Está en la página 1de 176

MADRE, HIJA Y ÉL

Capítulo 1

El pésame

Esa noche era la boda de una de las hijas de mi mejor amigo, Rubén, había
pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vi; la vida de casados nos había
alejado pero esa atracción que sentíamos el uno por el otro seguramente seguía
intacta y en esta ocasión nos reencontraríamos vestidos con nuestras mejores

galas.

La comunicación en este tiempo se había basado en correos electrónicos,


mensajes telefónicos esporádicos y una que otra llamada, pero nunca sentimos la
curiosidad o estuvimos demasiado ocupados como para enviarnos o pedirnos una

foto actualizada.

Yo no dejaba de pensar en cómo luciría con smoking o levita…diez años

después…y me preguntaba si me vería vieja o estaría viejo él.

La respuesta fue contundente cuando lo vi entrar a la iglesia dándole el


brazo a su hija, fue tanta mi emoción y sorpresa de verlo tan conservado y bello,

como antes, que sentía que mi esposo podía haberse dado cuenta.

Mi cara estaba caliente y el corazón me latía tanto que casi lo escuchaba


sonar como esos trenes antiguos que soltaban humo y tocaban la corneta al

acercarse a la estación.

Pero se empeoró (o mejoró) la situación cuando al pasar a mi lado y verme,


sus ojos se aguaron como un niño que ve a su madre cuando se va al trabajo y lo
deja. Era el mismo amor de antes; ese profundo, tierno, pero apasionado a la vez,

todo en uno, sin más ni más.


Julio me miró y también a él porque no pudimos evitar besarnos con los
ojos y hacernos el amor con la mente en milésimas de segundos, hasta que sentí

un codazo en mi cintura

-¿Qué te pasa Julio, por qué me pegas?


-No te estoy pegando, te di un codazo para que quites la cara de tonta
que tienes. Donde hubo fuego cenizas quedan con el amiguito tuyo
¿No?
-Amiguito no mi amor, mi mejor amigo, es lógico que me emocione
porque tenía diez años sin verlo
-Se ve que te hacía falta
-Por Dios, estás celosísimo
-Celosísimo no, lo que pasa es que si yo me di cuenta de esas miradas,
todo el mundo también lo hizo

-Se acabó el tema Julio, estamos en la iglesia

Pero cuando acabó la misa y llegamos al salón de fiestas, Rubén me busco


en la mesa para que bailáramos juntos el vals después de que todos los familiares

lo habían hecho con los novios

Julio no pudo negarse a la petición de su rival porque él lo hizo en nombre


de la antigua amistad, pero yo sabía que al regreso me tocaría abandonar la fiesta
de súbito o aguantar la cara amargado de mi amado esposo durante toda la

noche.

-Me imagino que cuando te miré en la iglesia te diste cuenta de que


nada ha cambiado dentro de mi corazón por ti
-Lo noté perfectamente, tanto que mi esposito tiene un ataque celos por
el cual no sé si podré continuar en esta fiesta más de media hora
-Oh no, señora mía, usted no se me va de aquí
-Rubén, Rubén
-Rubén nada señora Diana, yo no la invité aquí para que se fuera en
media hora; estás hermosa, deslumbrante, no parece que pasaron diez
años desde la última vez que te vi
-Gracias, pienso lo mismo de ti, me tienes anonadada
-¿Anonadada nada más?
-Yo amo a mi esposo Rubén
-¿Y? ¿Eso te impide amarme a mí?
-No voy a discutir al respecto
-Quiero que nos veamos a solas después de que se acabe todo este lío
de la fiesta, no imaginas lo agotador que ha sido

-¿Por qué quieres verme a solas?

En ese momento Rubén hizo silencio y sentí la mano de Julio en mi brazo

-Con permiso, mejor amigo, voy a bailar con mi mujer

-Por supuesto Julio, es toda tuya

Me apretó contra su cuerpo y bailó conmigo tan cerca como pudo mientras

a Rubén se le notaba la molestia a flor de piel y yo pensé:

- Dos hombres peleándose por mí como si fuese una adolescente y ellos

también. La vida no deja de sorprenderme

Al contrario de lo que había pensado, Julio bailó toda la noche conmigo,


como a mí me gusta, demostrando a todos la bella pareja que hacemos y lo felices

que somos.

Exageró en su manera de demostrar su orgullo de tenerme como esposa,


pero sobre todo, destruyó las esperanzas de Rubén de que algo pasara entre los

dos.

Sin embargo recibí su llamada dos días después y nos encontramos para
almorzar
-No he podido dormir desde el día de la fiesta

-Se nota, estás un poco ojeroso pero aun te veo lindo y sobre todo tus

manos, sabes que ellas son mi delirio, tus bellas manos

-Eres mi amor Diana, pero veo que tu relación con tu esposo es perfecta

¿No?

-Nada perfecta, pero si maravillosa

-A eso me refiero, no tuve la misma suerte que él por no haberme casado


contigo, así que llevo mi cruz a cuestas y nunca te he olvidado, ahora será peor
porque después de diez años todo ha vuelto a mi corazón como si no hubiese

pasado un día

-Yo no puedo negar que también me emocioné mucho al verte y me


sorprendí de lo bien que te ves, pero no tiene sentido ir más allá de esto

-¿Y si te digo que soy capaz de divorciarme por ti?

-Eso tendría que verlo para creerlo, los hombres son demasiado cómodos,
ni tú lo harías, ni mi esposo aceptaría que yo lo dejara; es toda una vida la que

tenemos con ellos, es muy difícil lo que planteas, por no decir imposible

-Soy capaz de todo por ti Diana

Pero el tiempo pasó, meses y meses de llamadas, mensajes, promesas hasta

que el destino fue quien decidió.

Toqué a la puerta y me abrió su hija, para ella yo sólo era la directora del
colegio donde su sobrina estudiaba y una vieja amiga de su padre, por eso me
saludó con mucho afecto y me invitó a pasar; le di el pésame y me excusé de no

haber asistido al velorio de su madre por haber estado fuera de la ciudad.


- Muchas gracias profesora Diana, mi papá se va a contentar mucho de
verla, han sido días muy duros para todos, pero más para él
- Es muy triste cuando un ser querido se va, pero Dios les dará la

resignación y las fuerzas para sobre llevar este dolor

Fuimos hasta el jardín y me dijo que él seguramente estaba en el


invernadero cuidando de sus plantas, su pasatiempo preferido. Caminé por un
pasillo y me vi en un lugar poco soleado, con techo verde y lleno con bellas flores

de lindos colores, todas plantadas por Rubén en sus ratos de ocio.

Ahí estaba él, silbando mientras cortaba algunas hojas con una tijera grande
y como no me había escuchado venir, por lo concentrado que estaba, se asustó

cuando toqué su hombro para que notara mi presencia.

Volteó y al verme, sus ojos azules brillaron como un sol enamorado, como
siempre, como nunca…Me abrazó con fuerza, con amor y sentí su cuerpo fuerte

aún alineado con el mío, como un molde, como mi perfecta mitad.

Me aparté para no desmayar de la emoción al sentirlo otra vez en estas

circunstancias, sin esposa.

- Diana

- No digas nada, aquí estoy, lo siento mucho

Sequé sus ojos, besé su frente y él tomó mis manos y las besó con ternura y

devoción

- Qué bueno que viniste, me extrañó mucho no verte en el velorio


- ¿Tú piensas que esta escena entre los dos se hubiese visto bien en ese
momento?
- Tú eres mi amiga de toda la vida y la directora del colegio donde estudia
mi nieta, lo demás nadie lo sabe
- Nosotros sí Rubén, tú no puedes ocultar lo que sientes aún por mí y tal
vez yo tampoco, nuestros ojos saben hablar solos y hubiese sido terrible
que tus hijas notaran algo diferente a la larga amistad que nos une
- Tienes razón pero me hiciste mucha falta, disculpa si crees que soy
insensible o que no me duele que la mujer que estuvo tantos años junto
a mí no merece mi respeto cuando aún debe estar tibia en su tumba,
pero ¿Crees que ahora si puedo tener alguna esperanza de que tú y
yo…?
- No sigas, la que murió fue tu esposa, no mi esposo
- Pero una vez me dijiste que si yo me divorciaba tú harías lo mismo
- ¡Exactamente! Tu decisión fue mantenerte al lado de tu esposa y ahora
como ella murió ¿Soy yo la que tengo que alejarme de mi marido
porque tú te quedaste solo y no porque tuviste el coraje de dejarlo todo
por el ”verdadero amor” que supuestamente he sido yo?
- Es que yo nunca tuve una razón que darle por la cual debía dejar a mis
hijas y a ella e irme con quien sólo era una amiga

- ¿No era suficiente el amor?

Rubén bajó la cabeza y no me respondió, el hombre suele ser muy cómodo


cuando consigue una mujer que lo atiende, aunque no se amen y Julia era más
que eso, ella le consiguió el préstamo para comprar su casa antes de casarse y le

abrió las puertas a una clase social más alta de donde él estaba cuando la conoció

En mi caso fue muy diferente, yo sí me enamoré de mi esposo, a pesar de


que Rubén existía ya en mi vida y era alguien muy especial en mi corazón, pero
nunca llegó a ser más que eso, un amigo especial, mi mejor amigo, a quien le
contaba todos mis secretos, hasta los más íntimos, pero yo no quise que Rubén

fuese el primero, el único y el último.


Por eso él nunca pudo congeniar con mi madre, fue ella misma, después de
tres matrimonios, quien me “prohibió” casarme con el primer hombre que se

cruzara en mi camino sin conocer a otros, medir, pesar y comparar.

Hasta ahora ella sigue teniendo dificultades para mantenerse en pareja


porque continúa buscando, a pesar de su edad, el hombre perfecto que no existe

porque ni ella, ni Rubén, ni mi esposo ni yo somos perfectos.

- Tú fuiste muy drástica conmigo Diana, siempre siguiendo los consejos


errados de tu madre, mira hasta donde llegó ella y tú quieres seguir sus
pasos
- Yo no he seguido sus pasos Rubén, te tuve a ti y no me casé contigo,
tuve mil novios, al final escogí al mejor y me quedé con él
- ¿El mejor, a quién vas a engañar, a mí que soy tu confidente o a tu
esposo haciéndole creer que él es el mejor?
- A ninguno de los dos porque el hecho de que él sea diferente a ti y a mí
me gusten algunas cosas tuyas que él no tiene, no implica que no sea el
mejor hombre “para mí”, así como Julia fue tan perfecta para ti que, a

pesar del amor que dices sentir por mí, nunca la dejaste.

Hice una pausa, me sentí avergonzada de reclamarle cosas de un pasado

tan remoto que al final le dije:

-Además, yo no vine aquí para hablar de nosotros, vine como amiga a


acompañarte y apoyarte en este momento triste de tu vida porque por
encima de todo yo siempre voy a ser tu mejor amiga y eso no me lo va a

quitar ni a cambiar nadie, ni siquiera tú

- Diana, dime por qué nunca me pudiste querer como yo a ti, de esta

manera tan desesperada, profunda


- No sé, tal vez cuando quise darte mi virginidad con tanta ilusión y tú no
respondiste como yo esperaba, eso me decepcionó y ya no pude verte de
otra manera. Siempre disfruté de tus besos, tus caricias, de ver el amor en

tus ojos, de conversar...

- Dios mío Diana, pero tú no me diste otra oportunidad, te lo dije, te amaba


tanto que sentía que si te quitaba la virginidad me iba a sentir sucio, yo

tenía otros planes contigo

- ¿Cuáles planes, acostarte con varias mujeres mientras eras mi novio para
mantenerme a mí como una muñequita sagrada hasta el día de la boda?
¡No Rubén! Yo era una adolescente, pero también una mujer, te deseaba y
si tu machismo impidió que me dieras la felicidad de entregarme a ti por
primera vez, pues te lo perdiste, pero además hiciste que eso lo obtuviera
alguien a quien no quería y por lo cual me sentí muy vacía cuando se dio…
¡Dios, qué absurdo! han pasado más de cuarenta años y yo hablando de mi

virginidad contigo, lo que da es risa.

-Te dará risa, pero no imaginas lo duro que fue para mí cuando me
confesaste que lo hiciste sin amor, me arrepentí en ese momento por no

haber aceptado ser tu primer hombre

Cuando Rubén dijo esas palabras, sentí que el tiempo no había pasado, la
tristeza en sus ojos me hizo abrazarlo y luego tomar su cara entre mis manos y
llenar sus mejillas de besos ¡Lo quería tanto! con tanta ternura, pero también

extrañaba sus cálidos, profundos y apasionados besos en mi boca.

Y sin pensar en nada ni nadie nos dimos un largo beso, nos acariciamos
como unos adolecentes, hirviendo de amor y deseo el uno por el otro hasta que

su hija entró al invernadero con un café para cada uno de nosotros.

-¡Papá, profesora Diana!


Maribel no podía creer en lo que estaba pasando, Rubén y yo nos
separamos y percibimos el asombro en su cara como si viera la escena de una
película de terror; lanzó los cafés al piso con todas sus fuerzas y salió corriendo del

lugar.

Rubén se puso las manos en la cabeza, caminó de un lado a otro y me dijo:

- Pobre hija mía ¿Qué estará pensando?...Disculpa mi querida Diana,


debes irte porque tengo mucho que conversar con ella, lo peor es que ni
siquiera sé cómo hacerlo
- Desde el principio mi amor, desde el principio. Siento mucho que esto
haya sucedido y lo peor es que el resto de tus hijas se van a enterar y
eso nos traerá problemas
- No te preocupes por eso, por suerte Maribel es la más libre pensadora
de mis hijas y a pesar del dolor que debe sentir porque su madre acaba
de morir y me vio besándome con otra, al final comprenderá que en el

corazón no se puede mandar


Capítulo 2

Un encuentro… ¿No planeado?

Abracé a Rubén con cariño y con pena por lo que había visto su hija, pero a
la vez con el corazón lleno de felicidad por haberme entregado a un beso de ese
hombre tan especial en mi corazón, eso no ocurría desde hacía muchos años.

Salí de su casa como una delincuente y con temor de encontrarme de


nuevo a Maribel; no era yo quien tenía que hablar ni explicarle nada a ella pero,
como mujer, me hubiese gustado hacerlo. Ahora ella no tenía a su madre para
hablarle de esas cosas que sólo se conversan cómodamente entre madre e hija o

entre amigas.

Algunos días después Rubén me envió un mensaje donde me rogaba que


nos encontráramos en ese restaurant donde a veces nos veíamos, en días

especiales para nosotros.

Le reclamé por escribirme sin saber si mi esposo podía ver mis mensajes,
pero después de ese beso me sentía tan emocionada de volver a verlo que no
sabía qué podía suceder, estaba tan ansiosa, tan ilusionada y segura de que a él le
sucedía lo mismo, que me vestí y me maquillé con más cuidado, tanto que Julio lo

notó

- ¿Y a dónde va la Señora Tremols tan linda hoy?


- ¿A dónde mas sino a trabajar?
- No, no, no…hoy te maquillaste más de lo normal y te pusiste una
bufanda a pesar del calor que está haciendo
- Es que hoy van a hacerle una inspección al colegio y tengo que verme
decente
- Pero más que “decente” estás muy provocativa
- Jajajaja ay caballero, no veo el día en que la vejez empiece a hacer mella
en ti, no dejas de comportarte como un adolescente sediento de sexo,
¿Cómo he podido aguantar tanta lujuria? Ya soy una señora mayor
- Mayor pero con curvas, con senos, con todo lo que me gusta en una
mujer, mi mujer
- Gracias por los cumplidos, pero eso de “senos” después de cuatro
amamantadas y casi sesenta años es como gracioso
- Pero aún sabrosos, espero que quien vaya a inspeccionar el colegio no
sea un hombre porque veré en peligro mi matrimonio
- Tú siempre tan adulador, por eso te amo tanto, no dejas de verme como
la jovencita a quien ayudaste a mandar una carta por el correo
- ¿Te acuerdas? Estabas complicada, nunca habías enviado una carta ni
sabías lo que era una estampilla, pero cuando te vi esas curvas y esas
piernas, mirando a los lados como un pajarito debajo de una tormenta,
decidí ir al rescate, claro, desinteresadamente
- Jajajajajaja ¿Es decir que la que me interesé en ti fui yo solamente?
- Por supuesto, un tipazo como yo no se ve a la vuelta de la esquina
- Está bien, si quieres termina de contarle la historia a tu hija que te espera
para desayunar allá abajo porque ya se me hizo tarde
- ¿Y no vas a comer con nosotros?

- No mi rey, desayunaré en el colegio

Pero no era en el colegio donde me esperaba Rubén sino en “nuestra


mesa” de la pastelería que tanto nos gustaba y nos traía miles de recuerdos de

todos los momentos especiales que ahí pasamos

- Buenos días mi amor, qué bella estás

- Gracias, te podría decir lo mismo, pero aún no me acostumbro a que te

quedaste calvo
- Por suerte no tengo mi boca en la cabeza porque esa sí te gustó ¿Verdad?

- Sin lugar a dudas mi querido Rubén y por culpa de esa boca es que te

metí en un gran lío. ¿Qué pasó con tu hija?

- Tuve que hacerle un resumen de tu vida y la mía, confesarle que a pesar


de que quise mucho a su mamá, nunca pude mandar en mi corazón ni controlar

mis sentimientos hacia a ti

- Supongo que le dijiste que lo de nosotros nunca ha pasado de darnos

unos besos ¿No?

- Sí, pero no sé si ella lo creyó. Fue muy dura conmigo, hasta me dijo que le
daba asco que un hombre tan viejo como yo estuviese besando a una vieja como
tú; pero así son las cosas: cuando uno tiene veinte piensa que los de treinta son
viejos, cuando llegas a los treinta, te das cuenta que estás en la flor de la juventud,
pero ves a los de cuarenta ya casi ancianos y así va pasando la vida y nosotros

siempre sintiéndonos jóvenes…

-…Como que el tiempo no pasara y aunque nos vamos envejeciendo y


cambiando en algunos aspectos, parece que en el amor todo es diferente. Yo veo

tus ojos, tu boca…Dios…

-Continúa, por favor, continúa

-¿Para qué Rubén?

- Es que si tú no me lo dices, te lo voy a decir y quedaré como que sólo yo


he pensado en ti cada minuto de mi vida y que tú has vivido como que yo no

existo

Toqué sus labios con mis dedos, miré fijamente sus ojos, le acaricié luego
una mejilla, besé sus lindas manos y bajé la mía hacia una de sus rodillas
- Siempre he pensado en ti, siempre, te he necesitado en mi vida, en mi
cama, en mis sueños, pero a la vez me he sentido muy herida por las
veces que te has alejado y no me has permitido acercarme
- Es que…
- ¡Déjame hablar!...Sé que ha sido bueno para ti alejarte para poder llevar
tu matrimonio sin que yo fuese una sombra, pero siempre me dolió que
siendo mi mejor amigo no asumieras eso y pusieras tus sentimientos a
un lado para no alejarte porque aunque yo no te quiero como tú lo
deseas, sabes que eres muy especial en mi corazón. Y para tu desgracia,
yo conseguí un hombre que no sólo me ama, sino que me alaba, me
consiente, me apoya, me hace sentir la reina del universo y no quiero
menos de eso.
- Tú sabes que yo te hubiese dado lo mismo y mucho más
- No lo sé, por esa manía tuya de alejarte cada vez que no lograbas
convencerme de que me casara contigo, eso me hizo sentir muy
insegura, pero ya no quiero que estés lejos, necesito verte
- También veo que necesitas besarme, no lo puedes disimular, pero yo te
quiero para todo y para el resto de mi vida y no para que seas mi
amante, aunque me conformaría ahora con eso de lo solo que me siento
- Imagínate ¿Tú y yo en una cama a estas alturas de la vida?
- En cualquier momento de nuestras vidas nosotros necesitamos estar
juntos en una cama, pero no nos atrevimos
- Supongo que estuviste muy satisfecho con ella ya que ni quisiste dejarla
ni te permitiste una escapada conmigo
- Me parece un irrespeto hablarte de mi intimidad con Julia estando
muerta, pero yo no quería tenerte un día e irme como si nada hubiese
pasado
- Yo si quería, yo nunca dejé de desearte, aún te deseo, pero lo que tú no
has entendido es que mi decisión de casarme con otro que no fueses tú,
la tomé por amor y porque con él conseguí la estabilidad que necesitaba
y que tú nunca me ofreciste.
- ¿Entonces lo quieres a él y a mí también?
- Mi madre siempre me lo dijo: Diana, no te sientas culpable de querer a
dos hombres a la vez ¿Si puedes querer a dos amigos, diez primos, tres
hermanos, cinco tíos, por qué no puedes querer también a dos hombres,
por qué a ellos si se les permite, pero a nosotras no?
- Eso no es así
- ¡Eso sí es así Rubén! a lo largo de la vida me he dado cuenta de que
siempre los he amado a los dos, pero la sociedad no me permite
tenerlos, entregarme y cuidarlos a ambos porque eso me haría una
prostituta, pero dentro de mí lo que siento por cada uno de ustedes es
demasiado bello para mi corazón y me lo he tenido que guardar
- Qué complicada es la vida cuando nos hacemos adultos conscientes y
responsables. Tienes razón en reclamarme por las veces que me alejé y
no te permití tener contacto contigo por años, pero lo hice para
protegerte de ti misma. Tú merecías un matrimonio estable y no ser mi
amante y yo no me merecía tener sólo la sobra de lo que tu esposo me
podía dejar
- ¿Y qué vamos a hacer ahora, nos volveremos a separar, no me vas a
dejar que te vuelva a besar?
- Ya me dijiste que no te vas a divorciar ¿Qué podemos hacer entonces,
deseas ser mi amante?
- No es como tú lo ves, no es esa palabra, tú eres MI AMOR, nunca serías
mi amante
- Eso quiere decir lo mismo pero con otras palabras

- Conejo
Cuando Rubén escuchó su sobrenombre, se puso la mano en el pecho

como para que yo no pudiera ver su corazón saltar

- Hacía mucho tiempo que no me llamabas así


- Ni tú me has dicho coneja y eso me fascina. Conejo aunque yo sigo y
seguiré casada, ahora estás solo y yo te amo

- Coneja, no pensemos ni hablemos de más nada, vámonos de aquí

Era tanto mi deseo de estar con Rubén que sí había pensado que esto
podía suceder, después de ese beso en el invernadero fue mucho lo que sentimos
y no podíamos ignorar. No sólo me había puesto una bufanda ni maquillado con
más cuidado que nunca, lo que no vio mi esposo fue que me estrené un conjunto

de ropa interior que había guardado para un día especial…y este había llegado.

Subimos a un taxi y rodamos una hora hasta llegar a un bello chalet,


pequeño, pero muy lujoso, perfecto para parejas refinadas, especiales y que

necesitaban privacidad absoluta.

A pesar de que ya mi cuerpo no era el de una joven, no tuve problema en


enfrentarme con Rubén a esa realidad; teniendo los dos la misma edad no
esperábamos mucho de nuestro físico porque nos sobraba belleza y amor en el
corazón.

- Hoy te voy a hacer la mujer más feliz del mundo, hoy sabrás lo que te
has perdido y sentirás quien de verdad te ama

Y así fue, Rubén besó cada poro de mi piel como mi esposo nunca lo hizo,
empezó por mi frente, siguió por mi nariz y con incomparable ternura y placer
llenó mis labios de besos profundos y largos para luego seguir por mi cuello, mis
senos, mi cintura y mis caderas. No podía creer lo que me estaba sucediendo,
parece que la costumbre y la cotidianidad me habían quitado el placer de
entregarme de esta manera y sentir con otro hombre lo que jamás había sentido

con el mío.

Rubén puso su boca en mi vagina, comenzó a chuparme con fuerza y


presión como para enloquecerme de deseo y no pude aguantar, solté un grito de
placer y le di mi primer orgasmo, él enseguida me volteó, me puso en cuatro y me
penetró varias veces hasta que llegó su momento, me abrazó fuerte, muy fuerte,
agarró mis senos mientras se movía como un alazán salvaje, él también logró el

clímax y yo el segundo, como dos jóvenes en su primera vez.

Nos abrazamos con fuerza y lloramos como dos niños felices, satisfechos,
sintiéndonos tan amados y agradecidos de la vida por habernos dado esta
oportunidad que no podíamos articular palabra, sólo nos acariciábamos,
secábamos nuestras lágrimas y nos mirábamos a los ojos jurándonos amor eterno.

Tal vez estuvimos media hora así y luego volvimos a amarnos, nuestros
corazones no estaban satisfechos aún, era mucho el tiempo perdido y las caricias
ahogadas. Ni nos dimos cuenta de que al salir del hotel, ya casi era de tarde, yo no

había ido a trabajar y me esperaban en mi “hogar dulce hogar”.

¿Con qué cara podía yo entrar a mi casa ahora? no porque me sintiera


arrepentida, sino “demasiado feliz” y eso se podía notar.

-Buenas tardes, disculpen la demora, se me hizo tarde en el colegio y no


pude avisarles, pero aquí estoy, me imagino que ya comieron

- Sí mami, pero te guardamos el almuerzo, papi dijo que tenías algo que

hacer en el trabajo y no te esperamos

- Ni tiempo me dio de comer mi amor, Dios te bendiga, subiré a bañarme y

luego bajo a almorzar

- Será a cenar amada mía porque ya casi es de noche- gritó Julio desde
nuestra habitación
- No seas exagerado mi vida, tenías razón con lo de la bufanda, después de
presentarme con semejante atuendo no me la podía quitar y sudé demasiado, ni

te beso porque me voy a bañar ya

- Te lo dije, pero como querías impresionar a no sé quién, te lo mereces.

¿Quieres que te acompañe?

- No, no, no, lo voy a duchar rápido porque muero de hambre

Pero no fue así, enjaboné cada parte de mi cuerpo con suavidad, como lo
hizo Rubén para revivir ese hermoso e inolvidable momento y dejé que el agua se
llevará mi infidelidad para poder al menos darle un beso a Julio al salir del baño.
Me sentía un poco culpable, pero yo siempre he dicho que la gente es infiel por
tres razones: Por amor, por no conseguir en su casa lo que desea y por

sinvergüenza…yo, definitivamente, amo a Rubén

- Mi reina bella ¿No te ibas a bañar rápido? – Grito Julio y yo me apresuré


- Era lo que pensaba, pero estaba tan acalorada que no quería salirme de

la ducha

Le di un suave beso en la boca y él me lazó a la cama y comenzó a tocarme

por debajo de la toalla

- Mi amor, por favor, deja que me termine de secar porque muero de


hambre
- Uhmmmmm, señora, lo mismo siento yo , qué casualidad
- Tranquilo que ya no tengo más fuerzas por el resto del día. Quiero
comer y acostarme en la cama hasta mañana sin hacer nada más
- Qué lástima, yo que te estaba esperando con tanto amor y ya no te
intereso como hombre
Con una risa algo forzada, le dije que no fuese payaso y bajé tratando de
no seguir pensando en lo que había sucedido. Besé a mi hija que esperaba por mí

en la cocina para acompañarme a comer y puse la comida en el microondas.

- Mami, mamiiiiii
- Ah, hija ¿Por qué me gritas?
- ¿Qué te pasa mami? Te estoy hablando y no me respondes
- Disculpa mi amor, estoy muy cansada y como no he comido me está
comenzando a doler la cabeza ¿Preguntaste algo?
- Sí ¿Por qué no fuiste al colegio?
- ¿Cómo que no fui al colegio?
- Yo pasé por allá porque se me accidentó el carro, pero me dijeron que
no habías ido en toda la mañana, quería venirme contigo
- ¿Y quién te dijo que no fui? Pasé temprano porque iban a hacer una
inspección, pero me tuve que ir a hacer unas diligencias y me tardé
- ¿Y te tardaste toda la mañana, hasta la tarde?
- ¿Qué pasa Carolina, me estás interrogando? Tu papá tranquilo arriba y
tú averiguándome la vida Jajajajajaja, ahora sí que estamos bien. Se ve
que están tan acostumbrados a que yo siempre estoy a su disposición
que el día que me tardo, me tienen que reclamar

- No te estoy reclamando mami, sólo te pregunté, pero está bien

Ahora sí me sentía culpable y nerviosa, me parecía que no podía disimular


bien lo feliz que estaba y a la vez arrepentida de no haber estado para auxiliar a

mi hija, pero lo peor era tener que mentirle, a eso no estaba acostumbrada.

Cuando subí a la habitación Julio estaba medio dormido, pero me avisó que

tenía un mensaje porque había sonado el celular

- Gracias mi amor, ahora lo veo


Sabía que era de Rubén, estaba segura, por eso no podía verlo,
seguramente me iban a temblar las manos y me delataría, así que decidí hacerme
la dormida hasta ver a Julio dormido y luego leer el mensaje. Me acomodé de
espaldas y él me abrazó y comenzó a acariciar mis caderas, eso me relajaba
cuando estaba cansada, hasta que él subía sus manos a la cintura y ahí
comenzaba a excitarme, pero esta vez me sentí petrificada.

Aún mi vagina estaba muy húmeda, llena del semen de Rubén y por ningún

motivo iba a acceder a tener una noche de amor con mi esposo

- Mi amor, déjame descansar


- Sólo te estoy tocando las caderas, ya sé que estás cansada, no te

preocupes

Sus palabras me dieron cierto alivio, pero moría por ver el mensaje y Julio
no se dormía, siguió acariciándome y yo me ponía tiesa como una piedra hasta

que riendo me dijo

- Qué problema cuando las mujeres empiezan a envejecer, voy a tomar


un poco de agua para bajarme la temperatura
- Dios mío, pero que ingratitud, porque llego un día cansada entonces me
insultas diciéndome vieja

- Está bien, vieja no, pasadita de años

Tomé el celular y vi el mensaje

“Hoy he vuelto a nacer y sé que si esto no sucede otra vez


moriré…no me dejes morir”

Quise guardar ese mensaje para siempre porque me llegó a lo más


profundo de mi corazón, pero no podía arriesgarme a que algo tan bello fuese a
complicar la vida de mi esposo, mis hijos o de él mismo. Julio jamás había tocado
mi celular ni yo el de él, la confianza mutua era algo que habíamos sentido a lo
largo de nuestros treinta años de matrimonio y no era ahora cuando alguno de los

dos iba a hacer lo contrario a lo que estamos acostumbrados.

