una guerra larga.
El grupo capturado lleva cuatro años investigando, son unos técnicos muy
cualificados en la fabricación de aparatos detonadores y radiotransmisores.
Después del alto el fuego decretado por ETApm el 27 de febrero de 1981, la
dirección les ha encargado la fabricación de temporizadores que permitan
preparar explosiones con más de un mes de antelación. Esto parece ser que lo
han conseguido –escribe Mingorría–, en cambio no han podido con un proyecto
que consistía en la manipulación de un reloj digital de cuarzo, para convertirlo
en un temporizador capaz de ser accionado con un año de antelación. El 27 de
febrero de 1982, Mario Onaindia asegura que “ETA no es un Ejército de nada, a
no ser de la señorita Pepis”.
El consejero de Interior del Gobierno Garaikoetxea, Luis María Retolaza, dice
que el Gobierno vasco sabe que en las comisarías se tortura, pero “no tenemos
ninguna competencia en esa materia”. Entre los testimonios que maneja para
asegurarlo falta aún el de la hermana de su esposa, el de Ana Ereño, a la que van
a detener el 28 de abril en Donostia, llegará a Madrid en un “estado lamentable”,
y tras diez días incomunicada entrará en la cárcel de Yeserías en un estado más
lamentable todavía. Manuel Ballesteros se hace el indignado, no entiende cómo
un consejero del Gobierno vasco “puede caer en la bellaquería de asumir los
planteamientos de ETA y sus corifeos”. El Gobierno español no va a pasar por
esta causa los apuros del Gobierno italiano, donde denuncias de torturas de
militantes de las Brigadas Rojas han llevado por dos veces al Parlamento al
ministro del Interior a dar explicaciones, donde los jueces del Proceso de Verona
que se ocupan de la causa han declarado nulas las declaraciones de los detenidos
ante la Policía. El director del MULC, antes MULA, hace balance de un año del
departamento que dirige. Ve al terrorismo de extrema derecha desarticulado, ve
en ETA militar, “que está acorralada”, el único peligro en el terrorismo de
extrema izquierda. Explica el comisario Ballesteros que ETAm se ha llevado un
golpe durísimo y está en cuadro, y sus comandos de información, apoyo e
infraestructura han sido prácticamente desarticulados, como lo demuestra que,
públicamente, haya pedido información al pueblo vasco, “y eso ETA no lo
hubiera hecho nunca”. Reconoce que EE ha abandonado el apoyo a ETApm,
pero HB sigue apoyando a ETA militar, “lo digo y lo mantengo; la diferencia
está en que unos llevan armas y otros no”. Se muestra contrario a la asistencia
letrada a los detenidos por terrorismo, porque los que les defienden, dice, están
en la mayoría de los casos en el mundo de la organización terrorista. Sobre los
malos tratos explica que es táctica habitual denunciar torturas para desprestigiar
a quienes les combaten, aunque reconoce que puede haber habido algún caso y
para eso está la Justicia. A Manuel Ballesteros no se le oculta que el terrorismo
quiere provocar una catástrofe “para que haya un golpe militar”, pero el Cuerpo
de Policía no enjuicia el sistema político, asegura, sino que defiende la
legislación vigente, como lo prueba que lo estén haciendo con su sangre.
El semanario Cambio 16, como antes el diario Abc, cree saber que los “duros
de ETA viven en Francia, pero asesinan en España”. No duda en afirmar que el
ministro del Interior, Juan José Rosón, se dejaría cortar gustosamente una mano
por cazarles y enjaularles. Y aún así se quedaría corto, porque los milis son de
armas tomar. Donde ponen el ojo, ponen la bala. Y no solo no fallan, sino que
cuando planifican una escalada terrorista en toda regla, colocan a España entera
con el corazón en un puño. No trata Cambio 16 de hacer apología de los
miembros de ETA, pero pareciera. Sigue su relato con la descripción de los
dirigentes etarras: todos juntos no pasan de treinta personas, tienen una edad
media de 31 años y para ellos la democracia no cuenta. En octubre de 1977, el
Gobierno les concedió la amnistía, los puso en libertad, pero han vuelto a las
andadas. Se completa el relato de la revista con el resumen de secuestros y
asesinatos que han acumulado sobre sus espaldas en los tres últimos años: 254
personas han sido abatidas por sus metralletas desde que se implantó la
democracia en España; otras 83 han sido secuestradas y 342 instalaciones
militares y civiles han saltado por los aires con la goma-2 manejada por los
comandos de ETA. Lo más preocupante, según todas las fuentes, es que si ETA
militar no hubiera existido, no habría habido tampoco 23 de febrero, ni tenientes
coroneles de la Guardia Civil que “intentaran arrastrarnos al oscuro túnel de la
dictadura. Sin ETA, España sería un paraíso”. Termina marzo de 1982, cuando el
exitoso Cambio 16 de Juan Tomás de Salas publica esto.
Esta vez es ETAm la que atenta con lanzagranadas contra el fortín de
Intxaurrondo. En este y otros atentados, parece observarse una transferencia de
tecnología acompañando a militantes que han abandonado a los polimilis y se
han hecho milis. Al reivindicarlo el 14 de abril, concede un mes de plazo para
desalojar cuarteles y comisarías. Dos días más tarde, ataca un autobús de
oficiales del Ejército en Barcelona y al día siguiente una tanqueta en Iruñea. No
se libran de los ataques ni el conflictivo cuartel de Algorta ni el histórico de La
Salve, por donde han desfilado miles de detenidos vascos. ETAm anuncia que
estos enclaves serán considerados objetivos militares de primer orden. El 18 de
abril ETA militar consuma una operación compleja contra las instalaciones de la
central telefónica de Río Rosas en Madrid. Conoce su gran importancia, y coloca
las cargas explosivas, 170 kilos de goma-2, en puntos sensibles, pero sin
provocar víctimas. Telefónica valora los daños en 3.492 millones de pesetas. La
estructura ha quedado seriamente dañada. En realidad, son imposibles de
contabilizar las pérdidas reales. Diez compañías de seguros anuncian su
cobertura. ETAm se apresura a reivindicar estos atentados, que todos califican de
escalada con la pretensión de forzar una negociación, para la que Herri Batasuna
se ofrece como mediadora, y si el Gobierno español se niega, anuncia que
acudirá a la mediación de instancias internacionales. La ofensiva ha dado inicio
el miércoles 15 con el ataque al acuartelamiento de la Guardia Civil en
Intxaurrondo, ataque en el que por primera vez ETAm ha utilizado
lanzagranadas y armas automáticas de largo alcance; le han seguido, el 16, con
lanzamiento de una granada antitanque contra un microbús ocupado por
militares; el 18, con ataques contra una tanqueta en Pamplona, contra una
patrulla de la Guardia Civil que custodia el cuartel de Algorta y contra la
comandancia de La Salve, en Bilbao; el 20, domingo, es cuando ha tenido lugar
la voladura de la central telefónica de Ríos Rosas, en Madrid, y esa misma
medianoche ETAm ha atacado el cuartel de Eibar.
El delegado del Gobierno español en el País Vasco, Marcelino Oreja, propone
ante la asamblea de cargos públicos de UCD, celebrada en Vitoria, el relevo de
los miembros de HB que ostentan cargos en las instituciones, por “sus
permanentes pretensiones de justificación o, en todo caso, silencios ante las
acciones de ETA”. Efectúa esta propuesta por considerar insuficientes las
acciones emprendidas hasta el momento por parte de las instituciones y fuerzas
políticas vascas más representativas. El plan se basa en una campaña de
mentalización dirigida al ciudadano, para la que los medios de comunicación
deben prestar una amplia colaboración. Propone el establecimiento de un
calendario en el que se delimiten un conjunto de acciones localizadas geográfica
y temporalmente. Resalta el protagonismo de las instituciones en la ejecución del
plan, especialmente por parte del Gobierno vasco, pide el pleno apoyo a las
Fuerzas de Seguridad y a las gestiones diplomáticas ante el Gobierno francés
para lograr una mayor colaboración en la lucha antiterrorista, propone una
acción específica contra el impuesto revolucionario y rechaza rotundamente la
negociación con ETA. Marcelino Oreja defiende que aislar el terrorismo
significa cortar puentes, nexos de unión con el entramado social que lo cobija.
Dentro de este plan, se ha reunido discretamente con directores de diarios de la
Comunidad Autónoma Vasca y les ha anunciado el cierre de Egin. Antonio
Barrena, director de El Correo Español-El Pueblo Vasco, le hace desistir de esa
temeraria idea, haciéndole ver que toda la Policía y Guardia Civil no sería
suficiente para proteger la distribución de sus periódicos. Así se lo hace saber
luego Barrena al director de Egin, ante el que reconoce que, más que la defensa
de la libertad de información, es el pragmatismo el que ha guiado su respuesta.
ETA militar da muerte el 5 de mayo a Angel Pascual Mújica, director del
proyecto de la central nuclear de Lemoiz que ha sustituido a José María Ryan.
Dos jóvenes ametrallan en Begoña, no lejos de su domicilio, el coche en el que
viaja junto a un hijo de 18 años, sin que sus dos vehículos de escolta, que le
siguen, puedan evitarlo. Los técnicos se han reincorporado al trabajo diez días
antes, una vez que los Gobiernos central y vasco han firmado el acuerdo de
creación del Ente Vasco de la Energía. El lehendakari entiende que el Gobierno
que preside debe recoger el guante de este desafío, y Xabier Arzalluz, presidente
del PNV, declara que “o ETA entra en razón o no habrá más remedio que
erradicarles”, al tiempo que insiste en la conveniencia de un referéndum sobre la
central al que Madrid se opone. El político socialista Ricardo García
Damborenea está seguro de que el PNV podría acabar con ETA en 24 horas, si
quisiera. La lucha contra Iberduero sigue costando vidas de militantes de ETA:
José Javier Alemán y José Valencia fallecen al estallarles la bomba que portan
para ser colocada en una torreta eléctrica. El 1 de junio, el diario francés Sud
Ouest publica declaraciones de Garaikoetxea en las que reconoce a ETA como
un movimiento nacional de resistencia y manifiesta su convicción moral de que
se tortura en las comisarías. El ministro Rosón dice haberlas remitido al Fiscal.
ETApm VIII secuestra a un dentista en Bilbao, que deja en libertad tras cobrar el
rescate. ETAm da muerte a un coronel retirado en Deusto-San Ignacio y, también
en Deusto, arroja granadas de mano contra una garita de la Guardia Civil. Unos
días más tarde mata a un supuesto confidente en Santurtzi, arroja artefactos
contra entidades de Iberduero en varios puntos a la vez, explosiona una bomba
en Trabakua al paso de un convoy de la Guardia Civil. Proliferan las detenciones
de colaboradores de ETA, se denuncian torturas, se reprimen las
manifestaciones. Txiki Benegas afirma que un Gobierno socialista puede
encauzar el problema vasco.
El Instituto de Cuestiones Internacionales organiza en Madrid un seminario
sobre terrorismo en el que toman parte especialistas de Estados Unidos,
Alemania, Italia y España. A unos cuantos de ellos va a recurrir pronto el
Gobierno vasco en busca de un diagnóstico experto sobre la violencia en
Euskadi. El plato de cierre lo guisa el coronel de la Guardia Civil Andrés
Cassinello, subdirector del Mando Antiterrorista, con el desarrollo de dos ideas
centrales: en la sociedad vasca hay un fuerte sentimiento nacionalista, pero la
sociedad civil vasca ha pagado con sangre un tributo más alto que la propia
Benemérita, y la lucha antiterrorista exige una acción continuada. Porque en tres
años ha habido cuatro directores generales de la Guardia Civil, tres ministros,
tres directores de seguridad, cuatro generales jefes de la quinta zona de la
Guardia Civil, cuatro jefes superiores de Policía de Bilbao, tres jefes de las
comandancias de San Sebastián y Bilbao... Una guerra larga, como esta –
sostiene–, ha de caracterizarse por la continuidad en la dirección y en el
planteamiento, “y la verdad es que en esta lucha la necesidad de éxitos próximos
nos ha llevado a prisas y a un continuo tejer y destejer”. Cassinello, casado con
una mujer vasca, desgrana la sorprendente idea de que la sociedad civil vasca ha
pagado en sangre un tributo más alto aún que la propia Guardia Civil, que es la
que ha sufrido entre todos los de las Fuerzas Armadas y de la Seguridad el
mayor sacrificio.
El balance de víctimas entre el 7 de julio de 1968 y el 1 de mayo de 1982
indica que ETA ha asesinado a 349 personas y herido a 492. De estos, 152
muertos y 273 heridos son civiles –paisanos, dice él–; 103 muertos y 121 heridos
son guardias civiles; 37 muertos y 80 heridos son de la Policía Nacional; 25
muertos y 11 heridos del Cuerpo Superior de Policía; militares, exceptuando la
Guardia Civil, 32 muertos y siete heridos. ¿Cuántos componen ETA?, se
pregunta Cassinello. Una organización que sufre cerca de 4.000 bajas entre
detenciones y huidos; que produce más de trescientos asesinatos; que lleva más
de diez años de existencia y que mantiene una organización de apoyo que se
puede estimar por encima de las 150.000 personas no puede ser una organización
pequeña. “Como militar y como español, no entiendo el independentismo y me
duele su existencia, pero hay que aceptarlo como una realidad”, y busca sus
causas: “Las guerras civiles se pagan. Y mientras Francia ha hecho tres guerras
con Alemania, los españoles hemos hecho cuatro entre nosotros”. El coronel ve
un marxismo revolucionario fuerte en Euskadi y un PNV que opta por la
indiferencia como sistema. Las dos ramas de ETA cuentan con apoyos concretos,
asegura. Pese a que entre EE y ETApm existen “continuas y agrias
discrepancias”, se siguen apoyando, y a ETAm lo sostienen HB y medios
periodísticos como Egin y Punto y Hora de Euskal-Herria. Prácticamente la
totalidad de los votantes de HB son simpatizantes de ETA, sigue el coronel
Andrés Cassinello, un hombre entrenado en la escuela antiterrorista
norteamericana. “No hay apenas ninguno que se despiste. Yo he asistido [sic] a
mítines de Herri Batasuna iniciados con la palabra ‘independencia’ y presididos
por una ikurriña con el hacha y la serpiente, símbolo de ETA. No hay día sin
Egin ni fin de semana sin Punto y Hora de Euskal-Herria, y mientras no se
corten estos gérmenes seguirán naciendo terroristas”. Al hablar del apoyo
internacional a ETA, ha destacado la importancia de la postura de Francia, por la
complacencia que muestra hacia las bases de la organización, y ha quitado
importancia a los campos de entrenamiento en Beirut con la OLP, en la
Academia de la Policía de Argel, y en Yemen del Sur: “Para dispararle en la
nuca a un coronel jubilado de setenta años o para poner una bomba al paso de un
autobús no hace falta ninguna capacitación técnica”.
Una bomba de ETA militar dirigida contra locales de Iberduero en Errenteria
hiere gravemente a Alberto Muñagorri Berdasko, un niño de diez años, el 26 de
junio. Las Policías Municipal y Nacional se responsabilizan mutuamente de no
haber evitado la tragedia. La explosión se produce cuando el niño da una patada
a un bulto abandonado en la calle. El bulto, una mochila, ha sido manipulado a
lo largo de la mañana por varias personas, sin que hiciera explosión. Tanto la
Policía Nacional como la Policía Municipal local tenían conocimiento de su
existencia desde diez horas antes. Un informe sobre la descoordinación policial
culpa a la Policía Municipal, pero un juez investiga posibles responsabilidades
del inspector de de la comisaría de Policía de San Sebastián, que no ha
comunicado a los equipos de desactivación de explosivos la existencia de un
paquete sospechoso, pese a las reiteradas llamadas de la Policía Municipal de
Errenteria y a la de un vecino de la localidad, interpretando que el equipo de
desactivación no acostumbra a efectuar salidas durante la noche. El comisario es
relevado a las nueve de la mañana del día siguiente por un compañero, al que
nada comenta del asunto. La bomba explota minutos después de las doce horas
del mediodía. La conmoción es grande en la zona. Las protestas contra este tipo
de atentados se acentúan. Horas después de que falsas comunicaciones hechas
llegar a Egin por conductos no habituales desvincularan a ETA de la colocación
de la bomba, ETAm asume su paternidad a través de los conductos
acostumbrados, explica que el artefacto no hizo explosión a la hora prevista por
un error que lamentan y culpa a las Fuerzas de Seguridad de las consecuencias
de la explosión.
El último día del mes, el Congreso de los Diputados aprueba el proyecto de
Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA), con una
disposición transitoria en la que se pospone cinco meses su entrada en vigor. En
la misma sesión se aprueba la Ley Orgánica de Reintegración y Amejoramiento
del Régimen Foral de Navarra, que convierte a esta en comunidad autónoma de
régimen foral. Este día, poco después de las nueve de la noche, un comando de
ETAm da muerte al jefe de la Policía Municipal de Barakaldo, José Aibar Yánez,
mencionado a finales de 1979, junto a otros derechistas, en un reportaje de
Xavier Vinader para Interviú titulado “Confesión de un infiltrado. Cómo actúan
los ultras vascos”. A dos de los citados en la investigación periodística ETA los
mató pocas semanas después. Aibar abandonó entonces por un tiempo su
domicilio, al que había regresado recientemente. El atentado tiene lugar en el
reservado de un bar en el que juega a cartas con unos amigos. Otras dos personas
resultan heridas por rebotes de los disparos, uno de ellos de gravedad. Cuando le
están colocando en la camilla para trasladarle al Hospital de Cruces, un testigo
dice haber visto cómo se le caía una pistola. Se trata de Xabier Zabaleta, Jatorra,
uno de los integrantes del comando, un joven muy activo y apreciado en el
barrio donostiarra de Intxaurrondo.
Tres presuntos miembros de ETA político-militar que eran trasladados a la
cárcel de Nanclares de la Oca resultan heridos, dos de ellos de gravedad, al
disparársele el arma a uno de los guardias civiles que les custodia en el interior
del furgón. La versión oficial habla de que previamente el vehículo ha pegado
una serie de bandazos por el reventón de una rueda. Ocurre cerca del mediodía
en el kilómetro 103 de la carretera nacional II, en la provincia de Guadalajara. El
teniente ayudante de la Comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara
comenta a la corresponsal de El País que no están seguros de lo que ha pasado,
pero que es posible que uno de los guardias de escolta se haya puesto nervioso al
oír el reventón, pensado que estaban siendo atacados, y se le haya disparado la
metralleta. El furgón, custodiado por otros dos vehículos de la Guardia Civil,
transporta ocho presos: cinco milis con destino a la cárcel de Soria y tres
polimilis con destino a Nanclares de la Oca, que son los que reciben los disparos.
El diputado de EE Juan María Bandrés anuncia que presentará una interpelación
sobre el incidente. La versión oficial sostiene que la metralleta del guardia civil
se disparó accidentalmente, y Bandrés dice no comprender cómo es posible que
en un traslado de este tipo, uno de los miembros de la escolta lleve su arma en
posición de disparo dentro de un vehículo en el que viajan reclusos esposados. El
caso va a juicio y se salda con indemnizaciones a los heridos.
Es tiempo en España de mundiales de fútbol, naranjitos y visitas ilustres con
tal motivo. Henry Kissinger, gran aficionado a este deporte, asiste a varios
encuentros y aprovecha su estancia para entrevistarse con un Felipe González al
que ya ve como próximo presidente de Gobierno. Almuerza con el líder
socialista y más tarde se entrevista con el líder de AP, Manuel Fraga. Autónomos
y octavos secuestran en estos días con fines recaudatorios; los milis continúan el
acoso a las FSE y sus colaboradores; se multiplican las manifestaciones contra la
nuclear de Lemoiz, sus trabajadores salen a la calle en defensa de sus puestos de
trabajo; las policías persiguen y reprimen. Juan José Rosón manifiesta que la
Policía española tiene la seguridad, gracias a sus contactos con colegas de otros
países, de que ETA mantiene un intercambio de armamento con grupos
terroristas europeos, como el IRA y las Brigadas Rojas, un armamento que sabe
fácil de adquirir en el mercado negro europeo. ETA y las Brigadas Rojas
coinciden en métodos, pero son, a su juicio, organizaciones completamente
distintas. También el presidente francés François Mitterrand ha estado en los
Mundiales, y se ha ido de España, a decir del ministro Rosón, convencido de que
una parte esencial de la persistencia del potencial efectivo de ETA se deriva de la
cercanía de la frontera y, sobre todo, de la libertad con que sus militantes se
mueven en Francia. No tienen noticias todavía de nuevas medidas galas contra
ETA y prefiere atribuirlo al escaso tiempo transcurrido. En cuanto al criterio
francés de que estos delitos tienen componente político, el ministro manifiesta
que el asesinato, la extorsión y el secuestro son delitos tipificados en el código
de justicia penal de cualquier país. Antes de que finalice julio, Jaime Mayor
Oreja sustituye a Marcelino como delegado del Gobierno de España en Vitoria.
En sus primeras declaraciones sostiene que en el País Vasco no se tortura.
Es en agosto cuando ETAm abre un nuevo frente al anunciar que atentará
contra los traficantes de droga. Lo da a conocer al tiempo que reivindica la
voladura del pub Lurpe de Tolosa. Anteriormente ya ha dado muerte a un
abogado de presuntos narcotraficantes, pero es a primeros de este mes cuando
realiza un anuncio público contra los traficantes. Sostienen los milis que la
introducción y extensión de la droga dura en Euskadi constituye una “campaña
orquestada que busca fines de represión cultural, social y política”. Acusa a la
propia policía de estar detrás de la introducción de droga y señala al pub Lurpe
como una de las “bases de infraestructura para la red de distribución de
estupefacientes”. En estos días, los octavos de ETApm se hacen presentes con el
lanzamiento de una ‘embarcación-bomba’ que está a punto de hacer blanco en la
patrullera Tabarca, amarrada en Pasaia, y en la que duerme la mayor parte de su
tripulación.
Paralelamente, en un acto con periodistas, los octavos descalifican los
contactos que mantienen el Gobierno español y Euskadiko Ezkerra para la
excarcelación de presos y la normalización de la situación de los refugiados.
