del colectivo Adict@s a la poesía en el foro Tierra Luna en Xalapa, Veracruz. México.
Rómulo Pardo Urías
Vocales y memoria
Fabrico recuerdos de la voz de Lennon, del bajo de McCartney,
como lecturas indestructibles de autores ilustrados, como Bach como el romanticismo de Goethe y la luz de Vivaldi. Pero regreso al amor y termino extasiado encima del blues de Little Richard o la ternura de Presley con la sombrilla de T.S. Eliot colgando en mi ignorancia. Deambulo por las carreteras que van a Cuernavaca y perfilo con tiento el bajo de McCartney y el requinto de Harrison, la sopa me aguarda en la mesa y la alberca ha sido dibujada por Frida Kahlo en los años 30's, después de la guerra española. Eco de motores, ferrocarriles, bombas atómicas en Arizona, Einstein y también la elegancia de Herman Hesse, el viejo cuento de alguna guapa e inteligente mexicana, Silvia Pinal en la pantalla, las bocas chiflando de Negrete e Infante, escuadrones motorizados, pantallas, el auge de mi recuerdo que se borra. Las estrellas deportivas junto a Stalin masticando tabaco. Los primeros viajes espaciales del Apolo y la luna en el 69 la cancha oficial de los equipos de Base Ball, el trayecto último de este escondite llamado memoria y sus huecos llamados recuerdos. Larga caminata y estupor y calor del Itsmo de Tehuantepec. Largo camino del dolor psicodélico de un viaje de LSD un último viaje y un último recuerdo y una última vida. Hospitales psiquiátricos, la guerra de Corea, luego de Vietnam. Todo eso que dicen que pasa cuando se recuerda. Lagos mongoles y desiertos chinos y rusos en el Sputnik. La insípida tortura de un celular que no suena. Ese ruido que es mi aliento que grita y nada consigue. Micro XIX
El papel de la algoritmia amorosa
es una canción de amplitud femenina una gota, un respiro, una flor, un aliento, una estrella en el camino de la vida. La algoritmia amorosa es una fuerza que no se deja dominar pero domina. En el asiento de un camión después de romper con mi novia en la adolescencia
Nada mueve días de luto
nadie está con nosotros Ninguna forma fue consagrada Los pétalos de la flor siguen disecados El libro se vuelve eso que somos: nada. Micro XVII
Pájaros son tus manos en la mesa
que vuelan entre el café y los cigarros entre la sal y el azúcar entre mi voz el recorrido transparente del buenos días que nació junto al sol. Hablarle
Perseguí inconscientemente su cuerpo
en ese día de clases y salones a medio llenar. Sin saberlo indagué su ruta y la seguí hasta su aliento. Entonces se abrió mi mirada y sus manos rompieron el tiempo. Caminé por los pasillos y de pronto ella estaba ahí. Me encontró y no supe qué decir. Fui un tonto gracias a su belleza. Al final una armonía quizá nos una de nuevo aunque no sé su nombre ni su edad, pero sí su profesión. La amargura de la tarde
Una mujer y un beso y un adios
un te quiero y un te olvido un me voy una sombra en el espejo de la vida y la juventud un perfil de atardecer los pasos que abren la distancia y ese leve rumor de autos después de la despedida.