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RENÉ LATOURELLE

TEOLOGÍA
DE LA REVELACIÓN

UNDÉCIMA EDICIÓN

EDICIONES SÍGUEME
SALAMANCA
2005
15
EL CONCILIO VATICANO II y LA
CONSTITUCIÓN l/DEI VERBUM"

1:1 miércoles, 14 de noviembre de 1962, el Concilio Vati-


I IllO II comenzó el examen del esquema De fontibus Revela-
''','''~. El examen duró hasta el 21 de noviembre. Las partes que
11 -1 primer esquema, compuesto de cinco capítulos (1. La doble
""'lile de la revelación; 2. Inspiración, inerrancia, género litera-
.111, 3. Antiguo Testamento; 4. Nuevo Testamento; 5. Sagrada
I II itura en la Iglesia), se referían directamente a la revelación,
tl ••t. ban del hecho de la revelación, de su transmisión, del papel
d. ~risto y de los apóstoles en la economía de la revelación, de
l. ti ble fuente de revelación y de la función del magisterio con
•• 1., ión al depósito de la fe.
El esquema fue al principio objeto de observaciones genera-
1 cerca de los capítulos en conjunto. Ya desde el principio, se
.h-linearon entre los padres dos actitudes: unos aceptaban sus-
1.111 ialmente el esquema, pero se debía retocar; otros lo juzga-

!t.1I1 inaceptable y proponían llanamente que se sustituyese por


1111 más conciso, más pastoral y más ecuménico.
De los problemas propuestos, el que más llamó la atención
f 11 el de la relación Escritura-Tradición. ¿ Qué relación existe
I

rntre ambas y cómo hemos de expresarla? La solicitud por el


di logo ecuménico hacía muy delicado este problema. Para los
protestantes en concreto, el esquema de revelación tuvo, desde
• I principio, valor de símbolo: juzgarían el concilio en gran
p. rte por su postura ante esta cuestión. Ante la investigación
" lógica vacilante y ante las dificultades de una fórmulación
exacta, muchos padres se preguntaron si sería oportuno que
(.( concilio tomara una posición determinada en cuestiones toda-
vía discutidas.
353
Concilio Valicano II: «Dei V erbum~
352 Revelación y magisterio de la Iglesia
Una vez terminada la discusión conciliar, la comisión se PIso
El primer esquema encontró fuerte resistencia en una ma 11 Irabajar teniendo en cuenta las observaciones hechas P?r. os
ría importante. La discusión de cada uno de los capítulos se pl I ulres es~ecialmente acerca de los capítulos I Y n, los m,as li-
veía laboriosa, prolongada y sin gran esperanza de éxito. 1'11I I:lIlantes del esquema. El resultado ~~l trabajo se entrego a os
ello, Juan XXIII decidió, el martes, 20 de noviembre, que 11111 p.\tlres el último día de la tercera sesion .. , _
comisión especial revisase el esquema antes de continuar \1 P or u'lt·mo
1 ,
el texto revisado se sometió al voto de la asam
., 1 20 21 Y
examen. Esta comisión llamada mixta, ya que se componít I hlc a conciliar desde el comienzo de la cuarta sesión, e. ' d
7 cardenales nombrados por el papa, de 10 miembros de la tll .' de septiembre de 1965. Sin embargo, las correcclOn~s e
misión doctrinal y de 10 miembros del Secretariado par, 11 .It'1alle sugeridas por los padres, sin modifica~ la sustan~t del
Unión de los Cristianos, se nombró el 25 de noviembre de 1( b 11 xto, mejoraron notablemente la forma del mismo. yot~, a po~
El martes, 20 de noviembre, día en que Juan XXIII de id 11 I.\pítulos y aprobada casi por unanimidad, la constttbyo;fei
que el esquema se enviase a la comisión mixta, fue uno de lo VC'rbum fue promulgada oficialmente por el papa Pa o e
decisivos del concilio. A partir de ese día, el problema del cont IH de noviembre de 1965. . . ,. di
nido material de la Escritura y de la Tradición queda abierto, No vamos a analizar aquí toda la constítucícn, ni a estu lar
de forma que teólogos y exegetas puedan estudiado cada v 1.\ historia de los diversos esquemas que precedie.ro~ al texto
más a fondo. El concilio, por su parte, eligiendo otro camino, ti 'finitivo votado por los padres conciliares; nos hmltare~os a
se dedicó .a subrayar la unidad orgánica de la Escritura, Trad lonsiderar los capítulos I Y n que se refi~~en a la r~velacl6n y
su transmisión y, con particular atención, el capítulo I ~ue
ción e Iglesia.
Durante la segunda sesión del concilio, el esquema de rev :i scribe la revel~ci6n misma. Al análisis detallad? ,de. los diez
lación estuvo rodeado del más completo silencio. La comisi 11 parágrafos que componen los capítulos I ~ n se~U1ran unas ob-
mixta terminó su trabajo en marzo de 1963, y en mayo d"1 rvaciones generales sobre estos dos capítulos .
mismo año, se enteraron los padres del resultado de sus inve
tigaciones. Entonces muchos padres expresaron el deseo de qu
el esquema tratase de manera más amplia de la Tradición y ti
la revelación. El 7 de marzo de 1964, la comisión doctrinal con
tituyó una sub-comisión para corregir el esquema atendiendo TEXTO Y COMENTARIO
1. PROEMIO
a este deseo de los padres. Ésta dividió en dos el capítulo I (L(/
palabra de Dios), que quedó así: 1. La revelación en sí misma,
11. La transmisión de la revelación. La comisión doctrinal, 11
sesión plenaria, examinó estos dos nuevos capítulos, del 1 al Cl
1 El Santo Concilio
proc1a·mándola confiadame~te, hace suya ~a frase
«Os anunciamos la vida eterna, que es~a a en e
l
t:J::
escuchando religiosamente la palabra de dDid~ Y
¡~:n~~::a~jfe~~~~
fi de que viváis
lo que hemos visto y oído os lo anunciamos a ~osotros, a n 1 Padre
de junio de 1964. El primer capítulo se aceptó sin dificultad y I también en comunión con nosotros, y esta comumón nuestra sea con e
segundo con una mayoría de 17 contra 7. La oposición fue moti y con su Hijo Jesucristo~ (1 Jn 1,2-3). ..
vada por el hecho de que el texto no decía que en la Tradición 2 Por tanto siguiendo las huellas de los Concilios T~i~entmo ~ V~;lca-
. , ner la doctrina genuina sobre la divina reve aCI n y
se contienen inás verdades que en la Escritura. no 1, se propon~ .e;po t d el mundo oyendo crea el anuncio de la
El nuevo esquema se discutió en la tercera sesión del concilio, obre su transmlSlOn, para que o o
salvación, creyendo espere y esperando ame 2.
del 30 de septiembre al 6 de octubre de 1964, sin que la paz y
el equilibrio delicado al que se había llegado, fuesen perturba 1 CONCILIO VATICANO II. e Ollstitucióll dogmáti.c~ sobre.. /Ia rpeve/a~~~
6 e . mpre esta traducción espano a. ara
dos. En su conjunto, el texto fue del agrado de los padres por di,tÍna. Salamanca 19 ;;... Ita~os slenumerado las frases de cada parágrafo.
su equilibrio, su sabor bíblico, su carácter cristo céntrico, su am yor claridad e? el análisis, r e~os udiens et fidenter proclamans. Sacro-
plia exposición sobre la Tradición, y, por último, por la libertad • SI. odDC1 Ve r b ·ls,m rJe~:~~~~ :bsequitur dicentis: 4:Annuntiamus vobis
sancta yn us ver b 1 S.
que se dejó a los teólogos en las cuestiones discutidas.
Coucilio Vaticano 11: «Dei VerbulIl' 355
354 Revelación y magisterio de la Iglesia

Sobrio es este proemio, pero elevado. El tono del primer p 1 h -rnos visto y oído os lo anunciamos a vosotros, a fin de ~~e
rágrafo, solemne y religioso a la vez, queda justificado ampllu iváis también en comunión con nosotros, y esta comuruon
mente por el hecho de que la constitución Dei Verbum es lo 1 nuestra sea con el Padre y con su Hijo Jesucristo» (1 Jn 1, 2-3~,
camente el primero de los grandes documentos del Vatican 11 I ste texto enuncia, en términos bíblicos, lo esencial de la consti-
En realidad este proemio introduce en el conjunto de la 0111 1 tución. La vida, que estaba en el Padre, cerca del Padre, se nos
conciliar. Dentro de la misma constitución Dei Verbum expon manifestó. Dios ha salido de su misterio y, merced aIa hu~a-
el tema de la misma, tema cuya desarrollo y orquestación (lll nidad de Cristo, Juan ha podido ver y oír al Verbo de VIda.
tinuarán los capítulos siguientes. luan anuncia lo que ha visto y oído, a fin de que los ho~bre~,
mediante la fe en su testimonio, participen en esta expenen~~a
1. Dei Verbum: estas dos palabras, que en adelante servl V, con él, entren en comunión de vida c~n el Pad~e ~ ,con su HIJ?
rán para designar la constitución y distinguirla de otros d III [csucristo. Epifanía de Dios en Jesucnsto, medlac~on d~l. tes~l-
mentos conciliares, expresan en realidad todo el conteni lo monio apostólico, participación del hombre. e~ la VIda tnmtana,
Dios, el Dios viviente, ha hablado a la humanidad. El términu ,1 texto de san Juan describe todo el movimiento de la revela-
palabra de Dios se aplica primariamente a la revelación, es d I ión: la vida en Dios, la vida que baja hacia el hombre y, en
a esta primera intervención por la que Dios sale de su míste.lo, jesucristo, se le. manifiesta para obrar la vuelta a la vida ..Por ~u
se dirige a la humanidad para descubrirle los secretos de la vi lil densidad y poder de sugestión, este texto es ~omo el leitmotiv
divina y comunicarle su designio salvífico. Éste es el hecho 111 de la constitución, y, más en concreto, del capitulo 1.
menso que domina los dos testamentos y del que vive la IgI si,l
Esta palabra de Dios, dirigida una vez para siempre, perdur: ,1 2. La segunda frase indica la finalidad de la constitución.
través de los siglos, siempre viva y actual, en la Tradición y 1,1 1 concilio se propone exponer la verdadera doctrina acerca de
Escritura. la revelación y de su transmisión. Continúa en. ~sto, a la par que
La actitud del concilio respecto a la palabra de Dios e 1,1 10 amplía, el trabajo realizado por los conClJ¡.osde Trento. y
que en el capítulo II se describe como actitud del magisterio ti· Vaticano 1. La referencia a san Agustín, que CIerra el proemIO,
la Iglesia: escucha y proclama la palabra de Dios. Como todo subraya la preocupación pastoral que inspira toda la obra del
el pueblo cristiano, cuya fe con divide, recibe con fe y piedad 1,\ concilio.
palabra del Señor; mas también, en virtud de la misión prof l'
tica que ha recibido de Cristo, es el heraldo de esta palabra que
Il
proclama con la confianza de los profetas y de los apóstol
La palabra fidenter, que califica esta proclamación, evoca 1,1
CAPITULO 1: LA REVELACION
'ltapp-r¡oía o actitud de confianza y seguridad de la predicaci 11
apostólica (Hech 4,29.31; 9,28; 19,8). El concilio, ministro ti·
2. NATURALEZA Y OBJETO DE LA REVELACIÓN
la palabra de Dios, recuerda con respeto (obsequitur) el comien
zo de la primera carta de san Juan: «Os anunciamos la vid. 1 Dispuso Dios en su bondad y sabiduría revelarse a sí mismo y dar a
eterna, que estaba en el Padre y que se nos manifestó: lo que conocer el misterio de su voluntad (cf Ef 1,9), mediante el cual los hom-
bres por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acc~s~ al Padre en el
Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina (cf Ef 2, 18;
vitam aeternam, quae erat apud Patrem et apparuit nobis: quod vidimus ct
audivimus annuntiamus vobis, ut et vos societatem habeatis nobiscum, 2Pel,4).
et societas nostra sit cum Patre et cum Filio ejus Jesu Christos (1 Jn 1,2-3), 2. En consecuencia, por esta revelación Dios in~isible (d. Col 1, 15;
2. Propterea, Conciliorum Tridentini et Vaticani 1 inhaerens vestig'ii 1 Tim 1, 17) habla a los hombres como amigos, movido por su gr~n. amor
genuinarn ~e divina ~evelati~e ac de ejus transmissione doctrinam propo (d. Ex 33, 11; Jn 15,14-15) Y mora con ellos (cf ~~r 3,38), para invitarlos
nere intendit, ut salutis praecomo mundus umversus audiendo credat, credendo
speret, sperando amet. a la comunicación consigo y recibirlos en su compama.
357
Concilio Vaticano II: «Dei VerblHI!)
356 Revelación y magisterio de la Iglesia

3. Este plan de la revelación se realiza e "1l1ul1tatis suae. Al decir que el objeto de la revelación es Dios
mente conexas entre sí de form l bra gestos. y palabras intrln 1 mi mo, el concilio personaliza la noción de revelación: antes
historia de la salvació~ manifies~ que as o ras realizadas por Dio 11 1
significados por las palabras y la an 1Ybconfirman la doctrina y los h 1111'
dl dar a conocer algo, es decir el designio de salvación, Dios
Y esclarecen el misterio co~tenid~ Pe~a efI:~.por su parte, proclaman las 0111 mi mo se revela. El misterio paulino evoca este designio salví-
t o, escondido en Dios desde toda la eternidad, Y ahora reve-
4. Pero la verdad íntima acerca de D'
mana se nos manifiesta por la revel 'ó d I~ ! acerca de la salvación 111,
l.ulo, por el cual Dios hace de Cristo el centro de la nueva eco-
diador y plenitud de toda la r l ~~I n e rísto, que es a un tiempo 111 nornia y le constituye, por su muerte y resurrección, único prin-
eve acion 3.
1 ipio de salvación, tanto para los gentiles como para los judíos
I "beza de todos los seres, de los ángeles y de los hombres.
ti 1. La re~elación aquí descrita es la revelación en su f I
~c IV~, y constituyente, como también en la economía de su 11' I
1 I misterio es el plan divino total que, en definitiva, se reduce a
lízacíón concreta por las vías de la hístori la y d e 1a encarna 1111' Cristo, con sus insondables riquezas Y su tesoros de sabiduría
La co tit ., y ciencia. Concretamente, el misterio es Cristo. Al utilizar la
d 1 ns 1lación enuncia primariamente el hecho y el ob] -tll
I ategoría paulina de misterio, con la plenitud de sentido y múl-
s e a ::ve acron. De la revelación, como de toda la obra de 11
tiples resonancias que tiene en la carta a los efesios (c. 1), el
~:~:~1~7~c~~;n(~f d~fd~ci~-i~e) e~ un efe.cto del ?eneplácit ti 1 ncilio da al objeto de la revelación su expresión más completa,
de Dios f ' . s gracia. Es libre iniciativ I
del ho~6reno~bect~ de un constreñimiento o apremio por pau: más rica y sugestiva.
El segundo miembro de la frase declara en qué consiste el
~:~:~ria
d~D~~~ Elet:x~~r~~~¡a:sp~~b~~;~e~eC~n~¡1¡~d~~, plan salvífico divino acerca de la humanidad. El designio de
I íos consiste en que los hombres, por Cristo, Verbo encarnado,
, pero .a ~pta una formulación más personalista E '1
gar del placUlt eJus sapientiae et bonitati d' . 1 .' n 11 tienen acceso al Padre (Ef 2, 18) en el Espíritu y se hacen con-
sua bonitate et sapientia. Pone d " Ice. ~ acuít Deo, 111 ortes de la naturaleza divina (2 Pe 1,4). El designio divino, ex-
bondad de Dios, y después su ~abi;m~s, en pnmer plano, 1,1 presado en términos de relaciones interpersonales, incluye los
A ,. di' una. tres principales misterios del cristianismo: la Trinidad, la encar-

