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Egipcios y Babilonios

Historia de la Matemática
Trabajo Practico n°1
Provincia de Buenos Aires.
Dirección General de Cultura y Educación.
Región XXIV
Distrito: 25 de Mayo.
Instituto Superior de Formación Docente y Técnica n° 28
Carrera: Matemática
Curso: 3° año
Ciclo electivo: 2015
Profesora: Antonini Estela
Espacio: Historia de la Matemática
Alumna: Herrera Brenda Denise.
Índice
Introducción pág. 2

Egipcios pág. 3

Papiro de Rhind pág. 3

Papiro de Moscú pág. 5

Papiro de Berlín pág. 6

Rollo de Cuero pág. 6

Papiro Kahun pág. 6

Papiro Ajmin pág. 6

Sistema de núm. egipcia pág. 7

Aritmética Egipcia pág. 8

Algebra Egipcia pág. 8

Babilonios pág. 10

Sistema de numeración Babilónica pag10

Algebra en Babilonia pág. 11

Geometría en Babilonia pág. 12

Π en el antiguo Egipto pág. 13

Fracciones unitarias pág. 17

Teorema de Pitágoras en babilonia pág. 20

Teorema de Pitágoras en Egipto pág. 21

Pirámide de Keops pág. 22

Anexo pág. 23

Bibliografía virtual pág. 24

1
Introducción

Las matemáticas en las civilizaciones primitivas, en gran medida, refieren al cálculo de terrenos, a
la decoración en cerámica, al comercio más trivial, a los modelos y diseños en la ropa o al recuento
del correr del tiempo en la vida cotidiana. Esto no debe, sin embargo, verse con malos ojos.
Porque se trata de un sentido íntimo de las matemáticas, imbricadas en la práctica humana,
inmersas interactivamente en su entorno.
En relación con las culturas orientales primitivas, señala Struik:

"La matemática Oriental se originó como una ciencia practica para facilitar el computo del
calendario, la administración de las cosechas, la organización de trabajos públicos, y la
recolecta de impuestos. El énfasis inicial estaba naturalmente en la aritmética práctica y la
medición. Sin embargo, una ciencia cultivada durante siglos por un oficio especial cuya
tarea no solo es aplicarlo sino también para instruir en sus secretos, desarrolla tendencias
hacia la abstracción. Gradualmente, llegara a ser estudiada en sí misma. La aritmética no
solo evoluciono hacia el álgebra porque permitió cómputos prácticos mejores, pero
también porque era el resultado natural de una ciencia cultivada y desarrollada en las
escuelas de escribas. Por estas mismas razones, la medición se desarrolló hacia los
principios -pero no más- de una geometría teórica. ‘‘[Struik, A Concise History of
Mathematics, p. 18]
Muchas de las matemáticas en las culturas orientales deben buscarse en esas realizaciones
prácticas precisamente, para evaluar el conocimiento matemático de que disponían.
Dos de las civilizaciones de la Edad del Bronce relevantes para la historia de las ciencias y las
matemáticas, importantes nutrientes de las matemáticas griegas, fueron la egipcia y la babilónica,
pueblos que ocuparon regiones alrededor de importantes ríos: respectivamente, alrededor del
Nilo y alrededor del Tigris y Éufrates. En el caso de estos últimos, es necesario decir que no se
trataba de una sola civilización sino, más bien, de varios pueblos alrededor de las regiones
mencionadas. A pesar de ello, se considera que, en relación con las matemáticas, hubo cierta
continuidad y una tradición desde los tiempos más remotos hasta la conquista de esos territorios
por parte de los macedonios.

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Egipcios

La historia de las matemáticas en Egipto, aunque diferente de la de los babilonios, no trascendió


los límites prácticos y la evidencia empírica en sus construcciones teóricas.
Según la opinión de los historiadores, Egipto nace alrededor del año cuatro mil a.C. y su máximo
esplendor se dio alrededor del año 2 500 a.C. Al igual que con Mesopotamia, la civilización siguió
un curso que se vería drásticamente alterado solo hasta la conquista macedonia.
Las principales referencias que tenemos en relación con las matemáticas egipcias son documentos
escritos sobre papiro, un material frágil, por lo que realmente se tiene muy poca base para una
descripción precisa de la naturaleza y los límites de la cultura y las matemáticas de esta
civilización.

Papiro de rhind: En 1858 el egiptólogo escocés A. Henry Rhind visitó Egipto por motivos de salud
(padecía tuberculosis) y compró en Luxor el papiro que actualmente se conoce como papiro Rhind
o de Ahmes, y que se encontró en las ruinas de un antiguo edificio de Tebas. Rhind murió 5 años
después de la compra y el papiro fue a parar al Museo Británico. Desgraciadamente en esa época
gran parte del papiro se había perdido, aunque 50 años después se encontraron muchos
fragmentos en los almacenes de la Sociedad histórica de Nueva York.
Actualmente se encuentra en el Museo Británico de Londres. Comienza con la frase "Cálculo
exacto para entrar en conocimiento de todas las cosas existentes y de todos los oscuros secretos y
misterios".
El papiro mide unos 6 metros de largo y 33 cm de ancho. Representa la mejor fuente de
información sobre matemática egipcia que se conoce. Escrito en hierático, consta de 87 problemas
y su resolución. Nos da información sobre cuestiones aritméticas básicas, fracciones, cálculo de
áreas, volúmenes, progresiones, repartos proporcionales, reglas de tres, ecuaciones lineales y
trigonometría básica. Fue escrito por el escriba Ahmes aproximadamente en el
1650 a.C. a partir de escritos de 200 años de antigüedad, según reivindica Ahmes al principio del
texto, aunque nos resulta imposible saber qué partes corresponden a estos textos anteriores y
cuáles no.
Se conoce muy poco sobre el objetivo del papiro. Se ha indicado que podría ser un documento con
claras intenciones pedagógicas, o un cuaderno de notas de un alumno. Para nosotros representa
una guía de las matemáticas del Antiguo Egipto, pues es el mejor texto escrito en el que se revelan
los conocimientos matemáticos. En el papiro aparecen algunos errores, importantes en algunos
casos, que pueden deberse al hecho de haber sido copiados de textos anteriores. Aunque en la
resolución de los problemas aparecen métodos de cálculo basados en prueba y error, sin
formulación y muchas veces tomadas de las propias experiencias de los escribas, representa una
fuente de información valiosísima.
En realidad, se puede considerar este papiro como un tratado de aritmética. Una especie de
"Manual del calculista". Tiene partes teóricas, en particular sobre las progresiones, y da ejemplos
de problemas algebraicos que llevan a ecuaciones de primer grado. En buenas cuentas, no da
ningún método para resolver los problemas sino que, solamente, se encuentran sus soluciones.
No se ve en ellos un procedimiento deductivo sino, únicamente, muestran una especie de tablas o
recetas para resolverlos. Así, por ejemplo, aparece en el papiro mencionado la costumbre egipcia
de expresar toda fracción en una suma de fracciones de numerador la unidad. De esta forma,
aparece la fracción 2/47 descompuesta de la siguiente forma
2/47 = 1/30 + 1/141 + 1/470
Es necesario hacer notar que ellos no escribían 2/47 sino que la descomposición anotada. Esto nos
induce a pensar que tenían el concepto de solo una parte alícuota (1/47) pero no de dos (2/47).

