Rsosodoco ge ado GeSosp Socios co Se Peo Ga ae
TRADICIONES E JDEAS
DE LOS ARAUCANOS
acerca de los Terremotos.)
POR BL
Doctor don Rodolfo Lenz.
Nuestros conocimientos respecto a las ideas i el modo de
pensar del indio araucano, o mapuche, (como ellos mismos
se Ylaman,) son todavia mui incompletos, en particular sus
ideas referentes a las fuerzas de 1 naturaleza i las deidades
en_que concentraba esas fuerzas, aun no se han investigado _
lo bastante,
Las noticias de los antiguos cronistas solo tienen valor
cientifico, cuando sus autores efectivamente han conocido a
los indios i su lengua por el contacto intimo dela vida co-
mun, come es el caso por ejemplo con Francisco Niifiez de
Pineda i Bascuiian i Diego de Rosales, que escribieron a me-
diados del siglo XVI; pero cuando ellos hablan de las ideas
del indio acerca de la naturaleza, lo hacen desde el punto
de vista de su propia relijion. Todo lo.que cree el indio son
(1) Las anotaciones que siguen se han hecho a ruegos del sefior
Conde.de Montessus de Ballore, director del servicio sismaléjico, para
completar con ellas la Historia Sismica de los Andes Meridionales,
respecto a la parte que corresponde al sur de Chile,
)154 MEMORIAS CLENTIFICAS I LITERARIAS
supersticiones: ya abominables, ya’ ridiculas, que hai que
combatir. De consiguiente esos cronistas no tenian ningan
interes en esponer esas creencias con todos los detalles que
ellos, talvez, en efecto conocian.
La investigacion moderna i directa, que ha comenzado
apenas hace dos decenios, tampoco ha llegado a resulta:los
definitivos, por cuanto solo pocos investigadores se han dado
Ja molestia de aprender practicamente la lengua del indio,
que es la lave de su alma.
Para poder dar cuenta de io que piensa el indio actual
acerea de los terremotos, habria que hacer una, investiga
cion folklérica ad hoc, gue sin duda daria resultados curio-
soa. En la imposibilidad de hacerla ahora, tengo que reducir
mis observaciones alo poco que encuentro en la literatura
impresa.
El primer hecho que lama nuestra atencion, es que el
indio mapuche tiene en su lengua una palabra especial que
designa el fenédmeno del temblor de tierra o terremoto, i no
‘se confunde, como sucede en nuestras lenguas europeas, con
el temblor, o estremecimiento del hombre o del animal, o de
la planta movida por el viento, ni siquiera con el movimien-
to de la tierra producido por otras causas.
Bl material que presentan los antiguos gramaticos de la
lengua es ef siguiente:
Luis pg Vauptvia, Arte i Gramatica jeneral de la lengua
‘que corre en todo el Reino de Chile... (Lima. 1606) en el
vocabulario sin numeracion de pajinas, edicion facsimilar
por J. Platzmann, Leipzig, 1887.
«Niyan, temblor de tierra».
B. Havesrapt, Chilidtg'u... sive Res Chilenses... (Mo-
nasterii Westphalice 1777, edicion facsimilar de J. Platamann.
Lipsiae. 1883).HISTORIA SiSMICA 155
Paj. 730. natidm terrae motus, nidaquei terra tremit, con-
tremiscit.
Paj. 630, Cmtilvn, terram resonare, reboare, remugire.
A. Fenrés, Arte de Ja lengua jeneral del Reino de Chile. . .
Lima. 1763.
. 404: Temblar la tierra. myn: de miedo o frio,
thinthinn, q
eI 70. niydin. Temblar la tierra, i el temblor.
Paj. 473. Comtulun, Retumbar al pisar Ja tierra. (1)
ww
Para comprender cémo se esplican los mapuches en su
imajinacion et fendmeno del temblor, es necesario mencio-
nar que, segun todas las probabilidades, el concepto relijio-
so de los antiguos mapuches consideraba como: la deidad
mas poderosa de todas a Pillafi o Pillan que Fusnis (1. ¢.
paj. 593) esplica:
«Pilla, pillan llaman al Diablo, 0 a una causa superior,
que dicen hace Jos truenos, rayos, relampagos, i reventazo-
nes de yoleanes, i a estos mismos efectos tambien llaman
Pillati.» 7
Las esplicaciones de Havesrapr (1. c. paj. 745) dicen mas
0 ménos lo mismo en latin.