d:c;:'; r~:'cl.'::.Se¡S~a~~~~oSrr~I.~'
mente P:tt~~~~lio ev~~l~!~od~ la revel~ción, el texto sigue igu: I
~~wet"í"a vb'untat;s suae
a e ver o y reemplaza decreta por el término p l'
nación, la gracia.
2. Después de haber afirmado el hecho y el objeto de la
cramentum
, (<<myste. , e1 texto griego) más aubíblí
num», segun 100 Sil revelación, el concilio precisa su naturaleza. Por la revelación,
mas concreto: seipsum revelare et notum fa~er~ sacra men I lCtOti", el Dios invisible, escondido (Col 1, 15; 1 Tim 1, 17), al que
nadie puede ver sin morir, el trascendente Y tres veces santo, en
• 1. Plaeuit Deo in sua bonitate et . . . la superabundancia de su amor (porque Dios es amor: 1 Jn 4, 8)
faeere saeramentum voluntatis suae (cf E s~Plent)la seipsurn revelare et noturu ale de su misterio. Dios rompe el silencio: se dirige al hombre,
Verbum caro factum in Spiritu Sanct P 1,9, quo hornines per Christum,
' o aceessum habent d P t . te interpela, e inicia con él un diálogo de amistad, como 10 hizo
nae na t urae consortes efficiuntur (cf E h 2 18' 2 P a a rem et divi
2 Hae itaqu lati pn z, e 1,4). con Moisés (Ex 33, 11) Y con los apóstoles (Jn 15, 14-15).
ex abumÍantia caritaJsr:::ea~~:n~:~visibilis ~cf Col 1,15; 1 Tim 1,17)
11;.Jn 15,14-15) et cum eis eonversatur quam amicos alloquitur (cf Ex JJ,
Dios conversa con los hombres para invitarlos a la comuni-
seeum invitet in eamque suscipiat. (cf Bar 3,38), ut eos ad societat 111 cación consigo y para recibirlos en su compañía. El texto de
3. Haec revelationis oeconomia fit f
ls b' Baruc (3,38), al que alude el concilio, y que utiliza la liturgia
se e~nn~xi~, ita ut opera, in historia salutis geh ver isque intr~nseee int I (por ejemplo, en la sexta profecía del oficio antiguo de sábado
verbis significatas manifestent ac e b a eo patrata, doctnnam et re
et mysterium i~ eis contentum e1ueid:~t. orent, yerba autem opera proclamen! santo), significa que la sabiduría ha bajado del cielo para habi-
4.. Intima autem per hane revelationem t d D tar entre los hombres, encarnándose en la ley judía. El concilio
salute ventas nobis in Christo iIlue . . . am ~ eo quam de homini
revelationis exsistit. escit qui rnediator sirnul et plenitudo totiu. evoca ya esta plenitud de revelación en la que la sabiduría per-
358 Revelación y magisterio de la Iglesia Concilio Vaticano Il: «Dei Verbll/fl» 359

sonal de Dios, por la encarnación, entra en la existencia huru \ III,IS. Pertenece, pues, a la inteligencia de la revelación describir
na,' vive con los hombres, como uno más en medio de ello l., (' onomia de hecho adoptada por Dios para hablar a la huma-
con ellos conversa. Jesucristo es la sabiduría de Dios que '" l' dad. Al dirigirse al hombre, ser compuesto de carne y espíritu,
b~jado a la tierra ~ ha conversado con los hombres. El tema, f.o, uunerso en la duración, Dios se pone en comunicación con el
solo evocado aqur, reaparece en el parágrafo 4. hombre por las vías de la encarnación y de la historia, Por pri-
,Para definir, pues, la revelación, el concilio recurre a la .11'.\ uiera vez un documento del magisterio describe así la economía
Iogía de la palabra, omnipresente en el Antiguo y Nuevo T '~I,\ d,' la revelación en su ejercicio concreto y en esta fase activa que
~e~to (Heb 1, 1), t~a?!cional, e~ los documentos del mas' 11 1" da la existencia.
n.o y en toda la tradición teológíca. Dios ha hablado a la hunu, El concilio afirma que la revelación se realiza mediante la co-
nidad , ~or su palabra se ha dado a conocer el invisible; su 11,1 urxión íntima de gestos y palabras. Por gesta (palabra de reso-
cenden~la se ha hecho proximidad. La economía presente e 1111 \ u.mcia más personalista que [acta) hemos de entender las accio-
ec~nomla de palabra y de fe. La visión está reservada para di' 11' salvíficas de Dios, es decir todas las obras realizadas por
pues de la muerte. Nuestro Dios es el Dios de la palabra: h. ,,1.\ Irios, que constituyen la historia de la salvación: unas realizadas
a Abraham, a Moisés, a los profetas, y, por medio de ellos. 11 directamente por Dios, otras por los profetas, instrumentos
pueblo. Por Cristo, Dios habla a los apóstoles y nos ha'bl., Ii uyos, unas manifiestan su providencia ordinaria, otras son ver-
nosotros, porque en él nos habla el Hijo en persona. d. deros milagros, mas todas son con propiedad manifestaciones
~sta palabra por la que Dios franquea en cierto modo la di d .l obrar divino en la historia de la salvación y todas se suceden
rancia que le separa del hombre y se llega hasta, su presen 11, 'gún una disposición sapientísima (una economía) querida por
no puede ser otra cosa que palabra de amistad, procede (11 1 I ios.: Gestos u obras de Dios son, por ejemplo, en el Antiguo
amor, crece en la amistad y persigue una obra de amor: l' Testamento: los acontecimientos del éxodo, la formación del
abundan~ia caritatis ... tamquan amicos ... ut ad societatem I lino, los juicios de Dios manifestados por el fracaso de los ejér-
cum ... DIOS entra en comunicación con el hombre criatura su , ritos, el destierro, la cautividad, la restauración; y en el Nuevo
~a~a e9trecha: c~n él lazos de amistad y para aso~iarle a su vid,; Testamento: las acciones de la vida de Cristo, especialmente sus
intima , para mvItarle a esta vida y para introducirle en ella pOI milagros, su muerte y resurrección. Palabras, son las palabras de
la fe en s~, palabra. En definitiva, no puede ser de otro modo Moisés y los profetas que interpretan las intervenciones de Dios
La. reve!aclOn que procede del amor, persigue una obra de amo, '11 la historia; son las palabras de Cristo que declaran el sentido
qu~e~e introducir al hombre en la sociedad de amar que e 1,1 de sus acciones; son, en fin, las palabras de los apóstoles, testigos
TnOId.ad. El texto vuelve así a hablar del tema anunciado en ,1 intérpretes autorizados de la vida de Cristo.
proemio.
Después de afirmar la unión íntima, como cuerpo y alma, de
las obras y palabras en la economía reveladora, el concilio pone
3: La analogía de la palabra, útil para definir la revelaciéu de manifiesto cómo obras y palabras están en estrecha depen-
no dice nada de ~a disposición concreta adoptada por Dios p. ,,; dencia y para servicio mutuo. Las obras «realizadas por Dios
entrar en cornercm personal con el hombre. En efecto, así como en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina
el hombre puede comu~icarse Con otro hombre de múltiple y los hechos (designio y acción salvífica de Dios) significados
for.,?1as - por gestos, acc:ones, palabras, imágenes, gestos acom por las palabras». En efecto, Dios manifiesta ya su designio
pañados de palabras, senales artificiales o gráficas _ así tan! salvífíco en el acto mismo en el que este designio se realiza.
bIen puede Dios comunicarse con el hombre de múltiples f , El Dios que se revela es un Dios que entra en la historia y en
ella se revela como persona que obra la salvación de su pueblo.
• Por ejemplo, la encíclica Qui plurilms (D 1637) el V ti I
(D 17~5), el Juramento antimoderI?is~a (D 2145), la encíclic¡ Mit b:e~~~;ldl" Así, la liberación del yugo egipcio manifiesta la intervención del
Sorge. AAS 29 (1937) 156, la enclchca Mortalium animos: AAS 2 (1928) H, Dios salvador y la salvación misma; la curación del paralítico
360 Revelación y magisterio de la Iglesia
Concilio Vaticano II: «Dei Verbum~ 361
manifiesta el poder liberador de Cristo y la liberación m 111 1,\ curación del paralítico donde las palabras acompañan la
del pecado que obra en el alma; la resurrección pone de 111,111 .1 ción; otras veces el acontecimiento precede a la palabra
fíesto su dominio soberano sobre la muerte y la vida. POI 1111 (por ejemplo, la creación del universo, la fundación del reí-
parte estas obras corroboran, es decir apoyan, confirman, ,111 110) y otras, por el contrario, la palabra precede al aconteci-
tiguan la doctrina y la realidad profunda, misteriosa, escond ti miento (por ejemplo, la profecía del mesías, siervo paciente de
en las obras y significada por las palabras. Así, el éxodo co1I11 Yavé, d. Is 48,3-8 Y Am 3,7). b) Notemos también que la
ma la promesa de Yavé, hecha a Moisés, de salvar a su ptrc hlll proporción de obras y palabras puede variar mucho. A veces
la curación del paralítico manifiesta y demuestra a la par la vid prevalecen las palabras (por ejemplo, en los libros sapíencíales,
dez de la palabra del Hijo del hombre que pretende perdona. 1" en el sermón de la montaña), pero otras veces prevalecen los
pecados; la resurrección de Cristo confirma la verdad de su I hechos (por ejemplo, en los libros históricos, en los aconteci-
timonio y la realidad de su misión como Hijo del Padre VCn dll mientos de la pasión, muerte y resurrección de Cristo).
a este mundo para librar a los hombres del pecado y de la mucui Al insistir en las obras y en las palabras como elementos
Sin embargo, los acontecimientos son, las más de las veu constitutivos de la revelación y en su unión íntima, el concilio
algo o~aco; las obras adolecen o son propensas a la arnbigüed,ul ubraya el carácter histórico y sacramental de la revelación:
al eqUIVOCO:t?ca a las palabras disipar esta ambigüedad y I 111 los acontecimientos iluminados por la palabra de los profetas,
clamar el sentido auténtico y misterioso de las acciones divin.i de Cristo y de los apóstoles. El carácter histórico de la reve-
«Las palabras proclaman las obras y esclarecen el misterio 011 lación aparece en la acción misma de Dios que sale de su mis-
tenido en ellas». Es cierto que, por ejemplo, el modo de 11,11 terio y entra en la historia, en la sucesión de acontecimientos
de Cristo que perdona y cura, manifiesta admirablement 1 o intervenciones de Dios que se suceden según el .desígnío
amor que ha venido a revelar. Pero su muerte es un acont x l coherente y sapientísimo que es con propiedad la economía
mi~nto susceptíble de múltiples interpretaciones: la palabro di de la salvación, y, por último, en la interpretación de los acon-
Cnsto, que tiene su prolongación en la de los apóstoles nos ti tecimientos por la palabra, que es en sí misma un aconteci-
cubre la dimensión inaudita de su muerte y a la par propon I miento. El carácter sacramental de la revelación aparece en la
n~est:~ fe el acontecimiento y su significación salvífica. La pll compenetración y ayuda mutua de palabras y obras. Dios rea-
dicación ?e Pedro atestigua .que los apóstoles, la mañana di liza el acontecimiento de salvación y explica su significación;
pentecostes, no están borrachos, sino bajo la acción del Esph Hit interviene en la historia y manifiesta el sentido de su interven-
Santo, q~: ha des~endido sobre ellos (Hech 2, 15-18), Y qu 1.1 ción; obra y comenta su acción. Esta estructura general de la
resu~recc.IOnde Cnsto no es solamente un milagro sino tarnbl 11 revelación, de nuevo afirmada en el capítulo 4 a propósito del
el mlsteno de la entronización de Cristo como mesías y SCIIO! Antiguo Testamento 5,y en el capitulo 5 a propósito del Nuevo
(H~c~ 2, 33.36). Lo mismo pasa con el éxodo: sin la palabra di Testamento 6, basta para distinguir la revelación cristiana de
Moisés que, en nombre de Dios, interpreta para Israel esta sali 1,. cualquier otra forma de revelación de tipo filosófico o gnóstico.
como u~a liberación con vistas a una alianza, el acontecimiento
no estaría cargado de la plenitud de sentido que constituye 1 4. Por esta revelación nos manifiesta, en Cristo, la verdad
fundamento de la religión de Israel. Los acontecimientos esto11 profunda acerca de Dios y del hombre. En efecto, en Cristo,
llenos de inteligibilidad religiosa y las palabras tienen la misi 11
de proclamarla y esclarecerla. • c:Amantissimus Deus ... ita Se tamquam unicum Deum verum et vivum
. ~s }mportante hacer dos observaciones a propósito de est,. uerbis ac gestis reuelauit ut Israel, quae divinae essent cum homini~u.s viae
experiretur easque, ipso Deo per. os. prophetarum. loquente, penitius et
unron íntíma y viva de las obras y de las palabras: a) Se trata c1arius in dies intelligeret atque latius. In gentes exhiberets : cap. IV, n. 14.
~e una u~ión de naturaleza, no siempre de tiempo. Haya ve l • cChristus Regnum Dei in terris instauravit, factis et uerbis Patrem
Simultaneidad de la obra y de la palabra (por ejemplo, '11 suum ac Seipsum manifestavit, atque morte, ressurrec.tione et gloriosa aseen-
sione missioneque Spiritus Sancti opus suum complevits : c. V, n. 17.
362 Revelación y magisterio de la Iglesia Concilio Vaticano II: «Dei Verbum:t 363
nos ha sido revelado quién es Dios, es decir: el Padre qu 3. En su tiempo llamó a Abraham para hacerle padre de un. gran
ha creado y nos ama como hijos; se nos manifiesta tarnh !'lIl'blo (cf Gén 12,2-3), al que luego instruyó por los patriarcas, por Moisés
Hijo y palabra, que nos llama e invita a una comunión ti por los profetas para que lo reconocieran Dios único, vivo y verdad~ro,
con la Trinidad, y el Espíritu, que vivifica y santifica. En I t I I'.•dre providente y justo juez, y para que esperaran el salvad?r prometido,
de esta forma a través de los siglos fue preparando el cammo del evan-
se n?s revela también la verdad acerca del hombre, a sab ", 1111 rlio 8.
ha sido llamado y elegido por Dios desde antes de la cr ,11 ""
del mundo para ser, en Cristo, hijo adoptivo de! Padre. 1. La primera frase afirma y distingue una doble manifes-
Cristo es a la vez mediador y plenitud de la revek 1111 1.\ ión de Dios: la primera, que se dirige a todos los hombres,
En efecto, es la vía elegida por Dios para damos a cono I 111 p r el testimonio del mundo creado; la segunda, dirigida a
que es él (Padre, Hijo y Espíritu) y lo que somos nosotros l' nuestros primeros padres, por revelación positiva. El mismo
cadores llamados a la vida). Cristo es la vía que nos rev 1, 1\ I ios que hizo el cosmos, se manifestó también en la historia
vida y e! camino que a ella conduce: «Yo soy el camino, 1, VII humana.
dad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí» (Jn H ti El texto describe en pocas palabras esta primera manífesta-
Y también: «Y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie 11 ión de Dios, que es la creación. Dios ha creado por su Verbo
n,oce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo quisiere I ' (]n 1, 3), por él conserva todas las cosas y también por él Dios
I~rselo» (Mt 11,27). «A Dios nadie le vio jamás; el Hijo unl ha hablado a la humanidad (parágrafo 4). El universo creado
níto, que está en el seno del Padre, ése nos le ha dado a 1111 .onstítuye una primera presencia y una primera manifestación
cer» (Jn 1, 18). Cristo es también la plenitud 7 de la revela 1011 de Dios: un testimonio permanente de Dios mismo a la huma-
es decir el Dios que revela y el Dios revelado, e! autor y el nll nidad, inscrito en el universo creado por el (Rom 1,19-20).
jeto de la revelación, e! que revela el misterio y el misterio rnisnm El concilio afirma el hecho, pero no se detiene a explicarlo.
en persona (Jn 14,6; 2 Cor 4,4-6· Ef 1 3-14· Col 1 2 "
• , I , , , El Dios que se manifiesta a la humanidad por su Verbo crea-
1 Tim 3, 16). Es en persona la verdad que anuncia y predi ,1 dor , es también el Dios salvador que, para abrir al género hu-.
En consecuencia, esta verdad que en él resplandece, pid l. mano el camino de la salvación, se manifestó a nuestros pn-
adhesión de nuestro espíritu: pide invadir toda nuestra vid I meros padres por revelación histórica y personal. El concilio,
para transformarla y transformamos a nosotros en Cristo
tiende, por la unión con Cristo, a la comunión con e! Padre,
Hijo y el Espíritu.
¡ sin embargo, no precisa la relación que existe entre ambas ma-
nifestaciones de Dios, natural y sobrenatural. No dice si en la
intención divina la una está encaminada a la otra, ni tampoco
si la primera está ya impregnada de gracia. El concilio describe
3. LA PREPARACIóN DE LA REVELACIÓN EVANGSLICA después, a grandes rasgos, las etapas de la revelación veterotes-
1. Dios, creándolo todo y conservándolo por su Verbo (cf Jn 1 3) d.\
tamentaria: pormesa a nuestros primeros padres, vocación de
a los hombres testimonio perenne de sí en las cosas creadas (cf Rom 1:
11)
8 I. Deus, per Verbum omnia ereans (cf. Jn 1,3) et conservans, in
20), Y queriendo abrir el camino de la salvación sobrenatural, se manifc h\ rebus creatis perenne sui testimonium hominibus praebet (d. Rom 1, 19-20),
además personalmente a nuestros primeros padres ya desde el principi , et viam salutis supernae aperire intendens, insuper protoparentibus inde ab
initio semetipsum manifestavit.
2. Después de su caída alentó en ellos la esperanza de la salvación
2 Post eorurn autem lapsum eos, redemptione prornissa, in spern
(cf Gén 3,15) con la promesa de la redención, y tuvo incesante cuidado d I salutis erexit (d. Gen 3, 15) et sine interrnissione generis humani euram egit,
género humano, para dar la vida eterna a los que buscan la salvación COII ut omnibus qui seeundum patientiam -boni operis salutem quaerunt, vitam
la perseverancia en las buenas obras (cf Rom 2,6-7). aeternam daret (d. Rom 2, 6-7).
3. Suo autem ternpore Abraham voeavit, ut faeeret eum in gente m
1 La expresión aparece por vez primera en la encíclica Mit brennender magnam (cf , Gen 12,2-3) quam post Patriarchas ~er Moysen et Pr.op~etas
Sorge: «In Jesus Christus, dem menschgewordenen Gottessohn ist die Fülle erudivit ad se solum Deum vivum et verurn, providurn Patrem et judicem
der g6ttlichen Offenba:-ung erschienens : AAS 29 (1937) 150. ' justum agnoscendurn, et ad promissum Salvatorern expectandum, atque ita
per saecula viam Evangelio praeparavit.
364 Revelación y magisterio de la Iglesia
Concilio Vaticano II: «Dei Verbufn:) 365
Abraham, instrucción del pueblo elegido por Moisés y '11
3. Jesucristo, pues, el Verbo hecho carne, «hombre enviado a los horn-
profetas.
1" ., «habla palabras de Dios. (jn 3, 34) Y lleva a cabo la obra de la salva-
I 1" que el Padre le confió (cf Jn 5,36; 17,4).
2. D,espués de la caída de nuestros primeros padre 1 11 4. Por tanto Jesucristo - ver al cual es ver al Padre (cf Jn 14,9)-
les lev~nto por la esperanza de la salvación venidera (Gén 3, 1 ) I U" su propia presencia personal y manifestación, con sus palabras y obras,
es de~lr por la promesa de redención. Este resplandor débil d I ales y milagros, y sobre todo con su muerte y resurrección gloriosa entre

