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ratio para transformarlas. Por aiiadidura, la ciiestión de la violrncia supone un cia, necesaria para explicar y comprender mejor la fase vivida por Ias sociedades
riesgo que debe ser sorteado con cautela: evitar juicios a priori (aprobatorios latinoamericanas durante las décadas de 1960, 1970 y 1980, pero también las
o reprobatorios). posteriores y Ias anteriores, es decir, la historia toda de nuestras sociedades.
Toda sociedad de clases -por 10 tanto, sujeta a relaciones de explotación y La violencia puede ser individual o colectiva, directa o indirecta, pública o
dominación- es una sociedad en Ia cual la violencia es parte constitutiva. Esa vio- privada (doméstica), física o simbólica, política o social. Cualquiera sea la forma
lencia es, para decirlo una vez más, tanto fisica cuanto simbólica, y su posesión que adoyte, e1 recurrir a ella -ha plantado y reiterado Charles Tilly- remite a
monopólica es estatal, a1 menos mientras no sea puesta en cuestión de manera algún tipo de relación con e1 Estado -tal vez más especificamente con 10s apara-
inequívoca, particularmente en situaciones revolucionarias, pero no solo en ellas. tos esratales y las personas concretas que ejercen Ia violencia- capaz de convertir
Hay, pues, situaciones históricas en Ias cuales Ia violencia se torna medio o ins- las violencias sociales en repertorios de acción politicos. La violencia puede ser
trumento politico-armado para la resolución de contlictos de distinta magnitud. de1 Estado o contra el Estado, o bien interindividual, por lo general de1 ámbito
Son situaciones en las cuales Ia lucha de clases (un componente estructural) se privado, como en 10s casos de rifias entre personas o de violencia familiar, en 10s
intensifica y agudiza, y en e1 limite deviene guerra de clases (un componente cuales, pese a su carácter privado, e1 Estado interviene para rnantener e1 orden o
coyuntural). En rales situaciones se hace más evidente y descarnado e1 carácter para proteger a las personas objeto de Ia agresión.
de clase de1 Estado. l 0 La muy conocida y tantas veces citada definición formulada por Weber con-
sidera que Estado es el "institutopolimco de actividad continuada cuando y eii
la medida en que su cuadro administrativo mantenga con éxito la pretensión a1
10. Recuérdese Ia cita de Wood que consignamos en el capitulo 3, en Ia cual monqpolio legítimo de Ia coacción física para e1 mantenimiento de1 orden vigente"
Ia autora destaca que el conflicto de clases suele convertirse en una guerra
declarada solo cuando se exterioriza, momento en eI cuai el poder coer- (Weber, 1984: 43-44: itálicas de1 autor). A1 respecto vale retener la observación
citivo está fuera de Ia unidad de producción y el Estado, no el capital, e1 que de ICavier Crettiez (2009: 75): el Estado es una abstracción y su monopolio de
se hace cargo dei conflicto de clases y reprime a Ia fuerza de Irabajo [Wood, la violencia una ficción jurídica, toda vez que ella es practicada, en rigor, por 10s
2000: 55). En cambio. en Ia hacienda y en Ia plantación esclavista el poder
coercitivo se encuenira en primer lugar en el interior de Ia unidad de produc-
organismos estatales provistos de legitimidad de Estado. De hecho, en última ins-
ción. donde se enfrentandireciamente 10s hacendados y 10s campesinos, 10s taticia, quienes ejercen realmente la violencia son personas, hombres y mujeres,
plantadores y 10s esciavos, sin perjuicio de Ia intervención de1 poder político a quienes e1 Estado autoriza tal comisión.
externo cuando el confiicto se expande. como ocurria en casos de revueltas
o de cimarronería.
La definición de Weber tiene la ventaja de destacar uno de 10s monopolios
detentados por el Estado gua institución: e1 de la violencia física. Ya hemos