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Material Autoinstructivo

CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS


CONSTITUCIONALES”

Elaborado por:
Dr. Gerardo Eto Cruz

2017
1
CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

Academia de la Magistratura

La Academia de la Magistratura es la institución oficial del Estado


peruano, que tiene como finalidad la formación de aspirantes a la
magistratura y el desarrollo de un sistema integral y continuo de
capacitación, actualización, certificación y acreditación de los
magistrados del Perú.

CONSEJO DIRECTIVO DE LA ACADEMIA DE LA MAGISTRATURA

Dr. Pedro Gonzalo Chávarry Vallejos


Presidente del Consejo Directivo

Dr. César Hinostroza Pariachi


Vicepresidente del Consejo Directivo

Dr. Héctor Lama More – Consejero


Dr. Jorge Salas Arenas – Consejero
Dr. Tomás Aladino Gálvez Villegas – Consejero
Dr. Segundo Baltazar Morales Parraguez – Consejero
Dr. Richard Alexander Villavicencio Saldaña - Consejero

Dr. Ernesto Lechuga Pino - Director General


Dr. Luis Alberto Pacheco Mandujano - Director Académico

El material del Curso “Ejecución de Sentencias en Procesos


Constitucionales”, ha sido elaborado por el Dr. Gerardo Eto Cruz para la
Academia de la Magistratura, en agosto de 2016.

PROHIBIDA SU REPRODUCCION TOTAL O PARCIAL SIN AUTORIZACION


LIMA – PERÚ

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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

SILABO
NOMBRE DEL CURSO “EJECUCIÓN DE SENTENCIAS EN PROCESOS
CONSTITUCIONALES”

I. DATOS GENERALES

Programa Académico : Actualización y


Perfeccionamiento.

Horas Lectivas : 74
Número de Créditos Académicos : 3
Especialista que elaboró el material : Dr. Gerardo Eto Cruz

II. PRESENTACIÓN
La ejecución de las sentencias constitucionales –y de todo tipo de fallos
firmes– en realidad forma parte del derecho fundamental a la tutela
judicial efectiva, previsto y regulado en el artículo 139º inciso 3 de la
Constitución. A ello se suma la regulación constitucional que “ninguna
autoridad puede (…) dejar sin efecto resoluciones que han pasado en
autoridad de cosa juzgada (…) ni retardar su ejecución”.
El presente módulo, tiene un informe completo en torno a esta
problemática y que fue fruto de lo que se gestara desde el interior del TC
y que comprende: a) la ejecución de sentencias en los procesos de
tutela de derechos fundamentales; y, b) la represión de actos lesivos
homogéneos. El presente módulo contiene, a su vez, tres materiales de
lecturas que dan cuenta de la problemática de la ejecución de
sentencias desarrollado por los autores que allí se precisan. En efecto, el
primero contiene una lectura panorámica de la ejecución de las
sentencias constitucionales en el Perú, elaborado al alimón por Domingo
García Belaunde y Gerardo Eto, y se trata de una apreciación
panorámica de toda su problemática; y luego existen dos problemas
relacionados a la línea temática de la actuación inmediata de sentencia
impugnada, que es necesario que se vaya consolidando en la judicatura
y cuyos autores corresponden mi persona y, el otro a Jose Miguel Rojas
Bernal.
En consecuencia, el presente módulo constituye una apretada síntesis
desde lo que el propio Tribunal Constitucional ha gestado a fin de hacer
eficaces las sentencias en la tutela de los derechos fundamentales, bien
sea de cualquiera de los procesos de hábeas corpus, amparo, hábeas
data y proceso de cumplimiento.

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III. COMPETENCIAS A ALCANZAR

Para el presente curso se ha formulado la siguiente competencia:

Analiza las sentencias emanadas por el Tribunal Constitucional, el cual ha


gestado, a fin de lograr la tutela de los derechos fundamentales, bien sea
de cualquiera de los procesos de hábeas corpus, amparo, hábeas data y
proceso de cumplimiento

III. ESTRUCTURA DE CONTENIDOS

UNIDAD I: LA EJECUCIÓN DE SENTENCIAS EN LOS PROCESOS DE TUTELA


DE DERECHOS FUNDAMENTALES

CONTENIDOS CONCEPTUALES

1. El derecho fundamental a la ejecución de sentencias.


2. Contenido de la sentencia constitucional a ser cumplida
3. Problemas en materia de cumplimiento de sentencias
4. Medidas coercitivas para hacer efectivo el cumplimiento de sentencias
5. Responsabilidad penal por incumplimiento de sentencias
6. Mecanismos para supervisar la ejecución de sentencias emitidas en un
proceso de tutela de derechos fundamentales.

UNIDAD II: LA REPRESIÓN DE ACTOS LESIVOS HOMOGÉNEOS

CONTENIDOS CONCEPTUALES

1. Definición.
2. Estado de la cuestión a nivel normativo y jurisprudencial
3. Fundamentos de la institución
4. Presupuestos para conocer un pedido de represión de actos lesivos
homogéneos.
5. Criterios para identificar un acto lesivo homogéneo.
6. Relación y diferencia con otras instituciones procesales.
7. Procedimiento

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V. MEDIOS Y MATERIALES.

• Material de lectura preparado por el docente


• Jurisprudencia seleccionada
• Lecturas recomendadas

VI. METODOLOGÍA Y SECUENCIA DE ESTUDIO.

La metodología del Curso “Ejecución de Sentencias en Procesos


Constitucionales”, es activa y participativa, basada en el método del caso,
aprendiendo desde lo vivencial, a través de una práctica concreta de los
casos planteados por el docente, promoviendo la conformación de grupos
de estudios, análisis de textos y la resolución de los cuestionarios respectivos,
todo esto para alcanzar las competencias esperadas en el curso.
Para el desarrollo del presente curso los alumnos tendrán acceso al Aula
Virtual de la Academia de la Magistratura, donde tendrán a su disposición
todos los materiales utilizados, las diapositivas de las sesiones presenciales y
lecturas obligatorias.

Se combina el aprendizaje a distancia con sesiones presenciales. Fase


presencial: Interactiva; con las siguientes técnicas: exposición y preguntas,
lluvia de ideas, análisis de casos, debates, argumentación oral. Fase no
presencial: Lectura auto instructiva y foro virtual.

VII. SISTEMA DE ACOMPAÑAMIENTO

Para el desarrollo de este curso, el discente cuenta con el


acompañamiento del profesor especialista quien será el responsable de
asesorarlo y orientarlo en los temas de estudio, a la vez que dinamizarán la
construcción del aprendizaje. Así también, contarán con un coordinador
quien estará en permanente contacto para atender los intereses,
inquietudes y problemas sobre los diversos temas.

VIII. SISTEMA DE EVALUACIÓN


Se ha diseñado un sistema de evaluación permanente, de manera que el
discente pueda ir reflexionando y cuestionando los diversos temas
propuestos en el curso. Los componentes evaluativos serán informados
oportunamente por el coordinador del curso.

IX. BIBLIOGRAFÍA
• ETO CRUZ, Gerardo: Tratado del proceso constitucional de amparo, 2ª
edición, Tomo 2, Gaceta Jurídica, Lima, 2014 (específicamente, pp. 283-
389).

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• ETO CRUZ, Gerardo (coordinador): La sentencia constitucional en el Perú,


Adrus / Centro de Estudios Constitucionales del Tribunal Constitucional del
Perú, Lima, 2010

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PRESENTACIÓN

La Academia de la Magistratura es la institución oficial del Estado Peruano que


tiene como finalidad desarrollar un sistema integral y continuo de formación,
capacitación, actualización, y perfeccionamiento de los magistrados del Poder
Judicial y Ministerio Público.

La Academia de la Magistratura, a través de la Dirección Académica ejecuta el


Curso “Ejecución de Sentencias en Procesos Constitucionales” en el marco de
actividades de las Sedes Desconcentradas. Para este fin, se ha previsto la
elaboración del presente material, el mismo que ha sido elaborado por un
especialista de la materia y sometido a un tratamiento didáctico desde un
enfoque andragógico, a fin de facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje
del discente de una manera sencilla y práctica.

El presente material se encuentra estructurado en dos unidades con los


siguientes ejes temáticos: La ejecución de sentencias en los procesos de tutela
de derechos fundamentales y La represión de actos lesivos homogéneos.

Asimismo, el discente tendrá acceso a un Aula Virtual, siendo el medio más


importante que utilizará a lo largo del desarrollo del curso, a través de ella podrá
acceder al material autoinstructivo, lecturas y un dossier de casos que le
permita aplicar los conocimientos adquiridos.

En ese sentido, se espera que concluido el presente Curso el discente analice ya


tome en consideración las sentencias emanadas por el Tribunal Constitucional,
el cual ha gestado, a fin de lograr la tutela de los derechos fundamentales, bien
sea de cualquiera de los procesos de hábeas corpus, amparo, hábeas data y
proceso de cumplimiento

Dirección Académica

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INTRODUCCIÓN

Uno de los grandes problemas que se presenta en la Teoría General del Proceso,
y con mayor complejidad, en los predios del Derecho Procesal Constitucional,
es la ejecución de las sentencias constitucionales, dado que el contenido de
este tipo de fallos, no sólo involucra la real vigencia efectiva de los derechos
fundamentales que están en juego, y que constituye una forma de ver la
eficacia real de una democracia constitucional, sino que muchos fallos por el
contenido que involucran (control al poder político, en sus diversas
manifestaciones, como son los procesos de inconstitucionalidad o los conflictos
de competencias o atribuciones), resultan radicalmente distintos a los fallos que
se generan en los conflictos horizontales inter-privatos.

La ejecución de las sentencias constitucionales –y de todo tipo de fallos firmes–


en realidad forma parte del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva,
previsto y regulado en el artículo 139º inciso 3 de la Constitución. A ello se suma
la regulación constitucional que “ninguna autoridad puede (…) dejar sin efecto
resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada (…) ni retardar su
ejecución”.

El presente módulo, tiene un informe completo en torno a esta problemática y


que fue fruto de lo que se gestara desde el interior del TC y que comprende: a)
la ejecución de sentencias en los procesos de tutela de derechos
fundamentales; y, b) la represión de actos lesivos homogéneos. El presente
módulo contiene, a su vez, tres materiales de lecturas que dan cuenta de la
problemática de la ejecución de sentencias desarrollado por los autores que allí
se precisan. En efecto, el primero contiene una lectura panorámica de la
ejecución de las sentencias constitucionales en el Perú, elaborado al alimón por
Domingo García Belaunde y Gerardo Eto, y se trata de una apreciación
panorámica de toda su problemática; y luego existen dos problemas
relacionados a la línea temática de la actuación inmediata de sentencia
impugnada, que es necesario que se vaya consolidando en la judicatura y
cuyos autores corresponden mi persona y, el otro a Jose Miguel Rojas Bernal.

En consecuencia, el presente módulo constituye una apretada síntesis desde lo


que el propio Tribunal Constitucional ha gestado a fin de hacer eficaces las
sentencias en la tutela de los derechos fundamentales, bien sea de cualquiera
de los procesos de hábeas corpus, amparo, hábeas data y proceso de
cumplimiento.

Gerardo Eto Cruz

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INDICE

LA EJECUCIÓN DE SENTENCIAS EN LOS PROCESOS DE TUTELA DE DERECHOS


FUNDAMENTALES……………………………………………………………………………11
1. EL DERECHO FUNDAMENTAL A LA EJECUCIÓN DE SENTENCIAS ....................... 12
1.1 Contenido ...................................................................................................... 12
1.2 Reconocimiento constitucional y jurisprudencia del Tribunal
Constitucional ...................................................................................................... 14
1.3 Reconocimiento internacional y jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ............................................................ 18
2. Contenido de la sentencia constitucional a ser cumplida ............................. 20
2.1 Marco legal.................................................................................................... 21
2.2 Jurisprudencia del Tribunal Constitucional ................................................. 24
3. Problemas en materia de cumplimiento de sentencias ................................. 25
3.1 Falta de precisión sobre los alcances de la sentencia a cumplir ............ 26
3.2 Omisión en la adopción de medidas coercitivas para el cumplimiento
de sentencias ...................................................................................................... 26
3.3 Incumplimiento del fallo por la parte demandada ................................... 27
3.4 Cumplimiento parcial ................................................................................... 27
3.5 Cumplimiento en forma distinta a lo ordenado en la sentencia .............. 27
3.6 Demora en el cumplimiento......................................................................... 28
3.7 Reiteración del acto calificado en una sentencia como lesivo de un
derecho fundamental ......................................................................................... 29
4. Medidas coercitivas para hacer efectivo el cumplimiento de sentencias... 30
4.1 Fundamentos ................................................................................................. 30
4.2 Medidas coercitivas previstas en el Código Procesal Constitucional...... 30
4.2.1 Multas ....................................................................................................... 31
4.2.2 Destitución de funcionarios.................................................................... 31
4.2.3 Procedimientos administrativos ............................................................. 32
4.3 Opción dejada de lado a nivel normativo: el “arresto civil” .................... 32
5. Responsabilidad penal por incumplimiento de sentencias............................ 33
6. Mecanismos para supervisar la ejecución de sentencias emitidas en un
proceso de tutela de derechos fundamentales .................................................. 38
6.1 Proceso de cumplimiento y ejecución de sentencias .............................. 38
6.2 Proceso de amparo y ejecución de sentencias ........................................ 39
6.3 Recurso de agravio constitucional y ejecución de sentencias ................ 40
6.4 Informes de los juzgados de ejecución sobre el cumplimiento de las
sentencias del Tribunal Constitucional .............................................................. 42
LA REPRESION DE ACTOS LESIVOS HOMOGENEOS……………………………………43
1. Definición ............................................................................................................. 44
2. Estado de la cuestión a nivel normativo y jurisprudencial.............................. 44
3. Fundamentos de la institución ........................................................................... 49
3.1 Evitar el desarrollo de nuevos procesos constitucionales ......................... 49
3.2 Garantizar la obligatoriedad de las sentencias ejecutoriadas................. 49
4. Presupuestos para conocer un pedido de represión de actos lesivos
homogéneos ........................................................................................................... 51
4.1 Existencia de una sentencia ejecutoriada a favor del demandante en un
proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales ...................... 51

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4.2 Cumplimiento de lo ordenado en la sentencia de condena ................... 52


5. Criterios para identificar un acto lesivo homogéneo ...................................... 52
5.1 Elementos subjetivos ..................................................................................... 52
5.2 Elemento objetivo: homogeneidad del nuevo acto respecto a uno
anterior ................................................................................................................. 56
5.3 Manifiesta homogeneidad ........................................................................... 57
5.4 Temporalidad................................................................................................. 58
6. Relación y diferencia con otras instituciones procesales ............................... 58
6.1 Sentencia estimatoria ante el cese o irreparabilidad del acto lesivo...... 58
6.2 Estado de cosas inconstitucional................................................................. 60
6.3 Sentencia ampliatoria................................................................................... 66
7. Procedimiento ..................................................................................................... 67
7.1 Procesos constitucionales en los que se aplica ......................................... 67
7.2 Juez competente .......................................................................................... 68
7.3 Plazo para presentar la solicitud .................................................................. 70
7.4 Trámite ............................................................................................................ 71
7.5 Contenido de la resolución .......................................................................... 71
7.6 Efectos inmediatos de la decisión ............................................................... 72
7.7 Recursos de impugnación ............................................................................ 72
7.8 Competencia del Tribunal Constitucional................................................... 72

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UNIDAD I

LA EJECUCIÓN DE SENTENCIAS EN LOS PROCESOS DE


TUTELA DE DERECHOS FUNDAMENTALES

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La institución de la represión de los actos lesivos homogéneos se encuentra


relacionada con la ejecución y el cumplimiento de las sentencias emitidas por el
Tribunal Constitucional, razón por la que, antes de precisar sus alcances,
corresponde explicar algunos aspectos generales relacionados con el derecho
fundamental a la ejecución de las sentencias emitidas en los procesos
constitucionales.

1. EL DERECHO FUNDAMENTAL A LA EJECUCIÓN DE SENTENCIAS

1.1 Contenido
La potestad jurisdiccional de impartir justicia se desarrolla mediante un proceso,
que encuentra normalmente su terminación en una sentencia. De este modo, el
derecho a la tutela judicial efectiva se concreta no sólo en la posibilidad de
acceder al órgano jurisdiccional para que decida la situación jurídica planteada,
sino en la emisión de una sentencia y su efectivo cumplimiento. Sólo cuando se
cumple lo mandado por el juez se alcanza la plenitud funcional del proceso.

El derecho a la ejecución de sentencias y resoluciones judiciales forma parte del


derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, reconocido en el inciso 3) del
artículo 139º de la Constitución. También se encuentra reconocido en el segundo
párrafo del inciso 2) del mismo artículo 139º, en el que se menciona que “ninguna
autoridad puede (...) dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad
de cosa juzgada (...) ni retardar su ejecución”.

Este derecho no sólo garantiza la obtención de una respuesta judicial razonable y


fundada en derecho, sino que incluye el derecho a que las sentencias y
resoluciones judiciales se ejecuten en sus propios términos, pues los derechos o
intereses de las personas reconocidos o declarados en una sentencia no serían
efectivos sin la obligación correlativa de la parte vencida de cumplir las sentencias
judiciales.

Este derecho se concreta en que el fallo judicial pronunciado se cumpla en sus


propios términos, de manera que la parte que ha obtenido la sentencia estimativa
vea satisfecho su derecho. De este modo, el término ejecución habrá de
entenderse en el sentido de cumplimiento, acatamiento, respeto o puesta en
práctica del fallo de la sentencia.

La satisfacción de este derecho tiene por finalidad que las sentencias y


resoluciones judiciales no se conviertan en meras declaraciones de intención sin
efectividad alguna. Ello obedece a que el ideal de justicia material consustancial
al Estado Democrático y Social de Derecho que emerge de los principios, valores y
derechos constitucionales, requiere una concreción, no sólo con el
pronunciamiento judicial que declara o constituye el derecho o impone la
condena, sino mediante su efectivización o realización material, que se logra
mediante el cumplimiento de la sentencia en sus propios términos.

Además, debe resaltarse que nuestro ordenamiento jurídico está fundamentado


en la necesidad de asegurar el valor de la justicia. Por ello, el artículo 44º de la

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Constitución establece que entre los deberes primordiales del Estado se encuentra
el de “promover el bienestar general que se fundamenta en la justicia”. La capital
importancia que para el interés público tiene el cumplimiento de las sentencias
obliga a los jueces y tribunales a adoptar las medidas necesarias y adecuadas
para garantizar la plena efectividad de los derechos fundamentales, lo mismo que
a la parte vencida al cumplimiento oportuno de los fallos judiciales. En este sentido,
Gonzáles Pérez señala que la prestación de justicia no sería efectiva si el mandato
de la sentencia no fuera cumplido1.

Por lo tanto, el derecho a la ejecución de sentencias constituye una manifestación


del derecho a la tutela judicial efectiva y es, además, una cuestión de esencial
importancia para dar efectividad a la cláusula de Estado Democrático y Social de
Derecho, que implica, entre otras manifestaciones, la vinculación de todos los
sujetos a la Constitución y a las decisiones que adoptan los órganos
jurisdiccionales, no sólo juzgando, sino también haciendo ejecutar lo juzgado.

Dado que la ejecución forma parte inescindible de la potestad jurisdiccional, son


los propios jueces los que deben resolver si sus decisiones se han cumplido
totalmente. En consecuencia, el derecho a la ejecución de sentencias exige que
los propios órganos judiciales reaccionen frente a ulteriores actuaciones o
comportamientos enervantes del contenido material de sus decisiones, por lo que
este derecho se satisface cuando el órgano judicial adopta las medidas oportunas
y necesarias para llevar a efecto la ejecución del fallo. Si esas medidas se
adoptan, el derecho a la ejecución de sentencias se habrá satisfecho, aunque si
se adoptan con una tardanza excesiva e irrazonable, puede entenderse lesionado
el derecho.

Asimismo, el derecho a la ejecución de sentencias y resoluciones judiciales puede


verse afectado cuando se adoptan, aunque sea con la mayor celeridad, medidas
que no son eficaces para asegurar la ejecución. También si el órgano jurisdiccional
desatiende el mandato de colaborar y promover la ejecución del fallo, y lo lleva a
cabo con dilaciones indebidas por no haber tomado las medidas necesarias para
asegurar la ejecución, estará incurriendo en una vulneración del derecho a la
ejecución de sentencias y resoluciones judiciales.

Así, durante la etapa de ejecución el órgano judicial ha de procurar ser lo menos


formalista posible, siempre en aras de la finalidad perseguida, cual es que se
ejecute la sentencia sin un rigorismo formalista, enervante, desproporcionado y no
favorable a la efectividad de los derechos fundamentales.

Por otra parte, el derecho a la ejecución de sentencias y resoluciones judiciales en


sus propios términos busca tutelar el respeto a su firmeza y a la intangibilidad de las
situaciones jurídicas en ellas declaradas. Ello quiere decir que las sentencias y
resoluciones judiciales deben ser actuadas en sus propios términos, no pudiendo
quedar librado su cumplimiento a la particular interpretación que de ella pudieran
hacer las partes o a la que hagan los órganos encargados de su ejecución.

1
GONZÁLEZ PÉREZ, Jesús. Manual de Derecho Procesal Administrativo. Madrid: Civitas, 2001, 3ra.
edición, p. 425.

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De este modo, en la etapa de ejecución no pueden resolverse cuestiones que no


hayan sido abordadas ni decididas en el fallo, por lo que los pronunciamientos
dictados en ejecución se han de ajustar a las declaraciones que la sentencia
contenga, es decir, que no modifiquen, ni alteren o decidan nuevos derechos, ni
amplíen o reduzcan los términos de la resolución cuyo cumplimiento vincula a las
partes y al propio órgano jurisdiccional.

En el proceso de ejecución, por tanto, no puede debatirse de nuevo sobre el


contenido de la sentencia que se ejecuta ni sobre la interpretación y
consecuencias de su fallo, ya que es la propia sentencia la que marca el ámbito
de lo que ha de ser ejecutado. Para ello, no sólo debe tenerse en cuenta la
literalidad del fallo, sino que éste debe interpretarse de acuerdo con los
fundamentos jurídicos de la sentencia y con las pretensiones del recurrente, es
decir, dentro de su propio contexto.

