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Al escoger ustedes desde el inicio del año lectivo 2015-2016 la metáfora de los Aviadores
para darle un nombre significativo a su grupo de undécimo grado, entiendo que quisieron
expresar así no sólo la trayectoria que hoy culminan al recibir el diploma de Bachilleres del
Colegio San José, sino también el sentido de un proyecto de vida que debe continuar para
cada cual a todo lo largo de su existencia.
Tres frases significativas de Saint-Exupéry nos invitan a vivir el sentido de la metáfora del
vuelo: 1ª- “El mundo entero se aparta cuando ve pasar a alguien que sabe adónde va”. 2ª -
“El ser humano se descubre cuando se mide con un obstáculo”. 3ª- “Haz de tu vida un
sueño, y de tu sueño una realidad”.
Cada uno y cada una de ustedes tiene la posibilidad de destacarse en el logro de sus metas
personales, desarrollando al máximo los talentos que Dios les ha confiado, siendo en este
sentido aviadores que tienen clara su ruta y la recorren con la mirada puesta en la
excelencia, en medio de un mundo donde abundan la mediocridad y el culto al éxito fácil,
sin esfuerzo.
Por eso, al expresarles nuestras felicitaciones por haber culminado sus estudios de
secundaria haciéndose merecedores del diploma que van a recibir próximamente,
queremos desearles lo mejor en la realización y la culminación de su vuelo, es decir, de su
proyecto de vida. La realización de este deseo, que es también el de cada uno y cada una
de ustedes, sólo será posible en la medida en que se esfuercen todos los días por llevar a
la práctica los principios y valores que esta Institución les ha comunicado a través de su
propuesta educativa, gracias al trabajo de sus profesores y de las demás personas que han
contribuido al desarrollo de su vida escolar y a su formación integral.
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Porque el éxito en su sentido pleno no consiste únicamente en los bienes materiales que
les pueda reportar el desempeño laboral a partir de las carreras o profesiones que
emprendan, sino también, y ante todo, en el la calidad del servicio que le presten a la
humanidad mediante el aporte competente de sus conocimientos, sus habilidades prácticas
y sus actitudes éticas de compromiso responsable, para la construcción de una sociedad
justa y pacífica, en la que todas las personas puedan ver reconocida su dignidad y
respetados sus derechos.
Al dar ustedes después de este acto el primer paso como exalumnos y exalumnas del
Colegio San José, tienen el reto de comenzar una nueva etapa de su vida con toda la
responsabilidad que conlleva honrar, mediante el testimonio de su conducta, el nombre de
esta Institución que ha contribuido a su educación como personas integrales.
Una conducta animada siempre por el espíritu del Magis, que, como sabemos, es el vocablo
latino propio de la impronta ignaciana de búsqueda de la excelencia que inspira a las
instituciones regentadas por la Compañía de Jesús, y que significa la conjunción de los
términos más, mejor y mayor: ser más para servir mejor, buscando siempre en todo la
mayor gloria de Dios, que en definitiva consiste en la realización plena y feliz de la vida
humana para todos. Por eso, en cualquier lugar de la región, del país o del planeta, el ser
exalumno graduado del Colegio San José debe implicar la conciencia de empeñarse con
excelencia en la construcción de un mundo cada día mejor para todos los seres humanos,
empezando por los más desposeídos.
Ustedes, queridos Bachilleres de la Promoción 2016, han sido formados en este Colegio
con el criterio ético de un ejercicio responsable de la libertad, es decir, de una autonomía
consistente en la capacidad de asumir opciones y tomar decisiones teniendo en cuenta
siempre el respeto a sí mismos y a los demás, conjugando la realización personal con el
bien común.
- Este criterio deberán asumirlo siempre en las nuevas relaciones humanas y sociales
que van a tener en su educación superior, de modo que su comportamiento sea en todo
momento constructivo.
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- Busquen acompañamiento y orientación mediante la asesoría de personas
competentes que les puedan ayudar con su juicio y su experiencia.
En ese mismo discurso, después de hablarles de las virtudes humanas, el Papa Francisco
insistió en dos grandes valores: la libertad y el servicio. “Para ser magnánimos con libertad
interior y espíritu de servicio -les dijo- se requiere la formación espiritual. ¡Queridos jóvenes,
amen cada vez más a Jesucristo! Nuestra vida es una respuesta a su llamada y ustedes
serán felices y construirán bien su vida si saben responder a esa llamada. Sientan la
presencia del Señor en su vida. Él está cerca de cada uno de ustedes como compañero,
como amigo, que les ayuda a comprender, que les alienta en los momentos difíciles y nunca
les abandona. En la oración, en el diálogo con Él, en la lectura de la Biblia, descubrirán que
Él está realmente cerca. Y aprendan también a leer los signos de Dios en su vida. Él
siempre nos habla, incluso a través de los hechos de nuestro tiempo y de nuestra existencia
cotidiana: a nosotros nos corresponde escucharlo”.
Queridos y queridas Bachilleres: Al unirme a ustedes para darle una vez más gracias a
Dios, como lo hicimos en la Eucaristía de ayer, y para agradecer también los esfuerzos de
sus padres y madres o acudientes, junto con los de sus educadores en el Colegio para que
ustedes llegaran a esta culminación de sus estudios escolares, les reitero mis felicitaciones
y deseos de éxito pleno en la nueva etapa que van a iniciar. No les deseo “suerte”, porque
la suerte no necesariamente va unida al trabajo y al esfuerzo. Les deseo más bien que
sigan esforzándose, como pilotos de sus propias vidas, por alcanzar los más altos ideales
de una existencia plenamente realizada y verdaderamente feliz, para cada una y cada uno
de ustedes, y contribuyendo a que también los alcancen las personas con las cuales se
encuentren o compartan su viaje por este mundo.
Que así sea para todos, con la intercesión de María, nuestra madre celestial, de San José,
patrono de nuestro Colegio, de San Ignacio de Loyola, inspirador del proyecto educativo de
la Compañía de Jesús, y con la bendición de Dios, nuestro Creador, que es la fuente de
toda verdadera sabiduría y de toda auténtica felicidad.