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Aparece una serie de fracciones de esta forma, algunas son correctas y otras falsas. No había, por
supuesto, un procedimiento general para hacer estas descomposiciones sino que, sin duda, se ha
procedido solo por tanteos.
Contiene el papiro una tabla que da la descomposición de todas las fracciones de la forma 2/(2n-1)
siendo 1< n < 49. Es decir todas las fracciones de denominador impar desde 2/3 hasta 2/97.
Por otro lado, presenta una especie de álgebra de aspecto muy pintoresco, existiendo una serie de
símbolos para representar a los actuales. En efecto, se encuentra que nuestros signos + y –
estaban representados por dos piernas en actitud de caminar y dirigidas hacia la derecha e
izquierda, respectivamente. Hay en esto, pues, un principio de dirección, de un sentido
geométrico. El signo de la incógnita estaba representado por un montón o bien por un ibis
escarbando el suelo. La igualdad estaba representada por, o por un escarabajo, símbolos del
devenir. Ahora, el símbolo indicado significa "mayor o igual".
Las fórmulas que aparecen en este papiro son solo aproximadas. Se toma en cuenta la forma de
las figuras, rectilínea o circular, y la longitud de las líneas que la limitan.
Las figuras que aquí se encuentran limitadas por rectas son, en su mayoría, triángulos rectángulos,
triángulos equiláteros y trapecios isósceles.
Una de las fórmulas que da referente al triangulo isósceles de lado a y base c es su área S =ac/2.
Para un trapezoide de lados a, b, c y d aparecen la formula S = (a+c)/2 · (b+d)/2. Pero esta fórmula
es exacta cuando el trapezoide se transforma en un rectángulo.
Para la superficie del círculo se encuentra la expresión S = (8/9 d)2, siendo d el diámetro. Si en esta
fórmula se expresa el diámetro en función del radio, obtenemos S=256/81 r2, la cual implica el
valor 256/81 para nuestro p, que da aproximadamente 3,1604. La fórmula dada por los egipcios es
empírica y puede decirse que, prácticamente tiene el mismo valor de la que usamos nosotros.
Asimismo, se encuentran en el papiro la resolución de otros problemas que se basan en la
semejanza de figuras.
Se sabe, además que las parcelaciones eran rectangulares y que, por lo tanto, tenían la necesidad
de trazar ángulos rectos. Para este fin, se valían de un instrumento especial que consistía en un
triángulo rectángulo hecho de cordeles, el cual les permitía construir perpendiculares en el
terreno. Los lados de este triángulo estaban en la razón 3:4:5. En un cordel, ellos aplicaban a partir
de un punto tres veces cierta magnitud cualquiera, y hacían un nudo; enseguida, la aplicaban
cuatro y después cinco veces, haciendo cada vez un nudo. Según lo dicho, se podría pensar que
ellos conocían el Teorema de Pitágoras, pero la verdad es que no se tiene ni se ha encontrado
entre ellos un triángulo rectángulo que esté construido por otros lados que no sean los
mencionados anteriormente. En consecuencia, no cabe duda que el triángulo rectángulo que
usaron lo encontraron por experiencias, prácticamente. Los especialistas en el manejo de esta
cuerda con nudos eran los Harpedonautas, que corresponden a los agrimensores o literalmente a
los "estiradores de cuerda".
Aparecen también, en este papiro, problemas sobre el cálculo de alturas de pirámides, mediante
procedimientos gráficos. Por ejemplo, para el caso de una pirámide triangular, de la cual al
conocerse sus caras puede determinarse su altura: separaban las caras y las colocaban en un
plano.
En cuanto al autor, poco se conoce de él. Por su escritura parece que Ahmes no era un simple
escriba, pero se desconocen los detalles de su educación.

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Papiro de Moscú: El papiro de Moscú, es junto con el de Rhind el más importante documento
matemático del Antiguo Egipto. Fue comprado por Golenishchev en el año 1883, a través de Abd-
el-Radard, una de las personas que descubrió el escondite de momias reales de Deir el-Bahari.
Originalmente se le conocía como Papiro Golenishchev pero posteriormente, cuando fue a parar al
Museo de Bellas Artes de Moscú, en 1917, con el número 4576, se conoce como Papiro de Moscú.
Con 5 metros de longitud, y tan sólo 8 cm de anchura consta de 25 problemas, aunque algunos se
encuentran demasiado dañados para poder ser interpretados. El papiro fue escrito en hierática en
torno al 1890 a.C. (XII dinastía) por un escriba desconocido, que no era tan meticuloso como
Ahmes, el escriba del papiro Rhind. Se desconoce el objetivo con el que fue escrito. En la imagen
que mostramos se puede ver el original en hierática y la traducción en jeroglífico.
Aparece una expresión exacta para el volumen de un tronco de pirámide de bases cuadradas.
Fueron estas propiedades geométricas las que utilizaron los antiguos arquitectos egipcios en la
construcción de sus monumentos y en el trazado de bóvedas, cúpulas, etc.
El valor de p =4/sqrt (k) donde k es el número áureo fue utilizado (probablemente de modo
inconsciente) por los egipcios, en la construcción de la gran pirámide de Kheops. Es, en efecto,
cierto que quisieron que las caras de la pirámide estuvieran formadas por las dos mitades de un
rectángulo áureo; pero esta elección determinaba la altura total del monumento. Un arqueólogo
demasiado entusiasta, que buscaba por todas partes mensajes científicos en la famosa tumba,
observo, jugando con los números que había acumulado, que el perímetro de la base era
aproximadamente el de un círculo de radio igual a p.
De esta coincidencia era imprudente decir que se trataba de una cuadratura aproximada del
círculo, por otra parte, muy buena, realizada por los sabios faraones como testimonio de su
ciencia. De los 25 problemas de que consta hay 2 que destacan sobre el resto; son los relativos al
cálculo del volumen de una pirámide truncada (problema 14, que aparece en la imagen anterior),
y el área de una superficie parecida a un cesto (problema 10). Este último es uno de los problemas
más complicados de entender, pues no está clara la figura, y si la figura buscada fuese un cesto o
un hemisferio entonces sería el primer cálculo de tal superficie conocido.