salvación, evocado por el Génesis, es el protoevangelio. 11 1,


1" muertos, finalmente con el envío del Espíritu de verdad, completa la re-
vel ción y la confirma con el testimonio divino: que está Dios con nosotros
promesa,.?e al~ance salvífico universal, comienza la historia el ".Ira liberamos de las tinieblas del pecado y de la muerte y resucitamos a
la salva~IO~. DIOS no deja a nadie al margen de ella. Aunqu 1.\ vida eterna.
~l deposítarío de esta promesa fue el pueblo de Israel Dios tuvo
5. La economía cristiana, por tanto, como alianza nueva y definitiva,
I~cesante cuidado (sine iniermissione ... curam egit) de la hUlII., nunca cesará y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes
n.l?ad, para dar la vida eterna a todos los que buscan la salv« ,1 la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo (cf 1 Tim 6,14;
cron con la perseverancia en las buenas obras (Rom 2, 1), '1 it 2, 13) 9.

3.. ~ última. =: evoca, en rápida mirada de conjunto,


dos' míleníos de historia, de Abraham a Jesucristo: Dios ha 11.,
El parágrafo insiste de nuevo en el tema de Cristo mediador
y plenitud de la revelación, mas ahora lo hace en la perspectiva
mado a A?raham: ha formado e instruido a su pueblo y ha p' ti la historia de la revelación.
parado aSI el camino del evangelio.
En un tiempo elegido por él, Dios llamó a Abraham pnru 1. En esta perspectiva histórica, la carta a los hebreos afir-
hacerle .padre d~ u~ gran pueblo (Gén 12,2). Después dc Li ma que Cristo es la culminación de la revelación. Pone en evi-
era patnarcal, DIOS Instruyó a este pueblo por medio de Moi dencia la superioridad de la revelación nueva sobre la antigua,
y los p:?fetas: El verbo erudire significa a la vez instruccién y y la relación existente entre las dos fases de la historia de la
fo:mac!on. DIOS formó al pueblo judío para que le reconoci I salvación. Hay entre las dos economías continuidad y diferencia.
DIOS VIVO Y verdadero, Padre que cuida de sus hijos, justo jll' , I elemento de continuidad es Dios y su palabra: la palabra del
y para que esperase al salvador prometido. Afirma así el con iJlo Hijo, que es la continuación y culminación de la palabra cuyos
el contenido esenci~l ~e la revel~c~ón veterotestamentaria: pOI instrumentos fueron 105 profetas. Hay continuidad, pero tam-
una parte, el conocimiento del unlCo Dios existente del Dio
de verdad y vida, ~e amor, y )usticia, y, por la otra: la eso 1/' • 1. Postquam vero multifariam multisque modis Deus locutus est in
prophetis, «novissime diebus istis locutus est nobis in Filios (Heb 1,1-2).
del salvad~; promettd~. El último miembro de la frase presenta 2. Misit enim Filium suum, aeternum scilicet Verbum, qui omnes
la revelación de.l Antiguo ~estamento como sabia pedagogo homines ilIuminat, ut inter homines habitaret iisque intima Dei enarraret
que ha durado Siglos, a traves de los cuales Dios ha formado .\ (d. Jn 1, 1-I8).
su pueblo y ha preparado el camino del evangelio. 3. ]esus Christus ergo, Verbum caro factum, «horno ad horniness
missus, everba Dei Ioquiturs (Jn 3,34) et opus salutare consummat quod
dedit ei Pater faciendum (d. Jn S, 36; 17,4).
4. Quapropter Ipse, quem qui videt, videt et Patrem (d. ]n 14,9),
4. CRISTO LLEVA A SU CULMEN LA REVELACIÓN tota suiipsius praesentia ac manifestatione, verbis et operibus, signis et mi-
raculis, praesertim autem morte sua et gloriosa ex mortuis resurrectione,
1. Después que habló Dios muchas veces y de muchas maneras )XlI misso tandem Spiritu veritatis, revelationem complendo perficit ac testimonio
los profetas, «últimamente, en estos días, nos habló por su Hijos (Heb 1,1-2). divino confirmat, Deum nempe nobiscum esse ad nos ex peccati mortisque
tenebris liberando s et in aeternam vitam resuscitandos.
2. Pues envió a su. J:Iijo, es decir al Verbo eterno, que ilumina a todo S. Oeconomia ergo christiana, utpote foedus novum et definitivum
los hombres, para que viviera entre ellos y manifestara los secretos de Dio numquam praeteribit, et nulla jarn nova revelatio publica expectanda est ante
(cf In 1,1-18). gloriosam manifestationem Domini nostri Jesu Christi (d. 1 Tim 6,14;
et Tit 2, 13).
366 Revelación y magisterio de la Iglesia Concilio Vaticano 11: «Dei Verbum:. 367

bién diferencia y super.lción. Hay diferencia respecto a las 11'" (v rba Dei loquitur; In 3, 34) Y «lleva a cabo la obra de la
cas., los mod~s de revelación (palabra intermitente y fragrn " .ilvación que el Padre le confió» (Jn 5,36; 17,4). En efecto,
tana del Antiguo Testamento; palabra única y total del J 1 11 1.\ revelación pertenece a la obra de salvación que el Padre ha
en el Nuevo Testamento), las fonnas de revelación, los d t""1 t nfiado a su Hijo. En la oración sacerdotal, Cristo dice a su
tarios y los mediadores. En definitiva, la persona del Hijo 1" 1I JI. dre . «Yo te he glorificado sobre la tierra llevando a cabo
que constituye la excelencia de la revelación nueva sobre 1. .111 1.\ obra que me encomendaste realizar» (Jn 17,4), Y poco
tigua. Porque Cristo es el Hijo, la revelación culmina en 1,1 ' ti pués añade: «He manifestado tu nombre a los hombres»
Jn 17,6). Y más tarde: «y yo les dí a conocer tu nombre,
2. Explica después el texto por qué Cristo es la culrnnu y e lo haré conocer para que el amor con que tú me has amado
ción de la revelación. Dios nos ha enviado a su Hijo, es ti t 11 té en ellos y yo en ellos» (Jn 17,26).
su palabra eterna. Dios ha enviado a su Hijo, a la palabr: d,
Dios, ya luz de los hombres por la creación, para que vi"il"" 4. Al ser Cristo el Hijo del Padre, la palabra eterna hecha
entre ellos y para que les manifestara los secretos de la vII, arne, es fácil colegir que es a la vez el supremo revelador y
divina a cuya participación nos invita y en la que quiere inu« I supremo objeto revelado. La revelación tiene en él su culmi·
ducirnos , «A Dios nadie le vio jamás; el Hijo unigénito, que ",t. "ación (complendo) y su perfección (perfícít). El concilio aplica
en el seno del Padre, ése nos le ha dado a conocer» (Jn 1, 1 Hl a Cristo lo que en el parágrafo 2 se dijo acerca de la estructura
Así se realiza y profundiza infinitamente el texto de Bai n general de la revelación 1'. Cristo ha ejercido su función revela-
(3,38), citado anteriormente. Cristo es la sabiduría de Dios <1" dora por todas las vías de la encarnación: con su propia pre-
habita entre los hombres y conversa con ellos. Ya que es J It 1I encia personal y manifestación 12, con sus palabras y obras,
de Dios, palabra eterna de Dios, luz de los hombres, está onln señales y milagros 13, y sobre todo con su muerte y resurrección
lógicamente cualificado para revelar a Dios y su misterio. gloriosa, y finalmente con el envío del Espíritu de verdad. La ex-
presión «con su propia presencia personal y manifestación»,
3. La tercera frase contiene la intuición central de tod I que equivale al término griego ePifanía (2 Tim 1, 10), signifi-
parágrafo y aun de todo el capítulo. Resume lo que acaba ti ca que la revelación por Cristo, Verbo encarnado, se ha servido
decirse acerca del Hijo enviado a los hombres, insistiendo en de todos los recursos de la expresión humana, tanto del facere
la plenitud y realismo de la encarnación en la economía r V(' como del docere (Hech 1, 1), para manifestamos al Hijo de Dios
ladora. Jesucristo, palabra sustancial de Dios, por la que Dio y, en él, al Padre, porque ver al Hijo es ver al Padre (Jn 14,9).
se dice a ~í mismo y dice toda la creación (ad intra y ad extr: I En este mismo sentido, decía Ignacio de Antioquía: «Hay un
es esta misma palabra que, por las vías de la encarnación no: solo Dios, el cual se manifestó a sí mismo por medio de Jesu-
habla de hombre a hombre. El acercamiento de la palabra ~ 1,1 cristo, su hijo, que es palabra suya, que procedió del silencio»
palabras que pronuncia por las vías de la came, subraya d,' (Ad Magn 8,2). Y san Ireneo . «Por el Hijo hecho visible y pal-
manera sorprendente la entrada en lo humano del Hijo de Dio pable aparecía el Padre» (Adv haer 4,6,6). La encarnación del
que utiliza los medios de expresión de la naturaleza humana, Hijo, entendida concretamente, es la revelación del Hijo y, por él,
Jesucristo, pues, dice el concilio, es la palabra de Dios he h.I del Padre. Por sus acciones, gestos, actitudes, comportamiento,
carne (Verbum caro factum), hecha uno de nosotros, es de i,
hombre, enviada a los hombres para encontrarse con ellos y 11 El orden de enumeración es el de la manifestación histórica de Cristo:
obras, muerte, resurrección, misión del Espíritu.
hacerse uno de ellos (horno ad homines missus). Jesucristo N
lO El esquema anterior decía: tota sua persona. El concilio ha preferido
la palabra de Dios que, en verdad, «habla palabras de Dios» la expresión actual para evitar dificultades cristológicas.
•• Señales y milagros no son puros sinónimos: en efecto, si los milagros
,. R. SCHNACKENBURG, Zum OffenbarulIgsgedankm in der Bibel: DZ son señales, hay señales - por ejemplo, los gestos de bondad y misericordia
7 (191)3) 2-23· de Cristo hacia los pecadores - que no son milagros.
368
ReIJ.elación y magisterio de la Iglesia Concilio Vaticano II: «Dei Verbum) 369
10 mismo que por sus palabras, Cristo ha ejercido su fun
ción reveladora. La misión del Espíritu pertenece también al" privadas) antes de .la epifanía gIOd~o:~ dde C:~s~~v~ ~~l!~::~
0n
obra reveladora de Cristo que él conduce a su consumación, por nifestación en gloria, no De~ con l'h dicho su única palabra
(1 Tim 6 14· Tit 2,13). lOS nos a
que si bien el Espíritu no innova nada, no aporta nada nue:v ,
es él quien introduce en la verdad total de Cristo, llevando ao, y toda eII~ (:n c.uant? p~dem~~ c~m~r~n~:~\:nd:~~s~:~b~~~
todas las cosas a su cumplimiento. dició~ te;r~na) .. QGQ~e ~:~~~íal~ar~~~; No podemos imaginar
El Espíritu da a los apóstoles el recuerdo vivo y la inteli su HIJo umco. G ~: ma la encarnación de un
una nueva revelación futura que no sea et definí-
gencia de los gestos y palabras de Cristo (Jn 14, 26; 16, 12-13). H·· d Dios El Nuevo Testamento es novum
De nuevo queda patente la dimensión trinitaria de la revelación. n.uevo
Irvum. J esucns
IJO ~ t o es ·la última palabra
.., de la revelación: todo se
El concilio subraya el doble papel que desempeñan las reali rea 1·Iza en e'1 : la salvación y su manifestación,
dad es de la vida de Cristo. Palabras, acciones, milagros, vida,
pasión, muerte y resurrección de Cristo pertenecen, por una
5. LA REVELACIóN y SU ACEPTACIÓN POR LA FE
parte, a la economía de la revelación y, por la otra, tienen val I
apologético. Porque Cristo vive entre los hombres como Hijo 1
. I h
Cuando DIOS reve a ay que p
restarle «la obediencia de la fe)
I I hombre se confía
del Padrer hay en su mensaje, en sus obras, en todo su compoi . f R 1 5 2 Cor 10 5-6) por a que e
(Rom 16,26; e om.'; , a Dios revelador el obsequio del en-
tamiento de Verbo encarnado, un resplandor, que es con pr libre y totalmente a DIOS «dPrestand.()ti do voluntariamente a la revelación
tendimiento y de la volunta >, y aSID ien
piedad su gloria y que le designa como Hijo del Padre 14. La su
hecha por él. .
blimidad de su doctrina, la sabiduría y santidad de su vida, I
poder manifestado en sus milagros y en su resurrección, el ex f ia la gracia de Dios que previene
2. Para profesar esta e, es nece~a~1 I cual muevé el corazón
ceso de caridad demostrado en su muerte: todo este respland I y ayuda, y los aux~lios ibnterros ~el ~PI{~t~;:~t~~ e ea todos la suavidad
y lo convierte a DIOS, a re os OJos e , da
del ser y del obrar de Cristo constituye Un testimonio propia en el aceptar y creer la verdad>.
mente divino (In 5, 36-37; 10, 37-38) que confirma la revelaci 11
Y manifiesta su credibilidad_ Porque este resplandor atestigua 3. y para que la inteli~encia de la revel~ciÓt í:a ;:s~~~~u~~\:~
mismo Espíritu Santo perfecciona constantemen e a
que Cristo, en verdad, vive entre nosotros como el Emmanuc1, dones 15.
Dios-can-nosotros, que obra y conversa con los hombres para
liberarnos del pecado y de la muerte y resucitamos
eterna.
a la vida 1 Por fidelidad al concepto de revelación ~ue acab¡ di
5. La última frase del parágrafo es una conclusión de todo
d:~:f:~'
l
. bié ara poner de relieve el caracter tea
c~an~il:~nd:clara primariamente qu~ el ~~jret~e:o~
es Dios mismo en cuanto revelado.r. HemohabÍa c~Sb es la afír-
J:
oqa