Esto obedece a que los resultados de un proceso no puedan ser atacados, es


decir, que las decisiones judiciales que causen ejecutoria se convierten en
inatacables, de modo que lo que antes fue litigioso pasa a ser inmutable e
indiscutible en virtud del principio de la cosa juzgada.

En consecuencia, el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva sólo se


alcanzará cuando se ejecuten las sentencias y resoluciones judiciales, y,
plenamente, cuando tal ejecución sea rápida y efectiva. El derecho a la
ejecución de sentencias y resoluciones judiciales impone que el cumplimiento del
fallo se efectué en sus propios términos, lo que evita el replanteamiento formal y
material en el proceso de ejecución de los asuntos previamente debatidos en el
proceso, es decir, que impide que se modifique lo ya resuelto y ordenado en la
sentencia que se debe ejecutar. Este derecho, como ha sido visto, obliga al juez
de ejecución a adoptar las medidas oportunas y necesarias para llevar a cabo el
cumplimiento del fallo.

1.2 Reconocimiento constitucional y jurisprudencia del Tribunal Constitucional


En reiterada jurisprudencia2, el Tribunal Constitucional ha señalado que el derecho
a la ejecución de sentencias se encuentra contenido en el derecho a la tutela
jurisdiccional, reconocido en el artículo 139º inciso 3) de la Constitución y en el
inciso 2) del mismo artículo de la Constitución cuando menciona que “ninguna
autoridad puede (...) dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad
de cosa juzgada ( ...) ni retardar su ejecución”. Si bien dicha norma no hace
referencia expresa a la efectividad de las resoluciones judiciales, el Tribunal ha
señalado que esta cualidad se desprende de su interpretación de conformidad
con los tratados internacionales sobre derechos humanos.

2
Cfr. STC Nº 1042-2002-AA (6 de diciembre de 2002), STC Nº 1546-2002-AA (28 de enero de 2003), STC
Nº 15-2001-AI, 16-2001-AI y 4-2001-AI –acumulados- (29 de enero de 2004), STC Nº 4080-2004-AC (28 de
enero de 2005) y STC Nº 4119-2005-AA (29 de agosto de 2005).

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Siguiendo a Rafael SARAZA JIMENA3, el Tribunal Constitucional ha señalado que el


derecho a la tutela judicial efectiva despliega sus efectos en tres etapas: a) en el
acceso al proceso y a los recursos a lo largo del proceso; b) en la instancia para
que se dicte una resolución invocando fundamentación jurídica; y, c) en la etapa
de ejecución de la sentencia.
En tal sentido, el Tribunal Constitucional ha determinado que el derecho a la tutela
jurisdiccional no sólo implica los derechos de acceso a la justicia y al debido
proceso sino también el derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales,
para así garantizar que lo decidido por la autoridad jurisdiccional tenga un
alcance práctico, se cumpla y no se convierta en una simple declaración de
intenciones.

El derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales constituye una concreción


específica de la exigencia de efectividad que garantiza el derecho a la tutela
jurisdiccional y que no se agota allí, pues por su propio carácter tiene una vis
expansiva que se refleja en otros derechos constitucionales de orden procesal
(v.gr. derecho a un proceso que dure un plazo razonable). El derecho a la
efectividad de las resoluciones judiciales garantiza que lo decidido en una
sentencia se cumpla, y que la parte que obtuvo un pronunciamiento de tutela, a
través de la sentencia favorable, sea repuesta en su derecho y compensada, si
hubiere lugar a ello, por el daño sufrido. (F.J. 11 STC Nº 15-2001-AI, 16-2001-AI, 4-
2001-AI).

Si bien el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales garantiza que lo


decidido en una sentencia o en una resolución judicial sea cumplido, el Tribunal ha
señalado que quienes las dictan o resulten responsables de ejecutarlas, tienen la
obligación de adoptar, según las normas y procedimientos aplicables -y con
independencia de que la resolución a ejecutar haya de ser cumplida por un ente
público o no-, las medidas necesarias para su estricto cumplimiento.

A juicio del Tribunal Constitucional, tras el reconocimiento del derecho a la


ejecución de las sentencias no sólo está el derecho subjetivo del vencedor en
juicio, sino también una cuestión de capital importancia para la efectividad del
Estado Democrático de Derecho que proclama la Constitución, pues cuando un
tribunal de justicia emite una resolución y ésta adquiere la condición de firme, con
su cumplimiento no sólo se resuelve un conflicto y se restablece la paz social, sino,
además, en la garantía de su cumplimiento, se pone a prueba la sujeción de los
ciudadanos y de los poderes públicos al ordenamiento jurídico (F.J. 13 STC Nº 15-
2001-AI, 16-2001-AI, 4-2001-AI).

Si las sentencias de los jueces no se cumplen, simplemente no podría hablarse de


un Poder Judicial independiente, capaz de hacer valer su juris dictio con plena
eficacia de lo que decide, y de este modo, los ciudadanos no tendrían un garante
real para la protección de sus derechos.

Debe resaltarse que el derecho a la ejecución de la decisión de fondo contenida


en una sentencia firme, también supone su cumplimiento en tiempo oportuno. El

3
SARAZA JIMENA, Rafael. Doctrina constitucional aplicada en materia civil y procesal civil. Madrid:
Civitas, 1994,

15
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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

derecho a obtener un pronunciamiento de fondo en un plazo razonable si bien ha


sido precisado por el Tribunal Constitucional en el ámbito de afectación del
derecho de libertad como consecuencia de un proceso penal, también ha
considerado que el cumplimiento de la sentencia en un plazo razonable es
extrapolable a todo tipo de procesos jurisdiccionales.

Por otro lado, en la STC Nº 4119-2005-PA4 el Tribunal ha resaltado como un aspecto


a tener en cuenta que los mecanismos de ejecución de sentencias varían
tratándose de los procesos de control abstracto y de los procesos de tutela de la
libertad.

En este sentido, respecto a la ejecución de sentencias de los procesos de control


normativo o abstracto, el artículo 204º de la Constitución señala que cuando se
declare la inconstitucionalidad de una norma, la sentencia respectiva se publica
en el diario oficial y al día siguiente de su publicación queda sin efecto. En la
citada sentencia el Tribunal se planteó la pregunta de si las decisiones que
desestimaban los procesos de inconstitucionalidad tenían algún efecto, sobre lo
cual estableció que conforme al artículo 82º del Código Procesal Constitucional,
las sentencias de los procesos de inconstitucionalidad que queden firmes tienen la
autoridad de cosa juzgada, por lo que adquieren firmeza en forma automática.

Sobre la ejecución de sentencias en los procesos de tutela de los derechos


fundamentales, en el F.J. 3.2.3 de la STC Nº 4119-2005-AA-PA el Tribunal dejó
establecido que la sentencia constitucional no puede ser comprendida ni
analizada desde la teoría general del proceso, ni desde las teorías que estudian los
efectos de las sentencias a partir de la perspectiva civil o penal, pues como
decisión que interpreta con la máxima fuerza jurídica las disposiciones
constitucionales tiene una posición de primer orden entre las decisiones del Estado
Democrático de Derecho.

Asimismo en el F.J. 36 de la citada sentencia se estableció que las sentencias del


Tribunal Constitucional constituyen “cosa interpretada”, nombre que se le otorga a
los efectos de las decisiones de las instancias supranacionales respecto de los
estados sujetos a dicha jurisdicción. El efecto de la “cosa interpretada” de las
decisiones del Tribunal se expresa de dos maneras:

- Supone que ningún juez puede desatender las interpretaciones que realiza
el Tribunal Constitucional conforme lo exige el artículo VI del Código
Procesal Constitucional.

- Los efectos de la cosa interpretada se proyectan no sólo a los jueces, sino a


los terceros que llevan sus causas ante la justicia constitucional, quienes
podrán invocar tales interpretaciones y hacerlas valer como doctrina
jurisprudencial del Tribunal.

De otro lado, en el F.J. 3.2.5 de la STC Nº 4119-2005-PA se resalta que el Código


Procesal Constitucional establezca mecanismos de cumplimiento de la sentencia
constitucional y medidas de coerción, así tenemos:

4
Publicada el 9 de noviembre del 2006 en la página web del Tribunal Constitucional.

16
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a) La inmutabilidad de las decisiones del Tribunal Constitucional (art. 121º


Código).

b) La competencia para la ejecución de las sentencias en los procesos


constitucionales de la libertad está en manos del juez que recibió la
demanda (art. 22º del Código).

c) El principio de prevalencia de las sentencias constitucionales sobre


cualquier otra decisión judicial, lo que tiene especial relevancia en el
caso de decisiones que contienen condenas patrimoniales.

d) El poder coercitivo de los jueces constitucionales incluye la posibilidad de


establecer multas y ordenar la destitución del funcionario que se resista al
mandato contenido en una sentencia.

A través de su jurisprudencia, el Tribunal Constitucional ha señalado que el derecho


a la ejecución de sentencias también tiene límites.

Así por ejemplo, en el caso de las sentencias contra el Estado que contienen
obligaciones de dar sumas de dinero, el Tribunal ha establecido en la STC Nº 15-
2001-AI, 16-2001-AI y 4-2001-AI (acumulados) que es legítimo que el legislador
pueda establecer cierto límites o restricciones al derecho a la efectividad de las
resoluciones judiciales firmes, en la medida en que éstas tengan una justificación
constitucional (F.J. 15). Uno de estos condicionamientos a los que puede someterse
el derecho a la ejecución de resoluciones judiciales, se relaciona con las
exigencias que se derivan de la observancia del principio de legalidad
presupuestaria del gasto público; en virtud del cual, el pago de las sumas de
dinero ordenado por una resolución judicial firme, sólo podrá ser cumplido con
cargo a la partida presupuestal correspondiente. En este sentido, como
consecuencia del denominado principio de privilegio de la autotutela ejecutiva de
la administración el cumplimiento de las sentencias condenatorias contra la
administración ha de estar sujeto al cumplimiento de un procedimiento
administrativo ante el órgano estatal deudor, siendo posible diferir la ejecución
forzada, por un lapso razonable, de los bienes del Estado de dominio privado.

A partir de lo señalado en esta sección, se pueden extraer las siguientes


conclusiones sobre la jurisprudencia del Tribunal Constitucional en materia de
ejecución y cumplimiento de sentencias:

- Cuando un tribunal de justicia emite una resolución y ésta adquiere la


condición de firme, con su cumplimiento no sólo se resuelve un conflicto y se
restablece la paz social, sino que se pone a prueba la sujeción de los
ciudadanos y de los poderes públicos al ordenamiento jurídico.

- El Tribunal Constitucional ha optado por asignar la calidad de “cosa


interpretada” a las sentencias que emite, pues supone que ningún juez puede
desatender las interpretaciones que realiza, conforme lo exige el artículo VI y VII
del Código Procesal Constitucional.

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- Los efectos de la “cosa interpretada” se proyectan no sólo a los jueces, sino a


los terceros que llevan sus causas ante la justicia constitucional, quienes podrán
invocar tales interpretaciones y hacerlas valer como doctrina jurisprudencial del
Tribunal.

1.3 Reconocimiento internacional y jurisprudencia de la Corte Interamericana de


Derechos Humanos
El cumplimiento de las sentencias está fuertemente ligado al derecho de acceso a
la justicia, consagrado en los artículos 8º (Garantías Judiciales) y 25º (Protección
Judicial) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

El artículo 8.1 de la Convención establece:

“Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de
un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de
sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter”.

Por su parte, el artículo 25º de la Convención dispone:

“1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro
recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra
actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la
ley o la […] Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas
que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen: […]

c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda


decisión en que se haya estimado procedente el recurso”.

Al analizar los artículos 8.1. y 25º, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha


señalado que “la efectividad de las sentencias depende de su ejecución. El
proceso debe tender a la materialización de la protección del derecho
reconocido en el pronunciamiento judicial mediante la aplicación idónea de
dicho pronunciamiento”5.

Asimismo, la Corte ha establecido que no basta con la existencia formal de los


recursos sino que éstos deben tener efectividad, es decir, deben dar resultados o
respuestas a las violaciones de derechos contemplados en la Convención. En este
sentido, ha determinado que “no pueden considerarse efectivos aquellos recursos
que, por las condiciones generales del país o incluso por las circunstancias
particulares de un caso dado, resulten ilusorios. Ello puede ocurrir, por ejemplo,
cuando su inutilidad haya quedado demostrada por la práctica, porque el órgano
jurisdiccional carezca de la independencia necesaria para decidir con

5
Caso Baena Ricardo y otros. Competencia. Sentencia de 28 de noviembre de 2003. Serie C No. 104, párr. 73.

18
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imparcialidad o porque falten los medios para ejecutar sus decisiones”6 (subrayado
agregado).

Por ello, la Corte considera que “para satisfacer el derecho de acceso a la justicia,
no es suficiente con que en el respectivo proceso o recurso se emita una decisión
definitiva, en la cual se declaren derechos y obligaciones o se proporcione la
protección a las personas. Además, es preciso que existan mecanismos efectivos
para ejecutar las decisiones o sentencias, de manera que se protejan
efectivamente los derechos declarados. La ejecución de tales decisiones y
sentencias debe ser considerada como parte integrante del derecho de acceso a
la justicia, entendido éste en sentido amplio, que abarque también el
cumplimiento pleno de la decisión respectiva. Lo contrario supone la negación
misma de este derecho”7.

En este sentido, la Corte Interamericana llegó a declarar la violación del artículo


25º de la Convención en el caso “Cinco Pensionistas” vs. Perú, al señalar que el
Estado demandado, durante un largo período de tiempo, no ejecutó las
sentencias emitidas por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia del Perú8.

La supervisión del cumplimiento de sus decisiones es una facultad inherente a las


funciones jurisdiccionales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por lo
que una vez que se ha pronunciado sobre el fondo y las reparaciones y costas en
un caso que fue sometido a su conocimiento, resulta necesario que el Estado
observe las normas de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
referidas al cumplimiento de las sentencias.

Al respecto, el artículo 67º de la Convención establece que las sentencias de la


Corte deben ser prontamente cumplidas por el Estado en forma íntegra, debido al
carácter definitivo e inapelable que ostentan. Asimismo, el artículo 68.1 estipula
que “[l]os Estados Partes en la Convención se comprometen a cumplir la decisión
de la Corte en todo caso en que sean partes”.

Asimismo, puede señalarse que el fundamento jurídico de la competencia de la


Corte Interamericana para supervisar el cumplimiento de sus decisiones se
encuentra en los artículos 33, 62.1, 62.3 y 65 de la Convención Americana, así
como lo señalado en su artículo 29.a; lo que estipula el Estatuto de la Corte en su
artículo 30, y lo que dispone el artículo 31.1 de la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados de 1969.

De este modo, la obligación convencional de los Estados Partes de dar pronto


cumplimiento a las decisiones de la Corte vincula a todos los poderes y órganos

6
Cfr. Caso Las Palmeras. Sentencia de 6 de diciembre de 2001. Serie C No. 90, párr. 58; Caso de la
Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs. Nicaragua. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 31 de
agosto de 2001, párrs. 111-113; y Caso del Tribunal Constitucional. Sentencia de 31 de enero de 2001. Serie C
No. 71, párrs. 89, 90 y 93.
7
Caso Baena Ricardo y otros. Competencia. Sentencia de 28 de noviembre de 2003. Serie C No. 104, párr. 82.
8
Cfr. Caso “Cinco Pensionistas”. Sentencia de 28 de febrero de 2003. Serie C No. 98, párrs. 138 y 141.

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estatales, por lo que deben asegurar la implementación a nivel interno de lo


dispuesto por el Tribunal en sus decisiones9. Y es que los Estados responsables tienen
la obligación de cumplir con lo dispuesto en las decisiones del Tribunal y no
pueden invocar razones de orden interno para no ejecutarlas. Si el Estado
responsable no ejecuta en el ámbito interno las medidas de reparación dispuestas
por la Corte, estaría negando el derecho de acceso a la justicia internacional.

La obligación de cumplir lo dispuesto en las sentencias de la Corte corresponde a


un principio básico del derecho sobre la responsabilidad internacional del Estado,
respaldado por la jurisprudencia internacional, según el cual los Estados deben
acatar sus obligaciones convencionales internacionales de buena fe (pacta sunt
servanda) y, como ya ha señalado esta Corte y lo dispone el artículo 27 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969, aquéllos no
pueden, por razones de orden interno, dejar de asumir la responsabilidad
internacional ya establecida. Las obligaciones convencionales de los Estados
Partes vinculan a todos los poderes y órganos del Estado10.

En consecuencia, los Estados Partes en la Convención deben garantizar el


cumplimiento de las disposiciones convencionales y sus efectos propios (effet utile)
en el plano de su respectivo derecho interno. Este principio se aplica no sólo en
relación con las normas sustantivas de los tratados de derechos humanos (es decir,
las que contienen disposiciones sobre los derechos protegidos), sino también en
relación con las normas procesales, tales como las que se refieren al cumplimiento
de las decisiones de la Corte. Estas obligaciones deben ser interpretadas y
aplicadas de manera que la garantía protegida sea verdaderamente práctica y
eficaz, teniendo presente la naturaleza especial de los tratados de derechos
humanos11.

2. Contenido de la sentencia constitucional a ser cumplida


Hemos descrito en la sección anterior la importancia de la ejecución de sentencias
como derecho fundamental y como parte de la tutela jurisdiccional efectiva.

9
Cfr. Caso Baena Ricardo y otros. Competencia. Sentencia de 28 de noviembre de 2003. Serie C No. 104,
párr. 60; Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Supervisión de Cumplimiento
de Sentencia. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 7 de mayo de 2008,
considerando tercero y Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri Vs. Perú. Supervisión de Cumplimiento de
Sentencia. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 3 de mayo de 2008, considerando
tercero.
10
Cfr. Responsabilidad internacional por expedición y aplicación de leyes violatorias de la Convención (arts. 1
y 2 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-14/94 de 9 de diciembre de
1994. Serie A No. 14, párr. 35; Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs. Nicaragua.
Supervisión de Cumplimiento de sentencia. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 7
de mayo del 2008, considerando quinto, y Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri vs. Perú. Supervisión de
cumplimiento de sentencia. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 3 de mayo de
2008, considerando quinto.
11
Cfr. Caso Ivcher Bronstein Vs. Perú. Competencia. Sentencia de de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos de 24 de septiembre de 1999, párr. 37; Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs.
Nicaragua. Supervisión de Cumplimiento de sentencia. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos del 7 de mayo del 2008, considerando sexto, y Caso de los Hermanos Gómez Paquiyauri vs. Perú.
Supervisión de cumplimiento de sentencia. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 3
de mayo de 2008,, considerando sexto.

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En el ámbito de los procesos constitucionales de tutela de derechos


fundamentales, para el cabal cumplimiento de la sentencia respectiva se requiere
que ésta reúna un conjunto de requisitos en cuanto a su contenido, de modo tal
que se facilite la labor del juez al momento de ordenar el cumplimiento de lo
decidido.

Asimismo, el contenido de la sentencia resulta de especial importancia para la


represión de los actos lesivos homogéneos prevista en el artículo 60º del Código
Procesal Constitucional. Sólo si la sentencia final establece de forma clara el acto
lesivo que ha sido considerado como atentatorio de un derecho fundamental, se
podrá identificar en forma rápida y sencilla si el mismo acto ha vuelto a llevarse a
cabo. Por el contrario, si el acto lesivo no queda claramente determinado en la
sentencia, ante la presunta comisión de un acto similar se presentará una dificultad
para delimitar si existe homogeneidad entre el acto lesivo anterior y el nuevo.

En atención a estas premisas es que en la siguiente sección se realizará una


presentación general sobre el contenido de las sentencias que declaran fundada
una demanda en los procesos de tutela de derechos fundamentales.

Al respecto, es importante señalar en forma previa que en estos procesos las


sentencias que se emiten son de condena. Sobre este tipo de decisiones,
CARNELUTTI señala12:

“(…) el fondo de la sentencia de condena es una verdadera y propia


declaración de certeza y nada más: declaración de certeza de la relación
jurídica, de la obligación y del derecho, y al mismo tiempo, de su violación, es
decir, del hecho ilícito, sin lo cual no podría tener lugar la ejecución a que
tiende la condena, vinculado el proceso de cognición al proceso ejecutivo.
Hay que decir, en segundo lugar, que el contenido de la sentencia de
condena no se detiene ahí; a esa declaración de certeza se agrega una orden
dirigida a los órganos ejecutivos de que procedan a la ejecución”.

Esta precisión sobre el tipo de sentencia que se emite en los procesos de tutela de
derechos fundamentales resulta indispensable para comprender el contenido que
debe estar presente en su parte resolutiva.

2.1 Marco legal


El Código Procesal Constitucional aborda el tema del contenido de la sentencia
en diversos artículos. En primer lugar debe mencionarse el artículo 17º, que es una
norma general, aplicable a todos los procesos de tutela de derechos
fundamentales (hábeas corpus, amparo, hábeas data y cumplimiento). Este
artículo señala:

12
CARNELUTTI, Francesco. Estudios de Derecho Procesal, Volumen II. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas
Europa-América, 1952, p. 203.

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“La sentencia que resuelve los procesos a que se refiere el presente título,
deberá contener, según sea el caso:

1) La identificación del demandante;

2) La identificación de la autoridad, funcionario o persona de quien provenga


la amenaza, violación o que se muestre renuente a acatar una norma legal o
un acto administrativo;

3) La determinación precisa del derecho vulnerado, o la consideración de que


el mismo no ha sido vulnerado, o, de ser el caso, la determinación de la
obligación incumplida;

4) La fundamentación que conduce a la decisión adoptada;

5) La decisión adoptada señalando, en su caso, el mandato concreto


dispuesto”.

Asimismo, el Código establece otros artículos sobre el contenido de las sentencia,


referidos a los procesos de hábeas corpus, amparo y hábeas data:

Artículo 34.- Contenido de sentencia fundada


Proceso de La resolución que declara fundada la demanda de hábeas
Hábeas corpus dispondrá alguna de las siguientes medidas:
Corpus 1) La puesta en libertad de la persona privada
arbitrariamente de este derecho; o
2) Que continúe la situación de privación de libertad de
acuerdo con las disposiciones legales aplicables al caso, pero
si el Juez lo considerase necesario, ordenará cambiar las
condiciones de la detención, sea en el mismo
establecimiento o en otro, o bajo la custodia de personas
distintas de las que hasta entonces la ejercían; o
3) Que la persona privada de libertad sea puesta
inmediatamente a disposición del Juez competente, si la
agresión se produjo por haber transcurrido el plazo
legalmente establecido para su detención; o
4) Que cese el agravio producido, disponiendo las medidas
necesarias para evitar que el acto vuelva a repetirse.

