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Asamblea de a Provincia de Renania(Prasa),celebradn des de mayo asta el 25 de lio de 1841. De eras tees see primers y ls tercers Tueron publiodas ena Red _y ayuda Rie Zeng anit ol ‘dancers. Ete volumen presens algunos de los tab muy joven Marx, ea donde éteiniia el idealism neohogelana al esto de lar ela ieee e & : = z 5 E 5 4 E a ig Karl Marx Posfacio Marxy el robo de lefia Del derecho consuetudinario de los pobres al bien comin de la humanidad Elartcule de Mars «Los debates sobre la Ley acerca del Robo de Lefas, se publicé en varias entregas en la Gaceta Renana, centre el 25 de octubre y el 3 de noviembre de 1842. La socie~ dad civil renana habia heredado, de la Revolucién y de la presencia francesa, una rlorma juridica entrada ea la libre pee eee ere maya papell Mins oo cee troversia publica. La orden de censura del 24 de diciembre de 1841, dada a conocer el Ide enero de 1842, constituye en es fe contexto un evento mayor, Marx reacciona inmediatamen: fe: «Una ley que ataca las convicciones no es una ley del Esta ddo hecha para los ciudadanos, sino wna ley hecha por un partido en contra de otro partido». Por lo mismo, ya no se ra- ta de una ley «sino de un privilegio»: «Una sociedad en donde tan solo Srgano se cree deporitario nico y exclusive de la ra- zn de Estado y dela moral concreta de un Fatado, en donde tan gobierno se opone por principio al pueblow, es una socie- dad en donde la «mala conciencia inventaleyes de venganza. Volviendo, en 1859, al «desarrollo de sus propios estuios de economia politica», Marx evacaré el cantexto conlictvo ‘que le lev interesarse directamente por las cuestiones so- ale: En 1842-1843, siendoredactor dela Gass Renana, me vi por ver primera en el df trance de tener que opinaracor- 4 de los lamados “intereses materiales”. Lox debates de la ‘Dieta renana sobre la tala furtiva.ylapareelacign dela propic- dad del suelo, la polémica oficial mantenida entre el seRor von Schaper, als ra2én gobernador de la provincia renana, y la Gaceta Renana acerca de la situacién de los visadores del ‘Mosel ; Finalmente los debates sobre el librecambio.y el pro- teccionismo, fue lo que me movi a ocuparme por primera verde cuestiones econémicas»"Y as, a finales de 1842, en plena lucha por la supervivencia del peridico, toma la deci in, de seras consecuencas, de romper con la fraceién berli- ‘nena del movimiento nechegeliano. Esta ruptura, que es el primer paso en la transicin del iberalismo renane hacia el so- ialismo, es por lo tanto rigurosamente contempordnea de su serie de artculos consagrados al robo de lea. Es el predin- 5K. Mar, Carinae oti el onal, 188 power wena bul inmediato a los manuscritos de Kreuznach, en los que ‘Mars ajustaré cuentas, durant el verano de 1845, con ellega do dela filosotia hegciana del Estado, y también a dos arcu los mayores que son dnc a lesa el fs del re bod Hegel y La eesti ju, publicados a principios de 1844 cen Pars, en el inico nsimero de lou Anas france-alemanes. En ‘estos textos (el primerode los cuales marca la estrente entra- da en escena del proletariado en su obra), Marx denunciars «lailusin politica», que consiste en tomar la emancipacin cf viea por la ttima palabra de la «emaneipacisn humana», ¥ pondréal orden del dia una nueva revalucin, una revolucién socal? Fl viraje decisivo de los aos 1842-1845 inici, entonces, la superacién de lo que Louis Althusser llamar sel momento "acionalsta liberal» de Marx. La polémica en torne al «robo de lea» ocupa un lugar importants en esta evalucisn. Dicha polémica responde a las deliberaciones de la Dieta renana de junio de 1842 acerea de un «informe relative al robo de lea y ‘otros productos del bosque. Este informe forma parte de una serie de medidas entre las cuales se encuentra la eley fox de 1841, completada restringidas Frente al poder cen= tral de Berlin, y us competencia legislativas eran muy lmi= 4. Bae pret dl content onal que cron ection ato de 125 inapra on gran parte en el re de Pre Lansoumeny Hast ands rsd ol hen leit it, Pai PU 19a onstnye un document reemplzale bre nce, Ea elason onal ij fle de 145-184 vine: Sachs Reardon Set Rat, Part, PUR, 20, yl detallad pees y Someta "crc de Daniel Beno en Sule ution ae, Part a Fabius ‘on 2006. fet aa Mats tadas, La Dieta renana estaba compuesta de diputaciones por «estados> sociales (diputados de la ciudad, del campo de la roblers) que dispontan de la misma cantidad de votos (25 pa racada una de las partes lo que significaba una sebrerrepre- sentacién dela nableza). La rents territorial y la