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: ra i ey th aya DE La a a F SY ene irae eee Ca) LAGARDE. MAX WEBER SCHELER JasPeR TR ee ye ae \ oe MAX WEBER LA CIENCIA COMO PROFESION VOCACIONAL, (Leido en 1918; 1* edicién: 1919) Tradueciin de Preven Henn Conferencia promunciada en invierno de ror8 ante estudiantes de te Universided He Munich, pore orentarios sobre problemas, vocuionales. A pedido de ustedes he de hablar sobre el tema “La ciencia como profesién”. Ahora bien; los hombres de ciencia econé- mica cultivamos’cierta pedanteria, de la eval yo no qui apartarme: la de partir siempre de las condiciones externas, Por lo tanto, partiré aqui del interrogante de cémo se pre- senta la ciencia como profesién en el sentido material de esta palabra; lo cual, en esencia, equivale hoy dia pricticamente ‘@ preguntar: gcdmo se presenta Ta situacién a un estudioso reabido que decida abravar la ciencia profesionalmente ene! dimbito de la vida académica? Para comprender en qué com afrece el mayor contaste con, novotros: los’ stados Unidos in norimalmente como Privutdozent,(docents libre). Desputs obtenida su aprobacion, se habilita, en base a un libro y uh falta, ef alguna universidad. para hiego sin sueldo y rem 806 MAX wen a dentro del marco de su venia legendi. En América, a carrera comienza normalmente de manera muy distinta, a saber con un empleo como assistant; manera algo similar ala que suele practicarse, entre nosotros, en los grandes ins titutos de las faeultades de ciencias naturales y de medicin donde s6lo una pequefia fraccién de los ayudantes aspira, y con frecuencia tardiamente, a la habitacién reglamentaria como Privatdozent. En la prictica dicho contraste significa que, -ntre nosotros, Ia carrera de un hombre de ciencias se funda grandes rasgos, en premisas plutocriticas. Pues un jove sabio desprovisto de todo patrimonio corre un riesgo extrit ordinario por el hecho mismo de exponerse las circanstan: cias de una carrera académica; deber afrontarlas durante minimo de afios ignorando en absoluto, si al cabo de ellos tendré la oportunidad de ocupar un puesto que le permita ‘mantenerse. En los Estados Unidos, en cambio, impera el sis tema burocritico. All, el joven es presupuestado desde un principio. Es verdad que modestamente; por regla general, su sucldo equivale apenas al monto de la remuneracién de un obrero no del todo inexperto. Pero sea como luere, el sabio comienza con una posicién aparentemente segura, pues per ibe un sueldo fijo. Existe, sin embargo, la norma de que se le puede despedir, como a nuestros ayudantes; norma con euya aplicacion inexorable ha de contar, si él defraudara las ex pectativas. Estas exigen que tenga “aulas Henas", Tal cosa no podri sucederle a un Privmtd: nin; de éste, una ver instalad ‘ble librarse. Es cierto que no puede ";sin embargo, tiene la prestuncidn com prensible de que, tras langos afios de actuacidn, posea una especie de derecho moral a ser tomado en cuenta, A menudo cobra importancia, también, 1a cuestién de la habilitacién eventual de otros Privatd La alternativa entre habili tar, por principio, a todo erudito que haya legitimado su aptitud, 0 considerar’ las “*necesidades docentes", vale decir, Otorgar el monopolio de la ensefianza a los docentes ya ins tituidos, constituye un dilema escabroso, que se relaciona con la doble faz del oficio académico, de la cual hablaré en se guida. En la mayoria de los casos se opta por la segunda alternativa; pero esto implica un aumento del peligro de que cl titular de Ia especialidad respectiva, por nris_conscient que trate de ver, favoreza, no obstant, asus propios discipu tos. En lo que me es personaly quiero sefalar que he obser satio el principio de que un estudioso promovido por int deba legitimatse y habilitarse ante otro profesor y en otra univer: Silad, Ha resultado, entonees, que tno de mis diipulos mis que Ge [uera