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Papiro de Berlín: Debemos destacar la resolución de 2 problemas que suponen un sistema de 2
ecuaciones con 2 incógnitas, una de las cuales es además de segundo grado. Aunque los
problemas son muy sencillos y de resolución directa no por eso tienen menos importancia, pues
son la única prueba de intentos de resolver problemas de sistemas de ecuaciones y una
demostración del empleo de raíces cuadradas.

Rollo de Cuero: Fue comprado por A.H. Rhind al mismo tiempo que el Papiro de Ahmes. En muy
mal estado no fue analizado hasta 60 años después de su compra y es un duplicado de otra obra
matemática. Dividido en 4 partes, es un trabajo sobre equivalencias de fracciones unitarias (26).
No aporta conocimientos matemáticos y parece ser el cuaderno de notas de un estudiante.

Papiro de Kahun: Perteneciente a la XII dinastía, actualmente se encuentra en Londres.

Papiro de Ajmin: Escrito en 2 tablillas de madera y fechado en el400 a.C. por lo que pertenece al
periodo de dominación persa. Actualmente se encuentra en el Museo de El Cairo.

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Sistema de numeración

Realmente no puede hablarse de un único sistema de numeración ya que, de hecho, se


encuentran dos: el sistema jeroglífico, que utiliza jeroglíficos, y el hierático (sagrado) o sistema de
los sacerdotes, que utiliza símbolos cursivos y que, en el siglo VIII a. de C. desembocara en el
sistema demótico o sistema del pueblo, cursivo y de forma abreviada.

1) Sistema jeroglífico. Sistema de base 10, no posicional, en el que el principio aditivo


determina la disposición de los símbolos. La utilización de este principio permite expresar
cualquier número; cada símbolo se repite el número de veces necesario.
2) Sistema hierático. También es decimal, pero el principio de repetición del sistema
jeroglífico se sustituye por la introducción de símbolos especiales, por lo que la notación
hierática es más sencilla. Estos signos representan los números de 1 a 10, así como las
potencias de 10. Los egipcios escriben de derecha a izquierda.

Generalmente, los egipcios utilizaban signos específicos para fracciones particulares como 2/3 y ½.
En general, trabajaban con fracciones unitarias y cualquier fracción de la forma p/q se expresaba
como una suma de fracciones unitarias. Las operaciones usuales se efectuaban, casi en su
totalidad, con ayuda del principio de adición o por desdoblamiento.
Los demás valores se expresaban con la repetición del símbolo, el número de veces que fuera
necesario (es un sistema de numeración aditivo) y escrito de izquierda a derecha o de arriba abajo,
el orden se escribía según criterios estéticos.
Estos símbolos, en la escritura, no podían aparecer más de nueve veces en cada número. En el
sistema egipcio de numeración no había signo para el cero.
Este sistema de numeración es muy simple y primitivo. Es un sistema decimal puro, puesto que en
la representación de los números enteros se emplea el principio decimal y cada signo numérico
representa solamente un número.
Para representar, por ejemplo, el número entero 23145, era suficiente escribir en serie dos
jeroglíficos de diez mil luego tres jeroglíficos de mil, uno de cien, cuatro de diez y cinco jeroglíficos
para las unidades.

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Aritmética Egipcia
La primera característica a destacar es que gracias al conocimiento completo de las tablas de
duplicación y el cálculo de los tercios de un número, los escribas manejaban con total facilidad las
cuatro operaciones elementales: suma, resta, multiplicación y división.
Las sumas se realizaban del modo más simple posible, se añadían los símbolos y en el caso de
tener 10 iguales se sustituían por uno de la siguiente potencia de 10.
Las restas se realizaban de modo análogo a las sumas, pero las multiplicaciones y divisiones
enteras tenían una característica muy peculiar, esto es, se realizaban utilizando exclusivamente las
tablas de duplicación o potencias de 2, lo que podría considerarse como el origen del sistema
binario (utilizado por los ordenadores actuales).

Algebra Egipcia
Dejaron pocas evidencias matemáticas. El papiro es un material que resiste mal el paso del
tiempo. Hay dos papiros de gran importancia: el papiro Rhind y el Moscú. El Rhind fue
confeccionado hacia 1650 a.C. por un escriba llamado Ahmes quien dice haberlo copiado de un
original doscientos años más antiguo. Expone 87 problemas y sus soluciones y se usa la escritura
hierática en vez de la jeroglífica. No se sabe si fue escrito al estilo de un libro de texto el cuaderno
de notas de un alumno. El Moscú es parecido con 25 problemas y sus soluciones. En lo referente al
álgebra, los papiros contienen soluciones a problemas con una incógnita. Sin embargo los
procesos eran puramente aritméticos y no constituían un tema distinto a éste que es el
predominante junto con problemas geométricos.
Por ejemplo, el problema 31 del papiro de Ahmes traducido literalmente dice: “Una cantidad; sus
2/3, su ½, su 1, su totalidad asciende a 33”. Esto para nosotros significa:
El único tipo de ecuación de segundo grado que aparece es el más sencillo a x² = b

