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Presentación de la Antropología
Filosófica.
1. Primera aproximación al ser humano: lo multidimensional
El ser humano es definido como algo natural y artificial (por lo tanto, podemos decir
que poseemos una bionaturalidad). Somos, en términos filosóficos, “ontológicamente
mestizos”. ¿Por qué pensamos esto? Todos los seres humanos tenemos algo en
común; una filogenia, una ontogénesis. Compartimos además aspectos comunes como
el lenguaje, la tradición…Pero, sin embargo, somos distintos unos de otros. Somos
“únicos”, desde muchos puntos de vista (no tenemos las mismas inquietudes, mismos
gustos, mismas conductas…)
…Entonces, ¿Cuál es la explicación ante tal paradoja? Es decir, ¿Cómo puede ser algo
tan consciente de su realidad, y a la vez, actuar de una manera destructiva? No
buscamos una respuesta en categoría moral (como diría Nietzsche, estos prejuicios
ensuciarían la respuesta). Buscamos una solución descriptiva de nuestra dislocada
naturaleza.
Una de las respuestas posibles fue la que ofreció Arthur Koestler, definiendo al
comportamiento humano como esquizofisiología. Con este término quería dilucidar
que en nuestra naturaleza hay algo dividido, algo que no encaja. Esta teoría estaba
inspirada en un planteamiento que acuñó un fisiólogo norteamericano llamado
Maclean, denominado “cerebro triúnico”. En él, explicaba que existen 3 niveles
evolutivos en el cerebro, los cuales son:
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1º. Cerebro Reptiliano: Es el más antiguo, y asimismo, el que se encuentra en un nivel
de mayor profundidad. En él se regulan los aspectos básicos de la existencia (hambre,
sed, cansancio…). Está en relación directa con los instintos.
La teoría fundamenta que estos tres niveles están dislocados, no encajan por que no
ha habido tiempo evolutivo suficiente para ello. Se basa, metafóricamente, en un “fallo
de ingeniería”. Esta es la razón por la cual el ser humano se encuentra en constante
lucha interna, en una contradicción existencial en la cual nuestro comportamiento a
veces se torne violento. Somos, pues, por definición, seres conflictivos. Y aunque la
cultura, el conocimiento y el aprendizaje suavicen esta tensión interna, no consigue
arreglar este desajuste natural. No obstante, no todo va a ser malo, pues también
admiramos la belleza, amamos, somos generosos, frágiles, delicados, sensibles…
Así es nuestra esencia: en cierto sentido, “bipolar”: Una complejidad irreductible e imposible
de zanjar. Con esto queremos decir que nuestra naturaleza no se constituye por una serie de
factores estáticos: somos complejidad, somos esto y mucho más, algo que simplemente, no se
puede etiquetar. Este es otro rasgo de la naturaleza humana: no somos una entidad
cerrada, nos definimos como seres abiertos. Nos reconocemos como sujetos, como
huecos que siempre hay que rellenar. Siempre en obras con nosotros mismos.
Desarrollemos esta idea. Partimos desde una incertidumbre en la cual se nos dice que somos
una paradoja conflictiva, y aun así, no nos quedamos “de brazos cruzados. Nos damos cuenta
de la complejidad del problema, de que hay algo en nosotros que no encaja, y sin embargo,
nos adentramos en lo que somos, queremos descubrirnos, buscar certezas, perseguir la verdad
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acerca de nosotros mismos, y de nuestro entorno (Umwelt). Y esto produce otra dificultad:
tampoco conocemos toda la realidad que nos rodea, lo que nos ofrece una distancia con ella,
convirtiéndonos en seres exiliados. Fuera de la realidad, sintiéndonos desterrados, y, sin
embargo y gracias a esta interacción, consiguiendo que nos convirtamos en seres
enriquecidos. El premio de nuestra existencia es nuestra conciencia. El precio a pagar por ella,
la angustia.
Dentro de toda nuestra actividad constructiva, hay algo clave que fábrica el ser humano para
entender su mundo, y hacer posible su interpretación. Un puente básico: El lenguaje, como
capacidad simbólica (el ser humano lo traduce todo a símbolos). El código de los códigos. Lo
que define nuestra humanidad es ese pilar, pues a través de él tomamos conciencia de
nosotros mismos, expresamos nuestras dudas, nuestros deseos.
Y, ¿hasta dónde llegan nuestras capacidades para lograr dicho reajuste? ¿Tenemos margen de
maniobra para actuar? ¿Somos libres para gobernar nuestra naturaleza? ¿Cuáles son nuestros
límites?
Este nudo que intentamos desatar, nos presenta grandes dificultades, y nos hace percibir que
las cosas “se anudan y conectan por sí mismas” con independencia de nuestra voluntad.
Queremos ser libres. Queremos entender el mundo, eliminar los límites, confiando en una
capacidad intelectual en la que creemos. Sin embargo, somos esclavos de lo que nos rodea, de
la realidad, que no depende de nosotros, de la mortalidad, que nos hace recordar que somos
seres finitos. Aquí entra en juego el aspecto de la temporalidad (todo lo que nos rodea lo es),
sin ella, no podríamos concebirnos a nosotros mismos, pues, vivir constituye un “aquí y un
ahora”.
Volviendo a la idea de la muerte, tenemos que añadir una ventaja de nuestra condición
humana. En nosotros, encontramos una actividad que nos ayuda a enfrentarnos a este límite
de existencia: la creatividad, constituyendo la búsqueda hacia la inmortalidad. Todos los
autores, los artistas, incluso los mejores científicos (Como Einstein) han dejado un legado, cuyo
objetivo es enriquecernos. Así pues, el ser humano es siempre un heredero. Todos cogemos
frutos de vidas anteriores. Y esto, es lo que da sentido a la vida.
Resumamos este apartado. La muerte nos limita. Nos sentimos angustiados por ello. Buscamos
una salida ante tal imposición, y la encontramos en la creación de “arquitecturas sociales” que
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puedan enriquecer a futuras vidas. Por ello, no podemos olvidarnos de este límite. Elijamos la
conciencia que queramos, centrándonos en ella y meditando constantemente en su existencia,
o de lo contrario, tenerla presente, pero focalizando nuestro interés en la vida misma (como
Epicuro).
- A. Filosófica: La que nos interesa. Los filósofos estudian todo lo que nos rodea, y, como
no, a nosotros mismos. La función antropológica del filósofo es la de descubrir la
naturaleza humana, no con rigor científico, vamos más allá. Vamos a visualizar esta idea
con una metáfora:
“Imagina que estás haciendo una paella. La paella es un guiso elaborado con varios
ingredientes, varios instrumentos, a lo largo de un tiempo, hasta que finalmente, consigue
su esencia. La paella no es un grano, no es calor, no es sólo poso: es algo más. Y en esto es
en lo que se centra el estudio de la antropología filosófica”.
Por lo tanto, la antropología filosófica se encarga de estudiar al ser humano como una
identidad compleja, buscando su integridad y la repercusión que tiene su naturaleza en el
mundo (y viceversa).
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Como introducción al siguiente punto del que vamos a hablar, hemos de decir que la vida
humana se ha de entender desde varios puntos de vista. El hombre, además ser calificado
como “homo sapiens”, puede verse caracterizado con otras acepciones (el hombre que
juega, que fabrica, que comercializa…). La vida del ser humano no gira en torno a un solo
punto…
¿Cuáles son los asuntos que nos atañen (conforman) como seres humanos? Aparte de admitir
que tenemos una corporalidad, es evidente que también nos encontramos con un mundo que
nos rodea (ojo, no nos referimos a naturaleza, ella viene implícita en nuestro carácter
humano). Antiguamente, el mundo (Mundus, en latín) constituía el límite para diferenciar el
ámbito habitado del externo. Cuando hablamos de mundo, nos referimos a la realidad en la
cual habitamos nosotros, la cual percibimos desde nuestra perspectiva.
El tercer aspecto del que tenemos que hablar es de “los otros”. Con este concepto queremos
explicar que en el mundo no estamos solos, vivimos con otros sujetos, y sin duda, ellos tienen
influencia en nosotros.
Estos datos interactúan entre sí, y se delimitan a lo largo del tiempo, pues cada bloque tiene
un contenido concreto que va variando con la temporalidad: las fronteras son pues, móviles, y
no dimensiones inmutables.
Pero esto no acaba aquí. Según Antonio Campillo, podemos desentrañar otras dimensiones
que nos permiten fabricar el contenido del cual estamos hablando (esto respondería a la
pregunta, ¿por qué el ser humano está conformado por los aspectos del primer nivel?). Se
tratan de 3 campos de conocimiento:
- Parentesco. Está relacionado con lo corpóreo. En él se estudian las relaciones básicas que
ligan a los sujetos en el ámbito privado (ej., matrimonio)
- Política, “La vida en la polis”. Relacionada con los otros. Sólo somos sujetos en convivencia
con otros sujetos, los cuales alcanzamos nuestra propia identidad mirando en el espejo de
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los que nos rodean – MI ALTER EGO: “lo que veo en ti, puedo verlo en mí…” No hay, por lo
tanto, sujeto sin ciudadanía.
Con todo esto, resumimos el contenido en un esquema de conceptos que traen consigo
las siguientes relaciones:
Pero, ¿cómo se producen estas relaciones? ¿Por qué es tan importante la sociedad, y qué
sentido tiene pensar que a través de la cultura nos liberamos de una naturaleza basta a otra
humana? Visto esto, vamos a elaborar un tercer bloque de comprensión: un circuito de
sentido con otros marcos conceptuales, formando un bucle tal que:
Tenemos un cerebro, que nos permite que desarrollemos ciertas capacidades básicas (mano,
etc.), pero que además, está conformado para que pueda aprender un lenguaje, el cual
funciona como el vehículo por excelencia de comunicación entre todos los aspectos, los cuales
nos ayudan a construir una mente personal: un nivel de autoconocimiento que emerge a
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través de esas aptitudes estándar de las que hemos hablado antes. Esa mente, que se expresa
como un “yo” o un “tú”, sólo es posible que se desarrolle dentro de una cultura. Todo esto
encaja en un marco más amplio, que es la sociedad, cuya actividad como ciudadanos nos
llevará a nuestra verdadera naturaleza.
Sin embargo, a lo largo de la historia de la filosofía han existido autores que han preferido
trasladar la naturaleza humana a un solo ámbito. Veamos algunas tipologías:
- El ser humano como algo corporal. Supervivencia, sexualidad (1er bloque): Freud, Levi-
Strauss. Otros autores como Aristóteles (en parte), Darwin o Epicuro afirman que
realmente el ser humano es solamente una realidad biológica.
- La economía y medios de producción como esencia humana (2º bloque): Marx, Smith
- Focalización hacia la política (2º bloque): Aristóteles, Hobbes, Maquiavelo, Smith. Platón
NO sería un buen ejemplo, porque en él primaba antes el conocimiento, el mundo de las
ideas antes que la política como esencia humana.
- Otros lidian con la línea naturalista y la mental: Somos animales y humanos, somos seres
condicionados por el medio. En este interesante grupo podemos encontrar a Aristóteles, y
gran parte de los autores de la filosofía contemporánea.
Obviamente, para lograr vislumbrar una verdadera naturaleza humana, no se debe desligar a
ningún bloque de los que hemos hablado, pues de lo contrario, no podremos llegar a la
conclusión de que el ser humano es una entidad multidimensional, conclusión que ya ha
quedado más que probada con toda esta información.
2. La hominización: La Filogenia
1. La historia evolutiva de la vida
La evolución es algo contingente. Con esto queremos decir que nuestra historia podría haberse
dado de diversas maneras, podrían haber surgido miles de distintos procesos evolutivos
distintos, pues todos ellos están sujetos a accidentes, como por ejemplo, la extinción de los
dinosaurios. Esta historia de la vida es además, de creación y por supuesto, destrucción (“la
historia de la vida es la historia de la muerte”). Por lo tanto, desde un punto de vista racional,
los seres humanos estamos aquí de casualidad (sin embargo, la conciencia humana
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actualmente diverge de este pensamiento, pues tendemos a pensar que el ser humano es
imprescindible, como si fuésemos el culmen de la creación…).
Este planteamiento de igualdad ante los seres vivos tuvo su origen en la teoría de las
evoluciones de Darwin. Puede que seamos una especie con unas características especiales,
pero no por ello somos mejor ni peor especie: tan sólo un producto más de un proceso
evolutivo. Freud decía que a lo largo de la humanidad, hubieron tres golpes intelectuales que
marcaron un hito en la historia: En primer lugar, la teoría heliocentrista de Copérnico, en
segundo el tratado de las evoluciones de Darwin y en último lugar, su propia teoría del
inconsciente. En el origen de las especies, Darwin intenta ser honesto consigo mismo y con la
comunidad científica (hecho que le costó su propia reputación) y mostro un modelo que
anunciaba que no somos más que el producto de un entramado de evoluciones (es importante
saber que no es lineal). Nuestra importancia es equitativa con la que pueden tener otras
especies.
