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Drogas en el deporte

Enviado por Fernández, Bruno Javier


Resumen
Introducción
Uso de las drogas en el deporte, ¿Qué es el doping?
Breve historia del doping
Por qué existe el doping
Clasificación general de las sustancias prohibidas
Sustancias sujetas a restricción
Bibliografía
Opiniones personales
Resumen:
Este tema nos interesó principalmente porque muchos jóvenes de nuestra edad pretenden
superarse y ser mejor en el deporte que ejerzan a cualquier precio, sin medir las consecuencias, y
lo que no queremos es que cometan el grave error de acceder a estas drogas pensando de que esa
manera lograran su objetivo.
En el presente trabajo vamos a mostrar y explicar cuáles son las causas y consecuencias del
consumo de ciertas drogas en el deporte, conocidas como doping.
Como sabemos nuestra sociedades víctima del consumo de todo tipos de drogas, y
lamentablemente hoy en día cualquier persona puede acceder a estas, es por eso que con este
informe les haremos saber el porqué no se deben incorporar este tipo de sustancias a nuestro
organismo.
A veces la presión del entorno, tanto familiar como profesional, el temor al fracaso, la ambición
del éxito, son motivos por los que un deportista empieza a consumir drogas, pero lo único que
consiguen es engañarse a ellos mismos, pues estas sustancias acarrean todo tipos de problemas
de salud.
A continuación enumeraremos algunas de las drogas que están prohibidas por el Comité
Olímpico Internacional (COI):
-Estimulantes
-Narcóticos
-Esteroides Anabólicos
-Beta bloqueadores
-Diuréticos
-Hormonas
Nuestro trabajo será explicarles en qué consiste cada una de estas drogas, y que problemas nos
pueden traer si las ingerimos.
También les haremos saber cuáles son los métodos de dopaje, es decir de que manera se puede
saber si un atleta consumió cierta droga antes de realizar su prueba.
Introducción
Tomando como referencia las marcas deportivas alcanzadas en el alto rendimiento, día a día se
buscan nuevos métodos y técnicas para tratar de superar dichos parámetros. Una forma externa
de influir en el desempeño físico del atleta ha sido mediante el consumo de sustancias prohibidas
por los reglamentos de las organizaciones deportivas.
Estas sustancias, al ser ingeridas, provocan un aumento artificial del rendimiento deportivo; pero
que de alguna forma desestabilizan las funciones fisiológicas del organismo en detrimento de la
salud.
Su utilización se opone a la filosofía que dio surgimiento al Comité Olímpico Internacional
(COI) en 1894, promoviendo todo un conjunto de valores éticos, morales, pedagógicos y
humanistas inherentes al deporte para lograr un desarrollo integral de la personalidad de los
deportistas y mejorando la comunicación entre los pueblos con el objetivo de salvaguardar la paz
( Carta Olímpica). Esta concepción filosófica se ha ignorado "olímpicamente", con la utilización
de sustancias toxicas que colocan en desigualdad de posibilidades competitivas a los deportistas.
Por ese motivo, el COI ha solicitado a sus organismos agremiados su apoyo para evitar la
proliferación de esta práctica nociva que destruye completamente los valores humanos que deben
prevalecer en toda competencia deportiva.
El uso de drogas en el deporte
Respuestas básicas para la prevención
¿Qué es el Doping?
De acuerdo al Comité Olímpico Internacional (COI), doping es la administración o uso por parte
de un atleta de cualquier sustancia ajena al organismo o cualquier sustancia fisiológica tomada en
cantidad anormal o por una vía anormal con la sola intención de aumentar en un modo artificial
su performance en la competición.
Cuando el atleta por necesidad médica ingiere algún medicamento o sustancia que, por su
naturaleza, dosis o aplicación, aumente su rendimiento, también será considerado doping.
Para impedir este concepto, el COI ha publicado una lista de sustancias prohibidas y ha