Artículo 55.- Contenido de la Sentencia fundada


Proceso de La sentencia que declara fundada la demanda de amparo
Amparo contendrá alguno o algunos de los pronunciamientos
siguientes:
1) Identificación del derecho constitucional vulnerado o
amenazado;
2) Declaración de nulidad de decisión, acto o resolución que
hayan impedido el pleno ejercicio de los derechos
constitucionales protegidos con determinación, en su caso,
de la extensión de sus efectos;
3) Restitución o restablecimiento del agraviado en el pleno
goce de sus derechos constitucionales ordenando que las

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cosas vuelvan al estado en que se encontraban antes de la


violación;
4) Orden y definición precisa de la conducta a cumplir con el
fin de hacer efectiva la sentencia.
En todo caso, el Juez establecerá los demás efectos de la
sentencia para el caso concreto.

Artículo 72.- Contenido de la Sentencia fundada


Proceso de La sentencia que declara fundada la demanda se
Cumplimiento pronunciará preferentemente respecto a:
1) La determinación de la obligación incumplida;
2) La orden y la descripción precisa de la conducta a cumplir;
3) El plazo perentorio para el cumplimiento de lo resuelto, que
no podrá exceder de diez días;
4) La orden a la autoridad o funcionario competente de
iniciar la investigación del caso para efecto de determinar
responsabilidades penales o disciplinarias, cuando la
conducta del demandado así lo exija.

Como se aprecia, la norma general prevista en el artículo 17º del Código Procesal
Constitucional debe ser complementada por las normas específicas señaladas en
el cuadro, a fin de determinar aquello que corresponde ser establecido en una
sentencia que declara fundada la demanda respectiva. Tales normas específicas
se encuentran redactadas tomando en consideración los derechos protegidos a
través de cada proceso y sus objetivos.

Como elementos comunes, en toda sentencia estimativa corresponderá precisar,


en su parte resolutiva, lo siguiente:

i. El derecho identificado como amenazado o vulnerado.

ii. El acto (acción u omisión) considerado como lesivo del derecho


invocado.

iii. El acto concreto que corresponde ser llevado a cabo por la parte
demandada a fin de proteger el derecho amenazado o vulnerado.

iv. Autoridad a la que corresponde llevar a cabo el mandato ordenado por


el juez, sala o tribunal.

v. El plazo en el que corresponde llevar a cabo el acto concreto a favor del


derecho amenazado o vulnerado.

vi. Las medidas coercitivas a aplicar en caso de incumplimiento de lo


ordenado en la sentencia.

vii. De ser el caso, la información que los juzgados de ejecución deben remitir
al Tribunal Constitucional, a efectos de supervisar el cumplimiento de sus
sentencias.

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Del contenido de las sentencias depende en gran medida su cabal ejecución y


cumplimiento, por lo que es importante realizar una evaluación sobre si en su parte
resolutiva se establecen en forma clara los aspectos antes mencionados.

2.2 Jurisprudencia del Tribunal Constitucional


A efectos de realizar una presentación general sobre el contenido de las
sentencias del Tribunal Constitucional que declaran fundada una demanda de
tutela de derechos fundamentales, hemos seleccionado tres decisiones, cuyas
partes resolutivas se aprecian en el siguiente cuadro:

Sentencia Contenido de la parte resolutiva

STC Nº 8766-2006- HA RESUELTO


PA (FP: 29 de 1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo
agosto del 2008) interpuesta por don Carlos Augusto Cancela Arias.
2. Ordenar a la Sociedad Mutualista Militar Policial
proceda a aceptar la renuncia del demandante a
dicha organización corporativa.
3. Dispone que la Sociedad Mutualista suspenda todo
tipo de descuentos que venga realizando al
demandante como asociado, debiendo tomar como
fecha de referencia la solicitud del 19 de mayo del 2003,
y si en todo caso se han realizado los descuentos
deberá proceder a la devolución.

STC Nº 7130-2006- HA RESUELTO


PA Declarar FUNDADA la demanda; en consecuencia, nula
(FP 29 de agosto la Resolución de Superintendencia N° 559-2000/SBN y sus
del 2008) efectos. Por consiguiente, dispone que se mantenga en
el pleno goce del derecho de propiedad a Inmobiliaria
Constructora Urbanizadora Laderas de la Rinconada
S.A., y a Arenera La Molina S.A., y sus copropietarios
Germán, Felipe, Napoleón, Feliciano, Rosa Mercedes,
Carmen, Alfredo y Luis Ernesto Aparicio Valdez, Carmen
Rosa Valdez Vda. de Aparicio y otros; debiendo la
Superintendencia de Bienes Nacionales abstenerse de
disponer la cancelación del asiento de dominio de los
demandantes dispuestas por la Resolución N° 559-
2000/SBN.

STC 4053-2007-HC HA RESUELTO


(FP 28 de febrero Declarar FUNDADA la demanda, nula la resolución de la
del 2008) Cuarta Sala Penal Especial de la Corte Superior de
Justicia de Lima de fecha 23 de junio de 2006, en

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consecuencia ordena el cumplimiento del la Resolución


Suprema Nº 097-2006-JUS.

STC 284-2007-HD HA RESUELTO


(FP 27 de febrero 1. Declarar FUNDADA la demanda de hábeas data.
del 2008) 2. Ordenar al Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo que entregue al demandante, bajo el costo que
suponga el pedido, la información relativa al Expediente
N.° 1283 concerniente a su solicitud sobre calificación
de su despido con el objeto de ser incorporado a los
listados previstos en la Ley N.° 27803. Dicha información
le deberá ser proporcionada en la forma en que se
encuentre en el citado expediente.

STC Nº 6534-2006- HA RESUELTO


PA 1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo.
(FP 22 de febrero 2. Declarar INAPLICABLE lo dispuesto en la Cláusula
del 2008) Novena del denominado Contrato Privado de Servicio
de Facturación Individualizada, únicamente en la parte
que establece: “SEDAPAL está facultada a rescindir el
presente contrato y suspender el servicio de facturación
individualizada, si el 25% del total de clientes del predio
alcanza una morosidad mayor de dos meses (02) de
deuda”.
3. Ordenar a Sedapal que restituya el servicio de agua
en el inmueble de propiedad del representado de la
recurrente, ubicado en el Jr. Azángaro N.º 1045,
departamento N.º 322, distrito del Cercado, provincia
de Lima.

Como se aprecia, las sentencias del Tribunal Constitucional no presentan una


redacción común en la parte resolutiva de aquellos fallos que declaran fundada la
demanda. Asimismo, en estas decisiones no siempre se mencionan todos los
aspectos que debería contener una sentencia, como el plazo en el que debería
ejecutarse la medida que protege el derecho amenazado o vulnerado, o la
medida coercitiva a aplicar ante un supuesto de incumplimiento.

3. Problemas en materia de cumplimiento de sentencias


La ejecución de las sentencias emitidas por el Tribunal Constitucional en el marco
de procesos de tutela de derechos fundamentales puede enfrentarse a un
conjunto de problemas, que impiden el cumplimiento de lo decidido. Al respecto,
ABAD señala13:

13
ABAD YUPANQUI, Samuel. El proceso constitucional de amparo. Lima: Gaceta Jurídica, 2008, 2da.
edición, p. 243.

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“(…) en el Perú, el incumplimiento de sentencias (de los procesos


constitucionales) ha contado con diversas modalidades. Por un lado se han
presentado casos en los que la autoridad se negaba a acatar la sentencia sin
ninguna justificación; en otros alegaba carecer de presupuesto necesario para
hacerlo o no contar con una plaza vacante –por ejemplo, si se trataba de la
reposición de un empleado público-. También se han presentado casos en los
cuales la autoridad aparentemente cumplía con la sentencia pero
posteriormente reiteraba la misma agresión contra el demandante”.

En esta sección se ofrece una breve descripción de los problemas relacionados


con el cumplimiento de sentencias14.

3.1 Falta de precisión sobre los alcances de la sentencia a cumplir


Hemos señalado en la sección anterior que para la correcta ejecución de una
sentencia, se requiere que ésta sea bastante clara y precisa en lo que se refiere al
mandato a ser cumplido por la parte demandada. Si una sentencia no es clara
respecto a este tema, lo más probable es que se generen dudas sobre el acto
concreto que el juez de ejecución debe verificar que se lleve a cabo.

Al respecto, es importante señalar que el artículo 121º del Código Procesal


Constitucional permite presentar un pedido de aclaración o de subsanación
respecto a una sentencia del Tribunal Constitucional, con el objetivo de aclarar
algún concepto o de que se subsane alguna omisión en la que se haya incurrido.
Tanto la aclaración como la subsanación pueden ser efectuadas de oficio o a
instancia de parte. En términos generales, ambos recursos permiten a las partes de
un proceso, y también al Tribunal, que se precise el contenido de la sentencia y del
acto concreto que debe llevarse a cabo para proteger el derecho amenazado o
vulnerado.

3.2 Omisión en la adopción de medidas coercitivas para el cumplimiento de


sentencias
Las sentencias que se emiten en los procesos de tutela de derechos fundamentales
contienen un mandato de dar, hacer o no hacer. Se trata de sentencias de
condena, que en atención a la protección urgente de los derechos
fundamentales, no requieren el inicio de otro proceso para su ejecución. Por esta
razón, para el cumplimiento de lo decidido el juez debe encontrarse facultado
para aplicar medidas coercitivas, orientadas a lograr que la parte demandada
cumpla con lo ordenado en la sentencia. A nivel nacional, el Código Procesal
Constitucional ha previsto este tipo de medidas en su artículo 22º, cuyo análisis se
realiza en una sección posterior del presente trabajo.

Estas medidas coercitivas deben ser establecidas en la sentencia respectiva y, en


caso de no obedecerse el mandato judicial, deben hacerse efectivas. Sólo de esta
manera se fortalecerá el cumplimiento de las sentencias de condena.

14
Aquí se abordan problemas relacionados con el mandato concreto establecido en una sentencia a favor de un
derecho fundamental, por lo que este trabajo no comprende los problemas específicos relacionados con la
inobservancia de los precedentes vinculantes del Tribunal Constitucional, que son sentencias en las que se
establecen mandatos normativos de alcance general.

26
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En consecuencia, la omisión por parte de las autoridades judiciales en establecer


las medidas coercitivas para el cumplimiento de la sentencia y la falta de
ejecución de las mismas ante supuestos de incumplimiento, constituye una
situación que dificulta la ejecución de las sentencias de tutela de derechos
fundamentales.

3.3 Incumplimiento del fallo por la parte demandada


En este supuesto, lo ordenado en la sentencia sencillamente no se cumple, es
decir, la parte vencida se abstiene de realizar lo ordenado por la autoridad
jurisdiccional, no adoptando las medidas establecidas para proteger los derechos
amenazados o violados.

Así ocurre, por ejemplo, si en un proceso de hábeas corpus se dispone la libertad


de una persona pero ésta se mantiene detenida; o en un proceso de amparo, si se
ordena el pago de una pensión y éste no se lleva a cabo; o en un proceso de
hábeas data, en el que se ordene la entrega de información y la misma no sea
remitida al demandante.

Ante tal situación, corresponde hacer efectivas las medidas coercitivas a las que se
hizo referencia en la sección anterior.

3.4 Cumplimiento parcial


En este supuesto, no se cumple en su totalidad lo ordenado en la sentencia
respectiva.

Así por ejemplo, si una persona que forma parte de una asociación no desea
seguir integrándola puede presentar su renuncia. Si es forzado a continuar en la
asociación se encuentra habilitado para presentar una demanda de amparo. En
estos casos, al declararse fundada la demanda, el juez puede ordenar, no sólo
que se acepte la renuncia del demandante sino también la devolución de
aquellas cuotas que tuvo que pagar desde el momento en que presentó su
renuncia a la asociación15. En estos casos, puede ser que la renuncia sea
aceptada por la asociación demandada pero que no se proceda a la devolución
de las cuotas pagadas con posterioridad a la fecha de presentación de la
renuncia, situación que configuraría un cumplimiento parcial de lo ordenado en la
sentencia.

3.5 Cumplimiento en forma distinta a lo ordenado en la sentencia


Este supuesto se presenta cuando se ordena una determinada conducta para
garantizar los derechos fundamentales, pero en el proceso de ejecución se
dispone el cumplimiento de tal conducta en un sentido diferente al ordenado en
la sentencia. Al respecto, es importante señalar que, de acuerdo a lo previsto en el
artículo 22º del Código Procesal Constitucional, la sentencia que se emita en los
procesos constitucionales, “se actúa conforme a sus propios términos por el juez de
la demanda”.

15
Cfr. STC Nº 3978-2007-PA y STC Nº 9149-2006-PA, ambas referidas a renuncias efectuadas a asociaciones
conformadas por integrantes de la Policía Nacional del Perú.

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El Tribunal Constitucional ha tenido oportunidad de conocer situaciones de este


tipo. Así por ejemplo, en un proceso de amparo en el que dispuso que el cómputo
de los intereses a pagar sobre un monto determinado se efectuara a partir de una
fecha determinada, el Tribunal constató que durante la ejecución de sentencia, el
cómputo respectivo se estaba llevando a cabo a partir de una fecha distinta. Al
respecto señaló16:

“Que en el presente caso, se aprecia que la Resolución Nº 3 de fecha 5 de


octubre de 2006 de la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Lima, relativa al
inicio del cómputo de los intereses, conlleva un desconocimiento y una
modificación de lo dispuesto en la STC Nº 1020-200-AC, de fecha 25 de abril de
2003, pues ésta ha señalado expresamente en su fundamento 3.f que “la
obligación económica a la que se refiere el decreto supremo objeto de
reclamo [Decreto Supremo N° 007-99-EF, del 25 de enero de 1999], tampoco
nació con dicha norma, sino que se retrotrae al Decreto Supremo N° 088-92-TC,
de fecha 19 de febrero de 1992, y a diversas normas posteriores, que lo único
que demuestran es que el Estado, en todo momento, ha venido prorrogando
sucesivamente el cumplimiento de dicha obligación, y que la creación del
requisito del acuerdo previo constituye, dentro de dicho contexto, una nueva
forma de un cumplimiento de una obligación principal y prioritaria”. Así, la
decisión de la Sala Superior, al ser contraria al propio sentido literal de la
sentencia del Tribunal Constitucional impide que la ejecución de la misma se
realice conforme a sus propios términos, tal como consagra el artículo 22º del
CPConst”.

Situaciones de este tipo demuestran la importancia de que la sentencia que


declara fundada la demanda establezca en forma clara el mandato que tiene
que ser llevado a cabo para proteger los derechos amenazados o vulnerados.

3.6 Demora en el cumplimiento


Dado el carácter urgente de los procesos constitucionales, la sentencia que se
emita a favor de la protección de los derechos amenazados o vulnerados debe
ser cumplida en forma inmediata, por lo que una demora en su cumplimiento,
compromete, no sólo el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, sino
también la tutela jurisdiccional efectiva. Sobre este tema, FERNÁNDEZ-PACHECO
señala17:

“El derecho a exigir que las sentencias se cumplan sin dilaciones indebidas, si
bien no se confunde con el derecho a su ejecución, se encuentra en íntima
relación con el mismo, pues es claro que el retraso injustificado en la adopción
de las medidas afecta en el tiempo a la efectividad del derecho fundamental.
Un derecho fundamental como es el de la tutela judicial efectiva en el que se

16
Resolución Nº 168-2007-Q, del 2 de octubre del 2007.
17
FERNÁNDEZ-PACHECO MARTÍNEZ, María Teresa. La ejecución de sentencias en sus propios términos y
el cumplimiento por equivalente. Madrid: Tecnos, 1996, p. 31-32.

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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

integra el de obtener la ejecución de la sentencia, no puede quedar frustrado


durante años por dificultades prácticas (…)”.

En su jurisprudencia, el Tribunal Constitucional también ha precisado la relación


entre la tutela jurisdiccional y la demora en el cumplimiento de las sentencias. En
este sentido ha precisado18:

“El derecho a la ejecución de la decisión de fondo contenida en una sentencia


firme, también supone su cumplimiento en tiempo oportuno. (…) El plazo
razonable no sólo debe entenderse referido al trámite que existe entre la
presentación de una demanda y la decisión sobre el fondo, sino que resulta
indispensable que dicho concepto se entienda también como una exigencia
para lograr la efectividad del pronunciamiento judicial en un plazo que no
debe exceder lo que la naturaleza del caso y sus naturales complicaciones de
cumplimiento ameriten, sin que en ningún caso su ejecución se difiera por
dilaciones indebidas.

En consecuencia, toda dilación indebida que retarde innecesariamente el


cumplimiento pleno de lo que mediante una sentencia judicial firme se ha
ordenado, debe entenderse como vulneratoria del derecho fundamental a la
tutela judicial efectiva que la constitución reconoce”.

A nivel de las sentencias emitidas por el Tribunal Constitucional se pueden


identificar casos en los que se ha producido una considerable demora en el
cumplimiento de lo dispuesto por el Tribunal. Así por ejemplo, en la STC Nº 2273-
2005-PA, del 20 de abril del 200619, el Tribunal declaró fundada una demanda de
amparo presentada por una persona que buscaba el cambio de su nombre en su
Documento Nacional de Identidad, de “Manuel Jesús” Quiroz Cabanillas a Karen
Mañuca Quiroz Cabanillas. En el fallo respectivo, el Tribunal ordenó al Registro
Nacional de Identificación y el Estado Civil (RENIEC):

“otorgar a la parte demandante el duplicado de su Documento Nacional de


Identidad con el nombre de Karen Mañuca Quiroz Cabanillas, pero
manteniendo la intangibilidad de los demás elementos identitarios (llámese
edad, sexo o lugar de nacimiento) consignados en la partida de nacimiento”.

Recién en julio del 2008 se dio a conocer que la entidad demandada cumplió con
la sentencia del Tribunal Constitucional.

Por lo tanto, la demora en el cumplimiento de lo ordenado en una sentencia del


Tribunal Constitucional constituye un problema relacionado con la ejecución de
sus fallos.

3.7 Reiteración del acto calificado en una sentencia como lesivo de un derecho
fundamental

18
STC Nº 4080-2004-PC, publicada el 26 de octubre del 2005 en la página web del Tribunal Constitucional,
fundamentos 19 y 20
19
Publicada el 13 de octubre del 2006 en la página web del Tribunal Constitucional.

29
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Este supuesto se relaciona con el objetivo del presente trabajo, por cuanto se
refiere a aquellos casos en los que, a pesar de establecerse en una sentencia que
determinado acto (acción u omisión) es contrario a los derechos fundamentales, la
misma entidad, autoridad, funcionario o persona vuelve a reiterar esa conducta,
con lo cual nuevamente tales derechos vuelven a ser afectados.

Para hacer frente a esta situación, el Código Procesal Constitucional peruano ha


previsto en su artículo 60º la posibilidad de solicitar –ante el juez competente- la
represión de los actos lesivos homogéneos.

4. Medidas coercitivas para hacer efectivo el cumplimiento de sentencias


Los problemas identificados en materia de ejecución de sentencias descritas en la
sección anterior justifican la necesidad de establecer mecanismos que permitan el
cabal cumplimiento de lo ordenado en las sentencias sobre procesos
constitucionales de tutela de derechos fundamentales.

En esta sección se abordará el tema de los fundamentos de los mecanismos


coercitivos que pueden ser empleados en supuestos de incumplimiento o
cumplimiento parcial de las sentencias sobre procesos constitucionales de tutela
de derechos fundamentales, con la mención de aquellos que han sido acogidos
en el Código Procesal Constitucional y de aquellos dejados de lado a nivel
normativo.

4.1 Fundamentos
Los procesos constitucionales previstos para la protección de derechos
fundamentales, como procesos de condena, constan de una tutela declarativa y
otra de ejecución.

La primera se manifiesta con la sentencia que constata una amenaza o violación


de un derecho fundamental y con la determinación de la conducta concreta –de
dar, hacer o no hacer- que debe llevar a cabo el demandante para garantizar el
derecho amenazado o vulnerado. La segunda –la tutela de ejecución- se
concreta mediante la adopción de medidas coercitivas orientadas a que se
cumpla con lo decido en la sentencia. Entre las medidas coercitivas más
frecuentes en el derecho comparado se encuentran las multas y el denominado
“arresto civil”.

En consecuencia, un proceso de tutela de derechos fundamentales requiere


necesariamente de la adopción de medidas coercitivas que permitan el
cumplimiento de lo decidido. En caso contrario, no se estarían alcanzando sus
objetivos.

4.2 Medidas coercitivas previstas en el Código Procesal Constitucional


A nivel normativo, el Código Procesal Constitucional ha establecido tres medidas
coercitivas: la imposición de multas, la destitución de funcionarios y el inicio de
procedimientos administrativos.

30
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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

De conformidad con el artículo 22º del Código, estas medidas deben ser
“incorporadas como apercibimiento en la sentencia, sin perjuicio de que, de oficio
o a pedido de parte, las mismas puedan ser modificadas durante la fase de
ejecución”.

4.2.1 Multas
La finalidad de la multa es compulsoria, es decir, está destinada a presionar a la
parte vencida o a quien corresponda a fin de que cumpla lo ordenado en el fallo.
Esto obedece a que la multa es una manifestación de la facultad coercitiva que
tiene los jueces, a fin de salvaguardar el principio de autoridad, insito en la posición
de preeminencia que corresponde a los jueces y a lo ordenado por ellos durante el
desarrollo del proceso.

Por ello, cuando la parte o a quien corresponda no cumple el fallo de la sentencia


o resolución judicial, ha de hacerse efectiva la multa compulsiva y progresiva hasta
que cumpla lo ordenado y restituya las cosas al estado anterior a la violación de
un derecho constitucional.

El Código Procesal Constitucional establece esta medida coercitiva de forma


expresa. En este sentido, en su artículo 22º establece que para el cumplimiento de
las sentencia en los procesos de tutela de derechos fundamentales, el juez se
encuentra facultado para “hacer uso de multas fijas o acumulativas”.