Afirman que el Gobierno español negoció directamente con ETApm en marzo
del pasado año, un mes más tarde de la intentona golpista del 23 de febrero, y
que el conjunto de los político-militares estuvieron entonces de acuerdo en una
tregua. Aseguran que en aquella ocasión el Gobierno pretendió que ETApm
colaborara en el aislamiento e incluso liquidación de ETAm, así como que
disolviera su propia organización, a cambio de resolver la situación personal de
cada uno de sus miembros. ETApm decidió rechazar esa propuesta el verano del
pasado año. Explican que las actuales conversaciones entre EE y el Ministerio
del Interior no tienen nada que ver con la salida negociada que ETApm apoyaba
entonces y a la que le encuentran ahora “algunos aspectos criticables”. La salida
negociada supone, a juicio de los octavos, una negociación global de los temas
políticos pendientes, entre las diferentes fuerzas políticas democráticas vascas,
como son la LOAPA, la amnistía, Lemoiz, la incorporación de Navarra y el
desarrollo progresista del Estatuto. “Si se aplica la LOAPA, que es lo que en
cierta manera nos ha impulsado a volver a la lucha armada, nosotros entraremos
a saco con acciones de envergadura”. De momento no van a hacer prácticamente
nada contra Lemoiz –“los milis lo están haciendo bien en este terreno”–, y
anuncian que actuarán contra “aquellos elementos que, acogiéndose al soborno
ofrecido por las instancias policiales y jurídicas del Gobierno centralista, obren
en contra del proceso revolucionario vasco, delatando o poniendo en peligro la
seguridad y el funcionamiento de las organizaciones armadas y de sus militantes
o colaboradores”. Ante el recordatorio de los periodistas del compromiso
público por parte del Gobierno de que los reinsertados no serían obligados a
declarar en comisaría, los dirigentes de ETApm VIII Asamblea admiten que este
podría ser efectivamente un aval interesante.
HB sale al paso de un artículo publicado por el delegado de Cambio 16 en
Euskadi, Ander Landaburu, calificándole de “mercenario, rastrero y delator”, y
numerosos periodistas firman un comunicado de solidaridad con él, denunciando
el carácter intimidatorio de las manifestaciones del representante de HB. El
reportaje en cuestión denuncia distintas formas de extorsión económica que
practican ETA o sus simpatizantes y que incluyen el chantaje contra los
propietarios de algunos bares del Casco Viejo bilbaíno, a fin de que entreguen
mensualmente una determinada cantidad de dinero como aportación a la lucha.
El trabajo es fruto, según explicaciones del autor en el diario Tribuna Vasca, de
una minuciosa investigación que incluye entrevistas con algunas de las víctimas.
Los Comités Antinucleares de Euskadi, aludidos en el reportaje, manifiestan ser
ajenos a hechos coactivos contra establecimientos y exigen de Ander Landaburu
una rectificación pública. La asociación de vecinos Bihotzean del Casco Viejo de
Bilbao anuncia por su parte el estudio de una querella contra el periodista, y los
propietarios de 48 bares de la misma zona reclaman en un escrito acompañado
de sus firmas una rectificación pública de las informaciones de Landaburu. El
presidente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, que agrupa a
medio millar de establecimientos, incluidos bares de la citada zona, declara
desconocer totalmente el asunto. El periodista, en un escrito enviado a Egin,
tacha de sarcástico el hecho de que, ante una clara demostración de falta de
argumentos para responder a su trabajo, se utilice el insulto y no los datos.
Expresa también su sorpresa por que en un documento contra él, suscrito por
propietarios de bares enclavados en la zona de la que trataba su escrito,
aparezcan los nombres de tres personas que “me habían facilitado valiosos datos
para mi reportaje, pocas semanas antes”.
Un comando de ETAm tiende una emboscada con armas largas y fuego
cruzado a dos vehículos de la Policía Nacional entre Ventas de Astigarraga y
Errenteria, y acaba con la vida de cuatro agentes. La prensa de Madrid afirma
que uno de los heridos ha sido rematado cuando un vecino le trasladaba al
hospital. El ministro del Interior lo interpreta como “el preludio de una campaña
de terror”. Unos días más tarde, ETAm mata a un brigada de la Comandancia de
Marina en Erandio, que se ocupaba del despacho de buques, “un puesto
conflictivo”, a decir del comandante de Marina de Bilbao, “ya que a menudo
estaba obligado a decir que no”. Xabier Arzallus, que está siendo entrevistado
por Radio Nacional de España en el momento en que se tiene noticia del
atentado, pensando sobre todo en la familia, deja constancia de su tristeza, alerta
del peligro de irse acostumbrando a hechos tan rechazables y plantea la
necesidad de abordar el tema de la violencia en toda su complejidad, incluyendo
sus raíces remotas, para lo que no bastan las medidas policiales o la acción
internacional, sino aquellas destinadas a restar apoyo social a los violentos.
Se producen nuevas detenciones en Arrasate, Eibar, Intxaurrondo, Leioa; los
presos vascos inician una huelga de hambre en apoyo a la lucha popular a favor
de la alternativa KAS. En vísperas del Gudari Eguna, que se hace coincidir con
el aniversario de los fusilamientos de Txiki y Otaegi, la Policía da muerte en
Donostia al miembro de ETAm Fernando Barrio Olano. Despliegues policiales
extraordinarios se esfuerzan en impedir las manifestaciones convocadas en las
capitales vascas por el Gudari Eguna y para protestar por la muerte de Barrio, en
la que la izquierda abertzale ve una ejecución. Antes de que septiembre
concluya, ETA militar vuela la boya de carga y amarre de CAMPSA situada
frente a la localidad catalana de Badalona. Al reivindicarlo, asume también la
responsabilidad del atentado contra el brigada de Marina, la voladura de una
estación de Iberduero en Basauri y los atentados contra bancos en Amurrio y
Lezo, por “la grave responsabilidad que le incumbe al capital financiero en la
crítica situación en que se encuentra Euskal Herria”. Alguna prensa atribuye la
operación de CAMPSA al bermeano Miguel Angel Goienetxea Fradua, Txo,
experto buceador, a su decir, autor probable también de la colocación de las
bombas contra el destructor ‘Marqués de la Ensenada’ en octubre de 1981. Las
cargas de dinamita han sido colocadas esta vez a treinta metros de profundidad y
hay otras más que no han estallado y que artificieros de Cartagena desactivan. El
Consistorio de Badalona se esfuerza en mantener el pacto de silencio acordado
con la Comandancia Militar de Marina, la Guardia Civil y CAMPSA, para evitar
el pánico que un atentado de estas características pudiera provocar en la
población.
Un sector de ETA político-militar anuncia el abandono de la lucha armada y
su disolución. Lo hacen público cuando octubre arranca, en el frontón Jai Alai
de Biarritz, en ambiente festivo, a cara descubierta, ante una nutrida
representación de periodistas. Los polimilis en cuestión han cuidado la
escenografía, en la que no falta un ramo de flores. Se comprometen a seguir
luchando por sus objetivos políticos de siempre por medios no violentos. Según
Juan Miguel Goiburu Mendizabal, Goiherri, han llegado a un acuerdo con el
Ministerio del Interior español que permitirá regresar a casa sin contrapartidas a
un colectivo de más de cien militantes, casi todos polimilis, pero también
algunos octavos, autónomos y milis. Los séptimos aseguran que su decisión es
irreversible y solo una vuelta a la dictadura les podría llevar a reconsiderar
individualmente esta postura. Dicen no tener armas que entregar, porque se las
quedaron los octavos cuando se produjo la escisión: ellos apenas conservan sus
casas, sus libros, y poco más. Para resolver los problemas económicos que su
regreso les va a provocar, cuentan con la caja de resistencia de familiares y
amigos, a la espera de encontrar un trabajo. Javier Pagola escribe en Abc que
ETA ya no tiene razones históricas para existir y que los polimilis que dieron a
conocer su decisión de autodisolverse reconocen haber tenido amenazas de los
octavos, “aunque más de tipo propagandístico que político”, y no se sienten
amenazados. HB no se siente afectada por esta decisión que ni les va ni les
viene. El resto de partidos la ve como muy esperanzadora. Para el portavoz del
Partido Comunista Martín Sáenz es positiva pero engañosa, porque los que han
anunciado su autodisolución “son una absoluta minoría”. Además, a su juicio, el
problema central sigue sin resolverse y le suena esto a un “boom electoralista, ya
que el anuncio de autodisolución pudo haberse hecho hace tiempo”. Un análisis
de los Servicios de Seguridad españoles explica que han apoyado la que
denominan estrategia de la redención, con dos objetivos: “desposeer de moral
combativa a los grupos armados e iniciar una vía de normalización que puede,
mejor que ninguna otra, terminar con la existencia de ETA”
Arrestan el 2 de octubre a los coroneles Luis Muñoz Gutiérrez y Jesús Crespo
Cuspinera, y al teniente coronel José Crespo Cuspinera, por presunta
conspiración contra el Estado al haber preparado un golpe de Estado para el 27
de octubre, víspera de las elecciones generales. Según la periodista Pilar
Cernuda, este era el “golpe de los coroneles”, el golpe al que se adelantó el 23-F.
El teniente general Milans del Bosch y el resto de procesados por el 23-F están
al tanto de esta conspiración. Encuentran en casa del coronel Crespo Cuspinera
papeles que incluyen planos de Madrid y edificios militares, centros de
comunicación y el esbozo de la operación, que se basa en el asalto simultáneo de
la Zarzuela y la Moncloa. Han requisado también listas, numerosos nombres,
casi la escalilla militar al completo, que servía a los conspiradores como
referencia. Algunos de los nombres aparecen subrayados, son los enrolables en
la operación. Otros habían sido ya contactados y habían dado su aprobación y
apoyo, entre ellos, algún general y varios coroneles y tenientes coroneles. Solo
se sabe lo que nota oficial dice, pero ha trascendido el contacto frecuente de
Crespo con el teniente coronel Tejero, al que visitaba con asiduidad. Escribe
Pilar Cernuda que el CESID ha impulsado en ocasiones el rumor de un ruido de
sables para seguir de cerca las reacciones de los sospechosos. El abandono de la
lucha armada de ETApm ha intranquilizado más aún a los sectores ultras, porque
sospechan que lo es a cambio de promesas de indulto bajo cuerda. La esposa del
coronel Muñoz ha declarado estar orgullosa de que su marido estuviese en el
Servicio Geográfico del Ejército mientras los etarras salían en televisión. Alude
al Informe semanal de TVE que ha emitido una entrevista con los dirigentes de
la ETApm disuelta. La esposa del coronel Muñoz es la secretaria de Blas Piñar,
alma de Fuerza Nueva. Se celebran las elecciones legislativas. El PSOE obtiene
la mayoría absoluta con 202 escaños. Le sigue Alianza Popular con 107 escaños,
Convergència i Unió con 12, Unión de Centro Democrático con 11, PNV con 8,
Partido Comunista con 4, Centro Democrático y Social y HB con 2 escaños cada
uno, y ERC y EE con 1 escaño cada uno. En el desplazamiento de la UCD por el
PSOE y la constatación de que los ruidos de sable no van a ser ya tolerados, ven
los analistas la culminación del proceso de Transición.
Con la muerte en atentado, el 4 de noviembre, del general de División Víctor
Lago Román, jefe de la División Acorazada, ETA militar parece querer decir que
todo sigue igual. Se trata de uno de los generales más preparados del Ejército
español y se produce en un momento especialmente sensible para las relaciones
de las Fuerzas Armadas con el Gobierno socialista surgido de las urnas. Cinco
días antes, el 31 de octubre, ETA ha hecho explosionar una carga de dinamita
situada en el interior de un vehículo al paso de un convoy de la Policía Nacional
y ha provocado la muerte de un agente en Vitoria. El 17 de noviembre es un
teniente del Ejército al que mata en Bilbao. El 15 de diciembre, Julen Elgorriaga
es nombrado gobernador civil de Guipúzcoa, y el 31 de este mes, Ramón
Jáuregui, delegado del Gobierno español en la Comunidad Autónoma Vasca. El
filósofo Javier Sádaba publica en El País un artículo con el título de “La libertad
de expresión y su sombra”. Se lo ha sugerido la condena de la que ha sido objeto
el director de Egin por reproducir comunicados de ETA. “Un periodista, director
de un medio de difusión –el diario vasco Egin–, ha sido condenado por
reproducir textos de una organización armada, ETA. De esta manera se pone en
cuestión un órgano de prensa. De esta manera se está poniendo en juego el
derecho a la información de ese periódico. El asunto es grave. Y lo es por
muchas razones. Algunas son fáciles de seleccionar, y la imaginación del lector
podría completarlas a su antojo. En primer lugar, quien recorta una vez la
información sobre un hecho ha atacado y recortado, eo ipso, toda la información.
No hay excepciones en el terreno de la libertad. No procede decretar que unas
bocas han de estar cerradas y otras, no. Es, en suma, el no reconocimiento, a
través de una instancia concreta, de la tarea del periodista: que diga lo que
sucede. En segundo lugar, se da una extraña selectividad: otros periódicos, otros
medios de comunicación, pueden hablar de ello –de hecho, lo hacen con
frecuencia–, pero ese periódico, no. Es como si se sugiriese este dictatorial
principio: Yo, que soy bueno, puedo decir eso mismo que tú, que no eres tan
bueno como yo, debes callar. En tercer lugar, y como se ha repetido ad nauseam,
los males, cuando lo sean, no se solucionan ocultándolos. La cuestión, repito, no
es la de si está bien o mal tal hecho, sino si se ha de hablar de ese hecho. La
veracidad, la lucha contra la opacidad, es el primer paso para que disminuya toda
violencia en nuestra sociedad. Lo reprimido, cuando retorna, suele hacerlo
vengándose. Y en cuarto y último lugar, intentar suprimir de la información lo
que en Euskadi ocurre es de una ceguera incomprensible. Allí hay problemas
específicos. Quien quiera vestirse de pulpo y echar tinta para que todo se
emborrone, allá él. El periodista, sin embargo, tendrá que narrar lo que en
Euskadi sucede, porque eso es sustancial para aquella comunidad y, de rechazo,
para esta. (…) Es posible que detrás de la condena al diario Egin por medio de
su director, J. F. Azurmendi, se esconda el miedo a que se disienta. La tentación
a la uniformidad convierte en pecado cualquier actitud no sometida. A los jueces
les sobrarán leyes para colocar a Egin una y otra vez en situación delictiva. A los
periodistas, por su parte, no les deberían faltar fuerzas para vocear que lo que
aquí se defiende es, pura y simplemente, la libertad de expresión”.
El subsecretario de Interior, Carlos San Juan, al que todos ven,
equivocadamente, como siguiente ministro del Interior, declara que “Mientras
ETA mate no habrá diálogo”. Le preguntan por la condena al director de Egin y
responde que ese supuesto delictivo podría estar encuadrado en el código penal,
sin necesidad de la ley de Defensa de la Democracia. Ha participado en Toledo,
en vísperas de la Navidad, en un seminario sobre Información y Terrorismo en el
que se debate sobre las “Nuevas posturas de los diversos países europeos ante el
fenómeno terrorista”. Se trata de un encuentro organizado por el IPI [Instituto
Internacional de Prensa] al que asisten los más cualificados representantes de
Interior del Gobierno que se va y del que viene, junto a los directores de todos
los diarios vascos, y los de los periódicos más influyentes de Madrid, además de
Juan María Bandrés y Txiki Benegas. Concurren igualmente especialistas de
Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia. Escribe Miguel Angel Aguilar que
“Nada sustituye al contacto personal, al cambio directo de impresiones”, que
había dicho en la jornada de clausura el presidente del IPI y director del Utrechts
Nieeuwsblad, Max Snijders, lo que a juicio del periodista todos los asistentes
pudieron comprobarlo con exactitud. Explica Aguilar en El País que “las
primeras reacciones apasionadas de los participantes, cosidos a balazos [se
refiere a los 29 tiros recibidos por el director del Diario de Navarra, José Javier
Uranga] o reos de la Audiencia Nacional [el director de Egin], dieron paso a un
esfuerzo de comprensión de cada uno hacia la postura de sus antagonistas
pertrechados, a veces, no sólo con argumentos sino con munición real”. Sigue el
relato del periodista con la ampliación del concepto de terrorismo del diputado
de EE, Bandrés, para incluir actividades practicadas desde los aparatos del
Estado, para recordar que la tortura ha sido “una realidad en nuestro país”; para
añadir que “la prensa combate la violencia de la extrema izquierda pero es
mucho más cautelosa con la procedente de la extrema derecha y apenas denuncia
la violencia institucional”. Uranga, director de Diario de Navarra, por su parte –
recoge Miguel Angel Aguilar–, sostuvo que ETA influía en los jueces, en los
policías, en los partidos y llegaba a impedir la formación de candidaturas a las
elecciones locales, y que también los periodistas “se contagian del ambiente de
amenaza”. Uranga terminó su intervención diciendo que la faltaba libertad para
“alargarse más”.
EL PLAN ZEN TRAE EL GAL
José María Aznar califica de positivas y prudentes las reacciones de los partidos
ante la tregua de ETA, pero les pide discreción y cautela. HB reclama al PP una
respuesta del mismo nivel que la tregua declarada por ETA, y Carlos
Garaikoetxea no entiende la demora en abrir un proceso de negociación política.
El Gobierno español pide a ETA una prueba más explícita de su disposición a
abandonar las armas antes de abrir un proceso de diálogo y responder con gestos
en materia penitenciaria. Según pasan los días, Aznar añade que el proceso debe
mantenerse dentro de la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Le contesta
Arzalluz en el día de su partido, el Alderdi Eguna, que “este pueblo no cabe en
esta Constitución”. Los encapuchados, entre tanto, no han dejado de actuar,
contra sedes del PSE-EE, contra cajeros automáticos, contra vehículos de
Correos. Tiene lugar un encuentro de Aznar y Arzalluz en La Moncloa en el que
constatan sus diferencias, pero manifiestan anteponer la paz a otras
reivindicaciones. El 2 de octubre, el presidente Aznar declara que el Gobierno
está dispuesto a poner en marcha el proceso de paz si ETA acredita de forma
inequívoca que su abandono de la violencia tiene carácter definitivo. Invitado
por HB, el 6 de octubre se reúne en Bilbo el líder del Sinn Féin Gerry Adams
con representante de los partidos nacionalistas vascos. Mayor Oreja se reúne por
su parte con las asociaciones de víctimas de ETA para buscar una solución
definitiva a sus problemas, y Arzalluz insinúa que el PSOE se está convirtiendo
en el principal obstáculo para que la tregua de ETA desemboque en una paz
definitiva. Para Jon Juaristi, la Declaración de Lizarra es un órdago del PNV
para ver si el PSOE se arruga y vaticina en Iruñea que el PNV volverá a
gobernar en Euskadi con el PSE.
Una edición especial de Deia sobre Lizarra-Garazi recoge declaraciones de
Ardanza que aseguran que el final dialogado está contemplado en el punto 10 del
Pacto de Ajuria Enea; confiesa el lehendakari que al conocer la noticia del alto el
fuego –“el mejor premio como colofón a mi carrera política”– se fundió en un
abrazo telefónico con Juan Mari Atutxa. De Arnaldo Otegi destaca el periódico
el recordatorio de que todavía no ha llegado la paz. De EA, que reclama al
Gobierno español que asuma riesgos; de manifestaciones de Confebask subraya
que se trata de una excelente noticia, y del Foro de Ermua, que es una “derrota
por goleada”. En referencia a Aznar, recalca que “El Gobierno no será
insensible”, a pesar del escepticismo de Mayor Oreja. Kepa Aulestia no parece
haber elegido el mejor momento para publicar su libro HB, crónica de un
delirio, del que El Correo adelanta tres capítulos. Se pregunta ahora Aulestia si
podrá creer ETA que los últimos 20 años han sido baldíos para los vascos y
manifiesta que el diálogo político servirá de poco si al mismo tiempo no se
produce un diálogo civil. Ha descrito en su libro el viaje a ninguna parte de HB;
ha hablado de la sociedad dentro de la sociedad creada por el MLNV, ha
asegurado que la espiral violenta nunca deja mucho margen para el pensamiento
político. En labores de promoción del libro, ha declarado en Radio Nacional de
España que los nacionalistas son improvisadores natos, que ha quedado claro
que el terrorismo de ETA es un terrorismo nacionalista y no marxista, como
pretendía Arzalluz. Javier Pradera le hace la crítica al libro en El País del 10 de
octubre, afirmando que describe un universo delirante, el sombrío planeta que
gira en torno a ETA, que es lo más difícil de desmantelar y con riesgo de que se
pueda extender al conjunto del nacionalismo. El editorialista de El País, y no es
el único en su entorno periodístico, está preocupado por la alianza de los
nacionalistas vascos y el papel de comparsa de Izquierda Unida. Proliferan en
este tiempo libros sobre ETA, de María Ángeles Escrivá –El camino de vuelta–,
de Florencio Domínguez –ETA: Estrategia organizativa y actuaciones,
1978/1982–, de Javier Ugarte Tellería –La nueva Covadonga insurgente–,
previstos y escritos en otro contexto muy distinto, a la espera de que el futuro les
desautorice o les dé la razón.
Los periódicos le cogen gusto a desvelar la trastienda de ETA. El Mundo le
dedica un reportaje al ‘etarra poeta Mikel Antza’, al ideólogo e interlocutor de la
banda que cambió la literatura por las armas, hijo de unos padres “educados y
vascos de convicción” del Antiguo donostiarra. Mikel es hijo del ingeniero Rafa
Albisu, miembro de la primera ETA, condenado a una larga pena por su
participación en el intento de descarrilamiento del tren el 18 de julio de 1961. El
histórico ‘polimili’ y exdirigente de EE Tomás Goikoetxea, conocido como
Flanagan, escribe en Euskadi Información de ‘Violencia, ética y Estado’ y dice
que la violencia de ETA nunca ha sido insurreccional o de toma de poder, que
“ni siquiera se ha imaginado jamás llegar a la independencia por las armas”. En
este diario, sucesor del clausurado Egin, hace declaraciones en apoyo al acuerdo
de Lizarra el exdirigente de ETA José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera,
candidato a las próximas elecciones, preso a la espera de juicio después de haber
sido entregado por Francia, y manifiesta que hay que elegir o por el proyecto
español, o por una mayor soberanía, trabajando para que Lizarra dé sus frutos.
Javier Ortiz, otro histórico, este de EMK y MC, afirma que el PNV no es
independentista y que ETA ha sido siempre separatista, lo que no ha sido ni es el
PNV. Publica Euskadi Información una carta de Jon Mirena Iraola Ezeiza, a
propósito de su amigo Baldo, en la que manifiesta su sorpresa y malestar porque
han retirado en la ‘Herriko’ la foto de su amigo de entre los presos de ETA de
Hernani; reivindica Iraola que “¡cansancio no es arrepentimiento!”. Genoveva
Gastaminza y Ander Landaburu hacen su aportación en El País asegurando que
la cúpula de ETA forzó el pacto PNV-HB porque estaba segura de que tenía
infiltrados, estaba horadada por ‘topos’. “Todo está podrido en la organización,
la tenemos agujereada”, habría escrito el jefe de los comandos José Javier
Arizkuren, Kantauri.
