Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Es una técnica sencilla y segura para controlar la conducta de los niños/as, todo lo que se necesita es:
determinación, constancia, un cronómetro y una silla. Se trata de separar al niño de los demás y de las cosas
que le agradan, durante un tiempo corto, se usa para ayudar a los niños, especialmente pequeños, a calmarse
para recuperar el control, al mismo tiempo que los adultos pueden también recuperar su propio autocontrol.
El “tiempo fuera”, se utiliza para eliminar o cambiar una conducta específica no deseada (rabietas, agresión
física y verbal, etc.). Muchas veces los niños/as realizan comportamientos negativos para llamar la atención
y de esta forma obtener lo que quieren, ya que muchos adultos cometen el error de ceder. Con el “tiempo
fuera”, los adultos no ceden y, además, se les retira la atención.
Esta técnica, no es efectiva para aumentar una conducta positiva, en caso de accidentes, en conductas
ligeramente indisciplinadas, en estos casos existen otras técnicas que se pueden usar. Es recomendable no
utilizar esta técnica en niños menores de dos años.
Beneficios de la técnica
El tiempo fuera enseña a los niños:
- La relación entre la conducta y las consecuencias.
- A controlar la ira, a tener paciencia, a elegir.
- A que el niño entienda que el adulto habla en serio y no podrá manipularlo.
Variantes de la técnica
Es muy probable que el niño/a, muestre desagrado ante la nueva estrategia y al inicio podría aumentar la
conducta inadecuada que intentamos eliminar. Pero es necesario continuar y no rendirse, ya que tarda entre
6 a 8 semanas cambiar permanentemente una conducta.
1
- Ya sentado en la silla se pondrá el cronometro en marcha donde el niño/a pueda verlo y escucharlo,
explicándole que el “tiempo fuera” se acabará cuando suene la alarma del cronómetro. Es recomendable
que se programe un minuto por año de edad, tiempo suficiente para que el niño/a entienda las
consecuencias que tienen sus actos. Para los niños/as, un minuto sin la atención de sus padres será una
eternidad. Durante este tiempo no se debe hablar con ellos ni prestarle ninguna atención. De manera
simultánea, los adultos utilizaran el “tiempo fuera” para calmarse también.
- Es posible que al inicio el niño/a rechace esta técnica (patalee, se levante de la silla), pero es necesario
hacerles entenderles que una manifestación de una conducta negativa va a conllevar en una consecuencia
para ellos, como añadir más tiempo sentados en la silla. Solo en caso que el niño/a se esté haciendo daño
se podrá parar esta técnica.
- Cuando suene el cronómetro, el “tiempo fuera” habrá terminado. Entonces se le pide al niño/a decir la
razón por la que piensa que se le envió al “tiempo fuera”, para luego explicarle las diferentes formas por
las que puede expresar su enfado o captar la atención de los adultos de manera más positiva. Ejemplo:
“Manuel, busquemos una manera mejor de demostrarle a Pedro que estás enojado con él, en lugar de
pelear”.
- Es necesario reforzar la técnica y recordarle al niño/a lo agradable y grato que es cuando se comporta
adecuadamente.
Es la técnica básica para incrementar la frecuencia de conductas deseables en cualquier niño/a. Cuando la
conducta aparece, hemos de ofrecer el premio de manera inmediata (refuerzo positivo) o con la retirada de
algo que no quiera (refuerzo negativo). Siempre que la conducta suceda ha de estar seguida del refuerzo. Si
se ha hecho bien, la conducta se habrá convertido en hábito y perdurará en el tiempo. Así, el refuerzo juega
un papel fundamental en este proceso, cada vez que el/la estudiante se aproxima a lo deseado.
Sus limitaciones están en que hay que saber escoger los reforzadores en función del niño o del grupo.
- “Zaping mental”: donde al niño se le indica, que imagine tener un control remoto, para elegir cambiar su
forma de pensar y actuar en determinada situación; así por ejemplo, cada botón del control representa
una forma de pensar: Canal 1, el que tiene malas noticias (pensamientos negativos). Canal 2, el de las
buenas noticias (pensamientos variados)”
- “Títeres mentales”: a través del cual el niño puedo imaginar dos personajes cada uno con una postura
diferente y que debaten entre sí (angelito-diablito).
