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INTRODUCCIÓN A LA ANTROPOLOGÍA CRISTIANA

02 ¿La religión o la
ciencia?

Material elaborado por la cátedra


Versión 2 Dic. 2017
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¿La Religión o la
Ciencia?
Fe y razón
Módulo de estudio
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Escuela de Humanidades

Índice

¿La religión o la ciencia? ................................................................................................................................... 3


1. Posturas inadecuadas sobre la fe y la razón ................................................................................. 3
2. La fe de la Iglesia Católica .................................................................................................................... 5
3. La relación entre fe y razón ................................................................................................................. 6
Bibliografía ............................................................................................................................................................. 9

Unidad 2 – Fe y razón 2
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¿La religión o la ciencia?


Muchas veces se plantea la relación entre fe y razón o religión y ciencias
como una encrucijada que hace que el hombre tenga que elegir entre
usar su inteligencia o ser un buen creyente.

Este planteo tiene de fondo una determinada concepción de fe que no


se suele cuestionar. Aquí trataremos de abordar el tema de una forma
crítica y sistemática.

1. Posturas inadecuadas sobre la fe y la razón


José Luis Sicre en su libro Introducción al Antiguo Testamento trata sobre
los conflictos que puede presentar la lectura de la primera parte de la
Biblia. En dicho análisis plantea tres posturas que frente a estos proble-
mas que no solucionan correctamente la relación entre fe y razón:

“La primera consiste en desprestigiar a las ciencias, insistiendo en


que una hipótesis científica no es una verdad indiscutible, que en
caso de duda la palabra de Dios lleva razón, etc.

La segunda postura consiste en negar el conflicto, en un deseo


bienintencionado de conciliar ambas partes. Un ejemplo. Dentro
de la teoría evolucionista, la vida, en sus formas más elementales,
surge en el mar. Los concordistas encuentran aquí una confirma-
ción de la verdad de la Escritura, ya que, según Gn 1,20, los peces
son creados antes que las aves, los reptiles y las fieras. Sin em-
bargo, cualquier conocedor de la teoría evolucionista (incluso a
niveles elementales y divulgativos) advierte la imposibilidad de
compaginar esta hipótesis científica con el relato del Génesis. Y
el procedimiento de negar el conflicto no sólo es absurdo, sino
en ocasiones imposible (caso de Galileo, edad del universo, etc.)
y peligroso.

La tercera postura soluciona el conflicto recurriendo a la idea de


la pedagogía divina1. Cuando Dios habla al hombre, se acomoda

1
Aclaramos que la noción de “pedagogía divina” no es el problema sino usarla como si
fuera un comodín para solucionar el conflicto.

Unidad 2 – Fe y razón 3
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a sus conocimientos, le dice las cosas tal como puede entenderlas


en ese momento. Esto no significa que lo engañe. Si a un gine-
cólogo, que conoce el ciclo de la vida desde que el espermato-
zoide fecunda al óvulo hasta el momento en que la mujer da a
luz, le pregunta su hijo de siete años de dónde vienen los niños,
no puede darle una conferencia. Tendrá que pasar por alto in-
cluso cosas fundamentales si desea que se entere de algo. Lo
mismo le ocurre a Dios cuando habla a los hombres del AT. Cien-
tíficamente eran como niños. Carecía de sentido hablarles con
nuestras ideas modernas de evolucionismo, astronomía o bioquí-
mica. Esta tercera actitud, atractiva a primera vista, es también
insostenible. Resulta absurdo decir que Dios habla al hombre de
problemas científicos adaptándose a su mentalidad, y por eso le
cuenta, por ejemplo, la creación del mundo en siete días y por
ese orden. Esta explicación del origen del mundo no es «revela-
ción divina», sino «invención humana», inspirada parcialmente en
esquemas mesopotámicos”2.

Podemos agregar la postura racionalista que niega el valor de la fe por


considerar que sólo que se puede conocer exclusivamente con la razón
tiene validez.

También podemos hablar del fideísmo que afirma que la fe es irracional


y que hay que para ser un buen creyente hay que aceptar ciegamente
aquello que se cree. Cualquier cuestionamiento es visto como debilidad
en la fe.

Todas estas posturas son contrarias a la de la Iglesia Católica.