Volviendo a la crítica evolutiva, todos los seres vivos procedemos de una primera forma de
vida. Por así decirlo, estamos dentro de una misma corriente evolutiva, la cual, está dirigida
por dos tipos de códigos:
- Informacional (DNA y RNA). Sabemos además que nuestro genoma humano está formado
por unos 23000 genes (con una gran combinación). Estos genes constituyen nuestro
acervo genético (la suma total de todas las variaciones genéticas en la población de una
especie y especies estrechamente relacionadas).
- Energético (ATP).
- Estrategia “R”: Es una estrategia masiva, producida por seres simples con vida breve
(microorganismos). La supervivencia se produce por la cantidad de seres vivos que se
generan.
Visto cómo se desarrolla ( a grandes rasgos) la historia evolutiva, hemos de realizar una
clasificación filogenética para poder situar nuestra especie humana:
R- animal
F- Cordados
SF – Vertebrados
C – mamíferos
O- primates
F- homínidos
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G- Homo y E- Sapiens
2. Los primates
Evolutivamente, son algo así como nuestros primos genéticos (98% de semejanza genética).
Además de pertenecer a una taxonomía primate, existen multitud de evidencias que
demuestran nuestra similitud conductual. Fisiológicamente, poseemos algunas cosas en
común, como, el bipedismo, el desarrollo craneal, la maduración fuera del vientre materno, la
manera que tienen de configurarse los cerebros (ambos se terminan de formar en el entorno
externo). Ambos tenemos una vista agudizada y estereoscópica. Por último lugar, tanto los
primates como nosotros poseemos unas manos prensiles, ideales para manipular objetos.
Sin embargo, lo que más nos interesa son las similitudes de comportamiento que ambos
presentamos:
Con esto, comprendemos que entre la especie humana y los primates se establecen una serie
de similitudes (fisiológicas, conductuales, intelectual). Pero el más llamativo de los casos de
semejanza es el de aspecto moral:
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• Frans de Waal, en dos de sus obras sobre el comportamiento primate (La moral del
simio y el hombre, y la edad de la empatía) expresa en estos libros las relaciones socio-
morales que se establecen entre simios. Explica que en la vida de éstos existe un
sentido protomoral, pues son capaces de reconocer a un individuo de su misma
especie, mediante la captación del estado emocional del otro sujeto. En este sentido,
adecuan su conducta teniendo en cuenta las circunstancias sociales en las que se
mueve el grupo. Existen una gran variedad de actos que revelan este hecho, como por
ejemplo, castigo por conducta antisocial entre miembros, sensación de duelo,
establecen acciones de carácter altruista, e incluso, se ha observado conductas ligadas
al sentido de la justicia (reparto equitativo de la comida).
Conclusión: Toda esta filogenia presenta grandes similitudes con la nuestra. Dicho esto, ¿por
qué no considerar a los primates como un potencial “alter ego”?
A pesar de las semejanzas que hemos encontrado entre ambos grupos, debemos citar también
las diferencias existentes.
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• Capacidad humana de ensimismamiento. Los seres humanos tomamos conciencia de
nosotros mismos como algo diferente, pues nos damos cuenta de que existimos en
una realidad, y ello nos lleva a plantearnos nuestra existencia desde un punto de vista
sujeto-entorno. Los primates no tienen conciencia de su mundo.
• El modo de socialización. Como hemos dicho antes, el ser humano genera símbolos
para abstraer la realidad, para crear nuevos conceptos de adaptación. Estos conceptos
son transmitidos a sujetos, de manera que se produce un reconocimiento entre
individuos, se establece un plan de aprendizaje a través de un segundo nivel de
abstracción. En cambio, los simios interactúan mediante la imitación1
Sin embargo, este sentido de libertad ha de ser desarrollado: No hay libertad sin
responsabilidad, como tampoco la hay sin conciencia de individuo (sin ensimismamiento).
Entonces, si es necesario tener conciencia de nosotros mismos, y de nuestro entorno para
comprender mejor la realidad y dar sentido a nuestra existencia, es necesario comprender que
la libertad pues, ha de ser alimentada por el bagaje cultural.
1. Homo Australopitecos. Dentro de este grupo encontramos los Gracilis, y los robustus.
Los primeros poseían ya una mandíbula inferior, y una capacidad craneal superior a los
segundos (400/500 cm3). Es probable que esta especie desarrollara una técnica para
construir herramientas básicas (industria Olduvaiense). Esta inteligencia
instrumentista dio lugar al siguiente género.
1 ¡Ojo! Los primates si enseñan el simbolismo a las crías, lo único que ocurre es que gran parte
de la información se pierde, debido a que no tienen la capacidad necesaria de codificación de
éste.
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2. Homo Habilis. Este es el primer antecesor homínido del ser humano. Su capacidad
craneal era de unos 700/750 cm3 (esto indicaba mayor volumen, capacidad cerebral y
mayor riego sanguíneo de las meninges). El homo habilis era además capaz de
elaborar una división del social trabajo (se establecía por diferencia de sexo y edad).
Esta especie evolutiva se sitúa entre los 2,5 y 1,5 m.a. lo que nos indica que su proceso
de evolución es lento.
4. Homo Sapiens Arcaico. Se le puede datar aproximadamente sobre unos 250.000 años
de antigüedad. Son individuos con una capacidad cerebral similar a la nuestra (1400
cm3). Esta especie convivió con los Neandertales (cuya capacidad craneal era de 1500
cm3, grupo el cual se cree que fue destruido por los H. sapiens arcaico). Los H. sapiens
arcaicos tenían una cultura mucho más desarrollada, con una tecnología mucho más
desarrollada (construían arcos, flechas, arpones…) lo que les aseguraba una caza
mucho más eficaz, muchas veces a gran escala, lo que les proporcionaba una gran
cantidad de proteínas. De hecho, la caza es considerado como un elemento de
selección, haciendo que los que se desarrollen el intelecto, serán los más adaptados.
Así mismo, su capacidad cerebral era mucho más versátil, pudiendo elaborar muchas veces
“mapas” de su entorno (protocartografía), y al ser individuos tecnológicamente más
preparados, se convertían en seres independientes. Su vida era mucho más clasificada, en la
cual se cree que se establecieron los primeros modelos de jerarquía.
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mucho más afilados, más técnicos, y por lo tanto, mejores a la hora de despedazar. Se
fabrican nuevas herramientas de caza, como por ejemplo, el arco.
6. El Neolítico: siguiente salto evolutivo (20.000 años). Supone la segunda revolución del
homo sapiens moderno. En ella, se produce la domesticación de animales y plantas. Se
empiezan asimismo a asentar poblamientos estables (sedentarismo). Históricamente,
no se ha vuelto a producir un salto tecnológico hasta la revolución industrial del siglo
XIX. Aunque no hay un argumento unilateral que explique por qué ocurrió esto, si
encontramos ciertos elementos que nos pueden servir para hallar un sentido a tal
transformación, como por ejemplo, el incremento de agua en La Tierra, la
aclimatación, así como la aparición de especies más “mansas” que las anteriores.
Así pues, los sujetos construyen su identidad a lo largo del tiempo, y mediante una interacción
con el ambiente. Nada de lo que hoy en día somos está programado. En la evolución, la causa
no tiene por qué seguirle un efecto directamente (ver ejemplo del desarrollo bipedismo y
cerebro).
Conclusión: No hay una secuencia evolutiva, sino un constructo que alberga distintos caminos
multidisciplinares que han afectado a nuestra dimensión evolutiva. No ha surgido mediante un
proceso lineal y simple, sino más bien ramificado y complejo.
2 Los restos hallados en distintas cuevas (como por ej, Francia) se encuentran en el fondo de
muchas cuevas, lo cual se puede asociar con la realización de diversos procesos esotéricos.
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4. La complejidad teórico-práctica del sapiens
La tercera cultura (h. sapiens moderno) es la que denominamos cultura léxica, donde se
empieza a formar un protolenguaje. Aquí la información es totalmente codificada y acumulada
como tal.
Todo esto significa que los seres humanos, a diferencia de otros homos y primates, podemos
procesar holísticamente toda nuestra experiencia, y por ello integrar distintos aspectos y
variables en un todo que los unifica. Esto es posible porque nos distanciamos de la realidad
para generar discursos simbólicos sobre ella. Conectamos diferentes variables que no están en
la realidad misma (Ej., ¿Cómo averiguamos el futuro desarrollo de una planta…?.
Esta diferencia nos libera. El resto de los seres vivos permanecen encajados en el mundo,
operan en base a una conducta estímulo-respuesta (instintiva). El ser humano va más allá, se
abstrae de tal modo que puede tomar distancia de la realidad, pensar, y sobretodo, dudar
acerca de su existencia (Importante: ¡los demás animales no dudan!).
En este sentido, nuestra memoria y capacidad de proyectar es mucho mayor. Cuando nos
paramos a pensar, cuando contenemos una acción y deliberamos, obtenemos un grado de
libertad. Esto asimismo ofrece una paradoja:
Pensar nos hace estar fuera del espacio y del tiempo, no encajonarnos en ellos y tomar
distancia. Sin embargo, ambos son necesarios para el ser humano, porque ante todo, somos
una entidad temporal y local.-Hay un camino de ida y vuelta entre la abstracción y la
realidad con el mundo.
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3. Genes, cerebro y lenguaje
1. El genoma
1.1 El Gen
Un gen es un fragmento de la cadena de DNA. Este elemento es el que contiene toda nuestra
información genética, es, por así decirlo, nuestro “código de barras” particular. Salvo en la
división celular, este material se encuentra disperso en el núcleo de la célula, en forma de
cromatina. Cuando se condensa, se forman los cromosomas, donde observaremos (en la
especie humana) un total de 23 pares de éstos.
1.2 El DNA/ADN
Así pues, el DNA conforma un conjunto de instrucciones particulares. En relación a los genes
que lo constituyen, debemos decir que la expresión de Aa no es siempre la misma, es decir, los
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genes pueden dar lugar a distintos tipos de Aa, y estos a su vez, distintos tipos de proteínas.
Por lo tanto, existe una programación genética, que no siempre se produce del mismo modo.
Encontramos en todo esto, distintos contextos biológicos: el genético, el celular, el orgánico y
el ambiental. De este modo, se produce una multiplicidad de niveles, que actúan de manera
combinatoria (el contexto genético interactúa con el celular, del mismo modo que el
ambiental puede afectar al genético, etc.).
Como resumen, se suele decir que el genoma es como un libro. Los capítulos son los 23 pares
de cromosomas, el mensaje sería los codones, los tripletes las palabras y las bases
nitrogenadas las letras. Esta metáfora literaria nos sirve para pensar en la genética como una
escritura, la cual desciframos a través de una lectura científica. En este sentido, el
conocimiento humano se entiende como una forma de intelección, de nuestra naturaleza a
través del lenguaje que se deriva de ésta3. Continuamente, estamos aplicando modelos de
inteligibilidad, porque el mundo se comporta de manera racional.
Por otra parte, el DNA es una entidad que se transmite de un individuo a otros de distintas
formas (en las células eucariotas, mediante el mecanismo de duplicación de éste). Hoy en día
se ha empezado a trabajar con el material genético de bacterias, de tal modo que ya hemos
logrado producir la primera bacteria artificial. Esto supone el principio de la creación de seres
híbridos de segundo orden: seres artificiales y naturales a la vez. Esto nos convierte en dueños
de otras formas de vidas, autores de nuevos mensajes genéticos. ¿Se podría decir que el ser
humano está en vías de ser un potencial Dios?
Vimos anteriormente como los genes estaban afectados por aspectos internos del individuo y
externos a él. A continuación, añadiremos a la naturaleza conceptual del ser dos puntos de
vista de cómo puede ser entendida esta unidad de información biológica:
- Idea Mendeliana del gen. El gen aquí es entendido como un archivo de información
genética, siendo el constructor pues de un almacén de memoria filogenético: los genes
nos componen como individuos y como especie, de forma particular y general.
- Idea Reduccionista de Dawkins. Los genes son máquinas de sobrevivir y replicarse 4. Los
genes (códigos de historia evolutiva condensada) constituyen unidades de adaptación del
ser humano a su entorno. Entonces, desde este punto de vista, se puede creer que los
3 Esto se asemeja a la metáfora que pronunció Galileo: “El universo está construido en
lenguaje matemático”.
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genes son como “programas”. Según Dawkins, nuestros genes están teledirigidos, y se
comportan de manera cerrada. Esta tesis conforma un cierto reduccionismo, superarla
significa comprender que los genes no están absolutamente determinados, sino que
simplemente están capacitados para almacenar cierto tipo de información y con ello
hacer que el ser humano sea más adaptativo a su medio.5
Conclusión: Tras todo lo que hemos visto en puntos anteriores en relación a la genética, no
queda otra que considerar que ésta es la resultante de una combinatoria múltiple de
elementos y niveles de relación. Estas relaciones, están condicionadas por un entorno interno
y externo (epigenética), que hace que nuestro fenotipo sea variable. Todo esto pues,
constituye el intento de ver como en los genes se data nuestra historia evolutiva y nuestro
plan de desarrollo como individuos humanos, lo que denominamos EVO-DEVO.
