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MSG.

El sazonador umami AJI-NO-MOTO® es la combinación de dos elementos: el aminoácido glutamato


(componente de las proteínas) y el mineral sodio. Por eso su nombre genérico es glutamato monosódico
(GMS)

Glutamato Aminoácido presente en el tomate, carnes, espárragos, menestras, hongos e incluso en la leche
materna. Sodio Mineral que está presente en la carne, pescados y mariscos, lácteos, entre otros.

Las investigaciones realizadas en el año 1908 por el Dr. Kikunae Ikeda, químico docente de la
Universidad Imperial de Tokio, permitieron identificar un gusto muy peculiar presente en varios
alimentos como los tomates, los espárragos, los champiñones y las algas kombu (ingrediente
principal del caldo dashi, caldo básico de la comida japonesa).y al sabor lo llamo umami que
significa sabroso y Umami es el quinto gusto básico

Según las investigaciones, el glutamato puede llegar a producir un apetito voraz (en concreto un
40% superior) y eso conlleva que cuando comemos alimentos que lo contienen (papitas, salchichas,
etc) tengamos la sensación de no poder parar. He aquí la respuesta de porque no nos podemos
comer solo una. omercializado por una empresa llamada Aji-no-moto inc.,

Después de muchos estudios, el Dr. Ikeda concluyó que los alimentos mencionados tenían en
común una alta concentración del aminoácido glutamato (componente de las proteínas). Determinó
que este aminoácido era el responsable de dar ese gusto tan sabroso y peculiar, al cual denominó
umami.

En 1909, un año después de este gran descubrimiento científico, el Dr. Ikeda se asocia con el
empresario Saburosuke Suzuki y juntos establecen las bases del Grupo Ajinomoto. De esta
manera se inicia la producción industrial del glutamato monosódico -sazonador umami- bajo la
marca AJI-NO-MOTO®.

Productos lácteos: queso parmesano y quesos en general.

Carnes: todo tipo de carnes como cerdo, pollo y res.

Pescados y mariscos.

Hongos: shiitake (hongo seco japonés), champiñones.

Vegetales: espárragos, tomate, arvejitas, entre otros.

Otros alimentos: galletas de soda, conservas, snacks, caldos concentrados, salsa de tomate tipo
catsup, salsa inglesa, salsa de soya, entre otros. El gusto umami está presente incluso en la leche
materna, principal alimento del recién nacido en sus primeros 6 meses de vida.

¿Por qué es tan polémico?

Se vincula al ajino moto con el llamado “síndrome del restaurante chino”,se cree que gracias a esto varias
personas después de consumir comida china experimentaron dolores de cabeza, nauseas y entumecimiento
del cuerpo,sin embargo esto no se ha podido comprobar totalmente pues la federación de sociedades
americanas de biología experimental (faseb)concluyo que es seguro para la salud y su consumo

Se encuentra en diferentes alimentos procesados, sobre todo, en caldos y sopas envasadas o en


productos salados congelados, pues combinado con otros ingredientes potencia y acentúa el sabor
incrementando la palatabilidad de los mismos. En ocasiones etiquetan al GMS de otra manera o es uno
de los compuestos de: la proteína texturizada, el alimento para levadura, el concentrado de proteína de soya,
la gelatina o el nutriente de levadura. Lee también las etiquetas de productos no-alimenticios. Algunos
cosméticos, jabones, acondicionadores y champús también contienen pequeñas cantidades de este nocivo
producto.

El consumo de GMS puede causar dolores de cabeza, migrañas, espasmos musculares, nausea, alergias,
anafilaxis, ataques epilépticos, depresión e irregularidades cardiacas. Ya que es una neurotoxina, daña el
sistema nervioso y sobre-estimula a las neuronas llevándolas a un estado de agotamiento, y algunas de ellas
eventualmente morirán como consecuencia de esta estimulación artificial. Además, consumir alimentos con
GMS hace que los niveles de glutamato en la sangre sean más altos de lo que deberían ser, y si estos niveles
se mantienen así, el glutamato se filtra al cerebro causando y contribuyendo a malestares físicos.