La multa es establecida discrecionalmente y puede ser reajustada o dejada sin


efecto si durante la etapa de ejecución se demuestra que la renuencia en cumplir
el fallo se encuentra justificada razonablemente.

Se considera que la multa es progresiva porque no consiste en una suma fija que
deba ser pagada por una sola vez, sino que se va generando paulatinamente y
acumulando en determinados periodos de tiempo, mientras que subsista la
desobediencia en cumplir lo ordenado por la sentencia.

4.2.2 Destitución de funcionarios


Una medida que puede ser empleada para lograr el cumplimiento de una
sentencia en materia de procesos constitucionales de tutela de derechos
fundamentales, consiste en la destitución del funcionario renuente a cumplir con el
mandato establecido para la protección del derecho fundamental amenazado o
vulnerado.

El Código Procesal Constitucional establece esta medida coercitiva de forma


expresa. En este sentido, en su artículo 22º establece que para el cumplimiento de
las sentencia en los procesos de tutela de derechos fundamentales, el juez se
encuentra facultado para “incluso disponer la destitución del responsable”.

El propio Código dispone que para la aplicación de esta medida coercitiva tendrá
que evaluarse “el contenido específico del mandato” establecido en la sentencia
y “la magnitud del agravio constitucional”. Se trata de dos aspectos que deben ser
adecuadamente evaluados por la autoridad jurisdiccional, a efectos de tomar la
decisión de destitución.

31
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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

En su jurisprudencia, el Tribunal Constitucional ha emitido sentencias en las que ha


establecido la medida coercitiva de destitución. Así por ejemplo, en la STC Nº 4080-
2004-PC, sobre materia previsional, estableció lo siguiente en la parte resolutiva de
su decisión:

“1. Declarar FUNDADA la demanda, adecuada por este Tribunal conforme a los
fundamentos 2, 3 y 4, supra.

2. Ordenar que la emplazada dé efectivo cumplimiento a la Resoluciones


Directorales N° 00055 del 23 de enero de 2003 y N° 00460 del 18 de marzo de
2003, pagando los intereses legales que correspondan al momento en que se
ejecute la presente sentencia.

3. Disponer, conforme al fundamento 23 de esta sentencia, que el Director de la


Unidad de Gestión Educativa de Chincha cumpla con pagar una multa
correspondiente a 10 Unidades de Referencia Procesal (URP), apercibiéndole,
además, que de no dar efectivo cumplimiento a lo dispuesto en la presente
sentencia en el término de 10 días de notificada la presente, deberá
procederse a su destitución, notificando para el efecto a la Dirección que
corresponda del Ministerio de Educación”.

4.2.3 Procedimientos administrativos


El artículo 59º del Código Procesal Constitucional, referido al proceso de amparo,
establece:

“Si el obligado no cumpliera (lo ordenado en la sentencia) dentro del plazo


establecido, el Juez se dirigirá al superior del responsable y lo requerirá para que
lo haga cumplir y disponga la apertura del procedimiento administrativo contra
quien incumplió, cuando corresponda y dentro del mismo plazo. Transcurridos
dos días, el Juez ordenará se abra procedimiento administrativo contra el
superior conforme al mandato, cuando corresponda, y adoptará directamente
todas las medidas para el cabal cumplimiento del mismo”.

Esta norma puede ser entendida como otra medida adicional a ser empleada por
los jueces para el cumplimiento del mandato ordenado en la sentencia. El
supuesto es la constatación por parte del juez del incumplimiento de ésta y la
consecuencia es requerir al superior jerárquico del funcionario que exija el
cumplimiento de lo decidido e inicie el respectivo procedimiento administrativo
contra quien incumplió la sentencia.

Lo que se espera con esta facultad del juez, es que el funcionario cumpla la
sentencia como consecuencia de la orden que le es emitida por un superior
jerárquico y por el inicio de un procedimiento administrativo en su contra.

4.3 Opción dejada de lado a nivel normativo: el “arresto civil”


Una medida que existe en el derecho comparado para el cumplimiento de lo
ordenado por un juez o tribunal es el denominado “arresto civil”, que consiste en
una decisión judicial por medio de la cual se dispone la privación de libertad de

32
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una persona al verificarse el incumplimiento de un mandato judicial dictado a


favor de la otra parte. En el derecho anglosajón esta institución es conocida como
la “civil contempt”, una modalidad del “contempt of court” 20.

El Código Procesal Constitucional no contempla la posibilidad de acudir al “arresto


civil” en caso de incumplimiento de sentencia, pero es importante recordar que
esta medida estuvo recogida en el anteproyecto del Código, cuyo texto original
del artículo 22º señalaba:

“La sentencia que ordena la realización de una prestación de dar, hacer o no


hacer es de actuación inmediata. Para su cumplimiento, y de acuerdo al
contenido específico del mandato y de la magnitud del agravio constitucional,
el Juez podrá hacer uso de multas fijas o acumulativas, disponer la destitución
del responsable, o, incluso, su prisión civil efectiva hasta por un plazo de seis
meses renovables. Cualquiera de estas medidas coercitivas debe ser
incorporada como apercibimiento en la sentencia, sin perjuicio de que, de
oficio o a pedido de parte, las mismas puedan ser modificadas durante la fase
de ejecución (…).

La prisión civil efectiva cesa inmediatamente después de acatado el mandato.


Si dicho acatamiento sólo puede realizarse con la presencia del detenido, éste
debe solicitar su libertad al juez, fundamentándola en su voluntad de realizar la
actividad exigida y especificando el modo y tiempo en que cumplirá la
misma”.

Sobre los alcances del “arresto civil” y su importancia en relación a otras medidas
coercitivas –como el caso de las multas-, es interesante mencionar la siguiente
opinión de MARINONI21:

“el juez civil solamente puede ordenar la pena de prisión en los casos en que
otra modalidad ejecutiva no se muestra adecuada y el cumplimiento de la
orden no exige la disponibilidad de patrimonio. Así, debe haber, de un lado, la
evidencia que no existe ninguna modalidad ejecutiva capaz de dar
efectividad a la tutela jurisdiccional y, de otro, la constatación que el uso de la
prisión no dará lugar a la restricción de las libertades de quien no cumplió con
la orden sólo por no poseer patrimonio. O mejor, en ese caso, la prisión estará
garantizando la efectividad al derecho de tutela jurisdiccional sin violar el
derecho de aquél que, por no poseer patrimonio, no pueda ser obligado a
cumplir la orden judicial, ni mucho menos penado por no haberla observado”.

5. Responsabilidad penal por incumplimiento de sentencias


Una decisión del Tribunal Constitucional en la que se aprecia una referencia a la
responsabilidad penal por el incumplimiento de sentencia es la STC Nº 2579-2003-
HD, en la cual señaló (fundamento 21):

20
La otra modalidad es la denominada “criminal contempt” se encuentra relacionada con “la obstrucción a la
justicia y desprecio al tribunal o al proceso”. VALLDECABRES ORTIZ, María Isabel. Imparcialidad del juez
y medios de comunicación. Madrid: Universidad Carlos III, 2002, p. 552-553.
21
MARINONI, Luiz Guilherme. Tutela específica de los derechos. Lima: Palestra, 2008, pp. 89-90.

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“(...) a fin de que se respeten plenamente los pronunciamientos de esta


naturaleza que de ahora en adelante se emitan, este Colegiado enfatiza que,
si con posterioridad a la fecha de expedición de una sentencia de esta clase
llegase al Tribunal o a cualquier órgano judicial competente un caso análogo,
cuyos hechos se practiquen con fecha posterior a la de esta sentencia, aparte
de que se ordene la remisión de copias de los actuados por violación del
derecho constitucional concretamente afectado, también se dispondrá que se
abra proceso penal por desacato de una sentencia del Tribunal
Constitucional”22.

El incumplimiento de sentencias firmes puede provenir de funcionarios públicos o


de particulares, situación que determina un tratamiento penal diferente.

a) Incumplimiento de sentencia por particulares

Tratándose del incumplimiento de sentencias por particulares, nuestro Código


Penal en su artículo 368º, tipifica el delito de Desobediencia o resistencia a órdenes
del funcionario público, en los siguientes términos:

“El que desobedece o resiste la orden impartida por un funcionario público en


el ejercicio de sus atribuciones, salvo que se trate de la propia detención, será
reprimido con pena privativa de libertad no mayor de 2 años”.

Sobre el particular, debemos resaltar las características de este delito:

a) El tipo penal sanciona dos tipos de conductas, por un lado la desobediencia


que consiste en no hacer lo que se ordena, no acatar o no realizar lo
mandado. Y por otro lado, la resistencia es una oposición al mandato u
orden de un funcionario público; supone también la acción de trabar u
obstruir el ejercicio legítimo de un funcionario público.

b) La orden contra la que se dirige la desobediencia debe ser concreta y


directa. Las órdenes no pueden ser vagas o genéricas. Debe resaltarse que
la orden o el mandato emitido por el funcionario público debe haber sido
requerido para su cumplimiento; es decir, que debe haber una
conminación previa contenida en una resolución y otra que haga efectivo
el apercibimiento previo; vale decir el inicio del proceso penal.

c) Este delito es de ejecución instantánea, vale decir que se consuma al


vencerse el plazo para el cumplimiento de la orden. De tal suerte que si se
cumple luego del vencimiento del plazo, el ilícito penal ya se habría
consumado; sin embargo el cumplimiento tardío podría se considerado
como factor atenuante.

d) El bien jurídico protegido es la efectividad de las actividades funcionariales;


es decir, el cumplimiento de las órdenes dadas por los funcionarios en el
ejercicio de sus funciones.

22
En este punto, es preciso señalar que no se debe entender desacato como el tipo penal, ya derogado, sino
como la omisión del cumplimiento de lo ordenado.

34
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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

e) El sujeto activo recae en cualquier persona, siempre que sea destinatario de


la orden y que esté legalmente a cumplirla.

f) El sujeto pasivo es el Estado.

g) Es un delito doloso.

De esta manera, los particulares se encuentran obligados a cumplir lo establecido


en las sentencias firmes, en tanto existe un tipo penal que sanciona su
incumplimiento o resistencia a acatar su contenido. Asimismo, cabe destacar que
el ilícito penal se configura al vencimiento del plazo establecido en el
requerimiento expreso emitido por el juez competente.

b) Incumplimiento de sentencia por funcionarios públicos

Respecto al incumplimiento de sentencia por funcionarios públicos, el Código


Penal en su artículo 377º tipifica el delito de Incumplimiento de Obligación,
señalando textualmente:

“El funcionario público que, ilegalmente, omite, rehúse o retarde algún acto de
su cargo, será reprimido con pena privativa de la libertad no mayor de dos
años y con 30 a 60 días multa”.

Este delito se caracteriza por los siguientes elementos:

a) Los comportamientos tipificados están comprendidos por los siguientes


verbos: omitir, rehusar y retardar. La omisión constituye un no hacer, es decir,
no llevar a cabo los actos funcionariales que el funcionario está obligado a
hacer según sus propias funciones. Rehusar significa negarse a hacer algo
ante un previo requerimiento legítimo. Finalmente, retardar es un
cumplimiento diferido del acto debido sin justificación alguna.

b) Por acto de cargo del funcionario público debe entenderse aquellos que
son actos propios de la actividad funcionarial del sujeto activo.

c) Cuando el tipo penal se refiere a que el funcionario público “ilegalmente”


deja de cumplir sus funciones, se refiere a que el agente actuó
omisivamente cuando pudiendo actuar no lo hace, sabiendo que está
infringiendo lo dispuesto en la respectiva ley que norma sus funciones o en
los dispositivos constitucionales.

d) El bien jurídico protegido es el normal desenvolvimiento y funcionamiento de


la administración pública, en cuanto oportunidad y eficacia en el
cumplimiento de la función; la que debe estar asegurada contra la inercia
y/o lentitud dolosa de los funcionarios públicos.

e) El sujeto activo del tipo penal es el funcionario público a título singular o


colegiado que se encuentre obligado a cumplir con el acto de función, y
sea competente para tal fin.

f) El sujeto pasivo es el Estado.

35
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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

g) Se trata de un delito de simple actividad, y se configura con dolo eventual,


es decir, el conocimiento de la ilegalidad del acto omisivo.

En virtud a lo expuesto, podemos destacar que el tipo penal sanciona el


incumplimiento, la omisión y el retardo de los actos de su cargo. Por ello, cualquier
funcionario público competente para dar cumplimiento a una sentencia firme
puede ser sujeto activo del delito previsto en el artículo 377º del Código Penal.

c) Incumplimiento de sentencia por parte del juez


El ex congresista Javier Diez Canseco, mediante el Proyecto de Ley Nº 12296/2004-
CR, impulsó la propuesta para desarrollar el artículo 422º del Código Penal, que
tipifica el delito de Negativa a Administrar Justicia, cuyo texto es el siguiente:

“El juez que se niega a administrar justicia o que elude juzgar bajo pretexto de
defecto o deficiencia de la ley, será reprimido con pena privativa de la libertad
no menor de uno ni mayor de cuatro años”.

El proyecto añadía los siguientes párrafos:

“El juez o fiscal que injustificadamente no expidiera las resoluciones o


dictámenes que corresponda en cada vía procedimental, dentro de los plazos
que establecen las normas procesales o retarde los actos de desarrollo de la
actividad jurisdiccional, será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de 2 ni mayor de 4 años.

Si el retardo de actos que impulsan la actividad jurisdiccional proviene de parte


de un miembro integrante de órganos auxiliares de justicia, la pena a
imponerse no será menor de 2 ni mayor de 4 años”.

El Proyecto en mención no fue aprobado. Sin embargo, consideramos necesaria la


ampliación del tipo penal respecto al incumplimiento de sentencias judiciales, en
especial las recaídas en los procesos constitucionales, toda vez que se trata de una
tutela de urgencia.

d) Legislación Comparada

Sobre la responsabilidad penal por el incumplimiento de sentencias, es importante


revisar experiencias comparadas, como el caso de Costa Rica y España.

En el caso de Costa Rica, la Ley de la Jurisdicción Constitucional establece lo


siguiente:

“Artículo 53.- Firme la sentencia que declare procedente el amparo, el órgano


o servidor responsable del agravio deberá cumplirla sin demora.

Si no lo hiciere dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a su firmeza, la


Sala se dirigirá al superior del responsable y le requerirá para que lo haga
cumplir y abra el correspondiente procedimiento disciplinario contra aquél.

Al mismo tiempo, mandará abrir proceso contra el culpable o los culpables, y,


pasadas otras cuarenta y ocho horas, contra el superior que no hubiere
procedido conforme con lo expuesto, salvo cuando se trate de funcionarios

36
Academia de la Magistratura
CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

que gocen de fuero privilegiado, en cuyo caso se comunicará al Ministerio


Público para lo que proceda.

Artículo 54.- El cumplimiento de la sentencia que se dicte en el amparo no


impedirá que se proceda contra el servidor, si los hechos u omisiones en que
incurrió constituyeren delito, a cuyo efecto se testimoniarán las piezas
necesarias y se remitirán al Ministerio Público.

De las sanciones

Artículo 71.- Se impondrá prisión de tres meses a dos años, o de veinte a sesenta
días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer cumplir,
dictada en un recurso de amparo o de hábeas corpus, y no la cumpliere o no
la hiciere cumplir, siempre que el delito no esté más gravemente penado.

Artículo 72.- Se impondrá prisión de seis meses a tres años, o de sesenta a ciento
veinte días multa, a quien diere lugar a que se acoja un nuevo recurso de
amparo o de hábeas corpus, por repetirse en daño de las mismas personas las
acciones, omisiones o amenazas que fueron base de un amparo anterior
declarado procedente.”

Como se aprecia la legislación costarricense regula expresamente el


incumplimiento de sentencia en materia de amparo y hábeas corpus.

Así, tratándose del cumplimiento de sentencia en materia de amparo, precisa que


el servidor u órgano que cometió el agravio constitucional debe cumplir la
sentencia sin demora, caso contrario aunado a la responsabilidad administrativa
(inicio de procedimiento disciplinario) se deberán remitir copias al Ministerio Público
para el inicio de la acción penal.

Asimismo, tratándose de órdenes impuestas en los procesos de amparo y habeas


corpus que fueran incumplidas, la sanción a imponerse es prisión.

Por su parte, tratándose de actos homogéneos, el artículo 72º antes descrito


sanciona con pena privativa de la libertad de hasta 3 años a quien da lugar al
nuevo proceso de amparo o de hábeas corpus.

En el caso de España, el Código Penal de 1995 (Ley orgánica 10/1995, de 23 de


noviembre) establece:

“Artículo 410.

1. Las autoridades o funcionarios públicos que se negaren abiertamente a dar


el debido cumplimiento a resoluciones judiciales, decisiones u órdenes de la
autoridad superior, dictadas dentro del ámbito de su respectiva competencia y
revestidas de las formalidades legales, incurrirán en la pena de multa de tres a
doce meses e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo
de seis meses a dos años.

2. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, no incurrirán en


responsabilidad criminal las autoridades o funcionarios por no dar cumplimiento

37
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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

a un mandato que constituya una infracción manifiesta, clara y terminante de


un precepto de ley o de cualquier otra disposición general.”

Como podemos observar la legislación española también ha tipificado como ilícito


penal el incumplimiento de resoluciones judiciales por parte autoridades o
funcionarios públicos; salvo que el mandato a cumplirse no se encuentre arreglado
a ley.

d) Conclusiones

- Si el incumplimiento de sentencia proviene de un particular, éste comete el


delito de desobediencia o resistencia a órdenes del funcionario público,
tipificado en el artículo 368º del Código Penal.

- Si el incumplimiento de sentencia proviene de un funcionario público, no


obstante que no se encuentra tipificado, como ocurre en España o Costa Rica,
consideramos que tal conducta estaría incursa en el delito Incumplimiento de
Obligación regulado en el artículo 377º del Código Penal.

- No obstante lo señalado anteriormente, sería pertinente que se tipifique


propiamente dicho como delito el incumplimiento de sentencia, conforme a la
legislación comparada.

6. Mecanismos para supervisar la ejecución de sentencias emitidas en un proceso


de tutela de derechos fundamentales
Los problemas identificados en materia de cumplimiento de sentencias justifican la
existencia de mecanismos que tengan por objetivo revertir esas situaciones. En esta
sección se evaluará la posibilidad de acudir a otro proceso constitucional con
dicho objetivo, así como la competencia del Tribunal Constitucional sobre esta
materia.

6.1 Proceso de cumplimiento y ejecución de sentencias


El Tribunal Constitucional ha establecido como línea jurisprudencial que para el
cumplimiento de una sentencia no cabe acudir al proceso de cumplimiento, cuyo
objetivo –de conformidad con el artículo 200º inciso 6º de la Constitución- es hacer
frente a la inactividad de la administración en caso de incumplimiento de una
norma legal o un acto administrativo. En caso de incumplimiento de una
sentencia, corresponde a la magistratura ordinaria, en la fase de ejecución
respectiva, la responsabilidad de ejecutarla en sus propios términos.

A modo de ejemplo, se puede citar la STC Nº 2376-2003-AC23. En este caso, el


Tribunal señaló que la demanda de cumplimiento presentada no era la vía idónea
para demandar el cumplimiento de la resolución judicial emitida en un proceso de
amparo por medio del que se le reconoció al demandante el goce de su pensión
minera al amparo de la Ley N° 25009. Para el Tribunal, esta pretensión debía ser
peticionada y ejecutada dentro del proceso en que dicha resolución fue emitida,
sobre todo porque el fallo judicial no podía ser equiparado a una norma legal o

23
Publicada el 27 de julio del 2004 en la página web del Tribunal Constitucional.

38
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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

acto administrativo, pues la naturaleza de cada uno de ellos, así como la


autoridad de la que emanan, son diferentes.

No obstante lo expuesto, el Tribunal se pronunció sobre la actuación del


magistrado de primera instancia, quien, en aplicación del artículo 139º, inciso 2) de
la Constitución, tenía la responsabilidad de ejecutar la sentencia emitida, “en sus
propios términos y sin dejar abierta la posibilidad que el órgano administrativo
interprete la misma, desnaturalizando sus alcances y generando un estado de
cosas inconstitucional que no se condice con las garantías de la administración de
justicia, protegidas a través de la acción de amparo, e incluso permitiendo la
afectación de la garantía correspondiente a la cosa juzgada”. Por ello, el Tribunal
dejó a salvo el derecho del demandante para que, de no ejecutarse el
reconocimiento de su pensión en los términos que la ley y la sentencia de amparo
dispusieron, inicie las acciones legales pertinentes.

En este sentido, si bien el Tribunal declaró improcedente la demanda de


cumplimiento, estableció una serie de medidas a favor del demandante, por
cuanto decidió:

- Disponer que la sentencia emitida dentro del proceso de amparo que culminó
a favor del actor sea ejecutada según sus propios términos, bajo
responsabilidad funcional del juez ejecutor.

- Poner en conocimiento de la Presidencia de la Corte Superior de Justicia de


Ica, así como del Consejo Nacional de la Magistratura, la actuación del juez
encargado de hacer cumplir la sentencia de amparo que reconoce derechos
al accionante.

- Remitir copias certificadas de la sentencia al Fiscal Provincial de turno para que


adopte las medidas legales que correspondan.

- Dejar a salvo el derecho de la parte accionante para que inicie las acciones
legales pertinentes contra la entidad demandada (Oficina de Normalización
Previsional), en caso no cumpla con liquidar la pensión en los términos
dispuestos en la sentencia de amparo.

Una decisión similar fue establecida en la Resolución del expediente Nº 710-2004-


AC, del 19 de agosto del 200424.

En consecuencia, el Tribunal Constitucional ha establecido como jurisprudencia


vinculante que no cabe acudir al proceso de cumplimiento para exigir el
cumplimiento de la sentencia expedida en otro proceso constitucional,
interpretación que también puede ser extendida a las sentencias emitidas en
cualquier otro proceso judicial.

6.2 Proceso de amparo y ejecución de sentencias


El incumplimiento de una sentencia afecta el derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva, razón por la cual cabría, en principio, acudir a un proceso como el de
amparo para exigir el cumplimiento de una resolución judicial.
24
Publicada el 31 de agosto del 2004 en la página web del Tribunal Constitucional.