2. El cerebro
La característica principal del cerebro de los seres humanos es su inmensa plasticidad, lo que
le permite que en él se produzcan un gran número de conexiones neuronales a lo largo de su
vida. Además, gracias a nuestra programación genética, nuestro cerebro se encuentra en
constante proceso de autoconstrucción.
• Rombencéfalo: Parte más baja. Incluye el cerebelo y el bulbo raquídeo, donde ambos
funcionan en conjunto como soporte de procesos orgánicos vitales. El bulbo se une a
la médula espinal y controla funciones orgánicas inconscientes y fundamentales,
como la respiración, la deglución, la circulación de la sangre y el tono muscular. El
cerebelo se encarga del control muscular y del equilibrio.
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• Mesencéfalo6: Incluye la formación reticular. Conduce impulsos motores desde la
corteza cerebral hasta el puente troncoencefálico y conduce impulsos sensitivos desde
la médula espinal hasta el tálamo.
Observando estos tres niveles, comprendemos que el ser humano constituye una mezcla entre
lo inconsciente y lo consciente. Tres niveles que, como vimos anteriormente (teoría cerebro
triúnico) nos convierten en una paradoja…
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neurotransmisores y fuera de él como hormonas. Ejemplo de ello es la oxitocina. En el cuerpo
produce la aceleración del parto, y en el cerebro, es encargada de hacer posible lo que
denominamos “enamoramiento”.
Nuestro cerebro se está modelando constantemente. Sin embargo, es en los primeros años de
nuestra existencia cuando tenemos mayor capacidad de aprendizaje, dado que tenemos una
gran capacidad de asombro (dada por unos mecanismos innatos, obviamente…).
El cerebro del ser humano es el que mayor proporción posee con respecto a nuestros rasgos
orgánicos: es siete veces más grande de lo que cabría esperar por nuestra anatomía. Existe
pues una hipertrofia. Este coeficiente encefálico nos diferencia del resto de las especies, pues
las demás siguen una armonía anatómica del cerebro con el resto del cuerpo.
¿Qué es lo que le hace al hombre ser humano? Según la teoría del darwinismo neural, nuestro
cerebro selecciona configuraciones neurales y desecha otras7, es decir, está como “en
constante reprogramación”. Día a día, elaboramos distintas actividades, desde que nacemos
hasta que morimos, vivimos un sinfín de experiencias, las cuales integramos en nuestra
conciencia, y así mismo, nos determinan.
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Es en esta base estructural donde se apoya nuestra biografía humana. Edelman dice que cada
sistema nervioso se va modificando en virtud de lo que vivimos, y por eso cada uno de
nosotros es distinto, pues tenemos distintas conexiones neuronales.
Asimismo, reiteramos aquí que ningún nivel “existencial” (conductual, molecular, psicológico)
ha de ser modificado; al contrario: el cerebro regula las sustancias del organismo, y viceversa.
El cerebro pues, es un ecosistema que a su vez se relaciona con otros, uno interno y otro
externo, siendo éste último el medio. No nos queda otra que ver a la vida humana como un
círculo concéntrico, en el cual, nosotros somos los arquitectos y albañiles de este proyecto de
existencia: nuestra experiencia vital nos permite una auto-reformulación, una recategorización
de los valores8.
Edelman dice que de este modo, creamos significados nuevos a través de estos mapas
neurales, funcionando así nuestro cerebro como un todo multidisciplinar.
¿Podemos pensar en la mente como una unidad independiente? Esta cuestión, que ya quedó
planteada en el tema anterior; vuelve a ser retomada. En base a ésta, encontramos distintas
posturas:
- Postura dualista: Cerebro y mente son dos entidades totalmente distintas. Dentro de esta
tesis encontramos autores como Platón, escuela cristiana y Descartes.
Aunque sus inicios fue una teoría interesante, actualmente es víctima de varias críticas. Lo que
denominamos mente es dependiente de una base médica orgánica, y si no hubiera una
relación notoria entre mente-cuerpo, la teoría dualista podría mantenerse. Sin embargo, esto
no es así. Sucesos nerviosos o pasivo sirven de punto de apoyo como crítica a este tipo de
argumentos, en los que se demuestran que nuestra realidad mental influye en nuestro ente
corpóreo…y viceversa. Además, somos testigos de una filogenia evolutiva, la cual nos
demuestra que nuestra naturaleza humana no es producto de “lo divino”, sino de un largo y
entramado proceso biológico…
- Postura monista: “Solo existe una entidad”. Con esto queremos decir que mente y cerebro
son dos formas de referirnos a una misma realidad. A su vez, dentro de esta corriente de
pensamiento, encontramos distintas opciones:
8 Del olvido también aprendemos…creemos que algo fue de una determinada manera y luego
nos equivocamos. Esto también nos conforma.
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o Materialismo Fisicalista/eliminativo: “Lo único que existe es la materia”. Lo
llamamos eliminativo porque elimina cualquier cualidad que se le quiera atribuir a
la conciencia. La mente representa sólo determinadas funciones cerebrales. A esta
vertiente de pensamiento pertenecen los conductistas, como Watson o Skinner. El
cerebro, única entidad fiable, funciona como una caja negra: recibe estímulos y
elabora respuestas. Este argumento podría ser tomado como descendiente del
materialismo clásico que propugnaba que “toda realidad era materia”.
Encontramos aquí a autores como Epicuro, Lucrecio o Hobbes
o Monismo neutral: Sólo existe una realidad, pero con dos dimensiones: la orgánica
y la mental: una moneda con dos caras. Sin duda, el ejemplo más representativo
de esta teoría es Spinoza, pero también encontramos otros como Russell o Carnap
(círculo de Viena). Asimismo, dentro de esta vertiente encontramos otra,
denominada monismo anómalo; que dicta que incluso aceptando que existe una
sola realidad, nos encontramos con la problemática de que hay que
conceptualizar ésta en dos vertientes conceptuales, hay por tanto que hace una
doble lectura de la realidad. Autores de esta opinión son Davidson o J. Fofor.
La autoconciencia.
Edelman propugna que existe una condición básica que tienen todos los animales, la
conciencia primaria, que constituye una forma de diferenciación del sujeto con respecto al
entorno. Según Edelman, las estructuras básicas neurológicas del cerebro generan estas
condiciones, las cuales dan lugar a la autoconciencia. Aquí entra en juego el concepto
simbólico, necesario para nombrar al yo, para crear conciencia de la conciencia,
(autoconciencia), necesitamos una codificación, una simbolización de conceptos. Este “yo” no
es innato, se desarrolla a través de la experiencia, de la interacción con otros seres.
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Reconocerse9 conforma un nivel superior de complejidad, y esto es lo que nos diferencia de
otras especies: una conciencia de nosotros con el mundo, la cual se comporta de manera
dinámica, fundamentada además en un proceso memorístico.
Aunque no tenemos respuestas concluyentes para este enigma mente-cuerpo, sí es cierto que
encontramos posturas más razonables que otras, como son el monismo emergente y el
neutral, entendiendo nuestra realidad como un ente de doble cara, donde ambas dimensiones
están relacionadas de manera correlativa; el cuerpo da lugar a la mente (donde se desarrollas
mediante un aprendizaje), con el añadido de que la mente también repercute en el cuerpo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta ciertas anotaciones de otras teorías que nos pueden
hacer reflexionar sobre nuestra propia naturaleza. Las actuales teorías neurobiológicas que
dictan que nuestra complejidad mental es autosuficiente para explicar que la mente es
derivado directo del cerebro; podrían resultarnos muy estáticas y poco concluyentes (pues
dejan de lado el contenido cultural formativo del individuo) sacan a relucir sentencias de
interés, como por ejemplo, el mundo de lo inconsciente. Sólo tenemos en cuenta los efectos
automáticos de nuestro ser, pero, ¿Qué pasa con aquella realidad interna de la cual no nos
percatamos? Este dato es interesante y necesario, pues ello nos obliga a no mantenernos fijos
en una sola postura.
¿Qué pasa con el producto mental derivado de nuestra consciencia? ¿Existe, o es ilusión?
Husserl decía que “lo ideado” acababa independizándose de la base orgánica del ente: la idea
cobra vida independientemente del proceso corpóreo que la haya ideado. Aunque necesite de
un dispositivo para pensar, una vez elaborado el concepto, el cerebro pasa a segundo plano.
Por lo tanto, lo mental tiene entidad propia10.
9 Como curiosidad ante este debate, ante un espejo, el resto de los animales no se reconocen
(algunas especies presentan cierto grado de diferenciación conductual respecto a este hecho).
22
Por ello hemos de separar las causas físicas de los motivos mentales. Es decir, sabemos que
existen causas cerebrales que operan para crear contenidos mentales. Sin embargo, la palabra
causa, entendida como elemento físico, no explica como existen otros elementos (también
mentales) que actúan como fuerzas eficientes, tales como la volición o la motivación. Si no
existiese esta división de la realidad mental, El concepto de libertad, no existiría.
Para Searle, entre estos bloques existen ciertas fisuras, porque aunque el sujeto humano esté
determinado por un proceso biológico, es capaz desarrollarse por su propio “querer” su libre
albedrío. No somos pues, robots, ni auténticamente libres, ajenos a cualquier
condicionamiento biológico. Sin embargo, tenemos margen de libertad, de toma de decisión.
3. El lenguaje
No hay un marco temporal exacto que delimite la aparición del lenguaje. Algunos autores
dictaminan que hace unos 2 m.a surgieron las primeras adaptaciones anatómicas del lenguaje.
Otros, que fue hace 400.000 años cuando aparecieron las primeras formas de éste…y también
hay un tercer grupo que opina que el origen lingüístico tuvo lugar hace unos 50.000 de años.
Por lo tanto, no podemos concluir cuándo apareció exactamente, ni tampoco predecir si
sucedió de manera gradual o a través de un salto espacio-temporal…
No obstante, la comunidad científica sabe que para qué este tuviera lugar, se tuvieron que dar
antes una serie de circunstancias, como por ejemplo, la aparición de procesos de estimulación
perceptiva (sensitivos; tales como táctiles, auditivos, etc.). La integración de esas capacidades
supuso un nivel de codificación, el cual era necesario integrar en algún dispositivo. Además,
esto tuvo que ser motivado por el tipo de conducta social que empezó a formarse entre los
10 Como otra curiosidad a añadir, existen elementos reales en la mente que no son materiales,
1
tales como las estructuras matemáticas, o la disposición del vuelo de las aves al emigrar. Este
tipo de elementos también nos condicionan…por lo tanto, la realidad también presenta
multidisciplinaridad.
23
individuos; por lo tanto, era necesario abastecerse de algún tipo de herramienta para que
fuera posible el entendimiento social. Y ésta no es ni más ni menos que el propio lenguaje.
Este hecho ha sido confirmado por científicos como Rizzolati, a través de la evidencia de las
neuronas espejo: zonas del cerebro que se activan a la hora de imitar lo que otro individuo
hace, y de entender lo que el otro quiere expresar.
De manera que existe una base orgánica que facilita la conexión entre nosotros. Sin duda, para
que esto fuera posible, tuvo que existir una serie de modificaciones genéticas que dieran lugar
a estructuras de fonación que permitieran crear una sonoridad simbólica 11. Unido a esto, es
interesante investigar sobre la manipulación de objetos, el desarrollo cerebral y la capacitación
lingüística, y observar que áreas del cerebro actúan al elaborar estas acciones.
Este proceso de aprendizaje del lenguaje es considerado neoténico, tanto como para explicar
su origen como el desarrollo actual de éste en la sociedad. Puede, además, existir una
conexión entre la evolución ontogenética y la programación propia del cerebro para aprender,
funcionando el lenguaje como catalizador fundamental de divulgación de procesos culturales.
12
¿Qué hace que el lenguaje del ser humano sea único? La clave está en la doble articulación:
Fonética y significación de los sonidos. Determinados sonidos (que además pueden ser
escritos) están ligados a lo semántico, de manera totalmente arbitraria, cierto es. Así pues
podemos decir que el componente fundamental del lenguaje humano, es nuestra capacidad
de abstracción sobre él: introducimos la mediación simbólica entre sonido y sentido, mediante
nuestra propia consciencia. Además, esta mediación implica que se puedan producir múltiples
combinatorias lingüísticas, de las que a su vez, seguimos introduciendo infinidad de
significados, construyendo una gran variedad de juegos de lenguaje. Además, desde N.
Chomsky, sabemos que existe una gramática universal: existen estructuras innatas comunes a
24
la humanidad, por lo tanto, ha de existir un proceso genético cerebral que explique esta
universalidad lingüística.
Por otra parte, el margen de combinación es fundamental para determinar que es el lenguaje
(ver caso de las abejas, orcas…), los conceptos que ligamos a la abstracción son claves para
saber qué es lenguaje y qué no lo es. Además, la temporalidad también es significativa (es
decir, saber si la comunicación es inmediata o no), así como el contexto emocional. Importa lo
que decimos, pero sobre todo la forma en que lo decimos (fuerza asertiva).
