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Cuando la vida Cuando la vida d es vida ¢EUTANASIA? Daniel Behar corona OD) co PAX MEXI EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIAN Amigo lector: La obra que usted tiene en sus manos es muy valiosa. Su autor vertié en ella conocimientos, experiencia y aos de trabajo. El editor da una presentacion digna de su contenido y pone su empeno y recursos para difundirla amplia- mente, por medio de su red de comercializacion. Cuando usted fotocopia este libro o adquiere una copia “pirata” 0 fotocopia ilegal del mismo, el autor y editor no recuperan la inversién que han realizado. La reproduccién no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor desalienta la creatividad y limita la difusidn de la cultura, ademas de ser un delito. Si usted necesita un ejemplar del libro y no le es posible conseguirlo, le ro. gamos hacéroslo saber. No dude en comunicarse con nosotros. Eproriat Pax México. wo oS COORDINACION EDITORIAL: Matilde Schoenfeld Culpabo De EDICION: Gilda Moreno Manzur Portapa: Victor M. Santos Gally © 2007 Editorial Pax México, Libreria Carlos Cesarman, S. Ay. Col. Santa Cruz Atoyac México DF 03310 ‘Teléfono: 5605 7677 Fax: 5605 7600 editorialpax@edirorialpax.com sauhitémoc 1430 wwweditorialpax.com Primera edicién ISBN 978-968-860-840- 1 Reservados todos los derechos Impreso en México / Printed in Mexico Indice DARIN OT RCIA Sissi tie Sai casa tad load SNE GRSE CAAT ix DN AGO 2 csc sit tials Pe ABB BAD PURIIOG We xi Tass a = A quiénes se dirige esta obra? ............-.... xv Capitulo 1. Eutanasia: definicién y clasificacién ..... 1 Definici6n ...........-2...2--.22---1 :Homicidio? Clasificacién Divisiones de la eutanasia Eutanasia activa 0 pos Eutanasia pasiva 0 negativa Eutanasia dir indir Terminologfa nuevao actual ........... 7 Distanasia .. 0... eee eee eee 8 Adistanasia. 4 vee G08 40% EAG-K Mad Bde Be 9 Or id 10 Referencias bibliograficas ............. 11 Capitulo 2. Antecedentes histéricos 3Cuestidn de justicia? Algunos casos vi ® INDICE Elccimen-mésiorendow leenmnasin gPuede volver a ocurrir? ............4- 24 La eutanasia en Holanda ............- 24 Un caso como ejemplo ..............34 Capitulo 3. La muerte: cémo comprenderla ....... 39 3Cudndo se considera muerta auna persona? ... ee... ee eee ee 39 PCH AIGION WIC se scorawreriepes-o-inacscesoen AR Proceso continuo ....... eee eee eee 45 El proceso de muerte .......-2.....0-5 46 Muerte aparente o relativa .......... 47 Muette clinica ac cin wen cans wen wows 47 Muerte absolut: cars cvs wane x enna cave x 48 Muerte total ............0.000008 48 Pruebas actuales .........--00200005 48 Suicidio celular, apoptosis . 49 EI siglo de la muerte Miedo a la muerte 53 Referencias bibliogrdficas - 60 Capitulo 4. Suicidio, eutanasia y legislacién ....... 61 Tipos de suicidios 20... ce eee ee eee 63 Suicidio y eutanasia.............000. 64 Suicidio y legislaci6n .............04. 65 gDerecho al suicidio? .........0..0055 68 Capitulo 5. Encarnizamiento terapéutico y cémo evitarlo 69 a Derechos de los pacientes Capitulo 6. Capitulo 7. Capitulo 8. Capitulo 9. INDICE ® vit Testamento de vida ............ woe x FZ Modelo de testamento de vida .........75 ‘Tecnologia de punta: :bendicién Omaldici6n? 5 ses vais ves oon oes « 76 2Vale la pena correr el riesgo? .... . sive 83 3Cudndo es una bendicién la tecnologia GE PULA. ose woes wsamase anime cent ate 84 Referencia bibliogrdfica ............. 84 El dolor y su control ............0005 85 El sentido del dolor Dolor total ...... Control del dolor fisico ... 2.2... .... 88 Nivel de conciencia ... 02... . eee eee 89 Referencias bibliograficas ............. 90 Medicina paliativa 2... 00.0... 20 0000. 91 Unidad de cuidados paliativos .........93 La enfermedad terminal ........ aoe 295 Referencias bibliogrdficas ............. 96 Calidad de vida y calidad de muerte (los tres uiltimos dias) ........... 97 Calidad dewida sex cee to5.% wea ee ness 97 Calidad de muerte (los tres UltiOS ALAS) | esse 2 eee me verne ove ~ ex 102 Referencias bibliogrdficas .... 60... « 105 La eutanasia desde diversas perspectivas . 107 Eutanasia y logoterapia ... 2.0.0... 107 La logoterapia ayuda al paciente a encontrar el sentido de su vida ... . 108 Biranasiaspneligtbit ic suis iaas tnesintens onan 142) viii ® INDICE :Cémo consideran las grandes religiones la eutanasia? .......... 112 Hach dOnd 6? access acca emis eH 120 Eutanasia y tanatologfa ............. 121 Lal 4 Eutanasia y minusvalidos .. La voluntad Eutanasia y legislaci6n .... 2.2.2... Razonesyuntdicasy iiiais sii ie aeatnaatiees Motivorde pitdiid 5. nxs-cwar nena Consentimicnto i -s0: vse nes nen Justicia : beens .. hibettad si coy as £58 ¥dGS ROW aoe Euranasia y ética 2. 2...6 62 sess eee Corrientes predominantes ......... 140 Etica de la santidad de la vida ...... 140 Erica de la calidad de vida ......... 141 Teorla teleologica oa ca vas a mere vor Teoria deontolégica . . Referencias bibliogréfica: Capitulo 10. La clinica terminal u hospice moderno y la eutanasia eQué es un hospicio u hospice? . La relacidén con la eutanasia Referencia bibliogrdfica ............ Conclusiones Bibliografia Agradecimientos Mi mas sincero agradecimiento por su ayuda y apoyo in- condicional a Esther, mi mejor amiga y amada esposa; no encuentro palabras para expresar cudn extraordinaria es. Sin su colaboracién, comprension, creatividad y entusiasmo no habria sido posible tranformar el manuscrito en este libro. Agradezco a mis maravillosos hijos José, Abraham y Ana su apoyo permanente y sus invaluables consejos; siempre los he considerado mis mejores maestros. A mi suegro, el doctor Abraham Bazan, le estoy sincera- mente agradecido por transmitirme su experiencia. Deseo también dar las gracias a mi amiga, la tanatdloga y logoterapeuta Maricarmen Musi, por apoyarme en este proyecto desde un principio. Mi agradecimiento a Moisés Baley por sus comentarios y el tiempo que dedicé a la revisién de algunos de los capi- tulos, en especial a la seccién de “Eutanasia y religién”. Gracias a Gilda Moreno Manzur, por su labor de edi- cién del original de esta obra. Por tiltimo, mi infinito agradecimiento a varios autores y maestros cuyas obras son una fuente cotidiana de inspiracién. Muchas gracias a mis lectores; con todo mi carifio. Prefacio gHemos venido aqui para reir o para llorar? @Estamos muriendo, 0 estamos naciendo? Carlos FUENTES Alestrenar un siglo en el que el terrorismo olfmpicamente inaugura sus juegos de muerte, se desploman ante la incré- dula mirada de mas de mil millones de televidentes las to- rres gemelas de Nueva York, circulan rumores de una terce- ra guerra mundial, explotan estaciones de trenes, arden embajadas y tropas invasoras hollan el suelo de numerosos paises. El martes 28 de noviembre de 2000 vemos por tele- vision que el Parlamento holandés vota a favor de legalizar la eutanasia voluntaria, proyecto apoyado por el gobierno. Ast Holanda se convierte en el primer pais en el mundo