Se obtiene a través de un proceso de fermentación a partir de determinados productos, como es la caña de


azúcar o algunos cereales. Tras pasar por este proceso se pasa por un proceso de refinado hasta que se
obtiene el glutamato monosódico puro, compuesto de ácido glutámico o glutamato, agua y sal.

Al ser un aditivo alimentario también se la conoce con el nombre de E-621, aunque a su vez puedes
encontrarlo en determinados alimentos si en su etiqueta nutricional pone proteína hidrolizada o extracto de
levadura autolizada.

Es común encontrarlo bajo la denominación E-621, o también como glutamato monosódico, GMS, sal china,
umami o ajinomoto.

Por otro lado, muchos estudios en roedores muestran que el glutamato monosódico puede afectar
nuestro cerebro, causando entre otras causas una disminución en la acción de la hormona leptina,
que reduce el apetito e interviene en el control del peso corporal. Se obtiene a través de un proceso de
fermentación a partir de determinados productos, como es la caña de azúcar o algunos cereales. Tras pasar
por este proceso se pasa por un proceso de refinado hasta que se obtiene el glutamato monosódico puro,
compuesto de ácido glutámico o glutamato, agua y sal.

Al ser un aditivo alimentario también se la conoce con el nombre de E-621, aunque a su vez puedes
encontrarlo en determinados alimentos si en su etiqueta nutricional pone proteína hidrolizada o extracto de
levadura autolizada.

El glutamato monosódico es considerado como una neurotoxina, lo que significa que sobreestimula a las
neuronas llevándolas incluso a un estado de agotamiento como consecuencia de esta estimulación artificial,
a la vez que es capaz de dañar el sistema nervioso.

A pesar de ello, se trata de un aditivo alimentario aceptado, y utilizado comúnmente en muchos alimentos, y
sobre todo y más especialmente en la conocida comida china que se venden en muchos restaurantes
asiáticos. Pero no es la única. También podemos encontrarlo en productos congelados, caldos e incluso
hasta en sopas envasadas.

Como se han demostrado en muchos estudios científicos relacionados, el consumo de alimentos que
contengan este aditivo, especialmente en cantidades elevadas, puede causar dolores de cabeza, náuseas,
migrañas, espasmos musculares y alergias. Mientras que, en casos más graves, puede ocasionar ataques
epilépticos, anafilaxis, depresión y problemas o irregularidades cardíacas.

Glutamato monosódico y el “Síndrome del restaurante chino”

La polémica no ha cesado desde que en 1968, el Dr. Robert Ho Man Kwok, describió
una serie de síntomas que algunas personas, presuntamente, sentirían después de
comer comida china.

Algunos de estos síntomas serían: dolor de cabeza, crisis asmáticas, reacciones


alérgicas (entre leves y moderadas), taquicardia, náuseas, vómitos, opresión en la
nuca, en la cara y en el pecho y en general una sensación de malestar. Suelen ser
síntomas leves y momentáneos.

Otros estudios más recientes, en cambio, dicen que no hay ninguna reacción y que en
todo caso estaríamos hablando de una reacción o alergia alimentaria como pueda ser a
cualquier otro alimento.

Relación entre glutamato monosódico, exceso de apetito y obesidad

En cambio si hay bastante unanimidad cuando hablamos de su efecto sobre el apetito.


El glutamato monosódico, según pruebas en animales, puede llegar a producir un
apetito voraz (en concreto un 40 % superior) y ello conlleva que cuando comemos
alimentos que lo contienen (aperitivos, salchichas, patatas fritas, snacks, etc.)
tengamos la sensación de no poder parar. Este aspecto puede favorecer la obesidad ya
que además hablamos de alimentos ricos en grasas y calorías.