El lenguaje humano es pues, metafórico, nos movemos a través de una metonimia verbal, no
solo expresando y dando distintos significados a las cosas, sino también argumentando. De
este modo, identificamos nuestro “yo” a través de un código lingüístico; por lo tanto, se puede
decir que el lenguaje constituye al sujeto. Y no solo a nosotros, también al entorno: establece
marcos de referencia: nos permite balizar el universo, crear caminos, identificar la realidad
externa a nosotros.
Por lo tanto, ineludiblemente, somos homo locuens por naturaleza. Esta capacidad es la que
nos permite conectar de manera masiva con nuestros semejantes. Tenemos una capacidad
dialógica increíble. La locuacidad es pues, componente necesario de nuestra vida humana.
4. El animal simbólico: la
comunicación
Los seres humanos somos superlativamente comunicativos. Esto quiere decir que tenemos
dispositivos de relación, pero con un detalle: no solo con otros individuos, sino para con
nosotros mismos. Muchas veces tendemos a ver a la comunicación como un acto externo y
acumulativo, pero en realidad, ésta por encima de esta conceptualización: la reflexión, el
ensimismamiento, es fundamental para que ésta sea posible. Lo necesario de la contingencia.
Tenemos pues, una necesidad de crear una identidad que se establezca más allá del diálogo
con el otro. El problema es que el ser humano es un ser inacabado: tiene que construir su
propio yo.
25
4.1 Fundamentos de comportamiento simbólico
Cargamos con un contenido identitario que se va creando poco a poco, en un camino de ida y
de vuelta, generando así actos y conductas. La antropología alemana del S.XX ha establecido
diversos estudios acerca de esta reflexión. Podemos encontrar autores como H. Plessner, el
cual conceptualiza al ser humano como un ente excéntrico: hay una distancia respecto de
nuestro yo porque no hay una regla que determine quienes somos; la persona se construye
plásticamente, no nace determinado, sino pues, se hace. En la misma línea de pensamiento, A.
Gehler, propone que, al no estar especializados como animales de manera instintiva, vamos
generando nuestra identidad a través de la cultura. Lo salvaje en nuestra naturaleza es pues,
algo mínimo de constitución.
Somos pues, seres artificiales (en cuanto que somos creados a partir de valores establecidos
por el ser humano) a la vez que naturales: somos producto de nuestro bagaje cultural.
Tenemos respuestas generadas de manera reflexiva, no mediatizadas. Este concepto es
importante, pues no nos construimos por instinto, tenemos una educación elaborada a través
de la razón que nos constituye. Todo esto conforma el mundo simbólico. Vivimos en nuestra
realidad de forma abierta (a diferencia de los animales, que lo hacen de manera cerrada:
somos capaces de ver la realidad como un todo, a través de los sentidos.
Paradójicamente, este proceso de interacción con la realidad física nos hace crear otra
paralela. Las mediaciones simbólicas se establecen entre la realidad física y la artificial,
mediante el producto cultural (reglas, normas, pautas…), multiplicando esta primera realidad,
extrapolándola. Nuestra realidad simbólica enriquece el mundo en el que vivimos, añade
nuevas dimensiones conceptuales entorno a él, lo real se hace virtual (y viceversa), más allá
del marco espacio-temporal.
Al traducir nuestra realidad física a códigos, generamos una gran ficción; en el sentido de que
lo inmaterial, como son las ideas, también son reales. Nos alimentamos de todos estos
constructos ficticios haciendo que crezcamos como individuos. Lo que me permite el acto
simbólico es crear proyectos, que son nuevas formas de realidad que se añade a la física y
originaria. La capacidad de proyección hacia adelante es lo que nos permite construir nuestra
identidad. Podemos ampliar los límites de nuestra vida indefinidamente, y para ello
necesitamos de ese arsenal de recursos simbólicos. Como diría Ortega: “El ser humano es un
animal imaginador, fantástico”.
De esta manera, lo que se nos presenta como algo impuesto, aunque sea necesario, trasciende
de contenido a través de una “capa” creativa que introducimos donde creamos múltiples
posibilidades: lo necesario se convierte en libertad, en un registro abierto de opciones.
Introducimos posibilidades nuevas no dadas dentro de lo necesario. Y a todo esto lo llamamos
símbolos, los cuales se establecen de manera acumulativa a lo largo de la historia. Esto es ni
más ni menos que la cultura: Un almacén a nuestro servicio para ser más libres…una
contingencia creada a través de lo necesario, que, sin duda, ha de ser superada. (;))
26
4.1.1 Dos tradiciones y elementos: lo innato y lo adquirido.
a) Lo innato
1. K. Lorenz: Etólogo y premio nobel en fisiología médica. Para Lorenz, el ser humano cuenta
con unos dispositivos innatos (formados por un proceso filogenético) que le permiten formar
categorías de la conciencia. El aparato apriorístico se ha formado dentro de un complejo
proceso evolutivo. No es algo que nos ha sido dado sin más, sino que responde a unas
determinadas circunstancias orgánicas: “lo que vivimos como experiencia es una connotación
entre lo interno y lo externo”. La causalidad como categoría central sería también un concepto
innato que ha ido forjándose a lo largo de la historia.
Además, la filogenia no sólo ha sido capaz de dar lugar a las categorías de conciencia, sino
también a gran parte de lo que hoy entendemos como normas sociales, son los procesos
naturales los que nos hacen llevar un determinado tipo de vida, de existencia. Sin embargo, a
pesar de este innatismo no somos conscientes de nuestra filogenia.
¡Diferenciar! No es lo mismo…
- Fisiologismo del logos: La estructura lógica de la conciencia obedece a una historia física
de ésta.
Esto significa que no podemos pensar en el vacío: cuando hablamos de categorías, tenemos
que tener en cuenta que nuestra abstracción solo puede surgir a partir de una historia
concreta. La conciencia, lejos de ser una estructura lógico formal e incondicionada, responde a
un determinado proceso fisiológico de formación. Lorenz insiste en que esos dispositivos
tienen que encajar en un proceso cultural y que es lo que les da sentido. “Las tradiciones
culturales sustituyen a los mecanismos innatos, con lo cual mejora la supervivencia de los
individuos: la cultura es un suplemento adaptativo, introduce en la evolución un nuevo
elemento. En este sentido, todo lo que llamamos innato o instintivo solo puede expresarse a
través de las adquisiones culturales13.
27
2. Ed. Wilson: Uno de los padres de la sociobiología 14, la cual dictamina que existen patrones
cognitivos, emocionales y conductuales que nos son dados de manera universal, los cuales
serán determinantes a la hora de generar modelos éticos. La conclusión de esto es que existen
unos universales antropológicos: los humanos tenemos rasgos comunes fundamentales;
traducido esto en que tenemos universales culturales. En cualquier época y lugar seguimos
una serie de comportamientos básicos generales (relaciones de parentesco, festividad, el
juego…) todo esto son universales temporales. Y para que esto sea dado es necesario que haya
existido una evolución filogenética.
Conclusión: No podemos establecer una diferenciación entre el ser y el deber ser (falacia
naturalista). En sociobiología, el deber ser deriva del ser, pero no debemos caer tampoco en la
falacia idealista, creer que el deber es independiente al ser. Respecto a esto, Wilson piensa
que debe de haber algún tipo de conexión recíproca entre el ser y el deber ser. Tenemos que
desarrollar una moral que mejore nuestras capacidades biológicas. Tenemos que partir de la
conciencia de saber quiénes somos y elaborar a partir de esa naturaleza. No podemos pensar
filosóficamente sin tener en cuenta como somos, tanto como hijos de la evolución y seres
dotados de estructuras comunes. Somos esencialmente iguales (Vs racismo). Tampoco habría
que admitir el determinismo biológico…
b) Lo Adquirido
1. E. Cassier: En su libro “antropología filosófica” sostiene que lo que define al ser humano es
su capacidad simbólica. No hay esencia natural ni metafísica, el ser humano tiene la identidad
que el mismo se construye a través de la simbolización15. No nos define los instintos ni el alma:
sólo la creación cultural de símbolos, como la religión, el arte, y la ciencia. El ser humano vive
dentro de un universo simbólico, no ecológico, porque a través de éste orientamos nuestra
conducta. De modo que la única universalidad posible es la constituida por esa capacidad
simbólica que nos define. Lo común, la universalidad, es la capacidad de crear símbolos. Los
símbolos no tienen esencia (no responden a un patrón de generación de datos); tienen un un
sentido otorgado a la realidad y a nosotros mismos.
2. A. Heller, crítica del movimiento naturalista, insiste en que lo que nos caracteriza no es la
naturaleza, (no tenemos instinto como los animales) sino una abstracción de esta, la que
creamos nosotros mismos, el medio sociocultural en el que vivimos. Somos lo que
aprendemos, y esto tiene lugar en un determinado entorno público. “Los humanos no
tenemos naturaleza, sino una historia” (Marx y Nietzsche). La historia cultural es lo que nos
caracteriza.
14 Corriente del pensamiento que pretende hacer una lectura científica no especulativa de la
1
vida humana.
28
La crítica hacia el pensamiento anterior es que las definiciones de instintos han respondido
siempre a otra historia y a otras concepciones ideológicas sobre la naturaleza humana. Detrás
de una naturaleza científica, hay una intención ideológica. Ejemplo: primera guerra mundial : a
partir de esta carnicería, se puso como supuesto que el ser humano era cruel como pretexto
que explicase la circunstancia: las definiciones de instinto son infinitas, por lo que su lectura es
relativista (no hay una universalidad instintiva).
Conclusión: Lo que estos autores nos enseñan es que las mediaciones culturales son tan
profundas que no podemos hablar de una determinación evolutiva. Aunque esta teoría no
niegue que existan unas estructuras orgánicas, otorga mayor importancia a la simbolización, es
decir; a la cultura, como determinante humano que la propia naturaleza. La cultura es tan
poderosa, que en buena medida se acaba independizando de nosotros (similar teoría
emergentista).
Este bucle hace presente todo el contenido que hemos ido dando a lo largo del temario,
formándo así un bucle de retroalimentación positiva. Para ilustrar el esquema, vamos a
explicar algunos rasgos de éste; apoyandonos en las teorias de algunos autores.
En primer lugar, habla de un nivel básico, vegetal (lo órganico, por así decirlo). De éste, deriva
un segundo, el instintivo (basado en mecanismos automáticos de adaptación). En tercer lugar,
encontramos el nivel de memoria asociativa; perteneciente a animales con mayor
complejidad evolutiva. En este nivel se dan conductas de asociación de contextos, y hábitos de
conducta que son realizados mediante el aprendizaje. Dentro de éste encontramos a
mamíferos y a las abejas.
En el cuarto nivel esta constituido por la inteligencia práctica del animal superior (primates), y
de éste pasamos finalmente al quinto nivel, propio de los seres racionales (como los seres
humanos). Este ambito de abstracción abarca a la previsión de un futuro a largo plazo, de una
consciencia memorística de lo pasado, de un diálogo a través de simbolos y ejercicios de la
libertad como teoría basada en valores…
“Los seres humanos somos capaces de captar valores que existen por sí mismos…esto tienen
una entidad objetiva, y ser conscientes de ello es lo que nos hace ser humanos”16
16 Obviamente, sin la existencia de los niveles anteriores, éste no sería posible; pues está
1
basado en una emergencia cualitativa de otros niveles existenciales.
29
En este sentido, X. Zubiri (filósofo español contemporáneo) ha insistido en que los seres
humanos somos los únicos capaces de de objetivar distintos campos de la realidad y visualizar
a ésta como un todo. Este hacerse cargo de las cosas, es lo que nos hace ser inteligentes17. El
ser humano tiene una intención objetivadora que, a diferencia de los demás animales, le
convierte en un ser racional, entendiendo a ésta como capaciddad de manejar y relacionar el
conjunto de realidades en las que se desarrolla nuestra existencia.
Tras este nivel, existe un segudo que no es intuitivo, sino reflexivo: sometido a simbolizacion,
el sujeto establece nuevas relaciones con el mundo, en función de intereses, etc. Estos dos
niveles, el intuitivo y reflexivo, funcionan sinergicamente en sentido adaptativo (buscan
maximizar nuestras potencias y encajar en el medio). Podemos hablar de una coevolución
entre cultura y medio ambiente, que establece la relación entre lo innato y lo adquirido.
30
Estos tres hermanos establecieron una teoria del “homo suadens” (aquél que aconseja) en la
que sostienen que todas las características propias del ser humano estan dotadas de una
plasticidad de tal modo que son conducidos a una u otra dirección determinada 19 debido a que
su identidad es sometida a unos valores sociales. Todas estas capacidades, en virtud de este
mecanismo psicobiológico, son dirigidas de una determinada manera por una determinada
cultura20. Las sociedades condicionan desde el principio de la vida qué conductas son
aceptables y cuales no.
Sabiendo esto, pasamos a un tercer nivel de creencia: cuando hablamos de ésta integramos
contenidos teóricos, pero a su vez ciertas emociones y orientaciones prácticas. El aprendizaje
de una sociedad; que crea ciertos contenidos en cada uno de nosotros, influye en la vida que
nosotros desarrollamos.