No es estrafo que los indios de Chile hayan considerado
las erupciones voleanicas i todos los fendmenos luminosos
del firmamento, que en Chile se observan principalmente
(1) Nora.—El signo # de los _gramAticos corresponde a unat con
posicion de la lengua de 2 i de los labios sin redondear, como para i. &
de Havusran corresponde a gh de ants, q en mi propia trascrip-
cion, una suave g fricativa dorso-velar parecida a Jag vulgar ehilena
en palabras como gusto. g de Fenmts es x, ef sonido de ng en . ingles
singing, 0 aleman singen. th de Fusris es la tr vulgar chilena, ~é*
en ingles tree.7156 MEMORIAS CIENTIFICAS I LITERARIAS
concentrados en las altas cumbres de la Cordillera, como la
manifestacion mas imponente de una fuerza superior. Es
por esto probable que tambien hayan relacionado el temblor,
tan frecuente compafiero de erupciones volednicas, con el
concepto de Pillan. :
Un ser superior parecido ai Pillan, pero a quien, segun
parece, no invocaban en sus rogativas, fué el Cherruve, que
en los cuentos modernos aparece con un papel semejante al
de los monstruos, dragones i diablos de la imajinacion popu-
lar europea.
En nota al «Cuento de un Cherruve.» (Estudios araucanos,
paj. 235) (1) digo lo siguiente:
Ferris, cheruvoc, errata por cheruvoe,
Otra relacion referente aun terremote se encuentra en To-
“MAS Gusvara, Psicolojia del Pueblo Araucano (Santiago,
1908) paj. 335. El mismo trozo se -repite en castellano con
su orijinal mapuche en el nuevo libro que publics el mismo
autor en 1911 con el titulo Folklore Araucano, paj. 105.
En vez de dar el testo castellano del Sr. GuEVARa, doi
-una traduccion tan literal como lo permite la diferencia de
las dos lenguas. Por lo demas el testo dado en el libro de
Guevara no se aparta mucho:
De Nahuel Huinca, de Maquehua.
Neyim fi epeuw. Cuento de un terremoto
1. Nahuel Huinea era jéven todavia cuando pasd, hace
mucho tiempo, el terremoto.
2, Cuatro adivirios, Hamados Maripil, Puran, Ruquil i
Paillal dijeron (J}: «,
Je dijeron. Al cuerpo del muerto fué echado a Ja laguna.
(1) El orijinal piugiin debe leerse pingiia. :
~ (2) Supongo que tripai «salié» es error por tripayai (saldrd).
(3) Una culebra, véase mas abajo la leyenda del ‘Trentren.
(4) Segun nota del testo castellano un «animal forma de gato».
(5) El orijinal debe leerse feipingrin en ver de feipingtim.
(6) El orijinal debe leerse langiimngei en ver de langiingei.
(2) Habra que leer kairuéuatmé por katriéuaon.HISTORIA SISMICA 159
4, Cuatro dias (1) pasado (=despues de) el temblor oye
ron (2) un viento desde la laguna donde él habia de salir.
Era en efecto el Caicai. Le fué a arrojado un lazo i entre
todos fué atajado con lanzas; volvié no mas el Caicai (3).
Entonces ya no temblé mas (4).
rv
Hai otro documento en lengua mapuche del arehipiélago
de Chiloé que ha sido publicado por el sefior ALEJANDRO
CaNas PanocneEr con el titulo «Temblor de tierra» (5). For-
ma parte de una série de interesantes poesias escritas de
puno i letra de un indio de nombre Juan Elias Carrera (Ne-
cul). El seior Cafias dice que ha guardado fielmente la orto-
gratia dél orijinal, lo que no impidié que en-la reproduceion
‘del Congreso Cientifico haya una errataen el quinto verso,
(guevin por quevin, como se lee mejor en la Rev. Chil. de
Hist. Nat.) i un verso saltado «Inchegna iniquechi pignen
(1) Léase anté por auti. .
(2) Léase allkiiingtin por allkewxgun: las palabras rupalu neyim
pasado el temblor» estardn equivocadamente repetidas.
(8) Volvié no mas, en lenguaje vulgar es igual a «no pudo hacer
otra cosa que volver.