en legalizar la muerte piadosa. Si bien la eutanasia se toleré durante muchos afios en Holanda, era atin ilegal, por lo que, en teorfa, un médico que administrase una droga letal podria ser enjuiciado. Siguiendo el ejemplo de Holanda, en septiembre de 2002 Bélgica legalizé también esta prdctica a partir de los dieciocho afios de edad. Al hacerlo fue incluso mds all4 que Holanda al incluir no sélo a los pacientes en fase terminal, sino también a quienes padecen un insoportable sufrimiento psiquico o fisico. xii ® PREFACIO Cuando la eutanasia sea solicitada por personas que no padecen una enfermedad incurable, el médico deberd refle- xionar durante un mes y solicitar el consejo de dos colegas. En este libro, querido lector, veremos cémo en torno a la eutanasia las viejas formas de pensar, dogmas e ideologfas, por tiles y valiosas que hayan sido en el pasado, no se ade- cuan ya a los hechos. En este nuevo siglo emergemos del choque de nuevos valores y tecnologfas, nuevos estilos de vi- da y nuevos modos de comunicacién, lo cual exige nuevas ideas, analogfas, clasificaciones y conceptos, asf como nue- vas posturas y actitudes. La sociedad del mafiana deberd es- tar preparada para enfrentar estos cambios y no disculparse alegando que la llegada del futuro fue prematura. S6lo me resta decir que yo soy el tinico responsable de cualquier error que haya podido deslizarse en estas paginas, a nuestros mejores esfuerzos por evitarlo. pese Daniel BEHAR Introduccién Por fin conocimos al enemigo, y resulta que somos nosotros. Wat KEeLly rito mucho acerca de la eutana- sia, en un intento de aclarar los puntos mAs oscuros al res- En aiios recientes se ha es pecto y, a la vez, ponderar diversas tendencias. Estas abarcan desde las que reclaman un proyecto de ley fundamentado en la ética de la “calidad de vida’, que justifique la terminacién de ésta cuando dicha “calidad de vida” sea muy baja, es de- cir, “cuando la vida ya no sea vida’, hasta aquellas que de- fienden el valor de la vida al poner énfasis en la calidad sa- grada e intocable de la vida humana, por lo que no admiten bajo ningtin concepto su terminacién. En este trabajo adoptamos una posicién intermedia que no deja de reconocer la inviolabilidad de la vida, pero que en casos extremos justifica arriesgarla e incluso suprimirla cuando se trata de defender la integridad y la dignidad del individuo. Sin embargo a nuestra sociedad, contradictoria a mds no poder, le parece “normal” mandar a los sanos a la guerra a una muerte segura y a los enfermos en fase termi- nal, que padecen un mal crénico ¢ irreversible, sufren ho- rrores y piden a gritos la muerte, negérsela y obligarles a vi- Vir, si es que eso es vivir, que mds bien es sélo prolongar su agonfa. xiv ® INTRODUCCION El propdsito de este libro es que tu, querido lector, no olvides que es necesario comprender la vida del paciente en fase terminal poniéndonos en el lugar de alguien que pade- ce indescriptiblemente, y no desde la comodidad del pensa- miento razonable de la moral, 0 desde otras formas de pen- sar que impiden captar lo que tiene que soportar quien por desgracia se encuentra en esta situacién. Escucha lo que nos dice Ramén, un ser humano ex- traordinario que vivid durante treinta afios tetrapléjico y a quien en enero de 1998, una mano amiga le ayudé a conse- guir su libertad: Si hubiese sido un animal, habrfa recibido un trato acorde con los sentimientos humanos mas nobles. Me habrian rematada por- que les habrfa parecido inhumano dejarme en ese estado para el resto de la vida. A veces es mala suerte ser un mono degenerado! RAMON SamprpRa! Ramon reclamaba humanidad para su situacién y el amparo de la ley que le salvara de aquel dolor terrible y angustioso. Ojala que en un futuro no muy lejano promulguemos leyes que garanticen al enfermo que se encuentra en un pro- ceso irreversible y desea una muerte digna, el cumplimiento de su voluntad manifiesta. Es nuestro profundo deseo que pronto terminemos con la ob: toda costa, aun cuando irremediablemente, debido a sus cir- cunstancias, el enfermo tendria el derecho a dejar de vivir. Debe de ser terrible sentir que llega tu muerte y que te impidan morir, que te dejen aguardando en el infierno co- ién de mantener la vida a mo a Ramén, conectado al dolor y al sufrimiento. Y para qué? Quiza para que esperes una cura que no existe. ‘Todavia en este siglo que apenas empieza vemos con tristeza que la capacidad de “sufrir con los demés”, de soli- image not available image not available image not available 2 ® EUTANASIA: DEFINICION Y CLASIFICACION Tal piedad subyacente es mds explicita en la definicién de la Asociaci6n Médica Americana: “Acabar intencional- mente por piedad la vida de otro ser humano”. Asimismo, en 1975, Marc Oraison dijo en Paris: “Euta- nasia es matar a alguien para impedirle sufrir”. En una publicacién del 5 de mayo de 1980, la Congre- gacién de la Doctrina de la Fe,! ofrecié otra definicién en la que es més claro el motivo piadoso —erradicar el dolor y el sufrimiento-— y se considera la eutanasia pasiva por omisién: “Por eutanasia se entiende una accién 0 una omisién que, por su naturaleza o en la intencién, causa la muerte con el fin de eliminar el dolor”. El médico francés L. Dérobert? afirma: “Eutanasia es la muerte dulce y sin sufrimiento que se da a los enfermos in- curables, la evolucién de cuya enfermedad es fatal y que son torturados por dolores fisicos intolerables y persistentes que los medios terapéuticos no pueden atenuar”. Por su parte, el socidlogo espafiol Gonzalo Higuera’ de- finié la eutanasia como: “La prdctica que procura la muerte 0, mejor, abrevia una vida para evitar grandes dolores y mo- lestias al paciente, a peticién del mismo, de sus familiares o, sencillamente, por iniciativa de tercera persona que presen- cia, conoce e interviene en el caso concreto del moribundo’ La definicién de Higuera ha sido aceptada por algunos de los mds prominentes pensadores espaiioles, entre ellos, Marciano Vidal y Antonio Hortelano. Siguiendo con las definiciones, Ilegamos a la mds acep- tada, la de la Asociaci6n Médica Mundial: “Euranz acto deliberado, y contrario a la ética, de dar fin a la vida de un paciente, ya sea por su propio requerimiento o a peticién de sus familiares”. a es el image not available image not available image not available 6 ® EUTANASIA: DEFINICION Y CLASIFICACION No iniciar o suspender el tratamiento no quiere decir de manera alguna que no se cuide al enfermo o que no se atien- dan sus nec tracién de drogas para el control del dolor y se hace todo lo humanamente posible para que tenga una muerte digna. idades; de hecho, se contintia con la admini Eutanasia directa o indirecta La eutanasia directa se define como: “La realizacién de un acto que deliberadamente provoca la muerte del paciente”. La eutanasia indirec ién en que la muerte o la abreviacién de la vida pueden resultar co- mo efecto secundario no pretendido en sf”. La moral judeo-cristiana considera ilicita la eutanasia directa y Ifcita la eutanasia indirecta. Sporken dice al res- pecto: “Es perfectamente licito utilizar medios que supri- man o mitiguen el dolor, aunque éstos puedan, como efec- to secundario, abreviar el proceso de morir”.’ El uso de analgésicos, aun en caso de que ello entrafie el riesgo de an- ticipar la muerte, no representa problema moral alguno, ya que es inherente al tratamiento. El riesgo se presenta con ca- si todos los medicamentos y, aunque no se pretenda dafiar se define como: “La a al enfermo, éste lo correrd. Eutanasia voluniaria e involuntaria La primera es la que se realiza a peticién del paciente, 0 con su consentimiento. La segunda es cuenta la decisién del paciente. Seguin la moral judeo-cristiana, la eutanasia voluntaria se asemeja al suicidio, pero los factores psicolégicos impli- impuesta o se leva a cabo sin tomar en image not available image not available image not available 10 ® EUTANASIA: DEFINICION Y CLASIFICACION milia y el médico acuerdan no tratar una enfermedad agre- gada o secundaria que pueda provocar la muerte. Cuando un paciente se encuentra, por ejemplo, en la fase agénica de un padecimiento canceroso y contrae una pulmonfa, se opta no tratar esta tiltima para evitar prolongar su agonfa y la pena de sus familiares. Otro caso en el que se aplica la distanasia es cuando se ha comprobado la “muerte clinica” y no tiene sentido man- tener sdlo la vida inconsciente. Ortotanasia El tercero de los términos de la nomenclatura actual o nue- va, proviene de la rafz griega orthos, que significa recto, jus- to, y thanatos, que quiere decir muerte. Fue utilizado por primera vez por el doctor Boskan, de Lieja, en Belgica. Higuera la define como sigue: “La ortotanasia es aque- Ila postura que tiende a conocer y respetar el momento na- tural de la muerte de cada hombre y sus concretas circuns- tancias, sin querer adelantarlo para no incidir en la eutanasia reprobable, ni tampoco prolongar artificialmente cualquier tipo de vida con medios desproporcionados, para no caer en el extremo opuesto de una distanasia, también reprobable, aunque siempre dejando actuar ¢ intervenir la relativa liber- tad de conducta que permite y exige la racionalidad huma- na, frente a una pasividad meramente animal”.!! La definicién anterior coloca a la ortotanasia entre los extremos de la eutanasia y la distanasia, casi sustituto 0 equi- valente de la adistanasia. La tendencia actual es aceptar mds el término adistana- sia que el de ortotanasia, ya que el primero es técnicamente image not available image not available image not available 14 ® ANTECEDENTES HISTORICOS demuestra matdndose para escapar del amor, la pobreza o la angustia’. El suicidio llegé a definirse como una ofensa al Estado. Cuando se consumaba uno se imponia un castigo; se cortaba la mano derecha al suicida y se le enterraba en un lugar alejado, su familia era deshonrada y sus descendientes perdfan el derecho a ser ciudadanos. Con el paso del tiempo, lejos de desaprobar el suicidio, el Estado griego lo consentfa, fomentaba y respaldaba al gra- do de proporcionar cicuta—un veneno muy poderoso—, me- diante la presentacién de un permiso oficial, a quienes lo solicitaban de manera explicita para acabar con sus males y sufrimientos. Antes de que Sécrates pusiera fin a su vida con cicuta, demostré que la muerte era noble y deseable. En Grecia el suicidio era una forma de eutanasia volun- taria; es un logro de esta civilizacién haberlo despojado de muchos de sus horrores y supersticiones primitivos, hasta considerarlo una practica digna, ya que en algunas circuns- tancias era lo mds razonable y humano que se podfa hacer. No obstante, ello contrasta con el juramento hipocrdtico, vigente atin en la actualidad: “No daré ningtin tipo de dro- ga mortal, aunque se me pida, ni aconsejaré tal”... En Roma el suicidio se penalizaba sélo cuando era irra- cional. En tanto que se despreciaba a quien lo comerfa sin causa aparente, se consideraba que el enfermo en fase termi- nal tenfa motivos suficientes para llevarlo a cabo. Vivir no- blemente significaba morir noblemente y bajo el principado, a los aristécratas les era permitido suicidarse en lugar de ser ejecutados; el suicidio constitufa una forma aceptable de mo- rir para escapar del deshonor de caer en manos enemigas. En el judafsmo, recordemos al rey Satil (1Cr, 10:4): “Entonces dijo Satil a su escudero: Saca tu espada y traspa- image not available image not available image not available 18 ® ANTECEDENTES HISTORICOS No obstante los esfuerzos de estas asociaciones, una es- tadounidense y otra britdnica, para legalizar la eutanasia vo- luntaria, hasta ja fecha no lo han logrado. Algunos casos Hay una gran diferencia entre un hombre que prolonga su vida o su muerte. Si el cuerpo ya no sive para nada, spor qué no deberia liberarse al alma atormeniada? Quizé seria mejor hacerlo un poco antes, ya que cuando llegue ese momento es posible que no se pueda actuar. ECA En esta breve resefia histérica es preciso recordar algunos ca- sos que conmovieron la opinién piblica mundial. El primero sucedié en 1971, cuando los padres de Ana Karen Quinan, joven que entré en coma tras ingerir una do- sis masiva de barbittiricos y permanecié asi varios afios, ga- naron a través de un juicio la autor cién para aplicar la cutanasia. Otros casos muy sonados en los medios de informacion fueron las veintinueve muertes por sobredosis de insulina en de La Taya, asf como el juicio a las enfermeras de un hospital aus- trfaco de Lamz por la muerte “asistida” de cuarenta ancianos. En Portland, Oregon, Estados Unidos, vivia Janet Ad- kins, que era una mujer activa, esposa, madre y abuela, maes- una residencia para ancianos de la ciudad holande: tra de miisica, alpinista y amante de las actividades al aire libre. Después de sufrir un gradual y sutil deterioro de la memoria, le fue revelado por su médico el diagnédstico de que padecfa el mal de Alzheimer. Tras meditar sobre su fu- image not available image not available image not available 22% ANTECEDENTES HISTORICOS El crimen mas horrendo o la eutanasia nazi: lo que no es la eutanasia El nico problema de la humanidad es la carencia de amor. AURISTRES. Como ya sefialamos, mientras los movimientos a favor de la eutanasia voluntaria en la Gran Bretafia y en Estados Uni- dos fracasaban, en Alemania Hitler daba facultades a sus médicos para dar /a gracia de la muerte a los enfermos que consideraran incurables, después de someterlos a una valo- racién critica que dictaminara que, en efecto, eran vidas ca- rentes de valor. Para ello se basaban en lo expuesto en el li- bro de Hoche y Binding, publicado en 1920, en el que se ponfan de manifiesto las ventajas econdémicas que aportarfa la destruccién de los pacientes cuya vida determinaran que carecia de valor. En octubre de 1939 Hitler giré érdenes en relacién con la eutanasia, pero se les puso como fecha el 1° de septiem- bre de 1939, para que se acataran en relacién con la guerra, que justo estallara ese fatidico 