CONSULTAS TECNICAS
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¿Cómo se protegen las instalaciones
eléctricas contra los rayos?
Colocando descargadores de sobreten-
sión: Se ha reportado recientemente enor-
me cantidad de electrodomésticos seria-
mente dañados a causa de tormentas eléc-
tricas, cuyo efecto más notable consiste
en la aparición de sobretensiones. Es el
efecto Cromañon trasladado a los rayos:
Tienen que quemarse 500 televisores de
un solo saque para que el riesgo tome es-
tado público (y para que el usuario llame al
electricista a ver que hacemos para que
no pase de nuevo). ¿y el televisor aquél
que se quemó el año pasado? ¿y la com-
putadora cuya placa madre no sirvió más?
¿y el celular cuyo diagnóstico fue “tiralo”?.
La Argentina cuenta entre sus desdichas
menores la de pertenecer a una región muy
afectada por los rayos. Y la principal cau-
sa de deterioro de aparatos electrónicos
es, de lejos, la sobretensión transitoria.
¿Cómo funciona un descargador?
Como un cortocircuito a tierra desde la lí-
nea energizada, en el instante en que se
manifiesta la sobretensión: Bajo tensión de
servicio, el descargador no es recorrido
por corriente alguna, por lo que la energía
disipada en su interior es nula (estado de
corte en la jerga electrónica). Cuando la
sobretensión transitoria provoca el ceba-
do (en el sentido de la bomba centrífuga,
no del mate), pasa a comportarse prácti-
camente como un cortocircuito (estado de
saturación). Si bien en este último estado
tampoco disipa mayormente energía, la co-
rriente de cortocircuito a tierra cesará solo
cuando el descargador se desenergize,
sea por una protección instalada a propó-
sito, o por un gatillado incorporado al mis-
mo descargador.
Experimento: Probar el aislamiento de un
diodo varistor de 250 V (esos redondos
azules que están en la entrada de línea de
tantos aparatos electrónicos que se tiran
a la basura por culpa de las sobretensio-
nes) con megohmetro de 250 V: da infinito.
Con 500 V acusa fugas inferiores al me-
gohm, pero no cortocircuito.
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Ahora conectarlo a 220 de línea a través
de una protección sensible: no pasa nada.
Por último conectarlo a 380 V: La protec-
ción se dispara: Hace falta potencia para
que se cebe.
¿Cuál es la diferencia entre un
descargador y un pararrayos?
Los descargadores pertenecen a las ins-
talaciones eléctricas. El pararrayos propia-
mente dicho es en cambio un conjunto ex-
terno destinado a derivar a tierra las des-
cargas atmosféricas:
Entre los limitadores de sobretensión se
cuentan:
1. Los descargadores pararrayos que no-
sotros preferimos llamarlos descargado-
res de corriente de rayo (para no confun-
dirlos con los clásicos y beneméritos pa-
rarrayos propiamente dichos), que se ins-
talan antes del medidor, y
2. Los descargadores de sobretensión que
van en el tablero seccional.
Estos últimos, que pertenecen a nuestro
ámbito, se obtienen en presentaciones si-
milares a las termomagnéticas, para ser
colocados en riel normalizado de 35 mm y
conectados a través de fusibles o termo-
magnéticas bi o tetrapolares de 20 A sin
pasar por el interruptor diferencial.
Como los descargadores de sobretensión
tienen vida limitada dependiente de la can-
tidad e intensidad de las descargas so-
portadas, cuentan con indicación visible
de su estado y su elemento perecedero
es reemplazable sin tocar conexiones.
Asimismo se recomienda colocar una se-
ñalización luminosa de estado en servicio,
dado que determinadas descargas po-
drían haber disparado la correspondiente
protección (algunos fabricantes ofrecen la
posibilidad de señalización a distancia).
¡Ojo!: La conexión a tierra del conjunto de
descargadores debe brindar camino di-
recto a la jabalina, debiendo respetarse el
principio de tierra equipotencial median-
te la sólida conexión del PE a todas las
masas accesibles.
Coordinador:
Prof. Luis Miravalles
¿Son los rayos la causa única de
sobretensiones?
No: También las “maniobras” en la red
eléctrica de alimentación (capaces de afec-
tar a muchos usuarios), y en menor grado
las “maniobras” en la instalación interna
(que soporta corrientes menores), son en
determinadas circunstancias responsa-
bles de sobretensiones. En realidad toda
apertura de un circuito inductivo (a causa
de sus conductores todos los circuitos lo
son en mayor o menor grado) causa un
impulso repentino, tanto mayor cuanto
mayor sea la corriente que se interrumpe,
conforme a la Ley de Faraday: la fuerza
electromotriz inducida depende de la ra-
pidez de variación del flujo magnético (cuyo
grandor depende a su vez de la intensidad
de la corriente en dicho instante suprimi-
da). El cierre de un interruptor sobre un
cortocircuito es motivo de una no tan rápi-
da variación de la corriente, con menores
consecuencias en igualdad de condicio-
nes, pues en virtud de la Ley de Lenz (la
fuerza electromotriz inducida se opone a la
causa que la genera) es lento el estableci-
miento de la corriente en un circuito induc-
tivo. Por eso la ignición se produce en el
instante de apertura (no del cierre) de los
clásicos “platinos” en el viejo motor “naf-
tero”.
Experimento: Pruebe con el ohmetro en
la escala de bajos valores resisitivos, un
balasto de buena calidad, dejando los
dedos sobre los chicotes desnudos que
vienen del balasto: Al desconectar las pun-
tas de prueba percibirá la sobretensión
provocada por la apertura del circuito in-
ductivo. (Esta experimentación puede tam-
bién dar indicios del estado o de la cali-
dad de un balasto, o de un transformador
siempre que se opere sobre el devanado
de muchas espiras, es decir de aquél fuer-
temente inductivo).
¿Afectan los rayos a las instalaciones
subterráneas?
Si: Aunque las líneas aéreas son más vul-
nerables por descargas directas, las ins-
talaciones subterráneas también pueden
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ser afectadas por la intensa corriente es-