(4) Como se ve la impresion del testo mapuche esta plagada de
erratas; por desgracia todos los trozos del libro estan en igual estado.
(3) La publicacion se ha impreso primero en Ja Revista Chilena
de Historia Natural editada por el sefior Carlos Porter en el nimero
de Agosto de 1908,'Aiio XII. Num. 4, p4j. 136. Todo el trabajo se ha
vuelto a publicar con el titulo «La poesia veliche i en otros pueblos
primitivos de América» en el volumen XI de los trabajos del Cuarto
Congreso Cientifico (1.0 panamericand) eelebrado en Santingo de
Chile del 23 de Diciembre de 1908 al 5 de Enero de 1909, paj. 193
2 330.
La poesia de nuestra referencia se encuentra paj. 221.
Se ha reproducido tambien esta poesia con el titulo de «Collag>
en ¢] primer mimero del «
Rosales que era mui bien conocedor de la vida i costum-
bres de los indios, lo mismo que de su lengua, dice espresa-
mente (p. 3) que los indios no tenian «memoria alguna de la:
creacion i del principio del mundo ni de los hombres: solo
tienen algunos barruntos del Diluvio.» Con razon atribuye
el orfjen de la teyenda en parte ala frecuencia con que se
(1) Bsta erupcion me ha sido deserita por un indio de Osorno. Vet
se Estudios araucanos, p. 122 i sig. .
(2) Edicion por Baxsawiy ViouSa Macknxxa, Valparaiso, 1877,
tomo I, paj. a7. Rosales escribié a mediados del siglo XVII. Cito
en ortografia modernizada.164 MEMORIAS CIENTIFICAS I LITERARIAS
encuentran conchas de mar i petrefactos de mariscos en’ al-
tos cerros de la cordillera.
Naturalmente el misionero insiste en todos los detalles de
diferencia entre el diluvio biblico i el de la leyenda india i
aun entra en discusiones escolasticas para comprobar que
la creencia chilena no esta en tanta contradiecion con la
historia de Noé como podria creerse. El nucleo dé la leyen-
da es que «en todas las provincias hai algun Tenten i cerro
de grande veneracion por tener creido que en él se salvaron
sus antepasados del diluvio jeneral, i estan a la mira para,
si hubiera otro diluvio, acojerse a él para escapar del peli-
gro (3). Afiaden que antes que sucediera el diluvio o salida
del mar, les avisé un hombre, pobre i humilde, i por serlo,
no hicieron caso de él.
«En la cumbre de cada uno de estos montes altos llama-
dos Tenten, dicen que habita una culebra del mismo nom-
bre, que es sin duda’el Demonio; que los habla, i que antes
que saliese el mar les dijo lo que habia de suceder i que se
acojiesen al sagrado de aquel monte, que en él se librarian
i él los ampararia.»
Pero los indios creian que si saliera el mar i no pudieran
legar a la cumbre del ‘Tenten, se salvarian convirtiéndose
en peces 0 en rocas.
Segun otros indios vivia en los lugares bajos, o en los
mismos cerros una culebra llamada Caicaé vilu, enemiga de
los hombres i de la culebra Tenten. Esta hizo salir el mar
con el grito caicai, i a medida que subian las aguas la otra
culebra, gritando tenten, hacia elevarse el cerro o lo hacia
sobrenadar encima de las aguas.
Los hombres que en la huida fueron alcanzados se tras-
formaron en peces. Los que se salvaron en ia cumbre del
(8) Cerea de Contulme, provincia de Avauco, se Haman trentren
tunos monticulos que existen en las faldas i las cumbres de varios ce-
rros En Ja creoncia de que serian tumbas o entierros, abrf algunas,
pero sin encontrar nada de particular fuera de restos de lea carbo-
nizada.HISTORIA SiSMICA 765
cerro, acercéndose demasiado al sol, tavieron que cubrirse
las cabezas «con callanas (1) i tiestoss para protejerse
contra el calor. Sin embargo muchos murieron abrasados, 0
al ménos, quedaron calvos. :
Respecto al ntimero de sobrevivientes varia la leyenda.