lo dicho anteriormente acerca de Cristo. Al ser éste la palabro


eterna de Dios, el Hijo único enviado a los hombres para rey
obedecer al Dios que revela, al ~IOS ~ue (R· 16 26 _ 1 5.
mación constante de la revelación misma om , , , ,
larles la vida íntima de Dios, no puede considerarse como alg:
transitorio la economía traída por él, es decir la alianza nueva
y definitiva. Esta economía nunca cesará, es decir nunca ser. . d t boeditio fideis (Rom 16,26; cf.
Deo revelanti praestan a e~ t«~ libere Deo committit, eplenum
b
15 lo
suplantada por otra más perfecta. Tampoco debemos espert r Rom 1,5; 2 Cor 10, 5-6), qua hlomo/e
revelanti Deo intellectus et V? unta 15 o s
~uium) praestando et voluntarie
una nueva revelación pública (lo que no excluye las revelación s
revelationi ab Eo datae assent~n~o. opus est praeveniente- et adjuvante gra-
2. Quae fides,. ~t prae ea .ur, ... ui cor moveat et in Deum con-
Las señales de la revelación no son .exteriores a Cristo. Son Cri tI! tia Dei et internis Spiritus Sanc~1 :uxlh~b~s suavitatem in consentiendo et
I< vertat mentis oculos apenat et e eom
mismo en el resplandor de su Poder, de su santidad, de su sabiduría. En '1
percibimos la gloria del Hijo del Padre: del reflejo pasamos directament credendo3. veritatis,
Quo yero profun d.IOr usque evadat
. revelationis intelligentia, idem
a la fuente.
Spiritus Sanctus j ugiter per dona sua perficit.
370 Revelación y magisterio de la Iglesia Concilio Vaticano JI: «Dei V erbul/l~ 371

2 Cor 10,5-6; Ef 1,13; 1 Cor 15,11; Mc 16,15-16) Y tf 1111 3. Al Espíritu y a sus dones hemos de atribuir también la
gisterio 16. nteligencia, cada día más profunda, de la revelación. Porque el
El concilio describe esta fe como algo que estable '1111 iIon de la fe es una semilla que debe madurar y desarrollarse
Dios y el hombre una relación viva, de persona a per Olltl, 11 ndefinídarnente. La inteligencia de la fe, que lleva a una super-
una adhesión global que comprende el conocimiento y el .11I1111 II ncia de Dios y de su misterio, es obra del Espíritu. Diciendo
todo el.hombre se confía libremente a Dios. De esta forma, 1) " que el Espíritu por medio de sus dones da una inteligencia más
por la revelación, viene hacia el. hombre, condesciende, y 1 profunda de la revelación, el concilio subraya de nuevo la ac-
abre los secretos de su vida íntima en orden a una recipr 1••1 i n del Espíritu en la inteligencia del creyente. En el moví-
de amor. Y el hombre, por la fe, se vuelve hacia Dios y se 011 miento del hombre hacia la fe, el Espíritu ilumina la inteligencia
ga a él en la amistad. El final de la frase explica en qué e 11 f¡ mentís oculos aperit) para que comprenda el mundo estupen-
esta sumisión de fado el hombre a Dios. El hombre, por 1,1 / damente nuevo en el que le introduce el evangelio. Y es también
presta a Dios el pleno obsequio de su inteligencia y de . ti 1I '1 Espíritu quien, en el inferior de la fe, desarrolla el poder de
luntad, y asiente libremente a la revelación hecha por él. El 111/ penetración de la inteligencia (don de inteligencia) y dispone
cilio se mantiene así lejos de dos concepciones íncornpleu I1 • los fieles para que comprendan por las vías del amor (don de
l~ fe cristiana: la primera concibe la fe como un obsequio, pl I sabiduría), infundiendo en ello un consentimiento afectivo que
ticarnente carente de contenido, y la segunda como un a (.'111 les connaturaliza con el evangelio.
miento a una doctrina, pero despersonalizada. La fe cristiana
inseparablemente don y asentimiento. 6. LAS VERDADES REVELADAS
1. Mediante la revelación divina, quiso Dios manifestarse a sí mismo
2. La respuesta del hombre a la revelación no es el sim¡ 1 y los eternos decretos de su voluntad acerca de la salvación de los hombres,
resultado de la actividad humana, sino un don de Dios. No ba 11 «para comunicarles los bienes divinos, que superan totalmente la compren-
la audición externa de la enseñanza del evangelio ¡ es men 'f,1 1 sión de la. inteligencia humana>.
la acción de la gracia que previene y ayuda 17, que mueve 1 2. Confiesa el Santo Concilio «que Dios, principio y fin de todas las
creer (ad credendum) y que da el creer (in credendo). Despu cosas, puede ser conocido con seguridad por la luz natural de la razón hu-
describe el concilio en términos bíblicos y más personalistas 1\ mana partiendo de las criaturas> (cf Rom t, 20); pero enseña que hay que
atribuir a su revelación eel que todo lo divino que por su naturaleza no sea
acción de la gracia: se trata, en concreto, de auxilios del Espfritu
inaccesible a la razón humana, lo puedan conocer todos fácilmente, con
Santo 18 que mueve el corazón del hombre y lo convierfe a Dio certeza segura y sin error alguno, incluso en la condición presente del géne-
que ilumina la inteligencia e inclina las potencias del d s '0' ro humano> 20.
El Espíritu «da a todos suavidad en consentir y creer a la Vl',
dad» 19. Muchas veces pone de relieve la Escritura lo nece ,1 .1 1. Después de hablar de la fe, trata el concilio de las ver-
que es para creer la acción de la gracia que abre el espíritu, 1.\ dades reveladas que, por tanto, hemos de creer: primero de los
luz que viene de arriba (Mt 16,17¡ 11,25¡ Hech 16,1'1, misterios, y luego de las verdades cuya revelación es moral-
2 Cor 4,6) Y atrae al hombre hacia Cristo (Jn 6,44). Esta. t
l. Divina revelatione Deus seipsum atque aeterna voluntatis suae
ción interior es el testimonio del Espíritu (1 Jn 5, 6) que 01, ,1 !.'O

decreta circa hominum salutem manifestare ac communicare voluit ead par-


interiormente para que el hombre reconozca la verdad de Cri tu ticipanda seilicet bona divina, quae humanae mentis intelligentiam omnino
superants.
2. Confitetur Sacra Synodus «Deum, rerum omnium principium et
finem naturali humanae rationis lumine e rebus ereatis certo cognosci pos se>
lO D 1.637, 1.789, 2.145. (cf , Rom 1,20); ejus vero revelationi tribuendum esse docet, «ut ea, quae in
'.7 D 798, 1.789. rebus divinis humanae rationi per se impervia non sunt, in praesenti quoque
18 D 1.790. generis humani conditione ab omnibus expedite, firma eertitudine et nullo
19 D 1.791 Y 180. admixto errore cognosci possints.
Concilio Vaticano II: .Dei VerbulI1> 373
372 Revelación y magisterio de la Iglesia

mente necesaria en el estado actual de la humanidad. El t tu


recoge las afirmaciones del Vaticano 1, pero introduce do JII
importantes determinaciones. En lugar del revelare del Vati .\
no 1, la actual formulación desdobla el verbo en manifestar CAPITULO u. TRANSMISION DE LA REVELACION
y communicare, para significar así que la revelación es a la p.1I DIVINA
manifestación y comunicación de vida, porque la palabra ti
Dios no sólo notifica la salvación, sino que la trae tambi 11 7. LOS APOSTOLES y SUS SUCESORES,
Es más. Determina con exactitud que los decretos eternos '" HERALDOS DEL EVANGELIO
cuestión conciernen a la salvación del hombre. Se trata, puc ,
de decretos que tienen por objeto nuestra elevación al ord 11 1. Dispuso Dios benignamente que todo lo que h~bía revelado para
sobrenatural, la encarnación Y la redención. El Concilio Val la salvación de los hombres permaneciera íntegro por siempre y se fuera
cano 1, al hablar, sin más determinación, de los decretos ti transmitiendo a todas las generaciones.
Dios, daba a entender que se trataba de decretos divinos con 2. Por ello Cristo Señor, en quien se consuma la revel~ción total del
Dios sumo (cf 2 Cor 1, 20; 3,16·4,6), mandó a los ,apostoles ~ue el
cernientes tanto al orden natural como al sobrenatural. Di ,
evangelio, prometido antes por los profe!as y que él llevo a la plenitud y
pues, no se revela ni revela para satisfacer la curiosidad del horn promulgó con su propia boca, lo predicaran a todos los hombres como
bre, sino para salvarlo, es decir para librarlo de la muerte d·1 fuente de toda verdad salvadora y de la ordenación de las costumbres,
pecado y hacerle partícipe de los bienes divinos que superan comunicándoles los dones divinos.
totalmente la capacidad del entendimiento humano. 3. Lo cual fue realizado fielmente, tanto por lo~ apóstoles, que. en
la predicación oral comunicaron con ejemplos e mstituciones lo q.ue hablan
2. El concilio, que acaba de hablar del objeto privilegiado recibido por la palabra, por la convivencia ~ 'por las obras de Cristo, o ha-
de. la revelación, a saber los misterios, continúa hablando dI bían aprendido por la inspiración del Esplr~tu ~an~?, como .por aqu~l~o.s
apóstoles y varones apostólicos que, bajo .I~ mspiracion del mismo Espiritu
las verdades relativas a Dios que son accesibles a la razón hu
Santo, escribieron el mensaje de la salvación.
mana y, en concreto, del conocimiento de Dios, principio y O"
de todas las cosas. Dios, dice el concilio - con solemnidad ju 4. Mas para que el evangelio se conservara constantemente íntegro y
vivo en la Iglesia, los apóstoles dejaron como sucesores suyos a los obispos,
tificada, dado el contexto histórico del ateísmo contemport
eentregándoles su propio cargo del ministerio>.
neo - puede ser conocido por la luz natural de la razón hu
5. Por consiguiente, esta sagrada Tradición y la sa?rada Es~ritura
mana, reflexionando sobre el mundo creado, porque el mundo de ambos Testamentos son como un espejo en que la Iglesia peregrina en
habla, de manera irrefutable, de su autor. Hemos de atribuir, la tierra contempla a Dios, de quien todo lo recibe, hasta que le sea conce-
sin embargo, a la revelación el que estas verdades religio , dido el verlo cara a cara, tal como es (cf 1 Jn 3,2) 22.
puedan «ser conocidas por todos, de modo fácil, con firme '1
teza y sin mezcla de error alguno» 21. •• 1. Quae Deus ad salutem cunctarum gentium rev~laverat, eadem
En este parágrafo, pues, considera el concilio el objeto de 1.\ benignissime disposuit ut in aevum integra permanerent ornnibusque genera-
revelación en sí mismo (Dios y sus decretos), según la propo, tionibus transmitterentur. ..'
2. Ideo Christus Dominus, in quo sumrm ~el tota ~evelatlO con-
ción de este objeto con el espíritu humano (misterios que u summatur (d. 2 Cor 1,20; 3, 16-4.6), mandatum de~,t Ap~stohs ut Evange-
peran el alcance de nuestro espíritu, y verdades accesibles a 1.\ lium, quod promissum ante per prophetas Ips~ adimplevit et propno. o~e
promulgavit, tamquam fonte~ omnis .et. salutaris v~ntahs et morum disci-
razón natural) y en su finalidad (salvación del hombre, parti plinae omnibus praedicarent, els dona divina commumcantes. . .. .
cipación en los bienes divinos). El capítulo primero comenz 3. Quod quidem fideliter factum est, tum ~b Apostolis, q~1 111 praedi-
confesando su fidelidad a la doctrina del Vaticano I y termina catione orali, exemplis et institutionibus ea .tradlde~u?t quae sive ex ore,
conversatione et operibus Christi acceperant, sive a ~~lTltu .Sancto. suggerente
recogiendo la doctrina y los términos del mismo. didicerant, tum ab iIIis Apostolis viri.sque .ap.ostohcls qui, sub inspiratione
ejusdem Spiritus Sancti, nuntium salutis scrrptrs mandaverunt.
2L D 1.785, 1.786.
Concilio Vaticano II: «Dei Verbuln1> 375
374 Revelación y magisterio de la Iglesia

