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Cuando el sudor de las glándulas apocrinas reacciona con las bacterias de la piel,
puede causar un olor corporal desagradable. Es cierto que la gran parte de este
problema podría solucionarse mediante una higiene adecuada; duchas regulares,
aplicarse desodorante, usar ropa limpia y un cepillado de dientes regular pueden
ayudar a controlar el olor corporal. No obstante, hay veces que incluso llevando
una higiene realmente increíble, el hedor es un problema persistente. ¿Por qué?
Más allá de eso, hay ciertos casos en que las enfermedades o condiciones
médicas pueden alterar el olor corporal de una persona.
Diabetes
Sí, por increíble que parezca, la diabetes es una de las causas más comunes
de hedor corporal. ¿Conoces la razón? Básicamente, cuando alguien que
posee la enfermedad no lleva ningún tipo de control sobre su nivel de azúcar
en la sangre, el organismo puede desarrollar otra afección llamada
cetoacidosis. Es posible que no hayas escuchado nunca este término, pero en
caso de padecerla, la persona no solo sufre de un aliento que se describe
como afrutado, sino que además desprende un olor corporal acre (áspero y
picante). La cetoacidosis es un problema grave y debe ser atendido por un
médico de inmediato.
Problemas de tiroides
Una glándula tiroides hiperactiva también puede hacer que la persona afectada
desprenda un olor desagradable. Para empezar, dicha glándula nos hace
sudar, y cuando se ve obligada a trabajar más de lo normal, como ocurre con el
hipertiroidismo, el cuerpo comienza a excretar una cantidad excesiva de sudor,
incluso con poco o ningún esfuerzo. La tiroides debe controlarse para ver si
funciona correctamente una vez al año o cada dos, ya que es una condición
tratable. Así que si percibes una cantidad poco natural de sudor y un olor
corporal algo incómodo, no dudes en consultar con tu médico.