¿Qué es pues, lo universal?: Todos estamos conformados por creencias que determinan (o
mejor dicho, dan forma) a nuestra existencia.
Descripciones
Creencias Emociones
Patrones de connducta
SC1
SNSC SC2
SC3
Toda sociedad atiende a unas necesidades básicas, y para satisfacerlas, se crea una serie de
mecanismos que favorecen la cooperación a través de determinados concensos. Esta es pues,
la funcion del hommo suadens: la selección de valores que se cree más efectivos para la
1 ¿Contingencia direccional?
19
31
convivencia. De este modo, el sujeto aprende muy pronto como ha de desarrollar su
existencia, debido a la educación selectiva que el medio social le proporciona.
Llegados a este punto, podriamos pensar que todo esto genera adoctrinamiento, patrones
sociales que se establecen en un solo sentido. En realidad, esto solo surge en sociedades de
ámbito cerrado, pues por lo general, los contenidos que se crean actualmente son variados y
esta imposición de conducta se establece en casos excepcionales.
Conclusión: Tenemos una base biológica, donde poco a poco emergerá de ella valores
simbólicos, el cual será transmitido de generación en generación. Esto no es más que la
expresión de lo cultural, combinando así la divergencia entre lo innato y lo adquirido.
A través de este apartado, intentaremos una vez buscar un nexo de conexión entre lo innato y
lo adquirido.
4.2.1 Parentesco
La sociedad humana se constituyó a través de las relaciones de parentesco, porque era una
forma de establecer redes, fetiches, normas; que integraban lo particular de cada persona. En
este sentido, se establecía un orden de la convivencia, pues cada individuo sabía qué lugar
ocupar en el grupo, siendo necesario que se estableciera diferencias entre el sexo (masculino o
femenino), edades, papeles cuyo objetivo era establecer criterios en dos campos
fundamentales: la reproducción y el establecimiento de alianzas. Esto no solo permite
canalizar la sexualidad y dotarla no solo del carácter propio de la supervivencia del grupo, sino
además sentar lavase para los pactos básicos a la hora de repartir los recursos disponibles.
N C H
[Individuo-pareja-familia-clan-tribu]
La clave para que todo esto sea posible descansa en la tradición del “tabú al incesto”. La
prohibición de relaciones sexuales en criterios de consanguinidad. Con esto se consigue evitar
la desestabilización de la familia y en segundo lugar el establecimiento de vínculos con
32
terceros. Este elemento, muy estudiado por los antropólogos, también descansa en un
fundamento científico. En primer lugar, se cree que el incesto expulsa fuera del núcleo sexual
familiar posibles problemáticas intersubjetivas. En segundo lugar, la búsqueda de alianzas con
otras familias diferentes hace que se fortalezca la capacidad socialización entre distintos
sujetos (como por ejemplo, a través del comercio de bienes, etc.).
Dentro de este ámbito de estudio encontramos a pensadores como Freud. En su libro “En el
malestar de la cultura”, insistía en que en las familias, el patriarcado estaba impuesto de forma
mayoritaria, de modo que la mujer se convertía en “moneda de cambio” para establecer
alianzas con otras entidades familiares. En este sentido, la mujer no solo ha sido la clave de
conductos de afectividad, sino también la esencia del vínculo surgido entre relaciones políticas.
Levis Strauss ha sido uno de los que más ha desarrollado esta cuestión en su libro “Las
estructuras elementales del parentesco”, insistiendo en que la ley del incesto es, además de
constituir una ley cultural (por que la fundamentan los seres humanos), es también una ley
natural de carácter universal entre distintas sociedades. De este modo, se convierte en la
“regla de las reglas” porque, de manera quizá un poco exagerada, afirma que la exogamia es
lo que permite evitar la guerra entre colectivos, permitiendo así la adhesión entre estos.
En resumen, el parentesco se convierte así pues en una forma privilegiada de relacionar a los
seres humanos tanto en el ámbito sexual como en el político y económico, partiendo de una
identidad biológica hasta finalmente, el entorno cultural.
En cierto modo, la emoción se puede entender como una especie de realidad que está entre lo
orgánico y lo cultural, dado a su carácter espontáneo (pues responde a unos mecanismos
instintivos) y a su proyección cultural en el tiempo (tienen, así pues, un sentido).
Para estudiar a las emociones, lo primero a tener en cuenta es que en el ser humano existen
una serie de nociones comunes que son universales, de las que derivan todas las demás;
siendo la alegría, la tristeza, el disgusto, la cólera/ira, la sorpresa y el miedo. Éstas se expresan
de distintas formas en distintas culturas. El modo de expresión de estas también tiene mucha
importancia a la hora de afianzar las relaciones de subjetividad (porque las emociones unen al
“yo” con el otro), pero además expresan nuestra forma de relacionar nuestra identidad con el
entorno. En este sentido, Antonio Damasio ha tratado en sus libros algunos de estos rasgos
esenciales. Ej.:
“Las emociones son expresiones neurológicas complejas de estados del cuerpo, y cuando éstas
se hacen consciente, mediante una cierta elaboración mental, se convierten en
21
sentimientos”.
33
Los sentimientos expresan patrones neuronales, de modo que sirven para unificar “cuerpo y
mente”. Asimismo, vemos que representan otro nexo entre lo innato y lo adquirido. En
esencia, un sentimiento es una idea de corporalidad, y de manera más concreta, de un aspecto
del cuerpo en una determinada circunstancia. Al hablar de idea, surge de manera inevitable
una autoconciencia del sentir. De manera que existe una especie de emergencia de lo
orgánico, dando lugar a niveles extrabiológicos (emoción y sentimientos). Así, reconocemos
estos niveles en otras subjetividades, convirtiéndose así en conductos reconocimientos de
asociación social: empatía.
Además hay otros papeles fundamentales del sentimiento. No solo nos hace saber cómo
estamos, sino que también nos proporciona información del medio externo, con el añadido de
que esta interacción es proyectada de manera más rápida que el discurso intelectual. Las
emociones y el sentimiento se convierten así pues en mecanismos de adaptación al medio, lo
cual fundamenta una guía rápida para nuestro comportamiento. Por ello, se vuelve necesario
el aprendizaje de sentimientos complejos, construidos a través de una educación sentimental.
Los seres humanos no vivimos solo en un marco de referencia natural, sino también dentro del
cultural, utilizado para expresar esa naturaleza. Traducimos la naturaleza a través de una
mediación simbólica, por lo tanto, nosotros mismos creamos un ecosistema cultural.
Según Ferrater Mora, dentro del contenido cultural podemos encontrarnos con tres bloques
conceptuales:
34
3. Los productos derivados de la creación humana. Son aquellas cosas que los
humanos hacemos cuando nos comunicamos y que perduran a lo largo del tiempo.
Esto a su vez, se divide en:
• Las Prácticas (pautas que regulan nuestros actos). Esto comprende reglas civiles
(urbanidad, educación, código civil, normas lingüísticas23).
Naturalmente, el sentido va intrínseco a la coherencia que haya rigor en él, siendo necesario
una revisión permanente de éstos significados (idea crítica razón pura). El ser humano en
buena medida está atrapado en la conciencia a priori de la realidad: “nosotros solo percibimos
fenómenos, no los nóumenos”. Nuestras ideas sobre lo que compone nuestra existencia es
ficticia, por el hecho de que creamos contenido simbólico en ella para interpretarla, para
encajar en el mundo.
23 Las creencias religiosas se pueden mezclar con las prácticas aspecto multidisciplinar
35
La idea pues, es que no perdemos de vista el hecho de que todas esas invenciones son
creaciones humanas, (y eso también incluye las teorías científicas), así pues, la revisión del
contenido con nuestra realidad es inevitablemente revisada.
Además, Costoralis dice que es la sociedad la que crea mundos: esto es, panorámicas sobre la
realidad. Ésta es en última instancia un sistema de interpretaciones, la sociedad humana va
añadiendo mejores y complejas para crear espacios más consistentes, más sólidos, donde
añadimos significados más ricos y diversificados. Esa realidad se convierte en una institución
creada bajo un contenido simbólico, y esto se hace a través de instituciones culturales.
De manera que eso que llamamos cultura, se convierte en una especie de negociación
permanente entre lo que está ahí fuera y lo que nosotros hemos construido, es una forma de
transacción constante, un diálogo entre lo humano y lo externo. En ese sentido, todo discurso
se convierte en antropomórfico, aunque intente ser lo menos unilateral posible (búsqueda de
la verdad más allá de la conceptualización humana).
Todo esto entonces reposa sobre la autonomía de los seres humanos (creadora), teniendo en
cuenta lo que existe, sabiendo que la relación es mediada por la capacidad de simbolización:
los seres humanos traducen de la realidad en relación con nuestra naturaleza, creando así
realidades artificiales que son tan ciertas para nosotros como lo son las “cosas en sí”.
Vivimos en una red de símbolos, en la cual cada ser humano crea líneas de sentido,
procesando esos códigos, logrando así construir su propia identidad. Dichas redes simbólicas
están en continua modificación, con lo que inevitablemente, el ser humano se ve obligado a
construir y reconfigurar su propia hermenéutica existencial, ya no sólo de sí mismo, sino de su
relación con el entorno. Vivimos pues, en una especie de selva de símbolos donde cada uno
descubre su propio camino, donde existe un marco de referencia cultural que nos viene dado,
que es lo que denominamos cosmovisión24 (en alemán, Weltanschauung). En este aspecto,
encontramos a un autor referencial, W. Dilthey. Para este autor existen tres elementos propios
de toda cosmovisión:
24 Marcos globales de orientación donde el ser humano crea sus propias líneas de sentido.
36
2. Aportación valorativa. Las cosmovisiones nos aportan valoraciones: introducen
juicios que nos hacen resaltar determinados aspectos de la realidad sobre otros, tanto
en el sentido moral como en el extramoral.
3. Guía práctica. Las cosmovisiones dan lugar a que el ser humano cree objetivos, rutas
prácticas para crear proyectos en su vida.
Por lo tanto, tenemos que entender que nuestra vida está condicionada por estas redes (no
determinada). Asimismo, Dilthey habla de formas transversales y coexistentes de situarse en el
mundo; ofreciendo tres espacios de cosmovisión: la religiosa (relacionada con todos los juicios
de fe, el sentimiento de misterio…) la poética (entendida como narrativa filosófica) y en tercer
lugar la cosmovisión metafísica (sería la más racional). Según el autor, en todas las culturas se
mezclan estas tres visiones de la realidad.
En cierto modo, podemos pensar que dentro de la definición de cosmovisión hay un gran
componente idealista (lo que muchas veces nos lleva a pensar en realidades virtuales). Esto
conforma un riesgo, porque podemos crear una visión ficticia de la realidad. Tenemos que
tener claro que los símbolos son las vías con las que el ser humano conecta con la realidad,
pero que no conforman las cosas en sí mismas de ésta. Por lo tanto, es necesario que los
símbolos posean flexibilidad para que el ser humano no tenga una concepción errónea de su
realidad. Esto, sin duda es tarea de una responsable elaboración de teorías científicas, así
como de otras ramas de conocimiento (arte, humanidades, contenido jurídico).
25
Lo simbólico es pues aquello que nos une a la realidad: ésta puede ser descrita únicamente
en dicha terminología. Nuestra manera de contactar con ella es a través de estas mediaciones,
como si se tratara de un tejido que intenta unir todos los datos posibles, todos los hilos de la
realidad, los cuales son hilvanados por el propio ser humano.
Otra figura importante que ha hecho grandes aportaciones en esta temática es M. Gelt-Mann;
el cual dicta que el ser humano no posee solamente un DNA genético, sino también un DNA
cultural. Con esta base, no solo creamos una noción de nuestra realidad, sino también de
cómo somos nosotros mismos. En relación con el contenido histórico, Jacinto Choza propugna
en su obra “Antropología filosófica: representaciones de sí mismo” el hecho de que el ser
37
humano ha labrado una concepción identitaria distinta según la cosmovisión que ofrecía la
época. 26
El juego abarca una dimensión particular de nuestra existencia. La función básica (al menos en
los primeros meses de vida de un ser humano) es formativa; esto es, el juego es necesario para
establecer determinados parámetros de aprendizaje en un individuo de forma que a este le
resulte interesante, llamativa. Por lo tanto, tomando la visión de R. Callois, analizaremos
antropológicamente este concepto. Para éste autor, la naturaleza del juego se define como:
Como hemos ido observando, el juego tiene una esencia paradójica: mezcla lo formal con lo
informal.
26 La noción de nosotros mismos ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Por ejemplo, la
2
esencia del ser humano en la antigua Grecia era vista como “ciudadano”, en la Edad Media;
como persona, y en la modernidad; como sujeto, debido a la incorporación sucesiva de nuevos
conceptos de nuestra existencia.
27 Para el estudio de este apartado, seguiremos el libro de R. Callois Los juegos y los nombres,
2
la máscara del vértigo.
38
3. Mimicry (de representación). En éstos prima la creación de un mundo ficticio
superpuesto al mundo real para “realzarlo”, creando así una experiencia paralela (ej:
teatro, bailes de disfraces…).