2
Sicre (1999) p. 19-20

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2. La fe de la Iglesia Católica
La Iglesia entiende la fe como un don, un regalo de Dios.

En el nro 153 del Catecismo de la Iglesia Católica se afirma que “La


fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él. «Para
dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se
adelanta y nos ayuda, junto con los auxilios interiores del Espíritu
Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del es-
píritu y concede "a todos gusto en aceptar y creer la verdad"»
(DV 5).”

Si Dios no nos infundiera ese don sería imposible tener fe en Él ya que la


inteligencia no puede realizar actos sobrenaturales, todo lo que conoce
es por medios naturales, con lo que tiene contacto directo por medio de
los sentidos es con la naturaleza.

Para que el hombre sea capaz de tener fe Dios nos ayuda con su gracia.
Por eso distinguimos una fe natural (que se puede tener en cualquier otra
persona o cosa) de la fe sobrenatural en Dios.

Siguiendo al Catecismo en el nro 150 “La fe es ante todo una adhe-


sión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparable-
mente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado”.

La fe católica es una relación personal con Dios que se tiene gracias a que
Él ha realizado el primer paso y en un segundo momento el hombre ha
respondido en libertad aceptando no sólo que Dios existe sino también
en la revelación divina.

Esta fe involucra a todo el hombre y no sólo a la inteligencia. Si esta re-


lación con Dios no cambia la vida de la persona, si la fe no se traduce en
obras no estamos viviéndola plenamente.

Entonces, la fe católica no es irracional sino que supone a la inteli-


gencia. De hecho, sin inteligencia no es posible la fe. Por este motivo
sólo el ser humano puede creer en Dios.

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La fe es un don de Dios en un primer momento y un acto libre de


cada ser humano como respuesta a Dios.

La fe católica no es irracional.

La fe involucra toda la vida del hombre, no se trata sólo de la


aceptación intelectual de la existencia de Dios.

3. La relación entre fe y razón


San Juan Pablo II afirma que “La fe y la razón (Fides et ratio) son
como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la
contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hom-
bre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él
para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la
plena verdad sobre sí mismo”3

No hay oposición entre razón y la fe católica. Todo lo contrario!

El Catecismo afirma en el nro 159 que «A pesar de que la fe esté por


encima de la razón, jamás puede haber contradicción entre ellas. Puesto
que el mismo Dios que revela los misterios e infunde la fe otorga al espí-
ritu humano la luz de la razón, Dios no puede negarse a sí mismo ni lo
verdadero contradecir jamás a lo verdadero» (Concilio Vaticano I: DS
3017).

Para fundamentar por qué no hay contradicción analizaremos dos temas,


uno desde la fe y otro desde la razón:

3.1 Fundamentos de la armonía entre fe y razón

3.1.1 La noción de creación

La noción de creación es uno de los conceptos más propios del cristia-


nismo y se refiere al origen que tienen las cosas. Por eso, empezaremos

3
Fides et ratio nº 1

Unidad 2 – Fe y razón 6
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por explicar el concepto de creación en sentido cristiano y luego repasa-


remos las corrientes de pensamiento que se oponen a esta idea.

Para este tema es central conocer el principio de causalidad: princi-


pio clásico de la filosofía y la ciencia, que afirma que todo evento
tiene una causa. Esto se aplica a acontecimientos, procesos, regu-
laridad de los fenómenos y producción de algo.

La palabra creación puede tomarse en diversos sentidos:

 en un sentido amplio, cuando se refiere a la producción de un ser,


y así se dice, por ejemplo, que el 0artista es un creador;
 en sentido metafórico, cuando se concede un cargo o dignidad a
una persona;
 en sentido estricto, cuando se refiere a la acción divina de produc-
ción de cosas de la nada. Este último sentido es el que trataremos
nosotros.

La creación se produce cuando una cosa, totalmente inexistente re-


cibe, de una causa eficiente (Dios), todo el ser.

El ser se recibe siempre de alguien, es decir, que los seres comienzan a


existir gracias a un factor externo (causa eficiente) que produce su exis-
tencia. Por ejemplo, un ser humano recibe el ser de sus padres; una silla
recibe el ser de quien la construye, un árbol recibe el ser de una semilla
de otro árbol, etc… El único que no recibe el ser de nadie, porque existe
por Sí mismo y existió siempre (no tiene origen ni fin) es DIOS.