Pero como al serle infiel, por primera vez, yo hice algo diferente, no podía
dejar huellas de lo que sucedió, así que lo llevé dentro de mí como una de las

cosas más maravillosas que me ha sucedido en la vida desde que nací.

Capítulo 3

Una doble vida

Los días siguientes a ese tan maravilloso encuentro fueron bien complicados
para mi estilo de vida tan centrado en mi trabajo y mi familia. Sentía unas ganas
inmensas de volver a estar a solas con Rubén, él me enviaba mensajes a menudo y
yo los respondía brevemente, pero con cariño y los borraba enseguida.

No me costaba tener relaciones con mi esposo, pero no era a él


precisamente a quien me entregaba porque el cuerpo, la mente y el corazón sólo
me daban para recordar todo lo que había sucedido con Rubén.

Tenía que tomar una decisión drástica de convertirme en una mujer con un
amante y acostumbrar a mi familia a recibir mentiras de mi parte o dejar a un lado
esta ilusión que me renovaba como mujer y como persona.

Era fácil para mí disponer de algún tiempo, pero difícil ver a Rubén y dejarlo
ir de nuevo sabiendo cuan solo vivía ahora y aunque yo estaba bien acompañada,
lo necesitaba a él, a mi conejo; día y noche su presencia me acompañaba, aparte

de sus continuos mensajes.

Por suerte yo siempre he sido una mujer feliz y alegre y como ahora me
sentía más feliz que nunca, era casi normal en mi semblante y mi actitud actuar
como lo hacía, pero sólo yo, en mi intimidad, sabía del volcán que me quemaba el
alma y hacía explotar a mi corazón cada vez que podía ver a Rubén y estar en sus

brazos.

A pesar de algunos encuentros más, no podía considerar que había tomado


la decisión de tener un amante permanente, una situación tan delicada no se
puede tomar a la ligera, por eso siempre le aclaraba a que no sabía hasta cuando
podía seguir viéndolo, pero me rogaba que no lo dejara y me decía que se
conformaba con los pocos momentos compartidos porque ellos significaban

mucho para él.

Lo mismo me pasaba a mí, las horas juntos eran minutos y yo deseaba que
no pasaran para que no tuviéramos que separarnos; del amor sacaba las fuerzas
que pensé que no tenía para estar a veces con uno en la mañana y con otro de
noche, aparte de trabajar y compartir con mis hijos

Me sentía como una adolescente, pero algunas veces sólo me conformaba


con quedarme abrazada y recostada en el pecho de Rubén, sentir su olor y su
respiración. Él en cambio se encargaba de mirar y besar cada parte de mi cuerpo
como tratando de aprendérselo para recordarlo si yo decidía no verlo más. Y algo
que jamás me había gustado, aprendí a amarlo con él. El hecho de que tomara
cada uno de los dedos de mis pies en su boca y los chupara poco a poco, con

suavidad y gusto como si se tomara un helado.

- Me es muy difícil llevar una doble vida, si así como tu hija nos descubrió
pasara con uno de mis hijos, sería terrible
- Nadie más tiene por qué enterarse, hemos sido precavidos y parece que
ya tú has ido acostumbrando a tu familia que necesitas tus momentos de
privacidad
- No te creas, sé que ellos han notado un cambio en mi, aunque no me
digan nada, porque cuando estoy en la casa me ocupo mas de todo
como para desviar la atención y que ellos crean que no pasa nada por
fuera. Antes me tomaba las cosas con más ligereza y les decía que me
ayudaran en los quehaceres, pero ahora dejo casi todo en mis manos
para atenderlos, porque en el fondo me siento culpable por lo que estoy
haciendo, por el engaño
- ¿Y cómo te has sentido en la cama con tu esposo?
- Ese tema es algo que no quiero conversar contigo, ya es suficiente el
irrespeto hacia él como para también andar en detalles al respecto
contigo
- Disculpa, no quise molestarte, lo que sucede es que como hombre y por
lo que te amo, me torturo pensando en lo que haces cuando estás con
él y me duele mucho compartirte
- Es tu decisión seguir o no, tenerme compartida y no pensar en eso y
también será mi decisión en algún momento dejarte si no pudiera mas

con esto por la culpa que me pueda matar

Así fue como nuestra bella de historia de amor compartido siguió hasta que

me di cuenta que Rubén estaba saliendo con alguien más.

Un día recibí un mensaje extraño, ya nos habíamos visto y él me citaba en


un lugar donde nunca estuvimos; sospeché que el mensaje no era para mí porque

al final él siempre escribe “tu conejo” y esta vez sólo decía “Rubén”

Salí de mi casa con la excusa de que iba a buscar algo que necesitaba en el
mercado y me dirigí al lugar, justamente cuando pasaba con mi carro por ahí, lo vi

entrar con una chica mucho más joven del brazo.

¡Dios mío, no puedo creerlo! La persona que va a su lado es mi hija- me dije

a mi misma

Enseguida lo llamé por el celular pero él no contestó y no tuve más remedio


que irme a mi casa y esperar que ella llegara porque por cuál motivo me iba yo a
presentar ahí
No podía creer lo que estaba sucediendo, jamás le enseñé una foto a Rubén

de mis hijos y sólo conocí a las de él por su nieta que estudiaba en mi colegio.

Parecía lógico que le gustara mi hija porque ella es idéntica a mí, cómo no
le iba a gustar, pero mi temor era que pudiera llevársela a la cama; que angustia y
que dolor pensar que el hombre a quien tanto amaba no sólo me era infiel sino

con mi hija.

Insistí varias veces en llamarlo, pero seguía sin contestar, las horas pasaban y

yo cada vez me ponía más nerviosa

-¿Qué te sucede mi amor, no puedes dormir, a quién llamas con tanta

insistencia?

- A Carolina, aun no llega y estoy preocupada

- Por favor Diana ¿Te volviste loca? eso no es normal en ti, nuestra hija tiene
veinticuatro años y es una mujer independiente y muy responsable ¿Por qué estás

preocupada?

- No sé, me siento nerviosa hoy

- Cálmate y duérmete porque mañana te tienes que levantar temprano y yo

también

- Como siempre Julio, como siempre

Bajé a la cocina a prepararme un té de tilo para los nervios y a rezar para


que no pasara nada entre mi hija y Rubén…tal vez esta era la primera vez que
salían, tal vez a ella no le gustó lo suficiente como para embarcarse en una
relación con él…pero yo sabía que a mi hija siempre le habían gustado los

hombres mayores, desde pequeña me decía:

- Mami ¿Viste que lindo el cabello blanco de ese señor?- Y yo lo tomaba


como si le hacía falta el abuelo que nunca tuvo.
Pero ella jamás dejó de fijarse en los hombres mayores y su primer novio le
llevaba diecinueve años, cosa que fue inaceptable para su papá y para mi, quienes
nos opusimos férreamente porque ella sólo tenía diecinueve años y aun no había

terminado la universidad.

Yo siempre pensé que sería una madre muy flexible y comprensiva quien
apoyaría a mis hijos en cualquiera de sus decisiones, pero no pude aceptar la
diferencia de edad. No es lo mismo diecinueve años de diferencia cuando se
tienen treinta y la vida está ya encaminada o casi hecha, pero una mujer de
diecinueve años está comenzando la vida y no sabe ni lo que quiere aun.

A esa edad creo que lo único en que mi hija estaba clara, era en que le
seguían gustando los hombres mucho mayores que ella, pero ahora yo no podía
aceptar que eso sucediera con Rubén y estaba segura de que sería un duro golpe

para él saber que ha podido estar acostándose con la madre y la hija.

Lloré amargamente no sólo por la impotencia de no poder intervenir en el


momento y aclararle a Rubén lo que estaba sucediendo, sino por no poder
haberle dado el tiempo necesario para que no tuviera necesidad de buscarse a
alguien más…pero ¿Mi hija? Dios mío, qué castigo tan grande tengo que pagar por

mi infidelidad.

Finalmente Carolina hizo su entrada triunfal a las 2:00 de la madrugada y


cuando le vi la cara de felicidad que traía, supe que su velada con Rubén había
sido tan especial como cada uno de nuestros encuentros. Ella se asustó al verme y

yo tuve que contener las lágrimas de dolor e impotencia para no delatarme

-Mami, ¿Qué haces aquí a estas horas, por qué me estabas esperando?

- No hijita, no te esperaba, sòlo que me dio dolor de cabeza y bajé a


tomarme una pastilla
- Pero has estado llorando ¿Qué te pasa, tuviste algún problema con mi

papi?

- ¿Cómo crees, cuándo es que tu papá y yo tenemos problemas?

- Es verdad, yo sueño con tener en mi vida un matrimonio como el tuyo

y…creo que lo voy a lograr

El corazón casi se me paralizó al oír esas palabras, estaba segura de que mi


hija ya se había hechizado con el embrujo que provoca la personalidad y el cuerpo

de Rubén, pero no podía permitir esto y lo sentía mucho por mi hija.

Casi sin dormir me levanté a las 5:00 de mañana y tomé una ducha, le dije a
Julio que tenía que llegar temprano al colegio y me fui directo a la casa de Rubén.
No me importaba si su hija me veía o no, suponía que ella dormía a esas horas y

seguramente él ya estaría despierto.

- Rubén, por favor vístete y sal, estoy estacionada en frente de tu casa y

necesito hablar contigo urgentemente

En cinco minutos estaba en mi carro y manejé media hora para alejarnos de

ahí

- ¿Qué sucedió mi amor, por qué tienes esa cara? Estás demacrada como
si no hubieses dormido
- Y tú tampoco has dormido mucho ¿Verdad?
- Si, si dormí suficiente, estoy bien
- No tienes que mentir, no hace falta, sólo necesito saber cuánto tiempo
llevas saliendo con la chica con quien estabas anoche
- Yo no estaba con nadie mi vida ¿Por qué me dices eso?
- Rubén, no fue a ella a quien le mandaste el mensaje avisándole que se
verían en el restaurant La Colmena, fue a mí y como sabía que te habías
equivocado me presenté allá y justamente llegué cuando entrabas del
brazo con ella al lugar
- Es sólo una amiga coneja, no tienes de qué preocuparte
- ¿Y por qué no me contestaste el teléfono, por qué llegaste después de
las 2:00 de madrugada?
- Guao ¿Y fue que usted se quedó ahí esperando hasta que salí?

- No Rubén, algo peor que eso…estabas con mi hija

Al escuchar esto, Rubén se puso tan blanco que pensé que se iba a
desmayar

- No, no es posible mi amor, no es posible que sea tu hija


- ¿Y por qué no es posible, cuánto tiempo tienes saliendo con mi hija
Rubén?

- Casi seis meses

Esta vez me sentí furiosa y mi tono de voz lo alertó; en su cara se veía que
entre ellos había sucedido todo lo que yo no pude evitar

- Rubén, desgraciadamente no tengo la inocencia ni la poca edad para


pensar que después de seis meses y de que te viste en un restaurant a
las 7:00 de la noche y mi hija llegó a las 2:00 de la madrugada, no fue
porque pasaron toda la velada hablando y eso me duele en el alma, no
sólo porque es mi hija, mi sangre, mi amor, sino por lo que tú significas
para mi
- Pero Diana, si yo hubiese sabido que era tu hija jamás me hubiese
atrevido…
- Dios mío Rubén, fuese mi hija o no, si estás saliendo conmigo no tenías
por qué hacer eso
- Diana, nosotros nos vemos dos veces al mes, eso no es suficiente para
un hombre
- Lo sé, pero me lo has debido decir, no es justo para mí lo que está

sucediendo y me rompe el alma doblemente

Rubén trató de abrazarme, pero no se lo permití, ambos llorábamos pero


abrazarnos no era lo que iba a suceder entre nosotros nunca más. Lo llevé a su

casa y nos despedimos sin un beso.

Capítulo 4

El rompimiento

Unos días más tarde llegó mi hija a la casa, pasó corriendo a su habitación

sin saludar y cerró la puerta con todas sus fuerzas

- ¿Y qué le pasa a tu hija?- Preguntó Julio

Yo respiré aliviada sospechando lo que había sucedido

- Si yo fuese bruja mi amor, no estaría aquí aguantando tu cabeza en mis


piernas, el día que dieron el curso de adivinación en la universidad no asistí.

Déjame subir a hablar con ella y después te digo

- Carolina, hija, ábreme la puerta por favor

Impaciente esperé unos minutos para no forzarla, pero estaba desesperada


por saber qué le había dicho Rubén para acabar con toda la monstruosidad que él

mismo creó

- Pasa mami

La abracé con todas mis fuerzas y me sentí tan mal como ella, pero no pude
más que ponerme una coraza para no llorar y ser madre antes que mujer

enamorada
- ¿Qué te pasó mi amor, por qué estás así?

- Ay mami, conocí a un hombre tan maravilloso, el hombre con quien

siempre soñé: educado, galante, atractivo

- Un viejo seguramente

- Un viejo no, un hombre de más edad que yo, pero con todo lo que
necesito para ser feliz

- Ay Carolina, un viejo, hija, un viejo

- ¿Un viejo es un hombre que me lleva a tener seis orgasmos en media hora

mamá?

- ¡Carolina soy tu madre, no tienes por qué ser tan explícita, respeta!

- Disculpa, es que vienes a hablar conmigo y en vez de escucharme lo que

haces es criticar

- Discúlpame hija, tienes razón. Cuéntame ¿Qué pasó?

- Quiero contarte todo, desde el principio porque tengo que desahogar


todo esto que no me puedo explicar por qué se está acabando:

Yo conocí a Rubén a través del Twitter, ambos nos seguíamos y nos


conocimos porque ambos pertenecemos a un grupo en contra del gobierno, él
tiene mucha experiencia porque es emigrante de una dictadura y nos iba a dar

unas charlas.

Si me pareció muy mayor al verlo, pero cuando comenzó a hablar me fui al


pasado y lo vi diferente, pensé que seguramente en su juventud él fue un hombre

muy bello porque al verlo bien, aun quedaba algo de eso.

Con cada gesto, con cada palabra me fui inmiscuyendo con él y cuando
terminó la charla todos intercambiamos teléfonos y direcciones de correo, cosa
que vimos necesaria para mantenernos comunicados y seguir estableciendo

estrategias para la lucha.

Yo, por supuesto, que no iba a llamarlo, no sabía nada de él, si era casado,
divorciado…porque a esa edad algo debía tener, pero hubo una reunión y
enseguida lo abordé, me le acerqué con toda la intención de averiguarle la vida y

de una manera u otra pude sacarle que era viudo.

Mi alegría al descubrir eso fue inmensa porque parecía que me había


enamorado de “ese señor” a primera vista. Es que él tiene un no sé qué que me

enloquece, sus twits primero y su manera de hablar después.

Y así, en cada reunión me le fui acercando y creo que él se dio cuenta de lo


que despertaba en mí. En algunas oportunidades cuando otras personas daban

sus charlas, nuestras miradas se encontraban y no podíamos despegarnos.

Hasta que un día me invitó a tomar un café y ahí no me aguanté de decirle


toda la admiración y atracción que sentía por él, cosa que era totalmente recíproca

según sus palabras.

Ese día nos besamos, pero él fue muy respetuoso y aunque salíamos no
hicimos nada hasta dos meses después; eso de que él se comportara así conmigo

me hizo quererlo y admirarlo más.

Tenía dos días sin llamarme, de repente desapareció, no me contestaba las


llamadas, ni los mensajes y cuando hoy se comunicó fue para decirme que se
había reencontrado con un viejo amor, que nunca la ha dejado de amar con todo
su corazón y que yo estaba bien joven para conseguir a alguien que realmente me

quisiera y mereciera estar conmigo, pero que ese no era él

- Y tiene razón hijita, fue honesto contigo, debes darle gracias a Dios de que

no alargó más una relación que no iba tener un final feliz


- No lo acepto mamá, no te imaginas lo bien que nos llevábamos y lo felices

que nos sentíamos juntos

- Eso es así Carolina, los hombres mayores enloquecen por las jovencitas y

se transforman hasta en lo que no son para satisfacerlas

- No es cuestión de edad mami, era su manera de tratarme y hasta de


hacerme el amor, eso fue algo que nunca había experimentado con ningún otro

hombre

No podía seguir aguantando que mi propia hija me hablara de lo


maravilloso que yo sé que es Rubén y no tuve más remedio que terminar la

conversación, no sin antes decirle lo que pensaba.

- Hijita, cada hombre que pasa por tu vida es una experiencia y una
oportunidad más para crecer y hacerte una mejor mujer, si él tiene una
vida aparte, fue una gran suerte que te lo dijera y eso debes
agradecérselo a él y a Dios, ya vendrán mil mas y podrás escoger al

mejor, como yo lo hice con tu padre

Fui a la cocina a preparar un tilo antes de volver a mi habitación, me sentía


más destrozada que mi hija, pero a la vez agradecida de que Rubén parara esa

relación y le diera la explicación que le dio

En los siguientes días no se cansó de mandarme mensajes, yo no respondía

ninguno hasta que se apareció a la hora de la salida del colegio

- O te montas en el carro o le digo a tu hija quién es el amor del pasado


por quien la dejé
- ¿Por qué tienes que amenazarme Rubén?
- Porque no me respondes Diana, tú crees que es fácil aguantarse lo que
yo me estoy aguantando, si yo hubiese sabido que era tu hija jamás la
hubiese tocado, tú tienes que saberlo
- Pero sucedió Rubén, con o sin tu culpa sucedió y eso hizo que se
rompieran muchas cosas dentro de mí, pero sobre todo la confianza
ciega que en ti tenía

- Perdóname coneja, por favor perdóname

Lo sentí tan triste y tan desesperado que no pude aguantar más; lo abracé,

lo besé con amor, con dolor

- Diana, yo te amo tanto

- ¿No te das cuenta de que cuando me dices eso me haces enfurecer más?
Me amas, pero te buscaste a otra, es simplemente otra, no hablo de mi hija, pero a
la vez si porque ¿Qué querías con ella si me amas?…entretenerte y ya…ahora

vienes a mí, me pides perdón ¿Y yo tengo que perdonarte y seguir?

- No te pido eso, sólo que me des otra oportunidad, que no me dejes, yo

sabré esperar hasta que te des cuenta de que lo nuestro no puede acabar así

- Pero es que no es cualquier mujer con quien estuviste Rubén, es mi hija y


no me veo otra vez desnuda a tu lado, haciéndome el amor cuando ya se lo

hiciste a mi hija.

- Es que para mí no fue tu hija, fue una mujer, pero la mujer a quien yo amo

es a ti y no me resigno a perderte

Tenía ganas de olvidar todo e irme a un hotel con él, entregarme con todo
mi amor, pero me sentía herida y cansada de todos los días en que no había

dormido por el dolor y la angustia de no verlo, de no tenerlo

- No puedo prometerte nada, deja que el tiempo pase y que mis heridas
se sanen, no me presiones, no me busques; si

decido olvidar lo que pasó, te buscaré yo


Los días se pasaban lentos, tristes, yo trataba de mantener mi buen humor y
mi alegría pero todo era en apariencia, por dentro estaba destrozada y no dejaba
de pensar y necesitar a Rubén, pero a la vez me sentía mala madre al

experimentar eso.

Julio me reclamaba la falta de sexo y aunque siempre me preocupé por eso,

ahora me importaba poco complacerlo

- Mi amor ¿No estás tomando las hormonas?

- No, se me acabaron

-Entonces resuelve eso mi reina, ya no puedo más. Ahora ni te preocupas

por complacerme, aunque sea a mi solo si tú no quieres, no sé qué te pasa

- Disculpa cariño, es que ya se va acabar el año y tú sabes que es mucho el


trabajo, te habrás dado cuenta de que llego tarde, salgo temprano…ya vendrán las

vacaciones y nos tomaremos unos días

- ¿Cómo es la cosa, qué tengo que esperar hasta las vacaciones?...Por favor
Diana

- No mi amor, trataré de no quedarme hasta tarde en el trabajo y

resolveremos eso

Y así fue como esa noche traté de dejar mi dolor a un lado y me enfoqué en

complacer a mi esposo y tener un poco de placer yo misma

Cuando menos lo pensamos, llegaron las vacaciones y decidimos irnos con


los hijos a la playa por una semana, pero Rubén no cesaba de escribirme y

finalmente acepté encontrarme con él

Esta vez me llevó a un lindo y lujoso restaurant, me comió con la mirada al


verme, me alabó mil veces pero con tanta ternura y amor que mi corazón se
derretía como una fuente de chocolate.
No hablamos por unos minutos, sólo nos mirábamos, yo le miraba sus
bellas manos; sabíamos que en ese silencio nuestros corazones gritaban todo lo

que no nos habíamos dicho en más de dos meses.

- ¿Cómo te sientes?

- Aun muy mal

- Yo también, no puedo vivir sin ti ¿Serás capaz de perdonarme algún día?

Yo no respondía, quería gritarle que ya lo había perdonado, estaba

consciente de que si él hubiese sabido que era mi hija, jamás la hubiese tocado

- Te dije que no me presionaras, déjame disfrutar de la comida y si deseas

podemos bailar un poco después

Se le alumbraron los ojos cuando le hablé de bailar, él sabía que ese sólo
era el preludio antes de ir a la cama; a mí me fascinaba como bailaba, como me
apretaba con su cuerpo cuando bailábamos y eso me excitaba demasiado. Tomó
mi mano, pasó un dedo por mis labios, luego por uno de mis brazos y eso me
estremeció por completo, este hombre sabía mis más íntimos secretos y yo no

podía hacer más que rendirme a sus pies.

Después de un rico almuerzo nos fuimos al piso de arriba donde tocaban


música en el día, para esos amantes que no podían estar ahí de noche, como
nosotros. Estábamos solos y comenzamos a bailar muy apretados hasta que llegó
ese beso profundo y enamorado que tanto deseábamos…no pudimos bailar

mucho, el deseo nos mataba.


Capítulo 5

Eyaculación precoz

Parecía que nunca íbamos a llegar al hotel de lo desesperados que


estábamos y al entrar a la habitación nos desvestimos con una rapidez digna de
entrar al libro Guiness. Nos besamos, nos acariciamos, con tanto amor y fuego que

parecía que las sábanas se iban a quemar de un momento a otro.

Una y otra vez, terminamos y comenzamos, como si nunca lo hubiésemos


hecho, como si fuese la primera entrega. El tiempo se nos hizo muy corto para
todo lo que necesitábamos de nuestra compañía, pero nos separamos con la

ilusión de vernos otra vez al regreso de mis vacaciones.

- Haz sido maravilloso antes y ahora

- Gracias, ni te podrás imaginar que en una época de mi vida tuve

eyaculación precoz

- ¿Qué?

- Así como lo oyes. ¿Quieres que te cuente?

- ¿Qué me cuentes qué, de tu eyaculación precoz?

- Si

- Ay Dios mío, primero conversamos de mi virginidad y ahora de tu


eyaculación precoz Jajajajajaja, como si esas son cosas que pasaron ayer
- ¿Quieres que te cuente o no?

- Está bien

- Pero no quiero “celos retroactivos”

- Jajajaja ¿Cómo crees que me voy a poner celosa por algo que ocurrió

hacen cien años?

- Está bien, te voy a contar: Mi primera mala experiencia en el sexo fue con
una vecina; yo tenía dieciséis años y ella como treinta, era muy hermosa; Estaba
con mis amigos escuchando música a todo volumen y un día, cuando ellos ya se
habían ido, me llamó para que “la ayudara a mover los muebles de su casa”.

Entré y me dijo que nos sentáramos primero a escuchar un poco de música,


puso una que estábamos oyendo mis amigos y yo. Me sorprendí por eso, pero
muy inocente de lo que venía, juraba que la mujer compartía mis gustos musicales;
pero no pasaron más de dos minutos cuando puso su mano en mi pierna y

comenzó a acariciarme.

Sentí como mi cara se calentaba, sentía que me ponía más rojo que un
tomate y no podía evitarlo, a la misma vez que mi pene comenzó a pararse y ella

lo veía con una cara que me hacía excitar mas, irremediablemente.

Tenía que hacer algo para que no pensara que yo era un bobo sin
experiencia y lo que hice fue besarla, pero de una manera tan salvaje, por lo

caliente que estaba, que ella gritó porque le había roto el labio.

- Oye carajito, como que a ti te gusta el sexo salvaje, pues lo vas a tener

Se quitó la ropa y me desnudó a mí, a esas alturas yo no sabía si sentir


vergüenza, salir corriendo o esconderme; hasta ese momento yo sólo sabía lo que
era masturbarse, nunca había tenido la dicha de estar con una mujer; pero no me
dio mucho tiempo de pensar, ahí mismo se montó encima de mí y con sólo dos

movimientos de sus caderas eyaculé sin el menor control.

- ¡Dios qué vergüenza! Jajajajajaja, es decir que hiciste el ridículo

- Por supuesto, tanto que más nunca quise ir a esa casa y cada vez que la
veía venir, cambiaba de acera y me hacía el loco, como que no notaba su

presencia

- ¿Y después de esa experiencia tuviste alguna novia o estuviste con otras

mujeres?

- Noooo, eso me hizo sentirme totalmente avergonzado e indefenso antes


las mujeres, así que opté sólo por masturbarme. Sobre todo cuando íbamos al
club de la playa, me ponía a ver a las mujeres en sus trajes de baño y aunque eran
bastante cerrados, no como los de ahora que no tapan nada, yo me inventaba las

mil y unas fantasías viendo sus senos, sus caderas y sus piernas.

Cuando cumplí diecinueve, conseguí un trabajo y me iba a prostíbulos


porque las prostitutas no tienen que ver si los hombres son eyaculadores precoces

o no, para ellas mejor porque salen de eso rápido.

- Entonces tengo que darle gracias a Dios de que hayas superado ese
problema porque en esas condiciones, de verdad, que no me hubiese convertido

jamás en tu amante

- Uy coneja, pero usted si que es descarada

- Descarada no mi amor, mi esposito me complace muy bien como para

estar bajando de categoría

- Diana, por favor


- Ay, perdón, pero creo que quedamos en que celos por “mi socio” no

deben existir

- No es que tenga celos, pero estamos tú y yo aquí, los dos, nadie mas

- Tienes razón mi amor, discúlpame, no volverá a pasar…Y una pregunta

¿Cómo fue la situación sexual con tu esposa?

- La verdad es que no se si ella se daría cuenta porque por lo general


cuando lo hacíamos, llegábamos juntos y en ese caso no se notaba mi problema,
además ella no había tenido otro hombre más que yo y no tenía punto de
comparación

- ¿Es decir, que ella sólo tenía un orgasmo y mas nada?

- Así mismo era

- Qué mala cama era usted señor, me quedo totalmente impactada con lo
que me está diciendo, no parecen cosas suyas. Lo que no entiendo es cómo

llegaste hasta lo que eres ahora

- No sé, tal vez con los años, ese desenfreno en el sexo se me calmó y
como ahora soy más maduro o viejo, como me quieras decir, puedo aguantar y

disfrutar de una mejor manera, no como un adolecente

- Podrás ser un viejito, pero aguantas y me llenas completamente, desde

adentro hacia afuera…del corazón hacia afuera digo, no me vayas a mal interpretar

- Otra pregunta

- Házmela
- Según lo que supe, tú te llevabas mal con tu esposa antes de ella morirse
y mi pregunta es ¿Si tú duermes en la misma cama con esa persona con quien te

llevas mal, ustedes se acarician en algún momento, duermen abrazados?

- Si, pero se hace por costumbre, no por amor. Por eso los matrimonios
pueden durar muchos años como el mío, es cierto que la costumbre es más fuerte
que el amor. ¿Tú no sientes que estás acostumbrada a tu socio, más que sentir eso

que llaman amor?

- No

- ¿Cómo lo sabes?

- Por dos razones: primero porque a mi matrimonio no lo ha afectado la


costumbre y segundo porque a mí no me gusta dormir abrazada; tengo una cama
king size y a la hora de dormir cada uno agarra para su lado. No me gusta que se

muevan a mi lado y menos que me respiren encima

- ¿Y cómo voy a hacer yo cuando vivas conmigo?

- No tengo respuesta para eso porque no lo he pensado


Capítulo 6

Vacaciones familiares

Estas vacaciones iban a ser diferentes, no sólo porque Rubén me esperaría


al regreso sino porque Julio había escogido un bellísimo hotel para tratar de
reconquistar mis deseos hacia él y por primera vez hizo que las habitaciones de los
hijos quedaran lejos de la nuestra, estaba dispuesto a hacer lo que sea para que

yo volviera a ser la misma.

Y en realidad lo fui, bajo ese bello ambiente, comiendo mariscos todos los
días y yendo a la playa, tendría que ser de piedra para mantenerme indiferente

ante un esposo preocupado y detallista.

A quien se le hizo imposible probar bocado fue a Carolina, al principio


pensé que se había indigestado con algo, pero al ver que los días pasaban y ella
sólo empeoraba, comencé a temer lo peor y un día en que no pudo contener el
vómito con sólo entrar al restaurant, la agarré por el brazo y la llevé a su

habitación.

- Carolina, hija, no me digas que tú estás embarazada


El horror en sus ojos comprobó que no me equivocaba y mi reacción fue
llorar con tanto dolor que mi propia hija tuvo que consolarme como que era yo la

afectada

- Discúlpame mamá, por favor no te pongas así ¿Qué te pasa, mami? Ya

casi tengo veinticinco años, no soy una niña

Traté de recobrar la compostura y le pregunté:

- ¿Es del señor que te dejó?

- Si mamá, pero será sólo mío porque no pienso decirle nada

- Tendrás que decírselo mi amor, irremediablemente

La luna de miel llegaba a su fin para mí, mi querido Julio me esperaba


creyendo que tendría una tarde de pasión, pero al entrar a la habitación me

desplomé de nuevo en llanto

- Mi amor ¿Qué te pasó, por qué lloras?

