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“CHILE, HISTORIA Y BAJO PUEBLO”, SALAZAR, G.

INTRODUCCIÓN REVISTA
PROPOSICIONES N°19, PP. 7-16

Este artículo del profesor Gabriel Salazar, tiene como finalidad exponer los rasgos distintivos de la
historiografía chilena y como esta ha devenido en un “arma teórica” para sustentar el proyecto de
organización estatal de los grupos de poder “elites” y debilitar la memoria y poder de acción de los
sectores populares de la sociedad chilena o “bajo pueblo”.

En este sentido, es que el autor expone la dualidad que, según su juicio, existe en la historiografía
chilena. Por un lado, existe una historia de carácter “ideográfica” que se centra en “intentar
defender la historicidad de lo ‘particular’ y la legitimidad del ‘proyecto’ y el ‘cambio’ sociales”. (pp.
7), y por otro lado existe una historia conservadora “totalizante” que al estilo “nomotético” propone
una suerte de ley general valórica encargada de sustentar “teóricamente” la evolución del proyecto
de Estado moderno llevado a cabo por los grupos de poder en Chile.

El autor indica que esta dualidad historiográfica está fuertemente marcada en el periodo pre
portaliano y post crisis portaliana, ya que antes de la crisis de 1860, se evidencia una historia de
tradición ideográfica (social-progresista) “reconstruyendo el ‘hecho social particular’, la trayectoria
de los ‘actores protagónicos’, y, sobre todo, los ‘procesos’ que, partiendo desde abajo, remataron,
arriba, en la constitución de un ‘sistema general’ (patria, nación, institucionalidad, Estado, etc.). (pp.
9), posterior a la crisis portaliana se evidencia una historia “nomotética”, en donde se privilegia los
rasgos “funcionales y paradigmáticos del sistema portaliano y ‘juzgando’ las acciones erosivas de los
opositores”. (pp. 9), de este modo, solo es historia lo que aporte a la estabilidad del sistema
hegemónico, dejando rezagada la tradición ideográfica, en donde los “hechos sociales”, las
“particularidades” y sus “trayectorias” construyen un sistema social.

Según lo expuesto anteriormente, es que Salazar realiza una analogía con “El fin de la historia” de
Francis Fukuyama (1988), indicando que la emergencia de la tradición “nomotética” en la
historiografía chilena (post portaliana), devino en el “fin de la historia” en chile, ya que expone: “la
misma historia de chile, predominante en el país, ha evolucionado como un virtual exterminador de
las ‘particularidades en movimiento’” (pp. 9), en este sentido, la historia de Chile a “exterminado”
todo movimiento social, popular y cultural que no siga las leyes generales de “evolución” del Estado
determinadas por los grupos de poder.

De acuerdo con esto, es que Salazar plantea que la historia, tal y como se ha venido desarrollando,
ha negado la participación de gran parte de la sociedad chilena, dejándola “muda” y sin capacidad
de acción social, provocando con esto una partición y un quiebre del “espíritu” de la unidad nacional
entre los que “hacen la historia” y los marginados de esta, generando anomia social y resentimiento.

Es así como Salazar y los exponentes de la nueva Historia Social de Chile, promueven una
historiografía revisionista, mediante la cual se revindique la historia ideográfica y se promueva la
memoria colectiva y el carácter político que conlleva “contar la historia” desde “adentro”
incluyendo al movimiento popular e integrándolo en la construcción de Estado en Chile, lo que
significa dejar de ver al movimiento como una amenaza a la estabilidad del sistema “elitista” de la
nación, reconocer su historia e integrarlo de la manera social-progresista, con el fin de crear Estado
con todos los actores sociales y sus necesidades.

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