Está en la página 1de 1

A principios del siglo XX María Montessori observó y estudió a muchos niños en

aras de identificar las leyes que rigen su desarrollo y creó esquemas científicos que
le permitieran profundizar en el ámbito psicopedagógico.

Su propósito era formalizar una educación científica adecuada a las necesidades y


característica de los niños, reconociendo su lugar en la sociedad y mejorar su
calidad de vida.

Entre los objetivos de Montessori destacaba el de ayudar al niño por medio de una
educación que estuviera adecuada a las leyes naturales del desarrollo del ser,
apartándose de las propuestas en las que se educaba de manera general a los
niños, vigentes durante su época.

Montessori decía que:

“El niño experimenta en cambio una transformación: las impresiones no sólo


penetran en su mente, sino que la forman. Éstas se encarnan en él. El niño crea su
propia carne mental, utilizando las cosas que se hallan en su ambiente. A este tipo
de mente la hemos llamado Mente absorbente” (Montessori, 1988, p.43).

También podría gustarte