1. Aborda el concilio, después de haber hablado de 1.1 I s apóstoles recibieron de Cristo por su convivencia y obras,
revelación en sí misma, el problema de su transmisión. La I I y todo 10 que aprendieron del Espíritu Santo. que les sug.e,ría~o
mera frase del parágrafo 7 expresa el objeto de todo el caprtu r lacionado con las palabras y obras de Cnsto. El testimorno
lo 11: dispuso Dios que todo lo que había revelado permanecic« de los apóstoles desborda, pues, la predicación oral propiamente
íntegro a través de los siglos y fuese transmitido a toda l•• dicha: incluye también todo 10 referente al culto y a los sacra-
generaciones. El capítulo va a tratar de esta transmisión di •• mentos (especialmente al bautismo y a la eucaristía), a~ com-
revelación en su doble forma de Tradición y Escritura, d \1 portamiento moral y a la dirección moral de l.as c.omul1lda.des
mutua relación y de la relación de una y otra con toda la IgI' •• ristianas. Los apóstoles dan testimonio del misterio de ~nsto
y con el magisterio. omunicándolo y prolongándolo entre los hombres se.gun el
ncargo del Señor. En segundo lugar, el encargo de Cnsto ha
2. Cristo manifestó esta voluntad divina por el encarzo qut ido fielmente realizado por la consignación por escrito de la
dió a los apóstoles de predicar a todos los hombres el ev:ngetll' buena nueva de la salvación, bajo la inspiración del Espíritu
prometido por los profetas, llevado a plenitud por él y prollllll anto, por los apóstoles o por sus discípulos. ~~ ,revelación,
qado con su propia boca, como fuente de toda verdad salvador •• y
pues, se transmite bajo doble forma: por la TradlClon .~or la
y de toda ordenación de costumbres. El Concilio Vaticano 11 Escritura. El Vaticano Il habla primero de la TradlClOn, y
recoge aquí las palabras del Concilio de Trento, pero añade do' luego de la Escritura (contrariamente al orden adoptado por el
cosas dignas de mención. El concilio insiste de nuevo en que 1,'11 Concilio de Trento), por fidelidad a la realidad de los hechos:
Cristo, se consuma la revelación total, en que Cristo llevó (/ pl ' la Tradición precedió en verdad a la Escritura.
nitud el evangelio antaño prometido y en que el encargo da lo
después a los apóstoles de predicar el evangelio se extiende •• 4. Después de hablar de la transmisión de. ~~ revel~ción
la totalidad de la revelación, al Antiguo y al Nuevo Testamento _ de Cristo y el Espíritu a los apóstoles (rransmíston ve.rttcal),
El concilio subraya esta afirmación con el empleo de la exprc y de los apóstoles a la Iglesia (transmisión horizo,ntal), afirma ~l
sión «utriusque Testarnenti» del mismo parágrafo 7. Nota adc texto que esta transmisión horizontal se perpetua en la. Iglesia
más que los apóstoles no sólo comunicaron el evangelio, sino por los sucesores de los apóstoles, es decir por los obispos a
también todos los bienes espirituales que ellos recibieron y que quienes los apóstoles confiaron la misión de en~eñar, par~ que
dependen del evangelio (como son los carismas, sacramen el evangelio se conservase intacto y vivo a traves de los Siglos.
tos, etc.), ya que la revelación es a la par manifestación y comu La misión de los obispos es la de transmitir fielmente por la
nicación de salvación. predicación (entendida también concretamente, en el sentido
explicado anteriormente) o por la Escritura, todo lo que han re-
3. Este encargo que Cristo dio a los Apóstoles de predicar cibido de los apóstoles.
el evangelio, fue realizado fielmente. Primero, por la predicaci n
o testimonio apostólico, entendido, sin embargo, concretamente, 5. La última frase saca las conclusiones de los enunciados
es decir en cuanto que incluye palabras, ejemplos o modos d anteriores. Toda la revelación nos ha sido dad~ con Cristo y s~
obrar, prácticas, instituciones, ritos; en resumen: todo lo que Espíritu, y toda esta revelación se nos transm~t~ ,por la T~adl-
ción y la Escritura. De ahí se colig.e que Tr~dlclon.y Escntu.ra
4. Ut autem Evangelium integrurn et vivum jugiter in Ecc1e ia son como el espejo en que la Iglesia, peregnna hacia la patria,
servaretur, Apostoli successores reliquerunt Episcopos, ipsis esuum ipsorum entra progresivamente en la economía de la visión, esperando
locum magisterii tradentess.
5. Hace igitur Sacra Traditio et Sacra utriusque Testamenti Scrip
verle cara a cara. La fe es el preludio de la visión escatológica 23.
tura ve!ut speculum sunt in quo Ecclesia in terris peregrinans eontemp!atur
Deum, a quo omnia accipit, usquedum ad Eum videndum faeie ad faciem
os Santo TOMÁS,3 Sent. d. 23, q.2, a. 1, ad 4·
sieuti est perducatur (cf. 1 Jn 3,2).
376 Revelación y magisterio de la Iglesia .Concilio Vaticano Il: «Dei Verbum~ 377

Esta mención de. la Iglesia prepara el último parágrafo d I


tul o en el que se considera la relación común de la Trt ti
l."
I 1111
I Por primera vez un documento del magisterio extraordinario
pr pone un texto tan elaborado sobre la Tradición: naturaleza,
Y de la Escritura con la Iglesia y el magisterio. objeto, importancia.