Los estudios realizados en la Universidad Complutense de Madrid por Jesús Femández


Tresguerres, director del departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina,
también irían en la línea de que el glutamato monosódico afectaría a partes e nuestro
cerebro que regulan la sensación de apetito y saciedad.

También podría afectar la producción de la hormona del crecimiento que es


responsable de que tengamos más músculo y no un exceso de grasa.
Las personas que dejasen de usar glutamato monosódico en su dieta podrían ver
reducido su voraz apetito con lo cual les resultaría más fácil seguir una dieta y perder
peso.

Glutamato monosódico y sabor Umami

Una curiosidad del glutamato monosódico es que da nombre a un nuevo sabor: El


Umami que en japonés significa “gusto sabroso”. Esto es consecuencia de que en unos
receptores específicos de la lengua produce un gusto esencial muy particular. Hasta
ese momento solo se conocía 4 gustos básicos o esenciales: dulce, salado, amargo y
agrio.

¿Qué dicen otros estudios?

Los estudios “defensores” del glutamato dicen que no hay riesgo para el sistema
nervioso ya que la barrera hemato-encefálica lo impide y además el 95% lo utiliza el
intestino como fuente de energía.

Un nuevo estudio, elaborado en la Universidad Hirosaki de Japón y dirigido por Hiroshi


Ohguro, relaciona el consumo del glutamato monosódico con una posible pérdida de
visión a largo plazo. Explica que puede acarrear lesiones en la retina y un aumento de
casos de glaucoma.

Sus detractores dicen que es porque los experimentos se hicieron con dosis demasiado
elevadas y destacan que sea un aditivo aprobado por diferentes organismos de control
alimentario. Hiroshi Ohguro afirma que aún se desconocen sus efectos al tomarlo
durante mucho tiempo.

Ahora, ¿como funciona este popular aditivo? Cuando el producto es espolvoreado encima de
otro producto, al ser consumido el MSG reacciona con nuestras papilas gustativas lo que nos
hace secretar mas saliva, esto literalmente “despierta” nuestra lengua y permite percibir mejor
los sabores ya que vienen mejor lubricados con una generosa mezcla de saliva nuestra
y componentes sápidos de los alimentos. Es un aditivo utilizado para dar mas sabor a lo
alimentos industrializados, como caldos de pollo en cubitos, chips, papas fritas, ñoquis y
pastas preparadas, sopas instantáneas etc.

El Ajinomoto (glutamato monosódico) es una excitotoxina que estimula las papilas gustativas (neuronas) y
exalta los sabores de los alimentos. El problema es que su absorción es sistémica (por todo el organismo) y
la excitación acelera la muerte neuronal (mata las neuronas) con el consecuente deterioro del sistema
neurológico lo que conlleva a la aparición de una gran parte de enfermedades crónicas (no curables y que se
desconoce su causa) como el cáncer, diabetes, hipertensión, etc. además de enfermedades neurológicas
como Esclerosis Múltiple, Parkinson, Alzheimer, Miastenia Gravis., etc. Gracias por sus amables
comentarios.

El glutamato monosódico también conocido como GMS es un aditivo que suele encontrarse en sopas
instantáneas, caldos, zumos de tomate, frituras y otros alimentos procesados como la leche en polvo y los
aceites de maíz y almidón. También es parte de productos naturales como las carnes, los hongos y algunas
verduras. Además Se comercializa en forma de polvo, similar a la sal para que puedas usarlo en tu hogar.