Geometría Egipcia
La mayoría de los problemas de geometría que aparecen en los papiros hacen referencia a
fórmulas de medición necesarias para evaluar el área de figuras planas y de ciertos
volúmenes. El área de un triángulo isósceles se obtiene multiplicando la mitad de la base por
la altura. Los egipcios parecen acostumbrados a transformaciones que comprenden la
semejanza de rectángulos con ayuda de triángulos isósceles y trapecios isósceles. Calculan
también el volumen de cilindros y prismas, pero desconocen el Teorema de Pitágoras en su
formulación general. Los egipcios utilizaban una regla precisa relativa a la circunferencia: la
razón entre el área de un círculo y su circunferencia es la misma que entre el área del
cuadrado circunscrito al círculo y su perímetro. Según Boyer, esta relación tiene una
significación matemática mucho mayor que la aproximación a. Además, podían calcular el
área de triángulos, rectángulos y trapecios. La semejanza y la proporcionalidad no parecen
haberles sido desconocidas. En el siglo XIII a. de C. dos figuras similares, aunque de
dimensiones diferentes, fueron dibujadas en las paredes de la habitación donde se encuentra
la tumba de Seti I. La perla de la geometría egipcia es, indiscutiblemente, el siguiente
enunciado que se encuentra en el papiro de Moscú (problema 14): Si se os dice: una pirámide
truncada de altura 6 y de bases 4 y 2; debéis tomar el cuadrado de 4 que es 16, después
doblar 4 para obtener 8, tomar el cuadrado de 2 que es 4, sumar 16, 8 y 4 para obtener 28;
calcular 1/3 de 6 que es 2, multiplicar 28 por 2 que da 56; véis, es 56. Es evidente que el
escritor conocía la fórmula: V = [a2 +ab +b2] h/3, que representa el volumen de un tronco de
pirámide de base cuadrada. ¿Cómo fue descubierta? Se han dado varias explicaciones, pero es

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difícil, incluso hoy, saber el método empleado por los egipcios. Los autores de estos
documentos sabían calcular la pendiente de los lados de una pirámide y su volumen. Los
problemas 56, 57, 58, 59 y 60 del papiro Rhind se refieren al cálculo de la razón entre la base
horizontal de la pirámide y su altura, llamada “seqt”. El valor de la “seqt” era importante para
los constructores de pirámides, pues debían mantenerla constante en los sucesivos bloques
de piedra. Podemos considerarlas como las cotangentes del ángulo de inclinación de las caras
de las pirámides. La geometría en Egipto no se desarrolló como una ciencia en el sentido
griego de la palabra, fue propiamente una “aritmética aplicada”. El calculista tenía
conocimiento de reglas, a partir de las cuales eran realizados los cálculos, pero no se ha
encontrado una derivación sistemática de estas reglas. La matemática prehelénica no contaba
con nada que pudiera llamarse teorema, y menos con una prueba tal como la entendieron los
griegos; sólo contaban con recetas que elevaban al rango de verdades al verificar una y otra
vez que podían realizarlas. De ahí que mostraran una total indiferencia por contar con
fórmulas precisas. Este plantearse de manera general los problemas es el paso que implicó
tomar el camino de la generalidad y la abstracción.

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Babilonios
Los registros que se tienen son de naturaleza arqueológica, en arcilla, y, por supuesto, se
encuentran limitados de muchas maneras. No nos permiten una visión exacta de las características
en que se desarrollaron cultural y matemáticamente. En relación con Mesopotamia, los registros
más antiguos datan del 3 500 a.C. y terminan en el 539 a.C., fecha en la que estos territorios
fueron conquistados por Persia. Hay alrededor de 500 000 tablillas de arcilla que constituyen las
fuentes principales de la cultura babilónica, y entre ellas unas 500 son de interés para las
matemáticas. La mayoría de los registros de que se dispone son del periodo llamado Antiguo, más
o menos alrededor del 2 500 a.C.
El sistema cuneiforme de escritura fue descifrado a mediados del siglo XIX por George Frederick
Grotefend y Henry Creswicke Rawlinson.

Sistema de numeración

Este sistema apareció por primera vez alrededor de 1800-1900 a. C. Es el primer sistema de
numeración posicional, es decir, en el cual el valor de un dígito particular depende tanto de su
valor como de su posición en el número que se quiere representar. Los números en este sistema
se representaban con la ayuda de sólo dos símbolos, una cuña vertical V que representaba a la
unidad y una cuña horizontal para el número diez. Estas cuñas resaltaban en las tablillas de las
cuñas de arcilla, por los palitos inclinados, y tomaban la forma de un prisma. De aquí surgió la
denominación de cuneiforme para la escritura de los antiguos babilonios.
El sistema de numeración babilónico es de base 60 (sexagesimal) y los números enteros del 1 al 59
se podían escribir de manera que los signos para el diez y la unidad se repetían tantas veces como
en el número hubiese decenas y unidades. La unidad de segundo orden representado por el
mismo signo es 60 veces mayor que la de primer orden, y la unidad de tercer orden es 60 veces
mayor que la de segundo y 3600 veces mayor (60 * 60 = 3600) que la unidad de primer orden. Y
así sucesivamente.
Este sistema de numeración es posicional. Así, un mismo signo puede representar en él, tanto 1
como 1 * 60, como 1*60*60 = 1 * 60 2 = 1 * 3600, etc., en función del lugar en que dicho signo
esté escrito.

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Este sistema tiene necesidad de lo que nosotros llamamos el cero, para ello tenían el signo

separador.
El conocimiento de la matemática babilónica se ha obtenido de unas 400 tablillas de arcilla
excavadas desde 1850. Escritas en escritura cuneiforme, las tablillas se grababan mientras la arcilla
estaba húmeda, y luego eran endurecidas en un horno o calentándolas al sol. La mayoría de las
tablillas de arcilla recuperadas datan del 1800 al 1600 a. C., y abarcan temas que incluyen
fracciones, álgebra, ecuaciones cuadráticas y cúbicas y el teorema de Pitágoras.

Los babilonios fueron los pioneros en el sistema de medición del tiempo; introdujeron el sistema
sexagesimal y lo hicieron dividiendo el día en 24 horas, cada hora en 60 minutos y cada minuto en
60 segundos.