8. LA SAGRADA TRADICIÓN 1. La predicación apostólica, expuesta de un modo especial


1'1)los libros inspirados, debía perpetuarse hasta el fin de los
1. Así, pues, la predicación apostólica, expuesta de un modo l' 1
tiempos.
en los libros inspirados, debía conservarse hasta el fin de los tiempo "1'1
una sucesión continua.
2. Por ello, los apóstoles, comunicando lo que ellos mismos
2. De ahí que los apóstoles, comunicando lo que ellos mismo " 111
recibido, amonestan a los fieles que conserven las tradiciones que han .11"111 han recibido, amonestan a los fieles a que conserven con interés
dido de palabra o por escrito (cf 2 Tes 2, 15), Y que sigan cornbatuml •• las tradiciones que ellos recibieron de palabra o por escrito
por la fe que se les ha dado una vez para siempre (cf jud 3), (2 Tes 2, 15) Y a que combatan por la fe transmitida una vez
3. Ahora bien, lo que enseñaron los apóstoles, encierra todo lo 111 I para siempre (Jud 3).
sario para que el pueblo de Dios viva santamente y aumente su fe, y d I t,
forma la Iglesia, en su doctrina, en su vida y en su culto perpetúa y ti 11 3. Después de tratar de la Tradición en sentido activo de
mite a todas las generaciones, todo lo que ella es, todo lo que cree.
transmisión de la revelación, pasa el concilio a hablar de la Tra-
4. Esta Tradición, que deriva de los apóstoles, progresa en la J 11 11
dición en sentido pasivo (lo que se ha transmitido). Indica el
con la asistencia de! Espíritu Santo: puesto que va creciendo en la COOlIII 111
sión de las cosas y de los palabras transmitidas ya por la contemplación y 1 objeto de la Tradición y la extensión del mismo. Lo que transmi-
estudio de los creyentes, que las meditan en su corazón (cf Le 2,19 Y 11, tieron los apóstoles, encierra todo 10 que contribuye' a que el
ya por la percepción íntima que experimentan de las cosas espiritual v1 pueblo de Dios viva santamente y aumente su fe, en otras pala-
por el anuncio de aquellos que con la sucesión de! episcopado recibieron 1 bras, todo 10 referente a la fe y costumbres del pueblo cristiano.
carisma cierto de la verdad.
Esta afirmación coincide con la del Concilio de Trento, que de-
5. Es decir, la Iglesia, en el decurso de los siglos, tiende con to lit clara que el evangelio, es decir la revelación, es fuente de toda
mente a la plenitud de la verdad divina, hasta que en ella se cumpl n l••
palabras de Dios. verdad saludable y de toda ordenación de costumbres. De esta
6. Las enseñanzas de los santos padres testifican la presencia viva ,1
esta Tradición, cuyos tesoros se comunican a la práctica y a la vida di. Ecclesia, in sua doctrina, vita et cultu perpetuat cunctisque generationibus
Iglesia creyente y orante. transmittit omne quod ipsa est, omne quod credit.
4. Haec quae est ab Apostolis Traditio sub assistentia Spiritus
7. Por esta Tradición conoce la Iglesia e! canon de los libros sagr.ul» Sancti in Ecclesia proficit : crescit enim tam rerurn quam verborum tradito-
y la misma sagrada Escritura se va conociendo en ella más a fondo y rum perceptio, tum ex conternplatione et studio credentium, qui ea conferunt
hace incesantemente operativa , y de esta forma Dios, que habló en otlll in corde suo (d. Le 2, 19 Y SI), tum ex intima spiritualium rerum quam
tiempo, habla sin intermisión con la esposa de su amado Hijo, y el Espluíu experiuntur intelligentia, tum ex praeconio eorum qui cum episcopatus suces-
Santo, por quien la voz del evangelio resuena viva en la Iglesia, y por (11,1 sione charisma veritatis certum acceperunt.
en el mundo, va introduciendo a los creyentes en la verdad entera, y h.1 5. Ecclesia scilicet, .volventibus saeculis, ad plenitudinem divinae
que la palabra de Cristo habite en ellos abundantemente (cf Col 3, 1 ) t veritatis jugiter tendit, donec in ipsa consummentur yerba Dei.
6. Sanctorum Patrum dicta hujus Traditionis vivificam testificantur
praesentiam, cujus divitiae in praxim vitamque credentis et orantis Ecclesiae
•• l. ltaque praedicatio apostolica, quae in inspiratis libris sp ci ti transfunduntur.
modo exprimitur, continua successione usque ad consurnmationem ternporuut 7. Per eamdem Traditionem integer sacrorum Iibrorum Canon Ec-
conservari debebat. c1esiae innotescit, ipsaeque Sacrae Litterae in ea penitius intelliguntur et
2. Unde Apostoli, tradentes quod et ipsi acceperunt, fideles m 111'111 indesinentur actuosae redduntur; sicque Deus, qui olim locutus est, sine inter-
ut teneant traditiones quas sive per sermonem sive per epistulam didicerlut missione cum dilecti Filii sui Sponsa colloquitur, et Spiritus Sanctus, per
(d. 2 Tes 2,15), utque pro semel sibi tradita fide decertent (d. Jud J), quem viva vox Evangelii in Ecc1esia, et per ipsam in mundo resonat, credentes
J: Q~~ yero ab Apostolis traditum est, ea omnia complectitur qu I in omnem veritatem inducit, verbumque Christi in eis abundanter inhabitare
ad Populi Del vitam sancte ducendam fidemque augendam conferunt, sicqu facit (d. Col J, 16).
378
Revelación y magisterio de la Iglesia
Concilio Vaticano Il: «Dei V erbum~ 379
fo~a la Iglesia: en su doctrina, en su vida y en su culto, P I
7. La última frase del parágrafo pone de manifiesto la im-
petua y transmite a todas las generaciones todo 10 que ella '
y todo lo que cree. portancia de la Tradición con relación a la Escritura. Est~· ~~-
portancia nace de los hechos siguientes: a) .Por la Tradlc~~n
onocemos el canon íntegro de los libros inspirados. El concilio
. ~". El concilio considera después la Tradición en su aspe tu
reconoce que en este punto el contenido de la Tradición desbor-
dl~amlco. y puesto que la Tradición divina, que deriva de lo
da el de la Escritura; b) Por la Tradición la Escritura se va cono-
apostoles, se ~onser:'a viva e~ la Iglesia, que vive siempre de ell••,
ciendo más a fondo; e) Por último, por la Tradición la Escritura
podemos decir en crerto sentIdo que esta Tradición crece perpc
iempre es actual y está actualizada. Por la Tradición, concluye
tuamente en la Iglesia bajo la acción del Espíritu que la asiste
el concilio en una perspectiva claramente trinitaria, Dios man-
~as lo que pr~~resa no es la Tradidón apostólica en sí misma,
tiene sin cesar con la Iglesia, esposa de su Hijo, un diálogo per-
SInOla percepcIOn, cada vez más profunda, que adquirimos cle
manente, mientras que el Espíritu Santo, por quien la voz del
l~s casas y de las palabras transmitidas. Los factores que intei
evangelio resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo ente-
vienen en este crecimiento son la contemplación y el estudio el.
ro, conduce a los creyentes hacia la plenitud de la verdad y
los creyentes (Le 2, 19 Y 51), la experiencia vital de las realid
hace que la palabra de Cristo habite en ellos abundantemente
des esp!ri~uales y la i~teligenCia gustosa 2; que de ella procede,
(Col 3,16).
y, ~o.r último, la predIcación de los que, can el episcopado, han
recibido el carisma de la enseñanza.
9. MUTUA RELACIóN ENTRE LA TRADICIÓN
Y LA ESCRITURA
.5. De esta forr:na, la Iglesia, en el decurso de los siglos, por
1. Así, pues, la sagrada Tradición y la sagrada Escritura están íntima-
el Impul~o que recibe de la Tradición, tiende constantement mente unidas y compenetradas.
a la plenitud de. la verd.ad divina, hasta que en ella se cumpla
2. Porque brotando ambas de la misma fuente, se funden en cierto
la pa.la.~ra de DIOS. Activa y pasiva a la par, la Iglesia lleva J modo, y tienden a un mismo Rn.
Tradición y es llevada y vivificada por ella.
3. Ya que la sagrada Escritura es la palabra de Dios en cuanto se
consigna por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo; la sagrada
.. ~. Se colige de esto que una verdad transmitida por la Tra- Tradición transmite íntegramente a los sucesores de los apóstoles la palabra
dición no puede conocerse plenamente, con todas sus riqueza , de Dios a ellos con Rada por Cristo Señor y por el Espíritu Santo para que,
por con la luz del Espíritu de la verdad, la guarden fielmente, la .expongan. y
d un .solo documento
f o por un solo testizo
o ,
sino por el conjunt
la difundan con su predicación; de donde se sigue que la Iglesia no deriva
e testigos y armas de expresión en las que vive: escritos de lo solamente de la sagrada Escritura su certeza acerca de todas las verdades
padres, liturgia, práctica de la Iglesia, reflexión teológica. Los es- reveladas.
C~lt.O.S de los padres, en concreto, atestiguan esta Tradición 4. Por eso se han de recibir y venerar ambas con un mismo espíritu
v'~'fi~ante, cuyas :iquezas han sido comunicadas a la vida y de piedad 26.
practIca de la Iglesia creyente y orante. Los padres son los testi-
"" I. Sacra Traditio ergo et Sacra Scriptura arete inter se connectun-
gos de la Tradición. Su valor no depende tanto de su proximidad tur atque communicant. .
a la edad apostólica cuanto de la sistematización por ellos reali- 2. Nam ambae, ex eadem divina scaturigine promanantes, m unum
zada. de la revelación recibida, creída y vivida en la Iglesia. quodammodo coalescunt et in eundem finem t~ndun~. . .
3. Etenim Sacra Scriptura est locutio l?~l quatenus d,,~mo affl,,:nte
La liturgia es también un testigo privilegiado de la Tradición Spiritu scripto consignatur ; Sacra autem Traditio verbum ~el, a Christo
cuyas riquezas contiene, de suerte que es difícil encontrar un; Domino et a Spiritu Sancto concreditum, successonb~s eorum integre trans-
verdad de fe que no esté expresada de alguna manera en ella. mittit, ut illud, praelucente Spiritu veritatis! prae~onH? suo fidehter serv.ent,
exponant atque diffundant; .quo fit ut Ec~lesla certitudinem suam de ornnibus
revelatis non per solam Scripturarn hauriat, .. .
••. Por ejemplo, la inteligencia que nace de la práctica de la vida sacra- 4. Quapropter utraque pari pietatis affectu ac reverentia suscipienda
mentaría.
et veneranda esto
380 Revelación y magisterio de la Iglesia
Condlio Vaticano II: «Dei Yerbum:. 381
El concilio ha dejado a un lado deliberadamente el prohl
lo apóstoles. De donde se sigue que la Iglesia no deriva sola-
ma, que teológicamente no está resuelto todavía, del cont ni lo
'" 'nte de la Escritura su certeza acerca de las verdades reveladas
material de la Tradición y de la Escritura. c'Tiene el conte",dll
Jl r Dios que propone o puede proponer como ta~es a la fe de
de la Tradición objeto más amplio que el de la Escritura? ¿No
II hijos, porque la Iglesia siempre posee entera (mtegre trans-
podemos decir que en la Tradición no hay nada que no I
mittitur) la palabra viva recibida al principio. Por ello, cuando no
contenido de alguna manera en la Escritura? 27. Prescindi ntlo
e decide a pronunciarse sobre un punto determinado por pare-
de la cuestión del canon de los libros inspirados, el concili 1,,1
.rle la Escritura insuficientemente clara y explícita, puede en-
juzgado inoportuna cualquier ulterior determinación del obj 'lo
. ntrar en la Tradición que conserva, el medio para ver más
cuantitativo de la Tradición y de la Escritura. Ha insistido m.l
claro y para asegurarse. Así, pues, Escritura y Tradición se
bien - y con razón, por la importancia que tiene en el diálo CI
ompletan mutuamente no tanto por aportación cuantitativa
ecuménico actual - en la relación y servicio mutuo de la TI,I
dición y de la Escritura. 'uanto por iluminación mutua. Con esta precisión, simple conse-
uencia de lo dicho anteriormente, el concilio no reintroduce
subrepticiamente la cuestión de las dos fuentes, sino que afirma
1. La primera frase del parágrafo afirma, como conclu ¡Olt
un hecho universalmente admitido por los teólogos y por la
de los parágrafos precedentes, que la Tradición y la Escríuu.,
práctica constante de la Iglesia.
están íntimamente unidas y compenetradas. Sería, por tanto, \111
error consideradas como dos vías paralelas e independienl
4. Palabras del Concilio de Trento concluyen el parágrafo.
afirmar la existencia de una y negar la de la otra, o ignorar ~I;
Ya que la Tradición y la Escritura transmiten y conservan la
.
mutua relación. . Escritura y Tradición no pueden disocia! l' , revelación divina bajo las dos formas en las que ha tomado
SInO que constItuyen un organismo cuyos' elementos depen 1 '11
entre sí. cuerpo, y tienden al mismo fin, es decir a la sal~ación d:l.hom-
bre, se han de recibir y venerar ambas con un mismo espíritu de
piedad.
2. El concilio explica en qué están íntimamente unidas E
critura y Tradición: a) Ambas brotan de la misma fuente vi v", 10. RELACIÓN COMúN DE LA TRADICIóN y DE LA
es decir de la revelación; b) En cierto sentido se funden en UII ESCRITURA CON LA IGLESIA Y CON EL MAGISTERIO
todo, porque ambas expresan el misterio único, aunque en form.i
diferente; c) Las dos tienden a un mismo fin, es decir a la salva 1. La sagrada Tradición, pues, y la sagrada Escritura c~nstituyen un
solo depósito sagrado de la palabra de Dios, confiado a la Iglesia:. fiel a este
ción del hombre, como queda explicado en el parágrafo siguient • depósito todo el pueblo santo unido con sus pastores en la doct."!na de los
apóstoles y en la comunión, persevera constantemente en la fracción del pan
3. La tercera frase da la razón última del lazo estrecho qu y en la oración (cf Hech 2,42 gr.), ~e suerte q.ue ?~elados y fieles c~I~-
une Tradición y Escritura: ambas Son palabra de Dios. En efc boran estrechamente en la conservacion, en el eJerCICIOY en la profesión
de la fe recibida.
to, la sagrada Escritura es la palabra de Dios en cuanto se c 11
signa por escrito bajo la inspiración del Espíritu Santo. La Tr: 2. Pero el oficio de interpretar auténtica mente la palabra de Dios es-
dición, por su parte, es palabra de Dios, confiada a los apóstol' 'crita o transmitida ha sido confiado únicamente al magisterio vivo de la
por Cristo y el Espíritu Santo, y transmitida intacta a sus su Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesucristo.
sores para que éstos, con la luz del Espíritu, guarden fielment " 3. Este magisterio, evidentemente, no está sobre la palabra de Dios,
expongan y difundan con su predicación la palabra recibida d ' sino que le sirve, enseñando solamente lo que le ha sido confiado; p~r ",lan-
dato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, oye .con reverencia ~I~ha
palabra, la guarda con exactitud y la expone con fidelidad, y de est~ uruco
2T Sobre este problema, véase el excelente artículo de f. DUPON r. depósito de la fe saca lo que propone como verdad revelada por Dios que
Écriiur« et Tradition; NRTh 85 (I9ÓJ) JJ7-JS6; 449-468. se ha de creer.
382 Revelación y magisterio de la Iglesia Concilio Vaticano 11: «Dei Verbum) 383
4. Es evi~ent~, por tanto, que la sagrada Tradición, la sagrado I.11
tura y el magísterío de la Iglesia, según el designio sapientísimo d 111 ••
la Iglesia de cada generación imita a la iglesia apostólica en su
están entrelazados y unidos de tal forma que no tienen consistencia I 11I1': adhesión a la revelación. La afirmación de esta primera parte,
sin el otro, ! que juntos, cada uno a su modo, bajo la acción del E pI 11 in ser una novedad doctrinal, representa, sin embargo, un pro-
Santo, contnbuyen e/lcazmenle a la salvación de las almas 28. greso sobre los documentos anteriores, especialmente sobre el
Vaticano 1 y la encíclica Humani qeneris, que se limitaban a
Este parágrafo se compone de dos partes. La primera h.lhll la consideración de las relaciones de la Escritura y de la Tradi-
de la relación de la Tradición y de la Escritura COn toda 1(/ 1///, ión con el solo magisterio de la Iglesia.
sia. fieles y jerarquía. La segunda trata de la relación de la " I 1
dición y de la Escritura con el magisterio de la Iglesia. En ef I11 I
2. La segunda parte describe el oficio que pertenece exclu-
e:~ muy impoz:~nte situar correctamente la Escritura. y la T,.,,' ivamente al magisterio de la Iglesia (ordinario y extraordinario),
cron con relación al magisterio, porque los protestantes l' 11 es decir, interpretar auténticamente el depósito de la fe. El con-
a menu~o que subordinamos la Escritura al magisterio y ((lB cilio recoge la doctrina de la Humani qeneris 29, y explica por
confundímos a éste con la Tradición. qné este oficio pertenece solamente al magisterio: únicamente
al magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en nom-
. 1. La Tradi~i,ón y la Escritura constituyen el único d JlII bre de Jesucristo, ha sido confiado el oficio de interpretar auto-
SItO de la revelación, confiado a toda la Iglesia, evidentem Ill! ritativamente la palabra de Dios, escrita o transmitida.
no para que toda ella sea su intérprete oficial - oficio que p II
nece únicamente al magisterio -, sino para que toda la Igl 1 '1••
3. La frase siguiente pone más de manifiesto la actitud del
viva de él. Todo el pueblo cristiano, unido a sus pastores y 1,1 magisterio ante la revelación. Según el punto de vista, esta acti-
mente adheridos al depósito, único y sagrado, de la palabra d, tud es de dependencia o de trascendencia. Hablando en general
Dios, persevera en la enseñanza de los apóstoles, teniendo 1111 sin embargo, hemos de decir que el magisterio no está sobre la
solo corazón y un alma sola con ellos, en la fracción del p. 11 palabra de Dios, sino al servicio de la misma. En algunos am-
Y en la oración, para que haya unión de fieles y jefes espirituale bientes extraños a la Iglesia católica se tiene a menudo la impre-
en la adhesión a la fe transmitida y en el ejercicio y profe ¡ 11 síón de que la Iglesia es un absoluto que sucede a la Escritura
de la misma fe. Viviendo de esta fe transmitida por los apóstol I I
y la sustituye. El magisterio se define a sí mismo, más modesta-
mente, servidor de la palabra de Dios, que no enseña otra cosa
!!8 l. Sacra Traditio et Sacra Scriptura unurn verbi Dei sacrum dCJlo que 10 que le ha sido confiado. La Iglesia no es con relación a la
s!tum c0!1stituunt Ecclesíae ~ommissum, cui inhaerens tota plebs sancta Pa.lo
ribus S';1IS.adun~ta. In doctrina Apostolorum et communione, fractione p, 11 palabra de Dios domina, sino ancilla. Estupenda afirmación den-
et orationibus jugiter perseverat (d. Act, 8,42 gr.), ita ut in tradita fielI tro del diálogo ecuménico: por primera vez un documento conci-
ten~nda, exercenda profitendaque singularis fiat Antistitum et fidelium con 1I
rabo. liar habla así,
2. Munus autem authentice interpretandi verbum Dei scriptum VII Después describe el concilio con más detalles el oficio del
traditum soli vivo Ecclesiae Magisterio concreditum est cuius auctorita 111 magisterio con relación al- depósito de la fe. El magisterio, por
nomine Jesu Christi exercetur. '
3· Quod quidem Magisterium non supra verbum Dei est sed eidcru
mandato divino, y con la asistencia del Espíritu, escucha con
minis~r'?-t,docens nonnisi quod traditum est, quatenusillud, ex divi~o mandato . piedad, guarda santamente, expone fielmente, y de este único
et Spiritu Sancto assistente, pie audit, sancte custodit et fideliter exponit depósito de la fe saca lo que propone como verdad revelada que
ac ea ornrna ex hoc uno fidei deposito haurit quae tarnquam divinitus .revelal¡:
credenda proponit, hay que creer. a) El magisterio escucha con piedad la voz viva
. 4.. P'?-tet igitur Sacram Traditionem, Sacram Scripturam et Ec 11' del evangelio que resuena siempre en sus oídos, porque el magis-
srae Magisterium, juxta sapientissimum Dei consilium, ita inter se conncct terio, en cuanto tal, es creyente, y, por tanto, el primero en
et consociari, ';1t unum, sine ~Ii.is non con.sistat, omniaque simul, singula UII
modo, sub actione urnus Spíritus Sancti, ad animarum salutem efficacitei
conferant.
!!8 D 2.314.
384 Revelación y magisterio de la Iglesia Concilio Vaticano II: «Dei Verbutll:' 385

escuchar la palabra de Dios. Como la Virgen recogía con pl d. I 4. La última frase del parágrafo pone fin a 10 dicho, afír-
las palabras que pronunciaba Cristo, el magisterio está a l., 111. ndo que, en el designio infinitamente sabio de Dios, Tradi-
cucha de la palabra de Dios. h) El magisterio guarda santam lit t 60 Escritura y magisterio son inseparables: están entrelazados

la palabra de Dios. La expresión, tomada del Vaticano I ", • y lI~idos de tal forma que no tienen consistencia el uno sin el
tradicional y aparece muchas veces, en forma idéntica o q\l , litro. Estas tres realidades, juntas, bajo la acción del único y
lente, en los documentos del magisterio 3'. Guardar santameuí mismo Espíritu, concurren eficazmente, cada una a su manera,
el depósito de la palabra de Dios, significa no viciarlo ni supi 11I I ,1 la salvación de las almas, Así como Tradición y Escritura son

ni añadir nada. Y como no tiene que añadir nada a la Escrluu • n eparables, así también Tradición y Escritura son inseparables
tampoco tiene que hacerlo a la Tradición. Y como el esfu I It del magisterio y están destinadas a mutuo servicio.
por escudriñar la Escritura no pretende enriquecer el tes t () ,1
la misma, tampoco la Tradición viva de la Iglesia, que n 1.\
diversas edades aparece bajo diferentes formas, pretende '111
quecer el tesoro de la Tradición, recibida de los apó tol IV
Lo que a través de los siglos se perfecciona, no es la revelr 11111
en sí misma, sino nuestra inteligencia de ella, nuestras exl)lh" OBSERVACIONES GENERALES
dones sucesivas para manifestar las inagotables riquezas YI 111 I
iluminar a las generaciones sucesivas; y, por último, nu sI. , La constitución sobre la revelación conoció muchas vicisi-
múltiples [ormulaciones con las que traducimos a término 11" tudes. Fue uno de los primeros esquemas propuestos a la discu-
manos todo el esfuerzo de asimilación de la palabra de lo sión de los padres conciliares, pero fue también uno de los
Al oficio de custos o guardián de la revelación, está vinculado últimos en ser votados. Antes de su aprobación encontró ~n
el de proteger la palabra de Dios contra toda desviación, ¡nm resistencia, estuvo expuesta a tempestades, y aun escapo al
tración o herejía. c) El magisterio debe exponer con fidelid,l naufragio. El texto definitivo, votado por los padres, es la ~U1nta
la palabra de Dios 3 En efecto, el oficio de salvaguardia y d.
2
• redacción oficial. Mas no debe sorprendemos la resístencía qu~
fensa no agota la misión de la Iglesia con relación a la palabm encontró. En efecto, en el plan doctrinal, la constitución De ~I-
debe también proponerla a los hombres de todos los tiempo I vina Revelatione es, juntamente con la constitución De Ecclesla,
lo que significa declarar el sentido auténtico, esclarecer y expl el documento más importante del concilio por la gravedad de
car 10 oscuro, A la exposición fiel de la palabra está vinculr l. los problemas discutidos y por las consecuencias que tendrá
la misió"n magistral de la Iglesia, por su magisterio ordinario 11 en el diálogo ecuménico. .
extraordinario. d) Por último, dice el concilio, el magisterio , , Es la primera vez que un concilio estudia tan c~nscIente y
de esta fuente de agua viva y que mana siempre, qne e l.. metódicamente las categorías fundamentales y de primer orden
palabra de Dios, todo que propone a la fe de los fieles como dlv del cristianismo, es decir la revelación, la tr~di~ió~ y la !nsp~-
namente revelado 33. Nada propone que no esté contenido -n ración. Estas nociones, omnipresentes en el cns.ti,a~ISmoe I~p!I-
el único depósito de la fe. El desarrollo dogmático, que es 1II1 cadas en toda reflexión teológica, son las más dífícíles de definir,
esfuerzo por proponer y formular de manera más fiel, más pr . precisamente porque son primerfl~. ~on en teología 10 CI1;le. son
cisa y más rica la palabra de Dios, siempre se realiza dentro d ,1 en filosofía las nociones de conocímíento, ser Y obrar. VIV1~?S
objeto de fe. de ellas, pero son las últimas en ser objeto de .~na refl~xIon
crítica. Añadamos que las dificultades del concilio provienen
•• D 1.800. en gran parte de que la reflexión te?lógica no ~a alcanzado en
n D 1.781, 1.793, 1.800, 1.836, 2.145, 2.315. estos puntos su plena madurez. ¿Como es posible el~borar un
•• D 1.800, 1.836, 2.307, 2.313, 2.314.
•• D 2.314. cuerpo doctrinal coherente sobre puntos que la reflexión teoló-
Concilio Vaticano II: cDei V erbum~ '381
386 Revelaci6n y magisterio de la Iglesia