- Tu hija está embarazada

Julio soltó una carcajada que me hizo parar de llorar

- ¿Y por eso estás llorando? No te conozco ¿Tú no eras la madre liberal y


comprensiva que decía que si tus hijas no conseguían marido, lo mejor era que
tuvieran un hijo porque ser madre es lo más maravilloso del mundo, que las
mujeres no deben morir sin haber parido, etc., etc., etc.…qué te pasa Diana? No te

conozco

- Ay, es que no me lo esperaba, no sé, tal vez lloro de alegría

- Pues entonces vayamos a buscar a nuestra hija y a darle un gran abrazo,


creo que ser abuelos va a ser lo más maravilloso que nos pasará después de haber
tenido a nuestros hijos.
Ni Julio ni nadie podría comprender por lo que yo estaba pasando, después
de haber estado de nuevo con Rubén le había vuelto el oxígeno a mi cuerpo y el
alma a mi corazón…y ahora esto, un hijo de Rubén con Carolina…pero como antes
que nada soy madre, decidí controlarme y prestarle a mi hija todo el apoyo que

necesitaba en este momento.

- Discúlpame mi chiquita, no era mi intención reaccionar así, lo más lindo de


la vida es poder ser madre, siempre te lo he dicho y a pesar de la sorpresa me
siento muy feliz de que tengas tu propio bebé; estoy segura de que ese hombre,
así como te dejó de buena manera, también responderá por ese ser que llevas en

tu vientre.

- Aun no sé si le diré

- Pues sí que se lo dirás, los niños no tienen la culpa de los errores de los
padres y tienen derecho a disfrutar de ambos, independientemente de la relación

de ellos

- Tienes razón, estoy segura de que Rubén no se negará a responder por su


hijo, pero yo jamás me casaré con él ni interferiré en la relación que tiene con ese

viejo amor

- ¿Rubén?- preguntó Julio- ése es el mismo nombre del “amiguito” de la

infancia de tu mamá

- Es sólo un nombre mi amor

- Bueno, habrá que conocer al caballero, más temprano que tarde

Julio siempre había sentido celos de Rubén, para él nunca el mejor amigo
de una mujer podía ser un hombre y menos de una mujer como yo, según él, tan
bella, culta y sofisticada. Y en este caso tenía razón, el tsunami que se me venía

encima, era más potente de lo que mi hija pensaba que le estaba ocurriendo.
Terminó la semana y nos tocó regresar; en el camino casi no articulé
palabra, pensando si yo me adelantaba a la noticia o dejaría a mi hija tomar la
iniciativa. Eso tenía que ser lo más rápido posible porque Rubén esperaba mi
regreso con ansias, pero yo, por supuesto, que no seguiría viéndolo hasta que él

me buscara para hablar del embarazo.

Para mi sorpresa Carolina lo llamó por teléfono la misma noche en que


llegamos porque a las 6:00 de la mañana ya yo tenía un mensaje de Rubén
pidiéndome una reunión con urgencia. Nos citamos en nuestra pastelería de
costumbre y al ver su cara no sé si sentí compasión por él, más que por mí

- Por la manera como me miras supongo que ya sabes de qué vamos a


hablar ¿Verdad?
- Sí, mi hija no paró de vomitar en toda la semana
- Creo que está demás decirte que yo jamás abandonaría a un hijo y que
todo lo que necesite se lo daré
- No esperaba menos de ti, supongo que se lo dijiste a Carolina
- Sí, pero también le dije que no me casaría con ella
- Ni ella se quiere casar contigo
- Todo esto es tan complicado Diana ¿Qué vamos a hacer ahora, diremos
que soy tu amigo?
- Noooo
- Tarde o temprano eso se sabrá Diana, acuérdate que yo tengo hijas y
que aunque al principio ellas se van a molestar, a echar sapos y culebras
por la boca, querrán en algún momento conocer a su hermano o
hermana y tú eres la abuela
- Pero no tenemos por qué coincidir
- Aja, solamente en el día en que nazca, en el bautizo, los cumpleaños….
- Dios, tienes razón, no había pensado en eso. Se supone que pronto
Carolina te llevará a la casa y ahí, ¡SORPRESA! no tengo que ser yo el
amor de antaño que reapareció en tu vida
- Pero lo eres y siempre lo serás, para mí este hijo no significara tanto
como tal sino el hecho de ser tu nieto, eso es lo más maravilloso que me
ha podido pasar en mi vida, aparte de tenerte; que bello vínculo de la
sangre, como si fuese hijo tuyo y mío
- Yo lo amaré el doble y de manera especial por venir de ti y no sólo de

mi hija, aunque en el fondo eso me traerá siempre algo de dolor

Dos semanas más tarde Carolina programó una cena para presentar al
padre de su futuro hijo; Rubén, visiblemente nervioso, entró en la casa de Diana y

Julio

- Oh, no Rubén
- Mamá, por favor, no seas maleducada ¿Qué manera es esa de recibir al
padre de mi hijo?
- Hija mía, yo conozco al padre de tu hijo desde que estaba en la barriga
de mi madre
- Ah, sí, pocas veces lo vi, la última ve en el matrimonio de su hija, el mejor

amigo de tu mamá

Rubén y yo nos dimos un suave beso en la mejilla y nos abrazamos como si

hubiésemos tenido años sin vernos

- ¿Y por qué yo no conocía a tu “mejor amigo” mami?


- Porque cada uno se casó y perdimos el contacto. Como dijo tu papá,
nos invitó a la boda de su hija, pero después de ahí no hubo más
comunicación.
- Así es Carolina, cuando ambas partes no colaboran para mantener una
relación de por vida, es difícil que esa relación continúe como era en
antaño
- Bueno, por lo visto todo como que va a quedar como “en familia”
porque supongo que ustedes eran como hermanos

Julio me miró esperando que mis ojos dijeran lo mismo que mi boca al
afirmar lo que mi hija me preguntaba, pero él me conocía demasiado y no podía
mentirle. Él no dijo una sola palabra en toda la velada así como Rubén tampoco,
solamente nos aseguró que a su hijo no le iba a faltar nada ni en el aspecto

económico ni afectivo.

Además se disculpó por el hecho de haberse involucrado con nuestra hija y


nos aseguró que aunque nos pareciera difícil, ya Carolina para él no sería sino una
hija mas. Carolina lo miró muy ofendida, apartó el plato de comida, vomitó y salió

corriendo, herida en sus sentimientos.

Rubén me miró y yo le dije:

- No has debido decir eso, aunque ella sea mi hija, también es mujer y
además está embarazada, creo que sólo el tiempo nos hará
acostumbrarnos a todo este lío de relaciones disparejas para poder
compartir en armonía. Te sugiero que te mantengas lejos hasta que la
tormenta se calme, yo me encargaré de informarte de lo que suceda con
su bebé

- Su bebé y el mío Diana

Julio se levantó de la mesa y dijo:

- Con permiso, voy a consolar a mi hija


Nos quedamos solos y lo único que hicimos fue mirarnos, hasta que Rubén

rompió el hielo

- ¿Y dónde está el resto de tus hijos?


- Son tres mas y no viven en el país, están terminando sus estudios afuera,
además, ya no hay más peligro, son tres varones

- Gracias por la aclaratoria mi amor

Miré a Rubén como queriendo darle una bofetada, pero él sólo respondió a
mi mirada con un gesto dulce y enamorado, como siempre. Le ofrecí un café, pero

no aceptó

- Prefiero irme y no alargar este martirio que siento aquí en tu hogar, ha


sido muy duro verte con tu marido y darme cuenta de cuánto te ama

- Y yo a él Rubén

Sentí que mi corazón iba a explotar de tristeza y no pude evitar que algunas

lágrimas se me salieran, todo era tan absurdo, tan grotesco

- No sufras mas, ya llegará el momento de que nos “acostumbremos” a

esta cosa rara que estamos viviendo hoy

Lo acompañé a la puerta y nos dimos sólo un beso de despedida, un simple


beso en la mejilla. Al subir a mi habitación estaba Julio ya en la cama con cara de
perro rabioso y seguramente dispuesto a interrogarme como si viviéramos en

tiempos de la inquisición.

- Ahora nos toca hablar a ti y a mi


- ¿De qué quieres hablar?
- Es obvio que el señor ese está enamoradísimo de ti
- Por favor Julio, qué tonterías dices
- Yo no soy ciego Diana, eso se nota a leguas ¿Tú tuviste algo con ese
hombre antes de conocernos?
- Pero qué problema con los machistas que no entienden que entre un
hombre y una mujer puede haber una amistad o una hermandad
- Pues eso no es lo que yo le vi a él hacia ti y menos en la boda de su hija
- Ok, digamos que tienes razón y que eso es así… ¿Qué culpa tengo yo si
él estuvo o está enamorado de mi?
- No quiero a ese hombre aquí en mi casa mas nunca
- Nunca digas nunca Julio, él es el padre de tu nieto y seguramente en

más de un millón de oportunidades te lo vas a conseguir

Julio se levantó de la cama y bajó las escaleras, yo me sentí bien de que lo


hiciera porque necesitaba estar sola, al menos un rato. Los recuerdos iban y venían
con una extraña sensación de incredulidad en lo que me estaba sucediendo. Los
amo tanto a los dos que no se qué va a ser de mi vida cada vez que tenga en

frente a Rubén cuando visite a su hijo.

Capítulo 7

El Ginecólogo

Pasaron tres meses, ya la barriga de Carolina se notaba, grande y redonda,


todos decían que era una niña. Rubén y yo habíamos asistido a cada consulta
médica, sólo Julio se negaba a compartir ese momento con el que consideraba un

hombre hipócrita y aprovechador.

Rubén y yo mirábamos al bebé con tanto amor que sin darnos cuenta
desviábamos nuestras miradas a la misma vez para a través de nuestros ojos
decirnos el uno al otro lo felices que nos sentíamos al tener un ser en común para

seguirlo amando hasta la eternidad, como nosotros sabíamos que nos amaríamos.

También notamos que el ginecólogo de Carolina tenía un trato muy


cercano a ella y que algo podría estar sucediendo entre ellos, pero no quisimos

hablar al respecto, sólo yo cometí la imprudencia de preguntarle si estaba casado

- No señora Diana, aun no me he casado, estoy esperando que una

persona como Carolina se me atraviese en el camino

Pero unos días antes del parto no hubo más dudas al respecto, Carolina y
Javier, el ginecólogo, confesaron su mutuo amor y hasta sugirieron educar al bebé

haciéndole creer que Rubén era su abuelo

- No Carolina, ni Rubén ni yo vamos a permitir esa barbaridad

Rubén se mantenía callado, pensativo, entendiendo lo que esos dos jóvenes


sentían el uno por el otro y la necesidad de comenzar una nueva vida con un hijo

“de los dos”

- Esto que proponen me parece algo descabellado y absurdo, no sabemos


si lo de ustedes será para toda la vida o si se trata de algo pasajero e
inmiscuir a un ser tan inocente y pequeño en una mentira, me parece
algo inhumano, pero…si bien pienso todo eso que les digo, tampoco
puedo negar el hecho de que le llevo más de sesenta años a ese bebé y
que no podrá disfrutar de mi el tiempo que un hombre más joven que
yo si lo hará
- ¡Rubén!
- Déjame terminar Diana, por favor
- No estoy de acuerdo con la mentira, pero si con que ustedes dos lo
presenten como su hijo, pero decirle a él que eso fue sólo algo legal,
que yo soy su verdadero padre y siempre estaré a su lado y será normal

para él tener dos papás

Carolina y yo nos echamos a llorar, Rubén estaba desprendiéndose de una


situación legal para que mi hija y ese muchacho comenzaran su vida como una
pareja normal y con un hijo propio, lo cual me pareció una decisión perfecta y un

gesto demasiado noble por parte de Rubén.

Los dos lo abrazaron y él les prometió no interferir en su manera de


educarlo porque consideraba que su época era otra y que lo mejor era hacerlo a

la manera actual.

- Yo estaré siempre para lo que me necesiten y los apoyaré en todo


- Ahora si acepto que me quieras como una hija Rubén. Eres maravilloso y

jamás olvidaré este gesto tan bello y noble de tu parte

Esa tarde, decidieron casarse antes del parto y hacer una reunión muy
íntima para que el bebé naciera bajo el techo de un hogar con madre y padre, no

en casa de sus abuelos.

Rubén y yo nos reunimos en nuestro restaurant favorito y compartimos un


momento especial sin hacer nada, sólo mirándonos y besándonos con los ojos,
acariciándonos con sonrisas, como un amor platónico que no se hará realidad de

nuevo

- Quise que viniéramos acá para agradecerte en privado todo lo que has
hecho hoy, no esperaba que tú aceptaras algo así, pero al final creo que
ha sido lo mejor. Estoy casi segura de que Julio sentirá lo mismo y que
de ahora en adelante las cosas serán más fáciles para todos, en especial
para mi hija, quien merece ser feliz después de lo que tuvo que pasar
- Lo hice por el bien de Carolina, desde que supe que era tu hija mi
manera de verla cambió porque yo jamás podría sentir a un hijo tuyo de
otra forma que no fuese como mío y espero que de ahora en adelante,
ella sienta lo mismo con respecto a mí.
- Eres demasiado especial y por eso te quiero tanto
- Pero no me amas

- Si te amo Rubén y tú lo sabes aunque lo nuestro siga siendo imposible

Me fui a la casa a hablar con Julio, él se negaba a reunirse con Rubén, así
que yo tenía que informarle de todo lo que sucedía con respecto al embarazo o a

cualquier cosa que se hablara con respecto al bebé.

- Pues te cuento: entre tu hija, su novio y Rubén, han tomado dos


decisiones
- Ah, si ¿Y cuáles son?
- La parejita se casará la semana que viene y el bebé será presentado

como hijo de ambos

Julio peló sus ojos de una manera que parecía que se iba a salir de las
órbitas y con un aire de incredulidad preguntó:

-¿Y qué disparate es ese?

- Eso mismo pensé yo, pero Rubén lo aceptó con la condición de que

siempre le dijeran al bebé que él es su papá y que lo dejen estar cerca

- Bueno, en el fondo no está del todo mal la decisión, al final él terminará

siendo una especie de abuelo y nada más

- Si pienso que será así


Capítulo 8

Boda y alumbramiento

El día de la boda fue un momento muy íntimo, sin la presencia de Rubén; el


chofer de Javier trajo a la casa un bellísimo y elegante vestido para Carolina con
zapatos y accesorios de diamantes legítimos, según constaba en un papel que

venía dentro de la caja donde había unos bellos aretes, collar y pulsera

- Hijita, pero este hombre debe ser un médico demasiado importante


porque nadie regala diamantes así no mas
- Si mamá, Rubén también es un hombre muy importante, con dinero y
decidió ofrecerme el médico que cobra más caro en todo el país, por
suerte él se enamoró de mi y ya no hay necesidad de pagarle la

consulta

Hija yo creo que esto de la boda es algo muy apresurado, tú ni siquiera

conoces a este doctor, llevan sólo cinco meses de relación

- ¿Mamá cuánto tiempo estuviste tú de novia con papi?


- Seis meses hija

- La historia se repite…qué lástima

Pero el asombro crecería al día siguiente cuando entramos en la casa de


Javier, una mansión de tres pisos, diez habitaciones y seis sirvientes dispuestos a
rendirnos honores con un gran banquete ubicado en una bella mesa para veinte

personas.

Julio y yo nos mirábamos las caras asombrados ante tanto lujo y pensando

que nuestra hija había tenido mucha suerte en encontrar a alguien así

- Ojalá que todo el dinero que tiene este hombre sea poco comparado
con sus sentimientos
- Eso se le ve a leguas mi amor, nada mas el hecho de la bella profesión
que tiene dice mucho de él
- Las apariencias engañan vida mía
- Por Dios, no seas pájaro de mal agüero

La pequeña, pero lujosa recepción fue muy linda y divertida, a pesar de que
éramos pocas persona y no nos conocíamos entre si; la familia de Javier era muy
agradable y nos hicieron pasar una velada especial e inolvidable. Bailamos,
cantamos con un karaoke y nos mareamos por culpa del sirviente quien vertió en
nuestras copas un exquisito champan durante toda la noche.
Deseaba que Rubén hubiese estado ahí, pero la razón para no invitarlo fue
por no incomodar a Julio quien no daba su brazo a torcer con respecto a su
presencia como alguien más de la familia. Y en parte estaba bien porque yo no iba
a poder bailar con él ni pegarme a su cuerpo al hacerlo, como las veces que

bailábamos.

Rubén, Rubén, Rubén, siempre Rubén, en mi almohada, en mis sueños, en


mis pensamientos y deseos, además ahora compartiendo conmigo un poquito de
sangre a través de mi nieto quien decidió nacer justamente cuando nos
despedíamos de la linda fiesta de bodas.

Eran las 3:00 de la madrugada y todos estábamos alegres y mareados, sólo


Javier se mantuvo sobrio, seguramente sabiendo lo que estaba por suceder. Le
mandé un mensaje a Rubén enseguida diciéndole que fuese directamente a la
clínica; ya Carolina se había mudado y sus pertenecías estaban en la nueva

habitación conyugal.

Cuando llegamos nos estaba esperando en la puerta de entrada, se veía tan


sereno y calmado como si no se trataba de su propio hijo. A pesar de la buena
noche, yo aun estaba muy elegante, maquillada, peinada y al verme no pudo
disimular su amor y admiración; por suerte Julio no estaba a mi lado sino de su hija
y muy nervioso porque ella gritaba cada vez que le venía una contracción. Yo me

sonreía, saludé a Rubén con un fuerte beso en la mejilla y le dije:

- La madre de tu hijo no se parece a mí, yo no supe lo que era gritar ni


llorar y jamás sentí tanto dolor

- Ay Rubén auxilio, que bueno que viniste- gritaba Carolina

Rubén se acercó al mismo tiempo que Julio se separaba para cederle el

lugar al lado de su hija

- Gracias Julio…mi pequeña, quédate tranquila que todo va a salir bien


La besó en la frente como un verdadero padre y la guió hasta una silla de
ruedas que él mismo había solicitado al llegar a la clínica. Yo me sentí tan feliz al
observar su actitud que las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, pero

esta vez de pura alegría.

Sé cómo miran los hombres a las mujeres y definitivamente, Rubén sólo


tenía ojos para mí porque con respecto a mi hija, ya se había convertido en todo

un padre.

En menos de cuatro horas nació su primogénito y dentro del quirófano,


Javier le hizo cortar el cordón umbilical y lo puso en sus brazos para que se lo

entregara a Carolina mientras él terminaba de atenderla.

Ya habían escogido el nombre que Rubén dijo y este decidió que sería
Aníbal, como su padre. Él tenía cinco hijas hembras y poder procrear, casi en el
ocaso de su vida, a un varón, no podía ser más que un milagro de su propio

padre.

Las hijas de Rubén no fueron informadas del nacimiento, él tomó la decisión


de esperar un tiempo y hablarles de eso cuando destetaran a Aníbal para poder

llevárselo.

- ¿No crees que tus hijas se van a molestar de no enterarse de que les
nació un hermano hoy?
- Para ellas va a ser un golpe duro y no sé qué actitud van a tomar, así
que prefiero que Carolina no esté en el momento en que ellas lo
conozcan porque no quiero que tu hija se sienta incómoda o molesta
- Tú siempre tan acertado en tus pensamientos y decisiones, realmente
me sorprendes
- Ojalá hubiese tenido la experiencia y la claridad de pensamiento para no

haberte dejado ir de mi lado


Me levanté, lo dejé con el resto de las palabras en su boca y me fui a sentar
con Julio. No podía permitirle que en los pocos momentos a solas insistiera en

hablar de una relación que ya no existiría más.

Capítulo 9

La novicia rebelde

De regreso a la mansión de Javier, Carolina me pidió que la acompañara


algunos días y dispusieron de una linda habitación para que Julio y yo nos
quedáramos el tiempo que quisiéramos. Esto fue como haber estado en un hotel
cinco estrellas, así que a pesar de que nos trasnochábamos por ayudar a cuidar a
nuestro nieto, estábamos tan felices que esos días se convirtieron en una luna de
miel.
Javier era ese tipo de persona amable y atenta que hacía que sus invitados
se sintieran como en su propia y a pesar de tener varios sirvientes, él mismo
entraba en su cocina a tomar lo que deseaba, a conversar con nosotros y hasta a
reunirse con sus mejores amigos a disfrutar de esos pequeños, pero grandes

momentos de la vida.

Realmente parecía el padre de Aníbal porque aunque salía muy temprano a


trabajar, trataba de estar a la hora del almuerzo y regresaba temprano en la tarde;
él no permitía que nadie tocara a “su primer hijo” mientras él pudiera atenderlo,
hasta lo cargaba mientras comía para que su bebé lo acompañara.

- Yo estoy convencido de que el tiempo que se le dedica a un hijo o a


cualquier otro ser querido, debe ser de “calidad” no de “cantidad”
porque de nada vale que yo esté aquí todo el día y que me encierre en
mi habitación a dormir o ver la televisión; el poco tiempo que paso en mi
hogar quiero dar lo mejor de mí para que eso le quede a mi familia,

aunque tenga que ausentarme por muchas horas y a veces algunos días

Según nos había contado, sus padres habían muerto cuando él era un
adolescente y tal vez por esto, desarrolló una relación muy especial con nosotros,
la cual se fue haciendo recíproca gracias a esos lindos detalles con los cuales nos
llenó y sus buenas acciones. Hasta nos propuso vivir en su casa, pero nosotros le
respondimos que “el casado casa quiere” y que a nuestro parecer los hijos
deben encargarse de sus vidas y no tener a los padres a su lado y usarlos como

muleta.

- Carolina ha sido criada con mucho amor por ser la menor y la única niña
de la casa, pero a pesar de eso no quisimos que estuviese detrás de mi
falda como una indefensa. Jamás he estado de acuerdo con que los hijos
deben nacer para cuidar de los padres, sino para ser felices y vivir la vida
de la mejor manera, a su manera, no de nosotros.
- Pero fue una gran suerte que los tuviera a ustedes a su lado señora
Diana, es muy duro crecer sin padres y tener que abrirse un camino solo.
Todo lo que tengo se lo debo a lo mucho que trabajo, pero fueron mis
padres quienes me inculcaron el amor a la medicina.
- Bueno, hasta ahora vamos conociendo algo de ti, el tiempo ha pasado
muy rápido y no habíamos podido conversar como a Diana y a mí nos
gusta, en familia y en la mesa. Sólo espero que ustedes continúen con
esa linda costumbre de hacer las comidas juntos la mayor cantidad de
veces, porque eso es algo que une mucho a la familia. Yo hasta ahora
sigo trabajando, pero no dejo de ir a la casa a almorzar, es una
necesidad y una alegría que he experimentado desde que mis padres
me lo enseñaron.
- Trataré en lo posible de hacerlo señor Julio; mi profesión, aunque bonita,
es a veces muy sacrificada, pero pienso igual que usted; yo comienzo a
dar mis consultas a las 7:00 de la mañana y paro a la 1:00 para almorzar
en mi casa y regresar a las 3:00. pero cuando a los bebés les da por
nacer, ellos son unos verdugos, no respetan ni desayuno, ni almuerzo ni
cena y menos mi sueño. Ya le advertí a su hija que esto también es en

Navidad, fin de año, cumpleaños y días de fiestas patrias.

Siempre he tratado de organizarme cuando no tengo pacientes por dar a


luz, ahí tomo vacaciones, aunque sean cortas porque no todo en la vida es
trabajar…aunque siento que mi trabajo es un hobby y me llena mucho ser el

primero en ver cuando nace a un bebé.

Todos nos quedamos mudos para escuchar las palabras de Javier y darnos
cuenta de que, definitivamente, todo el dinero que poseía era poco comparado
con los bellos sentimientos que lo definían. Carolina, visiblemente enamorada de
su personalidad y su nobleza, parecía que levitaba al verlo, escucharlo y a mí me
hacía muy feliz que tan rápidamente, después de su decepción con Rubén,

consiguiera a alguien tan bueno y especial como su actual marido.

Quien menos tenía oportunidad de compartir con Javier era el propio


Rubén porque sólo nos acompañaba en casa cuando Julio y él trabajaban, decía
que mientras estaban ellos no hacía falta otro hombre y que él no quería ser
“uno más del montón”, entendía que no era santo de la devoción de Julio y que
Javier no se sentía del todo cómodo cuando estaba en su casa, como el verdadero

padre de su hijo.

- Es una lástima que no puedas compartir más con Javier, él es una


persona muy agradable, humana y Carolina está cada día más
enamorada y feliz. Yo tenía mis temores por el poco tiempo de
conocerse, pero ella tenía razón, Julio y yo nos casamos a los seis meses
de conocernos y todo resultó perfecto
- Ni tan perfecto porque los mejores besos que has tenido en tu boca te
los he dado yo

- Jajajaja, Conejo ¿Qué te puedo decir que ya tú no sepas?

Carolina comenzó a reírse a carcajadas detrás de nosotros y preguntó:

- ¿Cómo le dijiste a Rubén…conejo? Jajajajajaja

- Si, pero cuidado si le dices eso a tu papá, ya sabes que él está empeñado
en adjudicarnos un noviazgo y se moriría de los celos si sabe que yo le digo
conejo

- ¿Pero por qué le dices así?

- Te lo explico- le dijo Rubén- desde que tu madre tenía como diez años
soñaba con tener hijos y yo le empecé a decir coneja porque me la imaginaba con

muchos conejitos y siendo muy buena madre


- Entonces quien en realidad es la coneja es mi mami y no

tú…Jajajajajaja…que cómico, de las cosas que una se entera

- Te repito Carolina, cuidado con algún comentario a tu papá, no me quiero


aguantar su reclamo día y noche ni verlo matar a todo conejo que se le atraviese

en su camino

- Tranquila mami, pero no tendré la culpa de reírme cuando esté comiendo

zanahorias

Se hizo una pausa mientras los tres tomábamos un té y comíamos unas

galletas de merienda; de repente Carolina nos sorprendió con su pregunta

-Mamá, Rubén ¿De verdad ustedes, durante tantos años de amistad jamás

se enamoraron ni inventaron algo cuando eran adolescentes?

Yo casi me ahogaba con el té y Rubén se puso rojo como un tomate

- Jajajajajaja, por el color de Rubén y tu manera de tragar el té, como que


la respuesta es SÌ
- Por favor Carolina, no te pongas como tu papá. Yo no digo que dos
amigos no puedan llegar a enamorarse, pero yo sentía a Rubén como
un hermano y mi mamá siempre me decía que yo no debía tener un
sólo hombre porque debía conocer y experimentar…
- …Para escoger el mejor y eso fue lo que hiciste- completó Carolina
- Pues esa te la sabes de memoria porque siempre te lo he dicho y por
eso nunca impedí que tuvieras todas las conquistas que se te acercaron
- Pero de nada me sirvió, al final metí la pata con Rubén
- Pero terminaste casándote con “el mejor”
- ¡Perfecto! y muchas gracias por lo que me toca: cuando era adolescente
no podía ser el único novio de tu mamá porque ella tenía que buscar al
“mejor” y tampoco pude quedarme contigo porque tú ya conseguiste
al “mejor”
- No Rubén, no es así, tú me dijiste que terminaste conmigo por tu novia
de antes que volvió a aparecer…por cierto ¿Dónde está ella? Aun no nos
las has presentado
- Prefiero mantenerla en la intimidad, a estas alturas de mi vida no se si
puedo rehacer mi vida. Los viejos tenemos muchas mañanas y no
estamos capacitados para dejarlas a un lado por una pareja nueva
- Bueno, con el perdón de mi mamá, me parece que las mañas tuyas son

maravillosas

Mientras Rubén soltó una carcajada que despertó a Aníbal, yo arrugué mi


cara sintiéndome totalmente ofendida y celosa hasta más allá de mi amor por él,
pero como Carolina corrió a buscar al bebé, no me dio tiempo de reclamarle. Tal
vez si se jugaba con otro no le hubiese dado mayor importancia, pero cualquier

situación con respecto a Rubén me descontrolaba totalmente.

- La demostración de que también soy uno de los mejores me la acaba de


dar tu hija… ¿Te duele tanto que alguien de fe de lo bueno que soy?
- Yo nunca he dicho lo contrario Rubén
- Ay Diana, tan cerca y tan lejos que estamos, no sabes cuánto te necesito
- No quiero hablar al respecto, voy a ver al bebé
- Yo también mi amor

Esa tarde se nubló de repente y comenzó una tormenta, en muchas vías


cayeron árboles y hubo varios accidentes automovilísticos. Javier llegó temprano y
sugirió que Rubén se quedara porque la visibilidad era casi nula y Julio llamó para

avisar que se quedaría en casa esa noche.

La cara de felicidad de Rubén traspasaba las fronteras de la moralidad, él


pensaba que yo gatearía en la noche a su cama o que lo dejaría entrar en mi
habitación…por supuesto que no lo haría, pero si lo pensaba, nada era más

sensual para mí como una noche de lluvia torrencial y él lo sabía.

Todos nos reunimos a cenar a la luz de las velas porque el romanticismo de


Javier lo inspiró, debido también a la tormenta. Sin ningún pudor nos informó que
su ama de llaves se encargaría del bebé para él poder disfrutar de esta noche tan

especial.

- No hace falta querido yerno, ¿Para qué estamos Rubén y yo?

- Para disfrutar también de la noche señora Diana

Al ver la cara de furia que puse, él rectificó

- Disculpe el mal entendido querida suegra, lo que pasa es que di


instrucciones de proyectar una película para usted y el señor Rubén en la
pequeña sala de cine que tenemos en el sótano de la casa. Quiero que
ustedes vivan la experiencia y disfruten de la última tecnología y con un
film que seguramente disfrutarán, La Novicia Rebelde
- Oh Dios, no puede ser, me imagino que mi hija te dijo que es mi favorita
- Sí y también que usted en algún momento de la vida quiso ser monja
- Jajajajajaja, pues de eso si es verdad que estás muy mal informado y de
testigo tengo a Rubén, él sabe que desde los diez años yo soñaba con

ser madre

Yo me preguntaba si Javier también se había dado cuenta de lo que existía


entre Rubén y yo, porque fue muy directa esa indirecta de decirnos que nosotros

también “disfrutaríamos de la noche”

Al terminar la cena cada quien subió a su habitación y Rubén consiguió un


cómodo conjunto deportivo para ir a la sala de cine y un pijama para pasar la
noche, aparte de otra ropa para el día siguiente. Estar en casa de Javier era como
haber alquilado una lujosa habitación en el hotel más lujoso de la ciudad en donde

todas las necesidades y gustos eran complacidos a cabalidad.