desarrollado un programa de detección de drogas en las olimpiadas y competencias relacionadas
para detener el uso de estas sustancias.
Breve historia del doping
El doping es un ejemplo de los numerosos intentos que a través de la historia el hombre ha
realizado para mejorar artificialmente su propia resistencia a la fatiga al participar en la guerra, la
caza y el deporte, mezclando para ello frecuentemente la terapia con la magia y la brujería.
Está relacionado en su misma esencia con el deporte de competición. Por lo tanto no es
estrictamente correcto referirse al doping en un ámbito diferente al de la actividad deportiva.
La humanidad, incapaz de aceptar libremente sus limitaciones físicas y mentales, siempre ha
buscado formas mágicas en un intento de superar con el mínimo esfuerzo sus posibilidades
naturales.
En ese empeño ha utilizado diversos métodos alimenticios y medicamentos, no siempre lícitos,
que pueden considerarse precursores de la práctica que hoy en día se conoce como doping.
Sobre la práctica del doping hay varios antecedentes históricos. Cronistas de la Grecia clásica
narran que los fondistas, saltadores y luchadores que participaban de los juegos olímpicos,
recurrían a ingestiones de extractos de plantas, extirpaciones del bazo y otros medios para
mejorar su rendimiento.
Anteriormente la cafeína, que se usa desde 1805 en natación, ciclismo y atletismo, también en
boxeo y fútbol ingresa todo lo referido a sustancias que mejorar el rendimiento.
¿Por qué existe el doping?
La aparición y extensión del doping se debe en gran parte a factores externos a la misma esencia
del deporte como el abuso de fármacos que se da en la actualidad y a la presión que ejerce la
sociedad sobre el deportista al que le exige una superación continua de su rendimiento deportivo.
En nuestra sociedad, el medicamento no solo se usa para combatir la enfermedad, sino también
como ayuda en estados fisiológicos límites (cansancio, dolor, sueño, ansiedad, frustración, etc.).
El deportista también recurre a ellos para:
1ª.- estimularse o sedarse,
1.- aumentar su fuerza
2.- aumentar su masa muscular,
3.-aumentar su capacidad cardíaca,
4.-aumentar su concentración,
5.- calmar la fatiga, etc.
En definitiva el doping se usa para obtener el triunfo o para conseguirlo con menor esfuerzo.
Tanto el deporte de recreación, amateur, como el competitivo, ocupan un lugar destacado en las
sociedades modernas. El profesionalismo impulsado por las empresas y la televisión llevan a los
deportistas a realizar esfuerzos tremendos y a una superación constante. También el atleta ante
una expectativa de mayores beneficios se sube a esa carrera desenfrenada y como le resulta
difícil mantener ese ritmo con medios naturales recurre a los artificiales.
También hay casos de deportistas que recién empiezan y son seducidos con promesas de cientos
de productos que "lo harían mejor", pero eso es solo explotación de deportista amateurs sin
experiencia.
Clasificación general de las
Sustancias prohibidas
El Comité Olímpico Internacional clasifica las sustancias toxicas en tres categorías:
-Sustancias Dopantes:
* Estimulantes
* Narcóticos analgésicos * Esteroides Anabólicos
* Beta bloqueadores
* Diuréticos
* Hormonas
-Métodos de Doping.
-Sustancias Sujetas a Restricción.
Estimulantes
Indicaciones: Son sustancias que estimulan el Sistema Nervioso Central o inhiben algunas de sus
funciones como el apetito. Se usan comúnmente para mantener la estabilidad emocional del
individuo y controlar su peso.
Reacciones adversa:
1.-Perdida de peso,
2.- agitación,
3.- ansiedad,
4.-taquicardia,
5.-depresión,
6.-vomito,
7.- diarrea,
8.- impotencia,
9.-cambios en el deseo sexual,
10 caída del cabello,
11.-dolor al orinar.
Deportes donde más se usan : Aeróbic, atletismo, bádminton, básquetbol, béisbol, boxeo,
canotaje, ciclismo, esquí acuático, frontón, fútbol, hándbol, judo, karate, halterofilia, lucha,
natación, pentatlón, tae kwon do, tenis, triatlón y waterpolo.
