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Facultad de Ciencias de la Salud

Escuela Académico Profesional de


Estomatología

Tema:

“DILEMAS ETICOS ENTRE LO PUBLICO Y


LO PRIVADO”

Docente:

Alumno:

2017
DILEMAS ETICOS ENTRE LO PUBLICO Y LO PRIVADO
Antes de tocar estos dos temas, creo oportuno poder establecer

un punto de partida que nos coloque en la posibilidad de


entender un poco mejor estos dos dilemas. La primera

propuesta pasa por aceptar una definición de ética que nos


acerque al tema.

Para muchos los términos ética y moral aparentan ser una


misma cosa. En realidad tienen , sus diferencias y sus propias
definiciones . No analizare el tema mas profundamente si no de

una manera mas supeficial ya que me basta relacionar la moral


con el comportamiento y su grado de corrección (es correcto,

está bien hecho) y la ética como la reflexión sobre ese


comportamiento: La ética no crea su objeto de estudio sino que
se limita a reflexionar sobre él.

La ética parte del concepto del ethos. define como carácter,


temperamento, hábito o modo de ser. Me gusta porque esta

entiende a la costumbre como experiencia segunda y no como


algo congénito. No nacemos con la costumbre, no es una

naturaleza primera, es luego cuando desarrollamos una


segunda naturaleza.

No nacemos éticos ni morales sino con los insumos de la


primera naturaleza para decidir luego si lo seremos o no el
espacio que conduce desde el carácter con el que nacemos al
que vamos adquiriendo
De la primera naturaleza optamos por construir la segunda

porque nos condiciona mejor para vivir bien .

La tarea moral, la del comportamiento residirá en establecer

mecanismos operativos que permitan construir esa segunda


naturaleza a través de la promoción de virtudes y evitación de

los vicios. Las virtudes, entonces, se perfeccionan por la


costumbre

SON LAS ÉTICAS PÚBLICAS O PRIVADAS?

Esta introducción nos señala que solo existe una ética, no hay

más, no hay una pública y una privada. El deber moral es el


mismo. Su llamado es a construir la ética de las virtudes. Lo que
se diferencia no son las éticas sino los escenarios. Habrá un

espacio de lo público y otro de lo privado.

En el espacio de lo público se generan acciones de relación

entre un servidor u ofertante de servicios y un cliente o


demandante del servicio público. Dos funciones y una misma

obligación moral desde cada lugar con expresiones propias de


sus especificidades.

El hecho de ser ciudadanos de pleno derecho nos genera una


demanda de igualdad en los regímenes democráticos. Genera
derechos y deberes y estos están fundamentados en la

autonomía de las personas y su ejercicio.


Al buscar un servicio público se realiza entre dos ciudadanos

con igualdad de derechos (autonomía política según Adela


Cortina) y responsabilidades diferenciadas (Autonomía moral

según la misma autora citada).

El ciudadano de a pie debe encontrar en los funcionarios de

cualquier categoría eficiencia, moralidad y el que los ofrece


merece respeto, honestidad, cortesía en la demanda del
servicio. Esto es importante porque de lo contrario podríamos

pensar que la ética es solo una obligación en el espacio público


y no así en el privado. Se puede llegar a creer que puedo

sobornar desde el otro lado de la ventanilla (lo privado), puedo


llegar a pensar que una ética es obligatoria (pública) y la otra
opcional (privada).

Es responsabilidad estatal modelar una ética a los espacios


privados, lo cual se media a través del sistema de educación,

por poner un ejemplo, de las regulaciones (la leyes que implican


sanciones a las inconductas (comportamientos inmorales).

Aquí se distancian las acciones, a la moral le corresponde la


educación de la conducta y a la ley la represión de la

inconducta y cada una de ellas tiene su propia fundamentación.


Las éticas exigidas en el espacio público están mediadas por el
principio de no maleficencia y el de Justicia.
El Primun Non noncere de los griegos, el ante todo no hacer

daño es el fundamento ético de las acciones en el espacio


público. El deber moral es de hacer bien los que nos toca hacer

sin dañar a otros y se entiende que dañamos cuando somos


imperitos, negligentes, imprudentes o ignorantes.

Cuando este principio lesiona a terceros, daña, entonces


corresponde a la Justicia tomar cartas en el asunto. No es la
ética la que sanciona, la ética es propositiva, orienta hacia la

construcción de la segunda naturaleza hacía el bien. Aquí se


confunde el legislador si orienta los códigos de ética hacia la

parte punitiva que es tarea de la justicia.

Las éticas exigidas en el espacio privado están mediadas por el

principio de Autonomía y Beneficencia. Aquí las personas


asumen de manera personal y privada la toma de decisiones de
sus actos en función de su ser autónomo,

Para el espacio de lo público y de lo privado tenemos


obligaciones morales, pero en el público debemos operar con

un mínimo que Adela Cortina llama “ el mínimo decente” , que


son éticas de mínimos, y estamos llamados a cumplir

definiéndolos desde la búsqueda del bien. Todo aquello que


quede por debajo de los mínimos es inmoral.