Capítulo 10

Amor en el sótano

A las 8:00 de la noche quedé con Rubén en encontrarnos para ver la


película y cuando vi lo elegante y lindo que se veía con su traje deportivo, casi me
ahogué de la emoción. Él nunca había dejado de hacer ejercicios ni de levantar
pesas para mantenerse en forma, por eso no era nada raro que las mujeres más

jóvenes se fijaran en él.

Yo también me conservaba y me cuidaba, por eso seguía siendo codiciada


tanto por Julio como por Rubén. Tal vez no me hubiese atrevido a meterme en la
habitación que le habían ofrecido esta noche y menos lo hubiese dejado entrar en
donde yo estaba, pero ese compartir en el sótano y viendo una película tan
especial y romántica para mi, era un momento que se podía escapar de las
manos…y los dos lo sabíamos…o lo soñábamos…

Yo me había puesto un vestido de algodón azul claro que resaltaba mis


curvas y unas sandalias blancas que dejaban ver los pies que tanto le gustaban a
Rubén

- Estás espectacularmente bella mi adorada Diana, me dijo al oído antes

de darme un suave, pero erótico beso en el cuello

Me estremecí, temblé de deseo y amor, pero traté de mantener la


compostura, no podía darle señales de lo que estaba sintiendo, aunque él me

conocía demasiado como para no notar mi emoción a flor de piel.

Colocó la película en el Blu Ray y me sirvió una copa de champaña que


habían dejado para nuestro deleite mientras disfrutábamos de la función. Además,
como si estuviésemos realmente en el cine, disponíamos de una bandeja llena de
golosinas, nueces, una pequeña máquina de palomitas de maíz y varios tipos de
bebidas, a parte de la champaña, pero sabía que la idea de tomar ésta, era la
mejor para relajarnos un poco, calmar la tensión y la gran emoción de estar solos

en ese sótano, sabiendo que nadie nos interrumpiría.

Pero estaba equivocada, sonó un teléfono que ahí estaba y al contestar era
la voz de mi marido
- Hola mi rey amado, ¿Cómo llegaste a la casa?

- Bien, pero fue buena la idea de quedarme esta noche aquí porque la lluvia
era tan fuerte que no podía casi manejar, por poco me tocaba quedarme a dormir

en el trabajo

- ¿Y cómo estás tú mi amor?

- Bien, bien. Javier tuvo la amabilidad de conseguirme la película de La

Novicia Rebelde y la voy a comenzar a ver en un Blu Ray que está aquí

- Ah, qué bueno mi reina, lástima que no pueda acompañarte, se cómo te


pones cuando hay una tormenta como la de esta noche

- Bueno, mi amor, ya habrá tiempo para eso

- Siempre mi reina, que disfrutes la película, una vez más, y que duermas

rico después

- Igual tú mi amor, arrópate bien. Buenas noches

Cuando colgué Rubén se me acercó, me abrazó, me dio un profundo beso

en la boca y me dijo:

- Sólo te faltó darle esto, pero como él no está te lo doy yo


- No vuelvas hacerlo
- Jajajaja, agradécemelo, estoy seguro de que con esta tormenta te harán

falta muchos más iguales o peores

Me sonreí resignada a dejarme conquistar por el resto de la velada, segura


de que si ponía resistencia se echaría a perder el encanto que había ocurrido

desde que cenamos juntos a la luz de las velas.

Carolina entró, después de tocar la puerta para asegurarse de que


estábamos cómodos y para despedirse
- ¿Cómo va todo por aquí? Pensé que ya estaban disfrutando la película

- Es que tu papá acaba de llamar, pero ya nos disponíamos a verla

- Perfecto, pórtense bien conejos, nos vemos mañana temprano, Javier irá a

trabajar pero desayunaremos con ustedes antes

-Muy bien hijita, que Dios te bendiga

Al salir apagó la luz, Rubén prendió el Blu Ray y con la copa alzada me dijo

- ¡Salud!
- Yo le respondí lo mismo y comenzamos a ver la película mientras
tomábamos poco a poco la champaña y disfrutábamos de las

golosinas…yo comía chocolate, por supuesto…

Algunos minutos pasaron y Rubén tomó mi mano, la besó, la acarició y


cuando las escenas lo ameritaban, también se acercaba a mi boca y la besaba. Me
servía más champaña, me daba más chocolates y continuaba con mi mano
entrelazada con la suya. Yo también besaba sus bellas manos y las disfrutaba al
máximo.

No esperaba a que mi copa estuviera vacía para volver a servirme y como


yo estaba concentrada en la película, no notaba que en poco tiempo me había
tomado casi cuatro copas.

Rubén sabía bien lo que hacía, La Novicia Rebelde no era de sus películas
favoritas y la trama no le interesaba en lo absoluto; él estaba allí para atenderme
como si fuese mi esclavo y para darme champaña hasta el punto de que mi

voluntad estuviera totalmente supeditada a sus deseos.

Yo me sentía totalmente feliz y relajada, él ya no me estaba agarrando de la


mano sino abrazándome: acariciaba mi hombro, bajaba a uno de mis pechos,
tocaba mi pezón y volvía a subir al hombro en un juego de seducción

“inocente” al cual yo estaba entregada.

Quería dejarlo llegar a todos lados, que hiciera realidad todas sus fantasías
en esa oscuridad de la sala, pero con el brillo de nuestro amor iluminándolo todo.
Me besaba una y otra vez, todo perfectamente calculado. Un beso de un minuto,
otro de dos, otro de tres; todos perfectamente cronometrados para hacer subir mi

temperatura poco a poco.

A estas alturas me era difícil concentrarme en la película porque entre el


alcohol del champan, las caricias y los besos, todo se estaba borrando ante mis
ojos y sólo quería cerrarlos para sentir cada dedo, cada caricia que Rubén me

daba.

Metió su mano de repente por debajo de mi vestido y al notar que yo


estaba muy húmeda, me comenzó a acariciar el clítoris, mientras me besaba y
acariciaba mi cabello con la otra mano. Yo le tocaba la espalda por debajo de la
ropa y me derretía de deseo y amor por él.

Hizo una pausa, cerró la puerta con llave, regresó y se colocó frente a mi,
me quitó el vestido, el brassier y comenzó a chupar mis senos de tal manera que
me retorcía de placer. Yo le quité la franela y él se bajó los pantalones, me quitó
también el bikini que llevaba y se acostó en el mueble para que me pusiera

encima de él.

Y así lo hice mientras cabalgaba sobre su pene. Me chupaba de nuevo los

senos para que acabara y acariciaba mi pequeña cintura y mis caderas.

- Eres divina, eres una diosa, mi diosa del sexo y el amor


- Tú también y te deseo como nunca, eres el hombre más divino sobre la
tierra mi Rubén amado
Capítulo 11

Celos después de la tormenta

Al día siguiente me presenté en el comedor y Julio estaba esperando, Rubén

apareció enseguida y se sorprendió al verlo

- Buenos días, dijo Rubén también impactado por la presencia de Julio- le


dio un beso a Carolina, otro a mí y la mano a Julio y a Javier
- Parece que la tormenta unió a la familia

- Sí, yo mismo le sugerí al señor Rubén que se quedara porque iba a ser

muy peligroso el regreso

- Cosa que te agradezco porque estuvo muy buena la cena, la

conversación, la película y la estadía

- Ah, tú también viste la película

- Sí, sí, estuvo maravillosa, recordé mi adolescencia cuando Diana me

obligaba a llevarla al cine a verla un ay otra vez

- Bueno, para eso están los amigos, sabes que no me gusta ir al cine sola

La cara de Julio era un poema de despecho, yo no quería que siguiéramos


hablando acerca del tema porque si él se enteraba de que estuvimos solos en el

sótano, se pondría complicar la situación

- ¿Y cómo pasó la noche mi queridísimo Aníbal?

- Muy bien mami, durmió bastante y nos dejó descansar, estuvo con el ama
de llaves hasta las 11:00 y me lo traje a la habitación porque no quería que

se quedara toda la noche afuera

- ¿Con el ama de llaves?- preguntó Julio

- Sí papi, decidimos despejarnos anoche y la señora Ramírez nos ayudó,


mami necesitaba algo de descanso porque ha consentido mucho a Aníbal y

ya le está doliendo la espalda de tanto cargarlo

- Jajajaja, la abuelita alcahueta en acción, se ve que no es la mamá porque a


mí me prohibía que cargara a mis hijos más de diez minutos para que no se
mal acostumbraran, porque yo me iba al trabajo y ella no tenía tiempo de
seguir cargando a los bebés todo el tiempo. Por eso dicen que los abuelos

sólo estamos para amar y consentir, no para educar

- Así es, y como no estamos seguros cuándo vendrán más nietos,

disfrutaremos de éste al máximo

Rubén comió muy rápido y se disculpó con la excusa de que debía trabajar,
pero yo estaba segura de que esta reunión familiar, al lado de Julio, lo ponían muy
celoso, mas aun porque mi querido esposo me tocaba las manos, me daba besitos

en la mejilla y era más cariñoso de lo normal, debido a su presencia.

Después de una noche tan extremadamente especial con él, hasta a mí se


me hacía difícil recibir las atenciones de mi esposo, podía entender a Rubén y lo

compadecía

Esa noche tuve que complacer a Julio también y me sentía tan cansada que
me preguntaba a mi misma cómo una mujer de casi sesenta años podía estar con

dos hombres y en un mismo día…definitivamente, el amor hace milagros.

Ya no me sentía culpable ni pecadora, lo sagrado que llevaba en mi corazón


nada tenía que ver con moral o inmoral, eso es lo que siente o cree la gente de
situaciones así. Hacer el amor es eso, EL AMOR, no sólo disfrutar. Dios nos dio el
sexo y si eso es delicioso, para mi es el perfecto complemento para terminar una

velada de besos y caricias, es el clímax del perfecto amor, no sólo de la pasión.

Los días se fueron muy rápido, ya había pasado un mes y quería regresar a
mi casa y trabajar, había tomado mis vacaciones para cuidar a mi nieto, pero la
realidad volvía a mi vida. No más Rubén todos los días ni lujos en la casa de mi

yerno.

Dejaba a Carolina en buenas manos y quedaba yo en las de mi esposo, en


su cuerpo, en nuestra cotidianidad y responsabilidades con respecto el uno al otro.
No sé qué iba a pasar de ahora en adelante con Rubén, no habíamos hablado al

respecto, pero sentía que las cosas no iban quedar ahí.

Cada encuentro con él era una hora más de vida para mí, de oxígeno, de
alegría, de felicidad; los momentos a su lado eran un brillo de sol y el aroma de
flores en mi cuerpo. Cuando veía sus ojos no había más nada en mi vida sino él y

todo lo maravilloso que podía sentir a su lado.

Julio era mi estabilidad, mi compañía diaria en las buenas y las malas, la


pareja perfecta que conocía y respetaba todas mis mañas y defectos, el padre de
mis hijos y tantas cosas más. Pero tal parece que en esa “falta de perfección”
siempre hay algo que necesitamos y lo que yo necesitaba de Rubén eran sus ojos,

sus besos, su manera de amarme y de hacerme sentir una adolescente.

No sé cuánto duraría esa locura de estar entre dos hombres, pero me sentía
segura de que nunca dejaría a mi amado esposo porque él no lo merecía.
Nosotros teníamos un hogar estable y una vida en paz como muy pocas parejas
que viven como perros y gatos. Siempre fue así, nunca nos gustó discutir y el día
que lo hicimos fue por cualquier tontería de la que no estábamos de acuerdo y

eso acababa rápido.

Al llegar a casa me sentía algo extraña, todo tan vacío y tan sencillo en
comparación a la mansión, pero yo era una simple maestra y mi esposo ingeniero,
no teníamos muchos lujos pero si vivíamos con comodidad y éramos felices. Mi
hija y yo compartíamos el sueño de hospedarnos en el hotel Burj Al Arab de
Dubái, pero sólo exhibíamos en mi sala un pequeño adorno que mi hermano nos

había traído de allá, porque yo le pedí que me trajera una habitación.

Los sueños son sueños y se puede soñar lo imposible, como eso de


hospedarse en un hotel donde una noche puede costar desde 2500 dólares hasta
40 mil…pero no dejo de soñar porque el Burj Al Arab es de esas cosas
inalcanzables que no se olvidan, como me pasaba con Rubén…y lo logramos, estar
juntos y felices, aunque por ratos…y, claro…para esto no hizo falta dinero, sólo

amor.

Y aunque el matrimonio de mi hija y su esposo era todo un sueño, de la


noche a la mañana comenzó a quejarse de que su esposo se ausentaba por días y
que eso ocurría al menos una vez al mes, siempre alegando que tenía cursos y

eventos, a los cuales ella no podía acompañarlo.

- Hija, un hombre con tanto dinero debe trabajar más de la cuenta, ser
médico es una profesión en la que hay que actualizarse constantemente.
Debes tener paciencia y disfrutar la calidad de tiempo que te dé porque

se ve que no habrá cantidad

En toda esta soledad en la que se convirtió la vida de mi hija, encerrada con


su bebé entre esas cuatro paredes de su palacio, se que llamaba a Rubén
constantemente en busca de refugio y compañía, con la excusa de que la ayudara

con el bebé, a pesar de tener a su disposición una niñera.

Aunque Rubén ya no la trataba como “mujer”, Carolina no dejaba de


sentir esa atracción que la llevó a ser madre de su hijo y en medio de esos días de
soledad, ella hasta llegó a insinuarse, pero él fue totalmente claro y drástico en ese
sentido y le dijo:

- Carolina, yo te voy a decir algo que no te va gustar y eso tal vez hará
que quieras que yo me aleje, pero desde muy pequeño yo he querido a
tu mamá de una manera muy especial y cuando fue creciendo la

comencé a amar con todo mi corazón.

Tu papá tiene toda la razón en sentir celos de mi, como hombre se da


cuenta de la manera en que miro a tu madre y eso me va a mantener lejos de ti
por el resto de la vida y viéndote sólo como una “hija”
Lo que te voy a aclarar es que respeto a Diana y todo el amor que le tengo

me lo trago, pero si yo hubiese sabido que eras su hija jamás te hubiese tocado.

Eres una bellísima mujer en todos los aspectos y por eso me fijé en ti; pero
pasó y ya tú conseguiste a un buen hombre quien te ama mucho y por el hecho
de que él no esté o tú te sientas sola, no quiere decir que yo me voy a aprovechar

de eso…ni tú…

- Entiendo perfectamente lo que me dices, pero no concibo como una


persona puede apartarse así y no sentir nada mas por alguien a quien
sólo hace unos meses deseaba a morir
- No es que yo no te desee o no me gustes, ya te lo dije, eres bellísima en
todos los aspectos; si te sientes feliz y tranquila de que te diga que aun
te deseo, pues te lo digo, pero más pesa el amor de tu madre en mi
corazón que mi deseo por ti
- Qué bello eres, por eso siempre te tendré en mi corazón, a pesar de mi

esposo

Esa actitud de Carolina hizo que Rubén hablara conmigo y me aclarara lo

que estaba sucediendo para que en un futuro no hubiese problemas entre los dos

- Carolina está joven y esas ausencias de su esposo la tienen en


estado permanente de “necesidad” y yo no quiero seguir yendo allá
cuando ella esté sola, lo siento por el bebé, pero no voy a volver si tú no
estás presente
- Tienes toda la razón
- No le vayas a decir que te hablé de esto
- No, ¿Cómo crees? No quiero que mi hija te pierda la confianza o
que se dé cuenta que sí hay algo entre tú y yo
Capítulo 12
Persiguiendo al amor

Al llegar a mi primer día de trabajo, me conseguí con la linda y agradable


sorpresa de que Rubén traía a su nieto; me sonreí al verlo y le dije que me
quedaba totalmente anonadada al darme cuenta de lo buen abuelo que era
- No te burles mi amor, esto es sólo el principio de lo que pretendo hacer
para mantenerme cerca de ti
- ¿Qué le dijiste a tu hija para convencerla de traer a Johan?
- Casi todo
- No puede ser
- Sí, tuve que abrirme y decirle que me gustaba una abuela del colegio,
una viuda y que yo necesitaba llevar al niño todos los días al colegio
- Ah, que detalle, ya veo por qué accedió, pero yo no soy ninguna abuela
viuda, mi esposo está mas vivo que nunca y reventando de los celos por
tu causa
- Lo siento mucho señora mía, no deseo causarle ningún contratiempo.
¿Me podría decir a qué hora sale hoy de su trabajo?
- Yo soy como el caballo viejo mi amor, no tengo horario ni fecha en el
calendario. Trato de estar en mi casa a las dos de la tarde para almorzar
con mi marido, pero a veces no me alcanza el tiempo. Si tienes que
inventarte otro tipo de sorpresa, hazlo en la tarde cuando normalmente
hago citas para la peluquería, lavar al auto o reunirme con mis
“amigotas” a darle un poco a la lengua.
- Eso me parece maravilloso, ya le diré cuando me inveteré una para
poder besarte otra vez. Por los momentos espero que tengas un
maravilloso día y que mi nieto no te de ningún dolor de cabeza
- Oh no, Johan es un niño muy bueno, inteligente y estudioso, jamás he

tenido una queja de él, se porta como el abuelo, de maravilla

Pero Rubén no se conformó con verme en la mañana, a mediodía vino

también a retirar a Johan y me trajo un chocolate para que aguantara el hambre

- Te agradezco en el alma el chocolate, pero espero que no hagas esto


todos días porque no quiero engordar y verme fea
- Tú jamás serás fea, Dios te hizo demasiado bella y no dejarás de serlo
nunca, al menos para mis ojos. ¿Crees que mañana en la tarde
podremos estar juntos?
- ¿Qué significa “estar juntos”?
- ¿Cómo te digo? De la cabeza a los pies, desnudos en una cama,
dándote todo lo que te gusta y recibiendo también lo que yo mas deseo
- No creo mi amor, esta semana no
- ¿La próxima sí?

- Sí creo

Me era muy difícil ponerle un límite a Rubén, pero tenía que hacerlo, dos
era mucho para mí y Julio nunca había dejado de ser un hombre exigente. Sé que
muchas mujeres a mi edad no prestan atención a sus maridos, pero yo nunca he
querido ser una de ellas ni ignorarlo, mientras Julio necesite de mí, yo estaré, así
tenga que tomar una caja diaria de vitaminas u hormonas porque esa conexión

entre la pareja, me parece primordial para sobrellevar la cotidianidad de la vida.

Tal vez él no me hace el amor de la manera tan especial como lo hace


Rubén, pero me gusta que antes de dormir y al despertar acaricie mis caderas, mis
nalgas y que mas allá de eso me haga sentir “deseada y bella”, los halagos
siempre han sido importantes para mí y viniendo de él se que son sinceros porque

salen de su corazón.

Julio siempre ha estado muy orgulloso de mi, de mi manera de ser, de


cómo soy con los demás y cuando estamos con otras parejas no se cansa de hacer
alarde de lo bien que nos llevamos y lo felices que somos. Y esa es la pura verdad,
pero la vida me ha puesto en una situación que no puedo ignorar ni dejar pasar

porque me llena de vida y de felicidad.

Cuando hablo en privado con mis amigas, recibo tantas quejas de sus
maridos que a veces me da lástima escucharlas; ninguno de ellos es detallista
como el mío, ninguno se preocupa por llevarla al cine, comer o a bailar y la

mayoría de ellos se olvida de las fechas especiales, hasta de los cumpleaños.

En una oportunidad, una de ellas cumplió cuarenta años y entre todas le


dimos la sorpresa de llevarle lo necesario para hacer de ese día algo muy especial;
sabíamos que no se llevaba bien con su esposo, pero lo que jamás imaginamos
fue que el tipo no se iba a presentar sino cuando ya estábamos a punto de cantar

el cumpleaños.

Él entró como si nada y al ver la cantidad de gente y la casa decorada con


globos fue cuando se acordó de los cuarenta años de su esposa y lo único que se

le ocurrió decir fue: Ay ¿Y por qué no me lo recordaste esta mañana?

Todas nos miramos las caras, no sabíamos si llorar o reír y ella estaba que
quería que se la tragara la tierra. Eso no se le hace a nadie y mucho menos a la

madre de sus hijos y a la mujer que con quien ha compartido tantos años.

En otra oportunidad y con otra amiga, estábamos en una verbena del


colegio; mientras los niños brincaban en los colchones inflables, algunos padres
disfrutábamos en el teatro de un baile. Mariela bailaba con el único papá de
nuestro grupo, porque somos solo mujeres, y cuando el esposo la vio, la haló de
un brazo y le gritó delante de todos reclamándole que había dejado al hijo solo

para ponerse a bailar.

La situación fue muy vergonzosa y a mi me dieron ganas de acercármele y


meterle un derechazo en el ojo por irrespetuoso y patán, pero me contuve para
no empeorar las cosas; en tal caso era a ella a quien le correspondía ponerlo en

su sitio.

Está claro que los hombres o las mujeres llegan hasta donde sus parejas les
permiten, pero yo no fui educada para aguantarme irrespeto de nadie y mucho
menos de un hombre. Un día mi padre me dijo que cuando me casara yo debía
vivir en el apartamento que él me comprara porque yo no debía permitir

aguantarme a un hombre por el hecho de depender de él.

Y así fue, nuestro primer nido de amor fue comprado por mi padre y para
Julio era lo mejor porque él estaba recién graduado y no le alcanzaba su sueldo ni
para alquilar una habitación, pero nunca hubo necesidad de botar a mi esposo de
mi apartamento porque él siempre fue un gran marido y pocos años después

pudo comprar una casa para los tres porque venía nuestro primer hijo en camino.

Capítulo 13

El viaje a Dubái

Entre el colegio, Rubén y las visitas a mi nieto, el tiempo seguía pasando a


mil kilómetros por hora, ya Aníbal iba a cumplir cinco meses y la conversación de
Rubén con sus hijas se tuvo que adelantar porque Carolina iba a cumplir años y el

regalo de Javier para su amada señora iba a ser llevársela al Burj Al Arab.

Yo no podía creer que lo que habíamos soñado tanto, se la iba a ser

realidad, al menos a mi hija

- Pero no se preocupe suegra, porque en cualquier momento me la llevo


a usted y al señor Julio, cuenten con eso
- No hijo mío, qué vergüenza, jamás aceptaría un regalo como ese, sería
un abuso
- Ningún abuso, ustedes son como mis padres y merecen todo lo que yo
pueda darles
- ¿Y cuántos días pasarán por allá? Yo sé que ustedes ya hablaron con
Rubén, pero no me parece que Aníbal debe quedarse con él, al fin y al
cabo no conoce a sus hermanas y no se sentirá bien entre gente
desconocida
- Estaremos sólo quince días, pero tienes razón mami, habla con Rubén y
dile que aunque él lo tenga mientras tú trabajas, que te lo entregue
cuando termines para que duerma contigo y papi

- Así será, hoy mismo lo llamo y hablo con él

Ya había hecho planes con Rubén y estos no eran llamarlo precisamente,


cuando salimos de la casa de Carolina, Julio tenía una reunión de trabajo y yo una

cita con mi amado amante.

Sí conversamos del asunto y él estuvo de acuerdo conmigo en dejar a


Aníbal debía dormir en mi casa, pero el resto de la tarde nos enfocamos en

nosotros, como lo hacíamos las pocas veces que estábamos a solas y juntos.

El día del viaje llegó y fuimos a despedir a Carolina y a Javier en el


aeropuerto, ya Aníbal estaba en casa de Rubén y nosotros lo buscaríamos al
regreso.
- Por favor mami, cuida mucho a mi hijito y le dices lo mismo a Rubén
- Ve sin cuidado mi amor, sabes que él queda en buenas manos y va a
estar feliz con nosotros
- Disfruta de este sueño que se te va a hacer realidad hija mía, aquí te
esperaremos para que nos cuentes de esa maravillosa
experiencia…Javier, por favor cuida bien de mi hija- le pidió Julio
- Seguro que así será no es la primera vez que voy a Dubái, ahí tengo
buenos amigos y se que le harán pasar a Carolina momentos

inolvidables, aparte de el estar en el Burj Al Arab.

En el camino de regreso, Julio se negó a recoger a su nieto en casa de


Rubén y yo decidí ir por mi misma porque ya habíamos quedado en que seríamos

nosotros quienes lo buscaríamos

- Pero qué tontería la tuya mi amor, pareces un muchacho con esos celos
de Rubén
- Tontería no, es que no soporto la manera como ese hombre te mira, es
demasiado evidente lo que siente por ti aunque tú no lo notes
- Peor entonces que me dejes ir sola si piensas eso, porque entonces
corro más peligro que te aguantes su mirada a que yo esté a solas con él
- No estarás sola, estará Aníbal de por medio
- Pues no se hable más del asunto, si alguna de sus hijas me invita a pasar,
lo haré, así que si me tardo no reclames

Y así fue, pero no por culpa de una de las hijas sino del propio Rubén quien
me invitó a pasar y a compartir un rato con toda su familia que estaba reunida en
función a la llegada del bebé

Me saludaron con mucho afecto, a excepción de Maribel, ella no se había


olvidado del incidente del beso y estaba dolida aun, pero esta vez no quise perder
la oportunidad de conversar a solas con ella, le dije que por favor me acompañara
al invernadero y ahí mismo, donde su padre y yo nos besamos le hablé de como

es la vida y que no se deben guardar rencores porque eso enferma

- ¿Te das cuenta de todo lo que está sucediendo ahora Maribel? Según tú,
Rubén cometió el error imperdonable de darme un beso cuando Julia
estaba recién muerta. Y mira lo que sucedió después…él se inmiscuyó
con mi hija, sin saber que lo era y ahora tienen un hijo que es tu

hermano.

Y tú me sigues tratando a como que soy la mala del cuento, como que tu
papá como hombre tienen derecho a hacer lo que le venga en gana, pero a
mí no me vas a perdonar. ¿Puedes ponerte en mis zapatos y darte cuenta
cuánto sufrí cuando supe que mi hija y tu papá tenían algo? Y mucho peor
cuando Carolina salió embaraza…

Maribel, tal vez con lo que te diga te vas a decepcionar mas de mi, pero te
lo diré y punto, para que estés clara de que la vida no es tan simple como
un beso, va mas allá y tiene mil aristas incomprensible y a veces intolerables,

pero no somos perfectos y nos equivocamos.

A pesar de que estoy casada amo profundamente a tu padre y me quería


morir cuando mi hija salió embarazada de él, pero eso es algo que no

puedo cambiar y por ser casada no puedo pasar de un beso con Rubén.

Si te disgustaste, si te pareció tan feo, pues discúlpame, eso no volverá a


pasar; ahora tenemos un vínculo que es Aníbal y por el bien de él debemos
vivir en paz. Tú decides que actitud tomarás de ahora en adelante y si me
vas a seguir culpando de por vida por un simple beso, pero que para tu

padre fue un gran consuelo en medio de su dolor.

Maribel comenzó a llorar y me abrazó pidiéndome perdón por haber sido


tan infantil y tan severa conmigo y su padre
- Sólo tienes veinte años mi amor, aun te puedes dar el lujo de ser infantil
a veces, pero siempre contarás conmigo porque te quiero mucho, me es
imposible no quererlas a todas ustedes porque las siento como si fuesen
mis hijas
- Gracias profesora Diana
- No, no me digas mas profesora, de ahora en adelante sólo Diana

Después de esta conversación, Maribel y yo nos acercamos mucho; ese


vacío y necesidad de amor maternal se apoyó en mi casi por completo. Aníbal fue
sólo la excusa para ir a mi casa y recibir mis maternales cariños y conversar por

largas horas como dos amigas de la infancia.

Julio no fue egoísta con Maribel y también la trataba con mucho cariño, él había
perdido a su madre a los dieciocho años y entendía bien lo que ella sentía y

necesitaba de mí.

Por su parte Rubén no cabía de la felicidad con nuestra relación tan cercana y sin
importarle, sacrifico parte de nuestro tiempo a solas para que yo pudiera

dedicarlo a su hija.

Capítulo 14

Una noticia fatal


Carolina y Javier habían extendido su viaje por cinco días mas, pero ya
estaban de regreso. Aníbal dormía y Julio y yo veíamos la televisión cuando

anunciaban una noticia de última hora en el noticiero

- Dios mío ¿Qué habrá pasado? me asusta horrible cuando pasan esas

noticias de última hora, pocas veces traen algo bueno

“Buenas noches señores y señoras, en estos momentos están capturando


en el aeropuerto La Guardia de Nueva York, al famoso y renombrado
ginecólogo, el Doctor Javier Fuentes y a su esposa la señora Carolina
González

Según nos informa nuestro corresponsal en los Estados Unidos, el Doctor


Fuentes había sido seguido por las autoridades americanas y árabes durante
cinco años por tráfico de drogas y lavado de dinero, cosas que no se le
había podido comprobar hasta que hoy se encontró en sus maletas una
carga de 200 kilos de cocaína pura que fue trasladada por él desde Dubái,
la cual quería ingresar a Venezuela”

- No Julio, no, esto no puede ser, mi hija involucrada en un caso de


drogas por culpa de ese doctor, esto tiene que ser un error
- Tranquila mi amor, como dices, debe ser un error, seguramente Carolina

llamará y nos aclarará lo que realmente está sucediendo

Algunas horas después sonó el teléfono y era Carolina avisando que se


regresaba sola desde Nueva York, que no estaba presa ya, pero que su esposo si

era culpable de todo los cargos que habían dicho por la televisión.

Yo me quedé con Aníbal mientras Julio y Rubén iban al aeropuerto a


buscar a Carolina; sólo con un acontecimiento así fue como mi esposo al fin se dio
cuenta que una relación cordial con el padre de su nieto era lo ideal en cualquier
situación.
Mi pobre hija llegó destrozada, pero al ver a Aníbal sus ojos se iluminaron
de amor y ternura, a pesar de su gran dolor y dejó de llorar por un momento,
mientras él se dormía y podíamos ponernos a conversar y que nos diera detalles

de todo lo que había sucedido.

- No tengo mayor información de todos los negocios sucios que Javier ha


hecho en su vida, sòlo les puedo decir que a pesar de mi gran
decepción, él hizo todo para que yo no pasara presa mas de lo
necesario y además me dijo que su abogado arreglará todo para nuestro
divorcio y que yo reciba lo que necesitaré el resto de mi vida, y mi hijo

para poder vivir.

Yo le dije que no quería un medio de su sucio dinero y que Aníbal tenía


un padre que nunca había dejado de cumplir con sus deberes en todos los

sentidos.