Todas estas categorías expresan dimensiones del juego distintas en la vida humana, siendo
indudablemente importantes cada uno de los aspectos que se desarrollan en ella.
El juego, que está a medio camino entre lo público y lo privado, lo racional de lo irracional, e
incluso de lo real e irreal; es utilizado como ingrediente fundamental de la vida humana. Sin
juego, la vida queda incompleta, le restamos significado a ésta.28
28 Éste “elemento civilizador” del juego se ha aprobado por muchos autores, como por
ejemplo J. Huizinga, que lo retrata en su libro Homo Ludens.
39
Ya hemos hablado de la capacidad de anticipación del ser humano. Nuestra vida, como hemos
dicho otras veces, es en esencia un proyecto29. Hemos hablado de la existencia de patrones
psicofísicos, lo que indica una existencia necesaria de estructuras orgánicas. Sin embargo, para
construirnos, es necesario poner a ésta en marcha para que se desarrolle óptimamente.
¿Cómo? Mediante el aprendizaje: Nuestra existencia está constituida por un círculo fecundo
entre lo natural y lo cultural, donde existe una interacción entre ambos conceptos que
conforma nuestras vivencias, que une lo real a nosotros mismos. Dicho aprendizaje es filtrado
a través de códigos, hay pues, una mediación semiótica. Estas redes simbólicas construyen
mundos paralelos, en cierto modo, “irreales” a través de los cuales (y de manera paradójica) el
ser humano se sirve para tratar con la realidad.
Una vez que desarrollamos estas capacidades, podemos añadir un segundo enfoque a la
cuestión del proyecto como esencia humana: en los seres humanos hay una especie de
ambivalencia entre el H. sapiens y el H. Demens 30; pues todos somos seres lógicos e ilógicos al
mismo tiempo, la vida humana implica ambas posibilidades como fundamento para construir
nuestra vida Vivimos en un equilibrio entre lo racional y lo irracional.
Los conceptos, valores, normas…navegan entre esta ambivalencia, son importantes en nuestra
existencia. La vida humana incluye distintos registros de experiencia, y en este sentido, no
podemos prescindir de ninguno de estos planos de realidad. En determinadas ocasiones,
usamos el sentimiento, en otra, la razón…podemos acertar o errar con el uso de estas
herramientas de cognición. Por lo tanto, es necesario construir una inteligencia emocional que
se sitúe a medio camino de esta reflexión. La tarea no es fácil, pues incluso dentro de lo que
consideramos “locura”, aunque su naturaleza implique sufrimiento, aporta sentido de
creación (y tanto…). El conocimiento no es unidireccional, no surge sólo de “posiciones
racionales correctas”: necesita dialogar con la incertidumbre; saber que no sabemos nada31.
Conclusión: nuestra vida es esencialmente ambivalente, porque en ella están implícitos todos
estos conceptos, creando armonía, chocando, destruyendo, creando…La sabiduría de vivir está
en aceptar esta suma/confrontación de fuerzas.
29 Ortega.
30 Esta reflexión ha sido propugnada por diversos autores, como por ejemplo, E. Morín.
40
5.2 Resortes para la construcción del sí mismo
5.2.1 Inteligencia
Normalmente, nuestro cerebro está lleno de ideas “caóticas”, tenemos como una mente
dispersa, dando continuamente “saltos”, reaccionando al estímulo del momento. Sin embargo,
ser inteligente es ser capacidad de dirigir tus propios contenidos mentales, ordenarlos, tener
conciencia de ellos y dirigirlos a un determinado plano, gobernarlos. Esto a su vez exige una
capacidad de concentración, ordenación, y en cierto modo la posibilidad de buscar salidas
productivas a ese contenido mental, que no se pierda en nuestra propia naturaleza, que
intente plasmarse en la realidad en una determinada dirección. Se trata de ser dueños de
nuestros propios contenidos mentales.
5.2.2Personalidad
Es también algo complejo que incluye diferentes ingredientes. De entrada todos venimos al
mundo con un determinado programa genético, sexo, estructura orgánica…Esa dotación opera
por sí misma, pero todo eso biológicamente dado tiene a su vez ciertos matices individuales,
una cierta sensibilidad mayor a determinados estímulos que a otros, determinadas
propensiones (ej: distintas percepciones de la sensibilidad térmica, gustativa…).
41
En segundo lugar podemos hablar de lo que llamamos el temperamento; definido como una
primera manera de evaluar y reaccionar ante los estímulos recibidos, e incluso podemos
añadir que una primera fuente de contenidos mentales (hay algunas con un contenido muy
reposado en sus acciones, otras son más nerviosas…). Esas tonalidades anímicas vienen en
cierto modo, dadas con nosotros.32 Aun así podemos incluir otro nivel, y hablar propiamente
del carácter. A diferencia del temperamento, aunque esta es la base, incluye no solo lo que
nos es dado sino lo que aprendemos a lo largo de nuestra vida, y no solo deliberadamente,
sino también inconscientemente. En ese sentido, el carácter es la impronta que nosotros
damos al temperamento, a esa disposición orgánica originaria, es decir, como se va dando
forma eso que nos es dado en relación con aquello que vamos adquiriendo.
Todo esto a su vez se podría plasmar en otro peldaño, concentrándose, hablando pues de los
hábitos. Al final, toda esta pluraridad de ingredientes se decantan en una serie de fuerzas que
nos definen, propias del sujeto que buscan traducirse en actos, deseos, tendencias. De
manera que eso que llamamos carácter, que está apoyado en el temperamento y en la disp..
orgánica, se traduce en hábitos, y éste tiene mucho peso en nuestra vida, porque se basa en la
repetición. No podemos hablar de hábitos como mera costumbre, hay que hablar de fuerzas,
por que tiran de nosotros, se independizan de nuestra propia voluntad Son automatismos.
Por ello es importante educar en la adquisición y desarrollo de hábitos creativos, liberadores,
expansivos.
5.2.3 Voluntad.
32 Hipócrates, ver.
42
Esta palabra ha sido usada de una manera ciertamente confusa. Para algunos pensadores, la
voluntad lo es todo para el ser humano, su máximo constituyente identitario. Que la base
moral de la vida esté sujeta a ella. Para otros, sucede el caso contrario: la voluntad es
arrastrado por fuerzas ajenas de modo que ésta queda minimizada.
Viendo todo esto, la elección del individuo es necesaria, y en este sentido, la voluntad es esa
capacidad condicionada, pero efectivo, real, operativo. Junto a las fuerzas orgánicas,
psicológicas, inconscientes, junto a las fuerzas del entorno, e incluso de los hábitos, también
hay que concebir la voluntad como una fuerza que podemos dirigir en función de nuestros
deseos e intereses. Eso significa que aunque estemos condicionados por todos esos
elementos, nosotros tenemos esta herramienta fundamental para dar forma a nuestro
proyecto de vida, y en parte al menos para regular nuestros deseos, nuestras emociones,
nuestros apegos.
Para que esto sea posible, los grandes pensadores han dicho que hay que ser primero
consciente de la propia experiencia y después, deliberar, reflexionar, antes de elegir. Dicho de
otro modo: la voluntad es la forma en que los humanos llamamos a la capacidad para dirigir
nuestra vida; con una cierta autonomía. Por ello, Aristóteles decía (ética a Nicómaco, 1139b):
El hombre es deseo inteligente o inteligencia deseante que elige; con esto une lo natural y lo
adquirido, lo que nos es dado y lo que nosotros ponemos…nuestra inteligencia es siempre
activa, proyectiva, siempre está generando posibilidades para dar cauce a nuestros deseos.
Entonces, los seres humanos, para terminar con esta síntesis, los seres humanos nos
convertimos en sujetos, en dueños de nuestros pensamientos y nuestros actos cuando
realizamos (cuando hacemos reales) las vías para expresar lo que sentimos, lo que ideamos, lo
que queremos. El sujeto en su sentido íntegro, el dotado de personalidad y voluntad, es aquel
capaz de expresarse de una manera productiva, creativa, más allá de los automatismos, la
inercia, prejuicios…de la repetición…Sin embargo, nosotros al estar siempre inmersos en una
cultura, tenemos al alcance un registro de posibilidades que ya nos son ofrecidas desde el
exterior para construir nuestro propio proyecto personal. Es decir: la sociedad, las personas
con las que tratamos mediante la educación, el trato inmediato, nos ofrece una gama de
posibilidades, motivos, conocimientos, principios, normas…En definitiva: se nos ofrece
modelos; que luego nosotros podemos modificar/integrar (mezclando distintos ingredientes)
para crear un programa propio de vida.
De modo que estamos continuamente reciclando los proyectos que nos dan y los que nosotros
creamos. Continuamente estamos reorganizando nuestras posibilidades de vida, nuestro
proyecto vital. Estamos reescribiendo nuestra trayectoria vital, y es bueno y necesario que sea
así, pues de lo contrario, se produce un anquilosamiento del individuo, un apego de algo fijo e
inmóvil. Los modelos de vida nunca son estáticos, son devenir de la realidad, son movimiento
constante. “La libertad hay que ganársela todos los días…”.
43
Nuestra primera forma de praxis, acciones, son en gran medida espontáneas, no
premeditadas. En algunos casos, preconscientes. Pero, no obstante, son las bases cotidianas
de nuestra acción. Seguimos con J.A Marina, teoría de la inteligencia creadora, donde plantea
estas cuestiones.
5.3.1 Percepción
Esto significa que una vez más, todas las variables de nuestra forma de estar en el mundo
están conectadas, retroactuan unas con otras. Además, nuestra percepción no es vacua:
nuestros sentimientos, emociones, intervienen a la hora de percibir el mundo: hay toda una
forma de vida detrás a la hora percibir el entorno.
5.3.2 Movimiento
Por otra parte, se ha probado que los niños adquieren esa capacidad motriz a partir de esos
esquemas básicos mediante aprendizajes que cada vez les permiten incorporar una especie de
conceptos motores, de tal modo que consiguen crear mapas de la realidad, que en un primer
momento son cinéticos. La primera forma de inteligencia es motora; entender distancias,
correlacionar movimientos, ubicarlo en el espacio…nuestra primera forma de cartografiar lo
real es a través del movimiento. Eso a su vez es condición inequívoca para desarrollar la
inteligencia en el nivel mental propiamente dicho. Sobre esta base preconsciente y después
sobre la consciente, programamos nuestros actos, de este modo conseguimos entender
44
nuestras acciones como algo deliberado. Por eso se ha dicho que la actividad mental puede ser
entendida como actividad física interiorizada.
El manejo físico de las cosas está relacionado con el manejo ideal de éstas.
5.3.3 Atención
Entendemos esta acción como focalizar nuestra conciencia en un objeto, persona, situación,
estado de cosas…en ese sentido, existe una fijeza sensorial, intelectual, y tal vez valorativa
(prestamos atención a aquello que nos llama más la atención). El interés que nos suscita ese
fenómeno involucra el sujeto por el objeto. Aquí entran otra vez en juego el interés
intelectual, el valorativo, el emocional…en cierto modo, es como si toda nuestra fuerza se
volcará en aquello que nos importa en ese momento. En ese acto de concentración reunimos
todas nuestras capacidades, y en definitiva establecemos un lazo que nos hace captar ese
objeto de atención como parte de nosotros mismos. Por eso es importante saber fijar la
atención, no tenerla completamente dispersa, estar completamente distraídos; porque de lo
contrario no percibimos la realidad, no sentimos con la misma intensidad.
5.3.4 Memoria
45
estrictamente complementarias, como dos caras de la misma moneda. ¿En qué coinciden?
Ambas son dos formas de ampliar nuestro margen de acción. Son la herramienta básica que
usamos para ampliar nuestra realidad, para generar posibilidades nuevas. De manera que
ambas ayudan a inventar a crear nuevos caminos para nuestra experiencia. Entre las múltiples
posibilidades que nos ofrece nuestras vivencias, elegimos unas y desechamos otras, de
acuerdo a un proyecto, un plan de cómo queremos que se diseñe nuestra vida. Ese querer, va
estar obligatoriamente influido por el medio (cultura, valores sociales, normas) pero eso no
significa que nos obligue a actuar de una manera en concreto: no estamos pues, totalmente
determinados. Una libertad no caprichosa es una libertad inteligente, porque usa las
posibilidades q tiene a su alcance, gestiona la manera en que uno quiere combinarlas y
finalmente, introduce elementos personales en el conjunto que son únicos en la manera en
que nosotros actuamos.
Por lo tanto, esta interacción nos dice que el ser humano no actúa constantemente de manera
fría y calculadora, pero si es necesario que en la manera que desarrollamos nuestras vidas,
tengamos un plan de contingencia: valoremos que cosas tengan más prioridad que otros. En
cierto modo, podemos decir que nos anticipamos, prevemos implicaciones posibles…hacemos
que lo que para nosotros es prioritario dirija nuestra conducta, nos conforma.