Entre sus beneficios se encuentra que es un exaltador del sabor y añade el que reconocido como el "quinto
sabor", el umami. Si bien al probarlo solo no tiene sabor alguno, al combinarlo con diferentes alimentos
(siempre en cantidades adecuadas) armoniza y mejora los sabores, sin embargo, un exceso de GMS puede
arruinar tu comida.

el glutamato monosódico fue descubierto hace más de 100 años pero tuvo su auge durante la década del
60 en restaurantes chinos. Aquí fue donde empezó la controversia acerca de este aditivo. Al parecer muchos
clientes de estos locales comenzaron a mostrar diferentes síntomas, entre los que se encontraron:

Dolor de cabeza

Visión borrosa

Taquicardia

Irritación en los ojos

Sudoración excesiva

Depresión

algunas fuentes que afirman que el GMS tiene un efecto tóxico en las células nerviosas, favorece la
obesidad y la esterilidad y en algunos casos encontraron que favorecía la aparición de células cancerígenas.
Es conocido como una neurotoxina.
Si bien en algunos países como los la Unión Europea, América Latina y lo Estados Unidos es utilizado como
aditivo alimentario seguro, en otros está prohibido, como en Canadá, por ejemplo.

A pesar de todos estos datos alentadores, en muchos países no se realizaron los estudios adecuados y todos
efectos negativos podrían estar asociados a otros ingredientes. Lo que sí está comprobado es que ciertas
personas son sensibles a este aditivo, que según estudios realizados en Australia serían menos del 1% de la
población, como también pacientes con diabetes.
En síntesis, el glutamato monosódico en sí no es peligroso, ya que se encuentra naturalmente en alimentos
naturales como las setas y el tomate, tampoco es del todo seguro. Aunque algunos estudios demuestran
efectos adversos, también se dice que puede depender de cada persona y de las cantidades que ingiera.

El problema está en que el GMS se encuentra en casi todos los alimentos procesados, que actualmente es
una de las partes principales de la dieta de la población en general.

Si prefieres evitarlo no estarías tomando una mala decisión, pero este aditivo tampoco podría ser tan
maligno como se supone. Por otra parte, en caso de que lo consumas y notes algún efecto adverso como
dolores de cabeza, descompostura o algún otro comienza a evitar los alimentos procesados.

Sea como sea, siempre intenta llevar una alimentación lo más natural posible y si bien a veces te gana el
tiempo, intenta prepararte todas las comidas que puedas, eso sí, si quieres o no agregarle glutamato
monosódico para mejorar el sabor, queda en tus manos

el ajinomoto no es un sustituto de la sal lo único que hace este es resaltar los sabores propios de
los alimentos lo que podes usar como un sustituto de la sal son las sales de apio o verduras que se
consiguen en dietéticas estas también son sales pero sin la cantidad de sodio que presenta la sal
común. lo que te ayudaria a no notar la falta de sal en la comida es el hecho de que sasones los
mismos con hierbas y condimentos que mas te gusten. mucha suerte!!!!!!!!!!!!

La primera pregunta que hay que hacer antes de hablar del glutamato monosódico es: ¿sabías que estamos
programados genéticamente para buscar sabor?

Nuestro cuerpo es complejo y maravilloso y sabe que hay una íntima relación entre nutrición y sabor. O al
menos la hay en la naturaleza. (1, 2, 3, 4)

En la antigüedad el ser humano era capaz de nutrirse correctamente simplemente dejándose guiar por los
sabores de los alimentos que encontraba en su entorno. (5, 6) Pero esta armoniosa comunicación entre el
hombre y la comida fue alterada con la industrialización alimentaria.

Con el tiempo, el gran crecimiento en la producción de alimentos pasó su factura: peor calidad. Las
investigaciones y manipulación de los alimentos hicieron que ganáramos en calorías y perdiéramos en
nutrición. (7, 8, 9, 10) Lo que conlleva una pérdida de sabor y “obligó” a la industria alimentaria a hacer uso
a los aditivos y potenciadores del sabor. Entre los que encontramos el tan controvertido Glutamato
Monosódico.

Puedes ver por qué parece más sabrosa la comida chatarra en este artículo.