1° de septiembre. Mas de se- tenta y cinco mil hombres, mujeres y nifios fueron asesina- dos bajo el rubro de eutanasia o muerte misericordiosa. Al principio se asesiné a los retrasados mentales graves y los claramente deformes; luego se incluy6 aun a nifos con ore- jas levemente deformadas o que se orinaban en la cama y ificiles de entrenar. Miles y miles fueron exterminados y el nimero de per- sonas a las que se adjudicaba la etiqueta de vida sin valor crecié de manera exponencial. Después de decidirse que sus vidas no tenfan valor, pasaban a ser candidatos a una buena eran image not available image not available image not available 26 ® ANTECEDENTES HISTORICOS nera gradual, cldusulas exculpatorias inicamente para la profesién médica. Los holandeses mantuvieron por varias décadas ideas firmes acerca de la eutanasia, en especial durante la Segun- da Guerra Mundial, cuando el pafs fue invadido por los na- zis. Los alemanes querfan continuar con el exterminio y la esterilizacién de los disminuidos mentales y los judfos en Francia y los Pafses Bajos ya ocupados. Sin embargo, se die- ron cuenta de que la tarea era muy dificil, pues los médicos de dichas naciones no habfan sido sometidos al mismo la- vado de cerebro que sus colegas alemanes; de ahj la alta pro- babilidad de que desacatarfan las érdenes de matar y come- ter los demas crimenes de eugenesia racial. El 19 de diciembre de 1941, Arthur Seyss-Inguart, co- mandante de las fuerzas del cer Reich en la Holanda ocu- pada, dicté una orden orientada a suavizar la situacién: El médico tiene el deber, por medio de consejos y esfuerzos ho- nestos, de asistir y ayudar a la persona que le sea confiada para cuidarla, y para mejorar y restablecer su vitalidad, su rendimien- to fisico y su salud.” Pese a la apariencia inofensiva del comunicado, los médicos lo interpretaron como el primer paso para ayudar a los na- zis en sus atroces crimenes y, por unanimidad, decidieron no cambiar sus principios éticos por nadie. Por consiguien- te, se negaron a cumplir la orden. El comandante nazi los amenazé con cancelarles la li- cencia. Entonces, cientos de médicos le enviaron sus licen- cias, borraron el nombre de sus placas, dejaron de firmar certificados de nacimientos y defunciones, y continuaron asistiendo a los enfermos. Seyss-Ynguart arresté a cien de ellos y los envié a campos de concentracién; pero ni siquie- image not available image not available image not available 30. & ANTECEDENTES HISTORICOS “La eutanasia justificada: un manual para la profesién mé- dica”. Al mismo tiempo, la ExiT!? de Londres publicé “La guia de la autoliberacién” y la Hemlock!! “Déjame morir antes de despertar”. La controversi a, que al principio fue te- rrible, muy pronto cedié, por lo menos en Holanda y en Es- tados Unidos, a medida que estas publicaciones tuvieron mayor aceptacién. La experiencia del servicio asistencial result6é muy util para la asociacién holandesa y sus usuarios. Con el fin de aliviar la tensién y la preocupacién del solicitante, era im- prescindible establecer contacto con él de inmediato; una vez al corriente de las alternativas, quedaba tiempo suficien- te para tomar decisiones con tranquilidad. Los voluntarios se especializaron en tratar la angustia, la tristeza y la rabia de itantes, antes de discutir con frialdad los pormeno- res de la eutana En 1980 la asociacién publicé un folleto titulado La en- tanasia justificada, en el que se informaba a los médicos so- bre los medicamentos mds apropiados para la eutanasia y la forma de utilizarlos. El folleto se envid a diecinueve mil mé- los soli a dicos y dos mil cien farmacéticos, y mds de diez mil perso- nas lo compraron. Hacia 1985, los voluntarios vis mds de mil personas cada afio. taban a Su actividad dependfa de la discrecién de los tres grupos y la tolerancia de la autoridad judicial. En 1981, el ministro de Justicia consideré la posibilidad de acusar a Klazien Sybrandy por informar a una pareja dénde podian adquitir medicamentos en Francia. Haciendo uso de esa informa- cién, la pareja se quité la vida. Sybrandy fue la estuvo mds cerca de ser procesada. stente que image not available image not available image not available 34 & ANTECEDENTES HISTORICOS fesional (médico, psicdlogo o asistente social, de acuerdo con las circunstancias del caso). 8. En la decisién debe intervenir un médico para rece- tar los medicamentos adecuados. 9. La decisién y la ayuda deben llevarse a cabo con las maximas precauciones. 10. No es necesario que el enfermo esté muriendo para recibir ayuda. Los parapléjicos pueden solicitar y ob- tener ayuda para morir. (El punto 10 corresponde a una decisién anterior de un tribunal, que ha sido adoptada por la Asociacién Médica Holandesa.) Un caso como ejemplo Una mujer de noventa y cinco afios de edad consulté a su médico durante un lustro acerca de la eutanasia. Debido a una fractura de cadera, la anciana tenia que permanecer en cama, dependiente de un catéter y del personal de un hos- pital. Habiendo firmado cinco afios atrés una declaracién de eutanasia 0 testamento de vida, al sentir que ya no valfa la pena vivir, volvié a hablar con su médico de la eutanasia ac- tiva voluntaria. El dia que ya no pudo ingerir alimentos sélidos ni It- quidos, ademds de sufrir dificultades para hablar, convencidé a su hijo de que la ayudaran a morir. Ella, su hijo, el médi- co que la atendfa y un colega suyo llegaron a un acuerdo. La enferma hizo los arreglos para su incinerac! diciendo adids a sus amigos. Después de una despedida en privado con su hijo y su nuera, se le aplicaron tres inyeccio- nes: la primera con barbitiricos para dormirla; la segunda, ocho minutos después, con mds barbituiricos para provocar ny envid cartas image not available image not available image not available 38 & ANTECEDENTES HISTORICOS Referencias bibliograficas Pep 13. 14, Paradys, Onatio de euthanasia, 1794. Arthur Schopenhauer, Sobre el suicidio, 1991 Federico Niewsche, Ast hablaba Zaratustra I: de la kibre muerie, 1932. Dr. Charles K. Millard, mismo discurso, 1931. Juez Morris Ploscowe, ‘Tribunal de Nueva York (declaracién década de 1950). . Idem. » Winston Churchill, La Segunda Guerra Mundial, 1959. - www.elmundo.es/cronica/2000/cr268/cr268/13html-13k ww y.jornada.unam.mx/200 1/04/25/02 Lalpol.html-6k . Asociacion pionera de sociedades no lucrativas y humanitarias en pro de la muerte “digna”, fundada en Londres en 1935. Su nombre actual es Asociacién Pro Eutana Voluntaria. . La Hemlock Society defiende en Estados Unidos la muerte "digna". Por cierto, hemlock significa cicura. . Klazien Sybrandy y Rob Bakker, Will you see to it thar I don't wake up, 1983. hup://www.vidahumana.org/index.huml hup://www.biocticabivctica.org/muertelLhunl D. Humphry y Ann Wickett, El derecho a morir, 2005. image not available image not available image not available 42% LA MUERTE: COMO COMPRENDERLA ciente esta conectado a un respirador mecdnico, pue- de comprobarse si respira por si mismo, desconec- tandolo durante tres minutos. 