No es que nos contentemos con los mínimos ya que eso sería


una mediocridad. Todos los mínimos tienen vocación de
máximos y en el espacio de lo público esos máximos estarán

definidos por la eficiencia y la moralidad de su gestión.

En los espacios privados las éticas son de máximos en cuanto

están llamados a construir felicidad y no eficacia, porque son


metas personales que ejerzo en base a mi autonomía y mi

concepto de lo bueno para mi (beneficencia) sin dañar a otros.

Los máximos son de felicidad y esto es propio de los espacios

privados e individuales. La ética de máximos en los espacios


públicos hablan de eficiencia y moralidad.

Yo puedo calificar el servicio, por ejemplo, de una ventanilla de


renovación de placas para el público tecnificándolo, sin
mediación de tributarios y pagos por la izquierda, sin largas

filas, así logro hacer eficiente el servicio (técnica) y moral (sin


pagos extras). He logrado eficiencia pero no felicidad (esta es

ética de máximos y de espacios privados)

Si desarrollo mi proyecto de vida en base a mis aspiraciones

personales (beneficencia), ejemplo: tener una casa en la playa


comprada con mi esfuerzo (autonomía), de manera honesta
(moral) construyo felicidad y no eficiencia.

LOS CÓDIGOS DE ÉTICA


Los códigos de ética son deontológicos, es decir están

orientados por el deber y su alcance punitivo es solamente


disciplinario, no de justicia, porque su fundamento debe ser

propositivo en cuanto promueve las acciones morales en el


ejercicio de las acciones humanas, sean estas de servicio o
personales.

El código de ética del servidor público obliga por igual al


mensajero que al presidente de la República en cuanto

ciudadanos políticos de este país y obliga a una moralidad de


esas acciones en cuanto ciudadanos morales.

Las sanciones son disciplinarias ante faltas disciplinarias porque


este no es su objetivo fundamental, el principal es de

promoción de valores y normas de comportamiento en la


práctica. Quien los vulnere en términos que desborden estos
alcances, corrupción por ejemplo, cae de inmediato en la

jurisdicción de la justicia y a ella le toca aplicar sus métodos y


sus castigos (condenas) pero no a la ética.

La ética llama a cumplir la segunda naturaleza de lo bueno en el


ejercicio de la vida en espacios que sean públicos o privados,

porque ese mismo empleado público al dejar su ventanilla a la


hora de salida es el mismo que entra a su espacio privado y se
va a una fiesta o a disfrutar su vida sentimental y sexual. Su
obligación moral permanece, lo que cambia es el escenario y el

tipo de obligación. No existen éticas públicas y privadas.

El propio código de ética del servidor público contempla e

implementa los comités de ética pública y por esos tanto el


presidente como otros funcionarios están hablando de ello. Lo

que falta es definir su alcance para no confundirlos con la


anticorrupción como factor exclusivo o como punitivo de los
que son acusados de corruptos como delito. Ese es tema de la

justicia.

LOS NUEVOS RETOS ÉTICOS

El tema viene de lejos y hay que llevarlo más lejos aún, porque
hay que darle salida al componente educativo (la escuela) para

que las nuevas generaciones se formen en valores y adquieran


una segunda naturaleza buena, un ethos o una costumbre de

bien.

Hay que trabajar con los funcionarios públicos y privados que

brinda servicios al público para que lo haga con eficiencia y


moralidad.

Hay que trabajar con la ciudadanía para que exija sus derechos
(eficiencia y moralidad en los servicios que demanda) pero
cumpla con sus deberes (exija con equidad y sin sobornos en

justicia lo que le pertenece y no más)


Hay que dar contenido teórico a los comités de ética pública

pero sobre todo hay que trabajar en ellos los niveles de


actitudes y destrezas que sean capaces de formar valores.

Hay que agenciar otras iniciativas que conlleven a la


construcción de estos objetivos de promoción de lo bueno.

El llamado general es a construir una ciudadanía política y moral


en todos entendiendo que la ética no es la que condena ni

sanciona. En estos momentos está en formación una estructura


multisectorial y multidisciplinaria preocupada por estos
menesteres e interesada en dar apoyo a esta búsqueda de

sentido y moralidad a lo que hacemos.

Ya se expresó el secretario de la presidencia, el propio

presidente de la República, las altas instancias de los


empresarios y aunque existe la voluntad política hace falta

clarificar estos ámbitos que hemos planteado en este artículo,


porque nada sería más nocivo que en nombre de las buenas
intenciones pervirtiéramos la esencia de la ética.

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