tasa fiscal tran los tnicos eriterios de elegibilided tomados en cuenta, tanto.en lo que se refiere a la diputacién de se ciudades como aladel campo. [La propuesta de ley relativa al robo de let presentada ante la Dieta en nombre de Federico-Guillermo, -Rey:de Pasa por la graca de Dios», se referfa a losurtos siguientes [1 Cuaiguier lets que no haya sido talada todavia; 2. Cualaier lena viva, que se encuentre fuera de los bosques, destinada ala cexplotacién; 5. Cualquier Iefia quebrada accidentalmente | ‘roncos enteroscados cuyo proceso de ajuste no haya comen- ‘ado; 4, Troceadosy lefia para obra que se encuentren en el bosque o en depésitos por habilitars\ Los distintos articulos ~esiablectan una regla de evaluacgn del deito y de sus corres- ‘pondientes penas,segsin que cel robo haya sido cometido de noche o durante un dia fetivon, segtin que sl autor haya disk mmulado 0 ennegrecide su rostro» para no ser reconoci, que haya dado falsas informaciones sobre su identidad, etstora. Elardculo 14 estiplabs: “Todas las multas exigidas por robo de lef, inclaso si deben ser pagadas por varias personas en calidad de eémplices o de beneficarios, son exigibles por el propietaria del bosque, asf como el trabajo forzado de todos los condenadosinsolventes. El aculo 16 precisaba: =i, con motivo dela indigencia del autor o de le personas responsa- bles en su lugs, la multa no pucde ser pagada, dts ser rem: plazada por un trabajo o una pena de prisign-. El artieulo 19 ‘especificaba finalmente que: «El trabajo forzado que el conde nado debs efectuar consiste, primero, en el trabajo Forest a bbenefici del propietario del bosque. Sas El incremento del robo de efi, al que la propuesta de ly pretendia responder, se presentaba evidentemente como Esta invocacién de un sestatuto natural- de los objetos parece referree ala tradicign de un derecho natural la in vocacin del derecho de ocupacisn» al nullas, que otor- sobre un bien que noes de {gaan derecho al prime sepa nadie, lo qu abla serio par legal a spropiaion cor Tonal den irasdecretadns gens, Mary lea fsa sn gia del segment cone propinded oil titimad, como onl penerinto de Locke pe all infor dl to wn wtih ccupacin pone un gclpe de eres inal na oi frenor on leno dens conquste clea TSAR Sn dua ana ail ele cueece et let papone open dela basen teal sere qt lores 9 aupome. vit etey Mea ae hs 8 universalizable y debe beneficar a I clase que, habiendo sido excluida de la sociedad civil, se encuentra, asi como los ‘objetos aquellos, en una suerte de estado de naturalera preci- vill prejuridico, Eatae formulaciones anuncian aquellas que, de manera mucho més elaborada, encontraremos en la Jay ial crt a fils del derecho de Hegel. La posbiidad de ln emancipacién slemana radicaré entonces sen la forma: cin de una clase cuyas cadenas sean radicales, de una clase de la sociedad civil burguesa que no sea una clase de la so- ‘edad civil burguesa, de un Ktado que sea la disolucion de todos los estados sociales.» Bs entonces cuando-esta clase encontraré por fin la apelacién que le corresponde: «Esta dic solucin dela sociedad en tanto estado particular es el prole- tariado» Se contenta Marx con oponer el vieja derecho consuetudi- nario al formalismo contractual del derecho juridico, o bien lo utiliza simplemente para poner al desnuido las contradic y los privilegios consuetudinarios son la expresisn de una desi- ‘gvaldad animal fijada por leyes: «Si ls prvilegiados por el derecho escrito apelan a sus derechos consuetudinarios, en lugar del contenido humano exigen Ia imagen animal del de- recho, que ahora se ha transformado en tna mera mascara aa Eplancamient ce Marx no tene que ver portant, con Innostlgia de lo uno couture de ana, Enum arcu del 12 de agomo de 1842 acaba, pore contri, de igidare ‘el manifet wc dela escuela del derecho hist rico ue el caraceria om tion de sso lerann del Antiguo Regimen francéan al cao del oo de lei, Mars trata de hacer emerge el significado soil que agiee Ia desley tnacién, en nombre de lee principio constitcionle, dela courumbre on tanto fuente contractors del derecho jot ments en contra de la monopelzacin estat dela produccién {kl derecho protsa también a Escuela itia de Hag, de Gein, de Savigny y de Bere on nombre de una coninai dad de reglamentacionesconsvetudinaria ancladas en ne hier nacional expctc. La postura de Marx es de otro tipo. EI trata de buscar, de- tris dal ecumenism dela ontmbre, l conflict entre do i am An | derechos antagénicos: «Si estos derechos consuetudinarios nobiliari son costumbrescontraras al concepto de derecho racional, los