3. Falta de reflejos, o sea, pupilas fijas y dilatadas sin que exista movimiento ocular 0 parpadeo; los muiscu- los no se contraen al recibir estimulos. 4, Electroencefalograma plano durante tres minutos. Desde el punto de vista clinico, estos criterios han sido de gran utilidad, pero se ha concluido que el electroencefalo- grama plano, por sf mismo, no es un criterio irrefutable de muerte, a menos que se combine con las otras pruebas. Definicién juridica Ahora abordemos el punto de vista legal. En 1970, el esta- do de Kansas, en Estados Unidos, formalizé una definicién juridica de la muerte. Segtin el fiscal William Curran, en ella se elimind la incertidumbre macabra de la medicina y las le- yes, y tampoco se requeria la opinién de los médicos ni es- tablecer procedimientos clfnicos espectficos. La “definicién jurfdica de la muerte” de Kansas fue la primera en ser formalizada y estipula lo siguiente: Se considerara que una persona esta clinica y juridicamente muerla cuando, en opinién de un médico... hayan cesado las funciones cardiorrespiratorias espontdéneas... 0, se considerard que una persona esta clinica y jurfdicamente muerta cuando ha- ya cesado la funcién cerebral espontdnea... con base en normas corrientes de la practica médica. La declaracién de la muerte debe tener lugar antes de que se interrumpan las funciones respiratorias y circulatorias artificiales, image not available image not available image not available image not available image not available image not available image not available 50 & LAMUERTE: COMO COMPRENDERLA sis, término que significa “desprendimiento de los pétalos de una flor”. La muerte celular programada le permite a un organis- mo tener un desarrollo arménico. Si por algunas deficien- cias genéticas 0 mediante manipulaciones experimentales impidiéramos la muerte celular programada, ello no darfa como resultado la vida eterna o la inmortalidad. La conse- cuencia serfa la monstruosidad 0 teratogénesis y el desarro- Ilo de tumores, ya que las células se multiplicarian sin cesar y llegarfan a diferenciarse de manera anormal. Se han detec- tado casos en los que los genes de la muerte se quedan “sor- dos” y no “escuchan” la orden de activarse. O bien, si la “es- cuchan”, pero los mecanismos que deben ejecutarla no obedecen y la célula queda desconectada en un estado que se denomina homeost: viden en forma alocada, sin ton ni son, y pueden bloquear o interrumpir la formacién de un tejido, de un drgano, et- cétera y formar por su propia cuenta una masa tumoral. Ul- timamente se ha informado que existen células cancerosas is celular; asf, las células sordas se di- que fabrican su propia orden de no mori, reproducirse y se- guir ocasionando el mal. Se ha identificado ya a algunos de los genes responsables les Ila- me genes de la muerte celular programada, algunos desem- pefian el papel de “malos” y otros, el de “buenos”. Entonces, la muerte se produce segtin cudles ganen, “los buenos” o “los malos”. Cuando ganan estos tltimos y se presenta el proce- so de muerte celular programada, se evitardn tumores y monstruosidades. De tal modo, éste es un mecanismo efi- ciente que utiliza la naturaleza para corregir o disminuir sus errores. de la apoptosis y se descubrié que, aunque a todos s image not available image not available image not available 54 ® LAMUERTE: COMO COMPRENDERLA da uno deberd cultivar y morir su propia muerte. Todos es- tamos muriendo, pero la “muerte total” sélo ocurriré cuan- do todas las células de nuestro cuerpo mueran. La muerte es algo natural y desde el nacimiento empe- zamos a morir. Es un fendmeno fisico inevitable que tinica- mente afecta al cuerpo, por lo cual no cabe la menor duda de que nuestro cuerpo fisico morird, tan sélo es cuestién de “tiempo”. “Lo tinico seguro en esta vida es la muerte”, dice el dicho; por ello, como vamos a morir, es importante ente- rarnos de lo siguiente. Segtin la biologfa actual, la continuacién de la vida de- pende, en esencia, de la salud del cerebro y del sistema ner- vioso, el “yo” es simplemente una construccién de nuestra mente y la mente es sdlo un producto de nuestro cerebro. Pero si podemos abandonar el cerebro y el sistema nervioso, si nuestra conciencia es capaz de funcionar fuera del cuerpo fisico, entonces nuestra identidad ser algo mucho mds com- plejo de lo que jamds sofamos. El profesor William Tiller, de la Universidad de Stan- ford, opina que el sistema corporal 0 “somdtico” del hombre esta complementado por una o varias estructuras denomi- nadas “conjunto humano”. Sostiene que hay tres niveles de lo que él Ilama “realidad corporal”, los cuales son iguales y complementarios a la forma fisica. Por ejemplo, la acupun- tura presupone la existencia de un segundo cuerpo en el que la energia circula por canales hasta ahora invisibles. En la medicina, para creer en la existencia de un campo vital 0 “segundo sistema corporal”, se realizan observaciones de cé- lulas humanas que se encuentran en condiciones de recha- zar las mismas funciones y reordenarse entre si, para no seguir la misma pauta de las células que murieron. Las ex- image not available image not available image not available 58 ® LAMUERTE: COMO COMPRENDERLA Lo anterior apoya la idea de que en otros planos el tiem- po no existe en forma secuencial —pasado, presente y futu- ro-; mas bien, “todos los tiempos” se encuentran al mismo tiempo, es decir en un “presente eterno” en el cual pasado, presente y futuro existen de modo “interrelacional”. Asf como las particulas mencionadas, también las per- sonas pueden influir entre si, ya que todo el universo es un “fluido continuo” ¢ “interrelacionado”. El tiempo no es un continuo. Es un elemento de relati- vidad que existe verticalmente, no horizontalmente. Si lo consideramos como un “concepto vertical” podemos pensar que es un eje que representa el “momento de ahora”, un “pre- sente eterno” o un “modo interrelacional”. Imaginemos una serie de “placas” adheridas a este eje, una seguida de otra, y asf sucesivamente. Las placas son los elementos del tiempo y cada una por separado es distinta de la otra, aunque exis- ten todas éstas al mismo tiempo. Pero todas las “placas” que cubren el eje vertical que denominamos “momento de aho- ra’, “presente eterno” o “modo interrelacional”, todas ellas a la vez, tantas placas como habrd siempre, tantas placas como hubo siempre, nos llevan a concluir que sdlo hay un mo- mento, este “eterno de ahora”. Todo estd sucediendo en “es- te momento”. Todo estd sucediendo en todas partes. No existe el tiempo secuencial, sino el “ahora” y no hay mds lu- gar que el “aqui”. “Aqui y ahora” es “todo lo que hay”. Dentro de nuestra “realidad relativa” experimentamos el tiempo como un movimiento, no como una constante, y so- mos nosotros los que nos movemos, no el tiempo. El tiem- pO no tiene movimiento y —como vimos-, sélo hay un mo- mento. Y cuando nos sucede algo muy importante decimos: image not available image not available image not