39
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Sin embargo, si la sentencia que se incumple ha sido emitida en un proceso de


amparo, no cabe acudir a otro proceso constitucional. Esta respuesta se justifica
en la existencia de mecanismos coercitivos previstos en el Código para exigir el
cumplimiento de la sentencia (multas, destitución y procedimiento administrativo).
Al respecto, debe recordarse que una de las etapas de los procesos de tutela de
derechos fundamentales es la de ejecución del mandato de dar, hacer o no
hacer, por lo que acudir a otro proceso para conseguir aquello que es la esencia
de un proceso de tutela de derechos, sería contravenir la razón de ser del primer
proceso y lo en él decidido.

En todo caso, si se presentase una demanda de amparo con este objetivo, sus
resultados se limitarían a volver a ordenar al demandado –como se hizo en la fase
de ejecución del primer proceso- que cumpla con la sentencia respectiva.

Por ese motivo, llama la atención la STC Nº 4080-2004-AC25, en la que se declaró


fundada una demanda de amparo –que inicialmente fue un proceso de
cumplimiento- presentada ante un acto por medio del cual se solicitaba que se
diese cumplimiento a lo ordenado un proceso de amparo.

6.3 Recurso de agravio constitucional y ejecución de sentencias


Pueden presentarse situaciones de incumplimiento de sentencias o casos en los
que se procede a dar cumplimiento a las mismas pero en forma distinta a lo
ordenado por los órganos jurisdiccionales. Esto último puede ocurrir por diversos
motivos, como por ejemplo, que la sentencia no haya sido clara al establecer el
acto que debe llevarse a cabo para garantizar los derechos afectados o que
exista una interpretación distinta a lo en ella ordenado.

El Tribunal Constitucional ha tenido oportunidad de conocer casos en los que se


han presentado problemas de este tipo. A fin de conocer y pronunciarse sobre las
resoluciones judiciales que estarían tergiversando su mandato, ha habilitado el
empleo del Recurso de Agravio Constitucional (RAC), previsto en el artículo 18º del
Código Procesal Constitucional. Esta ampliación de los alcances del mencionado
recurso ha sido acogida como jurisprudencia vinculante a través de la resolución
168-2007-Q/TC, del 2 de octubre del 2007, en la cual se señaló:

“este Colegiado no puede permanecer indiferente ante los supuestos de


incumplimiento de lo dispuesto en sus sentencias o de su ejecución defectuosa,
que termina virtualmente modificando la decisión; frente a estas situaciones
debería habilitarse la procedencia del recurso de agravio constitucional. Esto
porque la invocación de tales vulneraciones requieren siempre de una
verificación por el Tribunal donde puedan acreditarse los alegatos escuchando
al órgano judicial emplazado y permitiendo, al propio tiempo, una afirmación
de su decisión por parte del Tribunal Constitucional.

25
Publicada el 26 de octubre del 2005 en la página web del Tribunal Constitucional.

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Por todo ello, resulta oportuno realizar un redimensionamiento del recurso de


agravio constitucional, y con ello la reevaluación del criterio precedente de
este Colegiado aplicable a casos como el presente, de forma que pueda
optimizarse la legislación sobre los procesos constitucionales y los fines que la
informan” (fundamento Nº 7).

A partir de esta premisa, el Tribunal estableció algunos lineamientos aplicables


para el trámite del nuevo supuesto de aplicación del recurso de agravio ante el
incumplimiento de sus fallos durante la ejecución de sentencias, sustentado su
posición en los principios de economía procesal y ausencia de formalismos,
consagrados en el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional. Tales lineamientos son:

- Primero. El recurso de agravio a favor del cumplimiento de las sentencias del


Tribunal Constitucional tiene como finalidad restablecer el orden jurídico
constitucional, el mismo que ha sido preservado mediante sentencia
estimatoria del Tribunal en el trámite de un proceso constitucional.

- Segundo. El Tribunal resolvería en instancia final para el restablecimiento del


orden constitucional que resultó violado con la decisión del juez de ejecución,
devolviendo lo actuado para que la instancia correspondiente dé estricto
cumplimiento a lo declarado por el Tribunal Constitucional, en lo que se refiere
al alcance y el sentido del principio de la eficaz ejecución de sus sentencias en
sus propios términos.

- Tercero. El órgano judicial correspondiente se limitará a admitir el recurso de


agravio constitucional, y corresponderá a este Colegiado dentro del mismo
proceso constitucional, valorar el grado de incumplimiento de sus sentencias,
cuando son desvirtuadas o alteradas de manera manifiesta en su fase de
ejecución. En cualquier caso, el Tribunal tiene habilitada su competencia, ante
la negativa del órgano judicial, a través del recurso de queja a que se refiere el
artículo 19º del Código.

En consecuencia, el Tribunal Constitucional ha establecido como jurisprudencia


vinculante que tiene competencia para conocer los posibles problemas que
puedan presentarse sobre el cumplimiento de sus fallos, habilitando la posibilidad
de emplear el recurso de agravio constitucional.

Cabe resaltar que esta atribución del Tribunal está referida a la verificación de sus
propios fallos, mas no así respecto a los casos que culminan en el Poder Judicial.

Sobre la base de esta habilitación, el Tribunal ha admitido recursos de agravio


constitucional con la finalidad de verificar el correcto cumplimiento de sus
sentencias. El conocimiento de estas causas debería permitir, asimismo, precisar
algunos aspectos de índole procesal, como por ejemplo, si el recurso puede ser
presentado, no sólo por el demandante, sino también por el demandado que
discrepa de la forma cómo se está ejecutando la sentencia.

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6.4 Informes de los juzgados de ejecución sobre el cumplimiento de las sentencias


del Tribunal Constitucional
A efectos de realizar un seguimiento sobre el cumplimiento de sus decisiones,
podría considerarse necesario que el Tribunal Constitucional ordene en sus fallos
que el juez de ejecución emita un informe sobre el cumplimiento del mandato
establecido en sus sentencias para garantizar el derecho amenazado o vulnerado.

A modo de ejemplo se puede citar la STC Nº 2488-2002-HC26, en donde se identificó


que el Estado no había procedido a investigar la desaparición forzada de Genaro
Villegas Namuche, afectándose de esta forma el derecho a la verdad. En la parte
resolutiva de la sentencia, el Tribunal dispuso:

“1. Declarar fundado el hábeas corpus, en el extremo materia del recurso.


2. Disponer que el Ministerio Público inicie la investigación correspondiente por
la desaparición de Genaro Villegas Namuche.

3. Ordenar que el Juez de Ejecución dé cuenta a este Tribunal, cada seis meses,
sobre el estado de las investigaciones” (subrayado nuestro).

La opción por pedir informes únicamente al juez de ejecución se justifica en el


carácter objetivo de esta autoridad para evaluar el cumplimiento de lo ordenado
por el Tribunal Constitucional. Solicitar la misma información a la autoridad,
funcionario o persona sobre la cual recayó la obligación de dar, hacer o no hacer,
podría dar lugar a un informe parcializado, sin descartar que el demandante
también quiera “informar” sobre su punto de vista en torno a la ejecución de la
sentencia. Por estos motivos, limitar el pedido de información únicamente al juez
de ejecución constituye una opción adecuada, siendo importante señalar que tal
medida podría estar limitada a casos particularmente relevantes.

26
Publicada el 22 de marzo del 2004 en la página web del Tribunal Constitucional.

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UNIDAD II

LA REPRESION DE ACTOS LESIVOS HOMOGENEOS

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En esta sección se abordarán los fundamentos de la represión de actos lesivos


homogéneos, las características que debe reunir un acto sobreviviente para ser
considerado como homogéneo a uno anterior, la relación entre esta institución y
otras de similar alcance, así como el procedimiento a seguir frente a tales actos
homogéneos. De forma previa, se presentará una definición y un estado de la
cuestión sobre la forma en que la legislación procesal constitucional y la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional han desarrollado los alcances de esta
institución.

1. Definición
La represión de actos lesivos homogéneos puede ser definida como un mecanismo
de protección judicial de derechos fundamentales frente a actos que presentan
características similares a aquellos que han sido considerados en una sentencia
previa como contrarios a tales derechos.

Así por ejemplo, si en cumplimiento de lo dispuesto en una orden judicial la policía


detiene a una persona, pero ésta considera que no debió ser detenida, por
cuanto la orden judicial está referida a una persona homónima, cabe la
posibilidad de que inicie un proceso constitucional de tutela de sus derechos
fundamentales. Si la demanda es declarada fundada por constatarse la situación
de homonimia, pero con posterioridad la misma persona vuelve a ser detenida por
la policía en base a la misma resolución judicial, no correspondería iniciar otro
proceso constitucional, sino solicitar la represión del acto lesivo homogéneo.

En este sentido, lo resuelto en un proceso constitucional de tutela de derechos


fundamentales no agota sus efectos con el cumplimiento de lo dispuesto en la
sentencia respectiva, sino que se extiende hacia el futuro, en la perspectiva de
garantizar que no se vuelva a cometer una afectación similar del mismo derecho.

2. Estado de la cuestión a nivel normativo y jurisprudencial


A nivel normativo, la institución de la represión de los actos lesivos homogéneos ha
sido recogida en el artículo 60º del Código Procesal Constitucional (en vigencia
desde el 1 de diciembre del 2004). El texto de este artículo, ubicado en el capítulo
correspondiente al proceso de amparo, señala:

“Artículo 60.- Procedimiento para represión de actos homogéneos

Si sobreviniera un acto sustancialmente homogéneo al declarado lesivo en un


proceso de amparo, podrá ser denunciado por la parte interesada ante el juez
de ejecución.

Efectuado el reclamo, el Juez resolverá éste con previo traslado a la otra parte
por el plazo de tres días. La resolución es apelable sin efecto suspensivo.

La decisión que declara la homogeneidad amplía el ámbito de protección del


amparo, incorporando y ordenando la represión del acto represivo
sobreviviente”.

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En la jurisprudencia del Tribunal Constitucional encontramos diversas decisiones en


las que se ha hecho referencia a esta institución, tanto a nivel de sentencias, autos
de improcedencia y recursos de queja. El siguiente cuadro es ilustrativo al respecto:

Tipo de decisión Número de identificación Órgano Fecha de publicación


en página web
Autos de RTC Nº 5033-2006-PA/TC Pleno 28 de noviembre del
improcedencia (caso Víctor Roca 2007
Vargas)
Sentencia STC Nº 4909-2007-HC Primera Sala 26 de mayo del 2008
(caso Roberto Araujo
Espinoza)
Sentencia STC Nº 896-2008-PA (caso Pleno 1 de setiembre del 2008
Vicente Walde Jáuregui)

A continuación reseñamos estas decisiones:

a) Autos de improcedencia

Los autos de improcedencia son aquellas decisiones del Tribunal Constitucional en


las que no existe un pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, sino una
resolución declarando improcedente la demanda o solicitud respectiva, al no
cumplirse algún presupuesto procesal.

El primer pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre la represión de actos


lesivos homogéneos se produjo a través de la Resolución del expediente 5033-
2006-PA/TC27, mediante la cual se declaró improcedente el pedido respectivo, por
cuanto el Pleno del Tribunal consideró que éste debía ser formulado ante el juez de
ejecución y no ante el propio Tribunal. Al respecto, hubo un voto singular sobre la
materia, emitido por el magistrado Bardelli Lartirigoyen, en el que establecía que,
en situaciones excepcionales, el Tribunal debía asumir competencia para conocer
en forma directa los pedidos de represión de actos lesivos homogéneos28.

b) Sentencias

Identificamos como tales a aquellas decisiones del Tribunal Constitucional en las


que existe un pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, declarando
fundada o infundada la demanda respectiva.

27
Publicada el 28 de noviembre del 2007 en la página web del Tribunal Constitucional.
28
Las excepciones propuestas por Bardelli fueron: “a) Cuando el acto lesivo sobreviniente implique la
inobservancia de la cosa juzgada de su sentencia y una ostensible inobservancia de su jurisprudencia y sus
precedentes vinculantes. b) Cuando el caso es de considerable relevancia constitucional y requiere la
resolución del Tribunal a efectos de establecer doctrina jurisprudencial y precedentes vinculantes”.

45
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El segundo pronunciamiento del Tribunal sobre la represión de actos lesivos


homogéneos se produjo mediante este tipo de decisión. Nos referimos a la STC
4909-2007-HC29.

En este caso, la controversia se originó de la siguiente manera. Mediante sentencia


de fecha 24 de enero de 2006, la Primera Sala Penal de Reos Libres de la Corte
Superior de Justicia de Lima Norte declaró fundada una demanda de hábeas
corpus a favor de Roberto Araujo Espinoza, disponiendo su ingreso a un mercado.
Dicho mandato fue ejecutado por el juez de ejecución, habiendo sido
reincorporado el favorecido en su puesto comercial. No obstante, en fecha
posterior el recurrente acudió nuevamente al juez de ejecución argumentando
que los emplazados originales estaban, a su entender, incumpliendo el mandato
judicial, amenazando sus derechos constitucionales a la integridad personal y a la
libertad de tránsito, pues sufría amenazas orientadas a que deje su puesto en el
mercado.

Ante la negativa del juez de ejecución de resolver esta controversia –pues


argumentaba que ya se había ejecutado la sentencia- el demandante inició un
nuevo proceso de hábeas corpus. Con fecha 20 de junio del 2007, el Quinto
Juzgado Especializado Penal de Lima Norte declaró infundada la demanda, por
considerar que no se había acreditado la amenaza a los derechos constitucionales
invocados. El pronunciamiento de la segunda instancia fue declarar improcedente
la demanda, por lo que el caso llega a conocimiento del Tribunal Constitucional.

En su decisión, el Tribunal declaró infundada la demanda de hábeas corpus pues


consideró que no existían elementos suficientes para considerar que existía una
amenaza a los derechos del demandante. Sin embargo, identificó que en el
presente caso la nueva demanda de hábeas corpus fue presentada contra “actos
sobrevinientes y sustancialmente homogéneos a los declarados lesivos” en el
anterior proceso de hábeas corpus, por lo que sobre tales hechos era innecesario
dar inicio a un nuevo proceso constitucional, pues el juez competente para
pronunciarse sobre ellos era el juez de ejecución de la sentencia emitida en el
primer proceso.

Otra decisión del Tribunal Constitucional sobre la represión de actos lesivos


homogéneos se aprecia en la STC Nº 896-2008-PA30. Los hechos que motivaron este
caso tienen sus antecedentes en la STC Nº 5156-2006-PA31, en la que el Tribunal
Constitucional declaró nulas las resoluciones del Consejo Nacional de la
Magistratura (CNM), por medio de las cuales se destituyó al magistrado Vicente
Walde Jáuregui de su cargo de vocal supremo, ordenando al CNM emitir un nuevo
pronunciamiento sobre la medida de destitución, con la debida motivación.

Mediante la expedición de la Resolución N.º 066-2006-PCNM, de fecha 30 de


noviembre de 2006, el CNM dio cumplimiento a la sentencia del Tribunal

29
Publicada el 26 de mayo del 2008 en la página web del Tribunal Constitucional.
30
Publicada el 1 de setiembre del 2008 en la página web del Tribunal Constitucional.
31
Publicada el 21 de setiembre del 2006 en la página web del Tribunal Constitucional.

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Constitucional, ante lo cual el Trigésimo Tercer Juzgado Civil de Lima declaró


concluido el proceso de amparo.

Sin embargo, el demandante Walde Jáuregui consideró que la nueva decisión del
CNM contenía los mismos vicios identificados por el Tribunal en la STC Nº 5156-2006-
PA, por lo que apeló la decisión del juez que declaró concluido el proceso,
solicitando la represión de lo que a su consideración constituía un acto lesivo
homogéneo. La Sala que conoció la apelación denegó su pedido, por lo que el
caso subió a conocimiento del Tribunal Constitucional a través del recurso de
agravio constitucional, instancia que finalmente declaró infundado el recurso.

Sobre esta sentencia es importante señalar que, si bien el Tribunal no hace


referencia expresa a la represión de actos lesivos homogéneos, en el voto del
magistrado Vergara Gotelli se precisa que éste fue el objetivo del reclamo del
demandante contra la decisión del juez de ejecución de declarar por concluido el
primer proceso.

c) Recursos de queja

De conformidad con el artículo 19º del Código Procesal Constitucional, el recurso


de queja procede contra las resoluciones del Poder Judicial que deniegan el
recurso de agravio constitucional.

A través de la revisión de los recursos de queja se ha podido identificar que el


recurso de agravio constitucional es empleado para que el Tribunal Constitucional
se pronuncie respecto a los pedidos de represión de actos lesivos homogéneos,
pues así lo mencionan de forma expresa los recurrentes en sus respectivos escritos.
En otras ocasiones, aunque no se plantea de forma expresa este pedido, el Tribunal
ha identificado que se trata de casos que permitirían analizar los alcances del
artículo 60º del Código Procesal Constitucional.

A modo de ejemplo se pueden mencionar las siguientes resoluciones del Tribunal


Constitucional sobre el recurso de queja:

- Resolución del expediente 149-2007-Q/TC32: En este caso una empresa presentó


una demanda de amparo a efectos de que se le inaplique el Decreto de
Urgencia Nº 140-2001, norma que posteriormente fue declarada inconstitucional
mediante STC Nº 17-2004-PI33, lo que dio lugar a que su demanda sea
declarada improcedente por sustracción de la materia. Sin embargo, con
posterioridad al fallo del Tribunal se emitió el Decreto Supremo Nº 17-2005-MTC,
que reiteró materialmente el contenido del anterior Decreto de Urgencia
declarado inconstitucional. Por ello, la empresa demandante solicitó la
represión de acto homogéneo, que a su entender estaría constituido por la
aplicación del Decreto Supremo Nº 17-2005-MTC, pedido que fue declarado
improcedente en el Poder Judicial, ante lo cual presentó un recurso de agravio
constitucional, el cual fue denegado. Ante la denegatoria de este recurso, el
Tribunal declaró fundado el recurso de queja, señalando en sus fundamentos

32
Publicada el 2 de junio del 2008 en la página web del Tribunal Constitucional.
33
Publicada el 17 de julio del 2005 en El Peruano.

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que “dado que la empresa recurrente sostiene que mediante el Decreto


Supremo Nº 17-2005-MTC se reproducen las disposiciones sometidas a control
constitucional, tal situación mereció un análisis de fondo por parte del ad quem
para verificar si, efectivamente, los derechos invocados en la demanda han
sido vulnerados por el acto homogéneo denunciado” (fundamento 8).

- Resolución del expediente 61-2008-Q/TC34: En este caso el Tribunal


Constitucional consideró que la controversia planteada se relacionaba con la
institución de la represión de actos lesivos homogéneos, por lo que consideró
importante que el caso suba a su, en tanto el mismo “requiere de importantes
precisiones”, a ser realizada “de forma progresiva, conforme se presenten
nuevos recursos de agravio constitucional relacionados con este tema, en la
perspectiva de perfilar el marco procesal que sea más conveniente para que
los objetivos de la institución (…) se concreten adecuadamente”.

- Resolución del expediente 172-2007-Q/TC35: Mediante la sentencia de fecha 2


de julio de 2003, emitida por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de
Ucayali, se declaró fundada en parte la demanda de amparo presentada por
el Sr. Lizandro Leveau Pezo contra la Universidad Nacional de Ucayali, respecto
a la sanción de destitución que le fuera impuesta, y se ordenó la reposición en
su cargo por haberse vulnerado su derecho al debido proceso. Con fecha 27
de abril de 2007 el recurrente solicitó el cumplimiento del mandato recaído en
la sentencia precitada; sin embargo, su pedido fue desestimado en primera y
segunda instancia por considerar que ya había sido ejecutado. Contra la
resolución de segunda instancia el actor presentó recurso de agravio
constitucional, reiterando que la sentencia que declaró fundada su demanda
no había sido ejecutada, toda vez que, conforme manifiesta, “con fecha
20/05/2004, es decir a los tres días posteriores a la presunta reposición del
recurrente se lleva a cabo una agresión similar […] y parecida a la que fue
cuestionada con la acción de amparo, notificándose con una resolución de
separación en el cargo, resolución que tienen fecha 13/05/2004, es decir antes
de que se produzca mi reposición; pretendiendo de esa manera burlar los
efectos de la acción de amparo […] por parte de los funcionarios de la
Universidad, incumpliéndose la sentencia de acción de amparo” (fundamento
4). Ante la denegatoria del recurso de agravio constitucional, el Tribunal
declaró fundado el recurso de queja por considerar que se había generado
“una duda razonable respecto a la revisión del supuesto (previsto en el artículo
60º del Código Procesal Constitucional); teniendo en consideración además
que el recurrente posee una sentencia en segunda instancia estimatoria de su
derecho al debido proceso, por lo que se hace necesario promover la
prosecución del caso sub judice, a fin de determinar la competencia de esta
instancia respecto de la situación antes advertida” (fundamento 6).

34
Publicada el 25 de junio del 2008 en la página web del Tribunal Constitucional.
35
Publicada el 8 de setiembre del 2008 en la página web del Tribunal Constitucional.

48
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En consecuencia, la tendencia del Tribunal Constitucional es admitir los recursos de


queja que se presenten contra las resoluciones denegatorias de los recursos de
agravio constitucional interpuestos contra las resoluciones que deniegan los
pedidos de represión de actos lesivos homogéneos. Dependiendo de la decisión
que adopte el Tribunal sobre su competencia para conocer casos relacionados
con la represión de actos lesivos homogéneos, esta tendencia se mantendrá o
modificará.

3. Fundamentos de la institución
La represión de actos lesivos homogéneos encuentra su sustento, principalmente,
en la necesidad de garantizar la obligatoriedad de las sentencias ejecutoriadas y
evitar el inicio de un nuevo proceso constitucional frente a actos que de forma
previa han sido analizados y calificados como lesivos de derechos fundamentales.

A continuación se explica brevemente cada uno de estos fundamentos.

3.1 Evitar el desarrollo de nuevos procesos constitucionales


Un primer fundamento de la represión de actos lesivos homogéneos, mencionado
de forma expresa por el Tribunal Constitucional en su jurisprudencia, lo constituye la
necesidad de evitar que las personas afectadas en sus derechos por un acto
homogéneo a aquél calificado como inconstitucional en un primer proceso,
tengan que dar inicio a uno nuevo para cuestionarlo. En este sentido el Tribunal ha
señalado (STC 5033-2006-PA, fundamento 5):

“(…) mediante la represión de actos homogéneos se busca evitar que los


justiciables se vean obligados a interponer una nueva demanda de amparo, en
caso se configure un acto (u omisión) sustancialmente homogéneo al
declarado lesivo de derechos fundamentales en un proceso de amparo”.