derechos consuctudinaros de los pobres son de- ‘echos contra la costumbre del derecho postvo» eso dere chos consuetudinarios dela pobreza no los privilegioscon- suctudinarios, son los que resultan atacados con parialidad por sas legisaciones hiministae» A través dels costumbres, «la clase pobre» sabia tomar, «con seguro instinto la parte més indecaa de la propiedad>, para satisfacer sus necesdadesna- turales. ata consideraba as limosnas de la naturaleza» como su propiedad legitima: «Ea la recoleccién, la clase elemental de Ia sociedad humana se enfrenta, ordendndolos, a los pro- ‘ductor del poder natural elemental Alg similar ccurre con los productos que ereen salvajes formando un accidente pu- ‘amente casual dela propiedad y que por sa poca importan- cia no se conatituyen en objeto dela actividad del auténtico propietario: algo similar ocurre con la rebusca, el espigueo y derechos consuetudinarios de ese tipo». A menudo presenta- \jda erréneamente como fuente natural del derecho, la costumn- | bre es, por el contraro, una construccién social contradicto- | ra, de tl modo que no cs un pleonasmo hablar de «costumbre | popular» en oposcién ala costumbre de los prvilegios. El de- | recho reputado consuetudinario traduce también relaciones | de fuera [En ext sentido, el derecho comerdinario de los pares puede ser contrapuest la igualdad formal de ls partes de ‘un contrato engafioso,sacifcada en nombre de un derecho qe diimula, dete de sv universalidad proclamada, el inte 1 particular de una case dominante: «Nosotros en cambio, hombres poco préctcos, reclamamos pra la multitud poles rente pobre y socialmente desposeida aquello qu la servi- dlumbre erudita y décl de los lamados “histricos ha desc bierto a modo de piedra flosofal para traneformar en oro juridico toda pretensinifeita. Reivindicamos parala pobreza el derecho consuetudinario, un derecho consivetudinario que no es local sino que pertenece a los pobres de todos los patees ‘Vamos atin mas lejos y fiemamos que el derecho consti nario, por su naturaleza, slo puede ser el derecho de esta ma- sninferion, esposefday elemental.” Entre dos derechos consuetu zala que dictamina: «Entre dos derechos iguales -escribiré| ‘Marx posterormente en apa a fuerza esl que decides. ‘Se puede seguir a través de a historia, el hilo rojo que vineula cl antiguo derecho consuetudinario a la «economia morale los pobres, alos derechos a la vida, ala existencia, al wabsjo, aos ingresos, la viviends, derechos oponible los de la pro- piedad privada. Durante el invierno del Ao I a cha de clases habia condacido esta oposicidn aun punto de ruptura." Algunas décadas més tarde, Hegel reconocia todavia, en su Principe de a fils del derecb, la primacta del «derecho de ‘emergencia» sobre el derecho de propiedad: «En un peligro cextremo y en el conllicto con la propiedad juridia de oro, Ia vida tiene un derecho de emergencia (no como concesin, sino como derecho), pues por ua lado est Ia lesién infinita de la cexistenciay por lo tanto la total fala de derecho, mientras que por el otro so alsin de una exstenca singular Timitada de i contrarion, esa fer 17.5. Mare arte del 25 de cube de 142 soe lo debates crcl robo de eta. Harb ms alate en un article del 27 de ete: ‘He estas conumbees de a lane pobre vie poe ‘nse sare pv yogi limo tanto ecu cote ‘ees hasta ahora uns mera costumbre de avd cl que no Ba snconrad un ulnar acco ent de etrustracn com Sime dal Bandon 18. Yue Daniel Gti, La tla aprile, Par, Gallnard. be ons Stn la libertad [...] Del derecho de emergencia se desprende el be- nefcio de inmunidad por el cual se le dejan al deudor instru- rentos de trabsjo, ropasy en general a porcig de s fortuna que, aun siendo propiedad del acreedon oe considers necess- ria para su manutencién, de acuerdo con su posicisa social Las situaciones de miseriay emergencia revelan Ia fnitud y por lo tanto la contingencia del derecho y del bienestars” El derecho de emergencia no , sostiene Hegel, una esos «debates aburridose insi- pidoss, sn embargo Marx no ae arrepiente del tiempo que les dedieé,Valia la pena, ya que se traté de descubrir y de mos- tear por intermedio de ete ejemplo «qué cabe esperar de una asamblea estamentaria (dnl) de intereses particulares, en ‘ato de que se la lamara seriamente a legisar>, Por eso de- fenderé apasionadamente, en contra de est tipo de asamblea corporatva, el sufragio universal, corriendo el riesgo dest= betimar el hecho de que un sufragio camo ése también puede ddesembocar,indirectamente, en «una asamblea de intereses particulares Tin estos textos de 