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Todos que fuimos a una escuela pública, o quienes

trabajamos en ella, conocemos de cerca la experiencia de


vestir un delantal blanco abotonado atrás o adelante, con
tablas o sin ellas, con cuellito, pespunte o arreglos que los
personalizan, el guardapolvo es un elemento del pasaje
escolar que simboliza muchas cuestiones.
Inés Dussel

Veamos las diversas transformaciones sufridas en la vestimenta docente:

Podemos mencionar que en los primeros tiempos los docentes iban con
guardapolvos blancos, lisos y entallados, para estar de manera conservadora,
sin mostrar la piel y no distraer a los alumnos, para no dar un mensaje
equivocado de esta manera buscan moldear un buen comportamiento.

Los delantales rápidamente "colonizaron" las formas de vestirse de los niños y


los adultos en las escuelas públicas. El camino hacia la uniformación del
vestuario ya estaba pavimentado. En 1919, el gobierno de Irigoyen establece
que sean las cooperadoras escolares las que provean los guardapolvos en el
caso de que las familias no pudieran comprarlos.

Con el tiempo llega Pizurro, este era el inspector general de las escuelas para
la Capital Federal. El mismo surgió cambiar la vestimenta de esta manera
daban un ejemplo más ético y estético.

Podemos mencionar que las transformaciones ideológicas sufridas en la


sociedad se pudieron notar en el ámbito escolar y sobre todo en la vestimenta,
tanto de los docentes como de los alumnos.

Los docentes comenzaron a utilizar guardapolvos de diferentes colores para


identificarse de los niños, ya que estos en algunas instituciones utilizan los
mismos guardapolvos a cuadrille como uniforme del establecimiento. En
cambio los docentes optaron guardapolvos lisos de diferentes colores, con
dibujos, bordados.

La libertad de un docente sobre la vestimenta puede variar dependiendo de las


uniones y las actitudes de la escuela.

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