En este artículo encontrarás:

Qué es el glutamato monosódico

El origen del glutamato monosódico

Efectos secundarios

El glutamato monosódico en los proyectos científicos

Con qué otros nombres se le conoce al glutamato monosódico

Conclusión sobre el glutamato monosódico


¿QUÉ ES EL GLUTAMATO MONOSÓDICO (GMS) Y DÓNDE SE ENCUENTRA?

El Glutamato Monosódico (GMS, o MSG por sus siglas en inglés) es un aditivo alimentario comúnmente
usado en la comida china, peruana, alimentos enlatados, salsas, cremas, aperitivos salados, productos
cárnicos, sopas procesadas y todo tipo de comida precocinada.

Su principal función es la de mejorar el sabor de los productos alimenticios procesados. Por ejemplo, en la
industria alimentaria ayuda a que las carnes procesadas y los aderezos sepan mejor, a que la comida
congelada tenga un sabor más fresco y a que los alimentos enlatados no tengan un sabor metálico.

El glutamato monosódico, combinado con otros ingredientes, es capaz de potenciar el sabor de los
alimentos y de “engañar” a nuestro paladar para hacernos creer que la comida que estamos ingiriendo es
mucho mejor de lo que en realidad es.

Técnicamente hablando, el GMS es la sal de sodio del ácido glutámico y se obtiene a través de un proceso de
fermentación a partir de algunos productos como la caña de azúcar, leche, algas o algunos cereales (al ser
un aminoácido lo encontramos en muchos de los alimentos con contenido proteico).

Luego, este ácido glutámico, pasa por un proceso de refinado hasta obtener el Glutamato monosódico puro.
Este se compone de glutamato (ácido glutámico), agua y sal. Y es en esta forma que se utiliza como aditivo
saborizante o potenciador del aroma.

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EL ORIGEN DEL GLUTAMATO MONOSÓDICO (11)

El autor de este polémico aditivo es el Profesor Kikunae Ikeda, de la Universidad Imperial de Tokio. Este
profesor bioquímico estaba especializado en el campo de los mecanismos fisiológicos relacionados con la
percepción.

Todo empezó a principios del siglo veinte cuando el profesor Ikeda se hizo la siguiente reflexión: “Existe un
sabor común a los espárragos, los tomates, el queso y la carne, pero que no corresponde a ninguno de los
sabores ya conocidos: dulce, ácido, amargo y salado.” En el 1907, su reflexión lo llevó a iniciar una serie de
experimentos para identificar cuál era el origen de este peculiar sabor.

Utilizando abundante caldo de kombu (Un alga muy usada en la cocina japonesa tradicional) logró extraer
cristales de ácido glutámico (o glutamato). Como ya hemos mencionado anteriormente, el glutamato es un
aminoácido. Es decir, componente que forma parte estructural de las proteínas. El Profesor Ikeda observó
que el glutamato otorgaba un sabor único, distinto a los sabores dulce, ácido, amargo y salado, y le puso el
nombre de “umami”. Cien gramos de kombu seco contienen aproximadamente un gramo de glutamato.

Una vez que el Profesor Ikeda obtuvo el glutamato (ácido glutámico), decidió elaborar un sazonador. Para
ello, el glutamato (ácido glutámico) debía tener algunas de las mismas propiedades físicas de la sal y el
azúcar, por ejemplo: ser fácilmente soluble en agua y a la vez no absorber humedad ni solidificarse.

El Profesor Ikeda observó que el glutamato monosódico era un sazonador “ideal” por sus propiedades de
conservación y su intenso sabor umami o “sabroso”. Debido a que el glutamato monosódico carecía de olor
y de textura por sí mismo, este se podía usar en una infinidad de platos, en los que ayudaba a resaltar el
sabor original de los alimentos.
El profesor llamó a su nuevo condimento “Ajinomoto” (la esencia del sabor) y aparte de enriquecer los
paladares de medio mundo enriqueció aún más los bolsillos del profesor Ikeda. Lo que no se sabía en aquel
entonces eran los efectos secundarios que este “gran” invento produciría.