Trató de convencerme de que el dinero que ganaba por ser médico era
el que yo tendría, pero le repetí que no me hacía falta y que no insistiera en

eso.

También habló de que el abogado cambiaría lo de la partida de


nacimiento para que él no apareciera por ningún lado y el niño no se viera

afectado en un futuro.

Pocos días después y como arte de magia, Carolina recibió un documento


original de la partida de nacimiento de Aníbal y el abogado le informó que
legalmente ella no estaba casada con Javier ya que dada su situación, no quería
que ella se viese involucrada en sus asuntos. En ese matrimonio nada fue verdad,
el supuesto notario era amigo de Javier y los documentos, por consiguiente,

totalmente falsos.
Lo único verdadero, fue una larga carta que él le envió pidiéndole perdón
por todo lo malo que le hizo pasar y asegurándole que la amaba de todo corazón.
Fue muy duro para todos lo sucedido, pero mi hija estaba a salvo y sólo el tiempo
se llevaría la decepción y el recuerdo del hombre a quien tanto amó, quien la hizo

tan feliz, pero que era sólo una mentira.

A los pocos meses Carolina recibió la noticia de que él se había suicidado en


la cárcel y que le había dejado a su hijo como herencia, la fortuna que no había
aceptado, con las facturas y documentos necesarios para demostrarle que ese
dinero provenía de su trabajo honesto como médico.

Y después de estos dos golpes seguidos, fue precisamente Maribel quien


jugó un papel muy importante en la recuperación de Carolina; ella estudiaba
Psicología y aunque aún le faltaba un año para graduarse, era brillante en su
carrera y sin que mi hija lo notara cada día practicaba sus conocimientos con ella y

la salvó de la depresión en la cual se sumergió por algunos meses.

Ambas se hicieron las mejores amigas, confidentes y compañeras de farra,


aunque se llevaban casi cinco años y no tenían ningún vínculo de sangre, se

querían y se llevaban mejor que muchas hermanas de verdad.

Tanto Julio, como Rubén y yo, nos sentíamos muy felices de todo lo que
había sucedido con nuestras hijas y si bien Julio no dejaba de celarlo, era un poco
más condescendiente con él y no se oponía a ir a reuniones familiares donde él

estuviera.

Por su parte Rubén hacía todo lo posible por no mirarme para evitar que
Julio se siguiera dando cuenta de su amor por mi y así ambas familias podíamos

compartir en paz y armonía.

Mis encuentros con Rubén eran muy esporádicos, pero los seguíamos
disfrutando al máximo cuando podíamos. Mi matrimonio seguía igual de feliz y
dos de mis hijos regresarían a mi casa porque estaban a punto de terminar sus

estudios.

Me parecía que yo era la mujer más feliz sobre la tierra y que Dios era
excesivamente complaciente conmigo, a pesar de mis pecados de amor. Rubén
siempre me decía que todo lo bueno que yo recibía era sólo parte de lo mucho

que merecía por haber sido siempre una buena mujer y madre.

Pero es que yo siempre sentía que nací para ser eso, mujer y madre, que el
hecho de haber sido maestra era sólo una excusa para arreglarme, salir de la casa
y no pasar todo el día en pijamas atendiendo a mis hijos, a mi esposo y limpiando

la casa.

Quería peinar mi cabello, usar una linda ropa y pintar mis labios para lucirle
a mi marido y luego también a mi amante, porque no estaba de acuerdo con esas
mujeres que por estar ya casadas se echaban al abandono y no volvían a ocuparse
de su apariencia al pensar que ya todo estaba hecho y que los maridos las
querrían por siempre sólo por haberlas elegido a ellas y no a otras.

¡Qué equivocadas! para mi había que luchar por el amor de por vida, con
detalles, con preocupación y esmero, como si fuese una profesión en la que hay
que ponerse al día para no quedar rezagada en el mercado laboral.

Y yo tomaba mi profesión de maestra como algo lindo por querer tanto a


los niños, pero mi profesión de esposa, madre y ama de casa era lo más
importante en mi vida, lo más sagrado y especial. Además siempre tuve la gran
suerte de contar con todo el apoyo de Julio y mis hijos para hacer de mi hogar un
sitio a donde querer llegar al final del día, donde encontrar la paz en medio del

caos de un país, una ciudad y una urbanización.

Capítulo 15
En dictadura

Es que es tan necesaria la familia cuando un país está sumido en el caos de


las cuatro “D”: Dictadura, Delincuencia, Destrucción y Desabastecimiento.
Durante más de quince años muchas personas hemos luchado para acabar con un
gobierno que empezó mal al elegir como gobernante un pobre diablo que dio un
golpe de estado y luego, después de su muerte, apoyar a un chofer de autobús

incapaz y tan sediento de poder como el anterior.

No es que yo piense que una persona que haya sido chofer no tiene
derecho a progresar, lo que pasa es que los mas altos cargos en este gobierno se
los han dado a personas cuyos méritos han sido sólo apoyar a un ser supremo

convertido en Dios, a pesar de descalabro social, moral y económico de un país.

Por eso, en medio de mi lucha, de haber marchado, votado en contra del


régimen y protestado por todos los medios posibles, me he refugiado en mi
familia, para que a pesar del gran caos, sentir que soy feliz y que siempre hay
esperanzas mientras estemos vivos y sigamos luchando, sin dejarle a los demás lo

que nosotros debemos hacer.

Pero desgraciadamente hay muchas personas sentadas frente a una


computadora criticando sin actuar y viendo desde sus casas como asesinan y
meten presos a estudiantes y disidentes quienes luchan por rescatar un país que
hoy en día no tiene nada que ofrecerle a sus habitantes por culpa de un grupito
con armas y poder que nos están llevando a la ruina, robando y despilfarrando

nuestras riquezas.

Pero al menos, nunca mis hijos podrán reclamarme que yo fui una de las
pasivas que esperó a que los demás resolvieran; esas personas, como las que han
robado y matado, también pagarán por su indiferencia.
Hoy me estoy preparando para recibir a mis dos hijos mayores quienes por
culpa del régimen tuvieron que buscar mejores oportunidades afuera; no se si
ellos querrán permanecer aquí o por el contrario regresarán a seguir una ruta de

ascenso que tal vez no puedan continuar en su propio país.

Así como yo, las madres que no perdimos hijos (gracias a Dios) en las
protestas o en un atraco, nos hemos tenido que conformar con tenerlos a la

distancia por el bien de ellos, de su educación y seguridad.

Pero hoy tendré la dicha de volverlos a ver después de casi dos años de
comunicarnos sólo por internet. Mi corazón de madre se regocija al tener una
nueva oportunidad de compartir con ellos y atenderlos como siempre, con amor y
dedicación y aunque Maribel no es mi verdadera hija, ellos llegarán a conocerla
como una más de ellas, como otra hermana que se ha adherido a la familia de una

forma muy linda y especial.

- Diana querida ¿Tú crees que Raúl y Gustavo me van a aceptar como si
yo fuese una hermana más?
- Si mi Princesita, claro que sí, ya yo les he hablado de ti y de lo bien que
te llevas con Carolina
- Me siento extraña, como si cuando ellos lleguen voy a quedar relegada
por no ser tu hija de verdad

- No digas eso mi amor

Abracé a Maribel y le dije:

- Tú ahora eres mi hija más pequeña y yo no tuve necesidad de parirte


para llegar a sentir que de verdad lo eres. Has sido una bendición para
esta casa y te has convertido en mi Princesita. Además debes recordar
que mi amor por ti no viene de ahora, sino desde que nasciste, porque
sólo por querer tanto a tu padre, también eso llegó hasta a ti.
- Ah, y hablando de mi padre, tengo que echarte un chisme
- Jajajaja, cuál chisme ¿Tiene novia?
- Todo lo contrario. No se si te has enterado de que tu amado Rubén
habla de noche
- ¿En serio? No lo sabía, supongo que eso es algo que él no sabe
- Pues claro que no
- ¿Y cuál es el chisme?
- Imagínate que una noche, como a las 11:00 él ya se había dormido y
como yo duermo al lado de su habitación siento que está gritando y me
acerqué a ver qué le sucedía. Pues no era gritando sino como si
estuviese hablando contigo. Nombró una película, unos besos, una
champaña…y como mi mamá una vez dijo que ella le preguntaba cosas
dormido y él respondía, pues yo comencé a preguntarle y me ha
descrito una escena que no te la quiero ni contar
- Jajajajajaja ¿Y tú como la casi Psicóloga que eres crees que una persona
puede contar cosas que le sucedieron?
- Como Psicóloga lo sospecho, pero como persona normalita creo que
ustedes pasaron por esa situación porque todo concordaba
- ¿Cómo por ejemplo?
- Estaban en la mansión del narcotraficante, cenaron, se fueron a un

sótano a ver una película, se besaron, se abrazaron, etc, etc, etc

Yo trataba de contener la risa al verme descubierta, pero no podía


corroborar esa verdad, no sabía qué efecto podía producir en Maribel que yo

estuviera siéndole infiel a Julio.

- Mira Diana, yo no se si tú y mi papá siguen en algo, pero después de ese


beso no lo dudo, de todas maneras quiero que sepas que yo no soy
quien para meterme en los lío amoroso de nadie. Si me llegué a
molestar contigo no fue en si por lo del beso sino por el poco tiempo
que mi mamá llevaba de muerta, pero eso de la felicidad, romanticismo

y el amor eterno realmente no es algo estricto en mi mente.

Yo pienso que mientras las personas no dañen a otras, pueden hacer


de su vida un saco y meterse en él. Si tú amas a mi papá como dices que lo

amas eso no está mal para mi, en tal caso para Julio.

Para mi lo que realmente importa es ser feliz, disfrutar de la vida y el


sexo; aquí donde tú me ves sueño con hacer un trío o estar en una orgía,
eso me parece fascinante…el problema es con quien porque normalmente
las personas que piensan en eso no son consientes ni sanas como yo, sino

unos locos de carretera que no piensan sino en sexo duro.

- Es decir que lo que tú piensas no es sexo duro, pero los demás si…
- ¿Cómo te lo explico? Lo pienso pero no de una manera grosera o
grotesca, sino como una relación sexual consensuada, respetuosa; con el
fin de experimentar diferentes facetas del sexo y las relaciones humanas
- Ay mi Princesita, creo que a pesar de sentirme muy actualizada y no
cerrar mi mente a los cambios que se producen entre una generación y
otra, no he llegado a imaginarme a mas de un hombre compartiendo mi
lecho. Tal vez sea muy excitante como tú lo imaginas, pero para mi tener
relaciones es de “dos” y no las acepto si no se hace con el ser amado
- Es decir ¿Tú lo harías con mi papá aunque estuvieras casada por que
“lo amas”?
- De esa manera si, pero no con dos
- Lo que te puedo decir es que si ustedes no hicieron lo que él me dijo
dormido, mi papá se está volviendo loco por ti
- Mi amor, no vayas a repetir eso delante de Carolina
- ¿Y tú crees que ella no se ha dado cuenta?
- Diana, no hace falta ser Psicólogo para entender la conducta humana y
yo entiendo que Julio no quiera compartir mucho con mi papá; ustedes
dos emanan amor por todos los poros y cuando están juntos los ojos les
brillan de una manera que les es imposible disimular

- ¿Qué te puedo decir mi Princesita adorada?

La miré a los ojos sin poder mentirle porque como ella decía, todos mis
sentimientos están ahí y si es verdad que amo a Julio, cuando veo a Rubén los ojos
tienen que brillarme de una manera muy diferente porque el corazón me late

como queriéndose salir de mi pecho

- Diana querida, esa noche yo desperté a mi papá y él me confesó de su


amor por ti y todo lo demás
- ¿Qué es “todo lo demás”?

- Que ustedes se ven, se aman y se adoran

Me levanté algo disgustada, Rubén no ha debido decir absolutamente nada

de nosotros a nadie

- Tú papá no tenía por qué decirte nada


- No te molestes Diana, es que mi papá está muy solo y nosotros siempre
hemos sido como uno amigos, él me lo confesó con lágrimas en los ojos
y rogándome que lo entendiera
- Y yo lo entiendo y lo apoyo porque se lo bello y grande que es el amor
de ustedes
- Si es así mi Princesita, pero los hijos no están para hacerles confesiones
de ese tipo, esa es “nuestra intimidad, nuestro secreto” y los secretos
no van volando con el viento, son eso “secretos”
- Te entiendo, pero te repito, mi papá se siente muy solo y se abrió
conmigo y yo los apoyo y los amo a los dos y si ustedes son felices no
puedo criticarlos en lo absoluto porque se que su amor viene desde
hace mucho y que si su destino no fue estar juntos, es porque así debía
ser y ya, pero si ahora pueden estarlo y de esa manera, pues no importa,

también vale y les llena el corazón

Abracé a Maribel y mis lágrimas comenzaron a salir, no se si de alegría o de


tristeza, pero en tal caso no estaba de acuerdo con que Rubén le hablara de esto
a su hija. Le di las gracias por entenderlo, por guardar el secreto, así que en los
días siguientes no le contesté una llamada a Rubén y cambié mis horarios en el

colegio para que no pudiera conseguir

Después de cuatro días, Rubén finalmente se percató de que me le estaba


escondiendo y por mala suerte Carolina lo había llamado para que se quedara con
Aníbal en la casa mientras ella iba a hacer una diligencia. Cuando llegué y me lo
encontré sentí un susto que casi me hace desmayar y a la vez una rabia y una
emoción inmensa por los días que no nos habíamos visto

- ¿Qué haces tú aquí?

- Carolina tuvo que salir de emergencia y me pidió que me quedara con el


bebé un rato, pero él se durmió. Me puedes decir qué es lo que te pasa, tienes

como cinco días escondiéndote de mi

Lo miré como queriendo matarlo y le dije por primera vez una grosería

- Rubén ¿Por qué tuviste que decirle a Maribel lo de nosotros?

- Jajajajajaja, ven acá mi amor

Me abrazó de una manera que no pude zafarme, me hacía tanta falta estar
en sus brazos que en lugar de seguir reclamándole lo besé con fuerza, con rabia

- Mi vida, no tienes por qué preocuparte ni te vuelvas a esconder de mi

Me separé a duras penas, queriendo darle todo de mi en ese momento,


pero era necesario aclarar lo que había sucedido, ya me sentía mas calmada y
podía ahora hablar sin necesidad de pelear
- Conejo, el problema es que lo de nosotros es algo “de nosotros” y tú
no tenías por qué contarlo y menos a tu hija, sobre todo porque ahora
ella es mi hija y yo siento que lo que hago no es un ejemplo
- Si lo es, el amor verdadero siempre es ejemplo para quien sea y no
debes preocuparte porque Maribel lo tomó tal cual como es, como un
amor puro y verdadero que es lo que nosotros sentimos y no como un
pecado o algo inmoral
- Lo sé, ella me lo dijo, pero es muy incómoda para mí la situación. Ella
pasa mucho tiempo aquí en mi casa y sabe como me comporto con
Julio de cariñosa. Ahora pensará que soy una hipócrita
- No, no mi amor, no pienses eso, ella está totalmente clara de lo bien que
te llevas con tu esposo y de la bella familia que tienen, tú no debes
cambia, ella lo entiende todo muy bien
- Eso espero
- ¿Ya no estás brava conmigo?...te necesito tanto…¿Podemos salir cuando
Carolina regrese? Ya me avisó que está en camino

- Si mi amor, me voy antes de que llegue ella llegue, te espero en el hotel

Cuando Rubén abrió la puerta de la habitación, yo estaba ataviada con un


baby doll casi transparente, pero mas que todo con mi corazón desesperado por
hacerle cariños y llenarlo de besos. Antes de hacer el amor nos abrazamos,
besamos y miramos a los ojos por una hora al menos de tanta falta que nos

hicimos

- No vuelvas a esconderte como lo hiciste, no me hagas eso otra vez


- Perdóname
- Si, pero no me lo hagas otras vez, no puedo respirar si no se de ti, si no
puedo al menos escuchar tu voz
- Yo tampoco conejo mío. Mañana nos encontraremos otra vez porque
mis hijos llegan en tres días y no se cuándo podré volver a verte. Tal vez
Carolina te invite a comer a la casa para que conozcas a sus hermanos,
pero no seré yo quien lo haga

- Ojalá así sea

Capítulo 16

El regreso de los hijos


Raúl y Gustavo llegaron el día esperado, decoramos la casa con
carteles de bienvenida, globos y en la mesa había un banquete de reyes. Yo
misma había preparado todo con mucha dedicación y esmero para
complacer el paladar y el corazón de mis dos hijos quienes tenían tanto

tiempo sin comer la comida de su mamá.

Ellos al ver todo me dijeron que no esperaban menos de la mamá


que siempre había sido tan especial y detallista, y es que a mi siempre me

ha gustado que los demás de sientan felices y dar todo de mi.

Cuando les presenté a Maribel, Gustavo y ella no pudieron ocultar su


“amor a primera vista”, de una vez se sentaron el uno al lado del otro y

no hicieron mas que hablar durante toda la velada.

Cada uno contó sus anécdotas y experiencias y durante mas de dos


horas estuvimos riéndonos y disfrutando de ese momento tan especial.
Maribel se quedó durmiendo en casa, en la habitación de Gabriel, quien aun
estaba afuera, pero ya Julio y yo habíamos pensado desocupar una
habitación que no usábamos para que ella no tuviera que sentirse

desplazada cuando él volviera.

Pero eso no sucedió, Gabriel se consiguió una novia en Irlanda y

decidió instalarse allá, con su mujer y su música, sus dos pasiones.

Aquí Gustavo y Maribel ya eran novios y para no tener una pareja


viviendo en concubinato, ella decidió no volver a dormir en la casa y le pedí
a Gustavo que las visitas las hiciera con Rubén y no conmigo. Maribel sólo

venía en ocasiones especiales y de vez en cuando salíamos ella y yo solas.

- Aun no me conformo con estas reglas y normas que tú impusiste en el


noviazgo de tu hijo conmigo
- No son reglas ni normas mi Princesita, es que yo quise que ustedes
tuvieran una relación “normal”, de novios, que a los dos les costara
estar juntos para que no se aburran el uno del otro. Te aseguro que es
mas bonito y divertido ir a un hotel y no estar en la casa de los padres
cazando que ellos no estén para hacer el amor
- Pero eso también es muy divertido
- Yo se que tú me entiendes
- Si mi Diana querida pero es que me haces mucha falta, yo también
quiero compartir contigo, con todos y no aquí en una heladería o en un
restaurant
- Eso no es siempre así mi amor, además tú sabes que puedes buscarme
cada vez que me necesites y si no lo has hecho hasta ahora es porque
cuando nos enamoramos, sólo queremos estar con el amor y no con los
padres
- En parte es verdad, pero igual te extraño
- Y yo también, pero estamos aquí, las dos, solas, hablando
- ¿Y por qué no nos vamos a mi casa un rato?
- Quisiera que te echaras conmigo en el mueble de la sala y ver una
película mientras me cepillas el cabello, como toda una mamá amorosa

- Está bien mi amor, todo lo que me pidas

Pero no era verdad la bella escena para madre e hija que Maribel me había
pintado, al entrar a su casa, estaba Rubén con una botella de champaña a su lado,
una mesita llena de golosinas, nueces y palomitas de maíz. Como su papá y yo no
nos habíamos podido ver desde que mis hijos llegaron, Maribel y su amado padre
arreglaron todo para nuestro encuentro sabiendo que Julio se había ido de viaje
por trabajo y que ella y Gustavo tenían ya planes de pasar el fin de semana en la

playa.

Ella me abrazó muy fuerte, me dio muchos besos y me dijo:


- Te dejo en buenas manos, espero que disfruten mucho que yo iré a
hacer lo propio con tu hijo, no se si te informó que nos vamos este fin a

la playa

Le devolví el abrazo y los miles de besos que me dio, la miré a los ojos y le

dije:

- Gracias por esto mi amor, te amo tanto hijita

Sus ojos se aguaron y me volvió a abrazar con mucha fuerza

- Gracias por quererme tanto

En el sofá, ya Rubén se secaba las lágrimas; Maribel se despidió de los dos y


enseguida que cerró la puerta nos besamos y abrazamos como si teníamos un

siglo sin vernos

- Supongo que si ustedes dos prepararon todo esto es porque saben que
nadie más entrará en esta casa por al menos dos horas ¿No?
- ¿Dos horas nada más?
- Si amor, esto es algo maravilloso pero no lo tenía planeado, me
comprometí con mis hijos para llegar temprano a la casa y no quiero
fallarles

- Entonces no se hable mas del asunto y aprovechemos el tiempo

Rubén me cargó y me llevó a su habitación, por primera vez entré ahí y ni

pensé que ese había sido el lecho que por tantos años compartió con su esposa.

- Hoy vamos a estrenar este juego de cuarto, el colchón y todo lo que está
en esta habitación, espero que sea de tu gusto
- Claro que si, está demasiado bello, se parece mucho a los muebles del
hotel
- Pues esa es la idea, que ya mas nunca tengamos que ir para allá sino
que disfrutemos de nuestro “hogar dulce hogar”
- ¿Y cómo vamos a hacer con tus hijas y Gustavo?
- Con respecto a Gustavo tienes que dejar esas absurdas leyes de que mi
hija no vaya mucho a tu casa y con respecto a mis hijas, ella están muy
ocupadas, sólo vienen el sábado o el domingo. Así que, amada coneja,

la casa es toda suya

Sin hablar mas nos quitamos la ropa el uno al otro, nos besamos todo el
cuerpo, nos acariciamos, nos chupamos, nos comimos como el mas exquisito

plato sobre la tierra.

A mi entender, Rubén estaba solo y necesitaba mas sexo que yo, por eso le
daba uno o dos orgasmo y dejaba que él siguiera las veces que quisiera hasta

saciarse…aunque los hombres nunca se sacian…

Capítulo 17

Estrenando hogar
Uno de los días en que fui a casa de Rubén, Carolina llegó de imprevisto

alegando que llamaba y él no contestaba

- Buenas tardes Rubén, disculpa el atrevimiento de haber venido sin


avisarte, pero me salió un trabajo de urgencia y tú no me contestabas la
llamada
- No importa Carolina, no hay ningún problema, yo me quedo con el
bebé
- Y por cierto ¿Qué hace el carro de mi mami ahí?
- Ella estaba cerca y se le accidentó, fue a comprar un repuesto, no tienes
que regresar a buscar a Aníbal, cuando le ponga la batería ella se lo
llevará
- Perfecto, que suerte, porque no tengo ni idea a qué hora voy a regresar,
de hecho que le iba a pedir a ella que lo buscara

- Ve sin cuidado, nosotros nos encargamos

Yo miré por la venta hasta que mi hija se fue, estaba petrificada, por suerte

Rubén había dado una excelente excusa y ella la aceptó sin dudar

- Qué susto mi amor, pensé que hoy se iba a descubrir todo, a mi no se


me hubiese ocurrido algo mejor, eres mi héroe
- Tranquila coneja mía, que Dios nos protege, no se de dónde saqué tanta

imaginación, me asombro de mi mismo

Delante de Aníbal no había cariño ni besos, así que decidí irme de una vez
porque no me parecía adecuado pasar mas tiempo los tres juntos porque aunque
él no hablaba todavía, era un niño muy despierto e inteligente y no quería que se
crearan confusiones en su pequeña cabecita. Rubén y yo sòlo estábamos juntos
cuando toda la familia se reunía, caso contrario no me gustaba que nos

quedáramos a solas con él


- Respeto tu pensamiento y manera de actuar aunque a veces considero
que eres muy estricta

- ¿Estricta? No Rubén, yo contigo no soy nada estricta

Al llegar a la casa Raúl hablaba con su padre por teléfono y él decía que yo

estaba llegando

- Mami, aquí el señor de los horarios está muy preocupado porque ya van
a ser las 6:00 y aun no habías llegado
- Se me accidentó el auto, cuida un momento a Aníbal por favor
- Mi amor ¿Cómo te ha ido?
- Muy bien, pero extrañado de que no llegaras, parece que cuando se va
el gato los ratones salen a pasear
- No mi rey, es que se le dañó algo al auto y me accidenté, luego pasé
buscando al bebé porque Carolina lo había dejado en casa de Rubén
- Me imagino entonces que te bajaste a tomar el té y a comer unas
galletitas ¿No?
- No cariño, pero si así fuese, la verdad es que no le veo el problema; es
más, cuando me invite a hacerlo, con mucho gusto lo voy a
aceptar…Dios mío, parece que fueses un carajito en vez de un señor
grande ya

- Es que el que no cuida lo que tiene, a pedir se queda

Aprovechando la ausencia de Julio, volví a la casa de Rubén al salir del


trabajo, pero ahora tomamos la precaución de guardar el auto en el
estacionamiento de atrás. Esta velada sería totalmente romántica, con almuerzo y
descanso en la habitación, pero para nuestra gran sorpresa, otra visita inesperada

se presentó.

Sentimos que abrieron la puerta y escuché la voz de Johan

- Dios mío Rubén, es Ismenia


- Tranquila, tranquila mi amor que ya yo bajo y resuelvo esto
- Hola mi amor querido, ¿Qué hacen por aquí la hija y el nieto mas bellos
del mundo?
- Ay papi, disculpa que venga así pero se fue el agua en casa y necesito
lavar ropa y bañar a Johan
- Eso me parece muy bien

Johan estaba a punto de subir directo al cuarto del abuelo cuando él le

gritó:

- Eh, eh, eh caballerito, venga para acá, les informo a los dos que de ahora
en adelante, avisen antes de venir porque el abuelito tiene novia y por
ahora no quiero compartirla con nadie
- ¡Papá¡ ¿ Y la trajiste para acá?
- ¿Y a dónde mas hija mía, tú crees que a estas alturas de mi vida yo voy a
estar dando tumbos de hotel en hotel como si fuese un jovencito?
- Ahhhh, ahora entiendo el afán de la remodelación y los muebles nuevos.
Se ve que lo tenías todo perfectamente planeadito ¿No?
- Tú siempre la más inteligente de mis hijas, como te darás cuenta, la vida
continúa, papi ya tiene una vida nueva y espera que todas sus hijas se la
respeten
- Llama a tu hermana Roxi para que vayas a lavar tu ropa allá y este
caballero me lo traes a la noche para que se bañe aquí ¿Está bien?
- Si papi, disculpa la interrupción, ya estoy clara y regaré la voz para que
de ahora en adelante mis hermanitas hagan lo propio
- Eso sòlo entre semana hija mía, los fines de semana la casa es de

ustedes, como siempre

Cuando Rubén subió, no tuve mas que echarme en sus brazos y amarlo
mas aun por el puesto que me estaba dando en su casa, eso me hacía sentir algo
mal porque era como que me estaba comprometiendo de por vida a ser su
amante y no sé si eso iba a ser posible, aunque estoy de acuerdo que nosotros no
sòlo nos encontrábamos para hacer el amor, algunas veces conversábamos, nos
hacíamos cariños, comíamos y de ahí no pasábamos, pero que sus hijas no
tuvieran la libertad de entrar y salir de la casa, como y cuando quisieran, no me

parecía justo

- Lo que es justo o injusto no lo tienes que medir o pesar tú, creo que ya
te arriesgas lo suficiente para estar conmigo como para que yo no te de
el puesto que te correspondes y mereces.
Entiende de una vez por todas que tú eres mi vida, mi mujer y con esto
te estoy demostrando que a mí no me interesa más nadie; no es que
quiero que te sientas más comprometida conmigo, sino más cómoda y
relajada porque entiendo que has tenido ya dos sobresaltos y eso no
puede seguir sucediendo.
Deseo de todo corazón que los pocos minutos u horas que pases junto
a mí, sean de total paz y tranquilidad porque sòlo así los vas a disfrutar al
máximo.
Ya no somos unos niños, coneja, y si por cosas del destino esto es lo que
nos ha tocado vivir, pues ni modo, hay que hacer las cosas lo mejor
posible para que estemos tranquilos.
- Mi Rubén amado, por detalles tan grandes como estos es que no puedo
dejarte nunca, jamás me voy a sentir obligada o comprometida a estar
contigo porque cuando no te veo, eso es lo que mas anhelo en mi vida,

de todo corazón
Capitulo 18

La enfermedad de Julio

Pero esta luna de miel y la libertad duró sòlo algunos meses, Julio
comenzó a tener problemas de salud y cuando le hicieron los exámenes se
le detectó un tumor en el cerebro.

Maribel estaba con nosotros en la clínica cuando nos dieron la fatal


noticia, así que no tuve necesidad de contarle las malas nuevas a Rubén; él
ya estaba al tanto de todo lo que iba sucediendo y esperaba que su hija le

informara lo que había parecido en la resonancia magnética.

Julio tuvo que ser operado de emergencia y ante todo lo que se me


venía encima, decidí jubilarme del colegio. Rubén se apersonó en la clínica
el día de la operación y casi todos los días siguientes nos acompañó en tan

doloroso momento.

Aunque la operación resultó un éxito y Julio había sido muy fuerte


para aguantarla, pasaría un buen tiempo en terapia intensiva antes de
volver a estar consciente o salir de allí, por eso Rubén podía estar conmigo,

pero sobre todo cuando mis hijos iban a sus respectivos trabajos.

Mis sentimientos estaban totalmente encontrados, por una parte ver


a Julio en un estado tan crítico y por otra tener a Rubén a mis pies para

apoyarme, cuidarme y protegerme.

En medio de la tristeza tuvimos tiempo de sobra para conversar,


llorar y a veces hasta reír; en alguna oportunidad también nos dimos un
tiempo para los dos en su casa, pero eso sucedió sòlo una vez porque yo
me sentí tan extremadamente culpable que no pude soportar repetir la
escena.
Era muy poco el progreso de Julio, las veces que abría los ojos o
hablaba era para decir incoherencias, pero los médicos decían que por el

tipo de cirugía, era algo más o menos normal, que tuviéramos fe.

Y no sòlo tuvimos fe, también rezamos y yo hasta le juré a Dios no


ver más a Rubén si Julio se salvaba y se ponía bien, pero fueron muchos
meses batallando y viendo de un lado a Julio como el hombre que ya no
era la sombra de lo que un día fue y por el otro a Rubén ahí también, a mi

lado, pero cada vez más triste por no poder tenerme ni unos minutos.