el motivo de su ‘taslado, ottos, el Privuldozent-desarrolla, por lo comin, una. activ dad docente mis reducida de In que desea destrollae. Pues Su especialidad, incurrnia‘en el reproche de la desconsidera fion lente al catedrdtico mayor, puesto que, como regla, el titular de la especilidad dicta La clases "grandes", mientras gue el Dozent se conforma con las Tecciones de segundo orden. Gon ello tiene la ventaja, un tanto involuntaria, de quedar Tibre para el trabajo ciemtfico en sus afios de juventud mente distinta, Esen ss aon moros que el docente se halla Sobrecargado de tareas por la precisa razén dle que éstas le Son pag au eptanento de germans, pr jem Roras senanales sobre Goethe, y basta, mientras que el “ass menor se sentir felis, en dace horas semanaes, s¢ 2 a mis de la obligacion de "embutir” la lengua ale tin Unland. Pues Ine instanclas olicales! de. 1a especialidad fijn el plan de estudios, y de date depende el “assistant” tanto fin vecursos propulsores de maximo volumen. Y en ellos, como dlondequiera que se insale la emprea capialsta, aparece el fendmeno de a “separacién del obrero de los medion de pro celia", EL tabajador, en este cuo el ayudante, depende 08 wax went de los medios de trabajo puestos a dinposcién, por ef Estado: por comiguiente, epee del director el institut de Ia i Gal institato, considerando de bonisima fe que éate es sw de cualquier empleado “proletaroide”y Ia del “asisiant” de Ja universidad americat 3 ral, esti ame dose en puntos importantisimos, eee tre hoy todavia en ln mia, & propictario de sts medion de > (sastancalmente: la biblioteca), en extrcha analogia on el antiguo artesano poseedor de fos suyor dentro de si oficio, Este desarrollo se encuentra en plena marcha, Sus ventajay tecneas estin Tucra de duda, como lo_extin Pero el “esprit que reina en ellts ex diferente de la atmos fera tradicional de las universidades alemangs, Media un enor presa captalisa de ta wnivesidad y el eatedrético comin de Simpletesar si un tal Privatdozent, 0 nchiso wn ayudante, fatio y aun de un jele de insitto, Admito que el azar no fal jorge papel tan grande. Estoy autorrado para decir Tes debo a un par de ieras cisualidades. quer a su. tiempo yen aflos de extrema juventud, fuera Iunado 4 ocupar la Ttedra ordinaria de una especiaidad en Ta. cual, entonees, Slgunos coctincos mios sin Guda se fabian distinguido. mis aque yo. De todos modos presuino tener, en base a ea expe LA GIENGIA COMO PROVESION VOCACIONAL 309) riencia, una vista sensible para Ia suerte inmerecida de los tantos a q dad ha jugado y todavia juega un rol opuesto, porque pete a todas sus aptitudes no Hegan, den- tro de ese aparato de seleccién, al sitial que les correspon: de hecho de que el azar, y no la aptitud como tal, juegue tamaiio papel, no puede imputarse tinicamente, y ni siquiers prineipalmente, a las fallas humanas, las que desde luego in- fervienen en esta seleccién del mismo modo que en cualquier fora. Seria injusto responsabilizar a las mezquindades perso: nnales en las facultades 0 en los ministerios por Ia circuns tancia de que, sin dada, tantas mediocridades juegan un rol prominente en las universidades, Las causas se hallan mis bien en las leyes de la cooperacién humana, y mas aun de Ta cooperacién de varias corporaciones, en este caso: de las facultades que proponen, con los ministerios que disponen. Como ejemplo analogo, podemos observar, a través cle mu: hos siglos, los procedimientos de las clecciones papales:_ es €l ejemplo mis importante a nuestro alcance de una seleccién Similar de personas, Raramente el Cardenal considerado como favorito” ‘tiene la probabilidad de triunfar, sino por regla general el candidato mimero dos 0 tres. Lo mismo Ta Presidencia de los Estados Unidos: s6lo por excepc €l hombre mis destacado, pero también mis expuesto, comtinmente el segundo y a menudo el tercero, el que entra fen la nomination