Narcóticos Analgésicos
Indicaciones: Están indicados para calmar el dolor en casos como fracturas, desgarros,
distensiones musculares dolores postquirúrgicos, infarto del miocardio y cáncer, donde los
analgésicos convencionales son insuficientes.
Reacciones adversa:
1.-Nauseas,
2.-vomito,
3.-depresión respiratoria,
4.- sensación de desmayos,
5.- resequedad de boca.
Deportes donde más se usan: Deportes de contacto y combate.
Esteroides Anabólicos
Indicaciones: Solo están indicados en los casos de catabolismo aumentado (autoconsumo del
organismo), como en la desnutrición grave, el cáncer y la osteoporosis avanzada.
Reacciones adversas:
1.- Dolor durante las relaciones sexuales,
2.- cáncer de próstata e hígado,
3.- caída del cabello. En niños antes de la pubertad, desarrollo sexual precoz, frecuencia
aumentada de erecciones, engrosamiento fálico y cierre apifisiario prematuro (ocasionando
estatura baja). Disminución del volumen de la eyaculación, retención de líquidos y sales. En
niñas aumenta el bello púbico e hipertrofia del clítoris y amenorrea.
Deportes donde más se usan: Atletismo, físico culturismo, ciclismo, hockey sobre pasto, judo,
karate, halterofilia, lucha olímpica, tae kwon do, triatlón y waterpolo.
Beta bloqueadores
Indicaciones: Medicamentos utilizados en el control de la hipertensión arterial.
Reacciones adversas: Frialdad de las extremidades, fatiga muscular, disminución de la frecuencia
cardiaca, alteraciones del sueño, erupciones cutáneas y resequedad de ojos.
Deportes donde más se usan: Boliche, tiro con arco y en general todos los deportes de precisión.
Diuréticos
Indicaciones: Favorecer o aumentar la diuresis (orinar). Se utiliza en padecimientos
cardiovasculares y renales como la hipertensión arterial y la insuficiencia renal.
Reacciones adversas: Deshidratación, disfunción de la audición, predicad el apetito, nauseas,
vomito, diarrea, sensación de sed, rubor, formación de cálculos renales, glucosuria (presencia de
azúcar en las orina), fatiga muscular y disminución de la frecuencia cardiaca.
Deportes donde más se usan: Boxeo, equitación, físico culturismo, nado sincronizado, lucha
olímpica, remo, fútbol americano, y aquellos deportes donde el atleta requiere competir por peso
corporal.
Hormonas
Indicaciones: Se aplican cuando hay casos de deficiencia hormonal.
Reacciones adversas: Nauseas, vomito, erupciones cutáneas, pubertad precoz, cefalea, depresión,
dolor abdominal, fiebre, retención de sodio y agua.
Deportes donde más se usan: Básquetbol, ciclismo, físico culturismo, triatlón y voleibol.
Métodos de doping
Doping sanguíneo
Manipulaciones químicas y farmacológicas
Doping Sanguíneo
El dopaje sanguíneo es un intento de aumentar la cantidad de células rojas sanguíneas (CRDs)
disponibles para el transporte de O2. Médicamente se define como Eritrocitemia o Policitemia
inducida.
El objetivo de este método de dopaje es producir perdida aguda de sangre y anemia severa, con
lo que el organismo se ve obligado a producir mayor cantidad de glóbulos rojos. Existe el riesgo
que durante una transfusión se pueda contraer sida o hepatitis viral, o desarrollar reacciones
alérgicas.
Manipulaciones químicas y farmacológicas
La comisión médica del COI prohíbe el uso de sustancias y métodos que alteren las muestras de
orina usadas en los controles antidopaje. Sustancias como el Probenecid y compuestos
relacionados así como la administración de Epitestosterona o Bromantan, como agentes
enmascaradores de la testosterona. Si la concentración de Epitestosterona supera los 200 ng/ml
(nanogramos por mililitros) será sujeta a la investigación de estudios para a testosterona.
Sustancias sujetas a restricción
Alcohol
Anestésicos locales
Cortico esteroides
Estas sustancias incrementan artificialmente el rendimiento del atleta, tiene una serie de efectos
secundarios que provocan daños diversos e irreversibles en el organismo. Por lo que se
recomienda evitar el uso de ellas.

