PRINCIPIALISMO: Analizaremos esta visión desde los principios básicos que
obedecen al principialismo.
BENEFICENCIA: donde se busca explícitamente el bienestar del
consumidor, y que el producto ofertado solucione las necesidades del mismo. Así en este caso este principio estaría siendo violado, dado que la consumidora que no buscaba otra cosa más que un implemento de higiene personal, tiene un desenlace trágico como el hecho desarrollar cáncer de ovario. NO MALEFICENCIA: el consumidor no debería verse afectado bajo ninguna circunstancia por el uso del producto, si este tuviere efectos secundarios por su uso a largo plazo se le debería informar al consumidor, pero el hecho de que la empresa productora del mismo no sea totalmente trasparente y honesta acerca de las repercusiones que trae consigo el uso de este polvo, implica un daño y la aparición de un efecto adverso en una persona que estaba previamente sana. AUTONOMIA: el consumidor, luego de tener previo y total conocimiento sobre la composición, posología y contraindicaciones, tendrá la facultad para decidir con libertad y autonomía si hacer uso de dicho producto o elegir otro en su lugar. Para que este principio se haga efectivo es necesario informar con ética y honestidad al consumidor. En este caso, la empresa J Y J no informa de manera pertinente el riesgo a sus usuarios, por lo que no existe el ejercicio de tal autonomía. JUSTICIA La justicia obedece a dar a cada quien lo que se merece, de esta manera si una persona pagará el costo de un producto, es totalmente lógico y racional que se le informe acerca del mismo, por esto constituye un acto de injusticia el hecho de que una persona se vea afectada a raíz del uso del mismo y más aún por una enfermedad tan devastadora como el cáncer. Así mismo el hecho de que la empresa no destine los recursos suficientes para buscar la asociación entre el cáncer ovárico y el uso de dicho producto representa un acto de injusticia para el consumidor que solo busca satisfacer un tipo de necesidad.