Álgebra en babilonia
La principal fuente de información sobre la civilización y la matemática babilónica procede de
textos grabados con inscripciones cuneiformes en tablillas de arcilla. Los textos se escribían sobre
las tablillas cuando la arcilla estaba aún fresca. Después podían borrarse y usarse otra vez o
también cocerse en hornos o simplemente se endurecían al sol. Las tablillas más antiguas que se
conservan son del 2000 a.C. Varios miles de tablillas esperan todavía ser descifradas.
Estas tablillas han proporcionado abundante información sobre el sistema numérico y los métodos
de cálculo que usaban. También las hay con textos que contienen problemas algebraicos y
geométricos. Los babilonios disponían de fórmulas para resolver ecuaciones cuadráticas. No
conocían los números negativos por lo que no se tenían en cuenta las raíces negativas de las
ecuaciones. Su sistema de numeración era de base 60 y ha llegado hasta nosotros en la medida del
tiempo y de los ángulos. Llegaron a resolver problemas concretos que conducían a sistemas de
cinco ecuaciones con cinco incógnitas e incluso se conoce un problema astronómico que conduce
a un sistema de diez ecuaciones con diez incógnitas. Tampoco conocían el cero lo que lleva a
problemas de interpretación de las cantidades. Para evitar el problema, reducían el tamaño de las
cifras adyacentes. A partir del siglo VI a.C. Sin embargo, fue utilizado un signo de omisión interior,
es decir una especie de cero. Por supuesto en esta fase el álgebra es retórica, es decir no se usan
símbolos especiales. Si aparecen palabras como por ejemplo us (longitud) usadas como incógnitas
posiblemente porque muchos problemas algebraicos surgen de situaciones geométricas y esto
hizo que esa terminología se impusiera. También usaban antiguos pictogramas sumerios para
designar las incógnitas de una ecuación.
Un ejemplo de la manera en que aparecen formulados los problemas podría ser:

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“He multiplicado la longitud por la anchura y el área es 10. He multiplicado la longitud por ella
misma y he obtenido un área. El exceso de longitud sobre la anchura lo he multiplicado por sí
mismo y el resultado por 9. Y éste área es el área obtenida multiplicando la longitud por ella
misma. ¿Cuáles son la longitud y la anchura?” Hoy traduciríamos este problema a lenguaje
algebraico así:
xy = 10
9(x– y)² = x²
Resolver esto lleva a una ecuación bicuadrada.

Geometría en babilonia
La geometría babilónica estaba íntimamente ligada a las mediciones prácticas. No había una
diferencia esencial entre la partición de una cierta cantidad de dinero, de acuerdo a ciertas reglas,
y la división de un terreno en partes de áreas iguales. Las condiciones exteriores tenían que ser
observadas, en un caso eran las condiciones acerca de una herencia; en otras las reglas
determinan un área, o las relaciones entre medidas, o los problemas acerca de salarios. La
importancia matemática de un problema recaía sobre su solución aritmética, la geometría no era
sino una cosa más entre las muchas de la vida diaria, a las cuales era posible aplicarles los métodos
aritméticos.
La geometría no era una disciplina especial, sino que era tratada igualmente que a cualquier otra
forma de relación numérica entre objetos de uso práctico. Entre los resultados geométricos
conocidos en Mesopotamia, se encuentran métodos para calcular el área de un círculo, con muy
buenas aproximaciones del número π. (Los babilonios podían además calcular el área de un
triángulo y de un trapecio). Los volúmenes de prismas rectos y cilindros los calculaban
multiplicando el área de la base por la altura. Tenían fórmulas para determinar el volumen de un
tronco de cono y pirámides cuadrangulares truncadas.
Los geómetras babilónicos tenían conocimientos básicos de trigonometría. Estaban familiarizados
con el teorema de Pitágoras, y comprendían su principio general.
Conocían también el teorema, atribuido a Tales de Mileto, según el cual el ángulo inscrito en un
semicírculo es recto. Además, sabían que “los lados correspondientes de dos triángulos
rectángulos semejantes son proporcionales”, y que “la perpendicular trazada desde el vértice de

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un triángulo isósceles divide la base de este triángulo en dos partes iguales”.

π en el Egipto antiguo

La mayoría de los problemas que nos han llegado centrados en figuras circulares calculan el área
de un círculo a partir del diámetro, bien como cálculo finalista bien como paso intermedio para el
cálculo del volumen de un granero cilíndrico. Además, en la mayoría de los casos el diámetro mide
9 unidades, lo que facilita los cálculos como se verá continuación.
Se dispone de siete problemas relacionados con el círculo, de los cuales en dos se obtiene el área
de un círculo a partir del diámetro; en otros dos, el volumen de un cilindro como área de la base
por la altura, aplicando la misma regla para calcular el área de la base; en dos más, el volumen del
cilindro se calcula aplicando una regla diferente, para obtener el volumen en otra unidad de
capacidad, que no pasa por el cálculo del área de la base; para un último problema no hay
consenso sobre su interpretación (véase Cuadro 1).

Cuadro 1: Listado completo de problemas del Imperio Medio relacionados con figuras circulares y
su interpretación.
Problema Interpretación
Papiro Rhind, problema 50 Área de un círculo a partir del diámetro
Papiro Rhind, problema 48

Papiro Rhind, problema 41 Volumen de un cilindro como área de la base


Papiro Rhind, problema 42 por altura. El área se
calcula aplicando la regla de
Papiro Rhind, problema 43 Volumen de un cilindro sin calcularlo como
Papiro Kahun, problema IV.3 altura área de la base por altura

Papiro Moscú, problema 10 Interpretación dudosa. Área de una semi-esfera

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(dónde el área del
círculo mayor se calcula aplicando la regla
usual) o área de un semicilindro
(Como longitud de la semi-circunferencia por la
altura).

En cuatro problemas del papiro Rhind se usa el mismo proceso para obtener el área de un círculo
teniendo como parámetro el diámetro: se resta un noveno al diámetro y el resultado se eleva al
cuadrado. En notación actual,

Donde A es el área del círculo y d su diámetro. Es decir,

A la vista de esta regla se entiende que muchos investigadores la interpreten como la primera
evidencia de cuadratura del círculo. El área del círculo se obtiene elevando al cuadrado un término
que podemos leer como el lado de un cuadrado equivalente. Sin embargo, no hay ninguna
evidencia clara a favor de esta interpretación.
Lo que es seguro es que la constante π estaba completamente fuera del marco conceptual de los
matemáticos egipcios, que no estaban familiarizados con la fórmula.