Pioneros de la coca y la cocaína

¿Por qué se consumen drogas en el deporte?

En el caso de los deportistas profesionales, la respuesta es fácil: para triunfar, mejorar sus
marcas, ganar más competiciones y más dinero. Entre los aficionados, aparte del deseo de
superación, de rebasar los límites impuestos por la siempre injusta genética y convertirse en
profesionales, no podemos olvidar que la nuestra es una sociedad de la imagen. Hombres y
mujeres esbeltos, sin grasa y con músculos estéticamente distribuidos ofrecen una imagen de
poder y de atractivo, no sólo sexual, sino para otras muchas facetas de esta sociedad competitiva
en que vivimos. En una cultura donde la apariencia es tan valorada, una persona con buen físico
cuenta con ventaja a la hora de ganar a sus competidores en la lucha por un puesto de trabajo, por
un ascenso, por más prestigio y posición social.

Y volvemos de nuevo al papel de los más media: los mismos que encumbran a las estrellas y
lapidan a los dopados, nos transmiten la idea de que estar esbelto y atlético es bueno y deseable,
algo casi necesario; y que la gente con sobrepeso no resulta atractiva. Por supuesto, también
publicitan los productos cosméticos y dietéticos imprescindibles para conseguir la figura
deseada, sin importar que la mayoría no sirvan para nada y que no supongan una estafa tan sólo
gracias a la laxitud normativa y la permisividad hacia las empresas.

¿Es hacer trampa doparse?

Tras los problemas de salud, el segundo argumento más repetido en la lucha contra el doping es
que cualquier método para incrementar artificialmente el rendimiento es trampa porque ofrece
ventaja a unos sobre otros. Podemos leer en la web de la UNESCO (Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura: ¡otro organismo internacional al
ataque!): "el 1 de febrero entró en vigor el Convenio Internacional contra el Dopaje en el
Deporte (...) Preocupada por la erosión de los principios éticos en que se basa el deporte y por la
grave desigualdad creada por los atletas que hacen trampas, la UNESCO ha desarrollado la
Convención Internacional contra el Dopaje en el Deporte (...) [para] obligar a los países a tomar
medidas consonantes con sus principios".

Dice el folleto de información que esta entidad ha elaborado para los deportistas
(http://www.unesco.org): "A veces los premios, el dinero o la fama pueden hacer que las
personas tomen malas decisiones. Les dicen que el dopaje podría darles un empujón, abreviar
largos años de entrenamiento o ayudarles a ganar. Y están dispuestas a arriesgar sus carreras
deportivas y su salud. ¡Están dispuestas a ganar a cualquier precio! (...) El dopaje en el deporte
también es trampa. Acaba con el juego limpio y la competición deportiva. El deporte es mucho
más que simplemente ganar, y la honestidad, la cooperación y el valor son esenciales para que el
deporte sobreviva como una actividad positiva y loable".

Es una necedad afirmar que una droga concede ventaja a unos sobre otros, porque casi todos los
deportistas de elite tienen los mismos medios a su alcance. La diferencia sólo la marca el
respaldo económico con que cuentan, el cual hace posible tener buenos especialistas para
asesorarse en su preparación química. En consecuencia, si no hay igualdad de oportunidades, es
porque lo que prima es el dinero. Y si la hubiera, lo que ocurriría es que todos incrementarían en
la misma medida su rendimiento y seguirían notándose las diferencias genéticas y de
preparación física.

Sea como fuere, con el uso de sustancias dopantes se logran marcas mejores y competiciones
más espectaculares, lo que desean el público, los medios de comunicación y los organismos
deportivos. Estos últimos conocen de sobra la gran frecuencia del dopaje, una práctica habitual,
pero se limitan a realizar controles para fingir que el deporte está limpio, que sólo de vez en
cuando se dan casos de tramposos que son inmediatamente castigados. Se pretende dar a la
sociedad una imagen de juego limpio, y simultáneamente se cumple el objetivo de ofrecer chivos
expiatorios a quienes crucificar públicamente y cargar con todas las culpas, resaltando así la
inocencia de sus compañeros.

Pero, ¿es hacer trampa doparse? ¿Es hacer trampa ingerir alimentos beneficiosos para el
rendimiento deportivo? ¿Y vitaminas y minerales, componentes de los alimentos? ¿Y proteínas?
¿Y aminoácidos, constituyentes de las proteínas? ¿Y fármacos de síntesis sin efectos
secundarios? Si admitimos que unas cosas son lícitas y otras no, ¿dónde está el límite, quién y
cómo se marca? ¿Tenemos que conformarnos con los límites físicos e intelectuales con los que la
genética nos ha dotado desde el nacimiento? Sin duda podemos mejorarlos con entrenamiento y
práctica, pero la base genética es muy importante y no podemos sobrepasar lo que ella nos
marca. Existe la posibilidad de mejorar con la nutrición y la suplementación, y es lógico que
quien tiene menos cualidades innatas desee superar a otro con padres mejor dotados. ¿Es esto
inmoral? ¿Tenemos que rendirnos a la esclavitud que nos impone la naturaleza e impedir que
quien trabaja duro pueda superar al agraciado genéticamente que no se esfuerza? Son preguntas
que lanzo al aire y dejo sin contestar, para que el lector reflexione sobre ellas y saque sus propias
conclusiones.