Yo le pedía que se alejara y que sòlo se ocupara de ayudar a Carolina

con el bebé cuando ella tuviera que estar con su papá, pero él se negaba

- Yo no te voy a dejar en estos momentos tan difíciles, ni a Maribel


tampoco, ella está sufriendo mucho con todo esto porque ha llegado a

querer a Julio tanto como si fuese su propio padre

Casi seis meses después Julio comenzó a mejorar y nos fuimos a la casa, era
un alivio no tener que prepararme para salir a la clínica todos los días y en la casa

me ayudaba una enfermera.

Ya Rubén no venía a visitarme, pero Maribel nos mantenía al tanto de cada

uno

- Hijita, esto ha sido demasiado duro para mi, ver a Julio como está y no
poder compartir con Rubén, creo que Dios me ha castigado de la peor
manera por todo lo que hice
- No, no mi Diana querida, eso no es así, Dios no castiga al verdadero
amor, cuando todo esto pase, ustedes volverán a estar juntos y serán
felices de nuevo
- Eso no será posible mi Princesita, yo juré no ver mas a tu papi si mi Julio
sale de todo esto
- No has debido hacerlo, mi papi se va a morir

Pero era muy poco el progreso de mi amado esposo, a veces estaba


consciente, a veces se perdía completamente hasta el punto de que Gustavo y

Maribel decidieron casarse por el civil para que Julio estuviera presente.

Todo fue muy sencillo y familiar, pero para no hacer la situación tan triste,
decidimos arreglarnos bien y pedir un rico menú y celebrar ese bello e importante

momento para mis hijos.

Volví a ver a Rubén y se nos hizo imposible no buscar el momento y el lugar

para apartarnos de todos y llenarnos de besos y cariños

- Voy a enloquecer coneja mía, no sé cómo puedo seguir vivo después de


tanta soledad y distancia
- ¿Qué te puedo decir mi amor? Yo no tengo palabras para expresar el
horror que todo esto ha significado para mí y si tú no hubiese estado

algún tiempo a mi lado, no sé qué me hubiese sucedido

De repente escuchamos unos gritos y yo salí primero, nos habíamos metido


en un baño del piso de arriba y era la enfermera desde la habitación de nosotros
que gritaba. Julio estaba muriéndose y cuando me vio, una lágrima corrió por su

mejilla y dio su último suspiro

- No mi amor, no te mueras mi rey

Me quedé abrazándolo y llorando por más de una hora hasta que vinieron
a buscarlo de la funeraria, mis hijos se habían encargado de todo porque yo ya no
tenía fuerzas para más. Rubén se quedó en la casa y esperó que yo bajara

después de que me desperté porque me habían dado una pastilla para dormir.

Cuando lo vi me eché a llorar en sus brazos y aunque sentía que el


compartía mi dolor, en el fondo estaba tranquilo porque sabía que después de
esperar un tiempo prudente, nuestras vidas cambiarían de nuevo y estaríamos

juntos.

Le pedí que me dejara sola un tiempo después del velorio, que lo llamaría

cuando estuviera de ánimos para poder hacerlo.

Y pasó mucho tiempo, mas del que yo misma esperaba, tanto que hasta
Maribel tuvo que interceder por su padre, pero ya yo había tomado la decisión de
no seguir escondida, el día que volviera a poner un pie en esa casa iba a ser como

la novia formal de Rubén y por respeto a mis hijos eso debía esperar.

Acepté que Rubén me visitara después de dos meses sin verlo y no quise
que estuviésemos a solas, lo recibí como mi mejor amigo delante de mis hijos,

pero ellos nos dejaron solos para que pudiésemos conversar.

A pesar de que no pudimos darnos todos los cariños que tantos


necesitábamos, Rubén estaba feliz y contando los días para que todo se supiera y
pudiésemos estar juntos otra vez. Él ya había conversado con sus hijas y ellas se

contentaron mucho.

Sabía que mis hijos no iban a reaccionar igual, pero yo ya estaba dispuesta
a plantarme delante de ellos y contrales toda la historia desde el principio,

obviando el hecho de haber sido la amante de Rubén, por supuesto.

Maribel ya estaba tranquila por todo lo que sabía y me propuso algo que
iba a ser lo más indicado para que mis hijos se enteraran de mi decisión. Me hizo
muy feliz al darme la noticia de que estaba embarazada, pero me pidió que
guardáramos el secreto para dar las dos noticias a la misma vez. A mí me pareció
fabuloso y estuve de acuerdo, así que esperamos que fuese en su propio
cumpleaños para que toda la familia estuviese reunida.
Faltaba más de un mes y tanto Rubén como yo estábamos impacientes de
que llegara el día, ya yo estaba mejor de ánimos y sòlo deseaba tenerlo a mi lado

y darle todo el amor y la pasión que no había podido darle en casi un año.

Él había sido, tan constante y respetuoso, me había jurado una y otra vez
que esperaría por mi sin buscar a mas nadie que lo menos que yo podía hacer era

terminar con todo esto lo más rápido posible y ya había llegado el momento.

Mis hijos sabían que antes de aceptar casarme con su papá, yo había
dejado más de un corazón roto por el camino, tal vez ellos habían podido
sospechar de Rubén porque no creo que sòlo Julio se iba a dar cuenta de la
manera como él siempre me miraba, pero en tal caso, yo tenía todo el derecho de
rehacer mi vida y volver a estar feliz, independientemente de que a ellos les
pareciera correcto o no.

El día del cumpleaños de Maribel llegó más rápido de lo que esperaba


porque yo misma me dediqué a comprar todo para decorar y cocinar, este no iba
a ser sòlo su cumpleaños sino el anuncio de mi noviazgo y del embarazo de mi

nuera.

Busqué algunas fotos de Maribel en el facebook, le pedí otras a su papá y


mandé a hacer unos afiches para decorar algunas paredes acompañadas de
globos, chupones, maraquitas y otras cosas alusivas a un bebé. Supongo que
todos creerían que me volví loca porque no iba a ser un baby shower, pero pronto

sabrían la razón.
Capítulo 19

Cumpleaños, confesiones y sorpresas

Llegó el gran día y decidí lucir lo más bella posible, después de casi un año
fui a la peluquería, me hice arreglar las uñas de mis pies, manos y cortar mis
cabellos; hasta quise que me maquillaran pero con tonos muy claros, sòlo para

darle algo de brillo a mi ojos que aun estaban tristes.

Escogí un vestido fresco y de colores pasteles porque la reunión sería de


tarde en el jardín de mi casa y las sandalias blancas, preferidas de Rubén, no
faltarían. Los páspalos estaba ya listos y contraté dos mesoneros para no tener que
hacer mas nada una vez que estuviera linda y glamorosa.

A medida que se acercaba la hora de la fiesta sentía que las piernas me


temblaban, cuando mis hijos me vieron casi se pusieron a llorar de la alegría de
verme arreglada y hacer mi mayor esfuerzo por salir de la tristeza que me tenía

encerrada en mi habitación sin querer compartir con nadie, ni por mucho tiempo.

Al ver la reacción de ellos, estaba segura de que Rubén iba a rendirse a mis
pies y eso me causaba una alegría indescriptible. Ya era la hora y el timbre sonó.
La cumpleañera llegó primero junto con Ismenia y Johan. El corazón se me salía

por la boca, no podía esperar más a ver a Rubén entrar por esa puerta.

Y al fin apareció a los diez minutos junto con el resto de sus hijas: Roxi,
Julianna, Agnes y sus respectivos hijos. Ya la casa estaba llena sòlo con nosotros,
pero yo no tenía ojos para más nadie, sòlo para el padre de esas cinco mujeres
quien se había vestido con la ropa que a mi me gustaba, lucía tan lindo que hasta

la calva le pasaba desapercibida…lo que es el amor.


Nos abrazamos muy duro, pero muy rápido para no empezar a levantar
sospechas aun; Maribel nos guiñaba un ojo y nosotros sonreíamos de todas las

bombas que soltaríamos ahí.

Pero fuimos nosotras las primeras sorprendidas cuando Carolina llegó de la


“peluquería” casi despeinada y con un nuevo novio, según lo que pudimos
saber después, ya ellos llevaban casi un año saliendo, pero como todo coincidió
con la enfermedad y la muerte de Julio, esperó que pasara el tiempo para que
fuese algo más serio y definitivo. El chico era muy buenmozo, educado y
extrovertido, tanto que llevó una guitarra para animar la fiesta.

Pasó un rato y decidimos que Maribel diera primero su noticia porque la


mía sería más difícil de explicar y así fue, ella y mi hijo pidieron la atención de
todos y revelaron el secreto por el cual la casa estaba decorada como si era un

baby shower.

Todos pegaron un grito de alegría y abrazaron a los futuros padres. Ahora


me tocaba a mí soltar mi bomba y esa no la sabía ni Rubén porque yo no le había

avisado que escogería justo el día del cumpleaños de su hija para tal fin.

- Bueno, hagan silencio que ahora me toca a mí. Sé que lo que diré herirá
algunas susceptibilidades, pero hay algo que no puedo seguir ocultando

por más tiempo

Rubén se puso rojo y se tocó el pecho, ya se había dado cuenta de lo que


yo diría después de la mirada que le lancé

- Toda la vida le dije a mis hijos que antes de casarme con su papá, había
dejado en el camino algunos corazones rotos, pero que eso sucedió
porque yo decidí escogerlo a él. Después de que ya no está y yo fui la
mujer muy feliz a su lado, decidí que era el momento de reparar el
corazón de un hombre que me amó en silencio durante todos los años
de mi felicidad.
La vida dio muchas vueltas y nos unió de diferente manera, pero la única

que nosotros queremos es hacerla juntos y no a través de nadie más.

Ya todo era tan evidente que Gustavo se puso las manos en la cabeza y

Carolina abrió su boca y me preguntó:

- Mami ¿Es Rubén?

- Sí, mi amor

Carolina se fue hacia mí y comenzó a llorar y a pedirme perdón

- No, no mi chiquita, tú no tienes culpa de nada, nadie sabía de esto, ni tú


ni Rubén ni yo
- Oh Dios mío, entonces ¿Tú eras el amor de antes con quien él se había
re encontrado?

- Si y no, pero luego hablaremos de eso contigo

Con cierta confusión, Gustavo y Raúl me abrazaron y con mucha alegría


todas las hijas se Rubén también lo hicieron; al final Rubén y yo nos abrazamos sin
besarnos porque sabía que para mis hijos la situación no era igual que para las de

él

Ya Maribel había preparado a Gustavo de cierta manera y Raúl era muy


parecido a mí en su manera de no enrollarse mucho la vida, pero Carolina estaba

bastante afectada, más que triste muy sorprendida y confundida.

Por eso Rubén y yo decidimos llevarla a la oficina de Julio y hablar de una

vez con ella, pero fue Rubén quien lo hizo

-Carolina, te voy a decir algo que ni siquiera tu mamá sabe

Yo arrugué la cara cuando dijo eso, pero él me calmó con su mirada


- Ya te había hablado de mis sentimientos pero quiero decirte que antes
de que mi esposa muriera, nuestro matrimonio no estaba muy bien, a
diferencia de tu mamá, yo no fui un hombre my feliz con la madre de
mis hijas, así fue como un día te vi en la reunión, noté que te fijaste en mi
y decidí conquistarte; mi esposa acababa de morir y yo quedé libre para
ti o cualquier otra mujer.
Pero días más tardes Diana se presentó en mi casa a darme el
pésame y todo lo que sentí por ella en mi infancia y mi juventud volvió a
mi corazón como un huracán.
- Deja que yo siga, por favor…una tarde Rubén me había invitado a
comernos un dulce y me escribió un mensaje para invitarme, pero al
siguiente día y por equivocación me mandó un mensaje que era para ti.
- Yo tuve la curiosidad de ver con quien estaba saliendo él y cuando te vi
enseguida le avisé quien eras tú y por eso también enseguida te dejó
- Ahora entiendo, pero eso significa que ustedes eran amantes
- No hija, yo me puse celosa por estúpida, porque ese día que nos vimos,
él me declaró su amor una vez mas y tuve curiosidad solamente
- Bueno, ya aclarado el asunto, les deseo lo mejor y espero que sean tan
felices como yo lo soy con Pedro

- Gracias hija

Carolina salió de la habitación y Rubén y yo nos dimos ese beso que tanto
añorábamos desde la última vez que nos habíamos visto y quedamos en estar

juntos en su casa al día siguiente

- Vamos mi cielo, no quiero que digan que el par de viejos esos están
haciendo cebo
- ¿Y si lo hacemos qué?
- Mañana te daré todo y mas, ahora nuestra hija está celebrando su
cumpleaños y tenemos que estar ahí
- Ah, por cierto, te guardaste bien lo de la barriga, eres una traidora

Nos era muy difícil estar juntos con nuestros hijos, tan felices y no poder
tocarnos, pero Gustavo decidió poner música para bailar y ya ahí nos dejamos de
disimulo. Nos pegamos al hacerlo, Rubén tocaba mi cabello, yo le acariciaba la

espalda y sin darnos cuenta todos se fueron yendo y nos dejaron solos.

Ya eran las 12 de la noche y yo no me sentía la cenicienta sino la mujer más


bella del mundo al mirarme en los ojos del hombre a quien tanto amaba. Al
darnos cuenta de que ya no teníamos que guardar las apariencias, Rubén me

cargó, me llevó a su carro y condujo hasta su casa.

Cargándome de nuevo me llevó a su cama, nuestra cama, y antes de

atreverse a quitarme la ropa, me dio mil besos suaves y tiernos

- ¿Crees que podremos hacer el amor esta noche?


- Yo solté una carcajada que retumbó en las paredes y le dije:

- Si no me lo haces te voy a violar ahora mismo

Sin perder más tiempo se quitó la ropa y también a mí, me beso cada poro
de mi piel, con más amor y devoción que nunca y por primera vez sin apuros. Ya
yo había decidido quedarme a dormir con él y que haríamos de esa noche la mas

inolvidable de nuestras vidas.


Capítulo 20

Pesadillas

Me levanté al día siguiente demasiado cansada, nos lucimos Rubén y yo


como si estábamos en un circo y ya los huesos no me dan para tanto. Llegué a mi
casa con los zapatos en la mano para no hacer bulla, pero mi hijo Raúl estaba ya
despierto porque debía entregar un proyecto para la compañía donde estaba

comenzando a trabajar.

- Esooo, señora Diana, se ve que su día de ayer terminó de maravilla y


comenzó mejor aun
- ¿Qué te puedo decir hijito? los viejitos también tenemos derechos
humanos
- No lo dudo ni lo niego… ¿Y vas a hacerme el desayuno o te irás a
dormir?
- Mi amor, por suerte tu papá y yo te hicimos con dos bellas manos, tú
estás trabajando, pero tu anciana madre ya no da para mas…lo que
necesito es que “a mi” me lleven el desayuno a la cama y me den un
masaje en los pies
- Entonces tu amigo Rubén como que no es un buen amante porque si no
te dio un buen masaje en los pies…
- ¡Ay Dios, pero que falta de respeto!
- Es la verdad, yo no dejo a ninguna mujer antes de besarle y acariciarle
los pies, ese es el mejor remedio anti estrés que hay
- Para otras hijito porque yo acepto un masaje, pero no eso de que me
los besen o me los acaricien por gusto nada mas
- Ay, que delicada señora Diana, váyase para su cuarto que cuando yo me
prepare el desayuno le subo el suyo también
- Gracias hijo amado, eres un sol
- Ah, por cierto ¿Te acuerdas de la amiga mía que te dice suegra?
- Si, claro, tu compañera de trabajo
- Pues ya no lo tomes a joda porque es verdad
- Ah, qué bueno mi amor ¿Cómo es qué se llama?
- Bulisú
- Ay mi amor, discúlpame con ella, pero tendré que inventarle un sobre
nombre que yo pueda pronunciar porque ese no me lo voy a aprender
ni haciendo planas
- Tranquila, ella ya está acostumbrada

- Bulisú, Bulisú, Dios mío, pobrecita, que horrible debe ser no tener tocaya

Subí a mi habitación a duras penas de lo que me dolían los pies, había


bailado tanto con Rubén, sus yernos y mis hijos que se me habían dormido, pero

“después de un buen gusto un buen susto”.

Caí en mi cama sin cambiarme la ropa, Rubén y yo casi que miramos el


amanecer, no creo que hayamos dormido más de tres horas; quería llegar antes
de que Raúl se levantara, pero no lo logré. Por suerte fue él quien está viviendo en
la casa porque si hubiese sido Gustavo me iba a tener que aguantar un regaño y a

esta edad es inconcebible aguantar algo como eso.

Me dormí antes de que mi hijo me subiera el desayuno y comencé a tener


una pesadilla de que haciendo el amor con Rubén aparecía Julio en la cama al

lado de los dos y me miraba reprochándome el seguir siendo infiel.

En mis sueños le decía que él estaba muerto y que me dejara vivir, pero él
me explicaba que nos habíamos casado por la iglesia, que iba a ser mi esposo

hasta que yo me uniera en el cielo con él.

Yo comenzaba a llorar dormida y a gritar diciéndole que me dejara ser feliz


y de repente estaba Raúl a mi lado tratando de despertarme
-Mami, mami ¿Qué te sucede, tienes una pesadilla?

Me desperté y abracé a Raúl, pero no podía dejar de llorar, esa pesadilla


había sido muy real, yo había visto a Julio tan vivo, tan sano, que me impresioné

demasiado y me sentí muy triste

-Ya viejita, cálmate, aquí está tu desayuno; mira te hice huevos revueltos,
pan con mermelada y queso crema, té con leche y jugo de melocotón. Mejor que

este no vas a encontrar ni en el Burj Al Arab

Sequé mis ojos, traté de calmarme para que Raúl no se preocupara, pero
me dolía el corazón de la impresión que tuve con la pesadilla. Él se quedó

conmigo hasta que terminé de comer y luego bajó a seguir trabajando

-Gracias hijito, estaba muy rico todo

Me quedé sola, pero me sentía más sola aun después de esa pesadilla, no
quería llamar a Rubén ni contarle nada; si fue fea y extraña para mi la situación,
para él sería peor. Miré la foto de Julio, le di un beso, la puse en mi pecho y le pedí

que descansara en paz.

Al día siguiente fui a la iglesia y le mandé a hacer una misa, yo nunca he


sido muy religiosa, a pesar de que si soy bastante espiritual, pero sentí la

necesidad de hacerlo, mi corazón me lo pedía.

Pasé unos días sin ver a Rubén con la excusa de que me sentía muy cansada
por todo lo que tuve que hacer para la fiesta y de que me tenía que dedicar a

resolver todo acerca de mi jubilación del colegio.

Él aceptó a regañadientes el no verme y yo se lo agradecí porque


necesitaba privacidad y espacio; era maravilloso estar a su lado, pero después de

la pesadilla me sentía extraña, culpable.


Sòlo pasamos tres días sin vernos y no quise ir a su casa, le pedí que viniera
a la mía y él se burlaba de mi diciéndome que si tenía miedo de que me quitara la

virginidad al estar solos.

- No es eso mi cielo, es que tenemos que turnarnos, yo también tengo


casa
- Pero aquí no podemos pasarla rico- me dijo al oído
- ¿No te parece rico tomarnos de las manos, conversar, mirarnos…?
- Quien no te conozca que te compre señora Diana
- No todo en la vida es sexo, mi amor
- No sólo de pan vive el hombre, vida mía
- Jajajaja que gracioso, parece que no has hecho nada en un mes
- Bueno, te parece poco casi una semana
- ¿Se pasó rápido?…Te prometo que el fin de semana estaremos juntos
- ¿Por qué no vamos a la playa?
- Es buena la idea pero dejemos eso para cuando nos vayamos de luna de
miel
- ¿De luna de miel? Si ni siquiera hemos hablado de fecha de boda
- Es que tenemos que ir con calma, para mis hijos estamos comenzando
un romance ¿Y nos vamos a casar ya?
- ¿Tú crees que tenemos tiempo que perder?
- No te estoy pidiendo que esperes un año, creo que de aquí a seis
meses estaría bien, tengo que hacer algunos arreglos legales con
respecto a la herencia que dejó Julio y cuando todo esté listo nos
dedicamos a arreglar lo nuestro.

- Estoy de acuerdo

Pero este episodio de la pesadilla se repitió una y otra vez cuando Rubén y
yo hacíamos el amor, mi vida sexual tan maravillosa se dañaba al dormirme
porque Julio me perseguía en mis sueños y no me dejaba proseguir con mi

noviazgo en paz.

Finalmente tuve que contarle todo a Rubén porque no quería seguir


apartándolo cada vez que esos sueños se daban y le dije que iba a conversar con
Maribel para que me buscara una Psicóloga o Psiquiatra que me atendiera porque

no quería que esto se alargara y afectara mi relación con él.

- Estoy de acuerdo, creo que te estás sintiendo muy culpable por haberte
dado la libertad de sacar a la luz pública nuestro amor, pero yo no soy
Psicólogo como para poder ayudarte a no sentirte así
- Tal vez tienes razón y eso puede ser algo inconsciente porque
conscientemente yo me siento muy feliz de haberlo dicho todo y de los
momentos que compartimos, no hay nada ahora que me haga más feliz.
Capítulo 21

Reuniendo a las amigas

Maribel vino a visitarme y me dijo que no veía la necesidad de que me

separará de su papá por lo que me estaba pasando

- Y no te lo digo como hija de mi papá, mi Diana querida, sino como


Psicóloga, el apartarte de una persona que te da cariño y felicidad no te
va ayudar en nada para tu recuperación, pero no creo que sea yo la
indicada en darte los consejos que necesitas o la guía que estás
buscando porque tú creerías que me voy a parcializar con mi papi, te
buscaré una cita con una amiga y seguro con ella conseguirás el alivio
que necesitas para vivir en paz y feliz como te lo mereces.
- Te entiendo mi Princesita, eres toda una profesional, pero hay cosas de
mi vida con Julio que no es contigo con quien tengo que hablarlas,
aunque tú compartiste lo suficiente con él y en familia como para
haberte dado cuenta de todo lo que siento al perderlo a él.
- Eso está muy claro para mí y yo también me he visto muy afectada por
no tenerlo más, pero sé que si te refugiaras en mi papá, eso sería lo
mejor para ti, sin culpas, sin pensar en lo que ustedes fueron en el
pasado, sòlo en los sentimientos que comparten
- Si he tratado de hacerlo, cuando estoy con él me siento realizada como
mujer, como novia, como compañera y no quiero separarme nunca, las
horas se pasan muy rápido a su lado, pero esas absurdas pesadillas me
están persiguiendo lo echan todo a perder
- Eso pasará mi Diana querida, por lo momentos te aconsejo que no dejes
de reunirte con tus amigas y que te desahogues cuando converses con
ellas
- Hasta eso he dejado de hacerlo, he tenido una necesidad inmensa de
quedarme a solas con el recuerdo de los lindos días que pasé con Julio,
de tantos años maravillosos a su lado
- Y eso es sano porque estás viviendo tu duelo, pero poco a poco
necesitas dejarlo ir

- Así lo haré mi Princesita adorada, estoy segura que esto pasará pronto

Siguiendo los consejos de Maribel, decidí convocar una reunión con mis
amigas de toda la vida y pasamos una velada muy especial, como todas las veces
que nos reunimos; ahora fue diferente porque yo quise que los esposos estuvieran
y me presenté con Rubén, ya mis amigas lo conocían y se sintieron contentas de
que al fin decidiera vivir mi amor a plenitud y sin pensar en el qué dirán, pero los
esposos estaban un poco renuentes a aceptar la situación porque ellos eran muy
amigos a Julio y, machos al fin, pensaban que era muy pronto para dar este paso

de tener otro hombre en mi vida

No fueron groseros con él, pero tampoco abrieron su corazón ni se notaron


receptivos o amables, por tal motivo les dije a mis amigas que no hiciéramos los
dos bandos de estar los esposos por un lado y nosotras por otro para que Rubén
no se sintiera incómodo

Aunque los matrimonios de mis amigas no eran tan maravillosos como fue
el mío con Julio y como seguramente lo será con Rubén, ellas tienen una vida
estable, tranquila y cuando estamos todos reunidos la pasamos maravillosamente
bien, riéndonos como adolescentes, tomándonos fotos y recordando los viejos
tiempos. Esta vez todos trataron de dejar a un lado esos compartidos con Julio e

hicieron su mayor esfuerzo de no nombrarlo, cosa que les agradecí


Al final de la velada Rubén se sintió muy feliz de haber compartido con
todos ellos y experimentó lo que se siente estar en mi vida y compartir con las

personas que me han rodeado siempre.

-Son unos personaje tus amigas- me dijo Rubén- y me di cuenta que a


pesar de ser tan diferentes, tanto física como personalmente, hay algo que es
idéntico en ustedes, no lo sabría explicar, una familiaridad como si fuesen

hermanas y no sòlo amigas

- Lo que pasa es que después de más de cincuenta años, eso es lo que


somos, hasta cuando compartimos con tíos, primos o cualquier familiar de
nosotras nos sentimos en total intimidad porque nos conocemos desde niñas.
Pero lo más lindo de todo ha sido ir creciendo, madurando y pasando de una
etapa a otra de nuestras vidas pero siempre juntas

- Lástima que no me dejaste compartir contigo tanto como lo hiciste con

ellas

- Es que era algo diferente, yo estudié con ellas, no tenía hermanas hembras
y ahí comenzó todo. Lo tuyo conmigo fue una especie de noviazgo juvenil
combinado con amor platónico, no estabas en mi entorno ni en mi vida diaria sino
que eras mi vecino, pero yo jugaba más con las vecinas de mi mismo sexo

- Pero yo siempre te seguía con la mirada y te deseaba desde el día en que


comencé a sentir lo que era el sexo

- Y eso fue muy bueno porque después de mirarme tanto me conoces bien

el cuerpo y me satisfaces de maravilla Jajajaja

- Qué bueno que lo dices porque eso es exactamente lo que voy a hacer en

este preciso instante

A pesar de mi miedo a las pesadillas, el estar con Rubén en la cama me


daba mucha satisfacción sexual, aparte de llenar mi alma y mi corazón; los minutos
u horas con él eran los momentos mejor aprovechados de mi vida, los que me

hacían mas feliz y me llenaban de vida e ilusión, a pesar de mi edad

Ya casi de sesenta y cinco no podía sentirme así porque mi personalidad y


mi vitalidad no me lo permitían; todos mis conocidos admiraban eso en mí, yo no
envejecía en mi manera de ser. No me hacía falta tomar una copa de licor para
estar alegre en una fiesta y mis amigas siempre decían que era una gran suerte
que yo no tomara porque hubiese sido un desastre emborrachándome si en

condiciones normales yo era tan loca…pero sana, por supuesto.

Para mí la vida era sólo hecha con el fin de disfrutarla y nunca me había
amargado ni perdido el tiempo en cosas que no me no me dieran paz, a menos

que controlarlas estuviera fuera de mis manos.

Por eso ahora, llena de tristeza por la ausencia de Julio, trataba en lo posible
de llenar mis espacios con la presencia de Rubén porque los momentos a su lado
me hacían olvidar la tragedia que era no tener conmigo a mi esposo, a pesar de
que las pesadillas no paraban.
Capítulo 22

Cita con la psicóloga

Por suerte llegó el día de tener mi primera cita con la amiga de Maribel; una
chica muy linda, dulce y agradable, como me suponía que debían ser todas las
Psicóloga para poder tenerles confianza y decir lo que necesitaba para salir de

este hueco profundo donde sentía que me estaba hundiendo.

Le hice un resumen de mi vida con Julio y de la que he vivido con Rubén, le


pedí consejos desesperadamente pero ella me aclaró que los Psicólogos no dan
consejos, sino herramientas para que las personas aprendan a utilizarlas a su favor
y así tomar decisiones que las lleven a vivir en paz y armonía con su entorno

Hizo hincapié en trabajar el “hoy y el ahora”, la realidad actual y separarla


de lo que ya sucedió para que no me sintiera culpable en la relación que llevo con
el que era “mi amante” pero ya no lo es

- Es importante que vivas tu duelo: llora, ve las fotos, lee las cartas que
Julio te mandaba cuando eran novios, no te prives de mostrar tus
sentimientos delante de la gente porque ese es parte de tu duelo. Tú
eres madre, pero también fuiste esposa y tus hijos han de entender que
no eres de piedra ni de madera, que tienes sentimientos y en este
momento ellos están golpeados; si quieres alejarte y estar sola, eso está
bien porque debes hacer lo que te provoque y pienses que te va a hacer

sentir mejor

La idea de venir acá es que yo te ayude, pero tú debes ayudarte también


entendiendo que tienes que ir desprendiéndote poco a poco, no sòlo de ese
hombre que ya no está sino de la culpa que te produce haber sido la amante de

Rubén y que tu esposo se haya muerto.

Tal vez si hablas con un sacerdote él te va a decir que eso fue un castigo
por haber sido infiel y tú hasta antes de venir a terapia decidiste ofrecer una misa

a la memoria de tu esposo porque pensaste exactamente en “el castigo”

Pero no es así, cuando Rubén re apareció en tu vida ya tú estabas lo


suficientemente adulta para saber lo que era lo bueno y lo malo y tomaste una

decisión, como adulta que eres, porque tus sentimientos te llevaron a eso.

Y esas cosas pasan, tal vez como me dijiste tu matrimonio era muy bueno,
tenías un esposo maravilloso, pero eso no quita el placer ni la necesidad que
tenías de sentir algo diferente con otro hombre y esa fue tu decisión, Dios no tiene

nada que ver con esto ni tu esposo muerto.

Él no está viéndote desde el cielo y juzgándote por lo que hiciste o dejaste


de hacer, él simplemente se murió y no creo que se sienta feliz de que te

martirices por una culpa que no debes tener.

Ahora eres libre, te sientes joven, pero Rubén tiene razón en decir que no
tienen tiempo que perder, debes poner de tu parte y mentalizarte en que todo
duelo tiene su tiempo y su proceso, el pasado quedó atrás y debes desprenderte

de él

- Yo toda mi vida he soñado, desde que era niña recuerdo que tenía
pesadillas a veces, pero a medida que fui creciendo algunas de ellas se hicieron

recurrentes, como la de estar en un hospital y no encontrar la salida.

- ¿Otra pesadilla recurrente?