available 62. ® SUICIDIO, EUTANASIAY LEGISLACION mayor 0 menor medida, nuestra vida est4 atiborrada de tra- gedias y comedias, engafios y decepciones, momentos mara- villosos y problemas y contratiempos. Atravesamos por épocas dificiles y en ocasiones nuestra vida nos parece vacfa, sin sentido, sin rumbo, inmersa en conflictos que contemplamos como impedimentos para gozarla y sentir placer. Justo en esos momentos Algidos y depresivos debemos intensificar la busqueda de motivos genuinos para seguir viviendo, motivos que nos impulsen a no naufragar en el mar del suicidio y a fortalecer nuestra existencia. éQué sucede cuando no encontramos esos motivos? Al- gunos corremos peligro de suicidarnos, no tanto porque de pronto aparezca una causa para morir, sino porque nos fal- tan razones para vivi Si eso sucede es imprescindible tener muy presente que quitarnos la vida no resolverd nuestros problemas, sino que los catapultard a otros, por lo general nuestros seres queridos, quienes ~sin deberla ni temerla tendrdn que “cargar” con el suicida. Y ;qué sucede con todo lo que se sacudié quien realizé la autocjecucién? Fue a parar como “herencia” nada menos que a sus deudos. ;Serd ésta la mejor de las herencias? Con tri za, la respuesta es 20. Vemos que lo que le ha- ce falta al suicida es coraje para vencerse y aquf viene como anillo al dedo la famosa frase de Walt Kelly, mencionada en un capitulo anterior: “Por fin conocimos al enemigo, y re- sulta que somos nosotros”. Cuando el futuro se vislumbra incierto, sin vencernos, hemos de tomar decisiones orienta- das a salir de los dilemas y reencontrar el sentido de la vida. El acto de cometer autoejecucién se define como: “quitarse la vida de manera intencional, matarse”, y al que se encuen- image not available image not available image not available image not available image not available image not available image not available 70 ® ENCARNIZAMIENTO TERAPEUTICO Y COMO EVITARLO intitiles, ya sea porque la curacién es imposible o porque el beneficio esperado es menor a los inconyenientes. ‘vitar la destruccién de la vida se considera uno de los principios fundamentales de la conducta humana. Sin em- bargo, ;qué sentido tiene mantener con vida a una persona con medios artificiales cuando es seguro que de otro modo morirfa? Si el paciente no cuenta con posibilidades de recu- perarse, no hay tal sentido. Es mejor dejar que mucra en forma natural y “digna” dentro de una atmésfera serena, Ile- na de paz y amor. Hay casos en los que los intentos de rea- nimacién provocan al moribundo perturbaciones innecesa- rias, como la actividad frenética que lo rodea en ese tiltimo intento por salvarlo, cuando ya esta practicamente muerto: se le atiborra de medicamentos, le clavan docenas de agujas, lo sacuden con fuertes descargas eléctricas y en esos tltimos momentos se intenta registrar con “precisién enfermiza” el ritmo cardiaco, los niveles de oxigeno, la actividad cerebral, etcétera. ;Y para qué, si no hay esperanza de recuperacién para ese paciente? Es mejor cambiar esa “histeria tecnolégica” por calidad de vida en los tiltimos momentos del ser querido. Resulta dificil creer que alguien quiera eso para otra per- sona; nadie merece que lo conecten a toda esa maquinaria infernal para ser mantenido artificialmente en un estado de casi vida. Lo mas seguro. es que SI ese Casi VIVO pudiera ma- nifestar sus deseos, dirfa: “Dejen de molestarme; ya estoy entubado, conectado a una maquina, cortado por todas par- tes, dejen por favor de torturarme y tratarme como a un ob- jeto de experimentaci6n. Soy un ser humano que s6lo desea morir con dignidad y rodeado de amor; no me mantengan un segundo mas en este deshumanizado aislamiento”. image not available image not available image not available aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. image not available aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. image not available image not available image not available aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. image not available aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. image not available image not available image not available 100 # CALIDAD DE VIDA Y CALIDAD DE MUERTE (LOS TRES ULTIMOS DAS) hay mds ocasiones de escuchar que de hablar —al menos el doble, por eso tenemos dos orejas y una sola boca—. A un enfermo en fase terminal es muy importante escucharlo ade- cuadamente, sentados al lado de él o en su cama, nunca de pie y mucho menos con los brazos cruzados. Si lo escucha- mos con atencién, sabremos cudles son las respuestas que necesita recibir y si estA en condiciones de hacerlo; por ello debemos escuchar no sélo lo que dice, sino también la ma- nera como lo dice. La comunicacién no verbal es de suma importancia: con ella podemos expresarnos y hablar en voz mas alta y fuer- te que con la comunicacién verbal. Al escuchar debemos procurar no interrumpir; si lo hacemos y nos permitimos caer en la incontinencia verbal, ésta no nos permitird escu- char bien. i escuchamos bien, percibiremos, interpretare- mos, evaluaremos y responderemos de manera adecuada. Ademas, debemos sentir, oft y captar expresiones y gestos corporales, asi como interpretar y evaluar para responder bien y atinadamente. Oir es distinto de escuchar. El primero es un acto pasi- vo y automiatico, en tanto que el segundo es un acto de aten- cidn activa del cual podemos derivar preguntas y respuestas. Al escuchar al paciente o a nuestro familiar nos enteraremos de qué es importante para dl, lo cual quiz no se relacione con lo que suponemos. Y no slo eso: escuchar es en sf un acto terapéutico y a veces suficiente para elevar la autoesti- ma y reducir la tensién del enfermo, ayudarle a liberar sus sentimientos y enfrentar mejor el problema, y —por qué no— incluso cooperar en su tratamiento. Es muy importante sa- ludar al enfermo por su nombre y, de ser posible, darle la mano, presentarse, explicar la raz6n de la visita, sentarse pa- image not available image not available image not available image not available image not available NASIAY LOGOTERAPIA ® 109 Lo que el hombre realmente necesita no es vivir sin tensiones, si- no esforzarse y luchar por una meta que le merezca la pena. Asi como es benéfico saber el sentido de nuestra vida, el sen- timiento de que la nuestra carece total y definitivamente de éste influye en forma nociva para atraparnos en un “vacio existencial”, el cual se manifiesta sobre todo como un esta- do de tedio, de aburrimiento, de hastfo, y representa uno de los problemas que mds llevan a visitar al psiquiatra. éQuién puede responder cual es el sentido de la vida? Quizd nadie pueda hacerlo en términos generales, ya que éste difiere de una persona a otra y de un momento a otro. Entonces, mas que buscarle un sentido abstracto a la vida, hay que buscar la misién que cada uno tiene que cumplir. En tltima instancia, la cuestién del significado de la vida representa un reto que cada hombre debe resolver por sf so- lo. En consecuencia, la