de las convenciones partidistas y luego ¢ Ia lista de votacidn; para estas categorias, los americanos han creado ya términos téenicosociolégicos, y seria de cierto inte és investigar, a propésito de esos ejemplos, Tas leyes de una seleccién mediante la formacién de una voluntad colectiv Renunciaremos a hacerlo en este instante. Pero dichas leyes rigen también para los cuerpos docentes de las universidades, por lo cual débemos asombrarnos no tanto de que alli se come tan frecuentes errores de seleccién, sino mais bien del hecho contrario de que el mimero de nombramientos acertados sea proporcionalmente, a pesar de todo, muy alto. Sdlo alli don: Ue, como sicede en algunos paises, Tos parlamentos 0, como hasta ahora entre nosotros, los monarcas (en ambos casos, ¢l efecto cs el mismo) 0 titimamente los gobernantes revo 310 MAX. WHER Iucionatios intervienen por razones_politicas, podemos estar seguros de que las mediocridades inocuas 0 los ambiciosos acaparan todas las probabilidades de triunfar: ‘A ningdn docente universitario Ie agrada acordarse de dis ‘eusiones sobre nombramientos, pues raras veces son. edifica tes. Y sin embargo, puedo decir que la buena voluntad de hhacer pesar como decisivos los motives puramente objetivos, cexistié. sin excepcidn en los numerosos casos que legué a Pues, ademas, hay que tener presente que la insuliciencia de Ia Seleccién mediante la formacién de una voluntad co lectiva no es Ia tinica causa de que la decisién sobre los des tinos académicos sea tan ampliamente “azarosa”; sino que todo joven que sienta Ia vocacidn del sabio debera Tlegar a com prender que la tarea por venir se presenta bajo una doble faz, Tendr4 que calificurse no s6lo como sabio, sino taml como maestro. Las dos cosas no coinciden de ninguna ma: nera; la misma persona puede ser un stbio de primer orden, a Ia par que un docente sencillamente horrible. Hago re cordar Ia actuaciéin docente de hombres como Helmholtz 0 como Ranke; ellos no. constituyen en absoluto excepciones raras. Pero ocurre ahora qué nuestras universidades, y ante todo las pequefins, se encuentran en una competencia en ex tremo ridicula con respecto a la concurrencia estudiantil. Los ecénomos de pensionado de las ciudades universitarias cele bran al matriculado mimero mil con una fiesta, y al niimero dos mil preferentemente con una procesidn de antorchas. Los intereses por Ias cuotas de inscripcién a los cursos, hay que confesarlo con franqueza, son afectados también’ por una afluencia “espectacular” a las materias afines, y aun. prescin: diendo de ello, el niimero de asistentes es en verdad un dicio de mérito numéricamente palpable, mientas que a calidad de sabio es imponderable y a menudo discutida, como ces natural, justamente en los innovadores audaces. Todos sue len sujetarse, por lo tanto, a exe hechizo de la inmensa ben: dicién y valia de un gran mimero de oyentes. Cuando se dice de un docente que es mal maestro, esto signifien por lo comin su condena a Ii muerte académica, aunque sea el sabio més eminente del mundo, Pero la pregunta de si alguien es buen | concebido una profunda [EA CIENCIA COMO PROFESION VOCACIONAL si Ten embargo, un hecho que la creunstania de que wn sna artiga's numeroses estudiantes queda deterinada, Guiaucids ney amplia, por meras exerioridades tales como Herc basa’ abundantsy luego de vbr reflexion, ‘he Mcschtiana, hacia los cursos con SII donde conesponda, ~ pero la preparacion cienuii, tal Feriamos ocultanose) al dominio de Ia aritocracia del cs Pitta vesdad ex por ora parte, que elexponer Ton problemas {os comprenday que Hegut (nico punto declivo para nos ‘ito) aetlesionat sbre-ello por (mismo, quid la trea paadgies sale de tas; sobre a solid, sin embargo, Mo dkelte el momero de asistemces.Y, para volver a micro Cite phra nada con la aptitudes cientitias de un sabio, Per, didn as univeridadendében compli con el doble