Sin embargo, desde la perspectiva actual y si hay que asignar un valor implícito a π este sería de
256/81 ≈ 3,1605, una excelente aproximación para hace cuatro mil años.
Sin entrar en detalles, que dejamos en el Apéndice C, cualquiera de las interpretaciones del
problema 10 del papiro Moscú (área de una semi-esfera o de un semi-cilindro) implica el mismo
valor implícito de π.
¿Cómo llegaron los egipcios a su regla de cálculo para el área de un círculo?
Con sinceridad, en la actualidad no hay respuesta a esta pregunta y este hecho hay que dejarlo
claro.
Pero como imaginar, o especular, es de humanos, a continuación se ofrecen dos explicaciones
alternativas, una dada por Engels (Engels, 1977) y apoyada posteriormente por Robins y Shute
(Robins y Shute, 1987), y la otra dada por Vogel (Vogel, 1958) y apoyada por Gillings (Gillings,
1981).
Engels sugiere que los egipcios aproximaron el área de un círculo a la de un cuadrado visualmente
equivalente. Por construcción, el lado del cuadrado es aproximadamente ocho novenos del
diámetro del círculo y de este hecho se deriva la regla para el cálculo del área del círculo.
Por otro lado, la ambigua interpretación del problema 48 del papiro Rhind, y la figura que lo
acompaña, lleva a varios investigadores a ver en este problema una explicación, a través de un
ejemplo, de cómo los egipcios derivaron la regla de cálculo del área del círculo aproximándola al
área de un octógono irregular.
Veamos ambas explicaciones en detalle, insistiendo en que no hay ningún hecho objetivo que las
apoye.

14
Primera cuadratura de círculo
Engels basa su explicación en la observación de que los egipcios se apoyaban del dibujo de una
retícula cuadrada para realizar diseños más elaborados. Así, es razonable imaginar (siempre según
Engels) que si deseamos dibujar un círculo de igual área que un cuadrado apoyándonos en una
retícula obtengamos una solución muy parecida a la mostrada en la Figura 4a.
La clave para calcular el área del cuadrado (que se asume igual a la del círculo) a partir del
diámetro del círculo radica en observar que los puntos de intersección entre el círculo y el
cuadrado están a ¼ de las esquinas del cuadrado. Partiendo de esta observación tenemos dos
formas diferentes de llegar a la regla de cálculo buscada, una meramente geométrica seguida por
Engels (Engels, 1977) y otra seguida por Robins y Shute (Robins y Shute, 1987) que requiere del
conocimiento del teorema de Pitágoras.
Engels asume que la retícula usada es más fina que la mostrada en la Figura 4a y que el lado del
cuadrado base, que denominaremos a, está dividido en dieciséis partes (véase Figura 4b), es decir,
que a= 16. La observación de la figura 4b nos lleva a pensar que el círculo dista del centro de un
lado del cuadrado una unidad y que, por tanto, el diámetro es igual al lado del cuadrado más dos
unidades, d = 18. Por tanto a/d = 16/18 o equivalentemente a = (8/9) d y por consiguiente el área
del círculo, que es el área del cuadrado de lado a, es

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Robins y Shute aplican el teorema de Pitágoras al triángulo rectángulo formado por el lado del
cuadrado, el diámetro del círculo y la mitad del lado del cuadrado (véase Figura 4c). Si el lado del
cuadrado mide 8 unidades, se tiene que el diámetro mide aproximadamente 9 unidades. En
concreto

16
El razonamiento seguido por Robins y Shute asume una familiaridad con el teorema de Pitágoras
del cual no hay ninguna evidencia hasta el tercer siglo AEC, trece siglos después de que se
escribiera el papiro Rhind.
Segunda cuadratura de círculo
Vogel y después Gillings toman el problema 48 del papiro Rhind para desarrollar su teoría. Este
problema viene acompañado de un dibujo muy esquemático que estos investigadores asumen
representa un cuadrado y el octógono irregular formado al cortar la cuatro esquinas del cuadrado
a una distancia de un tercio del lado del cuadrado de cada esquina (véase Figura 4d).
La clave en la explicación reside en asumir que el octógono es una buena aproximación al círculo y
que, por tanto, sus áreas son equivalentes. Es decir, el área del círculo cuyo diámetro es el lado del
cuadrado es igual al área del octógono definido según la figura del problema.
Así, si el lado del cuadrado, y por tanto el diámetro del círculo, es 9, se tiene que el área del
octógono es igual al área de 7 cuadrados de lado 3, es decir 63. Ahora aproximamos este valor por
64 y tenemos que el área de un círculo de diámetro 9 es 64=82 .
Los cálculos mostrados en el problema 48 del papiro Rhind muestran la obtención de 9 al
cuadrado (que sería el área del cuadrado) y de 8 al cuadrado (que sería el área del círculo).
Guillemot (Guillemot, 1992) rechaza el supuesto de simetría en el octógono hecho por Vogel y
Gillings. Él propone que el octógono de la figura fue realizado cortando de un cuadrado de lado 9
dos esquinas diagonalmente opuestas de área 9/2 cada una (dos triángulos isósceles de lado 3) y
otras dos esquinas, cada una de área 8/2 (dos triángulos de lados 2 y 4). Este octógono es más
parecido al dibujado en el papiro y su área es directamente 64.
Realmente esta línea de razonamiento no tiene ninguna base. Es más fácil interpretar el dibujo
que acompaña al problema como un cuadrado y un círculo inscrito en él; y los cálculo que los
acompañan como el cálculo de las áreas de ambas figuras. Muchos problemas en el antiguo Egipto
se acompañan de un dibujo siempre muy esquemático y poco riguroso. Así, es más verosímil
entender que el escriba quiso dibujar de forma esquemática un círculo inscrito, que un octógono
irregular. A parte de que nada del dibujo indica que las esquinas del cuadrado eliminadas para
obtener el octógono miden un tercio del lado del cuadrado; y como principal crítica que
estaríamos ante el único texto donde el escriba no busca un caso de aplicación práctica sino una
fundamentación teórica.
Quiero terminar este apartado insistiendo que nada abala en absoluto ninguno de las teorías
arriba expuestas para explicar la regla de cálculo del área de un círculo a partir del diámetro. Qué
duda cabe que es obligación de los investigadores ir más allá en el entendimiento de una cultura
de lo que las evidencias permiten pero siempre manteniendo todas las cautelas necesarias y
dejando claro cuando se traspasa la línea de lo objetivo para entrar en la especulación. Máxime
cuando ésta se basa en una re-interpretación de las evidencias más compleja que otras
alternativas igualmente válidas.

