Los distintos personajes de una narración ejecutan acciones que los relacionan entre sí. Por ejemplo, el accionar del detective para esclarecer un crimen se enfrenta con el objetivo del criminal de no ser descubierto, por lo que entre el detective y el criminal se establece una relación de oposición. Según las acciones que realicen los personajes, su rol se corresponderá con una función básica: desear algo; transferir (un mensaje, un secreto, un objeto valioso); recibir (esos elementos); ayudar a alguien a conseguir algo; oponerse a que lo consiga. Sin embargo, además de los personajes, intervienen otros elementos que también pueden cumplir algunas de las funciones anteriores. Por ejemplo Si un detective emplea una lupa para descubrir una huella digital a fin de resolver el caso, estos elementos desempeñan las funciones de ayudar a ese sujeto. En ese sentido, se denomina actante a cualquier componente (ser o cosa) que participa en su desarrollo y desempeña alguna de las anteriores funciones. De esta manera, la categoría de actante supera a la de personaje, por lo que en un relato pueden existir muchos personajes.
Un esquema actancial consta de seis elementos:
Sujeto: Es el personaje que tomaré como centro del esquema, aquél que realiza una acción, que busca cumplir con algún objetivo, que se mueve con algún objeto. (Cualquier personaje, principal o secundario, puede ser tomado como sujeto para realizar un análisis diferente o profundizar en las relaciones de los personajes entre sí.) Objeto u objetivo: Es lo que el sujeto quiere conseguir, lo que lo mueve a actuar. Destinador: Es el personaje o la fuerza externa o interna que mueve al sujeto a querer conseguir el objeto u objetivo. Destinatario: Es quien se beneficia si el sujeto consigue el objeto u objetivo (puede ser el mismo sujeto u otro personaje o ambos). Ayudantes: Son los que ayudan, precisamente, al sujeto a conseguir el objeto. Oponentes: son los que se oponen a que el sujeto consiga el objeto.