logoterapia considera que la esencia intima de la existencia humana reside en su capacidad de ser responsable. En la logoterapia se pretende que el paciente sea cons- ciente de sus responsabilidades y que él sea quien decida por qué o ante quién se considera responsable. La funcién del logoterapeuta es ampliar el campo visual del paciente y la lo- goterapia no le impone ningtin juicio, pues la verdad se im- pone por s{ misma. En esta terapia la autorrealizacién no es la verdadera meta de la existencia humana porque, cuanto més se esfuerza el hombre por conseguirla, més se le escapa; porque, en la medida en que el hombre cumple el sentido de su vida, en esa misma medida se autorrealiza. palabras, la autorrealizacion no se alcanza cuando es consi- derada como un fin sino cuando se contempla como efecto secundario de la propia trascendencia. n otras 110% LA EUTANASIA DESDE DIVERSAS PERSPECTIVAS Lo que es el sentido de la vida puede descubrirse por tres caminos: * Al realizar una accién. * Al tener algtin principio. © Por el sufrimiento. En el primer camino el medio para llegar al cumplimiento es obvio. En el segundo el medio serfa, por ejemplo, el amor. Frankl? dice: El amor constituye la Gnica manera de aprehender a otro ser hu- mano en lo mds profundo de su personalidad... nadie puede ser totalmente conocedor de la esencia de otro ser humano si no le ama En logoterapia el amor es un fenédmeno primario para en- contrar el sentido de la vida. El tercer camino es por el sufrimicnto; aqui lo mds im- portante es la actitud hacia él, de cargar con él. Segtin Frankl, en cierto modo el sufrimiento deja de serlo en el momento en que encuentra un sentido, como puede serlo el sacrificio. Acerca del postulado de la logoterapia de que que el principal interés del hombre no es tanto encontrar el placer o evitar el dolor, sino encontrarle sentido a la vida, Frankl3 —que tanto hablo y escribié acerca de ello-, comenté en una entrevista en 1988: El dolor debe ser eliminado siempre que sea posible. Pero exis- ten dolores que no se pueden eliminar; entonces, cuando no se puede cambiar nada de la situacién, soy yo el que tengo que cambiar mi actitud ante la situacién que vivo, y cambiando yo mismo, creciendo, madurando, con esa situacién, me hago més fuerte y valiente para vivir el sufrimiento con fortaleza y dignidad. 112 LAEUTANASIA DESDE DIVERSAS PERSPECTIVAS Después de todo, el hombre es ese ser que ha inventado las cé- maras de gas de Auschwitz, pero también es el ser que ha entra- do en esas cdmaras con la cabeza erguida y el Padre Nuestro 0 el Shema Israel en los labios. Eutanasia y religién Yahvé: No permaneceré para siempre mi espiritu en el hombre, porque no es mds que carne; que sus dias sean cienio veinte afios GEnesIs: 6,1 éCémo consideran las grandes religiones la eutanasia? El judafsmo esté fundamentado en la Biblia hebrea, la cual consta de veinticuatro libros divididos en tres secciones. La primera, el Pentateuco o Tord, contiene bdsicamente los pre- ceptos legales en cinco libros: Génesis 0 Bereshit, Exodo 0 Shemot, Levitico 0 Vayikrd, Nimeros 0 Bamidbar, y Deute- ronomio o Dvarim. Estos cinco libros se denominan Escritos sagrados o kit- be, kodesh 0 Tord escrita (Mikrd). Por otro lado, existe la To- ré oral (Mishnd). Esta, mds su explicacién © comentario (Guemard), constituye el estudio de la ley 0 Talmud Tor Los comentaristas mds recientes del Talmud son los denominados Amoraim, agrupados en dos escuelas: la Es- cuela Palestina, creadora del Talmud de Jerusalem, y la Escuela Babilonia, creadora del Talmud de Babilonia. En Espafia se realizaron cédigos legales, como el de Isaac Alfassi en el siglo x1, y un siglo después Maiménides 116% LA EUTANASIA DESDE DIVERSAS PERSPECTIVAS * Causar intencionalmente la propia muerte, 0 suici- darse, es, por tanto, una accién comparable al asesi- nato, y se consideraré como un rechazo a la soberanfa y el amor de Dios. Si bien a menudo el suicidio supone el desprecio a sf mis- mo, la negacién del instinto natural por la vida y el incum- plimiento de los deberes de justi prdjimo, las distintas comunidades 0 la sociedad en general han reconocido que en ocasiones existen factores psicolégi- cos que disminuyen 0 eliminan por completo la responsabi- ia y caridad para con el lidad del mismo. Desde luego, hay que diferenciar entre el suicidio y el sacrificio de la propia vida por una causa elevada, como la gloria de Dios, la salvacién de las almaso la ayuda al prdjimo. A excepcién de los budistas ortodoxos, que condenan la eutanasia pasiva y aceptan la activa, las religiones en general aceptan la primera por calificarla de natural y acorde con los designios de Dios, en tanto que piensan que la segunda equivale al suicidio, considerado tabu. Como ya mencionamos, las civili tre ellas Grecia y Roma, llegaron no sdlo a tolerar, sino en algunos casos a aprobar el suicidio, cuando era justificado. Muchos de los mds grandes filésofos de entonces debatieron acerca del suicidio y algunos de ellos acabaron por aceptar- lo bajo ciertas condiciones. Hoy dia el suicidio entre los ancianos es uno de los pro- blemas mas graves en algunos pases donde se llega a edades avanzadas (mds allé de los ochenta afios). Sin embargo, en zaciones antiguas, donde la esperanza de vida ape- nas si se acercaba a los treinta afios —salvo raras excepcio- aciones antiguas, en- las civi nes-, los suicidios eran resultado de frustaciones de otra in- EUTANASIAY RELIGION ® 117 dole, por ejemplo, politicas o militares. De todos modos, era casi privativo de las clases altas y no se permitfa que los sir- vientes o los soldados lo cometieran, ya que sus servicios eran vitales para la sociedad. Doris Portwood? habla del cambio en la actitud frente al suicidio al surgir el cristianismo: Los primeros cristianos adoptaron una actitud nueva frente al sui cidio, pues la perspectiva de una salvacién inmediata les produ- cfa un jdbilo un tanto fanatico. No faltaban candidatos para las torturas que se Ilevaban a cabo en la palestra; la muerte de un martir significaba un lugar reservado entre los bienaventurados del cielo. Hoy en dia, estos suicidios se considerarian como pa- sivos en lugar de activos. Los primeros cristianos no se suicida- ban con la espada o la cicuta, sino que se dirigian resueltos hombres, mujeres y nifos— a soportar situaciones (con frecuen- cia provocadas) que les conducian no sdlo a la muerte, sino a una muerte del tipo mas siniesiro. Hechos como el relatado afectaron al cristianismo en su ex- pansién, debido a la gran pérdida de seguidores y en 563 d.C., en el Concilio de Braga, se conden6 el suicidio, ha- ciendo alusién al sexto mandamiento, “No matarés”. Auto- destruirse era un pecado tan grave como el homicidio. San Agustin® dijo: La vida es un don de Dios y el hombre no puede traicionarla Desp Santo Tomds de Aquino? reforzé este argu- mento al sefialar: El suicidio es un pecado mortal contrario a las leyes de la natu- raleza, perjudicial para la humanidad, y el simbolo del ser hu- mano desafiando las prerrogativas divinas relativas a las decisio- nes de la vida y la muerte. Desde entonces los puntos de vista de San Agustin y Santo “Tomdade:Aquino than prevalecid. 