Segun unos eran dos hombres con dos mujeres i sus hijos,
segun otros «un hombre solo i una mujer; ia estos los aman:
Llituche, que quiere decir en gu lengua ‘principio de la je-
neracion de los hombres’ sean dos o cuatro con sus hijos.>
Estos sacrificaron uno de sus hijos, descuartizandolo en cua-
tro partes (2) i echando éstas al mar. Asi bajaron las aguas
i los cerros i cada’Tenten se asenté en su propio lugar.—
Hasta aqui Rosales, quien no deja de observar que los pe-
ces nacidos por la trasformacion de los indios aleanzados
por las aguas, tuvieron relaciones con las ninas de Jos in-
dios, i que de ahi se derivaban las familias en cuyos nom-
bres entran denominaciones de peces «porque muchos lina-
jes evan nombres de ballenas, lobos marinos, lizas i otros
peces» (3). Tambien dice que la creencia en la trasformacion
de hombres en rocas i peces se esptica por la existencia de
ciertos pefiascos de forma parecida a hombres i por «haber
visto en estas costas del mar de Chile-en muchas ocasiones
Sirenas que han salido en las playas con rostro i pechos de
mujer i algunos con hijus en los brazos.» La base real de
estas sirenas naturalmente debe buscarse en las distintas
especies de focas i lobos marinos que pueblan el Pacifico.
Lo que es caracteristico para esta tradicion del diluvio es
(1) Callanas = fuentes de greda.
(2) Cuatro es el ntimero sagrado dv los mapuches lo mismo que de
mmchas otras tribus americanas.
(8) Gon esto se alude a Jo que Ia etnolojia moderna Ilaina el «tote-
mismo» Ja supuesta descondencia i Aenominacion de las familias deri-
vada de algun animal, i ménos a menudo de una planta o una piedra,
sistema que en efecto existié entre los antiguos araucanos i sobrevive
aun en ciertos restos.
TOMO Cxxx . st766 MEMORIAS CIENTIFICAS 'f LITERARIAS
qué el fendmeno no fué causado por Muvia'sino por salida
del mar, lo que le da e! evidente caracter de «maremoto.»
En cuanto a Ja autenticidad de Jas noticias de Rosales el
fondo de la leyenda queda confirmado por las noticias de
los gramaticos. Fepwss (l, c., paj. 641): «Dhegtheg, 0 Cheg
cheg-unos cerros, en donde dicen se escaparon del diluvio
sus antepasados: hine non nemo montes Armeniae interpre-
tatus est.» Bajo Chegeheg (Rumuiis, 1. c., paj. 445) i Zegteg
(Havestapr, paj, 784) se dice mas 0 ménos lo mismo. Caicat
no se encuentra en estos diccionarios.
Las noticias de otros historiadores posteriores a Rosales
como OLivaKrs (Historia de Chile, paj. 53) coinciden en lo
esencial; este axtor dice:
«Hs particular snpersticion i mui cireunstanciada 1a que
tienen en tiempo Ce ten:blores grandes: luego que ha pasado
la mayor violencia de! movimiento, se aperan, hombres i
mujeres, de cosas de comer i de platos grandes en la cabeza,
i cargando con sus hijuelos i su pobre ajuar se encaminan al
monte mas cercano, de los gue ilaman Ten-ten, que son los
que tienen tres puntas que van en declinacion hasta lo mas
bajo de la lanura, i solo puestos en Ja cima, se dan por se
guros. Dan la razon de este hecho diciendo, que en seme
jantes terremotos, como sale el mar algunas éuadras afuera,
asi es de temer que inunde toda la tierra segun tienen por-
tradicion que sucedié en tiempos de mucha antigtiedad. Que-
este Tenten tiene Ja buena cualidad de sobrenadar las aguas
i que puestos sobre él con sus alimentos, se mantendran el
tiempo que durare la inundacion (1).»
Estrana es la nota de B. Vicufla Mackerina (Rosaxes, I.,
(1) Citado por J, T. Mauna: Los aborijenes de Ohite. Santiago,
1842, paj. 237. Olivares eseribid despues de 1758. Parecidas son Jas
noticias del abate Molina, contemporineo de Olivares; pero este autor
apénas conocié a los indios por contacto directo, i se habré fundado
en Jos demas autores que dejamos citados. (Véase Morixa, Compendio
de historia civil del Reino de Chile traducido por Nicolas de la Cruz,
Madrid, 1795, p4j. 93.)HISTORIA sismica 167
p. 7) que dice que estas curiosas relaciones que Rosales ob-
tuvo personalmente de los indios hoi dia estan completa-
mente estinguidas en su memoria. Pues en efecto los indios
actuales recuerdan en forma mas 0 ménos parecida a la na-
rrada por el cronista la leyenda del T'rengtreng i del Caicai
vilu.
