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¿Qué le espera a la educación con

un nuevo presidente? Un
conversatorio que despejará dudas
Porque #LaEducaciónImporta en estas elecciones, este lunes 16 de abril expertos
del sector se reunirán para conversar alrededor de lo que debería estar pasando
con la educación del país. Algunos candidatos confirmaron su presencia.

¿Qué le espera a la educación con un nuevo presidente? Un conversatorio que despejará


dudas Foto: Semana Educación

Ya iniciaron los ciclos de campañas presidenciales de esta elección que está a


pocos meses de la cumbre final y el sector educativo del país está interesado en
saber qué hará el próximo gobierno para comprometerse con las situaciones que
requiere la educación: la calidad, las mediciones, el acceso, los recursos, el cierre
de brechas, aseguramiento del aprendizaje, educación rural y demás.

En video: Laeducaciónimporta los candidatos hablan de cómo se portaban


en clase

Para esto, Semana Educación, la Fundación Empresarios por la Educación,


EducaPaz y el movimiento ciudadano Todos por la Educación realizarán con el
apoyo de la Universidad Antonio Nariño y Corpoeducación, un conversatorio el
lunes 16 de abril en el auditorio del edificio Publicaciones Semana en la ciudad de
Bogotá.

El panel que iniciará a las 7:00 am y que irá hasta la 1:00 pm, contará con la
intervención de varios expertos en educación que detallaran el panorama
educativo del país, creando conversaciones alrededor de las necesidades que
acogen al sector en Colombia.

Puede leer: Debate presidencial lo que dice el cuerpo de los candidatos

Harán parte del evento, Alfredo Sarmiento Gómez, director de Misión Educación
de Calidad para la Equidad del PNUD, María Fuigueroa, decana de la Facultad de
Educación de la Universidad Externado, Aníbal Bubú, mejor rector Premio
Compartir, José Manuel Restrepo, rector de la Universidad del Rosario, entre
otros, además de la intervención de algunos candidatos presidenciales.

Es así como toda la jornada tendrá un eje central para discutir los retos del país en
materia educativa desde la visión más amplia del tema y abrir camino para que se
expongan ante todos los asistentes las discusiones y preocupaciones del sector.
Aquí se pondrá a la educación en el centro del debate político para poder
dimensionar su relevancia en la sociedad como punto central de la organización y
formación del individuo bajo la gran premisa: ¿Cómo pasar de las palabras a los
hechos?

En video: Qué llevaba en la lonchera Los candidatos presidenciales


responden

Para asistir solo debe registrarse en el enlace. Además, el encuentro también será
transmitido vía streaming en la página web de Semana Educación y de la
Fundación Empresarios por la Educación.

La columna que Héctor Abad sí


escribió, pero no para esta
campaña
Una cadena de whatssapp revivió un texto del prestigioso escritor en el que
asegura que "tenemos la tentación de seguir en ese ambiente crispado, lleno de
rabia y adrenalina al que nos acostumbró el gobierno de Uribe". El mensaje se ha
vuelto viral.
La columna que Héctor Abad sí escribió, pero no para esta campaña Foto: Fotomontaje SEMANA

Este fin de semana una cadena de Whatsapp comenzó a circular en el teléfono de


cientos de colombianos. Se trataba de un mensaje que contenía una columna que
Héctor Abad habría publicado en estos días en el diario The New York Times y en
el que presentaba una crítica a la forma cómo los medios y los ciudadanos le dan
eco a Álvaro Uribe. Al final, había una posdata con una frase: "Si usted es
incondicional de Álvaro Uribe no lo reenvíe porque a no le conviene que se sepa la
verdad ...pero si este documento es REVELADOR colabore a difundir una
verdad".

La columna contenía una reflexión sobre el rol que podría tener hoy el ex
presidente en la política como dedicarse a la escritura, la gastronomía o a la
poesía. Remataba con una conclusión: "tenemos la tentación de seguir en ese
ambiente crispado, lleno de rabia y adrenalina al que nos acostumbró su
gobierno... Pero lo más sensato sería hundir el botón de "mute" cuando estos
cruzados del odio vociferan, e insultan. Ya pasamos esa página, ese trago
amargo". La afirmación se entendía como una referencia a la candidatura de Iván
Duque, quien en este momento va punteando en las encuestas.

