de proclamar tu credo, de solventar tan infames ideas, de aceptar sin cuestionar lo que tienes para decir. No creo en las sesgadas historias sobre tu profeta, utilizadas para trasmitir sumisión, controlar las masas y mantener el control de tu empresa. No creo en tus palabras de piedad, en tus leyendas, en tus leyes, ni en tu supuesta divinidad; No creo en pecado ni en tu perdón, no acepto el tener que disculparme por ser humano, no acepto tu palabra.