4. TÉCNICAS DE RELAJACIÓN
Aquí encontramos:
2
a) Respiración de la tortuguita: Con este método se entrena al niño para que regule el ritmo de la
respiración profunda acorde con los pasos que da una tortuga.
b) Freezer del enojo: En primer caso, se les debe enseñar a los niños a reconocer las señales de la
activación emocional disfuncional, para luego entrenarlos en la producción de auto verbalizaciones y
estrategias que “enfríen su enojo”
c) El refugio: Donde los niños pueden ubicar en su mente, lugares reales o imaginarios que los ayuden a
regular sus emociones, como pueden ser: la playa, de vacaciones, mirando las estrellas.
d) Juego “el tallarín”: Es una estrategia basada en la “Relajación Progresiva” de Jacobson, quien
descubrió que, estirando y relajando constantemente varios grupos de músculos, una persona puede
eliminar, casi completamente, las contracciones musculares y experimentar una sensación de relajación
profunda. Con esta técnica se pretende lograr que los estudiantes estén más tranquilos y dispuestos a
escuchar.
Aplicación: A manera de ejemplo se plantea realizar una actividad donde el objetivo es lograr en los
alumnos (pequeños) un estado de tranquilidad, mediante juego, dándoles la siguiente consigna:
“Imaginen que cada uno es un fideo tallarín, que en un momento están crudos y en otro cocidos, los
tallarines crudos son rígidos y muy tiesos y los tallarines cocidos muy blandos y lacios… ahora cuando
se les vaya diciendo van poniendo la parte del cuerpo a como corresponda al tallarín, primero como un
tallarín crudo… duro, duro, partiendo por los músculos de la cara, luego brazos, etc. (cuando los
estudiantes estén cumpliendo con las instrucciones se pasa a la siguiente). Ahora están como un tallarín
que se va cociendo, van soltando su cuerpo cada vez más y más, para bajar y relajar todo el cuerpo.”
Esta técnica está dirigida a alumnos de 1º a 6º de primaria y secundaria, con el objetivo de formar equipos a
través del juego e incorporar a los niños “etiquetados” y “rechazados” por el grupo al trabajo en equipo.
Materiales.
Un silbato y rectángulos pintados en el piso simulando botes salvavidas.
Procedimiento
Los niños forman un círculo grande, que es el barco; el adulto es el capitán y les informa que el barco puede
llegar a estar en peligro, así que cuando suceda ellos deberán obedecer al pie de la letra sus instrucciones.
Cuando el capitán grite:“ ¡ El barco se hunde! , Sólo se salvarán si forman grupos de 5 (puede ser de 4, 7 ó
10) en cada bote salvavidas, ¡corran ya!. Aquí es importante que el capitán se asegure que ningún alumno en
especial los alumnos con problemas de conducta, quede excluido de los grupos. En caso sucediera, deberá
hablarse con el grupo para que deje de suceder o puede aplicarse el círculo mágico para solucionar el
problema.
Para los botes salvavidas, puede pintarse con tiza blanca en el piso algunos rectángulos, que los representen,
allí se acomodaran los grupos.
Evaluación
A los niños se les pide comentar sobre el juego, en cuanto a cómo se sintieron cuando ya no cabían en el
bote y tenían que irse a otro, de esta manera se los induce a la reflexión, sobre los sentimientos de sus
compañeros, que son rechazados por el resto del grupo, lo cual no es válido.
a. Etapa de catarsis: primero se convoca a los niños a que formen un círculo, donde se les incentiva a
que expresen sus experiencias e indiquen lo que les ha hecho el niño con problemas de conducta
(ejemplo: Paco) y lo que no les gusta de él.
b. Etapa de hipótesis: aquí el propósito es hacer que el grupo se cuestione, analice y establezca algunas
ideas (hipótesis), sobre lo que origina el comportamiento negativo del niño problema (Paco). La idea
principal es resaltar al grupo, que las conductas agresivas y violentas de Paco, no son algo personal,
son manifestaciones de lo que le sucede y no sabe comportarse de otra manera.
c. Etapa de des-sensibilización. En esta etapa se anima a los niños a platicar alguna experiencia donde
ellos han presentado conductas parecidas o más graves que las que presentó Paco, con esto se hace
notar al grupo que las conductas indeseables que tanto molestan de Paco, son muy parecidas a las
que “todos” en un momento extremo, podemos presentar. La idea es orientar la reflexión en el grupo,
sobre que puede ser que Paco no es tan malo, como se piensa y que nos están diferentes de los
demás.
d. Etapa de propuestas (en co-responsabilidad con el grupo): en esta etapa se deja establecido al grupo
que Paco es parte del mismo, aún con su conducta negativa y que ellos pueden proponer alternativas
de solución para este caso. Se deberá aclarar al grupo, que Paco es un alumno como cualquiera de
ellos, solo que atraviesa una situación difícil para él y que a veces nuestras actitudes lo complican
aún más; por lo tanto, es nuestra responsabilidad proponer soluciones para que entre todos
aceptemos a Paco y lo ayudemos a no sentirse atacado y/o rechazado para que a su vez no comience
el ciclo de conductas indeseable.
e. Cierre: Aquí el círculo mágico se cierra, con lo cual, se pasa a detallar lo vivido en cada etapa,
enfatizando que se alcanzaron los objetivos de cada etapa y estableciendo que se iniciará al día
siguiente, con la primera propuesta planteada para solucionar el problema de Paco. Es posible que
después de la actividad, los niños al ver a Paco, le cuenten lo que se hizo en el Círculo Mágico, eso
4
no es problema, pues supone que el grupo se ha sensibilizado un poco hacia la aceptación de las
diferencias.
