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Pero, cómo leer la tensión entre Creonte y Antígona en la ciudad (la Polis) de Tebas,
cómo polarización? Es plausible ese tratamiento? ¿Quién media? ¿Hay mediación
posible, cuando la ley positiva está encarnada, representada por Creonte que justifica la
condena a muerte de Antígona para garantizar la comunidad?
La tensión podría leerse en otros términos posibles. Les propongo pensar qué otras
posibilidades hay. Ley positiva o escrita vs ley no escrita o leerlo en términos de género,
es decir, como dice Nicole Loraux en "Las experiencias de Tiresias", en términos
políticos o ideológicos. Tensión entre moral y ética o entre poder y deseo o entre
totalitarismo o tiranía y desobediencia civil, etc. Depende del lugar en el que nos
situemos se podrá leer el acto de Antígona como acto de amor, acto libre, acto político,
acto de insumisión, o como transgresión -Lacan en Seminario 7-, etc.
Entra Tiresias en escena. El anciano ciego y sabio, mutilado, sancionado, condenado por
los dioses a detentar un saber que ahora pone en acto. Se arroga con justicia haber
guiado las decisiones de Creonte en relación a la Polis. Creonte le teme, le respeta, sabe
que su decir si bien enigmático es certero y que conlleva siempre un efecto de verdad.
Tiresias le advierte sobre la necesaria prudencia que es la mejor de las posesiones, lo
amonesta por su insensatez. Recordemos que son dos nombres de mucho peso en la
ética aristotélica y el pensamiento griego, phrónesis y hybris, prudencia e insensatez en
el sentido del exceso. Tiresias lo llama "tirano insensato" e "imprudente" y lo llama así
más allá de su investidura. Creonte se defiende como puede. Las flechas de Tiresias son
eficaces. No evitan lo peor, pero lo señalan. Le advierte que ese exceso insensato lo
enfrentará a las Erinias de Hades (deidades destructoras que producen la ruina a la larga
"para que seas presa de tus propios males"). Nosotros leemos así esta admonición así:
soportar las consecuencias de nuestros actos.
Dicho esto, Tiresias se retira y Creonte queda perturbado. El corifeo le recomienda que
entierre el cuerpo lacerado de Polinices y liberar a la doncella (recordemos que ella no
conoció himeneo, que no tenía hijos, solo sus padres que ya habían muerto, recordemos
que era hija de Edipo y de Yocasta). Preso de sus propios excesos es conducido a lo
peor: "Se habrán de ver, y no habrá que esperar mucho tiempo, lamentos de hombres y
mujeres en tu casa". El reguero de sangre no tarda en desatarse.
¿Qué dimensión política está implicada en el hecho de que sea una mujer la que encarne
ese lugar de resguardo, de cuidado más allá del límite de la norma de la Polis? ¿Es que
en ese punto deja de ser una ciudadana? ¿Reniega de su función, de su lugar en ese otro
campo que Aristóteles llamaba de la reproducción? ¿Es que una mujer está en mejores
condiciones de sostener esa posición? Son ellas las que dan a luz sus hijos y quienes
militan para enterrarlos cuando actos injustos se los arrebatan.
Entonces y para concluir: ¿De qué orden es el saber del cual Tiresias es erudito?
Julio Riveros