tablecida momentáneamente en proximi-
dad de la superficie de la tierra durante la
descarga de un rayo. Nótese que los edi-
ficios munidos de pararrayos propiamen-
te dichos, son más susceptibles de invo-
lucrarse en el fenómeno, porque además
de lo mencionado en el párrafo anterior, la
fuerte corriente instantánea por el cable
de descarga genera en su derredor un
pulso electromagnético de enorme tama-
ño e ínfima duración, capaz de inducir di-
ferencias de potencial en el seno de los
sensibles microprocesadores contenidos
en la mayoría de los aparatos conectados
a la instalación, suficientes para dañarlos
definitivamente, o al menos desprogramar-
los. Ni que decir de los desastrosos efec-
tos de las sobretensiones transitorias en
industrias y oficinas, pero por lo visto has-
ta que no se produce un desastre masivo
nadie actúa, prefiriéndose enjuiciar a quien
lo advierte. La aplicación militar del pulso
electromagnético consiste en una especie
de bomba cuyo estallido magnético arrui-
na a distancia la electrónica enemiga.

¿Hay alguna otra manera de proteger

a las computadoras?
Con UPS on line: Las Fuentes ininterrum-
pidas de éste tipo están constituidas por
una batería que alimenta permanentemen-
te un ondulador (generador estático de
corriente alterna estabilizada). Dicho con-
junto representa una efectiva separación
línea-máquina. Pero, el dispositivo también
electrónico que carga la batería tampoco
tolera sobretensiones transitorias, así que
igual conviene instalar las protecciones
antes mencionadas en el tablero seccio-
nal. Por último diremos que una protec-
ción de respaldo consiste en la instalación
de descargadores de sobretensión indivi-
duales entre el toma y la ficha de los arte-
factos más sensibles; mejor aún, la utiliza-
ción de tomas con protección incorpora-
da. A riesgo de ser redundantes, clamare-
mos una vez más: ¡tierra equipotencial,
por favor! Porque si no, la descarga recu-
la por el PE y va a parar adonde no la
llamaron.

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