re den favengaciony Ta docencia, Mas la coesstencia de ambas Sftudes eran sola pervona const una mera castalidad williacgn’ Is esponaiblidad de aprobar su proyecto reul ic atrontr, Stes juio,s'Teice dew Tueyo tas Fhe opn speranse, Pero mbiga a cualquier otro hey qu sri ean pregunta: ee wt cp Gleve por'encina suyo sin que usted interiormente se. amar it soled mky pocos To han soportado tin suir un me: az ox wen Tas condiciones externas de la profesin de sabi. (Creo ahora, empero, que ustedes querrin en realidad oir hablar de otta cot, a saber de ln vocacion interna para ta Gdencia, En la actuatidad, la stuacion interna frente al eer Tamente por el hecho de-que la ciencia ha entrado eh una apa de expecalivacton, desconocida en tiempos anteriores ¥ due exo ya no se modifiers en el porvenit La sitiacion fe elealo de fa ands scvera especalizacion. ‘Todos los tra bajos que invadan zona colindantes, como los hacemos en ccariones y como los sociélogos, por cjemplo, debemos nece Sariamente hacerls unm y otta ‘ver, estan argadon con la re tspecalsia planteanienios ‘ies que aquel, desde sus puntos de vinta especiales, no hnbiern ideado tan ficilmente pero aque el trabajo propio inevtablemente tendri que. adolecer de extrema imperfeccén, Sélo mediante una rigurosn expe Ginliacon, pod cl trabajador cienttico efecivamente, Por sentacién pletrea de haber realizado algo que durard, Una Tealizciéa de todo punto definitiva y postiva & hoy en dla, Hlempre de catdeter expedalizado. Por tanto, aqucl que. cx revea de la faciltad de colocar por un fostante algo asl Como antcojerat y de afimmarse en fe idea de que el destino de mu alma dependeré del acierto en proponer tal conjetira precisa en tal sitio preciso de tal manustrito,ése old. que fevmantenge slejado’de la clencin, Jamas experimentard en Si interior lo que puede amare la “vivenciae de la clencl, fque pasar ante de que ta te somaras a la vida, otfos in posceré In vocacin dela ciencia, y mis valdrd se dedique bre, si'no ch capae de hacerlo ‘com pasion [LA CIENCIA COMO PROFESIN VOCACIONAL 313 Ahora bien; es un hecho que, por mis grande y autént y profunda que sea esa pasion, el resultado de ninguna ma hea podra lograrse a 1a fuerza, aunque ella sea, sin dud Ia premisa de lo decisivo, a saber, de la “inspiracion". Bien sé que en la juventud actual esti muy difundida la idea de {que la ciencia se ha convertido en un problema aritmético que, €n laboratorios 0 en ficheros estadistics, se plantea, tal como Libriea", exclusivamente con la fia inteligencia.y nio-con el “alma’” entera. A proptsito de esta idea debe, ante todo, anotarse que ella revela, por Io general, la més completa ignorancia sobre To que ocurre sca en una fibrica sea en un Taboratorio. Tanto en una como en el otro, para que el hom Ine produzea algo valioso, deberi tener una ocwrrencia, €s decir, una ocurrencia acertada, Pero éta no. puede suscitarse ala fuerza; con un cileulo frio nada tiene que ver, aunque también el cileulo es uina premisa ineludible. Ninglin socié: Jogo, por ejemplo, debera desdefiar el realizar, aun en edad provecta y acaso durante meses, muchas decenas de miles de Eilcalos mentales absolutamente triviales. No quedard impune cl intento de descargar toda esa tarea sabre fterzas ausiliares mecinicas, si es que se quiere lograr algo — y lo que se Togra al final, es muchas veees poguisimo. Sin embargo, aun este poquisimo no sera logrado, st al socidlogo no se le “ocurre” hada preciso sobre la direcci6n de sus efleulosy, al realizar, sobre el alcance de cada resultado’ que susja. Sélo en el te Freno de un trabajo bien duro prepirase normalmente I ocurrencia. Aunque no siempre: putes Ia ocurrencia de un af cionado puede tenet, cientificamente, el mismo o un mayor fleance que la del especialista. Muchos de nuestros mejores planteamientos y descubrimientos los debemos justamente a Micionados. El aficionado no