Recomendamos: "Ser escritor es una manera bonita de ganarse la vida":


Héctor Abad

SEMANA contactó a Abad para preguntarle por la publicación del escrito. El


columnista aclaró que la columna que circula en Internet "tiene algunas frases
parecidas a una que, en efecto, me publicó el NYT en 2012". Ese artículo, en su
momento, fue registrado por la mayoría de medios nacionales, incluida esta
revista. Y agregó que "lo que está circulando es casi idéntica a otra que publiqué
en El Espectador en el año 2010".

Cuando se publicaron ambos escritos, el país vivía la más ferrea oposición del ex
presidente al actual gobierno y al proceso de paz. Uribe había convertido Twitter
en su trinchera política desde la cual lanzaba dardos a cada minuto. La columna
de Abad en The New York Times recogía el malestar que generaba en un sector
del país esa posición.

Si quiere leer la columna que Abad escribió en el 2012 para The New York
Times

Abad comenzaba su escrito recordando la famosa frase de que los ex


presidente suelen ser como los muebles viejos, que a todos les parecen valiosos
pero nadie sabe donde ponerlos. Sin embargo, aseguraba que Uribe estaba lejos
de querer cumplir ese papel. El columnista recordaba que durante su gobierno, el
entonces presidente era muy popular y apegado al poder, tanto que intentó
invocar al pueblo para que por la vía de un referendo le concediera un tercer
periodo.

El columnista describió a Uribe como un "adicto al Twitter", un hombre que ama


comunicarse con frases cortas y eslogans para lo cual esa red resultaba ideal, y
quien pasaba día y noche "disparándole" a su objetivo favorito: Juan Manuel
Santos. "Cada derrota militar de Santos es un triunfo de Uribe", decía.

Al final, Abad recordaba como en la antigua Grecia inventaron el ostracismo, un


aislamiento voluntario de los líderes políticos por un promedio de 10 años, con el
objetivo de proteger la democracia. Y decía que muchos colombianos sueñan con
tener algo semejante a esta figura para que ese "mueble viejo llamado Álvaro
Uribe" no hiciera tropezar a todos los miembros de la casa por encontrarse
ubicado justo en la mitad de la sala.

La columna de El Espectador, que es en su mayoría igual a la que circula por


estos días en whatsapp, apuntaba casi al mismo tema. Abad la tituló "Por qué no
te callas" en referencia a la frase que el Rey Juan Carlos I le dijo a Hugo Chávez
en una cumbre de jefes de Estado en Chile. En esta, el columnista presentó toda
una serie de opciones de vida que habría podido elegir Uribe una vez dejó la Casa
de Nariño.

Recomendamos: "A los del Sí les digo que no humillemos a los del No":
Héctor Abad

Según Abad, podría haberse dedicado a opinar y tener columna de opinión


como Lleras Camargo, Lleras Restrepo o López Michelsen. O a escribir poesía
como Belisario Betancourt o a disfrutar de la vida como Samper. Pero, según él,
como "como el ex presidente Uribe sólo tiene el vicio incurable del poder, la
adicción al mando, la costumbre irrefrenable de llevar siempre las riendas, las
espuelas y la fusta, entonces ahí lo tendremos, vociferando en Twitter, enviando
comunicados de muy dudosa lógica jurídica o política, rojo de indignación, verde
de rabia, enfermo de ira".

Al final aseguraba que los periodistas estaban haciendo un enorme daño al


replicar todo lo que el expresidente trinaba. "Uribe y sus aliados son poderosos,
pero hoy son los huérfanos y las viudas del poder. Nosotros, los periodistas,
podemos convertirnos en los altavoces, en los amplificadores de sus rabietas y
diatribas, o simplemente dejarlo que grite y vocifere a solas... No le demos más
prensa ni le prestemos más atención a tanta rabia. Bajémosle la fiebre a todo esto
hundiendo ese pedal que en el piano se llama sordina".

Le podría interesar: "Navegar por Twitter se volvió más peligroso que


manejar en Bogotá": Vladdo

Abad le dijo a SEMANA que "a veces me ha pasado que algunas columnas mías
viejas resucitan, por alguna razón, y la gente las hace circular como si se refirieran
al día de hoy. A lo mejor las cosas no cambian tanto; este país es más o menos
cíclico".