El día en el que HB celebra el XX aniversario de su fundación, ETA reitera en
un comunicado emitido por la BBC que la tregua es firme y deja entrever que el
alto el fuego puede ser definitivo. Se celebran las elecciones autonómicas
vascas, gana el PNV, suben sobre todo el PP y EH, lo que se interpreta como un
premio por el sufrimiento a uno, y por apostar por la paz al otro. Los resultados
dejan un panorama incierto para la formación del Gobierno que presidirá Juan
José Ibarretxe, toda vez que la suma de escaños del PNV y EA no da mayoría
suficiente, y el apoyo de EH ni es deseado ni está garantizado. Durante la
campaña se han dejado ver en el PNV dos visiones, la de quienes apuestan por el
tripartito con el PSE-EE, y la de quienes ven lógica la incorporación a todos los
efectos de EH tras la firma del Pacto Lizarra-Garazi y la tregua de ETA. No
faltan los que sugieren un gobierno en minoría con EA, con apoyos externos de
HB. Atutxa y Mayor Oreja acogen con esperanza y cautela la posibilidad de una
renuncia definitiva de las armas, aunque el ministro del Interior dice sospechar
que tras la escenificación de Estella pueda haber otros acuerdos de fondo entre
ETA-HB, PNV y EA. Juan María Atutxa, a quien ETA ha intentado matar en
cinco ocasiones, pide en este contexto al Gobierno central que ponga fin a la
dispersión, para eliminar la “condena paralela” a la que se somete a sus familias.
Se conoce a comienzos de noviembre que el Estado español asumirá las
indemnizaciones que los condenados por pertenecer a ETA adeudan a sus
víctimas como responsabilidad civil. El 4 de noviembre, Aznar anuncia que
iniciará contactos con el MLNV, a fin de acreditar que ETA está en disposición
de adoptar de forma inmediata un cese definitivo de la violencia, y recibe el
apoyo sin fisuras del Gobierno vasco. El 3 de noviembre, la agencia Efe ha
difundido un comunicado de La Moncloa en el que se anuncia que el presidente
del Gobierno ha autorizado el inicio de contactos con “interlocutores del entorno
del denominado MLNV”. Es la primera vez que un Gobierno español se refiere
al que se tiene por entorno de ETA como Movimiento de Liberación Nacional
Vasco, lo que provoca sorpresa y una confirmación jocosa con la que Aznar
pretende restarle importancia. El Mundo habla de “Otro valiente paso de Aznar
hacia la paz”; al diario El País le parece razonable que el Gobierno intente
verificar las intenciones de ETA, mes y medio después del anuncio de tregua y
tras las palabras de su portavoz en la BBC; La Razón coloca en portada las
“primeras” condiciones de ETA: cese de las persecución policial, acercamiento
de todos los presos, una solución para los etarras huídos, tercer grado para los
presos con las tres cuartas partes de condena cumplida, tercer grado para los
miembros encarcelados de la Mesa de HB. El 5 de noviembre ETA confirma
mediante un comunicado el alto el fuego indefinido y aplaude la firma del Pacto
y los resultados electorales obtenidos por los partidos abertzales en las
elecciones autonómicas. Traducidas al castellano, Deia publica dos
colaboraciones de Joseba Sarrionandia, escritas en su exilio cubano, en las que
anima a aprovechar entre todos el ‘excepcional gesto’ de ETA de ceder el
protagonismo al pueblo.
El 14 de noviembre, Baltasar Garzón ordena el archivo de la causa abierta
contra el coordinador general de LAB, Rafa Díez, por actuar de intermediario
ante ETA y el Gobierno socialista entre 1991 y 1996, por entender que actuaba
con consentimiento del Ejecutivo. Siete días más tarde, Garzón eleva al Tribunal
Supremo las investigaciones en derredor del cierre de Egin y de la que llama red
de financiación del MLNV, por la condición de aforados de dos de los
procesados. Son 26 los encausados por este juez, ha impuesto una fianza de 700
millones de pesetas a trece de ellos, ha declarado expresamente la “ilicitud de la
alegal Koordinadora Abertzale Socialista (KAS)”. Ha procesado por los
supuestos delitos de pertenencia o colaboración con banda armada, allegamiento
de fondos a organización terrorista y alzamiento de bienes a 26 presuntos
implicados, entre los que figuran los miembros de los consejos de administración
de las empresas del grupo Orain-Egin: Orain, Ardatza, Hernani Inprimategia,
Erigane y Lema 2000. Ha procesado al director, Xabier Salutregi, al que ha
dejado en libertad bajo fianza de 25 millones de pesetas. El auto describe la
presunta subordinación de las empresas al proyecto diseñado por ETA. Ex
militantes de KAS aseguran que la Koordinadora se disolvió en 1994 y acusan a
Garzón de querer ilegalizar a quien busca cambiar el actual marco. Se han
reunido Jacques Chirac y José María Aznar, y han acordado mantener el
dispositivo de cooperación jurídico-policial entre España y Francia. Mayor Oreja
ha desmentido que las Fuerzas de Seguridad de Estado hayan paralizado las
actuaciones antiterroristas en curso.
Finalizando noviembre, decenas de miles de manifestantes convocados por
Etxerat reclaman en Bilbo el traslado de los presos a Euskadi antes de Navidad.
La manifestación está respaldada oficialmente por EH, EA e IU-EB, además de
los sindicatos ELA y LAB, y ha contado con la asistencia de algunos dirigentes
del PNV. El consejero de Justicia Sabin Intxaurraga propone trasladar a cárceles
españolas a 200 presos no políticos que cumplen condena en la Comunidad
Autónoma Vasca para hacer sitio a los presos de ETA. Jaime Mayor afirma que
no habrá cambios en la política penitenciaria si no se producen cambios en las
actitudes de los presos. El alcalde de Baiona, Jean Grenet, aboga por el
acercamiento de los 74 miembros o colaboradores de ETA e Iparretarrak
encarcelados en territorio galo. Inician una campaña de protestas 129 presos en
doce prisiones españolas y cuatro francesas. El 11 de diciembre, tres enviados de
Aznar –Javier Zarzalejos, Martí Fluxá y Pedro Arriola– se reúnen con
representantes de HB en Burgos. Egibar confirma que el PNV saldrá a la calle si
no hay traslados de presos y Ardanza se muestra ‘alucinado’ por cómo se
conculcan los derechos de los reclusos. El 18 de diciembre, Aznar hace una
declaración institucional invitando a EH a sumarse al proceso de paz tras haber
establecido “contactos significativos”. En un gesto a todas luces insuficiente, que
los partidos abertzales interpretan como una burla, el Gobierno traslada a la
Península a 21 presos y anuncia para comienzos de año las medidas de
reparación a las víctimas del terrorismo. Exige por otra parte el cese de la
violencia callejera, que si bien ha decaído notablemente y no parece obedecer a
una estrategia oficial, ha repuntado en las últimas semanas; ha atacado con un
cóctel el domicilio del periodista Gorka Landaburu en Zarautz y lo ha justificado
un comunicante anónimo a Euskadi Información diciendo que “aunque haya
tregua, la ‘kale borroka’ continuará y se adecuará a la actual situación, dirigiendo
sus acciones a todo aquel que trate de reventar el proceso de paz”. Jaime Mayor
Oreja acuña una frase: “Estella sustituye el terror por la presión social”.
El 22 de diciembre, ETA anuncia su intención de mantener la tregua
indefinida, pero niega que haya contactos con el Gobierno español, ni que haya
conversaciones secretas. Publica Deia que el PNV apoyará una manifestación
por el acercamiento de los presos el 9 de enero, acordada junto a EH, EA e IU-
EB. Se hace eco asimismo el diario de las palabras del presidente de los obispos
españoles Elías Yanes, en las que dice que “algún día la Historia hará justicia a
los obispos vascos”. El obispo Blázquez pide en Navidad a los responsables de
la pacificación que acompañen con gestos razonables el proceso de diálogo.
Xabier Arzalluz afirma que el comunicado de ETA refleja el predominio en la
izquierda abertzale de los partidarios de las soluciones políticas. José
Barrionuevo y Rafael Vera salen de prisión por un indulto parcial del Gobierno.
El Rey reclama en su mensaje navideño diálogo, generosidad y justicia para
avanzar en el camino de la conciliación. PNV y EA firman un acuerdo de
Gobierno y piden a las instituciones del Estado que se comprometan a dejar “la
resolución dialogada del conflicto vasco” en manos de los partidos vascos y a
asumir sus decisiones. PP y PSOE afirman que los partidos vascos no pueden
imponer un criterio de pacificación a las instituciones del Estado, por ser el
terrorismo un problema que afecta a todo el país. El 30 de diciembre, Juan José
Ibarretxe es elegido lehendakari con los votos favorables del PNV, EA y EH.
Las redacciones de los medios de comunicación asisten el 6 de enero de 1999
a un hecho insólito. A las 21:22:42 reciben una ‘Nota de anulación’ de la agencia
de prensa Europa Press que dice: “Rogamos anulen la noticia aparecida hoy
sobre unas declaraciones de su Majestad el Rey Don Juan Carlos a los
periodistas con motivo de la celebración de la Pascua Militar titulada ‘El Rey
sugiere al Gobierno que a pesar de la violencia callejera siga adelante con los
contactos’. Es todo. Gracias”. ¿Qué es lo que el Rey ha dicho y luego se ha
arrepentido o le han recomendado retractarse? Juan Carlos ha hecho un
comentario en el cóctel, mostrándose partidario de mantener en todo caso los
contactos para buscar una salida al terrorismo, poco después de otro de Aznar en
el que advertía a HB de que el diálogo político era incompatible con la violencia,
dando por buena la tesis de Mayor Oreja de que persiste un terrorismo de baja
intensidad diseñado por ETA. La referencia al terrorismo de baja intensidad se
justifica especialmente en que, de víspera, el conflictivo cuartel de la Guardia
Civil de Algorta ha sido atacado con cócteles molotov por una treintena de
encapuchados. Se ha trasmitido y difundido la noticia real, la han emitido por
radios y televisiones, ha venido luego la falsa explicación de que se trataba de un
off the record y de que su difusión no estaba autorizada. Los periodistas
presentes en la celebración de la Pascua Militar son testigos de que, preguntado
el Rey si podían difundir sus palabras, ha respondido afirmativamente. Las
portadas de los diarios de mayor difusión recogen al día siguiente la declaración
del monarca muy destacadamente, y algunos de ellos ponen el acento en la
contradicción entre lo dicho por el Rey y lo sostenido por Aznar acerca del
diálogo con ETA y HB. No faltan los que lo atribuyen a las malas relaciones
entre ellos, a la falta de química que sí existía entre el Rey y Felipe González.
Solo Abc calla las reales palabras, y Euskadi Información las recoge en páginas
interiores. Ningún medio osa sostener que no las hubiera pronunciado. A Rafa
Díez, por cierto, le parecen importantes y positivas.
Una enorme multitud marcha el 9 de enero en Bilbo bajo el lema ‘Euskal
presoen eskubideen alde’, encabezada por Arnaldo Otegi, Jon Idigoras, Xabier
Arzalluz, Carlos Garaikoetxea, Javier Madrazo, Jose Elorrieta, Rafa Díez. Se
trata de la primera visualización popular de los firmantes del Pacto de Lizarra,
algo nunca visto antes. No se respeta la consigna de silencio pactada, pero ni una
sola vez el nombre de ETA es coreado. Las ejecutivas de los partidos firmantes
del Pacto han comparecido juntas, apoyadas por ELA y LAB, por Gesto por la
Paz, Elkarri y Bakea Orain, por otros agentes políticos y sociales, no solo
abertzales. Antes de dar inicio a la marcha por las colapsadas calles de la capital,
Xabier Arzalluz es rotundo al criticar la ‘política del adoquín’ que practica el
Gobierno en materia penitenciaria. A quienes critican a su partido por hacer
seguidismo de HB en un momento en el que se recrudece la violencia callejera y
documentos internos del autodenominado MLNV parecen confirmar una
estrategia para presionar a los populares en Euskadi, responde que quienes
aprovechan el viaje para meterse con el nacionalismo democrático no cuentan
que, gracias en buena parte al PNV, EA e IU, “aquí ya no hay funerales: antes
decían, ‘no matar y nos sentaremos’, pero ahora ya no es solo que no maten, sino
que los chicos de la gasolina no suelten ningún cóctel”. En otro tono pero con la
misma firmeza, Carlos Garaikoetxea denuncia el inmovilismo del Gobierno ante
una demanda mayoritaria y advierte que, de seguir así, esto puede conducir a una
confrontación ciega y absurda. Llegada la cabecera de la manifestación al
edificio del Ayuntamiento, cuando todavía hay gente que no ha podido ponerse
en marcha, Pernando Barrena lee en euskera el mensaje consensuado, Richard
Irastorza lo lee en francés y José Antonio Rubalkaba lo hace en castellano. El
comunicado exige respeto para los derechos de los presos, denuncia la
dispersión, exige el traslado de los reclusos a cárceles de Euskadi, además de la
libertad de los que han cumplido ya las tres cuartas partes de su condena, y la
libertad condicional para los enfermos incurables. El portavoz del Gobierno de
Aznar, Josep Piqué, les responde que la política penitenciaria es competencia
exclusiva del Estado y que las manifestaciones de este tipo son legítimas, pero lo
serían mucho más si sus convocantes condenaran también la violencia.
Coincidiendo con la manifestación, se han producido ataques contra un concejal
socialista de Ordizia, contra un concesionario de coches franceses en Hernani y
contra el director general de Educación del Gobierno de Navarra, cuyo
automóvil ha resultado incendiado.
Dos habituales colaboradores de Egin escriben sendos artículos en Euskadi
Información analizando el nuevo clima entre vascos patriotas. Dice Jesús
Valencia desde Gasteiz en “Tenazmente unidos” que si la gigantesca marea
humana del 9 de enero se mantiene unida, terminará arrollando todas las
resistencias; dice que la dispersión es un botín de corsario y que, aunque
comparte la rabia e indignación de los saboteadores, la activación de la ‘kale
borroka’ es un desacierto que hace el juego al PP. Escribe Xabier Goñi desde
Iruñea que le entristeció oír en ETB a Arzalluz que si la ‘kale borroka’ persiste, y
salvo que HB se desmarque de ella con claridad, el Pacto puede romperse. Le
pregunta al líder del PNV si también romperá con Aznar si este mantiene la
dispersión, a la Mesa Nacional en la cárcel, Egin cerrado. A pesar de todo,
reconoce Goñi que el foro de Lizarra “es nuestra última esperanza, nuestra única
tabla de salvación. Romperlo sería una barbaridad”. Patxo Unzueta hace
recuento y afirma que entre 1995 y 1998 se registraron en el País Vasco 325
ataques contra sedes de partidos y contra coches, casas o negocios de afiliados.
De ellos, 142, cerca de la mitad, fueron dirigidos contra el PNV. Echa mano del
párrafo del documento atribuido a KAS, conocido como Karramarro 2 en el que
se analizan los efectos de la ofensiva contra el nacionalismo tradicional, que dice
así: “La izquierda abertzale ha logrado remover en cierta medida la posición del
PNV, tanto mediante la incidencia política de ETA, llevando a cabo acciones
muy selectivas en contra de la Ertzaintza, como gracias a la presión de la kale
borroka; nuestro análisis y objetivo político con respecto al PNV es lograr que
deje de ser un obstáculo añadido al conflicto que nos enfrenta contra el Estado
español, y no estigmatizar ese partido como enemigo perpetuo”. Recuerda
Unzueta que el escrito se difundió a comienzos de 1997, que en febrero de dicho
año el PNV aprobó su “Documento sobre la pacificación” en el que se plasmaba
el giro hacia la negociación que culminaría en las conversaciones de 1998 y el
Acuerdo de Lizarra. Entre 1997 y 1998 el número de agresiones contra el PNV
se redujo de 50 a 13, el mismo que contra el PP; y de esos 13 casos, ocho se
produjeron en la semana que siguió a la muerte en enfrentamiento con la
Ertzaintza de Ignacia Zeberio. La conclusión del periodista es que no es cierto
que nada haya cambiado, como dicen los más pesimistas: “antes los amenazados
eran todos los ciudadanos, y ahora solo los no nacionalistas”.
Asegura el periodista Carlos Bradac en Cambio 16 del 21 de enero que ha
entrevistado a ETA y que esta quiere hablar con el Gobierno. Dice que por
primera vez desde el inicio de la tregua, el 16 de septiembre pasado, se ha
dirigido al Gobierno, y no a las fuerzas políticas firmantes de la Declaración de
Lizarra, para pedir el inicio de conversaciones. Sostiene que la organización
afirma que no hay ninguna negociación secreta y exige contactos directos.
Consciente de que su trabajo va a suscitar dudas, Bradac explica detalladamente
que la entrevista con dos representantes de ETA ha sido posible después de 22
contactos previos a lo largo de casi cuatro meses y ha tenido lugar en París el 18
de enero, hechos que van a ser negados luego por ETA. Los entrevistados se
presentan recordando la oferta de negociación que ETA hizo al Gobierno y
preguntándose por qué el presidente aún no la ha contestado: “ni los militares, ni
la Policía, ni la Guardia Civil, ni la Asociación de Víctimas del Terrorismo
quieren que se hable con los presos”, se responden. Los entrevistados critican el
perfil político de los interlocutores que Aznar o su entorno nombró, el secretario
general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, y el secretario de Estado de
Seguridad, Ricardo Martí Fluxá, porque no tienen una capacidad real de
decisión. Como ejemplo de la escasa voluntad de diálogo del Ejecutivo ponen
que ETA le hizo saber que, para propiciar la apertura de contactos, debía
trasladar 200 presos al País Vasco antes de las pasadas Navidades. Finalmente, el
traslado a cárceles de la península solo afectó a 21 reclusos. Los entrevistados
atribuyen a este hecho el rebrote de la violencia callejera.
Escribe de nuevo en Euskadi Información Xabier Goñi para decir que “No me
gustó nada el escrito de mi amigo Iker Gallastegi en este periódico el día 16 de
este mes, con el título “Presos vascos y disturbios callejeros”. Opina este, en
contra de Gallastegi, que la ‘kale borroka’ da pretexto al Gobierno para seguir
con su política obcecada, alimenta a los tertulianos, puede dividir a los firmantes
del Pacto de Lizarra y a los demócratas, abertzales o no, que en él se aglutinan;
puede dividir a la izquierda abertzale –“acaso la está dividiendo ya” –, quita
capacidad de iniciativa, puede dar al traste con el aún no nacido proceso de
pacificación y no conseguirá nada para los presos. Le parece urgente que cese
ahora mismo, porque favorece descaradamente al enemigo. “Sed lúcidos, dejad
el cabreo”, pide Goñi a los de la ‘kale borroka’, y a su amigo Iker le plantea que
“hay posturas como la tuya que no conducen a nada e impiden conseguir aquello
que tú más quieres”. Xabier Goñi, viejo pseudónimo de un conocido sacerdote
navarro, es una firma muy respetada en los medios abertzales de toda Euskal
Herria, pero sobre todo en Nafarroa. Iker Gallastegi se preguntará unas semanas
más tarde en Gara si “nos mantendremos unidos para conseguir la paz” y se
responderá que “si los nacionalistas no nos mantenemos unidos, pase lo que
pase, lo vamos a tener crudo”. Escribe a mediados de febrero en Deia Iñigo
Urkullu sobre los “Orígenes de un problema” y defiende que la violencia es el
muro que ha marcado la diferencia entre PNV y ETA desde siempre, sirviéndose
para sustanciarlo de una cita de 1964 cuya paternidad no especifica.
José Miguel Larraya, enviado especial de El País a Sudáfrica, publica el 16 de
febrero que Nelson Mandela ha trazado en la recepción a los Reyes de España un
paralelismo entre las transiciones que han vivido España y Sudáfrica, y ha
expresado su esperanza de que la “humilde experiencia” de su país sirva también
para que quienes participan en el proceso de paz vasco encuentren ánimos en su
ejemplo y consideren que las diferencias más arraigadas y aparentemente
insuperables pueden ser resueltas a través de la negociación. Ha aplaudido muy
cortésmente los esfuerzos de España para encontrar soluciones pacíficas y
erradicar la violencia. A su vez, el Rey, en su brindis, no ha escatimado elogios a
Mandela, “un ineludible referente moral en el siglo XX”, porque luchó por la
libertad de su pueblo y triunfó, pero ha ido más lejos: “Nos ha enseñado que ese
camino hacia la liberación no termina. Que el día después de la liberación hay
que reemprender la marcha, pisoteando las semillas del odio y el resentimiento,
para obtener una cosecha de paz y reconciliación”. La visita real continúa en la
isla de Rubben, donde está el penal en el que Mandela pasó gran parte de su
vida, informa José Miguel Larraya. Escribe Rosa Montero unos días más tarde
en este mismo medio que “se diría que hablar sobre la violencia se ha puesto de
moda: hoy es un tema de debate muy común en todo el mundo”. No se cree que
la Humanidad esté empezando a asquearse de verdad de los violentos. Siempre
hubo quienes se opusieron, pero fueron minoritarios. Quiere decir que desde que
el mundo es mundo, la gente ha visto la violencia –“esto es, su violencia”– como
algo lícito. Dice que las guerras siempre fueron consideradas justas; la tortura
era algo natural hasta el siglo XVIII; y, mientras que duró la esclavitud, matar a
un esclavo no estaba mal visto. Y mirando más cerca, hace una afirmación
rotunda: “No nos andemos por las ramas: mi generación defendía la violencia en
los años setenta. Apoyábamos al Che, a la ETA de entonces. Los impresentables
etarras de hoy han crecido de nuestras contradicciones y a nuestros pechos”. Y
viene a decir que si los kurdos, los saharauis, por ejemplo, no hubieran recurrido
a la violencia, nadie les hubiera prestado atención. El general Sáenz de
Santamaría tiene algo que decir sobre estas cuestiones y lo hace en Diario 16
comparando el secuestro de Abdullah Ocalan, líder del Partido de los
Trabajadores del Kurdistán, con el de Segundo Marey, defendiendo que “ETA
maneja mejor que nosotros el lenguaje” y reconociendo que para él “no hay
guerra sucia, ni guerra limpia; hay guerra regular o guerra irregular, y esta es una
guerra irregular”. Va más lejos al afirmar que si Barrionuevo va a la cárcel, lo
mismo tendría que ocurrir con Fraga y Martín Villa, al asegurar que nunca ha
existido el ‘GAL verde’, porque si a Lasa y Zabala los hubiera matado la
Guardia Civil, los hubieran dejado en Francia, “que está a doce kilómetros de la
frontera”.