se distingue del especialista (como Helmholtz ha dicho con respecto Robert Mayer) sino por el hecho de que al primero Te falta la sélida seg Fidad del método de trabajo, por lo cual cominmente es incapar de controlar y estimar el alcance de su ocurrencia 0 de Hevatla a término, La ocuryencia no sustituye al tabaj: ya su ver el trabajo no puede sustituir a la ocurreneia ni Suscitarla a 1a fuerza, coma tampoco la pasién to puede. Am: bas cosis 0, mejor dicho, la conjuncién de trabajo y pa provocan la ocurrencia, 1a cual Hlega cuando se le “ocu: a'ella, pero no a nosotros. Es exacto que las mejores focurrencias le Hegan a uno tal como lo describe Ihering: al fumar un habano cn el sof’, 0 como Helmholtz to alirma de si mismo con precisién cientifico-natural: al pascar por tuna calle en suave Ascenso, o en circunstancias similares, cuan: do menos se las espera, y no mientras se cayile y busque en cl escritorio, Pero tampoco habria habido ocurrencia, si no se hubiese cavilado en el escritorio, y si no se hubiese inqui: ido. con esa pasidn, Sea como fuere: el trabajador cientifico debera aceptar también ese azar que interviene en toda labor ‘ientifica, el azar de Ta presencia o ausencia de “inspiracién” Se podrd ser un excelente trabajador sin haber tenido nunca tuna buena ocurrencia propia. Pero seria un grave error creer (que asi ocurra tinicamente en la ciencia y que, por ejemplo: en un escritorio comercial las cosas pasen cle manera distinta que en un laboratorio, Un comerciante o un magnate de la industria sin “fantasia comercial”, vale decir sin ocurrencias ocurrencias geniales, sera dur {quien ans le valdria ser ofici jams promoverd iniciativas originales en su organi hingdin modo juega Ia inspiracién, como se lo imay berbia de los sabios, un rol mayor en el campo de la ciencia que en el de la solucién de problemas de la vida préetica por parte de un empresario moderno. Por otro Indo, Ta ins piracion no juega tampoco —y esto se desconoce a menudo— tun rol menor en el campo de Ja ciencia que en el del arte. Es una idea infantil que el matemstico pueda Hegar a algin resultado cientificamente valioso mientras esté sentado en su escritorio con una regla u otros medios mecinicos © miquinas de calcular; la fantasia matematica de un Weierstrass tiene, desde luego, por st sentido y resultado, una orientacidn bien distinta de la de un artista y, cualitativamente, bien dife- rente de ella, Mas no por su procedimiento psicoldgico: ambas son embriaguer (en el sentido de la “mania” de Platén) © “inspira ‘Ahora, el tener inspiraciones ciemtificas depende de desti: nos que nos quedan ocultos y, adems, del “talento”. No es de poca importancia que, en base a esa verdad indubitable, mie toda st vida un hombre a ista 0 funcionario téenico; pues icién, De ina Ia 30. LA CHENGIA COMO PROFESION VOCACIONAL 315 se haya vuelto popular, y por razones obvias ante todo entre Ia juventud, una idolatria conceptual cuyo culto vemos se fiorear actualmente en cada esquina de calle y en cada re vista, Sus {dolos se aman “personalidad” y “vivencia. Las dos se hallan en estrecha conexién, e impera Ia idea de que Ja segunda origine a la primera y le pertenerca. La gente se mata para “vivir” algo, pues eso condice con Ja jerarquia de vida de una personalidad, y si no se logra, hay por lo menos que simular ser portador de tal gracia divina, Esta “vivencia’ se llamaba “noveleria” en el lenguaje de antafio, mientras {que de Ta exencia y significacién de Ia palabra “personalidad” se tenia un concepto, segin creo, mis acertado, jHEstimados oyentes! En el campo de Ia ciencia tiene “per sonalidad” sélo aquel que sirve a Ia causa con desinteré sonalidad del rango de Goethe, propésito de éste de com tangue se-dude de ello, hay que ser un Goethe para poder nrogarse senejante libertad, y'todos admitirin por To menos due ha debido.pagatla, inchs é), un hombre de fos que