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CEA

“ALDO ROSO II”

ENSAYO
CONCEPTO DE FAMILIA

NOMBRE: MARIA LAURA HERRERA

PROFESOR: ERICA CLAURE PADILLA

MATERIA: LENGUAJE

GESTION: 2018

SANTA CRUZ DE LA SIERRA


ENSAYO
La familia es entendida como el principal pilar del desarrollo de la sociedad, es una
institución pluridimensional que no se agota en el ámbito legal y que tiene un
contenido biológico, moral, cultural y económico; desde el punto biológico la familia
surge, crece, se desarrolla, instruye, moderniza y muere; desde el punto vista moral,
la familia permite el desarrollo de las fuerzas espirituales del ser humano (justicia,
equidad, igualdad, solidaridad, gratitud, honor generosidad, amor, etc.); desde el
cultural, la familia nace y delinea la cultura mediante la que una sociedad sustenta
su composición y desde el punto de vista económico, por medio del trabajo y de la
satisfacción de las necesidades la familia pone en marcha la producción y economía
de la sociedad.
Para Varsi, la familia evolucionó de la familia colectiva (primitiva), patriarcal (época
romana), comunitaria (época medieval), nuclear (época industrial) a la individual
(época contemporánea), es decir, de una familia colectiva a una familia individual.
El mismo autor señala, como características de la familia su universalidad,
plataforma afectiva, influencia formativa, importancia social, comunidad natural y
relación jurídica.
El jurista Lobo, sostiene que existen tres principios fundamentales, siendo la
dignidad, el principio máximo, súper principio, macro principio o principio de
principios, le sigue el principio de la libertad, conocida también como
autodeterminación y por último el principio de igualdad.
La importancia de la familia en la sociedad radica en el hecho que el hombre es un
ser eminentemente social, necesita vincularse con otros para poder desarrollarse,
nuestra naturaleza nos empuja a socializar con los miembros de nuestra especie,
como dijo Aristóteles, el hombre es un animal social. En ese sentido, Aníbal Torres
V. nos dice que: El ser humano, aparte de ser estructuralmente individuo, es
paradójicamente, estructuralmente social, no puede existir fuera de la sociedad
Esta importancia también se traslada a la sociedad, por lo que el Estado tiene
interés en proteger a la familia, esto es regulando sus instituciones esenciales,
logrando con ello que predominen los principios fundamentales de la familia.
Entre las instituciones que protegen a la familia, tenemos a la paternidad, patria
potestad, tutela, régimen de visitas, matrimonio y todos los derechos que de éstas se
desprenden; considerándose como la más importante a la paternidad, que
entendemos a efectos del presente ensayo, como la relación existente entre padres
e hijos.
Siendo los alimentos, una de las obligaciones que tienen los padres con respecto a
sus hijos, considerándose a los alimentos como lo necesario para el sustento,
habitación, vestido, educación, instrucción y capacitación para el trabajo, asistencia
médica y recreación, tal como lo determina el artículo noventa y dos del Código de
Niños y Adolescentes, con el fin que tengan, sobretodo, los menores de edad, lo
necesario para desarrollarse.
De allí la ineludible protección al menor, traspasa su importancia del ámbito famili ar,
a la sociedad, puesto que si los padres omiten dar los recursos económicos
suficientes para el desarrollo de sus hijos, se genera un problema social;
concurriendo a ello el reconocimiento de sus hijos, dándoles el apellido con el que
se identificarán durante toda su vida, obteniendo una identidad que les permita gozar
de todos sus derechos.
Empero, se dan situaciones de padres que no reconocen a sus hijos de forma
voluntaria, quedando en las madres e hijos iniciar un proceso judicial de filiación,
para que no sólo reconozca su entroncamiento sino también el deber de dar una
pensión alimenticia.
Esta falta de reconocimiento de paternidad es uno de los problemas más graves de
la sociedad moderna, reflejándose en gran número de personas, niños,
adolescentes, jóvenes e incluso adultos, sin identidad correcta. El problema es
recurrente en todas las sociedades, que de alguna manera tratan de corregirlo con
sus legislaciones.

En el país, se estima que aproximadamente tres millones de personas no están


inscritas en el Registro Civil con el debido reconocimiento de sus padres,
enfrentándose al riesgo de la desprotección legal.

Una de sus causas es la irresponsabilidad de los padres, quienes no toman


conciencia de su deber de declarar a sus hijos, negándose a reconocerlos por
diversos factores: sociales, sicológicas y legales, perjudicando los derechos de las
personas a su identidad.

La falta de reconocimiento paternal produce un daño moral en la persona del hijo,


puesto que la indeterminación del vínculo implica la privación de la titularidad y goce
de los derechos emergentes del emplazamiento filial y, al mismo tiempo, al no gozar
de una correcta identificación, su identidad se ve seriamente afectada.

Las madres de hijos no reconocidos por sus padres, que inician un proceso judicial
de filiación extramatrimonial, emprenden una demanda civil, que es burocrática,
tortuosa y costosa, abandonando la demanda en alguna etapa procesal.

Los cambios efectuados en la legislación familiar, pertinentes a la filiación


extramatrimonial, resultan una herramienta particularmente cuasi eficiente, debido a
que regula y sanciona las conductas omisivas de los padres que se niegan a
reconocer a sus hijos, en un proceso civil prolongado y tortuoso.

Su cuasi eficiencia radica en que la ley de filiación extramatrimonial, no es lo


suficientemente amplia, explícita y precisa, ocasionando graves perjuicios a los
justiciables, contrariamente a lo expresado artículo 2° Inc. 1 de nuestra Constitución
Política del Estado, que prescribe literalmente: "Toda persona tiene derecho a la
vida, a su identidad..." muchas personas se encuentran privados de tener una
identidad precisa.

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