El diario Gara ha nacido el 30 de enero, y el 25 de febrero publica un
comunicado de ETA en el que la organización fundamenta el mantenimiento de
la tregua en los avances experimentados en la construcción nacional y en las
expectativas abiertas. Alaba la actitud “cada vez más valiente” del PNV, EA, AB
y HB, y les pide nuevos pasos, porque “de este proceso tiene que salir el solar en
el que se construirá Euskal Herria”. Mantiene el alto el fuego en vigor desde el
18 de septiembre de 1998, pero se reserva el derecho a la defensa en caso de
enfrentamientos y para afrontar las necesidades de aprovisionamiento. Deia
titula que ETA ratifica el mantenimiento del alto el fuego por los pasos dados y
el horizonte que se abre, y añade que Urkullu opina que el mensaje puede estar
dirigido también a sectores de la izquierda abertzale. Patxo Unzueta ve a Deia
radicalizado y pone un ejemplo: “Hasta hace poco habría sido increíble que ese
diario osara criticar al Athletic de Bilbao, acusándole de rendir pleitesía al
monarca por haberle visitado en el marco de la conmemoración del centenario
del club”. Los elogios de ETA, a pesar de que el PNV ha respondido diciendo
que ETA debe dejar las armas y anunciar el cese definitivo de la lucha armada,
sirven para que los partidos españoles deduzcan que es ETA la que manda en
Lizarra, la que marca las pautas a seguir. Jaime Mayor Oreja lo explica en que
ETA es el gendarme, el administrador y el fiscalizador del frente nacionalista; es
la que manda y no le importa ridiculizar al frente nacionalista. El portavoz del
Gobierno Ibarretxe, Josu Jon Imaz, le recuerda a la organización que no es quién
para ejercer ningún tipo de tutela sobre los partidos políticos. El Correo recoge
la preocupación del presidente del BBV Emilio Ybarra por el “horizonte de
inestabilidad y de ruptura al que los últimos acontecimientos pueden llevarnos”
y pide confianza y apoyo para la clase política. Asegura La Razón, y aseguran
los socialistas, que hay cargos públicos del PNV que critican a Arzalluz por
haberse acercado demasiado a EH. Dice saber que en la Asamblea Nacional
ordinaria del PNV se ha criticado a Joseba Egibar y que, como resultado,
Ibarretxe ha salido fortalecido.
La Policía francesa, en colaboración con la Guardia Civil, detiene el 9 de
marzo en París al tenido por jefe de los comandos ilegales de ETA, José Javier
Arizkuren, Kantauri, junto a Irantzu Gallastegi, el exdirigente de Jarrai Mikel
Zubimendi y tres militantes más. La Guardia Civil afirma que le venían
siguiendo desde hace casi dos años y le vincula con veinte muertes. Se trata a su
juicio de la operación policial más importante desde la declaración de tregua y
asegura que Kantauri estaba en contra de esta y que la detención puede
favorecer su prolongación. La agencia Vasco Press asegura que su localización
se había producido en 1997, pero las autoridades españolas prefirieron someterlo
a un seguimiento y utilizarlo como hilo conductor de las investigaciones que
permitieran llegar hasta quienes se relacionaban con él. Esto habría permitido
descubrir los comandos Andalucía y Araba, y aportar pistas que facilitaron la
identificación del que tenía secuestrado al funcionario Ortega Lara. El ministro
del Interior ha explicado que Arizkuren fue nuevamente localizado a mediados
del pasado mes de febrero y que, desde entonces hasta su detención, ha estado
inactivo. Catorce horas después de esta operación en París, la Policía detiene a
nueve integrantes del comando Donosti, a dos de ellos, Sergio Polo y Kepa
Etxebarria, cuando se aprestaban a pasar al Norte vasco, una vez conocida la
caída de Kantauri, y tras ellos al resto, presuntos colaboradores, en Hernani,
Errenteria, Itsasondo y Donostia. El director de la Policía declara que llevaban
varios meses sometiendo a una estrecha vigilancia a los ‘liberados’ Polo y
Etxebarria, y que el ‘complejo Donosti’ ha sido desarticulado. Un año más tarde
se va a conocer a través de la revista Ardi Beltza que dirige Pepe Rei que el
comando tenía como colaboradora a una guardia civil del CESID. El 21 de
marzo, un supuesto miembro del comando Donosti desarticulado, aparece
muerto con un tiro en la sien a las afueras de Errenteria. La Policía habla de
suicidio, y el portavoz de HB Joseba Permach, de guerra sucia. Mariano Ferrer
escribe en El Mundo “La gran ciaboga”, de los saltos de guión que en HB
evidencian “la dificultad de querer abrirse al futuro sin pagar el peaje de
renuncia al pasado”, que en Mayor Oreja ni siquiera hay cambios de guión,
porque “para él, el futuro conduce circular y necesariamente al pasado”. Ha oído
en el homenaje a Geresta, en boca de Otegi, cosas que nunca antes se habían
oído a favor del proceso de paz.
Dos representantes encapuchados de ETA responden el 29 de marzo a las
preguntas de los periodistas de ETB-1 Maddalen Iriarte y Joseba Balerdi. Dicen
en relación a la tregua que no será indefinida hasta que Euskal Herria disfrute del
derecho de autodeterminación. Explican sobre la `kale borroka’ que se trata de
una estrategia de defensa pero que, durante la negociación, la lucha armada debe
estar solo en manos de ETA. En relación al proceso de construcción de Euskadi
echan en falta las sillas vacías que deberían ocupar el PP y el PSE-EE para
defender sus proyectos. Sobre la negociación aclaran que, desde la tregua, hace
seis meses, no se han producido contactos de ningún tipo con el Gobierno
español. Ven al Pacto de Lizarra como un camino esperanzador, y logros como el
de la Asamblea de Municipios, Udalbiltza, les parecen ilusionantes. Sobre el
papel de ETA responden que es la sociedad vasca, de la que ETA forma parte, la
que tiene que decidir su futuro sin injerencias externas. Quienes esperaban
instrucciones a los de la ‘kale barroka’ a fin de que depusieran su actitud, se
sienten defraudados. No la avalan explícitamente, pero tampoco la critican, si no
es que la justifican al expresar que, ante los intentos de dinamitar el proceso de
paz por parte del PP, es un medio lícito de respuesta. Además, han dicho los
portavoces de ETA que “una cosa es que estemos viviendo una situación
ilusionante, pero otra que continúan las torturas y la dispersión de los presos”.
Sorprende ETA al afirmar que, para superar el conflicto vasco no es
imprescindible una negociación entre ella y el Gobierno español, sino que
bastaría con un amplio acuerdo entre las fuerzas políticas vascas, pero sus
críticos optan por obviarlo y ven en la entrevista un publirreportaje por el que
van a pedir cuentas al director general de EiTB. El portavoz del Gobierno Vasco,
Josu Jon Imaz, reincide en la idea de que ni ETA ni nadie pueden poner
condiciones, porque la paz no tiene precio, y juzga inaceptable que se haya
desentendido de la ‘kale borroka’. El director de Deia Juan José Baños ve a ETA
inmóvil, le parece que no ha tranquilizado a nadie con esa entrevista, que se
equivoca si piensa que así está favoreciendo la unidad nacionalista: “las
capuchas son incompatibles con el momento histórico que vivimos”, concluye.
El fundador de UPN, Jesús Aizpún Tuero, aprovecha la ocasión para atacar la
“invasión cultural” de ETB, para manifestar su oposición a que se capte en
Nafarroa.
En este final de marzo se conoce que Garzón ha procesado al que fue jefe de
investigación de Egin, Pepe Rei, y le ha fijado una fianza de quince millones de
pesetas por un presunto delito de colaboración con banda armada, dentro de la
investigación sobre la que llama trama informativa y financiera de ETA. El juez
explica que el periodista ha asumido la titularidad de los documentos que le
fueron intervenidos en su ordenador personal. Argumenta Garzón que las
pesquisas de Rei trascendieron el ámbito periodístico para convertirse en
“mecanismo de servicio eficaz y apoyo de ETA-KAS en el frente informativo”.
Considera el magistrado que existe una coordinación entre los servicios de
información de ETA y KAS y el equipo de investigación de Egin, que elaboró
informes sobre la financiación de partidos como el PNV, el PP o la Unión del
Pueblo Navarro, y también sobre la participación de miembros de las Fuerzas de
Seguridad y de la Ertzaintza en supuestas actividades de corrupción policial. En
el ordenador de Rei, intervenido durante el registro a la sede del diario, asegura
haber hallado documentos como el censo electoral vasco, listados de los
apoderados del PSOE, de los alcaldes y concejales del PNV en Gipuzkoa, y de
las radiofrecuencias de la Policía. El ordenador contendría también movimientos
económicos del casino Kursaal y referencias a las fuentes de información del
sindicato LAB. En el auto aparece documentación que probaría que Rei
investigó a empresarios vascos a instancias de algunos deportados de ETA en
Cuba. El periodista habría estudiado la situación financiera del administrador de
Comercial Larrondo SA, y del de la empresa Aldaketa Import-Export. El juez no
procesa al resto del equipo de investigación porque, según el auto, seguía las
instrucciones de Rei.
Mayor Oreja ve en el manifiesto que el PNV ha redactado para el cercano
Aberri Eguna otro regalo a ETA, otro obsequio para que los terroristas se sientan
felices ante la actitud del PNV. El manifiesto lo ha dado a conocer Joseba Egibar
y dice el ministro que no le sorprende, porque están en la lógica de los últimos
acontecimientos en derredor del “frente de Estella” y provienen de “aquellos que
no quieren un Estado fuerte y sólido y que, en ocasiones, tampoco quieren una
España consolidada”. Al presidente Aznar, de visita en Washington a finales de
abril para asistir a la cumbre de la OTAN, le parece desestabilizador un
Gobierno vasco que incluya a EH, no lo ve recomendable para una política de
estabilidad y respeto institucional. El Parlamento vasco ha ofrecido cobijo en su
sede a la Asamblea kurda en el exilio, y Aznar lo ha tratado con el presidente
turco Suleiman Demirel para informarle que la propuesta ha sido suspendida
cautelarmente por el Tribunal Constitucional. El lehendakari Ibarretxe, en
diversas entrevistas publicadas por periódicos vascos, defiende un acuerdo con
la plataforma abertzale que, aunque oficialmente no ha sido firmado, ha
funcionado con efectividad matemática en la Cámara de Vitoria. Aclara sin
embargo que tras las elecciones de junio el acuerdo no se extenderá a las
diputaciones y los ayuntamientos. En relación al proceso de paz, opina el nuevo
lehendakari que debe depender de todos, y no del juego de mayorías, pero ahora
que desaparece la violencia no se puede caer en la tentación de condenar las
ideas: “ha llegado el momento de tomar la iniciativa política y efectuar gestos
que resultan ya inaplazables”. Carlos Garaikoetxea ve una hipocresía
inconcebible en el PP y el PSOE cuando se obstinan en oponerse a todo: “basta
que se haya dicho que existe una probabilidad de pacto con EH, para que se
agiten todos los demonios de quienes sienten pánico a que se configure entre los
nacionalistas una mayoría democrática, sin violencia y respetuosa de las vías
institucionales”.
Utilizando como facilitador y testigo al entonces obispo de Zamora Juan
María Uriarte, tres enviados del presidente del Gobierno, los mismos de la
reunión del 11 de diciembre de 1998 en Burgos con HB, Javier Zarzalejos,
Ricardo Martí Fluxá, y Pedro Arriola, se reúnen el 19 de mayo en Zúrich con el
dirigente de ETA Mikel Albizu Iriarte, Antza, con Bixente Goikoetxea, Willy, y
con Belén González Peñalba, Carmen, compañera de Eugenio Etxebeste en
Santo Domingo, que había estado presente también en las reuniones de Argel. La
reunión es larga, no hay acuerdo, pero quedan en volverse a encontrar. Al tiempo
se conocerá el acta que Belén González Peñalba redacta, que se inicia así:
“Reunión de dos [Belén sólo toma nota] miembros de ETA y tres representantes
de Aznar ante un intermediario, Uriarte. Breve introducción leída por parte del
intermediario en el sentido de subrayar la importancia del encuentro: ‘El diálogo
normalmente suele desbordar las perspectivas iniciales, el no hablar tiene sus
efectos negativos...’; y sobre su aceptación de oficio de mediador testigo”.
Palabras corteses al principio, agradecimientos a Juan María Uriarte, que ha
hecho posible llegar hasta este encuentro. Mikel Albizu pide respuesta sobre el
derecho de autodeterminación y ve a los representantes del Gobierno “realizando
una lectura externa de la situación actual como si no estuvieran implicados”, y
les urge a una respuesta concreta, positiva o negativa. Constatan que hablan
distintos idiomas, y Albizu vuelve a pedir concreciones. Arriola les asegura que
con este presidente no hay conversaciones trampa, como aceptando que en Argel
sí hubo. Albizu les recuerda que ETA está en tregua y los Estados [francés y
español], no. Arriola lleva papel de ‘poli bueno’, está de acuerdo en que se trata
de crear un clima de confianza y de establecer un canal de comunicación estable,
al margen de coyunturas; les asegura que solo hay una persona, el presidente,
que sabe de esta reunión, además de ellos. La consolidación del contacto
consume buena parte del tiempo. Hablan de política, hacen historia. También de
la conveniencia de mantener la reserva y evitar las especulaciones periodísticas.
Manejan la fecha del 7 de junio para una nueva reunión, que nunca tendrá lugar.
Había un testigo más en la sala privada de ese hotel de Zúrich, Julián T.
Hottinger, un suizo, experto mediador en conflictos, que salió de la reunión bien
impresionado, que se extrañó luego al conocer que no habría más encuentros.
El PP gana las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 13 de
junio de 1999. En los comicios locales, el Partido Popular obtiene 24.625
concejales, frente a los 21.907 del PSOE, los 4.086 de CIU y los 2.297
alcanzados por IU. El PP obtiene la victoria en cuatro comunidades autónomas,
el PSOE en tres y Coalición Canaria en una. Interpreta el ejecutivo de Ibarretxe
que los resultados de las municipales y forales de la Comunidad Autónoma
Vasca consolidan la paz, porque el importante avance de Euskal Herritarrok
confirmaría que las vías políticas son más rentables para la izquierda abertzale
que la violencia de ETA. EH ha conseguido en los comicios municipales 67.880
votos más que en los anteriores de 1995, ha pasado de 160.270 votos a 228.150,
lo que se traduce en 183 concejales más que en 1995. El liderazgo de Arnaldo
Otegi sale fortalecido, lo que se interpreta también como una buena noticia para
la paz. Ha crecido EH, a costa de los otros firmantes del Pacto de Lizarra, han
crecido asimismo el PSE y el PP. El 11 julio de 1999 tiene lugar una reunión de
ETA con representantes del PNV y de EA, en el mismo edificio, pero por
separado, para luego continuar con ambas representaciones a la vez. Antza y
Willy presentan un texto de máximos que propone unas elecciones y un proceso
constituyente “en toda Euskal Herria” que, si es aceptado por PNV y EA,
supondría “el abandono definitivo de las armas”. El representante del PNV
Joseba Egibar lo ve “estrambótico”, la representación de EA, Rafael Larreina y
Jon Goikoetxea, la quiere estudiar con detenimiento, porque un cambio de ese
calado necesita más tiempo de reflexión. En un ambiente tenso, Antza deja
técnicamente en suspenso el alto el fuego, ya bastante cuestionado por la
persistencia de cartas de petición de impuesto revolucionario a empresarios y
brotes de ‘kale borroka’. ETA explicará luego este encuentro diciendo que se
trataba de evaluar el proceso abierto un año antes, que presentó su propuesta de
estructuración institucional y los representantes de PNV y EA se
comprometieron a responder con una alternativa antes de septiembre. La
dirección de ETA envía al PNV durante el mes de julio tres cartas en las que
insiste en la profundización de la construcción nacional y en la necesidad de
renovar las alianzas, si se quiere hacer un país con entidad propia. Xabier
Arzalluz confiesa no ver nítido el camino, el ritmo del PNV no es el de la
izquierda abertzale. Va a ser la última reunión entre ellos, tras un proceso que
había comenzado el 30 de julio de 1998 entre Antza y Willy, y Egibar y Gorka
Agirre. No volverá a haber más encuentros clandestinos. El 1 de agosto, la
Policía francesa detiene cerca de Tarbes, en un control que se explica como
rutinario, a Jokin Etxeberria Lagisket, hombre de confianza de Antza, contacto
suyo con el obispo Uriarte; va en un auto robado y está armado. ETA urge a
PNV y EA en un comunicado a tomar una decisión ya, porque “se concluye el
proceso emprendido o se pudre”, y acusa a ciertos sectores del PNV de intentar
un proceso de paz sin contenidos. Joseba Egibar le reprocha no haber utilizado
los canales habituales para expresar su opinión.
Aznar acerca 195 presos a comienzos de septiembre y pasa a tercer grado a
cinco más, y afirma estar dispuesto a restablecer el contacto con ETA. El 18 de
septiembre, a pesar del deterioro de relaciones producido entre el PNV y la
izquierda abertzale, se constituye Udalbiltza, con 1.483 ediles de la Comunidad
Autónoma Vasca, 271 de Nafarroa y 24 de Iparralde, y se elige una Ejecutiva. El
robo de ocho toneladas de explosivos en la localidad bretona de Plevin, a final
de mes, y la posterior sustracción de una troqueladora en Eibar anuncian la
temida ruptura de tregua. Al día siguiente detienen cerca de Pau a tres militantes
de ETA y recuperan una cantidad importante de explosivos; otros dos militantes
huyen al ver el despliegue policial en derredor de la casa a la que se dirigen. El 7
de octubre se presenta en Gernika una sigla nueva, Ekin, a la que se tiene por
sucesora de KAS. Lo ha anunciado así la efímera agencia de noticias de la
izquierda abertzale Amaiur Press Service, y de inmediato ha rectificado,
advertida del traspiés. El 24, ETA anuncia en una entrevista con periodistas de
Gara y Egunkaria que en adelante sus interlocutores son los presos Ternera,
Kubati y Kantauri. Un día más tarde, la Gendarmería detiene cerca de Pau a
Belén González Peñalba, y también en este caso se explica como una detención
casual. En estos días se detectan, y en algunos casos se interceptan, traslados y
manejos de armas y explosivos, que previenen de lo que se avecina. El 28 de
noviembre, ETA anuncia con la lectura de un comunicado en la BBC, tras 438
días sin atentados, que a partir del 3 de diciembre sus comandos retoman las
armas y ponen fin a la tregua más larga de su historia. Atribuye la ruptura al
incumplimiento por parte del PNV y EA de los compromisos que alcanzaron en
agosto de 1998, previos al anuncio del alto el fuego, que entró en vigor el 18 de
septiembre de aquel año. Los compromisos alegados, que los afectados niegan
rotundamente, se habrían concretado en el avance hacia una institución única y
soberana para toda Euskal Herria y en la ruptura de sus relaciones con las
instituciones y los partidos españoles. A los Gobiernos español y francés, ETA
les hace responsables de la “reacción represiva, detenciones y torturas, y del
asesinato del burukide Ttotto”, José Luis Geresta; de las detenciones en pleno
proceso de paz de la interlocutora Belén González Peñalba y de José Javier
Arizkuren. Según ETA, en los cuatro primeros meses se avanzó con la creación
de la Asamblea de Municipios Vascos, Udalbiltza, pero luego el proceso
comenzó a pudrirse, por la presión ejercida por España y Francia sobre el PNV y
EA, y los intereses electorales. El presidente del PNV afirma que la ruptura de la
tregua le ha cogido por sorpresa, y que ETA miente cuando dice que existió ese
acuerdo en el verano de 1998. Revela que al texto que planteaba la creación de
una institución única y soberana, el PNV le introdujo anotaciones al dorso en las
que establecía requisitos y plazos, y que ya entonces dejó claro que el problema
son los modos y los tiempos en llegar a esa meta. “ETA ha jugado sucio y no lo
esperábamos”, manifiesta Arzalluz. Argia recoge declaraciones de Juan María
Olano en las que afirma que es verdad que el PNV y EA no han cumplido los
compromisos suscritos, y que “ETA nunca ha mentido” [ETAk ez du inoiz
gezurrik esan].
La propia ETA ahorra especulaciones sobre sus verdaderas intenciones en este
proceso cuando reconoce que buscaba evitar debates sobre “terceras vías” y
resolver “la ambigüedad histórica del PNV”; romper con el “vascongadismo” y
la partición territorial. Coincide con Jaime Mayor Oreja en que se trataba de una
‘tregua trampa’, pero para los Estados y la estrategia de sumisión desarrollada
hasta entonces por PNV y EA. ETA es crítica también con “los sabiondos de la
izquierda abertzale” que interpretaron la situación “sólo en la medida de sus
propios criterios” y han dicho que la actividad armada de ETA había sido errónea
hasta ese momento. Al “pontificar sobre lo que ETA debía o no hacer”, en su
opinión “solo conseguían oscurecer el contenido de la iniciativa y crear
confusión dentro de la izquierda abertzale”. En la versión de Gara, que ha tenido
acceso a documentos sobre la cuestión, la organización sale al paso de dos
discursos diferentes que desenfocaban los objetivos de la iniciativa desde el
inicio: no fue fruto ni de sentirse acosada ni del Acuerdo de Lizarra. En cuanto al
discurso que relacionaba el alto el fuego con los efectos del atentado contra
Miguel Angel Blanco y la convulsión que provocó, ETA lo niega tajantemente.
A su juicio, ese atentado actuó como “clave para todas las partes”, al dejar en
evidencia el enfrentamiento entre España y Euskal Herria “a un nivel como
ninguna otra acción había hecho hasta entonces”. A partir de él, razona ETA, el
Estado aumentó la represión, y el PNV, EA o ELA empezaron a manifestarse a
favor de un cambio.
En el PNV partidario del acuerdo, que no son todos los burukides ni mucho
menos, no se analiza de la misma manera lo sucedido. Le parece inaceptable el
intento de ETA de tutelarlo todo, le parece que a ETA le ha entrado el pánico,
especialmente por los movimientos de la ‘tercera vía’ y la aceptación que estaba
teniendo la tregua entre amplios sectores de la izquierda abertzale, e incluso
entre los presos, y ha querido acallar a ‘los sabiondos’, a los que han empezado a
pensar por su cuenta. El 30 de diciembre de 1999, monseñor Uriarte explica en
la cadena SER que en la última fase de la tregua “noté impaciencia por un lado e
inflexibilidad por el otro. Pero diría, como balance final, que no he perdido la
esperanza”. Compara la situación aquí creada con la del Norte de Irlanda y pone
de ejemplo al padre Alec Reid, el religioso irlandés que hizo posible que luego
llegara George Mitchel, y una intervención de Estados Unidos y Blair. Cree que
tras las elecciones de marzo se puede abrir un portillo, porque “el tiempo de la
contienda electoral no suele ser el espacio más propicio para avances sólidos de
paz”.
En el 2000 recién inaugurado, dos militantes de ETA roban a punta de pistola
un auto en Galdakao, atan a su propietario a un árbol, se dirigen luego a Basauri
junto a otros dos activistas que llevan otro vehículo cargado de explosivos. La
intención es, al parecer, hacer estallar este segundo coche al paso de una patrulla
de la Guardia Civil, que ese día ha cambiado su itinerario. Poco después, agentes
del Cuerpo Nacional de Policía localizan el primer vehículo y detienen a sus dos
ocupantes; localizan luego un piso con armamento y material explosivo. Sale de
la cárcel en la que se encontraba desde mayo de 1996 José Antonio
Urrutikoetxea, Josu Ternera. Un mes más tarde inicia su actividad de
parlamentario en Gasteiz como miembro de la Comisión de Derechos Humanos.