Caahpo de la ciencia, no es “personalidad” aquel que aparenca forma 0 por su fondo, algo’ que nadie tlavia haya’ dicho planter enejancprogan,eIgar de que con midad ‘de la causa enyo servidor pretende ser. ‘Tambin cst vale para el artists, trabajo etd sujeto wun desting que To separa hondamente del attstico, EV uabajo cientfio se alla uneido al carro del 316 MAX WERER progreso; en el terreno del arte, en cambio, no hay progreso fen este sentido, No es verdad que la obra artistica de una Gpoca que ha elaborado nuevos recursos técnicos, descubrien: do por ejemplo las leyes de la perspectiva, tenga por eso, en To puramente artistico, un nivel mas alto que una obra de arte ajena a todo conocimiento de esos recursos y esas leyes, con tal que domine materia y forma, es decir, con tal que lija y plisme su objeto de tal modo como pueda hacerlo, segiin las reglas del afte, sin la aplicacidn de esas condiciones, y Tecursos, Una obra de arte realmente “acabada” nunca seri superada nj anticuada; por mis que cada autor varie en Ta apreciacién personal de su importancia, nadie jamas podri decir de una obra realmente “acabada” én el sentido artistico que haya sido “superada” por otra igualmente “acabada". En. In ciencia, en cambio, cualquiera de nosotros sabe que nues tro trabajo habré envejecido dentro de 10 0 20 0 50 afos. Este es el destino, ms aun, es el sentido del trabajo de la ciencia, al cual ella ests sometida y entregada de una manera ‘specifica frente a todos los dems elementos culturales que también lo estén: a saber que cada “acabamiento” cientifico implica nuevos “interrogantes” y pide ser “superado” y en- vejecer, A eso deberi resignarse quien quicra servir a Ia cien cia; aunque los trabajos cientificos podrin seguir siendo im portantes permanentemente, sex como “objetos de goce” a causa de su calidad artistica, sea como medios de entrena miento para la faena. Repito, empero, que el ser superados ientificamente no es slo el destino, sino la finalidad de todos nosotros, No podemos trabajar sin la esperanza de que otros nos superen algin dia. En principio, este progres es inti nito, Y con ello Hegamos al problema del sentido de la cien: Gia, Pues no es, ni mucho menos, evidente de por st que uuna cost sujeta'a tal ley Heve su sentido y su razén en si misma. zPor qué trabajainds en algo que, en realidad, jamais aleanza ni puede alcanzar. su fin? Bueno: en primer término, por razones puramente pricticas y, en un sentido mis am plio, por razones téenicas, a fin de poder orientar nuestra Actividad prictica conforme a las expectativas que la expe cientifica nos proporcione, Esti bien; pero esto ti solamente para el hombre prictico. ¢Cual es, en frente 4 sts preston? (sl es que busca uma tal posiidn) Pre i fin de que ots puedan explotarla. comercial 0 técnica. huindowe mejor. Pero qué sentido le da a la realiacon de Servicio de esa empresa dvidida en especialidades y empe El progreso clentlfico es tna fraccin, pero Ia fraccién ms importante, de aquel proceso de intclectualizacidn que esta mie experimentando Gesde hace milenios, y trente al cual Hoy en dia sucle adoptarse tuna posicin tan extraordinara "Tratemos de aclarar, en prim ficado prictico de ea rdconalizacion intlectualist por acaso, en el hecho de_ que hoy, por ejemplo, todos los que 6 los hotentotes? iliciimente. Aquel de nosotros que no sca tin isco profesional no tiene {a menor idea, st viaja en un Sita saberlo, Es suficente para él poder “contar” eon el coche mente mejor. Si hoy gastamor dinero, apuesio que, aun ha dle manera distnta 1 fa pregunta de cémo es posible que eon dinero se pueda comprar algo — ora muclo, ora poco, El salvaje en cambio, sabe edmo hacer para procurane el al de la propia existencia, Sino que significa otra cosit a saber, linea, el verdadero signi lio 18 ax wan Jo hacen nuestros meds tenicosy Tos cileulos. Eso sigutien, ste “progreso", del