1842-1843, frente a Ins misificaciones de un Estado falsamente universal y racional, Marx, coma, _buen racionalista liberal, atribuye ala sociedad Givil un papel ‘mayor, pariculsrinente por intermedia de la libertad de la prensa y de laconsttucign de un espacio pablice que per la confrontacin de incereses sociales puesto. Mis tarde, es- ‘te tema volverd transformado, bajo ln perspectiva de la erisis del Retador, no por dioolucién del Rata y del derecho en ln ‘sociedad civil burguest>, 0 por desaparicin de a poltica en bbenefici de la administracin de las cosas, sino por supera- in electiva de a gran escixién moderna entre sociedad civil y Eatado, economia y politica, peivado y pablico, derechos del tate ast Mane hombre y derechos del ciudadano, evolucién polticay revo- uci social Hy la lctura de los articulos de Marx en la Gaeta Renana ad- ‘quiere una extra actualidad en el contexto de lv globaliza- cia mercantly de la privatizacién generalizada del mundos privaizacién no sélo de las empresas de Estado, sino también de los servicio, de la edveacin, dela informacién, del saber _¥de la violencia, o sea, del espacio pablico en su conjunto. All respecto, James Boyle estableci6 un paralelismo entre los cercados» de la acumulacién primitva y los «nuevos cere dos» de los bienes intelectuales.* Ast como el acaparamiento privatizadorde eras fe defendido en s iempo en nombre de tn crecimiento de a peoductividad agraria que eupuestar ‘mente ibs a terminar con las hambrunas y la escasez aunque fuera al precio de una terrible miseria urbana hoy estarfa- ‘mos asstiendo a una «nueva ola de cereados, ahora jstfica- dos por Is carrers hacia la innovacién o por las urgencias dela slimentacién mundial, Entre lou dot mavimentosexiten, embargo, diferencias importantes: mientras que el uso de la tierra es mutuamente exclusivo (lo que uno se ha apropiado, ro pours ser usado por otro) el de los conocimientos y sabe- res, frenéticamente patentados, no tiene rival: el bien no se cextingue con el uo de una secuencia genética, de un progea- ma informético o de una imagen dgitalizads. Por eso mismo (sem tp Sed aoe Haydon rarer et iaeiar peers arrenerentee tanned Seer cen erase aie renee or eee cee itetiraretnemtmean a q flee emracn pemegciamteyry rales iaihoewoaioraes ome iin Citi oan el coste de la reproduccién no ha dejado de bajar, desde et ‘monje copista hasta el correo elactrénico, pasando por lait presin tradicional o la fotacopia. Yes tambign por eso que hy dia It apropiacién privada invoca més bien, como justifi- ‘aciGn, la estimulacin de la investigacién que el uso del pro- ducto [Las controversias sobre las méltiples formas de patentes (enare las que se encuentra el secuenciamiento del genoma) plantean el problema de la distincign entre descubrimiento & invencidn ye desu interpretacin jurdica. Bs posible pei fizaruna idea, teniendo en cuenta que ene! fondo un progra sa informético no es més que un elemento de la Iégica apli- cada, es decir, una parcela de trabajo intelectual muerto acumulado? Segin esta ligica de apropiacién privatizadora, {os atreverfamos a patentar incluso las matemstias para so- eters al derecho de propiedad? La socalizacién del traba~ jo intelectual comiensa desde la préctica del lenguaje el cual constituye, indiscutiblementey hasta que se demuestze lo contrat, un bien comin de la umanidad no prvatizabe, Lo ‘ual no impide que los actuslesconllictos en torno al derecho de propiedad intelectual tendan a sacudirel derecho iberal clsico ys legtimacin de a propiedad por el erabajo. Nacen ‘as oscuras pugnas jurticas sobre la explotacén del genoma, levy, oc Digital Millenium Act de 1998, que otorga alos ceditores un poder legal absoluto sobre todo lo que podria le- {gar a hacer un lector con un libro electrdnico. Fatos rompeca- hers flosficojurdicos ron fruto de as contradiciones, cada ‘ver més explosivas, ent la socalizacién del trabajo intelec- tual y la propia privada de idess, por una parte; entre el trabajo abstracto, cuyo sosténesla medida mercantiy ltra- bsjoconcret dficlmente cuantificable que desempenia un rl ‘reciente en el proceso de trabsjo complejo, por otra parte. El resultado de estas contradicciones ex una desregulacion gene- a ons an ralizada de la ley del valor en tanto medida miserable de la rc queza socal En sus tltimos libros, David Harvey insste mas general- ‘mente en Ix glabalizaciém como nueva fase «de acumulacién por desposesin. Con estos refiere a ln evolucin o ala ect ma de précticas califieadas por Marx como «primitivass w

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