La técnica hace referencia a cómo el grupo enfrenta al tema seleccionado, cómo se organiza para
trabajarlo, qué procedimientos, medios o maneras sistematizadas utiliza para lograr más eficazmente las
metas propuestas.
Esta estrategia puede utilizarse al comienzo del año escolar o luego de comenzado el proceso escolar, como
una forma de mejorar los resultados de la clase. Lo importante, es que los niños/as establezcan junto al
docente el compromiso que van a adquirir en su calidad de alumnos del colegio y que el profesor también se
haga parte de ello, realizando su propio compromiso con respecto a su función dentro del aula.
Procedimiento
Consiste en primer lugar que el docente debe establecer los acuerdos que se van a llevar a cabo para hacer
las clases más agradables, para ello conversará con los alumnos, sobre qué aspectos creen ellos que pueden
comprometerse, lo cual se indicará en la pizarra, de las opciones que se muestren, se escogerán las que al
5
final irán en el compromiso. A su vez el docente debe también presentar los puntos en los que él se va a
comprometer y puede preguntar a los alumnos que más se podría añadir.
Estos compromisos de ambas partes deben estar orientados a un sentido positivo (una buena conducta), a
los alumnos se les puede dar la posibilidad de que elijan un solo punto que ellos creen les va a ser difícil
cumplir, este punto se debe evaluar. Luego se leen por última vez los dos compromisos realizados (alumnos-
docente) y se entregan los compromisos a los alumnos y alumnas para que llene sus datos personales y los
firmen, mostrando que la firma es muy importante, ya que establece un acuerdo real de uno con otra persona.
Se recogen los compromisos y el docente los guarda, por si es necesario volver a utilizarlos en instancias
posteriores, como para recordar a los estudiantes el compromiso que adquirieron y firmaron.
Procedimiento
Primero se muestra a los alumnos/as la tarjeta, que por un lado es verde y por el otro roja. Luego se les
explica el mecanismo del juego, donde para que la tarjeta pase mayor tiempo en verde, ellos deben cumplir
y respetar las expectativas de conducta para la clase.
6
Para calcular el tiempo que la tarjeta pasa en verde o roja, el docente escribe en la pizarra una tabla indicando
una columna verde y otra el rojo, cada 5 o 10 minutos (criterio del docente), se hace una marca dependiendo
del color en que este la tarjeta. Conforme transcurre la clase, si se observa un mal comportamiento, la tarjeta
cambiará a roja, tornándose verde en caso la conducta mejore. A los alumnos se les explica porque cambia
de color, resaltando los acuerdos tomados al inicio de la clase y lo que se espera de su conducta.
Al finalizar la clase se hace un recuento de las marcas que hay en cada color y se les explica por qué
obtuvieron o no el premio.
Figura 2 Tarjetas a utilizar
8.2 Semáforo
En esta estrategia se busca que los estudiantes pretendan en conjunto lograr un buen comportamiento al
interior del aula, mediante juegos y el establecimiento claro de los tiempos y momentos en los que pueden
realizar alguna conducta.
Se usa para esto 3 tarjetas, del color rojo, amarillo y verde, que formen un semáforo, las que representarán
conductas que deben realizar los niños en determinados momentos y tiempos, asemejándose al
funcionamiento del semáforo. Para ello antes de empezar con la estrategia se les explica a los alumnos las
conductas esperadas de forma concreta y delimitada, por cada uno de los colores, así por ejemplo: el color
rojo debe representa silencio y concentración en la realización de trabajos, el color amarillo representa estar
atentos, pues viene el cambio de color a una conducta diferente y por último el color verde que representa
movimiento, donde los alumnos pueden conversar, pararse, pedirle materiales a su compañero o profesor.
Si toda la clase se encuentra cumpliendo con las expectativas del aula, y manifestando respeto, se
recomienda utilizar con mayor frecuencia el color verde como premio al buen comportamiento de los
estudiantes, aunque se debe mantener el respeto por las actividades que se están realizando.
Procedimiento
Se coloca un color del semáforo a la vez, para que los alumnos respeten cada una de las señales de manera
independiente, calculando los tiempos en los que se requiere trabajar con los alumnos.
Figura 3 Semáforo