El 15 de enero, un infarto fulmina a Jesús García García, el policía que identificó
los cadáveres de Lasa y Zabala, cuando está testificando y se dispone a
responder a las preguntas de Iñigo Iruin en la Audiencia Nacional. A las ocho de
la mañana del 21 de enero, estalla un coche-bomba en Madrid y mata al teniente
coronel del Ejército de Tierra Pedro Antonio Blanco. ETA ha elegido Madrid y
un militar para dejar constancia de la ruptura de la tregua y la vuelta a la
actividad armada. Juan José Ibarretxe anuncia que queda en suspenso su acuerdo
de colaboración parlamentaria con Euskal Herritarrok; al Gobierno central le
parece insuficiente, le pide al PNV que rompa con EH y regrese a la unidad de
las fuerzas democráticas. El comando autor del atentado lleva el nombre de
‘Buruhauste’, quebradero de cabeza. Tres días más tarde, centenares de miles de
ciudadanos, con Aznar, Almunia, Adolfo Suárez, Felipe González, Calvo Sotelo
y los líderes de los principales partidos, centrales sindicales y patronales a la
cabeza, inundan las calles de Madrid al grito de ¡Basta ya!. Lee el comunicado
final de condena el actor Imanol Arias. La movilización recuerda las habidas tras
la muerte de Miguel Angel Blanco. Se profieren insultos a HB, y a Xabier
Arzalluz. El Papa expresa en castellano su condena del atentado ante los fieles
de la Plaza San Pedro. El 26 de enero, IU-EB abandona el Foro de Lizarra.
Detienen en el aeropuerto de Madrid-Barajas a Iñigo Elkoro y Mikel Korta
cuando llegaban en un vuelo procedente de México, dentro de una operación
contra el que Baltasar Garzón llama aparato de relaciones internacionales del
MLNV, Xaki. Detienen también al miembro de la Mesa Nacional de HB Gorka
Martínez, a Sabin del Bado, a Miriam Campos, María Rosario Buñuel, Mikel
Resa y José Ramon Antxia. Los tres últimos quedan en libertad bajo fianza. El 2
de febrero, la Policía francesa captura en la localidad landesa de Tarnos a los
miembros de ETA Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, y a Concepción
Iglesias. El 8 de febrero llega al aeropuerto de Barajas, extraditado desde
Francia, el exdirigente de ETA Francisco Múgica Garmendia, Pakito. El 22, ETA
da muerte mediante un coche-bomba al portavoz del PSE-PSOE en el
Parlamento Vasco Fernando Buesa y a su escolta, el ertzaina Jorge Díez. Patxo
Unzueta escribe en El País: “Tres meses y tres muertos ha necesitado el
lehendakari Ibarretxe para darse por enterado de que estaba gobernando con los
votos del brazo político de una banda que se considera con derecho a matar a los
políticos de los demás partidos. Ibarretxe ha quedado desautorizado moralmente,
pero también políticamente: sin los votos de EH, su Gobierno cuenta con el
respaldo de 27 parlamentarios en una Cámara de 75. Las fuerzas no nacionalistas
suman 32. Habría razones morales y políticas para su dimisión. Sin embargo, en
el sistema de poder nacionalista, el lehendakari no importa gran cosa. Es el líder
quien decide. Los lehendakaris pasan, Arzalluz permanece”. Abc afirma que el
censo de ETA lo forman en ese momento 600 activistas, entre dirigentes,
pistoleros y colaboradores. Al menos 200 se encuentran en Francia, una cifra
algo menor en México, otros 130 entre Cuba, El Salvador, Nicaragua, Honduras,
etc.
Estalla el 6 de marzo en Amorebieta un coche-bomba al paso de un Nissan
Patrol blindado de la Guardia Civil, hiere a dos guardias civiles, a dos ocupantes
de un coche que va detrás y a cuatro peatones. El PP obtiene mayoría absoluta en
las elecciones generales del 12 de marzo del 2000, con 183 diputados, seguido
por el PSOE con 125, CIU quince, IU ocho, el PNV siete, Coalición Canaria
cinco, y BNG tres. Obtienen un diputado el Partido Andalucista, Izquierda
Republicana de Cataluña, Izquierda por Cataluña-Verdes, Eusko Alkartasuna y
Chunta Aragonista. Euskal Herritarrok no ha concurrido. En los comicios
autonómicos andaluces, el PSOE gana, por sexta vez consecutiva, con 52
escaños; el PP obtiene 46 diputados; IU seis y Partido Andalucista cinco. El 13
de marzo, Joaquín Almunia dimite como secretario general del PSOE tras los
malos resultados electorales obtenidos por su formación. El 21 de marzo, un
artefacto incendiario provoca daños materiales en la puerta del domicilio de los
padres del periodista de El Correo Pedro Briangos en Rekalde, Bilbo, lo que se
interpreta como un preludio de la presión creciente a determinados periodistas y
medios de comunicación. Comparece en una rueda de prensa en Bruselas Elena
Beloki junto al portavoz de EH Arnaldo Otegi y el eurodiputado de EH Koldo
Gorostiaga, del que Beloki es asistente. Garzón dicta una orden de busca y
captura internacional contra ella, acusándola de pertenecer a Xaki, el aparato de
relaciones internacionales de ETA; días más tarde se entrega voluntariamente. El
27 de marzo, la Policía desactiva en la sede de RNE de Sevilla un paquete-
bomba dirigido contra el periodista Carlos Herrera.
La revista Ardi Beltza que dirige Pepe Rei publica que la Policía infiltró a una
agente en el comando Donosti mediante una operación que se desarrolló durante
siete años y que finalizó con la desarticulación del grupo y la captura de los
liberados Sergio Polo y Kepa Etxebarria, con los que llegó a convivir durante un
año en el mismo piso de Donostia. Según esta publicación, la agente, de la que
se publica una fotografía y las iniciales de su nombre verdadero, llegó a la
ciudad en 1992, bajo el falso nombre de Aranzazu Berradre Marín y se presentó
como militante del Movimiento de Objeción de Conciencia de Logroño.
Frecuentó la sede de HB de la Parte Vieja, entró en un ‘euskaltegi’ para aprender
euskera, trabajó una temporada en una discoteca de Irura. Fue en 1999 cuando
convivió con los dos liberados del comando Donosti en un piso de la calle
Urbieta que ella misma había alquilado y que se utilizaba como piso franco.
Según Ardi Beltza, la agente de los Servicios de Información ha estado destinada
en Ceuta, Melilla, Madrid, Pamplona y Barcelona. Tras la desarticulación del
comando, la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios pidió información
sobre Aranzazu Berradre, pero se le contestó que no existía nadie con ese
nombre y que la dirección que había facilitado correspondía al seminario de
Logroño. La infiltrada habría pasado información sobre los datos precisos que el
comando tenía del presidente de la Audiencia Provincial de San Sebastián, José
Luis Barragán, y de numerosos dirigentes del PP y del PSOE, además de otros
sobre dos empresarios guipuzcoanos a los que presumiblemente estarían
pensando en secuestrar, todo lo cual le permitió a Mayor Oreja sostener que la
tregua era en realidad una ‘trampa’. Ardi Beltza asegura en su siguiente número
que Mayor Oreja montó al inicio de la tregua un gabinete de contrainformación,
cuya misión principal era seguir la actuación de Ibarretxe con Euskal Herritarrok
y orientar la línea informativa de los medios de comunicación de confianza.
Iñaki Aldekoa y Patxi Zabaleta publican un artículo de opinión de página
completa en Gara el 4 de abril con el título de ‘Autocrítica y renovación’. En la
introducción, advierten que su análisis se efectúa desde la perspectiva de la
izquierda abertzale para contribuir a un debate “que está ahí”. Constatan la
degradación de la situación política de la izquierda abertzale y proponen bases
para su renovación estratégica. Defienden la necesidad de la autocrítica, echan
en falta la ausencia de aproximación hacia los socialistas, dando la falsa
impresión durante la tregua de un frente abertzale, que tampoco tuvo suficiente
sensibilidad hacia Izquierda Unida. Errores como la convocatoria a una huelga
general sin base, el abstencionismo electoral y una propuesta soberanista sin
capacidad política ni respaldo suficiente son errores graves sobre los que
proponen reflexionar. No existe proceso en marcha, ni de paz ni de construcción
nacional; no basta con criticar al Gobierno de Madrid; el Ministerio del Interior
ha actuado contra el proceso, pero “¿alguien podía esperar otra cosa del
enemigo?”. La unión de los abertzales la ven necesaria pero no suficiente. Los
últimos comunicados de ETA no solo marcan a su entender pautas de acción
política para la izquierda abertzale, sino que formulan también críticas al PNV y
EA, en contradicción con el margen a la acción política de las fuerzas políticas
que se planteó al anunciar la tregua. La paz es el primer objetivo y una nueva
tregua unilateral otorgaría otra vez la iniciativa política a “nuestro sector
político”. Tendría credibilidad si se impide “el surgimiento de cualquier
sucedáneo de lucha armada, que no contribuye más que a desacreditar cualquier
justificación histórica de ETA”. No son nadie para decirle a ETA lo que debe
hacer, pero desde sus treinta años de militancia política constatan que en Europa
la lucha armada es “más que discutible”. Defienden la negociación, constatan la
satisfacción presente de quienes se oponían a ella. El objetivo prioritario de la
negociación es a su juicio la autodeterminación. “Nuestro pueblo necesita
estrategias nacionales, tanto para Iparralde como para Hegoalde. Pero en cada
contexto de confrontación política deberá acomodar tácticamente las iniciativas a
su situación y correlación de fuerzas”. Opinan Aldekoa y Zabaleta que “las
aspiraciones de actuar como vanguardia no solo son antidemocráticas en sí
mismas, sino que han quedado obsoletas en una sociedad como la actual Euskal
Herria”. Para terminar, manifiestan su convicción de que la izquierda abertzale
puede aspirar a ser la fuerza mayoritaria en Euskadi, “siempre que las
sensibilidades socialistas y progresistas de su seno se estructuren debidamente y
no se vean relegadas de ese espacio político”. Antes de fin de año, estas y otras
reflexiones se van a traducir en la ponencia ‘Aralar’ y luego, en un partido nuevo
del mismo nombre, con Zabaleta y Aldekoa de principales impulsores.
El exmiembro del comando Madrid Isidro Etxabe no oculta que no es
partidario de la lucha armada y confía en una nueva tregua, porque “ETA sabe
que se avanza más con el trabajo en común que con sus acciones”. Ha hecho
estas declaraciones a Baleike, la revista local de Zumaia, su pueblo natal.
Asegura que se distanció de ETA cuando comenzaron a utilizar los coches-
bomba; asegura que “en mi época, al llevar a cabo una acción, siempre se miraba
si podía caer algún civil, y si se veía algún riesgo, no se hacía”. Acusa en la
entrevista al Gobierno español de ser el principal responsable de la actual
situación, porque desde el principio ha estado en contra del proceso de paz,
consciente de que el pacto de Lizarra le hacía más daño que la actividad armada
de ETA. Isidro Etxabe, Zumai, muestra su desacuerdo también con la decisión de
Euskal Herritarrok de abstenerse en las pasadas elecciones. Txillardegi
manifiesta por su parte en Egunkaria el 9 de abril que la ‘kale borroka’ y los
atentados esporádicos rompen la unidad abertzale, debilitan sus fuerzas y
refuerzan las del enemigo, por eso que “De nuevo, una vez más, ¡Lizarra-Garazi,
o la muerte! [Berriro ere: Lizarra-Garazi, ala hil!]. El 25 de abril se conocen las
condenas por el ‘caso Lasa-Zabala’ contra el exgobernador civil de Guipúzcoa
Julen Elgorriaga y el general de la Guardia Civil, Enrique Rodríguez Galindo: 71
y 69 años de prisión, respectivamente. La Audiencia Nacional dicta también
sentencia contra los exagentes del cuartel de Intxaurrondo Enrique Dorado y
Felipe Bayo, a los que condena a sendos 67 años de prisión.
El 7 de mayo, domingo, ETA acaba con la vida de un exmilitante comunista
que había compartido cárcel con presos de ETA en los sesenta, simpatizante
socialista, del Foro de Ermua, colaborador del diario El Mundo. ETA mata en
Andoain, a la puerta de su casa, a José Luis López de Lacalle. Semanas antes, se
habían arrojado cócteles molotov contra su vivienda y había sido objeto de
pintadas amenazantes. No es un atentado más, como no lo ha sido el de
Fernando Buesa. Una amplia nómina de directores de diarios publica un
manifiesto, “No nos callarán”, interpretando que el atentado pretende amedrentar
a la prensa. El 17 de mayo, Euskaldunon Egunkaria publica una entrevista de
siete páginas de su director Martxelo Otamendi con dos representantes de ETA
encapuchados que emplazan a PNV y EA a que rectifiquen y hagan una apuesta
clara por la construcción nacional, lo que se derivaría en el cese la de lucha
armada. Entienden que todavía se dan las condiciones para llevar el proceso
hasta el final, y esa es la idea que recoge el titular más destacado en el
cuadernillo monográfico que el diario dedica a la entrevista. Reiteran lo
publicado con anterioridad por Gara a partir de documentos de la organización:
la tregua no pretendió abrir solo un proceso de paz, sino lograr un compromiso
de los abertzales con la construcción nacional de Euskal Herria. La entrevista se
realizó antes de que PNV y EA confirmaran hace unos días la congelación de
Udalbiltza, aunque hay referencias a ella en el sentido de que no se han
aprovechado todas sus potencialidades. Se queja ETA de que con la lucha
armada activada, todos hablaban de la situación de los presos, pero a raíz de la
tregua algunos se callaron. Elogian el paso dado por EH al no presentarse a las
elecciones generales, porque allí no pintan nada los electos vascos. Insisten en
que Lizarra-Garazi es la representación de Euskal Herria ante Madrid y París;
subrayan que a Euskal Herria hay que meterla en la cartografía de los abertzales.
EH destaca de la entrevista que ETA ofrece la solución al conflicto armado. Para
Joseba Egibar, las declaraciones de ETA son un ejercicio de autoengaño.
El 4 de junio, ETA mata de un tiro en la cabeza al concejal del Partido Popular
en Durango Jesús María Pedrosa Urkiza; afiliado a ELA y entorno abertzale,
había renunciado a llevar escolta: no se imaginaba objetivo de ETA. Un potente
coche-bomba estalla a primeras horas de la madrugada del 25 de junio en
Neguri-Getxo y provoca elevados daños materiales. La explosión ha sido
previamente anunciada a la DYA, a Gara y a la Policía Municipal, explicando
que iba dirigida contra la oligarquía financiera. Un mes más tarde, ETA repite
atentado en Neguri: esta vez el coche-bomba lo ha hecho explosionar cerca de la
casa de la senadora del PP Pilar Aresti y de su esposo Ramón Icaza. Explica en
Abc Mayor Oreja que ETA usó la tregua para renovar comandos y estructura, y
que está interesada en actuar singularmente en Getxo, “por odio y resquemor, y
yo creo que también en estos momentos, en sus últimas actuaciones, está
tratando de volver a Getxo”, donde en buena parte cree él que comenzó ETA;
donde “si somos capaces de afrontar con entereza y con serenidad esta
situación”, también terminará. El 29 de julio, ETA mata en Tolosa, mientras
conversa con el periodista de EiTB Jaime Otamendi, al exgobernador civil de
Guipúzcoa con el ministro Belloch Juan María Jauregi Apalategi. Había
regresado de Chile, donde trabajaba, de vacaciones. El 8 de agosto, ETA da
muerte, mediante un coche-bomba colocado frente a la empresa familiar que
dirige en Zumaia, al empresario José María Korta; lo explica diciendo que no
solo no pagaba el impuesto revolucionario, sino que animaba a no hacerlo. Ese
mismo día, otro coche-bomba estalla en Madrid frente a una empresa y provoca
once heridos; en esta misma fecha de agosto, la explosión de un artefacto que
están manipulando destroza a cuatro militantes de ETA en Bolueta-Bilbo,
Francisco Rementeria, Ekain Ruiz, Urko Gerrikagoitia y Zigor Aranbarri. En
este 8 de agosto del año 2000, el juez Baltasar Garzón dicta auto de
procesamiento contra 16 personas por su presunta vinculación con Xaki. Sin
tiempo a digerir esta jornada especialmente trágica, ETA da muerte al día
siguiente en Iruñea al subteniente del Ejército de Tierra Francisco Casanova.
Antes de terminar el mes, una bomba-lapa colocada en los bajos de un Nissan
Patrol de la Guardia Civil estalla y mata a la primera agente femenina del
Cuerpo y a otro compañero, en la localidad oscense de Sallent de Gállego. Este
agosto cruel es testigo todavía de la muerte por parte de ETA, en el interior de su
tienda de golosinas, del concejal del PP en Zumarraga Manuel Indiano.
Patxi Zabaleta pide en Deia a ETA una tregua, pide la destitución de Mayor
Oreja y pide para todos, diálogo, porque “esta tragedia nos atañe a todos”. “Ayer,
8 de agosto, a las 11:30 de la mañana –escribe–, propuse en el Ayuntamiento de
Pamplona la celebración de un pleno extraordinario para expresar las
condolencias por los cuatro muertos de Bilbao y hacer votos para una superación
de la violencia. Hace unos días votamos a favor de un pleno por la lamentable
muerte de Juan María Jauregi. No hay ninguna justificación, ningún argumento,
ninguna razón para este drama”, ni tampoco para el cierre de Egin y el
encarcelamiento de la Mesa Nacional de HB. Es preciso, escribe Zabaleta, el
“diálogo de todos. Sin distinciones, sin tapias. Por Jauregi y su hermano Joxe
Bernardo, por José María Korta y los restos carbonizados de los cuatro gudaris,
y de todos los que les han precedido en uno y otro frente”. Patxi Zabaleta hace
una afirmación rotunda: “No habrá victoria de ETA, y aunque fuese posible, no
sería la solución. Tampoco habrá victoria policial, y aunque fuese posible,
tampoco sería la solución”. Escribe Teresa Toda en Gara sobre “Otro verano
trágico y de campañas”. Escribe contra Garzón y su ‘todo es ETA’, y se
pregunta: “¿también Gara?”. Iñaki Aldekoa recuerda el aniversario de Lizarra-
Garazi y la tregua; clama por un escenario sin violencia política; recuerda que en
las guerras también hay límites a respetar: uno de ellos, el no atentar contra
civiles desarmados, o no beligerantes, sea cual sea su adscripción ideológica,
política o étnica. Lo contrario es un “crimen de guerra” aunque la guerra sea
“justa”. Para Aldekoa, Lizarra, es el camino, “ETA tiene que salir de esa trampa,
tiene que decretar una tregua auténtica, sin condiciones, sin trampas, definitiva y
verificable. Ese es el camino. Este es el momento”. Sobre “El largo viaje”,
escribe Josep Ramoneda en El País, sobre Otegi, “un camaleón”. Dice de ETA
que no pretende nada y no tiene ideología, y que hay que “atar corto al PNV,
interpelarlo directamente”. El asesinato de Blanco fue a su entender una acción
desesperada y de final de trayecto. Ve una novedad importante: “actualmente,
casi todo se decide y cocina en el propio País Vasco, y el largo viaje contra ETA
nos concierne a todos”. Para Antonio Elorza, esta “cosecha de sangre” son los
rescoldos de Lizarra.
Trata de racionalizar el diálogo Juan Aranzadi en El País; no es partidario del
“Conmigo o contra mí”. Se hace y propone una reflexión de calado,
especialmente a las gentes de izquierda: “¿Es inevitable que todo el que rechaza
a ETA por sus crímenes desemboque en la defensa de la Constitución y del
Estatuto?”. Propone una afirmación inquietante: “Quizá la última de las
paradojas que nos reserva el ‘problema vasco’ sea asistir al final de ETA a manos
de quienes invocan sus propios fines. No porque rechacen éticamente la muerte,
sino porque la muerte se ha vuelto políticamente perjudicial para sus fines”. Se
le echan encima desde diferentes frentes; le provoca especial perplejidad lo que
ha escrito el catedrático Mariano Fernández Enguita. Jon Aleman reflexiona en
Egunkaria cuando este verano trágico agoniza sobre una “usurpación”
[Usurpazio bati buruzko gogoeta]. “En Euskal Herria, al contrario que en
Chechenia”, escribe, “se ha perdido el concepto de ejército popular, y al
terrorismo de Estado se le responde con terrorismo. Lo diré en pocas palabras:
todo comenzó a medida en que ETApm se deshacía –en ello se fueron unos
cuantos años– e iban desembarcando en ETAm. Junto con la gente, ETAm
también fue recogiendo ideas perniciosas. A partir de 1984, los poli-milis se
fueron imponiendo, e impusieron una evidente y perjudicial desviación en ETA
militar. Ahora mismo, están que rebosan. Por el contrario, las teorías de los milis
están bajo suelo [‘lur azpian’]”.
Garzón pone en marcha contra Ekin, a la que ha definido como heredera de
KAS, la ‘Operación Lobo negro’ el miércoles 13 de septiembre. Se practican
registros en sedes de la izquierda abertzale, se detiene a veinte personas en los
cuatro territorios de la Euskal Herria peninsular. Al día siguiente, un ‘legal’ de
ETA le atraviesa la cara de un tiro, a las puertas de su casa de Donostia, al
exconsejero socialista José Ramón Recalde, cuñado del histórico dirigente de la
izquierda abertzale Miguel Castells, y salva la vida de casualidad. Tampoco este
es un atentado más. Un día después, agentes de la Gendarmería Nacional
francesa, en colaboración con la Guardia Civil y los Renseignements Generaux,
detienen en una casa de Bidarte al presunto número uno y responsable del
aparato militar de ETA Ignacio Gracia Arregui, Iñaki de Rentería; sigue luego a
esta captura una amplia redada de presuntos colaboradores suyos. La Ertzaintza
descubre, cuarenta minutos antes de que los Reyes lleguen a Hernani para
inaugurar el Museo de Chillida, ocho granadas montadas con temporizador,
listas para ser lanzadas, a 600 metros de la finca de Zabalaga. Según el ministro
del Interior, tienen un objetivo meramente propagandístico. El juez Baltasar
Garzón dice haber dado con pruebas suficientes para confirmar que Ekin dirigía
la ‘kale borroka’. Avanza septiembre, la Policía francesa arresta en Baiona a la
histórica militante de ETA Rosario Delgado Iriondo y en uno de los registros que
siguen a su detención en Las Landas se localizan explosivos y un taller para el
montaje de morteros, además de material para falsificar documentos. El 21 de
septiembre, ETA mata a un concejal del PP, José Luís Ruiz Casado, esta vez en
Catalunya, en Sant Adriá del Besós.