Solo mediante esa disposición inteligente nuestra libertad puede ejercerse, sin dejarnos llevar
por las circunstancias. Por ello, en primer lugar ser libre es liberarse en primer lugar de aquello
que nos impide actuar como queremos; no solo por la oposición externa a los deseos, sino
también por un posicionamiento externo. No se trata de luchar con el exterior, sino también
contra nosotros mismos. Y después de esto, es cuando podemos ejercer la libertad en positivo.
Por eso, se puede considerar a la libertad como un arte, complejo y necesario de entrenar,
pues exige flexibilidad, comprender y analizar las distintas posibilidades…Libertad asimismo
implica responsabilidad por parte del individuo, tenemos que ser plenamente conscientes de
nuestros actos con sus consecuencias.
46
finalmente, introduce elementos personales en el conjunto que son únicos en la manera en
que nosotros actuamos.
Por lo tanto, esta interacción nos dice que el ser humano no actúa constantemente de manera
fría y calculadora, pero si es necesario que en la manera que desarrollamos nuestras vidas,
tengamos un plan de contingencia: valoremos que cosas tengan más prioridad que otros. En
cierto modo, podemos decir que nos anticipamos, prevemos implicaciones posibles…hacemos
que lo que para nosotros es prioritario dirija nuestra conducta, nos conforma.
Solo mediante esa disposición inteligente nuestra libertad puede ejercerse, sin dejarnos llevar
por las circunstancias. Por ello, en primer lugar ser libre es liberarse en primer lugar de aquello
que nos impide actuar como queremos; no solo por la oposición externa a los deseos, sino
también por un posicionamiento externo. No se trata de luchar con el exterior, sino también
contra nosotros mismos. Y después de esto, es cuando podemos ejercer la libertad en positivo.
Por eso, se puede considerar a la libertad como un arte, complejo y necesario de entrenar,
pues exige flexibilidad, comprender y analizar las distintas posibilidades…Libertad asimismo
implica responsabilidad por parte del individuo, tenemos que ser plenamente conscientes de
nuestros actos con sus consecuencias.
Desde el principio, ser persona tenía un carácter público, solo existía una identidad personal
en la medida en que era reconocida por los otros. Desde el primer momento la etimología nos
dice que la palabra persona se define tanto desde dentro como desde fuera; persona es el
sujeto de derechos y deberes reconocidos por la comunidad. En segundo lugar, tenemos la
definición clásica de Boecio, definiendo la persona como sustancia racional. El pensamiento
cristiano medieval incluirá junto a este carácter particular y racional, la dimensión creadora de
dios: Dios dota de alma a la persona para hacerla un ente individual, susceptible de salvarse,
de ser inmortal.
Lo que nos interesa es que la persona es esa entidad dotada de la suficiente autonomía y del
suficiente reconocimiento colectivo como para gobernar su vida. ¿Por qué hablamos aquí de
racionalidad? Pues porque ésta es el resultado de ligar inteligencia y libertad en un marco
intersubjetivo. Esto significa que el más elevado proyecto de vida con el que una persona
puede dotarse a sí misma es la racionalidad; entendiendo a ésta esa amplitud de contenidos:
inteligencia libertad y vida compartida con otros. Nohablamos por tanto de una razón en un
47
sentido puramente lógico, calculador; sino de un proyecto de vida volcado en el
autodesarrollo.
Por eso como muchos autores han dicho, nuestra primera obligación ética es ser racionales,
porque serlo en este sentido significa asumir lo que somos, lo que hacemos y lo que queremos.
Ser racionales en este contexto significa ser responsables de nosotros mismos, y en cierto
modo también de los demás, por ue entendemos que nuestra identidad se construye junto a
otrosEMPATÍA.
34 Recordar la frase nietzscheana de “lo importante no es que me hallas mentido, sino que no
3
podré volver a confiar en ti”. El perdón es fundamental en el concepto de persona. El castigo
existe, pero nunca hay que dejar de reconocer la dignidad personal. Por eso las penas en
países civilizados se desarrollan leyes de rehabilitación del sujeto castigado.
48
vilo permanentemente, buscando apoyo en nuestra vida; en resumen, huir del conformismo y
de la indiferencia.
En ese sentido, el sujeto se hace merecedor de los derechos y dignidades que nos atribuimos
mutuamente. Si algo define al pensamiento filosófico a lo largo de la historia, es el hecho de
haber buscado dar consistencia, dar fuerza, estabilidad a la vida humana. En el sentido en que
aquí lo estamos tratando, la persona tiene que estar a la altura de esta situación. Eso significa
ejercerlos a título personal y hacer que los demás lo ejerzan, mediante lo que vamos a definir
en el siguiente punto.
El ser humano es necesariamente un sujeto ético y político para ser plenamente humanos. Es
necesario incluir este carácter práctico el cual supone el ámbito necesario para desarrollar las
relaciones intersubjetivas, para el ejercicio de la libertad, para el logro de la ayuda mutua…
como los griegos dejaron claro desde el principio; “el hombre es solo humano en la polis, en el
ámbito de la comunidad”. Esto significa que sólo podemos construir la identidad en un marco
normativo, cultural, en donde hay unas pautas compartidas de conducta. El ser humano ha
vivido siempre compartiendo leyes, códigos de conducta, fines, valores…todo eso que nos
hace ser personas formadas, que tienen la capacidad de elegir unos contenidos u otros, pero
sin los cuales nuestra vida no tiene marco de referencia: no podría ser verdaderamente
autónoma35.
Para conseguir esto, es necesario poder “alimentarse” de códigos normativos para construir
nuestra propia identidad. En ese sentido, la dependencia (que nunca desaparece del todo) es
un paso necesario para llegar a la dependencia. Por lo tanto, se puede definir al ser humano
como un sujeto interdependientes, y esto no nos hace menos libres, al contrario; esto es lo
que nos da las herramientas necesarias para ejercer esta libertad.
Ocurre que nos podemos encontrar con sociedades nómadas en las que la jerarquía social es
mínima, ofreciendo un modelo político horizontal donde todos tienen el mismo poder; o
también con sociedades estatalistas…Cada grupo tiene sus reglas de juego, lo que nos lleva a
pensar que siempre el ser humano ha necesitado de la relación con “el otro”. Ser civilizado no
es otra cosa que ser ético y político, aunque la forma de realización sea variada.
49
desaparecer eso en la historia. Sin embargo, a pesar de esta violencia, los humanos siempre
hemos buscado formas de convivencia no sólo pacíficas, sino armónicas, cooperativas,
solidarias, y este es un hecho antropológico indudable: EL SER HUMANO VIVE NATURALMENTE
EN UNA AMBIBALENCIA MORAL.
Las cuestiones verdaderamente complejas, como la que estamos estudiando; significa generar
formas de vida sumamente vulnerables: cuanto más riqueza interior tiene cualquier forma social
o moral, más delicada es, más cuidado requiere, pues no se deja llevar por sistemas rígidos,
unificadores, y menos aún totalitarios. Es necesario reconocer la pluralidad, y con ello la
contradicción y el conflicto, es necesario permitir la diferencia y la discrepancia SIN QUE ESTO
SUPONGA UNA RUPTURA en el orden político o personal. Todo aquello que es complejo,
hermoso, sutil, es frágil al mismo tiempo; pues implica una gran variedad de ingredientes, de
equilibrios, de posibilidades…y por eso la democracia es aun con defectos, el mejor de los
sistemas, y el más vulnerable; pues implica multitud de variables para que el sistema funcione.
Sin embargo, desde otro punto de vista la democracia es el sistema más fuerte, pues es el único
capaz de aglutinar más opciones, más convicciones…esto ocurre con los seres humanos
complejos: aparentemente, su identidad parece más débil por tener más dudas, menos
convicciones…sin embargo, a la larga, son muchos más flexibles, pueden establecer más
relaciones limpias con los demás, sin imponer, sin chantajear.
En ese sentido, desarrollar todos los rasgos que definen al ser humano significa buscar
equilibrios completamente renovados, entre lo que pensamos, lo que sentimos, lo que
queremos…lo que el medio nos ofrece y lo que reclaman de nosotros. Por consiguiente,
construir la autonomía (que es el gran concepto kantiano de la ilustración) significa ser
consciente de esta complejidad de variables y estar permanentemente abiertos a establecer
nuevos equilibrios dinámicos: no podemos tener esquemas que sirvan para todas las
situaciones, ni políticos ni morales ni mentales37.
Vemos como existe una obvia conexión entre ética y política, pero no hay que confundir los
límites de cada uno de estos bloques: “la sabiduría es una mezcla de estas dos cosas: la
percepción intelectual de la verdad y el sentimiento moral de lo justo.” Ralph Waldo Emerson.
Esa búsqueda de la verdad y de la justicia son correlativas; lo fueron para los griegos y
actualmente lo sigue siendo. Pongamos un ej: Hoy día uno de los grandes enemigos de la
búsqueda de la verdad no es tanto el relativismo como la indiferencia, la pereza. Desde el punto
de vista de la justicia, hoy en día el gran enemigo es la desigualdad. Estas dos grandes
modalidades del error conducen a la infelicidad, personal y colectiva. Para esto, es necesario
nombrar una obra, llamado un Análisis de la infelicidad colectiva (escrita por R. Wilkinson y K.
Pickett38), los cuales hicieron un estudio exhaustivo. Mostraron como el índice de desigualdad
dentro de una sociedad hacia que el funcionamiento de ésta sociedad fuera más deplorable.
Asimismo, mostraron como los países con una menor desigualdad interna ofrecía una
funcionalidad más efectiva.
Como nota, decir que nuestro país es el que ofrece mayor índice de desigualdad dentro de los
países de la unión europea.
El objetivo de este tema es traducir todas las nociones que hemos ido dando a lo que la historia
ha ofrecido como modelos de vida que han de ser imitados por los seres humanos, con el
añadido de que esos diferentes humanismos son completados con propuestas trans-post
humanistas. Vamos a ver como la teoría se expresa como una forma de poder que pretende
gobernar la vida de diferentes maneras.
A esto lo denominamos biopoder39: la manera de ejercer control sobre el cuerpo, las mentes, es
decir, la manera de dirigir nuestras vidas (independientemente del objetivo moral). A lo largo de
la historia, esta forma de control se ha aplicado en la praxis social histórica con diversos
enfoques (el ser humano no es una entidad neutra). En ese sentido, teoría y praxis van unidas, y
es necesario ejercer un juicio crítico como filósofos, sopesando las distintas variables de teorías
y discursos que se han ofrecido en lo referente al ser humano.
A continuación, veremos los tres grandes modelos de biopoder que se han establecido a lo largo
de la historia, donde además muestran elementos comunes. Tendremos en cuenta en todo
momento que éstos no son guías cerradas, y que se han desarrollado de diversas maneras a lo
largo del tiempo.
Estos modelos tienen un carácter comunicanista: el grupo decide la norma, que ha de ser
aceptada por todos. La individualidad solo cobra sentido en la medida que sirve al colectivo. A
su vez, este modelo colectivo de comportamiento y de control, intenta reflejar el orden
cósmico. ¿En qué se traduce esto? En todos los ámbitos de la vida: patrones de parentesco,
leyes, normativas de conducta…El ser humano es coaccionado a participar en ese modelo de
Este modelo traslada el foco hacia el ser humano como último elemento legislador: el hombre
decide; no tanto obedeciendo un orden que le es dado, sino creando de manera autónoma la
norma, la regla. No se trata de acatar un orden universal de las cosas que legitima un poder
determinado; sino que, aunque se mantenga esto en parte, el hombre de la modernidad se
atribuye a sí mismo una capacidad normativa para establecer modelos de vida creados por el
mismo, no dictados de manera externa. Se construye pues una obra histórica antropológica
tendente al progreso humano. El modelo naturalista deja paso a un modelo historicista (el ser
humano es dueño de su destino y genera formas de comportamiento que considera cada vez
mejores).
Estado y Control
En cierto modo, ha sido el iniciador de toda esta tradición de pensamiento. Básicamente, nos
muestra en la modernidad (sobre todo del S. XVIII hacia delante) como la burocracia, administra
todos los aspectos de la vida, afirma que se produce una normalización, una homogeneización
de las formas de vida mediante control burocratizado de las diferentes esferas de la conducta.
Lo que hace pues este autor es analizar diversas esferas, pero, al margen de su análisis, la
reflexión que elabora dicta que esta normalización (la cual ha de ser acatada o si no será
impuesta), acontece en todos nuestros ámbitos de nuestra vida: escuela, fábrica, hospitales y
centros sanitarios (incluso en centros psiquiátricos), en los cuarteles, las prisiones…
En todos los ámbitos, las instituciones del estado imponen su impronta: troquelan nuestra
forma de pensar y nuestra forma de actuar. En ese sentido, todos somos normalizados y
estandarizados. 40 El biopoder no solo reprime, se impone mediante la coerción y la fuerza, sino
40 Ver ejemplos educación obligatoria en S.XIX. Estas medidas, que a priori pueden ser vistas
como medios de riqueza personal del individuo, se convierten en dispositivos de control del
Estado.
que éste segrega discursos biopoliticos, formas de conocimiento (política de la verdad…) sino
que convencen, pues el discurso es interiorizado por el individuo. No solo hay dominio y
opresión, sino también una “persuasión interiorativa” a través de la palabra, el
adoctrinamiento.- El establecimiento de la norma pública que condiciona al individuo-.