Al respecto, es importante señalar que el Estado se encuentra obligado a brindar a


toda persona mecanismos de protección judicial rápidos y efectivos de derechos
fundamentales. La represión de actos lesivos homogéneos forma parte de esos
mecanismos, aunque no se emplea de forma directa frente a toda amenaza o
violación de derechos fundamentales, sino frente a actos que presentan
características similares en relación a aquellas acciones u omisiones calificadas
como lesivas de tales derechos en una sentencia previa.

Al no ser necesario el desarrollo de nuevos procesos constitucionales también se


evita la existencia de decisiones contradictorias entre los órganos jurisdiccionales
respecto a hechos que son homogéneos. En este sentido, se busca evitar que una
persona que cuenta con una sentencia favorable, al acudir a otro proceso
respecto a un acto lesivo homogéneo, se encuentre frente a una sentencia
desfavorable.

3.2 Garantizar la obligatoriedad de las sentencias ejecutoriadas


Los procesos de tutela de derechos fundamentales, una vez que han finalizado
con un pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, adquieren la calidad
de cosa juzgada. En este sentido, el artículo 6º del Código Procesal Constitucional
establece:

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“En los procesos constitucionales sólo adquiere la autoridad de cosa juzgada la


decisión final que se pronuncie sobre el fondo”.

Como señala DEVIS ECHANDÍA, la institución de la cosa juzgada origina dos


efectos: su inmutabilidad (efecto procesal) y su definitividad (efecto sustantivo). En
este sentido afirma36:

“El primero (la inmutabilidad) impone a los jueces (…) la prohibición de entrar a
resolver sobre el fondo de las pretensiones que han sido materia de la sentencia
y les otorga la facultad de paralizar la acción que se ejercite con
desconocimiento de ello.

El segundo otorga definitividad a la declaración de certeza contenida en la


sentencia (…), haciéndola indiscutible en nuevos procesos, y por eso les otorga
a las partes el mismo derecho y les impone igual obligación que el efecto
procesal”.

Sobre este tema, el mismo autor precisa que es importante distinguir entre los
efectos de la cosa juzgada y los de las sentencias ejecutoriadas. En este sentido
señala37:

“Debe tenerse cuidado de no confundir la cosa juzgada con la ejecutoria de la


sentencia. Ésta se cumple cuando no hay recursos pendientes por no otorgarlos
la ley o por haber pasado el término para interponerlos, cualquiera que sea la
sentencia; aquélla es una calidad especial que la ley les asigna a algunas
sentencias ejecutoriadas. No hay cosa juzgada sin ejecutoria, pero sí ésta sin
aquélla.

Igualmente importa saber que toda sentencia ejecutoriada obliga a las partes
y debe cumplirse voluntariamente o en forma coactiva, aun cuando no
constituya cosa juzgada. Por consiguiente, es un error decir que la
obligatoriedad de la sentencia sea un efecto de la cosa juzgada, pues lo es de
toda sentencia ejecutoriada (…).

Toda sentencia ejecutoriada tenga o no efectos de cosa juzgada, es


imperativa u obligatoria y si impone condena es además ejecutable (…). Luego
no se trata de efectos de la cosa juzgada. Esta tiene influencia en aquellos,
pero en cuanto los convierte en inmutables y definitivos, al excluir una revisión
en proceso posterior y prohibir la nueva decisión del fondo, en caso de que
alguna parte pretenda desconocerla”.

Al referirse a los fundamentos de la institución de la represión de actos lesivos


homogéneos, el Tribunal Constitucional ha señalado que uno de ellos consiste en

36
DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría general del proceso. Aplicable a toda clase de procesos. Buenos
Aires: Universidad, 2002, 3ra. edición, pp. 454 y 455.
37
DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Ob. cit., pp. 426 y 456.

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asegurar la plena eficacia de la cosa juzgada constitucional38. Sobre esta última, el


Tribunal ha señalado39:

“(…) lo que la Constitución garantiza, a través de su artículo 139º, inciso 240, es la


cosa juzgada constitucional, la que se configura con aquella sentencia que se
pronuncia sobre el fondo de la controversia jurídica, de conformidad con el
orden objetivo de valores, con los principios constitucionales y con los derechos
fundamentales, y de acuerdo con la interpretación que haya realizado el
Tribunal Constitucional de las leyes, o de toda norma con rango de ley, o de los
reglamentos y de sus precedentes vinculantes, como lo prescriben los artículos
VI y VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional,
respectivamente. Sólo de esa manera un ordenamiento constitucional puede
garantizar a la ciudadanía la certeza jurídica y la predictibilidad de las
decisiones jurisdiccionales”.

Tomando en consideración las diferencias entre los efectos de la cosa juzgada y


de las sentencias ejecutoriadas, es más apropiado señalar que la represión de los
actos lesivos homogéneos se sustenta en la necesidad de garantizar los efectos de
éstas últimas antes que garantizar la cosa juzgada.

4. Presupuestos para conocer un pedido de represión de actos lesivos homogéneos


Para que se pueda presentar un pedido de represión de actos lesivos homogéneos
deben existir dos presupuestos, que en caso no se presenten daría lugar a la
declaratoria de improcedencia de lo solicitado.

4.1 Existencia de una sentencia ejecutoriada a favor del demandante en un


proceso constitucional de tutela de derechos fundamentales

Sólo si existe una sentencia previa, en la que se ha establecido claramente el


derecho afectado y el acto lesivo del mismo, y que ha adquirido la calidad de
firme, podrá evaluarse si la acción u omisión que se produzca con posterioridad
resulta homogénea. Como es obvio deducir, ante supuestos en los que se declara
improcedente o infundada la demanda, no corresponde la posibilidad de solicitar
–con posterioridad- la represión de actos lesivos homogéneos.

La sentencia previa mediante la cual se declara fundada la demanda puede ser


del Poder Judicial o del Tribunal Constitucional.

38
El Tribunal ha señalado en la STC Nº 5033-2006-PA, fundamento 5: “(…) mediante la represión de actos
homogéneos (…) se pretende asegurar la plena eficacia de la cosa juzgada constitucional”.
39
STC Nº 6-2006-CC (caso Poder Ejecutivo vs. Poder Judicial), publicada el 22 de marzo del 2007 en la página
web del Tribunal Constitucional, fundamento 70.
40
Este artículo señala: “Son principios y derechos de la función jurisdiccional: (…)
2. La independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional.
Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el órgano jurisdiccional ni interferir en el
ejercicio de sus funciones. Tampoco puede dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa
juzgada, ni cortar procedimientos en trámite, ni modificar sentencias ni retardar su ejecución. Estas
disposiciones no afectan el derecho de gracia ni la facultad de investigación del Congreso, cuyo ejercicio no
debe, sin embargo, interferir en el procedimiento jurisdiccional ni surte efecto jurisdiccional alguno”.

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4.2 Cumplimiento de lo ordenado en la sentencia de condena


Si el mandato de dar, hacer o no hacer establecido en una sentencia no se
cumple, corresponde aplicar los mecanismos coercitivos previstos en el artículo 22º
del Código Procesal Constitucional. Si una vez cumplido el fallo, se reitera el acto
que fue considerado como lesivo de un derecho fundamental, recién
corresponderá solicitar la represión de actos lesivos homogéneos. En este sentido,
el cumplimiento de lo ordenado en una sentencia previa de condena constituye
un presupuesto para dar inicio al procedimiento previsto en el artículo 60º del
Código Procesal Constitucional.

Al respecto, debe advertirse que en los casos en que luego de presentada la


demanda cesó el acto lesivo o devino en irreparable el derecho fundamental,
pero el juez emitió pronunciamiento sobre el fondo, en aplicación del segundo
párrafo del artículo 1º del Código Procesal Constitucional, el mandato del juez no
requiere un cumplimiento inmediato, pues tiene por objetivo advertir que
determinadas conductas no pueden llevarse a cabo a futuro, siendo procedente
en estos casos la represión de actos lesivos homogéneos.

Algo similar ocurre en el caso que el Tribunal Constitucional haya declarado que
una determinada situación lesiva de derechos fundamentales constituye un estado
de cosas inconstitucional, por cuanto los efectos de su decisión sobre un caso
concreto benefician a cualquier otra persona que se encuentre en similar
situación. De producirse la afectación de un derecho, a través de la reiteración de
una acción u omisión que ha sido calificada como un estado de cosas
inconstitucional, la persona agraviada no tendría que dar inicio a un nuevo
proceso constitucional (que es justamente lo que busca evitarse con la
mencionada declaración) sino acudir a la represión de actos lesivos homogéneos
(Ver al respecto la sección 6.2 Estado de cosas inconstitucional).

5. Criterios para identificar un acto lesivo homogéneo


Luego de verificar el cumplimiento de los presupuestos mencionados en la sección
anterior, corresponderá analizar si se está frente a un acto lesivo homogéneo. Para
tal efecto deberá evaluarse la existencia de determinados elementos subjetivos y
objetivos, el momento en que se produce el nuevo acto y su carácter manifiesto.
Se trata de criterios generales, que corresponderán ser aplicados y verificados
tomando en consideración las particularidades de cada caso que se presente.

5.1 Elementos subjetivos


Aquí existen dos elementos a tomar en consideración. En primer lugar, las
características de la persona o personas afectadas por el acto homogéneo. En
segundo lugar, las características de la fuente u origen de este acto.

a) Persona afectada

El primer aspecto que debe ser evaluado por la autoridad jurisdiccional se


relaciona con las características de la persona que presenta un pedido de
represión de actos lesivos homogéneos, pues debe ser la misma que en el proceso
constitucional que dio origen a la sentencia fue considerada como la persona

52
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afectada en sus derechos fundamentales, lo que refuerza la necesidad de que en


el fallo respectivo que declara fundada la demanda se establezca claramente la
identificación de la persona a favor de la cual se condena a alguien a realizar una
prestación de dar, hacer o no hacer.

En los casos en que la demanda que dio origen al proceso fue presentada en
forma individual por una sola persona, no deberían existir mayores problemas para
evaluar este requisito. Las principales dudas podrían presentarse en el caso de los
denominados derechos difusos y colectivos (entendidos como derechos
supraindividuales), así como en el caso de las demandas sobre actos individuales
homogéneos (entendidos como derechos pluriindividuales).

Si bien a nivel de la doctrina existen diferentes formas de denominar a estos tres


tipos de situaciones, es posible encontrar algunas definiciones que permiten
comprender sus alcances.

En este sentido, sobre los derechos difusos y derechos colectivos (derechos


supraindividuales) FERRER MAC-GREGOR señala41:

“Puede sostenerse que (ambos tipos de derechos) comparten los mismos


problemas jurídicos y se refieren a bienes indivisibles (aire, paisaje, medio
ambiente sano, etc.). Su distinción fundamental consiste en que los primeros
(intereses difusos) se entienden referidos no al sujeto como individuo sino como
miembro de una conglomerado más o menos amplio, creándose una
pluralidad de situaciones comunes; en cambio, los intereses colectivos atienden
a colectividades o grupos limitados o circunscritos. Así, los miembros del
conglomerado que tiene un interés difuso, son indeterminables o de muy difícil
determinación; en tanto que los miembros del grupo portador del interés
colectivo suelen ser fácilmente determinables.

Parte de la doctrina y la legislación brasileña (…) los identifican según sus


titulares se encuentran ligados por circunstancias de hechos (intereses difusos) o
bien si pertenecen a un grupo, categoría o clase de personas ligadas entre sí o
con la parte contraria debido a una relación jurídica base (intereses
colectivos)”.

El mismo autor menciona como un ejemplo de tutela de derechos difusos el caso


de la contaminación ambiental del aire o del agua derivados de desechos
arrojados por una fábrica, y como un ejemplo de derechos colectivos los
problemas de la falta de higiene o de seguridad en una determinada fábrica o
escuela.

La posibilidad de acudir a los procesos constitucionales para la protección de los


derechos difusos y colectivos ha quedado establecida en el artículo 40º del
Código Procesal Constitucional, referido a la legitimación activa en los procesos de

41
FERRER MAC-GREGOR, Eduardo. Juicio de amparo e interés legítimo: la tutela de los derechos difusos y
colectivos. México D.F: Porrúa, 2003, p 12.

53
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amparo42, y en el artículo 67º, referido a la legitimación activa en los procesos de


cumplimiento43.

En estos supuestos, la presentación de la demanda puede ser llevada a cabo por


una persona o un grupo de personas, afectadas en sus derechos difusos o como
integrantes del grupo que se ve afectado en sus derechos colectivos. La sentencia
respectiva surtirá efectos respecto de “todos los demás integrantes de la
colectividad que se encuentren en una posición idéntica al que ejercitó la acción
correspondiente”44. Los efectos de la decisión, por lo tanto, vas más allá de la
persona o grupo que presentó la demanda.

Respecto a los actos individuales homogéneos (derechos pluriindividuales) FERRER


MAC-GREGOR señala45:

“los derechos individuales homogéneos se distinguen de los intereses


supraindividuales (difusos y colectivos), en que aquellos son auténticos
derechos individuales, privativos e indisponibles por terceros, pero que pueden
existir en número plural y tener un origen fáctico común y un contenido
sustantivo homogéneo.

La tutela colectiva de los derechos esencialmente individuales descansa en dos


notas básicas: a) su homogeneidad al tener origen común, es decir, al
producirse de una misma fuente o causa; y b) su divisibilidad, al representar en
realidad derechos personales que pueden ejercerse de manera individual, pero
existe la posibilidad y conveniencia de la acción colectiva, teniendo resultados
desiguales para cada participante”.

En este supuesto, cada persona afectada en sus derechos en forma individual


puede presentar la demanda respectiva. Los efectos de la sentencia alcanzan
únicamente a la persona que presentó la demanda. Sin embargo, como ha sido
explicado anteriormente, el Tribunal Constitucional ha considerado que en
determinados casos, los efectos de la decisión sobre un caso particular pueden
extenderse a otras personas en similar situación, previa declaración del acto lesivo
de un derecho constitucional como un estado de cosas inconstitucional.

Tomando como premisas las definiciones expuestas se puede concluir que la


represión de actos lesivos homogéneos puede ser invocada de la siguiente forma:

- Por cualquier persona en el caso de los derechos difusos.

- Por cualquier integrante del grupo en el caso de los derechos colectivos.

42
El tercer párrafo del artículo 40º del Código señala: ”Asimismo, puede interponer demanda de amparo
cualquier persona cuando se trate de amenaza o violación del derecho al medio ambiente u otros derechos
difusos que gocen de reconocimiento constitucional, así como las entidades sin fines de lucro cuyo objeto sea
la defensa de los referidos derechos”.
43
El segundo párrafo del artículo 67º del Código señala: “Tratándose de la defensa de derechos con intereses
difusos o colectivos, la legitimación corresponderá a cualquier persona”.
44
FERRER MAC-GREGOR, Eduardo. Ob. cit., p. 16.
45
FERRER MAC-GREGOR, Eduardo. Ob. cit., p. 15.

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- Por cualquier persona que se encuentre en una situación igual a la considerada


como un estado de cosas inconstitucional, en el caso de los derechos
individuales homogéneos.

En consecuencia, a afectos de evaluar el primer criterio subjetivo para determinar


cuándo se está frente a un acto lesivo homogéneo, se deberá considerar en
primer lugar si éste afecta a la misma persona que presentó la demanda original
que dio lugar al proceso constitucional y a la respectiva sentencia previa, siendo
necesario estar atento a las particularidades que podrían presentarse en el caso
de los derechos difusos, derechos colectivos y derechos individuales homogéneos.

b) Origen o fuente del acto lesivo

El segundo aspecto que debe ser evaluado por la autoridad jurisdiccional se


relaciona con el origen o la fuente del acto respecto al cual se pide la represión
por considerársele como homogéneo a uno anterior. En este sentido, el nuevo
acto lesivo debe ser llevado a cabo por la misma entidad, autoridad, funcionario o
persona que fue obligada a dar, hacer o dejar de hacer algo a través de la
sentencia de condena establecida en un proceso constitucional.

Al respecto es importante señalar que si bien en el proceso que dio lugar a la


sentencia previa, la demanda puede haber estado dirigida a un funcionario en
particular, el acto lesivo homogéneo puede producirse por un funcionario diferente
al demandado, pero que forma parte de la misma institución demandada. Por ese
motivo, al momento de evaluarse el origen o fuente del acto invocado como
homogéneo, debe tomarse en cuenta si el mandato ordenado en la sentencia
sólo podía ser cumplido por una determinada persona o si se trataba de un
mandato que debía ser observado por toda una entidad en su conjunto.

Sobre el origen o fuente del acto lesivo homogéneo, SAGÜÉS señala46:

“Si se reitera exactamente el mismo acto lesivo, ejecutado por la misma


demandada, la infracción encuentra remedio en una reiteración de lo
ordenado en el mismo fallo. (…) (Un caso interesante es el) de la reiteración de
la lesión, pero por otros agentes públicos. Si éstos se encuentran bajo la
dependencia del condenado en el amparo, obvio es que la sentencia los
comprende, y bastará con aplicarla respecto a ellos. En cambio, si se trata de
sujetos ajenos a la repartición demandada, nos parece que no hay cosa
juzgada para ellos (al no mediar identidad del sujeto), y por tanto, habría que
articular un nuevo amparo para remediar el último acto lesivo”.

En similar dirección, RIVAS afirma47:

“(Un) problema se podría suscitar si la nueva agresión al derecho se da bajo las


mismas formas, pero por intermedio de otro agente público u otra repartición
distinta (…). Si se tratase de una situación como la descrita en la que
interviniesen dependientes diversos de una autoridad común involucrada en el

46
SAGÜÉS, Néstor Pedro. Derecho Procesal Constitucional. Acción de amparo. Buenos Aires: Astrea, 4ta.
edición, 1995, pp. 462-463.
47
RIVAS, Adolfo Armando. El amparo. Buenos Aires: La Rocca, 2003, pp. 612-613.

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amparo anterior, tampoco es dudoso sostener que corresponde la utilización


del fallo de amparo, conminando a su cumplimiento, pues lo decidido obliga
tanto a los primitivos agentes ofensores como a sus superiores, y esa obligación
se transmite de éstos a los que de ellos dependan, cualquiera que sea su grado
o ubicación dentro de la administración; si por el contrario, el nuevo acto
proviene de órgano o agente no integrante de tal esquema (por ejemplo, el
primer acto lesivo cometido por dependientes del Poder Ejecutivo; el segundo
por otros dependientes de una repartición autárquica), aparece faltando la
identidad subjetiva que junto con las de causa y objeto, conforman la cosa
juzgada; sin embargo, y si la causa de la repetición del obrar dañoso es la
misma, la subordinación definitiva a un superior común que se da en todos los
órdenes y aspectos de la administración, permite extender el efecto y mandato
de la sentencia dictada”.

Nuevamente aquí se vuelve a apreciar la importancia de que en el fallo respectivo


que declara fundada la demanda se establezca claramente la identificación de
la persona o entidad a la cual corresponde llevar a cabo una determinada
conducta, a fin de garantizar el derecho amenazado o vulnerado, pues de este
modo se facilita la labor del juez de ejecución que conozca la solicitud de
represión de actos lesivos homogéneos.

5.2 Elemento objetivo: homogeneidad del nuevo acto respecto a uno anterior
Luego de haber evaluado los elementos subjetivos, corresponde a la autoridad
judicial analizar si el acto invocado como homogéneo presenta similares
características respecto de aquél que dio lugar a la sentencia del proceso
constitucional. A nivel normativo, el Código Procesal Constitucional ha hecho
referencia a este criterio en el artículo 60º, en tanto señala que el acto lesivo debe
ser “sustancialmente homogéneo” al declarado lesivo.

Así por ejemplo, supongamos que a un trabajador permanente de una empresa


privada se le comunica, mediante una carta simple, el cese del vínculo laboral,
pero sin expresión de causa alguna. Ante esta situación, dicho trabajador presenta
una demanda de amparo, la cual es declarada fundada, pues el Tribunal
Constitucional ha señalado en su jurisprudencia vinculante que los despidos sin
causa son inconstitucionales. En la sentencia respectiva se ordena la inmediata
reposición del trabajador en su puesto laboral. Sin embargo, semanas después, el
trabajador recibe una comunicación similar a la anterior, por medio de la cual se le
vuelve a comunicar el cese de sus labores, sin que tampoco se exprese motivo
alguno. En este caso, el cese del trabajador sin causa fue lo que dio origen a la
demanda de amparo, mientras que un acto similar permite a la persona
agraviada solicitar la represión de éste, por ser homogéneo al anterior.

Otros ejemplos que pueden servir para ilustrar este punto son planteados por
GARCÉS de la siguiente manera48:

48
GARCÉS TRELLES, Kenneth. “La tutela preventiva y el artículo 60º del Código Procesal Constitucional: La
represión de actos homogéneos”, Proceso y Justicia. Revista de Derecho Procesal, Nº 5 (2005), p. 54.

56
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“Si dentro de una misma relación conflictiva entre dos sujetos se producen una
serie de agresiones respecto de una mismo derecho constitucional, dichas
agresiones, sean por acción o por omisión, pueden ser consideradas
homogéneas en el sentido que pertenecen al mismo género constituido por un
conflicto concreto. El lenguaje del Código Procesal Constitucional al referirse a
los actos sustancialmente homogéneos alude a la unidad de hecho conflictual.

Por ejemplo, si una autoridad ha agredido el derecho de reunión


interrumpiendo el ejercicio que de éste hacían algunas personas, y dos días
después impide que se inicie una reunión entre ellas, existe entre los actos
unidad de conflicto a pesar de las diferencias en la acción de la autoridad. Los
actos pertenecen al mismo género de las acciones agresivas de hecho y
sustancialmente integran el mismo conflicto en vinculación al mismo derecho. Si
luego las personas solicitan una autorización para reunirse y la autoridad se la
deniega mediante una resolución administrativa, nos encontramos ya en un
plano distinto en el cual el Estado actúa amparado en una formalidad legal y
por medio de una comunicación escrita, sin perjuicio de la eventual
inconstitucionalidad del acto”.