gica apenas ha comenzado 'a estudiar? La investigación itH 1111I parágrafos miden los pasos de la exposición, que es dinámica.
pleta todavía y la ignorancia, en algunos medios católi , 11 \:n el proemio la constitución describe su finalidad, y luego la
los resultados obtenidos, explican en parte ese andar a U '1\1 , naturaleza, objeto y economía de la revelación (2), la reve-
del concilio, el trabajo penoso de las redacciones y el al ',111I lación en su preparación (3), la revelación en su culmen y
reducido del conjunto. plenitud (4), la respuesta a la revelación (5), las verdades
En el diálogo ecuménico la importancia de la constitu i tl r veladas que hay que creer (6), los apóstoles y sus sucesores,
grandísima. Al describir con equilibrio los diversos aspect 11 heraldos del evangelio (7), la Tradición en sí misma (8), la
la revelación, al situar mejor el magisterio con relación a la ' 1 mutua relación entre la Tradición y la Escritura (9), la rela-
tura y a la Tradición, al describir detalladamente la inspirr 1111 ión común de la Escritura y de la Tradición con la Iglesia y
y la verdad de la Escritura, y al determinar la importancia d,,, 1" t magisterio (10).
a los géneros literarios para entender los textos sagrad ", ,1
insistir en la unidad profunda de ambos Testamentos y n u 3. El documento expone sere11amente la doctrina de la
mutuo y necesario esclarecimiento, al devolver, por últituu, Iglesia. No se trata de anatematizar ni d~ .hacer polémic~: El con-
a la Escritura el lugar que le corresponde en la enseñanza y "l., ilio ha querido estudiar los puntos paclficamente admitidos por
todos dejando libertad a los teólogos para discutir los proble-
vida litúrgica de la Iglesia y en la piedad de los fieles, el e 11
lio ha suprimido muchas ambigüedades y ha manifestad \'1\ mas que todavía no han sido resueltos. Ejemplo típico de. esto
sus textos el acuerdo que ya existía en la realidad. es el problema del contenido material objetivo de la Escntura
En 10 referente a la revelación, el texto de la constitu iI 11 y de la Tradición.
forma un conjunto digno de mención. Quisiéramos subra .11
aquí algunos de sus méritos: 4. El tono de la constitución es profundamente religioso.
A lo largo de toda ella se adivina la presencia a la par contem-
1, La constitución pone sólido fundamento para la eln/J(I plativa y apostólica de la esposa de Cristo, que medita constan-
raclOn de un tratado dogmático sobre la revelación. En ella ~I temente la palabra del esposo, y que parte para sus hijos el pan
tratan todos los puntos esenciales, a saber: la naturaleza, ·1 de la palabra al mismo tiempo que el pan eucarístico. Este ca-
objeto y la finalidad de la revelación, la economía, el progr o rácter religioso depende en gran parte del abundante uso de
y la pedagogía de la revelación, la posición central de Cri to textos de la Escritura, incorporados de manera que parecen
como Dios que revela y Dios revelado, la respuesta de la íe, el medio natural por el que se expresa el pensamiento de la
la transmisión de la revelación, las formas de esta transmi Iglesia. Estos textos son como el tejido de la constitució~.
sión, las relaciones de la Escritura y de la Tradición con 1, El carácter bíblico de la constitución está bien claro en el capi-
Iglesia y con el magisterio. El texto no descuida ningún aspe lo tulo primero, que contiene, él solo, 32 referenci.as a la Escr.itura
de esta compleja realidad: la revelación es una acción divina, (en el cuerpo del capítulo y en las notas), repartidas como sigue:
una intervención de Dios en la historia, una comunicación inter 4 al Antiguo Testamento, 1 a la tradición sinóptica, 14 a san
personal en la categoría de la palabra, un encuentro con el Di <; Pablo, 11 a san Juan, 1 a san Pedro, 1 a la ca.rta a los he.breos 34.
vivo que determina un obsequio de toda la persona y un asen Estos textos, ordenados sucesivamente, constituyen un neo cuer-
timiento del espíritu al mensaje de salvación. Pone también de po doctrinal. De hecho, la constitución h~ utilizado los te:~os
relieve la condescendencia de Dios que, para revelarse, escog más importantes de la Escritura que se refieren a la revelación.
las vías de la historia y de la carne, 10 que constituye el carácter
•• Las referencias del primer capítulo a la Escritura son las siguientes:
instintivo de la revelación cristiana. Gén 3,15; 12,2-3; Éx 33, II; Bar 3,38; Mt II, 27; Rom 1,S; 1,19-20:
-» 6-7' 1626' 2 Cor 316' 46' 105-6; Ef 1,9; 1,3-14; 2,18; Col.l,ls,
2. A pesar de algunos descuidos de detalle, la composición 8 .
1 Tim 1,17; 6,14; Tit 2,13; Heb 1,.1-2; Jn 1,3; 1,14; 1,17; 1,1-1 ; 3,34,
-, J " " " ,

es sólida, el plan determinado y estructurado. Los títulos de los 5,36; 14,6; 14,9; 15,14-15; 17,1-3; 1Jn 1,2-3; 2 Pe 1,4·
Concilio Vaticano 11: «Dei V erbum~ 389
388 Revelación' y magisterio de la Iglesia

5. El texto fue concebido y redactado en una perspe I ,q Vll/icano 1 Vaticano 11


trinitaria. Este aspecto de la constitución, que hemos puest el Sin embargo, plugo a la sabi- Dispuso Dios en su bondad y
duría y 'bondad (de Dios) revelar sabiduría revelarse a sí mismo y
relieve a 10 largo de nuestro análisis, aparece bien claro 1\ t dar a conocer el misterio de su vo-
I género humano por otro camino,
proemio, en la primera frase del parágrafo 2 sobre la natural' , y éste sobrenatural, a sí mismo y luntad, mediante el cual los hom-
de la revelación, en la cuarta del parágrafo 4 sobre la ec nn lo. decretos éternos de su voluntad. bres, por medio de Cristo, Verbo
mía de la revelación por Cristo, en el parágrafo 8 sobr t , encarnado, tienen acceso al Padre
en el Espíritu Santo y se hacen
Tradición, en el parágrafo 9 sobre la revelación mutua ti
consortes de la naturaleza divi-
la Escritura y de la Tradición. na 35.

6. Esta referencia habitual a las divinas personas al d 8. Una última característica de la presente constitución
cribir la acción reveladora, contribuye a dar a todo el conjunto el lugar que en ella ocupa la Iglesia. En la Iglesia se conserva
la resonancia personalísta querida por las padres conciliar vivo e intacto el evangelio (7); la Iglesia perpetúa y transmite
Los términos palabra, conversación, diálogo, sociedad, cornu ,1 tesoro recibido de los apóstoles, por su enseñanza, su vida
nicación, participación, amistad, amor, que adornan el t to, y su culto (8); la Iglesia tiene la plenitud de la verdad de la
son por sí mismos índice evidente de esta intención. La rev 1,1 palabra de Dios por la contemplación, el estudio y la vida (8);
ción se nos presenta como iniciativa del Dios vivo, como man Dios habla incesantemente con la Iglesia, esposa de Cristo, y
festación de su misterio personal. Dios entra en relación ti por ella la palabra de Dios resuena en el mundo (8); la Iglesia,
persona a persona con el hombre. El yo divino interpela ,,1 por su magisterio, interpreta la palabra de Dios, cuya esclava
hombre, le habla, dialoga con él, le descubre los misterio es, y la guarda santamente, la expone con fidelidad y la pro-
de su vida íntima en orden a una comunión de pensamiento pone infaliblemente.
y de amor con las personas divinas, El hombre responde p<1I La revelación que describe la constitución es realmente la
la fe a esta iniciativa divina de amor y se entrega totalment . revelación cristiana, y no una revelación de tipo filosófico o
Descrita así, la revelación se personaliza y a la vez personalizn, gnóstico. Cristo es el autor, el objeto, el centro, la culminación,
la plenitud y la señal. Cristo es la piedra clave de bóveda de esta
7. Otro carácter de la constitución, querido también p I prodigiosa catedral cuyos arcos son los dos Testamentos. ~l An-
los padres, es su cristocentrismo. Cristo constituye la unid, I tiguo 10 anuncia, 10 prepara, 10 anhela; y el Nuevo 10 realiza, 10
de la economía y del objeto de la revelación. El objeto de 1.1 proclama y se refiere a él. La Escritura y la Tradición son la
revelación es Dios mismo que interviene en la historia humana expresión a través de los siglos de este único objeto y misterio
y que se manifiesta al hombre en Jesucristo y por Jesucri lo, del que vive la Iglesia. Cristo ha confiado a su esposa el doble
El misterio, en concreto, es Cristo, autor y consumador de ministerio de la palabra y del sacramento, porque el Verbo de
nuestra fe, revelador y misterio revelado, y también señal de 1,\ Dios en Cristo se nos ha dado en forma de palabra y de sacra-
revelación. Este carácter cristo céntrico, anunciado ya en ., men{o. Por la f~ en Cristo y en su evangelio, y por la comunión
proemio, se ve claro en el parágrafo 2 (homines per Christum, del cuerpo y de la sangre de Cristo, entramos en la vida del
veritas in Christo ilIucescit), en el parágrafo 4 (locutus est in Padre, del Hijo y del Espíritu.
Filio, Jesus Christus Verbum caro factum), en el parágrafo 7 es Vaticano 1: Placuisse ejus (Dei) sapientiae et bonitati, alia eaque
(Christus, in quo tota revelatio consummatur). Es instructivo supernaturali via, seipsum ac aeterna voluntatis suae decreta humano géneri
comparar a este respecto dos frases parecidas del Vaticano 1 revela re. . . .
Vaticano II: Placuit Deo in sua bonitate et sapientia seipsum revelar e
y del Vaticano 11 sobre el hecho de la revelación. Se verá 1\ et notum Iacere sacramentum voluntatis suae, quo homines, per Christum,
seguida el carácter teocéntrico del Vaticano I y el crístocéu Verbum cOrllcm [nctum, in Spiritu Sancto accessum habent ad Patrem et
trico del Vaticano 11: divinae naturae consortes efficiuntur.
390 Revelación y magisterio de la Iglesia Conclusiones 391

hrenatural (D 1785, Vat 11). La revelación es, pues, iniciativa


gracíosa del beneplácito divino hacia la humanidad (D 1636,
1785, Vat 11, ES), puro don de su amor, al igual que toda la
.conornía sobrenatural: encarnación, redención, elección. Dios
CONCLUSIONES ha revelado porque ha tenido a bien elevar al hombre a un fin
s brenatural, hacernos partícipes de sus propios bienes, aso-
Al resumir los datos de nuestro ensayo sobre la noción d .iarnos a su vida divina (O 1786, Vat 11). El designio de Dios
revelación, una observación se impone a nuestro espíritu onsiste en que los hombres, por Cristo, Verbo encarnado,
La Iglesia, en las intervenciones de su magisterio, no pretend tienen acceso al Padre, en el Espíritu, y condividen la sociedad
declarar todo lo que posee sobre un tema determinado. ti" 1 de las personas divinas (Vat 11, ES).
parte importante de su saber, conocido y reconocido por '11,1,
elaborado y publicado por sus doctores y teólogos que sin ',11 2. Naturaleza de la revelación. - La Iglesia describe esta
escudriñan la Escritura, no aparece en los textos ofící: I. omunicación entre el Dios trascendente y su criatura, es decir
Cada documento tiene una finalidad precisa y determín: d•• la revelación, en términos bíblicos, como la palabra de alguien
Este aspecto circunstancial de las intervenciones del magist r CI a alguien: Dios ha hablado a la humanidad. Se ha dirigido al
jamás debe limitar nuestro horizonte. Cada documento ha 11,' hombre, ha entablado diálogo con él (Vat 11, ES, D 1636,
cido en un contexto histórico que le da una perspectiva y re 11 1785, MBS, MA). Este hecho domina la historia. La religión
nancia especiales. Dirigido las más de las veces contra un el! 11I de las dos alianzas ha nacido de esta palabra dirigida al hom-
determinado, implica, en la misma exposición de la doctrina, bre. La revelación es una palabra que pertenece a la especie
una acentuación propia que hemos de comprender; pero \'11 de testimonio, es decir es palabra de autoridad, acreditada
modo alguno pretende agotar la doctrina viviente en el corazon por la infinita sabiduría y santidad de la verdad increada, om-
de la Iglesia. Por tanto, para comprender esta doctrina, aUII nisciente, infalible y absclutamente veraz. A esta palabra de
en sus líneas fundamentales, es menester considerar el conjunto testimonio responde no la adhesión de la ciencia sino el pleno
de documentos de la Iglesia, no uno solo l.
obsequio y la obediencia de la fe (D 1637, 1639, 1789, 2145,
Vat 11).
1. Autor y finalidad de la revelación. - La revelación El Vaticano 11 es el único concilio que describe la revela-
una acción en la que toma parte toda la Trinidad: el Pad •• ción en su ejercicio concreto. Afirma que la revelación se realiza
tiene la iniciativa; el Verbo, por su encarnación, es el mediad " por la unión íntima de obras y de palabras. Las obras manifies-
y el Espíritu hace soluble en el alma la palabra de Cristo, mu VI tan y corroboran la doctrina y el misterio significado por las
el corazón del hombre y lo inclina hacia Dios (D 428-429, 1:. palabras, mientras que éstas proclaman y esclarecen el misterio
Vat 11). Dios hubiera podido no revelarse y conceder al hom latente en las obras. Esta estructura general de la economía
bre la sola luz de la razón, ayudándole con su providencia ordl r~veladora se aplica a la revelación de las dos alianzas, ya que
naria (MA). Hubiera podido darse a conocer solamente por 1.1 también la revelación traída por Cristo se lleva a cabo mediante
creación (D 1785), es decir por el testimonio permanente qu palabras y obras. La revelación alcanza en él su máxima con-
de él da el universo creado (Vat 11). Mas agradó a la bondad centración. La revelación de Cristo, Verbo encarnado, utiliza
y sabiduría de Dios manifestarse por revelación positiva y so para revelar al Padre todos los recursos de la expresión humana,
de suerte que Cristo es la epifanía de Dios por las vías de la
1 Siglas empleadas en estas conclusiones: MA: M ortalium animes, encarnación (Vat 11). Su vida, sus obras, sus palabras, sus ac-
MBS: Mit brennender Sorqe, ASG: Ad Sinarum Gentem, HG: Hununu ciones, su pasión, su muerte, su resurrección, al mismo tiempo
generis, MD: Munificcntissimus Deus, ES: Ecclesiam suam, Vat. II: Von
cano 11. que son medio de revelación, son también testimonio divino que
392 Revelación y magisterio de la Iglesia Conclusiones 393

confirma que en Jesucristo Dios está presente entre nosotr« (I 1795, 1797); permanecerán velados hasta el día de la visión
para salvamos y resucitamos (Vat 11). (11na (D 1673, 1796). Estos misterios son principalmente los
qnc se refieren a nuestra elevación a la vida sobrenatural y a
3. La historia de la revelación. - La actividad revela dlll uucstro comercio con Dios (D 1671, 1786); son propiamente
de Dios, comenzada en los albores de la humanidad, con tlIIIV los secretos que solamente el Espíritu conoce, porque escudriña
una larga serie de intervenciones cuyo término y punto 11111\ 1.15 profundidades de Dios, y que el Hijo, que tiene el Espíritu
nante es Cristo. Después de revelarse a nuestros primvm ti 1 Padre, revela a quien quiere (D 1644, 1795, MBS). Además
padres y después de alentar en ellos la esperanza de salv: 11\1 ti los misterios, son también objeto de revelación las verdades
con la promesa de la redención, Dios habló a Abraham y. "1 1 ligiosas que son en sí mismas accesibles a la razón, pero que