- Pesadilla no, siempre soñé que hacía el amor con Rubén. Cuando era
adolescente le pedí que fuese mi primer hombre y él no aceptó. Desde esa vez
siempre he soñado que le reclamo por no haber aceptado y terminamos haciendo
el amor, pero ahora estoy con él, me siento feliz, es haber convertido un sueño en
realidad, pero todo se transforma en pesadilla al dormir y mi duda es que si sigo
con esa culpa o esas pesadillas debo alejarme de Rubén para mejorarme o si

tengo que mantenerme a su lado en este proceso

- Diana, déjame explicarte que en el mundo de los sueños, cada persona


con quien sueñas ERES TÚ. No existe un esposo que te acusa y te
condena. Tú te estás culpando por lo feliz que eres, por haber hecho tu
sueño realidad. Eres Julio y te señalas, te culpas a ti misma. Tienes que
hacer lo que te haga sentir en paz y feliz, si un día te provoca encerrarte
en ti misma y no verlo, pues hazlo, pero si lo que más deseas es estar a
su lado porque al hacerlo te sientes mejor, pues eso es lo que debes
hacer, todo depende de ti, no de los demás.
Debes quitarte de la cabeza que Julio “te está reclamando”, que tus
hijos “piensan”, que la “vecina” dijo, que las hijas de él
“creen”…aquí la que importa eres “tú” porque “tú” eres la que
tienes las pesadillas, “tu” eres la que siente el vacío por no tener a tu
esposo o la culpa porque le fuiste infiel
- Es verdad lo que me dices, pero difícil cuando te han educado de una
manera donde las mujeres tenemos menos derecho que los hombres;
cuando ellos son viudos es más fácil presentarse a los dos meses con
una pareja nueva, pero para la mujer es el peor pecado que pueda
cometer, como si uno fuese monja o haya hecho votos de castidad
Yo siempre he sido una mujer libre pensadora, no por eso me iba a
dedicar a mi vida a ser la infiel de la familia, pero me enamoré de Rubén,
no pude evitarlo, siempre lo llevé en mi corazón de una manera especial.
Es verdad que he sentido culpa, pero soy humana y no mando en mi
corazón
-¿Ves? Tú estás aceptando que mandar en los sentimientos es imposible
y que según la sociedad debes comportarte de tal o cual manera, pero
en tal caso el ser adulta te da la libertad de decidir sin que te importe
que la sociedad te señale y si lo hacen, no debes prestarle importancia
porque cada quien es libre de hacer lo que le parece mejor y lo que es
bueno para ti, es malo para otros y nadie puede meterse en eso

Las terapias continuaron una vez a la semana, yo cada día me sentía mejor,
pero en algunas ocasiones recaía con el dolor de la pérdida de Julio. Rubén era
muy paciente conmigo en esos momentos y dejaba que me ausentara; a veces le

echaba broma y le decía que mejor me dejara y se buscara a otra

- No puedo hacer eso - me decía- ya no tengo fuerzas para irme detrás


de una jovencita y lo menos que quiero es a una vieja con dientes
postizos, senos hechos, arrugas planchadas. Es preferible malo conocido
que bueno por conocer
- Que grosero, pero te comprendo; yo no me atrevería a estas altura de
mi vida a buscarme un hombre que no huela rico como tú y que respete
que no me gustan que se echen perfume ni que fumen porque besar a
alguien que fuma es como pasarle la lengua a un cenicero
- Jajajajajaja si supieras que en un tiempo de mi vida fumé
- Qué suerte que yo no estaba cerca de ti, si hubiese sido así no te besaba
y me perdía los besos más ricos que nadie más ha podido darme
- ¿Y qué dices de las chupadas, de las mamadas, de las acariciadas?
- Tan buenas como las metidas, las sacadas y las repetidas
- Jajajajajaja señora pero usted no se comporta como una anciana de
sesenta y cinco años
- Ni lo soy y mucho menos teniendo a un anciano de tu tipo a mi lado,
eres una ricura
- Como tú, esa manera de apretarme con tus músculos de la vagina, no la
tiene nadie más que tú
- ¿Sabes cuándo me enteré de que lo que yo podía hacer no era común?
- Cuando tuve mi segundo novio, el primero fue virgen y él no sabía que
yo apretara, pero cuando el próximo me sintió, casi que se moría de la
emoción. Después de eso comencé a indagar entre las mujeres que
conozco y sólo una prima y yo éramos así, pero en una oportunidad
también le comenté a mi madrina y me dijo que todas las mujeres

pueden hacerlo, practicarlo

-¿Pero tú practicaste para hacer eso?

- De ninguna manera, siempre apreté mis músculos de forma natural, Julio


sólo tuvo una mujer que lo hacía, él me dijo que a eso le dicen “cangrejera”

- Si, yo sólo tuve la oportunidad de conocer a otra como tú, pero eso de

verdad es raro

- ¿Entonces yo soy rara?

- Rara no coneja, especial


Capítulo 23

Mi segundo nieto

Ya Maribel estaba en la clínica lista para su cesárea y Gustavo temblaba de

los nervios y la emoción

- Así es hijito, cuando uno va a ser padre por primera vez se siente algo
muy extraño: una confusión tremenda, un miedo combinado con alegría,

pero ya verás que todo va a salir de maravilla

Pero no fue así, no se sabía que Maribel era alérgica a la anestesia y


desgraciadamente murió después de ver la cara de su hijo por primera y última

vez.

Las carreras de un lado a otro nos dieron pie para pensar que algo andaba
mal, Gustavo no había entrado a la sala de parto porque siendo cesárea, no se
atrevió a hacerlo y cuando el médico apareció con la mala noticia, todos nos

quedamos totalmente petrificados, pensando que era una equivocación.

- Doctor ¿Usted está seguro de que es Maribel, la chica que entró hace
media hora a dar a luz?
- Si, señora, sólo ella estaba en sala de parto, por favor pase con su hijo y

su padre a verla

Esto era un shock para todos: mi hijo, Rubén, las hermanas de Maribel y
sobre todo para Carolina y para mi…yo me sentía su madre, no podía aceptar algo
como esto y ahora me tocaba, en medio de mi dolor, darles consuelo a mis hijos y
a Rubén.
Después de todo el horror que vivimos en la clínica y en el velorio, nos tocó
hacer trámites para llevar el cuerpo de Maribel a la universidad, ella siempre había
dicho que no quería ser cremada ni enterrada sino que se aprovechara su muerte

para que los estudiantes de medicina se prepararan.

Era algo extraño para mí y para Gustavo porque de ese tema nunca se
habló en mi casa, pero para su familia todo era totalmente normal porque Maribel

siempre habló de eso.

- Ahora cuando estoy pasando por todo esto, intuyo que aunque mi hija
no pensó que se iría tan joven, como que eso estaba dentro de ella
porque siendo muy pequeña me dijo que lo que quería que se hiciera
con su cuerpo era donarlo a la universidad.
Yo me reí y hasta le pedí que a mí no me hicieran eso porque hasta
muerto me iba a dar una vergüenza horrible que todos los estudiantes
me vieran desnudo.
Qué pesadilla coneja, no puedo con este dolor, va mas allá de mi, de lo
que puedo aguantar
- Te entiendo perfectamente, no me hizo falta tenerla en mi barriga para
amarla con todo mi corazón, yo tampoco sé cómo lidiar con esto. Julio y
Maribel, dos personas tan importantes para mí no pueden haberse ido

tan cerca y tan rápido

Gustavo firmó el permiso de donación del cuerpo de Maribel y ya no


tuvimos que hacer mayor cosa porque de la propia universidad irían a recogerla
en la funeraria. Mi hijo, Rubén y Carolina lloraban como niños al despedirse y mi
corazón sufría terriblemente por mi y todos ellos.

Los días siguientes fueron muy complicados, tristes, pero a la vez alegres,
con un bebé recién nacido, fruto del vientre de Maribel, un pedacito de ella que
nos dejó para cuidarlo y consentirlo.
Pero en un país en crisis y desabastecimiento, un dolor de cabeza a la hora
de conseguir pañales y leche maternizada. Por suerte Carolina aun le daba pecho
a Aníbal y fue la tía quien decidió destetar a su hijo, quien ya iba por los 2 años y

dedicarse en cuerpo y alma a su primer sobrino.

Carolina lloraba a mares al hacerlo, pero poco a poco se fue calmando con
el cariño, consejos y apoyo de toda la familia; Maribel era su mejor amiga, su

Psicóloga y la pérdida para ella era algo totalmente dantesco e inexplicable.

- Piensa lo bueno que ha sido Dios en permitirle a tu sobrino tener tu leche,

a falta de la de su propia madre

- Y yo lo amaré y lo cuidaré como si lo fuera, no habrá diferencia entre

Aníbal y él, Daniel, mi Daniel

Así fue, Carolina pidió un permiso no remunerado y apoyada


económicamente por Gustavo, le dedicó un mes a Daniel sin salir de casa y el
resto del tiempo, al regresar al trabajo, le daba de mamar los mediodías y en la

noche.

Además mi hija ya tenía un novio y como lo veía tan buen muchacho, no

quería que ella lo descuidara por dedicarle tanto tiempo a Daniel.

- No te preocupes por eso mami, Pedro es tan bueno como tú lo dices y


entiende la situación perfectamente. Mis pechos alcanzan para compartirlos con

dos Jajajaja

- ¡Carolina! Tú parece que te olvidas cuando hablas con tu mamá, esa maña

tuya de decir lo primero que pasa por tu cabeza es terrible

- Pero mami ¿Me vas a decir que tú no te dejabas chupar los senos por papi

cuando nos amamantabas?


- Jamás Carolina, a lo mejor soy una vieja retrograda, pero eso me parece

que no está bien, he aquí la diferencia generacional

- Y entonces me imagino que antes de casarte tampoco te masturbabas

- Jajajajajaja, bueno hijita, ahí si te equivocas. Tu padre me gustaba y lo


quería tanto que si me dejé que hiciera más cosas de las que se aceptaban para la

época

- Como por ejemplo…

- Chuparme los senos, acariciarme y hasta le dejaba meter sus manos por
debajo de mi vestido. Pero nunca llegábamos a más que eso y no me quedaba

más que masturbarme cuando llegaba a mi casa o me acostaba a dormir

- Uy, que señora más osada para la época, quien no te conozca que te
compre

- Jajajaja, me estás pidiendo que te hable de eso ¿Y ahora me vas a criticar?

- No te estoy criticando, te estoy jodiendo porque tú te molestas por lo de


mis senos y ahora me sales con que hacías más cosas que el resto de la chicas de
la época Pero… ¿Sabes qué? Yo creo que las mujeres de antes hacían lo mismo

que nosotras pero a escondidas, de una manera menos abierta, pero lo mismo

- Tal vez sí, pero en mi caso yo tenía mis límites

- Pero tú una vez me dijiste que no llegaste virgen al matrimonio

- Sí y no, yo, a pesar de que tuve varios novios, sólo tuve relaciones con

uno, con el cual perdí la virginidad

- ¿Y cómo es eso de sí y no?


- Tu madre es muy especial, tenía el himen complaciente y no sangré,
después de ese episodio fui al ginecólogo y él me dijo que aun era virgen por el

tipo de himen

- ¿Y ese himen no se rompe nunca?

- Según me dijo el médico hay algunos que se rompen después de varias


relaciones, pero otros perduran y él atendió un caso de una mujer que iba a dar a

luz y lo tenía intacto

- Imagínate, yo no sabía eso, ni idea de que existía el himen complaciente

- Todos los días se aprende algo nuevo mi amor

- Sí, hoy aprendí que eras medio prostituta para época y que lo pudiste

disimular porque tenías el himen elástico Jajajaja

- Bueno, no lo disimulé, se lo dije a Julio cuando éramos novios

- ¿Y él no se molestó?

- Se que hubiese preferido a una mujer virgen porque para mi época eso
era importante, pero mi personalidad y manera de ser con él, fue más relevante

que el hecho de haberme acostado con otro hombre


Capítulo 24

Planes y proyectos

Después de la muerte de Maribel, Rubén y yo quedamos tan


afectados que nuestra vida íntima y personal pasó a segundo plano. A pesar de
que era Carolina quien amamantaba a Daniel, nosotros nos encargábamos de

cuidarlo cuando ella salía a trabajar o con su novio.

Pero ya habían pasado dos meses y Rubén me propuso que nos casáramos

- Sí creo que es lo más conveniente mi amor, así dejaré esta casa para que
Carolina viva con Gustavo y los niños, además creo que ella ya está haciendo

planes para casarse otra vez

- Y no sólo quiero casarme, ya hace tiempo que no hacemos nada, es duro

lo que he pasado y me siento más viejo, pero no estoy muerto aun

Yo si me sentía como muerta, tal vez los hombres son diferentes, pero la
tragedia de Maribel me había causado tanto daño que mi lívido estaba totalmente

ausente y cuando Rubén tocó el tema no hallaba qué decirle

- ¿Escuchaste lo que te dije, coneja?

- Si, claro que te escuché

Rubén se acercó y me habló al oído

- Mi amor, te necesito
- Discúlpame mi cielo, no estoy en sintonía contigo ahora, creo que esa
situación no había pasado por mi mente y menos por mi cuerpo, he estado tan
sumida en lo de la muerte de Maribel y en el cuidado de los niños, que ni me

había percatado del tiempo que ha pasado

- Vámonos a mi casa

Acepté pensando que allá cambiaría la situación, pero todo empeoró,

mientras Rubén mas lo intentaba, yo menos me excitaba

- No sé qué me pasa mi amor, esto no es normal en mí, creo que estoy más

afectada de lo que pensaba

- No te preocupes, me conformo con estar así desnudo a tu lado

- ¿Quieres que te masturbe?

- No mi cielo, yo lo haré después

- Hazlo ahora mi amor, conmigo a tu lado

- No, no, imagínate, si no estamos en la misma sintonía, para mí no vale la

pena, es como hacerlo solo

- Respeto lo que sientes

- El estar así contigo igual me llena, lo de nosotros nunca ha sido sólo sexo

- Así es, pero ahora es diferente, tienes dos meses sin hacer nada

- ¿Me chuparías?

Miré a Rubén como si me estaba insultando y pensé que al único a quien le

había hecho eso era a mi finado esposo

- Perdón, perdón, no he dicho nada


- Oh no, perdóname tú, soy una tonta, claro que si lo haré, pero cuando

vayas a eyacular bajas ¿Si?

- Claro mi vida, no pensé echarte nada en tu linda boca

- Eso no lo soportaría, ya tuve suficiente en mi noviazgo Jajajaja

De una u otra manera pude darle algo de placer a mi amado Rubén, pero
no deje de sentir cierta preocupación por mi falta de lívido

- ¿Me habrá caído encima la vejez ya?- Pensé

Mi vida sexual había sido bastante larga y satisfactoria, nunca pensé que
pudiese ser diferente. Aun me sentía joven aunque cuidar a mis nietos me quitaba
bastante energía, pero estaba disfrutando de esta etapa de mi vida y compartirla
con Rubén era lo máximo, sólo que con la pedida de matrimonio, mis prioridades
debían de concentrarse en eso y mis responsabilidades como abuela tenían que

pasar a otro nivel.

Ya Daniel había disfrutado bastante de mi, más que mi anterior nieto, y era
hora de volver a darme mi tiempo y espacio. Siempre pensé que sería una abuela
consentidora, amorosa y colaboradora, pero con límites porque los nietos no son

responsabilidad sino regalos de Dios.

Maribel y Gustavo estuvieron totalmente de acuerdo, tanto con el pedido de

matrimonio de Rubén como con nuestro espacio como abuelos

- Estoy muy feliz por ustedes mami, ya es hora de que descanses de toda
una vida dedicada al trabajo, a los hijos y después a los nietos- dijo
Carolina
- Me alegra que comprendan porque Rubén necesita mucho de mí ahora,
los dos estamos envejeciendo a pasos agigantados y queremos darnos
la compañía y los cuidados que merecemos. Será muy lindo comenzar a
disfrutar a los nietos, sin mucha responsabilidad y los fines de semana
- Ah, es decir que ni que se enfermen los niños los vas a cuidar- preguntó
Gustavo en tono de burla
- No, no quise decir eso, ustedes saben que pueden contar con Rubén y
conmigo para eso y también cuando quieran ir a alguna fiesta, pero
acuérdense que sus hijos también tienes tíos que gustosamente
colaborarían
- Listo mami, ya estamos al tanto y seguirnos las nuevas reglas del juego
Jajajajajaja
- De mi nueva vida dirás y de mi nuevo matrimonio. Jamás pensé que esto
pasaría
- Bueno, tú te casaste para toda la vida y eso fue lo que sucedió, ahora
tienes otra oportunidad y no la vas a desaprovechar. Rubén es una gran
persona, el es abuelo de mi hijo, el papá de Aníbal y todos lo queremos
mucho
- Si, sobre todo yo, desde hace tantos años
- Mami - me miró Carolina con ojos de reproche-
- Hija, Rubén fue mi gran amigo de toda la vida, pero él ya te lo dijo,
siempre estuvo enamorado de mi, aunque se casó con otra y yo aunque
amaba mucho a tu padre, siempre sentí algo muy profundo y especial
por Rubén
Capítulo 25

Segundas nupcias

Rubén y yo decidimos casarnos sólo por lo civil y en compañía de nuestros


hijos, yernos y nietos; sin fiesta, sólo un pequeño brindis y eso sí, una linda luna de

miel.

Optamos por una semana romántica en Mérida, cuatro días de aventura en


Canaima y una semana de sol, arena y mar en Punta Cana. Nos olvidamos de

todo, de todos y nos dedicamos a nosotros solamente.

Mi lívido volvió y tuvimos una verdadera y apasionada luna de miel,


recordando los lindos momentos de nuestra infancia, adolescencia y no los menos

maravillosos de la actualidad, ya como personas mayores.

Al regreso me instalé en la casa de Rubén, ahora nuestro hogar, y comencé


a experimentar de nuevo siendo una señora casada, pero con otro hombre, a
quien me costó un poco acostumbrarme al principio, pero con quien en poco
tiempo me llegué a sentir como si con él tenía un lindo matrimonio de muchos

años.

Julio pasó a ser el mejor recuerdo de mi vida, ese de los mejores años a su
lado, pero el dolor de su pérdida desapareció por completo con los mimos y las

atenciones de Rubén.
La vejez nos comenzó a tocar la puerta después de tres o cuatro años; ya
mi esposo necesitaba pastillas para mantener su erección y yo volvía a tomar
suplementos hormonales para continuar con una actividad sexual que ya no me

interesaba mucho, pero que aceptaba por satisfacer a mi amado Rubén.

Seguíamos teniendo ese espíritu joven, llenos aun de una salud satisfactoria,
a pesar de algunos achaques normales de la edad, pero lo más importante en
nuestras vidas era esa unión familiar que nos mantenía felices, a pesar de que a
veces el recuerdo de Maribel nos llenaba los ojos de lágrimas y el corazón de una
tristeza inmensurable.

Las manos de Rubén ya comenzaban a arrugarse, pero yo seguía viéndolas


muy lindas y admirando su belleza, así como él me seguía alagando, tal vez por el
recuerdo de una figura que poco a poco desaparecía de mi cuerpo.

Tener vida y estas juntos y felices era un regalo de Dios, a pesar de que a
veces me atacaban los celos porque a pesar de sus casi setenta años, Rubén
levantaba aun las miradas de chicas y no tan jóvenes y él correspondía como un

pavo real.

Él hacía ejercicios a diario, se alimentaba bien y estaba todo el tiempo lleno


de cariño, no sólo por mi parte sino por la de sus hijas quienes siempre fueron

muy cercanas a él y sobre todo después de la muerte de su madre.

Cada año, por nuestro aniversario, seguíamos inventándonos nuevas lunas


de miel y escapes de todos quienes a diario llenaban nuestra casa y nos quitaban
algo de esa intimidad que siempre no hacía falta porque nos fascinaba conversar y

hacernos atendernos a solas.

Todos se burlaban de los cariños que constantemente nos dábamos y hasta


nos tildaban de viejos perversos, pero yo siempre explicaba que perdimos mucho
tiempo amándonos sin tenernos y que debíamos ponernos al día.
- En vez de burlarse deberían seguir el ejemplo que les damos y tratarse
siempre así, con cariño y respeto, teniendo detalles el uno con el otro; lejos de

volverse algo rutinario, los cariños alimentan la relación y le dan vida al amor

- Pero es que ustedes exageran mami- decía Carolina con cierto tono de

celos en su voz

- El gran problema tuyo es que siempre fuiste una niña mimada y aun no te
acostumbras a que mis brazos y mis besos no sean sólo para ti, pero sabes que
eres mi adoración y que nada se compara con el amor que te tengo a ti y a tus

hermanos

- Eh, eh, eh señora Tremols, eso de ADORACIÓN me lo deja a un lado

porque es exclusivo para mí

- Es que yo te adoro a ti de una manera y a mis hijos y nietos de otra, así

que nada de celos

- Pero la adoración que te tengo a ti es sólo para ti y más nadie mi señora

Tremols

Rubén me abrazó y me dio un profundo beso en la boca, como si fuese aun

mi novio

- Bueno, hermanitos, lo mejor es que dejemos a este par de tortolitos solos,

creo que tienen mucho que hacer en esta casa

- De ninguna manera señora Carolina, mis hijas ya están por llegar, aun
tenemos que esperar hasta la noche porque los domingos estamos a casa llena y

para la felicidad de los dos, por supuesto

- Entonces nos vamos más rápido aun porque quiero descansar, si los niños
ven a sus primos no querrán irse, la semana que viene, si llegan más temprano,
con mucho gusto nos quedaremos
Y así, cada domingo y algunos días de la semana, disfrutamos de nuestros
hijos y la linda vida que Dios nos regaló, sin más tristeza ni novedades, hasta que
el día menos pensado tocó a nuestra puerta una sorpresa que no nos

esperábamos.

Capítulo 26

El regreso del Dr. Javier

Estaba haciendo el almuerzo mientras Rubén había ido a comprar un postre


en nuestra pastelería preferida, tocaban a la puerta con insistencia y yo no podía

abrir porque tenía las manos llenas de comida

- Un momento, ya voy a abrir- Grité

Cuando lo hice, tanto Javier como yo nos sorprendimos

- Señora Diana ¿Qué hace usted en casa del señor Rubén?

- ¿Javier?

- Si soy yo, espero no molestar, imagino que no es muy grata mi presencia,

pero tuve la necesidad de venir acá…busco al señor Rubén

- Pasa Javier, nosotros nos casamos y ahora yo vivo aquí, pero ya Rubén

está por llegar

- Ah, qué sorpresa…bueno, no me sorprende mucho, esa noche de


tormenta cuando los invité a ver la Novicia Rebelde, noté que algo sucedía entre

ustedes, pero…
- Pero te equivocaste Javier, lo que notaste es que éramos amigos de la

infancia y que yo era una mujer felizmente casada

- Por supuesto señora Diana, en ningún momento dudé de su bella relación

con el señor Julio, pero ¿Qué sucedió con él, se divorciaron?

- No Javier, Julio murió hace varios años

- Oh disculpe, lo siento mucho

- Tranquilo, esa ya es etapa superada; como te darás cuenta tengo una

nueva vida con Rubén…y dime ¿Qué te trae por aquí, cuándo saliste de la cárcel?

- Hace sólo una semana y vine porque creo que les debo una explicación y

una disculpa, sobre todo a su hija

- De mi hija olvídate Javier, ella se volvió a casar, tiene tres niños y está muy

feliz sin ti

- No lo dudo, pero creo que es mi deber aclarar las cosas

- Nosotros no estamos interesados en que nos aclares nada, esa es tu vida

privada y no tenemos nada que ver con ella

- Entiendo lo que usted siente, pero necesito que me den la oportunidad…

Rubén abrió la puerta y al ver a Javier frunció el ceño de inmediato

- ¿Qué haces este señor aquí Diana?

- Disculpe el atrevimiento señor Rubén, vine a conversar con usted

- Yo no tengo nada que conversar con un delincuente como usted, le

agradezco que se retire de mi casa

- Rubén, por favor, déjalo hablar

- Diana, no me parece
- Déjalo hablar

- Entonces hable rápido

- Antes que nada quiero decirles que no me vengo a justificar, sino en tal
caso a pedir perdón. Cuando caí en el mundo en el cual estuve lo hice por
inmadurez, pero me enamoré de Carolina, traté de salir de ahí y no lo logré. Ya
pagué mis culpas, por buena conducta me soltaron antes y regresé a tratar de

volver a trabajar en mi profesión de manera honesta para recomenzar mi vida.

Lo que deseo ahora es que intercedan por mí para convencer a Carolina


que acepte hablar conmigo porque cuando todo sucedió, yo lo único que quise
fue apartarla de lo que era sólo mi problema y no tuve la oportunidad de

explicarle nada

- No creo que Carolina esté interesada en saber nada de ti o de lo que

vivías a espaldas de ella

Pero el destino a veces hace unas jugadas inexplicables y aunque le iba a


negar a Javier la oportunidad de tener alguna comunicación con mi hija, ella

justamente llegó a la casa de improvisto.

Me levanté a abrir, pero antes miré a ver quién era

- Oh no, es Carolina

Esperé unos segundos de espaldas a la puerta sin saber qué hacer, pero ella

insistía y tocaba el timbre como una desesperada

- Abra señora Diana por favor- me rogó Javier con los ojos casi llorosos

Finalmente abrí, después de agarrar aire y llenarme de fuerzas para ayudar

a mi hija a enfrentar esta situación

- Hola hijita
- Bendición mami ¿No me digas que estabas en la habitación con tu amado

Rubén?

No me dio tiempo de responderle el saludo cuando se dio cuenta de la

presencia de Javier

- ¿Javier?...Mami, Rubén ¿Qué hace este tipo aquí?

- Carolina, vine a hablar contigo

- Pues te equivocaste de persona porque yo no tengo nada que hablar con

un hombre como tú

- Carolina por favor, necesito que me escuches

Se desplomó de repente en mis brazos y comenzó a llorar como una niña,


en ese momento entendí que mi pobre hija aun amaba a ese hombre y que lo que

sucedería de ahora en adelante sería un dolor de cabeza para todos

- Hijita, por favor cálmate y habla con Javier, yo creo que sí te hace falta

escucharlo. Rubén y yo nos vamos a la terraza a almorzar

- Cálmate mi vida, por favor

- ¡Nada de mi vida Javier! De verdad no se qué haces aquí

- Creo que te debo una explicación, todo pasó tan rápido, casi no pudimos
hablar

- Por lo menos tengo que agradecerte que me sacaras de esa pesadilla tan

rápido como pudiste

- Era lo menos que podía hacer, pero necesito, desde lo más profundo de
mi corazón decirte por qué estaba yo en ese mundo y aclararte que ya todo pasó,

pagué mis culpas y salí de un hueco donde más nunca voy a entrar
Carolina, ya más serena, secó sus lágrimas y le dijo:

- Ya han pasado muchos años, yo me volví a casar, tengo dos hijos más, un

excelente marido y no me interesa lo que fue o va a ser de tu vida

- Entiendo lo que me dices y lo respeto, pero te ruego que me dejes hablar

contigo, hazlo por caridad

- Entonces habla rápido, tengo cosas que hacer

- Quiero explicarte que entré a ese mundo de la droga cuando sólo tenía
veinte años, un amigo cuya familia se dedicaba a eso me involucró y por mi
inmadurez yo no pensé en las consecuencias sino en los beneficios económicos

que ello conllevaba.

Nunca te lo dije pero mi madre me abandonó en la puerta de la casa de mis


abuelos cuando yo tenía sólo cuatro meses de nacido. Mi padre era un mujeriego
tomador y cuando se enteró de mi existencia, como muchos otros hombres
cobarde, escapó de su responsabilidad, la cual recayó enteramente, y para mi

suerte, en manos de mis abuelos paternos.

Ellos me criaron con mucho amor, aunque también fueron muy estrictos
conmigo y me cuidaron como si hubiese sido una niña. Eran muy humildes y les
costó afrontar la carga económica que yo representaba, pero lo lograron y me
sacaron adelante. Siempre me decían que yo tenía que ser médico para ayudar a

la gente y ganar mucho dinero.

Pero ellos murieron en un trágico accidente cuando tenía veinte años y yo


estaba tan débil psicológicamente que ese fue el escape que tuve para sobrellevar
mi dolor. Teniendo dinero no sólo podía pagar mis estudios sino también
rodearme de “amigos” y sobre todo de cualquier cantidad de mujeres que me

hacían compañía en mis ratos libres y mis fines de semana de ocio.


Aunque nunca consumí si estuve consciente del daño que hacía al
transportar, pero me acostumbré a esa vida suave, cómoda y llena de lujos. Siendo
médico era algo que me remordía la conciencia por mi manera de vivir como
profesional a cargo de servir y ayudar a la gente y en esa mala práctica del tráfico

de droga.

Y si bien cada vez me fui alejando de eso y había decidido dejar todo por
completo cuando te conocí, siempre hay alguien que te busca, te convence y
siempre se dice a uno mismo “esta es la última vez”. Ese día iba a ser “la
última vez”, pero al final terminó siendo la última vez que tuve la oportunidad de

ser feliz en mi vida.

Ya pasé varios años en la cárcel, estoy libre y limpio, regresé para comenzar
desde cero como el buen médico que soy, pero no sé si lograré borrar todo ese

prontuario.

Algunas personas comenzarán a hacer citas conmigo y nunca sabrán nada


de mi pasado, pero pertenezco a un gremio que se avergonzó de haberme tenido
y creído uno de los mejores profesionales y sé que eso lo tengo que pagar aun

más de lo que ya lo he hecho.

Igual lo voy a intentar, además quiero decirte que aun te amo, tal vez más
que antes porque sé el daño que te hice después de que juntos comenzamos una

bella familia, con un lindo hijo, todo era perfecto y yo lo dañé por mi codicia.

- Qué bueno que estés consciente de todo el daño que causaste y si ahora
te sientes mejor por habérmelo re afirmado, pues no tenemos nada más que

hablar

- ¿Eres feliz Carolina?

- Sí, soy extremadamente feliz, sin tus sucios lujos, sin tus mentiras. Cuando
me sucedió esa tragedia sentí que era la mujer más desgraciada del mundo, pero
enseguida me di cuenta de lo afortunada que fui y de lo que Dios me salvó

cuando todo se descubrió

- ¿Entonces eres extremadamente feliz?