Ha escrito Joseba Arregi un ensayo, La nación vasca posible. El nacionalismo
democrático de la sociedad vasca; el ‘Babelia’ de El País lo presenta como un
desmenuzamiento crítico de la evolución política de los últimos veinte años del
PNV; lo promociona como un libro oportuno “para los alarmados por la
enloquecida deriva del Pacto de Estella”. J.Pagola y D.Martínez entrevistan a
Mayor Oreja en Abc y destacan de sus declaraciones que los etarras son los
principales aliados del PNV en la estrategia de desgaste al Gobierno y hablan del
fracaso de Arzalluz. Mariano Fernández Enguita no abandona su polémica con
Aranzadi; está de acuerdo en que había que amnistiar a ETA en la Transición,
pero opina que ha de descartarse de plano algo así actualmente, acabe como
acabe ETA. Garzón prosigue su cruzada, desmantela el 5 de octubre al que tiene
por aparato de desobediencia civil del MLNV, bajo el cobijo de la Fundación
Joxemi Zumalabe, a la que acusa de dirigir el proyecto Piztu para extender la
desobediencia civil. Especialistas en explosivos desactivan en diferentes puntos
de Andalucía artefactos colocados en vehículos de militares. El 9 de octubre,
ETA mata a tiros en el portal de su casa de Granada al fiscal jefe del Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía, Luís Portero García. Detienen en Burdeos, de
madrugada, a Ander Geresta y Aritz Aramburu, después de un cruce de disparos
con agentes franceses: es la segunda vez que militantes de ETA disparan en
Francia para evitar ser detenidos. Después de haber dado muerte en su consulta
privada de Sevilla al coronel del Cuerpo Militar de Sanidad Antonio E. Muñoz
Cariñanos, una patrulla policial intercepta la huida de Jon Igor Solana y Harriet
Iragi, detiene a Solana primero y posteriormente a Iragi, herido; la viuda del
militar dirige su ira hacia Arzalluz, dice que es un nazi loco, el Hitler del 2000,
que ETA y él son lo mismo. José María Muguruza, decano del Colegio de
Abogados de Guipúzcoa, vicepresidente del Banco Guipuzcoano, directivo del
Diario Vasco, recibe en su domicilio de Donostia un paquete-bomba que le
resulta sospechoso y lo lleva a la Ertzaintza para su desactivación. El 22 de
octubre, ETA da muerte en Gasteiz, mediante una bomba-lapa adosada a su
coche, al funcionario de prisiones Máximo Casado, jefe de servicio en la cárcel
de Nanclares de la Oca. El presidente de las juventudes de UPN circula durante
cuatro días con un artefacto adosado a su vehículo, que finalmente se desprende
sin explosionar. El 30 de octubre, un coche-bomba estalla en Madrid al paso de
un vehículo oficial y causa la muerte de sus tres ocupantes: José Francisco
Querol, general consejero togado del Cuerpo Jurídico Militar en la reserva y
magistrado del Tribunal Supremo; Jesús Escudero García, miembro del Cuerpo
Nacional de Policía y escolta del magistrado; Armando Medina, conductor del
Parque Móvil. La explosión provoca heridas a 66 personas, a diez, graves. Jesús
Sánchez Martínez, una de ellas, fallece nueve días más tarde. El atentado
provoca además grandes daños en 650 viviendas de las inmediaciones, en 30
coches y en un autobús.
ETA intenta matar el 10 de noviembre a los periodistas Aurora Intxausti y
Juan Francisco Palomo. Un fallo del mecanismo impide que estalle la bomba
conectada a la puerta del domicilio, hace que solo estalle el detonador al abrirla
bruscamente, lo que evita la muerte del matrimonio y de un hijo pequeño que les
acompaña. El País recuerda que una campaña de señalamiento desde medios
‘abertzales’ ha precedido al ataque contra Aurora Intxausti, recuerda que fue
denunciada en un vídeo distribuido por la revista de Pepe Rei Ardi Beltza. El
diario parisino Le Monde escribe sobre La génération ‘no future’ de l’ETA,
reseña su historia, su deriva. El 13 de noviembre, cientos de periodistas se
concentran en el Peine de los Vientos donostiarra, leen un comunicado en el que
apelan a las instituciones para que salvaguarden la libertad de expresión y en
repulsa por el intento de asesinato de dos compañeros, le dicen a ETA que no
van a ceder al chantaje de las pistolas. Gara se hace eco de declaraciones de
ETA que afirman que “los funcionarios y políticos profesionales” del PNV no
quieren impulsar un proceso soberanista, prefieren un nuevo ciclo autonomista.
Asume 17 atentados desde el 31 de julio hasta mediados de noviembre. El País
retoma el tema de la violencia y las amenazas que cercan a los periodistas en
Euskadi, un clima de acoso que les impide trabajar con libertad. José Luis
Barbería explica que en las manifestaciones de HB aparecen espontáneos que
fotografían a los periodistas. Explica que existe un doble lenguaje de HB hacia
los periodistas, el clásico del grupo mafioso: “es amable, por un lado, y puede
ocurrirte lo peor si entras en lo prohibido”. Se trata, asegura, de una estrategia
meditada, que se explicó en la ponencia de KAS Txinurriak.
Poco antes de las 9 de la mañana del martes 21 de noviembre, dos granadas
son lanzadas contra la casa-cuartel de la Guardia Civil en Irun, sin mayores
consecuencias. Sobre las 21:30 de este día, ETA acaba con la vida del exministro
y miembro del PSC-PSOE Ernest Lluch; le han esperado en el garaje de su casa
de Barcelona a que baje del vehículo para dispararle y matarle. El presidente de
los socialistas catalanes Ernest Maragall dice que han matado a un amigo del
pueblo vasco; Lluch lleva tiempo alternando su Barcelona con Donostia,
alternando amores con su club de siempre, el Barça, y el adoptado, la Real
Sociedad; lleva años tratando de dar con una salida para el conflicto vasco,
participando y debatiendo en los medios de comunicación. El presidente Pujol
destaca su firmeza contra el terrorismo. El secretario general de ERC, Josep
Lluís Carod-Rovira, pide que ETA deje de matar, que se vaya de Catalunya, no
interfiera con sus crímenes en la dinámica catalana, que es específicamente
pacífica y democrática, y recuerda que Ernest Lluch se había ofrecido para
vehicular soluciones de diálogo al conflicto. La indignación y el asombro
alcanzan cotas insospechadas; cientos de miles de personas participan dos días
más tarde en Barcelona en una gigantesca manifestación de condena. Alberto
Surio entrevista a Xavier Rubert de Ventós para el Diario Vasco; se reclama
independentista, no étnico, y españolista a la vez; opina que “ETA es el
movimiento más antinacionalista, la eterna adolescencia”, y que “no hay derecho
que quince niños locos estén destrozando el país, además de dejarme mal a mí”.
El Pleno del Congreso del 30 de noviembre aprueba el Proyecto de Ley de
Modificación del Código Penal y de la Ley del Menor. El texto contiene también
un conjunto de medidas para reforzar la lucha contra ETA. Los secretarios
generales del PP y del PSOE, Javier Arenas y José Luis Rodríguez Zapatero,
firman el 12 diciembre, en presencia de Aznar, el pacto antiterrorista en defensa
de las libertades en el País Vasco, un pacto de Estado para hacer frente a la
ofensiva de ETA y diseñar una estrategia común de actuación, con el nombre de
‘Acuerdo por las libertades y contra el terrorismo’. Invitan a las demás fuerzas
políticas a sumarse, pero Izquierda Unida y CiU condicionan su apoyo a la
eliminación del preámbulo en el que el PP y el PSOE se comprometen,
explícitamente, a no alcanzar acuerdos políticos con el PNV y Eusko
Alkartasuna hasta que ambas formaciones rompan formalmente con el Pacto de
Lizarra. PP y PSOE se han comprometido a impulsar conjuntamente las
libertades y la política contra ETA; se han comprometido al intercambio de
información y a la búsqueda de posiciones conjuntas en esta materia,
compromiso que va dar lugar posteriormente a la ‘ley de partidos’ con la que se
va a ilegalizar a Batasuna. Dos días después de la firma del pacto, ETA mata al
único concejal del PP en Viladecavalls; el 20 de diciembre mata a un policía
municipal de Barcelona que sorprende al comando conduciendo un coche-
bomba preparado para atentar. Poco antes de las vacaciones de Navidad, ETA
camufla una bomba con material de oficina y la deja en el ascensor de acceso a
los despachos de profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad
del País Vasco en Leioa. La profesora Edurne Uriarte asume para sí la
advertencia, pero no es la única. Entre el 27 de diciembre y el 30, tienen lugar
otros atentados contra empresas e instalaciones oficiales en Donostia. El último
día del año, es la propia ETA la que avisa reiteradamente de que hay un coche en
una calle de Sevilla, cargado con 160 kilos de explosivos, para que lo retiren,
para que lo desactiven. No queda claro si se trata de una trampa, o el temor a que
se produzca una masacre.
CAMBIA EL MILENIO, CAMBIA EL MUNDO, ETA
SIGUE
Mariano Ferrer había escrito tras el alto el fuego, y cuando la propuesta Orain
herria, Orain bakea de Anoeta cumplía dos años, que Batasuna mantenía el
objetivo de la construcción nacional pero declaraba la prioridad de la paz; había
escrito que no parecía que ETA tuviera previsto anunciar su desmilitarización
efectiva antes de que hubiera un acuerdo sustancial sobre la mesa política; había
escrito que el sentido de Anoeta no era que había un proceso porque ETA dejaba
las armas, sino que ETA dejaba las armas para que hubiera un proceso, lo que en
el fondo era “una oferta para compartir el coste de la paz”. Explica el 31 de
diciembre Mariano Ferrer que el ya histórico acto de Anoeta hizo concebir la
esperanza de que la izquierda abertzale había aprendido lo fundamental: la
necesidad imperiosa de desvincular de la violencia su proyecto político. El
mazazo de Barajas confirma que el proceso va mal, concluye Ferrer, pero no
modifica lo que cada parte tiene que hacer si se quiere que termine bien. Y
pronuncia un deseo: “¡Que el año que empieza nos traiga un nuevo proceso!”.
Arnaldo Otegi se da prisa en pedir a ETA que mantenga intactos los
compromisos y objetivos explicitados en la declaración de alto el fuego
permanente del pasado 22 de marzo. Al Gobierno español le pide que “garantice
las condiciones democráticas que faciliten la puesta en marcha de un proceso de
soluciones políticas para Euskal Herria”. Ha comparecido Otegi ante los medios
de comunicación, de pie, tras un atril, delante de la ikurriña y la bandera de
Nafarroa, flanqueado por Arantza Santesteban y Rufi Etxeberria; ha leído el
mismo texto en euskera y castellano, no ha aceptado preguntas. José María Ruiz
Soroa se pregunta en El País, “y ahora, ¿qué?”. Le parece que el Gobierno
central está emitiendo, de nuevo, un doble mensaje, que ETA va a captar
probablemente distorsionado: no rompe el proceso, pero se reafirma en que con
violencia no hay diálogo. Josep Ramoneda la emprende con Ibarretxe, le llama
ventajista, le contrapone al ‘sereno y responsable’ Josu Jon Imaz.
ETA comunica el 9 de enero que no era su intención causar víctimas, que
avisó tres veces para dar tiempo a desalojar el aparcamiento, que el alto el fuego
continúa vigente y es voluntad suya “fortalecerlo e impulsarlo”, aunque no
dudará en “responder a las agresiones contra Euskal Herria”. ETA responsabiliza
al Gobierno español y al PSOE de la grave situación actual porque, a su juicio,
han estado poniendo obstáculos sin cesar al proceso democrático. ETA critica
también al “PNV de Imaz”, alineado a su juicio junto al Gobierno español, que
ha reaccionado declarando que con el atentado de Barajas se ha hundido también
la propuesta de Anoeta. La prensa española aplaude a Imaz, en la misma medida
en que critica al lehendakari, de quien dice que ha aprovechado la trágica
coyuntura para colocar su programa sobre la mesa. El Abc dirigido por José
Antonio Zarzalejos ha dedicado un editorial a “La doble moral de Ibarretxe”, al
que llama usufructuario de las consecuencias del terrorismo de ETA por no dar
por concluido el mal llamado proceso de paz. “Para el nacionalismo vasco –
sostiene–, la violencia nunca ha sido un obstáculo ético ni político en su proceso
de reivindicación soberanista” y la ruptura de la tregua “le permite recuperar un
espacio que temía perder por la pinza PSE-Batasuna”. El editorialista le advierte
al Gobierno español, tras el error cometido por los socialistas de pretender la
rehabilitación de Batasuna, que no cometa otro nuevo, reactivando la hegemonía
nacionalista del PNV. Frente a ese ‘plan b’, lo que procede por el contrario es a
tenor del editorial de Abc “restaurar el constitucionalismo”.
El fin de la violencia había estado al alcance de la mano a finales de octubre
de 2006, cuando Jesús Eguiguren por el PSE, Josu Jon Imaz por el PNV y
Arnaldo Otegi por la izquierda abertzale, y tras frecuentes reuniones en el
santuario de Loiola, cerraron un principio de acuerdo que abría la puerta al
derecho de los vascos a decidir su futuro y a un órgano común para los territorios
de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa. Eguiguren y Otegi llevaban tres años
reuniéndose, tejiendo una complicidad personal que se fortaleció con la tercera
pata que representaba el PNV. Rodolfo Ares, por sugerencia de Zapatero y
Rubalcaba, entró también a formar parte de la pata socialista, a garantizar que su
compañero no iba demasiado rápido, demasiado lejos. El documento pactado
–“Bases para el diálogo y el acuerdo político”– abordaba el carácter y la
identidad del Pueblo Vasco, los mecanismos que permitirían a su ciudadanía
adoptar libre y democráticamente las decisiones en torno a su futuro político e
institucional; trataba de su articulación, de la incorporación de los acuerdos al
marco jurídico y el refrendo popular. Del Acuerdo-Marco suscrito por EAJ-PNV,
PSE-EE-PSOE, (PSN o PSOE) e Izquierda Abertzale solo existiría un ejemplar,
a depositar en el Vaticano de manera oficial. Eguiguren, Imaz y Otegi pactaron
que el proceso se iniciase a partir de la celebración de una Conferencia de Paz, el
Diálogo y el Acuerdo, que sería promovida por Eusko Ikazkuntza para el 2 de
diciembre de 2006, con la participación de partidos, sindicatos, empresarios,
foros por la paz, universidad y personalidades relevantes; concluiría con una
declaración a favor de un proceso de diálogo para poner fin a la violencia,
violencia que debía estar ausente mientras tanto. La izquierda abertzale propuso
modificaciones a favor de la voluntad popular como único límite en las
decisiones, incorporó expresamente la posibilidad de optar también por la
independencia, propuso que el órgano institucional de los cuatro territorios
elaborara un Estatuto de Autonomía a refrendar por la mayoría de cada ámbito,
fijó plazos para hacer público el acuerdo político, y antes, el establecimiento de
manera secreta o discreta de un canal de comunicación de los firmantes con el
Gobierno español, “a fin de establecer de manera acordada los mecanismos que
permitan el trámite institucional del mismo sin modificaciones”. Los socialistas,
con el apoyo de Imaz, entendieron que se modificaba sustancialmente el acuerdo
inicial y los contactos se suspendieron. Ni en un caso ni en otro fueron ajenas las
presiones ejercidas por quienes no se sentaban a la mesa. También los que tenían
lugar entre ETA y el Gobierno concluyeron sin entendimiento, aunque se
emplazaron para enero de 2007. La furgoneta-bomba hizo explosión en la T-4 el
30 de diciembre de 2006.
La entrevista del director de El País Javier Moreno con el presidente
Rodríguez Zapatero, la primera desde el atentado del 30 de diciembre, ha durado
dos horas y media, fue pedida y aceptada el dos de enero, se ha concretado diez
días después. Han sido estos los peores días del presidente; ha quedado en
evidencia, “cuando no en ridículo”; ha consolidado la desunión con el PP en
materia antiterrorista: por primera vez, un partido de los grandes, el PP, se ha
negado a acudir a una manifestación contra los terroristas, escribe Moreno. El
balance del atentado resulta demoledor, pero el periodista no ha visto al
presidente ni abrumado ni desbordado; medita las respuestas, pero no duda ni
titubea. Son ideas de la entrevista destacadas por el diario: “Debemos refundar
un gran consenso nacional en la lucha contra el terrorismo; di todo mi apoyo al
PP en la lucha contra ETA y no he recibido ninguno en estos dos años largos de
Gobierno; no creo en absoluto que tengamos una situación de crisis; hemos
sufrido un trágico atentado, pero crisis, ninguna; ahora no se ha respetado la
regla de evitar hacer política con la lucha antiterrorista: me parece grave; este es
el primer proceso de diálogo para acabar con la violencia en el que la oposición
ha sido dura; lamento que no se cumpliera la expectativa de que esta vez se
podía; hoy hay que hablar del mañana, de la respuesta que desde el Estado de
derecho y desde la política demos a la situación creada por ETA”. Interpelado
para que explique por qué no habló de ruptura en su primera intervención, a las
seis de la tarde del día 30, responde Rodríguez Zapatero que dijo dos cosas, que
ETA había roto el diálogo, porque era radicalmente incompatible un proceso de
paz con una acción de esa naturaleza. Y que en consecuencia suspendía
cualquier iniciativa de diálogo. Suspender no es romper, le observa el periodista,
y añade entonces: quería subrayar que quien había roto era ETA, de una manera
tan evidente y tan trágica como el atentado. “Es claro, ¿no? Y es importante.
Porque hay muchos ciudadanos en Euskadi que han tenido una actitud muy
favorable, muy positiva, al proceso de paz. Y que seguramente el atentado les
haya producido un convencimiento profundo de que por parte del Gobierno
existía toda la voluntad. Y que quien se ha ido por el camino peor es ETA”.
Zapatero está convencido de que hay personas con relevancia en la izquierda
abertzale que “hoy saben muy bien quién es el responsable de que el proceso de
paz haya llegado al punto final”. Les pide a ellos que tengan el coraje cívico y
político de condenar la violencia.
El Tribunal Supremo contradice a la Audiencia Nacional al declarar que
Jarrai, Haika y Segi son grupos terroristas, y no meras asociaciones ilícitas, y
cursa órdenes de detención contra 23 de sus miembros. Los magistrados les han
encontrado culpables de un “delito de integración en asociación ilícita,
constitutiva de banda, organización o grupo terrorista, en concepto de integrantes
de ellas, sin concurrencia de circunstancias modificativas de responsabilidad
criminal”. Los jueces de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo mantienen la
decisión de la Audiencia Nacional de disolver las sociedades Jarrai, Haika, Segi.
Tras conocer la resolución, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, autora de
uno de los recursos contra la sentencia de la Audiencia, expresa su “esperanza en
que la Justicia nunca se rendirá ante el chantaje y las amenazas terroristas, como
lo está haciendo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero”. También al
secretario general del PP, Ángel Acebes, le parece una buena noticia, le parece
que es esta la manera de combatir el terrorismo. El Gobierno vasco pregunta por
los motivos que han llevado al Supremo a modificar una sentencia que supone
elevar a seis años de cárcel las penas que impuso la Audiencia a 23 de los 24
acusados, y por lo que va a ocurrir con el resto de juicios pendientes, tras esta
resolución judicial. Condena radicalmente la ‘kale borroka’, pero de ahí a
reconocer en Jarrai una organización terrorista hay, a su entender, un trecho: “el
que va desde la resolución que hizo la Audiencia Nacional hasta la que ahora ha
hecho el Tribunal Supremo”.
Juan José Ibarretxe declara como imputado el 31 de enero ante el Tribunal
Superior de Justicia del País Vasco, en la causa abierta en su contra por
desobediencia, al haberse reunido el 19 de abril pasado con dirigentes de la
ilegalizada Batasuna, entre ellos, Arnaldo Otegi. El lehendakari, que ha acudido
arropado por la dirección y un nutrido grupo de militantes de su partido, le
reconoce al juez esta y otras reuniones con Batasuna, para buscar la paz: “solo
en un país de locos se encausa penalmente a un presidente por hablar con todos”,
declara luego. Se han producido dos momentos de tensión antes y después de la
declaración. Uno, con el miembro del Foro de Ermua Antonio Aguirre,
expulsado del PSE por querellarse contra Patxi López por su reunión con
Batasuna, cuando, puño en alto, se ha dirigido a la multitud; y otro, cuando el
portavoz de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, ha mostrado una camiseta de su
grupo con la bandera española, lo que ha provocado la reacción airada de los
presentes, y algún amago de agresión. El Consejo General del Poder Judicial
elabora al día siguiente una nota de protesta por la comparecencia ante los
medios de Ibarretxe y por la manifestación de apoyo de la que se ha hecho
acompañar a las puertas del Palacio de Justicia. Los analistas menos apasionados
se inquietan por este enfrentamiento entre poderes del Estado y se preguntan si
es sensato imputar al presidente de un país, o de una comunidad autónoma, por
sus iniciativas políticas; si es prudente que los jueces vascos imputen a Ibarretxe
por reunirse con dirigentes de Batasuna, cuando el Supremo ha desestimado una
querella similar contra Patxi López, afirmando que sería un fraude constitucional
sustituir el control parlamentario de los gobiernos por una especie de control
judicial mediante la interposición de querellas.
El diario bordelés Sud Ouest publica las declaraciones del coronel de la
Gendarmeria Charles Saenz, que fue quien detuvo en su día al líder de
Iparretarrak Filipe Bidart. Dice el coronel que respeta la decisión de los jueces
que han acordado la liberación condicional al hombre que él detuvo en Bokale
[Boucau] el 20 de febrero de 1988, y le desea que aproveche su oportunidad.
Tras referirse a las familias de las víctimas de IK, ha declarado que “es normal
que se pueda beneficiar de las medidas que contempla la democracia. Se le da
una la oportunidad de rehabilitarse, ¡que la aproveche!”. “He combatido a IK
respetando a los hombres –añade–, tratando de evitar la violencia, pero con
firmeza, con una suerte de respeto mutuo”. En relación a Bidart dice que es un
joven valeroso que tenía su óptica sobre el País Vasco y que, desgraciadamente,
se situó fuera de la ley. La comparación con los testimonios que se suelen oír a
los policías españoles es inevitable. Una entrevista del diario británico The Times
con Iñaki De Juana Chaos, acompañada de una fotografía atado a la cama del
hospital, encabrita a la derecha española, que pide responsabilidades para
quienes no la han impedido. Asegura el entrevistado que es un soldado, que no
siente remordimientos por sus actos y pide adentrarse en los orígenes del
conflicto para buscar soluciones, especialmente tras el atentado del 30 de
diciembre. “Estoy completamente de acuerdo con el proceso democrático de
diálogo y negociación para resolver el conflicto político entre Euskadi y los
Estados francés y español’, ha explicado De Juana al rotativo inglés. El preso ha
respondido a las preguntas del Times desde la habitación del hospital donde se
encuentra. El diario londinense dice que sus médicos aseguran que podría
experimentar una muerte repentina cualquier día. Y “si muere –añade–, se
convertirá en un mártir del movimiento de independencia vasco”, lo que daría
pie, probablemente, a una nueva campaña de atentados. La huelga de hambre de
De Juana es una pesadilla, “la crisis más profunda” del Gobierno de Zapatero
desde que tomó el poder en 2004, a juicio del periodista. Está claro que las
declaraciones de De Juana no llegan en el mejor momento para el presidente,
acosado por la utilización que el PP hace de las asociaciones de víctimas de
terrorismo. Curiosamente, la entrevista se publica el 6 de febrero, al día siguiente
de que El País haya asegurado que la huelga de hambre de De Juana no ha sido
aprobada por la dirección de ETA y que este ya no tiene representatividad ni
peso político dentro de la organización.