patriarcas, después a Moisés y a los profetas y, por su mili I ios, en su bondad, quiso revelarlas para que pudieran ser co-
terio, al pueblo elegido, instruido y formado en el conocimi ,,,111 n cidas por todos, con finne certeza, de modo fácil y sin mezcla
del Dios verdadero (Vat n, D 428-429, 783). En el Nu' '11 d error alguno (D 1786, 1795, Vat I1).
Testamento, Dios se dirige a la humanidad por medio de 11
propio Hijo, su palabra eterna hecha carne para pronunc 11\ 5. Revelación y términos para designarla. - La revelación
las palabras de Dios. La revelación alcanza en ]esucrist .11 realizada se designa equivalentemente con los nombres de: la
término y perfección. Cristo es a la vez mediador y plenluul palabra de Dios (D 1781, 1792, Vat Il), la palabra divina
de la revelación. En él conocemos la verdad acerca de 1 (1 (D 48), la palabra revelada (D -1793), la palabra dicha por Dios
y del hombre, verdad que conduce a la vida (D 429, 70 1, (MBS), la palabra atestiguada (D 2145), la revelación ( D 1787,
2202, MBS, Vat 11). Al ser Cristo la palabra eterna de Dio I Vat Il), revelación inmutable (MA), revelación o depósito
la economía que él nos trajo es definitiva y no debemos esp '1.11 c.lela fe (D 1836), depósito de la fe (D 1836,1967,2204,2313,
una nueva revelación pública antes de la epifanía gloriosa d 2314), depósito revelado (D 2314),· doctrina apostólica (D 300),
fin de los tiempos (Vat 1I, D 2021). Los apóstoles, por man doctrina de la fe (D 1800, 2145), doctrina revelada (D 2314),
dato de Cristo, han predicado y transmitido a la Iglesia el evt 11 doctrinas reveladas (MA), doctrina sagrada (MA), doctrina de
gelio que él promulgó (D 212, 783, 792a, 1785, Vat I1). la fe (D 2325), verdad revelada (D 2310, 2145), verdad divina-
mente revelada (D 2307, 2308, 2311), evangelio prometido,
4. Objeto de la revelación. - El objeto material de la 1 • proclamado y predicado (D 783, Vat I1), evangelio divina-
velación puede considerarse en sí mismo - es decir Dio y mente revelado (ASG), fe confiada a los apóstoles (D 93), fe
el «misterio» de su voluntad, manifestado en Cristo y por Cri. to dada por Cristo a los apóstoles (D 212), verdad absoluta e
(MBS, D 1785, Vat 1I) - o en relación con la capacidad natu inmutable predicada por los apóstoles (D 2147), revelación
ral de la inteligencia creada (D 1786, 1795, Vat I1). Poderno- transmitida por los apóstoles o depósito de la fe (D 1836),
entonces distinguir verdades accesibles a la razón humana depósito de la fe confiado a la Iglesia (D 1800), verdadera y
misterios escondidos en Dios, que solamente pueden ser con sana doctrina de Cristo (D 792a), doctrina de salvación (D 428-
cidos por revelación positiva (D 1795), porque superan no sólo 429). La revelación - palabra divina, buena nueva predicada
la inteligencia humana (D 1642, 1645, 1646, 1671, 1795), sino . a los hombres, doctrina, mensaje de verdad -, se distingue,
toda inteligencia creada (D 1673, 1796). Estos misterios, sin sin embargo, de cualquier otro saber humano: es una doctrina
embargo, aunque superan la razón, no son contrarios a ell. de salvación (D 428-429), que lleva a la vida eterna y a la vi-
(D 1649, 1797). Por analogía, podemos adquirir un conoel sión del Padre (D 428-429), a la sociedad con las personas
miento muy provechoso de ellos (D 1796) pero, ni aun de divinas (Vat Il); es un mensaje que contiene promesas que
pués de revelados, podemos comprenderlos como las verdade mantienen viva nuestra esperanza de salvación (D 798).
que constituyen el objeto de nuestro conocimiento natural
p

394 Revelación y magisterio de la Iglesia Conclusiones 395

6. Revelación, Escritura y Tradición. - La revelación 110 pues, explicitar lo implícito, esclarecer lo oscuro, «ilustrar y
vi~ne por la Tradición y la Escritura, que están íntimam ni declarar lo que en el depósito de la fe se contiene sólo oscura
unídas y compenetradas entre sí. Ambas brotan de la mi'illl.' implícitamente» (O 2314). Por la predicación de la Iglesia,
fuente divina, manifiestan el mismo misterio y tienden al mi 11I11 que ha recibido la misión de enseñar a todas las naciones (ASG,
fin. la salvación de los hombres. Las dos son palabras de Dio' ~A, O 2204), la revelación se hace viva y actual (Vat 11).
una es palabra de Dios que Cristo confió a los apóstoles y qu Unicamente la Iglesia, asistida por el Espíritu, sabe cómo inter-
éstos han transmitido a sus sucesores (O 783, Vat 11). pretar dentro de la tradición viva que ha recibido de Cristo y
de los apóstoles la verdad revelada. Cuando se afirma que es
~. Revelación, Iglesia y maqisierio, - La Tradición y l., «guardiana de la revelación» (O 1793), no se habla de un puro
Escntura constituyen el depósito de la revelación confiado a 11 conservar humano, de un puro respeto material de la letra.
La palabra que. guarda la Iglesia es la palabra viva de Cristo
Iglesi~, es de~ir al pueblo cristiano unido a sus s~cerdotes, pt 1:'
y de los apóstoles que asimila por una incesante meditación y
qu~ ,viva d.e el: para que t~dos los fieles estén unidos en la pr (1
fesíón y eJercICIOde la misma fe transmitida (Vat 11). Pero I que predica al pueblo cristiano (ES). Tradición, Escritura
oficio de interpretar el depósito de la fe pertenece solamente ,r! y magisterio son inseparables. Estas tres realidades juntas co-
operan eficazmente, cada una a su modo, en la salvación de las
magist:rio .(Vat 11 ~ O 231~). En general podemos decir que
el magisterio no esta por encima de la palabra de Dios sino, 1 almas (Vat 11).
servicio.?e la mism~ (V:at 11). Añadamos, más en conc:eto, qu • 8. Características de la revelación. - Estas características
la función del magisterio con relación a la palabra de Dios ' no están formuladas explícitamente. Mas no por ello dejan de
múlti~le. Primero, el magisterio oye con reverencia la palabro' ser reales. Resulta claro que la Iglesia, en su modo de hablar
de DIOS (Vat 11). ,~ebe, después, guardar, conservar fiel y las supone, las sobre-entiende: '
santamente el deposito de verdad que le ha sido confiad 1
a) La revelación es interpersona1. En la revelación natural
(O 7~2a, 1781, 1800, 1836, 2145, Vat 11), conservado íntegro
Dios se manifiesta al espíritu humano como objeto y éste puede
al abngo de toda contaminación y de toda novedad (O 93 15
concluir que Dios es principio y fin de todas las cosas. Por el
1679, 2204, MD, Vat I1). Debe también exponerlo con' fid '
contrario, la revelación sobrenatural es palabra de Dios, diálogo
lidad, según el sentido verdadero, y declarar infaliblernente 1,
y mensaje (O 1785, ES, Vat 11). Dios mismo, teniendo él la
doctrina revelada (O 1781, 1800, 1836, HG, MD, Vat 11).
iniciativa, viene a nosotros, entra en comunicación personal con
Debe sacar de la fuente de agua viva que es la palabra de Dios, el hombre como una persona con otra, como un yo con un tú.
to.do lo que propone como verdad divinamente revelada p r Como interpelación, la revelación es personal y pide una res-
DIOS que se ha de creer (Vat 11). Por último, debe condenar puesta personal: revelación y fe son interpersonales.
los errores que amenazan la verdad revelada (O 792a, 1817
HG). La revelación quedó completa con Cristo y los apósto' b) La revelación es gratuita: libre gesto del beneplácito
les (O 2021, Vat 11). El depósito de la verdad revelada conte de Dios que se inclina hacia el hombre, iniciativa vinculada al
nida en la Tradición y en la Escritura (O 783, 1787, Vat 11) n designio de su amor salvífico (O 1636, 1785, MA). La revela-
puede, como tal, aumentar: «Ninguna invención se ha introdu ción nace del amor y persigue una obra de amor (ES, Vat Il).
La revelación es gracia aun en su aceptación, ya que Dios, que
cido ni nada nuevo se ha añadido a la suma de verdades conte-
nida al menos implícitamente en el depósito de la revelación comunica el don, da también el poder de recibido en la fe
(O 180,798, 1791, Vat 11). El punto culminante de esta inicia-
confiada a la Iglesia» (MA). Lo único que se perfecciona es la
inteligencia del depósito revelado (O 1800, MA, HG, Vat 11). tiva es la encarnación del Verbo de Dios, del Hijo venido en
El Espíritu Santo «lleva a la Iglesia universal a un conocimiento persona para revelamos al Padre y el designio misterioso de su
cada vez más perfecto de las verdades reveladas» (MD); puede, amor (O 783, 792a, 1785, MBS, Vat 11).
396 Revelación y magisterio de la Iglesia Conclusiones 397

e) La revelación es social: El hombre creado por Dios nu ino mensaje promulgado y transmitido por los apóstoles. Por
es sólo individuo, sino sociedad. Por ello la revelación, que ant ello la Iglesia habla siempre de la revelación en sentido objetivo,
hemos definido como interpersonaI, es igualmente social, d t . mo de una enseñanza religiosa, como de una doctrina, de
nada a toda la humanidad, dirigida a los individuos no 1.0010 t pósito (D 428-429, 783, 798a, 1787, 1800, 2059, Vat 11).
unidades aisladas, encerradas en sí mismas, sino como a unid, 1: obvio, sin embargo, que la fe no termina en el solo enunciado,
des que pertenecen a una colectividad, para que todos teng: 11 sino más bien en la realidad, en el misterio mismo. La doctrina,
conciencia de su comunión en la revelación, en el amor, en 1u bajo el aspecto de los signos, es medio para que el creyente
salvación (D 428, 429, 1785, Vat 11). Sin embargo, se da una • firme la doctrina bajo el aspecto de realidades significadas.
jerarquía, ya que la revelación no se dirige a todos ínmedían n definitiva, lo que se nos revela es Dios mismo, sus decretos
mente, sino por ministerio de los que han sido elegidos por Dio ternos (D 1785), su designio de salvación (Vat II).
para ser ~us testigos: los profetas y los apóstoles (D 428-42( I g) La revelación es salvífica: Se propone la salvación de
783, Vat 11). todos los hombres (ES, Vat Il). Es un orden de conocimiento
d) La revelación es histórica en el sentido de que se lleva que tiende a un orden de vida. No es sabiduría humana, inven-
a cabo primariamente por las intervenciones de Dios en la his ión filosófica, ni producto de la subconsciencia, sino sabiduría
toria, que están vinculadas entre sí y que persiguen un úni (1 divina, esencialmente ordenada a la salvación (D 1786, 2074,
designio salvífíco. La revelación es acontecimiento de la historla 2075,2145). Dios nos habla para asociamos a su vida, a la vida
e historia. Es también histórica en el sentido de que conoce tIII de las personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu (Vat 11). La re-
progreso en la duración. Comienza en los orígenes del mundo, velación tiende a la visión (D 1786) Y a asegurar el encuentro,
crece en calidad y cantidad a lo largo de todo el Antiguo Test. la comunión con el Dios verdadero: «esta es la vida eterna:
mento y culmina con Cristo y los apóstoles (D 428-429, 78 I que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado,
1785, 2021, .MBS, Vat 11). Parcial, sucesiva y multiforme. t Jesucristo» (Jn 17, 3). Por esto se llama a la revelación doctrina
principio, en Cristo alcanza su término y llega a su plenitud de salvación (D 429), evangelio de salvación (D 783).
(D 792a, MBS, Vat II). Se presenta como economía, es de i.
como disposición sapientísima concebida y realizada por Di 9. La fe, respuesta a la revelación. - La fe, respuesta a la
a lo largo de los siglos. revelación, es a la par entrega personal de todo el hombre que
libremente se confía a Dios, pleno obsequio de su inteligencia
e) La revelación se encarna. Recibida en la inteligench y de su voluntad, libre asentimiento a la verdad revelada por él
humana, debe acomodarse a las condiciones de la comprensión (Vat Il, D 2145). En cuanto asentimiento del entendimiento,
humana. El objeto de la revelación es el designio de Dios, pero la fe consiste en tener por verdadero lo que Dios ha dicho, ha
el modo de concebido y expresado es humano y limitado; t atestiguado, ha revelado, y lo que propone su Iglesia (D 2145,
hombre recibe de modo diverso y múltiple una verdad que en MBS). El creyente no asiente por la evidencia intrínseca de la
Dios es soberanamente una y simple. En la multiplicidad d verdad, sino por la autoridad de Dios que habla. Esta autoridad
conceptos, de proporciones y de verdades parciales llegamo. se funda en la ciencia infinita y en la veracidad de Dios (D 1789,
a conocer el misterio de la unidad del pensamiento divino (mul 2145). Adhiriéndose a los enunciados propuestos inmediata-
tífariam mnltísque modis). Por la carne de Cristo y por la cam mente por la Iglesia, es decir a los misterios, el creyente se
de sus palabras nos llega el testimonio de Dios (Vat 11, ES). adhiere a Dios mismo y a su palabra. Su fe responde al testi-
f) La revelación es doctrinal y realistú: una vez realizada, monio increado: obsequio total, adhesión firmísima que une el
la revelación no es simple acción de Dios que se ofrece a la espíritu humano a la verdad infinita y le da una certeza abso-
amistad humana, puro contacto del Espíritu en nosotros, simple luta, participación en la luz y en la infalibilidad de esta verdad.
experiencia de conciencia sin contenido y absoluto doctrinal, Mas la respuesta del hombre no es el simple resultado de la
398 Revelación y magisterio de la Iglesia

actividad humana, sino un don de Dios. Es necesaria para 1 t '1


la acción de la gracia que previene y ayuda (O 180,797-71)11,
1789, Vat 11), e] concurso de] Espíritu que inclina el cort 11I1
del hombre hacia Dios y que ilumina la inteligencia, que d, 11
suavidad en adherirse y creer a la verdad (O 180, 1791, Val 11)

10. Conclusión - En resumen, podemos describir la r VI·


lación, tal como la describe el magisterio, como la acción lit 11
y sobrenatural por la que el Dios de amor y de sabiduría, en
Cristo y por Cristo, se da a conocer a sí mismo y su design CI
salvífico universal para llevar a los hombres a su fin sobr 1101
tural que consiste en la participación en la vida de las persona
divinas. Esta acción se describe como palabra y diálogo de Di ,
como testimonio que pide el obsequio de la fe. La revela i 111
cristiana, efecto de esta acción divina eterna, es la palabra dI
salvación anunciada por los profetas, promulgada por Cristo y
predicada por los apóstoles, transmitida a la Iglesia para qu l.,
guarde fielmente y la proponga infaliblemente a los hombres dI
todos los tiempos. Esta palabra nos llega por la Tradición y 1.1
Escritura, y ha sido confiada a la Iglesia, en su doble Forma,
como depósito que el magisterio ha de conservar, defend 'J ,
explicar y proponer. La fe, respuesta del hombre a la palabra
de Dios, es entrega total del hombre y asentimiento del espí
ritu al mensaje revelado, bajo la acción del Espíritu que preví .H'
y ayuda.

v
Reflexión teológica

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