Sin dejar que respondiera, Javier tomó a Carolina en sus brazos y le dio un
profundo beso que la hizo estremecer, pero de la misma manera se separó y le

dio una sonora cachetada

- Vete Javier y no vuelvas más

- Perdón mi amada Carolina, no podía evitar darte un beso, te conozco


demasiado, tus ojos dicen algo que tu boca desmiente

- ¡Vete Javier!- Le gritó

Pero los siguientes días fueron como me los imaginaba: Carolina


confundida, aun enamorada y luchando a muerte con sus sentimientos más

profundos

- No logro sacármelo de la cabeza

- Ni del corazón hija mía, yo sé lo que es eso y te entiendo

- ¿Tendré que darle el beneficio de la duda?

- ¿Tú sabes lo que eso implica?

- Por supuesto ¿Crees que he tenido paz desde el día en que Javier

apareció?

- Me imagino que no, pero sería un grave error dañar tu vida por ese

hombre

- ¿Si te diste cuenta de que no lo he olvidado?


- Te conozco como si te hubiese parido hija mía, cómo no me voy a haber

dado cuenta

- Jajajajajaja, es que me pariste mami

- Ay hijita, sabía que este señor se iba a convertir en una piedra en el

zapato. ¿A caso podrás aceptar mi consejo de que te olvides de eso?

- No lo sé, si él no me vuelve a buscar todo quedará como estaba, pero

estoy segura de que lo hará

Y así fue, esta vez el teléfono de Carolina sonó a las 11:00 de la mañana y
era Javier intentando un nuevo acercamiento

- Buenos días mi señora amada

- ¿Qué deseas Javier?

- ¿Hay alguna posibilidad de que almorcemos juntos hoy?

- ¿Para qué?

- Por nuestro anterior encuentro y a pesar de la cachetada creo que la


situación entre nosotros no quedó ahí

- ¿Tú crees que después de todo lo que sucedió queda algo mas entre

nosotros?

- El amor está por encima de todo lo que haya podido suceder, tuve muy
mala suerte de que las cosas en las que me metí no terminaran cuando lo quise,

caso contrario otra hubiese sido mi vida y la tuya

- No se Javier, me siento muy confundida

- Yo no, ni un minuto he dejado de amarte y soñaba cada día en que


llegara el momento de volver a verte
- Tu vida no es igual a la mía, yo tengo mis tres hijos, un esposo que me

hace muy feliz

- Eso no lo creo, una mujer feliz no tiene dudas y tú me has dicho que

estás confundida

- No estoy confundida en los sentimientos hacia mi esposo, sino hacia el


hecho de que tú hayas vuelto, de todo lo que sucedió entre nosotros, de lo felices

que éramos

- Y que podemos volver a ser…por favor acepta mi invitación

- Tengo que pensarlo bien

- Por favor Carolina, no me niegues esa oportunidad ni te la niegues tú, si lo

piensas no será lo mismo, decídete ya, por favor

Se hizo un silencio, Carolina tomó una profunda respiración y finalmente

respondió

- Está bien, a la 1:00 nos vemos

- ¿Te busco en tu trabajo?

- No, no quiero que me vean saliendo con un hombre que no es mi esposo,

nos vemos en…

- ¿En el restaurant de los dos?

- Sí, ahí está bien

- Qué bueno que aun exista algo “de los dos”, ahí será perfecto para

recordar los viejos tiempos que si volverán

Al llegar estaba Javier con un bello ramo de rosas esperándola en la puerta


- Te agradezco el gesto Javier, pero supongo que comprenderás que no

puedo llegar a mi casa con eso

- Pero yo si podré tenerlas en la mía como un recuerdo de este momento,


el cual estoy seguro que será tan especial como muchos de los que con tanta

felicidad compartimos

Alagada, pero aun temerosa de lo que podría suceder, entró al restaurant

donde un mesero los condujo justo hasta la mesa donde ellos solían comer

- Qué recuerdos mi amada Carolina, no he podido sacar de mi corazón


todo lo lindo que compartimos aquí y en todos los lugares donde

estuvimos juntos

Sus ojos empañados se encontraron y sin pensarlo se dieron un dulce pero

triste beso y un abrazo muy fuerte

- Perdóname mi amor, perdóname. Yo jamás quise que pasaras por una


experiencia tan traumatizante como la que pasaste, no fue justo para ti y

tampoco para el amor que nos tenemos

Carolina secó sus lágrimas, se separó de Javier y le dijo:

- Eso ya pasó, fue muy duro como tú dices, traumatizante, pero lo superé,
aprendí de la experiencia, crecí como persona, como mujer, pero ahora tú llegas y
me siento totalmente indefensa ante un amor que creía olvidado y hasta

descartado de mi vida

- Mi amor ¿Me estás diciendo que aun me amas?

- Si Javier, desde ese día que te vi en casa de Rubén entendí que el tiempo

no pasó para lo que siento en mi corazón por ti y eso es terrible


- No, no cómo dices eso mi amada Carolina. Yo pasé seis años de mi vida
encerrado en una pocilga pensando cada minuto de mi vida en ti, pidiéndole a

Dios que no me olvidaras y él me escucho, me escuchó

Javier se tapó la cara con sus manos y comenzó a llorar mientras Carolina le

acaricia el cabello, luego la espalda y lo besaba en la mejilla, llorando ella también

- Vámonos de aquí, creo que este no es el lugar adecuado para

encontrarnos hoy- dijo Javier

Se subieron los dos en el carro de él, quien manejó hasta su casa

- Este es mi nuevo hogar Carolina de mi vida. Como verás, ya no hay


tantas habitaciones ni muchos lujos sino lo estrictamente necesario para
vivir decentemente. Estoy empezando de cero, con mi trabajo de
médico, tratando de ganarme un buen nombre con lo que de verdad se

hacer y es mi pasión.

A pesar de los años que perdí en la cárcel aun estoy joven y tengo mucho
amor y fuerzas para empezar de nuevo y dar lo mejor de mí, como persona, como

médico…

- ¿Y cómo vas a enfrentar a esos que saben de tu pasado sucio?

- Con la dignidad que me da mi arrepentimiento y mi nueva vida.

- ¿Será tan fácil como eso?

- No, lo sé, pero estoy preparado para todo porque esa pesadilla de haber
estado sin libertad y sin ti fue lo peor de mi vida, de ahora en adelante todo será

mejor

Se hizo un silencio de repente, ninguno de los dos podía decir más nada, se
miraron, Javier tomó la mano de Carolina, la beso con ternura, la acaricio y llenó
de besos su brazo hasta llegar al cuello y finalizar en su boca.
Se dieron un beso largo y profundo lleno de lágrimas de… ¿Tristeza?...
¿Felicidad? Ninguno estaba al cabo de saber qué más sucedería después de este
encuentro, incluso en los minutos siguientes después de ese beso tan importante

para los dos.

Separaron sus labios, Carolina pasó sus dedos por la frente, la nariz y la

boca de Javier

- Estás tan lindo, te amo tanto

- Yo pienso y siento lo mismo…quiero hacerte el amor mi Carolina adorada

Sin decir una palabra más, se abrazaron como dos locos enfermos de amor,

se siguieron besando y Javier llevó a Carolina en brazos a su habitación.

Allí las horas juntos se transformaron en un sueño dormido que


despertaba, lleno de luz y claridad, como todo lo que toca el amor con sus dedos.

Javier recorrió con su boca cada rincón del cuerpo de Carolina y la hizo
estremecer como no lo había hecho desde que él se fue de su vida. Los besos y las
caricias eran vida recuperada para ellos; las miradas, los orgasmos se convirtieron

en el bálsamo sanador de los errores cometidos por Javier.

Las horas pasaron como minutos y Carolina se alejó de su mundo sin darse
cuenta de que había llegado la noche y todos la buscaban desesperadamente

temiendo lo peor.

- Ya me tengo que ir Javier, se ha hecho muy tarde

- Lo entiendo, pero quiero decirte que hoy he sido tan o más feliz que el día

en que nos casamos…gracias por este bello momento mi Carolina amada.

Sin decir nada mas, prendió su celular y al darse cuenta de la cantidad de

mensajes por parte mía y de su esposo, me llamó enseguida


- Mami, disculpa que no te haya contestado

- ¿Estabas con Javier, verdad?

- Si, a ti no te puedo mentir

- Dios mío Carolina ¿Por qué hiciste eso? Tuve que inventarle a tu esposo
una mentira casi increíble porque al no comunicarse contigo me llamó y le dije
que tuve un problema muy grande y que estábamos conversando

- Gracias mami, gracias a Dios que te llamé a ti primero porque si no todo

se iba a descubrir

- Carolina, por favor, debes actuar con sensatez, no tienes edad para
cometer locuras, tienes un hogar estable y feliz, tres bellos hijos, un marido

ejemplar

- Sí, lo sé, pero desgraciadamente sigo enamorada de Javier y no sé qué

voy a hacer

- No vas a hacer nada que vuelva a dañar tu vida hija, piensa bien, recuerda

lo que sufriste

- Eso ya pasó mamá, ya Javier pagó sus culpas y no es justo que ahora yo le

dé la espalda como si no hubiésemos sido felices juntos

- Pero era una felicidad disfrazada Carolina, una mentira

- No mami, el amor no fue mentira, estamos ahora aquí, en el presente y

muriéndonos el uno por otro

- Carolina, por favor

- Después hablamos, ya estoy llegando a casa


Al entrar encontró a los tres niños y a su esposo dormidos en su cama, los

miró, se sonrío y a la vez los ojos se le llenaron de lágrimas al pensar en Javier.

- Pedro, mi amor, despiértate, se quedaron dormidos los niños, ve a

llevarlos a su cama

- Hola mi vida, te tardaste… ¿Qué le sucedió a tu mamá?

- Nada muy grave cariño, cosas de mujeres. Anda a llevar a los niños que

muero de sueño

Pero esa noche se hizo eterna, el insomnio se apoderó de Carolina quien


dio mil vueltas en la cama hasta que el sol se asomó despertando a Pedro

- Buenos días cariño, qué extraño verte despierta

- Me acabo de despertar, tengo mucho que hacer hoy

Pedro comenzó a acariciarla, ya listo para hacer el amor como casi todas las

mañanas y Carolina le dijo:

- No, mi vida, dejémoslo para la noche porque ya me tengo que bañar

- Está bien, me ducho contigo

- Mi cielo, ahora no, estoy muy apurada, por favor ayúdame con los niños

para que no se haga tarde


Capítulo 27

Embarazada a los cuarenta

En menos de media hora ya Carolina estaba lista y radiantes con su


pensamiento puesto en volver a ver a Javier, así fuesen dos minutos. Después de
llevar a los niños al colegio, lo llamó al celular y le pidió que se encontraran para

desayunar en una panadería cerca a su trabajo

- Voy enseguida para allá mi amada Carolina, que feliz soy de que hayas
llamado

Al verse se besaron y se abrazaron sin temor alguno de que alguien los

viera

- Qué lindo estás mi amor

- No mas que tú, pero parece que te hizo falta más maquillaje de lo normal

- No puede dormir en toda la noche

- ¿Y eso por qué?


- Porque seguramente en todo esto que está pasando tengo mucho más

que pensar y perder que tú

- No tienes nada que perder mi amada Carolina, a mi me perdiste, lo único

que te tienes que hacer es que recuperarme

- No es así tan fácil como lo dices, Pedro es tan bueno…

- Es bueno, pero me amas a mí, él sólo apareció en tu vida por una


equivocación del destino y yo estoy dispuesto a reparar con creces ese daño y esa

pérdida de tiempo

- Así lo ves tú de fácil Javier, para mi han sido cuatro años compartiendo
con un hombre que no sólo me dio dos hijos sino quien me sacó de esa fuerte

depresión en la cual caí

- Pero eso ya pasó mi Carolina amada, yo te amo con todo mi corazón y he

vuelto para hacerte aun más feliz, feliz de verdad, sin límites, sin miedos

- Lo sé y siento dentro de mí que eres el hombre a quien realmente amo,


pero es imposible pensar que porque tú apareciste yo voy a echar por la borda

estos cuatro años

- Tú lo has dicho, son cuatro, no diez ni cincuenta…no quiero presionarte ni


exigirte, pero aun estamos jóvenes, tenemos toda la vida por delante y no quiero

perderla sin ti a mi lado

- Tú lo has dicho, no me presiones, no me insistas, déjame resolver las cosas


a mi manera, porque no se qué hacer, no tengo argumentos para dejar a Pedro

de la noche a la mañana

- ¿Pedro? Carolina, hasta el nombre es feo

- Jajajaja, pero él no Javier…ya me tengo que ir


Pero los acontecimientos se precipitaron porque Carolina quedó
embarazada y sin duda alguna el bebé era de Javier ya que Pedro tomó la
decisión de hacerse la vasectomía debido a que a Carolina le hacían daño las

pastillas anticonceptivas y él no quiso que fuese ella la que se operara

- Carolina, mi amor, me he dado cuenta de que en varios meses no has

menstruado

- ¿En serio? Ni me había dado cuenta de eso ¿Será que me llegó la

menopausia prematuramente?

En ese momento Carolina se dio cuenta de que estando tan feliz con Javier,
lo de la menstruación pasó desapercibido y al darse cuenta se asustó de tal
manera que corrió a la farmacia a buscar una prueba de embarazo, la cual dio

positiva

- Dios mío no puede ser

Enseguida, y sin avisar a nadie, pidió una cita de emergencia a su

ginecólogo quien corroboró la sospecha y la felicitó por su nuevo embarazo

- Querida Carolina, te felicito, pero a la vez me sorprendo porque no me


habías dicho que estabas buscando otro bebé. Eres muy sana y no has tenido

ningún problema para concebir, pero ya vas a cumplir cuarenta

- No es sólo eso Enrique, mi esposo se hizo la vasectomía cuando di a luz a

nuestro último bebé

- ¿Cómo?

- Estoy embarazada de Javier

- ¿De Javier tu ex esposo, mi amigo?

- Sí
- Uy Carolina, pero que sorpresa y que complicación para ti. No sabía que

Javier había vuelto

- Sí y al hacerlo descubrí que es el hombre de mi vida y ha sido mi amante

durante tres meses

- No quisiera estar en tus zapatos amiga mía, además supongo que nuestra

relación paciente-doctor llegó hasta aquí

- Por supuesto, estoy segura de que el padre de esta criatura, hecha con

tanto amor, no te dejará hacerme un eco más

- Jajajaja, conociéndolo como lo conozco, tienes toda la razón. ¿Me dejas

que le dé la noticia?

- No, no, no, ese placer tiene que ser mío. Y aunque se todo lo que me va a
venir encima con respecto a mi esposo, nada me ha hecho más feliz que esto que

ha sucedió

- Enhorabuena Carolina, cuídate mucho, se que estarás en buenas manos

Fui yo la primera en enterarse del embarazo de Carolina, me llevé las manos

a la cabeza. Pensé en el pobre Pedro, tan bueno, tan amable, tan educado

- Hija ¿Cómo pudiste descuidarte de esa manera? ¡Qué irresponsabilidad


tan grande! Yo sabía que la aparición de ese hombre no traería nada bueno a tu

vida

- ¿Tú piensas que un hijo es algo malo?

- Carolina, yo no estoy hablando del bebé en sí, sino de las condiciones en


las que ha sido engendrado, claro que un hijo es una bendición ¿Pero no te da
cuenta de todo lo que va a suceder de ahora en adelante, todo el dolor que vas a

causar a tu esposo y a tus hijos por no haberte cuidado?


- A mis hijos no mamá, estoy consciente de que Pedro va a sufrir horrores y
eso lo tendré que enfrentar, pero mis hijos siempre tendrán a sus padres, así sea

separados

- Pues entonces comienza a resolver tus problemas de una vez, porque no


será fácil Carolina. Lo ideal no es tener un hijo fuera del matrimonio y mucho

menos para una mujer

- A mi no me importa el qué dirán mamá, me importa aun mas el amor que

siento por Javier y al felicidad que él y yo sentimos al estar juntos

- Eso no puedo entender y tú sabes que a mí tampoco me importa lo que


diga la gente, pero destrozar un matrimonio tan bueno como el que tú has tenido

no tiene ninguna justificación

- El amor es suficiente ¿No crees tú?

- No hija, el amor no es suficiente, esa pasión y esa locura que sientes por
Javier ahora se va a diluir con el tiempo, con la cotidianidad y con ese día a día

que se come los matrimonios…

- ¿Cómo se comió tu matrimonio con mi papá y por eso te hiciste amante

de Rubén?

- ¡Carolina Respeta, eso no fue así!

- Si fue así mamá, Rubén me confesó que siempre te amó y qué casualidad
que poco tiempo después de la muerte de mi papá ustedes dos se hicieron
novios

- No fue casualidad, no puedo negarte que yo también estuve enamorada

de Rubén en mi adolescencia, pero de ahí a serle infiel a tu papá es otra cosa


- Si lo fuiste, si no hubiese sido así Rubén y yo no hubiésemos terminado
nuestra relación. Yo até los cabos cuando ustedes hicieron público su noviazgo y

me di cuenta de que ese “amor del pasado” de quien él me habló era tú

Tuve que darle la espalda a mi hija, no podía mentirle más después de su


reflexión ¿Y para qué iba a mentirle? Ya Julio estaba muerto, yo era feliz al lado de
Rubén. Entendía su amor por Javier, pero, como madre, no podía justificar un

embarazo no programado.

- Tienes razón Carolina, si fue infiel, pero ni salí embarazada ni quise dejar a

tu papá porque también lo amaba

- Pero yo no puedo ser así, yo no deseo dejar a un lado a Javier y darle las

migajas del amor tan grande que siento por él

- Te entiendo, a lo mejor es otra época o tú eres más valiente que yo o


amas mas a Javier de lo que yo amaba a Rubén como para dejar todo por él…no

se hija…en tal caso cuenta con mi amor y mi apoyo porque soy tu madre

- La mejor madre del mundo…siento mucho que para ti esto sea un


problema, pero yo me siento demasiado feliz y sé que en poco tiempo todo

estará bien y que Pedro lo superará

- Si hija, es que así es el amor, nada seguro ni eterno. Las personas somos

muy complicadas a veces y la vida se nos transforma en un abrir y cerrar de ojos


-

Capítulo 28

Buenas noticias para uno, malas para el otro

Sin perder más tiempo, Carolina le pidió a Javier que se vieran

enseguida en su casa, ya ella tenía las llaves y desde ahí mismo lo llamó

- Carolina amada qué sorpresa, pero sabes que a esta hora estoy en

consulta y no estaré listo hasta dentro de dos horas por lo menos

- Tranquilo mi vida, aquí te espero porque tengo algo muy importante que
conversar contigo…ah, no traigas almuerzo porque yo misma lo voy a

preparar

- Me emocionas mi vida, espero que lo importante que tienes que decirme

sea algo que me haga muy feliz

- Con toda seguridad mi amado Javier

Antes de las dos horas él se presentó con un espectacular ramo de unas

rosas rojas grandísimas y aterciopeladas


- Qué rosas más espectaculares mi vida, muchas gracias

- Muy rojas y grandes mi amor, llenas de toda la pasión desenfrenada que

siento por ti

- Y justamente por culpa de esa “pasión desenfrenada” es que estamos

aquí

- ¿Qué quieres decirme con eso mi amada Carolina; ¿Me invitaste de una

manera tan súbita y urgente para darme un mediodía lleno de lujuria y pasión?

- No, por supuesto que jamás te sacaría de tu trabajo para algo que

podemos hacer a cualquier hora del día

- ¿Y entonces, a qué se debe esta mesa tan linda y ese olor a paella que

tanto me gusta?

- A que vas a ser padre

Javier se puso serio de repente, incrédulo ante la confesión de Carolina

- No juegues conmigo mi amor ¿Por qué me dices eso?

- Porque es verdad mi Javier amado


- Carolina, por favor, tú tienes un esposo ¿Cómo sabes que yo voy a ser el

padre tu hijo?

- Porque él se hizo la vasectomía y yo estoy embarazada

- ¿Me estás hablando en serio mi vida?

- Jamás te he hablado tan en serio como hoy

- Dios mío no lo puedo creer ¿Yo voy a ser padre…de tu hijo?

- De nuestro hijo

Javier comenzó a llorar como un niño abrazando y besando a Carolina

como nunca antes lo había hecho, con una ternura y un agradecimiento que

nacían desde lo más profundo de su corazón. Se arrodillo y mirando al cielo dijo:

- Gracias Dios mío, mil gracias, yo sabía que de alguna manera tenías que

compensarme por todos esos años que sufrí tanto

- Ya mi amor, ya levántate

- No puedo creer que sea verdad tanta dicha…pero mi Carolina amada, esto

va a ser un gran problema para ti, tus hijos, tu esposo


- Si, lo sé, pero al igual que tú siento que esto es lo más lindo que nos ha

podido pasar y me dará todas la fuerzas para enfrentar lo que me viene encima y

estoy dispuesta a hacerlo de la mejor manera posible

- Y cuentas con todo mi apoyo, tú lo sabes, si quieres venirte a vivir

enseguida para acá, no tienes más que traerte todas tus cosas y las de tus hijos. Al

principio estaremos un poco apretados, pero sé que en poco tiempo podré

comprar una casa grande para todos

- No, no, mi vida, no pienses eso todavía. Yo no puedo sacar a mi hijos de

su entorno así tan fácil como tú lo crees. Acuérdate que ellos están aun pequeños

y ya va a ser un cambio que no estén con su papá como para traerlos a vivir a acá

y luego hacer otra mudanza

- Ya yo he tenido tiempo de pensar en todo y lo que creo es que primero

Pedro deberá irse de la casa y acostumbrar a los niños a que su papá no está y

luego avisarles de ti, del nuevo bebé, hasta que puedas comprar la casa y casarnos

para que no tengan que pasar por dos mudanzas y todo un cambio que no se de

qué manera lo van a afrontar


- Tienes razón, se me había olvidado al clase de madre que eres, pero estoy

de acuerdo contigo, además no sabemos cómo va a reaccionar tu esposo.

Seguramente él no te pondrá las cosas fáciles

- Hasta ahora él ha resultado ser un hombre justo y racional, él sabe lo que

pasé por ti y entiende que cuando llegó a mi vida aun estaba enamorada de ti, yo

se lo dije y hasta le fue difícil conquistarme por eso, pero él insistió y al final lo

logró

- Pero todo cambió de nuevo y espero que así como te entendió antes, te

entienda ahora también

- Yo también…por el bien de todos…

Después de almorzar, hacer el amor y hablar de todo lo que imaginaban

hacer para cuando llegara el o la bebé, se despidieron y Carolina se fue directo a

su casa, no sin antes llamar a Pedro para que llegara lo más temprano posible

Y así fue, él enseguida salió de su trabajo y hasta llegó antes que ella
- Buenas tardes cariño, ya está tu esposito aquí para escuchar lo que me

quieres decir

Ella lo besó en la frente y le pidió que fuera a su habitación

- ¿Por qué el beso en la frente y tanto misterio vida mía?

- No sé cómo empezar

- ¿Así de grave es la cosa?

- Sí

- Comienza por el principio mi amor, soy todo oídos

- No sé si te enteraste de que Javier salió de la cárcel y un día me lo

encontré en casa de Rubén porque fue conversar con él

- No me dijiste nada

- Sí, ese día nos encontramos y fue algo fuerte para mí

- Tan fuerte que ni me lo comentaste


- No quise hacerlo, pero después de ese día él y yo nos vimos varias veces

más

- Y tampoco me avisaste

- Estoy embarazada de Javier

Pedro la miró incrédulo de lo que estaba escuchando y aunque Carolina le

pidió que la dejara hablar, él procedió a buscar una maleta y recoger su ropa

- Por favor mi amor, escúchame

- ¿Y quieres que escuche más de lo que ya te oí?

- Necesito explicarte

- No tienes nada que explicar Carolina, el culpable de todo esto soy yo

- No, no mi amor, tú has sido un hombre maravilloso, yo no tengo quejas

de ti

- Si, he sido tan maravillo que tu manera de agradecerlo es saliendo

embarazada de otro hombre


- ¿Podrías dejarme hablar?

- No Carolina, yo entiendo todo perfectamente. Cuando te conocí tú

estabas despechada, me gustaste, yo jamás pensé que me iba a enamorar de ti y

te acompañé en tu despecho y tú lo superaste. Lo que jamás imaginé es que ese

hombre podría regresar después de lo que hizo, pero mucho menos que tú

caerías en sus garras

- No es lo que piensas, por eso necesito conversar contigo, están de por

medio los niños

- ¡Mis hijos Carolina! A quienes no los voy a exponer a vivir con un

delincuente, de eso puedes estar segura. Si él fue capaz de convencerte a ti que ya

dejó su pasado atrás, pues a mí no y no estoy dispuesto a permitir que mis hijos

vivan en riesgo por tu irresponsabilidad

- Las cosas no son como tú crees Pedro

- Pero yo tomaré mis previsiones Carolina, así que búscate un buen

abogado y disfruta de mis hijos mientras que estés aquí con ellos y yo encuentro

uno que me deje protegerlos de tu locura


- Pedro, por favor, no puedes hacer eso, tenemos que conversar

- No Carolina, te dejo para que hagas con tu vida lo que mejor te parezca,

pero mis hijos son inocentes y no quiero que los arrastres a una vida de la cual

parece que no aprendiste nada

Después de unos días le llegó a Carolina una orden de un juez quien había

determinado que le entregara los niños a su padre, hasta que se hicieran las

investigaciones necesarias que confirmaran todo lo que Pedro había dicho acerca

de Javier.

Como me lo imaginaba, la vida de mi hija, una vez que reapareció su ex

marido, se volvió una pesadilla para todos. Pasaron los meses de gestación y

algunos más, hasta que sus hijos pudieron pasar tiempo con ella en su casa, ya

que durante todo ese tiempo los encuentros se hacían en la mía, con Rubén y yo

presentes. Esa fue la condición de Pedro para que Carolina pudiera verlos.

Javier hizo lo imposible para que Carolina fuese feliz, se mudaron pensando

en el momento en que los niños regresaran y ese día los recibieron decorando la
casa como sólo mi hija sabía hacerlo, de una manera tan linda y especial para

darles la gran bienvenida.

A pesar de todos los problemas con Carolina, Pedro fue un gran padre y no

hizo alusiones desfavorables acerca de Javier, él sabía que tarde o temprano los

niños tendrían que vivir con su madre otra vez y no quería crearles más conflictos

y problemas de los que ya habían tenido.

Aun no estaban autorizados para quedarse a vivir con Carolina y Javier,

pero ya podían pasar los fines de semana y dos días durante la semana, cosa que

hacía inmensamente feliz a mi hija, después de tantos meses de problemas y

alejada de sus hijos.

Cuando los niños vieron lo bella que estaba la casa decorada y todo lo que

había para ellos ahí, se sintieron extrañados, pero muy contentos también y por la

manera como Javier los trató, el ambiente fue de mucha felicidad para todos.

- Hijitos, quiero que vengan conmigo y Javier a conocer sus habitaciones,

espero que les guste y que disfruten de ellas y su hermanita


Carolina había tenido una linda babé, idéntica a Javier a quien llamaron

Diana, para mi total felicidad.

- Por fin están mis hijos aquí mami, no te imaginas lo aliviada que me siento

- Ay hijita, hubiese dado la vida para que no pasaras por todo esto, pero los

padres no tenemos en las manos el destino de nuestros hijos y ustedes tienes que

aprender por su propia experiencia, caer, equivocarse y volverse a levantar…por

suerte Javier no nos ha defraudado esta vez y esperamos que las cosas sigan así

- Yo no te lo he dicho, pero él estaba dispuesto a alejarse de mí para que yo

mantuviera a mis hijos conmigo, pero yo le dije que no valía la pena hacerlo;

Pedro ya había tomado la decisión de ir en mi contra por su causa y estando yo

embarazada de él, no había manera de que se fuera y me dejara sola.

Al final, sólo el tiempo le ha demostrado al padre de mis hijos que el

equivocado ha sido él y no yo, pero en el fondo lo comprendo, son sus hijos y por

los antecedentes él debía protegerlos de Javier…pero mira como son las cosas,

ellos no han dejado de jugar con su padrastro desde que llegaron, este encuentro

ha sido mejor de lo que yo me esperaba


- En definitiva Javier es un hombre muy especial y diferente a los demás,

lastimosamente la vida lo llevó por un camino equivocado, pero él está

demostrando que se arrepintió y si Dios lo permite, muy pronto tus hijos estarán

definitivamente contigo para que tu felicidad sea completa

- Dios te oiga mami, desde ese día en que le di la noticia de mi embarazo a

Pedro, mi vida ha sido muy complicada, he sufrido mucho, pero Javier ha estado

ahí, a mi lado, consolándome y dándome todo su amor para que yo pudiera

resistir hasta que llegara este momento tan añorado por mi

Pero muy pronto Dios escuchó mis ruegos y los de mi hija, aparte de que el

comportamiento de Javier fue lo que más ayudó para la sentencia definitiva con

respecto al regreso de los niños.

En esta nueva etapa de su vida, Javier no sólo trabajó en función de sus

pacientes sino para ayudar a aquellas mujeres necesitadas y creó dos fundaciones:

una para dar casa y trabajo a madres solteras y víctimas de violaciones y la

segunda para dar tratamiento a jóvenes drogadictos.


Fue galardonado con muchos premios por su gran labor y viajó a diferentes

partes de mundo llevando una esperanza a todas las mujeres y jóvenes que

requerían de su ayuda.

En lugar de tapar los errores de su pasado, Javier se dedicó a difundir su

historia personal para dejar el testimonio de lo que él vivió a fin de que la gente se

fijara en ese ejemplo y decidiera salir de las tinieblas o no caer en la tentación del

dinero fácil.

Dio miles de charlas, entrevistas y se hizo tan famoso que tuvo que pedir la

ayuda de ginecólogos jóvenes, recién graduados para que lo ayudaran en sus

consultas y en sus fundaciones para llegar a la mayor cantidad de gente posible.

Rubén y yo nos unimos a estas causas y disfrutamos al máximo de esta

nueva oportunidad en nuestras vidas haciendo lo que siempre quisimos, ayudar al

prójimo.

Carolina se dedicó a sus hijos y Pedro comprendió que las personas pueden

rectificar y dejar a un lado sus malas acciones para el bien de ellos mismo y de

quienes aman.

También podría gustarte