En la misma fecha, la Policía Francesa ha detenido a Pello Álvarez Saleta, a
quien se relaciona con el zulo hallado semanas atrás en Amorebieta, que
contenía 30 kilos de nitrato amónico y otros 30 de polvo de aluminio, y con el
abandono en Atxondo de 181 kilos de material explosivo. La Policía española le
relaciona así mismo con Iker Aguirre Bernadal, arrestado el 25 de enero en
Portbou, cuando supuestamente se dirigía a Valencia para recabar datos a fin de
cometer atentados durante la Copa de América. Una entrevista a Arnaldo Otegi
de Jordi Barbeta e Ignacio Orovio en La Vanguardia con el titular central de “El
Estado español no tiene que pagar un precio político a ETA ni a nosotros”, no
pasa desapercibida en La Moncloa. Ha afirmado el líder de la izquierda abertzale
que la independencia solo se puede construir desde vías pacíficas y
democráticas; ha dicho que “autonomía, federación…, al final la ciudadanía
decide y eso resuelve en conflicto”; ha asegurado querer hacer política en
términos democráticos, “estamos manteniendo la misma actitud que el Sinn Fein
en Irlanda o el Congreso Nacional Africano en Suráfrica”; “lo deseable sería una
posición común de los dos grandes partidos”, ha afirmado en referencia al PSOE
y el PP; se ha comprometido a hacer lo que haga falta para mantener el proceso,
porque “no hay alternativa”; no ve predispuesto a Rajoy, y quiere creer que
Zapatero “tiene convicción”; asegura preferir un lehendakari vasco navarro del
PSOE a un soberanista en Vitoria, ve en una izquierda abertzale en las
instituciones garantía de compromiso; ha vuelto de su última visita a Catalunya
“con una impresión de fraude y autoengaño colectivo”. Aunque para
desmarcarse de Josu Jon Imaz ha dicho que no pretende, como él, cautivar a
España, el diario destaca un titular que dice: “Queremos cambiar un tablero de
confrontación por otro de seducción”. Le ha preguntado por lo que pasaría si De
Juana muere, y ha respondido que “nos situaría en una posición muy delicada”,
tiene que ser puesto en libertad. El País afirma que José Luis Rodríguez
Zapatero ha visto en esta entrevista “elementos distintos”, no obstante exige a
Batasuna un rechazo “creíble, fehaciente y convincente” a la violencia y una
muestra de que ETA se dispone a dejar las armas para siempre. Lo que más ha
llamado su atención es el tono de desmarque de la violencia, que atraviesa la
entrevista. Ha llamado la atención en Moncloa que Otegi diga que “el Gobierno
tiene motivos para desconfiar de la interlocución de ETA, como ETA tiene
motivos sobrados para desconfiar del Gobierno”. Las declaraciones de Otegi se
han realizado tres semanas después de que presentara un plan constitucional de
“resolución del conflicto”.
El colectivo de presos hace llegar su punto de vista al diario Gara. Asegura
que el proceso no avanzará solo porque se cambie la política penitenciara, en
relación a Iñaki De Juana y a todos los demás presos. Ese requisito es
indispensable, pero solo avanzará si los Gobiernos español y francés impulsan
también un acuerdo político sobre el futuro de Euskal Herria. Ese acuerdo debe
propiciar a su juicio un marco democrático en el que la independencia y el
socialismo puedan ser defendibles y materializables. El colectivo de presos
políticos vascos concreta sus exigencias en un proceso que debe estar basado en
la autodeterminación, la territorialidad y la amnistía. Entre tanto, Pérez
Rubalcaba ha averiguado que las fotos del diario inglés fueron tomadas por los
abogados del preso en dos sesiones, de dos días diferentes, y así lo ha hecho
saber al Colegio de Abogados para que adopte las medidas pertinentes. El 1 de
marzo, Iñaki de Juana Chaos es trasladado al Hospital de Gipuzkoa, en
Miramón, en el que una hermana suya es jefa de enfermeras, para que siga el
tratamiento que evite su muerte y facilite su recuperación en situación de prisión
atenuada. La decisión la ha tomado el ministro Pérez Rubalcaba, una vez
recibido del Supremo el fallo y la liquidación de condena del recluso, por
“razones legales y humanitarias”.
La Guardia Civil detiene en una calle de Andoain a José Angel Lerin, armado
con una pistola robada en octubre pasado en Francia, un joven con antecedentes
por ‘kale borroka’, que tiene por jefe del comando Urederra. Detiene luego en
una ‘herriko taberna’ de Donostia a Juan Carlos Herrador, con antecedentes
también por ‘kale borroka’, a Lorea Irigoien en Huarte-Arakil, en Oion a Endika
Zinkunegi, junto a otros presuntos implicados en la reconstrucción del comando
Donosti, de Zizurkil y Segura. La Guardia Civil dice haber encontrado en
Andoain explosivos y material para confeccionar bombas; dice que entre los
objetivos del comando estaba Pedro Luis Miguéliz, Txofo, el confidente que
destapó el ‘GAL verde’. Unos días más tarde, afirma haber encontrado en un
local propiedad del hermano de José Angel Lerín en Berriozar 170 kilos más de
material explosivo. Acusan al comando Donosti de haber recopilado datos sobre
cargos del PP en Gipuzkoa, y Carmelo Barrio le pregunta a Zapatero si el
proceso con ETA seguirá adelante en caso de que uno de los militantes del PP
sea asesinado, sugiriendo que los socialistas están ahora fuera de ese riesgo. Le
contesta el líder del grupo socialista en el Congreso que esas insinuaciones le
parecen groseras, de mal gusto. La Guardia Civil afirma haber conocido por el
jefe del Urederra que Ekaitz Agirre podría estar reorganizando un nuevo
comando y tiene interés en subrayar que la reconstrucción del mismo se inició en
tiempos de tregua. Dice haber constatado que ETA ha recuperado un tipo de
estructura de los setenta, que consiste en enviar una pareja de ‘liberados’ a una
zona determinada para que actúen como dinamizadores de grupos legales.
Explica la agencia Vasco Press que este modelo estuvo en funcionamiento hasta
que a finales de los setenta la dirección de ETA lo consideró contraproducente a
efectos de seguridad.
Dos veteranos miembros de ETA que iban a bordo de un coche robado se
saltan en este final de marzo un control policial en Bergerac, y son detenidos
luego en Perigueux. Se trata de Juan Carlos Iurrebaso, miembro del grupo
negociador de ETA, y Kepa Mirena Suárez, chofer y guardaespaldas del anterior.
De acuerdo a la versión más o menos oficial del Gobierno español, las únicas
reuniones oficiales con ETA tienen lugar en la primavera de 2007, a instancias
sobre todo de Tony Blair, dando por supuesto que las anteriores, protagonizadas
por Eguiguren, lo fueron informales. En el mes de mayo se reúnen los
representante del Gobierno español Juan Manuel Gómez Benítez, Javier
Moscoso y, según algunas fuentes, Francisco Camacho, y sin Jesús Eguiguren,
con el nuevo representante de ETA Francisco Javier López Peña, Thierry, que
empieza por pedir la liberación de Iurrebaso y termina con un duro
enfrentamiento verbal que supone el final de las negociaciones. Paralelamente,
entre el 21 y 24 de mayo tienen lugar las últimas reuniones de Jesús Eguiguren y
Rodolfo Ares con Arnaldo Otegi en Ginebra. El Tribunal Supremo ha denegado
a mediados de mayo la inscripción en el Registro de Partidos a Abertzale
Sozialista Batasuna, al considerarla sucesora de Batasuna. Al no contar con
siglas propias, la izquierda abertzale pide el voto en las elecciones municipales y
forales del 27 de mayo para la sigla histórica Acción Nacionalista Vasca. Se
impugnan parte de las listas –123 sobre 256 presentadas–, se toleran otras, sin
criterios claros ni para lo uno ni para la otro. ANV obtiene 94.253, 73.456 en la
Comunidad Autónoma Vasca y 20.690 en la Foral de Navarra. Gana en 31
municipios de los 97 en que ha podido presentarse y obtiene representación en
otros 62. Atribuyéndose todos los votos declarados nulos, reclama como propios
92.000 votos más y afirma ser la fuerza mayoritaria en un total de 55 alcaldías.
En el Parlamento de Navarra, los votos nulos alcanzan a 18.285, que la
formación reivindica como propios y suponen dos diputados electos.
ETA anuncia el 5 de junio que da por finalizado el alto el fuego permanente y
la medida entra en vigor a partir del 6 de junio, al observar que “no se dan las
condiciones mínimas para seguir con un proceso de negociación” y que el
Gobierno de Zapatero “ha respondido al parón de las acciones armadas, con
detenciones, torturas y persecuciones”. El comunicado de ETA ataca al Gobierno
de Zapatero, ataca al PNV, tacha de antidemocráticas las últimas elecciones. Los
servicios antiterroristas habían alertado de que ETA se preparaba para atentar de
nuevo, ha comenzado el envío de una nueva remesa de cartas de petición de
impuesto revolucionario. La Guardia Civil, alertada por unos trabajadores que
han observado una extraña maniobra, encuentra en Ayamonte el 21 de junio un
coche cargado con 130 kilos de material explosivo, que ha sido abandonado
precipitadamente en la A-49 por sus ocupantes al ver un control conjunto luso-
español. Se interpreta como la confirmación de que ETA tiene lista una campaña
de atentados. El director general de la Policía y la Guardia Civil explica que el
coche llevaba en bolsas separadas unos 115 kilos de nitrato de amonio, otros
quince de polvo de aluminio, diez temporizadores, ocho detonadores, un emisor,
cordón detonante, un manual en euskera para la fabricación de varios tipos de
bombas, alguna documentación y tres maletas con ropa y efectos personales.
Contenía por tanto material para el montaje de al menos ocho bombas, suficiente
para una campaña de un comando, posiblemente itinerante. El 10 de julio
detienen en Santander a Aritz Arginzoniz y dicen haberle encontrado
información sobre tres posibles objetivos: el ferry que une Santander con
Plymouth, los juzgados y la plaza Porticada. La Policía sospecha que estaba a la
espera de recibir el material explosivo. En esta misma fecha, la Policía ha
descabezado lo que el ministro del Interior califica del ‘núcleo dinamizador’ de
la ‘kale borroka’ en Araba en los últimos tres años.
Detienen el 26 de julio a Juan Cruz Maiza y a dos compañeros en Rodez,
Aveyron, sureste francés, y Pérez Rubalcaba asegura que supone una fuerte
pérdida para ETA. Se trataría de la cabeza del aparato logístico y de uno de los
tenidos por integrantes de la ‘guardia pretoriana’ de Josu Ternera. La casa que
Maiza había alquilado pertenecía a un gendarme, que sospechó del
comportamiento de sus tres inquilinos y desató la operación cuando dos de ellos
salían con bolsas de mano de la vivienda que venían controlando y se temió que
fueran a huir los tres. La Policía española no duda en afirmar que se trata del
golpe más importante contra ETA desde la caída el 3 de octubre de 2004 del
aparato político, con la detención de Mikel Albizu y Soledad Iparragirre. Tres
días más tarde, el Ministerio del Interior español lanza una operación de ‘Se
busca’, fija carteles con las fotos de Aitzol Etxaburu, Ander Mugika, Eneko
Zarrabeitia, Joseba Olza, Leire López y Saioa Sánchez. El 24 de agosto, un
potente coche-bomba explosiona frente al cuartel de la Guardia Civil en
Durango; un miembro del comando lo ha dejado al pie del muro del cuartel, ha
activado un dispositivo, se ha montado en otro coche y ha huido. La explosión
provoca heridas no graves a dos agentes y cuantiosos daños. Hablan los medios
de comunicación de que ETA ha consumado así la ruptura de la tregua, tras
setenta días y cuatro intentos frustrados. Dos días más tarde, ETA provoca en
Castellón la explosión de un coche-bomba listo para ser utilizado, cuando
observa que ha despertado la curiosidad de unos campistas. El 9 de septiembre,
es la Delegación del Ministerio de Defensa en Logroño el objetivo de otro
coche-bomba, que no estalla por fallo en el mecanismo. El 25 de este mes, una
bomba hace explosión junto a la comisaría de la Ertzaintza de Zarautz, que
provoca daños también en las casa vecinas; el consejero Balza la atribuye a ETA,
y no a la ‘kale borroka’. Han detenido en Cahors, a media distancia entre
Toulouse y Burdeos, a cuatro miembros de ETA que tenían casi listas dos
potentes bombas, y el presidente del PP Mariano Rajoy recuerda que en la lucha
contra ETA no bastan los discursos o declaraciones más o menos elocuentes y ni
siquiera los éxitos policiales, que lo que hay que hacer es combatir al “brazo
político de la banda a través de la ilegalización de Acción Nacionalista Vasca”.
Para eso, el Gobierno puede contar con el apoyo incondicional de su partido. El
portavoz del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, dice por su parte que esas detenciones
deben ser vistas “como una señal de que el ciclo político de ETA está agotado,
aun cuando el ciclo militar, que practica la violencia, puede seguir dándonos
sustos y provocando desgracias”. La Policía francesa en Iparralde, y la Policía
Nacional y la Ertzaintza en Hegoalde –en Baiona, Uribe Kosta, Bilbo, Donostia,
Hernani, Azkoitia, Segura– multiplican las detenciones de jóvenes buscados por
su presunta participación en la ‘kale borroka’ a finales de septiembre y a lo largo
de todo el mes de octubre, como si tratara de evitar su incorporación a comandos
de ETA.
La ofensiva jurídico-policial se concreta el 30 de noviembre de 2007 en la
detención ordenada por la Audiencia Nacional de un total de 46 procesados en el
sumario 18/98 seguido contra Orain S.A., Xaki, Egin, KAS, Ekin y la Fundación
Joxemi Zumalabe, acusados de constituir el entorno de ETA. Se cursan y
adelantan las órdenes de arresto ante el “elevado riesgo de fuga” y la inminencia
de la notificación de la sentencia, que podría hacerse pública el próximo 10 de
diciembre. Las órdenes de la Audiencia Nacional se han traducido en una
enorme operación en la que participan varios cuerpos policiales y se desarrolla
desde primera hora de la mañana con retenes en los domicilios, a la espera de
que llegue la orden de detención. El fiscal Enrique Molina les ha acusado en su
alegato final de “camuflar durante años” la actividad de ETA bajo un “manto de
legalidad”. A media mañana comienzan a conocerse los nombres de los primeros
detenidos: Elena Beloki, en Hernani y Alberto Frías Gil, en la sede del grupo
ecologista Eguzki, en Vitoria. A partir de ese momento y a cuentagotas, Txema
Matanzas, Jesús María Zalakain, Xabier Salutregi, Javier Balanzategi, José
María Olarra, Mikel Korta, Iñaki O’Shea, Juan Mari Mendizabal, José Luis
García, Iker Casanova, Natale Landa, Manuel Intxauspe, Olatz Egiguren, Mario
Zubiaga, Ruben Nieto, Xabier Alegria, Patxi Gundin, Pablo Gorostiaga, Josean
Etxeberria, Juan Pablo Diéguez, Sabino Ormazabal, Isidro Murga, Teresa Toda y
Xabier Otero. La Ertzaintza refuerza las plantillas ante la previsión de incidentes
y sabotajes.
Sin tiempo a digerir esta operación, se conoce que tres supuestos militantes de
ETA han dado muerte a un guardia civil y han herido gravemente a otro en
Capbreton, que fallece luego en el hospital. El Ministerio de Interior español
dice que participaban en un dispositivo de vigilancia junto a policías franceses y
que el encuentro ha sido fortuito. Los sospechosos, dos hombres y una mujer,
han huido en un coche que han abandonado luego, se han hecho a punta de
pistola con otro, se ha encontrado en el primero una sustancia que se usa para
fabricar bombas. En una breve declaración en el Palacio de La Moncloa, sostiene
Zapatero que “los terroristas jamás conseguirán nada con la violencia”, que
“tantos atentados solo llevan el dolor de sus víctimas y la inevitable derrota de
quienes los cometen”. Fuentes de la investigación han explicado a la agencia
Vasco Press que los agentes acudieron a una cafetería próxima del centro
comercial Leclerc de Capbreton y se sentaron en una mesa contigua a la que
ocupaban los tres etarras. Los guardias civiles tomaron su consumición y en
ningún momento intercambiaron palabra con ellos. Los presuntos etarras
debieron escuchar algo que les hizo sospechar que pertenecían a cuerpos
policiales. A las 9.30 de la mañana, después de desayunar, Raúl Centeno y
Fernando Trapero salieron de la cafetería y se dirigieron a su vehículo, un
Peugeot 405 con placas francesas que tenían estacionado a corta distancia del
bar. Los tres presuntos miembros de ETA les siguieron y, cuando los agentes
estaban ya dentro de su automóvil, se encararon abiertamente con ellos. Una
persona que pasaba por la zona vio a dos hombres y una mujer junto al vehículo
y escuchó a uno de ellos dar voces en español, que parecían insultos, aunque el
testigo no conoce el castellano y por tanto no pudo explicar su significado. Lo
que sí vio es que uno de los dos hombres se introducía en la parte trasera del
automóvil para examinarlo. La explicación que se da a esta escena en medios de
la lucha antiterrorista es que los etarras sospecharon en la cafetería que los dos
hombres eran agentes policiales, los siguieron y los abordaron a mano armada
para confirmar sus sospechas, llegando incluso a entrar en el coche para registrar
las pertenencias de los guardias o para cachearlos. Y después de eso les
dispararon a bocajarro.
La prensa española hace suya la versión de la Audiencia Nacional del
macrosumario 18/98. Dice El País, sirviéndose de las palabras de la presidenta
del tribunal de la Audiencia Nacional, Ángela Murillo, que “KAS era parte de
las entrañas de ETA, y Ekin, su corazón”. Asegura el diario que la condena a 47
integrantes o colaboradores de la banda terrorista desmonta sus aparatos político,
internacional, financiero, mediático y de desobediencia civil. De los 47
condenados, once lo han sido por integración en organización terrorista en
calidad de dirigentes; veinte lo son por pertenencia a banda armada: catorce por
colaboración con banda armada; dos, por insolvencia punible con fines
terroristas. Cuenta el periódico que los condenados han escenificado un
altercado, “perfectamente coordinado y planificado” en el momento en que
Ángela Murillo iba a iniciar la lectura del fallo. “No aceptamos esta sentencia,
esto es un juicio político” han gritado, y luego han sido desalojados de la sala.
Abc le dedica su editorial, “ETA sin disfraces”, habla de sentencia contundente
contra el entramado de frentes tejido por ETA, destaca que no es gracias al
PSOE como se ha llegado a esta situación. Dice el editorialista que mientras el
PP, las fuerzas de seguridad, jueces y fiscales desentrañaban la trama, “el
Gobierno socialista se entretenía en negociaciones con los colegas de los que se
sentaban en el banquillo; urdía excusas para liberar a De Juana Chaos; mutilaba
la ley de Partidos Políticos frente a ANV y blindaba judicialmente a Arnaldo
Otegi”. Al Abc le parece destacable que Otegi recibiera de KAS/ETA un sueldo
y dinero para todo tipo de gastos, pero no concreta su cuantía. A El Periódico de
Catalunya la sentencia le merece el adjetivo de histórica; dice que un proceso de
estas características hubiera sido intolerable en un Estado democrático, si no
fuera porque se está ante la realidad probada de “que los comandos de ETA
necesitan de un entorno para desarrollar su siniestra labor”. Considera probado
en los 1.185 folios de la sentencia que KAS dirigía la “lucha de clases
complementaria a la lucha armada”, que Xaki es “el aparato de relaciones
internacionales” de la organización terrorista y que el diario Egin era un
“instrumento de coacción”. A su juicio, la decisión de la Audiencia Nacional
reafirma la línea dura del Estado frente a ETA, que tan buenos resultados dio, en
el plano político, a los últimos gobiernos de Aznar, y demuestra que, “pese al
fallido intento del presidente Rodríguez Zapatero de buscar un final dialogado
del terrorismo, el Estado de derecho no ha dejado de funcionar”
Rogelio Alonso, profesor de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan
Carlos, que viene dedicando su vida profesional a desenmascarar el “terrorismo
nacionalista” del Norte de Irlanda y de Euskadi, se pregunta en la Tres de Abc si
son compatibles el diálogo con ETA y su derrota. La experiencia acumulada le
lleva a sostener que el denominado ‘final dialogado’ de la violencia no
representa un eficaz instrumento para obtener la deseada y posible derrota del
terrorismo etarra. Opina él que la derrota de ETA debe excluir cualquier
legitimación de la violencia como la que supone el reconocimiento del terrorista
como interlocutor político. La derrota de la banda exige a su juicio la
desaparición de los asesinatos, pero también la erradicación de su influencia
política y social. En este comienzo de 2008, son muchos ya los que dan por
descontada la derrota de ETA, los que empiezan ya a pensar en cómo derrotar
sus banderas políticas, y en cómo cobrarle al presidente Rodríguez Zapatero su
fracasada operación de diálogo con ETA y la izquierda abertzale. El director de
El Mundo, Pedro J, Ramírez, entrevista al presidente español sin límites de
tiempo ni de temas durante varios días. Le reconoce que hablaron de política con
ETA pero no le hicieron concesión política alguna. Recuerda que, como líder de
la oposición, hizo el Pacto Antiterrorista, el Pacto de la Justicia, la renovación
del CGPJ, del Constitucional con los nombres que quería el PP, pero, desde la
oposición, los populares no han arrimado el hombro, solo esperaban a que todo
saliera mal para pasar la factura. Opina que con ETA ha quedado demostrado,
“como dice Tony Blair”, que si es difícil hacerse terrorista, es mucho más difícil
dejar de serlo. Asume para sí toda la responsabilidad de las conversaciones, pero
tiene mucho interés en subrayar que ha existido una presión y un consejo
internacional para no dejar de hablar con ETA. “Mi principio ético era agotar
hasta el último suspiro para evitar que hubiera más víctimas. Tuvimos un
número elevado de reuniones que nunca he negado. Que se habló de política...
¿Pero cedimos algo en política? No. Yo busqué la paz con ETA pero a la vez
preparaba la confrontación”. Le pregunta Pedro J. si autorizó los contactos de
Eguiguren con ETA y con Batasuna antes de llegar al poder, y responde:
“Absolutamente no. Y además creo que el compañero Eguiguren no tuvo ningún
contacto político. Tenía algún contacto por cercanía personal, no de
trascendencia política”.