Un aspecto importante a señalar es que no corresponde únicamente analizar las


características del acto sino también las razones que dan lugar al mismo, pues
pueden ser diferentes a las invocadas en un primer momento. SAGÜÉS señala al
respecto49:

“(…) si la accionada repite su conducta pero con otros fundamentos (v.gr.


clausura nuevamente un local, pero invocando distintas razones a las alegadas
para disponer el primer cierre), cabe entender que se está frente a un
comportamiento no captado por la sentencia firme de amparo, y que por ello,
habrá que plantear uno diferente”.

Nuevamente aquí se manifiesta la importancia de que en la sentencia respectiva


se establezca en forma clara cuál es el acto lesivo que ha sido identificado como
violatorio de un derecho fundamental.

5.3 Manifiesta homogeneidad


El carácter homogéneo del nuevo acto lesivo debe ser manifiesto, es decir, no
deben existir dudas sobre la homogeneidad entre el acto anterior y el nuevo. En
caso contrario, debería declararse improcedente la solicitud de represión
respectiva, sin perjuicio de que el demandante inicie un nuevo proceso
constitucional contra aquel nuevo acto que considera que afecta sus derechos
fundamentales, pero que no ha sido considerado homogéneo respecto a un acto
anterior.

49
SAGÜÉS, Néstor Pedro. Ob cit., pp. 462-463.

57
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5.4 Temporalidad
Este criterio alude al tiempo durante el cual debería producirse el acto lesivo
homogéneo, para proceder a solicitar su represión.

El Código Procesal Constitucional no señala nada al respecto, por lo que surge la


duda sobre si debe establecerse un plazo máximo durante el cual debería
producirse el acto lesivo homogéneo, a fin de proceder con el trámite previsto en
el artículo 60º, o si, por el contrario, no existe un plazo al respecto.

Si se opta por considerar que existe un plazo, el mismo deberá ser determinado y
adecuadamente fundamentado.

Debe tomarse en cuenta que si se establece un plazo, aquellos nuevos actos que
se produzcan después de vencido el mismo sólo podrían ser objeto de
cuestionamiento a través de un nuevo proceso constitucional, con los problemas
que eso podría originar en el caso de sentencias contradictorias (una sentencia
previa que declara fundada la demanda y una posterior que sobre un acto
homogéneo se pronuncia por declararla infundada). A este tema debe agregarse
que es altamente probable que transcurra un tiempo considerable entre lo
decidido en una sentencia y el nuevo acto lesivo, lo que constituye un argumento
adicional en contra de establecer un plazo.

6. Relación y diferencia con otras instituciones procesales


Existen instituciones procesales que se relacionan con la represión de actos lesivos
homogéneos, tales como la sentencia estimatoria ante el cese o irreparabilidad
del acto lesivo y la técnica del estado de cosas inconstitucional. Pero asimismo,
hay otras con las que presenta diferencias, como la denominada sentencia
ampliatoria. A continuación presentamos una descripción sobre estas relaciones y
diferencias.

6.1 Sentencia estimatoria ante el cese o irreparabilidad del acto lesivo


Se entiende por cese del acto lesivo aquella situación por medio de la cual la
acción u omisión que origina una amenaza o violación de un derecho
fundamental deja de producirse por parte de quien la estaba llevando a cabo. Así
por ejemplo, el Tribunal Constitucional tuvo oportunidad de conocer un caso en
que la demanda fue presentada contra la difusión de afiches en delegaciones
policiales, en los que aparecía la imagen del demandante y otras personas junto
con la frase “Los más buscados”. En este caso, el acto lesivo cesó con el retiro de
los mencionados afiches50.

De otro lado, se entiende por irreparabilidad del acto lesivo aquella situación por
medio de la cual no se pueden reponer las cosas al estado anterior a la amenaza
o violación de un derecho fundamental. Así por ejemplo, el Tribunal Constitucional
tuvo oportunidad de conocer el caso de una persona que buscaba postular a una
alcaldía distrital, pero que fue objeto de una tacha, siendo impedido de participar
en la contienda electoral. Al momento de resolverse el caso, el proceso electoral

50
Resolución del Tribunal Constitucional N° 1631-2002-HC (caso Pedro Catalán Huisa), publicada el 19 de
mayo del 2003 en la página web del Tribunal Constitucional.

58
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ya se había llevado a cabo, por lo que no podían reponerse las cosas al estado
anterior a la afectación de derechos constitucionales51.

Si luego de presentada la demanda cesa o deviene en irreparable el acto lesivo,


los órganos jurisdiccionales se encuentran facultados para emitir un
pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, a fin de que tales actos no
vuelvan a reiterarse en el futuro. Al respecto, el Código Procesal Constitucional
señala lo siguiente en el segundo párrafo del artículo 1º:

“Si luego de presentada la demanda cesa la agresión o amenaza por decisión


voluntaria del agresor, o si ella deviene en irreparable, el Juez, atendiendo al
agravio producido, declarará fundada la demanda precisando los alcances de su
decisión, disponiendo que el emplazado no vuelva a incurrir en las acciones u
omisiones que motivaron la interposición de la demanda, y que si procediere de
modo contrario se le aplicarán las medidas coercitivas previstas en el artículo 22º
del presente Código, sin perjuicio de la responsabilidad penal que corresponda”.

El Tribunal Constitucional ha aplicado este artículo en diversos fallos. A modo de


ejemplo se puede citar la STC Nº 5490-2007-HC (caso Elvito Rodríguez Domínguez)52.
En este caso, el demandante inició un proceso de hábeas corpus por considerar
que el juez penal emplazado había vulnerado su derecho a la libertad personal al
dictar contra su persona un auto de apertura de instrucción con mandato de
detención, sin que concurran los requisitos establecidos en el artículo 135° del
Código Procesal Penal. En el transcurso del proceso, el mandato de detención fue
variado por el de comparecencia; sin embargo, el Tribunal Constitucional
consideró que pese a haber cesado el acto lesivo, resultaba necesario proceder al
reconocimiento del derecho fundamental invocado así como establecer que el
agravio cometido contra el demandante por las autoridades que dieron
cumplimiento a la orden de detención, constituyó un grave atentado contra los
derechos constitucionales a la dignidad, al honor y a la presunción de inocencia.
En este sentido, declaró fundada la demanda y ordenó a “los efectivos policiales
de la la División de Estafas y otras Defraudaciones (DIRINCRI-DIVIEOD-D5) y (al) Juez
del Quincuagésimo Sexto Juzgado Penal de Lima abstenerse de cometer actos
similares al que motivó la presente demanda, bajo apercibimiento de aplicárseles
las medidas coercitivas previstas en el artículo 22º del Código Procesal
Constitucional”.

En consecuencia, la decisión de un juez de declarar fundada una demanda


respecto a un acto lesivo que ha cesado o devenido en irreparable, contiene un
mandato para que el mismo acto no se repita en el futuro, siendo el objetivo de la
sentencia prevenir la realización de un acto lesivo homogéneo. Si dicho acto
ocurriese nuevamente, correspondería aplicar el procedimiento de represión
previsto en el artículo 60º del Código Procesal Constitucional. La primera sentencia
servirá de parámetro para evaluar si el acto que se produce con posterioridad es
homogéneo.

51
STC Nº 2366-2003-AA (caso Juan Espino Espino), publicada el 7 de abril del 2004 en la página web del
Tribunal Constitucional.
52
Publicada el 24 de marzo del 2008 en la página web del Tribunal Constitucional.

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6.2 Estado de cosas inconstitucional


a) Definición y alcances

El estado de cosas inconstitucional es una técnica que tiene por finalidad expandir
los alcances de una sentencia recaída en un proceso de tutela de derechos
fundamentales que, en principio, sólo tiene efectos para las partes que
intervinieron en el proceso. En este sentido, los efectos de la sentencia que declara
una determinada situación lesiva de derechos fundamentales como un estado
cosas inconstitucional van a tener eficacia más allá de las partes que intervinieron
en el proceso.

El Tribunal Constitucional, en la STC Nº 2579-2003-HD53, ha señalado que mediante


la declaración del estado de cosas inconstitucional se busca, en suma, extender
los alcances inter partes de las sentencias a todos aquellos casos en los que de la
realización de un acto u omisión se hubiese derivado o generado una violación
generalizada de derechos fundamentales de distintas personas.

Para que dicha declaración pueda realizarse es preciso que la violación de un


derecho constitucional se derive de un único acto o de un conjunto de actos
interrelacionados entre sí, que además de lesionar el derecho constitucional de
quien interviene en el proceso en el que se produce la declaración del estado de
cosas inconstitucional, vulnere o amenace derechos de otras personas ajenas al
proceso.

En el caso de actos individuales, esto es, que tengan por destinatarios a


determinadas personas, la declaración del estado de cosas inconstitucional se
declarará si es que se sustenta en una interpretación constitucionalmente
inadmisible de una ley o una disposición reglamentaria por parte del órgano
público.

De ahí que, mediante esta técnica se busque evitar que, una vez declarada una
situación como contraria a los valores, principios o derechos constitucionales
(estado de cosas inconstitucional), otros ciudadanos afectados por los mismos
comportamientos violatorios tengan que interponer sucesivas demandas con el fin
de lograr la misma protección frente al mismo acto.

Por ello, una vez declarado el estado de cosas inconstitucional, se efectúa un


requerimiento específico o genérico a uno o varios órganos públicos a fin de que,
dentro de un plazo razonable, realicen o dejen de realizar la acción u omisión, per
se, violatoria de derechos fundamentales, lo que surtirá efectos en la esfera
subjetiva de personas ajenas al proceso constitucional en el cual se origina la
declaración.

En consecuencia, la sentencia no sólo se limita a vincular al sujeto responsable de


la violación, sino que también le impone reglas de actuación a fin de que la
afectación sistemática y prolongada de derechos fundamentales no vuelva a
realizarse. En buena cuenta, es una técnica que también busca eliminar
comportamientos inconstitucionales en la Administración Pública.

53
Publicada el 16 de abril del 2004 en la página web del Tribunal Constitucional.

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De este modo, con la declaración de una situación determinada como estado de


cosas inconstitucional, se generan una serie de responsabilidades hacia los
órganos, instituciones o personas involucradas en los actos vulneratorios,
permitiendo, de este modo, allanar el camino en la búsqueda y satisfacción de los
derechos comprometidos. La realización de las medidas ordenadas puede incluir a
una amplia gama de autoridades públicas que no intervinieron en el proceso, pero
que se ven compelidas a adoptar una serie de medidas para dar por terminada la
violación sistemática y reiterada de derechos fundamentales.

b) Experiencia comparada: el estado de cosas inconstitucional en la jurisprudencia


de la Corte Constitucional de Colombia

La Corte Constitucional de Colombia ha empleado la técnica del estado de cosas


inconstitucional respecto a casos en los que la afectación de derechos
fundamentales, como consecuencia de una determinada situación, afectaba a
un número importante de personas y las medidas a adoptar implicaba la acción
de varias autoridades para hacer frente a problemas de carácter estructural.
Como señala TOLE MARTÍNEZ54:

“La Corte Constitucional, con el fin de buscar remedio a situaciones de


vulneración de los derechos fundamentales que tienen una carácter general
(en tanto que afectan a una multitud de personas) y cuyas causas son de
naturaleza estructural (esto es, que generalmente la causa de la vulneración no
se origina de manera exclusiva en la autoridad demandada y, por lo tanto, su
solución exige la acción mancomunada de distintas entidades), (ha creado) la
figura del estado de cosas inconstitucionales”.

Reseñamos a continuación dos casos, uno relacionado con la población


desplazada en este país como consecuencia de la violencia política, y otro
relacionado con la situación de las personas privadas de libertad en los centros
penitenciarios de Colombia.

i) Sentencia T-153/98, del 28 de abril de 1998

En este caso, la Corte Constitucional de Colombia advirtió el estado de cosas


inconstitucional que recaía en la situación de las personas privadas de libertad en
los centros penitenciarios del país. Este pronunciamiento fue emitido como
consecuencia de la demanda de tutela (amparo) interpuesta contra de Ministerio
de Justicia y otras entidades involucradas en la materia, por no adoptar las
medidas requeridas para solucionar la situación de hacinamiento en las que los
demandantes se encontraban.

Para resolver esta controversia, la Corte Constitucional verificó si realmente tales


condiciones de hacinamiento se presentaban. En otros aspectos, confirmó que en
una celda de 2 m x 2.5 m se encontraban un promedio de cinco a seis personas,
que en muchos casos carecían de luz y ventilación, a la vez que tenían que

54
TOLE MARTÍNEZ, Julián. “La teoría de la doble dimensión de los derechos fundamentales en Colombia. El
estado de cosas inconstitucionales, un ejemplo de su aplicación”. En: Cuestiones Constitucionales, Nº 15
(julio-diciembre 2006), pp. 302-303.

61
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soportar olores nauseabundos. De la información recabada, la Corte constató que


la situación de hacinamiento desvirtuaba de manera absoluta los fines del
tratamiento penitenciario.

Ante la gravedad de las omisiones imputables a distintas autoridades públicas, la


Corte declaró que “el estado de cosas que se presenta en las prisiones
colombianas, descrito en (la) sentencia, es inconstitucional y exige de las
autoridades públicas el uso inmediato de sus facultades constitucionales, con el fin
de remediar esta situación” (fundamento 65). En este sentido, estableció la
necesidad de solucionar los problemas que afectaban los derechos a la dignidad,
vida, integridad personal, salud y otros de un número importante de reclusos, y
cuyas causas se relacionaban con factores estructurales, siendo necesaria para su
solución la acción mancomunada de distintas entidades estatales.

ii) Sentencia T-025/2004, del 22 de enero del 2004

En este caso la Corte Constitucional de Colombia declaró el estado de cosas


inconstitucional en materia de desplazamiento forzado, por cuanto un importante
número de colombianos y colombianas se habían visto obligados a migrar dentro
del territorio nacional, abandonando su lugar de residencia y sus actividades
económicas habituales, dado que su vida, integridad física, seguridad y libertades
personales habían sido vulneradas o se encontraban directamente amenazadas,
en razón a diversas circunstancias, tales como el conflicto armado interno,
disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de
derechos humanos, infracciones al Derecho Internacional Humanitario, entre otras.

En este caso la Corte reiteró sus criterios para determinar cuándo corresponde
declarar el estado de cosas inconstitucional. En este sentido señaló que éste se
configura cuando se presenta una repetida violación de derechos fundamentales
de una gran cantidad de personas, que podría dar lugar a una masiva
presentación de demandas de tutela (amparo), originando una saturación de los
despachos judiciales; y cuando la causa de esa vulneración no es imputable
únicamente a una autoridad, sino que reposa en factores estructurales.

A partir de esta premisa la Corte tomó en cuenta los siguientes aspectos para emitir
su decisión: a) la vulneración masiva y generalizada de varios derechos
constitucionales que afectaban a un número significativo de personas (contadas
por miles); b) la prolongada omisión de las autoridades en el cumplimiento de sus
obligaciones para garantizar los derechos de la población desplazada, c) la no
expedición de medidas legislativas, administrativas o presupuestales requeridas
para evitar la vulneración de derechos, d) la existencia de un problema social
cuya solución compromete la intervención de varias entidades, requiere la
adopción de acciones complejas y coordinadas y exige un nivel de recursos que
demanda un esfuerzo presupuestal adicional importante.

En consecuencia, la Corte declaró “la existencia de un estado de cosas


inconstitucional en la situación de la población desplazada debido a la falta de
concordancia entre la gravedad de la afectación de los derechos reconocidos
constitucionalmente y desarrollados por la ley, de un lado, y el volumen de recursos

62
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efectivamente destinado a asegurar el goce efectivo de tales derechos y la


capacidad institucional para implementar los correspondientes mandatos
constitucionales y legales, de otro lado” (punto resolutivo Primero de la sentencia).
Por lo tanto, los efectos de la sentencia no solo beneficiaban a los demandantes,
sino a toda persona que se encontrase en calidad de desplazada como
consecuencia de la violencia política.

c) Jurisprudencia del Tribunal Constitucional del Perú

La técnica del estado de cosas inconstitucional también ha sido empleada por el


Tribunal Constitucional peruano, aunque no respecto a problemas de similar
magnitud como en el caso colombiano. Tampoco en todos los casos en que ha
sido empleado, como se verá a continuación, es posible encontrar elementos
comunes que permitan identificar los perfiles o características propias de esta
institución.

Reseñamos a continuación tres sentencias del Tribunal sobre la materia.

i) STC Nº 2579-2003-HD (caso Julia Arrellano Serquén)55

Esta fue la primera vez que el Tribunal Constitucional utilizó la técnica del estado de
cosas inconstitucional. En este caso, el proceso fue iniciado por una ex magistrada
del Poder Judicial que no fue ratificada por el Consejo Nacional de la Magistratura
(CNM), con la finalidad de que se ordene a esta entidad que le proporcione los
siguientes documentos: a) copia del informe de la Comisión Permanente de
Evaluación y Ratificación sobre su conducta e idoneidad en el cargo que ejercía
como Vocal Superior Titular del Distrito de Judicial de Lambayeque; b) copia de su
entrevista personal ante el CNM; y, c) copia del Acta del Pleno del CNM, que
contiene la decisión de no ratificarla en su cargo. El CNM había denegado a la
demandante el acceso a esta información, amparándose en una interpretación
de los artículos 28º y 43º de la Ley Orgánica del Consejo, que establecía la reserva
de aquella información relacionada con la evaluación de magistrados.

Al respecto, el Tribunal señaló que la restricción prevista en la ley orgánica del CNM
tiene por objeto preservar el derecho a la intimidad, personal y familiar del
sometido a un proceso de ratificación; es decir, impedir que terceros puedan
acceder a determinado tipo de información de interés exclusivo de la persona
sometida a ratificación. En consecuencia, esta restricción arbitraria fue declarada
como estado de cosas inconstitucional, y por ende, se señaló que no surtía efectos
respecto al titular de los datos, por lo que la negativa del CNM para entregar los
documentos solicitados resultaba lesiva a los derechos fundamentales de la
demandante.

Asimismo, el Tribunal advirtió que “en caso de llegar al Tribunal o a cualquier otro
órgano judicial competente un caso análogo, cuyos hechos se practiquen con
fecha posterior a la de esta sentencia, aparte de que se ordene la remisión de
copias de los actuados por la violación del derecho constitucionalmente
afectado, también se dispondrá que se abra proceso penal por desacato de una
sentencia del Tribunal Constitucional”.
55
Publicada el 16 de abril del 2004 en la página web del Tribunal Constitucional.

63
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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

ii) STC N° 3149-2004-AC (caso Yarlequé Torres)56

El Tribunal Constitucional utilizó por segunda vez la técnica del estado de cosas
inconstitucional en el proceso de cumplimiento iniciado por una profesora, con la
finalidad de que se cumpla una resolución administrativa que disponía abonar a su
favor la suma de S/. 2,624.72 por concepto de subsidios por luto y sepelio. Este
mandato no había sido cumplido bajo el argumento de que la entidad
demandada no manejaba un presupuesto ni era titular de un pliego presupuestal.

Al respecto el Tribunal reiteró los fundamentos del caso Arellano Serquén sobre la
finalidad del estado de cosas inconstitucional. En este sentido señaló:

- Este Tribunal, “en el caso Arrellano Serquen contra el Consejo Nacional de la


Magistratura, utilizó la técnica de la declaración del Estado de Cosas
Inconstitucional, desarrollado de manera creativa por la Corte Constitucional
colombiana, con el objeto de expandir los alcances de la sentencia en un
proceso de tutela de derechos fundamentales con efectos, prima facie, inter
partes, evitando que otros ciudadanos afectados por los mismos
comportamientos violatorios tengan que interponer sucesivas demandas con el
fin de lograr lo mismo” (fundamento 12).

- Con la declaración de una situación determinada como contraria a los valores


constitucionales (estado de cosas inconstitucional), “se generan una serie de
responsabilidades de parte de los órganos, instituciones o personas concretas
involucrados en los actos vulneratorios, permitiendo, de este modo, allanar el
camino en la búsqueda y satisfacción de los derechos comprometidos”
(fundamento 12).

Respecto al caso específico, el Tribunal estableció que si bien el estado de cosas


inconstitucional tuvo su origen en la necesidad de ampliar los efectos de una
sentencia en el marco de la tutela de derechos fundamentales, “este Tribunal
considera que similares argumentos respaldan la necesidad de expandir los
efectos de una sentencia en un proceso de cumplimiento, siempre que se
constate que similares resistencias a acatar las normas, o como ocurre en el
presente caso, los actos administrativos, son tan insistentes que merecen una
respuesta de tipo institucional y no sólo respecto del caso a la vista” (fundamento
13).

En este sentido, el Tribunal consideró que el comportamiento renuente, sistemático


y reiterado de los funcionarios del Ministerio de Economía y Finanzas, así como de
las autoridades del Ministerio de Educación para atender los reclamos que se
refieren a derechos reconocidos en normas legales sobre personal docente,
configuraba un estado de cosas inconstitucional. A efectos de lograr los efectos a
de esta declaración, el Tribunal dispuso que el Ministerio de Economía y Finanzas y
el Ministerio de Educación adopten “las medidas correctivas en el más breve plazo
y se establezca el debido procedimiento administrativo a que hubiera lugar a los

56
Publicada el 10 de octubre del 2005 en la página web del Tribunal Constitucional.

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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

funcionarios responsables (del incumplimiento) en el presente caso, así como en los


casos similares (…) reseñados en la presente sentencia”.

Como conclusión, en la parte resolutiva de la sentencia el Tribunal estableció que


los “hechos que motivaron el presente caso, al haberse acreditado que forman
parte de una práctica de renuencia sistemática y reiterada, constituyen
situaciones o comportamientos contrarios con la Constitución que deben ser
erradicados”. Asimismo decidió “notificar la presente sentencia (…) al Ministro de
Economía y Finanzas y al Ministro de Educación, a efectos de que tomen las
medidas correctivas en el más breve plazo posible respecto de las prácticas
contrarias a la Constitución establecidas en la presente sentencia”.

iii) STC N° 6089-2006-PA/TC57

En esta sentencia de amparo, el Tribunal Constitucional consideró que el Régimen


de Percepciones del IGV era inconstitucional porque contravenía el principio de
reserva de ley en materia tributaria, debido a que mediante una Ley se habilitó a la
SUNAT para llevar a cabo su regulación.