Hoy en día la empresa Ajinomoto pertenece a General Foods y produce un tercio de todo el glutamato
monosódico vendido en el mundo. Ya en la época de Kidunae Ikeda dejó de extraerse de los alimentos que
lo contienen de forma natural, y se perfeccionó un método más barato que consistía en fermentar melaza y
harina.

Actualmente se produce a escala industrial por fermentación a partir de sacarosa, fuentes de nitrógeno, sal
y vitaminas, empleando una bacteria; Corynebacterium glutamicum.

Se vende en una presentación similar a la de la sal y, como ya hemos mencionado, es muy empleado en la
cocina asiática, peruana y en la industria alimentaria.

Las cifras hablan por sí solas ya que hace cuarenta años se producían 200.000 toneladas de glutamato
monosódico y hoy se producen más de 3.000.000 de toneladas. (16)

¿QUÉ SABEMOS SOBRE LOS EFECTOS SECUNDARIOS DEL GLUTAMATO MONOSÓDICO?

El glutamato monosódico fue muy usado durante décadas sin levantar sospecha, hasta que en 1968 estalló
la polémica. Todo empezó cuando un médico estadounidense de origen chino, el Dr. Robert Ho Man Kwok,
envió una carta a The New England Journal of Medicine contando que después de comer en un restaurante
chino sentía debilidad, entumecimiento y palpitaciones, aunque no lo atribuía a ningún ingrediente concreto
(sospechaba del vino, la salsa de soja y el glutamato monosódico).

La reacción de numerosos médicos indicando que habían sufrido los mismos síntomas hizo que se
estableciese el concepto “síndrome del restaurante chino” para describirlos.(15)

Los síntomas del Síndrome del Restaurante Chino incluyen:

· Dolor torácico

· Enrojecimiento

· Dolor de cabeza
· Entumecimiento o ardor en la boca o a su alrededor

· Sensación de presión o hinchazón facial

· Sudoración

Poco tiempo después, la revista Nature lo relacionó directamente con el glutamato monosódico. (18, 19)

A partir de ese momento la polémica estaba servida. Enseguida salieron los “defensores” del GMS
asegurando que los estudios no habían podido comprobar que el glutamato fuera el causante de dichos
síntomas. Mientras que otros muchos estudios en roedores han demostrado que una ingesta habitual de
glutamato monosódico causa daños en el páncreas, disminución en las funciones renales, alteración en el
sistema antioxidante, daños en los tejidos epiteliales, daños en el funcionamiento cerebral, aumento en la
ingesta alimentaria, disposición a dislipemias y resistencia a la insulina, para nombrar algunos de los muchos
trastornos asociados. (20, 21, 22, 23, 24, 25, 28)

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Aunque su mecanismo de acción sigue siendo desconocido, los pocos estudios que se han realizado en
humanos también han asociado la ingesta oral de GMS con tirantez muscular, dolores de cabeza, fatiga,
enrojecimiento y aumento de peso. (26,27)

Los últimos en poner su uso en entredicho, debido a los efectos sobre nuestro cerebro que provoca el GMS
generando más ganas de comer, han sido un grupo de expertos de la Universidad Oberta de Catalunya
(UOC). «Este aditivo actúa como saborizante, hace que los alimentos aumenten su palatabilidad y que esto
nos cree más ganas de seguir comiendo estos alimentos»,(12, 13) afirma Laura Esquius, profesora de Salud
de la UOC.

Su colega Victoria Agulló, también profesora de Salud en el mismo centro educativo, advierte en el mismo
informe de que «las industrias alimentarias usan este potenciador para mejorar el producto final y aumentar
los niveles de consumo; por eso se utiliza tanto en productos manufacturados».