¿Son útiles las medidas antidopaje?

En apariencia, el objetivo de las medidas antidoping es apartar a los deportistas de las sustancias
perjudiciales para su salud y evitar las trampas de los más avispados. Sin embargo, no logran
acabar con el dopaje debido a la gran cantidad de procedimientos existentes para encubrirlo,
razón por la que en la práctica sirven de bien poco. La realidad es que puede burlar los controles
quien tiene más recursos, y por tanto mejor equipo de asistentes (entrenadores, asesores,
médicos...). Hay continuamente investigaciones para sintetizar nuevas drogas, productos tan
eficaces como los ya prohibidos que aún no están incluidos en la lista negra, enmascarantes que
evitan su detección en la orina y diuréticos que los eliminan en los días previos al control
antidopaje. En consecuencia, la normativa favorece a los deportistas con más recursos, no a los
que juegan limpio. A pesar de ello y de todo lo que hemos explicado, las instituciones siguen
insistiendo en su actitud. ¿Cederán algún día o más bien continuará la escalada, tal como sucedió
con los psicoactivos? Personalmente, y teniendo en cuenta la cantidad de intereses creados, soy
bastante pesimista.

Sobre las federaciones y los periodistas deportivos

Las autoridades deportivas (el Comité Olímpico Internacional, los comités nacionales, las
agencias antidoping) consideran dopaje el uso de cualquier sustancia o método que pueda
mejorar de forma artificial el rendimiento, así como la presencia en el organismo de algún
producto de la lista prohibida. Según una definición similar, el término “dopaje” designa toda
medida que pretenda modificar, de un modo no fisiológico, el rendimiento mental o físico de un
deportista; o bien eliminar, sin justificación médica, una enfermedad o lesión, con la finalidad de
poder participar en una competición deportiva. Una tercera aproximación, más acorde con el
legalismo imperante, es la que se refiere al uso de sustancias prohibidas incluidas en las
categorías farmacológicas que citamos en la primera parte del artículo.

Amplios sectores relacionados con el deporte parecen contentos con las medidas antidopaje y
los resultados logrados. Los grandes medios de información, los primeros en acusar y linchar a
quienes hacen trampa dopándose — siempre ávidos de carnaza para vender titulares— son los
mismos que ponen en un pedestal, sin mencionar los métodos usados para llegar a la cima, a los
astros del deporte. Se da la coincidencia de que ahora son quienes más alaban las medidas
antidoping.

¿Han conseguido algo? De momento, que exista comercio ilegal de anabolizantes,


clenbuterol, EPO y hormona del crecimiento, sin olvidar los laboratorios donde se sintetizan y
los camellos que distribuyen estas drogas. Los periódicos y la televisión ya no hablan sólo de
redes de tráfico de estupefacientes, sino también de las dedicadas a los esteroides, estimulantes y
hormonas. Es cierto, sí han conseguido algo: crear un nuevo tipo de delito. Productos que hasta
hace unos años se podían comprar en farmacias por apenas cuatrocientas pesetas, se pagan ahora
a un precio cinco veces mayor, sin control sanitario ni garantía de que contengan lo que dice la
caja. Esto es habitual en Estados Unidos desde hace décadas —junto a los viajes a México para
pillar mandanga barata—, y ahora ha llegado a España.

Para completar el panorama, últimamente se emiten en televisión reportajes sobre el consumo


de sustancias dopantes en los gimnasios, sobre los procedimientos utilizados por los traficantes
para distribuirlas, y sobre la biggerexia y otras patologías supuestamente padecidas por los
culturistas. Cuestiones de salud y muertes siempre ha habido entre los deportistas profesionales
que han abusado. Ahora sólo falta que, gracias a la adulteración y a la falta de control sanitario,
surjan bastantes casos de problemas en aficionados para que los medios se hagan eco del tema y
señalen a las drogas como culpables. Nos sigue siendo familiar este discurso, ¿verdad?