cual la ciencin es pavte ) fuerza mote tico y tecnico? Ustedes encuentran planteado ese interrogante, Miucda'a el por una via particular, En form erecfens el entero de sus cavilaciones giraba altededor de ta tido, He agui su respuesta: para el hombre eivilindo, no To €5. ¥ no lo es por la rea6n' de. que la vida. individual civ Tizada, colocada'en el “progress” y en la infnitud, no debe Pues quien se encuentra en la senda del_progreso, siempre hha alcanvado la altura situada eh a fofinitad del. porventt viejo y saturado de viv": porque se hallaba en el circulo nico de la vida; porque fa vida, al caer la noche de sus dias, le habia’ waldo, por su sentido intrinsec, lo que podia brindarle; porque pra él no quedaba ningun enigina por te En cambio, un hombre cvilizado, tolocado en medio del en a “saturarse™ de vivir. Pues de lo que Ia vida del’ cspiritn parte, Ia que siempre es precasin'y nunca delinitiva, y por A CIENCIA COMO PROFESIEN VOCAGIONAL 819 a la muerte el sello de de Tolstoi encontramos gresividad” sin sentido, le imprim Ta insensater, Kn. las siltimas novel por doquier esa idea como una tnica de sw arte, Frente a ella, zqué actitud nos toca tomar? gTiene el “pro. greso” como tal un sentido reconocible que tiascienda lo tea ico de manera tal que, por ello, el servile se convierta a profesion Mena de sentido? Es menester plantear pregunta; la cual ahora, sin embargo, dejara de ser el inte rogante de la voeacién para la ciencia, vale decir el problema de lo que significa Ia ciencia como profesién para quien se Je consagre, sino que se formularé asi: zeuil es Ia vocaciGn de la ciencia en el marco de Ia vida total de la humanidad? y gausil es su valor? Inmenso se yergue ahi el contraste entre pasado y presente. Siustedes recuerdan Ia imagen magnifiea al comienzo del séptimo libro de la Politeia de Platén: aquellos trogloditas encadenados, cuyos rostros estin dirigidos hacia la pared de la roca que ‘tienen por delante, mientras que a sus espaldas se halla Ja fuente de luz para ellos invisible, por lo cual se limitan a contemplar las sombras que aquélla proyecta sobre Ja pared, en el intento de sondear el enigma de sus relacio- nes. Ha logra romper sus cadenas, se d vuelta y divisa el sol. Deslumbrado, anda a tientas y tarta- mudea sobre lo que ha visto; los demis lo declaran loco, Pero él, paulatinamente, aprende mirar hacia la luz, y luego le incumbe la tarea de volver a descender a la caverna pa conducit a sus compaiieros hacia las cumbres Iuminosas. #1 representa al fildsolo, y el sol es la verdad de la cienci “inca que, desdeiiando atrapar pseudo-imagenes y sombras, bus. cael ser verdadero. Pues bien; quién observa, hoy, semejante actitud frente a Ta ciencia? Hoy, Ia sensaciin que experimenta, mas que ‘otros, la juyentud, es mis bien la opuesta: las imagenes relle xivas de la ‘iencia se le presentan como un imperio trasmun: dano de abstracciones artificiales, que con sus manos enjutas tratan de atrapar Ia sangre y savia de la vida real sin conse guirlo jamds. En cambio, en esta vida nuestra, que para Pla 6n no era ms que un juego de sombras sobre las paredes de la caverna, palpita Ia realidad genuin: 820 MAX WEBER Tlas no son sino espectros reflejados por ella, inanimados, y nada mis, , analiza la manera de tina otra forma para las condiciones de vida; luego, 4 ls fpondrin las formas no democrdticas del orden politico, in tenando Hevar al oyente hasta la capacdad de halla el punto dese cal mtn en ase a se props idea entra dard bien de imponere, deade lo alto de eu eitedra, una to de psc alr, ea. demo expr, en por mio de deseal, coando ge “hace, hablar’ Tos hectos” Shmencién de lo propio no es posible de reallar y que, to Tucra, seria caprcho evitar tala parcalidad, Ciettamente, en ellas, al hablar, por revista a sus formas difere 326 Max Wann a nadie se le pod demostrar en forma cienttica, eal hay fe. ser-st deber