Para apoyar esta tesis, recuerdan un estudio español llevado a cabo en ratas, en 2005, que concluyó que
este aditivo produce un aumento en las ganas de comer de hasta un 40%. «Los informes confirman que esta
sustancia activa un conjunto de neuronas de nuestro cerebro que constituyen lo que llamamos sistema
nervioso del refuerzo que provoca, entre otras cosas, que la conducta se vuelva a repetir» añade Diego
Redolar, neurocientífico de la UOC.(12)

Aparte de la adicción que este saborizante puede producir, otros estudios han demostrado que un alto
consumo de glutamato se relaciona también con un peor desarrollo de ciertas enfermedades como el
Alzheimer, la depresión, el autismo o la esclerosis múltiple. La bioquímica Katherine Reid, fundadora de
Unblind My Mind, comprobó que la reducción del consumo de glutamato en su hija autista mejoraba su
comportamiento y su capacidad para relacionarse.(13)

El problema es que, al ser un gran aliado de la industria alimenticia, por su gran poder sobre las
características organolépticas de los productos y mover tantos millones al año, sus efectos dañinos para
nuestra salud son algo que nos costará que se reconozcan oficialmente.

Pero a pesar de todo, la esperanza es lo último que se pierde. Y es que el Reglamento 1333/2008, que regula
los aditivos, establece que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) tendrá que reevaluar la
seguridad de todos los aditivos alimentarios que, como es el caso del glutamato, estuvieran permitidos
antes del 20 de enero de 2009. De manera que se espera que la evaluación del glutamato monosódico se
lleve a cabo durante 2017 y, según las conclusiones del informe que emita la EFSA, la Comisión podría
introducir cambios en la legislación.

EL GLUTAMATO MONOSÓDICO EN LOS PROYECTOS CIENTÍFICOS

Es cierto que no se ha descubierto aún el mecanismo de acción del GMS en el organismo. Pero sus efectos,
especialmente en animales (ya que la mayoría de experimentos se han hecho en estos) son innegables.

El GMS no solo causa dolores de cabeza y el resto de trastornos que hemos visto anteriormente en
humanos, sino que este “inofensivo” aditivo también se usa en experimentos con animales para inducir la
sobrealimentación y el comer compulsivamente en ratones y ratas para engordarlos y crear un modelo
animal, totalmente antinatural, y así poder estudiar la obesidad.

Ya que el GMS les hace estar hambrientos y comer compulsivamente, y triplica la producción de insulina,
llevando a la acumulación de grasa abdominal a dichos sujetos de estudio. (29, 30, 31, 32, 33)

OTRAS FORMAS DE LLAMAR O RECONOCER AL GLUTAMATO MONOSÓDICO (GMS)

Precisamente porque el glutamato monosódico carece de sabor por sí mismo y no altera el sabor de los
alimentos en los que se añade, detectarlo es realmente difícil. La mejor manera de identificarlo es leyendo
las etiquetas de todo aquello que consumimos. Pero uno de los principales problemas a la hora de
detectarlo de este modo son los muchos nombres tras los que se puede ocultar este aditivo:

· Glutamato Monosódico (GMS o MSG)

· Aditivo E-621

· Sal china

· Ajinomoto

· Cualquier cosa con la palabra <<glutamato>> en ello

· Proteína texturizada

· Proteína hidrolizada

· Proteína Vegetal hidrolizada (PVH)

· Extracto de Proteína Vegetal

· Gelatina

· Umami

· Extracto de levadura

· Levadura autolizada

· Caseinato de sodio

· Caseinato de calcio

· Cualquier cosa <<hidrolizada>>

· Proteasa
· Cualquier cosa <<modificada enzimáticamente>>

· Carragenato

· Consomé y Caldo

· Caldo de carne

· Cualquier <<aroma>> o <<aromatizante>>

· Maltodextrina

· Malta de Cebada

· Extracto de Malta

· Condimentos naturales

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