En efecto, todo cuanto existe tiene su razón de ser en sí mismo o en otro


ser. Si el ente existe por sí mismo, entonces existió siempre: es Dios. Si ha
recibido de otro la existencia, entonces, en algún momento, ha comen-
zado a existir por generación, por transformación o por creación (Piolanti
1994: 22ss):

Por generación: se da cuando el engendrado recibe del que engendra


(causa eficiente), por medio de una operación vital, su misma naturaleza
específica, sea por causalidad eficiente o sea por causalidad material. Por
lo tanto, la generación es el origen que un ser tiene de otro al que está
unido por la semejanza de naturaleza; por ejemplo, los perros engendran

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perros, y no conejos, es decir, hay semejanza de naturaleza entre el en-


gendrado y el engendra.

Por transformación: se realiza cuando un ente que ya existe, bajo el influjo


de una causa eficiente, sufre una mutación que puede ser: 1) accidental,
por ejemplo un cambio de lugar; o 2) formal, cuando pasa a tener una
forma distinta, por ejemplo, la leña, después de quemarse, se transforma
en cenizas y hollín.

En todos estos casos, se da por supuesta la existencia previa de un ser.


Éste es el punto en el que estos conceptos difieren del de creación.

Precisando el concepto de “creación”, podríamos decir también que es el


pasaje del no-ser al ser. Esto implica que la causa eficiente no requiere la
preexistencia de ningún sujeto, de ninguna materia.

Cuando en la Teología cristiana se afirma que Dios crea las cosas, no se


sostiene que algo salga de Dios hacia fuera, esto es, una emanación de
la sustancia divina; ni se dice tampoco que Dios transforme una materia
eterna preexistente, sino que se afirma que las cosas salen de la nada y
es Dios la causa única de toda la realidad, siendo ésta distinta de Él. Dios
pone en la existencia algo que antes no existía de ninguna manera.

Así podemos agregar una nueva definición al concepto de creación, dada


por Santo Tomás de Aquino (Suma Teológica I, q 45, a.1):

“Es la producción de una cosa de la nada de sí y de un sujeto”.

La nada es el no-ser, aquello que no existe, por lo tanto, no puede ser


causa material de una cosa. Por esta razón, cuando se dice “de la nada”
es para indicar que no existe ningún tipo de presupuesto previo. Y en esta
definición se agrega “de un sujeto” para indicar que en esta producción
se parte no sólo de la nada de un ser en sí, sino de la nada de otro ser, es
decir, que no es la tarea que realiza el escultor que saca de un mármol
existente una forma nueva.

Si Dios es el creador de todo lo que existe… ¿sería lógico que una


enseñanza revelada por el mismo Dios contradiga lo que la inteli-
gencia humana puede conocer al estudiar la obra de Dios?

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3.1.2 La teología natural

La Teología natural es una parte de la Filosofía que estudia a Dios y


usando sólo la razón (es decir, sin usar ningún dato revelado ni la fe) llega
a una serie de conclusiones sobre Dios.

No podremos realizar aquí un análisis exhaustivo del tema por su exten-


sión pero podemos decir que sólo con la razón podemos conocer la exis-
tencia de Dios y algunas de sus características (atributos) como por ejem-
plo que es uno, que es perfecto y que es bueno.

Santo Tomás de Aquino realizó cinco vías que nos permiten conocer a
Dios y algunos de sus atributos usando sólo la razón.

Con esto queremos demostrar que un análisis puramente racional


de Dios nos lleva a la conclusión de que no es contradictorio creer
en Él y usar la inteligencia, al contrario… como dice el Dr. Louis Pas-
teur, "un poco de ciencia nos aparta de Dios. Mucha, nos aproxima
a Él" ya que no puede haber contradicción entre la causa de la reali-
dad y la misma realidad.

Bibliografía
Catecismo de la Iglesia Católica.

Ramos, Alejandro (2007). Antropología Teológica. Buenos Aires: Agape

Sicre, José Luis (199). Introducción al Antiguo Testamento. Navarra: Edi-


torial Verbo Divino

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