El 6 de enero la Guardia Civil detiene en Arrasate a Igor Portu y Mattin
Sarasola y les acusa de ser los autores de la colocación del coche-bomba en la T-
4 de Barajas. Cinco días más tarde, el juez Fernando Grande-Marlaska aprecia la
existencia de coincidencias en los relatos de malos tratos que han realizado, uno
en Donostia y el otro en Madrid. Igor Portu ha contado que los agentes le
metieron la cabeza en un río, ha contado Sarasola que antes de ser llevado a
calabozos fue trasladado y golpeado en una pista forestal. El juez recuerda que
Portu también habló de un paraje de esas características, y en el momento
inmediatamente posterior a la detención. El auto del juez aprecia algunas
discrepancias: Igor afirma que escuchó un disparo, y entendió que era una
simulación de ejecución en la persona de Mattin, y este ha dicho que le
colocaron una pistola en la sien, pero no le dispararon. Igor Portu ha sostenido
ante el juez que investiga el origen de sus lesiones –una costilla rota, neumotórax
y múltiples hematomas– que le dieron puñetazos y tortazos, y le sumergieron la
cabeza en un río. Ha asegurado que los malos tratos empezaron cincuenta
minutos después del arresto, que fue pacífico. Esta versión ha sido avalada por el
único testigo de los hechos, de quien la prensa española desvela que se trata de
un familiar del preso de ETA Jesús María Zabarte. En la versión oficial, las
lesiones se produjeron en la detención, porque se resistieron, y el ministro
Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dice que las heridas eran consecuencia de la
“sujeción y retención” a la que fue sometido Portu, que trataba de huir.
Se conoce el 21 de enero la condena del Tribunal Supremo al expresidente del
Parlamento vasco Juan María Atutxa y a los exmiembros de la Mesa de esta
Cámara, Kontxi Bilbao y Gorka Knörr, por un delito de desobediencia a la
autoridad judicial al no haber accedido a disolver el grupo parlamentario
Sozialista Abertzaleak, tras su ilegalización. Llega la noticia el 24 de que ha
muerto a manos de un atracador en Cabo Verde, donde había sido deportado en
1985, el exmilitante de ETA Endika Iztueta; todavía quedan allí cuatro
exmilitantes más. Enero es prodigo en detenciones de jóvenes a los que se
implica en acciones de ‘kale borroka’. Recuerda el president Pujol en sus
Memorias que el presidente Calvo Sotelo recibió presiones para ocupar
militarmente el País Vasco; recuerda que entonces la actividad de ETA era
frenética. Titula El País en febrero que Garzón asfixia al entorno de ETA, al
suspender toda actividad de ANV y PCTV, cortar las subvenciones, cerrar sus
sedes y congelar sus cuentas. No podrán presentarse a las elecciones. Aunque se
venía anunciando desde hace tres meses, es el 7 de febrero cuando el juez
suspende por tres años, prorrogables a cinco, las actividades del Partido
Comunista de las Tierras Vascas y de Acción Nacionalista Vasca, impidiendo de
esa forma que pueda concurrir a las elecciones generales del 9 de marzo. Garzón
acumula en un único sumario los tres procesos que instruye sobre el “entorno
proetarra”: el relativo a la detención de la nueva Mesa Nacional de Batasuna, el
de PCTV y el de ANV. El caso se ha convertido así en un nuevo macroproceso
en el que hay 52 imputados, 38 de ellos por pertenencia o integración en banda
terrorista y los 14 restantes, por colaboración con banda armada.
El corresponsal de El Correo en Londres, Iñigo Gurruchaga, ha estado
presente en una conferencia sobre las batallas de Duque de Wellington en la
guerra de la Independencia pronunciada por Andrés Cassinello; le ha oído decir
que: “si tras la muerte de Franco llegamos a acuerdos, ¿por qué ahora no?”; le ha
escuchado descartar la independencia de Euskadi porque requeriría reformar la
Constitución y que se votara en toda España. Ha dicho sobre ETA que puede
abandonarlo todo, o convertirse en una banda mafiosa. Se ha negado a responder
a la pregunta de si el GAL cambió la política de asilo de Francia, pero no ha
tenido inconveniente en explicar que las infiltraciones las tiene que autorizar un
juez, “y si lo autoriza, no hay problema”. Escribe José Luis Zubizarreta, el
exasesor del lehendakari Ardanza sobre la izquierda abertzale, a la que ve en
“Fin de etapa”, tras los autos dictados por la Audiencia Nacional y el Tribunal
Supremo, suspendiendo la primera, por la vía del Código Penal, las actividades
de ANV y EHAK, y prohibiendo el segundo, en aplicación de la Ley de Partidos,
la presentación de candidaturas electorales por parte de esas mismas
organizaciones políticas. Con estos autos, entiende que la provisionalidad
anterior ha llegado a su fin, resulta verosímil plantearse un próximo futuro sin
izquierda abertzale, se está ante el final de una etapa. Entiende también que
quienes más van a resistirse a dar por cerrada la vieja etapa y a acomodarse a la
nueva serán, sin duda, los partidos que hoy representan en Euskadi al
nacionalismo democrático o institucional: “se les nota incluso en el lenguaje que
emplean”. Le parece que, “ofuscados por intereses electorales de muy corto
plazo”, miran aún de reojo al caladero de votos que se les abre con la ausencia
de la izquierda abertzale. Zubizarreta parece convencido de que pronto se darán
cuenta de que poco van a pescar ahí y entonces comenzarán a percatarse de que
“su eventual crecimiento está en esa nueva corriente ciudadana que se ha creado
y que, en vez de esforzarse inútilmente por parar, mejor haría en tratar de
encauzar y liderar”.
El 6 de marzo, ETA mata a tiros en el portal de su casa a Isaías Carrasco, un
exedil del PSE-PSOE en Mondragón. La conmoción, la indignación, es enorme,
y se interpreta en los medios de comunicación como un ataque directo al
presidente Rodríguez Zapatero y a sus movimientos pacificadores. Dos semanas
más tarde, tras un previo aviso que permite el desalojo de las viviendas, ETA
explosiona un coche-bomba contra el cuartel de la Guardia Civil en Calahorra.
Eugenio Etxebeste, firmando como Antton, ‘militante independentista vasco’,
aparece en escena para defender en Gara la abstención como el voto útil para
Euskal Herria en las circunstancias de excepción que se viven: “el voto de
quienes ponemos la mirada más allá del 9-M, de quienes aspiramos a un
amanecer trasnochado por el diálogo, la negociación y el acuerdo”. Asegura La
Vanguardia que ETA está alentando entre sus presos la línea dura para impedir
deserciones; asegura que ha enviado a las cárceles un boletín, Ekia, con
amenazas al PNV, ELA y Aralar, en el que dice que “por orden de arriba”, la
defensa legal de los presos es única, sea cual sea la acusación; en el que carga de
manera especialmente dura contra el líder de Aralar, Patxi Zabaleta, y contra
NaBai. El Comité Nacional de ELA hace una declaración en Aberri Eguna en la
que constata una falta de entusiasmo en las bases del movimiento abertzale y
asume la parte de responsabilidad que pueda corresponderle en ello. La
expresión más visible es, a su entender, la manera como los Estados español y
francés acentúan sus “perfiles centralizadores, antidemocráticos y represivos”.
Ve a las principales referencias estratégicas del mundo abertzale amortizadas, ve
en la decisión de ETA de romper el alto el fuego socavación de la convivencia y
estímulo de valores opuestos a lo que necesita el proceso nacional. Opina ELA
que “el reciente asesinato de un militante socialista en Arrasate, además de una
tragedia humana y social inaceptable, es una muestra fehaciente del yermo
político al que este pueblo no puede estar por más tiempo condenado”.
Considera que el proceso de conversaciones frustrado debería aprovecharse para
sacar dos conclusiones: asumir que el PSOE y el PP no van a abordar una
revisión del sistema constitucional y que no se puede simultanear la finalización
de la dinámica armada y la resolución del conflicto. Tampoco la propuesta de
Ibarretxe le parece amortizada. ELA sigue apostando por la consulta, cree que un
proceso soberanista es más robusto si goza también de una proyección
institucional, pero le parece evidente que el lehendakari no busca fortalecer las
alianzas sociales y políticas que le permitirían confrontar con un Estado hostil
ese ejercicio. Cree ELA que tanto la estrategia armada como la neo-estatutista-
antisocial provocan en el plano político una polarización estéril, y en el plano
social, una gran desmovilización de las bases populares del nacionalismo.
Considera urgente por eso alcanzar acuerdos básicos en relación con el proceso
nacional, con la Declaración de Lizarra-Garazi, que cumple ahora diez años, de
referencia estratégica.
Luis R. Aizpeolea, que ha seguido de cerca para El País los encuentros entre
ETA y el Gobierno, y entre el PSOE y la izquierda abertzale, entrevista a Jesús
Eguiguren y recoge como gran titular que “ETA abandonó el proceso porque
creyó que era una rendición a bajo coste”. A juicio del presidente de PSE-PSOE,
ETA dio marcha atrás en dejar las armas antes de la primera reunión. “Algunos
dicen que fuimos ingenuos”, afirma Eguiguren, pero él cree que se intentó un
logro histórico, que el Gobierno llegó al borde del precipicio para intentar salvar
el proceso, y que se hizo “para no tener que llevar más féretros”. Jesús
Eguiguren asegura, como Zapatero, que Tony Blair y Gerry Adams pidieron al
Gobierno que escuchara a ETA tras el atentado de la T-4, y el Gobierno lo hizo.
Como Zapatero, cree que las conversaciones han servido para que los abertzales
de Batasuna comprobaran que era ETA la que no quería un final dialogado de la
violencia. No ha perdido la esperanza el presidente del PSE. Cree saber que ETA
ha perdido la batalla, está convencido de que se verá su final en la presente
legislatura. Lo dice a primeros de abril del 2008. En otro orden de cosas, afirma
que el PSE ofrece un pacto al PNV para los próximos meses, a cambio de que
Ibarretxe no siga con su plan y su consulta. Explica que “el PNV habla de los
pactos de Loyola. Pueden tratarse en el Parlamento, porque están dentro de la
Constitución, algo muy distinto del plan Ibarretxe. Pero hasta que cese la
violencia no debe haber reforma estatutaria”. No se parece este planteamiento al
que el propio periodista recoge el 7 de abril del presidente Zapatero, cuando
plantea un ciclo largo para la lucha contra ETA, cuando pide al PP que le
acompañe en ese tránsito.
Afirma Luis R. Aizpeolea en El País que “Zapatero ofrecerá un acuerdo
contra el terrorismo que excluye el diálogo con ETA”, un acuerdo con el mayor
apoyo posible. Ésa es la idea que pretende trasladar a todos los partidos en el
discurso que pronunciará en el debate de investidura que comienza mañana, 8 de
abril, en el Congreso. El editorial de El Mundo sostiene que “Solo el
maximalismo de ETA sacó al Gobierno del precipicio”, y desvela que hizo una
oferta de contenido político a ETA después del atentado de la T-4, que suponía la
integración parcial de Navarra y el País Vasco. El Mundo afirma que Zapatero le
dijo la verdad a su director cuando aseguró que se había hablado de política con
ETA, pero “no hemos hecho ninguna concesión”. Le faltó añadir, según el
periódico, que fue porque ETA no quiso. Se trataba, a decir del editorialista, de
una hoja de ruta para una integración del “País vasco y Navarra” a largo plazo y
siguiendo unos pasos intermedios, pero en todo caso se trataba de un precio
político, así fuera de coste bajo. Aguarda al debate de investidura para que aclare
si cree justificado pagar el silencio de las armas de ETA con concesiones
políticas como la del futuro de Navarra. La Policía francesa ha detenido en
Hendaia a la exintegrante de la Mesa Nacional Haizpea Abrisketa el 8 de marzo,
pero antes ha sido entrevistada por la periodista suiza Silvia Cattori y han
abordado los motivos por los que fracasó el diálogo con Zapatero. En su versión,
el objetivo de Batasuna para las conversaciones de 2006 y 2007, siguiendo el
método irlandés, era el de llegar a un acuerdo resolutivo que hubiera traído la
superación del carácter violento del conflicto. Pero el PSOE, que negociaba por
el Gobierno, y el PNV, que se puso de su lado, no quería entrar en materia sobre
las causas políticas y las condiciones que permitieran reconocer los derechos de
los vascos y el respeto de estos. El PSOE no llega a distanciarse de la teoría que
mantenía el PP, para el que no existe un conflicto político y la cuestión vasca
debe solucionarse por la vía policial y judicial. Tras dos meses de encuentros se
llega a un proyecto de acuerdo, pero rápidamente se ve que no había voluntad de
consumarlo. “El PSOE y el PNV no quieren entrar en materia sobre las raíces del
conflicto y abandonan la mesa de negociaciones”, sostiene Abrisketa. Para
Ramón Zallo, a quien Mikel Asurmendi entrevista en Argia, el documento de
Loiola sigue siendo válido para el medio plazo. Según sus informaciones, el
borrador de proyecto era interesante, pero luego ETA debió introducir algunas
modificaciones, pero eso “no lo sabremos nunca con seguridad”.
Natalia Junquera entrevista a mediados de mayo al teniente general Andrés
Cassinello. “Algunas cosas es mejor que no se sepan nunca”, le dice, en relación
al GAL, al 23-F, a los secretos de la Transición y del final del franquismo. Ha
concedido muy pocas entrevistas a lo largo de su vida. En una de las últimas, en
1984, a la pregunta de si era jefe de los GAL, como apuntaban muchos, contestó
al periodista: “Fíjate si fuera verdad y tú lo hubieras descubierto. Tu vida valdría
solo dos pesetas”. Veinticuatro años después, se resiste todavía a perder aquella
reputación: “No se lo dije a Garzón, estaría feo hablar ahora”. Le pregunta la
periodista por ETA y su evolución, y contesta: “En los ochenta cometía cerca de
cien asesinatos por año. Yo estaba destinado en el País Vasco con el general
Santamaría y un par de veces por semana tenía que despertarle para decirle que
habían matado a otro. Sobre la ETA actual no me gusta hablar porque antes yo
sabía y ahora no sé”. Le pregunta sobre la oportunidad de la negociación, y
contesta: “Sospecho que siempre hay algún secreto que no se debe contar. Toda
la vida se ha hablado con ETA, unos y otros, porque me parecería absurdo que
no se hiciera. Es una obligación. La paz hay que buscarla siempre, no a cualquier
precio, pero hay que buscarla. Había por ahí un folleto muy curioso de las
guerras carlistas que explicaba que lo habían probado todo: a encarcelarlos, a
amnistiarlos, a mantener sus graduaciones militares y esto sigue, decía. Hay que
seguir probando”. Le recuerda la entrevistadora que en 1985, en un Congreso de
Sociología Militar, dijo que prefería la guerra a la independencia en el País
Vasco, y responde: “Creo que no habrá ni la independencia ni la guerra”.
En la madrugada del 13 de mayo, ETA coloca un potente coche-bomba junto a
la casa cuartel de Legutiano, mata a un agente que se encuentra en la garita y
hiere a otros cuatro. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo califica
de especialmente malvado, con intención de producir una masacre, en un
edificio en el que viven 29 personas, cinco niños entre ellas. Las Fuerzas de
Seguridad creen que ha sido obra del ‘comando Vizcaya’, tras analizar la forma
de actuar y la ruta seguida en su huida. Al igual que ocurrió el 24 de agosto, en
el atentado contra la casa cuartel de Durango, han activado un temporizador con
escaso margen para huir, apenas un minuto. La Policía atribuye a este comando,
integrado por los ‘liberados’ Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea, entre otras
acciones, la del coche-bomba contra el cuartel de la Guardia Civil de Calahorra
en marzo. Según los expertos, Martitegi y Goikoetxea formarían el grupo
estable, aunque contarían también con al menos dos grupos de apoyo de
colaboradores legales. El consejero de Interior Javier Balza ha confirmado esta
hipótesis, ha recordado que la forma de actuar en este atentado es en efecto
similar a los perpetrados en Durango y Calahorra. Según Balza, para cometerlos
se requiere “una infraestructura bastante potente de legales, que sirva de base a
los liberados y que va a costar desarticular”. Solo seis días después de acabar
con la vida del guardia civil Juan Manuel Piñuel en la casa cuartel de Legutiano,
ETA hace estallar, previo aviso, una furgoneta-bomba junto al Club Marítimo del
Abra en Las Arenas-Getxo, que provoca daños importantes, pero no heridos. Se
da la circunstancia, desconocida con seguridad por sus autores, de que la
furgoneta robada para cargar el explosivo pertenece a uno de los hombres de
ETA más conocidos del Proceso de Burgos de diciembre de 1970.
La Guardia Civil dice haber desarticulado el ‘comando Vizcaya’, en la
madrugada del 21 de julio, con la detención de nueve personas, entre ellas un
‘liberado’, tras una operación que se desarrolla en Bilbo, Getxo, Elorrio,
Fuengirola y Pontevedra. No descarta que le sigan más detenciones, y reconoce
que algunos de los buscados podrían haber escapado. El ‘liberado’ en cuestión es
Arkaitz Goikoetxea, considerado responsable del comando. A su detención ha
acudido personalmente el juez Baltasar Garzón. Según fuentes policiales, venían
siendo controlados desde hace quince días, y la mayor parte de ellos habrían sido
identificados por el coche de huida del atentado de Legutiano. Se trata del grupo
más activo desde la ruptura del alto el fuego; se le atribuyen la mayoría de los
atentados cometidos durante el último año, entre ellos, la bomba contra la casa
cuartel de la Guardia Civil en Legutiano, contra el cuartel de la Guardia Civil en
Durango, los juzgados de Getxo y Sestao, las sedes socialistas de Bilbao La
Vieja y Balmaseda, y contra la comisaría de la Ertzaintza en Zarautz y el cuartel
de la Guardia Civil en Calahorra. También se le atribuye el ataque contra la
rotativa del diario El Correo en Zamudio del pasado mes de junio, que causó
importantes daños materiales. Un coche-bomba con 100 kilos de explosivo
estalla sin previo aviso a las 4:30 de la madrugada frente a la comisaría de la
Ertzaintza en Ondarroa, el 20 de septiembre, y otro, a medianoche, frente a la
sede de Caja Vital de Vitoria, en este caso, después de anunciarlo. El consejero
Javier Balza asegura que la intención de ETA en Ondarroa era la de causar
víctimas; explica que, tras dejar aparcado el coche con el maletero abierto para
aumentar la onda expansiva de la bomba, los etarras han arrojado dos cócteles
molotov contra la comisaría para provocar la salida de los ertzainas, que sí han
salido, pero por la puerta de atrás. La fachada del edificio presenta tres grandes
boquetes, han quedado restos de coches en un radio de 400 metros, y numerosas
viviendas y comercios de las inmediaciones han sido afectadas por la bomba.
Dice Interior que estaban alertados de la posibilidad de un atentado desde el
pasado mes de julio, cuando se desarticuló el ‘comando Vizcaya’. Por otra parte,
la nueva sede central de Caja Vital Kutxa, inaugurada hace un año por los
Príncipes de Asturias y el lehendakari Ibarretxe, ha sufrido importantes
destrozos tras un ataque.
El diario Abc abre su primera página del 23 de septiembre del 2008 con un
titular escandaloso: “Ternera busca forzar otro ‘proceso’ con la peor ofensiva
etarra en años”. Se acompaña de una foto del cráter que ha dejado el coche-
bomba, cargado con 100 kilos de explosivos, que ha explosionado frente al
Patronato Militar de Santoña, y que ha matado al brigada Luis Conde. El
periódico ve en este atentado, y en los anteriores coches-bomba en Gasteiz y
frente al cuartel de la Ertzaintza de Ondarroa, el “manual de Josu Ternera”, la
acumulación de fuerzas previa a sentarse de nuevo a negociar; ve las mismas
pretensiones de matanza que precedieron a las conversaciones de Argel. Le han
dicho los expertos policiales al periodista J.Pagola que, una vez que ETA
anunció en junio de 2007 la ruptura de la tregua, el “mal llamado conflicto”
entró en el “intercambio de golpes”; el Ejecutivo reactivó el acoso jurídico-
policial al brazo político y la “banda” declaró abiertos todos sus frentes, con
supremacía de la lucha armada sobre la política. Esto explicaría la espiral de
violencia de los últimos días y los intentos de masacres en las casas-cuartel de
Durango, Calahorra o Legutiano, que no acabaron como ETA pretendía por la
inexperiencia de “los pistoleros de última generación” y la eficacia preventiva de
las Fuerzas de Seguridad. Los expertos asesores de Pagola ven también en esta
escalada un intento de sofocar la creciente rebelión de los presos de ETA que
piden el abandono de las armas, además de una manera de elevar la moral de su
tropa en vísperas del ‘Gudari eguna’.
No coincide esta versión con la de José Luis Barbería, cuando escribe a
primeros de noviembre que hay una fractura en ETA y que su dirección ha
suspendido de militancia a su último representante en las negociaciones con el
Gobierno, Francisco Javier López Peña, Thierry. Citando fuentes de los servicios
de información policiales, asegura que Thierry y Ainhoa Ozaeta se encuentran
suspendidos de militancia. Ambos fueron detenidos el 20 de mayo pasado en
Burdeos, en la misma operación policial en la que fueron arrestados Jon
Salaberria e Igor Suberbiola, miembros igualmente del aparato político. La
división tendría reflejo asimismo en “las desmoralizadas filas” de Batasuna y se
manifestaría, según el periodista, en la promoción de dinámicas y proyectos de
participación electoral que cuestionan implícitamente el papel de vanguardia
dirigente asignado a ETA. La razón por la que Josu Ternera no acudió a la
última reunión negociadora sigue siendo un misterio, dice, “envuelto en
conjeturas diversas que van desde su destitución al frente del aparato político
hasta la reaparición de la enfermedad cancerígena que padeció en el pasado y de
la que se le suponía curado”. La versión de Barbería coincide con la de Pagola
en Abc en que en este contexto ETA habría apostado por el terrorismo a lo
grande, por la máxima conmoción política y social, por ahondar en la depuración
de los no nacionalistas, silenciar a sus críticos, dejar que el miedo campee en
Euskadi y fuera de Euskadi. ETA no anda sobrada de dinero, dicen los expertos
policiales, y tal vez eso explique otro de los atentados más cuestionados por su
propia base, el que acaba con la vida del constructor Iñaxio Uria en Azpeitia: en
él coinciden que no paga el impuesto revolucionario y es uno de los
constructores de la “Y” vasca del Tren de Alta Velocidad. ETA despide el año
con un atentado de gran carga simbólica y propagandística contra la sede central
de EiTB en Bilbo. Lo anuncia con antelación suficiente para el desalojo; los
destrozos son espectaculares pero no graves. El recuerdo de la T-4 es inevitable.
COMIENZA EL FIN DE LA HISTORIA DE ETA