Fracciones unitarias
Cuenta la historia que el dios Seth mató a Osiris, padre de Horus, y que éste, por vengar a su
padre, años más tarde se enfrentó a Seth. En dicha batalla, el ojo de Horus fue seccionado por
distintas partes, las cuales fueron asociadas a fracciones unitarias denominadas las fracciones del

17
ojo de Horus. Así pues, la parte izquierda de la pupila equivalía a 1/2, la pupila a 1/4, las cejas a
1/8, la parte derecha del ojo a 1/16, la parte inferior vertical bajo el ojo a 1/32 y la parte inferior
diagonal del ojo a 1/64.

De hecho, se supone que el uso de fracciones unitarias se debió a la simplificación en la notación


considerándose oportuno que un número natural n con un círculo encima significara la fracción
1/n.

Dicha notación dio lugar a representar fracciones con numerador distinto de 1 como sumas de
fracciones unitarias. Un ejemplo simple podría ser la fracción 3/4, la cual es equivalente a
3 4 = 1 2 + 1 4.
Pero por otro lado, este sistema de descripción de fracciones no unitarias dio lugar también a
problemas en su equivalencia como sumas de unitarias dado que la representación usada en
muchos casos no era única, tal y como muestra el siguiente ejemplo con la fracción 19/20: por un
lado, ésta puede escribirse como 19 20 = 1 2 + 1 4 + 1 5, pero también como 19 20 = 1 2 + 1 3 + 1 9
+ 1 180. Por tanto, ¿cuál era la más adecuada? o ¿cuál era la que resultaba más asequible de
manejar por los escribas? En particular, en el papiro de Rhind aparece una tabla (semejante a la
mostrada más abajo) con la descomposición de fracciones con numerador 2 y denominador un
número impar entre 3 y 101

18
Dicha tabla fue comparada a mediados de los años 60 con los 22295 posibles resultados obtenidos
por un programa de ordenador (imponiendo como única condición que en las igualdades halladas,
las sumas de fracciones tuvieran a lo sumo 4 términos), con el que se pudieron estudiar las
razones que dieron lugar a la elección de las igualdades escritas por el escriba y enunciar
interesantes teorías al respecto, entre las que destaca la teoría de R.J. Gillings por su alto
porcentaje de aceptación entre los estudiosos.
Dicha teoría describe 5 principios básicos que podrían haber sido usados por los escribas a la hora
de elegir la suma de fracciones más idónea, más concretamente:
1. De las posibles igualdades, la que tenga denominadores más pequeños es preferible, sin
exceder ninguno el número 1000.
2. Una igualdad con 2 términos es preferible a una con 3; una con 3 a una con 4 y jamás se usan
igualdades en las que aparezcan más de 4 fracciones.
3. Las fracciones se escriben en orden ascendente de denominador y nunca se repite la misma dos
veces.
4. La primera fracción marca la elección, esto es, de todas las igualdades posibles, se escoge la
que tenga el primer denominador más pequeño; salvo que el coger una con el denominador más
grande implique una reducción sustancial en los posteriores denominadores.
5. Son preferibles denominadores con números pares a aquellos con números impares.

19
El teorema de Pitágoras en babilonia
La Arqueología ha recuperado cerca de medio millón de tablillas de arcilla con textos cuneiformes,
de las cuales casi trescientas tienen contenido matemático. Entre ellas sobresalen la tablilla YALE o
YBC 7289, conservada en la Universidad de Yale y la PLIMPTON 322 en la
Universidad de Columbia.

En la tablilla YALE figura un cuadrado con los triángulos rectángulos resultantes de trazar las
diagonales y varios números en caracteres cuneiformes escritos en el sistema de numeración
sexagesimal babilónico, basado en las potencias de 60. La relación con el Teorema de Pitágoras se
observa al traducir estos números a nuestro sistema decimal.
En la diagonal horizontal aparece un número que al transcribirlo en caracteres modernos se
expresaría en la forma: 1; 24, 51,10, donde el punto y como representa la separación entre la
parte entera y la fraccionaria –como nuestra coma (,) o nuestro punto decimal (.)– Y las comas se
utilizan para separar las sucesivas posiciones sexagesimales. Es decir, que para pasar a nuestro
sistema decimal se haría:

Es realmente sorprendente que resulta el valor de √2 con una aproximación bastante superior a
la que obtendrían los griegos muy posteriormente.
En la parte superior de la tablilla YALE aparece el número 30; mientras que en la parte inferior
aparece 42; 25,35, que pasados a decimales resultan ser los números 30 y 42,426389,
respectivamente. Dado que la diagonal de un cuadrado se obtiene –aplicando el Teorema de
Pitágoras– multiplicando el lado por √2, y se comprueba que:

Las relaciones aritméticas entre los números que aparecen en la tablilla YALE resultan ser un caso
particular de una implícita aplicación primitiva y empírica del Teorema de Pitágoras.
La tablilla PLIMPTON es el documento matemático más importante de Babilonia. Está fechada
entre 1900 y 1600 antes de J.C. y ha sido descrita por varios historiadores, siendo muy significativa
la interpretación que dieron en 1945 Neugebauer y Sachs en su libro Mathematical Cuneiform
Texts. La tablilla PLIMPTON parece un simple registro de cuentas de operaciones comerciales, pero
los intérpretes han querido ver una descripción empírica de números pitagóricos e incluso de
primitivas tablas trigonométricas.
La tablilla consta de cuatro columnas de números distribuidos en 15 filas horizontales. En la
primera tabla se reproducen las tres últimas columnas en nuestro sistema decimal, habiéndose
corregido algunos errores aritméticos según las orientaciones de Neugebauer. La columna del
extremo derecho contiene los números del 1 al 15 y representa meramente el número de orden
de cada línea de números. La parte de la tablilla que se conserva está algo dañada, de forma que
no permite leer algunos números, sobre todo en la primera columna, pero una vez descubierta la