El sefior EuLoni0 Ropies Ropricuez en su trabajo sobre
los Guillatunes (Anales de la Univ., tomo CXXVII. Rev. de,
Folklore Chileno, I. paj. 239) refiere como sigue la forma
moderna de la leyenda recojida entre los indios de las cer-
canias de Temuco, Bajo Imperial, Traiguen i Arauco: «Hace
mucho tiempo, kuif, dicen, hubo una grande inundacion.
Mnorme lagarto salié del centro de la tierra i grité: jCai-eai!
LLa tierra se agrieté por muchas partes. Gruesos borbollones
brotaron de esas grietas i Henaron’ de agua los campos. La
jente se refajid en una altura tlamada Tren-tren, Con rapi-
dez ascendieron tambien a ella toda clase de seres: leones,
venados, pajaros i grandisima cantidad de sabandijas.» Cu-
bierta la superficie de los campos, el nivel del agua se ele-
vaba mas i mas. Empero, no podia Megar a la cumbre del
Tren- tren, que crecia en altura a medida del ascenso del
agua. Subia i subia el Tren-tren i llegd tan arviba que cast
toed el sol. La temperatura se hizo insoportable. Para re-
frescarse la jente se ponia sobre sus cabezas ollas de greda
Ilenas de agua.
En la cumbre del Tren-tren, espacio reducido, era peli
groso moverse con tanta sabandija i «tanta culebreria», se.
gun 1a gvAfica i testual espresion de uno. de nuestros infor-
mantes. I las mujeres tuvieron que amarrarse estrechamen
te las estremidades de sus vestidos para librar las piernas
de las‘ofensas de esos bichos.
Oyése el grito: ;‘Tren-tren! i las aguas comenzaron a bajar,
como a subir cuando se oyé el de: jCai-cai!
Los indios celebraron. enténces su- primer Guillatun. Sv-
crificaron. un nifio huériano para obtener la, sangre que se
empleo en la ceremonia. En pos de este sacrificio vino el de768 MEMORIAS CIENLIFICAS I LITERARIAS
gallos i gallinas, cuya sangre iban vertiendo en: las aguas
que se retiraban.
En la costa de Arauco hemos oido la relacion de esta f-
hala modificada en algunos de sus detailes.
El agua no provino del seno de la tierra: fué una salida
de mar. Precedié a su irrupcion un animal que surjiendo de
él gritaba: jhupe! ;hupel Cuando se retiraron las aguas, el
animal se fué mar adentro gritando: ;Cai-caif Era un mons-
truo con cuernos sin forma determinada, del color de las
aguas, i fué visto de costado en medio del oleaje.
En Ja altura del Tren tren, los refujiados debian soportar
silenciosos que culebras i lagartijas se pasearan libremente
por su cuello irostroisi proferian palabras al momento
quedabani convertidos en piedras.
Al comienzo de la inundacion, se vid un mapuche nave-
gando en un bote a dos remos_en el aga que invadia la tie-
1ra,,i cuando baj6, el mismo indio se fué mar adentro per-
diéndose de vista.
Era el duefio de Jas aguas.»
Hasta aqui la cita de Robles Rodriguez. Personalmente he
oido mas o ménos Ja misma, leyenda a algunos indios de Ili-
cura, a orillas del lago de Lanalhue, provincia de Arauco,
pero cuando les pregunté de dénde la sabian, me dijeron
con toda injenuidad que asi se lo habia contado un sefior
cura de Angol (!). No me cabe duda de que la conservacion
de este mito se debe en gran parte al hecho de que el Padre
Rosales lo ha narrado en el primer capitulo de su historia.
Sera dificil averiguar cual fué la forma primitiva exacta del
_ mito mapuehe.
La tiltima version auténtica se encuentra en el ya citado
libro de Frai Fé.1x Jost pe Aucusra, Lecturas araicanas,
paj. 8, 9 i 268 con el titulo:
Una vision de una machi (1),
Referida por el nifio Domingo de la Rosa Kallfiillem.