Este es el texto completo de la columna de El Espectador publicada en el


año 2010

¿Por qué no te callas?

Si el ex presidente Uribe pensara y escribiera bien podría dedicarse, como Lleras


Camargo, Lleras Restrepo o López Michelsen, a opinar en los periódicos, o a
escribir sus memorias.

Pero Uribe no es un hombre de pensamiento, sino un hombre de acción. Si el ex


presidente Uribe amara la música, la poesía o la literatura, podría encontrar un
puesto en alguna fundación de apoyo a la cultura, como Belisario, o si amara las
artes plásticas, podría coleccionar buena pintura, como César Gaviria. Pero al ex
presidente Uribe no lo conmueve la novela, no le interesa el arte, y la poesía que
le gusta es la de Robledo Ortiz.
Si le gustara el trago, podría consolarse, como Valencia, con unos aguardientes,
pero el ex presidente es abstemio. Si fuera el ex presidente, al menos, un
mujeriego, podría anular su matrimonio, como hizo Turbay, e irse de Embajador al
Vaticano con una nueva esposa bien joven, que le hiciera masajes en los pies.
Pero al ex presidente no le interesa la lujuria. Si le interesara la filología podría
escribir un diccionario, como aquel otro Uribe, Uribe Uribe, o traducir la Eneida,
como Caro. Si le gustara la comida, si tuviera sentido del humor, podría al menos
dedicarse a comer, y a contar chistes, como Samper. Pero se sabe que Uribe ni
siquiera entiende los chistes. Si tuviera buenos amigos, podría viajar contento por
cientos de países, en compañía de otros jubilados jóvenes, como Pastrana. Pero
él no tiene amigos, sino aliados, que más que amarlo le temen.

Entonces, como el ex presidente Uribe sólo tiene el vicio incurable del poder, la
adicción al mando, la costumbre irrefrenable de llevar siempre las riendas, las
espuelas y la fusta, entonces ahí lo tendremos, vociferando en Twitter, enviando
comunicados de muy dudosa lógica jurídica o política, rojo de indignación, verde
de rabia, enfermo de ira, regañando a los columnistas, insultando a los jueces,
manoteando contra los traidores, aconsejando exilios a sus ex funcionarios (no
para protegerlos sino para que al fin, en la desesperación de los interrogatorios, no
acabe por zafárseles la verdad).

Porque la verdad monda y lironda es que el DAS dependía y depende de la


Presidencia de la República. Y los del DAS pusieron micrófonos en la sala de la
Corte Suprema, para oír ilegalmente sus deliberaciones. Si el FBI o la CIA
hubieran hecho esto en Estados Unidos, las consecuencias para el gobierno que
hubiera instigado semejante insulto se oirían durante siglos. No es posible chuzar
a la Corte Suprema y luego pretender que la Corte Suprema se cruce de brazos.
Porque ordenarles a los servicios de inteligencia chuzar a los altos magistrados y
a los principales periodistas y opositores políticos del país es un delito más grave,
muchísimo más grave que el escándalo de Watergate. ¿Por qué se va al exilio la
señora Hurtado? Para no tener que decir de dónde venía la orden de oír a los
jueces, a los políticos y a los periodistas, ya que confesar esa verdad era lo mismo
que poner una lápida en su pecho. Mejor callada en Panamá que acorralada aquí
entre la pared de la verdad y la espada del miedo.

Uribe y sus aliados son poderosos, pero hoy son los huérfanos y las viudas del
poder. Nosotros, los periodistas, podemos convertirnos en los altavoces, en los
amplificadores de sus rabietas y diatribas, o simplemente dejarlo que grite y
vocifere a solas en su Blackberry. Tenemos la tentación de seguir en ese
ambiente crispado, lleno de rabia y adrenalina al que nos acostumbró su gobierno.
Pero lo más sensato sería hundir el botón de “mute” cuando estos cruzados del
odio vociferan, e insultan. Ya pasamos esa página, ese trago amargo. No le
demos más prensa ni le prestemos más atención a tanta rabia. Bajémosle la fiebre
a todo esto hundiendo ese pedal que en el piano se llama sordina. Que grite solo,
como Chávez. Y preguntémonos en silencio, simplemente, de cuando en cuando,
por qué no se callará. Porque eso sería lo mejor para todos: que se callara.

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