Igual que desde que hay prohibición existe el asunto de la droga (se creó un tema social que
antes no existía), de la misma forma, desde que aparecieron las medidas antidopaje y la
persecución de estas sustancias, han aumentado el consumo no responsable y los daños
asociados. Como en el caso de los psicoactivos, informar bien es la única salida, y no el
secretismo, que sólo origina ignorancia y mal uso. También aquí la hipocresía de los
prohibicionistas llega a su mayor contradicción al acrecentar el problema que afirmaban querer
resolver.

¿Por qué se consumen drogas en el deporte?

En el caso de los deportistas profesionales, la respuesta es fácil: para triunfar, mejorar sus
marcas, ganar más competiciones y más dinero. Entre los aficionados, aparte del deseo de
superación, de rebasar los límites impuestos por la siempre injusta genética y convertirse en
profesionales, no podemos olvidar que la nuestra es una sociedad de la imagen. Hombres y
mujeres esbeltos, sin grasa y con músculos estéticamente distribuidos ofrecen una imagen de
poder y de atractivo, no sólo sexual, sino para otras muchas facetas de esta sociedad competitiva
en que vivimos. En una cultura donde la apariencia es tan valorada, una persona con buen físico
cuenta con ventaja a la hora de ganar a sus competidores en la lucha por un puesto de trabajo, por
un ascenso, por más prestigio y posición social.

Y volvemos de nuevo al papel de los mass media: los mismos que encumbran a las estrellas y
lapidan a los dopados, nos transmiten la idea de que estar esbelto y atlético es bueno y deseable,
algo casi necesario; y que la gente con sobrepeso no resulta atractiva. Por supuesto, también
publicitan los productos cosméticos y dietéticos imprescindibles para conseguir la figura
deseada, sin importar que la mayoría no sirvan para nada y que no supongan una estafa tan sólo
gracias a la laxitud normativa y la permisividad hacia las empresas.

Es una necedad afirmar que una droga concede ventaja a unos sobre otros, porque casi todos
los deportistas de elite tienen los mismos medios a su alcance. La diferencia sólo la marca el
respaldo económico con que cuentan, el cual hace posible tener buenos especialistas para
asesorarse en su preparación química. En consecuencia, si no hay igualdad de oportunidades, es
porque lo que prima es el dinero. Y si la hubiera, lo que ocurriría es que todos incrementarían en
la misma medida su rendimiento y seguirían notándose las diferencias genéticas y de preparación
física.

Sea como fuere, con el uso de sustancias dopantes se logran marcas mejores y competiciones
más espectaculares, lo que desean el público, los medios de comunicación y los organismos
deportivos. Estos últimos conocen de sobra la gran frecuencia del dopaje, una práctica habitual,
pero se limitan a realizar controles para fingir que el deporte está limpio, que sólo de vez en
cuando se dan casos de tramposos que son inmediatamente castigados. Se pretende dar a la
sociedad una imagen de juego limpio, y simultáneamente se cumple el objetivo de ofrecer chivos
expiatorios a quienes crucificar públicamente y cargar con todas las culpas, resaltando así la
inocencia de sus compañeros.

En apariencia, el objetivo de las medidas antidoping es apartar a los deportistas de las


sustancias perjudiciales para su salud y evitar las trampas de los más avispados. Sin embargo, no
logran acabar con el dopaje debido a la gran cantidad de procedimientos existentes para
encubrirlo, razón por la que en la práctica sirven de bien poco. La realidad es que puede burlar
los controles quien tiene más recursos, y por tanto mejor equipo de asistentes (entrenadores,
asesores, médicos...). Hay continuamente investigaciones para sintetizar nuevas drogas,
productos tan eficaces como los ya prohibidos que aún no están incluidos en la lista negra,
enmascarantes que evitan su detección en la orina y diuréticos que los eliminan en los días
previos al control antidopaje. En consecuencia, la normativa favorece a los deportistas con más
recursos, no a los que juegan limpio. A pesar de ello y de todo lo que hemos explicado, las
instituciones siguen insistiendo en su actitud. ¿Cederán algún día o más bien continuará la
escalada, tal como sucedió con los psicoactivos? Personalmente, y teniendo en cuenta la cantidad
de intereses creados, soy bastante pesimista. Espero equivocarme.

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