118% LA EUTANASIA DESDE DIVERSAS PERSPECTIVAS Sin embargo, en la Biblia no hay orden alguna contra el suicidio, salvo la interpretacién literal del sexto manda- miento, el relato de algunos de estos actos —seis, para ser exactos-: los del rey Saul, Abimelech, Sansén, Ahitofel, Zambri y Judas. Hay la hipétesis de que Jesucristo se suicidé, al no aban- donar la ciudad cuando supo que su crucifixién era inmi- nente. W. Rauschen!° opina al respecto: Si hubiera abandonado la ciudad, parece enteramente probable que los fariseos le hubieran dejado en paz. En el siglo 111 d. C. los padres de la Iglesia Tertullian y Ori- genes dijeron que en el caso de Jestis no puede hablarse de suicidio, sino de sacrificio. Los tedlogos argumentan que Je- stis se sacrificé intencionadamente por culpa de otros, mien- tras que los seis suicidios biblicos se cometieron por razo- nes egoistas. La Biblia se refiere a algunos pensamientos que parecen suicidas. Por ejemplo, cuando Jonds fue advertido de que podfa morir, contest6: “Para mf es mejor morir que vivir” (Jon. 4,8). Y cuando Jestis preparé a sus discfpulos para su muerte, “Tomas, llamado el Gemelo, dijo a sus condiscipu- los: ‘Vayamos todos a morir con El” (Juan 11,6). William V. Rauschen!! dice al respecto: EI dilema moral al que nos enfrentamos se debe a que no hemos comprendido, o no hemos querido comprender, lo que la Biblia dice en realidad sobre la muerte y el suicidio... Hoy en dia, el problema del suicidio es tremendamente complicado; cuando tomamos la Biblia como guia, encontramos que insiste en que la muerte intencionada debe contemplarse como un suirimiento y no sdlo por uno mismo. Debe incluir el tipo de sufrimiento re- dentor representado por la muerte de Jestis. EUTANASIAY RELIGION ® 119 Los tedlogos siempre se han pronunciado en contra de ma- tar, bajo cualquier circunstancia, invocando el cardcter in- violable de la vida. Pero las Iglesias han apoyado las guerras “justas”, han autorizado la pena de muerte y aprobado el matar en defen- sa propia. Sobran los casos de reyes y politicos que han uti- lizado la religién para hacer la guerra. De tal forma, el prin- cipio de inviolabilidad de la vida no esta tan claro como parece; ademas, si definimos la vida en términos humanos y no bioldgicos, la inviolabilidad consistird tan sélo en que no debe ponerse fin a una vida, a menos que cxistan razones morales convincentes para hacerlo, Un critico que no cree que la Biblia deba tomarse como base para solucionar el problema del suicidio es Louis Baer,!2 quien dice: Ya que en, cualquier caso, corresponde al individuo juzgar por sf mismo y de acuerdo con sus convicciones en el momento de to~ mar una decisién de tipo moral. Si un cristiano esté convencido de que el suicidio infringe siempre la palabra de Dios, debe evi- tar incluso el pensar en ello. Si, por el contrario, cree que éste no es el caso, debe intentar concretar las condiciones bajo las cua- les el suicidio es permisible... limitandolas a los casos en que el proceso de morir amenace con destruir la calidad humana de la persona, antes de que sobrevenga la muerte. A mediados de la década de 1980, Gerald Larue,'3 profesor emérito de religién de la Universidad del Sur de California, realiz6 un estudio acerca de la actitud de las religiones fren- te a la curanasia. Llegé a la conclusién de que abordan el te- ma desde los puntos de vista teolégico y académico, y no se ponen en contacto directo con el sufrimiento y el dolor de los enfermos. 120 # LA EUTANASIA DESDE DIVERSAS PERSPECTIVAS El académico manifiesta: Algunas iglesias protestantes liberales, aunque siguen conside- rando la Biblia como su gufa espiritual, abordan la cuestién de la eutanasia para los enfermos en fase terminal y con dolores intra- tables desde una perspectiva humana y orientada hacia la perso- na, en lugar de tratar lo que en la Biblia consta 0 no al respecto. Segtin Larue, detrds de cada postura subyace un sistema de creencias que, en las religiones tradicionales, se basa en la mitologfa, la historia sagrada y una ficcién de tipo religioso, y; ademds;icondicionailasrespucstas. Y prosigue: La conviccién fundamental presupone que lo divino ha penetra- do en el ambito de lo secular de alguna forma especial, 0 que el concepto de deidad se ha introducido en la esfera de la vida hu- mana, a fin de revelar modelos acepiables para la vida y normas legales sobre la vida y la muerte... A partir de los mitos o de la historia sagrada, se han implantado normas y leyes que contro- lan y dirigen las vidas de los verdaderos creyentes. Se cree que estos principios han sido revelados de forma sobrenatural, y que representan la voluntad divina con respecto a los seres humanos. éHacia dénde? Yen esos dias, los hombres buscarén la muerte y no la hallarén; anhelarén mori, pero la muerte se alejard de ellos. (Rev. 9, 6) En la actualidad las religiones tradicionales revisan sus pos- turas frente a los dos tipos de eutanasia y, como todo es po- sible, algtin dfa quizds encuentren en sus diferentes libros y EUTANASIA Y TANATOLOGIA %& 123 El descubrimiento de Elisabeth Kiibler-Ross ha sido confirmado por muchos otros estudios psicoldgicos y por el andlisis de los diarios de los moribundos. La investigadora admite que no todos pasan por todas las fases, ni en el mis- mo orden ni de la misma manera, que cada muerte es tini- ca y cada uno lleva dentro de si la propia. Otro investigador, Paul Sporken,!6 sefiala que hay cua- tro fai ¢ Ignorancia * Inseguridad * Negacién implicita © Informacién de la verdad Estas fases son anteriores a la de choque. En 1982, E. Mansell Pattison!7 habla del surgimiento de tres crisis cuando se conoce el diagnéstico: * Crisis aguda - gran ansiedad ¢ Crisis crénica - vivir-morir * Crisis terminal - conductas de huida Aquf analizaremos con detalle la etapa de depresidn, por su intima relacién con la eutanasia. Se ha observado que mu- chas peticiones de practicarla se suscitan cuando el paciente se encuentra en esta fase, cuando es presa de sentimientos de temor, desamparo y soledad. La de la depresién es la etapa mds prolongada y muchas veces se agrava por preocupacio- nes externas, como las relaciones familiares y el costo del tra- tamiento. Kiibler-Ross dice al respecto: Si podemos aceptar las necesidades de nuestros pacientes y no proyectamos las nuestras, el moribundo llegaré entonces a la fa- image not available image not available image not available aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. image not available image not available image not available image not available image not available image not available aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. image not available aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.

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