como. maestro. universtario. No se pod cexigir otra com que la honader intelectual para comprender Ia absoluta heterogeneidad de estos dos problemas: por oi do, Ia verificacion de los hechos, el establecimiento de rela cine matenitios 0 giao de a estucturn Interna de bienes cultrales, y, por el otto, la contestacion de la pregunta por el valor de in cultura y de sus contenidos determinados, asi como por la manera con que uno deba actuar dentro de Ia comunidad cultural y de las asociaciones politicas. Si cl do cente pregunta, Iuego, por qué no haya de tratar ambos pro blemas en el aula, deberi contestitele que al profeta Y al dlemagogo no les corresponde una citedra tniversitaria. A uno Y otro les est dicho: "Sal a las calles y habla en publico! Quiere decir, alli donde es posible la crtia. En el aula, donde el docente se enfrenta con sus oyentes, étos deberin callar ¥ aquel hablar; y considero irresponsable a quien aprovecha Ia clreunstancia de que los estudiantes necestan concurri a as clases de un docente, al que ninguno de los presentes pueda ‘poner su extica, no para servir a sus oyentes, como le com Pete, con sus conocimientos y sus experiencis cientificas, sino para imponerles el sello de’ su opinion politica personal, Es posible, sin duda, que un individuo no logte sino insaficen femente eliminar sus simpatis subjetiva: entonces se expon ala erftiea mis aguda ante el foro de su propia conciencia ¥ cello no demuestra nada; pues también otros ervores, para mente objetivos, son posibles y, sin-embargo, nada demues tran contia el deber de buscar fa verdad. Lo rechtzo tambien ante todo, en el puro interés de la ciencia: estoy dispucsto 2 demostrar a proptnito de las obras de mucstros historiadores que, dondequiera el hombre de ciencin introcvca su. propio juicio valorstivo, cesa la plena comprensiin de los. hection Pero exto'nos leva mds alld del tema de sta conferencia y fequeriria largas discusiones “Me limito a preguntar: zcbmo podrin, por una parte, un catélico creyente y, por la otra, un francinasn set llevalos jamés, en in cis sobre las formas de Ia Iglesia y el Estado © sobre historia de as religiones, « idéntica valoracién con Tespecto a eios temas? Es imponible; y, no obstante, cl macs aber we dln ret Ae sinc gee Toh Rlevelacion'”. De reconocetlos, se apartaria de sus propios “su- a pene ee eae oe enon retour del mundo de haan entpefados ent ellos 338 ax ween Io dems, no quiero clogiar, pero en este punto tiene 1260, dice en tn ugar que, partido. de Ia experienc. pura, atriba al politismo, La formulacign resulta chatay paradéjica Y sin embergo, ay un grano de verdad en ella Saigo hay que, Enel present, hemos vuelto a saber, x: que wna cosn puede de au falta de bellera ent el capitulo 58 del Libro de Ties Pectiva;y que una cosa pueda ser bella, no vlamente felto a saber desde Nietache, y anteriormente To enconta Tin configutado en Fleurs du mat, como Baudelaire Had st tomo de pocsiay;y es sabiduri cotdiana que una cosa puede ser verdath pest y por el hecho de no sr ni bella nisanta ni Buena, Pero toro son sino fos cor ms clementaes de esa lucha entre los dioses de los diferentes drdenes y valores de Ta cultura francesa del de la alemana; aqul también bi doses que huchan entre ello, y lo hacen perennemente, La hrechizo de sus diosesy demonios, solo que en otto sentido tal como el heleno sacifiaba, wna ver a Afrodita, lnego a Apolo y, ante todo, cada cual’a los diows de su ciudad, at tigue sacediendo hoy todavia, aungue sin el hechizay In ver de exe comportamiento, ¥ encima te estos diwesy deat Inca EVotro, o en ui orden y en el otto. Mas, con ello, el asunto esti absolutamente conduido para cualquier discusi6n en un aula y por un profesor, por poco que, desde lego, ext con luidd el magno problema mismo de la vida contenido en 6 aque tienen ahi ta palabra.

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