(1) Machi se ama el Shaman, sacerdote i médico, de los mapu-
ches. Hoi son casi siempre mujeres.HISTORIA ‘SiSMICA 769
1. Ast dijo la machi: Se me aparecié, pues, dijo, del medio
del agua, pues, galié un hombre pequefio, era un estranjero
(wipka, es decir, no un indio sino un chileno u otro blanco
BR. L.), subid al cielo. Subido él, bajé ese tigre, conversd
conmigo el tigre:
2. Decia yo de ti: «Como podré encontrarley Hoi, pues,
te he encontiado (i) conversaré, pues, contigo.
3. Ha de salir el mar. Te diré, pues: estos estranjeros
{winkas), pues, los mataré, pues, con agua, vosotros, pues,
tendreis que sufrir inocentemente con ellos; son, pues, los
-estranjeros los que deberia matar. Los indijenas, pues, no
tienen culpa; con los estranjeros, pues, acabaré.
4. Dieciocho dias faltan para salir el mar. Se ha dejado
oir, pues, la serpiente Kaikai (kaikaéfilu), En todas partes,
pues, dirds: «Una vez, pues, se dejé oir; si se deja oir otra
vez, pues, saldra el mar.» :
I se agregan, tambien en mapuche, Ias notas esplicativas:
«5. Cuando ha de salir el mar, relincha la serpiente Kai-
kai. Sobre el Trentren (2) esté.» Al galir el mar sube con el
Trentren: Fuertemente relincha la serpiente Kaikai, ella
#rita; por eso se oye en todas partes. :
6. El Trentren tiene cuatro patas. Al salir del mar sube,
-enténces queda unido con el cielo. Pasados cuatro dias, re-
ala el agua, se concluye, vuelve a juntarse. Despues que se
junta otra vez el agua, recala, ya no hai agua: enténces baja
otra vez el Trentren, se dice de él.»
VI
Hé aqui la narracion del viaje del indio Quintuprai de
Osorno, respecto de la
(2) Cerro mitoldjico en el mar. (Nota de Félix Augusta).710 MEMORIAS CIENTIFICAS I LATERAKLAS
Erupcion del volcan Calbuco :
1. Un buen cuento, mui bueno, nos estamos contando, yo
contigo, caballero. Entonces me 10 relataron.
2. Todavia arde el cerro nevado, humea mucho, gquién
sabe como sera la vida? Mucho fué esterminado, tal cosa no
sucedié nunca tantos afos que viviamos, no lo hemos oido ni
Io vamos oyendo (?).
3. Enténces, pues, oimos; vino, llegé la noticia de este su
ceso, de, que todavia arde la cordillera nevada, bien lo
oimos.
4, Llegé.el humo hasta Osorno; las hojas de ios arboles.
se pusieron blaneas; la tierra toda se puso blanes.
5. Por eso mucho fueron esterminadas las vidas. Quién
sabe, mala cosa habra, sucedera. Enojado parece el padre
Dios. Sélo, pues, el padre Dios gobernara.
6. Enténces asi nos dijimos: «Pasto no veremos mas, mo
riré, pues, nuestro ganado todo; qui
nuestro cultivo, nuestra siembra.
de que no dé fruta nuestro cultivo?
7, Todo, mucho. ardié el cerro. Qué, quién sabe, esta
quemando adentro? Sera, pues, quién sabe, carbon de
piedra.
8, Asi dijeron los alemanes (1), asi nos avisaron: «Pero no
tengais cuidado, en nuestro pais arden siempre los cerros
Por eso lo conecemos.»
10. Enténces, no nos espantamos, por lo que nos dijeron
los alemanes. Por esto estuvimos sin cuidadv.>
sn sabe no da frutas.
‘6mo viviriamos si suce
(1) Domingo tenia a su cargo el euidado de log animales de un ca-
‘pallero aleman de Osorno. La injeniosa noticia de los voleanes de Ale-
mania, como se ve, tuvo buen efecto para dominar el pdnico.que se
habia apoderado durante alguaos meses de 1892-3 no solo de los in
dios, sino tambien de los.colonos chilenos.HISTORIA SisMICA, Tir
Estas son Jas wnicas noticias que, por el momento, puedo
dar respecto a las creencias i Jeyendas de Ja poblacion india
de Chile sobre los fenédmenos sismicos i voleanicos.
Santiago, 1.° de Julio de 1912.
Doctor Ropo.ro LEnz.