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ley de formación de la tabla, ha sido posible reconstruir los números que faltaban. Las columnas
segunda y tercera representan el cateto menor b y la hipotenusa c de triángulos rectángulos de
lados enteros, o la altura b y la diagonal c de un rectángulo.
De las diversas investigaciones parece deducirse que los escribas que construyeron la tablilla
comenzaron por tomar dos enteros sexagesimales regulares –enteros cuyos únicos divisores
primos son 2, 3 y 5, es decir, los divisores primos de 60–, u, v, con u>v, y formar con ellos la terna
de números: a = 2uv, b = u2 – v2, c = u2 + v2, que como se comprueba fácilmente forman una terna
pitagórica, es decir: a2 + b2 = c2.
Así se obtendría la segunda tabla que contiene valores de a,b,c, que corresponden a valores de v
menores que 60 y a valores de u tales que 1<u/v<1+ , es decir, a triángulos rectángulos con catetos
b,a, con b<a.
Por ejemplo, los números que aparecen en la primera fila de la tabla se obtienen a partir de u = 12,
v = 5, a los que corresponden los valores a = 120, b = 119, c = 169, siendo los valores de b y c los
que aparecen en segundo y tercer lugar, respectivamente, en la primera fila de la tablilla
PLIMPTON.
La tablilla contiene 15 de las 38 ternas pitagóricas que existen en las condiciones definidas y están
ordenadas de forma decreciente de la razón c/a, lo cual ha permitido conjeturar que la primera
columna de la tablilla sería una tabla de valores de los cuadrados de la secante del ángulo B o una
tabla de valores de los cuadrados de la tangente del ángulo B. Al ser 1 + tg2B = sec2B y comenzar
todos los números de la columna inicial por el dígito 1, al estar la tablilla parcialmente deteriorada
por la izquierda, no es posible determinar cuál de las dos hipótesis, la de la secante o la de la
tangente, es la cierta.

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El teorema de Pitágoras en Egipto
En el antiguo Egipto el Triángulo egipcio, era llamado también Triángulo de Isis y tenía un cierto
carácter sagrado, porque el número tres representaba a Osiris, el cuatro a Isis y el cinco a Horus.
Así lo relata Plutarco en Sobre Isis y Osiris, VIII, 4: "Los egipcios se imaginaban el mundo la forma
del más bello de los triángulos. Este triángulo, símbolo de la fecundidad, tiene su lado vertical
compuesto de tres, la base de cuatro y la hipotenusa de cinco partes. El lado vertical simbolizaba
al macho, la base a la hembra, y la hipotenusa a la primogenitura de los dos".
Todas las pirámides de Egipto, excepto la de Keops, incorporan, de alguna manera, este triángulo
rectángulo en su construcción, el cual añade a su sencillez –que permite una comprobación visual
instantánea del Teorema– el hecho de ser el único cuyos lados son enteros consecutivos, teniendo
los obtenidos por proporcionalidad los lados en progresión aritmética. La mención explícita de la
relación pitagórica aparece en Egipto, en un papiro de la XII dinastía–hacia el 2000 a.C. encontrado
en Kahun, en cuatro casos numéricos concretos proporcionales a los del Triángulo egipcio:
12 + (3/4)2 = (1¼)2, 82 + 62 = 102, 22 + (1½)2 = (2½)2, 162 + 122 = 202.

22
Pirámide de Keops, el número de oro y _
Por último, teniendo en cuenta que uno de los grandes enigmas de la cultura egipcia sigue siendo
el método de construcción de las pirámides, no podíamos obviar los resultados aparecidos en
relación a distintos aspectos matemáticos al estudiar la pirámide de Keops.
Más concretamente, la pirámide de Keops, también conocida como pirámide de Giza, es una de las
imágenes más representativas del antiguo Egipto, la cual fue construida sobre el 2570 a.C. con
fines funerarios. Fueron necesarios unos 20 años para finalizar la construcción y hasta el siglo XIX
resultó ser el edificio más grande del mundo.
Entre sus medidas, destacan sus 147 metros de altura (h) por 230 metros de lado de la base (L),
por lo que utilizando el teorema de Pitágoras obtenemos que la apotema (a) mide 186; 6 metros.

Con respecto a sus peculiaridades matemáticas, ya en el siglo V a.C., Heródoto afirma en uno de
sus textos que los sacerdotes egipcios le habían mostrado que el cuadrado de la altura total de la
pirámide de Keops, era igual al área de una cara.
De hecho, las relaciones matemáticas que vamos a ver a continuación hacen de la pirámide de
Keops un objeto singular desde el punto de vista geométrico, dado que entre sus proporciones
aparecen curiosamente el número de oro y el número
π.
Para ello, recordemos que el número de oro, _, es una de las dos soluciones
De la ecuación de segundo grado x2 – x-1 = 0, esto es,

Así pues, el número φ aparece aproximado al calcular

Mientras que el número π resulta del cociente

23
Anexo

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Bibliografía virtual
http://www.centroedumatematica.com/aruiz/libros/Historia%20y%20filosofia%20de%20las%20m
atematicas.pdf
http://www.uv.es/iarribas/wikibase/Varios/Pi_egipto.pdf
http://matematicas.uclm.es/ita-cr/web_matematicas/trabajos/165/el_papiro_de_Rhind.pdf
http://www.grupoalquerque.es/ferias/2012/archivos/s-n_antiguos/numeracion_babilonica.pdf
file:///C:/Users/Alumno/Desktop/numeracion_babilonica.pdf
http://www.grupoalquerque.es/ferias/2012/archivos/s-n_antiguos/numeracion_egipcia.pdf
http://www.ehu.eus/aba/div/paseo-06-07.pdf
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/~29700989/departamentos/departamentos/departam
ento_de_matemat/recursos/apuntes/histalg.pdf
http://www.mat.uson.mx/depto/publicaciones/apuntes/pdf/1-1-1-egipto.pdf
http://www.hezkuntza.ejgv.euskadi.eus/r43-
573/es/contenidos/informacion/dia6_sigma/es_sigma/adjuntos/sigma_32/8_pitagoras.pdf
https://wikicastro.wikispaces.com/file/view/%C3%81NGULOS+Y+TRI%C3%81NGULOS+EN+LAS+PI
R%C3%81MIDES+EGIPCIAS.pdf
http://cienciarazonyfe.com/assets/archivos/articulos1385925854.pdf

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