Tan sólo el uso del gen Bacillus thuringiensis en algodón,
ha disminuido el uso de insecticidas de forma brutal así como evitar que miles de productores y múltiples especies sean víctimas de envenenamiento. Esto supone un ahorro económico en herbicidas e insecticidas así como una reducción del índice de envenenamiento de agricultores.
La mejora de las características nutritivas de los alimentos. Así, es posible la obtención
de alimentos con mayor contenido en vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales como metionina y lisina, o con menor contenido en ácidos grasos saturados.