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COLOMBIA

| 23 de Noviembre de 2017 - 17:12

El alto tribunal defensor de la Carta Magna advierte que "el derecho a la comunicación del
recluso con el mundo exterior, y en particular con sus familiares, está ligado a la protección
constitucional de la integridad de la familia, de la intimidad familiar y de la inviolabilidad de las
comunicaciones".

En medio de un fallo de tutela por recursos de amparo que interpusieron dos reclusos que se
quejaban de que estaba viéndose afectado su derecho a la comunicación, la Corte Constitucional
resolvió llamar la atención de las autoridades carcelarias y gubernamentales para que analicen de
mejor manera qué se debe hacer con la comunicación celular desde los establecimientos de
reclusión: prohibir, como actualmente rige, o implementar de manera regulada y monitoreada.

Se trata de la sentencia T-276 de 2017, de 72 páginas y fechada el 28 de abril pasado, que


responde a una acción de tutela interpuesta por Óliver Fernández contra Prepacol SAS y a otra
elevada por Luis Lezama Campo contra la Cárcel de Cómbita, en Boyacá.

En el fallo, con ponencia del magistrado (e) Aquiles Arrieta y decisión de la Sala Séptima de
Revisión de Tutelas de la Corte Constitucional, se revocan dos providencias, la primera de un
juzgado de Guaduas, Cundinamarca, del 7 de septiembre de 2016 y la segunda de un juzgado de
Tunja del 15 de julio de 2016.

La acción constitucional de Fernández fue interpuesta porque los teléfonos fijos en la cárcel de
Guaduas estaban fuera de servicio y la de Lezama se elevó debido a que envió unas cartas a sus
familiares en noviembre de 2014 y en septiembre de 2015, pero nunca llegaron a sus
destinatarios.

Los derechos tutelados


Tutela en su decisión la Corte los derechos fundamentales a la vida digna, a la salud, a la
comunicación y a la dignidad humana, y advierte, por ejemplo, que "el derecho a la
comunicación del recluso con el mundo exterior y en particular con sus familiares está ligado a la
protección constitucional de la integridad de la familia, de la intimidad familiar y de la
inviolabilidad de las comunicaciones".

Por ello, agrega, "la comunicación del recluso con el mundo exterior no puede restringirse
completamente, ni se permiten intromisiones injustificadas respecto de su intimidad
familiar".

Al reiterar que se trata de un derecho fundamental el de la comunicación para los reclusos,


precisa el alto tribunal que, además, se convierte en un ingrediente fundamental para el objetivo
de la resocialización.
"(...) Si bien admite restricciones (el derecho a la comunicación de los reclusos), no puede ser
suspendido durante el tiempo de internación, sino que es además un elemento clave para la
resocialización de los individuos y acorde con la expectativa de vida en libertad que se protege
por la Carta Política al eliminar las penas perpetuas".

Celulares: sí o no
Entra la Constitucional a hacer el análisis de la situación actual de los reclusos, en cuanto a la
posibilidad del uso de celulares en los penitenciarios, que no pocas veces es objeto de comisión
de nuevos delitos desde detrás de las rejas, sobre todo, el de extorsión, e insta a las autoridades
pertinentes, a su vez, a hacer ellos un estudio más concienzudo de lo que sería más beneficioso
para todos.

"El uso de teléfonos celulares es otro de los puntos que genera polémica: (...) el avance de la
tecnología hace necesario plantear la disyuntiva entre la prohibición o regulación del uso de los
nuevos medios de comunicación e información en los establecimientos penitenciarios y
carcelarios del país".

Por lo anterior, concluye el fallo: "le corresponde a la política criminal en materia penitenciaria
analizar cuidadosamente si para la seguridad de los establecimientos penitenciarios y la
reintegración de las personas privadas de la libertad resulta más conveniente la prohibición de un
recurso que por los altos costos de la telefonía fija implementada ha terminado por generar un
comercio ilícito e incontrolable de aparatos celulares con el indebido uso que ello implica, o si
por el contrario existen los medios y la posibilidad de acceder a la infraestructura para que la
utilización monitoreada y regulada de nuevas tecnologías permita un control más eficiente de las
comunicaciones y la eliminación de los abusos e ilícitos que rodean el uso de estos aparatos
clandestinos".

El resuelve
Lo primero que ordena la Corte, teniendo en cuenta una de las tutelas evaluadas, es que el Inpec
informe a los internos las modalidades del servicio de correo a que tienen derecho, a que en
concordancia con 4-72 se adecúen los formatos de recepción de correspondencia e indica a 4-72
que debe ir al menos dos veces por semana a las cárceles a llevar y traer correspondencia.

Así mismo, ordena al Inpec y al Mintic que "tomen las medidas adecuadas y necesarias para
modificar el sistema actual de telefonía o la tecnología equivalente de comunicación, de manera
que en el término de seis meses se implementen los cambios requeridos para garantizar que el
servicio sea más accesible (que permita, de ser posible, llamadas entrantes), ajustado
económicamente a las ofertas del mercado y a la condición económica de los reclusos, que se
garantice la eficiencia del servicio y que permita el control adecuado para evitar su uso en
actividades ilícitas".

También ordenan al Inpec y al Mintic tomar las medidas necesarias para evitar la propagación de
los abusos y la corrupción que facilita el actual sistema de tarjetas prepagadas, y sugiere al
Gobierno la inclusión del Mintic en el Consejo de Política Criminal, a fin de que participe
activamente en la construcción de la política en materia penitenciaria y carcelaria, de forma que
en ella se refleje el acceso a la tecnología de comunicación para la población carcelaria.

Solicita además al Gobierno, a través del Mintic, y en coordinación con el Inpec, para que en el
transcurso de un año tome las medidas necesarias para implementar un modelo piloto de acceso a
internet u otros medios de comunicación que contribuyan a hacer más eficiente la comunicación
de las personas privadas de la libertad con sus familiares, así como su acceso a la información
sobre el mundo exterior, a los programas de educación virtual y al conocimiento sobre el manejo
de las nuevas tecnologías.

Finalmente, el alto tribunal exhorta a la Defensoría del Pueblo y a la Procuraduría para que
vigilen el cumplimiento del fallo.

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