Podemos entender estos términos en contexto moral y político: el individuo tiene una conducta
regida por un determinado patrón ideológico que le es impuesto. En ese sentido, los campos de
concentración suponen el extremo de estos campos de biopoder: el terror se convierte en
herramienta máxima de control.
Tiene elementos de los dos anteriores, pero introduciendo novedades. Posiblemente pueda
definir el humanismo del S.XX en adelante. Además de los ingredientes naturalistas e
historicistas, lo que definen nuestro tiempo es la aparición de las nuevas tecnologías. Se ha
producido un salto cualitativo en estos términos que se manifiesta en distintos niveles. Uno de
ellos es el de la bioingeniería (manipulación genética). Ese poder tecnológico (en términos de
control genético, robótico, uso de drogas sofisticadas, etc.), el poder no solo controla desde
fuera y esta interiorizado en forma de doctrinas asimiladas, sino que además reposa en
dispositivos tecnológicos que facilitan el control41. Otro aspecto a resaltar de este modelo es
que estamos vigilados por múltiples dispositivos de vigilancia. Ya no solo por mecanismos
básicos como son las cámaras, sino mediante la propia red (Snowden, proyecto Echelon)42.
Sin embargo, a parte de este elemento de control tanto interno como externo, si algo
caracteriza a nuestra época es que la opresión se ha convertido cada vez más en seducción. El
biopoder no solo utiliza el poder, la interiorización, la normalidad, las nuevas tecnologías, sino
también la atracción, el “softpower”; una especie de poder de convicción que cala de manera
más sutil a la hora de gobernar nuestra vida. Sin duda este tiene que ver con las técnicas de
marketing, todo lo que tiene que ver nuestro consumo (para imponer nuestro modo de vida o
distraernos de otras cuestiones). Aquí tiene lugar el papel de la moda, por ej. En este sentido,
este tipo de biopoder es mucho más tramposo, al ser identificable, pues se disfraza en el ámbito
de la “aparente libertad de elección” del individuo.
41 Donna Haraway: “Esta podría ser una forma de liberación, que no fuera ni masculinos ni
femeninos…híbridos” (al menos, corporalmente)
42 Ver Gataca.
Como tercer aspecto a destacar, hay que citar la expansión de un modelo de vida precario. Una
de las formas de control más poderosas en la actualidad es la precarización generalizada de la
vida. Esto significa que nos hacen creer que tenemos que estar continuamente agradecidos por
tener la posibilidad de acceder a unos servicios mínimos, resaltando el hecho de que todo el
sistema está en crisis. El miedo imposibilita al individuo a que pueda acceder a alternativas
superiores para construir su experiencia vital. A través de un cierto “fatalismo metafísico”, el
individuo se ve obligado a sentirse afortunado por su precaria condición de vida.
Paradójicamente, el capitalismo neorolibral se ha convertido en el orden natural de las cosas
(como en el primer modelo).
Las nuevas tecnologías se alían con este tipo de planteamiento precarizador. Por una parte
permite que la tecnología logre todos nuestros objetivos, pero a su vez paradójicamente existen
ciertas imposiciones socioeconómicas que no podemos evitar.
Lo que creemos que somos en cierto modo determina nuestra conducta, nos condiciona, es
parte de nuestra realidad, puede tenemos una idea preconcebida que adoptamos para
configurar nuestra identidad. Por lo tanto, a la hora de efectuar una definición ontológica sobre
algo, tenemos que tener en cuenta el contexto histórico en el que nos situamos, pues en buena
medida nuestras percepciones están condicionadas por él. Por otra parte, sabemos que somos
seres orgánicos y simbólicos, tenemos que tener en cuenta todos los discursos que actualmente
se realizan, pues todas esas ideas que hemos ido estudiando y adaptando para entender la
realidad, poseen un sentido.
Así pues podemos hablar de un humanismo, en la antigüedad43, tras pasar por el h. aristocrático,
donde lo que define al ser humano es su, su honor valor personal en la guerra, lo que
43 Ver, La invención de lo humano: La construcción sociohitórica de la vida humana.
4
Humanismo aristocrático.
verdaderamente se impone en la c. griega clásica es la imagen del ciudadano. El hombre libre
que no necesita trabajar para vivir porque tiene sus necesidades cubiertas, este individuo libre,
es el modelo de excelencia, el ideal de lo humano que los griegos acuñan. Lo que le caracteriza
es que ya que no está atado al trabajo ni a las obligaciones de subsistencia, puede dedicarse a la
paideia, al aprendizaje, de las disciplinas físicas, porque es lo que necesita para ejercer sus
derechos y obligaciones como miembro de la polis.
Encontramos un modelo de excelencia cifrado en la vida religiosa: solo aquellos que se dedican
a ésta alcanzan la perfección, porque consagran su vida a Dios, son más libres que el resto de
ciudadanos. Aquellos que viven en el monasterio, el cual el orden está fijo, se han salido de las
obligaciones habituales de la vida corriente y entra en un ámbito especial donde no existe
ningún tipo de encadenamiento. En ese espacio creado para la vida contemplativa se liberan de
todas las dependencias para consagrase a la perfección espiritual. Por lo tanto surge una
clericación de la libertad: ésta solo se alcanza puramente en el ámbito de la vida religiosa45.
Por lo tanto, se produce un criterio de universalidad, donde cualquiera que acceda a él alcanza
las mayores cotas de sabiduría y conocimiento.
El renacimiento
44 De este modo, el derecho nace con la condición de elevar la “humanitas” del individuo.
Resulta interesante la concepción humanitaria que tenían los estoicos (humanidad cosmológica)
En los modelos anteriores, el trabajo estaba considerado como una lacra, pues impedía al ser
humano ser libre; el renacimiento introduce el valor de los conocimientos periciales, ser experto
en determinadas artes. Aquellos que se especializan en determinados oficios también adquieren
una forma de perfección que hasta entonces no es valorada. Si eres un buen artista y firmas tus
obras, afirmas tu personalidad a través de la capacidad creadora que has adquirido. Eres por
tanto un individuo que has adquirido habilidades y conocimientos que te permiten producir
obras consideradas valiosas.
De manera que los oficios civiles no religiosos, no aristocráticos o guerreros, aquellos de la clase
media que empiezan a aparecer, también son potencia de la aparición de la vida humana, luego
además de la construcción de la identidad a través del conocimiento; existe otra vida de
desarrollo que es la poiesis: la dimensión práctica de la actividad humana. No solo la theoria ni
la praxis (pinto vista político y ético). Esa capacidad de producir, al margen del ocio
contemplativo, nos dice que incluso la actividad productiva es también ingrediente del
humanismo.
Los ilustrados reivindican la idea de naturaleza humana como ampliación máxima de los
derechos y los deberes. Los ilustrados adjudicaran el carácter de la vida humana plena a todos
los seres por el hecho de participar en la naturaleza humana. Por eso la declaración universal de
los derechos, creada por los revolucionarios franceses, es la máximamente universalizadora,
porque lo cubre todo: “todos los seres humanos tienen humanidad por el hecho de ser
humano…”. Este límite se amplía (de hecho, también se intenta hacer con los animales).
Por otra parte, las mujeres y los miembros de otras razas; denunciaran el incumplimiento en la
práctica de ese discurso teórico. Poco a poco, con los diferentes movimientos reivindicativos, el
ámbito de la “humanitas” fue cambiando, ampliando horizontes. Asistimos pues a un proceso de
universalización creciente de tal modo que hay cada vez un planteamiento más incluyente de la
dignidad humana. Por lo tanto, no se trata de saber lo que somos realmente, de lo que se trata
es de decidir los propios seres humanos cómo queremos que se nos considere. Es decir, la
identidad humana, además de ser biológica; es definitivamente objeto de una construcción
colectiva, vamos construyendo un modelo de identidad que nos incluya a todos, siempre frágil,
un logro histórico de primer orden que se ha ido fraguando a lo largo del tiempo, pero aún hoy
en día existen conciencias fijistas que no permiten la introducción al modelo de personas de
distintas etnias, sexo…
La aparición de nuevas tecnologías está provocando que aparezcan nuevas formas del ser, lo
que hace que cambie el sentido del deber ser. En el texto es importante entender que estamos
ante un nuevo trascendental: una nueva forma de existir. El cambio civilizacional repercute en
un cambio antropológico de fondo.
Los proyectos utópicos están a menudo a un paso muy pequeño de lo distópico (recordar mi
investigación). Existe un riesgo evidente de que lo utópico pase a distopico por que se han
desencadenado procesos que escapan de nuestro control, al igual que lo hacen los procesos
ecológicos y económicos, puede ocurrir esto también con los tecnológicos. Así pues, nos
encontramos con una nueva situación que altera los equilibrios básicos de la vida humana.
Por otra parte, esto es un gran desafío para lo que llamamos tradición humanista para
occidente, es un desafío para el planeta entero, porque tenemos que generar una nueva
concepción de la vida humana, de nuestros fines y valores, y en ese sentido dar cumplimiento a
los derechos humanos es algo difícil si no somos capaces de entender, unir, relacionar estos
procesos históricos. Así pues, solo podemos continuar con el legado de la ilustración: un
proyecto de autonomía y libertad individual y colectiva que debe basarse en el conocimiento y
en la cooperación social.
Por tanto, afrontar los desafíos del posthumanismo es ejercer una crítica racional evitando el
maniqueísmo, simplemente estableciendo una postura racional porque el proyecto que nos
proponen los posthumanistas o transhumanistas es ciertamente discutible. Es una cuestión
extramoral, de crítica racional. Entonces, la suma de todas esas tecnologías se nos dice que será
puesta al servicio de una mejora cualitativa de la calidad de vida, tanto en el campo de la salud
como en lo referente a la capacidad de ser libres. Lo que este conjunto de pensamientos nos
proponen es una mejora material y genética, dentro de un marco “liberal”, indefinido.
Nadie puede negar que cualquier mejora que se plantee ha de ser aceptada, sin embargo, hay
que sospechar sobre cómo se elaboran y quiénes las crean, pues de este modo nos encontramos
con muchas incógnitas:
5. No tenemos por qué aceptar una visión de la vida humana buena que parece consistir
en evitar el dolor, el sufrimiento y la vejez, porque ese modelo es supuestamente
deseado por todos, pues estos sentimientos son parte de nuestra condición humana.
Simplemente apuntamos que la sensibilidad, la empatía en lo referente a lo que el otro
siente es un componente fundamental de la vida humana.
Sin cerrar la puerta a las mejorar que podemos acceder, hemos sin embargo de tener cuidado
con aceptar un nuevo modelo de excelencia basado en fundamentalmente la manipulación
tecnológica. No podemos recaer en una especie de mecanicismo, aunque el planteamiento
actuaría como un símil. Lo más valioso que tiene el ser humano es la capacidad de desarrollar su
propia potencia, si bloqueamos esto, poco queda de humano.
Esto como todo tiene un resultado político, necesitamos conducir este debate a este ámbito. En
cierto modo nosotros tenemos como ciudadanos supervisar las decisiones que se toman…pese
al problema de gobernanza que tengamos. Esta capacidad de transformar la naturaleza, implica
una tremenda responsabilidad, tanto intelectual como moral y política. En ese sentido
tendríamos que saber que la libertad nunca se ejerce mejor que cuando uno reconoce sus
límites…
Encontramos una pregunta ante la individualidad y una apuesta por la libertad como ejercicio
personal para desplegar dicha identidad. Desde un punto de vista racional, el humanismo propio
del presente tiene que sentirse heredero de lo mejor de la tradición humanista, recogiendo las
aportaciones contemporáneas para enriquecer ese acervo, pero sin olvidar elementos centrales.
Dichos elementos afirman y reconocen la humanidad en todos los seres humanos, entendiendo
que la vida humana debe ser protegida, potenciada y dignificada en todas sus manifestaciones,
lo cual desde un punto de vista racional implicaría algunas notas características. Somos seres
plásticos, versátiles, que no estamos cerrados sobre nosotros mismos. En ese sentido, estamos
construyendo permanentemente nuestra identidad, la cual presenta unos márgenes, pero
dentro de ellos podemos escoger ciertas vías de autodeterminación.
El humanismo nos ha dicho que tenemos que aprender a ser humanos, ya que aunque las
capacidades vienen desde la base biológica, deben ser educadas. Esta educación requiere
recopilar todos los modelos de aprendizaje a lo largo de la historia. Para ello, requerimos tener
una memoria histórica, pero sin anclarnos y perder nuestra creatividad. Solamente el
aprendizaje intersubjetivo de la vida en común nos dará una identidad personal.
Nuestra identidad se construye mediante actos irreversibles. En ese sentido, Savater define en
La vida eterna (2007) lo humano como lo sagrado pero no como un acto de soberbia
antropocéntrica. Habermas ha insistido en la necesidad de recuperar e integrar las tres grandes
esferas que la ilustración había señalado como propias de la vida humana: conocimiento,
moralidad y gozo estético