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Meditación: Querido Jesús Eucaristía, venimos ante Ti, para darte el

regalo de nuestra humilde adoración. Como jóvenes, te ofrecemos nuestra


compañía en este rato de adoración, y nuestros corazones para que
descanses en ellos.
Venimos a pedirte por todos los jóvenes del mundo, para que nunca
nos apartemos de Ti, porque solo en Ti obtendremos la paz y la alegría para
nosotros y para nuestras familias.
Te pedimos por nuestros padres, por nuestros hermanos, por nuestros
abuelos, por todos nuestros familiares, para que a todos los ilumines y les
des la gracia de creer en Ti, única fuente de dicha y de gozo.
Queremos pedirte también para que todos, pero especialmente los
jóvenes, encuentren en Ti, Jesús Eucaristía, el sentido de sus vidas. Que
todos sepan que sólo recibiéndote a Ti en la comunión, podrán cumplir la
voluntad de Dios en sus vidas.
Que todos deseen vivir el primer mandamiento, el más importante de
todos: “Amarás a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a Ti
mismo”.
Querido Jesús Eucaristía, te pedimos la luz que viene de Tu Sagrado
Corazón, para que seamos capaces de entender y de vivir el cuarto
mandamiento: “Honrarás padre y madre”. Que podamos honrarlos
verdaderamente, siendo para con ellos amables, obedientes, serviciales, y
buscando de evitar, a toda costa, cualquier cosa que pueda entristecerlos.
Danos también tu ayuda para que seamos capaces de vivir la pureza
de cuerpo y alma, porque como dice la Biblia, “el cuerpo es templo del
Espíritu Santo”. Desde ya, te consagramos nuestros corazones y nuestros
cuerpos, para que Tú nos ayudes con tu gracia a conservarlos puros y sin
mancha, de modo que esté siempre en nosotros la dulce paloma blanca del
Espíritu Santo.
Ayúdanos, Jesús, a comprender que las obras de misericordia,
corporales y espirituales, que la Iglesia nos manda aprender, no son
lecciones para saberlas de memoria, sino obras de amor que tenemos que
hacer, todos los días, si es que algún día queremos entrar al cielo.
Ayúdanos a entender que si no ayudamos a nuestros prójimos, sobre todo
los más necesitados, nunca entraremos en el Cielo. Por eso te prometemos,
desde ahora, que trataremos de ser lo más buenos posibles, brindando a
todos nuestra ayuda.

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