Si bien el Tribunal identificó que la norma era inconstitucional, y que diversas


personas habían sido afectadas por la misma, consideró que los efectos de su
decisión debían posponerse en el tiempo. Fue precisamente respecto a estos
temas que hizo uso del estado de cosas inconstitucional. En este sentido señaló
(fundamentos 62 y 63 de la sentencia):

“Mediante la técnica de las sentencias prospectivas y cuando las


circunstancias del caso lo ameriten, el Tribunal Constitucional modula los
efectos de su fallo pro futuro o, lo que es lo mismo, lo suspende en el tiempo,
con el objeto de que el Legislador o de suyo el Ejecutivo subsanen las
situaciones de inconstitucionalidad detectadas en las normas evaluadas. La
modulación de tales efectos, propia de un proceso de inconstitucionalidad,
también es trasladable al proceso constitucional de amparo, cuando se haya
detectado un estado de cosas inconstitucionales.

Detectada la inconstitucionalidad formal del Régimen de Percepciones del


IGV, que evidentemente no solo atañe a la situación del demandante –
interpartes– sino a todas las personas sujetas al Régimen, la razón fundamental
que obliga a este Colegiado a aplicar este tipo de sentencias en este caso se
sustenta en las implicancias negativas que podría generar un fallo con efectos
inmediatos en el plan de lucha contra la evasión fiscal y en la propia
recaudación del impuesto; más aún, considerando que en el estudio del caso
no se han detectado vicios de inconstitucionalidad respecto a las cuestiones
de fondo”.

En consecuencia, en el punto resolutivo Nº 3 de la sentencia, el Tribunal señaló


que “habiéndose detectado el estado de cosas inconstitucionales en lo referido al
ámbito formal de la Reserva de Ley, los efectos de la presente sentencia se
suspenden en este extremo, hasta que el Legislador regule suficientemente el

57
Publicada el 11 de junio del 2007 en la página web del Tribunal Constitucional.

65
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Régimen de Percepciones IGV, en observancia del principio constitucional de


Reserva de Ley, en un plazo que no exceda del 31 de diciembre del 2007”.

d) Relación con los actos lesivos homogéneos

La característica esencial de la declaración de una determinada situación como


un estado de cosas inconstitucional consiste en extender los efectos de una
decisión a personas que no fueron demandantes ni participaron en el proceso que
dio origen a la declaratoria respectiva, en tanto se encuentran en la misma
situación que fue identificada como inconstitucional.

Como se ha podido apreciar en la mayoría de casos reseñados, la consecuencia


de la declaratoria del estado de cosas inconstitucional implica que las autoridades
competentes adopten medidas orientadas a proteger los derechos afectados. En
caso esto no ocurra se estará ante un supuesto de incumplimiento de la sentencia
constitucional. Así por ejemplo, si en inobservancia de lo dispuesto en la STC Nº
2579-2003-HD (caso Arellano Serquén), el CNM denegase información a otro
magistrado no ratificado sobre su propio proceso de ratificación, éste tendría que
solicitar la aplicación de medidas coercitivas para el cumplimiento de lo dispuesto
por el Tribunal Constitucional en el citado fallo.

En el supuesto que la declaratoria del estado de cosas inconstitucional implique


que las autoridades no deben llevar a cabo determinadas acciones, por
considerarse contrarias a los derechos fundamentales, si han dejado de realizarse
(en cumplimiento de la sentencia) pero luego se vuelven a reiterar respecto a
personas que no participaron en el proceso que dio lugar a la declaratoria del
estado de cosas, éstas se encuentran habilitadas para acudir a la represión de
actos lesivos homogéneos.

Al respecto es importante señalar que los casos en los que hasta el momento el
Tribunal Constitucional ha empleado la técnica del estado de cosas
inconstitucional, han estado relacionados con supuestos de omisión de actos
obligatorios –no entregar información o no pagar una bonificación-, antes que
con actos lesivos de derechos concretados a través de acciones.

6.3 Sentencia ampliatoria


En el cuarto párrafo del artículo 59º del Código Procesal Constitucional se
establece la facultad del juez de dictar una sentencia ampliatoria. Al respecto
señala:

“Cuando el obligado a cumplir la sentencia sea un funcionario público el Juez


puede expedir una sentencia ampliatoria que sustituya la omisión del
funcionario y regule la situación injusta conforme al decisorio de la sentencia.
Para efectos de una eventual impugnación, ambas sentencias se examinarán
unitariamente” (subrayado nuestro).

66
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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

Sobre este artículo, el Pleno del Tribunal Constitucional señaló lo siguiente en la STC
Nº 4119-2005-PA58:

“la segunda sentencia que tenga que expedirse, sea integrando o


complementando la decisión recaída en el proceso constitucional,
corresponde al mismo órgano que emitió la sentencia materia de ejecución, sin
distorsionar el sentido de la fundamentación y el fallo de la primera sentencia
firme, de modo tal que, en caso de que aquella sea impugnada, le
corresponderá resolver el recurso a la instancia jerárquicamente superior”.

Queda por determinar, a través de la jurisprudencia constitucional, mayores


aspectos relacionados con las sentencias ampliatorias. En lo que se refiere a la
relación de esta institución con la represión de actos lesivos homogéneos, puede
afirmarse que se tata de instituciones con finalidades diferentes. Por un lado, la
sentencia ampliatoria, tal como se encuentra prevista en el artículo 59º del Código
Procesal Constitucional, busca que el juez, directamente, sustituya la conducta a la
que se encontraba obligado el demandado en virtud de la sentencia estimatoria
emitida en un proceso constitucional. Se trata, por lo tanto, de una institución
relacionada con el cumplimiento de las sentencias ejecutoriadas. Por su parte, la
represión de actos lesivos homogéneos busca que los efectos de una decisión
judicial sobre un determinado acto lesivo, se extiendan a nuevos actos lesivos
producidos con posterioridad al fallo, por lo que para su aplicación se requiere el
cumplimiento de lo dispuesto en la sentencia previa, sea mediante la aplicación
de las medidas coercitivas o mediante la sentencia ampliatoria.

7. Procedimiento

7.1 Procesos constitucionales en los que se aplica


La institución de la represión de actos lesivos homogéneos se encuentra prevista en
el artículo 60º del Código Procesal Constitucional, en el Título correspondiente al
proceso de amparo. Sin embargo, eso no significa que no pueda ser empleada en
otros procesos constitucionales de tutela de derechos fundamentales.

En el caso del proceso de hábeas data, el uso de esta institución puede llevarse a
cabo en función al artículo 65º del mismo Código, de acuerdo al cual las normas
sobre el proceso de amparo pueden ser aplicadas al proceso de hábeas data.

En el caso del proceso de hábeas corpus, su aplicación es acorde con la misma


finalidad que comparte con el proceso de amparo, cual es la defensa de
derechos fundamentales a través de un proceso rápido y efectivo. Asimismo, existe
una sentencia en la que el Tribunal admitió esta posibilidad (STC Nº 4909-2007-PA)59.

Una situación diferente se presenta en el caso del proceso de cumplimiento, en el


que se busca hacer frente a una omisión de la administración respecto a una
norma legal o un acto administrativo, por cuanto el acto reclamado en estos
procesos consiste en una omisión, por lo que la sentencia respectiva que declara
fundada la demanda sólo se verá cumplida si se revierte la omisión identificada. En

58
Publicada el 9 de noviembre del 2006 en la página web del Tribunal Constitucional.
59
Publicada el 26 de mayo del 2008 en la página web del Tribunal Constitucional

67
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CURSO “EJECUCION DE SENTENCIAS EN PROCESOS CONSTITUCIONALES”

este sentido, mientras dure la omisión no se presenta un acto análogo sino que se
incumple lo decidido en la sentencia, situación frente a la cual correspondería
aplicar las medidas coercitivas destinadas al cumplimiento de lo decidido.

Sin embargo, un supuesto diferente se presenta en los casos en que el acto


administrativo o la norma legal establezcan un mandato que debe ser cumplido
de forma periódica, por ejemplo, cada quince días o cada mes. En estos casos, si
luego del fallo se cumple con el pago de algo ordenado por un acto
administrativo o una ley, pero con posterioridad se vuelve a presentar la omisión,
en este supuesto sí nos encontraríamos frente a una omisión que ha vuelto a
reiterarse y que es contraria a lo decidido por el juez. Este supuesto sería aplicable,
tanto a los amparos frente a omisiones como a los procesos de cumplimiento.

Por lo tanto, la institución de la represión de los actos lesivos homogéneos puede


ser aplicada en todos los procesos constitucionales de tutela de derechos
fundamentales y en el proceso de cumplimiento. En el caso de las omisiones, su
procedencia dependerá del contenido del mandato ordenado en una norma
legal o acto administrativo.

7.2 Juez competente


La ejecución de una sentencia corresponde al denominado juez de ejecución,
que como regla general es el juez que conoció en primera instancia la demanda
que dio inicio al proceso constitucional. Es éste el que deberá verificar que se
cumpla con el mandato final establecido en la sentencia de condena.

Precisamente, en atención a su conocimiento sobre la medida que debe


adoptarse para proteger el derecho amenazado o vulnerado, tendrá particular
ventaja para evaluar si el nuevo acto invocado como homogéneo reúne las
características a las que hemos hecho referencia anteriormente. A esto debe
sumarse su carácter unipersonal, que le permite hacer una verificación más rápida
de las características del nuevo acto. Por este motivo, la opción por asignar al juez
de ejecución del proceso la competencia para conocer y pronunciarse sobre la
represión de actos lesivos homogéneos constituye la más adecuada.

Ésta ha sido la opción asumida por el Código Procesal Constitucional, en cual


establece, en su artículo 60º, que:

“Si sobreviniera un acto sustancialmente homogéneo al declarado lesivo en un


proceso de amparo, podrá ser denunciado por la parte interesada ante el juez
de ejecución”.

La opción establecida en el Código Procesal Constitucional ha sido asimismo


ratificada por el Pleno del Tribunal Constitucional, que además ha concordado el
citado artículo 60º del Código con el artículo 22º del mismo cuerpo legal, referido a
la actuación de sentencia. En este sentido ha señalado60:

60
Resolución del Tribunal Constitucional recaída en el expediente Nº 5033-2006-PA/TC, publicada el 28 de
noviembre del 2007 en la página web del Tribunal Constitucional. Este criterio fue reiterado por la Sala

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“(…) respecto del juez competente, a partir de las normas relativas a la


ejecución de sentencias, es posible afirmar que en el ámbito de los procesos
constitucionales de tutela de derechos, el juez de ejecución es el juez que
conoció el proceso en primera instancia. En efecto, el Código Procesal
Constitucional regula la etapa de ejecución del proceso bajo el epígrafe de
“Actuación de sentencia” (artículo 22°). En él se establece que la “sentencia
que cause ejecutoria en los procesos constitucionales se actúa (...) por el juez
de la demanda.” En ese sentido, una interpretación sistemática del artículo 60°
del Código Procesal Constitucional y del artículo 22° del mismo cuerpo
normativo, conduce a la conclusión de que el “juez de ejecución” viene a ser
el juez que admitió la demanda y la resolvió en primer grado” –subrayado
nuestro.

Sin embargo, es importante anotar que esta misma decisión hubo un voto singular
del magistrado Bardelli Lartirigoyen, en el que manifestó que, si bien compartía la
opción por considerar, en principio, que el juez de ejecución era el competente
para conocer este tipo de pedidos, estimaba que –en algunos supuestos- el
Tribunal Constitucional se encontraba facultado para conocer de forma directa las
solicitudes de represión de actos lesivos homogéneos. En este sentido señaló61:

“Considero que el Tribunal Constitucional, en ejercicio del principio de


autonomía procesal constitucional, tiene la potestad de establecer que, en
determinados supuestos, puede el mismo constituirse en el “juez de ejecución”,
al único efecto de conocer la pretensión de represión de acto lesivo
homogéneo. Tal habilitación se da en atención a la dimensión objetiva del
proceso de amparo. En tan sentido, el Tribunal puede conocer la pretensión de
represión de acto homogéneo en los siguientes supuestos:

a) Cuando el acto lesivo sobreviniente implique la inobservancia de la cosa


juzgada de su sentencia y una ostensible inobservancia de su jurisprudencia y
sus precedentes vinculantes.

b) Cuando el caso es de considerable relevancia constitucional y requiere la


resolución del Tribunal a efectos de establecer doctrina jurisprudencial y
precedentes vinculantes. (…)

En caso de que el Tribunal declarara improcedente el conocimiento de la


pretensión de represión de acto homogéneo, ésta será remitida al juez de
ejecución a efectos de su tramitación y resolución”.

En consecuencia, tanto el Código Procesal Constitucional como la jurisprudencia


del Tribunal Constitucional reconocen que son los jueces de ejecución de los
procesos constitucionales los competentes para conocer los pedidos de represión
de actos lesivos homogéneos.

Segunda del Tribunal Constitucional, en la STC Nº 4909-2007-HC (caso Roberto Araujo Espinoza),
fundamento 11.
61
Voto singular de la Resolución del Tribunal Constitucional recaída en el expediente 5033-2006-PA/TC,
publicada el 28 de noviembre del 2007 en la página web del Tribunal Constitucional, fundamento 5.

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7.3 Plazo para presentar la solicitud


Aquí corresponde evaluar si debe existir un plazo para presentar la solicitud de
represión de actos lesivos homogéneos, tema sobre el cual el Código Procesal
Constitucional no se pronuncia. Tampoco lo ha hecho el Tribunal Constitucional.

Al respecto caben dos opciones: aceptar que debe existir un plazo o considerar
que no debería existir.

a) Alternativa 1: Establecer un plazo

A favor de esta opción podría invocarse que si existe un plazo para pedir la tutela
de un derecho frente a un acto lesivo, asimismo debería existir un plazo para
reprimir el acto lesivo homogéneo. La urgencia que da lugar al amparo asimismo
debería estar presente en la represión de los actos homogéneos posteriores a la
sentencia.

De aceptarse la necesidad de contar con un plazo, surge la duda de cual sería


éste. Al respecto, una primera opción podría ser considerar el mismo plazo que se
establece para la interposición de la demanda.

Finalmente, dado que el Código Procesal Constitucional no se ha pronunciado


sobre la materia, surge la duda sobre si la opción a favor del plazo puede ser
asumida por el Tribunal, a fin de determinar, vía jurisprudencial, cuál debe ser el
mencionado plazo. Sobre esto no existe un pronunciamiento del Tribunal, pero es
interesante anotar lo señalado por el magistrado Bardelli Lartirigoyen en un voto
singular62:

“Cuestión no establecida por el Código Procesal Constitucional es también el


del plazo para instar ante el juez la represión del acto lesivo homogéneo. Un
límite temporal de tal naturaleza resulta exigido por el principio de seguridad
jurídica; sin embargo, la aplicación por analogía del plazo para la interposición
de la demanda debe ser descartado debido al carácter restrictivo del derecho
a la tutela jurisdiccional que supone tal operación de analogía; por ello,
entiendo que es al legislador a quien compete el establecer tal plazo. Entre
tanto, no habiéndose establecido plazo alguno por el citado Código, no debe
establecerse jurisprudencialmente ninguno”.

Sobre este tema, debe advertirse que la opción por el plazo no se aplicaría en los
procesos de hábeas corpus, en los que no existe un plazo para presentar la
demanda.

b) Alternativa 2: No establecer un plazo

En contra de la existencia de un plazo podría argumentarse, principalmente,


objeciones de tipo procesal. En este sentido, si se produce un acto considerado
como homogéneo pero se vence el plazo para solicitar su represión, el afectado
62
Voto singular de la Resolución del Tribunal Constitucional recaída en el expediente 5033-2006-PA/TC,
publicada el 28 de noviembre del 2007 en la página web del Tribunal Constitucional, fundamento 4.1.

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tendría que dar inicio a un nuevo proceso constitucional, ante un juez distinto al de
ejecución, con lo que es probable que puedan emitirse fallos contradictorios:
primero uno en el que se declaró fundada la demanda y luego otro en el que –
frente a un acto homogéneo- se emite un pronunciamiento diferente.

c) Balance

En consecuencia, sobre el plazo para presentar la solicitud de actos lesivos


homogéneos, corresponde determinar: a) si debe existir un plazo para presentar la
solicitud respectiva, b) en caso afirmativo, si ese plazo debe estar previsto en el
Código Procesal Constitucional o puede ser establecido –transitoriamente- a través
de la jurisprudencia. Asimismo, deberá determinarse qué posición deben asumir los
jueces sobre este tema mientras no exista una definición sobre los aspectos que
han sido mencionados en esta sección.

7.4 Trámite
Dado que su objetivo es evaluar la homogeneidad entre el acto declarado
inconstitucional en una sentencia y otro producido con posterioridad a ella, y no la
resolución de una controversia compleja, el procedimiento de represión de actos
lesivos homogéneos corresponde que sea breve y no sujeto a mayores etapas.

Sobre este tema, el Código Procesal Constitucional señala lo siguiente:

“Efectuado el reclamo, el Juez resolverá éste con previo traslado a la otra parte
por el plazo de tres días”.

De esta norma se desprende que, básicamente, lo que corresponde en este


procedimiento es poner en conocimiento del juez el acto considerado como
homogéneo, escuchar el punto de vista de la otra parte y proceder a evaluar si
existe homogeneidad.

Una omisión del Código consiste en no haber previsto un plazo para la emisión de
la decisión respectiva, lo que no debería ser considerado un obstáculo para emitir
en forma rápida el pronunciamiento correspondiente.

7.5 Contenido de la resolución


Siendo una de las finalidades de la represión de actos lesivos homogéneos
proteger los derechos fundamentales que han vuelto a ser afectados, corresponde
al juez:

a) Determinar si el acto invocado es homogéneo a uno declarado con


anterioridad como violatorio de un derecho fundamental, y

b) ordenar a la otra parte que deje de llevarlo a cabo.

Ambos aspectos deben quedar claramente establecidos en la decisión del juez.


Sobre este tema, el Código Procesal Constitucional (artículo 60º) establece:

71
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“La decisión que declara la homogeneidad amplía el ámbito de protección del


amparo, incorporando y ordenando la represión del acto represivo
sobreviviente”.

Los alcances de la primera sentencia, por lo tanto, se extienden al acto


considerado como homogéneo. Esto incluye todas las medidas coercitivas
previstas para hacer cumplir la sentencia original.

7.6 Efectos inmediatos de la decisión


La sentencia en los procesos de tutela de derechos fundamentales debe ser
actuada en forma inmediata, lo que es acorde con la protección judicial rápida y
efectiva que debe existir en materia de amenaza o violación de estos derechos, sin
perjuicio de que se interponga un recurso de apelación. Esta opción ha sido
acogida por el artículo 22º del Código Procesal Constitucional.

En el caso de la represión de actos lesivos homogéneos, en tanto busca hacer


frente a un acto contrario a los derechos fundamentales, corresponde aplicar
similar criterio, por lo que la decisión que declara que existe un acto homogéneo
debe tener efectos inmediatos, sin perjuicio de que sea apelada. Esta opción ha
sido acogida por el artículo 60º del Código, al establecer que

“La decisión (sobre la represión de actos lesivos homogéneos) tiene efectos


inmediatos sin perjuicio de que sea apelada”.

7.7 Recursos de impugnación


A fin de garantizar la pluralidad de instancias y en atención al contenido de la
decisión, que implica condenar a una persona a realizar una prestación de dar,
hacer o no hacer, debe establecerse la posibilidad de impugnar la resolución que
declara fundada la petición de represión de actos lesivos homogéneos

El Código Procesal Constitucional acoge esta opción en su artículo 60º y establece


que “la resolución es apelable sin efecto suspensivo”.

7.8 Competencia del Tribunal Constitucional


Corresponde ahora analizar si el Tribunal Constitucional debe asumir competencia,
como instancia de revisión, de los pedidos de represión de actos lesivos
homogéneos. El Código no ha precisado este tema, y en la jurisprudencia del
Tribunal no existe una posición al respecto.

Al respecto caben dos posibilidades: aceptarla o negarla.

a) Alternativa 1: Negar la competencia

La opción por negar la competencia del Tribunal Constitucional para conocer en


revisión las resoluciones sobre represión de actos lesivos homogéneos puede
sustentarse en los fundamentos de este mecanismo, explicados anteriormente,
cual es evitar acudir a un nuevo proceso constitucional, a fin de no atravesar por
varias instancias, incluido el Tribunal Constitucional, para obtener la tutela de
derechos frente a un acto homogéneo. En este sentido, reconocer la
competencia del Tribunal implicaría que la represión de actos homogéneos se

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asimile a un proceso constitucional, en lo que se refiere al número de instancias


que intervienen.

Asimismo, un argumento contrario a esta competencia podría ser que no ha sido


expresamente consagrada en el artículo 202º inciso 2º de la Constitución.

b) Alternativa 2: Aceptar la competencia

Esta opción puede sustentarse en la necesidad de que el Tribunal Constitucional


verifique si sus sentencias son incumplidas a través de nuevos actos homogéneos.
En este sentido, la competencia asignada por el artículo 202º inciso 2º de la
Constitución respecto a los procesos de tutela de derechos fundamentales podría
extenderse a la verificación del cumplimiento de las sentencias en sus propios
términos –aspecto desarrollado en la primera parte de este trabajo-, así como a la
verificación de la existencia de actos lesivos homogéneos a aquellos que fueron
declarados contrarios a los derechos fundamentales.

En tanto la competencia del Tribunal estaría sustentada en la necesidad de


verificar que sus fallos sean estrictamente observados, la misma estaría limitada a la
represión de actos homogéneos relacionados con los casos que han sido de su
conocimiento y sobre los que ha emitido un pronunciamiento sobre el fondo. Sólo
sobre estos casos el Tribunal se encontraría en capacidad de evaluar la
homogeneidad entre lo decidido en sus fallos y el nuevo acto.

La vía procesal para que la revisión de la decisión del Poder Judicial sobre
represión de actos lesivos homogéneos suba a conocimiento del Tribunal
Constitucional lo constituye el recurso de agravio constitucional, que se presentaría
contra la decisión de segunda instancia que declaró improcedente la solicitud de
represión de actos homogéneos.

En cuanto a los aspectos orgánicos, la revisión tendría que ser vista por la misma
Sala que resolvió la demanda original, o de ser el caso, el Pleno de la institución.
Tendría que definirse si cabe la posibilidad de una audiencia.

Por último, la decisión final tendría que ser una resolución por medio de la cual se
califica al nuevo acto como homogéneo a uno anterior, extendiéndole los efectos
del fallo anterior.

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